2253 2422 PB

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 200

TT EE RR CC EE RR AA ÉÉ PP O

OCCA
A ,, N
NÚ M . 34 7
6, M
M AAYY OO - -AA GG OO SSTTOO DDEE 22001196

Boletín de

MONUMENTOS
HISTÓRICOS
46
BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS
Tercera época, núm. 46 | mayo-agosto de 2019

SECRETARÍA DE CULTURA CONSEJO EDITORIAL


Julieta García García, inah
ALEJANDRA FRAUSTO GUERRERO Nuria Salazar Simarro, inah
Secretaria Concepción Amerlinck de Corsi, inah
INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGÍA E HISTORIA Leopoldo Rodríguez Morales, inah
Luis Alberto Martos López, inah
DIEGO PRIETO HERNÁNDEZ Guillermo Boils Morales, unam
Director General Jorge Zavala Carrillo, inah
Luis Fernando Guerrero Baca, uam
AÍDA CASTILLEJA GONZÁLEZ
Gustavo Becerril Montero, inah
Secretaria Técnica
José Omar Moncada Maya, unam
PEDRO VELÁZQUEZ BELTRÁN
Secretario Administrativo CONSEJO DE ASESORES
Eduardo Báez Macías, unam
VALERIA VALERO PIÉ Clara Bargellini Cioni, unam
Coordinadora Nacional de Monumentos Históricos Amaya Larrucea Gárritz, unam
Rogelio Ruiz Gomar, unam
REBECA DÍAZ COLUNGA
Constantino Reyes Valerio (†)
Encargada de la Coordinación Nacional de Difusión
Lourdes Aburto Osnaya, ueesge
ANTONIO MONDRAGÓN LUGO Guillermo Tovar y de Teresa (†)
Director de Apoyo Técnico, cnmh Rafael Fierro Gossman, ui
Pablo Chico Ponce de León, uay
JULIETA GARCÍA GARCÍA Carlos Navarrete Cáceres, unam
Subdirectora de Investigación, cnmh Luis Arnal Simón, unam
JAIME JARAMILLO Antonio Rubial García, unam
Encargado de la Dirección de Publicaciones, cnd Olga Orive Bellinger, unam

BENIGNO CASAS COORDINACIÓN EDITORIAL


Subdirector de Publicaciones Periódicas, cnd Ana Eugenia Reyes y Cabañas
Portada: Fotografía que muestra los trabajos de demolición del Leopoldo Rodríguez Morales
almacén El Puerto de Liverpool, por la apertura de la avenida
20 de Noviembre. Colección de Miguel Ángel Bernabé Huerta. Benigno Casas | Producción editorial
contraportada: Mesa de sacristía del siglo xviii del templo César Molar y Javier Ramos | Cuidado de la edición
agustino de San Juan de Sahagún, Salamanca, Guanajuato. Raccorta | Formación y cubierta
Fotografía de Marte González Ramírez, 2017.

Queda prohibida la reproducción parcial o total, directa o indirecta del contenido de la presente obra, por cualquier medio o procedimien-
to, sin contar previamente con la autorización de los editores, en términos de la Ley Federal del Derecho de Autor, y en su caso, de los
tratados internacionales aplicables. La persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones legales correspondientes.
La reproducción, uso y aprovechamiento por cualquier medio, de las imágenes pertenecientes al patrimonio cultural de la nación mexi-
cana, contenidas en esta obra, está limitada conforme a la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos,
y a la Ley Federal del Derecho de Autor. Su reproducción debe ser autorizada previamente por el inah y por el titular del derecho de autor.
ISSN: 0188-4638
D.R. © INAH, Córdoba 45, Col. Roma, Primera época: 1978-1982 (núms. 1 al 8)
C.P. 06700, México, D.F. Nueva época: 1989-1991 (núms. 9 al 15)
Tercera época: 2004-
Boletín de Monumentos Históricos, tercera época, núm. 46, mayo-agosto de 2019, es una publicación editada por el Instituto Nacional de
Antropología e Historia, Secretaría de Cultura. Editor responsable: Benigno Casas de la Torre. Reservas de Derechos al uso exclusivo: 04-
2008-012114371500-102, ISSN: 0188-4638, ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor. Certificado de Licitud de Título
y Contenido: 16123, otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Domi-
cilio de la publicación: Hamburgo 135, Mezzanine, Col. Juárez, C.P. 06600, Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México. Imprenta: Taller de
impresión del inah, Av. Tláhuac 3428, Culhuacán, C.P. 09840, Alcaldía Iztapalapa, Ciudad de México. Distribuidor: Coordinación Nacional
de Difusión del inah, Hamburgo 135, Mezzanine, Col. Juárez, C.P. 06600, Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México. Este número se ter-
minó de imprimir el 31 de agosto de 2021 con un tiraje de 1 500 ejemplares. Revista indexada en clase y Latindex.
https://revistas.inah.gob.mx/indexphp/boletinmonumentos
http://difusion.inah.gob.mx/images/revistas/MonumentosHistoricos/46/Html/index.html
Boletín de Monumentos Históricos, tercera época
Normas para la entrega de originales

1. La Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del inah, 9. En el caso de artículos publicados en libros, deberán citarse
a través de la Subdirección de Investigación, invita a todos los de la siguiente manera:
investigadores en antropología, historia, arquitectura y ciencias
afines a colaborar en el Boletín de Monumentos Históricos, ter- a) nombre y apellidos del autor; b) título del artículo entre-
cera época, con el resultado de investigaciones recientes que comillado; c) título del libro en letras cursivas, anteponiendo
contribuyan al conocimiento, preservación, conservación, res- la preposición “en”; d) tomo y volumen; e) lugar de edición;
tauración y difusión de los monumentos históricos, muebles e f) editorial; g) año de la edición; h) página(s) citada(s).
inmuebles de interés para el país, así como con noticias, reseñas
bibliográficas, documentos inéditos, avances de proyectos, de- 10. En el caso de archivos, deberán citarse de la siguiente manera:
cretos, y declaratorias de zonas y monumentos históricos.
a) nombre completo del archivo y, entre paréntesis, las siglas
2. El autor deberá entregar su colaboración en original impreso, que se utilizarán en adelante; b) ramo, nombre del notario
con su respectivo respaldo en disco compacto (cd), usb o vía u otro que indique la clasificación del documento; c) legajo,
Índice
correo electrónico con su nombre, título de la colaboración y caja o volumen; d) expediente; e) fojas.
programa de captura utilizado. Deberá incluir un resumen no
mayor de 10 renglones, un abstract, así como cinco palabras cla- 11. Las locuciones latinas se usarán en cursivas, del siguiente modo:
3 más
ve y keywords, que no sean Editorial
de tres de las que contiene el
título del artículo. op. cit. = obra citada; ibidem = misma obra, diferente pági-
na; idem = misma obra, misma página; cfr. = compárese;
3. El paquete ARTÍCULOS
de entrega deberá incluir una hoja en la que se et al. = y otros.
indiquen: nombre del autor, dirección, número telefónico,
celular y correo electrónico, institución en la que labora, ho- Las abreviaturas se utilizarán de la siguiente manera: p. o
7 Esplendor
rarios en los que se le pueda en la capilla
localizar e información de los terciarios
adicional pp. =franciscanos det. Puebla
página o páginas; o tt. = tomo o tomos; vol. o vols. =
que considere pertinente. | jesús joel peña espinosa volumen o volúmenes; trad. = traductor; f. o fs. = foja o fo-
jas; núm. = número.
4. Las colaboraciones no deberán exceder de 40 cuartillas, incluyendo
32 cuadros,
ilustraciones, fotos, figuras, Origen notasyyevolución de los
anexos (1 cuartilla = pasadizos
12. Loscubiertos. Casosgráficos
cuadros, tablas, en España, Méxicodeberán ir per-
e ilustraciones
1 800 caracteres; 40 cuartillas = 72 000 caracteres). El texto debe- fectamente ubicados en el corpus del trabajo, con los textos
y Guatemala | enrique tovar esquivel /precisos
rá presentarse en forma pulcra, en hojas bond carta y en archivo
 esther guadalupe domínguez fernández
en los encabezados o pies, con la palabra “figura” y
Word (plataforma pc o Macintosh), a 12 puntos y a 10 las citas, en su número, y se incluirán en el cd o en el envío por correo
altas y bajas (mayúsculas y minúsculas), a espacio y medio. Las ci- electrónico, en archivo aparte. El texto no deberá presentar
56 Entre San Miguel de Allende y Dolores Hidalgo (Guanajuato).
tas que rebasen las cinco líneas de texto, irán a bando (sangradas) diseño editorial.
La actividad
y en tipo menor, sin comillas iniciales constructiva del alarife Zeferino Gutiérrez Muñoz (1840-1916)
ni terminales.
| martín m. checa-artasu 13. Las colaboraciones serán sometidas a un dictaminador espe-
5. Los documentos presentados como apéndice deberán ser cialista en la materia.
inéditos, y queda a criterio del autor modernizar la ortografía
de los mismos, lo que83 deberáEsplendor
aclarar con nota al pie.
deteriorado. 14. Las
Descripción sugerencias
y estado hechas por el dictaminador o por el correc-
de conservación
tor de estilo serán sometidas a la consideración y aprobación
6. Las ilustraciones digitalizadasde la estructura
deberán entregarse ade unla mesa de sacristía
tamaño dieciochesca del templo
del autor.
de 30 cm de ancho, en formatoagustino de una
jpg o tiff con Salamanca,
resolución deGuanajuato | marte gonzález ramírez
300 dpi (pixeles por pulgada cuadrada) y deberán incluir pie 15. Sobre las colaboraciones aceptadas para su publicación, la
de foto con autor o fuente. Coordinación Editorial conservará los originales; en caso con-
107 El Zócalo de la Ciudad de México. Historia y evidencias
trario, de ser arqueológicas
negativo el dictamen, el autor podrá apelar y soli-
7. La bibliografía deberá incluirse como notasmeraz
| alejandro a pie de página; la citar un segundo dictamen, cuyo resultado será inapelable. En
moreno / gonzalo emilio díaz pérez /
primera vez que se cite la fuente consultada se incluirá la refe- estos casos, el texto será devuelto al autor.
rencia completa. Los datos arubén arroyo
consignar ángeles
deberán  / ricardo castellanos dounce
ir separados
por comas: 16. Cada autor recibirá cinco ejemplares del número del Bole-
tín de Monumentos Históricos en el que haya aparecido su
a) nombre y apellidos 129 El antiguo
del autor; almacén
b) título de la obra ende El Puerto decolaboración.
letras Liverpool: un ejemplo de historia
cursivas; c) tomo y volumen;de d) la construcción, 1904-1905 | marcela saldaña solís
lugar de edición; e) nombre
* * *
de la editorial; f) año de la edición; g) página(s) citada(s).
Las colaboraciones deberán enviarse o entregarse en la Subdi-
8. Las citas de artículos 142 Una vivienda
de publicaciones plurifamiliar
periódicas deberán del siglo
rección : República
xixde dedeCuba
Investigación núm. 32, Nacional de Monu-
la Coordinación
contener: mentos Históricos del inah , en la calle de Correo Mayor núm. 11,
Ciudad de México | patricia viridiana sánchez ramírez
Centro Histórico, México, D.F., C.P. 06060, tel. 4166 07 80 al 84,
a) nombre y apellidos del autor; b) título del artículo entrecomi- ext. 413016.
llado; c) nombre de la publicación en letras cursivas; d) número
y volumen; e) lugar de edición; f) fecha y página(s) citada(s). Correo electrónico: [email protected]
156 El salvamento de los monumentos de Nubia y el surgimiento
del concepto de patrimonio mundial. Una revisión a sesenta
años de la campaña | manuel villarruel vázquez

176 La práctica interdisciplinaria a partir de la intervención del camarín


de la Virgen de Loreto en Tepotzotlán | alejandra cortés guzmán

RESEÑAS

189 Mónica Silva Contreras, Concreto armado, modernidad y arquitectura


en México. El sistema Hennebique 1901-1914, México, Universidad
Iberoamericana, 2016 | maría de lourdes díaz hernández

194 Alicia Leonor Cordero Herrera, Felipe Cleere, oficial real, intendente
y arquitecto entre la Ilustración y el despotismo, México, Secretaría
de Cultura-inah, 2017 | jaime cuadriello
Editorial

E
l número que el lector tiene en sus manos contiene un variado e interesante
panorama de estudios a propósito de la arquitectura, la arqueología y la restau-
ración en México y en otros países. Los artículos que lo componen abordan la
arquitectura religiosa y civil, las plazas públicas, los contextos y complejos ar-
queológicos, así como la difusión de proyectos de restauración y rescate finca-
dos en la interdisciplinariedad y el apoyo de misiones técnicas de diferentes países que han
propiciado el surgimiento de conceptos como el de patrimonio mundial
El artículo que abre este Boletín, intitulado: “Esplendor en la capilla de los terciarios fran-
|3
ciscanos de Puebla”, de Jesús Joel Peña Espinosa, tiene como objetivo dar noticia de las ca-
racterísticas arquitectónicas y estéticas que alcanzó la capilla de los terciarios franciscanos de
Puebla durante su primer siglo de existencia. Mediante el análisis de documentos inéditos
del siglo xvii, el autor nos describe la capilla, que pertenece a la advocación de la Inmacula-
da Concepción y destaca en sus líneas la particularidad que tiene el templo en cuestión, pues
fue el único de Puebla que contó con una capilla subterránea y que se complementa con un
complejo sistema de bóvedas para la sepultura de sus agregados. El inmueble religioso fue re-
flejo del prestigio y poder que alcanzó la Tercera Orden Franciscana en la ciudad episcopal.
La tipología arquitectónica tiene elementos de interés en el interior y en el exterior de los
inmuebles; el artículo “Origen y evolución de los pasadizos cubiertos. Casos en España, Mé-
xico y Guatemala”, de Enrique Tovar Esquivel y Esther Guadalupe Domínguez, aborda una
solución arquitectónica, con orígenes musulmanes, y que surgió como un recurso para unir
dos construcciones separadas por una calle: el pasadizo cubierto. Esos pasadizos eran soste-
nidos por uno o dos arcos y por ello se les denominaron como “arcos pasadizos”. Entre los
modelos que abordan los autores destaca el pasadizo de la Mezquita de Córdoba, el más anti-
guo registrado, en España; el del convento de San Agustín de México, que es el único que po-
see registro documental y cartográfico, mientras que el ejemplo guatemalteco corresponde
al único pasadizo cubierto que todavía se conserva: el del convento de monjas de Santa Ca-
talina Virgen y Mártir, entre otros.

EDITORIAL
Los vestigios constructivos no se podrían entender y la importancia social que ha tenido a lo largo del
sin la participación del constructor; por ello, Martín tiempo y la presentación de los hallazgos arqueoló-
Checa-Artasu desarrolla el artículo: “Entre San Mi- gicos del basamento. A través de la historia identifi-
guel de Allende y Dolores Hidalgo (Guanajuato). La camos los usos del sitio, entre los que destacan las
actividad constructiva del alarife Zeferino Gutiérrez prácticas públicas, el comercio, los paseos, los con-
Muñoz (1840-1916)”, en el que nos narra la trayecto- ciertos y las festividades cívicas; al mismo tiem-
ria profesional y el detalle de sus principales obras po nos exponen las modificaciones del área que
en el México del porfiriato. El texto plantea reescribir fue base de monumentos proyectados y removi-
la historia de Zeferino: su actividad, sus habilidades dos, paseos arbolados, sede de conciertos militares,
y conocimientos; pero profundizando en las circuns- punto de partida de tranvías de mulitas, plancha
tancias sociales y económicas que vivió el cantero y en la que se desplanta un astabandera de grandes
albañil otomí. Complementa el artículo la presenta- proporciones y escenario de actividades políticas y
ción de las obras documentadas del alarife, no sólo sociales, ferias, exposiciones y espectáculos multi-
la torre campanario de la parroquia de San Miguel tudinarios. La parte medular del artículo aborda los
de Allende, sino otras más encontradas en el estado de trabajos arqueológicos de 1983 y 2017, y los autores
Guanajuato. muestran los vestigios rescatados que justifican el
La riqueza material que se encuentra en el estado nombre con el que se conoce a esta plaza.
de Guanajuato abarca los monumentos inmuebles y A escasos pasos de la Plaza de la Constitución
muebles. En “Esplendor deteriorado. Descripción se establecieron conjuntos comerciales de diver-
y estado de conservación de la estructura de la mesa sa índole, desde cajones de ropa y tenderetes has-
de sacristía dieciochesca del templo agustino de Sa- ta grandes casas comerciales. El artículo de Marcela
4|
lamanca, Guanajuato”, de Marte González Ramí- Saldaña Solís: “El antiguo almacén de El Puerto de
rez, veremos un trabajo exhaustivo de descripción Liverpool: un ejemplo de historia de la construc-
de una mesa de sacristía con una compleja manu- ción, 1904-1905”, plantea que México y Alemania
factura estructural. El autor presenta una revisión tuvieron enlaces no sólo de carácter comercial sino
detallada para identificar sus partes y explicar sus de- también vinculados con la historia de la construc-
talles para entender su funcionalidad, evidenciar su ción. La importancia de El Puerto de Liverpool se
razón de existir en el lugar y exhibir su estado de reconoce como parte del ambiente de consumo im-
conservación. Esta obra virreinal, precisa González pulsado por el porfiriato, el cual propició el surgi-
Ramírez, es una de las pocas en las que hallamos miento de grandes almacenes que ofrecieron una
tres muebles en uno: mesa, cajonera y mueble bom- mayor cantidad de artículos de importación. El aná-
bé, que sirve como caja fuerte, aspecto que la hace lisis de la autora se centra en las cuestiones cons-
original al lado de otras mesas de este tipo. tructivas y precisa, acerca de la estructura de hierro
El siguiente artículo de este número se titu- con la que se construyó dicha casa comercial, que
la: “El Zócalo de la Ciudad de México. Historia y fue una mejora introducida en un periodo de avan-
evidencias arqueológicas”, y es de la autoría de ces en la construcción de edificios y puentes alrede-
Alejandro Meraz, Emilio Díaz, Rubén Arroyo y Ri- dor del mundo; además, su empleo reflejó la técnica
cardo Castellanos, quienes nos presentan una bre- de los países cultos. El antiguo Puerto de Liverpool
ve visión de esta plaza, desde los inicios de la época fue demolido y en 1905 se levantó un nuevo edificio
virreinal hasta el siglo xx, en la que resaltan el uso de hierro: una tienda bien organizada, con diversas

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


mercancías, espacio suficiente para la circulación y arqueológicos de diversos periodos de la cultura fa-
luz natural de las ventanas exteriores, además de la raónica; ante los riesgos latentes por inundaciones,
cubierta interior. se entabló un debate sobre la necesidad de incenti-
Tanto los grandes inmuebles como los de meno- var el desarrollo del país sin perjuicio de invaluables
res dimensiones son los que forman una estructura vestigios culturales, campaña que abrió una tarea
diferenciada del uso de suelo en el Centro Histórico de cooperación internacional, misma que permitió
de la Ciudad de México. Patricia Viridiana Sánchez el rescate de dichos monumentos dando paso al na-
Ramírez, en su trabajo: “Una vivienda plurifamiliar cimiento del concepto de patrimonio mundial. A la
del siglo xix: República de Cuba núm. 32, Ciudad de vez, el artículo establece las repercusiones colate-
México”, aborda la reapropiación del espacio y el va- rales de las obras, tanto por la construcción de la presa
lor de un edificio histórico. Este inmueble se estable- de Asuán como por la reubicación de vestigios ar-
ce en el contexto en que se requerían espacios de queológicos, entre las que cita: la pérdida de sitios
habitación para una población que migraba a la ca- identitarios nubios, la reubicación de grandes pobla-
pital en búsqueda de un lugar seguro y estable por ciones, el desarraigo, la alteración del sistema pro-
los conflictos políticos que vivía el país. El edifi- ductivo local, entre otras. Las tareas hechas en Nubia
cio, que se ubica en terrenos aledaños y pertene- apremian a buscar modelos de actuación que fomen-
cientes al convento de La Concepción, representa ten la conservación del patrimonio cultural integra-
la transición entre dos épocas históricas: el uso de do a esquemas de desarrollo regional sustentable,
sistemas de construcción de la época virreinal y la traspasando los límites nacionales o continentales y
inclusión de nuevos materiales derivados de la revo- las circunstanciales barreras ideológicas.
lución industrial. La autora destaca la transformación La colaboración de diferentes disciplinas en el
|5
del espacio interior, la cual redundó en la adapta- ámbito nacional o internacional dan como resulta-
ción a los diferentes modos de vida de sus habitantes do trabajos de carácter interdisciplinario con resul-
y lo ha mantenido hasta nuestros días, con su fun- tados satisfactorios. El artículo titulado: “La práctica
ción habitacional. interdisciplinaria a partir de la intervención del ca-
La permanencia de un monumento dependerá marín de la Virgen de Loreto en Tepotzotlán”, de
de las acciones que llevemos a cabo, a favor y en con- Alejandra Cortés Guzmán, nos presenta el proyec-
tra, así como de las justificaciones que tengamos, en to de restauración del camarín de la Virgen de Lore-
su momento, para emprenderlas. De ellas depende- to, en 2016, que tuvo como eje rector la discusión en
rá la preservación del patrimonio nacional y el mun- torno a las condiciones originales del espacio y su
dial. Manuel Villarruel Vázquez, en su artículo, “El integración dentro del recorrido y la experiencia del
salvamento de los monumentos de Nubia y el sur- visitante. Cortés Guzmán expone los criterios mu-
gimiento del concepto de patrimonio mundial. Una seológicos y de conservación seguidos por el equipo
revisión a 60 años de la campaña”, presenta una re- de trabajo para llegar al resultado actual. El cama-
visión de este episodio importante en la historia de rín en cuestión es uno de los pocos que todavía
la conservación del patrimonio mundial. Con su lec- se conserva en México con el mismo aspecto que se
tura conoceremos el inicio de aquella campaña de le dio en el siglo xviii. El desarrollo del proyecto no
salvamento de los monumentos egipcios de Nubia, sólo redundó en la reapertura del camarín, sino que
cuyo objetivo fue gestionar apoyos y recursos técni- también brindó la oportunidad de plantear cuestio-
cos, económicos y humanos para el rescate de sitios nes de carácter museológico relativas a los criterios

EDITORIAL
de recuperación histórica del inmueble en términos de mucho antes de las primeras manifestaciones fun-
comunicación y experiencia del visitante durante cionalistas del Movimiento Moderno en la arquitec-
su recorrido. Como resultado de este proyecto se es- tura latinoamericana. En la segunda reseña, Jaime
tableció el Seminario de Investigación Interdiscipli- Cuadriello comenta el libro Felipe Cleere, oficial real,
nar sobre el Colegio de Tepotzotlán, en 2017, con el intendente y arquitecto entre la Ilustración y el despo-
fin de documentar y dar seguimiento al avance en tismo, escrito por Alicia Cordero, el cual contiene
el conocimiento del inmueble. el análisis regional y social en dos centros mineros
Completa este número un par de reseñas que claves en la producción de la Nueva España; el aná-
destacan el interés por aspectos de la arquitectura; lisis arquitectónico y de su lenguaje simbólico en la
la primera, de María de Lourdes Díaz Hernández, segunda mitad del siglo xviii y la figura de un fun-
sobre el libro: Concreto armado, modernidad y arqui- cionario arquitecto, situado en la coyuntura de las
tectura en México. El sistema Hennebique 1901-1914 transformaciones económicas y sociales que propi-
de Mónica Silva, nos relata como la autora descu- ciaron las reformas borbónicas.
bre el mundo de relaciones empresariales, nego- Espero que el lector disfrute de este ejemplar
cios, avances científicos y la ideología moderna como lo disfrutó su servidor al redactar esta hoja
que posibilitó la técnica del concreto armado y su editorial.
aplicación a las edificaciones de México en los úl-
timos años del siglo xix y los primeros del siglo xx, José Gustavo Becerril Montero

6|

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


JESÚS JOEL PEÑA ESPINOSA*

Esplendor en la capilla de los terciarios


franciscanos de Puebla
Fecha de recepción: 30 de julio de 2019
Fecha de aceptación: 24 de septiembre de 2019

Descripción de la capilla de la Tercera Orden Franciscana (tof), de Puebla, que tiene como ejes temáticos: el proceso
constructivo, desarrollado a lo largo del siglo xvii; el ornato del inmueble, decorado con yesería, y la riqueza de su interior,
para lo cual se identifican sus retablos, el ajuar y las imágenes existentes hasta avanzado el siglo xviii. Para contextualizar,
se presenta una breve semblanza de la consolidación social de la tof y las circunstancias que fomentaron este boato ba-
rroco, del cual sólo queda el edificio y su decoración en argamasa.
Palabras clave: Puebla, franciscanos, Tercera Orden Franciscana, arte virreinal, templo.

Analytical description of the chapel of the Third Order of Saint Francis in the city of Puebla, focusing on three aspects: the
construction process throughout the seventeenth century; the building’s ornamentation, decorated with plasterwork; and
the richness of its interior, identifying its altarpieces, furnishings, and images until well into the eighteenth century. To con-
textualize the chapel, an overview is given of the social consolidation of the Third Order and the circumstances that led to
this baroque ostentation, of which only the building and its plaster decoration remain.
Keywords: Puebla, Franciscans, Third Order of Saint Francis, viceregal art, church.

F
undada en 1614, la Venerable Orden Tercera de Penitencia de San Francis-
|7
co en la Puebla de los Ángeles1 se convirtió muy pronto en una hermandad
que aglutinó a múltiples sectores sociales y a mediados del siglo xvii alcan-
zó un gran prestigio. No sólo los devotos asistentes al templo franciscano se
sumaron: paulatinamente también ingresaron miembros del Ayuntamiento
angelopolitano, ricos comerciantes y el obispo Manuel Fernández de Santa Cruz se hizo ter-
ciario. Esta circunstancia en la conformación de su nutrida nómina logró expresarse mate-
rialmente a través de su capilla, la cual llegó a tener un esplendor que la colocó entre las
mejores construcciones de la ciudad, por su fábrica y por el rico ajuar que acumuló. Se tra-
tó de un conjunto erigido para honra del espíritu terciario; pero, hijo de su tiempo, también
fungió como espacio de sociabilización entre los connotados miembros de la Orden.
El objetivo del presente artículo es dar noticia de las características arquitectónicas y es-
téticas que alcanzó la capilla de la Tercera Orden Franciscana (tof) durante su primer si-
glo de vida, y ofrecer una explicación al esplendor obtenido hasta ese momento. El templo
aún se conserva, aunque está fuera de culto religioso desde la invasión francesa en 1863 y
en la actualidad alberga una biblioteca pública; cabe señalar que mantiene la yesería y la

* Centro inah Puebla.


1 Para evitar repeticiones, en algunas partes de este artículo nos referiremos a la Venerable Orden Tercera de Pe-
nitencia de San Francisco por sus siglas: tof (Tercera Orden Franciscana).

ESPLENDOR EN LA CAPILLA DE LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS DE PUEBLA


Figura 1. Vista exterior de la capilla de la tof. Fotografía de Jesús Joel Peña Espinosa. Agradezco al licenciado en diseño gráfico Jesús Bautista su apoyo para el retoque
y mejora en la calidad de las imágenes digitales.

estructura de las dos capillas, pues fue el único tem- gria, quando a la Ciudad ilustran con su nombre”.4
plo en Puebla —hasta donde tengo documentado y Así se expresó el padre Agustín de Vetancurt respec-
probado— que tuvo una capilla subterránea en ple- to del origen de los terciarios angelopolitanos. La tof
nitud de funcionamiento. Constituye parte del com- en Puebla fue la primigenia en el virreinato de la
plejo conventual franciscano, está catalogado como Nueva España, y sólo para poner en contexto apun-
8|
monumento histórico y también está incluido en el to lo siguiente: los frailes del convento de Las Lla-
conjunto catalogado por la unesco como Patrimonio gas de Nuestro Padre San Francisco publicaron el 3
de la Humanidad.2 Seré parco en las referencias his- de septiembre de 1614 la exhortación para constituir
tóricas sobre la tof en Puebla, pues ello corresponde una comunidad de terciarios. La licencia incluía los
a otro texto y el objetivo de este ensayo se centra en nombres de los fundadores y fue suscrita por fray
la materialidad del templo (figura 1).3 Juan de Torquemada el 13 de aquel mes;5 según el
dato aportado por Juan B. Iguíniz y conforme con la
Los terciarios en Puebla crónica que los terciarios enviaron al provincial Ve-
tancurt a finales del siglo xvii, la primera reunión de
“… en la Ciudad de los Angeles (que de la penitencia la Tercera Orden de Penitencia de San Francisco, en
de un pecador se alegran) era forzoso que huviera Puebla, se celebró el 3 de diciembre de 1614.6
Orden de Penitencia, que diesse a los Angeles ale-
4 Agustín de Vetancurt, Chronica de la provincia del Santo Evan-
2 cnmh-inah, Listado en inventario de Monumentos Históricos Inmue- gelio de Mexico. Quarta parte del Teatro Mexicano de los successos
bles de la ciudad de Puebla, Clave cnmh 211140010034. Aparece, equi- religiosos, México, Impr. de María de Benavides, 1697, 4. p., t. 2,
vocadamente, como una construcción que data del siglo xvi. § 92. [N. del ed.: en las transcripciones se respetará la ortogra-
3 Estamos en preparación de una historia de la Orden Tercera fía de la época.]
de San Francisco asentada en Puebla, durante el periodo novo- 5 Idem.
hispano. Agradezco la fraterna inducción de algunos miembros 6 Juan B. Iguíniz, Breve historia de la Tercera Orden Franciscana en
de la actual Orden Franciscana Seglar de la ciudad de Puebla la Provincia del Santo Evangelio de México: desde sus orígenes hasta
para profundizar en esta historia de la cual ellos son herederos. nuestros días, México, Patria, 1951, pp. 17-26.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Con este hecho la ciudad de Los Ángeles se in- de sus mortificaciones contribuyó a captar la aten-
tegró a la tradición franciscana de contar con una ción de diversas personas e ir sumando adeptos.
hermandad de laicos, ese tercer brazo de la será- Conforme transcurrió el tiempo, dentro de lo
fica familia que surgió en el siglo xiii —todavía en más granado de la sociedad poblana se inscribieron
tiempo de san Francisco de Asís— y que se propa- y profesaron en la tof, por ello se contó con prela-
gó rápidamente por toda Europa.7 Los frailes no dos como Manuel Fernández de Santa Cruz. Para
promovieron la formación de esta rama en el siglo tener una idea de quiénes integraban la Tercera Or-
xvi en la Nueva España, aunque también en la pe- den, en 1680 su directiva estaba constituida por An-
nínsula ibérica eran tiempos de cierta debacle; la tonio García Fragoso, como ministro y hermano
reforma de los franciscanos emprendida por Cis- mayor; su coadjutor era el presbítero Luis de Carmo-
neros a finales del siglo xv contribuyó al declive de na Tamariz; como síndico actuaba Mateo de la Mella,
la tof y a finales del siglo xvi estaba al borde de la quien era tesorero de la recaudación de la Real Ha-
extinción en territorio castellano, de modo que en cienda en la ciudad; entre los consiliarios estaban los
la primera década de la siguiente centuria hubo un regidores Melchor de Linares, Martín Fernández de
renacer,8 en este contexto puede entenderse me- Olmedo, Antonio de Olivares Villarroel, Juan Dávi-
jor el surgimiento de los terciarios en la Puebla de la Galindo, y también el alférez mayor Joseph de Ba-
los Ángeles. rrios. De igual manera, en el siglo xviii las personas
Los nombres de los fundadores contrastan con más distinguidas —hombres y mujeres— se suma-
los apellidos de los miembros de un siglo después. ron a la Orden, incluso los obispos Pantaleón Álvarez
En 1614, eran personajes modestos quienes dieron Abreu y Diego de Gorospe.
inicio a la hermandad, por ejemplo: Francisco Me- El rápido crecimiento y aristocratización de la
|9
jía —quien destacó por sus mortificaciones y por Tercera Orden de Penitencia en Puebla condujo a
las obras de caridad que emprendió en favor de los la conformación de un grupo dirigente cerrado en
enfermos y los presos— fue el primero en recibir torno al bienhechor Antonio García, y después al-
el hábito en Puebla; Diego López Botello; Simón rededor de su hijo, el capitán Antonio García Frago-
Coello —a quien llamaban “el puntual”, por lo mu- so, quien fue regidor del Ayuntamiento de Puebla
cho que acudía a la capilla—, y Melchor de Bonilla, en 1673 y síndico del convento de Las Cinco Llagas,
padre de la venerable madre Isabel de la Encarna- además de ministro de la comunidad terciaria por
ción. Otro fundador fue Francisco Barbero, quien casi 16 años consecutivos, logrado esto mediante
tomó la iniciativa de la construcción de las ermitas reelección. La primera fisura del grupo sucedió en
del Viacrucis y Monte Calvario, por lo que trabajó 1692, cuando a petición de Francisco Ruiz de Cha-
con ahínco para que fueran una realidad. El empe- varría —quien se quejó de esa anómala situación—
ño de los fundadores por mostrar el modelo de vida intervino el comisario general anulando la elección
de la tof y las manifestaciones públicas que hacían mientras que el provincial falló su sentencia en sen-
tido contrario y el pleito vino inmediatamente. En
7
1706 se produjo un choque entre el sacerdote y ba-
Pedro Peano, Historia de la Tercera Orden Franciscana, trad. y
apéndices de Fray Fidel de Jesús Chauvet, México, Editorial chiller Antonio de Alcalá, quien era el ministro, y el
Fray Junípero Serra, 1974, pp. 8-15. fraile comisario visitador, debido a competencias y
8 Alfredo Martín García, “Un ejemplo de religiosidad barroca.
La vot franciscana de la ciudad de León”, Estudios Humanísticos. formalidades. El asunto atrapó la atención del pro-
Historia, núm. 3, León, 2004, pp. 147-176. vincial al grado de ordenar una visita e instalar un

ESPLENDOR EN LA CAPILLA DE LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS DE PUEBLA


tribunal en el convento de Santa Clara para dirimir última foja y en la contracarátula posterior.11 De hecho,
el asunto.9 el propio Iguíniz recupera la descripción del templo
que hace dicho manuscrito, de modo que es un antece-
Noticias y fuentes dente en proporcionar esta información. En 1964, José
Rivero Carvallo aprovechó el mismo documento y pu-
Parcos son aún los estudios contemporáneos sobre blicó su cotejo con el estado ruinoso y de total abando-
los terciarios en México y de cualquier orden reli- no que entonces tenía la capilla. Por otro lado, merced
giosa, y breves los que atienden a las capillas de ter- al conflicto de 1692 conocemos la enorme riqueza que
ceros, salvo el estudio de Juan Iguíniz. Para el caso tenía la capilla de los terciarios ochenta años después
que nos ocupa se cuenta con las referencias del cro- de la fundación; en cuanto a sus bienes muebles, me
nista Vetancurt, quien mandó pedir información a encargué de la transcripción del amplísimo inventa-
las guardianías y centros de terciarios, y hasta sus rio; esos datos fueron organizados y en este artículo se
manos llegó la crónica que refiero en líneas más han integrado los más sobresalientes para ofrecer una
adelante. Los propios cronistas poblanos como Ber- imagen cercana de la riqueza artística contenida en el
múdez de Castro, Alcalá y Mendiola, Fernández de templo; se complementa con datos inéditos de fuentes
Echeverría, Carrión y Leicht han proporcionado da- citadas en su oportunidad.
tos importantes para imaginar el estado del templo.
Detalles más puntuales —por lo que toca a su or- El edificio de la capilla
nato arquitectónico— se hallan en la crónica escrita
en 1680 por Joseph de Alcalá, quien era secretario de En sus primeros años, los terciarios angelopolita-
la tof y lo hizo bajo encargo del padre fray Sebastián nos sesionaron dentro del convento hasta que los
10 |
de Gaona, residente de alguno de los conventos de re- frailes les proporcionaron un sitio donde erigir su
colección que había en la provincia;10 el opúsculo fue capilla. Hubo un inmueble primigenio junto a la
remitido a la curia provincial por fray Pedro Ortiz, lec- portería del convento, que corría de oriente a po-
tor en el convento de Puebla, el cual fue recibido —se- niente, el cual fue sustituido por el que existe en el
gún está escrito y firmado de su puño y letra— por fray presente. En ambos casos, el edificio quedó dentro
Agustín de Vetancurt, quien hizo breves adendas en la de la cerca del convento, en un terreno poco firme
y bastante difícil para la construcción. El problema
9 Archivo Franciscano de la Biblioteca Nacional, unam [en ade- del terreno fangoso fue siempre una constante en
lante af-unam], caja 74, exp. 1252. el convento franciscano; desde los primeros años
10 Las casas de recolección iniciaron desde el siglo xvi, entre los
frailes castellanos de la Observancia; sus características especí- de vida, las crecidas del río San Francisco anegaban
ficas fueron dispuestas en 1523 y 1526 por el ministro general el atrio y a veces hasta el inmueble; no fueron po-
Francisco de Quiñones. Este tipo de convento también surgió
cas las obras que los frailes debieron efectuar para
en Francia, Italia y Bohemia. En la Nueva España se introdujo
el modelo a partir de la segunda mitad del siglo xvii y se apro- resolver medianamente la situación, pues su pre-
vechó para mantener la presencia viva de la Orden en algunos
conventos que habían dejado de ser doctrinas en el obispado de 11 af-unam, caja 74. La crónica es un manuscrito inédito que lle-
Tlaxcala por la secularización de Palafox; ejemplo de ello fueron va por título “Relacion: en una breve summa del tiempo en que
Huaquechula, Tepeyanco y Totimihuacan. Vid. los antecedentes se fundo la mui ilustre y venerable Tercera Orden de peniten-
y la legislación de los conventos de recolección en Luca Vuaddin- cia de nuestro seraphico padre san Francisco, en esta ciudad de
go, Annales minorvm, in qvibvs res omnes trivm, ordinvm a S. Fran- la Puebla de los Angeles con aumentos memorables a su culto
cisco, institvtor vm ex fideponderosivs, t. VIII, Roma, Typographia hasta el año de 1680”, la cual citaremos en adelante como Rela-
Ioannis Petri Collinii, 1654; anno 1523, núm. 31 a 37. ción de 1680.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


dio estaba en los linderos del mencionado afluente, dades civiles, eclesiásticas y de la Orden que gober-
apenas a 40 pies de distancia, según el deslinde he- naban en aquel momento. Diego de Ávila Galindo
cho en junio de 1550 cuando se perfiló la salida de era el ministro hermano mayor de la Tercera Orden
la ciudad hacia Veracruz.12 poblana en aquel año; el virrey era el duque de Al-
Al ceder el terreno, las condiciones impuestas burquerque y el obispo de Tlaxcala-Puebla era don
por los frailes a los terciarios fueron que su lon- Diego Osorio de Escobar y Llamas; fray Francisco de
gitud no excediera de 24 varas y a lo ancho, de 9, Viedma fungía como guardián del convento angelo-
es decir, 20 metros de largo por 7.5 metros de an- politano y fray Matías Fernández era visitador de los
cho. En aquella primera capilla se colocaron tres terciarios poblanos.16
altares: el principal, con una pintura de la Purísi- Para ese segundo edificio consiguieron de los
ma Concepción de María, como titular del templo frailes la merced de la mitad de la huerta del con-
y de la Orden; el altar dedicado a san Luis, rey de vento y conservaron la construcción ya hecha, en
Francia, y el tercero, correspondiente a san Fran- razón de que en la segunda planta del primer edi-
cisco de Asís, en ambos la imagen era una escultu- ficio ya habían edificado algunas celdas, por lo cual
ra tallada.13 Aumentada la nómina de agregados a apuntalaron la vieja construcción con pilastras de
la tof y con un templo gastado por las circunstan- madera y otras de piedra y mampostería. Las obras
cias del entorno y los años, decidieron hacer una para la nueva capilla requirieron mucha proeza ar-
capilla más en una junta del discretorio con asis- quitectónica ya que el suelo estaba atravesado por
tencia del síndico.14 varios caudales de agua.
Los hermanos escribieron al general de la Orden,
fray Juan de la Torre, para conseguir permiso de am- Reconociose después abriendo sus primeros simien-
| 11
pliarla. Firmada la patente el 12 de septiembre de tos que todo aquel sitio eran manantiales y vertientes
1657, obtuvieron la licencia para construir una igle- del agua mucha que transminava por lo bajo del con-
sia mucho más grande, negociaron con los frailes vento y alto de aquellos egidos, pero no embaraçados
ocupar “la medianía de la huerta”, de manera que el con esto huvieron de proseguir y llegado al monto de
templo alcanzó las 50 varas de largo por 12 de ancho. su gasto se halló poderse labrar otra capilla en el cen-
La primera piedra se colocó el 21 de noviembre de tro por lo mucho que se profundó para dejarla en pro-
1657 y en un pequeño cofre, depositado ahí mismo porción y altura conveniente.17
en el ábside,15 se guardó la memoria de las autori-
He aquí la primera noticia de la capilla subterrá-
12 Archivo General Municipal de Puebla [en adelante agmp], Su- nea, sobre la cual abundaré más adelante. Más gra-
plemento al libro 2 de cabildo del establecimiento y dilatación de la voso resultó para los terciarios la construcción de
ciudad de Puebla de los Ángeles, f. 26r.
13 Relación de 1680, fs. 2v.-3r.
la capilla, puesto que el terreno cedido por los frai-
14 Agustín de Vetancurt, op. cit., §93. les estaba en esa área de corta distancia con el río.
15 Con esto se cumplió puntualmente lo establecido en la liturgia a
Para la consecución de la obra fue decisivo el apoyo
través del Pontifical Romano, aunque la crónica no señala si quien
de un hombre llamado Antonio García, quien era
presidió el acto fue el provincial o el obispo, pues, conforme a los pri-
vilegios de la Orden Franciscana, podía hacerlo el ministro provin- portugués, oriundo de Lagos, en la provincia del
cial, ello según el documento pontificio Religiones suadet honestas,
del papa León X, firmado en 1514. Vid. Pacificus Paschalis Capobian-
co, Privilegia et facultates Ordinis Fratorum Minorum, Roma, Pontifi- 16 Relación de 1680, f. 6v.
cium Athenaeum Antonianum, 1961, §25, p. 65. 17 Ibidem, f. 7r.

ESPLENDOR EN LA CAPILLA DE LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS DE PUEBLA


Recién concluida, alcanzó una longitud 50 va-
ras por 12 de ancho —es decir, 41.5 × 10 metros—,20
la altura de las paredes hasta las cornisas alcanzó
“lo que manda el Arte”.21 Con planta de cruz lati-
na, se hallaba “situada de noroeste a sureste, a aquel
viento el altar mayor y a éste el coro, y en el costa-
do del norte la puerta principal”.22 Cuando se dedi-
có, la nave (sin considerar la capilla mayor) estaba
ya conformada por las cuatro bóvedas, incluyendo
la del coro, además de las dos pequeñas bóvedas
del crucero más la de la capilla mayor o presbite-
rio y la cúpula.23 En el centro, sobre el crucero de
la capilla mayor, se ubica la media naranja con cua-
tro pilastras de dos santos y dos santas de la tof, las
cuatro de media talla hechas con sobrerrelieve de
yeso, haciendo vistosas las cuatro bóvedas que com-
ponen el cañón de la iglesia, el cual está remata-
do por un coro adornado con ángeles. La yesería y
Figura 2. Nave de la capilla vista desde el presbiterio. Fotografía de Jesús los arcos estaban decorados, hasta el siglo xix, con
Joel Peña Espinosa.
lámina de oro y policromía; lamentablemente ese
Algarve; además de proporcionar recursos de su acabado se ha perdido desde hace mucho tiempo.
12 |
caudal en los momentos en que se agotaba el di- Los arcos descansan sobre columnas embebidas, de
nero para pagar a los peones, supervisó los traba- forma que los pinjantes son decorativos y adosados
jos de la capilla.18 Mientras tanto, los hermanos de al muro y la cornisa (figura 3).
la mesa, que para entonces pasaban de 15 miem- Las dependencias necesarias para las actividades
bros, prestaron 100 pesos cada uno con la intención de la tof se fueron construyendo paulatinamente
de no detener la obra. Para 1660 el templo se había alrededor de las capillas, entre ellas la enfermería,
concluido, había costado la friolera de 44 000 pesos; las celdas para los ejercicios espirituales, la sacris-
se dedicó aquel año y en la solemne ceremonia pre- tía, la sala de capítulo, las criptas para la sepultura
dicó fray Bartolomé de Tapia. En la crónica indígena de los congregados, constituyendo todo un conjunto
Anales del barrio de San Juan del Río, se consignó que para uso exclusivo de esta rama franciscana. Al con-
la bendición de la capilla ocurrió el domingo 22 de
febrero de 1661 (figura 2).19 20 Relación de 1680, f. 7v.
21 Con esta frase, el autor de la crónica de 1680 salió al paso con
18 Miguel de Alcalá y Mendiola, Descripción en bosquejo de la im- la mensura de la altitud.
perial cesárea muy noble y muy leal ciudad de Puebla de los Ánge- 22 Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, Historia de la fun-
les, Puebla, buap, 1992, p. 127. dación de la ciudad de la Puebla de los Ángeles en la Nueva Espa-
19 Anales del barrio de San Juan del Río. Crónica indígena de la ciu- ña. Su descripción y presente estado, México, Ediciones Altiplano,
dad de Puebla, siglo xvii, transc. y trad. en el siglo xviii por don 1963, t. II, p. 300.
Joaquín Alexo Meable; est. introd. y paleog. Lidia E. Gómez 23 Hago la disgregación de las bóvedas de la nave respecto de la
García, Celia Salazar Exaire y María Elena Stefanón López, Pue- que cubre el presbiterio porque así lo señala puntualmente el
bla, Conaculta / icsyh-buap, 2000, p. 90. cronista en su descripción.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 3. Planta de la azotea de la capilla. Plano trazado por el arquitecto José Eduardo Carranza Luna dro. Fotografía de Jesús Joel Peña Espinosa.

cluir el siglo xviii, los espacios construidos por la fra- cluyendo el nicho y el remate.25 Las dos se construye-
ternidad abarcaban un área de 65 varas de largo por ron en cantera, son totalmente sobrias y casi idénticas
| 13
casi 29 de ancho.24 en el estilo; la principal tiene un frontón roto por la
inclusión del nicho donde indudablemente debió es-
El ornato del templo tar una escultura en piedra de la Inmaculada Concep-
ción. Tres contrafuertes esbeltos y bien trazados más
El acceso a la capilla es mediante dos puertas latera- un cuarto cercano al presbiterio que tiene adosados un
les que dan hacia el atrio del templo conventual, ali- par de estribos hechos en distintas épocas, evidencia
neadas a la portería; una accede al coro y la principal de que la capilla presentó algún problema estructural
al cuerpo de la nave. Ambas están hechas en arco de en la parte donde inicia su desnivel (y punto más cer-
medio punto, tienen de ancho 6 varas y la altura de cano al río), lo que hizo necesario reforzar el edificio.
la portada principal alcanza las 10 varas y media in- La cúpula está montada sobre su tambor y tiene em-
bebidas cuatro lucarnas bellamente enmarcadas, en
24 Las mensuras de los espacios se cotejaron con las dimensio-
cuyo centro hay un óculo que permite el paso de la
nes actuales y viceversa; para ello se emplearon los planos tra- luz al interior de la media naranja. Remata la cúpu-
zados por la empresa Gardeko para el Gobierno del Estado de la una linternilla de cuatro varas de alto.
Puebla y aprobados por el inah, con motivo de una intervención
practicada en 2012. Archivo de la Sección de Monumentos del
Centro inah-Puebla, “Restauración de la Biblioteca Pública Cen- 25 Se ha optado por enunciar las medidas en el sistema anti-
tral Estatal ‘Miguel de la Madrid Hurtado’ localizado en la ciudad guo empleado en la Nueva España, tomando como base la vara
de Puebla”, diciembre 2011-noviembre 2012. Agradezco a la ar- castellana. Así, las medidas que no figuran enunciadas en las
quitecta Olga Sánchez Ruiz su gentileza para facilitarme el acce- fuentes, se coligieron con los planos contemporáneos y se con-
so al expediente. virtieron a varas.

ESPLENDOR EN LA CAPILLA DE LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS DE PUEBLA


Al construirse la segunda capilla, a mediados del
siglo xvii, se decoró el templo con lacería e imáge-
nes, la mayoría de ellas trabajadas en yeso; salvo
por la policromía y el sobredorado, la decoración
subsiste; a continuación ofrezco una descripción de
la capilla, cuidando que lo asentado en la relación
de 1680 y otras fuentes corresponda con lo que aún
se aprecia en el inmueble; cuando no sea así, llama-
ré la atención del lector.26
El sotocoro es una bóveda de arista cuyo contorno
está decorado por una cenefa de lacerías fitomorfas in-
terrumpidas por pequeños medallones al centro, cua-
Figura 4. Detalles del sotocoro. Fotografía de Jesús Joel Peña Espinosa.
drado y circular alternadamente, en cuyo interior hay
una flor o un rectángulo simulando una piedra pre- tectónicamente con el paso de los siglos; quizá co-
ciosa; en los cuatro ángulos remata en la cabeza de un rresponda al acceso que había hacia la capilla de la
león, también en sobrerrelieve.27 Esta misma cenefa Escuela de Cristo desde el atrio, y que lindaba con
parte de los cuatro ángulos de la bóveda hacia el cen- la capilla de la tof; parte de ese inmueble fue rema-
tro, a manera de crucería, hasta encontrarse con un tado en 1871 y transformado.29 Se conserva la esca-
medallón circular. El medallón consta de dos partes: el linata y una puerta interior de acceso al coro, pues
borde exterior formando un marco decorado con volu- a principios del siglo xviii había una que daba acce-
tas y roleos, además en los cuatro puntos donde hace so por la parte de afuera; la bóveda de éste carece de
14 |
contacto con los lazos se halla un elemento semejante decoración y en sus muros laterales hay una venta-
a una lira. En el interior, el cordón franciscano rodea na rectangular para cada uno y en el posterior una
toda la circunferencia y enmarca las cinco llagas de de forma circular. El marco de las lucarnas también
Cristo y de san Francisco. En cada una de las aristas está profusamente adornado en todos los casos. Sólo
de la bóveda existe un serafín que mira hacia la par- el arco rebajado que le separa del resto de la nave
te exterior de la misma,28 una alusión absoluta a san tiene al centro un elemento decorativo consistente
Francisco de Asís (figura 4). en una corona imperial sostenida por un par de án-
A través de la ventana posterior, de forma cua- geles tenantes. El arco del sotocoro es elíptico o re-
drangular, puede observarse que hubo un área bajado, y forma un enmarcamiento decorado en la
distinguible del templo la cual se precisó arqui- cara que da hacia el presbiterio. En cada ángulo ob-
servamos un ángel con las piernas semiflexionadas y
26 Agradezco el apoyo del arquitecto Enrique Gómez Osorio, pe-
el brazo izquierdo levantado; el que está del lado del
rito de la Sección de Monumentos Históricos del Centro inah- evangelio lleva en la mano derecha un objeto que pa-
Puebla, para identificar los elementos arquitectónicos conforme reciera un trozo de pan o un paño, mientras que el
a sus nombres técnicos.
27 Es probable que la policromía original hubiera permitido
del otro ángulo no porta objeto alguno en su mano.30
identificar el simbolismo de estos elementos.
28 Elementos perfectamente identificables por constar de seis 29 Hugo Leicht, Las calles de Puebla, Puebla, Junta de Mejoramiento
alas, ajustado a la tradición veterotestamentaria; en el libro del Moral, Cívico y Material del Municipio de Puebla, 1986, pp. 362b-363a.
profeta Isaías se precisa esa característica para tal jerarquía an- 30 Es probable que con el paso del tiempo y las intervenciones
gélica. Vid. Isaías, 6:2-4. haya desaparecido el atributo que portaba.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figuras 5 y 6. Vista del coro y detalle. Fotografías de Jesús Joel Peña Espinosa.

Ambos están rodeados con decoración de roleos y


motivos vegetales (figuras 5 y 6).
A lo largo de la nave, las demás bóvedas, hasta
la cúpula, son de lunetos que forman cuatro en-
tre-ejes. Alineados al punto de descanso de los ar-
cos fajones, pero adosados a muro y cornisa, hay
unos capiteles cuadrangulares de orden dórico a
| 15
manera de pinjantes, tallados en piedra, en cuyas
esquinas se grabaron elementos vegetales, y de-
bajo de cada capitel se observa un querubín. En
cada tímpano de ambos muros laterales se apre-
cia una lucarna. Este patrón es repetitivo hasta Figura 7. Nave con detalle de los arcos, bóvedas, lucarnas y pinjantes.
Fotografía de Jesús Joel Peña Espinosa.
llegar al transepto del crucero (figura 7).
En las dos bóvedas de lunetos que forman los
brazos del crucero hay sendos escudos al centro, ro-
deados de un enmarcamiento mixtilíneo, además
de un par de óculos y una lucarna. En el lado del
evangelio donde es probable que estuviera el altar
a san Luis IX de Francia, y en consecuencia el de
Nuestra Señora de la Salud, está en la bóveda el me-
dallón elíptico con una palma y una espada cruza-
das. En el otro brazo, hacia el lado de la epístola, el
medallón contiene el cordón franciscano rodeando
la corona de espinas y los tres clavos de Cristo. El
marco de ambos escudos es una tira de volutas uni-
Figura 8. Crucero. El presbiterio corresponde a la parte superior de la foto.
das entre sí (figura 8). Fotografía de Jesús Joel Peña Espinosa.

ESPLENDOR EN LA CAPILLA DE LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS DE PUEBLA


La capilla mayor o presbiterio tiene bóveda de
arista, con una decoración parecida a la del sotoco-
ro, sólo que en los ángulos donde cierra la unión
de la tracería se halla una concha —símbolo bautis-
mal—, un querubín y un manojo de uvas. En cada
arista hay un medallón constituido por un primer
marco de cuatro semicírculos terminados en volu-
tas, dentro se encuentra un cuadrado con ocho pe-
queños orificios, y el interior de este marco posee
un círculo que rodea una flor de cuatro pétalos cir-
cundada por hojas de parra. Los cuatro medallones
tienen el mismo esquema decorativo. El centro de
Figura 9. Bóveda del presbiterio. Fotografía de Jesús Joel Peña Espinosa.
la bóveda lo ocupa un hermoso medallón con un
profundo sentido cristológico. Es completamente entre los edificios religiosos de la ciudad de Puebla.
circular y el marco está formado por una secuencia Las cuatro imágenes portan el cordón franciscano y
de ocho pares de hojas de acanto enrolladas entre tienen pintado tras de sí, como escenario, un campo
sí; dentro de este marco se halla —extendido por el sembrado con cipreses, símbolo de la fe. Alrededor
lado derecho haciendo un semicírculo— el cordón de las esculturas se aprecia una rica decoración me-
franciscano que a su vez rodea un pelícano, el cual diante roleos y elementos fitomorfos. Es poco pro-
sostiene con el pico el bordón de la cuerda seráfica, bable que los colores colocados en la intervención
junto a tres estrellas y debajo de sus patas el cráneo hecha en 2012 correspondan al original; ahora los
16 |
con dos huesos atravesados. El pelícano es el símbo- rostros, manos y piernas son de color muy oscuro,
lo cristológico que triunfa sobre la muerte y sostie- como si fuesen mulatos.
ne a toda la familia franciscana representada por las Del lado del evangelio está san Luis IX, rey de
tres estrellas, aludiendo a las tres órdenes del fran- Francia,31 ataviado con ropajes reales, armiño y co-
ciscanismo (figura 9). rona en su cabeza, con la mano izquierda sostiene su
La cúpula es una exaltación a la propia Orden túnica sobre el abdomen y el brazo derecho está le-
Tercera. En el centro de la media naranja, con su vantado en posición de portar algo; lo más probable
desplante de casquete esférico, está un rosetón for- es que el elemento faltante fuese una corona de es-
mado por un medallón circular dentro de un mar- pinas, pues la tradición asienta que este monarca fue
co cuadrangular, todo decorado con elementos quien llevó desde Constantinopla hasta Notre-Dame
fitomorfos; desde aquí parten ocho lazos, cuatro de
ellos concluyen en los óculos que dan luz a la cú- 31 Rigió durante el siglo xiii el reino galo. Las crónicas francisca-
pula y los demás caen hacia la cornisa, la cual tie- nas asientan que tomó el hábito de la Tercera Orden con la ex-
ne una decoración con dentellones. En las pechinas pectativa de ingresar a la Primera en cuanto abdicara al trono,
pues su hijo estaba ya en edad de reinar, pero no vio cumplido
hay cuatro esculturas de media talla. Estas imágenes
su deseo y gobernó hasta su muerte. Fue a visitar la tumba de
fueron colocadas desde que se construyó la capilla san Francisco de Asís, daba muestras de suma caridad y devo-
y ahí continúan, afortunadamente pueden identifi- ción, dirigió dos de las cruzadas con el objetivo de liberar Tierra
Santa. Fue canonizado en 1297. Vid. Gonzalo de Córdoba, Del so-
carse. Entre ellos dos patrones de la tof, representa- lar franciscano. Santoral de las tres órdenes, Madrid, Ediciones Stu-
ción que da un toque de particularidad al inmueble dium, 1957, pp. 623-627.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figuras 10 y 11. San Luis IX y santa Isabel de Portugal. Fotografías de Jesús Joel Peña Espinosa.

de París la corona de espinas que fue colocada a Je- mismo lado se aprecia la imagen del rey de Castilla,
sús. En la pechina contigua del mismo lado del evan- san Fernando,34 a quien la tradición lo tiene por ter-
gelio está la imagen de santa Isabel de Portugal32 con ciario, aunque el padre Arbiol, a principios del siglo
escapulario, corona y su Breviario en mano, aludien- xviii, lo puso en duda. Ataviado con ropajes reales y

do a su profunda devoción y piedad (figuras 10 y 11). gorguera, tiene la mano derecha sobre el pecho y la
Del lado de la epístola está santa Isabel de izquierda en posición de sostener algo, muy proba-
Hungría,33 patrona de la Tercera Orden, quien ade- blemente se trataba de una espada, como en oca-
más de corona y capa lleva el escapulario entre las siones se le representa para simbolizar su conquista
| 17
manos para portar trozos de pan, en referencia a su sobre Sevilla (figuras 12 y 13).
ejercicio de la caridad y ayuda a los enfermos y me- La distribución en la cúpula tiene sentido del cato-
nesterosos; aunque también puede tratarse de las licismo universal, pues están representados los reinos
rosas que, según su hagiografía, milagrosamente católicos de aquella época: el Imperio austriaco, Espa-
brotaron de su manto. En la pechina contigua del ña, Portugal y Francia, ligados de alguna manera a las
Indias. Desde luego, se ve la influencia del bienhechor
32 Aragonesa por nacimiento, fue dada en matrimonio con el
príncipe Dionisio de Portugal, quien resultó demasiado liberti-
Antonio García en la elección de la santa reina muer-
no y mujeriego; dejó libertad a la reina para sus actos piadosos ta en Coímbra, por ejemplo. En la parte central de la
y obras de caridad. La hagiografía de santa Isabel de Portugal da cúpula se halla un trabajado medallón con elementos
cuenta de numerosos hechos heroicos y hasta milagros; cuando
enviudó tenía el firme propósito de profesar como religiosa cla- fitomorfos. En sus años de esplendor las imágenes es-
risa, pero no pudo hacerlo e ingresó en la Tercera Orden. Murió taban recubiertas por lámina de oro y pintadas, como
en 1336 y fue canonizada el 25 de mayo de 1625. Vid. Gonzalo
lo dice el cronista de 1680: “Con el oro y colores que
de Córdoba, op. cit., pp. 471-475.
33 Hija de los reyes de Hungría y desposada con el duque de Tu- dispone lo galante de la Arquitectura”.
ringia; murió a los 24 años de edad. Desde que era esposa del
landgrave Luis dio muestras de encendida caridad con los pobres 34 Paladín de la lucha castellana contra los musulmanes estableci-
y enfermos; cayó en desgracia al enviudar y acceder al trono su dos en la península ibérica, logró la conquista de importantes
cuñado, por lo que debió exiliarse con muchas penurias para des- ciudades de Al-Andalus como Jaén, Córdoba y Sevilla; su guerra
pués regresar al castillo de Wartburg cuando su hijo fue reconoci- contra el islam fue bendecida por Gregorio IX con las mismas in-
do como legítimo heredero; fue entonces que sucedió el milagro dulgencias que había extendido en favor de los cruzados. Fue se-
de las rosas brotadas de su manto. Murió en 1231 y fue canoniza- pultado con el hábito de la Tercera Orden y canonizado en febrero
da en 1235. Vid. Gonzalo de Córdoba, op. cit., pp. 789-792. de 1671. Vid. Gonzalo de Córdoba, op. cit., pp. 415-418.

ESPLENDOR EN LA CAPILLA DE LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS DE PUEBLA


Figuras 12 y 13. Santa Isabel de Hungría y san Fernando. Fotografías de Jesús Joel Peña Espinosa.

Los altares y retablos trataba de la Trinidad representada como Trono de


Misericordia. En las calles laterales tenía imágenes
De estos bienes que a continuación describiré, casi de talla entera y en los perfiles que delimitaban el re-
no queda más que la memoria en los documen- tablo se colocaron láminas con distintas reliquias.36
tos. En 1680, la capilla tenía ocho altares, en 1692 En el siglo xviii fue sustituida la pintura por una es-
había uno más, de éstos dos carecían de retablo; y cultura estofada de la Inmaculada Concepción y el
hacia 1760 sumaba nueve por la inclusión del de- lienzo con el traslado de san Francisco se reempla-
dicado a San José, además del altar mayor. Todos zó por una escultura del mismo santo vestido con su
18 |
eran retablos sobredorados con sus perfiles en co- sayal.37 En las paredes del presbiterio pendía un
lores, como expresó Gemelli Careri en 1697: “Tie- gran lienzo con la pintura de la confirmación a san
ne nueve altares bien dorados”.35 Francisco sobre las tres órdenes, y también había
En el presbiterio se ven aún los anclajes de aquel cuadros de terciarios mártires y confesores que ya
suntuosísimo retablo que lució la capilla dedicado a habían sido beatificados y canonizados.38
la Inmaculada Concepción de María. En dicho mue- Un altar colateral del crucero estaba dedicado
ble, a finales del siglo xvii, ocupaba el sitio principal a san Antonio de Padua, tenía lienzos con escenas
un lienzo de la Purísima Concepción de Nuestra Se- de sus milagros y el retablo colateral del otro bra-
ñora, el cual había presidido el altar mayor del pri- zo del crucero estaba dedicado a santa Rosa de Vi-
mer templo. En el segundo cuerpo del retablo estaba terbo, cuya imagen era de bulto y tenía un crucifijo
una pintura de san Francisco en la que se represen- en la mano.39 A la derecha se encontraba el altar de
taba una escena del traslado de su cadáver al mo- Nuestra Señora de la Salud, fabricado con suntuosi-
mento en que el papa intentó besar su pie, mientras dad, era una imagen con mucha devoción en la ciu-
que en el remate del altar mayor estaba Jesucristo dad de Puebla; el manto de esta representación era
difunto en los brazos de Dios Padre, seguramente se de tela azul con puntas de oro forrado con tafetán

35 Ignacio Ibarra Mazari (comp.), Crónica de la Puebla de los Án- 36 Relación de 1680, f. 8v.
geles según testimonios de algunos viajeros que la visitaron entre 37 Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, op. cit., t. II, p. 300.
los años 1540 a 1960, Puebla, Gobierno del Estado de Puebla, 38 Relación de 1680, f. 10v.
1990, p. 47. 39 Ibidem, f. 9r.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


encarnado. Dicho retablo ocupaba todo el ancho de misas rezadas y una cantada; además los miembros
la pared y su remate se acompasaba con el arquea- de dicha hermandad acompañaban las exequias
do de la bóveda; a los pies de ese altar fue enterrado con 12 cirios. Hacia 1680 era tesorero de la cofra-
el ya referido capitán Antonio García.40 Su hijo, An- día Francisco López de Córdova. En ese mismo al-
tonio García Fragoso, costeó gran parte del altar de tar ejercitaban devoción algunos terciarios, quienes
la Virgen de la Salud y el de san Antonio; para eri- los martes, jueves y sábados efectuaban ejercicios y
gir el primero, contrató en 1669 a los maestros en- oración mental a puerta cerrada.43 Enfrente estaba
sambladores Antonio Flores y Juan Andrés.41 Para el altar de Nuestra Señora del Valle.
las faenas pesadas, la Virgen de la Salud tenía en ca- En el sotocoro, frente a la segunda puerta de la
rácter de propiedad un esclavo, en 1692 era el “mu- iglesia, había un altar pequeño, dedicado a la Vir-
lato prieto” Bartolomé de San Francisco. Cada año gen de la Soledad, el cual fue de los primeros en ser
había en este altar un novenario de misas cantadas reemplazado, en el siglo xviii, por uno cuyo estilo
por la salud de todos los hermanos.42 En el muro de ya respondía a los gustos neoclásicos que campea-
enfrente se ubicaba el altar dedicado a san Luis, rey ban en esa etapa. En las paredes de todo el cañón
de Francia, también sobredorado de estilo barroco, había 48 lienzos de santos de toda la familia fran-
cuyas columnas sin duda eran de estilo salomóni- ciscana, “puestos en igualdad y correspondençia
co; hacia 1682 fue retocado en el sobredorado para que hacen mas luçido el templo con tan vistoso y
resarcir los efectos de una centella. La imagen del rico adorno”.44 Muchas de esas obras fueron pinta-
santo era una escultura, tenía su manto en tela de das por Gaspar Conrado para la capilla anterior, con
primavera aderezada con puntas de oro y broches quien hicieron contrato en 1643.45
en plata, además portaba la corona de espinas y los A finales del siglo xvii, para las actividades de-
| 19
clavos, que eran de plata. sarrolladas durante el Jueves Santo, contaban con
Sobre la pared, ya en el cuerpo de la iglesia, del un monumento rodeado de ocho ángeles, cada uno
lado del evangelio estaba el altar de Jesús Nazareno con un signo de la Pasión en las manos. Había una
—imagen de Cristo con su cruz a cuestas—, devo- escultura del Señor de la Columna, una reliquia de
ción de una cofradía de sacerdotes y laicos, quienes la Sábana Santa montada sobre una lámina de apro-
ayudaban a bien morir, a la ejecución de exequias ximadamente 40 centímetros de largo, enmarcada
dignas y en la práctica de actos espirituales por la en plata y cubierta por un vidrio. Una de las pintu-
salvación del alma del difunto. Estas obras de cari- ras era de los Cinco Señores. Entre otras esculturas
dad las emprendían con los ingresos obtenidos me- se encontraban las de Ecce Homo, san Juan Evange-
diante el donativo de un real que cada uno de ellos lista, santa María Magdalena y óleos de los siete do-
entregaba mensualmente, de los cinco reales que lores de la Virgen María.46 De igual forma se tenía
daban al ingresar y de la ayuda extraordinaria que bien dotado el coro, con su órgano y el ajuar para los
obsequiaban a los deudos del hermano fallecido, la cantores, un facistol de tableros en madera de nogal
cual consistía en 25 pesos de oro común en efecti- con 12 bancos de pino y los blandones de palo para
vo, una mortaja que costaba 12 pesos y el pago de 30
43 Relación de 1680, f. 9v.- 10r. Agustín de Vetancurt, op. cit., §94.
40 Ibidem, f. 9v. 44 Relación de 1680, f. 10v.
41 Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, op. cit., t. II, pp. 45 Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, op. cit., t. II, pp.
301, nota 237, de Efraín Castro, sin referencia documental. 301, nota 237, de Efraín Castro, sin referencia documental.
42 Agustín de Vetancurt, op. cit., §94. 46 Relación de 1680, f. 10v.

ESPLENDOR EN LA CAPILLA DE LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS DE PUEBLA


cuando acompañaban las procesiones. Conforme al un colateral donde se encontraba un conjunto he-
ritual franciscano que entonces existía, el coro de- cho de marfil en el que se representaba a Cristo y
bía acompañar a cada estación del Vía Crucis y en- los dos ladrones. Ya en 1680 presumían los terciarios
cabezar el rezo de la letanía especial para dicho acto de no necesitar préstamo de objeto alguno para sus
piadoso.47 ceremonias.49 Para guardar todo se disponía de tres
Para 1770 la capilla de la tof contaba ya con 10 grandes cajoneras de tableros, hechas en madera de
altares, incluyendo el principal; algunos eran de nogal, además de tres más de pino con sus cantone-
estilo barroco y dos ya al gusto neoclásico. En 1736 ras y herrajes, así como una mesa grande; parte del
se hizo el altar dedicado a san José, colocándose servicio para los celebrantes era una pileta de talón
frente a la primera puerta de entrada, del lado del hecha en Flandes, grabada y cuya pila era de alqui-
evangelio, y por lo tanto subsecuente al altar de mia; también se tenía un espejo mediano y dos cajo-
Nuestra Señora de la Soledad, donde se puso la es- nes para guardar la cera.
cultura del santo, la cual medía casi un metro de El ajuar litúrgico, para 1692, era impresionante:
alto. Esto se dispuso así porque se nombró al padre en los vasos sagrados la plata prevalecía; se tenía
putativo y nutricio de Jesús como patrón de las tof varios ejemplares de los libros litúrgicos necesarios
de toda la Provincia del Santo Evangelio, instruc- para el culto y múltiples ternos para revestir a los
ción notificada a los terciarios poblanos el 7 de octu- oficiantes. Poseía dos ternos completos blancos, te-
bre de aquel año.48 jidos en lama con sevillaneta de oro;50 21 casullas
hechas con trencilla de plata o sevillaneta de oro,
Sacristía y ajuar litúrgico sobre damasco, tafetán o seda y sus flecos también
eran de metal precioso; una capa pluvial de damas-
20 |
La sacristía tiene la longitud del ancho de la iglesia y co mandarín formada con sevillaneta de oro y fo-
los dos tránsitos de su entrada medían nueve varas, rrada con tafetán color grana. Para hermosear los
es el espacio que está detrás del templo y en la actua- altares contaba con 32 frontales: nueve blancos, sie-
lidad colinda con una pequeña calle que durante la te rojos, tres morados, uno verde, otro negro, dos
primera mitad del siglo xx permitía el paso a unas azules, la mayoría de raso tejidos con lama, además
fábricas. El acceso principal era por el lado del evan- había uno pintado al óleo.
gelio. Según el secretario y cronista Alcalá, cuando el Entre los objetos puede destacarse una palia bor-
virrey conde de Baños la visitó, en su paso por Pue- dada de perlas y piedras en los bordes, la cual tenía al
bla camino a la Ciudad de México, dijo que esa sacris- centro un águila de plata sobredorada que llevaba en
tía podía ser presea de El Escorial, por lo bien labrado el pecho una lámina de san Francisco con vidriera,
y decorado de su cajonería y armarios, además de objeto que sin duda se empleaba para la solemnidad
del santo fundador de la Orden. Había cuatro palias
47 Antonio Arbiol, Los terceros hijos del humano serafín. La vene-
rable y esclarecida Orden Tercera de nuestro seráfico patriarca San 49 Todo el ajuar litúrgico, los detalles en el adorno de las imáge-
Francisco. Refierense sus gloriosos principios, regla, leyes, estatutos, nes y los de los altares que a continuación se apuntan se recopi-
y sagrados exercicios; sus grandes excelencias, indulgencias, y privi- laron del inventario hecho en diciembre de 1692. af-unam, caja
legios apostolicos; y las vidas prodigiosas de sus principales Santos, 74, exp. 1250.
y Santas, para consuelo, y aprovechiamiento de sus amados her- 50 El tejido en lama se elaboraba con plata u oro, los hilos de es-
manos..., Zaragoza, Manuel Román impresor de la Universidad, tos metales se entrelazan de manera que brillan por su haz sin
1706, p. 77-88. pasar al envés. Vid. Real Academia Española, Diccionario de la
48 af-unam, caja 74, exp. 1254. lengua española, 22ª ed., Madrid, Espasa-Calpe, 2001, s. v. “lama”.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


más ricamente bordadas, algunas con motivos vege- El palio para las procesiones era extraordinario. Se
tales y otras con figuras de aves, con pomas en hilo de trataba de una estructura con alma de madera cubier-
oro, los colores de la seda y el tafetán dependían del ta de plata labrada; en el remate de la parte alta tenía
tiempo litúrgico y estaban rematadas con puntas tres esculturas de lo mismo: san Luis con su corona y
de oro; además para el servicio cotidiano había 38 pa- los clavos en la mano, san Francisco con el crucifijo
lias y 35 purificadores. Para cubrir las imágenes de en la mano y san Antonio de Padua con el Niño y la
san Luis y Nuestra Señora de la Salud, en los días del azucena, en medio unas “pirámides”. Ese baldaquín
triduo sacro se contaba con un manto de tela ador- costó aproximadamente 2 370 pesos en 1670 y conta-
nado con puntas de plata y oro. A ello se suma un ba con su propio estuche elaborado de forma curiosa,
abultado número de ornamentos elaborados en dife- pues tenía forma de una banca, medía poco más de
rentes textiles, desde los más finos hasta los comunes. dos metros y medio de largo por dos de alto, con sus
Labrados en plata poseían múltiples objetos, bisagras de fierro y forrada en bramante
aquí algunos de ellos: 12 candeleros cuyo peso reba-
saba los 28 marcos; seis blandones grandes hechos […] engonzada con tal arte y disposición que se remata
con alma de hierro y orna de palo cuyo peso era en el espaldar otra tapa que pende de las demás en que
de 81 marcos; seis medianos y 12 chicos, un acetre están dos llaves con sus chapas y pretilleras que ajus-
con su hisopo, un atril, el incensario con la nave- tan todo a dicha caja y queda asegurado y guardado di-
ta, la lámpara grande para la cúpula que pesaba 22 cho baldaquín de plata con sus faldas de sayal blanco.
marcos y dos más pequeñas. La cruz guía y, desde
luego, la custodia de plata sobredorada con dos so- Los terciarios, entre sus actividades, promovían
les, uno de ellos cercado por perlas, cuyo peso era misiones y predicaciones cuaresmales, contaban para
| 21
de 11 marcos. Además, siete cálices con sus pate- ello con un Jesús crucificado que portaba en la espal-
nas, de los cuales tres eran sobredorados y todos da una Verónica; debió tratarse de una reproducción
sumaban los 30 marcos de peso. La sacra, con la del famoso velo. Además tenían seis faroles, una cam-
fórmula de la consagración también en plata, con panilla, cuatro catecismos y cuatro bancas; ése era el
su marco de hueso y en medio una lámina de Je- arsenal que portaban para dichas misiones.
sucristo cubierta con su vidriera. Para las ceremo-
nias más solemnes había un atril todo hecho en La capilla subterránea
plata con 12 marcos de peso. Se enumeran diade-
mas, coronas, cetros, palmas, píxide, vasos, vinaje- La existencia de la capilla subterránea era una rea-
ras, entre otros. lidad prácticamente desde que se concluyó la cons-
Para el altar mayor tenían una cruz de bronce so- trucción del templo, como lo anuncié en una cita
bre la cual estaba montada la imagen de Cristo en textual previa. Estaba dedicada a Nuestra Señora de
plata, y en los remates había cuatro relicarios de pla- la Encarnación. Existe clara evidencia documen-
ta. Además se contaba con una escultura de Cristo tal de que la capilla subterránea tenía dos funcio-
crucificado, también de dicho metal precioso, mon- nes primordiales: el culto, ya que contaba con altar
tado sobre una cruz de madera y cantoneras de plata. y además tenía un colateral —todo con su respec-
Existía una reliquia del Lignum Crucis dentro de un tivo ajuar litúrgico—, y también se celebraban allí
relicario de oro, colocado sobre una cruz de plata, las reuniones capitulares de la tof, como consta en
con su vidriera esmaltada. los autos que enviaron al provincial dando cuenta

ESPLENDOR EN LA CAPILLA DE LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS DE PUEBLA


Figuras 14 y 15. Acceso a la capilla subterránea y bóvedas. Perspectiva de la capilla de Nuestra Señora de la Encarnación. Fotografías de Lourdes Maldonado
Ramos. Agradezco a la antropóloga Maldonado su generosidad por ceder las imágenes de la capilla subterránea y las bóvedas de las criptas para este ensayo.

de las elecciones que se efectuaron para ministro En la actualidad la capilla de la Encarnación ma-
de la misma y la presentación en distintas reunio- nifiesta una altura más pequeña que la original, sien-
nes de las patentes y autos con motivo del litigio de do altamente probable que el piso fuera levantado
1692;51 en todos los casos se menciona la advoca- en tiempos que sirvió como caballeriza y como parte
ción y de forma explícita las palabras “capilla subte- del hospital del cuartel. Los arcos parecieran que es-
22 |
rránea”, donde “se congregaron como lo tienen de tán rebajados más allá del modelo arquitectónico con
uso y costumbre”. Fernández de Echeverría y Veytia que se construyó. Aunque aún entra mucha luz, las
refiere que se trataba de la bóveda que se construyó ventanas también acusan modificaciones introduci-
para enterrar a los terciarios; sin embargo, las bóve- das por la reutilización del inmueble (figuras 14 y 15).
das estaban adyacentes y la capilla servía para cul- El ornato de este espacio no era menor. En el altar
to y diversas actividades. Por otra parte, reconoce la principal estaba un Cristo de media vara de altura he-
amplitud de ese espacio cho en caña de maíz, traído desde Michoacán; se ha-
llaba colocado en una cruz rematada con cantoneras y
[…] que es otra hermosa capilla dedicada a la Encar- las siglas inri de plata, con una peana de ébano forma-
nación del Verbo Divino, que a más de lo suntuoso y da por tres gradas en las que había ocho “láminas de
perfecto de su fábrica, se hace admirar la mucha luz alquimia” doradas con imágenes de diferentes santos; al
y claridad que goza, y que sólo pudo dársela la situa- pie de la cruz estaban grabados en plata sobredorada la
ción en que está por el declive que hace el terreno en Encarnación de Nuestra Señora, una jarilla y la repre-
que está el convento.52 sentación del Espíritu Santo; además se apreciaban 12
ramilletitos y 14 escudos hechos en plata que adorna-
ban la peana, la cual descansaba en cuatro bolillas.
51 af-unam, caja 74, “Traslado del auto de presentación de una pa-
Había también un altar colateral con retablo dedica-
tente del Comisario general”, reunión efectuada el 8 de octubre
de 1692. Hay más reuniones donde se asienta el término. do a la Virgen de la Encarnación, donde estaba un Ecce
52 Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, op. cit., t. II, pp. 301. Homo, san Juan y santa María Magdalena, referidos en

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figuras 16 y 17. Criptas. Fotografías de Lourdes Maldonado Ramos.

líneas anteriores; además tenía una representación de Un triste destino


| 23
la Concepción en oro con 36 piedras y una calabacita
de perlas, una cruz de cristal y una gargantilla de piedras. En 1835 la capilla había renovado sus altares al gus-
Adjunto a la capilla subterránea se encontraban to neoclásico, se modificaron los retablos colatera-
las bóvedas para enterrar a los congregados en la les ubicados en el transepto y la nave se adornó con
tof. La capilla subterránea era de uso constante por pinturas de Salvador del Huerto, consideradas de
parte de vivos y muertos, e incluso contaba con una mala calidad. El altar mayor también fue reemplaza-
pequeña sacristía. Se ingresaba a ella de dos formas: do, para lo cual se desechó el sobredorado hecho ha-
tenía una puerta por la parte trasera, pero para efec- cia 1660 por uno “sencillo pero hermoso”, a decir de
tos solemnes en las exequias se entraba desde el Francisco Javier de la Peña, consistente en piedra jas-
cuerpo de la capilla, el acceso estaba debajo de la peada, probablemente era ónix, con madera.54 Con
tercera bóveda, y hasta la fecha subsiste.53 Para las la intervención de los bienes de la iglesia de Tlaxca-
honras fúnebres se contaba con tres ataúdes, cada la-Puebla, ordenada por el gobernador Traconis en
uno con su paño y su almohada. La construcción marzo de 1856 y siguiendo las instrucciones del pre-
adyacente hacia la banda sur fue la primera capilla, sidente de la república, se obligó a todas las corpora-
aunque la crónica nos habla de un espacio junto al
convento, la distancia es más amplia, prácticamen- 54 Juan de Villasánchez, Puebla sagrada y profana, informe dado por

te las separa un pasillo (figuras 16 y 17). su muy ilustre ayuntamiento en el año 1746, Puebla, impreso en casa
de José María Campos, 1835 (ed. facsímil de 1997, Puebla, buap), p.
84. La información corresponde a las notas hechas por Francisco
53 Idem. Javier de la Peña a la crónica del dominico Villasánchez.

ESPLENDOR EN LA CAPILLA DE LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS DE PUEBLA


24 | Figura 18. Plano de la capilla de Nuestra Señora de la Encarnación y el sistema de bóvedas para criptas. Levantamiento por el arquitecto José Eduardo Carranza
Luna dro. Fotografía de Jesús Joel Peña Espinosa.

ciones eclesiásticas a entregar una cantidad fija como cio religioso, máxime que después toda esa área del
reparación por el levantamiento de Zacapoaxtla; a los conjunto conventual fue utilizada por parte del ejér-
terciaros les correspondió la cantidad de 25 000 pesos. cito. Merlo y Quintana consideran que algunas de
Fue un primer golpe para el poder económico de esta las pinturas que se encuentran en el entrepiso del
rama franciscana, seguida de los avatares de la guerra actual claustro mayor del convento quizá formaron
de Reforma y la invasión francesa. parte de la capilla de la tof, pues sus temas ensalzan
Según lo consignado por José de Mendizábal, en- algunos santos terciarios, como el beato Luquesio
tre diciembre de 1862 y principios de 1863 fueron y Margarita de Cortona, lo que permite aventurar
demolidos algunos templos y algunos se cerraron al que tal vez se trate de los pintados por Salvador del
culto; entre los destruidos estuvo la capilla del Cor- Huerto.56 Por otro lado, Carrión asentó a finales
dón (sede de la Cofradía de la Cuerda), que esta- del siglo xix que desde la exclaustración la capilla
ba en el atrio del convento franciscano, y entre los de los terciarios había pasado por “mil vicisitudes,
que fueron cerrados al culto se hallaba la capilla de
la tof.55 Desde entonces dejó de fungir como espa-
Hernández, Los almanaques poblanos y las efemérides de Puebla de
José de Mendizábal Tamborrel, 1519-1933, México, buap, 2009, p. 78.
55 José de Mendizábal Tamborrel, “Sexto almanaque de efemé- 56 Eduardo Merlo Juárez y José Antonio Quintana Fernández,
rides del Estado de Puebla arreglado al meridiano de su capital Las iglesias de la Puebla de los Ángeles, upaep / Gobierno del Esta-
para el año de 1894”, en Carlos Contreras Cruz y Claudia Pardo do de Puebla, 2001, p. 247.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


y actualmente sirve de caballeriza”.57 Con ese triste En 1771, por los actos de culto divino efectuados
destino, sin duda los retablos y todo el esplendoroso en la capilla ingresaban anualmente al convento de
ornato de que gozó la capilla desde finales del siglo Las Cinco Llagas una suma de 224 pesos y cuatro to-
xvii hasta finales del xviii fue desapareciendo paula- mines, a que ascendían las 12 actividades litúrgicas
tinamente (figura 18). que los frailes celebraban para la tercera rama de su
familia. Eran las siguientes: la patronal, dedicada a
Calendario cultual la Inmaculada Concepción, y una a san Luis rey; la
fiesta y novena de Nuestra Señora de la Salud, y la
Conviene apuntar el calendario cultual de este tem- de san Francisco de Asís; dos misas para san José
plo, pues era el principio fundamental para la ela- (una por su fiesta y otra por el patrocinio), los ofi-
boración de retablos, imágenes y la adquisición del cios de Jueves y Viernes Santo, la exposición duran-
ajuar litúrgico. Sin considerar las fiestas de los ter- te el Jubileo Circular, la procesión de Desagravios,
ciarios se descontextualiza el objetivo para el que el aniversario por los difuntos de la tof, la misa de
dicho templo alcanzó aquellos niveles de hermosu- un santo que se sorteaba cada año y la misa men-
ra en su boato barroco. Las fiestas que se celebra- sual “de cuerda”. Entre todas ellas, la que mayor gas-
ban anualmente alrededor de 1680 eran las de la to significaba era la novena a la Virgen de la Salud.60
Concepción de Nuestra Señora, la de san Francisco, Desde luego, los gastos en la capilla de los terciarios
la de san Luis rey de Francia, la de santa Rosa de angelopolitanos eran muy superiores a los de otras po-
Viterbo, la Fiesta de Todos los Santos de la Orden, blaciones, por ejemplo, los de Cholula alcanzaban 98
además de los domingos de cuerda (que eran los pesos y los de Huejotzingo, 74; una que se acercaba
segundos de cada mes). Una fiesta particular con en cuanto a egresos era el convento del puerto de Ve-
| 25
jubileo propio tenía Nuestra Señora de la Salud. racruz, con 239 pesos, pero en ese caso el gasto se jus-
También había ejercicios espirituales tres días de la tificaba porque incluía varias fundaciones piadosas.
semana, pláticas en época de Cuaresma, con un ser-
món que se predicaba en el convento de Santa Cla- Epílogo
ra. Para memoria de los agregados y ánimo de los
que deseaban sumarse a esta Orden, tenían a la vis- La capilla de la Inmaculada Concepción, pertenecien-
ta el sumario de indulgencias y perdones concedi- te a la Tercera Orden de Penitencia de San Francisco
dos a las tres órdenes y a los hermanos de cuerda;58 en la ciudad de Puebla de los Ángeles, era uno de los
uno de los timbres de mayor orgullo y atractivo templos más ricos y ostentosos en el siglo xviii, cuyo
para la tof era la cantidad de premios espirituales crecimiento y oropel se fraguó a lo largo de la segunda
de que gozaba.59 mitad de la centuria antecedente. Arquitectónicamen-
te tuvo la particularidad de su capilla subterránea y
57 Antonio Carrión, Historia de la ciudad de Puebla de los Ángeles, un complejo sistema de bóvedas para la sepultura de
Puebla, Vda. de Dávalos e Hijos Editores, 1896, t. I, p. 112. sus agregados; pero además, esas estructuras resol-
58 Relación de 1680, f. 4.
59 Sobre el particular he revisado Miguel Tadeo de Guevara, Su-
vieron el delicado tema del terreno sobre el cual se
mario de indulgencias, gracias y privilegios auténticos que ganan
y gozan los hermanos de la Tercera Orden de Penitencia de N. P. S. Clemente XIV. en todo y por todo su contenido, México, impreso
Francisco, como consta de las bulas y decretos apostólicos que se ci- por Felipe de Zúñiga y Ontiveros, 1787.
tan, y especialmente según el tenor de la bula de Benedicto XIII. que 60 af-unam, caja 89, “Memoria y razón de todas las limosnas”, he-
llamamos el Mare-magnum, cuya reviviscencia hizo nrô. ssmô. p. cha el 27 de abril de 1771.

ESPLENDOR EN LA CAPILLA DE LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS DE PUEBLA


edificó, muy cercano al río de San Francisco, que en bienes, aunque acusa cierto orden en dicha exhibición,
múltiples ocasiones desbordó su cauce. El templo fue también es evidente que no se hizo una tajante separa-
reflejo del prestigio y poder que alcanzó la tof en ción del tipo de objetos.
la ciudad episcopal, pues junto con la cuidadosa pla- 2. Decidí actualizar la ortografía y desatar toda abrevia-
neación en su fábrica, pensaron en el simbolismo de tura para mayor utilidad, y sólo mantuve ciertos arcaís-
su decoración en argamasa, la cual afortunadamente mos, ya en desuso. Se ponen en arábigos todas las ci-
sobrevive, y emplazaron altares y retablos con mucha fras, a excepción de los que aparecen cuando inicia el
riqueza estética, auxiliados de un vasto y rico ajuar renglón de cada pieza.
en ornamentos, vasos sagrados e imágenes. Ese es-
plendor empezó a ver su declive a partir de la tercera Ornamentos y servicio de altar
década del siglo xix y fue la intervención francesa la
circunstancia que dio el golpe de muerte a la capilla e • Ornamento blanco de lama con sus dalmáticas y se-
hizo languidecer a la propia Orden, aunque sin llegar villaneta de oro fino.
a exterminarla, pues sobrevivió y continuó llevando a • Una casulla de tela blanca vieja, con galón de oro
cabo sus actos en el templo conventual. fino.
La presencia de señeras figuras eclesiásticas, • Casulla blanca de lama blanca con galón de oro
políticas, mercantiles y de letras en las filas de la fino.
tof también condujo a fricciones graves entre sus • Casulla blanca de lama blanca con galón de oro
miembros, y después a un rudo choque con los pro- fino usada.
pios frailes del convento angelopolitano; al ser tan • Casulla de raso encarnado y blanco con su
nutrida la Orden y albergar a un variopinto univer- sevillaneta.
26 |
so de hermanos, las tensiones sociales de la ciudad • Casulla y 2 dalmáticas de damasco blanco de Tole-
hicieron eco entre los terciarios, pero ésa es otra his- do, aforrado en saya encarnada y guarnecida con
toria que ya habrá de contarse en su momento. sevillaneta de oro falso, las borlas y cordones de oro
fino; y paño de cáliz, bolsa de corporales y su cene-
Apéndice fa de lama encarnada.
Ajuar de la capilla de la Venerable Orden Tercera • Tres casullas de damasco blanco mandarín guarneci-
de Penitencia de San Francisco, asentada das con sevillaneta de oro falso.
en la ciudad de Los Ángeles (Puebla)61 • Una bolsa de corporales y paño de cáliz de raso
blanco.
Notas aclaratorias:62 • Paño de púlpito de raso blanco con puntas de oro
falso y paño de atril con puntas de lo mismo.
1. La nómina se redactó conforme está en el manuscrito. • Capa pluvial de oro de damasco mandarín labrado
El escribano lo asentó según se fueron presentando los con su sevillaneta y ychia de oro y seda, y su borla y
cordón armada en cotense y aforrada en tafetán de
61 af-unam, caja 74, “Auto de entrega de los bienes que hace Anto-
grana de carmesí.
nio García Fragoso por orden de la Real Audiencia, efectuada el • Una casulla de lama colorada, forrada en saya con
17 y 18 de noviembre de 1692”. galón de oro fino.
62 Agradezco al pasante de la licenciatura en historia, Víctor Al-
fonso Castillo Rodríguez, el apoyo para mecanografiar mis pro- • Otra casulla de damasco de brocatel con flecos de
pias fichas con la transcripción del inventario. oro y seda fina.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


• Dos casullas de damasco mandarín encarnadas con • Tres frontales nuevos de rasillo de primavera de Holan-
sevillaneta de oro falso. da, forrados con forro de lama india azul, anaranjado
• Una bolsa de corporales, de lana encarnada con y blanco, con sus flecos de seda encarnado y verde.
paño de lo mismo. • Un triángulo de lo mismo con su paño de púlpito de
• Una casulla de damasco verde con cenefa colorada lo mismo, con fleco ancho arriba y abajo.
y blanca, y fleco de oro y seda. • Un baldaquín de primavera, del mismo género, con
• Dos casullas de chamelote verde con sevillaneta de fleco ancho y angosto nuevo.
oro falso. • Dos alfombrillas de lo mismo por los dos lados.
• Veintiún bolsas de corporales con sus paños de dife- • Once frontales de lo mismo.
rentes colores. • Diez y seis albas nuevas con puntas.
• Una casulla de damasquillo morado y azul, ya vieja • Quince amitos usados.
guarnecida con puntilla de seda. • Seis cíngulos de seda de colores.
• Otra casulla de chamelote morado, guarnecida con • Un alba de Bretaña nueva, con las mangas y cuello
galón de oro fino. bordados con puntas de Flandes.
• Otras 2 casullas de chamelote morado con sevilla- • Cuatro albas de morlés, bordadas las manos y cue-
neta de oro fino. llo con sus puntas.
• Un paño de púlpito de raso morado con su • Ocho sobrepellices de lo mismo con puntas de Lorena.
guarnición. • Veintiséis pares de manteles.
• Una casulla de rasillo azul con cenefa colorada y • Una sobrepelliz nueva.
blanca, con su fleco de oro y seda. • Unos manteles del comulgatorio, viejos.
• Una casulla de tafetán negro con trencilla de pla- • Catorce cornualtares.
| 27
ta falsa. • Una palia preciosa bordada de perlas y piedras,
• Dos casullas de chamelote negro de hilo y seda, y con su águila en medio de plata sobre dorada y en
sevillaneta de oro falso. el pecho una lámina del señor san Francisco con su
• Nueve frontales blancos, los 7 de raso con puntas vidriera.
de oro; los otros 2, el uno de damasco y el otro de • Otra palia bordada de seda y oro, con su lentejue-
lama con puntas de oro. la, forrada en tafetán verde, con puntas.
• Siete frontales de damasco mandarín de China colo- • Otra palia deshilada de pita, con sus puntas, forrada
rado, con guarnición de oro falso. en encarnado con lentejuela.
• Tres frontales, dos de raso morado y el otro de lama • Otra palia de encajes blancos de Flandes, con sus
con sus bastidores. puntas forradas en encarnado.
• Más un frontal pintado al óleo. • Treinta y ocho palias de diferentes colores.
• Más un frontal verde con flecos de seda. • Treinta y cinco purificadores.
• Tres frontales de triángulo de mandarín blanco con • Diez y seis corporales.
guarnición de oro falso. • Una palia bordada sobre raso blanco, hilo y seda
• Un frontal de tela blanca con caída y frontaleras de de primavera de flores grandes con sus pájaros, fo-
lo mismo, ya viejo con flecos de oro y seda. rrada en saya blanca y puntas de oro y seda y po-
• Un frontal negro de damasco negro (llano). mas de ambas.
• Un frontal colorado con sus caídas azules. • Otra palia bordada sobre raso blanco, de colores
• Tres frontales de raso blanco con sus caídas coloradas. verde, rosado y morado, con lentejuela y remaxillos

ESPLENDOR EN LA CAPILLA DE LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS DE PUEBLA


[sic] de oro hilado, y sus puntas de oro de Milán y vieron 81 marcos 3 onzas; en que entró también las
sus pomas y pomillas guarnecidas de oro fino. badanas que sirven de arandelas.
• Palia esquinada de red, de seda verde y oro, sobre • Seis blandoncillos medianos, con sus tornillos de hie-
raso encarnado, con sus puntas sobre el mismo raso rro y arandelas de badana, que pesados parecieron
del mismo género y florecillas de seda de colores, fo- tener 49 marcos 2 onzas.
rrada en tafetán encarnado. • Doce blandoncillos de plata, con sus tornillos de hie-
• Tres pares de manteles de Ruán con puntas de rro, y sus hornillas de palo, con arandelas de bada-
Madrid. na, que pesados tuvo todo 83 marcos 5 onzas.
• Cinco pares de manteles nuevos, con su encaje fino • Un acetre con su hisopo de plata, que pesado tuvo
y listones encarnados. 11 marcos 4 ½ onzas.
• Cinco cornualtares de Bretaña, con encajes finos y • Un atril de plata todo, que pesado tuvo 12 marcos
listones encarnados. 7 ½ onzas.
• Tres albas de Bretaña con puntas de Campeche. • Una lámpara grande con 12 arandelas, todo de
• Tres palias con puntas de pita. plata, que pesado con el hierro que arma la bande-
• Doce pañitos de vinajeras. rilla tuvo 22 marcos 2 ½ onzas.
• Ocho amitos nuevos. • Otra lámpara de plata más pequeña, con cuatro
• Ocho cornualtares nuevos. arandelas, con su tornillo de hierro, que pesada toda
• Ocho corporales nuevos. tuvo 10 marcos 1 ½ onzas.
• Dos paños de cotense de manos. • Otra lamparita pequeña de plata, que pesada tuvo
• Un manto de tela de primavera, con puntas de oro y 9 ¼ onzas.
broches de plata, del señor San Luis. • Un incensario con su naveta y cuchara, todo de pla-
28 |
• Un manto de tela azul, con puntas de oro, forrado en ta, que pesado tuvo 4 marcos 7 ¾ onzas.
tafetán encarnado de Nuestra Señora de la Salud. • Una cruz grande de plata, que dicen es del Giñón,
• Ocho cíngulos de algodón, blancos y azules. que pesada tuvo 2 marcos 5 ½ onzas.
• Unas caídas y frontalera de terciopelo viejo y roto. • Un plato, 2 vinajeras, 2 vasos y 6 pebeteros, todo
• Dos tapetillos afelpados de colores. de plata, que pesados tuvieron 11 marcos 3 ½
• Una cortina de loe de China labrada con seda blanca. onzas.
• Un baldaquín de seda, con frontalera y caídas, y su • Una custodia del Santísimo Sacramento, toda de
espaldar aforrado en cotense. plata, con dos soles, uno cercado de perlas, y am-
• Una casulla de raso de primavera, forrada en tafetán bos con sus cristales, todo dorado, que pesado tuvo
blanco, con su paño y bolsa de corporales nuevas. 11 marcos 1 onza.
• Siete velos de los altares para Dominica in Pasione, • Siete cálices con sus patenas, todos de plata, 3 de
de holandilla de China. ellos todos dorados y 4 blancos [sólo] doradas sus
copas, que pesados tuvieron 30 marcos 3 onzas.
Plata • Una cruz de plata sobredorada, embutida de madera
con su pie de plata y en la cabeza un relicario peque-
• Doce candeleros de plata que se pesaron y se halló ño, con su vidriera esmaltado alrededor y dentro una
tener 28 marcos 3 onzas. cruz grande que dicen ser del Sanctum Ligmum Crucis,
• Seis blandones de plata grandes, con sus almas de dorado, que pesado todo tuvo 11 ½ onzas, con adver-
hierro y ornas de palo, que, con todo pesados, tu- tencia que el relicario esmaltado se dijo ser de oro.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


• Un vaso que dicen llamarse píxide, 2 mecheros con de tres gradas con lo siguiente: embutidas en las tres
sus arandelas, 3 potencias y 1 cuerda, todo de pla- gradas [hay] ocho láminas de alquimia doradas de
ta, que pesó 2 marcos 7 onzas. diferentes santos y santas; y arriba, al pie de la cruz
• Tres coronas de imágenes, una grande, una peque- el misterio de la Encarnación de la Señora, de pla-
ña y otra mediana, todas de plata, que pesaron 3 ta dorada y una jarilla y el Espíritu Santo pequeñito
marcos y 2 onzas. de plata; 12 ramilletitos de plata dorada; 14 escu-
• Una palma, una diadema y tres cucharitas, todo de dos de plata dorada todo embutido en dicha pea-
plata, que pesó 2 marcos y ¼. na, que tiene 4 bolillas por asiento.
• Un cetro de plata, con el pie de bronce y dentro ar- • Una corona de espinas de plata, con su cabellera
mado de madera con su tarja arriba y 2 imágenes, de capacete entero, con su cajón forrado en bayeta
una en cada lado doradas, que pesando todo tuvo azul de la tierra, con su llave y dos puertas.
11 marcos 1 onza. • Un baldaquín de plata, formado en madera, dora-
• Un depósito de plata, todo dorado, que pesó 2 mar- do en algunas partes, y en los remates de arriba tres
cos y 5 ½ onzas, y el capitán Antonio García Frago- imágenes de bulto, todas de plata, una es señor san
so dijo estar otro depósito del mismo tamaño en el Luis con su corona y clavos en la mano, y en dos la-
Sagrario, donde está el Santísimo Sacramento, por dos señor san Francisco en el (cieno) con Nuestro Se-
cuya causa no se sacó, vido y pesó; y para que ñor crucificado en la mano, y en el otro lado señor
conste se puso esta razón. san Antonio con el Niño Jesús en una mano y en la
• Unas palabras de la Consagración de plata, que otra una azucena, y en medio dos pirámides y a los
pesaron y tuvieron un marco y 2 ½ onzas, las cuales lados otras dos y dichos santos con sus diademas,
están puestas en un marco de tapinserán embutido todo de plata sobre dorada, lo cual no se pesó por
| 29
de hueso con su remate; y una lámina en medio del estar clavado en la madera y dijo el capitán Anto-
Salvador con su vidriera. nio García Fragoso haber costado dicho baldaquín
• Un Santo Cristo de plata, con la muerte al pie pla- 2 370 pesos.
teada de cortado, fijado en una Santa Cruz de bron- • Y así mismo dijo el susodicho tener de plata en blan-
ce, grabada, con su pie toda sobre dorada; y en sus co 91 marcos 5 ½ onzas y dorado 72 marcos 6 on-
remates de plata esculpidos en dicha cruz cuatro re- zas, en que entran dichas piezas, el tablero con su
licarios guarnecidos de plata, que como está en la imagen, triángulo que sirve de Sagrario, dos guarda-
forma referida, pesó todo 12 marcos 5 ¼ onzas. polvos y el cielo con su coronación.
• Una diadema, una corona, tres llagas, todo de pla-
ta, que pesó 1 marco 3 onzas. Alhajas
• Una hechura de Nuestro Señor crucificado, de pla-
ta, puesto en una cruz de madera de tapinserán • Una hechura del señor san Francisco, de talla, con
con cantoneras de plata, que pesado todo tuvo 5 ¼ dos hábitos y dos capas, el uno de tela y el otro de
onzas. lama, con sus paños menores y tuniquillo metido en
• Una imagen de un Santo Cristo, de Michoacán, de su tabernáculo y túnica plateada de mitón de China.
un poco más de ½ vara la efigie y la cruz con su • Una hechura de Nuestra Señora, de talla de una
peana al parecer de ébano, con sus gradas y la vara de largo, con su corona de plata, con su Niño
cruz con sus cantoneras e inri de plata dorado; su Jesús en la mano y en la otra el rosario de ámbar
paño con nueve borlillas de seda morada, la peana con una poma y algunas perlas, y el Niño otro rosa-

ESPLENDOR EN LA CAPILLA DE LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS DE PUEBLA


rio de cachineba con un hilito de perlas falsas con • Tres sillas de baqueta bonada, labradas con las
su peana sobre dorada = y su tabernáculo dorado conformidades.
por dentro = otra imagen de Nuestra Señora como • Dos macetas de palo donde se ponen los ciriales.
de ¾ con su peana dorada= una hechura del se- • Un tabernáculo dorado con su cerradura y llave don-
ñor san Luis. de se pone el depósito.
• Una imagen de Nuestro Señor crucificado, de mar- • Dos pares de andas con sus caídas de tela azul.
fil, con sus ladrones de lo mismo, puestos en un cola- • Seis campanillas, tres grandes y tres chicas.
teral que esta sin dorar en dicha sacristía. • Tres campanillas pequeñas y 12 candeleros de
• Una imagen de santa Rosa de Viterbo con una he- peltre.
chura de Nuestro Señor crucificado que [...] • Dos candeleros de azófar grandes.
• Un cuadro pequeño de ¾ de una santa Verónica, • Cuatro blandones grandes de peltre.
con su marco de tapinserán. • Una caldereta de cobre, vieja, para agua bendi-
• Una hechura de Nuestro Señor amarrado a la co- ta = 4 hacheros grandes de hierro estañados = una
lumna con su peana dorada de una vara de largo. alcachofa de hierro = un jirón blanco bordado de
• Cuatro tabernáculos de madera, uno pintado por oro y seda con la imagen de Nuestra Señora y san
dentro. Francisco.
• Tres cantoneras de plata que dijeron ser de la cruz • Siete misales y 2 libros, uno del padre Stela y el otro
de Jesús Nazareno, pesados tuvieron 3 marcos 4 ½ de Guillestegui sobre la Regla.
onzas. • Un hostiario de carey, viejo.
• Una reliquia de la Sábana Santa, en una lámina • Un baldaquín de lama, forrado de tafetán, con fle-
de ½ vara más o menos de largo, y 1/3 de ancho, co de seda y oro.
30 |
guarnecida alrededor de plata con su vidriera y dos • Dos platos de peltre para las vinajeras.
cortinas de tafetán morado y azul. • Cuatro bancas grandes nuevas, embutidas en ce-
• Tres cajones de tableros de nogal, grandes, en que dro; 4 bancas de nogal con clavazón; 2 mesas de
se guardan los ornamentos, con cerradura, aldabas nogal grandes.
y llaves. • Una sobremesa de paño verde de Holanda.
• Dos cajones grandes en que se guarda la cera, con • Ocho atriles nuevos y viejos.
sus chapas, cerraduras y llaves. • Siete evangelios de San Juan.
• Tres cajones grandes de pino y otro de cedro grande • Siete cruces con su crucifijo de bronce.
con sus cantoneras, cerraduras y llaves. • Una alfombra de 5 varas, usada.
• Una mesa grande de pino. • Tres tapetes usados; dos alfombrillas.
• Una pileta de talón en que se lavan los sacerdotes • Doce bancos de pino; 3 bancas viejas; 8 blandones
[al margen]: la pila es de alquimia hecha en Flan- dorados de palo; 22 blandones de palo; 4 bancas
des, grabada, con su basa grande que cabe un con clavazón, que están en el coro.
cubo de agua en ella. • Un órgano pequeño que está en el coro.
• Un espejo mediano con su marco negro. • Dos antepuertas de paño verde con sus varillas; 3 al-
• Una vidriera de diferentes piezas con marco dorado. fombrillas damasquinas buenas.
• Tres sillas de terciopelo encarnado, claveteadas de • Una alfombra nueva, que se compone de 42 tapetes.
clavazón dorada, con sus perillas de lo mismo y fle- • Un san Francisco de talla y un Niño Jesús de lo
cos de oro y seda, con fundas de badana. mismo.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


• Un baldaquín de raso con su crucifijo. • Una joya de cristal y perlas; una Concepción de oro
• Una Verónica con un marco dorado y su cortina de con 36 piedras y una calabacita de perlas; una cruz
tafetán; y en la sacristía 13 cuadros con marcos y sin de cristal; una gargantilla con piedras engastadas;
ellas, de diferentes hechuras y tamaños. 2 calabacitas.
• Cuarenta y ocho lienzos en la iglesia y coro de dife- • Una gargantilla chica con seis hilos; unas pulseras
rentes tamaños y hechuras. de perlas de 2 hilos.
• Cuatro láminas pequeñas con sus marcos, que están • Un facistol de tableros de nogal que está en el coro.
en dicha iglesia. • Un cajón grande que está en la sacristía para
• Tres ataúdes con tres paños y tres almohadas. ornamentos.
• Un monumento con todo lo necesario. • Un mulato prieto nombrado Bartolomé de san Fran-
• Una linterna grande de hoja de lata. cisco, esclavo de Nuestra Señora de la Salud, casa-
• Cuatro vestidos de Nuestra Señora de diferentes co- do con persona libre.
lores y géneros, pequeños. • Nuestro Señor crucificado de las doctrinas con una
• Cuatro faroles de hoja de lata. Verónica en la espalda.
• Un bisso del Sagrario. • Seis faroles.
• Otro bisso de los mismo = 28 arandelillas de hoja • Una campanilla.
de lata. • Cuatro bancas forradas de palometa.
• Una caja grande de cedro con cerradura, llave y • Cuatro catecismos.
aldabones. • Y 56 arrobas 18 libras 10 onzas de cera de castilla
• Un martillo de hierro y dos pernos. labrada en candelas de a libra, de a 12, 11 y de
• Veinte botijas de aceite. a ½ libra, y bujías de a 6 en libra, y cirios, todo nue-
| 31
• Un lienzo grande en la iglesia con los Cinco Señores. vo y cera bujía de castilla.
• Veinticuatro ventanas y claraboyas en dicha iglesia y • Una caja larga con su llave de cruz muy buena en
sacristía, con sus vidrieras y rejas de hierro. que se echan los cirios gastados.
• Siete altares en la iglesia con sus colaterales dora- • Una caja de pino oyamel, forrada en sayal y tacho-
dos, con diferentes cuadros e imágenes. nada con su llave, donde se echan 300 candelas
• Dos altares en dicha iglesia sin colaterales; y en los para los entierros.
lados del uno dos cuadros grandes de los Dolores • Una caja grande en forma de banca nueva, de más
de Nuestra Señora la Virgen Santísima y señor san de 3 varas de largo y 2½ de alto, con sus bisagras de
Joseph con sus marcos dorados. fierro, forrada en bramante crudo por dentro encinta-
• Otro colateral sin dorar que está en dicha sacristía. da y con tal disposición que sólo sirve para guardar
• Otro colateral en la capilla subterránea dorado, de en ella el baldaquín de plata, “engonzada con tal arte
Nuestra Señora de la Encarnación. y disposición que se remata en el espaldar otra tapa
• Tres imágenes del santo Ecce Homo, san Juan y la que pende de las demás en que están dos llaves con
Magdalena. sus chapas y pretilleras que ajustan todo a dicha caja
• Una corona de plata sobredorada con sus piedras y queda asegurado y guardado dicho baldaquín de
guarnecidas, cinco jazmines de oro y perlas, el uno plata con sus faldas de sayal blanco”.
grande; unos sarcillos de perlas y oro; tres rosas de • Y otras menudencias que, para no llenar papel, no
perlas y un lazo de lo mismo. se expresan.

ESPLENDOR EN LA CAPILLA DE LOS TERCIARIOS FRANCISCANOS DE PUEBLA


ENRIQUE TOVAR ESQUIVEL* / ESTHER GUADALUPE DOMÍNGUEZ FERNÁNDEZ**

Origen y evolución de los pasadizos


cubiertos. Casos en España, México
y Guatemala
Fecha de recepción: 30 de mayo de 2019
Fecha de aceptación: 28 de mayo de 2019

El artículo aborda un elemento arquitectónico conocido como pasadizo, cuya función principal es servir de cruce elevado
entre un sitio y otro, que no debe confundirse con el término puente, pues si bien cumple el mismo fin, difiere en térmi-
nos simbólicos y sociales. La manifestación arquitectónica de aquel elemento irrumpió en el ámbito urbano de la ciudad
de Córdoba hacia el siglo ix, cuando la península ibérica se encontraba bajo el dominio árabe; su presencia se mantuvo
por centurias, e incluso tuvo una modesta aparición en México y Guatemala durante el virreinato.
Palabras clave: pasadizo, cubierta, arco, intimidad, protección.

This article addresses an architectural element today known as a skyway (an elevated pedestrian walkway), permitting
a raised crossing from one building to another, not to be confused with a bridge. Although they fulfill the same purpose,
they differ in symbolic and social terms. The appearance of this architectural element in the urban milieu appeared in
Córdoba in the ninth century, when the Iberian Peninsula was under Arab rule. Its presence continued for hundreds of
years, which included a modest appearance in Mexico and Guatemala during the viceroyalty.
Keywords: elevated walkway, skyway, roofing, arch, privacy, protection.
32 |

D
esde su fundación, la Ciudad de México apostó por una traza que proyec-
tó amplias y rectilíneas calles que formaban, en la medida de lo geográ-
ficamente posible, manzanas rectangulares y plazas delineadas a cordel
con una regularidad que manifestaba no sólo una espacialidad homogé-
nea, sino libre y pública; fue concebida de manera tan distinta a la vieja
capital madrileña que, con sus recovecos sin salida e irregulares calles que se estrecha-
ban en algunos puntos para ensancharse a placer en otros, amén de otras tortuosidades
urbanas, mostraba sus orígenes medievales con tintes intimistas y defensivos contra los
que empezó a luchar en el siglo xvii, intentando transformarse en una ciudad de traza re-
gular y orgánica.
Fue precisamente durante ese siglo que en Madrid se levantó un considerable número
de pasadizos cubiertos, llamados de esa manera por unir las plantas altas de edificios fron-
teros separados por la calle y por resguardar la intimidad de sus propietarios al tiempo que
los protegían contra las adversidades del medio ambiente.

* Profesor-investigador del Centro inah Nuevo León.


** Maestra en arqueología por la Universidad Autónoma de Madrid.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


El pasadizo cubierto: reminiscencia musulmana Los pasadizos cubiertos. Su función utilitaria,
simbólica y social
Este elemento arquitectónico se remonta a la Edad
Media y surgió como una necesidad “de comunicar Durante los siglos xi y xiii se desarrolló en España la
un lugar con otro”,1 apunta Rafael Cómez, añadien- ciudad medieval, en su mayoría sobre trazados ro-
do que tuvo su origen en la tradición arquitectó- manos. Así, se mantuvieron las instituciones princi-
nica musulmana, “ya que es en las ciudades del pales, jurídicas y eclesiásticas, en torno a las cuales
mundo islámico donde aparecen estas calles cu- se ordenó el tejido de calles. Estas calles se entien-
biertas que tanto arraigo tuvieron” en la urbanísti- den como algo público que no admite privatización.
ca española.2 La sociedad nobiliaria de los siglos xvii y xviii vio en
El pasadizo cubierto, como elemento arquitectó- el pasadizo aéreo un recurso idóneo para marcar las
nico de raíz musulmana, encontró acomodo en los distancias.
diccionarios de la Real Academia Española hasta En su estructura arquitectónica, los pasadi-
1780, que lo definió como “el paso o camino cubier- zos cubiertos eran sostenidos por uno o dos arcos,
to y estrecho para pasar de una parte a otra. Tran- motivo por el cual también eran conocidos como
situs pervius pro domibus (paso transitable para las “arcos” o “arcos-pasadizos”. En tanto que en lo fun-
casas)”. cional, fue empleado, como ya se ha mencionado,
Una referencia más antigua se encuentra regis- para unir dos construcciones separadas por una
trada en el Tesoro de la lengua castellana o españo- calle.
la de Sebastián Covarrubias, publicado en Madrid En el ámbito de lo simbólico y social, el pasadi-
(1611) y dice: “pasadizo es pontido que se hace en zo cubierto se definiría como una conexión entre lo
| 33
una calle para pasar de una casa a la otra”; siendo privado y lo público; dicho de otra manera, los pa-
que “pontido” expresa, de acuerdo al diccionario ya sadizos surgieron como un enlace entre el espacio
citado, un “pasadizo o cobertizo de una calle a otra doméstico y el espacio religioso,3 exaltando con ello
dejando paso por debajo”. el “sentimiento de la vida privada aristocrática, que
Ahora bien, el principal material utilizado para guarda celosamente su intimidad en el plano de lo
erigirlos fue la piedra, aunque también los hubo doméstico”,4 con el tiempo, los pasadizos también
de madera o una combinación de ambos; aquéllos unirían propiedades vecinas separadas por la calle.
construidos únicamente con madera tenían un ca- Si bien es cierto que la construcción del pasadi-
rácter provisional, eran sencillos y estaban listos zo encubierto tenía un claro “papel de ocultación, de
para la picota cuando así lo ordenara la autori- reserva, de función secreta a la defensa de la vida
dad; los que sobrevivieron fueron precisamente privada”, lograda en parte al ser una “entidad arqui-
aquellos construidos con materiales más resisten- tectónica volada, aérea, sobre el aire de la calle, sobre
tes y por ser estéticamente atractivos, pues era el marco de la atmósfera, como quiebro constante en
costumbre revestirlos con tallas, escudos y distin- los nuevos trayectos, como fórmula cruzada en recodo
tos adornos sobresalientes.
3 Con el tiempo vendrían a unir propiedades particulares veci-
1 Rafael Cómez, “Pasadizo o ‘Sabat’, un tema recurrente de la ar- nas separadas por la calle.
quitectura andaluza”, Laboratorio de Arte, núm. 1, Sevilla, 1988, 4 Virginia Tovar Martín, “El pasadizo, forma arquitectónica encu-
pp. 13-28, p. 13. bierta en el Madrid de los siglos xvii y xviii”, Villa de Madrid, año
2 Ibidem, p. 16. XXIV, núm. 87, Madrid, 1986, pp. 31-42, p. 32.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS PASADIZOS CUBIERTOS. CASOS EN ESPAÑA, MÉXICO Y GUATEMALA


que preserva la intimidad”, también permitió la Os haga Dios un digno y piadoso fiel, señor Imam.
“contemplación del movimiento callejero, del espec- Los hombres deben ponerse de pie solamente ante
táculo público o el paisaje”;5 sus decorativas celosías Dios, el Creador del mundo; sin embargo, ante ti se
permitían asomar desde su interior todo lo que ocu- levantan apenas te ven llegar. ¡Oh, no! Tú no debe-
rría en las calles. rás aceptar ni dar a tu pueblo más que la verdad; pues
En términos concretos e intimistas, el pasadizo sólo la verdad te hará llegar a la presencia de Dios.
era una extensión de la propiedad privada, que al El poder es patrimonio de Dios, que no tiene igual; y
igual que el resto de la casa se mantenía ajeno al quien se humille a los designios de Dios, Dios lo ele-
resto de las miradas, encontrándose el noble separa- vará. La advertencia es útil a los fieles, y solo la re-
do del ciudadano; pero que en términos de uso, su cuerda el que se arrepiente.8
cubierta lo convertía en un protector contra la llu-
via, el viento y los rayos del sol. El emir Abd Allah ordenó a los fieles no levantar-
se cuando él llegara a la mezquita, pero no fue obe-
Los pasadizos cubiertos en España decido por todos, por lo que mandó la construcción
Los pasadizos de la Mezquita de Córdoba del pasadizo conectando a su palacio con la mezqui-
ta. Así lo describe el historiador hispano-musulmán
El pasadizo unía el palacio con la mezquita, permi- Ibn Hayyan.
tiendo el paso de los emires y los califas cordobeses
sin necesidad de pisar la calle. El más antiguo se Fue el primero que abrió una puerta en su palacio para
registró bajo el mandato del emir Abd Allah (888- comunicar con la mezquita, desde la muralla al Sur,
912 d. C.) uniendo el alcázar con la mezquita de Cór- contigua al templo, uniendo a ambos —alcázar y mez-
34 |
doba, compuesto con un arco de tres metros de al- quita— con su sâbât; esto es un corredor abovedado
tura. La pervivencia del elemento arquitectónico construido con gruesas piedras que se encuentran bajo
hispano-musulmán se convirtió “en elemento inte- el amplio camino que conduce a la Puerta de la Alcán-
grador del edificio civil y el edificio religioso. Iglesia tara, otra de las Puertas de la ciudad. Unió dicha puer-
y palacio quedaban unidos por medio de pasadizos”.6 ta con su cámara privada en la mequita. A ella acudía
El historiador hispano-musulmán Ibn Hayyan desde su alcázar sin ser visto por nadie, acompañado
(987-1075 d. C.) explicaba el origen del pasadizo por su sequito y servidumbre. También asistía a los ofi-
(que ellos llamaban sâbâtât) ordenado por el emir cios ceremoniales en algunos días de la semana.9
Abd Allah en su obra histórica Al-Muqtabis fi tarij al-
Andalus; apuntaba que, al entrar el emir a la mez- Las recientes intervenciones arqueológicas de
quita, los fieles se levantaban hasta que éste entraba 2007, emprendidas por el Área Arqueológica de
a su cámara particular, situación que disgustaba a la Universidad de Córdoba, han sacado a la luz ci-
los devotos ortodoxos. Fue entonces que le escribió
el faquí Sa’id ben Jamir:7 por don Joaquín Ibarra, Impresor de Cámara de S. M. y de la
Real Academia, 1780, p. 4.
8 Guadalupe Pizarro Berengena, “Los pasadizos elevados entre
5 Ibidem, p. 42. la mezquita y el alcázar omeya de Córdoba. Estudio arqueoló-
6 Rafael Cómez, op. cit., p. 17. gico de los sâbâtât”, Archivo Español de Arqueología, núm. 86,
7 “Faquí” es lo mismo que “alfaquí”, y “entre los árabes o moros Madrid, 2013, pp. 233-249, p. 234. [N. del a.: La ortografía fue ac-
es lo mismo que sacerdote entre nosotros”. Diccionario de la len- tualizada en todas las citas.]
gua castellana, compuesto por la Real Academia Española, Madrid, 9 Idem.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


mientos de los llamados sâbâtât, que desde el si- su Cámara por el pasadizo que está hecho, y las verán
glo ix unieron la antigua Mezquita Mayor al alcázar por unas celosías.11
andalusí.10
Estas fábricas proliferaron en ciudades como En 1611 se inició otro proyecto, la construcción
Madrid y Toledo, con estructura viaria musulma- del Real Convento de la Encarnación, edificándo-
na, un núcleo principal, como será la Medina (ciu- se un pasadizo que lo comunicó con el palacio, con
dad), donde se encuentra la mezquita, la madrasa la finalidad de que las infantas se criasen con las
(escuela religiosa o secular), la alcaicería y las ca- agustinas recoletas y que sirviese, a su vez, como un
lles comerciales, junto a la cual se distribuyen los lugar de recogimiento de la reina en caso de falleci-
barrios residenciales. Las angostas calles de origen miento del rey.
árabe de ambas ciudades hallaron en el pasadizo aé- Además, se había condicionado el traslado de la
reo una estructura que favoreció la privacidad y se Corte apenas se concediera la cesión de unas pro-
erigió como recurso funcional que permitía la fácil piedades a favor de Francisco Gómez de Sandoval
comunicación entre dos edificios. Duque de Lerma y su primogénito el Duque de
Uceda, que comprenderá también la construcción
Los pasadizos del Alcázar y la nobleza de Madrid de tres pasadizos que comuniquen al palacio con el
monasterio de Santa Clara, con el “juego de pelo-
El traslado de la Corte de Valladolid a Madrid en ta”, y con la iglesia de San Gil, como aparece en las
1606 propició la reestructuración urbanística de la crónicas:
ciudad, negociada previamente como condición.
Una dotación económica concedida a Felipe III fa- Allende del servicio que Madrid hace a su majestad,
| 35
cultó el inicio del proyecto remodelador de Madrid quieren dar al duque de Lerma las casas que eran del
desde el mismo Alcázar, sitio donde se construye un marqués de Poza, que se estiman en 100 000 ducados, y
pasadizo a su interior con el objeto de comunicar asimismo pagar el alquiler de las casas del marqués de
uno de sus patios adaptado como teatro de comedia, Auñón [Melchor de Herrera], y del licenciado Agus-
con la Cámara Real; así el testimonio: tín Álvarez de Toledo, para vivienda de los duques
de Cea, a las cuales se hace pasadizo desde Palacio, y de
Hace hecho en el segundo patio de las casas del Teso- ellas al monasterio de Santa Clara, para que pueda
ro un teatro donde vean sus Majestades las comedias, ir la Reina; y también se hace otro pasadizo al juego
como se representan al pueblo en los corrales que de la pelota, y otro se ha de hacer a la iglesia de San
están deputados para ello, porque puedan gozar me- Gil, donde quieren poner frailes descalzos franciscos,
jor de ellas que cuando se les representa en su sala, como los había en Palacio [Monasterio de San Diego
y así han hecho alrededor galerías y ventanas donde en Valladolid]: lo cual se va disponiendo para que esté
esté la gente de Palacio, y sus Majestades irán allí de hecho para cuando llegaren los Reyes allá, y se derri-
ba una casa principal delante de la iglesia de San Juan
10 Javier García-Bellido García de Diego, “Morfogénesis de la ciu-
para ensanchar las calles.12
dad islámica. Algunas cuestiones abiertas y ciertas propuestas
explicativas”, en Patrice Cressier, María Isabel Fierro y Jean-Pie-
rre Van Staevel (coords.), Actas del Coloquio L´urbanisme dans 11 Luis Cabrera de Córdoba, Relaciones de las cosas sucedidas en
l´Occident musulman au moyen âge. Aspectos juridiques, Ma- la Corte de España desde 1599 hasta 1614, Madrid, Imprenta de J.
drid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2000, pp. Martín Alegría, 1857, p. 359.
243-284. 12 Ibidem, nota 18, pp. 270-271.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS PASADIZOS CUBIERTOS. CASOS EN ESPAÑA, MÉXICO Y GUATEMALA


El pasadizo que unía al convento de San Gil con
el palacio fue derruido en 1621 por orden de Felipe
IV, gesto con el que manifestó un profundo recha-
zo a su padre Felipe III; por otra parte, en el palacio
del conde de Uceda se unieron cuatro fundaciones
religiosas mediante pasadizos: el convento de los
Trinitarios Descalzos de Nuestra Señora de la Encar-
nación, el convento de dominicas de Santa Catalina
de Siena, el convento de capuchinos de San Anto-
nio del Prado y la Casa Profesa de la Compañía de
Jesús (figura 1). Un pasadizo más se edificó en 1615
sobre la calle del Prado, majestuoso pasadizo soste-
nido por un gran arco que unió la tribuna del duque
de Lerma con el convento de los Capuchinos con otra
tribuna sobre el presbiterio de la iglesia del conven-
to de las dominicas, cuya licencia de construcción te- Figura 1. Detalle del pasadizo sobre la calle del Prado, que comunicaba
al palacio del duque de Lerma y el convento de Santa Catalina de Siena
nemos registrada: (XXXVI) con el de San Antonio de Capuchinos (XXI). Frente a él, al otro lado
de la calle Carrera de San Jerónimo, un pasadizo que comunicaba al palacio
de la Marquesa del Valle con el convento del Espíritu Santo de la orden de
En la Villa de Madrid, viernes dieciséis de enero de los clérigos menores (XIV). Detalle de la Topographia de la villa de Madrid,
descrita por don Pedro de Texeira, año de 1656.
mil y seiscientos y quince años. En este Ayunta-
miento se vio una petición que dio el señor duque El pasadizo de las Descalzas Reales de Madrid
36 |
de Lerma por la cual dice que quiere hacer un pa-
sadizo desde su casa que tiene en la entrada del prado En el palacio que fue del tesorero Alonso Gutiérrez
de San Jerónimo a la iglesia del monasterio de San- y María de Pisa en Madrid se fundó, años más tar-
ta Catalina de Sena, de que su excelencia es patrón de, un convento de monjas franciscanas de la pri-
que pide a esta Villa le de licencia para hacer el di- mera regla de Santa Clara (1559), mejor conocido
cho pasadizo que él hará con el ornato y policía que como monasterio de las Descalzas Reales;14 en ese
conviene. Y oída esta petición por la Villa y atento la entonces, el tesorero Alonso había muerto y su viu-
grande voluntad con que siempre está de servir a su da, María Pisa, así como sus hijos tomaron en pro-
excelencia, se le da licencia para que pueda hacer el piedad una casa frente a las franciscanas, “la que
dicho pasadizo por donde su excelencia fuere servi- aparece en algunas ilustraciones comunicada con
do a quien esta Villa suplica se sirva de mandar se el monasterio por medio de un pasadizo”.15 No hay
haga con la mayor comodidad y ornato que se pudie- claridad sobre la fecha de su construcción, pero al-
re de la calle.13 gunos autores manejan el año de 1582; dicho pasa-
dizo es mencionado en 1608, cuando el conde de
13 Bernardo J. García García, “Espacios de la privanza. Las re-
sidencias del favorito como extensión de los Reales Sitios en 14 José Miguel Muñoz de la Nava Chacón, “Monasterio de las
tiempos del duque de Lerma”, en Félix Austria. Lazos familiares, Descalzas Reales de Madrid. La casa de Capellanes y la de Mise-
cultura política y mecenazgo artístico entre las cortes de los Habsbur- ricordia”, Anales del Instituto de Estudios Madrileños, núm. LI, Ma-
go, Madrid, Fundación Carlos de Amberes / European Science drid, 2011, p. 58 (pp. 57-99).
Foundarion / Palatium, 2016, pp. 393-438, p. 420. 15 Ibidem, p. 62.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 3. “Pasadizo cubierto del monasterio de las Descalzas Reales”, Vista de
Figura 2. Pasadizo de las Descalzas Reales de Madrid. Detalle de la Topographia las Descalzas Reales por la calle de Bordadores, delineado por Villanueva y
de la villa de Madrid, descrita por don Pedro de Texeira, año de 1656. grabado por Juan Minguet, 1758.

Lerma quiso comprar la propiedad que pertenecía Doña Ynes de Guzmán, marquesa de Alcañices, digo
a Diego Gutiérrez de Pisa (figura 2).16 que me hallo con poca salud y por esta causa impo-
Existe una excelente litografía de 1758 titulada sibilitada a salir a oír los oficios divinos y hacer otros
Vista de las Descalzas Reales por la calle de Bordado- sufragios a las iglesias que como es razón dejo de
res, delineada por Villanueva y grabada por Juan cumplir con lo que es tan forzoso y para poderlo ha-
Minguet (en el presente, la calle de Bordadores se cer querría echar pasadizo de las casas de mi morada
denomina calle de San Martín); en ella observamos que son las de don Fernando de Guzmán mi primo, a
| 37
el pasadizo cubierto que comunicaba a los edificios la iglesia parroquial de San Juan.18
anteriormente citados (figura 3).
Al concepto funcional del pasadizo se le añadió,
Los pasadizos nobiliarios de la Ciudad durante el siglo xvi, el concepto del decoro. Así se pre-
de Madrid sentaron peticiones al Ayuntamiento de Madrid para
la construcción de estas estructuras con dicha excusa:
Como una manera de imitar a la Corte española, la
nobleza también se procuró la construcción de pa- Doña Antonia de Medina, viuda de don Antonio de
sadizos para comunicarse con las comunidades que Ubilla secretario que fue de su majestad, hija de don
estaban bajo su mecenazgo, presenciando así las ce- Cristóbal de Medina y hermana del secretario don Cris-
lebraciones litúrgicas; a cambio de ese privilegio, tóbal de Medina ambos regidores de esta villa […] tie-
las instituciones eclesiásticas recibieron el beneficio ne una casa propia que es en la que vive contigua y
económico de sus protectores.17 dentro del mismo colegio [San Ildefonso de Niños de
la Doctrina Cristiana] y se halla la suplicante con po-
cas conveniencias para mantener en que salir de casa
16 Ibidem, p. 72. con la decencia correspondiente a su calidad y estado
17 Cristina de Mora Lorenzo, “El pasadizo en el Madrid de los y con dos hijas doncellas, suplica a vuestra señoría se
Austrias (siglo xvii). Pervivencia de elementos arquitectónicos
encubiertos de tradición medieval”, Madrid. Revista de Arte, Geo-
grafía e Historia, núm. 6, Madrid, 2004, pp. 259-288, p. 264. 18 Ibidem, p. 265.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS PASADIZOS CUBIERTOS. CASOS EN ESPAÑA, MÉXICO Y GUATEMALA


sirva de dar la licencia para que por la dicha casa pue-
da abrir un paso por donde pasar a la misa que se cele-
bra en el dicho colegio.19

Virginia Tovar nos señala que eran excepciona-


les las peticiones para pasadizo por órdenes reli-
giosas, y una de ellas fue solicitada en 1726 cuando
Pedro Domínguez, rector del Colegio Imperial de la
Orden Jesuita declaró lo siguiente:

[…] que habiéndose dignado el rey de encomendar a la


Compañía, la erección de un Seminario de Nobles, que
agregado a dicho Colegio Imperial sirva para la educa-
ción de la juventud, dice que hasta que se haga el edifi-
cio se dispone de la casa propia enfrente que da vista a
la calle de Toledo y San Dámaso para situar el Seminario
interino, y como han de vivir en ella con algunos semi-
naristas los Jesuitas, no es decente del estado de éstos sa-
lir por la calle cotidianamente a decir misa en la iglesia
del Colegio Imperial no conveniente a los seminaristas
jóvenes el atravesar la calle a todas horas de la mañana
38 |
y tarde en que han de concurrir a las lecciones en el patio y Figura 4. Pasadizo de Cisneros. Tarjeta postal de J. Molina, 1946. Colección
de Esther G. Domínguez Fernández.
aulas de sus estudios”; por lo que pedía una pasadizo “en
la elevación de segundo alto para dicha comunicación”.20 y la dificultosa orografía de la ciudad; y por el otro,
como ostentación nobiliaria.
Razones de utilidad, refiere Virginia Tovar, como Esos pasadizos volados son lo que se conoce ac-
“causa de la solicitud de esta peculiar construcción”, tualmente como los “Cobertizos” de Toledo, una
pero también razones de intimidad, aunque de distin- construcción a cierta altura que comunica edificios
to matiz al que en otros casos mueven a la nobleza. para no tener que salir a la calle y que en 1509 fue-
ron prohibidos en las llamadas “Ordenanzas de la
Los pasadizos de Toledo construcción” por la reina Juana I de Castilla por-
que oscurecían las calles; otra pragmática publica-
Toledo, ciudad que hoy día muestra su traza musul- da en 1513 reforzaría la anterior. Esas disposiciones
mana, fue antes asiento de los palacios visigodos, y regulaban, principalmente, la altura, que debía ser
aún más atrás, de los romanos; en el presente man- mayor que la de un caballero a caballo armado con
tiene el pasadizo aéreo como una manera de sol- su lanza en vertical sobre el estribo, pero si la altu-
ventar, por una parte, el entramado de callejuelas ra no permitía el paso de éste, el pasadizo debía ser
derruido. Además, el llamado “cobertizo” debía es-
19 Ibidem, p. 261. tar iluminado las veinticuatro horas y los gastos ori-
20 Virginia Tovar Martín, op. cit., p. 41. ginados correrían a cuenta del propietario.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


| 39
Figura 5. “Arquillo del judío”, perspectiva inferior. Fotografía de Esther G. Figura 6. “Arquillo del judío”, perspectiva superior. Fotografía de Esther G.
Domínguez Fernández, 2019. Domínguez Fernández, 2019.

Cincuenta años más tarde (1559), el Ayunta- te de la vida urbana del Madrid del siglo xvi. Fue
miento de Toledo decidió cumplir con ambas orde- construida en 1537 por el sobrino del célebre carde-
nanzas y procedió a derribar “saledizos e corredores nal Cisneros, Benito Jiménez de Cisneros. En la ac-
e balcones por las delanteras de las casas”,21 previa tualidad es propiedad del Ayuntamiento de Madrid
inspección realizada entre mayo y septiembre por el y, desde 1909, fue objeto de una profunda restau-
corregidor Fernández Vellón y una comisión munici- ración emprendida por el arquitecto Luis Bellido y
pal que determinaron el derribo de 23 voladizos, 47 González. El pasadizo de Cisneros une a la casa del
saledizos y 25 cobertizos por haber sido edificados o dicho nombre con la antigua Casa de la Villa.
reformados después de 1509.22 Cuando los conventos de Santo Domingo el Real
Uno de esos pasadizos se encontraba en la casa y Santa Clara comenzaron a expandir sus propieda-
de Cisneros (figura 4), propiedad que formaba par- des, cada uno construyó un pasadizo para comuni-
carlas. Es también de destacar el pasadizo de San
21 “Por lo sombrío de las calles, la humedad, la falta de aire y
Pedro Mártir, que pertenecía al convento de domi-
los problemas ante diversas enfermedades, se prohíbe la cons-
trucción de cobertizos, saledizos y otras construcciones fuera de nicos; por otra parte, dentro del barrio judío se en-
la pared”. Archivo Municipal de Toledo. Archivo Secreto, caja 4, cuentra el pasadizo “Arquillo del judío” (figuras 5 y
leg. 1, núm. 40.
22 Ordenanzas de la ciudad de Toledo recopiladas en 1562, edición 6), que unía los barrios de la Assuica y del Alacava,
Martín Gamero, 1858. o Al-aqaba con la judería mayor.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS PASADIZOS CUBIERTOS. CASOS EN ESPAÑA, MÉXICO Y GUATEMALA


40 |
Figura 7. Arco de la calle del Ángel. Fotografía de Esther G. Domínguez Figura 8. “Arco de Palacio”. Fotografía de Esther G. Domínguez Fernández,
Fernández, 2019. 2019.

Existen en Toledo modestos pasadizos o “cober-


tizos” que tratan de unir las viviendas comunes,
como son el del callejón de la Soledad, el calle-
jón del Pozo Amargo o el arco de la calle del Ángel
(figura 7).
El pasadizo más conocido es el que une la Cate-
dral Primada de Toledo con el palacio arzobispal de
la catedral. Construido por orden del cardenal Pe-
dro González de Mendoza en el siglo xv y destruido
durante un incendio, se reconstruyó en el siglo xvii
por Juan Bautista, a solicitud del arzobispo Bernar-
do Sandoval y Rojas, siendo conocido desde enton-
ces como “Arco de Palacio” (figuras 8 y 9).23

23 Ángel Fernández Collado, Los informes de visita ad limina de


Figura 9. “Arco de Palacio”. Fotografía de Esther G. Domínguez Fernández, los arzobispos de Toledo, Cuenca, Universidad de Castilla-La Man-
2019. cha / Estudio Teológico de San Ildefonso de Toledo, 2002.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 10. “Arco de Palacio”, vista inferior. Fotografía de Esther G. Domínguez Fernández, 2019.

Es excepcional la descripción que hace Sixto y por ellas viene el Prelado cuando gusta a las tribu-
Ramón Parro en su libro Toledo en la Mano…; allí nas que dejamos mencionadas.24
| 41
nos describe el pasadizo desde el interior de la
catedral: Acaso por las características mismas de la traza,
los pasadizos españoles aparecieron de manera fre-
Tiene salida a la calle este patio por una puerta senci- cuente como una solución práctica a las necesidades
lla que se llama del Taller, y vulgarmente es entendida de sus moradores. No ocurrió así en la Nueva Espa-
por del Locum, con una escalera de subida al pasadi- ña, en donde debido a las rectilíneas calles y los
zo que iguala con el nivel del pavimento de la iglesia, espacios bien definidos, aquel elemento arquitectó-
y que desemboca en ella por esta sección inferior del nico pasó prácticamente inadvertido. De hecho, el
hueco de la capilla de San Nicolás […] La puerta que único pasadizo que existió en la Ciudad de México
por la parte de la iglesia da entrada a este pasadizo, es durante el periodo novohispano fue motivo de enco-
pequeña, pero está lleno su marco (que es de piedra nada disputa por los vecinos, que se sintieron afecta-
blanca) de preciosos relieves de gusto plateresco, en- dos por la presencia de una construcción que era muy
tre los que se ven niños, trofeos, mascarones y otros parecida al “Arco de Palacio” en Toledo (figura 10).
juguetes de lindo capricho y esmerada ejecución, te-
24 Sixto Ramón Parro, Toledo en la mano o descripción histórico-ar-
niendo esculpido sobre su clave el escudo de armas
tística de la magnífica catedral y de los demás célebres monumen-
del Cardenal D. Juan de Tavera en cuyo tiempo de- tos: y cosas notables que encierra esta famosa ciudad, antigua Corte
bió labrarse […] Dos puertas, que se ven en el muro de España, con una esplicación sucinta de la misa que se titula Mu-
zárabe, y de las más principales ceremonias que se practican en las
frente a los gigantes, comunican con otras habitacio- funciones y solemnidades religiosas de la santa iglesia primada, To-
nes que van a parar al pasadizo del palacio arzobispal ledo, Imprenta y Librería de Severiano López Fando, 1857.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS PASADIZOS CUBIERTOS. CASOS EN ESPAÑA, MÉXICO Y GUATEMALA


Un pasadizo cubierto en México de se fundó México-Tenochtitlan; el sitio otorgado
resultó ser muy fangoso, motivo por el cual los in-
Los pasadizos cubiertos que existieron durante el vi- dígenas le llamaban tzoquipan (donde hay mucho
rreinato en México no están documentados, y por lodo). Es importante aclarar que si bien existía una
ello su número es desconocido. El único del que se parcialidad y un barrio con el nombre de Tzoquipan,
posee registro hasta el momento fue erigido en la los indígenas usaron la palabra para referirse al te-
Ciudad de México en 1575 y sus vestigios todavía rreno lodoso que se encontraba alrededor de toda
se observan en el muro de su antiguo noviciado.25 la traza española.28
No debieron tardar demasiado en emprender
El convento de San Agustín de México las obras del futuro convento agustino y, aunque
no hay datos sobre su inicio y término, ya estaba
Cuando los primeros agustinos arribaron a la Ciu- en funciones cuando se colocó la primera piedra
dad de México el 7 de junio de 1533, fueron reci- para la iglesia, el 28 de agosto de 1541, obra que
bidos en el convento de Santo Domingo, lugar en concluyó en 1587.29 El Plano de Upsala, levantado
el que se mantuvieron hasta que consiguieron una en 1550, muestra el convento e iglesia de San Agus-
casa temporal (como así ocurrió cuando la encon- tín terminados, aunque ésa debió ser una libertad
traron en la calle de Tacuba) al tiempo que solici- que se tomó el autor del mismo.
taron al Ayuntamiento un solar para construir su Convento e iglesia ocuparon toda una manzana
convento.26 y aun así les fue insuficiente el espacio, toda vez
El solar otorgado a la orden agustina quedó al su- que en él se congregaban “muchos religiosos honra-
roeste de la plaza de armas, en la parcialidad cono- dos, gente grave y de letras que la habita”, además
42 |
cida como de San Juan Moyotla, dentro de la traza de los que concurrían todo el tiempo para alivio de
española,27 pero fuera de la firmeza del islote don- sus necesidades y consuelo, así como asistencia “a
actos de letras y públicas conclusiones”.30 Cuando
25 El caso de este pasadizo lo presenté por vez primera en coau-
hubo necesidad de abrir un noviciado, los agustinos
toría con la arqueóloga América Malbrán Porto, el 27 de sep-
tiembre de 2011, en el XVI Simposio Román Piña Chan, con el resolvieron adquirir —en fecha incierta— unas ca-
título: “Problemas en la calle del Arco. El antiguo arco de San sas detrás de la iglesia (calle de por medio), y decía
Agustín”; posteriormente, el tema lo presentamos en coauto-
ría con el arqueólogo Enrique Méndez, en el Primer Coloquio
García Icazbalceta que “para atravesar cómodamen-
de Arqueología Histórica con el título “Del puente que atrave- te la calle sin bajar a ella, construyeron sobre un
só una calle sin tocarla”, ambos con un enfoque arqueológico arco un pasadizo cubierto, al nivel del primer piso”.31
e histórico; el último apareció publicado como parte de las me-
morias del coloquio, en: Enrique Tovar Esquivel, América Mal-
brán Porto y Enrique Méndez, Las contribuciones arqueológicas
en la formación de la historia colonial, México, inah, 2014, pp. 25- 28 Vid. plano Manuel Francisco Álvarez, Algunos datos sobre ci-
39. Una revisión histórica del mismo la publicamos a manera mentación y piso de la ciudad de México y nivel del lago de Texcoco
de artículo de difusión en Enrique Tovar y América Malbrán, a través de los siglos, México, Talleres Tipográficos de José Balles-
“El increíble arco de San Agustín”, Relatos e Historias en México, ca, 1919, entre pp. 14 y 15.
año XI, núm. 130, México, junio de 2019, pp. 16-25. 29 Manuel Romero de Terreros, op. cit., p. 6; Alfonso Toro, La
26 Manuel Romero de Terreros, La iglesia y convento de San cántiga de las piedras, 2a ed., México, Editorial Patria, 1961,
Agustín, México, Instituto de Investigaciones Históricas-unam, p. 365.
1985, p. 5. 30 Archivo General de la Nación (en adelante agn), Tierras, exp. 1,
27 Alfonso Caso, “Los barrios antiguos de Tenochtitlan y Tlate- f. 1v.
lolco”, Memorias de la Academia Mexicana de la Historia, t. XV, 31 Joaquín García Icazbalceta, Obras, México, Imprenta de V.
núm. I, México, enero-marzo de 1956, pp. 7-63. Agüeros, 1896, p. 419. Las cursivas son añadidas.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


El pasadizo o arco de San Agustín

Si bien todavía no es claro el momento en que los


agustinos adquirieron las casas para noviciado, el
arco ya se encontraba en funciones hacia 1575, por lo
que los frailes hicieron una insólita petición al virrey
don Martín Enríquez: solicitaron la calle que en aquél
entonces se llamaba “calle del Hospital de Nuestra Se-
ñora al tianguis de San Juan” (en el presente, calle
República de El Salvador),32 para incorporarla con el
noviciado al resto del conjunto conventual. Así lo re-
cordaba Alonso Ortiz en 1597, cuando por segunda
vez los frailes agustinos volvieron a solicitar la mis- Figura 11. Detalle de La muy noble y leal Ciudad de México o Plano del
ma merced, que les fue negada desde 1575. Ortiz de- conde de Moctezuma, atribuido a Diego Correo, 1690. Biombo. Museo
Nacional de Historia, México.
claraba que:
dez, quien recordaba que el virrey don Martín Enrí-
[…] los dichos religiosos habrá veinte años, gobernando quez no les quiso hacer la merced de darles la calle,
don Martín Enríquez, antecesor de vuestra señoría ilus- sólo les concedió “hacer un arco que pasase desde
trísima, pretendieron la dicha merced y visto personal- el dicho convento por encima de la calle para su
mente por el dicho visorey, considerando los muchos servicio”.34 Otra misiva del mismo tono fue la de
inconvenientes que de hacerles la dicha merced, se le Alonso Ortiz, quien añadiría que a los agustinos se
| 43
hacía a esta República y vecinos de ella, tan solamen- les autorizó construir “un pasadizo alto y cubierto
te por acomodar los dichos religiosos le dio licencia y dejando libre la dicha calle”35 (figura 11).
permiso que pudiesen hacer un arco por lo alto de la ca- El permiso del virrey don Martín Enríquez para
lle, cerrado, que es el que hoy tiene la dicha calle para la construcción del pasadizo cubierto se otorgó el
que por él pudiesen pasar de la otra parte desde el di- 8 de julio de 1575, condicionando su altura. Seña-
cho convento a casas que los dichos religiosos tienen y la Romero de Terreros que al menos debería tener
con esto remediaron su necesidad y quedaron conten- dos picas de alto para que no impidiera el paso de
tos y excluidos para pedir sobre esta nueva merced.33 la gente sobre la calle,36 ese mismo año comenzó
su construcción, tal y como lo señala el Libro del de-
No sería ése el único testimonio que recordaría pósito de este monasterio de nuestro padre San Agus-
aquel suceso, que con seguridad fue ampliamente tín de México que comienza a primero de junio de 1569
comentado en la ciudad y generó numerosos regis- años… texto en la que aparece la declaración del pa-
tros documentales, producidos principalmente por dre obrero sobre el gasto que llevaba hasta septiem-
los afectados. Es así como tenemos el reclamo de bre de 1575 en la “obra del arco”.37
la señora Inés de las Casas, viuda de Diego Agun-
34 Ibidem, f. 5.
32 El hospital al que hacían referencia era el hospital de Nuestra 35 Ibidem, f. 12.
Señora de la Purísima Concepción y Jesús Nazareno. agn, Tie- 36 Manuel Romero de Terreros, op. cit., pp. 9 y 10.
rras, exp. 1, f. 10. 37 Si bien Báez Macías no señala la cantidad gastada en el pasadi-
33 Ibidem, fs. 3-3v. zo, es sin duda valiosa su aportación al aproximarnos a la fecha

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS PASADIZOS CUBIERTOS. CASOS EN ESPAÑA, MÉXICO Y GUATEMALA


Ahora bien, la altura permitida de dos picas [al] ser la calle poco pasajera y que en el tiempo de las
para el pasadizo se aproxima a los diez metros, ya aguas se hace laguna de que resulta total daño y detri-
que una pica (lanza española muy larga usada en mento al templo e iglesia que tanto dinero ha costa-
formaciones militares) ronda los cinco metros de do a su majestad y tanto trabajo y continua diligencia
longitud; sin embargo, nunca se llegó a esa altura, en su fábrica y edificio a los padres antiguos pasados
toda vez que existe una altura aproximada de cinco y presentes. Y a que en un extremo de la calle vienen
metros (una pica) en el arranque del arco (todavía a parar y para en casas viles de indios y de poco valor
visible en el muro del antiguo noviciado) y es pro- y porque otro tuerce hacia una acequia y solar despo-
bable que en el punto más alto del arco en la parte blado donde no se espera que jamás habrá edificio y
media de la calle del mismo nombre alcanzara una que cuando le haya tiene otras muchas calles principa-
altura de seis metros. les, salidas y entradas, de manera que considerándose
El pasadizo estuvo sostenido, como ya se ha como es justo se considere de cerrarse, no hay perjui-
mencionado, por una estructura en forma de arco, y cio de tercero ni de la república ni falta de policía en
es probable que se utilizara piedra careada, en tanto los edificios que hay habiendo si cualquiera con el di-
que el resto debió construirse con madera; cabe se- cho monasterio antes parece que tendrá más ornato.38
ñalar que el pasadizo estuvo completamente cerra-
do a la vista de la gente, pero los frailes podían mirar Los vecinos que se manifestaron anteriormente
al exterior gracias a cuatro ventanas que, además, contra el cierre de la calle volvieron a escribir al vi-
daban iluminación al pasillo. La obra erigida fue no- rrey, y a las cartas de Alonso Ortiz y de la viuda Inés
table y única en su tiempo, por no repetirse otra de las Casas, Cristóbal Gutiérrez de la Cruz y Ca-
igual en la Ciudad de México durante el virreinato. talina Agundez, se sumaron algunos que parecían
44 |
El pasadizo cubierto de San Agustín comunicó no ser afectados, como la priora y las conciliarias
por 250 años al desaparecido convento con el novi- del convento de San Jerónimo. Los habitantes del
ciado agustino, sobre la antigua calle del Hospital de sur de la ciudad pidieron que se mantuviera la calle
Nuestra Señora, luego calle del Arco de San Agustín como estaba, puesto que los agustinos ya tenían un
—o simplemente calle del Arco— y, como se refirió, pasadizo para comunicarse con su noviciado.
actual calle República de El Salvador, entre Isabel la El conflicto entre vecinos y los habitantes del
Católica y 5 de Febrero, donde en el presente se en- convento se alargó por años, hasta que en diciem-
cuentran las instalaciones de la farmacia París, en bre de 1602 el asunto llegó hasta el rey, quien tomó
el número 81. Así, aquella solución, si bien fue sa- cartas en el asunto y, tras revisar el expediente de-
tisfactoria para los agustinos de ese tiempo, no lo terminó que la Audiencia de México había actua-
fue para quienes habitaron el convento 22 años des- do correctamente, ratificó la decisión de ésta, con
pués, ya que, como se mencionó, solicitaron nueva- lo que negó el permiso a los frailes agustinos para
mente merced al virrey conde de Monterrey para cerrar la calle el 9 de junio de 1603, debiendo con-
apropiarse de la calle del Arco, toda vez que: formarse aquéllos con el arco que ya tenían.39 Más
de cincuenta años pasaron desde que el pasadizo de
San Agustín se había construido y la gente era tes-
de construcción del mismo. Eduardo Báez Macías, “El convento de
san Agustín de la Ciudad de México. Noticias sobre la construc-
ción de la iglesia”, Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, 38 agn, Tierras, exp. 1, f. 2.
vol. XVI, núm. 63, México, 1992, pp. 35-55, p. 40. 39 agn, Reales Cédulas, vol. 34, f. 33; y vol. 35, f. 34.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


tigo de su buena manufactura; de ello dejaría testi-
monio Pedro Marmolejo en su Loa Sacramental en
metaphora de las calles de México (1636):

No os acobarde el temor
que en la tempestad pasada
la calle del Arco muestra
bonansibles las borrascas.40

¡Este verso es una perla! Su autor no sólo nos re-


fiere la solidez de su construcción, sino que hace
memoria de “la tempestad pasada”; es decir, de las
lluvias torrenciales que del 21 al 22 de septiembre
de 1629 terminaron por inundar la Ciudad de Mé-
xico y que la mantuvieron en ese estado durante
cinco años,41 mientras que el arco se mantuvo bo-
nancible ante las borrascas. “Bonancible” es voz ma-
rítima que significa sereno y apacible; por lo que el
autor magnificó su fortaleza y serenidad ante la bo-
rrascosa etapa de la inundación.42

| 45
El pasadizo en la cartografía histórica
Figura 12. Detalle del Plano de la Ciudad de México, de Antonio Álvarez y
Miguel Rivera, 1720. Centro de Estudios de Historia de México.
No existe, hasta el momento, un plano arquitectó-
nico o siquiera un boceto que muestre la construc- Agustín en el plano de Juan Gómez de Trasmonte
ción del pasadizo de San Agustín; sin embargo, los en 1628 en su Forma y levantado de la Ciudad de Méxi-
planos y mapas de la Ciudad de México que se le- co; aunque ciertamente, la perspectiva no ayuda mu-
vantaron durante el periodo virreinal muestran la cho. Será el Plano del conde de Moctezuma o La muy
estructura volada, misma que puede observarse en noble y leal Ciudad de México (1690), atribuido a Diego
la cartografía urbana desde tres puntos cardinales. Correa, el que mostrará con mayor claridad, la pre-
Visto desde el oeste, el pasadizo parece mostrar- sencia del pasadizo en arco del convento agustino.
se por vez primera, justo detrás de la iglesia de San Sin embargo, las mejores representaciones del
arco-pasadizo de San Agustín nos lo ofrece el siglo
40 Luis González Obregón, Las calles de México, 9a ed., México, xviii. En el Plano de la Ciudad de México de 1720, le-
Ediciones Botas, 1990, t. II, p. 219. vantado por Antonio Álvarez, alarife mayor de la
41 Bernardo García Martínez, “La gran inundación de 1629”, Ar-
ciudad, y Miguel Rivera, tenemos por primera —y
queología Mexicana, vol. 12, núm. 68, México, 2004, pp. 50-57.
42 Diccionario de la lengua castellana en que se explica el verdade- única— vez, una mirada desde el sur, en él se obser-
ro sentido de las voces, su naturaleza y calidad, con las phrases o va un techo de terrado y su sostén en forma de arco,
modos de hablar, los proverbios o rephranes, y otras cosas conve-
nientes al uso de la lengua, Madrid, Imprenta de Francisco del mismo que proyecta una sombra sobre la calle que
Hierro, 1726, p. 645. llevaba su nombre (figura 12).

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS PASADIZOS CUBIERTOS. CASOS EN ESPAÑA, MÉXICO Y GUATEMALA


Figura 14. Detalle del Cuartel Mayor No. 3, Antonio de Rojas Abreu
Figura 13. Detalle del Plano de la Ciudad de México, de Pedro de Arrieta, 1737. (encargado), 1753. agn, núm. de catálogo 41590, neg. 978/2132; ramo
Fotografía de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del inah. civil, vol. 1496, f. 242.

46 |

Figura 15. Detalle del Plano de la Ciudad de México, de José Antonio de Villaseñor Figura 16. Detalle de la Planta y descripción de la imperial Ciudad de México
y Sánchez, 1750. Archivo General de Indias, Mapas y planos, México, 178. en la América, Carlos López (delineó), Diego Troncoso (grabó), 1760.

Le seguirá otro plano que no desmerece al anterior, Antonio de Villaseñor y Sánchez (figura 15), nos
todo lo contrario, y el cual muestra más detalles sobre ofrece una perspectiva distinta del pasadizo de San
sus acabados. Se trata del Plano de la Ciudad de México, Agustín, ya que muestra la cara que mira hacia el
firmado por Pedro de Arrieta en 1737 (figura 13). Vis- este, y se observa que de ese lado también tuvo un
to desde el oeste, se observa la estructura en arco que par de ventanas.
sostiene al pasadizo cubierto con dos ventanas que mi- En la Planta y descripción de la imperial Ciudad de
ran al punto cardinal ya mencionado. En 1753 sería le- México en la América, delineado por Carlos López y
vantado un plano seccionado de la Ciudad de México, grabado por Diego Troncoso en 1760, se observa la
el Cuartel Mayor No. 3, del que estuvo encargado An- fachada que mira al oriente, y fuera de la estructu-
tonio de Rojas Abreu (figura 14). Éste se trazó con la ra en arco, carece de mayor detalle, ya que mues-
misma orientación que el plano anterior, y muestra un tra el pasadizo cubierto sin ventanas (figura 16). Los
delineado más sencillo, aunque el pasadizo sigue mos- planos posteriores a este año comienzan a delinear-
trando sus dos ventanas que miran al oeste. lo sin detalle alguno, al punto de sólo verse como una
Es preciso regresar a 1750 porque el Plano de la extensión que une dos manzanas a través de un par
Ciudad de México, levantado en ese año por José de líneas.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


“Condenar un pasadizo” ciones del arco, sus riesgos y costos de demolición.
Los arquitectos que acudieron a levantar el informe
Durante el siglo xviii, el pasadizo o arco de San Agus- fueron Joseph Damián Ortiz (académico de mérito
tín continuó con su “bonancible” existencia hasta el de la Real Academia de San Carlos de la Nueva Es-
5 de agosto de 1791, fecha en que el prior del con- paña y maestro mayor de la Ciudad de México) e Ig-
vento agustino fray Manuel de Ovin recibió la noti- nacio de Castera (maestro mayor de la catedral y de
ficación del secretario del Cabildo de la Ciudad de la Ciudad de México).
México, en la que se informaba que en el término El primero se presentó el 19 de agosto e infor-
de 15 días debía demoler el arco ubicado en la ca- mó que la demolición del arco no lastimaría la cons-
lle de su nombre por resultar peligroso a los tran- trucción de la sacristía del convento, “porque éste se
seúntes.43 Aunque fray Manuel de Ovin no estaba halla fuera de la dirección de sus paredes y empu-
en desacuerdo con derribar el arco y así lo asentó en jes y mucho menos la iglesia como tan distante”. El
carta del 8 de agosto, manifestaba que el monasterio costo para derribarlo y tapiar las puertas de comuni-
no contaba con fondos suficientes para hacerlo, por cación ascendería a 200 pesos.46 El segundo arqui-
lo que suplicaba se revocara la orden, o al menos, la tecto acudió a la calle del arco 18 días después con
suspendieran temporalmente.44 el objeto de reconocer el pasadizo, señalando que la
El cabildo de la ciudad temía que se desplomara antigua construcción estaba unida al noviciado y sa-
a corto plazo, afectando a los coches que circulaban cristía, pero que no corrían riesgo siempre y cuan-
por la dicha calle; además de ser un “obstáculo para do se fortificaran, presupuestaba la demolición en
la vista”. A ello respondió el prior de la orden agus- mil pesos.47
tina: “No negamos señor el que es constantemente La sala capitular de México informaba al virrey
| 47
cierto lo segundo; y que lo primero puede suceder; que la demolición del pasadizo podría favorecer a
pero también lo es el que en más de doscientos años los religiosos agustinos, toda vez que “el beneficio
que lleva de fabricado dicho arco, no se sabe, ni he- de que la Casa que les sirve ahora de noviciado, y de
mos oído decir que coche alguno hubiese experi- que no hay necesidad, la pueden convertir en fin-
mentado perjuicio”. ca valiosa”.48
En lo que tocaba “al embarazo de la vista”, el prior El 28 de septiembre de 1791, el prior fray Ma-
aseguraba “que a ninguno perjudica más que a no- nuel de Ovin solicitó nuevamente la suspensión de
sotros mismos; respecto a que nuestras inmediatas la demolición de arco, dando la impresión de olvi-
fincas se alquilan menos favorablemente o a menos dar su primera exposición. La razón era que no te-
precio por el estorbo referido del dicho arco” y cuyo nía lugar para mover las imágenes sagradas que
uso, ya no era tan indispensable, toda vez que el novi- estaban en el noviciado ni sitio para trasladar a “los
ciado era en esos días “menos necesario que la copia delincuentes encarcelados en la cárcel del novicia-
precisa de reales para su indispensable subsistencia”.45 do” al convento; en esta ocasión, el virrey conde de
Se acordó que pasaran los maestros mayores de Revillagigedo escuchó al prior y ordenó la suspen-
la Ciudad de México para informar sobre las condi- sión de la demolición del arco; por otra parte, orde-

43 agn, Tierras, vol. 3591, exp. 7, f. 104. 46 Idem.


44 Ibidem, f. 105. 47 Idem.
45 Idem. 48 Idem.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS PASADIZOS CUBIERTOS. CASOS EN ESPAÑA, MÉXICO Y GUATEMALA


naba al ingeniero Miguel Costanzó informara sobre nuel Ramírez Aparicio escribió que el pasadizo fue
la estrechez del convento.49 demolido en 1821,53 lo que es congruente con los
El ingeniero Costanzó acudió al convento el 6 de documentos que ordenan su destrucción. Por otra
octubre de 1791 para levantar un informe sobre sus parte, Antonio García Cubas señaló que el gran arco
condiciones, presentó una breve descripción del con- cubierto fue destruido en 1823.54 En la Historia de
vento y del noviciado y de las posibilidades de cons- la Ciudad de México según los relatos de sus cronis-
truir este último dentro del convento ya que, como se tas, Artemio de Valle Arizpe sitúa su destrucción
ha mencionado, “para su comunicación mutua, se hacia 1825;55 finalmente, Manuel Romero de Te-
construyó el arco”, que es el que se trataba de demo- rreros afirmaba que el pasadizo se mantuvo has-
ler y al final no se hizo en ese año.50 De nuevo las au- ta 1828 “en que fue demolido”,56 aunque durante
toridades de la ciudad intentarían la demolición del cien años más la vía conservó el nombre de calle
arco en 1803 pero tampoco lo consiguieron. del arco de San Agustín; mas ese detalle no es lo
Para 1820, el arco de San Agustín se encontraba único que queda de él. En el presente todavía se
en estado ruinoso y opuesto “a las reglas de policía en conserva el antiguo noviciado de San Agustín, que
lo que respecta a la hermosura de la ciudad”; el reve- ostenta el núm. 81 de la calle de República de El Sal-
rendo padre provincial no se oponía a la medida, es- vador. El inmueble tuvo un uso posterior de vecin-
taba de acuerdo con su destrucción, “pero también dad y hoy día es una extensión de la farmacia París.
exige que se le permita reedificarlo, pues es el trán- La construcción, de dos plantas, tiene en su entrada
sito por donde se pasa al noviciado”.51 El último re- principal un medallón rodeado de guirnaldas y re-
gistro documental es del 17 de octubre de 1820, en mata con una corona en cuyo centro fue labrada la
el cual se informa que, para evitar una desgracia, se imagen de la Virgen de Guadalupe, conserva mar-
48 |
procediera a la demolición del arco. El pasadizo de cos de chiluca, cinco balcones y barandales de fie-
San Agustín estaba condenado, como muchos otros rro forjado.57
pasadizos en tierras peninsulares. El siglo xix vería la No todos los balcones son iguales, pues el del ex-
destrucción de muchos de ellos en España y una fra- tremo derecho es distinto, mantiene la impronta del
se comenzó a flotar en el ambiente: “condenar un vano que tuvo a partir del arranque del antiguo pa-
pasadizo”, cuyo significado, de acuerdo con el Diccio- sadizo a los cinco metros de altura, y que fue tapiada
nario de la lengua española de 1817 (y no antes), re- con posterioridad a su destrucción (figura 17).
mitía a “quitar el uso de él clavándole o tapándole”.52
53 Manuel Ramírez Aparicio, Los conventos suprimidos en México,
No sorprende que la frase no existiera antes, sino
México, Innovación, 1979, p. 289.
que nace precisamente en un periodo en que los 54 Antonio García Cubas, El libro de mis recuerdos: narraciones his-

pasadizos, por su antigüedad, estaban en desuso y tóricas, anecdóticas y de costumbres mexicanas anteriores al actual
estado social., México, Imprenta de Arturo García Cubas, 1904,
“condenados” a su destrucción.
p. 110.
En el particular caso del arco de San Agustín de 55 Artemio de Valle Arizpe, Historia de la Ciudad de México se-

México, no hay precisión sobre su destrucción; Ma- gún los relatos de sus cronistas, México, Jus, 1977, p. 347, nota 10.
56 Manuel Romero de Terreros, La iglesia y convento de San Agus-
tín, 2a ed., México, unam, 1985 [1950], p. 10.
49 Idem. 57 Ignacio Angulo Villaseñor (coord.), Zona Monumental del Cen-
50 Idem. tro de la Ciudad de México, primera etapa: estudio de las manzanas
51 agn, Indiferente Virreinal, exp. 28. comprendidas entre las calles de República de Uruguay, al norte, de
52 Diccionario de la lengua castellana, Madrid, Imprenta Real, Regina, al sur, San Juan de Letrán, al oeste y Anillo de Circunvala-
1817, p. 643. ción, México, sep-inah, 1976 (Científica, 37), p. 29.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 17. Fachada de la casa núm. 81 en la calle de República de El Figura 18. Dintel del pasadizo de San Agustín, leyenda: “del real santuario de
Salvador. Fotografía de Enrique Tovar. chalma abril 29 de 84”. Fotografía de Enrique Tovar.

Es notable el cambio de color del tezontle en El convento de Santa Catalina Virgen y Mártir
esa área, que coronaba con un dintel interno com-
puesto por cinco bloques de piedra chiluca carea- El pasadizo guatemalteco al que hacemos alusión
da que dan un ancho aproximado de 1.26 metros fue levantado para el convento de monjas de San-
(ancho que debió poseer el pasillo); en ese pun- ta Catalina Virgen y Mártir, fundado en 1609 por
to lo más sobresaliente es el grabado que sólo los cuatro religiosas del convento de la Inmaculada
religiosos agustinos podían leer: del real santuario Concepción,59 pues éste último se encontraba, se-
de chalma abril 29 de 84 (figura 18). Hoy, a la vis- gún la autora Elizabeth Bell, con sobrepoblación.60
ta de todos, el dintel del antiguo pasadizo continúa El terreno no permitía un futuro crecimiento del
| 49
siendo un texto invisible en el andar diario de las convento, por lo que en 1610, el capitán Alonso de
personas que pasan por el lugar. En tanto, al otro Cuellar dispuso del capital para construir iglesia y con-
extremo de la calle se perdió toda huella arquitec- vento en otro predio cercano, estrenándose el templo
tónica de la existencia del arco debido a una nue- el 15 de septiembre de 1647.61 El convento de Santa
va construcción. Catalina, a diferencia del monasterio de la Concep-
ción, tenía alumnas internas, por lo que las solicitudes
Un pasadizo cubierto en Guatemala para su ingreso eran mayores, toda vez que se prefería
el internamiento de las niñas. Tal fue su predilección
A pocos años de haberse construido el arco de San que era necesario ampliar los espacios conventuales,
Agustín (1575) en la Ciudad de México, un pasadi- por lo que la madre abadesa solicitó licencia al Ayun-
zo cubierto fue construido en la Capitanía General tamiento de 1693 para cerrar la calle situada entre la
de Guatemala por razones similares; y al igual que de Mercaderes y la que sigue al poniente (hoy 2ª ca-
aquél, es el único documentado para el periodo vi- lle, entre 5ª y 6ª avenidas), para incorporar “al cuer-
rreinal en esa zona, con la salvedad de que de éste po del monasterio las casas que habían pertenecido a
todavía existe su antigua construcción.58 Juan de Alarcón y a Francisco Contreras; y el Ayunta-

59 Elizabeth Bell, La Antigua Guatemala: La ciudad y su patrimo-


58Agradezco al colega guatemalteco Bayron Francisco Hernán- nio, Guatemala, Antigua Tours, 2006, p. 111.
dez Morales por la información que me remitió para escribir so- 60 Idem.
bre el arco de Santa Catalina. 61 Ibidem, p. 207.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS PASADIZOS CUBIERTOS. CASOS EN ESPAÑA, MÉXICO Y GUATEMALA


Figura 19. “Arco de Santa Catalina en 1870, aprox.”, tomado de Supplement Figura 20. “Arco de Santa Catarina. Antigua Guatemala”, tomado de La Ilustración
of Harper’s Weekly, publicado el 22 de julio de 1871. Guatemalteca, vol. I, núm. 23, Guatemala, 1 de julio de 1897, p. 327.

miento no autorizó tal cierre, surgiendo de aquí el pro- estribos de dicho arco no salgan a la calle, sino que
yecto del Arco de Santa Catalina”.62 nazcan dentro de sus pertenencias”.66 La obra dio
así inicio, pero apenas se tenían listos los materiales
El Arco de Santa Catalina cuando fue interpuesta una solicitud de suspensión,
por los propietarios de las casas de la dicha calle, quie-
En 1693 ocupaban el convento 105 monjas y 250 cria- nes se sentían afectados por lo que parecía serles un
das, por lo que la abadesa Ana de la Natividad adqui- estorbo.67
rió, por 6 150 pesos, la casa donde vivió el escribano El pleito duró unos meses: en agosto el Ayuntamien-
50 |
Nicolás de Maeda, situada al oriente del templo de to confirmaba la licencia otorgada a las monjas para la
Santa Catalina, calle Real de por medio, con el objeto construcción del pasadizo y el 5 de diciembre, la Real
de que se construyera en ese lugar más celdas para las Audiencia ratificaba lo hecho por el Ayuntamiento,68
monjas y las novicias;63 en tanto que en las casas que con lo que se reanudó la construcción del pasadizo del
pertenecieron a Juan de Alarcón y a Francisco Contre- convento, el cual quedó terminado en 1694 (figuras 19
ras pretendían construir un colegio.64 En julio de 1693, y 20). Al fin terminaban las obras de un arco que ser-
el procurador del convento, don Diego Rodríguez de viría “de viaducto a las religiosas que habitaban el con-
Menéndez solicitó al Ayuntamiento el permiso para vento a fin de que pasasen a la huerta del mismo, que
construir “un tránsito o pasillo, uniendo el coro de la se encontraba al oriente de aquél, sin que fuesen vistas
iglesia con la casa recientemente adquirida”.65 por los profanos”.69
El síndico del Ayuntamiento, el señor Antonio
Barona y Villanueva, otorgó la licencia siempre y 66 Idem.
cuando se dejara la calle “exenta, de manera que los 67 Idem. Quienes estuvieron en desacuerdo con la licencia otor-
gada a las monjas fueron el capitán Francisco Javier del Folgar,
el alférez Nicolás de Valenzuela, don José y doña Juana Dávila
62 Ibidem, p. 208. y Monroy, el bachiller presbítero Pedro Carmelo, doña Manue-
63 Idem. la Fuentes y Cerda y doña Serafina de los Ángeles y Gramajo.
64 Elizabeth Bell, op. cit. 68 José Joaquín Pardo, Pedro Zamora Castellanos y Luis Luján
65 José Joaquín Pardo, Pedro Zamora Castellanos y Luis Luján Muñoz, op. cit., p. 209.
Muñoz, Guía de Antigua Guatemala, Guatemala, Editorial José 69 “Arco de Santa Catarina”, La Ilustración Guatemalteca, vol. I,
de Pineda Ibarra, 1969, p. 209. núm. 23, Guatemala, 1 de julio de 1897, p. 332.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 21. Pasadizo de Santa Catalina, Antigua, Guatemala. Fotografía de Figura 22. Pasadizo de Santa Catalina, acercamiento, Antigua, Guatemala.
Enrique Tovar, 2016. Fotografía de Enrique Tovar, 2016.

A partir de entonces, el pasadizo soportó el paso por los dos grandes ventanales, bajo arcos de medio
del tiempo y los fenómenos naturales, entre ellos, punto, que quedaban sobre cada una de las rampas,
los movimientos sísmicos; aunque su empleo por en las caras oeste y este del arco. Ambos ventanales
las monjas finalizó alrededor de 1801, cuando se in- volcaban sobre los claustros de las monjas, lo que evi-
tentó vender parte del convento a Manuel José Ace- taba romper la clausura.71
vedo, aunque él no efectuó el pago y nuevamente
se puso a la venta en 1805; en esta ocasión sí se con- A mediados del siglo xix, por iniciativa del corre-
cretó, y el comprador fue Manuel Silvestre Tovar.70 gidor del Departamento, don José María Palomo y
| 51
A través de los años, la construcción dio nombre a Montúfar, el pasadizo fue reparado.72 Al arco le fue
la calle donde actualmente se encuentra el pasadi- construida una torrecilla con un reloj, instalado hacia
zo, mismo que es descrito por el arquitecto Osmín 1861, cuya maquinaria fue fabricada en el taller de
de la Maza cuando lo restauró en 2017: Morez-du-Jura, Francia, por los relojeros Lamy y
Lacroix, y que todavía es visible en una litografía titulada
El pasadizo tiene una estructura pentagonal. Una “Arco de Santa Catarina. Antigua Guatemala”, la cual
rampa emerge, en el lado oeste, desde una de las cru- se publicó en La Ilustración Guatemalteca (figura 20),
jías del claustro que estaba detrás de la iglesia has- del 12 de julio de 1897. Ahora bien, la torre fue re-
ta un tercio de la luz del arco. A partir de aquí, hay parada hacia 1900 y en 1902, recibiendo trabajos de
una plataforma lisa ligeramente inclinada hacia el conservación hasta 2017 (figuras 21 y 22).
este, que comunicaba con una nueva rampa que des-
cendía hacia los nuevos solares del convento de San- Los pasadizos cubiertos en el siglo xx
ta Catalina.
Dado que el pasadizo había de estar cerrado para Triste sería apuntar que los pasadizos cubiertos per-
evitar las miradas indiscretas y cubierto, para prote- dieron su vigencia en la actualidad; sin embargo,
ger a las monjas de la lluvia, la iluminación llegaba los arquitectos siguen incluyendo este elemento en

70 Osmín de la Maza y Alberto Garín, El arco de Santa Catalina.


La Antigua Guatemala, Guatemala, Universidad Francisco Ma- 71 Ibidem, p. 4.
rroquín, 2018, p. 7. 72 Ibidem, p. 8.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS PASADIZOS CUBIERTOS. CASOS EN ESPAÑA, MÉXICO Y GUATEMALA


algunas de sus obras, y si bien observaron un de-
caimiento en su construcción (y más aún, una des-
trucción general) durante el siglo xix, los volvemos a
encontrar en el siglo xx, mas a partir de entonces ya
no son espacios totalmente cerrados, sino que sue-
len mostrar su pasillo interno, aunque algunos de
ellos tienden a ser semiprivados, pero en general la
sensación de encierro se ha perdido.

Pasadizo del Colegio de Doncellas Nobles de Toledo

Por su belleza, destaca un pasadizo que fue cons-


Figura 23. Pasadizo del Colegio de Doncellas Nobles de Toledo, acercamiento. truido a inicios del siglo xx, y que unió dos espa-
Fotografía de Esther G. Domínguez Fernández, 2019.
cios del Colegio de Doncellas Nobles, erigido por
el cardenal Silíceo en 1551,73 con una ampliación
construida entre 1900 y 1903, calle de por medio; el
nuevo edificio que habría de conectarse fue diseña-
do por el arquitecto Santiago Castellanos. Toda vez
que existía una calle entre ambos edificios, se cons-
truyó el pasadizo aéreo “a modo de cobertizo, que
difiere y se significa de los famosos cobertizos de
52 |
la capital al utilizar el hierro como material” (figu-
ras 23 y 24).74

El pasadizo de la calle del Obispo de Barcelona

Construido en 1928 por el arquitecto Joan Rubió i


Bellver, quien fuera discípulo de Antoni Gaudí, es
uno de los pasadizos más sobresalientes en Barce-
lona y es conocido como el “Puente del obispo” (fi-
gura 25). Sirvió de acceso a varios presidentes de la
Generalitat entre la Casa dels Canonges (los canóni-
gos) y el Palau de la Generalitat, ya que la Casa dels
Canonges fue la residencia oficial de los presidentes

73 El edificio fue posteriormente restaurado por orden del carde-


nal Francisco Antonio Lorenzana; las obras las dirigió el arqui-
tecto mayor de la villa de Madrid, don Ventura Rodríguez. Ángel
Santos Vaquero, “La vida en el Colegio de Doncellas Nobles de
Figura 24. Pasadizo del Colegio de Doncellas Nobles de Toledo. Fotografía Toledo”, Hispania Sacra, vol. 69, núm. 139, Madrid, 2017, p. 150.
de Esther G. Domínguez Fernández, 2019. 74 Ibidem, p. 151.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


de la Generalitat, Francesc Macià, Lluís Companys
y Josep Tarradellas.
El nombre del puente rememora al obispo Ma-
nuel Irurita Almandoz, natural de la localidad
de  Larráinzar (Navarra, España), quien fue fusila-
do durante la Guerra Civil española y cuyos restos
están enterrados en la capilla del Cristo de Lepanto,
de la Catedral de Barcelona. La construcción es de
estilo gótico y tiene similitudes con el Puente de los
Suspiros de Oxford.

El pasadizo de la Secretaría de Salud de la Ciudad


de México

La construcción del edificio comenzó en 1925 y se


inauguró en 1929; el diseño estuvo a cargo del ar-
quitecto Carlos Obregón Santacilia; el inmueble
alojaría oficinas del Departamento de Salubridad e
Higiene, y se encuentra en la calle Lieja, núm. 7.
Sus crujías se unieron por medio de dos pasadizos
techados, pero con vanos totalmente al descubierto
| 53
(figura 26). Esos pasadizos tienen que ver más con
un concepto de integración arquitectónica y fueron
diseñados de esa forma desde la concepción misma
del conjunto de la obra.
Figura 25. Puente de la calle del Obispo, barrio gótico, Barcelona, 1929-
1930. Colección de Esther G. Domínguez Fernández.

Los pasadizos comerciales de Monterrey

Hoy día, siguen levantándose pasadizos cubiertos


que resuelven un problema añejo: el crecimiento
institucional o empresarial; de ello podemos regis-
trar numerosos ejemplos. En la ciudad de Monterrey
se han construido varios pasadizos cubiertos, todos
en pleno siglo xx; carecen de la belleza ornamental
de los del pasado, pero cumplen con su función pri-
mordial: comunicar dos edificios cuando tienen ca-
lle de por medio.
El primero comunica a las oficinas del diario El
Norte con un área de estacionamiento construido
Figura 26. Antiguo edificio de la Secretaría de Salud, México. Fotografía de
hace algunos años. Al igual que los pasadizos del Enrique Tovar, 2017.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS PASADIZOS CUBIERTOS. CASOS EN ESPAÑA, MÉXICO Y GUATEMALA


Figura 27. Pasadizo que une el Museo de Historia Mexicana con Museo del Noreste, Monterrey. Fotografía de Enrique Tovar, 2019.

Departamento de Salubridad e Higiene, éste posee El pasadizo del edificio de Correos y Telégrafos
54 |
un vano rectangular que permite la visibilidad y el de la ciudad de Guatemala
movimiento del aire, comprensible para una ciudad
que posee un clima con altas temperaturas. El se- Guatemala, al igual que España y México, posee al me-
gundo es el del Oca Hospital, que cuenta con dos nos un pasadizo construido en la primera mitad del
pasadizos cubiertos que comunican con otros in- siglo xx; se trata de un edificio institucional que alber-
muebles anexos al primero, pero que tienen calle gó las oficinas de correos y telégrafos. El pasadizo en
de por medio, el primero se encuentra sobre la ca- cuestión se encuentra ubicado sobre la calle 12, entre
lle Jerónimo Treviño y el segundo sobre la avenida la 7ª y 8ª avenidas, en la zona 1, del Centro Histórico
Pino Suárez. Con el primer pasadizo cubierto, la ins- de la ciudad de Guatemala. El frente de los edificios
titución hospitalaria logró comunicarse con un hos- conectados por el pasadizo está sobre la 7ª avenida; el
pital anexo (Oca Medica Center) y con el segundo edificio que se encuentra al norte alberga actualmen-
pasadizo abierto conectarse con el estacionamiento. te al Centro Cultural Metropolitano, en tanto que el
Acaso el pasadizo más vistoso de la ciudad de edificio ubicado al sur conserva sus funciones primi-
Monterrey sea el que conecta al Museo de Historia genias, toda vez que alberga a la Dirección General de
Mexicana con el Museo del Noreste, que no sólo co- Correos y Telégrafos (figuras 28, 29 y 30).75
munica a dos edificios netamente culturales, sino
75 Las tres fotografías de este pasadizo tienen autoría y se de-
que además atraviesa un arroyo que en su origen
ben a la gentileza de mis colegas guatemaltecas Aracely Esqui-
fue el Santa Lucía y que ahora está encauzado (fi- vel Vásquez, Miria Esquivel Vásquez y Marcela Dávila Esquivel,
gura 27). quienes las tomaron el 8 de junio de 2019.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


La edificación fue diseñada por los ingenieros
Rafael Pérez de León y Enrique Riera.76 Las obras
de construcción comenzaron el 14 de septiembre de
1938; una primera fase se inauguró el 10 de noviem-
bre de 1940, para que coincidiera con el cumplea-
ños del entonces presidente de ese país, el general
Jorge Ubico. El diseño del pasadizo para comunicar
las dos edificaciones facilitó la privacidad y eficien-
cia de las labores cotidianas.
En el interior del pasadizo destaca su amplitud
y su altura, lo que permite una circulación óptima
del aire y una protección para tiempos de lluvia; la
arcada que sostiene la techumbre está compues- Figura 28. Fachada anterior del pasadizo del antiguo edificio de Correos y
Telégrafos, hoy espacio cultural, Guatemala. Fotografía de Aracely Esquivel
ta por cinco arcos de cada lado, que facilitan la Vásquez, Miria Esquivel Vásquez y Marcela Dávila Esquivel, 2019.

entrada de luz durante el día. Al centro del pasa-


dizo, y en ambas caras, fue colocado el escudo de
Guatemala, compuesto por dos rifles con bayoneta
calada, dos espadas, y un quetzal parado sobre
un pergamino abierto que dice: Libertad 15 de sep-
tiembre de 1821. Todo enmarcado por una corona

de olivo que se ata en la parte inferior con una ban-


| 55
da azul.
Con la creación del Centro Municipal de Arte y
Cultura, en octubre de 2001, el edificio de Correos
y Telégrafos fue designado para albergar dicho espa- Figura 29. Fachada posterior del pasadizo del antiguo edificio de Correos y
Telégrafos, hoy espacio cultural, Guatemala. Fotografía de Aracely Esquivel
cio, donde se forman niños y jóvenes en disciplinas Vásquez, Miria Esquivel Vásquez y Marcela Dávila Esquivel, 2019.

tan diversas como la escultura, la danza clásica, la


pintura y la música. Además, se enseña ajedrez y se
ofrece la oportunidad para que diversos grupos or-
ganicen eventos culturales vinculados con el arte y
la educación.
Este recorrido por la historia de los pasadizos
cubiertos en España, México y Guatemala ha mos-
trado cómo a lo largo del tiempo sus funciones prác-
ticas y simbólicas se modificaron en función de las
necesidades de quienes los usaron. Antes privados y
sectoriales, hoy son más abiertos y populares.

Figura 30. Fachada posterior del pasadizo del antiguo edificio de Correos
76Ambos ingenieros también trabajarían en el Palacio Nacional y Telégrafos, hoy espacio cultural, Guatemala, 2019. Fotografía de Aracely
de Gobierno y el edificio de la Policía Nacional Civil. Esquivel Vásquez, Miria Esquivel Vásquez y Marcela Dávila Esquivel.

ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS PASADIZOS CUBIERTOS. CASOS EN ESPAÑA, MÉXICO Y GUATEMALA


MARTÍN M. CHECA-ARTASU*

Entre San Miguel de Allende y Dolores


Hidalgo (Guanajuato). La actividad
constructiva del alarife Zeferino
Gutiérrez Muñoz (1840-1916)
Fecha de recepción: 28 de mayo de 2019
Fecha de aceptación: 30 de julio de 2019

La trayectoria profesional del alarife, cantero y albañil otomí originario de San Miguel, Zeferino Gutiérrez Muñoz (1840-
1916), es poco conocida a pesar de ser el autor de obras como la torre de la parroquia de San Miguel Arcángel, en su ciu-
dad natal, proyectada y construida entre 1880 y 1888. Además erigió altares, cúpulas y pórticos, tanto en San Miguel de
Allende como en Dolores Hidalgo. En este texto se presenta la trayectoria vital y el detalle de las principales creaciones
de este alarife, uno de los muchos que realizaron obra para la Iglesia en el México del porfiriato.
Palabras clave: arquitectura religiosa, México, porfiriato, maestro de obras, San Miguel de Allende.

Little is known of the professional career of the Otomí master builder and stonemason, Zeferino Gutiérrez Muñoz (1840–
1916), although he was the creator of major works such as the tower of the parish church of San Miguel Arcángel in his
birthplace, San Miguel de Allende, Guanajuato, designed and built between 1880 and 1888. In addition, he made other
works: altars, domes and porticos, in both San Miguel de Allende and Dolores Hidalgo. This paper describes his life his-
56 | tory and details the main works of this master builder, one of the many who carried out work for the Church in Mexico
under Porfirio Díaz.
Keywords: religious architecture, Mexico, Porfiriato, master builder, San Miguel de Allende.

E
n el paisaje de la ciudad de San Miguel de Allende, en el estado de Guanajua-
to, lucen omnipresentes dos elementos arquitectónicos que desde finales del
siglo xix han devenido indispensables en el skyline sanmiguelense. Uno, la to-
rre de la parroquia de San Miguel Arcángel, mazacote gotizante de cantera
rosa, construido entre 1880 y 1888. El segundo, la cúpula de la iglesia del otro-
ra convento de la Purísima Concepción, popularmente conocido como “Las Monjas”, cons-
truida en 1891. Ambos elementos arquitectónicos, la torre y la cúpula, fueron construidos
—y probablemente, proyectados— siguiendo la inspiración basada en unos grabados, por Ze-
ferino Gutiérrez Muñoz (1840-1916), albañil y cantero otomí nacido en San Miguel de Allen-
de, quien, fiel a una tradición artesanal anclada en la Colonia, dejó muestras de su actividad
en la región, a lo largo del último cuarto del siglo xix y primeros años del siglo xx.
Un alarife que, como varios más en diferentes lugares de México —Benigno Montoya en
Durango, Refugio Reyes en Aguascalientes, Dámaso Muñetón en Zacatecas y otros tantos

* Departamento de Sociología, uam-i.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


escasamente documentados o totalmente descono- En cuanto a los datos vitales, hay que decir que Ze-
cidos—, construyeron y decoraron buena parte del ferino Gutiérrez vino al mundo el 24 de agosto de 1840
México porfiriano, que pretendía modernidad para en San Miguel de Allende. Tres días después sería bau-
el país aun a costa de sus enormes desigualdades. tizado en la parroquia de San Miguel Arcángel, la prin-
En las siguientes líneas reivindicamos la figura del cipal del lugar, y la cual cuarenta años más tarde a él le
alarife Zeferino Gutiérrez y documentamos con de- tocaría remozar. Su acta de bautismo dice lo siguiente:
talle sus principales obras.
En el año del Señor de mil ochocientos cuarenta a vein-
¿Quién fue Zeferino Gutiérrez Muñoz? te y siete de agosto, yo, el bachiller don José María Gon-
zález, teniente de Cura, bauticé solemnemente a un
Se tienen pocas noticias sobre la vida de Zeferino infante mejicano de esta ciudad, nació a veinte y cuatro,
Gutiérrez Muñoz, albañil y cantero, la mayoría han a quien puse por nombre Zeferino Nazario hijo de Pedro
sido aportadas por los cronistas locales, quienes se Gutiérrez y de Ma. Muñoz, sus padrinos Basilio Gutié-
han referido a este personaje basándose en fuen- rrez y Antonia Gutiérrez, y lo firmé con el señor cura.3
tes escritas locales, en la tradición de algunos dichos
poco contrastados, y en especial, en la serie de ins- De poco más nos informa el acta, más allá del
cripciones que se localizan a manera de firma en las nombre de sus progenitores. Igualmente, de su vida
obras que él hizo.1 personal se tienen poquísimos datos. Se sabe que
Otras informaciones provienen de la labor de se casó con María Soledad Anaya con quien tuvo
investigadores foráneos del entorno donde trabajó dos hijos: Leandra y Jesús. Al parecer, Jesús qui-
Gutiérrez. En gran medida, recopilan información so ingresar en el seminario, pero fue rechazado;
| 57
suministradas por esos mismos cronistas de la loca- según la tradición, se dice que ello alteró sus fa-
lidad y se centran en analizar, superficialmente, su cultades mentales, lo que llevo a fallecer el 14 de
obra más importante: la torre neogótica de la parro- agosto de 1883, a la edad de once años. De Lean-
quia de San Miguel Arcángel, sita en San Miguel de dra, nada sabe. Con respecto a su esposa sabemos
Allende.2 que falleció el 20 de enero de 1902, cuando Gutié-

1 Juan Hernández Aguado, “Ceferino Gutiérrez”, en Protagonistas historia, sus monumentos, México, Instituto de Investigaciones Es-
guanajuatenses, Celaya, Juan Hernández Aguado [autoedición], téticas-unam, 1939; Miguel J. Malo Zozaya, Guía turista en San Mi-
2002, pp. 138-140; José Cornelio López Espinoza, La villa de San guel de Allende, San Miguel de Allende, Instituto Allende, 1958;
Miguel el Grande y ciudad de San Miguel de Allende, Guanajuato, Simón González. Síntesis histórica de San Miguel de Allende, San
Gobierno del Estado de Guanajuato-Comisión Estatal para la Or- Miguel de Allende, s. e., 1969; Alberto González Pozo (coord.),
ganización de la Conmemoración del Bicentenario del Inicio del Estado de Guanajuato, Cuatro monumentos del patrimonio cultu-
Movimiento de Independencia Nacional y del Centenario del Ini- ral. Parroquia de Dolores Hidalgo; santuario de Jesús Nazareno, Ato-
cio de la Revolución Mexicana, 2010; Luis Felipe Rodríguez Pala- tonilco; parroquia de San Miguel Arcángel, San Miguel de Allende;
cios, “2016, Centenario luctuoso de don Zeferino Gutiérrez Muñoz”, convento de San Francisco, San Miguel de Allende, 2 vols. México,
Cronista de San Miguel de Allende. Imágenes, gente, cosas y casos del Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología-Dirección General de
San Miguel de Allende [blog], 2016, recuperado de: <http://cronista Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, 1985; Mina Ramí-
sanmigueldeallende.blogspot.com/2013/08/biografias.html>, rez Montes, “La parroquia de San Miguel de Allende”, Anales del
consultada el 16 de diciembre de 2019; Ruth Olvera Arteaga, “El Instituto de Investigaciones Estéticas, vol. 14, núm. 55, 1986, pp. 97-
oficio de cantero como patrimonio cultural inmaterial de San Mi- 106; Rosalía Aguilar et al., San Miguel de Allende: guía del visitante,
guel de Allende, Guanajuato”, tesis de licenciatura, Escuela Nacio- Guanajuato, PC Editorial, 1993; Israel Katzman, Introducción a la
nal de Estudios Superiores, campus León-unam, León, 2018, p. 159. arquitectura del siglo xix en México, México, Universidad Iberoame-
2 Sylvester Baxter, Spanish-Colonial Architecture in Mexico, Boston, ricana, 2016, p. 577.
JB Millet, 1906; Francisco de la Maza, San Miguel de Allende. Su 3 Luis Felipe Rodríguez Palacios, op. cit.

ENTRE SAN MIGUEL DE ALLENDE Y DOLORES HIDALGO (GUANAJUATO). LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA DEL ALARIFE ZEFERINO GUTIÉRREZ MUÑOZ (1840-1916)
rrez contaba con 62 años. Lo que nos hace suponer an blood, and well-nigh unlettered, he has been abso-
un matrimonio más o menos largo. Los restos de lutely self trained in his art if training it can be called.
su mujer descansan, junto a los de su hijo, en la ca- Indeed, his sole education therein is that acquired
pilla de la Virgen de Saleta construida en 1907 por through chance contact with architectural work inci-
el propio Gutiérrez en el templo de la Santa Escue- dental to his original calling as a stonemason, and ac-
la en San Miguel de Allende, donde también haría la quaintance with stray drawings, engravings, etc., now
nueva torre campanario. Zeferino Gutiérrez dejó este and then. But he had an artist’s soul and it found ex-
mundo a la edad de 76 años, falleciendo el 23 de pression in his work. It seems remarkable that such
marzo de 1916 a consecuencia de una epidemia important undertakings should have been confid-
de tifus, que había estallado en la región en medio de ed to him; doubtless his standing as a capable artisan
la vorágine revolucionaria. seemed sufficient, and his clients probably gave no
thought to architectural qualifications. But he had the
Un personaje mixtificado en un entorno fortune to have some remarkable opportunities, and
en decadencia he improved them in remarkable fashion. Having no
technical knowledge as a draughtsman, he imparted
Es probable que la falta de información más concre- his ideas to his workmen by marking off his working-
ta sobre su vida es la causa de que hoy, a más de cien drawings with a sharp stick in the sand.4
años de su deceso, se hayan tejido toda una serie de le-
yendas y suposiciones en torno a su persona, su activi- A partir de ese trabajo creemos que se ha exten-
dad profesional, sus habilidades y sus conocimientos. dido la opinión de que Zeferino Gutiérrez fue un
De forma mayoritaria se le atribuye un origen indí- albañil de origen indígena, de condición humilde,
58 |
gena y una humilde condición social, aspectos éstos casi iletrado, autodidacta, que tomó referencias para
que, junto con otros, han creado la idea de una perso- sus obras a partir de grabados y dibujos, y que ade-
nalidad muy simplista. Simplismo, que probablemen- más enseñaba a su cuadrilla de trabajo la obra a eje-
te no lo fue tanto dadas las obras que llevó a cabo, sus cutar cada día a través de un croquis que trazaba en
años de trayectoria y su dedicación a las mismas. el suelo con un bastón. Pero ¿de dónde salió exacta-
Esas ideas sobre la personalidad de Zeferino Gu-
4 Sylvester Baxter, op. cit. Traducción del autor: “Ceferino Gutié-
tiérrez muy probablemente surgen a partir de la pu- rrez desarrolló su talento en el deprimente entorno artístico del
blicación del libro Spanish-Colonial Architecture in México provincial en el último cuarto del siglo xix, no favoreci-
Mexico, en 1906. Escrito por el historiador y perio- do por el nacimiento y por la fortuna. Un pobre hombre de pura
sangre india, casi iletrado, ha sido totalmente autodidacta en su
dista estadounidense Sylvester Baxter (1850-1927) y arte, si se le puede llamar entrenamiento. De hecho, su única
con fotografías de Henry Greenwood Peabody (1855- educación es la adquirida a través del contacto fortuito con obras
arquitectónicas incidentales a su vocación original como albañil
1951) y los planos y croquis de Bertram Grosvenor
y el conocimiento de dibujos extraviados, grabados, etc.; de vez
Goodhue (1869-1924). El libro se refiere al guanajua- en cuando. Pero tenía alma de artista y encontró expresión en
tense de la siguiente manera: su obra. Parece notable que se le hayan confiado tales importan-
tes compromisos; sin duda, su posición como un artesano capaz
parecía suficiente, y sus clientes probablemente no pensaban
Ceferino Gutierrez developed his talents under the en las calificaciones arquitectónicas. Pero tuvo la fortuna de te-
depressing artistic environment of provincial Mexico ner algunas oportunidades destacables, y las mejoró de mane-
ra notable. Aun cuando no tenía conocimientos técnicos como
in the last quarter of the nineteenth century, favored dibujante, impartió sus ideas a sus trabajadores al marcar en la
neither by birth nor fortune. A poor man of pure Indi- arena sus dibujos de trabajo con un bastón afilado.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


mente esa opinión? A manera de hipótesis plausi- with Some of Their Legends. Al escribir sobre la pa-
ble podemos inferir dos posibilidades. rroquia de San Miguel Arcángel, en San Miguel de
La primera es que las informaciones acerca de Allende, se refiere a Zeferino Gutiérrez con plantea-
Zeferino Gutiérrez son proporcionadas a Baxter por mientos que son muy similares a los de Baxter, mis-
el joven arquitecto Bertram Goodhue; éste, que años mos que años más tarde se reproducirían en guías
más tarde se convertiría en reputado arquitecto, ha- turísticas estadounidenses como la editada en 1929
bía viajado a inicios de la década de los noventa por por Missouri Pacific Lines, con el título Mexico: A Fo-
México, escribiendo un libro sobre aquella expe- reign Land a Step Away.7 Esas mismas ideas sobre las
riencia.5 De nuevo, en 1898 viajó como parte de la habilidades de Zeferino Gutiérrez se han reiterado
American Architectural Expedition para completar con el paso del tiempo e incluso se han magnifica-
los planos para el libro de Baxter. A través de su bio- do, en gran medida potenciadas por la comunidad
grafía podemos inferir que muy probablemente en de expatriados estadounidenses que desde los años
alguno de ambos desplazamientos entabló relación treinta del siglo xx y especialmente, después de la
con el alarife, al que cariñosamente llamará “my az- Segunda Guerra Mundial, se instalaron en San Mi-
tec friend Zafirino” y ponderó su habilidad en hacer guel de Allende. El origen de ello es el arribo a San
croquis en la arena.6 Podemos suponer que Good- Miguel, en 1937, de Stirling Dickinson, hijo de un
hue vio con buenos ojos la torre gótica de la parro- prominente abogado de Chicago y quien desde
quia de San Miguel hecha por Gutiérrez debido a su un primer momento quedó fascinado por la atmós-
interés personal en el neogótico, estilo que en esos fera y la luz del lugar; Dickinson mudó su residencia
años ya conocía por práctica arquitectónica y que y pergeñó la idea de abrir una escuela de arte junto
desarrollaría notablemente en los años siguientes con Felipe Cossío del Pomar, un artista y político pe-
| 59
en Estados Unidos. Con seguridad Baxter, al descri- ruano, en esos años exilado en México, misma que
bir la parroquia de San Miguel, tomó en cuenta las inauguró en 1937.8 La escuela y el arribo de extran-
informaciones de Goodhue y las puso por escrito. jeros para estudiar arte debió propiciar la necesidad
La segunda posibilidad es que Baxter también de adquirir un mayor conocimiento de las obras ar-
conociera, ya fuera en persona o por medio de in- quitectónicas locales, tanto coloniales como, en espe-
formantes, al propio Gutiérrez y sus habilidades, cial, la muy llamativa torre campanario de cantera
teniendo en cuenta que él también viajó a México rosada de la parroquia de San Miguel. Ello contribu-
para documentarse con el fin de redactar el libro. yó a consolidar las pocas informaciones que se tenían
Sea como fuera, esas ideas sobre Zeferino Gu- sobre el albañil Gutiérrez y favorecieron la conforma-
tiérrez se repetirían en trabajos posteriores, como ción de una personalidad un tanto mítica, un tanto
ocurre en la obra de Sara Aston Butler, una es- naif, del cantero sanmiguelense, centrada en la idea
tadounidense que tras residir treinta y cuatro de un indígena casi analfabeto dotado de un talento
años en México publicó en 1915, con el nombre de su excepcional, que usó postales o grabados como parte
marido, un libro titulado: Historic Churches in Mexico
7 Lisa Pinley Covert, San Miguel de Allende. Mexicans, Foreigners,
5 Se trata del libro de Bertram Grosvenor Goodhue, Mexican Me- and the Making of a World Heritage Site, Lincoln, University of Ne-
mories: The Record of a Slight Sojourn below the Yellow Rio Grande, braska Press, 2017, p. 31.
Nueva York, George M. Allen Co., 1892. 8 John Virtue, Model American Abroad. A Biography of Stirling
6 Richard Oliver, Bertram Grosvenor Goodhue, Cambridge, Ma., Dickinson, Port Orchard, Windstorm Creative, 2008, 305 p.; Lisa
Architectural History Foundation, 1983, p. 54. Pinley Covert, op. cit., p. 43 y ss.

ENTRE SAN MIGUEL DE ALLENDE Y DOLORES HIDALGO (GUANAJUATO). LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA DEL ALARIFE ZEFERINO GUTIÉRREZ MUÑOZ (1840-1916)
de su inspiración para la ejecución de sus obras; hoy dante, pero improductiva, porque no hay alientos para
es un símbolo de la ciudad. aprovecharla, sino en una pequeña fábrica de hilados,
de unos cuantos husos; con una instalación de tran-
El ambiente socioeconómico en el que vivió vías que hace el tráfico interior desde la Estación del
Zeferino Gutiérrez Ferrocarril; con un buen mercado hecho en honor
del Nigromante, el célebre don Ignacio Ramírez; con
Un aspecto al que Sylvester Baxter hace referencia templos suntuosos que guardan tesoros en obras de
con respecto al alarife Gutiérrez y al cual no se le ha arte, así arquitectónicas como en pinturas y escultu-
prestado la atención debida, es el relativo a las cir- ras; con grandes casas señoriales, pero en calles es-
cunstancias sociales y económicas que tuvo que vi- trechas y pendientes amparadas por caducos escudos
vir Zeferino Gutiérrez. de armas; con un comercio muerto y una sistemá-
Por un lado, las condiciones socioeconómicas tica oposición a todo lo que significa orden, porque
que imperaban en San Miguel de Allende a finales allí es vileza rendir obediencias sensata a las autori-
del siglo xix no eran óptimas para el desarrollo de la dades constituidas: así es la ciudad de San Miguel de
actividad de albañil o de cantero. En 1885 Antonio Allende.9
García Cubas nos informa en su Cuadro geográfico,
estadístico, descriptivo e histórico de los Estados Uni- Por otro lado, a Zeferino Gutiérrez —probable-
dos Mexicanos, que San Miguel era un núcleo urba- mente de etnia otomí y poco alfabetizado, dada la
no de más de 15 000 habitantes (p. 11). Diecinueve falta de escuelas y de recursos económicos— le tocó
años más tarde, en 1904, esa población se redujo a ser proveedor de servicios para la Iglesia, una insti-
10 547 personas, que representaban un cuarto de la tución que le demandaba los quehaceres propios de
60 |
población total del municipio. Ello fue efecto de un cantero y un albañil y, por otra parte, arrastra-
la grave sequía que en 1892 asoló a Guanajuato y ba décadas de conflicto con los gobiernos liberales
de las epidemias de tifo que le siguieron. Según nos mexicanos y que tendría cierto resurgimiento du-
da cuenta Pedro González en su Geografía local del rante el porfiriato.
estado de Guanajuato, publicada en 1904: un tercio En San Miguel de Allende, como en muchos
de la población del municipio era de origen otomí otros lugares, el conflicto entre el Estado y la Iglesia
y se mantenían unos niveles muy bajos de instruc- tuvo sus momentos más álgidos entre 1855 y 1876.
ción, por falta de escuelas. Este mismo autor se re- Años convulsos durante los que se redactaron va-
fiere a las condiciones de la población en términos rias leyes en contra de la Iglesia (la Ley Juárez, la
de una preocupante situación económica y social: desamortización de bienes eclesiásticos, la Ley de
Iglesias, etcétera); estalló la Guerra de Reforma, la
Una ciudad decadente, casi en ruinas, habitada por segunda intervención francesa, el segundo manda-
gentes de costumbres coloniales, que viven más bien to constitucional de Benito Juárez y el conflicto por
del trabajo de artesanos muy pobres que de lo que la el arribo al poder de Porfirio Díaz.
agricultura produce, porque los terratenientes sólo
disfrutan de las rentas y los arrendatarios exportan 9 Pedro González, Geografía local del estado de Guanajuato: leccio-
cuanto recogen de los campos mal cultivados, por lo nes escritas para dar a conocer esta fracción de la República Mexi-
cana a los profesores de instrucción primaria y a la juventud de la
inseguro de las lluvias; una ciudad que debió ser boni- misma, Guanajuato, Tipográfica de la Escuela Industrial Militar
ta en remotos tiempos hoy muy triste, con agua abun- J. O. G., 1904, p. 78.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


La villa sanmiguelense atestiguó todo el conflic- hubo una notable reducción de los fondos disponi-
to de ese periodo. Se clausuró y expropió el presti- bles debido a las multas que se le imponían a la Igle-
gioso colegio de San Francisco de Sales, creado en sia. En aquellos años se hizo patente la decadencia
1734 por la Congregación de San Felipe Neri, en el de la aristocracia local, para entonces poco dada a su-
cual habían dado clases connotados filósofos como fragar obras religiosas como había sucedido antaño.
el padre Juan Benito Díaz de Gamarra y Dávalos En el estado de Guanajuato en general también
(1745-1783) y se habían formado insurgentes como serían años conflictivos. Se documentan los movi-
Ignacio Allende, así como obispos, entre ellos José mientos militares de la ocupación francesa e inclu-
María de Jesús Diez de Sollano.10 Tras un rifirra- so la visita del emperador Maximiliano a San Miguel
fe que se prolongó por quince años, en 1867 se ofi- en septiembre de 1864;13 se manifestó una presencia
cializó el cierre gubernamental del colegio de San más o menos sistemática de gavillas de salteadores en
Francisco de Sales y la expropiación de éste. Dicho todo el territorio estatal. Además, ocurrieron algunos
centro educativo no volvió a manos del Iglesia has- escarceos y acciones de la guerra de los religioneros,
ta la década de los ochenta del siglo xix, cuando fue un conflicto armado entre 1873 y 1876 contra las leyes
comprado por el obispado de León, entonces dirigi- anticlericales de Lerdo de Tejada. También, se suscita-
do por el obispo Tomás Barón y Morales.11 ron refriegas armadas del gobernador de Guanajuato,
Además, se cerró en 1863 del convento de la Pu- entre 1867 a 1876, con el general Florencio Antillón y
rísima Concepción, fundado en 1756 por sor Jose- Porfirio Díaz en su arribo al poder federal, y otras más
fa Lina de la Canal, con la herencia que le dotó su con el coronel Francisco Z. Mena, gobernador porfi-
padre, Tomás Manuel de la Canal, rico prócer san- riano de Guanajuato entre 1876 y 1877.14
miguelense.12 Algunos años después de su clausura Con el ascenso de Porfirio Díaz al poder se con-
| 61
se convertiría en una escuela de arte y, desde 1962, solidó la llamada pax porfiriana en las relaciones en-
es la sede del Centro Cultural Ignacio Ramírez “El tre la Iglesia y el Estado.15 También en el gobierno
Nigromante”. estatal se alcanzó cierta estabilidad con los goberna-
De igual manera, algunas órdenes religiosas que dores Francisco Z. Mena y más tarde con Manuel
gestionaban templos abandonaron esas funciones y Muñoz Ledo, Pablo Rocha Portú y Manuel Gonzá-
lez; cabe señalar que desde entonces hubo ciertos
10 Rafael Castañeda García, “Conflictos de jurisdicción, disputa
de una devoción. La llegada de los oratorianos de San Felipe
elementos que acercan a Guanajuato a la moderni-
Neri a la villa de San Miguel el Grande, 1712-1742”, Historia y dad: el arribo del ferrocarril y una cierta industria-
Grafía, núm. 51, México, julio-diciembre de 2018, pp. 89-121; Er- lización. Ambas circunstancias también alcanzaron
nesto de la Torre Villar, “El colegio de estudios de San Francisco
de Sales en la congregación de San Miguel el Grande y la mitra a San Miguel; así, en 1877 llega el ferrocarril y en
michoacana”, Estudios de Historia Novohispana, vol. 7, México, 1902 se fundó la fábrica textil La Aurora. Esa esta-
1981, pp. 161-198; Carlos Herrejón Peredo, “Colegios e intelec-
tuales en el obispado de Michoacán, 1770-1821”, en José Anto-
nio Serrano Ortega (coord.), La Guerra de Independencia en el 13 Francisco de la Maza, op. cit., 1939, pp. 191-194.
obispado de Michoacán, Zamora, El Colegio de Michoacán / Go- 14 Francisco Javier Meyer Cosío, “El porfirismo en Guanajuato 1876-
bierno del Estado de Michoacán / Secretaría de Cultura, 2010, 1911”, Centro. Textos de Historia Guanajuatense, núm. 1, Guanajuato,
pp. 53-91. junio de 1998-julio de 1999, pp. 289-332; Armando Sandoval Pierres,
11 José Cornelio López Espinoza, op. cit., pp. 13-14. “Guanajuato liberal: el proyecto de los liberales para Guanajuato.
12 Margaret Chowning, “Epilogue: The Convent of La Purísima Los primeros pasos”, Centro. Textos de Historia Guanajuatense, núm.
Concepción in Post-Reform Mexico”, en Rebellious Nuns: The 1, Guanajuato, junio de 1998-julio de 1999, pp. 261-288.
Troubled History of a Mexican Convent, 1752-1863, Nueva York, 15 Paul Garner. Porfirio Díaz. Del héroe al dictador. Una biografía
Oxford University Press, 2006, pp. 263-271. política, 2a ed., México, Planeta, 2010, pp. 135-139.

ENTRE SAN MIGUEL DE ALLENDE Y DOLORES HIDALGO (GUANAJUATO). LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA DEL ALARIFE ZEFERINO GUTIÉRREZ MUÑOZ (1840-1916)
bilidad sólo es alterada durante un breve conflicto ar- La pastoral, la captación de seminaristas entre la po-
mado indígena con dos fases: las llamadas Guerra de blación más humilde e indígena, el cuidado de las
Conquista y Guerra Social, entre 1878 y 1879, puso en parroquias y el adecentamiento de los espacios sa-
entredicho la paz social de la villa sanmiguelense. Rá- cros se convertirían en los principales ejes de su ac-
pidamente sofocado, fue un conflicto iniciado en ran- tuación. Prueba de ello son las numerosas nuevas
cherías de San Miguel, hoy olvidado, que ilustraba el iglesias, ciento diez según los biógrafos de Diez de
racismo y rechazo étnico imperante y las condiciones Sollano, y refacciones mayores que hizo en toda su
de desigualdad económica para la mayoría de la po- diócesis.19 Para ello contó con sacerdotes y capella-
blación, en su mayoría indígena, de Guanajuato y de nes que lo secundaron en ese ejercicio de reivin-
otros estados centrales de México.16 dicación social y que solicitaron y gastaron dinero
A caballo de ambos momentos políticos, una cir- para esas nuevas parroquias o esas rehabilitaciones.
cunstancia eclesiástica favoreció la reconstrucción, Un recurso que viene tanto del obispado de León,
la rehabilitación e incluso la construcción de igle- pero también de los ahorros y fortunas personales
sias y parroquias: la creación del obispado de León de esos capellanes y de la captación de fondos con-
en 1863, regentado desde ese año y hasta 1881 por venciendo a la feligresía.
un hijo de San Miguel de Allende, el obispo José Ma- Es en ese contexto que Zeferino Gutiérrez cons-
ría de Jesús Diez de Sollano y Dávalos (1820-1881). truyó la mayoría de sus obras, tanto en San Miguel
Diez de Sollano llegó a la silla episcopal de León como en Dolores Hidalgo. El impulso de Diez de So-
por su condición de teólogo y gran intelectual, cono- llano, personaje cercano a la feligresía y a las parro-
cida en la Santa Sede.17 Era un neotomista declarado quias de su diócesis, da una probable explicación
que trató de oponerse a la implantación del positivis- para la forma de algunas de las obras de Gutiérrez
62 |
mo en la educación gestionada por el Estado mexi- Muñoz, especialmente, de la torre campanario de la
cano. Desde el obispado construyó el Seminario de iglesia parroquial de San Miguel y quizá, la de la pa-
León, en el que obstinadamente defendió la escolás- rroquia de la Asunción en Dolores Hidalgo. Así, Zefe-
tica tomista como fórmula para conocer un mundo rino Gutiérrez trabajó para la Iglesia y algunos de sus
cambiante con notables progresos científicos sin re- agentes: sacerdotes, presbíteros e incluso un obispo,
nunciar a la creencia en un Dios creador. A partir de durante los años de esa pax porfiriana, periodo en el
1876, con la llegada de Porfirio Díaz, su beligerancia cual desarrolló su actividad como cantero y albañil y
contra las normas anticlericales de Juárez y Lerdo se contribuyó, indirectamente, al reposicionamiento so-
redujo y se volcó hacía la reconstrucción de la presen- cial de la Iglesia en dos ciudades guanajuatenses, ex-
cia social de la Iglesia en su diócesis, como hicieron tremadamente religiosas desde su fundación.
otros prelados en sus respectivas circunscripciones.18 Fue la Iglesia el principal cliente del alarife, porque
algunos posibles estaban en horas bajas: por un
16 Mirtha Leonela Urbina Villagómez, “Indígenas, danzantes y lado, se encontró con la decadencia de la aristocracia
rebeldes (la otra historia: planes de las luchas indígenas en Que-
rétaro y Guanajuato durante el porfiriato)”, Ciencia@UAQ, vol. 5, Instituto de Investigaciones Sociales-unam / Instituto Mexicano
núm. 2, Querétaro, 2012, pp. 1-17. de Doctrina Social Cristiana / Miguel Ángel Porrúa, 2010.
17 Óscar Sánchez Rangel, “Los primeros años del obispado de 19 Victoriano Agüeros, Apuntes biográficos del Ilmo. y Rmo. Sr.
León y la influencia de la escolástica”, Valenciana. Estudios de Fi- Dr. y Maestro D. José M. de Jesús Diez de Sollano y Dávalos, digní-
losofía y Letras, núm. 22, Guanajuato, 2018, pp. 159-191. simo primer Obispo de León, tomados del ilustrado periódico El Im-
18 Marta Eugenia García Ugarte, Poder político y religioso. México, parcial que se publica en la Capital de México, León, Tipografía de
siglo xix, 2 tt., México, Cámara de Diputados, LXI Legislatura / José M. Monzón, 1883, p. 19.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


local, boyante en el siglo xviii, pero directamente afec- Se trató del altar a la Virgen de Guadalupe, sito en el
tada por los perniciosos efectos sobre su patrimonio crucero del templo del oratorio de San Felipe Neri,
y su riqueza que tuvo la Guerra de Independencia, a en San Miguel de Allende. Es un altar tipo armario
la que sobrevino una lánguida recuperación durante hecho de mampostería, de un solo cuerpo con rema-
los conflictos políticos del siglo xix. También fue causa te central y tres calles. Cuenta con una mesa de al-
de ese declive la pérdida de rendimiento de la tierra tar en el centro y dos puertas de salida a la sacristía,
explotada por esa clase social, sometida, además, a a ambos lados de ésta. En la parte central se sitúa el
inclemencias como sequías, algunas muy notorias lienzo de la Guadalupana, atribuido a Miguel Cabre-
en Guanajuato, como la acaecida en 1892. Ese oca- ra. Está entre columnas, cornisas, molduras y frisos
so podría explicar las poquísimas obras que el alari- engalanados con dorados. Una decoración que se ex-
fe Gutiérrez hizo para aquella clase social. Tan sólo tiende por todo el altar de clara factura neoclásica.
podemos documentar con seguridad la reforma y Un año más tarde, en noviembre de 1871, el alarife
mejora, a finales del siglo xix, de la casona de los Lan- Gutiérrez inició la construcción del altar mayor de la
zagorta, en la calle Correo, y probablemente la cante- parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, en Dolo-
ría de la casa en la calle Pila Seca núm. 11, convertida res Hidalgo (figura 1). En esa parroquia fue donde el
en la actualidad en hotel. cura Miguel Hidalgo, en 1810, inició la revuelta que,
Otro tanto sucedería en cuanto a las obras que a la larga, llevaría a la Independencia de México.
erigió para el Ayuntamiento de la localidad, sumido Este altar se construyó a lo largo de un año y me-
también en un declive de recursos, en este caso fruto dio por Gutiérrez y fue dorado por Mariano Her-
de la complejidad política en la que vivió el estado de nández Sosa, tal como se constata en la inscripción
Guanajuato antes y durante el porfiriato, que afecta- situada en la parte posterior de la mesa del altar:
| 63
ba a los presupuestos municipales, más preocupados
por la seguridad pública y por obras de adecuación y Siendo cura propio de esta parroquia, el Pbro. D. José
embellecimiento para ciudades más pujantes como M. Gómez, se construyó este altar desde sus cimientos
León o Guanajuato. En ese contexto, sólo podemos bajo la dirección del arquitecto. D. Zeferino Gutiérrez y
documentar dos obras públicas de Gutiérrez en San lo doró D. Mariano Hernández y Sosa: comenzó la obra
Miguel de Allende: el mercado Ignacio Ramírez, en- en 6 de Nobre. de 1871 y se concluyó el día 23 de julio
cargado por el jefe político municipal, Homobono de 1873. Importó toda ella, inclusa la reforma del pres-
González, y construido en 1890,20 y el mercado Al- biterio, la cantidad de 3 181 pesos.22
dama o de Las Flores, construido en 1901, también
un encargo municipal. En cuanto a su composición, tiene dos cuer-
pos y tres calles sólo en el primer nivel, y una sola
Su primera obra documentada calle, a manera de remate, en el segundo cuer-
po. Su planta es circular en la calle central y el resto
La primera obra que se atribuye a este alarife data está adosado a la pared a manera de armario, he-
de 1870, para entonces su edad era de treinta años.21 cho de cantera de piedra rosa pulida. Es claramente
neoclásico, como se observa en sus columnas cul-
20 Pedro González, op. cit., 1904, p. 400.
21 La mayoría de los cronistas dan esta fecha a la obra. Alguna
otra fuente sitúa la construcción del altar unos años más tarde, 22Pedro González, Apuntes históricos de la ciudad de Dolores Hi-
cuando levantará el altar mayor de esa parroquia. dalgo, Celaya, Imprenta Económica, 1891, p. 291.

ENTRE SAN MIGUEL DE ALLENDE Y DOLORES HIDALGO (GUANAJUATO). LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA DEL ALARIFE ZEFERINO GUTIÉRREZ MUÑOZ (1840-1916)
64 | Figura 1. Altar mayor de la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, Dolores Hidalgo, construido por Zeferino Gutiérrez en 1871. Fotografía de Martín M.
Checa-Artasu, diciembre de 2018.

minadas con capiteles jónicos, el entablamento, los Nuestra Señora de Loreto en San Miguel de Allende.
frisos y cornisas entre ambos cuerpos y el templete El lugar era una antigua capilla vinculada al culto de
en el cuerpo superior. Esos elementos están dorados y la Virgen de Loreto, devoción que había arribado a
se observan símbolos católicos (corazones, compases, San Miguel de la mano del terrateniente local Manuel
lictores) entre remates y cornisas. Varias figuras ocu- Tomás de la Canal y Bueno de Baeza. Él sufragó, en
pan el altar. En la parte central, en el primer cuerpo, 1735, las obras de un santuario a la Virgen de Loreto,
la Virgen de los Dolores, y en el segundo nivel, un Sa- junto al templo del oratorio de San Felipe Neri.23
grado Corazón de Jesús. En las laterales, sendas figu- La antigua capilla que intervendría Gutiérrez
ras de santos. Este altar que tiene sotobanco, predela estaba situada en una de las siete entradas a la po-
y altar, vino a sustituir a uno anterior de madera con blación en el antiguo Camino Real a México, y ha-
añadidos de mampostería construido en el siglo xviii. bía sido bendecida como oratorio el 15 de agosto de
1860.24 En ésta, Gutiérrez construyó, con el financia-
Pórtico y atrio del templo de la Ermita,
San Miguel de Allende 23 Erika González León, “La virgen de Loreto de San Miguel el
Grande. Entre el arte, el patronazgo y la devoción”, Historia y
Grafía, núm. 51, México, julio-diciembre de 2018, pp. 123-147.
Tres años más tarde, en 1876, Zeferino Gutiérrez ejecu- 24 Francisco de la Maza, op. cit., 1939, p. 79; Francisco Vidargas,
tó una serie de adecuaciones al templo de la Ermita de San Miguel de Allende y el santuario de Jesús Nazareno de Atotonil-

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


miento de los ahorros del sacerdote Luis Caballero25
—encargado del templo e hijo de una familia pu-
diente de San Miguel—, un nuevo pórtico adosado a
la fachada de esa iglesia, la barda del atrio y una esca-
linata para superar el desnivel de la calle (figura 2).
Se trata de la primera construcción de albañile-
ría en San Miguel de Allende, la cual se atribuye
a Gutiérrez, y que cumpliría sus nuevas funciones
como templo para la feligresía de la zona, el barrio
del Camino Real. Incluso desde tal obra encontra-
mos algunos parecidos con ciertos elementos de los
altares que para entonces ya había llevado a cabo
el albañil Gutiérrez. El pórtico a construir tendría
un arco principal y dos laterales. Se erigió en cante-
ra de piedra rosada y contaría con tres cuerpos en
altura. El principal, de planta cuadrada adosado a
la nave principal de la iglesia, está festoneado en
sus esquinas por columnas estriadas culminadas
con capiteles decorados con volutas, parecidos a los
del altar de la parroquia principal de Dolores Hidal-
go. El segundo cuerpo es rectangular, de escasa al-
| 65
tura y presenta una pequeña ventana cuadriforme Figura 2. Pórtico y atrio del templo de la Ermita, San Miguel de Allende,
en su fachada. Encima de éste hay un tercer cuerpo construido por Zeferino Gutiérrez, en 1876. Fotografía de Martín M. Checa-
Artasu, diciembre de 2018.
de planta circular que sirve de campanario; es una
suerte de cúpula truncada rematada por una volu- puerta con un arco de medio punto volado a ma-
minosa linterna circular marcada por una serie de nera de dintel y una verja de hierro cerraron el ac-
vanos culminados con arcos conopiales, que recuer- ceso al templo, mismo que fue restaurado en la
da en parte a la sección superior del altar de Dolores década de 1960, cuando adyacente a éste se habi-
Hidalgo. Esos arcos son la primera nota de goticis- litó un hotel, propiedad del afamado actor y cómi-
mo en la obra de Gutiérrez. La linterna es también co mexicano, Mario Moreno, Cantinflas. En 2004 a
el primer ejemplo de la serie de excesos asimétri- cuenta de las obras de rehabilitación que empren-
cos y desproporcionados en la obra del alarife. El dió el Ayuntamiento de San Miguel de Allende, se
atrio, que se adapta a la forma irregular del predio, instaló iluminación para dignificar el templo que
se cubrió con loseta de cerámica y fue rodeado por había quedado incluido en la zona de monumen-
valla a base de balaustres de poca altura; se dispu- tos históricos en la declaratoria de protección de
so una escalera para acceder desde la calle, y una julio de 1982.26

co, México, San Miguel de Allende, Presidencia Municipal de San 26Luis Adolfo Gálvez González, “San Miguel de Allende”, en El
Miguel de Allende, 2008, p. 26. patrimonio cultural. Las zonas de monumentos históricos, México,
25 José Cornelio López Espinoza, op. cit., p. 247. Cámara de Diputados, LX Legislatura, 2006, pp. 78-79.

ENTRE SAN MIGUEL DE ALLENDE Y DOLORES HIDALGO (GUANAJUATO). LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA DEL ALARIFE ZEFERINO GUTIÉRREZ MUÑOZ (1840-1916)
Algunos altares más militudes en cuanto a las formas decorativas a los
altares ya construidos por Gutiérrez.
Tras la obra del templo de la Ermita, en 1877 Zeferi- Entre 1880 y 1882 erigió el altar mayor de la igle-
no Gutiérrez y su cuadrilla llevaron a cabo obras en sia del convento de la Purísima Concepción, obra
el templo del oratorio de San Felipe Neri. Esta igle- que coincide con las de la cubierta del presbiterio y
sia se había acabado de erigir, tras varios intentos, en crucero del templo de San Felipe Neri, con una cú-
1652 y había sido ocupada por la Congregación del pula de doble tambor, y que el capellán Pedro Sandi
Oratorio de San Felipe Neri a partir de 1712.27 Ciento Valdovinos le encargó a Zeferino Gutiérrez. El altar,
sesenta y cinco años después, con la congregación de tres cuerpos en altura y tres calles con siete hor-
en horas bajas desde 1867 por el cierre gubernamen- nacinas entre columnas, está hecho en cantera de
tal del colegio de San Francisco de Sales, uno de sus piedra gris. Su decoración es similar a la de los otros
miembros, el sacerdote Antonio Mojica, antiguo rec- que Gutiérrez hizo y tiene clara estética neoclásica.
tor de ese colegio, encargó a Zeferino Gutiérrez la Muy probablemente, la obra se construyó a lo largo
construcción del altar mayor del templo (figura 3). de dos años, entre el 8 de febrero de 1880, cuando se
El encargo, amén de embellecer y modernizar terminan las paredes del crucero, y el 15 de agosto
esa iglesia, contó con el apoyo económico de Isidro de 1882, cuando se bendijeron las bóvedas del cru-
Sierra, un prominente feligrés sanmiguelense. Ése cero y del presbiterio y el altar mayor.28
es el altar de mayor tamaño que construiría Gutié- Un altar más que se le atribuye es el mayor del
rrez y su única obra firmada: en la base aparece la templo de San Juan de Dios, sito junto a un hospital,
inscripción: “Zeferino Gutiérrez, fecit”. y el cual data de 1770. Esa nueva obra tuvo el patroci-
Es un retablo hecho en mármol gris con vetas nio del sacerdote Juan Manuel Villegas.29 Se trata de
66 |
negras. Tiene un tamaño monumental y se enca- un altar con tres cuerpos separados entre sí; el cen-
ja completamente en el ábside de la iglesia, inclu- tral es un templete de planta circular con cúpula, y
so con cerramientos en las paredes laterales. Tiene los dos laterales son marcos festoneados por colum-
tres cuerpos y cinco calles; a nivel del presbiterio nas con una suerte de frontón superior y con pla-
destaca un templete de planta octogonal con colum- fones ovalados. Es de cantera rosada, con notables
nas rematas en capiteles con volutas y motivos ve- similitudes en su decoración de frisos, entablamen-
getales que no están dorados, a diferencia de toda la tos, capiteles y uso de dorados con los altares mayo-
serie de columnas que conforman las hornacinas y res de Dolores Hidalgo y el del oratorio de San Felipe
huecos de ese altar. En el segundo cuerpo, en la par- Neri. Éste, además, queda totalmente empotrado
te central localizamos una hornacina cerrada con vi- en el ábside del templo y con un sotobanco y una
drio donde está la figura de San Felipe Neri. Como predela muy elevados, por lo que llega a ocupar un
complemento de la decoración de columnas, capi- tercio de la altura de éste. Se estima que su construc-
teles, dorados y huecos, encontramos una serie de ción ocurrió en la década de los noventa del siglo xix.
lienzos ovalados con marcos dorados que represen- El último altar que se constata como obra de Ze-
tan imágenes de la vida de Cristo. También tiene ferino Gutiérrez data de 1907. Es el mayor del tem-
sotobanco, predela y altar que conforman una com- plo de Santo Domingo, en San Miguel de Allende;
posición neoclásica y, ciertamente, con muchas si-
28 José Cornelio López Espinoza, op. cit., p. 206.
27 Rafael Castañeda García, op. cit., 2018, p. 95. 29 Pedro González, op. cit., 1904, p. 399.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 3. Altar mayor del templo del oratorio de San Felipe Neri, San Miguel de Allende, construido en 1877 por Zeferino Gutiérrez. Fotografía de Martín M. Checa- | 67
Artasu, diciembre de 2018.

el sitio es un antiguo beaterio fundado en 1750, que dobles con capiteles decorados con motivos vegeta-
tenía una capilla a la Virgen de Guadalupe.30 De he- les y volutas y dorados en los mismos y en los frisos
cho, el encargo que recibió Gutiérrez, pagado por y las arcuaciones.
dos próceres de la población, tenía la intención de
sustituir un antiguo retablo en madera con la ima- La cúpula y el crucero del convento de la
gen de la Guadalupana ya deteriorado.31 Gutiérrez Purísima Concepción en San Miguel de Allende
levantó un altar de dos cuerpos y tres calles con una
elevada predela y un notable sotobanco que se en- Como hemos visto, desde 1880 Zeferino Gutié-
caja completamente en el ábside de este pequeño rrez estaba trabajando en la iglesia del convento
templo. Está hecho en cantera de piedra rosada, de la Purísima Concepción, popularmente cono-
muy similar a la empleada en distintas obras del al- cida como “Las Monjas”. Allí se encargó de varias
bañil. De nuevo, en las seis hornacinas, como en la obras, entre ellas el citado altar mayor, concluido en
central, a manera de templete abundan columnas 1882, además del cierre de los muros del crucero y
la construcción de una cúpula de doble tambor para
30 Rafael Castañeda García, “Religión, identidad y sociedad. Dos co-
cubrir aquél. Ésta se convertirá, a partir del vera-
fradías de negros y mulatos en San Miguel el Grande (siglo xviii)”,
tesis de doctorado, El Colegio de Michoacán, Zamora, 2011, p. 123.
no de 1891, en un elemento referencial del paisaje
31 José Cornelio López Espinoza, op. cit., p. 214. de San Miguel. Conviene decir que el conjunto de

ENTRE SAN MIGUEL DE ALLENDE Y DOLORES HIDALGO (GUANAJUATO). LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA DEL ALARIFE ZEFERINO GUTIÉRREZ MUÑOZ (1840-1916)
obras en esta iglesia está entre las principales en la tro ajardinado alrededor del cual se ubicaban las 12
trayectoria profesional de Gutiérrez, y que éstas se celdas del convento y las salas para un beaterio y
desarrollaron al menos a lo largo de dos momentos: un colegio de niñas que allí hubo. Además, el esta-
un primer periodo, entre 1880 y 1882, y un segun- do inconcluso no ayudó en nada al mantenimiento
do, entre mayo y junio de 1891. del complejo, que pocos años más tarde sufrió un
El convento de la Purísima Concepción obtuvo la terremoto en 1800. Ello obligó a continuas deman-
cédula real para su apertura el 21 de septiembre de das de las religiosas a los herederos de Tomas de la
1754, todo ello tras el apoyo y la anuencia de las au- Canal para arreglar desperfectos y completar el edi-
toridades sanmiguelenses y de buena parte de la aris- ficio. Así, se hizo una serie de refacciones en la en-
tocracia del lugar, pues en buena medida dotaba a la trada de la portería, se añadió el segundo piso del
gran diócesis de Michoacán de un nuevo convento fe- claustro, se rehicieron algunas paredes y se constru-
menino y venía a completar la serie de servicios reli- yó la torre, según una inscripción: “del 6 de octubre
giosos que San Miguel ya tenía y la prestigiaba como de 1841 al 1° de marzo de 1842”.
ciudad. El convento era una iniciativa impulsada por Además de ello, en 1863 se había procedido a
Josefa Lina de la Canal (1736-1770), hija del terrate- la expropiación del convento por parte del gobier-
niente sanmiguelense Tomas Manuel de la Canal. Su no mexicano. Años más tarde, el obispado de León
padre la dotó con una herencia de 70 000 pesos, los sólo pudo recuperar, tras pagar en pública subasta, la
cuales aportó —deseosa de dedicarse a la vida con- iglesia del conjunto, que presentaba un aspecto dete-
templativa—, para la creación de una casa para re- riorado y nada apto para el culto. Ello —creemos—
ligiosas en San Miguel.32 Al parecer, dos años más explicaría por qué desde 1880 Zeferino Gutiérrez y
tarde inició la construcción del convento siguiendo su cuadrilla comenzaron a remozar el edificio por or-
68 |
un proyecto arquitectónico desarrollado por el ar- den del padre Pedro Sandi, responsable del templo.
quitecto tapatío Francisco Martínez Gudiño, ayuda- Respecto del crucero, sabemos que las obras se
do por los alarifes de San Miguel: Pedro Joaquín de habían iniciado en 1880 y que se inauguró con una
Tapia y Salvador Antonio Hernández. Ese arquitecto solemne misa el 8 de diciembre de 1881, la cual fue
calculó los costos de la construcción al detalle dadas presidida por el obispo de San Luis Potosí, José Nica-
las importantes dimensiones que se estaban planean- nor Corona e Izarraraz.34 En cuanto a la cúpula, al pie
do. Nueve años más tarde, cuando se inauguró, el 28 de ésta hay una inscripción que da las fechas exactas de
de diciembre de 1765, se constataba un error de cál- su construcción: “Se comenzó este enladrillado el día
culo en los costos y, por ende, la falta de recursos para 1° de mayo y se terminó en 9 de junio de 1891”. Es de-
concluir la obra. El costo se había disparado, pues lle- cir, en apenas 39 días se completó esa estructura que
gó a los cien mil pesos (frente a los treinta y nueve hoy se enseñorea en el paisaje de San Miguel.
mil presupuestados) y ello significó dejar la obra in-
completa en partes fundamentales, como: la decora- Pero ¿cuál es el detalle arquitectónico
ción del coro o el crucero de la iglesia conventual.33 de ambas obras?
Eso afeaba notablemente un recinto religioso
con diversos atractivos, en especial, su amplio claus- Desde el interior del templo se observa que la cúpula
fue construida con tabique y, para elevarla, colocaron
32 Francisco de la Maza, op. cit., 1939, p. 65.
33 José Cornelio López Espinoza, op. cit., p. 145. 34 Ibidem, p. 132.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


dos tambores de cantera rosada, ambos con ventana-
les. Esta estructura, a su vez, está soportada en sus
cargas por un conjunto de cuatro bóvedas de cruce-
ría, también de tabique, que se ubican a cada uno
de los cuatro costados de la parte central del cruce-
ro. Esta argucia técnica es la que permitió la cober-
tura del templo y que se pudiera soportar esa cúpula
de significativo tamaño. En los arranques de la cúpu-
la se pintaron plafones triangulares con escenas de
santos (figura 4).
Por el exterior se observan los dos tambores de
doce lados, algo ciertamente extraordinario teniendo
en cuenta que la mayoría de las cúpulas de muchos
templos coloniales son de ocho lados. El primero es
el más alto, tiene ventanales amplios con un arco
escarzano como dintel y cuenca con vidrios emplo-
mados. Los ventanales están enmarcados exterior-
mente en una suerte de contrafuertes con cuatro
columnas con capiteles corintios en cada una de las
esquinas, ciertamente parecidos a los que Gutiérrez
había incluido en distintos altares. Los contrafuertes
| 69
son un procedimiento extra para asegurar que las car- Figura 4. Cúpula del convento de la Purísima Concepción, San Miguel de
gas de la cúpula no sean sólo soportadas por las bóve- Allende, diseñado y construido por Zeferino Gutiérrez en 1891. Fotografía de
Martín M. Checa-Artasu, diciembre de 2018.
das del crucero, repartiendo las mismas, pues éstos
arrancan desde la cubierta del crucero. local Estanislao Hernández, quien junto a sus her-
El segundo tambor es más bajo, e inicia con una manos, Francisco y Adrián, tenían un taller en San
suerte de galería con una balaustrada, que se abre Miguel e hicieron otras obras, como las piezas escul-
al exterior en el remate superior de los contrafuer- tóricas del altar mayor del templo de la Santa Es-
tes antes señalados. En este tambor se observa con cuela.35 La cúpula, además, presenta unos nervios
claridad la cantera de piedra rosa, y también la serie decorativos hechos de yeso y con decoraciones vege-
de ventanales con arco de medio punto como din- tales, en el presente pintados de rojo siena, y un cas-
tel, que en su arranque tiene un capitel en bajorre- carón de rebozado de yeso, hoy amarillo, que dan a
lieve. Igualmente, entre las ventanas se esculpió una todo el conjunto un notable colorido. Culmina la cú-
suerte de hoja de palma en cantera labrada que en pula con una balaustrada que rodea una linterna de
la conexión con la cúpula tiene dos capiteles a lado planta octogonal con ventanales alargados y con cie-
y lado. Este tambor culmina con una cornisa moldu- rre de medio punto. Encima de esta estructura se
rada en piedra gris. La cúpula parece arrancar desde alza una escultura de la Purísima Concepción, pro-
unas pequeñas pilastras, hoy pintadas de color rojo bablemente elaborada por el tallador Hernández.
siena, en donde localizamos una serie esculturas de
santos, hoy muy deterioradas, hechas por el escultor 35 Ibidem, pp. 128 y 206.

ENTRE SAN MIGUEL DE ALLENDE Y DOLORES HIDALGO (GUANAJUATO). LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA DEL ALARIFE ZEFERINO GUTIÉRREZ MUÑOZ (1840-1916)
La cúpula de Las Monjas. ¿Inspirada en los Inválidos La cúpula de la Concepción de San Miguel Allende,
de París? inspirada en la cúpula de los Inválidos en París, bas-
tante bien construida, está fuera, completamente, del
En este punto hay que señalar que en torno a la sentimiento que inspiró a los constructores populares
construcción de la cúpula se ha articulado un cier- y de las formas que éstos adoptaron.37
to mito, quizás exagerado, pero que pone sobre la
mesa las fuentes de inspiración que tenía el alari- Unos pocos años más tarde, en 1939, el historia-
fe Gutiérrez, y que se centran en la cúpula de los dor del arte Francisco de la Maza, al escribir su mo-
Inválidos de París, obra del arquitecto Jules Har- nografía sobre San Miguel de Allende reproduce las
douin-Mansart, levantada entre 1679 y 1706. Los aseveraciones del Dr. Atl, siendo eso, probablemente,
parecidos con la obra francesa son innegables, es- el inicio público de aquel mito en torno a la cúpula de
pecialmente en cuanto a morfología y estructura Las Monjas que otros van a reproducir. Sea o no cier-
compositiva, pero dada la falta de más información to que Gutiérrez tomó como modelo el domo de los
precisa es imposible saber si hubo tal inspiración y Inválidos, lo que es incuestionable es que la cúpula
cómo es que se dio ésta. Dos fuentes nos alertan, se convirtió en un llamativo elemento del paisaje de
ya fuese que Gutiérrez la obtuviera a partir de una San Miguel, tanto por su tamaño como por su belle-
postal o de un grabado en un libro o una foto en la za. Monumentalidad y belleza que también supieron
prensa. La primera data de 1904 y nos la proporcio- captar artistas como el fotógrafo Henry Greenwood
na el funcionario de correos Pedro González, autor Peabody en 189838 y el propio Dr. Atl en 1927.
de la Geografía local del estado de Guanajuato; allí se
hace referencia a la posible inspiración en los si- El neogótico del alarife Gutiérrez. Tres ejemplos
70 |
guientes términos:
Zeferino Gutiérrez construyó diversa obra religiosa: al-
En la parroquia hay dos buenas pinturas, lo mismo tares, algunas obras menores y varias obras mayores,
que en la Concepción, donde se ven otra bóveda pla- como torres o pórticos en distintas iglesias. En tres de
na cubriendo la parte que daba acceso al convento y estas últimas optó por desarrollar una suerte de ver-
la cúpula que se construyó imitando a la de los Invá- sión del neogótico, terciada por su conocimiento, qui-
lidos de París, por el maestro Zeferino Gutiérrez, tam-
bién autor de la fachada de la parroquia.36 37 Dr. Atl, “La arquitectura en el siglo xviii. El ultra-barroco”, en
Manuel Toussaint, J. R. Benítez y Dr. Atl, Iglesias de México, vol.
6, 1525-1925. México, Publicaciones de la Secretaría de Hacien-
Unos años más tarde, en 1927, el pintor y artis- da, 1927, p. 119.
ta Gerardo Murillo, Dr. Atl, hace similar asevera- 38 La serie de fotografías que Henry Greenwood Peabody tomó
en el marco de la American Architectural Expedition, que se pu-
ción al referirse a la cúpula en el volumen VI de su
blicaron en 1906 en el libro Spanish-Colonial Architecture in Mexi-
obra Iglesias de México. En ese mismo volumen, Atl, co, están depositadas en la Colección Ricardo B. Salinas Pliego;
quien vivió en París a principios del siglo xx, hará un en concreto, la que estamos mencionando se titula: “Cúpula del
convento de la iglesia de la Concepción, San Miguel de Allen-
dibujo de la cúpula y precisa la excepcionalidad de
de, Gto.”, fechada en 1898 e impresa en plata sobre gelatina. Vid.
ésta y de alguna forma vanagloria el trabajo de Zefe- Antonio Saborit, “En busca de la arquitectura hispano colonial.
rino Gutiérrez: El trabajo de Peabody y Baxter en México”, en Isabel Garcés y
Emma Hernández Tena (coords.), Guillermo Kahlo y Henry Gre-
enwood Peabody. Dos miradas a la arquitectura monumental de Mé-
36 Pedro González, op. cit., 1904, p. 400. xico, Madrid, Fomento Cultural Grupo Salinas, 2009.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


zás por su esencia indígena, y también, por el uso de
la cantera y de sus formas. Las razones para la toma
de este estilo pudieran ser varias: desde la petición
expresa de sus clientes religiosos hasta su propia ins-
piración edilicia; sea como fuera, el resultado son edifi-
caciones hechas en un neogótico fuera de los cánones
y que deben ser valoradas por tratarse de reinterpreta-
ciones autóctonas de estilo, fincadas en dos pequeñas
poblaciones de Guanajuato.

Templo de la Virgen Saleta, en Dolores Hidalgo

La primera construcción que al parecer proyectó


Zeferino Gutiérrez fue el templo a la Virgen de la
Saleta en Dolores Hidalgo, cuya primera piedra se
colocó en 12 de marzo de 1875.39 Cien años más tar-
de, en 1976, este templo se transformaría en la ac-
tual parroquia de Nuestra Señora de la Asunción.
Pedro González, en sus Apuntes históricos de la ciu-
dad de Dolores Hidalgo, nos aclara la participación de
Gutiérrez en la obra:
| 71
Figura 5. Pórtico del templo de la Virgen Saleta, Dolores Hidalgo, diseñado
El templo ostenta una severa fachada de estilo greco- por Zeferino Gutiérrez en 1875 y concluido en 1896. Fotografía de Martín
M. Checa-Artasu, diciembre de 2018.
rromano, la cúpula pertenece al compuesto, el ornato
interior al dórico, y el altar mayor al etrusco, muy ca- fuente tan cercana en el tiempo como la de Pedro
racterístico por sus grupos de columnitas que sostie- González —entonces aún vivía Zeferino Gutiérrez y
nen el cornisamento. El diseño hecho por D. Zeferino contaba con 50 años—, nos hace suponer cuál fue
Gutiérrez, fue ejecutado en lo concerniente a cantería su papel real en esta obra, que sabemos se alargó al
por D. Celso Flores, y en albañilería por los maestros menos hasta 1896 (figura 5).
D. Mauricio Luna y D. Francisco Hernández.40 Simplemente la planeó y delegó en otros su
construcción, algo habitual en este tipo de edifica-
A tenor de esta información, Gutiérrez sólo pla- ciones. El hecho de mencionar la idea del diseño
neó la obra y fueron otros, un cantero y dos albañi- nos lleva a suponer que Gutiérrez sí plasmaba sus
les, los que la desarrollaron de forma efectiva. Una proyectos de alguna forma, en papel, por ejemplo, y
que sí los planteaba y daba órdenes para concretar-
39 José García Juárez, Dolores Hidalgo. Cuna de la independencia
los. Algo que matizaría la idea naif, antes menciona-
nacional, Guanajuato, Gobierno del Estado de Guanajuato-Co-
misión Estatal para la Organización de la Conmemoración del da, de que mostraba a su cuadrilla las obras a erigir
Bicentenario del Inicio del Movimiento de Independencia Na- trazándolas en la arena con un bastón.
cional y del Centenario del Inicio de la Revolución Mexicana
(Monografías Municipales de Guanajuato), 2010, p. 109. De igual forma, el mismo González nos habla de
40 Pedro González, op. cit., 1891, pp. 320-321. las características del templo y de algunas fechas

ENTRE SAN MIGUEL DE ALLENDE Y DOLORES HIDALGO (GUANAJUATO). LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA DEL ALARIFE ZEFERINO GUTIÉRREZ MUÑOZ (1840-1916)
relacionadas con las obras allí ejecutadas, que nos Más allá de la construcción en sí, esta iglesia des-
permiten conocer la evolución constructiva de esta taca por otro aspecto no menos importante, su ad-
iglesia: vocación. La Virgen de la Saleta es una advocación
francesa basada en unas apariciones de la Virgen a
En el edificio que mide 65 varas de largo, 12 de ancho, unos pastores en una aldea de los Alpes franceses:
20 de alto, y 45 de altura máxima hasta el cristal que Salette-Fallavauxue, 1846, y aceptadas por la Iglesia
remata en la cúpula, hemos encontrado las siguientes en 1851. Se da la circunstancia de que una aparición
inscripciones: En la espalda del templo, calle del Peli- de la misma Virgen se dio, también, en Dolores Hi-
gro a 15 varas de alto contando desde los cimientos: “El dalgo, en el mismo año. Ésta será aceptada por la
día 12 de mayo de 1885 se comenzaron a abrir los ci- Iglesia mexicana en 1852 y será el detonante de una
mientos de este templo; y en dos años y ocho meses se veneración que requerirá de un templo nuevo, en
llegó a esta altura en todo su perímetro, sin otro recurso una colonia de Dolores Hidalgo, también nueva.43
que la piedad de los fieles, especialmente pobres”. En el Se trata pues, de la justificación religiosa que expli-
pedestal de un pilar de la fachada: “Julio 1° de 1876”. En ca la construcción de este templo, iniciada en mayo
la clave del arco toral: “En 2 de febrero de 1882 se ben- de 1875 y 29 años después de la aparición, que se
dijo y colocó esta piedra por el Sr. cura D. Nazario Bau- enmarca en un contexto de franco apoyo a la Iglesia
tista, siendo padrinos los Sres. D. Isidro y D. Manuel por parte de feligreses de cualquier condición social
Magaña”. En una de las ventanas de la cúpula: “J ul  i o 22 por la postura anticlerical de los gobiernos liberales
de 1883 se colocó la primera piedra de estas ventanas de la época.44
bajo los auspicios del Sr. C. y Y. foráneo D. Francisco de La estructura más llamativa de esta iglesia es su
Sales Ginori”. Y en el anillo del arquitrabe de la misma pórtico, construido con clara factura gotizante. Se
72 |
cúpula: “El Sr. CI V foráneo Luis G. Sierra, siguió los tra- trata de una estructura de altura considerable que
bajos de esta cúpula, por dentro desde las ventanas y cubre la totalidad de la fachada principal. Este pórti-
por fuera, desde los cimacios de las columnas”.41 co se conforma con tres arcos ojivales a gran altura
sustentados por pilares de planta cuadrada hechos
A partir de esas informaciones se puede inferir de cantera rosada, a los que se les adosa en el exte-
que el templo se inició en marzo de 1875 y que 16 rior un pedestal, una columna y un capitel de estilo
meses más tarde, en julio de 1876 se podía dar por corintio que parecieran sustentar los arcos, los cua-
concluidos los trabajos de la fachada principal o pór- les en altura están retranqueados, lo que los hace
tico. La obra continuaría con la construcción de la parecer dobles y convertidos en una suerte de bó-
nave central de planta de cruz latina, concluida en vedas apuntadas que cubrirían el pórtico. Encima
febrero de 1882, seguida de la construcción del cru- de esos arcos se extiende un frontón escaso limita-
cero y la cúpula, terminada en julio de 1883; el tem- do por una cornisa moldurada. Sobre el pórtico hay
plo se cerraría en su parte posterior en enero de una torre de planta cuadrada, abierta a los cuatro la-
1888 y se daría por concluido en 1896.42
43 J. Zacarias Barrón, Apuntes históricos de Dolores Hidalgo, 3a ed.,
41 Idem. Dolores Hidalgo, Mata Impresores, 1978, pp. 258-260.
42 En 1985 el templo fue ampliamente restaurado, según expe- 44 Manola Sepúlveda Garza, “El norte de Guanajuato: escenario
dientes resguardados en la Subdirección de Estudios y Proyectos de movimientos sociales en los siglos xviii al xix”, La Colmena. Re-
de la Dirección General de Sitios y Monumentos del Patrimo- vista de la Universidad Autónoma del Estado de México, núms. 67-
nio Cultural. 68, Toluca, 2010, p. 25.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


dos, cada uno con sencillas arcuaciones dobles de La torre de la parroquia de San Miguel de Allende
clara factura gótica y con un óculo en la parte supe-
rior de las mismas. Dicha torre contiene las campa- A pesar de las distintas obras que desarrolló a lo lar-
nas del templo y está festoneada en sus vértices con go de sus más de cuatro décadas de vida profesional,
frondas decorativas de cantera y pináculos de planta Zeferino Gutiérrez es casi únicamente conocido por
circular y cuadrada. Encima de la torre hay un cha- la construcción de la torre campanario neogótica de la
pitel piramidal con tres óculos a lo largo de su es- parroquia de San Miguel Arcángel en San Miguel de
tructura que culmina con una cruz. Allende, Guanajuato. Hoy, símbolo de esta ciudad.
El uso de la cantera rosada recuerda al que más En torno a esa obra hay varios asuntos a tratar. En
tarde se daría en la torre de la parroquia de San Mi- primer término, los motivos de su construcción;
guel Arcángel en San Miguel de Allende; por otra en segundo, el uso del neogótico con sus interpreta-
parte, la estructura en sí misma no está exenta de ciones para esta edificación; el tercero se centraría en
desproporción y puede ser vista como un exceso y entender la composición arquitectónica y quizás la
como un error arquitectónico, tal como nos recuer- edilicia de la torre, y el cuarto, el conocimiento de
da González: las opiniones y críticas, tanto positivas como negati-
vas, que se han vertido sobre esta edificación.
Un arquitecto perito de mediano buen gusto hu- Con respecto a los motivos de su construcción,
biera evitado defectos graves que saltan a la vista; cabe mencionar que la primera piedra de la torre
porque la puerta principal no tiene las dimensio- se colocó el 8 de octubre de 1880,46 iniciándose
nes respectivas, el arco que sostiene el coro, no tie- así un trabajo que tardaría ocho años en concluir-
ne forma de tal, por lo mal trazado, y el cornisón se. Aunque no corresponde a este texto describir la
| 73
del templo se avanza sin apoyo en el tramo del al- evolución del templo parroquial construido por el
tar mayor, tapando detalles importantes de éste arquitecto y alarife Marco Antonio Sobrarías, a ca-
y haciendo palpables en los dos distintos órde- ballo entre el siglo xvii y del siguiente, pues ya ha
nes las equivocadas proporciones del conjunto.45 sido tratado ampliamente por distintos autores,47 sí
hay que decir que en esos escritos no se aclaran los
A pesar de esa desproporción, similar a algu- motivos por los que fue construida la torre. Tan sólo
nas otras obras del alarife, el pórtico y la torre se los cronistas locales José Cornelio López Espinoza
dejan ver desde diversos sitios a la redonda de la po- (2010) y Felipe Rodríguez Palacios (2016) apuntan
blación de Dolores Hidalgo. Al igual que sucederá las causas de la construcción.48 El primero habla de
en San Miguel de Allende, la iglesia constituye un que la fachada principal amenazaba ruina, mientras
hito en el paisaje, un símbolo de su presencia —en el segundo menciona que fue el mal estado de una
este caso, nueva, dada la advocación inicial del tem- de las dos torres del templo lo que obligó al derri-
plo—, misma que buscaba poner fin a la blasfemia y bo de ambas, mismas que se construyeron en dis-
activar el cumplimiento de las obligaciones propias tintos momentos del siglo xviii, una en 1709 y otra
de los católicos, como el acudir a misa los domin-
gos; y todo ello se hará en un barrio de Dolores Hi- 46 Miguel J. Malo Zozaya, op. cit., p. 10.
47 Francisco de la Maza, op. cit., 1939; Alberto González Pozo, op.
dalgo, en franco crecimiento en esos años.
cit.; Mina Ramírez, op. cit.
48 José Cornelio López Espinoza, op. cit.; Luis Felipe Rodríguez
45 Pedro González, op. cit., 1891, p. 320. Palacios, op. cit.

ENTRE SAN MIGUEL DE ALLENDE Y DOLORES HIDALGO (GUANAJUATO). LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA DEL ALARIFE ZEFERINO GUTIÉRREZ MUÑOZ (1840-1916)
en 1744. Además, menciona que el templo no te- daba —y daría— algunos ejemplos.52 A partir de estas
nía cúpula en su transepto, sino que tal se hizo al circunstancias debemos preguntarnos por las fuentes
construir la nueva torre.49 Por otra parte, a esta mo- que inspiraron a Gutiérrez a usarlo. Sin descartar que
tivación, plausible y hasta lógica, se le ha de sumar probablemente el sacerdote Correa o el obispo Diez
una más que apuntamos a manera de hipótesis: la de Sollano le sugirieran algún modelo o ejemplo de
necesidad de un símbolo católico en la ciudad, que otro lugar, quizás a partir de un grabado, una litografía
reflejase la recuperación social de la Iglesia como o una pintura, aunque también debemos considerar
institución. Este asunto, como hemos visto, era del que el uso del estilo fuese fruto de la propia iniciati-
interés del primer obispo de León, el sanmiguelen- va de Gutiérrez.
se José María de Jesús Diez de Sollano y Dávalos. En cuanto a esos parecidos formales cabe men-
Ello podría justificar que sufragara la obra de la to- cionar, en primer término, el escaso desempeño
rre con 10 000 pesos de su propio peculio.50 Llama la que como constructor había tenido Gutiérrez has-
atención que está donación la hiciera pocos meses ta 1880; para entonces había diseñado, entre 1877
antes de su deceso, y que dejará de encargado de y 1895, la parroquia de Nuestra Señora de la Asun-
las obras al sacerdote José Ma. Correa Pérez, miem- ción en Dolores Hidalgo, donde destaca un enorme
bro de la Congregación del Oratorio de San Felipe y desproporcionado pórtico a manera de nártex, he-
Neri,51 misma que era partícipe del adecentamien- cho de cantera, con arcos apuntados y que culmina
to de varios templos, como el de Las Monjas. Segu- en una torre. También, había construido el pórtico
ramente, sería Correa el que contrataría a Gutiérrez de la ermita del templo en San Miguel (antes de-
y su cuadrilla para hacer la torre, la cúpula y algu- tallado), donde eleva éste con una cúpula a medio
nas otras obras menores, las cuales seguramente co- hacer y una linterna desproporcionada, y también
74 |
menzaron en algún momento de la segunda mitad había concretado trabajos de albañilería en el cru-
de 1881, pues hay que tener en cuenta que Gutié- cero de Las Monjas, que junto con la cúpula de este
rrez estaba enfrascado en los trabajos del crucero de templo será su obra más consistente. Dada esas ex-
Las Monjas. periencias, creemos que es más plausible conside-
Ninguna fuente nos aclara el porqué del uso del rar a Zeferino Gutiérrez más constructor de altares
neogótico para esta torre. Es cierto, que se trata de y habilidoso cantero que albañil o constructor. Este
un estilo que tenía en la Iglesia uno de sus defenso- hecho no es baladí, pues la torre de la parroquia,
res y era visto como el estilo más adecuado para un a pesar de sus formas, también puede ser entendi-
templo debido al sentido simbólico que se le supo- da como un altar, dada la cantidad de hornacinas y
nía. Una suerte de retorno al pasado medieval, cuan- aperturas culminadas con gabletes, así como el he-
do las torres de las iglesias y catedrales despuntaban cho de desplegar las aperturas como un altar mayor
en las ciudades dando muestra del poder moral, so- en calles hacia las alturas, sensación que se fortale-
cial y económico que tenía la Iglesia. Es cierto, tam- ce con el uso de pináculos, ventanas y gabletes. La
bién, que el estilo neogótico se estaba extendiendo
por México en aquellos años y en Guanajuato ya 52 Martín M. Checa-Artasu, “Iglesia, poder y neogótico en ciu-
dades del occidente de México: una aproximación desde la geo-
49 Rosalía Aguilar et al., op. cit., p. 28. grafía de la religión”, en Quim Bonastra y Gerard Jori (eds.)
50 José Mercadillo Miranda, La parroquia de San Miguel de Allen- Imaginar, organizar y controlar el territorio. Una visión geográfica
de, Gto., San Miguel de Allende, Imprenta San Miguel, 1964, p. 8. de la construcción del Estado-nación, Barcelona, Icaria Editorial,
51 Pedro González, op. cit., 1904, p. 399. 2014, pp. 269-292.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


propia decoración labrada sobre la cantera, el uso
de múltiples molduras en las aperturas de la torre,
los gabletes labrados, las filigranas elaboradas sobre
las arcuaciones ciegas, las frondas de piedra en el
chapitel, todo confirma que la gran habilidad de Gu-
tiérrez es el trabajo de la piedra; es a través de éste
que dota de decoración y, de paso, de originalidad y
no poca belleza a la torre. Es, por tanto, la manipu-
lación de la piedra por parte de un artesano lo que
es esencial en esta edificación y lo que la dota de
personalidad.
En segundo término, con respecto a los posibles
parecidos, cabe decir que éstos pudieran ser muchos.
Tiene similitudes en la forma a las torres de la Cate-
dral de Colonia, acabada en 1880, noticia que tuvo
un gran impacto en la prensa de la época, pero tam-
bién, el parecido lo tiene con otras torres góticas de
un buen número de ejemplos de Europa. Ligado a
ello, surge un tercer aspecto: Gutiérrez no hace una
pieza en un neogótico puro; todo lo contrario, es una Figura 6. La torre de la parroquia de San Miguel de Allende, planeada y
adaptación a las formas de éste a la manera como construida por Zeferino Gutiérrez entre 1880 y 1888. Fotografía de Martín
M. Checa-Artasu, julio de 2018. | 75
las entendió un cantero que manipula la piedra de
forma excepcional, pero tiene escasos conocimien- que es una muestra extraordinaria de cómo trabajar
tos de arquitectura y composición. En efecto, la torre la piedra en todas sus dimensiones.
nártex adosada al templo parroquial pareciera ado- En cuanto a la composición arquitectónica, se
lecer de una estructura estilizada, aunque busca ser trata de una torre de planta cuadrangular con cuatro
sólida, pues se alza en escalera, acumulando cuatro niveles que tiene dos torres anexadas a cada lado,
niveles que se tornan cada vez más estrechos a medi- cada una de tres niveles (figura 6).
da que sube. Esa composición simplista de torre esca- Esa torre central, de perfil o de frente, diluye su
lonada se contrapone —y acaso, se dignifica—, pues forma cuadrangular por las decoraciones que festo-
está repleta de arcuaciones falsas, filigranas labradas nean la torre y a manera de protuberancias se ex-
en la piedra, gabletes, ventanas, hornacinas, pinácu- tienden por la misma. El primer nivel es el de un
los, bajorrelieves, etc., hechas en cantera de color pórtico o nártex, abierto en sus tres lados con arcos
rosa, que es sin duda, lo que dota de gran belleza al ojivales, es decir, tiene tres fachadas desde las que
conjunto. Así, el resultado es una torre escalonada, se accede al templo. Sobre cada uno de los arcos oji-
con parecidos a un altar mayor, poco estilizada en vales hay una suerte de gablete con grabados en
comparación al gótico, incluso en sus versiones deci- filigrana. Ese pórtico se sustenta en la parte delante-
monónicas, que quiere ser fuerte creando ese escalo- ra con dos gruesas columnas que recuerdan a patas
namiento, quizás para evitar los problemas que en el de elefante y en la parte posterior aparece empotra-
pasado tuvieron otras torres del templo parroquial y da la fachada original del templo, que pareciera sos-

ENTRE SAN MIGUEL DE ALLENDE Y DOLORES HIDALGO (GUANAJUATO). LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA DEL ALARIFE ZEFERINO GUTIÉRREZ MUÑOZ (1840-1916)
tenerse de ésta. En esa misma parte se adosa a cada dobles arcuaciones ciegas. En el tercer nivel, que se
una de las torres laterales. En las paredes, esquinas abre a los cuatro lados, tiene también dobles venta-
y columnas en este nivel, se encuentran arcuacio- nales con dintel ojival.
nes ciegas y hornacinas, algunas vacías y algunas
con figuras de santos de autor desconocido. Tiene De lo negativo a lo positivo. Críticas hacia la torre
una bóveda de crucería sexpartita con una plemen- parroquial de San Miguel
tería de cantera de colores marrón y rosada.
Desde ese primer nivel es desde donde se calza Para completar la información en torno a la to-
el resto de la estructura, en cuyo segundo nivel tam- rre de la parroquia de San Miguel Arcángel vale la
bién presenta tres fachadas, una delantera y dos late- pena hacer hincapié en toda la serie de impresio-
rales, cada una con tres hornacinas, dos con puertas nes, tanto negativas como positivas que ha genera-
de vidrios emplomados y una central abierta, donde do. En cuanto a las primeras, hay que decir que la
hay una imagen de un santo. Esas hornacinas tienes torre provocó el franco desprecio, ciertamente bas-
arcos lobulados sobre los que se desarrolla un amplio tante falto de educación y con no poco racismo y
gablete con filigrana labrada en la cantera. Ese ele- clasismo, del afamado historiador del arte mexica-
mento decorativo se va a repetir en cada una de las no Francisco de la Maza. En 1939, en su monografía
aperturas de la torre. A los laterales de las hornacinas sobre San Miguel de Allende, se permitía decir lo
de este nivel encontramos una serie de arcuaciones siguiente:
falsas con filigranas en piedra muy elaboradas enci-
ma de las mismas. Los dos siguientes niveles son si- En su parte exterior tenía la Parroquia una fachada
milares entre sí. Éstos se abren a los cuatro lados de sencilla con dos torres, pero fue sustituida por la ac-
76 |
la torre y se presentan con dobles ventanas con ar- tual, de estilo gótico, a fines del siglo pasado. Fue el
cos ojivales enmarcadas en gabletes con filigrana en arquitecto el maestro cantero sanmiguelense don Ze-
bajorrelieve y que, a sus lados, despliegan en altura ferino Gutiérrez. Esta famosa fachada, muy reprodu-
una suerte de pináculos sobre arcuaciones ciegas y cida en fotografías y periódicos, y que agrada tanto a
filigranas labradas en la piedra. En el tercer nivel se la mayoría de las personas, es un error arquitectóni-
sitúan las cuatro campanas del templo, que en pri- co. No encaja, de ninguna manera, con el ambiente
mera instancia fueron colocadas en 1885 y en años y la arquitectura local, además de que su tosca factu-
recientes han sido sustituidas. En el cuarto nivel, los ra no tiene nada de la gracia y finura que distinguen
pináculos se extienden en altura alcanzando la mitad al verdadero gótico. El señor Gutiérrez, sin atenerse
del chapitel. La torre culmina con una aguja o chapi- a la tradición ni comprender su sentido, sin tratar de
tel de planta octogonal muy elaborado que presenta armonizar con el conjunto, levantó su masa pseudo-
un óculo ovalado en cada uno de sus lados y una se- gótica sobre la antigua iglesia del siglo xviii, mexica-
rie de frondas de piedra en cada uno de sus vértices. nísima, destruyendo la hermosa visión colonial de la
Culmina la torre con un pináculo que se limita con el plaza; mas no es culpa del ignorante e ignorado al-
chapitel por una baranda octogonal de hierro y una bañil-arquitecto don Zeferino Gutiérrez, sino del abo-
cruz de hierro. minable gusto artístico que privó durante casi todo el
Cabe mencionar que las torres laterales están siglo xix.53
adosadas a la torre central y a las paredes de la igle-
sia en sus dos primeros niveles. En éstos presentan 53 Francisco de la Maza, op. cit., 1939, p. 73.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Treinta un años más tarde, De la Maza se reafir- defensa a ultranza de la hispanidad, algo que, como
maba en sus ideas, con inusitado desprecio: ya hemos mencionado, parecía estar contenido en
la esencia urbana de San Miguel por su glorioso pa-
Ahora tiene una fachada gótica, inspirada en alguna sado colonial. Dos ejemplos de ello son: una guía
revista y hecha a principios de este siglo por un al- turística sobre San Miguel de Allende, editada en
bañil, Zeferino Gutiérrez. Ha perdido la gracia y el 1953 y escrita por el profesor sanmiguelense Miguel
misterio del gran estilo medieval; así como las pro- Mayo Zozaya —miembro de esa entidad— y por el
porciones y la belleza. Olvidémosla.54 abogado Fernando León de Vivero, simpatizante de
la causa hispanista y quién fuera secretario general
El desprecio de De la Maza hacía la torre hecha del Comité Aprista en México.56 En la guía se habla
por Gutiérrez se debía a su defensa de una visión de de la torre como un elemento ajeno a la propia igle-
San Miguel como población adormecida en el tiem- sia, que no merece ser valorado pues ha destruido
po que había sabido superar, especialmente, los mo- la esencia colonial de la misma: “De las modifica-
mentos caóticos de la Revolución, y de esa forma ciones seudogóticas en el frontis, ventanales y torre
había preservado su esencia de mexicanidad origi- de un cuerpo, salió ilesa, en parte, la severa portada
nal, fincada en la etapa colonial, cuando la ciudad con medallón de piedra y Cristo esculpido”.57
tuvo prestigio económico, cultural y social. Se trata- La crítica más contundente, en la misma lí-
ba de una visión que había sido configurada a par- nea que De la Maza, terciada con varios errores y
tir de la Fundación Amigos de San Miguel, entidad no poco desprecio, fue la del cronista local y poeta
creada en los años treinta del siglo xx y encabezada Leopoldo de Samaniego y de la Sota, quien era jefe
por el actor y cantante José Mojica, residente en la de redacción de la revista Norte, órgano del Frente de
| 77
ciudad, y el historiador del arte Manuel Toissaint, Afirmación Hispanista, quién se expresaba así de la
maestro de De la Maza, y por este último. Esa visión obra de Gutiérrez:
perseguía la nominación de San Miguel como ciu-
dad típica, cosa que se consiguió, sólo en el ámbito La parroquia de San Miguel ha sufrido al correr de
estatal en 1939.55 En esa coyuntura, la torre neogó- los años infinidad de modificaciones y atentados, en
tica desdibujaba aquella idea, y además, conectaba cuenta el cometido con su portada, que se trocó de un
con un periodo de la historia de México, el porfiria- estilo románico puro, a un seudogótico que despega
to, que debía ser olvidado. A todo ello se ha de su- totalmente de la arquitectura general de la ciudad y
mar el desprecio que De La Maza hizo evidente toda no encuadra con su cielo azul y limpio la mayor par-
su vida con respecto a los estilos decimonónicos. te del año.
A partir de De la Maza, otros también han recha- Alguien quiso ver en don Zeferino Gutiérrez, me-
zado la torre con similares opiniones, calificándola diocre maestro de obras y cantero, un genio y lo deja-
de distintas formas peyorativas. Algunos eran miem- ron hacer y deshacer hasta que perpetró el atentado
bros del Frente de Afirmación Hispanista, A. C., enti- y erigió el mogote que hoy, a fuerza de verlo y de es-
dad creada en 1967 y que tenía entre sus objetivos la cuchar las alabanzas de los legos en la materia, vemos

56 Ricardo Melgar Bao, Redes e imaginario del exilio en México y


54 Francisco de la Maza, “Un paseo por San Miguel de Allende”, América Latina: 1934-1940, México, Libros en Red (Insumisos La-
Artes de México, núm. 139, México, 1971, p. 18. tinoamericanos), 2003, p. 32.
55 Lisa Pinley Covert, op. cit., pp. 26-28. 57 Miguel J. Malo Zozaya, op. cit., p. 13.

ENTRE SAN MIGUEL DE ALLENDE Y DOLORES HIDALGO (GUANAJUATO). LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA DEL ALARIFE ZEFERINO GUTIÉRREZ MUÑOZ (1840-1916)
los sanmiguelenses como un orgullo de nuestra tierra y la observaron con otros ojos y se contraponen radi-
que causa el pasmo y la admiración de los ignaros fue- calmente a las anteriores opiniones. Citemos varias.
reños que visitan la ciudad. Lo que más llama la aten- El periodista Agustín Romero López, uno de los
ción es saber que el primer obispo de León, don José introductores del metodismo en México, pasó la Na-
María de Jesús Diez de Sollano y Dávalos, hombre de vidad de 1928 en San Miguel de Allende y dijo la si-
luces y de letras, haya ayudado a Zeferino con diez mil guiente sobre la torre: “y determinó pasar en amable
de “aquellos pesos” a cometer su fechoría de leso arte.58 compañía la universal fiesta de Nochebuena en el ri-
sueño San Miguel de Allende que luce las torrecillas
Desvinculadas de la ideología que permea en las del templo romanista más hermoso que yo he visto,
anteriores, hubo otras críticas que van a denostar la por su estilo maravilloso”.62
torre. Se trata de opiniones sin justificación y sub- Vicente Dávila, un médico venezolano en mi-
jetivas y que han llegado hasta nuestros días. Por sión cultural por México en 1945, se expresaba de
ejemplo: Felipe Cossío de Pomar,59 artista y político forma poética sobre la torre de la parroquia, seña-
peruano, iniciador en 1937 de la Escuela Universi- lando las bondades de la cantera:
taria de Bellas Artes de San Miguel junto con el es-
tadounidense Stirling Dickinson, la va a calificar de La hermosa cúpula, a semejanza del panteón de los
pastiche, aunque dará cierto valor al trabajo de Gu- Inválidos en París, es reconstruida más tarde, en 1842,
tiérrez. En 1964, el arquitecto guanajuatense Víc- por el maestro de obras don Zeferino Gutiérrez. El
tor Manuel Villegas Monroy (1913-2013), una de las mismo que llevó a cabo la portada, estilo gótico, en el
personas con mayor conocimiento del patrimonio templo de La Parroquia, que se alza en la plaza mayor.
cultural de Guanajuato escribía: “Dos años después En estas canteras rosadas los rayos del sol, en la hora
78 |
de acabar la grotesca fachada de gótico popular se de la tarde, se quiebran en las aristas de sus molduras
le envió un sarape bordado con el perfil de la torre y semejan incendios.63
al papa Pío IX”.60 En fechas más recientes, el foto-
periodista holandés Robert De Gast describió la to- En parecido tono, valorizando el trabajo de can-
rre en estos términos: “Although its style has been tera, lo hará el periodista e historiador poblano En-
described as ‘fake Gothic’ and ‘Disneyesque,’ this rique Cordero Torres (1904-1983), quien dice lo
landmark church instantly identifies San Miguel de siguiente de la torre: “No es el templo de San Mi-
Allende, just as the Eiffel Tower announces Paris”.61 guel Allende, prócer cuna de héroes, el que se dis-
Por otro lado, también hubo valoraciones posi- tinga por la altura de sus torres, más sí por el primor
tivas respecto de la torre. Serán la de aquellos que de su estilo gótico, que eleva sus agujas al cielo en
cantería clara”.64
58
Desde otra perspectiva, y abonando una cierta
Leopoldo de Samaniego, Buenos, malos y regulares. Estam-
pas sanmiguelenses, México, Norte. Revista Hispano-Americana, lógica espacial, la guía sobre San Miguel de Allende
1969, p. 77.
59 Felipe Cossío del Pomar, Cossío del Pomar en San Miguel de
Allende, Madrid, Playor, 1974, p. 31 62 Agustín Romero López, “En vacaciones”, El Abogado Cristiano,
60 Víctor Manuel Villegas Monroy, Arte popular de Guanajuato, vol. México, 31 de enero de 1929, pp. 4-5.
1, Guanajuato, Banco Nacional de Fomento Cooperativo / Fon- 63 Vicente Dávila, Rincones mexicanos, México, Imprenta Ma-
do de Fideicomiso para el Fomento de las Artesanías, 1964, p. 28 nuel León González, 1947, p. 57.
61 Robert de Gast, The Doors of San Miguel de Allende, Petaluma, 64 Enrique Cordero y Torres, Las torres mexicanas más altas, Pue-
Pomegranate, 1994, p .8 bla, Centro de Estudios Históricos de Puebla, 1952, p. 63.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


escrita por Tom Scott y Stirling Dickinson, este úl- form and an untutored gift for rich expression. The
timo conocedor a detalle de la evolución de San original church, whose shape appears in a general
Miguel a lo largo de varias décadas del siglo xx, view of the city, was built near the middle of the eigh-
menciona: teenth century.66

Rising majestically from a shelf on the mountainside, Baxter señaló unas características para la torre, en
La Parroquia, the pink church, is San Miguel’s land- las que reivindica la mirada y el hacer de un alarife
mark, trademark and card identity. The church tow- local indígena que, según él, reinterpretó el neogó-
ers above all, imposing its personality by sheer height tico dándole una mirada alternativa que él denomi-
and grandeur. Whether viewed from above or below, na: “gotesco”, término inventado que aglutinaría las
it remains the focal point of landscape.65 características de la obra desarrollada de Gutiérrez,
expresadas en su comentario de la torre. Años más
Por último, cabe anotar la opinión sobre la to- tarde, otro historiador del arte estadounidense, Trent
rre más propositiva, con voluntad de explicar sus Elwood Sanford,67 retomó con poco acierto el térmi-
características y sobre todo el papel de su construc- no, mostrando la torre como un ejemplo de una re-
tor; la escribió el periodista estadounidense Sylves- interpretación indígena de lo gótico.
ter Baxter. Como se ve, la torre de la parroquia de San Mi-
guel Arcángel no ha dejado a nadie indiferente, da-
The most notable work of Ceferino Gutierrez is the das sus dimensiones y características que hoy se
new facade and tower of the Church of San Miguel, enseñorean en el perfil de la ciudad y la convier-
the parochial temple of the city, its huge aspiring ten en el principal atractivo turístico. Tanto es así,
| 79
mass a landmark for miles around, dominating the que la torre se ha convertido en símbolo, e incluso, el
place very strangely for a Mexican city. It is extreme- logo identificativo de esta población guanajuatense
ly interesting as an indigenous notion of the Gothican
66 Sylvester Baxter, op. cit., p. 187. Traducción del autor: “La obra
artist mind, picturesquely impressionable, interpret-
más notable de Zeferino Gutiérrez es la nueva fachada y la torre
ing for itself the Gothic feeling as reminiscently con- de la iglesia de San Miguel, el templo parroquial de la ciudad, su
veyed at second hand by illustrations that came his enorme masa aspirante, un hito para millas a la redonda, domi-
nando el lugar de manera muy extraña para una ciudad mexica-
way. It might be called “Gothesque” rather than Goth-
na. Es extremadamente interesante como una noción indígena
ic, for it is not Gothic at all except in superficial sug- del gótico, una mente de artista, sencillamente impresionable,
gestion. The work is illiterate, of course, as might be interpretando el sentimiento gótico como reminiscentemente
transmitido de segunda mano por las ilustraciones que se le pre-
looked for. But with all its crudeness, and even posi- sentaron. Podría llamarse ‘gotesco’ en lugar de gótico, por eso,
tive badness, it has a certain artistic character—its im- no es gótico en absoluto excepto en sugestión superficial. El tra-
posing mass imbued with an undisciplined sense of bajo es analfabeto, por supuesto, como podría ser buscado. Pero
con toda su crudeza, e incluso su maldad positiva, tiene un cier-
to carácter artístico: su imponente masa imbuida de un sentido
65 Tom Scott y Stirling Dickinson, San Miguel de Allende [s. l.], de la forma indisciplinado y un don sin tutor para la expresión
Brandenburgh Press, 1969, p. 14. Traducción del autor: “Levan- rica. La iglesia original, cuya forma aparece en una vista gene-
tándose majestuosamente en la ladera de la montaña, la pa- ral de la ciudad, fue construida cerca de la mitad del siglo xviii”.
rroquia, la iglesia rosada, es la marca, la marca registrada y la 67 Trent Elwood Sanford, The Story of Architecture in Mexico: In-
identidad de la tarjeta de San Miguel. La iglesia se eleva, sobre cluding the Work of the Ancient Indian Civilizations and that of the
todo, imponiendo su personalidad por su altura y grandeza. Ya Spanish Colonial Empire which Succeeded Them, Together with an
sea visto desde arriba o desde abajo, sigue siendo el punto fo- Account of the Background in Spain and a Glimpse at the Modern
cal del paisaje”. Trend, Nueva York, W. W, Norton & Company Inc., 1947, p. 303.

ENTRE SAN MIGUEL DE ALLENDE Y DOLORES HIDALGO (GUANAJUATO). LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA DEL ALARIFE ZEFERINO GUTIÉRREZ MUÑOZ (1840-1916)
y de algunos productos que en ella se hacen.68 Esa habían dejado convertida en una maravilla la iglesia
conversión en símbolo, inaudita si sólo se conside- madre de la ciudad. Conserva, sin embargo, su anti-
rasen como válidas las opiniones despreciativas de gua portada con un bello medallón de piedra en que
ciertos especialistas en historia del arte, explicaría el está esculpido un Santo Cristo arriba de la ventana del
denodado interés en su cuidado y restauración en coro, a la cual, lo mismo que a las demás, se le qui-
los años recientes: se contabilizan al menos 12 inter- so forzar a ser gótica apuntándole el arco. Su interior
venciones en el edificio, especialmente, antes y des- es de una sola nave amplia y majestuosa a pesar del
pués de la nominación como Patrimonio Cultural de abandono a que está sometida. Algunas esculturas no
la Humanidad del núcleo histórico de San Miguel.69 despreciables, pinturas y exvotos, recuerdan su anti-
gua magnificencia.70
La torre campanario del templo de San Rafael
o de la Santa Escuela de Cristo, en San Miguel de Allende A pesar de la agreste opinión de De la Maza, la
torre campanario de la iglesia de San Rafael es, pro-
La última obra de factura gótica que podemos atri- bablemente, la construcción más correcta en tér-
buir a Zeferino Gutiérrez es la torre campanario del minos arquitectónicos que desarrolló este alarife
templo de San Rafael o de la Santa Escuela de Cristo, y, también, su última obra para la Iglesia. De he-
en San Miguel de Allende. Construida tras el derribo cho, el propio De la Maza presenta en su monogra-
de la antigua torre campanario, probablemente de- fía sobre San Miguel un croquis de la torre firmado
teriorada pues había sido construida en el siglo xvii. por Zeferino Gutiérrez del que no cita la fuente. Es
Al igual que esa antigua torre, la nueva estaba situa- una prueba más de algo que hemos comentado más
da dentro del atrio de la parroquia de San Miguel Ar- arriba: el alarife Gutiérrez diseñaba y planteaba es-
80 |
cángel y fue construida en 1896, según De la Maza, quemas y croquis de sus obras.
para integrar la iglesia de San Rafael en la estética La torre, que muy pocos años más tarde se con-
que había creado la torre de la parroquia de San Mi- vertiría en reloj municipal, es de planta cuadrada,
guel, algo que este autor no duda en criticar de la hecha de ladrillo en su mayoría, con encalados de
siguiente forma: color siena y cantera gris en su parte superior (figu-
ra 7). Se presenta en cinco cuerpos escalonados, si-
Hacia la izquierda de la iglesia principal, desembo- milar a la estructura de la torre de la parroquia. El
cando al atrio, se levanta la de San Rafael, compañe- primero es el más alto y está conformado por pare-
ro jerárquico del arcángel San Miguel, que también des de ladrillo encaladas con yeso sobre las que su-
ha cambiado su fachada por una torre indefinible y perpone una cenefa hecha de ladrillos que quiere
que quiere parecerse a la de la parroquia, obra que se asemejar arcos dobles ojivales con rosetón. Las es-
creyeron obligados a efectuar quienes pensaron que quinas están recubiertas con ladrillo a manera de
zócalo. El mismo esquema se sucede en el segundo
68 Citamos el ya mencionado sarape con el perfil de la torre bor-
piso, con menos altura que el primero, y también
dado, el cual se regaló en 1890 al papa Pio IX; como ejemplo
en el tercero, que es la mitad de alto que el segundo.
más reciente, puede referirse la imagen de marca de la cerveza
artesanal Allende, producida en la ciudad. En este nivel se presenta una ventana doble ojival
69 Mismas que se pueden consultar en la Subdirección de Es-
con vidrios. El cuarto nivel es la mitad del tercero,
tudios y Proyectos de la Dirección General de Sitios y Monu-
mentos del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura de
México. 70 Francisco de la Maza, op. cit., p. 30.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


lada original del templo. Al interior sabemos que
construyó una capilla y la tumba donde enterró los
restos de su mujer y su hijo.

Algunas conclusiones

A tenor de lo compilado en estas páginas, podemos


decir que Zeferino Gutiérrez Muñoz fue un artesa-
no otomí, con poca formación primaria, más o me-
nos hábil y capaz, que se adaptó a las circunstancias
sociopolíticas que le tocaron vivir (figura 8); tuvo en-
cargos con la suficiente importancia para poder de-
sarrollar una obra con ciertas características: notable
en el uso de la cantera y con ciertas deficiencias en
cuanto al dominio de la técnica constructiva. Su prin-
cipal cliente fue la Iglesia, de la que recibió encargos
específicos relativos a elementos para iglesias, tem-
plos y parroquias, mismos que le eran dados segura-
mente porque no debía haber muchos más artesanos
en la región que los pudieran desarrollar y, si los
hubo, no llegaron a los niveles de calidad o a los con-
| 81
Figura 7. La torre campanario del templo de San Rafael o de la Santa Escuela
tactos con ciertas instancias que cultivó Gutiérrez a lo
de Cristo, en San Miguel de Allende, construida en 1896 según proyecto de largo de su vida. Fue cantero y albañil, oficios que ad-
Zeferino Gutiérrez. Fotografía de Martín M. Checa-Artasu, diciembre de 2018.
quirió, según parece, por tradición familiar, los cuales
pero está construido en cantera gris. Aquí se presen- lo vinculaban a un significativo grupo de esos profe-
ta seis arcuaciones ojivales dobles por lado, enmar- sionales en el área de San Miguel de Allende, a lo lar-
cadas en pilastras rectangulares. En la parte central go de los siglos xviii y xix y aún hoy están presentes.71
está el reloj, encastado en un cuadro de cantera la- Por las obras que concretó en su vida parece haber
brada, que quiere recordar a un rosetón. El último sido más cantero que albañil y más elaborador de
nivel es tres veces más alto que el anterior pero más altares que constructor. Ello pudiera explicar, junto al-
estrecho y, de nuevo, está recorrido por tres arcua- gunos otros aspectos, la calidad y técnica de su obra
ciones a cada lado. Las laterales son ojivales dobles y constructiva, que tiene numerosos excesos, basada
la central simplemente es un arco ojival abierto. En en la prueba y error y que nos advierte de una for-
este nivel es donde se ubican las campanas del cam- mación autodidacta. Una educación que no fue obs-
panario. Culmina este nivel con una cornisa con táculo para que trazara planos y croquis de las obras
una serie de arcuaciones ojivales dobles continuas a erigir, que en el presente, o bien yacen ocultos en
y con cuatro almenas piramidales en cada esquina. algún archivo, o bien, se perdieron para siempre, de-
Zeferino Gutiérrez también hizo unas adecua- jando apenas algunas pistas de su existencia.
ciones en la fachada del templo, consistente en un
arco ojival doble de cantera rosada sobre la porta- 71 Ruth Olvera Arteaga, op. cit.

ENTRE SAN MIGUEL DE ALLENDE Y DOLORES HIDALGO (GUANAJUATO). LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA DEL ALARIFE ZEFERINO GUTIÉRREZ MUÑOZ (1840-1916)
Por último, hay que destacar que a pesar de la
atribución personalizada hacia las obras que cons-
truyó, él trabajó en cuadrilla, con otros peones y
jornaleros, también conocedores de ambos oficios.
Lamentablemente, tanto su técnica, habilidades y
circunstancias personales no se tomaron en cuen-
ta dada su condición humilde e indígena, y así su
biografía se mixtificó y edulcoró, asociada a la cons-
trucción de una visión de San Miguel de Allende,
donde el tiempo se había parado y se mantenía una
esencia colonial idílica para quienes huían de la mo-
dernidad o buscaban la paz tras la guerra, como los
expatriados estadounidenses que empezaron a ins-
talarse en San Miguel en los años cuarenta y cin-
cuenta del siglo xx.
A fuerza de repetir esas ideas, Zeferino Gutiérrez
se convirtió en un personaje más de ese San Miguel
ideal, hoy asediado por turistas que poco a poco lo
gentrifican. Por desgracia, su figura se diluyó en un
universo naif creado para el turismo y no ha sido
hasta fechas recientes que ha sido reconocida por
82 |
los poderes públicos locales.72 Un parque que lleva
su nombre y una estatua, ambos construyéndose en
el presente en San Miguel, reivindican a uno de los
artesanos más notables del México porfiriano, injus-
tamente desconocido y a quien hemos querido re-
Figura 8. Zeferino Gutiérrez Muñoz. Fotografía recuperada de: <https://
cuperar a través de estas líneas. www.mexicoenfotos.com>.

72 Jesús Aguado, “Despite Delays, the Zeferino Gutiérrez Park is fi-


nally taking shape”, Atención San Miguel, recuperado de: <http://
www.atencionsanmiguel.org/2019/01/25/despite-delays-
the-zeferino-gutierrez-park-is-finally-taking-shape/?utm_
source=rss&utm_medium=rss&utm_campaign=despite-
delays-the-zeferino-gutierrez-park-is-finally-taking-shape>,
consultada el 16 de diciembre de 2019.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


MARTE GONZÁLEZ RAMÍREZ*

Esplendor deteriorado. Descripción y estado


de conservación de la estructura de la mesa de
sacristía dieciochesca del templo agustino
de Salamanca, Guanajuato

Fecha de recepción: 26 de marzo de 2019


Fecha de aceptación: 28 de mayo de 2019

En los templos católicos de México se encuentran obras artísticas del periodo virreinal popularizadas por los investiga-
dores o por la difusión cultural; sin embargo, en esos recintos se resguardan también objetos que poseen características
únicas —por los materiales que los constituyen, por su diseño o por su ornamentación—, pero que no han tenido mayor
divulgación, lo que las ha mantenido en un bajo perfil o en el anonimato. En estas páginas el lector podrá conocer en de-
talle una mesa de sacristía dieciochesca ubicada en el templo agustino de Salamanca, Guanajuato, digna de mención por
su complejidad estructural.
Palabras clave: mesa de sacristía, mueble barroco, arte agustiniano, mueble bombé, funcionalidad estructural.

Catholic churches in Mexico house artworks from the viceregal period popularized by scholars and cultural dissemination
programs. Nevertheless, these buildings also hold objects unique for the materials of which they are made, their design, or
for their ornamentation, but that have received little attention, making them largely unknown or overlooked. These pag-
es offer readers an in-depth discussion of an eighteenth-century sacristy table from the Augustinian church of Salamanca,
Guanajuato, worth examining for its structural complexity.
Keywords: sacristy table, Baroque furniture, Augustinian art, bombé furniture, structural functionality. | 83

L
a sacristía del templo de San Juan de Sahagún de Salamanca, Guanajuato, des-
de el siglo xviii posee una mesa que en la actualidad se ubica en medio del lugar,
debajo de la cúpula, haciendo eje con el altar mayor y con la nave del templo. Esta
disposición se registra desde el inventario de 1852, en el que se anota que dicho
mueble, con sus características únicas, se encontraba al centro del secretarium.1
A sabiendas de que la mesa se sitúa al centro de la sacristía y que pertenece a un con-
texto cultural y espacial específico, en estas páginas ofrecemos una revisión del mueble
para explorar sus espacios, constitución y diseño, identificar sus partes, y conocer sus de-
talles, y así entender su funcionalidad, evidenciar su razón de existencia en el lugar, y ad-
vertir y exhibir su estado de conservación.
Para poder dar parte de ella es necesario prestar atención a los elementos de la obra, en
sus formas,2 y es preciso, nos dice María del Consuelo Maquívar, observar aguzadamen-

* Universidad de Guanajuato.
1 Inventario de 1852, Libro de Inventario 1832 a 10 marzo 1878, apud Ana Luisa Sohn Raeber, “El conjunto conventual de
San Juan de Sahagún en Salamanca, Gto.”, tesis de maestría, Facultad de Filosofía y Letras-unam, México, 1992, p. 392.
2Ernst H. Gombrich, Imágenes simbólicas. Estudios sobre el arte del Renacimiento, trad. de Remigio Gómez Díaz,
2ª reimp., Madrid, Alianza Editorial, 1990 [1983], p. 15.

ESPLENDOR DETERIORADO. DESCRIPCIÓN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA MESA DE SACRISTÍA DIECIOCHESCA DEL TEMPLO AGUSTINO DE SALAMANCA, GUANAJUATO
Figura 2. Detalle de una de las patas de la mesa de sacristía del templo
agustino de Salamanca, Guanajuato. Se aprecian los remates circulares, la
Figura 1. Mesa de sacristía del templo agustino de San Juan de Sahagún. moldura cilíndrica envuelta por cintas molduradas de formas ondulantes, como
84 | Se dispone debajo de la cúpula, por lo que en el día se puede apreciar formando nudos. En medio se encuentra un compartimento con forma vegetal y
la madera con la que está fabricada, los detalles de su factura y las pinturas varas de florecillas blancas que lo adornan. Es probable que en estos espacios
con las que se adorna. Fotografía de Marte González Ramírez, 14 de se mantuvieran los misales o libros de oraciones bajo llave. Fotografía de
octubre de 2015. Marte González Ramírez, 15 de octubre de 2015.

te la pieza y hacer un registro puntual de la misma,3 Hacer una buena observación y descripción de ésta
por lo que toca ser minuciosos y claros; lo que justi- ayuda a encontrar el camino para entender las ideas
fica una descripción a profundidad. que nos ofrece la pieza.
En este mismo tenor, Hans-Georg Gadamer dice
que el arte hay que interpretarlo, hay que leer la De pormenores y detalles
obra, dejar que hable para captar lo que quiere decir;
ésta enuncia algo, un mensaje, pero hay que saberlo La mesa en cuestión es de madera tallada, su altura
desentrañar. Lo que hay que hacer es recolectar los total aproximada es de 3.22 metros, y tiene un diáme-
enunciados, armar el mensaje, con lo que debemos tro estimado de 2.50 metros; el tablero se alza a una
tener inteligencia y perspicacia para su recepción.4 altura de 1.7 metros. Actualmente la pieza se encuen-
tra delimitada por postes de metal atornillados al sue-
3
lo y cadenas (figura 1) que denotan que la obra perdió
María del Consuelo Maquívar, “Un camino hacia el estudio de
las imágenes”, en Mario Camarena Ocampo y Lourdes Villa- su sentido utilitario y que está ahí por su valor históri-
fuerte García (coords.), Los andamios del historiador: construcción co y artístico; estar inactiva y aislada, aparentemente,
y tratamiento de fuentes, México, agn / inah, 2001, p. 41.
4 Jean Grondin, Introducción a Gadamer, trad. de Constantino la ha preservado de la inclemencia del tiempo. A sim-
Ruiz-Garrido, Barcelona, Herder, 2003, p. 73. ple vista, la madera con la que está construida pre-

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 3. Comparativa en la que se muestran los daños e intervenciones que han sufrido los soportes. De izquierda a derecha vemos los faltantes, las puertas vencidas
o la total sustitución de los elementos, además, se puede apreciar la pérdida de las florecillas incrustadas que dejan ver la madera clara, pulida y renovada. Fotografías
de Marte González Ramírez, 15 de octubre de 2015.

senta diferentes tonalidades y se adorna con varias observa la cerradura, por lo que se abre hacia ade-
técnicas artísticas en algunas de sus partes. lante. La parte interior de estos espacios es rectangu-
Lorena Cordero Valdés aconseja comenzar a des- lar y se encuentra pintada de rojo. La investigadora
cribir una mesa de manera descendente, por el ta- Ana Luisa Sohn Raeber considera que en ellos se de-
blero y después pasar a las patas; sin embargo, por positaban los paños litúrgicos a lavar;5 pero, debido a
| 85
la naturaleza de la obra lo haremos a la inversa. La su espacio rectangular vertical y a que se mantenían
mesa cuenta con una estructura estilizada y ocha- bajo llave, nosotros consideramos que ahí se colo-
vada que la soporta, se auxilia de patas posadas en caban los misales o libros de oraciones, objetos pre-
travesaños mixtilíneos a ras de suelo, que en medio ciados y valiosos dignos del resguardo.
se alzan para dejar al descubierto un par de remates En varios de esos soportes se pueden constatar las
circulares. Cada soporte parte de una moldura ci- reparaciones burdas e inexpertas que ha sufrido la
líndrica, ubicada encima del travesaño, justo sobre pieza; por fotografías antiguas sabemos que algunas
los remates circulares. El cilindro se encuentra en- de las molduras de las patas se habían perdido (véa-
vuelto por cintas molduradas que se separan para se figura 31), pero en la actualidad se muestran com-
elevarse, creando movimientos ondulantes, como si pletas a base de injertos de otro color. De la misma
fueran nudos, hasta alcanzar el tablero. En medio de manera, los compartimentos están muy deteriora-
las caprichosas cintas se dispone un compartimen- dos, con elementos faltantes o muestran las puertas
to camuflado por moldurillas que simulan nervadu- caídas. Un soporte conserva casi todas las floreci-
ras de lo que pareciera ser una gran hoja triangular llas, tres las tienen de manera parcial, los otros cuatro
y curveada, que sirve de telón de fondo a las ramas las han perdido y se observa la madera nueva, puli-
de florecillas blancas creadas por incrustaciones de da y clara, lo que hace más evidente las intervencio-
concha, como formando un adorno floral (figura 2). nes en la obra (figuras 3 y 21).
La puerta del compartimento cuenta con gozne
en la parte inferior, mientras que en lo superior se 5 Ana Luisa Sohn Raeber, op. cit., p. 393.

ESPLENDOR DETERIORADO. DESCRIPCIÓN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA MESA DE SACRISTÍA DIECIOCHESCA DEL TEMPLO AGUSTINO DE SALAMANCA, GUANAJUATO
Figura 4. Vistas de la estructura de soporte de la mesa de sacristía agustiniana de Salamanca. Del pedestal central surgen brazos ondulantes que se ensamblan con las
patas para distribuir el peso de la pieza. Toda la parte interna está pintada de color rojo para crear luces y sombras y contrastes con los colores de la cara externa.
86 | Se aprecia uno de los soportes de metal que auxilian a la mesa. Fotografías de Marte González Ramírez, 15 de octubre de 2015.

La mesa también se sostiene por un pedestal za, también para crear juegos de luces y sombras y
central que en la actualidad se apoya en una peque- contrastar con el color café y las incrustaciones de
ña base de madera cuadrada añadida, al parecer el la parte externa.
fuste no es el original ya que presume la madera al Al hacer las inspecciones de la mesa nos dimos
natural y no es rojizo como el resto de las piezas del cuenta de que varias de las uniones de las piezas
interior de la mesa. La parte superior del pedestal se ensambladas están reforzadas con pedazos de tela
cubre por una serie de brazos ondulantes que se co- encolada; además, detrás de algunas de las patas se
nectan con la parte trasera de las patas, sistema de disponen soportes de metal atornillados a la cu-
brazos que canaliza y distribuye el peso del centro bierta y apoyados en bases de madera como el pe-
hacia los soportes y éstos se auxilian de los travesa- destal central.
ños a ras de suelo para contener la carga (figura 4). La mitad inferior del fuste se cubre de extraños
Como vemos, el artesano encargado de diseñar roleos rojos y dentados que dan la impresión de tra-
y labrar la obra construyó una gran estructura de tarse de engranes, pero hasta ahora no hemos podi-
soporte a base de ensambles discretos y en armo- do rastrear e identificar este tipo de figuras; ninguna
nía con la cara externa de las patas, ya que los bra- otra pieza presenta formas tales, tampoco ha habido
zos repiten los nudos de las cintas ondulantes. Toda investigador que las haya abordado (figura 5).
la parte interna de esta estructura se encuentra pin- Debajo del tablero se dispone un faldón seccio-
tada de color rojo para darle uniformidad a la pie- nado por las cintas ondulantes de las patas; este ele-

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 5. Detalle inferior del fuste de la mesa que se cubre de extrañas Figura 6. Espacios entre las patas que en su momento estuvieron ocupados
molduras dentadas, eje que se apoya en una base de madera. El fuste es de por cajones, esto se corrobora por las correderas y por algunos topes que se
madera clara y no de color rojo como el resto del interior de la mesa, lo que encuentran numerados con tinta negra; en este caso es el número 1, como
sugiere que no es la pieza original. Fotografía de Marte González Ramírez, se puede apreciar en el círculo, al centro de la imagen. Fotografía de Marte
15 de octubre de 2015. González Ramírez, 15 de octubre de 2015.

mento no sólo era ornamental sino funcional. En el ción hace difícil su apertura. Algunos de los topes
presente estos espacios se encuentran vacíos, pero que se conservan de estos compartimentos también
en su momento estaban ocupados por cajones, esto están numerados con tinta negra, y son parte de la
se puede constatar porque aún se ven las correderas secuencia de los cajones mencionados en el párra-
y porque varios de los topes que permanecen están fo anterior, por lo que en total marcan dieciséis, aun-
numerados con tinta negra, señalando el orden de que, como dijimos, ocho han desaparecido. Varios
| 87
éstos. La secuencia de los números se lee a la inver- de estos cajones conservan su color rojizo en el in-
sa de las manecillas del reloj, circundando el table- terior, otros no presentan pigmentación; en uno de
ro, y nos dan indicio de que la pieza, a pesar de ser éstos encontramos lo que pareciera ser una inscrip-
tridimensional, tiene una cara principal o anversa y ción o una firma, pero resulta ilegible, y no se sabe
una reversa. El orden comienza justo en el lado en qué dice con exactitud (figuras 8 y 21); además, con
el que se dispone la pintura de la Santísima Trini- las intervenciones que ha tenido la mesa no sabe-
dad, en el corazón de la mesa, y es ahí donde en- mos si es un añadido contemporáneo.
contramos pintado el número 1 (figuras 6, 7 y 21). La figura 31 nos muestra el mal estado en el que
Los cajones que subsisten son los de los vértices, se encontraba la mesa, se destacan no sólo los so-
de madera clara y lisa, con una punta en la parte de portes sino los cajones de los vértices, los cuales es-
abajo (figura 7). Quizá en estos espacios se podían taban incompletos o desaparecidos totalmente. Al
guardar enseres litúrgicos no tan valiosos, porque no parecer, en la primera fotografía que conforma la fi-
cuentan con sistema de seguridad; probablemente gura 31 se aprecia el cajón en el que encontramos la
se usaba para almacenar velas, algunos paños lim- inscripción o firma, pero sin la tapa.
pios o depositar los sucios. La mayoría de las tapas La cubierta es octagonal, que según Ana Luisa Sohn
de estos cajones están reparadas de manera burda, Raeber está muy bien trabajada y señala que es lisa;6
reintegrando sus piezas trozadas; se pueden ver las en efecto, actualmente se muestra la madera al natu-
fracturas en la madera, los clavos que las unen y los
resabios de pegamento; incluso, la mala interven- 6 Ibidem, p. 394.

ESPLENDOR DETERIORADO. DESCRIPCIÓN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA MESA DE SACRISTÍA DIECIOCHESCA DEL TEMPLO AGUSTINO DE SALAMANCA, GUANAJUATO
88 |
Figura 7. En la imagen comparativa, además de apreciarse los cajones de los vértices con punta hacia abajo, se pueden ver los espacios vacíos sobre las patas en
los que había cajones. Con la estrella de cuatro puntas se señala la ubicación de lo que fuera el cajón número 1, pintado con tinta negra, lo que sugiere que ésa es
la cara principal o el anverso de la pieza, justo donde se presenta la pintura de la Santísima Trinidad. Así, la pieza cuenta con una cara trasera en la que se ve la
pintura del Cordero Apocalíptico. En el círculo se resalta la diferencia de colores en la madera, lo que delata las composturas y renuevos en la obra. Fotografías de
Marte González Ramírez, 14 de octubre de 2015.

Figura 9. Rebajos en el tablero de la mesa de sacristía agustiniana de


Salamanca, Guanajuato. Se pueden ver las florecillas de cinco pétalos que
enmarcaban una flor más grande, además de roleos encontrados. Estos diseños
Figura 8. Posible inscripción o firma ilegible en uno de los cajones de los coinciden con la cubierta taraceada de la mesa de sacristía del beaterio de
vértices de la mesa. Fotografía de Marte González Ramírez, 15 de octubre Santa Rosa de Viterbo, en Querétaro. Fotografía de Marte González Ramírez,
de 2015. 14 de octubre de 2015.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


libro, y florecillas blancas. Los de los extremos son
funcionales, con su manija de madera para ser mani-
pulados, aunque algunos ya la perdieron. Sus lomos,
además de sus líneas doradas, señalan una función
asignada por inscripciones pintadas, aunque a veces,
debajo de éstas, se aprecian otras leyendas con inci-
siones en la madera. En estos cajones se guardaban
los paños del altar, entre los que se pueden contar los
corporales,7 las parvas palias,8 los purificadores,9 los
manutergios10 y algunas prendas sagradas, como

7 El corporal es un paño de lino blanco o cáñamo que se extien-


Figura 10. Detalle de la cubierta de la mesa de sacristía del beaterio de Santa
de encima del altar y sobre el que se coloca la hostia y el cáliz
Rosa de Viterbo de Querétaro. Su diseño es similar al que sugieren los resabios
en la madera de la mesa salmantina. Fotografía de Marte González Ramírez, durante la misa. Este paño bendito simboliza las ropas o vestidu-
22 de octubre de 2015. ras de Cristo en el altar, específicamente la sábana de lino con la
que Cristo fue envuelto en el sepulcro, debido a que cubre o es-
ral, de lo que no dio cuenta la autora es que en sus ini- conde la eucaristía; esta pieza representa la humanidad de Jesús.
cios debió estar cubierta de taracea, pues se aprecian Precisamente esta pieza es extendida en el altar para represen-
tar la manera y forma en que fueron hallados los paños en el
los rebajos en la madera con diseños de trapecios en
sepulcro. Los extremos de lo largo representan las cuatro virtu-
cada segmento del tablero, cuyas cintas que delinean es- des cardinales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza), y los
tas figuras se adornaban de florecillas y conchitas de lo ancho simbolizan las tres virtudes teologales (fe, esperan-
za y caridad), por las que hay una unión de la congregación con
en las esquinas. En el centro del trapecio se disponía Dios en el sacrificio de la misa. En el pasado era largo y ancho
una flor grande, rodeada de flores más pequeñas, de para disponer encima el Santísimo Sacramento y el cáliz, todos
los manteles eran llamados corporales, pero con el tiempo se fue
| 89
cinco pétalos y de roleos (figura 9). Esas formas coin-
especificando su uso. Los paños empleados para la celebración
ciden con los diseños de taracea de la mesa de de la misa son de lino, porque simbolizan la pureza de concien-
sacristía del beaterio de Santa Rosa de Viterbo de Que- cia necesarias para recibir y ofrecer el cuerpo de Cristo; por ello
se hace un gran esfuerzo para blanquear el lino, por lo que esto
rétaro, lo que nos puede dar una idea de cómo debió
simboliza los grandes padecimientos que Jesús sufrió en la pa-
haberse visto la mesa salmantina (figura 10). sión. También simbolizan la fe que se debe tener sobre el mis-
Sobre el centro de la mesa se erige una cajone- terio eucarístico. Vid. Antonio Lobera y Abio, “Tratado II”, en El
porqué de todas las ceremonias de la Iglesia y sus misterios. Carti-
ra con compartimentos que simulan ocho pilas de lla de prelados y sacerdotes, que enseña las ordenanzas eclesiásti-
libros distribuidos en una base octagonal, adornada cas que deben saber todos los ministros de Dios. En forma de diálogo
por incrustaciones de pequeños rombos en serie, qui- symbolico, entre un vicario instruido, y un estudiante curioso, divi-
dida en cuatro tratados, Figueras, Ignacio Portèr, impresor y libre-
zá elaborados en concha; también se cubre de placas ro, 1758, pp. 271-273.
blancas que presentan líneas verticales negras, emu- 8 La parva palia es un paño bendito de lino blanco o cáñamo
que se coloca sobre la boca del cáliz en la celebración eucarís-
lado flecos; las franjas están adheridas a la madera
tica. Se refuerza con un cartón en su interior para conseguir la
por pequeños clavos, y debajo de estas franjas se rigidez. También se le conoce como hijuela y simboliza al suda-
disponen otras incrustaciones que representan cinco rio y al entendimiento sujeto y dominado por la fe, por lo que
hay una obediencia y servicio a Cristo. El primero en usar la pa-
ramitas de flores pendientes de tres pétalos.
lia en la misa fue el papa Inocencio. Antonio Lobera y Abio, op.
Cada uno de los alteros se compone de tres ca- cit., pp. 271-272.
9 El purificador es una pieza de lino blanco o cáñamo que se em-
jones con forma de libros, los de en medio no son
plea para limpiar el cáliz.
funcionales sino ornamentales y tienen el lomo pin- 10 El manutergio sirve para secar las manos, a la manera de toa-
tado con líneas doradas, simulando los nervios del llas, después del lavabo por haber administrado la comunión.

ESPLENDOR DETERIORADO. DESCRIPCIÓN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA MESA DE SACRISTÍA DIECIOCHESCA DEL TEMPLO AGUSTINO DE SALAMANCA, GUANAJUATO
Figura 11. Cajonera octagonal en el centro de la mesa de sacristía. Tiene Figura 12. Inscripción en el lado derecho de uno de los cajoncillos que, al
cajoncillos con forma de libros apilados en los que se resguardaban los paños parecer, muestra la palabra “donación” con pintura dorada. Resulta confusa
empleados en la celebración eucarística. Éstos se separan por compartimentos la palabra debido al desgaste de la pintura. Fotografía de Marte González
de formas vegetales, en los que se guarecían los cálices. Fotografía de Marte Ramírez, 16 de octubre de 2015.
González Ramírez, 15 de octubre de 2015.

los amitos.11 También se colocaban en ellos los cor- mentos de la pieza, el interior de algunos de estos
porales y los manutergios sucios, pues así lo seña- cajones se encuentra pintado de color rojo.
lan algunos cajoncillos. Las asignaturas las podemos Al hacer tomas fotográficas por dentro de la cajo-
encontrar repetidas en varias de las veinticuatro ga- nera nos dimos cuenta de que había algunos cajon-
vetas (figuras 11 y 21). Al igual que otros comparti- cillos que tenían palabras inscritas en sus lados, por
lo que los sacamos para verificar lo que decían. Uno
90 | 11 El amito es una prenda que porta el sacerdote al momento de la
de ellos, en su lado derecho, al parecer, presenta la
misa; tiene forma rectangular, con un orificio en medio y con cin-
tas en los extremos para sujetarse en la cintura. Cubre el cuello, palabra “donación” (figuras 12 y 21) y en la parte tra-
los hombros y la espalda del sacerdote. Es una de las seis vestidu- sera “Irapuato” (figuras 13 y 21); otro mostraba en su
ras para celebrar la misa, las demás son: alba, cíngulo, manipulo,
lado izquierdo la palabra “alma” (figuras 14 y 21), to-
estola, orario y la casulla o planeta. El amito suplió al superhume-
rale hebreo conocido como ephod y se coloca debajo de todas las das escritas con pintura dorada. El color dorado de
vestimentas. Las dos cintas con que cuenta se cruzan por el pe- la tinta es distinto al negro con el que están numera-
cho para formar una cruz, y se ata por la espalda, acto que simbo-
liza la buena intención de sus palabras y obras. Al cubrir el cuello
dos los topes de los cajones del faldón, la tipografía
bendice o reforma la voz, la lengua le sirve al sacerdote para ala- es más moderna que la de aquéllos, lo que nos hace
bar y consagrar a Dios, por lo que debe hablar con verdad y senci- pensar que no son originales sino añadidos contem-
llez, sin hipocresía. El amito significa elevación del alma, es lo que
se le pide al oficiante, además de la fe con las buenas obras. Esta poráneos, pintados, quizá, por las personas que en
vestidura sirve de escudo para el sacerdote, simboliza el lienzo con algún momento intervinieron la mesa.
el que los judíos cubrieron el rostro de Jesús para golpearlo y pe-
Esta cajonera es la parte más dañada de la pie-
dirle que adivinara quién lo había herido (Lucas 22:63-64), por ello
el sacerdote le venera al ponérselo. Al cubrir el pecho simboliza la za; al inspeccionar la obra y manipular los compar-
santidad interior, la espalda cubierta es símbolo de la santidad ex- timentos, algunas veces se desprendía la estructura,
terior y fortaleza con que el sacerdote debe obrar. Antonio Lobera
otras los cajones no se movían de su sitio debido al
y Abio, “Tratado I”, en El porqué de todas las ceremonias de la Igle-
sia y sus misterios. Cartilla de prelados y sacerdotes, que enseña las or- peso que soportan o a la deformación que sufre la
denanzas eclesiásticas que deben saber todos los ministros de Dios. En madera; por ello, no pudimos abrir o sacar todos los
forma de dialogo symbolico, entre un vicario instruido, y un estudiante
curioso, dividida en cuatro tratados, Figueras, Ignacio Portèr, impre- cajoncillos, dificultando saber si hay más inscripcio-
sor y librero, 1758, pp. 69-70. nes en sus lados.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 13. Parte posterior del cajoncillo en el que aparece la palabra Figura 14. Inscripción en el lado izquierdo en otro de los cajoncillos; aquí
“donación”; en esta ocasión se encontró la palabra “Irapuato”. Resulta extraña encontramos, probablemente, la palabra “alma”, aunque el desgaste de la
esta expresión, quizá fue pintada por las personas que intervinieron la mesa. pintura impide asegurarlo del todo. Fotografía de Marte González Ramírez,
Fotografía de Marte González Ramírez, 16 de octubre de 2015. 16 de octubre de 2015.

Cada conjunto de libros está separado por com- las puertecillas están incrustadas,14 pero al inspec-
partimentos con puertas movibles gracias a su cionar la pieza nos dimos cuenta de que la única que
manija en la parte inferior. El diseño de estas puer- posee letras y florecillas incrustadas, tal vez de con-
tecillas corresponde a las mismas figuras vegetales cha, era la de la palabra castellana, que incluso deja
de los soportes, pero en este caso la mayoría es de ver las pequeñas hendiduras que delatan la pérdida
color rojizo, delineados con pintura blanca, al igual de las incrustaciones; todas las demás presentan las
| 91
que sus ramillas de flores de tres pétalos en botón. letras y las florecillas pintadas con color blanco, en
En estos espacios se resguardaban los cálices para algunos casos la pintura se aprecia desgastada.
las celebraciones eucarísticas, lo que se sabe porque Otra particularidad de ese compartimiento es el
en la parte superior de las puertas se puede leer la estado de conservación de la madera y la diferencia
palabra latina calix o “cáliz”, como lo señala Ana de tonalidades, grosor y tamaño; mientras la mayo-
Luisa Sohn Raeber.12 José de Santiago Silva apun- ría goza de una madera más tersa, presenta un co-
ta que “tienen escrito alternativamente en latín y lor rojizo en su lado anverso y en el reverso —en las
en español: ‘Calix’ y ‘Cáliz’”.13 En realidad, sólo una que pudimos abrir— muestran la superficie al natu-
de las puertecillas presume la palabra en castellano, ral, sin dejar de mencionar su grosor más pronun-
las demás están en latín. ciado y una altura mayor al espacio que ocupan,
El compartimento con la palabra “caliz” llamó la de la palabra castellana delata mayor deterioro
nuestra atención no sólo por la diferencia del idio- y su color es café en el anverso mientras que en el
ma sino porque presenta rasgos particulares que nos reverso está teñida de rojo, su constitución es más
dan indicio de los posibles cambios que ha experi- delgada, lo que la hace verse más fina y su altura co-
mentado la pieza. Sohn Raeber dice que las letras de rresponde a su espacio; ésta posee líneas espigadas,
pero las del resto son más redondas, pesadas y con
12Ana Luisa Sohn Raeber, op. cit., p. 394. curvaturas más pronunciadas.
13José de Santiago Silva, El templo agustino de san Juan de Saha-
gún en Salamanca. Apoteosis barroca, México, Ediciones la Rana
(Arquitectura de la Fe), 2004, p. 450. 14 Ana Luisa Sohn Raeber, op. cit., p. 394.

ESPLENDOR DETERIORADO. DESCRIPCIÓN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA MESA DE SACRISTÍA DIECIOCHESCA DEL TEMPLO AGUSTINO DE SALAMANCA, GUANAJUATO
Figura 15. Comparativa en la que se aprecian las diferencias entre el compartimento con la palabra castellana “cáliz” y el resto con la leyenda latina “calix”. Resaltan
el color, la textura, la altura, el grosor y el estado de conservación de la madera, además de las incrustaciones en la primera y de sus imitaciones pintadas en el resto.
Se observa el orificio donde originalmente debieron haberse ubicado las manijas. Fotografías de Marte González Ramírez, 1 de agosto de 2016.

92 |

Figura 16. Comparativa que muestra cómo la puertecilla de la palabra “cáliz” conserva su interior teñido de rojo mientras que el resto lo ha perdido. En estas tomas
se deja ver la base circular en la que descansaban los cálices. Fotografías de Marte González Ramírez, 15 de octubre de 2015.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


La de la palabra en castellano muestra una par-
ticularidad más que las otras no: sobre la manija se
dispone un orificio que sugiere la ubicación original
de esta agarradera, siendo probable que la asidera gi-
rara para anclarse a la base octagonal y así afianzar
las puertecillas (figuras 15, 16 y 21). Con base en
todo lo anterior, consideramos la posibilidad de que
la puertecilla con la leyenda castellana guarda el as-
pecto original, quizá no fue sustituida para mante-
ner un testigo de su forma primigenia, y las otras
puertecillas pudieron haber sido remozadas o total-
mente renovadas, formando parte de las interven-
ciones que ha sufrido la obra, con el afán de igualar
y conservar su diseño.
Al atraer las manijas de las puertas se descubre
el interior del espacio, las puertecillas están posa-
das en bases unidas a un cuerpo circular que servía
de asiento para los cálices. Algunas paredes de los
compartimentos mantienen su color rojo, aunque la
gran mayoría lo ha perdido. La cubierta de estos es-
pacios es notable, pues tiene forma de blancas con-
| 93
chas que le dan realce al área y a la pieza en general
(figuras 17 y 21). Sin embargo, muchas de las puerte-
cillas están flojas, y al abrirlas, algunas de las cubier-
tas con forma de concha se desprenden; es tal el mal
estado de esas gavetas que varias sujetan su estruc-
tura con hilos transparentes que ayudan a que per-
manezcan en su sitio y no se desmiembren.
Ana Luisa Sohn Raeber indica que encima de la
cajonera aparecen cuatro grandes cajones con la for-
ma de libros;15 empero, José de Santiago Silva ad-
vierte que se trata de una cruz de Malta, en cuyos
extremos se disponen cajoncillos16 disimulados. En
efecto, sobre la cajonera con forma de libros y alace-
nas vegetales se observa un cerramiento octagonal,
encima del cual se posa una moldura negra de ex- Figura 17. Vista interior de uno de los compartimentos para cálices, que
conserva sus paredes pintadas de rojo, aunque la mayoría lo ha perdido. Con
tremos ondulantes, ornados con placas blancas de las flechas negras se señalan las salientes en las que, creemos, se anclaba
el interior de la manija al girarla, como sistema de seguridad. Resalta la
cubierta con forma de concha que le da realce a las alacenas, sin embargo,
al abrirlas, muchas de las cubiertas se desprenden de su sitio, lo que prueba
15 Ibidem, p. 395. el deterioro de la pieza. Fotografías de Marte González Ramírez, 15 y 16 de
16 José de Santiago Silva, op. cit., p. 431. octubre de 2015, respectivamente.

ESPLENDOR DETERIORADO. DESCRIPCIÓN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA MESA DE SACRISTÍA DIECIOCHESCA DEL TEMPLO AGUSTINO DE SALAMANCA, GUANAJUATO
líneas verticales negras, cual flecos, que represen-
ta un resplandor y que hace de base para la cruz de
cubiertas negras y grosor dorado (figuras 18 y 21).
Es probable que la autora no haya contemplado la
pieza desde lo alto, pues sólo así se puede obser-
var la presencia de la cruz; al ver la obra de frente
únicamente se aprecia su contorno, el grosor y los
compartimentos, que bien puede confundirse con
libros de gran tamaño.
El grosor de la cruz conserva una serie de diseños
Figura 18. Vista que permite apreciar el resplandor negro de extremos a base de marcas punteadas y líneas en la madera;
ondulantes señalado con la flecha, sobre el cual se dispone la cajonera negra se trata de florecillas enmarcadas en elipses delinea-
con bordes dorados que simula una cruz. Además, se observa un bonete
de cuatro picos delineado con franjas blancas e incrustaciones de motivos das por orlas, figuras difíciles de percibir debido al
florales. Resaltan las cubiertas marinas de los compartimentos para cálices,
con la estrella de cuatro puntas se señala la alacena con la puertecilla que desgaste, pero también a la pintura dorada que en
nosotros consideramos la original; la flecha, además, indica la cara principal algunas áreas se percibe retocada como parte de las
de la mesa. Fotografía de Marte González Ramírez, 14 de octubre de 2015.
intervenciones de la mesa (figura 19).
Ninguno de los cajoncillos conserva sus manijas,
sólo en uno aparece el orificio central donde debió
disponerse la agarradera. Por la deformidad de la
madera, el cuerpo de algunos de los compartimen-
tos sobresale de su sitio, mientras que el de otros se
94 |
encubre en el interior de la estructura; por ello, al
momento de inspeccionar la mesa no todos los ca-
jones han podido ser removidos de su sitio. Las ano-
malías que presenta esta cajonera se deben al paso
Figura 19. Detalle de uno de los compartimentos de la cajonera con forma
de cruz, se pueden notar las marcas en la madera de flores enmarcadas en
de los años, pero también al peso que soporta, y a
elipses orlados. Destaca el orificio central que ocupaba la manija. Fotografía la mala restauración que sufrió. Tal como otras par-
de Marte González Ramírez, 15 de octubre de 2015.
tes de la mesa, la entraña de esta cajonera crucifor-
me está teñida de rojo (figura 20). Los cajones no
especifican su función, quizá en ellos se almacena-
ban paños, prendas, librillos o enseres para el oficio.
Debido a que hemos mencionado numerosos
elementos y características de la mesa, considera-
mos pertinente ubicarlos para no perdernos entre
tantos detalles; esto, además de orientarnos, con-
centra y resume lo que, hasta el momento, hemos
abordado (figura 21).
Figura 20. En la toma se aprecia el interior teñido de rojo de unos de los Es importante señalar que la cajonera de en me-
compartimentos de la cajonera en forma de cruz. Contiene un trozo de madera dio de la mesa cumple con las recomendaciones
que debió ser parte de la mesa. Fotografía de Marte González Ramírez, 15
de octubre de 2015. hechas por Carlos Borromeo sobre la necesidad de

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


| 95

Figura 21. Esquema de la distribución de la mesa agustiniana de Salamanca. La numeración indica los dígitos encontrados con pintura negra en los topes de los
cajones del faldón, lo que nos marca el total y el orden de la secuencia de éstos, que se lee, a partir del 1, a la inversa de las manecillas del reloj. El vértice marcado
con la punta de flecha dorada advierte la ubicación del cajón en el que se encontró lo que pareciera ser una inscripción o una firma. El asterisco negro, donde se
ubica el número 1, señala la pata mejor conservada, que cuenta con casi todo el trabajo de incrustaciones con forma de florecillas, los asteriscos grises marcan las
patas con incrustaciones parciales. Al centro de la cubierta octagonal se ubica la cajonera dispuesta en una base de ocho lados, conformada por compartimentos de
libros figurados y apilados en hileras de tres, en ellos se indican los paños o prendas a guardar, cuya función se puede leer en el esquema, de arriba hacia abajo,
para cada pila de libros. En la séptima pila de libros, diferenciado con dorado el sitio y su leyenda, se ubica el compartimento en cuyo lado derecho se encontró,
al parecer, la palabra “donación” y en la parte trasera la palabra “Irapuato”, con pintura dorada. De la misma manera, en la octava hilera de libros se anuncia
el sitio del compartimento en cuyo lado izquierdo se localizó, al parecer, la palabra “alma”. Cada altero de libros está separado por las alacenas para cálices:
la de color café anuncia la que consideramos es la pieza original en cuanto a su diseño, ornamentación, estructura y proporciones. Sobre la cajonera aparece el
resplandor de formas ondulantes y encima la cruz de Malta, también llamada octógona o de rayos, la cual además funge como cajonera. En ambas sobresale
el color negro en la madera. Esquema de Marte González Ramírez, 8 de agosto de 2016; la ilustración de la cruz de Malta fue recuperada de: <http://lohiperboreo.
blogspot.mx/2009_07_15_archive.html>.

ESPLENDOR DETERIORADO. DESCRIPCIÓN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA MESA DE SACRISTÍA DIECIOCHESCA DEL TEMPLO AGUSTINO DE SALAMANCA, GUANAJUATO
tener armarios y alacenas para el ordenado almace- tical, todo enmarcado por bordes albos. El centro de
namiento de los bienes de la iglesia.17 Como hemos los picos está ornado con guías de ramas en roleos,
visto hasta ahora, esta mesa de sacristía combina de las que penden tres flores, todo hecho con incrus-
dos funciones, ya que es mueble de soporte, pero a taciones. Los picos están delineados por una delgada
la vez armario para el resguardo de los enseres litúr- cinta blanca con líneas perpendiculares y ensegui-
gicos, pieza muy práctica porque permite tener a la da una gruesa tira nívea con líneas verticales negras,
mano los utensilios. Allí se depositaban los objetos a la manera de flecos (figura 22). La figura está dis-
empleados en la consagración de las especies, que tribuida de tal manera que los picos coinciden con
acogían el vino y que preparaban y aseaban los los ángulos de la cajonera en forma de cruz (figura
enseres, cuya excepción son los amitos, que sí se 18), aunque en fotografías antiguas se ven los picos
hacen partícipes al momento de la misa, aunque haciendo eje con los brazos de la cruz. El mal esta-
vistiendo al sacerdote. Se trata de un mueble cuya do también impera en este elemento, ya que se han
función era concentrar los elementos esenciales perdido algunas de las incrustaciones florales y de
para la celebración eucarística, incluso para agrupar las franjas del contorno, así como fragmentos del co-
también la Palabra de Dios que se divulga en la lor negro.
misa, pues recordemos que, de igual modo, la mesa En medio del bonete debería haber una borla,
resguardaba los misales. tal como en el de uso cotidiano, pero en su lugar
Ana Luisa Sohn Raeber llama al mueble de enci- se ve un eje anillado en el que se posa una estruc-
ma de la mesa “peana-cajonera”,18 coincidiendo con tura tridimensional de madera que sobresale por
Elisa Vargas Lugo cuando indica que algunas de las su tamaño y su singular diseño; la figura simula un
mesas como la aquí estudiada cuentan con ese so- corazón estilizado y ornado a base de incrustacio-
96 |
porte funcional.19 Sobre este mueble, que ya descri- nes y pinturas (figura 23). En la parte inferior en-
bimos y que culmina con la cajonera con forma de contramos, nos dice Sohn Raeber, “tres secciones
cruz, encontramos un ornamento de madera que si- de resplandores”22 ejecutados por trazos triangu-
mula, nos dice José de Santiago Silva, “un birrete de lares ascendentes, como si se tratara de puntas de
cuatro picos”,20 aunque Sohn Raeber lo llama bone- flecha; las dos primeras secciones son de color ama-
te, y aclara que es de base circular, rematado con rillo mientras que la última es de color blanco. Los
cuatro picos.21 resplandores disminuyen su tamaño conforme as-
La pieza es negra, su base está realzada por una cienden de nivel.
franja de lazos entretejidos que proyectan rombos Enseguida se aprecia una inscripción dispues-
sobre una serie de flores dispuestas de manera ver- ta con letras blancas incrustadas, que circundan
el cuerpo y que forman la frase: Benedicta sit Sanc-
17
ta Trinitas, atque indivisa unitas (“Bendita sea la
Carlos Borromeo, Instrucciones de la fábrica y del ajuar ecle-
siásticos, int., trad. y n. de Bulmaro Reyes Coria, nota prelim. santa, trina e indivisa Unidad”23), cuyo inicio y fi-
de Elena Isabel Estrada de Gerlero, México, iif‑unam (Estudios y nal está separado por un detalle fitomorfo (figu-
Fuentes del Arte en México, 49), 1985, pp. 80-82.
18 Ana Luisa Sohn Raeber, op. cit., p. 394.
ra 24). Arriba de las letras encontramos una cinta
19 Elisa Vargas Lugo, “Mueble religioso”, en El mueble mexicano. ondulante con detalles albos, cuyo contraste con
Historia, evolución e influencias, México, Fomento Cultural Bana-
mex, 1985, p. 38.
20 José de Santiago Silva, op. cit., p. 431. 22 Idem.
21 Ana Luisa Sohn Raeber, op. cit., p. 395. 23 José de Santiago Silva, op. cit., p. 450.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 22. Bonete hispano o español; se caracteriza por ser negro y tener
cuatro picos. El de la mesa se delinea con lazos entretejidos y franjas albas,
se adorna con motivos florales destacando las incrustaciones que presentan
triadas de flores, que simbolizan a la Santísima Trinidad. Los picos del bonete
coinciden con los ángulos de la cajonera con forma de cruz. La imagen
también muestra los daños y faltantes de la pieza. Fotografía de Marte
González Ramírez, 14 de octubre de 2015.

el fondo café de la madera forma una línea en zig-


zag con lunares; esta cinta, además de darle vis-
ta a la pieza, funge para separar el siguiente nivel
ornamental.
Por encima de la cinta se dispone una serie de
| 97
ocho lienzos en espacios con forma de corazón. El
perímetro de cada corazoncillo se delimita por lí-
neas níveas en zigzag sobre franjas de color café,
Figura 23. Encima de la cajonera de libros apilados se dispone una urna
mientras que en los espacios entre cada corazón en forma de corazón; en su parte inferior se aprecian las secciones de
resplandores amarillos y blancos, así como franjas ondulantes que delimitan
pende una flor blanca. En la parte superior de los la serie de pinturas con forma de pequeños corazoncitos. Sobre el corazón
corazones vemos figuras triangulares y mixtilíneas aparece una base con forma de cono trunco, y como remate, una mitra
floreada. Fotografía de Marte González Ramírez, 14 de octubre de 2015.
cuyo acomodo y color amarillo hacen pensar que se
trata de llamas que están ardiendo, efecto logrado bles bombé,24 tal como el corazón de la mesa
por los bordes blancos y zigzagueantes que les otor- agustiniana.
gan dinamismo a las formas (figura 25). Debido a que la estructura es hueca, cuatro de
Los corazoncillos presentan óleos temáti- los lienzos, en los que aparecen los discípulos de Je-
cos; ésta es la cara exterior de la estructura, que sús, se dividen por la mitad y se disponen en peque-
se aprecia curva debido a la forma que pretende ñas puertas de dos hojas que reproducen la forma
emular, pero también por el espacio que crea den- del corazoncillo y que permiten descubrir el color
tro de sí, ya que el gran corazón es cóncavo, es rojo del interior, además de una decoración pictó-
decir, guarda un espacio interior. Según nos refie- rica de temática angélica. Los otros cuatro espacios
re Lorena Cordero Valdés, existe mobiliario cuyo no ostentan puertecillas, tan sólo presentan pintu-
exterior se caracteriza por ser abombado, abulta-
do o redondeado, al cual se le conoce como mue- 24 Lorena Cordero Valdés, op. cit., p. 3.

ESPLENDOR DETERIORADO. DESCRIPCIÓN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA MESA DE SACRISTÍA DIECIOCHESCA DEL TEMPLO AGUSTINO DE SALAMANCA, GUANAJUATO
Figura 24. Detalles que muestran las letras blancas incrustadas encima de los
resplandores del gran corazón. Si se sigue la secuencia de izquierda a derecha
y de arriba abajo —comenzando con la esquina superior derecha—, se forma
la frase en latín: Benedicta sit Sancta Trinitas, atque indivisa unitas. De principio
a fin, la leyenda es separada por un elemento fitomorfo que pende de la cinta
ondulante. Además, destacan los faltantes tanto en la cinta como en las letras,
pues se ha perdido parcialmente la “S” de la palabra sit y la “d” de la palabra
indivisa se encuentra muy dañada, aunado a que se ve afectada por una fisura
en la madera. Otro detalle por mencionar es que cuando la sacristía se llena
de luz, da la impresión de que los resplandores brillan. Fotografías de Marte
González Ramírez, 15 de octubre de 2015.

98 |

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


ras; así, la serie se conforma alternando un corazón
cerrado y otro con puertas (figura 25).
Al parecer la estructura del corazón tiene el ca-
rácter de receptáculo,25 así lo nombra José Rojas
Garcidueñas, por lo que estaba destinado a conte-
ner alguna cosa. Lo que reitera Sarbelio Moreno
Negrete, aunque él lo llama tibor,26 que, a fin de
cuentas, sirve para conservar algún objeto. José
de Santiago Silva sugiere que dentro se guardaban
los copones, pues los cálices y paños tenían su lu-
gar específico para colocarse en la mesa.27 Por su
parte, Ana Luisa Sohn Raeber comenta que en el
Figura 25. Detalle de la urna en el que se muestra parte de la serie de
interior “se depositaba la Sagrada Hostia, protegi- lienzos con forma de corazón. Resaltan los contornos zigzagueantes que le
dan dinamismo a las llamas de la parte superior. Los espacios entre cada
da por el viril, en una custodia”. Su opinión se basa corazoncillo están ocupados por flores. En la imagen se destaca la secuencia
en la rica ornamentación del interior que debía ser de distribución de un corazón con puertas y otro sin ellas. Fotografía de Marte
González Ramírez, 15 de octubre de 2015.
digna de resguardar algo tan valioso.28
Si seguimos la propuesta de Sohn Raeber, el cora- llas, provocando que las otras tres perdieran su fun-
zón fungiría como un sagrario para depositar el San- cionalidad, pensando que el eje central es parte del
tísimo Sacramento, aunque el templo ya contaba diseño original. En todo caso, tendrían que resguar-
con un tabernáculo para ese uso en el altar mayor y darse cuatro custodias, una por cada puerta, aunque
en algunos de sus colaterales barrocos. La idea no es se debe tomar en cuenta lo accidentado que resul-
| 99
errónea, pues la sacristía podía fungir como alma- taría sacar una custodia por las puertecillas con for-
cén y resguardo de la eucaristía. Concordamos con ma de corazón.
la autora en que el corazón es una urna, aunque en Nosotros consideramos que dentro se resguarda-
ella sería difícil contener al Divino Sacramento dis- ba no sólo una hostia santa sino las hostias consa-
puesto en una custodia, ya que el centro del espa- gradas contenidas en, por lo menos, cuatro copones,
cio interior es atravesado por un eje metálico, que colocados cerca de cada puertecilla para facilitar su
en su momento debió ser de madera, que va del pe- manipulación y tomarse desde cualquiera de los ac-
destal central de la mesa hasta el remate de la obra, cesos. En el caso de que las hostias consagradas se
lo que impediría que el ostensorio se asentara co- hubieran resguardado en el tabernáculo del altar ma-
rrectamente en medio de la urna; así, la custodia yor del templo, quizá en el corazón se depositarían
tendría que ubicarse cerca de una de las puerteci- los santos óleos, tan importantes para la tradición
cristiana. Es lógico que elementos de esa relevancia
25 José Rojas Garcidueñas, Salamanca: recuerdos de mi tierra gua- tuvieran un contenedor tan vistoso, sin dejar de men-
najuatense, México, Porrúa, 1982, p. 52. cionar que estos artículos sagrados podían estar a sal-
26 Sarbelio Moreno Negrete, Esplendor de la arquitectura novo-
vo debido a la considerable altura en que se ubican
hispana, tomo III, Esplendor de la arquitectura novohispana de los
conjuntos conventuales de los frailes agustinos construidos en los si- las puertas. Ante ello, el sacerdote tendría que hacer
glos xvi, xvii y xviii, Querétaro, edición del autor (serie Templos y un enorme esfuerzo al estirarse para tomar los obje-
Conventos), 2004, p. 178.
27 José de Santiago Silva, op. cit., p. 431. tos depositados en el fondo del corazón, o auxiliarse
28 Ana Luisa Sohn Raeber, op. cit., p. 402. de alguna base para alcanzarlos.

ESPLENDOR DETERIORADO. DESCRIPCIÓN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA MESA DE SACRISTÍA DIECIOCHESCA DEL TEMPLO AGUSTINO DE SALAMANCA, GUANAJUATO
100 |

Figura 26. Detalles que permiten apreciar la base con forma de cono trunco que simula la vena y arterias del corazón, la base está pintada con resplandores amarillos
que hacen de tallos con sus dos hojitas cada uno, los cuerpos de las flores son letras que forman la frase: Sancta Trinitas unus Deus, cuya separación es una flor de
cuatro pétalos. Debajo de las letras aparece una línea punteada en zigzag. También destacan las guardamalletas. Fotografías de Marte González Ramírez, 15 de
octubre de 2015.

La mesa agustiniana de Salamanca, Guanajuato, cendente, sólo que desde abajo no se perciben debi-
es, pues, un mueble que siguió las recomendacio- do a la curvatura de la estructura, a la altura, al daño
nes de Carlos Borromeo, concentrando no sólo una y al polvo que los cubre. Sobre el corazón, al cen-
peana-cajonera, como comenta Elisa Vargas Lugo, tro, se ubica un cuerpo con forma de cono trunco
sino que en la estructura también encontramos una y ornado que, como bien apunta De Santiago Silva,
urna que hace de sagrario. Así, esta obra virreinal es corresponde al lugar donde se ubicarían la arteria
una de las pocas en las que hallamos tres muebles pulmonar, la arteria aorta y la vena cava superior,29
en uno, además de ser mesa, es cajonera que sir- en un corazón humano.
ve de peana para un gran mueble bombé que fun- En la base de esta figura aparecen resplandores
ge como caja fuerte, aspecto que la hace original al amarillos, ahora dispuestos de manera ascendente,
lado de otras mesas de este tipo. que a su vez fungen como tallos, pues a cada lado de
Siguiendo con la descripción, en la parte supe- las puntas se disponen pequeñas hojitas blancas, y
rior del gran corazón se encuentran una sección de
resplandores amarillos dispuestos de manera des- 29 José de Santiago Silva, op. cit., p. 431.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 27. Remate de la urna con forma de corazón. Sobre el cono trunco sobresale una roja protuberancia en la que se posa una mitra verde con bordes dorados,
adornada con pares de flores blancas y rojas. La imagen muestra una de las caras y una vista de perfil de la mitra, además del cono trunco ornamentado, y cómo
éste surge del centro abultado. Podemos ver los resplandores tanto en el cono como en el cuerpo del corazón; es notable el daño de los resplandores cuyo color ha
desaparecido, aunado a que la pieza sufre de resquebrajamiento. También se ve la capa de polvo. Fotografías de Marte González Ramírez, 15 de octubre de 2015.
| 101
el cuerpo de cada flor lo ocupan letras que forman la cafés y resaltadas por líneas en zigzag, de las que
frase: Sancta Trinitas unus Deus (“Dios trino y uno”,30 cuelgan borlas romboides. A los lados de las guar-
figura 26). Entre el inicio y el final de esta frase se damalletas penden flores blancas, y detalles idén-
puede apreciar, de cuerpo completo, la flor banca ticos se ven en medio de cada guardamalleta, pero
de cuatro pétalos que hace de separación. Debajo de de manera ascendente. La parte superior de la base
estos diseños se encuentra una línea punteada, tra- está circundada por una línea en zigzag (figura 26).
zada en zigzag, cuyos extremos inferiores coinciden Sobre el cono trunco se alza una pequeña pro-
con las puntas que hacen de resplandores y tallos. tuberancia roja que sirve de base para el remate de
Arriba de la leyenda se encuentra una sección toda la obra, se trata de una mitra de bordes dora-
enmarcada, de nueva cuenta, por las cintas blan- dos que simulan orlas; este elemento decorativo, a su
cas con líneas perpendiculares y las gruesas fran- vez, tiene detalles florales. El cuerpo de la mitra
ja estriadas que figuran flecos; sobre esta sección es verde con finas líneas blancas, cuyo trazado da la
se aprecian guardamalletas,31 formadas por cintas impresión de tratarse de costuras sobre tela. Se adorna
con pares de flores blancas y rojas (figura 27). Un
30 Idem.
31 Una guardamalleta es una tabla recortada y ornamentada con Fernández y Louise Noelle (eds.), Estudios sobre arte. Sesenta años
labor de marquetería que pende debajo o sobre algún nicho o vi- del Instituto de Investigaciones Estéticas, México, Universidad Nacio-
driera. Este adorno tiene su origen en el Baldaquino de San Pedro nal Autónoma de México, 1998, p. 267). El empleo de este elemen-
(1624-1633) de Lorenzo Bernini (Pedro Rojas, “Formas distintivas to en las composiciones barrocas, simulando pesados cortinajes,
de la ornamentación barroca mexicana del siglo xviii”, en Martha denota riqueza, anuncian la fastuosidad ofrecida a Dios.

ESPLENDOR DETERIORADO. DESCRIPCIÓN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA MESA DE SACRISTÍA DIECIOCHESCA DEL TEMPLO AGUSTINO DE SALAMANCA, GUANAJUATO
inventario de 1852 dice que el remate no sólo con-
sistía en la mitra, sino que incluso se contaba con el
báculo,32 aunque en la actualidad ya no aparece.
La urna con forma de corazón y la mitra no han
quedado exentos en el conteo de daños, pues al inspec-
cionar su superficie pudimos notar algunos orificios
que antes eran ocupados por incrustaciones, además,
es claro el desgaste de los colores en varios de los deta-
lles; la pieza presenta desprendimiento de elementos o
su pérdida parcial, sin dejar de mencionar las capas de
polvo en la parte superior. En el reverso del tibor, deba-
jo de una de las puertecillas, se aprecia una grieta que
va de en medio del corazón a la base y que sugiere un
daño importante (figura 28).
Otra evidencia de los deterioros es el eje anillado
en el que se posa el gran corazón, pues se encuentra
reforzado con alambre plateado y dos tubillos metáli-
cos que ayudan en el soporte de la urna y que fijan
la pieza (figura 29). Es obvio que esos refuerzos son
parte de los arreglos contemporáneos de la mesa, ca-
racterizados por la improvisación y que delatan la au-
102 | Figura 28. Grieta de tamaño considerable debajo de una de las puertecillas
del gran corazón. La fisura se distribuye de manera vertical de en medio del sencia de una mano profesional en la restauración. Es
corazón a la base, pasando por la “d” de la palabra indivisa, lo que la ha importante señalar que este soporte de características
dañado de manera importante. Fotografía de Marte González Ramírez, 1 de
agosto de 2016. anilladas sugiere que la urna podía girar sobre su pro-
pio eje al antojo de quien manipulara la pieza, lo que
permite pensar que este eje anillado fuera original;
sin embargo, su ubicación y el refuerzo de alambre
hace imposible corroborar nuestra suposición.
Debemos tomar en cuenta que hay un eje que
atraviesa toda la obra y que le sirve de apoyo, ade-
más de las patas, el cual toca el suelo desde el pedes-
tal central de la mesa, que ya analizamos al principio,
pasa por la cajonera con forma de libros, atraviesa la
cajonera cruciforme, emerge de en medio del bone-
te, pero con forma anillada, traspasa el interior del
corazón y sobresale por el centro del cono trunco,
Figura 29. Eje anillado en el que se posa el corazón de la mesa. Actualmente
dos tubillos metálicos se adhieren a él con alambre plateado. Los tubillos que queda oculto por la mitra. Esta vertical, en su
penetran la estructura del corazón y se sujetan en el interior con alambre
cobrizo. Si ese eje es original, sus anillos sugieren un mecanismo que permitía
a la urna girar, aunque es una propuesta que no podemos corroborar por la
32 Inventario de 1852, Libro de Inventario 1832 a 10 marzo 1878,
altura en que se encuentra el detalle. Fotografía de Marte González Ramírez,
14 de octubre de 2015. apud Ana Luisa Sohn Raeber, op. cit., p. 392.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 30. Eje que atraviesa la mesa, las cajoneras y la urna. Se señala en la imagen la parte correspondiente. Composición a partir de las fotografías de Marte
González Ramírez, tomadas entre el 14 y el 16 de octubre de 2015. | 103

origen y en su totalidad, debió ser de madera, como de la mesa, ya que sugiere que el eje está articulado
lo apuntan las evidencias, sin embargo, algunas de mediante ensambles que se unen conforme se as-
sus partes fueron sustituidas por madera nueva o ciende de nivel, lo que la fijaría y ayudaría a mante-
por material metálico, en específico el que atravie- ner la unidad de la pieza, además de auxiliar en el
sa el interior del corazón. Al abrir las puertecillas del control del peso de toda la obra.
receptáculo se observa el tubo de metal dispuesto en Nuestra hipótesis, basada en la evidencia de to-
el centro, y en el fondo de la urna se encuentra una dos los daños, en las intervenciones y sustituciones
base de madera que lo arropa y lo sujeta, incluso se en la pieza, y tomando en cuenta la constitución de
observan dos tubillos metálicos que se adhieren a la la misma, apunta a que, con el tiempo, el peso de la
base gracias a alambre cobrizo, que son los mismos urna con forma de corazón fue demasiado y el pe-
que se fijan al eje anillado que soporta al gran cora- destal del interior se fragmentó, provocando que el
zón (figura 30). receptáculo no tuviera un soporte que lo fijara y que
Nosotros consideramos que la base de madera en algún momento se inclinara hacia atrás y da-
del interior de la urna, en la que embona el tubo ñara la pieza, tanto que causó la fisura debajo de
metálico, es en realidad la espiga en la que encaja- una de las puertecillas. Esto no sólo afectó al cora-
ría la continuación del eje de madera que, en algún zón sino a todos los componentes de la mesa, pues,
momento, se perdió y fue sustituido por la vertical como ya lo habíamos señalado, ocasionó deformidad
metálica. Esto nos ayuda a entender la constitución en la madera.

ESPLENDOR DETERIORADO. DESCRIPCIÓN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA MESA DE SACRISTÍA DIECIOCHESCA DEL TEMPLO AGUSTINO DE SALAMANCA, GUANAJUATO
No sabemos con exactitud si la mesa colapsó, extremos de la cajonera en forma de cruz, en otras
pues el fuste inferior, de madera clara, sugiere una los vemos justo en los ángulos de la cruz, como apa-
reposición. Lo que es un hecho es que se decidió recen en la actualidad (figura 31).
auxiliarla con patas de metal disimuladas detrás de Las imágenes también demuestran los diferen-
los soportes originales, apoyadas, a su vez, en bases tes acomodos que ha tenido el gran corazón; a veces
de madera, como en su momento lo comentamos. vemos la cara principal alineada con los ángulos de
Quizá por las prisas y la falta de recursos, la mesa la cajonera cruciforme, otras veces con los extremos
tuvo que ser intervenida de manera rápida, lo que de la cruz de Malta, como la encontramos en el pre-
se puede apreciar en los trabajos de remozamiento sente. No sabemos si las variaciones en la orienta-
y en la falta de criterio profesional, hablando en tér- ción se deban a que la urna podía girar sobre su eje
minos de restauración. anillado y ser manipulada por los frailes, y que al da-
Los arreglos efectuados en la mesa trataron de ñarse el mecanismo decidieran inmovilizar el cora-
respetar el diseño original y de incluir todas las pie- zón, que es como está en la actualidad. Además, es
zas que componen la obra, a excepción del báculo evidente que antes de las intervenciones la base del
que refiere el inventario de 1852; sin embargo, se corazón era más cercana al bonete, y ahora se alza a
modificó la disposición de algunos de los elemen- una altura notable (véase la figura 31).
tos. Fotografías antiguas nos dejan ver cómo el bo- La colocación de la mitra también ha variado,
nete español ubica sus picos coincidiendo con los unas veces está situada hacia la cara principal, lige-

104 |

Figura 31. Comparativa fotográfica en la que se comprueban las modificaciones que ha tenido la mesa. Desconocemos las fechas exactas de las imágenes antiguas,
pero la cronología está basada en las condiciones que presenta la mesa, en su orientación y en la aparición de los postes y cadenas que la aíslan. En la primera
toma vemos la mesa con faltantes en los roleos de las patas, los cajones de los vértices incompletos, la falta de cajones entre los espacios superiores de las patas y
una inclinación pronunciada en la obra, además, los picos del bonete coinciden con los extremos de la cajonera cruciforme, al igual que la cara principal del gran
corazón, y la mitra está de perfil hacia la cara principal. La obra se ubica al centro de la sacristía y su cara principal ve hacia la entrada de la antesacristía. En la
segunda fotografía la mesa tiene mejor aspecto; las patas están completas, los cajones de los vértices cuentan con sus tapas, la inclinación ya no es tan pronunciada,
pero los picos del bonete y la cara principal se alinean a los ángulos de la cajonera cruciforme, además, la mitra está ligeramente inclinada a la cara principal y,
aunque la mesa sigue estando en medio del lugar, la cara principal se dirige hacia el muro horizontal donde se dispone una gran cajonera. Se puede apreciar que
los muros de la sacristía tenían sillares pintados. En la tercera fotografía ya aparecen los postes y cadenas que la protegen, los picos del bonete y la cara principal
siguen coincidiendo con los ángulos de la cajonera con forma de cruz, pero la mitra ve hacia la cara principal. La obra sigue ocupando el centro del secretarium,
aunque, de nueva cuenta, la cara principal se dirige a la antesacristía. En la cuarta fotografía, capturada en octubre de 2015, los picos del bonete hacen eje con
los ángulos de la cajonera cruciforme, pero la cara principal del corazón ahora se alinea con el extremo de la cruz y la mitra vuelve a mostrarse de perfil hacia la
cara principal. Llama la atención que el gran corazón se alza a una mayor altura en comparación a las otras imágenes. Hoy en día la mesa dirige su vista como en
la primera y la tercera toma. La primera fotografía aparece en Juan José Rodríguez Chávez, Crónicas de Salamanca (Salamanca, Gto., Casa de la Cultura, 1994,
p. 200); la segunda proviene del archivo digital: Apuntes históricos de la ciudad de Salamanca, Guanajuato, Colección FotoSal.Iimg296, del Archivo Histórico de
Salamanca; la tercera aparece en Guillermina Gutiérrez Lara, Sitios y monumentos del inah [cd-rom], imagen 0010020B; y la cuarta es fotografía de Marte González
Ramírez, tomada el 14 de octubre de 2015.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


ramente inclinada o de perfil, lo que permite ver la
abertura central, que es como se encuentra actual-
mente (véase la figura 31). Cuando hicimos la captu-
ra fotográfica de la mesa pudimos notar que la mitra
se posa en una tablilla, la cual circunda el tubo me-
tálico que sobresale por encima del cono trunco,
pero no está fija a otra parte del cono, por lo que aún
es posible moverla, siendo el único elemento de la
mesa que puede cambiar su posición.
Haciendo la comparativa de las fotografías anti-
guas con el estado actual de la mesa, consideramos
que la mitra debe estar dirigida hacia la cara prin-
cipal, es decir, coincidir con la pintura de la Santí-
sima Trinidad. El corazón tendría que estar a una
altura menor, más cercano al bonete, y éste tendría
que dirigir sus picos hacia los extremos de la ca-
jonera cruciforme, para que uno de ellos estuvie-
ra coordinado con la cara principal. Para tener una
idea más clara de la apariencia original de la mesa,
se debe considerar el báculo que hacía de remate
junto a la mitra, que ignoramos si estaba completo
| 105
o sólo aparecía el cayado, que es la parte superior
de ese elemento. Con base en ello hemos elabora- Figura 32. Propuesta hipotética sobre el aspecto original de la mesa en el que
se deben incluir los cajones en los espacios superiores de las patas, el trabajo
do una propuesta hipotética de cómo se vería ori- de taracea en la cubierta, los picos del bonete dirigidos hacia los extremos de
ginalmente la mesa con todos los elementos que la cajonera cruciforme, el corazón más cercano al bonete, y su cara principal
haciendo eje con los extremos de la cruz y el pico del bonete. Además, se
hasta ahora hemos descrito (figura 32). debe añadir el báculo en el remate, aunque desconocemos si estaba completo
o sólo se asomaba el cayado. Dibujo a mano alzada elaborado por Marte
Los actuales frailes agustinos desconocen las fe- González Ramírez, 15 de junio de 2016.
chas en las que la mesa fue intervenida; la inves-
tigadora Sohn Raeber nos refiere que el templo y cientes.34 Lo anterior nos da una fecha aproximada
sus enseres fueron remozados en diferentes etapas, para situar las reparaciones que hemos menciona-
una registrada hacia 1746, de 1822 a 1856 se efectua- do páginas atrás; además, consideramos que no se
ron diversas mejoras,33 pero sobre la obra que nos reunió el dinero necesario para hacer una restaura-
atañe apunta que hacia 1957 el Instituto Nacional ción profesional, o el restaurador se vio obligado a
de Antropología e Historia recomendó, entre otras ajustarse al poco presupuesto con que se contaba, lo
cosas, reparar la mesa de la sacristía, especificando que explicaría la deficiencia en los resarcimientos.
que debían reponerse sus elementos faltantes con
el mismo tipo de madera con el que estaba fabri-
34 Archivo Histórico Jorge Enciso, Coordinación Nacional de
cada, esto cuando se consiguieran los recursos sufi-
Monumentos Históricos, inah, San Agustín, Expediente ExCon-
vento de Salamanca, Gto., p. 97, en Ana Luisa Sohn Raeber, op.
33 Ana Luisa Sohn Raeber, op. cit., pp. 42, 53, y 55. cit., pp. 61-62.

ESPLENDOR DETERIORADO. DESCRIPCIÓN Y ESTADO DE CONSERVACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA MESA DE SACRISTÍA DIECIOCHESCA DEL TEMPLO AGUSTINO DE SALAMANCA, GUANAJUATO
Conclusión importancia de la mesa como pieza única y origi-
nal dentro del gran espectro de muebles novohis-
Hacer una descripción minuciosa de la mesa de panos, pues posee características tan particulares
sacristía del templo agustino de Salamanca, Gua- que concentra en su estructura una gran carga sim-
najuato, no obedece sólo a un gusto personal, sino bólica para la comunidad agustiniana y para los es-
que nos propusimos hacer la revisión de sus par- tudiosos del arte. También quisimos dar a conocer
tes, porque los autores que la han abordado no lo este texto35 porque queremos llamar la atención
han hecho de manera tan detallada. Con este ejer- de especialistas y autoridades para que la tomen
cicio pudimos definir la funcionalidad estructural en cuenta en futuros proyectos de restauración, y
de la obra, que es resguardar los enseres litúrgi- así la rescaten, la estudien y la salven de los estra-
cos y facilitarlos, pero también quisimos resaltar la gos del tiempo y del olvido.

106 |

35 El presente artículo es un extracto de uno de los apartados de


mi tesis de maestría titulada La vida eterna prometida. Análisis
formal, iconográfico e iconológico de la mesa de sacristía diecioches-
ca del templo agustino de San Juan de Sahagún de Salamanca, Gua-
najuato, sustentada, el 30 de enero de 2017, para obtener el grado
de maestro en historia (Estudios Históricos Interdisciplinarios)
por la Universidad de Guanajuato.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


ALEJANDRO MERAZ MORENO* / GONZALO EMILIO DÍAZ PÉREZ* /
RUBÉN ARROYO ÁNGELES* / RICARDO CASTELLANOS DOUNCE*

El Zócalo de la Ciudad de México.


Historia y evidencias arqueológicas
Fecha de: recepción 30 de abril de 2019
Fecha de aceptación: 25 de junio de 2019

Este trabajo se desprende de una investigación emprendida en 2017 por la Dirección de Salvamento Arqueoló-
gico del Instituto Nacional de Antropología e Historia, con motivo de la rehabilitación de la Plaza de la Constitución-
Zócalo de la Ciudad de México. A partir del estudio de la construcción y transformación del espacio desde los inicios de la
época virreinal hasta el siglo xx, se resalta su uso e importancia social; se presentan los hallazgos arqueológicos correspon-
dientes al basamento sobre el cual se pretendía erigir el Monumento a la Independencia, que resultó fundamental en la
concepción ideológica de la población, y que aún existe en la actualidad, cubierto por el pavimento.
Palabras clave: zócalo, Ciudad de México, arqueología de salvamento, sistemas constructivos.

This paper comes from research conducted in 2017 by the Director’s Office of Salvage Archaeology of the Nation-
al Institute of Anthropology and History, stemming from the rehabilitation of the Plaza de la Constitución, known
as the Zócalo or Central Square, in Mexico City. It begins with a brief description of the construction and transfor-
mation of the Zócalo from the early viceregal period to the twentieth century, highlighting its use and social importance,
presenting archaeological finds corresponding to the platform on which the Monument to Independence was to be
built, which was fundamental for the ideological conception of the population, which persists today, beneath the
pavement.
Keywords: Zócalo, Mexico City, salvage archaeology, construction systems.
| 107

Los inicios del uso del espacio

L
a Plaza de la Constitución, conocida popularmente como el “Zócalo” capitali-
no, se localiza en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México. Con
cinco siglos de antigüedad como espacio público, sus dimensiones han varia-
do a lo largo del tiempo y ha sido nombrada de diferentes maneras, además
de las mencionadas: Plaza Mayor, Plaza del Palacio, Plaza Principal y Plaza de
Armas; bajo ella yacen los restos de la antigua ciudad de México Tenochtitlan y en sus in-
mediaciones se sitúa el Recinto Sagrado del asentamiento tenochca.
De acuerdo con Ignacio Marquina, dicho Recinto ocupaba el espacio que hoy en día de-
limitan las calles de San Ildefonso y González Obregón al norte, El Carmen y Correo Mayor
al oriente, Moneda y la banqueta frontal de la Catedral al sur y Monte de Piedad y Repúbli-
ca de Brasil al poniente (figura 1), área que albergaría en su interior 78 edificios que refiere
fray Bernardino de Sahagún,1 de los cuales se han localizado y explorado arqueológicamente

* Dirección de Salvamento Arqueológico, inah.


1Eduardo Matos Moctezuma, “Arqueología urbana en el centro de la Ciudad de México”, Estudios de Cultura Ná-
huatl, núm. 22, México, 1992, pp. 133-134.

EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO. HISTORIA Y EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS


Figura 1. Delimitación del Recinto Sagrado de Tenochtitlan de acuerdo con Ignacio Marquina (citado por Eduardo Matos, op. cit., pp. 133-134). Mapa modificado
por Alejandro Meraz, a partir de la toma satelital de ©Google Earth 2019.

108 |
24 elementos2 en diferentes predios.3 En el exterior y 18 y Nicaragua núms. 55, 59 y 61 (Exp. 2001-18), a car-
de esta área delimitada, se encontraban las casas de go de los arqueólogos Janis Rojas y Alberto Mena.
los gobernantes mexicas, como las llamadas Casas Tras la conquista española, Tenochtitlan fue ele-
Nuevas de Moctezuma, el Palacio de Axayácatl o gida para establecer la capital de la Nueva España,
Casa Vieja, así como distintos edificios religiosos y ha- aprovechándose el trazo existente de calles, canales
bitacionales de la élite tenochca; como ejemplos de y acequias, además de la presencia de basamentos y
ello, se pueden mencionar los hallazgos registrados plataformas que sirvieron para erigir los nuevos edi-
por la Dirección de Salvamento Arqueológico (dsa) ficios, con la reutilización, en muchos casos, mate-
en los predios de Venezuela núm. 44, a cargo de la riales de las construcciones arrasadas.
arqueóloga Reina Cedillo, los de Apartado núms. 14, 16 A principios de la época virreinal al espacio se
le conoció como la Plaza Mayor, en contraposición
2 inah, “El inah actualiza la maqueta de México-Tenochtitlan del
con la Plaza Chica,4 y fue el punto a partir del cual
Metro Zócalo”, Boletín de prensa, núm. 64, México, 28 de febrero de se organizó la sociedad novohispana. En medio de
2018, recuperado de: <https://www.inah.gob.mx/boletines/6963-
el-inah-actualiza-la-maqueta-de-mexico-tenochtitlan-del-metro- 4 La Plaza Chica se ubicaba al norte de la Iglesia Mayor, flan-
zocalo>, consultada el 25 de marzo de 2019. queada, de acuerdo con un plano fechado entre 1562 y 1566 (fi-
3 El bloque mencionado constituye el área de investigación del gura 1), por la Casa Vieja —o Palacio de Axayácatl— y un edificio
Proyecto de Arqueología Urbana (pau) del Proyecto Templo Ma- con arcos adosado a “Las escuelas”; en la actualidad el área co-
yor del inah, integrado por siete manzanas del primer cuadro del rresponde al costado poniente de la Catedral, es atravesada por
Centro Histórico, que actualmente se encuentra a cargo del ar- la calle Monte de Piedad y una parte se usa como terminal de
queólogo Raúl Barrera Rodríguez. autobuses turísticos que recorren el Centro Histórico.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


| 109

Figura 2. Plaza Mayor de México, ca. 1562-1566, autor desconocido. Tomado de Sonia Lombardo y Yolanda Terán Trillo (colab.), Atlas histórico de la Ciudad de
México, Mario de la Torre (ed.), México, Conaculta-inah / Smurfit Cartón y Papel, 1996, lám. 228.

la Plaza Mayor se situaron la horca y la picota; al no- para las casas consistoriales, la cárcel, la carnice-
roeste fue construida la Iglesia Mayor; al oriente el ría y tiendas, aunque fue hasta 1533 cuando se
Palacio Virreinal (sobre las Casas Nuevas de Mocte- le dio posesión a Gonzalo Ruiz de un sitio en el
zuma); al sur, al otro lado de una acequia que cruza- sector suroeste y es probable que a partir de esa
ba de oriente a poniente, se establecieron las casas fecha la plaza empezara a cubrirse de puestos y
de cabildo, la carnicería y la cárcel; mientras que los tiendas de madera.6 El mercado sirvió para abas-
solares al poniente fueron aprovechados por los co- tecer de productos alimenticios y mercancías a la
merciantes para abrir tiendas5 (figura 2). población, además de que a la ciudad le redituaba
Este espacio público tuvo como función princi- económicamente la renta de los tenderetes; sin
pal extender el mercado, pues en 1527 una cédu- embargo, también fungió como el lugar común
la real había dispuesto que se destinaran solares de los habitantes, donde se congregaban e inte-

5José María Lafragua y Manuel Orozco y Berra, La Ciudad de 6 Jesús Galindo y Villa, “La Plaza Mayor de la Ciudad de Méxi-
México, México, Porrúa (“Sepan Cuantos…”, 520), 1987, pp. 35- co”, Anales del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnolo-
36. Esta obra fue publicada originalmente en 1854. gía, 3a ép., t. V, México, 1913, p. 327.

EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO. HISTORIA Y EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS


110 |

Figura 3. Planta y demostración de cómo estaba la Plaza Mayor de esta Ciudad de México, ca. 1760, autor desconocido. Tomado de Antonio Rubial García, “La
Plaza Mayor de la Ciudad de México en los siglos xvi y xvii”, Arqueología Mexicana, vol. 19, núm. 116, México, 2012, p. 37.

ractuaban, pues, además, se abastecía de agua por glo xix; fue situada a un lado del ábside de la Iglesia
medio de una fuente o pila y se llevaban a cabo di- Mayor, la cual fue demolida en 1626;9 a principios
versos actos como procesiones, autos de fe, desfi- del siglo xvii, al poniente de la plaza fue construido,
les, ejecuciones y castigos.7 sin plan alguno, el portal de mercaderes, dándosele
El crecimiento y las necesidades de la ciudad cierto orden hasta 1754;10 en 1692 tuvo lugar un mo-
transformaron paulatinamente el espacio. La Igle- tín derivado de la escasez de maíz, así como por la
sia Mayor resultó insuficiente y hacia 1551 se pro- opresión y el mal trato que recibían los indios, que
movió la edificación de la Catedral, construyéndose culminó en el incendio del Palacio Virreinal, la casa
sus cimientos en 15738 y completándose hasta el si- del Ayuntamiento y doscientos ochenta cajones de
madera que había para vendimias en la plaza. Ha-
7 Georgina Isabel Campos Cortés, “El origen de la plaza pública
en México: usos y funciones sociales”, Argumentos. Estudios Crí-
ticos de la Sociedad, nueva época, año 24, núm. 66, México, ma- General de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural,
yo-agosto de 2011, pp. 106-108. 2008, p. 3.
8 Enrique Santoyo Villa y Efraín Ovando Shelley, Catedral y 9 José Rogelio Álvarez (dir.), Enciclopedia de México, t. 14, Méxi-
Sagrario de la Ciudad de México. Corrección geométrica y endu- co, Salvat, 1975, pp. 8275-8276.
recimiento del suelo 1989-2002, México, Conaculta-Dirección 10 José María Lafragua y Manuel Orozco y Berra, op. cit., p. 262.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


biendo quedado despejada la plaza, en 1695, la parte jurada en México en septiembre de ese mismo año y la
suroeste, frente al portal de mercaderes y la Casa de plaza adquirió el nombre de Plaza de la Constitución.15
Cabildo, se aprovechó para comenzar la construc- Tras la Independencia de México, un sector de la
ción del mercado del Parián, que fue inaugurado en población buscó que la escultura de Carlos IV fuera
170311 (figura 3); sin embargo, los comerciantes, al fundida, pero a instancias de Lucas Alamán fue final-
no caber dentro del edificio, se extendieron nueva- mente retirada en 1824, bajo el gobierno de Guadalu-
mente por el resto de la plaza.12 pe Victoria, y reubicada en el patio de la Universidad
En 1789 el conde de Revillagigedo, virrey de la de México,16 mientras el mobiliario se trasladó a la
Nueva España, ordenó el mejoramiento de la Plaza Alameda y posteriormente al Bosque de Chapulte-
Mayor, desaparecieron la horca y la picota, los pues- pec, quedando despejada buena parte de la plaza.17
tos se trasladaron a la plaza del Volador y la acequia En 1828, en las elecciones presidenciales resultó
se cubrió, quedando el área libre para el tránsito;13 el ganador Manuel Gómez Pedraza, pero fue descono-
piso de la plaza se rebajó vara y media, saliendo a la cido e iniciaron conflictos armados a favor de Vicen-
luz los monolitos de la Coatlicue y la Piedra del Sol, y te Guerrero, culminando en el Plan de la Acordada,
se construyeron atarjeas con tapa de piedra para ca- siendo atacado el Palacio Nacional con Guerrero al
nalizar las aguas y evitar los encharcamientos. frente de los amotinados y derivando en la huida
En 1796, en el cuadrante sureste del actual espa- de Gómez Pedraza. Durante aquellos sucesos, el Pa-
cio, el virrey Branciforte hizo construir una plazole- rián fue saqueado,18 después de lo cual los comer-
ta elíptica y enrejada frente al Palacio Virreinal para ciantes comenzaron a situar sus tiendas en las calles
colocar una escultura ecuestre de Carlos IV, encar- de Plateros (Madero), de la Monterilla (5 de Febre-
gada un año antes a Manuel Tolsá. En el pedestal se ro) y de Flamencos (Pino Suárez).19 Años después,
| 111
colocaron secuencialmente dos esculturas provisio- ante el deplorable estado en el que se encontraba el
nales y, finalmente, la escultura fundida en bronce Parián, el 27 de junio de 1843 el entonces presiden-
fue inaugurada por el virrey Iturrigaray en 1803.14 te de la República, Antonio López de Santa Anna,
Debido a la perspectiva de una lámina de Rafael Ji- ordenó su demolición y los trabajos de reconstrucción
meno y Planes, frecuentemente se llega a pensar comenzaron el 23 de julio;20 la decisión no fue bien
que esta plazoleta se situaba frente a la Catedral, acogida por los comerciantes, pero sus quejas y re-
pero no debe olvidarse que para entonces aún exis- presentaciones no bastaron para hacer desistir a
tía el Parián ocupando el cuadrante suroeste. Santa Anna21 y los escombros terminaron de reti-
Después de la invasión de Napoleón a España en rarse el 11 de septiembre.22
1808 y la abdicación de Fernando VII, el pueblo espa-
ñol se levantó en armas y en la península fueron crea- 15 Ángeles González Gamio, “Carlos IV en el Zócalo y la Consti-
tución de Cádiz”, Arqueología Mexicana, núm. 116, México, julio-
das nuevas instituciones. En 1812 las Cortes españolas
agosto de 2012, p. 50.
emitieron en Cádiz una nueva Constitución, la cual fue 16 Ibidem, pp. 50-55.
17 Jesús Galindo y Villa, op. cit., p. 337.
18 Idem.
11 Ibidem, pp. 265, 269 y 274; Rosa Feijóo, “El tumulto de 1692”, 19 José María Lafragua y Manuel Orozco y Berra, op. cit., p. 274.
Historia Mexicana, vol. 14, núm. 4, México, abril-junio de 1965, 20 Idem.
pp. 656-679. 21 Vicente Riva Palacio (dir.), México a través de los siglos, t. IV:
12 Jesús Galindo y Villa, op. cit., p. 330. México independiente 1821-1855, escrita por D. Enrique Olavarría
13 Ibidem, p. 331. y Ferrari, México, Ballescá / Espasa, 1888, p. 499.
14 Ibidem, pp. 334-335. 22 José María Lafragua y Manuel Orozco y Berra, op. cit., p. 274.

EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO. HISTORIA Y EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS


Figura 4. Pedro Gualdi, Vista de la gran plaza de México, proyecto de Lorenzo de la Hidalga, 1843. Mapoteca Manuel Orozco y Berra, 1602-OYB-725-A, Servicio
112 | de Información Agroalimentaria y Pesquera, Sagarpa.

En el mismo decreto que ordenaba la demoli- representación acudió José María Bocanegra, mi-
ción del Parián se ordenó también la construcción nistro de Relaciones y Gobernación, así como los
de un Monumento a la Independencia en el centro ministros de Justicia y de Hacienda. La piedra en
de la Plaza; para ello, se convocó a un concurso que, cuestión fue de mármol blanco y presentaba una
de acuerdo con la Academia de San Carlos, ganó En- oquedad para colocar una caja de zinc, dentro de la
rique Griffon, pero por decisión de Santa Anna fue cual se depositaron: el decreto que ordenó la cons-
designado ganador el proyecto de Lorenzo de la Hi- trucción del monumento; el Diario del Gobierno del
dalga23 (figuras 4 y 5), el mismo arquitecto encarga- día 15 de septiembre, en el que se contenía el progra-
do de las obras del mercado del Volador y del Teatro ma de la solemnidad; un calendario de 1843; dos me-
Nacional, originalmente Teatro de Santa Anna.24 dallas troqueladas para esta ocasión, las cuales una
La construcción del “zócalo” dio inicio el 16 de sep- era de plata y la otra de cobre; y, por último, tres
tiembre de 1843, cuando se colocó la primera piedra. monedas acuñadas en la Casa de Moneda, una de
Originalmente, la ceremonia iba a ser presidida por oro, una de plata y una de cobre. Cerrada la caja y co-
Santa Anna, pero al encontrarse mal de salud, en su locada en el hueco, se puso una tapa de mármol y las
juntas se cerraron con mastique. De acuerdo con la
23Jesús Galindo y Villa, op. cit., pp. 338-340. prensa, la piedra fue colocada “en el lugar correspon-
24Elisa García Barragán, “El arquitecto Lorenzo de la Hidalga”,
Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, vol. XXIV, núm. diente”, en el punto más bajo, “para fijar el cimiento
80, México, 2002, p. 103. sobre el que ha de sostenerse la columna”, “se echó

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


fecha del 31 de octubre del mismo año.28 El monu-
mento nunca llegó a ser construido, pero el basa-
mento o zócalo quedó expuesto por muchos años,
dándosele diferentes usos.

Trabajos arqueológicos

Referente a los trabajos arqueológicos en la Plaza de


la Constitución, en 1983, con motivo de la proyec-
tada Línea 8 del Metro, la cual finalmente fue sus-
pendida, el arqueólogo Fernando Miranda exploró
una sección del basamento, registrándolo a 40 centí-
metros de profundidad desde la superficie y mencio-
nando un diámetro de 35 metros.29 Por otra parte, en
el salvamento de 2017, durante la rehabilitación de la
Plaza de la Constitución, a seis metros al norte del as-
tabandera y a escasos 30 cm de profundidad, regis-
tramos restos de una plataforma de planta circular
de 8 metros de diámetro por 0.28 metros de altura
que se encontraba rodeada por un espacio delimita-
do a 3 metros por una banqueta circular, de 0.28 me-
| 113
tros de altura por 0.74 metros de ancho y 14 metros
Figura 5. Elevación del Monumento de la Independencia Mexicana, autor
de diámetro, que rodeaba el perímetro con accesos a
desconocido, 1843. Mapoteca Manuel Orozco y Berra, 1603-OYB-725-A, los rumbos norte, oriente y poniente. Hacia el sur el
Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, Sagarpa.
elemento había sido afectado en 1999 durante la ci-
el agua, la mezcla y se aplanó, colocándose otras pie- mentación de la actual astabandera, por lo que el es-
dras encima para comenzar la construcción”.25 pacio se hallaba rellenado con tepetate formando un
La obra del basamento estuvo a cargo del ge- cuadro de 12 por 12 metros30 (figuras 6 y 7).
neral Pedro García Conde, director de ingenieros, La banqueta perimetral se registró casi completa
y Francisco Hidalga, capitán del mismo cuerpo,26 en el sector noreste; en el sector sureste estaba in-
pero el primero fue relevado por el coronel de arti-
llería Joaquín Rangel el 24 marzo de 1844,27 quien 28 Joaquín Rangel, “Obra del Monumento de la Independencia”,
Diario del Gobierno de la República Mexicana, México, 24 de no-
entregó su último reporte de la construcción con
viembre de 1844, p. 3.
29 Fernando Miranda Flores, “Proyecto Metro Línea 8. Informe
25 Diario del Gobierno de la República Mexicana, México, 17 de general, Primera Parte 1983” (mecanoescrito), Biblioteca Ángel
septiembre de 1843, p. 3. El Diario del Gobierno de la República García Cook, dsa-inah, México, 1990.
Mexicana y El Siglo Diez y Nueve se consultaron en la Hemero- 30 Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo Emilio Díaz Pérez, Rubén
teca Nacional. Arroyo Ángeles y Ricardo Castellanos Dounce, “Informe final
26 Idem. del Proyecto de Salvamento Arqueológico Rehabilitación de
27 Pedro García Conde, “Obra del Monumento de la Indepen- la Plaza de la Constitución-Zócalo, colonia Centro, delegación
dencia”, El Siglo Diez y Nueve, México, 27 de marzo de 1844, Cuauhtémoc, Ciudad de México (exp. 2017-63)”, dsa-inah, Méxi-
pp. 3-4. co, 2019, pp. 72-74.

EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO. HISTORIA Y EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS


Figura 6. Vista de la plataforma y la banqueta registradas durante el salvamento
de 2017, como parte de la Rehabilitación de la Plaza de la Constitución-
Zócalo. Fotografía de Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo Emilio Díaz Pérez,
Rubén Arroyo Ángeles y Ricardo Castellanos Dounce, op. cit.

completa, dañada por la cimentación del astaban-


dera, lo que afectó igualmente el sector suroeste; Figura 7. Vista de planta de un modelo tridimensional generado a partir de un
mosaico de fotografías con el programa ©PhotoScan. Se aprecia el cuadro
mientras que en el sector noroeste solamente que- que afectó la cimentación del astabandera. Levantado por Alejandro Meraz y
daba la huella de donde se había levantado. Debido Javier López Mejía, procesado con el apoyo de Gerardo Jiménez del iia-unam.

a las dimensiones de los arcos que forman la ban- se encontraba rellenado con cascajo, ladrillos y tie-
queta del sector noreste y la huella del sector no- rra, formando una nivelación.
114 |
roeste, proponemos que al sur la banqueta debió ser Aprovechando que el área sur de los elementos
continua, pues por proporciones y simetría no ha- registrados había sido afectada durante la instala-
bría existido espacio para un acceso hacia este rum- ción del astabandera, excavamos un pozo de sondeo
bo31 (figura 8). para registrar el sistema constructivo del vestigio ar-
La plataforma registrada en el 2017 estaba queológico (figuras 9 y 10) y se contrastó con lo que
construida con un núcleo de mampostería y un la documentación histórica refiere acerca del basa-
paramento de bloques de pórfido de diferentes di- mento sobre el cual se levantaría el Monumento a
mensiones y su parte superior se encontraba sin re- la Independencia, con lo cual podemos reconstruir
cubrimiento. El piso existente entre la plataforma y el sistema aplicado durante el proceso de construc-
la banqueta consistía en lajas o bloques de pórfido ción (figura 11), haciendo notar que la conversión
que formaban la parte superior del basamento origi- de medidas de la pulgada (0.0233 metros) y la vara
nal, mientras que la banqueta también estaba cons- castellana (0.84 metros) se hace a partir de un texto
tituida por grandes bloques de este mismo material; de Jorge Zavala Carrillo.32
adosado a la plataforma se encontraron restos de un
32 Jorge Zavala Carrillo, “De las medidas que usan los geóme-
murete circular de aproximadamente 0.50 metros
tras y cosmógrafos. Sistemas de medición longitudinal y angular
de ancho, construido con ladrillos unidos con arga- utilizados en México durante el virreinato y el siglo xix”, Boletín
masa, y el espacio entre la plataforma y la banqueta de Monumentos Históricos, 3a ép., núm. 22, México, mayo-agosto
de 2011, pp. 64-66. El autor apunta: “En la Nueva España, duran-
te el virreinato y parte del siglo xix la unidad de todas las medi-
31 Ibidem, pp. 75-78. das fue la vara mexicana, cuyo patrón o tamaño fue tomado de

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 8. Reconstrucción hipotética de la plataforma y la banqueta. dsa-inah. Levantamiento: Rubén Arroyo, Gonzalo Díaz y Ricardo Castellanos. Digitalización:
Alejandro Meraz, 2019.

| 115

Figura 9. Perfil norte del pozo de sondeo; la imagen fue generada en


modelo tridimensional, a partir de un mosaico de fotografías con el programa Figura 10. Dibujo del perfil norte del pozo de sondeo. Modificada de
©PhotoScan. Fotografías de Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo Emilio Díaz Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo Emilio Díaz Pérez, Rubén Arroyo Ángeles
Pérez, Rubén Arroyo Ángeles y Ricardo Castellanos Dounce, op. cit. y Ricardo Castellanos Dounce, op. cit.

EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO. HISTORIA Y EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS


De acuerdo con Rivera Cambas, en prime- de tepehuaje que pesaba cerca de 24 arrobas, casi
ra instancia se excavó el área a más de tres varas 300 kilogramos, manejado por 16 hombres. Fueron
de profundidad, es decir 2.5 metros. Ante la pre- colocadas de este a oeste en líneas rectas paralelas,
sencia del nivel freático, se emplearon tres bom- distando ¾ de vara, 0.63 metros, aunque en el perí-
bas para mantener sin agua el espacio, además metro se clavaron cuantas fueron “necesarias para
de que Rivera menciona que habían sido retira- que quedaran unidas unas con otras”;37 por su par-
dos “algunos cimientos y estacadas antiguas que te, García Conde menciona que fueron “colocadas
se encontraron”.33 con un intervalo de centro a centro de una vara”.38
Posteriormente se colocó un estacado; esta técni- Según lo registrado en el sondeo arqueológico, dos
ca reduce la compresión y aumenta la resistencia del estacas distaban aproximadamente 0.76 metros una
terreno y fue utilizada desde época prehispánica y de otra, de centro a centro, y presentaban un diáme-
hasta el siglo xix en la Ciudad de México.34 Para el es- tro de 0.07 metros, aunque otra más, de diámetro de
tacado, de acuerdo con los reportes de Pedro García 0.19 metros, se encontraba separada a 0.22 metros.
Conde y Joaquín Rangel, dados a conocer a la pren- Concluido el estacado, el piso fue enrasado con
sa de la época, se menciona que se introdujeron 1 927 piedras y mezcla, presentando un espesor prome-
estacas de cedro de 9 pulgadas de diámetro por 6 va- dio de 0.11 metros, y sobre éste se construyó un
ras de longitud,35 es decir, 0.207 por 5.04 metros, las emparrillado de vigas de madera para distribuir las
cuales fueron “traídas del monte de Ríofrío” y se que- cargas.39 El primer nivel fue tendido de este a oeste
maban en la porción que había de ser enterrada.36 De y para ello se utilizaron 126 planchas de cedro que,
acuerdo con la referencia de Rivera Cambas, el cedro de acuerdo con Rangel, contaban con 12 varas de
debe haber sido explotado en el monte Tláloc, que longitud por 16 pulgadas de ancho y 11 pulgadas
116 |
junto con el cerro Telapón y otras elevaciones meno- de espesor,40 es decir, 10 metros de largo por 0.372
res conforman la sierra del río Frío, situada en el ex- metros de ancho y 0.256 metros de espesor. En el re-
tremo norte de la sierra Nevada. gistro arqueológico se pudo verificar el espesor de
Siguiendo nuevamente a Rivera Cambas, las es- una de las vigas de este nivel, que era de 0.25 metros.
tacas fueron hincadas con un martinete de madera En el sondeo arqueológico se registró que los
intervalos entre las vigas fueron rellenados con
la vara castellana del marco de Burgos” (p. 62); tal unidad de me-
mampostería y la superficie se enrasó con piedra
dida correspondía a 83.59 centímetros y, redondeándose, a 84; la y mezcla, alcanzando un espesor promedio de 0.11
pulgada, por su parte, es “un treinta y seisavo de la vara”, es de- metros y sobre este trabajo se colocó un segundo ni-
cir, 23.22 o 23.33 milímetros.
33 Manuel Rivera Cambas, México pintoresco, artístico y monu- vel de planchas de madera, de norte a sur, de las que
mental: vistas, descripción, anécdotas y episodios de los lugares más pudieron registrarse tres, que presentaron en pro-
notables de la capital y de los estados, aún de las poblaciones cortas,
medio 0.37 metros de ancho por 0.24 metros de es-
pero de importancia geográfica o histórica: las descripciones contie-
nen datos científicos, históricos y estadísticos, México, Imprenta de pesor. Distaban aproximadamente 0.50 metros una
la Reforma, 1880, p. 123.
34 Pedro Paz Arellano, “Vitruvio desde los cimientos”, Boletín de 37 Ibidem, pp. 123-124.
Monumentos Históricos, 3a ép., núm. 22, México, mayo-agosto de 38 Pedro García Conde, op. cit., p. 3.
2011, p. 44. 39 Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo Emilio Díaz Pérez, Rubén
35 Pedro García Conde, op. cit., p. 3; Joaquín Rangel, “Monumen- Arroyo Ángeles y Ricardo Castellanos Dounce, op. cit., p. 85.
to de la Independencia”, Diario del Gobierno de la República Mexi- 40 Joaquín Rangel, “Monumento de la Independencia”, Diario
cana, 16 de mayo de 1844, p. 4. del Gobierno de la República Mexicana, México, 20 de junio de
36 Manuel Rivera Cambas, op. cit., p. 123. 1844, p. 3.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 11. Dibujo esquemático del sistema constructivo del basamento, sin medidas reales. Trazado por Alejandro Meraz, 2019.

de otra y estos huecos se encontraban rellenados rellenado con piedra china y mezcla, sobre el cual
| 117
igualmente con mampostería, hasta quedar enrasa- se colocó un revestimiento de pórfido de una vara
do de nuevo.41 Rangel afirma que en este segundo de altura, 0.84 metros;45 además, se contempló la
nivel se utilizaron 124 planchas de cedro para un to- implementación de losas de mármol procedentes
tal de 250 que conformaron el emparrillado.42 de siete canteras de Jiutepec, Morelos.46
Sobre el segundo nivel de vigas se registró la La descripción que hace Rangel del zócalo se
construcción de un macizo de mampostería de ba- refiere a “un sólido anular cilíndrico, cuya circun-
salto y mezcla de 1.36 metros de altura;43 Rangel ferencia exterior, tiene cuarenta y dos varas de diá-
menciona que la cimentación tuvo 37 pulgadas de metro, y la interior, diez y seis y media varas”,47 es
altura,44 0.862 metros, y sobre el enrasado se levan- decir, 35.28 metros en la circunferencia exterior y
tó un talud de 18 pulgadas de altura, 0.419 metros, 13.86 metros en la interior, y contaba con accesos
hacia los cuatro rumbos cardinales. El gasto total de
41 Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo Emilio Díaz Pérez, Rubén
la obra, tomando en cuenta los reportes de García
Arroyo Ángeles y Ricardo Castellanos Dounce, op. cit., pp. 84-85.
42 Joaquín Rangel, “Monumento de la Independencia”, Diario Conde y Rangel, fue de 48 463.38 pesos.
del Gobierno de la República Mexicana, México, 14 de julio de A partir de los datos recuperados por los salva-
1844, p. 3; y Diario del Gobierno de la República Mexicana, Méxi-
mentos arqueológicos, complementados con la do-
co, 13 de agosto de 1844, p. 4.
43 Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo Emilio Díaz Pérez, Rubén
Arroyo Ángeles y Ricardo Castellanos Dounce, op. cit., p. 84. 45 Joaquín Rangel, “Monumento de la Independencia”, Diario del
44 Joaquín Rangel, “Monumento de la Independencia”, Diario Gobierno de la República Mexicana, 26 de septiembre de 1844, p. 2.
del Gobierno de la República Mexicana, México, 13 de agosto de 46 Pedro García Conde, op. cit., p. 4.
1844, p. 4. 47 Joaquín Rangel, op. cit., 26 de septiembre de 1844, p. 2.

EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO. HISTORIA Y EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS


Figura 12. Reconstrucción tridimensional del zócalo de 35 metros de diámetro sobre el que se levantaban la plataforma y la banqueta registradas en 2017. Imagen
de Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo Emilio Díaz Pérez, Rubén Arroyo Ángeles y Ricardo Castellanos Dounce, op. cit.

cumentación histórica, durante los trabajos de 1983 ro, administrador del hospital, envió al presidente
se registró una sección de la circunferencia exterior del Ayuntamiento la relación de 153 piezas, men-
del basamento, mientras que en el salvamento de cionando que algunas habían sido utilizadas en el
2017 se registró parte de la superficie del mismo, así propio hospital;50 sin embargo, no existe constan-
como elementos construidos sobre su circunferencia cia de la entrega y, tiempo después, ese mismo año,
interior, es decir, una plataforma circular, un mure- el Ayuntamiento cedió al gobierno parte de dichos
te de ladrillos adosado y restos de una banqueta pe- mármoles para la construcción de cuatro fuentes
rimetral circular con accesos hacia el oriente, norte y que serían colocadas en las esquinas de la plaza y
poniente, que se construyeron para adecuar el basa- que serían restituidos cuando continuase la cons-
mento a las necesidades que fueron presentándose en trucción del Monumento a la Independencia, pero
la segunda mitad del siglo xix (figuras 12 y 13). ni la obra ni el traslado llegaron a concretarse.51 Fi-
118 |
Joaquín Rangel menciona la compra de losas nalmente, en 1859, el Ayuntamiento requirió infor-
de mármol para completar el monumento, pero lo mación acerca de los mármoles y la directora del
cierto es que no se tiene documentado con certe- hospital de San Pablo, sor Micaela Hayanz, mencio-
za lo que ocurrió con ellas pues, en 1849, tras la in- nó en la nota de respuesta haber visto los mármoles
vasión norteamericana, el escritor y diplomático diez años atrás, pero que no tenía registro de ellos en
veracruzano Manuel Eduardo de Gorostiza solicitó los archivos, por lo que no podía decir con certeza el
al Ayuntamiento la donación de dieciséis piedras paradero final que habían tenido.52 Con toda segu-
de mármol para erigir un monumento a la Guar- ridad, los materiales fueron utilizados en diferentes
dia Nacional,48 teniendo conocimiento de que ha- obras arquitectónicas construidas en la ciudad, pues
bían sido trasladadas al hospital de San Pablo por la inversión fue considerable para una joven nación
un Sr. Vanderlenden o Pedro Vander Linden, mé- en una época de desórdenes políticos, militares y
dico militar de origen belga y que había prestado económicos y habían de ser aprovechados.
servicio al ejército,49 por lo que Mariano Rome- Respecto de la “primera piedra” y la caja conme-
morativa, durante la exploración arqueológica de
48 Archivo Histórico de la Ciudad de México (ahcm), fondo Ayun-
2017 no existió posibilidad de identificarlas debido
tamiento / Gobierno del Distrito Federal, sección Historia: mo-
numentos, vol. 2276, exp. 7, año 1849 y 1859, f. 1.
49 Gerardo Díaz, “Vander Linden. El cirujano del ejército mexi- 50 ahcm, op. cit., f. 4.
cano en la guerra de 1847”, Relatos e Historias en México, núm. 51 Ibidem, f. 7.
64, diciembre de 2013, pp. 66-71. 52 Ibidem, f. 16.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


| 119
Figura 13. Reconstrucción de la ubicación del zócalo, tomando en cuenta los límites de la plaza tras la rehabilitación de 2017. dsa-inah. Levantamiento: Rubén Arroyo,
Gonzalo Díaz y Ricardo Castellanos. Digitalización: Alejandro Meraz, 2019.

a que solamente se retiró el relleno derivado de la acontecimiento,53 por lo que podría pensarse que
afectación de 1999 para cimentar el astabandera; de los datos que utilizó para el resto de su trabajo es-
igual manera, Miranda en su informe de la explo- tán retomados de distintas fuentes de la época, ca-
ración de 1983 no reporta que haya sido registrada, biendo preguntarse la temporalidad de aquellos
por lo que caben dos posibilidades: que la piedra en vestigios que menciona, pues por la profundidad
cuestión, con su contenido, aún se encuentre en el excavada pudieron tratarse tanto de época virreinal,
lugar donde fue colocada o que haya resultado re- acaso la cimentación del Parián, como de construc-
movida en 1999. ciones prehispánicas.54
Por último, retomando lo mencionado por Rive-
ra Cambas en cuanto a la existencia de “cimientos 53 Manuel Rivera Cambas, op. cit., p. 123.
y estacadas antiguas” que fueron retirados cuan- 54 Respecto de las estacadas usadas para la cimentación de
do se acondicionó el área para hincar el estacado, edificios, durante la época virreinal en la Nueva España las
maderas más ampliamente utilizadas fueron las de pino y en-
aun cuando no fue testigo ocular de los trabajos,
cino, cuyos yacimientos más cercanos se encuentran en la
pues nació en 1840, en algunos casos (como la des- sierra de la Cruces, al poniente de la Ciudad de México; por
cripción de la primera piedra, la caja conmemora- otro lado, para la época prehispánica el ahuejote, nativo del
centro de México, se empleaba para afianzar el suelo en zonas
tiva y su contenido) refiere en su obra casi al pie poco profundas de lago, tanto para fines agrícolas como para
de la letra lo expuesto por un diario que reporta el la expansión de terreno.

EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO. HISTORIA Y EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS


Historia y uso posterior del lugar del ejército, pero actuando inconstitucionalmente
al no contar con la autorización de las cámaras de
La obra del monumento quedó inconclusa debido a la Unión.57
las turbulencias sociales y políticas, así como los le- En su paso por Querétaro, el 24 de noviembre,
vantamientos y conflictos armados que se suscita- Santa Anna procedió agresivamente contra el gober-
ron en el país en aquellos años. Desde la segunda nador y el Ayuntamiento de la ciudad, pues le eran
mitad de 1843 privó en el país la amenaza de guerra contrarios al haberse adherido al plan de Paredes;
con Estados Unidos de América debido al interés de posteriormente, el día 29, suspendió las sesiones del
esta última nación por anexar Texas, que había de- Congreso, dándole al Ejecutivo facultades de toda es-
clarado su independencia en 1836 y que no era reco- pecie, desatando con ello protestas y haciendo caer
nocida por México. A mediados de 1844 el gobierno a la Ciudad de México en “alarma y agitación”, que
de Santa Anna presentó una iniciativa para enfren- culminaron en los hechos ocurridos entre el 4 y el 6
tar la campaña en Texas, indicando la necesidad de de diciembre. El día 4, la estatua de Santa Anna, ubi-
recaudar cuatro millones de pesos con contribucio- cada en el mercado del Volador e inaugurada cinco
nes extraordinarias; sin embargo, a pesar de la di- meses atrás, el día de su cumpleaños, apareció con
ficultad económica imperante, Santa Anna celebró “una capucha de ajusticiado y una soga atada al cue-
con gran pompa su cumpleaños el día 13 de junio.55 llo”; el día 5, el pie de Santa Anna, amputado en 1838
El subsidio extraordinario para la guerra de Texas y que se encontraba enterrado en el Panteón de San-
fue publicado el 21 de agosto y, dos días después ta Paula, fue exhumado por una turba enardecida y
falleció la esposa de Santa Anna, con lo cual éste arrastrado hasta el Palacio Nacional; la estatua que
encontró pretexto para retirarse de la capital eva- se levantaba en el Teatro de Santa Anna fue reduci-
120 |
diendo la agitación del momento; sin embargo, el 3 da a pedazos y la del mercado fue bajada y confina-
de septiembre, Santa Anna contrajo nupcias por se- da a una cochera; así, el 6 de diciembre las cámaras
gunda vez, a cuarenta días del fallecimiento de su llamaron a José Joaquín Herrera para ejercer como
primera esposa y haciéndolo de manera fastuosa, presidente del Consejo58 y el 15 de diciembre pres-
con lo cual perdió aún más simpatía y aprobación. tó juramento como presidente interino, lo cual llevó
Su desprestigio se acentuó ante una nueva iniciati- a Santa Anna a renunciar a la presidencia y fue des-
va del gobierno en la que se pedía autorización para terrado a Venezuela el 1 de junio de 1845.59 Sin em-
contratar un préstamo nacional o extranjero de diez bargo, Santa Anna habría de regresar al país en dos
millones de pesos, lo cual fue rechazado.56 Al go- ocasiones subsecuentes: en 1847, llamado para con-
bierno se le acusaba de buscar en la guerra extran- ducir al ejército contra la invasión norteamericana,
jera el pretexto para prolongar la dictadura de Santa tras la cual México habría de perder más de la mi-
Anna y esquilmar a los contribuyentes en beneficio tad de su territorio, y en 1853, para gobernar nueva-
particular de los mandatarios, lo que fue aprovecha- mente tras la crisis, el endeudamiento y las pugnas
do por Mariano Paredes para llamar a una revolu- políticas del país, y cuando habría de hacerse llamar
ción desde Jalisco en noviembre de 1844, la cual “Alteza Serenísima”.
Santa Anna acudió a sofocar poniéndose al mando

57 Ibidem, pp. 524-526.


55 Vicente Riva Palacio (dir.), op. cit., p. 517-518. 58 Ibidem, pp. 527-528 y 531.
56 Ibidem, pp. 521-522. 59 Ibidem, pp. 533-534 y 540.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 14. Pedro Gualdi, La gran plaza de México, 1848. La imagen representa la época de ocupación estadounidense; se aprecia el zócalo y, ondeando en lo
alto de Palacio Nacional, la bandera de Estados Unidos. Museo Nacional de Historia. Recuperada de: <https://relatosehistorias.mx/nuestras-historias/recuerdos-del-
zocalo-de-cuando-la-bandera-estadounidense-ondeo-en-palacio>.

Derivado de la renuncia y destierro de San- Al coronel Rangel lo aprehendieron el 9 de ju-


ta Anna, el 7 de junio de 1845 estalló en el Palacio nio en la casa localizada en el número 2 del calle-
Nacional un motín militar, durante el cual habrían jón de Talavera;61 tras su juicio fue absuelto de la
de enfrentarse indirectamente, en bandos contra- pena de muerte y sentenciado a diez años de pri-
rios, los dos personajes que estuvieron a cargo de la sión, sin pérdida de empleo;62 sin embargo, durante
obra del “zócalo” para el Monumento a la Indepen- la invasión estadounidense recibió la amnistía para
| 121
dencia. El motín fue encabezado por el coronel Joa- entrar al servicio del presidente interino Pedro Ma-
quín Rangel, al frente del Batallón de los Supremos ría Anaya, destacándose en la batalla de Chapulte-
Poderes, unidad militar conformada durante la ad- pec de 1847.
ministración de Santa Anna, pero que había sido re- El conflicto armado contra Estados Unidos co-
conocida por el gobierno constitucionalista de José menzó con una serie de incursiones estadouniden-
Joaquín Herrera, quien fue arrestado en su habita- ses a territorio mexicano durante 1846, el 23 de abril
ción; sin embargo, el general Matías de la Peña y Ba- de 1847, el entonces presidente Mariano Paredes
rragán se movilizó para organizar a los efectivos del declaró la guerra defensiva.63 La invasión alcanzó la
cuarto regimiento y combatir la revuelta, lo cual se Ciudad de México y el 14 de septiembre del mismo
combinó con las acciones que llevó a cabo el minis- año, a las 7:00 de la mañana fue enarbolada en Pa-
tro de la Guerra y Marina, el general Pedro García lacio Nacional la bandera de los Estados Unidos de
Conde. Debido a la rapidez y efectividad con la que América (figura 14).
actuó el cuarto regimiento, la insurrección fue sofo- Durante la ocupación, los léperos se burlaban de
cada en menos de una hora, pero Rangel logró fu- los invasores, por lo que las autoridades del ejército
garse y posteriormente ese batallón fue disuelto.60 estadounidense impusieron castigos de azotes para

61 Diario del Gobierno de la República Mexicana, México, 15 de ju-


60Diario del Gobierno de la República Mexicana, México, 12 de ju- nio de 1845, pp. 3-4.
nio de 1845, pp. 2-3; Diario del Gobierno de la República Mexicana, 62 El Siglo Diez y Nueve, México, 28 de junio de 1845, p. 4.
México, 24 de junio de 1845, p. 2. 63 Vicente Riva Palacio (dir.), op. cit., p. 559.

EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO. HISTORIA Y EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS


Figura 15. Plaza de Armas de México, autor desconocido, sin fecha. En el detalle se aprecia que el enrejado que rodea la farola se levanta sobre una plataforma baja.
Imagen tomada y modificada de Casimiro Castro et al., México y sus alrededores: Colección de monumentos, trajes y paisajes, México, Establecimiento Litográfico
de Decaen, 1855 y 1856; véase Biblioteca Digital Hispánica, recuperado de: <http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000008603&page=1>.

reprimir los desmanes, improvisando en la Alame- Debido a la aceptación que la sociedad tenía de
da y en la Plaza Principal “aparatos a manera de pi- estos eventos, en agosto de 1859, durante la presi-
cotas”, formando una cruz con un madero y el poste dencia de Miguel Miramón, se abrió un concur-
de un farol, sujetando al madero los brazos del reo so para diseñar un edificio que pudiera armarse y
y al poste los pies y la cintura, mientras un soldado desarmarse alrededor del centro de la plaza bajo el
les descargaba latigazos con el chicote de los carre- menor gasto posible, pero no fue concretado; sin
122 |
teros en la espalda desnuda.64 La capital fue final- embargo, en esta convocatoria se hacía alusión al di-
mente desocupada el 12 de junio de 1848.65 seño de una farola de gas que se situaría en el centro
En los años posteriores, el uso que se le dio al ba- del zócalo y a un enrejado, los cuales fueron insta-
samento y a la Plaza fue variado; se puede mencionar lados un mes después, el 29 de septiembre, a pesar
que en la década de 1850 se llevaron a cabo diversos de la guerra civil que privaba en la nación (la Guerra
eventos como parte de la festividad de Todos Santos, de Reforma). En una litografía de la época se puede
entre ellos exposiciones agrícolas, manufactureras y apreciar que el enrejado fue instalado sobre una pla-
ganaderas, instalando el salón de premios sobre el zó- taforma baja (figura 15), que fue la que registramos
calo, donde además se exponían los productos de hor- en 2017. Las festividades cívicas se siguieron cele-
ticultura como flores, plantas, frutas y verduras.66 En brando en la plaza, denominada entonces de Armas,
otras ocasiones los eventos consistieron en bailes por y en 1861 se organizó un paseo las noches del 1, 2, 3
las noches, acompañados por música militar, que cul- y 10 de noviembre con “baile, música selecta y sun-
minaban con una rifa, previo pago de su boleto.67 tuosa iluminación”, lo cual resultó muy apreciado.68
Ante ello y derivado del gusto de la sociedad por
64 Antonio García Cubas, El libro de mis recuerdos: narraciones histó-
el Paseo de las Cadenas afuera de Catedral, donde
ricas, anecdóticas y de costumbres mexicanas, anteriores al actual esta-
do social, México, Porrúa (Biblioteca Porrúa, 86), 1986, pp. 438 y 441. se congregaban en un espacio insuficiente, Igna-
65 Vicente Riva Palacio (dir.), op. cit., p. 711.
66 El Universal, México, 31 de octubre de 1851, p. 3; El Siglo Diez
y Nueve, México, 17 de noviembre de 1853, p. 4. 68 El Siglo Diez y Nueve, México, 15 de noviembre de 1861,
67 El Siglo Diez y Nueve, México, 26 de octubre de 1855, p. 4. p. 4.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 16. Francoise Aubert, Entrada triunfal de Benito Juárez, 1867. Núm. inv. Figura 17. Andrew Dickson, sin título, ca. 1885-1895, White Architectural
628364. Secretaría de Cultura-inah-Sinafo-Fn-México. Reproducción autorizada Photographs Collection. Vista norte-sur de la plaza: al centro se observa el
por el inah. (Recuperado de: <https://relatosehistorias.mx/numero-vigente/ quiosco y en la esquina inferior derecha un tranvía arrastrado por mulas,
recuerdos-del-zocalo-iv-el-triunfo-de-la-republica-en-1867-un-acontecimiento-que>). recuperado de: <https://digital.library.cornell.edu/catalog/ss:3874021>.

cio Trigueros, alcalde municipal durante el Imperio hierro encargado a París (figura 17), semejante a uno
de Maximiliano, habilitó en 1866 el Paseo del Zóca- del bosque de Bolonia.73 El muro de ladrillos adosa-
lo, formando jardines, andenes de los ángulos ha- do a la plataforma circular y el relleno de nivelación,
cia el centro, una fuente en cada ángulo, 62 bancas registrados en 2017, deben haber correspondido a
de hierro, árboles para proporcionar sombra y un esa época, en la que se hizo necesario acondicionar
alumbrado de gas hidrógeno.69 el lugar para los elementos que fueron instalados.
Tras la victoria frente al Segundo Imperio y la In- De acuerdo con la prensa de mediados del siglo
tervención francesa, Benito Juárez entró triunfan- xix, al basamento se le llamó el “zócalo para el Mo-
| 123
te a la Ciudad de México el 15 de julio de 1867 y la numento a la Independencia” o el “zócalo de la Pla-
plaza fue escenario para la recepción; en el zócalo se za de Armas”, hasta que popularmente al espacio
improvisó “una estatua colosal de la victoria” que ten- se le conoció como el “Zócalo”. Hacia 1880, Ignacio
día “la mano para coronar al grupo de héroes” (figura Manuel Altamirano mencionó que los gobiernos de
16);70 sin embargo, a menos de dos meses de ser co- otras entidades federativas llamaron “zócalos a los
locada, desde el 5 de septiembre la estatua fue derri- jardines que se establecen en las plazas principa-
bada a toda prisa,71 pues “comenzó a resquebrajarse… les de las poblaciones” en la creencia, errónea des-
y a soltar en pedazos la corona de laurel que tenía en de luego, de que “zócalo es lo mismo que jardín”.74
una de sus manos”.72 Es probable que a esa época co- Los habitantes de la ciudad acudían al lugar para
rrespondiera la banqueta perimetral que registramos pasear, sentarse y escuchar música, hasta que, a fi-
en 2017 sobre la superficie del basamento original. nales del siglo xix, la Alameda comenzó a ganar po-
Tiempo después, sobre el basamento se instaló pularidad y la plaza fue quedando desierta.75
una caja acústica donde tocaban las bandas militares Hacia la década de 1880 se introdujeron los tran-
los jueves por la noche y los domingos por la maña- vías de tracción animal, arrastrados por mulas, o
na, la cual fue sustituida en 1875 por un quiosco de
73 Jesús Galindo y Villa, op. cit., p. 344.
69 Jesús Galindo y Villa, op. cit., p. 343. 74 Ignacio Manuel Altamirano, Paisajes y leyendas, tradiciones y
70 Boletín Republicano, México, 17 de junio de 1867, p. 2. costumbres de México. Primera serie, México, Imprenta Litográfi-
71 El Siglo Diez y Nueve, México, 6 de septiembre de 1867, p. 3. ca Española, 1884, pp. 166-167.
72 Boletín Republicano, México, 8 de septiembre de 1867, p. 3. 75 Jesús Galindo y Villa, op. cit., p. 345.

EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO. HISTORIA Y EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS


Figura 18. Alfred Briquet, sin título, ca. 1880. Vista suroeste-noreste de la plaza;
se aprecian en primer plano los carruajes de alquiler, los “tranvías de mulitas” y la Figura 19. Sin título, autor desconocido, ca. 1957-58. Tomada de Manuel
estación terminal; véase Manuel Aguirre Botello y Héctor Galán Pane, “Los tranvías Aguirre Botello, “Evolución gráfica del Zócalo de la Ciudad de México. Desde
de la Ciudad de México, 1850-1971”, México Máxico, recuperado de: <http:// el siglo xvii hasta el siglo xxi”, México Máxico, 8 de septiembre de 2008;
www.mexicomaxico.org/Tranvias/TRANVIAS.htm>. recuperado de: <http://www.mexicomaxico.org/zocalo/zocaloEV.htm>.

“tranvías de mulitas” como se les conoció en su épo- Diversos eventos públicos continuaron llevándo-
ca, cuyas vías circundaban la plaza y en el lado po- se a cabo en la plaza y en 1936 fue abierta de sur a
niente se instaló una estación terminal, además de norte la avenida 20 de Noviembre con la intención
que frente al portal de Mercaderes se ubicaban los de que una arteria condujera directamente hacia el
sitios de los carruajes de alquiler (figura 18). Para corazón de la ciudad. Para esta obra se demolieron el
1896 se autorizó la electrificación del sistema de portal de la Flores, que se levantaba al sur de la plaza,
tranvías, iniciando en 1898 las obras de cambio de así como una gran cantidad de edificios históricos a
vías y la construcción de las redes eléctricas para la lo largo de su trazo, como la casa de San Felipe y par-
124 |
primera línea que correría desde la Plaza de Armas te de los templos de San Bernardo y de San Miguel.79
hasta Tacubaya, la cual fue inaugurada el 15 de ene- En la década de 1950 Ernesto Uruchurtu, regen-
ro de 1900.76 te del Departamento del Distrito Federal, mandó
Muerta la popularidad del Paseo del Zócalo, a nivelar el piso y cubrir el jardín con una plancha
principios del siglo xx la plaza se hallaba bastante de pavimento, dejándola como una explanada so-
descuidada en cuanto a basura y crecimiento de la lamente con alumbrado público y un astabandera
vegetación se refiere;77 el quiosco se retiró del cen- (figura 19).80 Es posible que para ello haya influido
tro de la plaza en 1914 y, de acuerdo con algunas la construcción de la Plaza de Tian’anmen en Pekín
versiones, fue entregado como regalo al general en 1949, tras la creación de la República Popular de
Francisco Mariel al entrar las tropas carrancistas, China, e incluso, la Plaza Roja de Moscú pudo servir
quien lo llevó a Huejutla, Hidalgo.78 Los árboles si- como modelo, ambas utilizadas para organizar actos
guieron un destino similar y fueron talados el mis- masivos de carácter político.
mo año. Como antecedentes de este proyecto, cabe men-
cionar que en 1901 se había presentado una pro-
76 Manuel Aguirre Botello, “Los tranvías de la Ciudad de México,
1850-1971”, México Máxico, 2015, recuperado de: <http://www. 79 Fernando Aguayo y Lourdes Roca, “Los usos sociales de una
mexicomaxico.org/Tranvias/tranvias.htm>, consultada el 25 de plaza”, en Entre portales, palacios y jardines. El Zócalo de la Ciu-
febrero de 2019. dad de México, 1840-1935, México, shcp / Conaculta / Instituto
77 Jesús Galindo y Villa, op. cit., pp. 366-367. Mora, 2004, p. 34.
78 José Rogelio Álvarez (dir.), op. cit., p. 8279. 80 Fernando Miranda Flores, op. cit., pp. 31-34.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


puesta que ya buscaba este objetivo, pues Jesús excepción de dos de ellas; la primera formaba par-
Galindo y Villa, siendo regidor del Ayuntamiento, te de un conjunto arquitectónico ceremonial mexi-
planteó la transformación de la plaza bajo el argu- ca registrado en la excavación de la estación Pino
mento de necesitar limpiarla de jardines y vías fé- Suárez,84 la cual se encuentra actualmente en el
rreas para dar vista a los edificios y buscando que pasillo de Correspondencia de dicha estación; la se-
dejara de estar convertida en estación o cochera, gunda fue registrada en la calle de Guatemala,85
completándola con la construcción del Monumen- se desmontó y se reconstruyó en el jardín de la
to a la Independencia y dándole de esta forma un Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología.
carácter de plaza europea;81 sin embargo, el monu- A este respecto, conviene tomar en cuenta que la
mento comenzó a ser construido en el Paseo de la construcción de las primeras dos líneas del Metro
Reforma en 1906, aunque el peso provocó que los ci- ocurrieron cuando en el país no existía una legis-
mientos se hundieran y se perdiera la verticalidad, lación que protegiera el patrimonio arqueológico,
por lo que un año después Galindo y Villa volvió pues fue hasta 1972 cuando se promulgó la Ley Fe-
a presentar su propuesta al secretario de Goberna- deral sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos,
ción, Ramón Corral, quien respondió que se trata- Históricos y Artísticos.
ba de un asunto ya resuelto y que el Monumento a También en 1983 se proyectó la construcción de
la Independencia habría de erigirse en el lugar don- la Línea 8 del Metro, que planeaba atravesar la plaza
de se estaba construyendo,82 se demolió todo lo de sur a noroeste, iniciándose los trabajos con exca-
construido hasta el momento y se procedió a dise- vaciones a cielo abierto en el cuadrante suroeste, que
ñar una nueva cimentación,83 para posteriormente sirvieron para colar brocales de concreto armado a
levantar la Columna de la Independencia. gran profundidad, pero fueron suspendidos un mes
| 125
El crecimiento urbano y poblacional, así como después debido a la movilización de la sociedad civil
las necesidades de la sociedad y los avances tec- y del inah, amparados con la Ley de 1972, en contra
nológicos, propiciaron que entre 1967 y 1969 se de la destrucción del patrimonio arqueológico e his-
construyeran las primeras dos líneas del Sistema tórico, tanto del que yacía enterrado, como de la afec-
de Transporte Colectivo Metro de la ciudad, una de tación que sufrirían las cimentaciones de los edificios
las cuales correría de manera subterránea entre la aledaños.86
plaza y el Palacio Nacional, dando vuelta a espal- Ambas obras del Metro, tanto la que fue desarro-
das de la Catedral; el servicio fue inaugurado el 4 llada como la que resultó cancelada, dejaron su im-
de septiembre de 1969. Durante estos trabajos se pronta en el subsuelo de la Plaza (figuras 20 y 21).
recuperó una gran cantidad de piezas de las épo- Por último, en 1999, el presidente Ernesto Zedi-
cas prehispánica, virreinal, del siglo xix y princi- llo decretó un programa para dotar al país de ban-
pios del xx, además de que se registraron restos de deras monumentales en puntos estratégicamente
construcciones que no pudieron ser conservadas a elegidos, entre ellos la Plaza de la Constitución, don-

84 Jordi Gussinyer, “Hallazgos en el Metro. Conjunto de adorato-


81 Jesús Galindo y Villa, op. cit., pp. 373 y 375. rios superpuestos en Pino Suárez”, Boletín del inah, núm. 36, Mé-
82 Ibidem, pp. 368-375. xico, junio de 1969, pp. 33-37.
83 Manuel Aguirre Botello, “La columna de la Independen- 85 Jordi Gussinyer, “Un adoratorio azteca decorado con pintu-
cia Ciudad de México”, México Máxico, 2011, recuperado de: ras”, Boletín del inah, núm. 40, México, 1970, pp. 30-35.
<http://www.mexicomaxico.org/ParisMex/resumen.htm>, 86 Alberto López Wario (coord.), A ocho columnas. Noticias de una
consultada el 11 de marzo de 2019 fallida línea del Metro, México, inah (serie Divulgación), 2009.

EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO. HISTORIA Y EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS


Figura 20. Limpieza de brocales de concreto armado relacionados con los
trabajos de la cancelada Línea 8 del Metro, registrados en el sector suroeste Figura 21. Limpieza de un cajón delimitado con brocales de concreto armado,
de la plaza durante los trabajos arqueológicos de 2017. Fotografía de relacionado con los trabajos de la Línea 2 del Metro, registrado en el sector
Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo Emilio Díaz Pérez, Rubén Arroyo Ángeles oriente de la Plaza. Fotografía de Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo Emilio
y Ricardo Castellanos Dounce, op. cit. Díaz Pérez, Rubén Arroyo Ángeles y Ricardo Castellanos Dounce, op. cit.

de el asta cuenta con 60 metros de altura y la bande- metros de norte a sur), se mejoró la infraestructura
ra pesa 200 kilogramos, mide 30 metros de largo por existente y se adecuaron las vías de acceso para ase-
20 de ancho. Dicha obra fue resguardada por la Se- gurar la movilidad universal.87
cretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Esta última obra fue la que motivó el salvamen-
El uso constante de la plaza y diferentes obras to arqueológico de 2017 con el que pudimos regis-
menores, como la introducción de redes subterrá- trar los vestigios arqueológicos mencionados líneas
126 |
neas de drenaje, alumbrado y telefonía, la instala- arriba. En cuanto a la protección de los mismos,
ción de estructuras temporales y la construcción de las evidencias fueron cubiertas con geotextil (figu-
bases para mobiliario eléctrico, provocaron el dete- ra 22) sobre el que se depositó tepetate compacta-
rioro del pavimento, generando diferentes desnive- do manualmente (figura 23) que recibió una capa
les que a simple vista no eran observables, pero que de fluido hidráulico, y la cnmh decidió colocar unas
al recorrerla podían ser apreciados; por ello en 2017 placas alusivas semicirculares que dibujaran el con-
el Gobierno de la Ciudad de México (gcm) propuso torno de la plataforma y la banqueta, pero para ase-
el Proyecto de Rehabilitación de la Plaza, que fue gurar su estabilidad y permanencia la empresa piasa
aprobado por la Coordinación Nacional de Monu- colocó un emparrillado doble de aproximadamen-
mentos Históricos del inah (cnmh-inah), para lo cual te 10 × 10 metros con varillas de acero (figura 24)
se demolió el piso existente y se removió el sustra- sobre el que se instalaron las placas (figura 25) y
to a 0.50 m de profundidad desde el nivel de super- que originalmente fue anclado con la cimentación
ficie, para posteriormente vaciar fluido hidráulico y del astabandera, aunque por órdenes de la Sedena
colar un nuevo pavimento con loseta de concreto el emparrillado fue seccionado en el área del asta,
(mr), donde participaron las empresas piasa e iiimsa. haciendo uso de soplete, pero el mr fue colado de
Con esta obra se introdujeron materiales de mayor
87 Gobierno de la Ciudad de México, “Proyecto de Rehabilitación
durabilidad y bajo mantenimiento, se amplió la su-
de la Plaza de la Constitución de la Ciudad de México. Memoria
perficie de la plaza, con lo que alcanzó aproximada- descriptiva”, 2017, Archivo de Inspecciones de la dsa-inah, Méxi-
mente 20 800 m2 (160 metros de este a oeste por 130 co, Exp. 2017-63.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 22. Protección de los vestigios arqueológicos con geo-textil. Fotografía Figura 23. Depósito de tepetate y compactación manual en el área de los
de Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo Emilio Díaz Pérez, Rubén Arroyo vestigios arqueológicos. Fotografía de Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo
Ángeles y Ricardo Castellanos Dounce, op. cit. Emilio Díaz Pérez, Rubén Arroyo Ángeles y Ricardo Castellanos Dounce, op. cit.

manera monolítica, todo lo cual fue aprobado por la


cnmh. La placa principal cuenta con un texto graba-

do que reza:

En este lugar fue construido en 1843 el zócalo o ba-


samento sobre el que se planeaba levantar un Monu-
| 127
mento a la Independencia, mismo que permaneció
inconcluso. El zócalo dio origen al nombre con el que
popularmente se conoció desde entonces a la Plaza
de la Constitución.
Figura 24. Emparrillado doble de varillas de acero instalado sobre los vestigios
arqueológicos. Fotografía de Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo Emilio Díaz
Consideraciones finales Pérez, Rubén Arroyo Ángeles y Ricardo Castellanos Dounce, op. cit.

Como se puede apreciar, desde 1843, cuando se de-


molió el Parián y se proyectó la construcción del
Monumento a la Independencia, el espacio que
ocupa la Plaza de la Constitución-Zócalo adquirió
proporciones similares a las que hoy en día presen-
ta y dejó de albergar al mercado fijo o semifijo de la
ciudad, aunque en algunas ocasiones especiales se
llegaron a instalar tenderetes. De esta forma se evi-
taron todas las complicaciones que dichas funciones
conllevan en materia de generación y acumulación
de desechos, pues para darnos una idea del aspecto Figura 25. Instalación de placas alusivas al “zócalo” sobre el emparrillado.
Fotografía de Alejandro Meraz Moreno, Gonzalo Emilio Díaz Pérez, Rubén
que la plaza debió tener con los puestos, basta cami- Arroyo Ángeles y Ricardo Castellanos Dounce, op. cit.

EL ZÓCALO DE LA CIUDAD DE MÉXICO. HISTORIA Y EVIDENCIAS ARQUEOLÓGICAS


do de las autoridades y la decadencia, por lo que
el espacio tuvo que irse adecuando a las funciones,
necesidades, pensamiento y uso social de cada épo-
ca, hasta que finalmente fue convertida en una ex-
planada desnuda, apropiada para seguir llevando a
cabo actividades públicas de diferente tipo.
En nuestros días, la Plaza de la Constitución sim-
boliza el corazón de la ciudad; como en la época vi-
rreinal, se encuentra delimitada por los inmuebles
que representan al poder federal, local y religioso,
además de que se han establecido una gran cantidad
de comercios, alojamientos y centros culturales. En la
Figura 26. Vista suroeste-noreste de la Plaza de la Constitución. Fotografía de
Gonzalo Emilio Díaz Pérez, 2 de noviembre de 2018. explanada se dan cita los diferentes estratos sociales
de la población y es un espacio vivo, dinámico, tes-
nar por algunas de las calles del Centro Histórico al tigo y protagonista de la historia; representa un pun-
caer la noche, en particular por aquellas en las que to de cohesión social, atracción y eje donde, como
se instala el comercio informal o incluso los comer- en épocas antiguas, la población interactúa, expresa
cios establecidos, aunque desde luego la clase de de- su descontento a través de “plantones” y marchas, se
sechos ha variado conforme a la época. presentan espectáculos musicales multitudinarios y
Al dejarse la plaza libre de puestos, el lugar con- eventos culturales, cívicos, políticos, deportivos y mi-
servó su carácter propio para la convivencia social, litares que congregan a un gran número de ciudada-
128 |
pero permitió, con la creación de jardines, andado- nos (figura 26).
res y mobiliarios apropiados, que los habitantes se Todo visitante que llega a la ciudad acude a este
reunieran, pasearan y tuvieran acceso a actividades espacio representativo pues, de alguna forma in-
recreativas, aunque muchas de estas últimas estu- consciente, si se llega a la capital y no se conoce
vieron enfocadas hacia la “sociedad” media y alta; el el “Zócalo” de la Ciudad de México, la visita no está
llamado “zócalo”, aun cuando finalmente no fue com- completa. En el subsuelo de esta explanada yacen
pletado con el monumento, cobró entonces gran im- vestigios de las épocas pasadas, protegidos y a la es-
portancia en la conciencia colectiva de los habitantes pera de que en el futuro vuelvan a ver la luz apor-
de la Ciudad de México pues popularmente hicieron tando más información que contribuya a conocer
extensivo el nombre a la plaza misma, tomándolo diferentes aspectos de las sociedades que nos han
como referente y denominando de manera similar a precedido. Queda patente tras estas breves líneas
las plazas principales de otras ciudades del país. que la arqueología, la arquitectura y la historia tie-
Diversos eventos se llevaron a cabo en el lugar nen aún mucho que decir acerca de este emblemá-
y en varios momentos llegó a enfrentar el descui- tico lugar.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


MARCELA SALDAÑA SOLÍS*

El antiguo almacén de El Puerto


de Liverpool: un ejemplo de
historia de la construcción, 1904-1905
Fecha de recepción: 25 de junio de 2019
Fecha de aceptación: 27 de agosto de 2019

En 1905 llegaron a la Ciudad de México 314 cajas con la estructura metálica para edificar El Puerto de Liverpool, tienda de-
partamental que cubriría las demandas comerciales de una sociedad pujante. La estructura llegó de Alemania, fabricada
por la Fundidora de la Buena Esperanza, la Gutehoffnungshütte, en Oberhausen, Renania (Prusia). El largo viaje de las cajas
desde el Rin hasta las calles de San Bernardo y Callejuela manifiesta que México se había integrado a los circuitos comer-
ciales atlánticos. Al rastrear el intercambio con Alemania, este artículo muestra la historia de la construcción más allá de
cualquier enfoque regional tradicional.
Palabras clave: historia de la construcción, vínculos entre Alemania y México, estructuras metálicas, Gutehoffnungshütte,
El Puerto de Liverpool.

In 1905, 314 crates arrived in Mexico City from Germany. They contained the metal structure to build the new El Puer-
to de Liverpool, a department store that would meet the commercial demands of a thriving society. The industrial con-
glomerate Gutehoffnungshütte (literally, the Foundry of Good Hope) in Oberhausen, Rhineland (Prussia), manufactured
and shipped the steel structure. The long journey of the boxes from the Rhine to the streets of San Bernardo and Calle-
juela, shows that Mexico was integrated into Atlantic trade circuits. By tracing exchange with Germany, this article shows | 129
the history of construction well beyond any traditional regional focus.
Keywords: History of construction, links between Germany and Mexico, metal structures, Gutehoffnungshütte, El Puerto
de Liverpool.

D
esde mediados del siglo xix hasta las primeras décadas del xx, las estructu-
ras metálicas para la construcción de edificios, puentes y techumbres se
volvieron las favoritas de los constructores tanto europeos como america-
nos. La disminución de los costos y del tiempo fueron las cualidades que
les aseguraron un sitio en el ámbito constructivo.
En México se trabajaron pequeñas piezas como herrajes y clavos de hierro fundido, y
no fue sino hasta 1900, con la apertura de la Fundidora Monterrey, cuando se montaron
grandes estructuras metálicas. Sin embargo, aun cuando se podía proveer este material
constructivo en territorio nacional, la importación del hierro industrial continuó por
cuestiones económicas, es decir, era más barato comprarlo en el extranjero que encargar-
lo a Monterrey.
La historiografía ha resaltado en sus estudios sobre Alemania y México las relaciones
comerciales y políticas, las cuales fueron importantes para ambos países, puesto que lo-

* Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, inah.

EL ANTIGUO ALMACÉN DE EL PUERTO DE LIVERPOOL: UN EJEMPLO DE HISTORIA DE LA CONSTRUCCIÓN, 1904-1905


graron construir puentes de intercambio cultural.1 regional y plantear los intercambios culturales des-
Por ejemplo Reinhard Liehr centra su mirada en el de el espacio construido.
aspecto comercial y tecnológico, y advierte que a La estructura metálica de la tienda departamen-
partir del establecimiento de las multinacionales tal de El Puerto de Liverpool llegó a México en 1905,
eléctricas alemanas en México se propició la moder- para erigir el almacén ubicado en el centro de la
nización del país, y además también existió transfe- ciudad, en la calle de San Bernardo, hoy Venustia-
rencia de prácticas y conocimiento a partir de los no Carranza; ese edificio fue demolido cuando se
encargados de ejecutar el trabajo; ellos transmitie- abrió la avenida 20 de Noviembre. La armadura
ron una imagen de rigor profesional, como veremos la produjo la Fundidora de la Buena Esperanza, la
en la siguiente cita: Gutehoffnungshütte (ghh) en Oberhausen (Rena-
nia, Prusia), la fundidora más grande del Imperio
La ciudad se vio invadida durante varios meses por alemán;3 la estructura alemana es, en ese sentido,
una multitud de trabajadores, dirigido por un grupo un buen ejemplo de los lazos constructivos entre
de ingenieros, en la ejecución de estos trabajos pudo México y Alemania.
notarse no sólo la actividad sino también el buen or- El presente estudio está dividido en dos partes.
den y la precisión. Todo denotaba un conocimiento En la primera presento el contexto sobre la indus-
pleno del asunto y la posesión de todos los elementos tria siderúrgica en Alemania, cómo expandió su
para llevarlo a término.2 producción y el comercio, convirtiéndose en el pro-
veedor más importante de América, esto con la in-
Así el propósito de este trabajo es demostrar tención de proporcionar un contexto que explique
que los enlaces con Alemania no sólo fueron co- por qué México prefirió comprar la estructura a Ale-
130 |
merciales, sino también se vincularon a través de mania y no a la industria nacional. En la segunda
la historia de la construcción, tema que puede desa- parte abordaré el proceso de compra, diseño, ela-
rrollarse en futuras investigaciones y proponer una boración y traslado de la armadura de El Puerto de
metodología que la aborde en un sentido más am- Liverpool, cuya historia era completamente desco-
plio; es decir, que vincule a constructores, materia- nocida hasta ahora.
les constructivos y proyectos en su ámbito mundial; El establecer los vínculos que se tejieron en tor-
así será posible analizar a los actores en su contexto no a la adquisición de los materiales constructivos,
específicamente de las estructuras metálicas, me
animó a ahondar sobre la esfera en la cual fue-
1 Karl Kohut, Alicia Mayer, Brígida von Mentz y María Cristi-
na Torales (eds.), Alemania y el México Independiente. Percepcio- ron producidas e importadas, mismas que cum-
nes mutuas, 1810-1910, México, México, Herder / ciesas / unam / plieron una función mucho más compleja que el
uia / Cátedra Guillermo y Alejandro von Humboldt, 2010; Je-
sólo hecho de la edificación de inmuebles; es de-
sús Méndez Reyes, “Alemanes en el noroeste mexicano: no-
tas sobre su actividad comercial a inicios del siglo xx”, Estudios cir, fueron testigos de las permutas culturales que
de Historia Moderna y Contemporánea de México, núm. 46, Mé-
xico, 2013, recuperado de: <http://www.scielo.org.mx/scielo.
php?script=sci_arttext&pid=S0185-26202013000200004&lng= 3 Walter Buschmann y Stefanie van de Kerkhof, “Schwerindus-
es&nrm=iso>, consultada el 19 de diciembre de 2019. trie und Waffenschmieden im Westen Deutschlands 1890-1918
2 Apud Reinhard Liehr, “Percepción transcultural en las empre- Expansionsdrang, wirtschaftliche Innovationen und Moderni-
sas multinacionales eléctricas alemanas en México durante el tät in Technik und Architektur”, en Thomas Schleper, Aggres-
porfiriato,” en Karl Kohut, Alicia Mayer, Brígida von Mentz y Ma- sion und Avantgarde: zum Vorabend des Ersten Weltkrieges, Essen,
ría Cristina Torales (eds.), op. cit., p. 492. Klartext, 2014.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


contribuyeron a la modernización de México en de consumo impulsado por el porfiriato; en ese
su espacio construido. sentido, se distingue aquel periodo como un mo-
En lo que atañe a la historia de la construcción, mento que propició el surgimiento de grandes al-
en la Ciudad de México se incorporaron a las cons- macenes que ofrecieron una mayor cantidad de
trucciones la herencia de materiales constructivos artículos y fueron un eslabón importante para la
provenientes de países extranjeros, como por ejem- banca en México; ello se cristalizó con semejan-
plo el concreto armado y los armazones de hierro tes edificios, que fueron dignos representantes de
industrial; por su parte, el hierro fundido y el vidrio todas las aspiraciones de una nación en progre-
se agregaron para dar un nuevo cariz a la arquitectu- so.6 Así, esta tienda departamental formará parte
ra de finales del siglo xix y principios del xx, y tuvie- del circuito mercantil que se colocó a la vanguar-
ron una gran aceptación en el ámbito constructivo. dia constructiva al emplear estructuras de hierro
Sólo por señalar algunos ejemplos sobre estructu- para dar amplitud y gran capacidad para exhibir
ras de edificios emblemáticos, se puede mencionar la sus mercancías.
del Palacio Legislativo Federal (1904), el Palacio de Si bien el antiguo almacén de El Puerto de Li-
Comunicaciones (1904) y la Casa Böker (1900), las verpool es reconocido como una de las tiendas más
cuales fueron exportadas por los Milliken Brothers importantes de la ciudad, se desconocía que en
de Nueva York; por su parte, la estructura de la tien- su interior albergó una estructura alemana. Debo
da departamental de El Palacio de Hierro (1900) se mencionar que el arquitecto Paul Dubois constru-
produjo en Francia. yó en 1927 el inmueble que actualmente se cono-
Algunas estructuras que fueron compradas ce —mismo que fue remodelado en 1936— en el
en Alemania son la del edificio de la Compañía sitio que ocupó el antiguo edificio, el cual se demo-
| 131
Mexicana de Exportación Permanente, adquirida lió por la apertura de la avenida 20 de Noviembre.
en 1905, armadura fundida también por la ghh; La construcción del edificio estuvo a cargo del inge-
este inmueble ahora alberga al Museo Univer- niero Miguel Rebolledo.7
sitario del Chopo; otra estructura es la cubierta
de la escalera principal del Palacio de Minería,4 El hierro industrial entre Alemania y México
vendida por Hermann F. y Emil Gossen, ingenie-
ros industriales dedicados a la construcción de es- A principios del siglo xix, el Imperio prusiano per-
tructuras de hierro y cuya empresa se localizó en dió su hegemonía en la producción de lino al ser
Berlín.5 desbancado por la Gran Bretaña, por lo que nece-
Con respecto a El Puerto de Liverpool, se re- sitaba redirigir su comercio hacia otros puntos para
conoce su importancia como parte del ambiente compensar las pérdidas por la venta de los textiles.
Por tanto, una vez concluida la guerra en 1821, se
4 Archivo Histórico-unam, Escuela Nacional de Ingenieros, Ad- interesó en restituir el comercio con México, pues
ministrativo, Contabilidad, Obras, Exp. 4, caja 10, fj. 40. “Em-
presa seleccionada para la realización de las piezas Gebrüder
Gossen de Berlín,” 1878/11/18. 6 Steven B. Bunker, Creating Mexican Consumer Culture in the
5 Berliner Adreßbuch, 1894, recuperado de: <https://digital.zlb. Age of Porfirio Díaz, Albuquerque, University of New Mexico
de/viewer/image/34115512_1894/428/LOG_0036/>, consulta- Press, 2012.
do 2019/04/08. Para la edición del Adreßbuch de 1900, aparecen 7 Enrique de la Mora, “Enrique de la Mora. Dos de sus obras”,
los nombres de los hermanos Gossen: Hermann y Emil como Arquitectura y Decoración, núm. 1, México, agosto de 1937,
propietarios. pp. 11-12.

EL ANTIGUO ALMACÉN DE EL PUERTO DE LIVERPOOL: UN EJEMPLO DE HISTORIA DE LA CONSTRUCCIÓN, 1904-1905


además necesitaba nuevos sitios para vender ma- portador de productos relacionados con la indus-
quinarias y manufacturas.8 tria y manufactura.10
El Imperio prusiano tuvo una importancia cen- Las fundidoras de hierro y acero alrededor de
tral en la industria y el comercio, misma que conti- los ríos Ruhr y Rin se expandieron desde 1850 has-
nuó después de la unificación alemana a partir de ta las primeras décadas del siglo xx. Algunas de
1871. En Renania, la industria de hierro se desarro- las fundidoras más importantes fueron la ghh, en
lló y era apreciada por su calidad. Cerca de Colo- Oberhausen; también la Stahlwerke, en Duisbur-
nia, tanto Remscheid y Solingen se especializaron go, la Rheinische Stahlwerke; Thyssen & Co., en
en la producción de metales y se hicieron famosos Mülheim, y las fábricas de hierro y acero Hoesch,
por la fabricación de espadas y cuchillos. Además, en Dortmund. Walter Buschmann plantea que dos
tenían al río Rin como aliado para usarlo como vía factores en particular impulsaron el auge en la pro-
de comunicación y centro de carga y descarga de ducción del hierro: sin duda, la primera fue el per-
mercancías, factores que facilitaron el desarrollo co- feccionamiento de la técnica para la producción,
mercial y el económico.9 y la segunda, quizás más importante que el avan-
Tanto Alemania como Estados Unidos de Amé- ce del conocimiento, fue la incorporación de va-
rica sobresalieron por sus avances tecnológicos y rias fundidoras pequeñas a la ghh, hecho que le
superaron a la Gran Bretaña en la producción de permitió aumentar la producción del material mo-
acero y hierro, posicionándose como países pro- nopolizando su fabricación. Además, un escenario
veedores de este material, pues tenían ciertas ven- de vital trascendencia fue la organización de expo-
tajas al bajar costos de transportación (en el caso siciones internacionales, celebradas desde 1797,
de los alemanes, por usar el Rin), bajos aranceles, en las que se exhibieron los productos para su co-
132 |
centros mercantiles contiguos y mano de obra. mercialización. Para las exposiciones de finales del
A partir de 1880 se instauraron algunas medidas siglo xix se produjeron edificios de hierro indus-
económicas que ayudaron a que la industria side- trial, por ejemplo, la famosa Torre Eiffel, monta-
rúrgica se desarrollara y consolidara en Alemania. da para la exposición de 1889 en París; todo ello
Por un lado, se aplicaron aranceles en la importa- propició el aumento de la demanda de ese tipo de
ción del hierro, que en buena medida cerraron el estructuras.11
mercado a otras fundidoras, y por otro, se alentó Ya bien entrado el siglo xx, Alemania se mantu-
la creación de empresas alemanas estableciéndo- vo en un sitio predominante en la exportación de
se los cárteles desde la segunda mitad del siglo xix. productos industriales en artículos de ferretería y
Así, Alemania se convirtió en el primer país ex- de hierro. Una buena estrategia que adoptaron los
alemanes para las exportaciones a México fue diver-
8 Cabe mencionar que en 1871 se concretó la unificación ale-
sificar la oferta de productos, lo que les significó au-
mana, cuando 39 estados independientes se sumaron al Impe-
rio alemán, lo cual produjo una gran expansión económica e
industrial. El territorio que comprende los sitios donde floreció 10 Gerardo Nahm, “Las inversiones extranjeras y la transferen-
la industria del hierro son: Düsseldorf, Dortmund y Essen, ciu- cia de tecnología entre Europa y América Latina: el ejemplo
dades que comparten el río Rin como una importante vía de de las grandes compañías eléctricas alemanas en Argentina”,
comunicación. Scripta Nova. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Socia-
9 Walter Buschmann, “Kölner Industriekultur, Bedeutung und les, vol. 1, núm. 1-13, Barcelona, 1 de marzo de 1997, recupera-
Überlieferung,” en Walter Buschmann (ed.), Zwischen Rhein-Ruhr do de: <http://revistes.ub.edu/index.php/ScriptaNova/article/
und Maas Pionierland der Industrialisierung-Werkstatt der Indus- view/48>.
triekultur, Essen, Klartext, 2013, p. 108. 11 Walter Buschmann y Stefanie van de Kerkhof, op. cit.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


mentar las ventas, tanto así que México se convirtió agrícolas, obtenidos por la diversidad de suelos y
en mejor cliente que Estados Unidos.12 climas que conforman el territorio nacional. A su
Vale la pena mencionar que, una vez termina- vez, el transporte marítimo disminuyó sus costos,
da la Guerra de Independencia, varios estados ale- lo que impulsó las ventas a otros países. Por otro
manes firmaron con México diversos acuerdos lado, el gobierno y los empresarios extendieron la
para animar tanto la migración de alemanes al país infraestructura y construyeron vías ferroviarias,
como el comercio e industria entre estas naciones. que vincularon las ciudades con los puertos y re-
No fue en vano la firma de esos tratados, ya que sí dujeron así los costos y tiempos de transporte. El
lograron incrementar el arribo de germanos de di- sistema ferroviario fue el gran aliado para el cre-
versas profesiones y ocupaciones, así como la ex- cimiento del país, con la construcción de puentes,
portación de mercancías y manufacturas.13 Pero no caminos y vías férreas.14
fue casual que el comercio entre Alemania y Mé- Con respecto a los espacios construidos, que es
xico experimentara un auge, pues a finales del si- el tema que nos atañe, también hubo fuertes modifi-
glo xix, gracias a la política económica del gobierno caciones. Por un lado, tanto los proyectos de gobier-
del presidente Porfirio Díaz, hubo un crecimiento no como la necesidad de vivienda obligaron a que la
económico en el país. Parte del proyecto-nación dio ciudad creciera más allá de sus límites, proponien-
lugar al desarrollo en distintos rubros y fue indis- do todo un proyecto urbano. Las tierras de cultivo y
pensable crear infraestructura que facilitara llevar pastizales fueron vendidas y ocupadas para la cons-
a cabo dicha proyección. Una de las acciones po- trucción de casas residenciales y para edificios de
líticas más importantes que gestionó el presidente gobierno. Para que se poblaran las nuevas colonias
Díaz fue el restablecimiento de la paz, misma que como Santa María la Ribera, Tabacalera o San Ra-
| 133
no se había alcanzado desde el estallido de la Guerra fael, se exoneró el pago de impuestos para que las
de Independencia. Sin la conciliación de intereses, casas incluyeran jardines. La apertura de grandes
se corría el riesgo que las confrontaciones continua- avenidas, como Paseo de la Reforma o Chapultepec,
ran y dificultaran los acuerdos para el crecimiento que contaron con toda la infraestructura urbana, dio
económico. un aspecto de innovación a la ciudad.
El impulso a la industrialización fue una de las Los constructores y la sociedad estuvieron listos
principales estrategias económicas. Por un lado, para incorporar las estructuras metálicas como par-
la producción de las manufacturas aumentó; ello te de las innovaciones constructivas, las cuales tu-
redundó en la explotación y el aprovechamien- vieron un gran auge en el México de finales del siglo
to de los recursos naturales. También se expan- xix y comienzos del xx. Las estructuras fueron apro-

dió el comercio exterior gracias a la gran variedad vechadas para construir edificios y puentes, ya que
de recursos minerales, maderables, ganaderos y ofrecían menor tiempo de edificación, además de
que la disminución de costos motivó su uso. Pero su
12 Walther L. Bernecker, “Los alemanes en el México decimonó- atracción no sólo provenía de aquel beneficio, sino
nico: desde la Independencia hasta la Revolución de 1910”, en
porque su empleo, además, reflejaba la técnica de
Karl Kohut, Alicia Mayer, Brígida von Mentz y María Cristina To-
rales (eds.), op. cit., 2010, pp. 294-295.
13 Cristina Torales, “La colonia alemana en la capital mexicana
decimonónica. La construcción de su imagen pública”, Karl Ko- 14 Sandra Kuntz y Elisa Speckman, “El porfiriato”, en Erik Velás-
hut, Alicia Mayer, Brígida von Mentz y María Cristina Torales quez García et al., Nueva historia general de México, México, El Co-
(eds.), op. cit., 2010, p. 319. legio de México, 2010, p. 514.

EL ANTIGUO ALMACÉN DE EL PUERTO DE LIVERPOOL: UN EJEMPLO DE HISTORIA DE LA CONSTRUCCIÓN, 1904-1905


los países “cultos”; es decir, gracias al conocimiento ciones constructivas pudieron viajar entre países y
y a su inclusión directa en la construcción, estas ar- continentes.
maduras fueron, como expone el ingeniero Manuel En el siguiente apartado hablaré precisamente
Torres Torija en la siguiente cita, la solución a pro- de estas permutas, con la estructura metálica pro-
blemas constructivos: yectada en México, fundida en Alemania y trasla-
dada de nueva cuenta a México para albergar un
Las construcciones metálicas han tomado una almacén de gran envergadura.
gran preponderancia en todos los países cultos, en
los que el afán de realizar en el menor tiempo po- Grandes almacenes, grandes aspiraciones
sible una labor determinada, obliga al ingeniero a
buscar manera expedita de armar sus edificios, de Las tiendas departamentales le dieron un aire
tal suerte que la rapidez le conduzca con mayor de modernidad a la ciudad porfiriana de finales del
eficacia al resultado. Hace algunos años se efec- siglo xix y principios del xx. La gran variedad de
tuaron verdaderos torneos de perseverancia y de mercancías nacionales y extranjeras tuvieron una
talento con el fin de vencer las dificultades que buena recepción porque se vendieron artículos
la piedra presenta para salvar grandes claros; y la para todas las necesidades, gustos y precios. Gra-
exuberante floración de arcos, puentes, pilares gi- cias a los representantes extranjeros llegaron
gantescos, etc. Manifiesta de una manera indiscu- productos especializados como textiles y maqui-
tible ese esfuerzo tenazmente perseguido y en alto naria, así que las inversiones tuvieron un buen
grado progresista y loable. Más a esa exuberante terreno donde diseminarse, eso motivó la cons-
floración ha seguido, por decirlo así una verdadera trucción de hermosas tiendas.
134 |
fiebre de adelanto, los problemas se complicaron El crecimiento económico y el impulso al comer-
cada vez más y más la construcción de puentes cio se vio reflejado en la expansión de las tiendas
inmensos, de edificios colosales, de instalaciones departamentales, la diversidad de artículos tanto de
de todo género, han sido causas eficientes bastante lujo como para la vida cotidiana demandaron un es-
poderosas para intentar vencer ésa no interrumpi- pacio para ser exhibidas y comercializadas. Una evo-
da serie de dificultades que en ocasiones aparecie- lución que dio paso a la construcción de magníficos
ron como insuperables.15 almacenes. El hierro para las estructuras y el ace-
ro para las cubiertas con cristal dieron una aparien-
Por otro lado, un escenario donde los países cia diferente a los edificios, y la luz natural se usó
mostraron la técnica, como ya se mencionó, fue- para iluminar el interior de las tiendas. Los estable-
ron las exposiciones internacionales; en ellas, los cimientos franceses dictaron las pautas a seguir para
inversores, constructores y cualquier interesado po- el resto de los almacenes.
dría tener acceso a las innovaciones tecnológicas, Las escaleras ligeras formaron parte central de
lo cual generó un flujo de intercambios ya no sólo los edificios y se iluminaron gracias a la luz que
técnicos sino también culturales, pues las concep- pasó a través de los vidrios de colores de las cubier-
tas. En México se conservan hasta nuestros días be-
15 Manuel Torres Torija, “Las construcciones metálicas. Breve llos ejemplos construidos con armazones de hierro
ensayo acerca de su importancia, condiciones actuales y aplica-
ciones”, El Arte y la Ciencia. Revista Mensual de Bellas Artes e Inge- y con excelentes cubiertas de vidrio, por ejemplo:
niería, vol. II, núm. 6, México, septiembre de 1900, p. 89. el Centro Mercantil, que se inauguró en 1899; El

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Palacio de Hierro, que se construyó en 1891, y la
Joyería la Esmeralda, construida en 1892, aun-
que ésta sin cubierta de vidrio, pero el interior
conserva su hermosura con la estructura metá-
lica aparente.
Un ejemplo más del que se tiene información
gracias a la hemerografía de la época es la Ciudad
de Londres, un edificio de cuatro pisos, armado en
tres meses y 20 días, por el arquitecto Hugo Dor-
ner y el ingeniero Luis Bacmeister, ambos alema-
nes; las piezas para la construcción fueron fundidas
en El Fénix, propiedad de Carlos Minne, ubicado en
el rancho del Chopo. La tienda en el primer piso te-
nía dos grandes claros que fueron techados por una
cubierta con vidrio francés, “ligeramente terso en
su cara superior y con prismas en la cara interior;
este cristal tiene la propiedad de dar una ilumina-
ción intensa y, a la vez uniforme”.16 Además, en el
edificio se dispusieron cuartos habitacionales para
empleados, construyéndose en la cuarta planta, con
todas las reglas de higiene, un gran baño, cocina y
| 135
un espacioso comedor. Por lo tanto, la construcción
Figura 1. El Puerto de Liverpool, finales del siglo xix. Núm. inv.: 467245,
de tiendas departamentales se convirtió en reflejo colección Felipe Teixidor, Secretaría de Cultura-inah-Sinafo-Fn-México.
de las aspiraciones de la sociedad, grandes edificios, Reproducción autorizada por el inah.

que enmarcaran las mercancías, pero el gran facili- “Palacio de Hierro”, “Las Fábricas de Francia”, “El
tador fue el empleo de los nuevos materiales cons- Puerto de Liverpool”, “El Sol”, “La Sorpresa y Pri-
tructivos como el hierro industrial, que permitió la mavera Unidas”, etc., ¡el personal que los sirve, los
construcción, ahorrando costos, pero sin sacrificar edificios que ocupan y mercancías que en éstos se
la ejecución y la elegancia. venden!17
La opinión pública destacó la importancia de
los cajones de ropa, que después se convertirían en Sobre la antigua edificación de El Puerto de Li-
grandes almacenes de varios pisos, con aparadores verpool se tienen escasas noticias; sin embargo, por
y su gran variedad de mercancías. referencias gráficas se conoce el edificio de finales
del siglo xix (figura 1), que estaba ubicado también
¡Qué diferencia entre el “Cajón de las siete puertas”, en las calles de San Bernardo y Callejuela. Esa ima-
el personal que lo servía, el edificio en que estaba si- gen corresponde, como se puede apreciar, a un mo-
tuado y las mercancías expedían, y los cajones del desto edificio de dos plantas, y pertenece al cajón de

16“Maravilla de Ingeniería,” en El Mundo Ilustrado, año XVI, t. I, 17 “Notas de la semana,” El Tiempo, año XIV, núm. 3916, 4 de oc-
núm. 20, México, 16 de mayo de 1909. tubre de 1896.

EL ANTIGUO ALMACÉN DE EL PUERTO DE LIVERPOOL: UN EJEMPLO DE HISTORIA DE LA CONSTRUCCIÓN, 1904-1905


ropa de El Puerto de Liverpool; es probable que ese
inmueble fuera el consignado en el plano de Popper
de 1883, donde se señala a E. Ebrard como propie-
tario (figura 2). Ese inmueble fue demolido para dar
lugar al nuevo edificio de hierro.
Para inicios del siglo xx ya se tiene conocimiento
de un nuevo edificio que albergó a El Puerto de Li-
verpool. El arquitecto Israel Katzman advierte que
en 1904 el ingeniero Rafael Goyeneche proyectó
este edificio;18 sin embargo, el ingeniero construc-
tor fue L. Schweitzer, quien trabajó para la Gutehoff-
nungshütte en el Departamento de Construcciones
de Puentes.
La estructura de hierro industrial fue fabricada en Figura 2. El recuadro blanco enmarca El Puerto de Liverpool, entre las calles de
Alemania con la intermediación de la Casa Böker de Callejuela y San Bernardo, al sur del Zócalo. Detalle del Plano del perímetro
central, directorio comercial de la Ciudad de México. Trazo de Julio Popper
México, la cual tuvo trato directo con el señor Ebrard Ferry, 1883. David Rumsey Map Collection.

—dueño del almacén— para la firma del contrato y la


discusión de los avances del edificio; la Casa Böker de Confirmamos que se acordaron 200 toneladas de cons-
México también fue el vínculo entre la fábrica Böker trucción de hierro para un edificio en México, y que
de Remscheid, quienes fundieron la escalera y el tra- también acordaron el negocio con Liverpool, recibi-
galuz del nuevo edificio. Éste es otro ejemplo de la mos también los planos, las otras partes se enviarán
136 |
distribución de la producción, ya que su estructura para que a principio de octubre se inicie con el mon-
proviene de Oberhausen, Alemania, población que taje en México.19
está ubicada en Renania del Norte-Westfalia, al nor-
te de Colonia, y la estructura la fundió la Gutehoff- La carta de Roberto Böker fechada el 3 marzo de
nungshütte; por otro lado, en la fábrica de Heinrich 1904 y remitida al Departamento de Construccio-
Böker, ubicada en Remscheid, también del área de nes de la Gutehoffnungshütte confirma que habían
Renania del Norte-Westfalia, se construyó la escalera. convenido el negocio de la fabricación de la estruc-
tura de metal, misma que les reportaría 5 % (175 000
18 Rafael Goyeneche se recibió como arquitecto en la Escuela marcos) de ganancia, aunque Roberto Böker advier-
Nacional de Bellas Artes en 1904. Algunas de sus obras se loca-
lizaron en importantes calles de la Ciudad de México, como la te que debían mejorar el precio de la escalera por-
avenida Juárez, Abraham González, Allende y Tacuba, estas últi- que “Joly” ofrecía un mejor precio. Joly puede ser
mas ubicadas en el centro de la ciudad. Junto a Ignacio Marqui-
alguna otra fundidora —cabe mencionar que la ghh
na levantó una casa en la calle de Reforma, entre 1908 y 1911.
Además de El Puerto de Liverpool también construyó la sede y los Böker usaban claves para que sus misivas no
de Al Puerto de Veracruz. En 1915 viajó a Estados Unidos y pos- fueran descifradas—, quizás una de México, a la que
teriormente residió en La Habana, Cuba, en donde edificó el
pidieron presupuesto, pero ofrecían un precio simi-
Habana Yacht Club, en 1924; el Banco de Comercio de Cuba,
edificio adaptado del Oratorio de San Felipe Neri (1926-1928), y lar a los alemanes. Si la ghh no mejoraba su precio
la Asociación de Reporteros de La Habana, entre otros. Vid. Is-
rael Katzman, Introducción a la arquitectura del siglo xix en México,
México, Departamento de Arquitectura-Universidad Iberoame- 19 Reinisch-Westfälisches Wirstschaftarchiv (en adelante rwwa), exp.
ricana, 2016, p. 574. Puerto de Liverpool, 1904. Traducción Christoph Rosenmüller.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


se corría el riesgo de que los dueños de El Puerto de remachados; así, las 23 columnas del segundo piso
Liverpool no cerraran el acuerdo. no quedaban alineadas, por lo que los cajones para
las mercancías cerraban la circulación para el pú-
Como concluimos el negocio con la construcción de blico y, por tanto, se tendría que modificar dicha
hierro, no será difícil concluir el otro negocio [la com- disposición.22
pra de la escalera], pero hay que hacer la cosa signifi- Si bien todo parecía ir viento en popa, y las es-
cativamente más barata. Como ustedes no producen caleras habían sido turnadas para su fundición a la
la escalera, mejor dejamos este negocio si no sale ga- Casa Böker de Remscheid, surgió un nuevo proble-
nancia para las dos partes.20 ma: las construyeron para estar cerradas comple-
tamente, por lo que el señor Ebrard pidió que se
Para comenzar a hacer la estructura, desde volvieran a construir, de manera que se pudieran
México se enviaron en un anexo especial los di- abrir a la mitad para estar despejadas. Esto supuso
bujos, una traducción del contrato y las explica- una pérdida para la fundidora porque El Puerto de
ciones, los planos, el cálculo del peso y el cálculo Liverpool se negó a cubrir el gasto de repetición de
estático, así como el costo final. Pero en la docu- las piezas y sobre todo se opuso a dar un adelanto
mentación no se menciona a ningún ingeniero de lo que tenían programado hasta que este proble-
responsable de dichos cálculos y planos en Mé- ma fuera resuelto en Alemania; los alemanes acce-
xico. Parte de la primera planta del antiguo edifi- dieron a cubrir el costo y la obra pudo continuar sin
cio se conservó, y de allí se alzó la segunda planta. una queja de por medio.23
Otra característica del nuevo edificio fue la pro- Mientras que la ghh terminaba de fundir una
yección de un tragaluz al centro de la tienda, y se parte de la estructura, Heinrich Böker se encargó
| 137
incluiría una barandilla en cada piso para poder de hacer un primer envío a México. Pero no todo
tener la cubierta abierta. fue fácil: además de los problemas de comunicación
Sobre las escaleras, Roberto Böker advierte que entre Alemania y México, como las fricciones por
el proyecto había sido cambiado por tercera vez, los diseños y el ensamblaje de las piezas, un incon-
pero que esas alteraciones las hacían ver mucho veniente más se sumó: la transportación en el bar-
más sólidas. Ahora el problema consistía en que en co de vapor.
Remscheid querían cobrar 3 500 marcos por las es- Como mencioné en párrafos anteriores, las
caleras, y que la ghh cobró 5 500 marcos por la cons- fundidoras alemanas se encontraban en Oberhau-
trucción del resto del edificio, lo cual suponía un sen (la ghh) y en Reimscheid (los Böker), los dos
desequilibrio de precios.21 También aprovecharon sitios se encontraban cerca del río Rin, por lo que
para discutir errores en los planos de la estructu- las cajas con la estructura de metal debían reco-
ra. Existía un fallo en una columna, pues le faltaban rrer varios trayectos: en un primer momento de-
seis centímetros para quedar justamente a la altura bían de viajar de la fundidora para embarcarse en
de la viga del techo. En el segundo piso los orificios el Rin, continuar por el río Waal, uno de sus bra-
de las columnas estaban desfasados y no podían ser zos, en los Países Bajos, hasta llegar al puerto de
Amberes, en donde se embarcaron las cajas con la

20 rwwa, exp. Puerto de Liverpool, 1904/03/03. Traducción de


Christoph Rosenmüller. 22 Ibidem, 1904/12/23.
21 Ibidem, 1904/12/12. 23 Ibidem, 1905/01/05 y 1905/04/15.

EL ANTIGUO ALMACÉN DE EL PUERTO DE LIVERPOOL: UN EJEMPLO DE HISTORIA DE LA CONSTRUCCIÓN, 1904-1905


Figura 3. Trayecto de la estructura metálica por Remscheid-Oberhausen-Puerto de Amberes. Elaboración Figura 4. Trayecto de la estructura metálica del puerto
de Gabriela Arreola Meneses. de Tampico a la Ciudad de México. Elaboración de
Gabriela Arreola Meneses.

primera entrega de la estructura de El Puerto de equipararse a un rompecabezas cuyas piezas, rema-


Liverpool (figura 3) ches y orificios, tenían que coincidir a la perfección
Una vez que la mercancía llegó al puerto de Am- para que pudieran ser ensambladas. En la tabla 1
138 |
beres, Heinrich Böker se encargó de enviar las ca- enlisto a las mismas. No se tiene el dato sobre el
jas a México mediante el servicio de Augusto Bulke tiempo estimado de construcción, pero como ya se
& Co., empresa naviera trasatlántica que zarpaba mencionó, las estructuras metálicas economizaban
de Amberes y con la que H. Böker ya tenía tratos el tiempo de la edificación. En la figura 5 se puede
para transportar sus mercancías a México; sin em- apreciar el edificio ya terminado.
bargo, Augusto Bulke cargó la mercancía con la em- No cabe duda de que el establecimiento de El
presa de transporte de carga Haeger & Schmidt en Puerto de Liverpool le dio una renovada aparien-
Amberes, y finalmente la estructura del Liverpool cia urbana a las calles de San Bernardo y Callejue-
viajó en el vapor Teutonia, de la Línea Hamburgo- la, como vemos en la figura 6, en la cual se pueden
América hacia el puerto de Tampico, México. El en- apreciar las dos fachadas. Gracias a la publicación
vío consistió en 314 cajas marcadas con la leyenda: de François Trentini, en la que dedicó unas páginas
“L. México, Tampico 108-421”.24 Después de algunas a las “Grandes tiendas departamentales El Puerto de
semanas de viaje, las cajas llegaron a Tampico y se Liverpool”, se puede conocer su interior, que refleja
transportaron en ferrocarril hasta la Ciudad de Mé- el brío de la época, caracterizando los primeros años
xico (figura 4). del siglo xx como un momento de prosperidad, auge
Para que el lector tenga una idea de las piezas que económico e industrialización.
conformaban la estructura del edificio, ésta puede
Esta gran tienda departamental está situada en la es-
24 Ibidem, 1904/08/23. quina de las calles de San Bernardo y Callejuela, en

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Tabla 1. Alcance de las entregas previstas en el contrato entre El Puerto de Liverpool y la
Gutehoffnungshütte
1. Las vigas de los cimientos
2. Vigas de pisos, apoyos y refuerzos para el primer piso
3. Lo mismo para el segundo piso
4. Lo mismo para el tercer piso
5. Las columnas desde los cimientos hasta el tercer piso
6. Columnas y aldabas para las paredes, las cuales forman los techos de las mansardas, localizado por encima del tercer piso
7. Aglomerante o tornapunta y polines para el techo de mansardas
8. La construcción de hierro para las paredes interiores, es decir, para las paredes entre las columnas 18 y 19 de planta
baja, del primer y segundo piso, además de las paredes entre las columnas 19, 20 y 21 en planta baja, y la pared entre
las columnas 19 y 24 en el primer y segundo pisos
9. La construcción de hierro para la cubierta entre las columnas 10, 11, 16 y 17
10. La construcción de hierro para la cubierta en el patio entre las columnas 18, 19 y 24 y el rincón del muro

Fuente: Contrato entre los señores J. B. Ebrard y Cía. Herederos y los señores Roberto Boker y compañía, ambos en la Ciudad de Méxi-
co. rwwa, exp. Puerto de Liverpool, 1904/09/01. Traducción Christoph Rosenmüller.

| 139

Figura 6. Vista de fachadas noroeste y sur de El Puerto de Liverpool. Fuente:


François Trentini, La prospérité du Mexique, édition illustrée en français, publiée
avec l’autorization du gouvernament mexicain, p. 392. Agradezco a Jorge
Figura 5. El Puerto de Liverpool. Fuente: Museo Archivo de la Fotografía. Vergara el haberme proporcionado esta referencia.

pleno centro comercial de la capital, y se puede consi- Jean-Baptiste Ebrard y F. Fortolis, no ha dejado de
derar como la más antigua de las empresas francesas contribuir al progreso del país, habiendo colaborado
en México; además, a juzgar por las fotografías, sus a la organización y el desarrollo de grandes institu-
locales son de los más hermosos, ya que tienen una ciones bancarias y de crédito, así como a la creación
organización interior perfectamente apropiada a las de las grandes industrias, hoy en día florecientes, que
necesidades del comercio actual, al mayoreo y mino- clasifican a México en primer rango de las naciones
rista. Esta empresa, de gran profesionalismo, nunca industrializadas.25
se ha desviado del principio de ofrecer a su numerosa
25 François Trentini, La prospérité du Mexique. édition illustrée en
clientela buena mercancía a precios razonablemen-
français, publiée avec l’autorization du gouvernament mexicain, Mé-
te establecidos, lo cual es, por otra parte, el motivo xico, J. Ballesca y Cia., Sucesores, 1908, ils., maps. Traducción de
de su prosperidad. Fundada en 1851 por los señores Enrique Saldaña Solís.

EL ANTIGUO ALMACÉN DE EL PUERTO DE LIVERPOOL: UN EJEMPLO DE HISTORIA DE LA CONSTRUCCIÓN, 1904-1905


Figuras 7 (izquierda) y 8 (derecha). Interior del Almacén El Puerto de Liverpool. Fuente: François Trentini, op. cit., p. 393.

140 |

Figura 9. Interior de El Puerto de Liverpool; escalera al fondo. Fuente: François Figura 10. Interior de El Puerto de Liverpool. Fuente: François Trentini, op. cit.,
Trentini, op. cit., p. 393. p. 393.

Figura 12. Perspectiva que muestra los trabajos de demolición de lo que fue
el templo y convento de San Bernardo para el proyecto de apertura de la
avenida 20 de Noviembre, dando paso a la fachada principal de la tienda
departamental El Puerto de Liverpool, y su eterno compañero, el Palacio de
Figura 11. Interior de El Puerto de Liverpool. Escalera del lado izquierdo y Hierro, separados por la angosta callejuela de la Diputación. Colección de
barandal central. Fuente: François Trentini, op. cit., p. 393. Miguel Ángel Bernabé Huerta.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


En las figuras 7 y 8 se puede observar, por un ca de este edificio se concretó gracias a la mediación
lado, como bien lo menciona Trentini, una tienda de la Casa Böker de México, que tuvo un papel im-
bien organizada, con diversas mercancías, asientos portante en el desarrollo de la Ciudad de México de
para la comodidad de los asiduos compradores, es- principios del siglo xx.
pacio suficiente para su circulación y luz natural de
las ventanas exteriores, además de la cubierta in- Conclusiones
terior. Pero el testimonio que nos dan estas imáge-
nes es mucho más trascendente: en primer lugar, se Para concluir, me gustaría recalcar que las estruc-
pueden observar las columnas de hierro, las cuales turas metálicas para edificaciones se emplearon en
afortunadamente no las recubrieron y, en segundo México gracias al contexto histórico de finales del si-
lugar, se puede apreciar la escalera al centro del al- glo xix y xx, sobre todo la extracción del material y
macén (figura 9), como usualmente se dispusieron el manejo del hierro industrial en diferentes ámbi-
en las tiendas departamentales, es decir, ocupando tos. El acceso a este metal, a pesar de ser importado,
un lugar protagónico. dio la posibilidad de crear edificaciones de tipo do-
Por su parte, la cubierta principal sería a cuatro méstico y de gran extensión, que respondieran a las
aguas y debería tener una apariencia placentera, complejas condiciones del suelo mexicano y que no
porque el hierro para el vidrio sería de la compañía resultaran excesivamente costosas.
Mannstädt Sprosseneisen y se podría apreciar desde El estudio de los armazones de metal proyecta-
las salas de venta (figura 10). Las paredes laterales dos, calculados y elaborados en Alemania y envia-
de la cobertura tendrían ventanas con algunas alas, dos a México, me permite sostener que el desarrollo
las cuales se podrían abrir y cerrar girándolas en un constructivo de la ciudad no se dio de manera exclu-
| 141
eje horizontal, y específicamente todas ellas se de- siva en el espacio local, sino que participaron agen-
berían abrir a la mitad de esta manera. Las ventanas tes e intermediarios extranjeros; su investigación
deberían llegar hasta 60 centímetros por encima del revela los vínculos e intercambios culturales y co-
suelo y la parte inferior se construyó de ladrillo26 (fi- merciales en un contexto internacional.
gura 11). Los intercambios sobre cuestiones constructivas
Gracias al testimonio documental, ahora se pue- contribuyen a enfocar nuestra mirada en la identi-
de conocer todo el proceso constructivo del antiguo ficación de las maneras en que aquellos elementos
edificio de El Puerto de Liverpool, que cómo dijimos favorecieron la modernización de México. Así, estos
fue demolido al abrirse la avenida 20 de Noviembre edificios son sólo un acotado ejemplo de la edifica-
(figura 12). No sólo es interesante reconocer un edi- ción de la ciudad moderna. El Puerto de Liverpool,
ficio, del cual se tenían pocas evidencias de su exis- si bien es reconocido como una de las tiendas más
tencia, sino también acercarse a los problemas a los importantes de la ciudad, mantenía la parte del
que se enfrentaron los constructores al emprender origen de su estructura metálica, fundida por la
un proyecto de tal envergadura. También mi interés Gutehoffnugshütte, en el completo anonimato, y
es resaltar que la inclusión de la estructura metáli- hasta ahora había quedado en el olvido.

26 Fuente: Contrato entre los señores J. B. Ebrard y Cía. Herede-


ros y los señores Roberto Böker y compañía, ambos en la Ciudad
de México, rwwa, exp. Puerto de Liverpool, 1904/09/01. Traduc-
ción Christoph Rosenmüller.

EL ANTIGUO ALMACÉN DE EL PUERTO DE LIVERPOOL: UN EJEMPLO DE HISTORIA DE LA CONSTRUCCIÓN, 1904-1905


PATRICIA VIRIDIANA SÁNCHEZ RAMÍREZ*

Una vivienda plurifamiliar


del siglo xix: República de Cuba
núm. 32, Ciudad de México
Fecha de recepción: 29 de enero de 2019
Fecha de aceptación: 26 de febrero de 2019

En el siglo xix la promulgación de las Leyes de Reforma detonó la modificación del entorno urbano, en particular en la
Ciudad de México, lo cual alteró la vida de sus pobladores. En ese contexto, la arquitectura experimentó un proceso de
transición, en el que los modelos de vivienda heredados del periodo virreinal comenzaron a superarse debido a la bús-
queda de nuevos programas y materiales. Las viviendas de República de Cuba núm. 32, en el Centro Histórico, son ejem-
plo de esta transición, de la reapropiación de espacios y de lo valioso de un edificio histórico que mantiene en nuestros
días su función original, la habitacional.
Palabras clave: viviendas plurifamiliares, conservación, arquitectura transicional, habitabilidad, Centro Histórico.

The enactment of the Reform Laws in the nineteenth century triggered changes in the urban environment, especially
in Mexico City, altering the lives of its inhabitants. In this context, architecture underwent a process of transition, where
housing models inherited from the colonial period were gradually supplanted, in the quest for new programs and ma-
terials. The housing at Republic of Cuba no. 32 in the Mexico City Historic Center exemplifies this transition, of the ap-
propriation of spaces and of the value of a historic building that maintains its original residential function to the present.
142 | Keywords: multi-family dwellings, preservation, transitional architecture, habitability, Historic Center.

L
as viviendas plurifamiliares de República de Cuba núm. 32 poseen una histo-
ria fascinante. Sus orígenes se encuentran en el siglo xix, en la época posterior
a la instauración de las leyes de desamortización en 1856 y nacionalización
de bienes eclesiásticos en 1859. Cuando la Ciudad de México atravesaba un
contexto complicado y cambiante, y requería de mayores espacios para habi-
tación debido a la cantidad de gente que migraba a la ciudad en busca de un lugar seguro
y estable tras los conflictos políticos del país.
En general, para la Ciudad de México las Leyes de Reforma produjeron la destrucción
de varios conventos, generaron la liberación de terrenos antes pertenecientes a órdenes
religiosas y propiciaron con ello la construcción de nuevos edificios en el centro de la ciu-
dad, dotándola de su paisaje urbano actual; a la vez que facilitaron al gobierno liberal rom-
per con las herencias coloniales que retrasaban el desarrollo del país.
En particular, en lo que fue el antiguo barrio de Santa María Cuepopan en el centro de
la ciudad, la vida cotidiana se transformó notoriamente. Los habitantes de la zona norte
del barrio vivían bajo la presencia e influencia del extenso y rico convento de La Concep-

* Dirección de Salvamento Arqueológico, inah.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 1. República de Cuba núm. 32. Ortofotografía de Patricia Viridiana Sánchez Ramírez, 2017.

| 143
ción y, posterior a su segmentación y demolición, mitido adaptarse a los diferentes modos de vida de
no sólo vieron transformado su antiguo barrio por la sus habitantes y que dan cuenta del cambio en las
creación de nuevas calles, sino también por la cons- necesidades de la sociedad a través de sus modifi-
trucción de edificios plurifamiliares1 y la llegada de caciones arquitectónicas. Además, el edificio per-
nuevos habitantes. manece en nuestros días con su función original: la
Uno de estos edificios fue el número 32 de la habitacional. Por lo que su conservación adquiere
actual calle República de Cuba, el cual se diseñó mayor significación (figura 1).
con múltiples viviendas que aspiraban a un nuevo
modo de habitar, más íntimo e higiénico, alejado de Un poco de historia
los cánones virreinales. El inmueble representa la
transición entre dos épocas históricas, con el uso de El barrio donde se asentarían las viviendas plurifa-
sistemas constructivos de la época virreinal y la in- miliares era el segundo más grande y poblado des-
clusión de nuevos materiales derivados de la revo- de tiempos prehispánicos, además de representar la
lución industrial. Lo más interesante del inmueble frontera entre Tenochtitlán y Tlatelolco. De acuer-
es la serie de transformaciones en el espacio inter- do con Caso,2 los límites de Cuepopan eran:
no que ha experimentado, mismas que le han per-

2 Alfonso Caso, “Los barrios antiguos de Tenochtitlan y Tlate-


1 En la actualidad queda constancia de por lo menos tres edificios lolco”, Memorias de la Academia Mexicana de la Historia, vol. 15,
plurifamiliares en la manzana donde se ubica el objeto de estudio. núm. 1, México, 1956, p. 29.

UNA VIVIENDA PLURIFAMILIAR DEL SIGLO XIX: REPÚBLICA DE CUBA NÚM. 32, CIUDAD DE MÉXICO
Por el Norte, la laguna y las calles de Mosqueta, Ra- encerrar a las mujeres, sino que su interés era pro-
yón y Órgano: por el Oriente, la Ave. Rep. Argentina piciar matrimonios y aumentar así la población de
y Seminario; por el Sur las calles y Calz. México-Tacu- la recién fundada ciudad. Sin embargo, fue hasta
ba, y por el Poniente la orilla de la isla formada por 1540 cuando formalmente se funda el convento de
una línea quebrada que iba más o menos por las ca- La Inmaculada Concepción, estableciéndose las re-
lles de Arista, Violeta, Guerrero, Pedro Moreno, Zar- ligiosas definitivamente en una casa donada por el
co, Moctezuma y Lerdo, uniéndose aquí con la calle conquistador Andrés de Tapia,4 al norte del barrio
de la Mosqueta que marcaba el límite norte. de Santa María Cuepopan.
La importancia del convento de La Concep-
Con la llegada de los españoles, la división terri- ción fue tal que su modelo se replicó en la funda-
torial de la ciudad se mantuvo en los cuatro barrios ción de algunos monasterios femeninos, como lo
prehispánicos, con la diferencia de ver reducidos fueron los de Regina Coeli y de Jesús María, tam-
sus límites para la creación de la traza española; es bién en la capital de la Nueva España.5 Y su in-
decir, para la creación de la Muy Noble y Leal Ciu- fluencia y riqueza alcanzó un nivel tan alto, que
dad de México. Fuera de la cual, continuó la pre- con el paso de los años las religiosas de la Limpia
sencia de los campan como territorios netamente e Inmaculada Concepción de la Virgen Santísi-
indígenas y con permanencia de su organización ma adquirieron una gran cantidad de propieda-
social y política interna. De igual manera, a los des para su renta, extendieron el convento en su
nombres de los barrios se les antepuso el del san- sección sureste y ampliaron su acceso principal
to patrono asignado, por lo que Cuepopan cambió a con la compra de la plaza frente al templo, espacio
Santa María Cuepopan. que con el tiempo recibiría el nombre de Concep-
144 |
Es durante la época virreinal cuando el barrio ad- ción Cuepopan.6
quiere la mayoría de sus características; siendo qui- Es así que el convento femenino creció hasta
zá su aspecto más representativo la fundación del ampliar sus límites al sur, frente a la Puerta Fal-
Convento de Nuestra Señora de la Inmaculada Con- sa de San Andrés, hoy Donceles; al poniente has-
cepción. Sus orígenes se han rastreado hasta 1530, ta las Rejas de La Concepción, hoy Eje Central; al
con la llegada de Elena Medrano y algunas beatas oriente, a la calle del Factor, hoy Allende; y al nor-
provenientes de la casa de la Madre de Dios de Es- te, donde se encontraba la fachada del templo, a
paña. A su llegada a la capital novohispana, ellas se la plaza de la Concepción, hoy Belisario Domín-
convirtieron en novicias de la Orden de la Inmacu- guez, y al callejón de Dolores, hoy República de
lada Concepción. Cuba (figura 2).
En esta primera etapa, Amerlinck de Corsi3 nos
informa que las beatas educaron y evangelizaron 4 María Concepción Amerlinck de Corsi, “Los primeros beate-
a las niñas mestizas y a las hijas de caciques indí- rios novohispanos y el origen del convento de La Concepción”,
genas para ser casadas, ya que la Corona no consi- Boletín de Monumentos Históricos, 2a ép., núm. 15, México, octu-
bre-diciembre de 1991, pp. 6-21.
deraba prioridad la fundación de un convento para 5 María Concepción Amerlinck de Corsi, op. cit., 2017, pp. 21-25.
6 Clementina Battcock y María Flores Hernández, “El espacio
3María Concepción Amerlinck de Corsi, “Los albores del con- de la plaza y capilla de la Concepción Cuepopan en la época
vento de la Purísima Concepción de México”, Boletín de Monu- prehispánica”, en María Carmina Ramírez Maya (coord.), Con-
mentos Históricos, 3a ép., núm. 39, México, enero-abril de 2017, cepción Cuepopan: los rostros de una plaza, México, Universidad
pp. 11-29. Iberoamericana, 2013, pp. 19-36.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 2. Espacio donde se edificarían las viviendas plurifamiliares y Convento Figura 3. Espacio donde se edificarían las viviendas plurifamiliares, apertura
de La Concepción, siglo xviii. Detalle del Plano de la Ciudad de México. de nuevas calles en La Concepción, siglo xix. Detalle del Plano general
Levantado por el teniente coronel de Dragones don Diego García Conde en de la Ciudad de México en 1875, Sociedad Mexicana de Geografía y
el año de 1793; recuperado de: <http://www.patrimonio.cdmx.gob.mx/ Estadística.
ficha/14648/politicas/politicas>, consultada en octubre de 2017.

Para la segunda mitad del siglo xix, la aplicación mayoría de las posesiones de La Concepción fue-
de las Leyes de Reforma transformó al convento ron demolidas para dar cabida a más viviendas en
más extenso y suntuoso de la capital del virreina- la zona debido al proceso de la densificación pobla-
to en un inmueble seccionado y demolido en par- cional en el área.8
tes. La Concepción se enfrentó a la exclaustración Cuando las propiedades de la manzana del in-
de monjas y novicias en 1861, y a la nacionalización de mueble de viviendas se suponen en manos de la
todos sus bienes en 1867. orden de La Concepción, los censos de 1790 y 1848
| 145
El conjunto se demolió en su eje norte-sur para registran, del callejón de Dolores al convento, la
dar paso al actual callejón Héroes del 57, mientras existencia solamente de la capilla de Dolores y
que de oeste a este se amplió Dolores hasta el ac- ninguna vivienda. Es hasta el censo de 1882 cuan-
tual Eje Central, con el nombre de Progreso, calle do aparece un registro de población,9 lo que hace
que posteriormente se denominaría República de inferir que a partir de la subasta de los lotes se dio
Cuba. la construcción de nuevas viviendas en las anti-
De una extensión aproximada de tres manzanas guas propiedades concepcionistas. Una de ellas se-
y con propiedades aledañas (incluida, seguramente, ría el edificio plurifamiliar de República de Cuba
la manzana donde se edificaría la vivienda plurifa- núm. 32 (figura 3).
miliar de República de Cuba núm. 32), el convento
y sus terrenos fueron divididos en lotes. En lo que 8 María Dolores Morales, “La nacionalización de los conventos y

quedó en pie se conservó la iglesia, un colegio cató- los cambios en los usos de suelo. Ciudad de México 1861-1882”,
en María Dolores Morales y Rafael Mas (coord.), Continuidades
lico, un templo protestante y su colegio anexo. La y rupturas urbanas en los siglos xviii y xix. Un ensayo comparati-
sección del claustro se transformó en una vecin- vo entre México y España. Memoria del II Simposio Internacional
dad que albergó 45 casas con 181 viviendas.7Así, la sobre Historia del Centro Histórico de la Ciudad de México, Méxi-
co, Consejo del Centro Histórico de la Ciudad de México, 2000,
pp. 151-184.
7 María Dolores Morales y María Gayón, “Viviendas, casas y 9 Sonia Lombardo de Ruiz, Guadalupe de la Torre Villalpando,
usos de suelo en la Ciudad de México, 1848-1882”, en Rosalva María Gayón Córdova y María Dolores Morales Martínez, Terri-
Loreto López (coord.), Casas, viviendas y hogares en la historia de torio y demarcación en los censos de población. Ciudad de México
México, México, El Colegio de México, 2001, p, 343. 1753, 1790, 1848 y 1882, México, inah / uacm, 2009, p. 270.

UNA VIVIENDA PLURIFAMILIAR DEL SIGLO XIX: REPÚBLICA DE CUBA NÚM. 32, CIUDAD DE MÉXICO
Las viviendas de República de Cuba núm. 32

El inmueble se ubica en el corazón del Centro His-


tórico de la Ciudad de México (figura 4), en terrenos
aledaños y pertenecientes a La Concepción y cuenta
con registro en el Catálogo Nacional de Monumentos
Históricos Inmuebles del Instituto Nacional de Antro-
pología e Historia (cnmhi-inah). Quizá la característi-
ca más interesante del edifico sea la reutilización del
espacio que ha experimentado a lo largo del tiempo. Figura 4. Ubicación actual del predio de República de Cuba núm. 32. Imagen
satelital de Google Earth.
En las viviendas plurifamiliares del número 32, los in-
tras que las más humildes se situaban al fondo de
muebles virreinales como éste no se demolieron en
los patios; usualmente poseían accesorias (espacios
su totalidad, sino que sus muros, cimientos y espa-
para comercio) ubicadas al frente del edificio.13 Para
cios se readaptaron para albergar a las nuevas áreas
el siglo xix, las vecindades representaban el tipo más
habitacionales del siglo xix; ello se evidencia en la
común de arquitectura doméstica plurifamiliar, y su
planta baja y en el primer nivel, donde se observan
elemento más característico era el patio central. El
los muros y ventanas tapiadas de la antigua construc-
patio es el lugar considerado punto de encuentro en-
ción. Es decir, en los orígenes de la vivienda pluri-
tre los vecinos y donde se ubicaban generalmente
familiar existió una reapropiación de terrenos, antes
los servicios comunes, propiciando así la interacción
propiedad religiosa, ahora en manos civiles, y funda-
diaria y la comunicación entre distintas familias y es-
mentalmente, de la reutilización de los edificios colo-
146 | tratos sociales en un mismo edificio.14
niales que ocupaban la manzana.
El inmueble de República de Cuba simboli-
A finales del virreinato, los edificios multifamilia-
za la arquitectura que se vio obligada a la transfor-
res se construían en solares vacíos o en las calles más
mación debido a la presión en los cambios de vida
retiradas del centro de la capital novohispana.10 Su
decimonónica,15 y si bien es una construcción de
programa arquitectónico, definido como vecindad,11
las últimas décadas del siglo xix, expone un reúso
es una tipología habitacional que consiste en la dis-
tribución de numerosas viviendas12 en torno a uno o
más patios. Las viviendas poseían diferentes tama- 13 Patricia Viridiana Sánchez Ramírez, “La arquitectura domésti-

ños que se destinaban a albergar familias diversas; ca de República de Cuba #32, Centro Histórico. Arqueología de
la arquitectura. Vivienda plurifamiliar siglo xix”, tesis de maes-
las habitaciones más amplias siempre se localiza- tría, unam, México, 2018, p. 42.
ban en la planta alta con ventanas a la calle, mien- 14 Josefina Muriel, “La habitación plurifamiliar en la Ciudad de Mé-
xico”, en Gisela von Wobeser y Ricardo Sánchez (eds.), La ciudad y
el campo en la historia de México. Memoria de la VII Reunión de His-
10 Pilar Gonzalbo Aizpuru, “Familias y viviendas en la capi- toriadores Mexicanos y Norteamericanos. Papers presented at the VII
tal del virreinato”, en Rosalva Loreto López (coord.), op. cit., Conference of Mexican and United States Historians, Oaxaca, México,
p. 85. 23-26 octubre de 1985, 2 tt., México, iih-unam, 1992, t. I, pp. 268-282.
11 Israel Katzman, Arquitectura del siglo xix en México, México, Tri- 15 En la época se tiene documentado un aumento poblacional, que
llas, 1993, p. 18; Vicente Martín Hernández, Arquitectura domés- hizo necesario ofrecer mayores espacios para habitación dentro de
tica de la Ciudad de México, 1890-1925, México, unam, 1981, p. 104. la ciudad. Las autoras María Dolores Morales y María Gayón (op.
12 Entendiendo por vivienda al espacio destinado a la habitación cit., p. 364) reportan para 1882 un porcentaje de entre 62 y 100 % de
dentro de una construcción, compuesta por uno o varios cuartos viviendas para la manzana, en relación con 1848, año en el que so-
(María Dolores Morales y María Gayón, op. cit., p. 346). lamente se tienen registrados entre 15 y 17 % de viviendas.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


del espacio y de la arquitectura previa, compren-
diendo ese cambio de uso como parte de la relación
entre objetos e individuos, en la constante transfor-
mación del entorno para aprovechar o reutilizar lo
preexistente, para impulsar el desarrollo social y ur-
bano de una sociedad.
En ese sentido, la arquitectura de Cuba núm.
32 es más que representativa de ese periodo tran-
sicional en la historia de la ciudad; en ella se aplica
el modelo de viviendas en vecindad, en contraste
con espacios interiores repartidos de acuerdo con
los nuevos ideales de habitación. Así, República de Figura 5. Fachada principal de República de Cuba núm. 32. Fotografía de
Patricia Viridiana Sánchez Ramírez, 2017.
Cuba núm. 32 recuerda a los programas de vecinda-
des propios del siglo xviii, con una fachada sencilla,
con cantería en cornisas y en enmarcamientos de los
balcones (figura 5), que recuerdan a los diseños de Ig-
nacio Castera; además, con un gran patio central a la
entrada para facilitar el acceso a las viviendas de
la planta baja (figura 6). No obstante, en sus orígenes
el edificio no contó con baños y lavaderos ubicados
en esa área común, sino que los incluyó dentro de
| 147
cada departamento.
Esta combinación entre pasado y modernidad se
ve reforzada en el diseño del inmueble, que contie-
ne elementos constructivos adoptados del pasado y
otros provenientes de la revolución industrial. Por
un lado, sus entrepisos poseen el sistema francisca-
no, la cubierta aplica la llamada bóveda catalana, y
sus muros en planta baja y primer piso consisten en
una mampostería irregular, de tezontle, ladrillos y
piedra (muro limosnero), lo que nos habla de una he-
rencia virreinal (figura 7); por otro lado, la totalidad
del segundo nivel se construyó con una mamposte-
ría regular de tabique, y su sistema de andadores se
montó con vigueta de acero y lámina acanalada (figu-
ra 8), las cuales dieron lugar a corredores estrechos y
resistentes para conectar los diferentes departamen-
tos del primer y segundo nivel; además, se integraron
marquesinas en el último nivel para dar cubierta a los Figura 6. Patio central de República de Cuba núm. 32. Fotografía de Patricia
andadores (figura 9). Viridiana Sánchez Ramírez, 2017.

UNA VIVIENDA PLURIFAMILIAR DEL SIGLO XIX: REPÚBLICA DE CUBA NÚM. 32, CIUDAD DE MÉXICO
Figura 8. Detalle del sistema de andadores. Fotografía de Patricia Viridiana
Sánchez Ramírez, 2017.

148 |

Figura 7. Corte constructivo de la fachada principal, de Patricia Viridiana Figura 9. Sistema de marquesinas. Fotografía de Patricia Viridiana Sánchez
Sánchez Ramírez, 2017. Ramírez, 2017.

Sin embargo, hay que remarcar que, si bien diferentes tamaños, todos contaban con un cuar-
República de Cuba núm. 32 se construyó toman- to de baño y un área de azotehuela con lavadero
do como base el modelo de habitación de una propio, con lo que se redujo la interacción entre
vecindad del siglo xviii, se puede presenciar la vecinos y se limitó también la comunicación en-
aplicación de nuevos ideales en el habitar. A fi- tre departamentos.
nales del siglo xix se habla de que se asignó una Al mismo tiempo, los materiales y sistemas
mayor importancia a la vida privada, a la vida constructivos dan cuenta de cierto poder adquisi-
dentro de cada hogar, y se dejó de lado la convi- tivo entre sus habitantes;17 es decir, las viviendas
vencia entre vecinos.16 Las viviendas en el núm. de República de Cuba se destinaron a un mismo
32 se construyeron con amplios espacios inter- grupo social que podía permitirse vivir en depar-
nos, y a pesar de que los departamentos tenían tamentos construidos con materiales innovadores

16 Enrique Alonso Ayala, La idea de habitar: la Ciudad de México y


sus casas, 1750-1900, México, uam-Xochimilco, 2009, pp. 113-115. 17 Pilar Gonzalbo Aizpuru, op. cit., p. 102.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


como los ladrillos y los metales, usados en el sis- Los habitantes del inmueble, en su mayoría
tema de andadores y marquesinas, así como con- son familias de entre 4 a 6 miembros, conforma-
tar con los servicios de baño y lavadero propios. das por una pareja con hijos (ya sean niños, jóve-
Esa respuesta a las necesidades de habitación del nes o adultos), o adultos mayores cuidados por sus
siglo xix es parte de una nueva idea del habitar, ya hijos o nietos. Casi todos, viven ahí desde hace más
alejada de los cánones virreinales y la cual, par- de tres décadas y a raíz del sismo del 19 de sep-
ticularmente en el edificio estudiado, es posible tiembre de 1985, entre todos los habitantes consti-
considerar precursora de la vida moderna, de la tuyeron la “Asociación de Inquilinos de República
manera de habitar en los posteriores conjuntos de- de Cuba”. Con apoyo del entonces gobierno del Dis-
partamentales. Se trata, entonces, de un modo de trito Federal cambiaron su estado de arrendatarios
habitar que dio origen a las convivencias y dinámi- a dueños de sus departamentos. Este hecho es im-
cas sociales actuales. Ese aspecto resalta en parti- portante, porque nos habla de las condiciones de
cular en este caso, pues las viviendas de República habitabilidad del inmueble.
de Cuba núm. 32, un inmueble histórico, aún en Habitar un edificio abarca diferentes aspectos de
nuestros días conservan su función original; ello la vida cotidiana, y habitar uno en el Centro His-
da cuenta no sólo de su valor de uso como habita- tórico de la Ciudad le confiere características y rit-
ción, sino de la continuidad de sus condiciones de mo propio a la vida de sus inquilinos. El concepto
habitabilidad, mismas que se han ido adaptando al de habitabilidad se relaciona con el espacio, sí don-
paso del tiempo y a la par de las necesidades socia- de se vive, pero también con los espacios donde se
les. “Las sociedades cambian y consecuentemente convive, se recrea, se trabaja, se transporta. Habita-
sus expectativas de habitabilidad, sus demandas y mos nuestra casa, pero también habitamos la ciu-
| 149
necesidades concretas, por ello el ejercicio de los dad donde vivimos.
arquitectos se ha visto sometido a diversas trans- En torno al tema se han generado diversas re-
formaciones históricas”.18 flexiones. Para Boils,19 la habitabilidad se entien-
de a partir de tres factores. El tiempo, referido al
Habitar un monumento envejecimiento de los edificios, sus materiales, su
resistencia al paso de los años, así como su resis-
En la actualidad, en el edificio de República de Cuba tencia estructural y su imagen. El uso, su capaci-
núm. 32 se encuentran seis accesorias y 31 departa- dad para satisfacer las necesidades vitales de sus
mentos; al momento de comenzar la investigación habitantes. Y el usuario, el factor más importan-
tres departamentos se encontraban en desuso. Sin te, ya que de él depende el grado de satisfacción
embargo, a raíz de los sismos del 7 y 19 de septiem- real sobre la vivienda y el lugar que habita (vivien-
bre de 2017, otras tres familias decidieron mudarse, da, conjunto y barrio). Entonces, ¿qué se requiere
temporal o permanentemente, dejando en suspenso para satisfacer las necesidades de los habitantes?
la habitación de su vivienda. ¿Cómo se alcanza la satisfacción de los usuarios,
la habitabilidad?
18 Alejandro Villalobos Pérez, “Elementos para una arqueología
de la arquitectura en el México antiguo”, en Iván San Martín 19 Guillermo Boils, “Conflicto social y espacio urbano arquitec-
Córdova y Mónica Cejudo Collera (comps.), Teoría e historia de tónico en Francia”, Diseño y Sociedad. Revista Internacional de
la arquitectura. Pensar, hacer y conservar la arquitectura, México, Investigación Científica sobre los Campos del Diseño, núm. 18, Mé-
unam, 2012, p. 348. xico, 2005, pp. 46-53.

UNA VIVIENDA PLURIFAMILIAR DEL SIGLO XIX: REPÚBLICA DE CUBA NÚM. 32, CIUDAD DE MÉXICO
Para hacer un espacio habitable hay que enten- Por tanto, la definición de habitabilidad implica
der las dos dimensiones de la habitabilidad de las numerosos factores y condiciones para confirmar-
que hablan Lándazuri y Mercado:20 la habitabili- se; una excelente síntesis del concepto sería la dada
dad interna (en el interior de la vivienda) y la ha- por Angela Giglia:
bitabilidad externa (en relación con el exterior, con
el entorno urbano inmediato). Castro21 apunta que El habitar es un conjunto de prácticas y representacio-
dentro de la vivienda se deben propiciar adecuadas nes que permiten al sujeto colocarse dentro de un or-
condiciones climáticas, sin demasiado calor o frío, den espacio-temporal, al mismo tiempo reconociéndolo
considerando la humedad, un adecuado aislamien- y estableciéndolo. Se trata de reconocer un orden, si-
to acústico, y con instalaciones eléctricas, sanitarias, tuarse adentro de él, y establecer un orden propio. Es el
y de abastecimiento de agua suficientes para cubrir proceso mediante el cual el sujeto se sitúa en el centro
las necesidades del total de los usuarios y en buen de unas coordenadas espacio-temporales, mediante su
funcionamiento. Es decir, la habitabilidad involucra percepción y su relación con el entorno que lo rodea.24
una serie de condiciones ideales o deseables en la
vida diaria de cada habitante. Esto es, al habitar un espacio lo cargamos de
En relación con las condiciones exteriores, Cas- simbolismo, de usos y significado. Al apropiarnos
tro menciona que tales abarcan el entorno de la
22 de un espacio lo hacemos nuestro, lo conocemos y
vivienda: fachada, iluminación, banquetas, espacios reconocemos. La habitabilidad se determina por la
públicos, cercanía de servicios y seguridad. relación entre el hombre y su entorno, y a su capa-
cidad de satisfacer las necesidades humanas.
La habitabilidad de una vivienda está, entonces, en fun-
150 |
ción no sólo de la calidad de sus materiales de construc- Unas condiciones óptimas que se conjugan y deter-
ción, de la superficie habitable o de la disponibilidad de minan sensaciones de confort en lo biológico y psi-
los servicios de agua y saneamiento. Está en relación cosocial dentro del espacio donde el hombre habita y
también con la proximidad o lejanía con el empleo (tiem- actúa, las mismas en el ámbito de la ciudad están ínti-
po y costo del traslado vivienda-trabajo), los equipamien- mamente vinculadas a un determinado grado de satis-
tos educativos, de salud y recreativos, la calidad de los facción de unos servicios y a la percepción del espacio
espacios abiertos de encuentro y convivencia, etcétera.23 habitable como sano, seguro y grato visualmente.25

Por tanto, el factor más importante es la percep-


20 Ana Maritza Landázuri Ortiz y Serafín Joel Mercado Domé-
nech, “Algunos factores físicos y psicológicos relacionados con la ción de los usuarios. Si una persona no se siente se-
habitabilidad interna de la vivienda”, Medio Ambiente y Compor- gura en su hogar o en su vecindario o no posee un
tamiento Humano. Revista Internacional de Psicología Ambiental,
nivel de satisfacción a cada una de sus necesidades,
vol. 5, núms. 1 y 2, Tenerife, 2004, p. 90.
21 Pamela Ileana Castro Suárez, “Espacios públicos en las rentas
urbanas y habitabilidad de los conjuntos habitacionales”, en Ali- 24 Angela Giglia, El habitar y la cultura: Perspectivas teóricas y de
cia Ziccardi y Arsenio González (coords.), Habitabilidad y política investigación, Barcelona / México, Anthropos / uam-Iztapalapa,
de vivienda en México, México, unam, 2015, pp. 516. 2012, p. 13.
22 Idem. 25 Alberto Pérez Maldonado, “La construcción de indicadores
23 Roberto Mellado Hernández, “La política de vivienda Bio-ecológicos para medir la calidad del ambiente natural urba-
en las administraciones del Partido Acción Nacional, 2000- no”, documento de investigación del Grupo de Calidad Ambien-
2012”, en Alicia Ziccardi y Arsenio González (coords.), op. tal Urbana, Facultad de Arquitectura y Arte-Universidad de Los
cit., p. 62. Andes, Mérida (Venezuela), 1999, p. 1.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


la habitabilidad de su espacio pierde valor. En el caso
de República de Cuba, por ejemplo, puede que sus
habitantes no sientan que el edificio es del todo con-
fortable. La percepción de habitar un edificio viejo y
dañado entre sus residentes se transformó en insegu-
ridad a raíz de los movimientos telúricos de septiem-
bre de 2017. Y a pesar de que el inmueble no sufrió
daños, representó para algunos inquilinos (cómo
para la familia Casas Gómez) la salida de su vivienda.
Si bien en áreas comunes existen humedades,
instalaciones antiguas de electricidad, desagüe,
agua y grietas en pasillos y escaleras (figura 10),
no es así dentro de cada vivienda, donde los veci-
nos han llevado a cabo todos los cambios necesa-
rios para sentirse seguros y cómodos. Es decir, han
modificado su entorno para hacerlo habitable. Por
ejemplo, remodelando el mobiliario del baño, sus-
tituyendo el piso deteriorado por azulejos o duela
nueva, o simplemente pintando constantemente su
techo, su cocina o sus puertas y ventanas (figura 11).
En el tema de habitabilidad externa, hasta el
| 151
2018, las luminarias y las banquetas de la calle de
República de Cuba se encontraban en malas condi-
ciones. Y los inquilinos del número 32 percibían es-
casa seguridad en la zona, y que ésta permanecía Figura 10. Estado de las instalaciones eléctricas y de desagüe dentro del
inmueble. Fotografía de Patricia Viridiana Sánchez Ramírez, 2017.
descuidada y olvidada en los planes de mejoramien-
to del Centro Histórico. Por otro lado, ellos mismos
se sienten orgullosos de habitar en el centro de la
ciudad y contar con la cercanía de servicios básicos
como transporte, escuelas y comercios.26
Entonces, si la habitabilidad hace referencia a la
satisfacción de las necesidades y aspiraciones de los
habitantes, es fundamental mantener en buen esta-
do las condiciones físicas de las viviendas, adaptando
sus espacios e instalaciones constantemente a la so-
ciedad que las habita. En la historia de la arquitectura
doméstica se vislumbra la transformación de las ne-

26Información proporcionada por los vecinos de la Asociación Figura 11. Ventana y puerta recién pintadas dentro de un departamento.
de Inquilinos de República de Cuba. Fotografía de Patricia Viridiana Sánchez Ramírez, 2017.

UNA VIVIENDA PLURIFAMILIAR DEL SIGLO XIX: REPÚBLICA DE CUBA NÚM. 32, CIUDAD DE MÉXICO
Figura 12. Etapas constructivas de República de Cuba núm. 32. Patricia Viridiana Sánchez Ramírez, 2017.

152 |

Figura 13. Baños, a la entrada del patio central. Fotografía de Patricia Figura 14. Daños en la fachada. Fotografía de Patricia Viridiana Sánchez
Viridiana Sánchez Ramírez, 2017. Ramírez, 2017.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


cesidades físicas, intelectuales y emocionales que ha En la actualidad, la vida cotidiana entre los veci-
sufrido la humanidad, y de cómo ha adaptado su me- nos del edificio seguramente no ha cambiado mu-
dio para alcanzar su habitabilidad. cho desde el siglo pasado (desde la subdivisión de
Las viviendas de República de Cuba núm. 32 son departamentos). El ritmo de vida desde entonces se
un ejemplo en pequeña escala de esa transformación. ha apegado a una rutina diaria, como cuentan los
En este caso particular, desde que el edificio se cons- inquilinos. Por las mañanas se percibe la tranquili-
truyó ha definido sus espacios en función de las nece- dad en sus espacios, pues sus habitantes se encuen-
sidades sociales de cada periodo histórico, y por ende, tran en el trabajo o en la escuela, mientras por las
las áreas se han modificado según la idea de habitar tardes, y en especial durante los fines de semana,
de cada momento (figura 12). Dentro de la primera el movimiento al interior del inmueble aumenta.
etapa que se puede detectar en el inmueble se hallan Temprano se puede observar a las vecinas lavando
los materiales y sistemas virreinales reusados en una ropa y tendiéndola a lo largo de los pasillos, acom-
primera adaptación de uso, dada en el siglo xix, cuan- pañadas de música, mascotas y niños, preparando
do la demanda de vivienda en la ciudad deriva en la todo para por las tardes salir de paseo con la familia.
reutilización del inmueble virreinal para construir el Por tanto, en el presente siglo quizá sería oportu-
edificio plurifamiliar. En esta readaptación, considera- no proponer una tercera intervención en República
da segunda etapa, el inmueble adquiere su fachada ac- de Cuba núm. 32. El edificio no sólo ha demostra-
tual, con la distribución de accesorias en planta baja y do su valor habitacional a lo largo del tiempo, sino
balcones en el primer y segundo niveles. Se constru- que también consiste en un inmueble con valor his-
yeron amplios departamentos que separaban cada es- tórico, representado en una arquitectura transicio-
pacio por actividad e introdujeron la vida privada al nal, ejemplo de su tiempo y de las transformaciones
| 153
interior de cada vivienda27. Además, aportó en su di- en el modo de habitar en el Centro Histórico de la
seño novedosos sistemas de andadores y marquesinas Ciudad de México. Una nueva intervención reno-
con sistemas de metal. varía las condiciones de habitabilidad de las vivien-
En una segunda intervención y tercera etapa, se re- das, cuyos espacios comunes no se encuentran en
dujeron los amplios espacios habitacionales a vivien- el mejor estado. Para ello habría que considerar la
das más compactas, dando origen a los departamentos habitabilidad interna, externa y la percepción de co-
que existen actualmente en el edificio. Ya iniciado el modidad que poseen sus habitantes, así como sus
siglo xx, la Revolución —que igual hiciera que la Gue- actuales necesidades.
rra de Reforma— causó un crecimiento poblacional, lo En el presente, el estado del inmueble, más es-
que requirió aumentar el número de espacios para vi- pecíficamente de sus espacios comunes, exhibe un
vir en la ciudad. Ello repercutió en República de Cuba deterioro constante, falta de mantenimiento y con-
núm. 32 con una subdivisión interna de los departa- servación. Como se comentaba en párrafos previos,
mentos ya existentes y, con el agregado de dos baños en el patio se localizan baños para uso de las acceso-
en el área sur del patio, los cuales se destinaron al uso rias, que además de reducir el espacio, concentran
de las accesorias y a la portería. Por tanto, la entrada a humedad en el área (figura 13); también, habría que
la vida moderna incluyó olvidar un tanto la concepción plantearse restaurar la fachada, que presenta des-
de higiene y distribución de espacios del siglo xix. prendimiento de aplanados y exfoliación en la can-
tera (figura 14); es necesario reintegrar el sistema
27 Enrique Alonso Ayala, op. cit., pp. 93-96. de andadores, ya que su estructura de viguetas y lá-

UNA VIVIENDA PLURIFAMILIAR DEL SIGLO XIX: REPÚBLICA DE CUBA NÚM. 32, CIUDAD DE MÉXICO
los límites trazados para el Centro Histórico como
Zona de Monumentos Históricos, condición decla-
rada en el año de 1980, misma que para 1987 sería
declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad
por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (unesco, por sus
siglas en inglés).
A finales del siglo pasado, el problema de la con-
servación de edificios históricos, en especial de vi-
viendas, se agudizó con la explosión urbanística y
demográfica. En particular, el terremoto de 1985 ge-
Figura 15. Polín que da soporte al dañado sistema de andadores. Fotografía
de Patricia Viridiana Sánchez Ramírez, 2017. neró un paulatino abandono del Centro Histórico,29
situación que propició la expropiación de edificios
mina de acero se encuentra muy deteriorada por
para uso de bodegas comerciales, con lo que au-
la corrosión, lo que genera un riesgo en su uso dia-
mentó el deterioro por falta de mantenimiento.
rio al ser el medio de comunicación entre los de-
Esta realidad —si bien dicho escenario ha mejo-
partamentos del primer y segundo pisos (figura 15);
rado en las últimas décadas— requiere de atención
además convendría proponer un nuevo sistema de
especial para el rescate y la conservación del patri-
tendederos que evite la acumulación de humedad
monio para viviendas. Considero que su importancia
en los andadores y en las estructuras metálicas.
radica, sí en el fortalecimiento de la función habitacio-
nal en el Centro Histórico como mecanismo para la re-
154 | A modo de conclusión: conservar, ¿para quién?
cuperación de edificios con valor patrimonial,30 pero
sobre todo en resolver las necesidades actuales de la
Vale la pena recalcar el rescate del inmueble en su
población, al ser la sociedad misma el depositario final
valor de uso actual, la habitación. Es necesario re-
del valor que posee el patrimonio.
cordar que los edificios históricos pueden retomar
Cuando se plantea un proyecto de conservación,
su uso original si éste es el habitacional, más allá de
probablemente la pregunta más importante es para
pensar en ellos sólo como museos, oficinas o cen-
quién conservamos. Conservamos para las futuras
tros culturales. Y es todavía aún más importante en
generaciones, para preservar el valor histórico, esté-
una zona histórica con valor patrimonial como lo es
tico, simbólico o de uso del patrimonio. Sin embar-
el Centro Histórico de la Ciudad de México y en una
ubicación tan privilegiada como puede ser el Perí-
29 El sismo de 2017 nos recordó la situación tan precaria en la
metro A de protección,28 el cual hace referencia a que subsisten algunos edificios en el Centro Histórico. Al mis-
mo tiempo, causó temor entre algunos vecinos de República de
28 “A fin de revitalizar los centros históricos de una forma integral Cuba núm. 32, quienes decidieron abandonar su hogar tempo-
es necesario recuperar la normalidad de la vida del día a día, te- ral o permanentemente debido a la percepción de inseguridad
niendo presente que no son ni deben convertirse en un museo originada en el estado del inmueble. Por tanto, estamos en tiem-
o un parque temático, sino que son espacios vivos, dinámicos y po de evitar que se repita el fenómeno de abandono de 1985.
cambiantes”. Xavier Cortés Rocha, “Conservar la vida de los Cen- 30 Alejandro Suárez Pareyón, “La función habitacional del Cen-
tros Históricos”, en Arturo Balandrano Campos, Valeria Valero Pié tro Histórico y el desafío de su regeneración”, en Seminario Per-
y Alicia Ziccardi (coords.) Conservación y desarrollo sustentable de manente Centro Histórico de la Ciudad de México, vol. 1, México,
centros históricos, México, Programa Universitario de Estudios so- Coordinación de Humanidades-puec-Programa de Maestría y
bre la Ciudad-unam / cnmh-inah / Conacyt, 2016, p. 266. Doctorado en Urbanismo-unam, 2010, pp. 35-52.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


go, escasas veces se busca mantener el uso original solamente se cubre una necesidad básica de la so-
de un inmueble, y generalmente se le atribuye uno ciedad, la vivienda, sino que también se conserva
nuevo, que no coincide esencialmente con las ne- la historia de la ciudad a través de sus monumen-
cesidades reales de la población para quien se pre- tos y la conciencia de memoria e identidad entre
serva. “Nos referiremos a valor de uso en el sentido sus habitantes, en especial en un área como el Cen-
de uso para algo, para satisfacer una necesidad ma- tro Histórico.
terial, un deseo de conocimiento o un interés mun- En ese sentido, vale la pena plantear no sólo un
dano. Es la dimensión estrictamente utilitaria del proyecto de restauración para los elementos históri-
objeto histórico”.31 En este caso en particular, un uso cos del inmueble, sino que contemple mejorar las
habitacional. instalaciones hidráulicas, de desagüe, sanitarias y
Entonces, si el problema de la conservación del eléctricas, así como eliminar los baños agregados
patrimonio reside en la sociedad misma, la respues- en el patio, los cuales podrían incorporarse a cada
ta sería plantear su protección desde la propia pobla- accesoria. De igual manera, cabe mencionar que en
ción. Esto es, al patrimonio se le asignan una serie de fechas recientes el Fideicomiso del Centro Histórico
valores y protección de índole legal; no obstante, la practicó una intervención de fachadas en el Primer
legislación no implica necesariamente el respeto, co- Cuadro, y comenzó justo con la calle de República
nocimiento, valoración y apreciación de fondo cons- de Cuba, donde también se remodelaron banquetas
truida desde la sociedad hacia su historia. Cuando se y cruces peatonales. En el edificio del número 32,
conoce algo es más sencillo apreciarlo, y en ese con- en particular, es interesante comentar que la reno-
texto tal vez la palabra clave es la reapropiación del vación de la fachada incluyó una paleta de colores
patrimonio. A través de la educación, la socialización similar a la sugerida por quien esto escribe.33 Con
| 155
del patrimonio fomentaría que la población adquiera lo cual, los primeros pasos de mejoramiento exter-
un conjunto de valores socioculturales que la llevaría no se han dado.
a comprender lo que implica esa herencia, para su La propuesta, en síntesis, es hacer una invita-
historia e identidad, y recuperar así esa memoria de ción a rescatar más inmuebles para habitarse, para
pertenencia. Por tanto, la preservación del patrimo- reconocerlos y apreciarlos en su valor como monu-
nio tiene que surgir de la sociedad misma, desde los mentos históricos desde adentro, para conocer sus
habitantes de los monumentos históricos.32 historias a partir de vivirlos y haciendo de ellos par-
Mantener la habitabilidad de las viviendas pluri- te de nuestra cotidianidad y de historia individual
familiares en República de Cuba núm. 32 implica- (como habitantes) y colectiva (como sociedad). “Al
ría su conservación planteada desde un sentido de habitar llegamos, así parece, solamente por medio
pertenencia patrimonial. Al preservar las viviendas del construir. Este, el construir, tiene a aquél, el ha-
se les otorga un valor de uso (habitacional) que fo- bitar, como meta”,34 por lo que, si habitamos, con-
menta la reapropiación y conservación del inmue- servamos. Luego entonces, habitar es conservar.
ble desde el acercamiento con sus habitantes. Al
devolverle la habitabilidad al edificio histórico no 33 La propuesta se encuentra contenida en Patricia Viridiana
Sánchez Ramírez, op. cit.
31 Josep Ballart i Hernández, Josep Ma. Fullola i Pericot y Ma. 34 Martin Heidegger, “Construir, habitar, pensar”, Teoría, núms.
Dels Ángels Petit i Mendizábal, “El valor del patrimonio históri- 5-6, Chile, 1975, p. 150, recuperado de: <https://revistateoria.
co”, Complutum Extra, vol. 6, núm. 2, Madrid, 1996, p. 216. uchile.cl/index.php/TRA/article/view/41564/43080>, consul-
32 Patricia Viridiana Sánchez Ramírez, op. cit., p. 145. tada el 19 de diciembre de 2019.

UNA VIVIENDA PLURIFAMILIAR DEL SIGLO XIX: REPÚBLICA DE CUBA NÚM. 32, CIUDAD DE MÉXICO
MANUEL VILLARRUEL VÁZQUEZ*

El salvamento de los monumentos


de Nubia y el surgimiento del
concepto de patrimonio mundial.
Una revisión a 60 años de la campaña
Fecha de recepción: 27 de agosto de 2019
Fecha de aceptación: 29 de octubre de 2019

Hace seis décadas se emprendió una epopeya histórica para rescatar el legado faraónico del sur de Egipto, región antes
denominada Nubia. Ahí existía una serie de complejos arqueológicos amenazados por las crecidas del río Nilo ocasiona-
das por la construcción de la gran presa de Asuán, obra que incentivaba el desarrollo del país, pero que implicaba la pér-
dida de vestigios culturales como los templos de Ramsés II y los de la isla de Filé, entre otros más ubicados en la zona de
influencia del embalse. Por ello, se impulsó una cooperación internacional nunca antes vista para salvaguardarlos, lo que
además aceleró el nacimiento del concepto de Patrimonio Mundial.
Palabras clave: Patrimonio Mundial, campaña de Nubia, río Nilo, Asuán, gran presa de Asuán, lago Nasser, Ramsés II, Abu
Simbel, isla de Filé, Isis, Vittorino Veronese, unesco, templo de Debod, Carta de Venecia.

Abstract: Sixty years ago a historical epic was undertaken to salvage the pharaonic legacy in southern Egypt, a region
formerly known as Nubia, where a number of archaeological complexes were threatened by Nile River floods, resulting
156 | from the construction of the Aswan High Dam. The building of this river containment system advanced the country’s de-
velopment, but it implied the loss of cultural vestiges, such as the temples of Ramses II at Abu Simbel and those on the
island of Philae, among others in the reservoir’s zone of influence. Therefore, unprecedented international cooperation
was promoted to safeguard them, which also accelerated the birth of the concept of World Heritage.
Keywords: World Heritage, Nubian Campaign, Nile River, Aswan, Aswan High Dam, Lake Nasser, Ramses II, Abu Simbel,
Philae Island, Isis, Vittorino Veronese, unesco, Debod Temple, Venice Charter.

It is not easy to choose between a heritage of the past


and the present well being of a people, living in need
in the shadow of one of history’s most splendid legacies
Vittorino Veronese

L
as imágenes son sumamente impactantes: el agua del río Nilo inundando
gran parte de los templos del Antiguo Egipto, amenazando con devorar esas
inmensas y eternas construcciones, vivas por tantos siglos, pero frágiles a los
efectos cíclicos del agua. Los templos de la antigua región de Nubia —el reino
de Kush bíblico—,1 en el sur de Egipto, quedaban sumergidos en las oscuras

* DIrección de Autorizaciones e Inspecciones, Coordinación Nacional de Monumentos Históricos, inah.


1La región ha tenido diferentes nombres en sus fases históricas; originalmente se le conoció como Ta-Sety, “la
Tierra del Arco”, debido a la destreza de sus pobladores con el arco y la flecha (Jocelyn Gohary, Guide to the Nu-

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


aguas del río de manera periódica, con la constante
amenaza de perderse para siempre. Este evento na-
tural y las condiciones socioeconómicas de media-
dos del siglo xx en Egipto y Sudán condujeron a la
búsqueda de una solución, quizás también de pro-
porciones faraónicas, para resolver el problema.
En 2019 se celebra el LX aniversario del inicio de
la épica campaña de salvamento de los monumen-
tos egipcios de Nubia, cruzada internacional impul-
sada por la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesco,
por sus siglas en inglés), con la finalidad de gestio-
Figura 1. Templo de Filé inundado. Fotografía de la bitácora de Na El, recuperado
nar los apoyos y recursos técnicos, económicos y de: <https://www.pinterest.com.mx/pin/428686458254486821/>, consul-
tada en enero de 2020.
humanos para el rescate de sitios arqueológicos de
diferentes periodos de la cronología de la cultura ubicación de múltiples bienes arqueológicos, con el
faraónica ante los riesgos latentes por las inunda- objetivo de ponerlos a buen recaudo de las grandes
ciones. Fue el 6 abril de 19592 cuando el gobierno crecidas del mítico Nilo y por la próxima construc-
de Egipto y posteriormente el de Sudán, el 24 de ción, en ese entonces, de la gran presa de Asuán. La
octubre del mismo año, solicitaron oficialmente el cruzada culminaría oficialmente el 10 de marzo de
apoyo de la unesco; hubo una serie de reuniones de 1980, casi 21 años después.4
gestión con el organismo internacional, resultando El impacto del proyecto para el salvamento de
| 157
en un plan general de acción: en los primeros me- estos bienes culturales, que en ese entonces se le
ses de 1960, el director general de la unesco, Vittori- denominó “la campaña de Nubia”, fue benéfico; sin
no Veronese, haría un histórico y emotivo llamado a embargo, es necesario hacer un análisis de los fac-
la comunidad internacional3 para organizar los tra- tores que confluyeron en el proyecto para enten-
bajos de registro, rescate, desmontaje, traslado y re- der su génesis y las medidas adoptadas, que incluso
en el presente siguen apreciándose modernas y de
bian Monuments of Lake Nasser, El Cairo, American University
in Cairo Press, 1998, p. 4); durante el Imperio Nuevo se le co-
gran enseñanza como modelo de participación y
noció como Kush, nombre que en la Biblia quedó consignado de gestión multinacional para las labores de conser-
en varios versículos: en Génesis, 10: 6, se habla de los hijos de vación del patrimonio cultural de la humanidad.
Cam, entre ellos Kush o Cush o Cus, cuyo nombre es usado para
representar la tierra o pueblo de donde proviene o vive. Hay
varias referencias a los habitantes de esta tierra, señalándoles Antecedentes
como “cusitas”. Posteriormente, Estrabón, el historiador y geó-
grafo griego del siglo I d. n. e., le dio el nombre de Nubia, quizás
basado en el egipcio antiguo nbw, o “nebu”, palabra que significa La región de Nubia es el territorio ubicado al sur
oro, un metal extraído de la región. de la primera catarata del Nilo, con rasgos étnicos y
2 La unesco considera el inicio de la Campaña de Nubia a partir
lingüísticos muy particulares, está vinculada histó-
de la solicitud de apoyo de los dos países africanos en 1959. Vid.
El Correo de la unesco. Victoria en Nubia: 4.000 años de historia sal-
vados de las aguas, año XXXII, París, febrero-marzo de 1979, 8. 4 unesco, “Monumentos de Nubia-Campaña internacional para
3 La reproducción del texto íntegro de Veronese puede consul- la salvaguardia de los monumentos de Nubia”, s. f., recuperado
tarse en Rex Keating, Nubian Rescue, Londres / Nueva York, Ro- de: <https://whc.unesco.org/es/actividades/172/>, consulta-
bert Hale / Hawthorn Books, 1975, p. 9. da en julio del 2019.

EL SALVAMENTO DE LOS MONUMENTOS DE NUBIA Y EL SURGIMIENTO DEL CONCEPTO DE PATRIMONIO MUNDIAL. UNA REVISIÓN A 60 AÑOS DE LA CAMPAÑA
rica y culturalmente con Egipto, pero también con
las regiones del centro de África y actualmente es
un territorio compartido entre aquel país y Sudán.
Era una región de contacto comercial importantí-
sima para los gobiernos faraónicos, que conectaba
el África subsahariana con el Mediterráneo, prove-
yendo insumos y bienes para la Corte del rey y la
población de todo el país, pero que también tuvo re-
levancia como centro político y de concepción de
Figura 2. La riqueza de Nubia. Fotografía de Manuel Villarruel Vázquez.
cultos religiosos; la provincia tenía una cultura pro-
pia —poco estudiada y valorada aun hoy—, y en di- ria similar con Egipto como Estado helenizado a la
ferentes épocas y de manera intermitente formó llegada de Alejandro Magno, y después sería invadi-
parte del Imperio egipcio. da e integrada a otras naciones africanas, como la de
Para el gobierno de los faraones, Nubia tenía una la cultura de Axum, proveniente de Etiopía.
importancia crucial como fuente de productos y Esta región de África, además, se erigió como
materiales provenientes, por ejemplo, de sus cante- un crisol donde se resguardaron filosofías y creen-
ras, minas o campos de cultivos, o incluso de otros cias religiosas; algunas provenientes del corazón del
bienes que a través de esa zona de transición geopo- continente mismo y otras del culto a los dioses del
lítica se comercializaban hacia el norte de Egipto.5 panteón egipcio; acogió hasta el siglo vi de nuestra
Alcanzó relevancia desde el punto de vista guberna- era la devoción a Isis, que en la isla de Filé recibió
mental por ser una zona de frontera y los faraones culto muchos años después de la caída del Imperio
158 |
en diferentes periodos se enfocaron en establecer egipcio; en la etapa del reino de Meroe, aquí se re-
guarniciones de control militar, puertos comercia- fugiaron “los sacerdotes egipcios, huyendo de las in-
les, villas y sobre todo erigieron ejemplos impor- vasiones asirias y llevando consigo las fórmulas de
tantes de arquitectura religiosa, como culto hacia gobierno teocrático de los reyes-sacerdotes de la
diferentes deidades, construcciones que a la vez da- XXIV dinastía”;7 y fue también ambiente propicio
ban muestra del poderío del rey. para la adopción y desarrollo del culto cristiano cop-
Con cierto margen de individualidad, Nubia cre- to, que en sus tierras creció de forma especial, impul-
ció y desarrolló un sistema político propio durante el sándolo hasta otros países africanos como Etiopía.
periodo de Napata y el de Meroe, como un reino kus- Cerca de la primera catarata del río se encuentra la
hita independiente; incluso, a partir de la Dinastía ciudad de Asuán (la antigua Syene), punto que seña-
XXV hubo algunos reyes nubios, como Shabaka o Ta- la virtualmente la entrada a esa región cultural, a par-
harqa, que se consolidaron como faraones gobernan- tir de la cual y hasta la tercera catarata se ubicaban más
do casi al país entero y construyendo excepcionales de 40 yacimientos arqueológicos relevantes a orillas del
obras.6 Posteriormente, Nubia compartiría una histo- río. El legendario Nilo, desde Nubia hasta Alejandría,
con sus anuales crecidas, significaba la bendición de
5 Nubia proveía productos agrícolas, ganado, mano de obra, oro,
piedras semipreciosas, cobre, plumas y huevos de avestruz, ébano,
marfil, pieles de elefante, entre otros. Jocelyn Gohary, op. cit., p. 4. 7 Jesús Trello, “La experiencia sagrada del templo de Debot”,
6 Richard Wilkinson, The Complete Temples of Ancient Egypt, El Misterios de la Arqueología y del Pasado, año 1, núm. 4, Madrid,
Cairo, The Amercian University Cairo Press, 2005, p. 27. 1997, p. 18.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


la naturaleza, cosechas óptimas y fuente de vida y ale- da en la creación del sistema de medición de las
gría, así como también un medio de comunicación crecidas fluviales, denominado actualmente como
muy importante entre las diferentes poblaciones. nilómetros:9 artificios arquitectónicos que servían
En este territorio tan prolífico se establecieron, para medir el nivel alcanzado por el agua en un año
desde el periodo Antiguo, poblaciones y construc- a través de un túnel escalonado o pozo con escalas
ciones civiles y religiosas; pero quizás sean más grabadas en las paredes; dichos elementos, disper-
relevantes los ejemplos de arquitectura de los Impe- sos en diversos templos a lo largo de las riberas del
rios Medio y Nuevo, época de gran esplendor de la río, ayudaban también a definir el grado de “bendi-
cultura faraónica, en la cual, Hatshepsut, Tutmés III ción” fluvial y, por tanto, la tasa de impuestos a co-
y hasta Ramsés II, por mencionar algunos faraones, brar a los agricultores.
dejaron su impronta con monumentos de incalcula- Es claro pensar que los sistemas de ingeniería hi-
ble valía y mítico prestigio; también se conservaba dráulica no eran ajenos a los antiguos egipcios, pues
una gran cantidad de templos, capillas y kioscos del debido al temperamento propio del afluente se de-
periodo ptolemaico y romano. sarrollaron ciertos sistemas que buscaban controlar
Este gran territorio, fuente de vida y desarrollo las corrientes de agua en condiciones extraordina-
para la potencia egipcia en la antigüedad, volvería a rias; algunos ejemplos son el canal Bahr el Yussuf,
convertirse en base para impulsar el desarrollo de la excavado en el año 200 a. C., en el lago Moeris (cer-
nación moderna en el siglo xx. ca de El Cairo), el cual es usado hoy en día como
regulador del flujo del río,10 o la represa construi-
La pertinaz lucha por el manejo del agua da hace más de 3 000 años en el estrecho rocoso del
Nilo, en el lugar llamado Semna.11 Además existen
| 159
Si bien las anuales crecidas del Nilo, entre los me- datos precisos de la creación de un puente marino
ses de junio y octubre, eran consideradas bendicio- para conectar la isla de Pharos con el puerto de Ale-
nes de los dioses y fuentes de prosperidad para la jandría, en el mar Mediterráneo, o el mismo canal
población y el reino, las avenidas extraordinarias de agua dulce que abastecía esa ciudad en el delta
del río causaban estragos no sólo en los procesos del Nilo. Todo ellos son ejemplos claros de los cono-
agrícolas y productivos, sino también en las cons- cimientos antiguos sobre hidráulica y construcción
trucciones reales y civiles y en la infraestructura para el control y manejo de aguas.
de transporte y comercio; por dichas causas, los ar- En una época más cercana al presente se definió
quitectos del faraón debieron pensar en diferentes como enclave estratégico el paso del río a la altura de
estrategias para intentar controlar, almacenar y dis- la ciudad de Asuán, para el establecimiento de una
tribuir el agua de forma racional. El conocimiento represa. A finales del siglo xix inició en esta región
profundo de los ciclos fluviales les facultó el domi- la construcción de una presa moderna, la presa de
nio del sistema de irrigación de cuenca, utilizando
9
acequias y diques para expandir el área y el plazo Richard Wilkinson, op. cit., p. 70. Famosos vestigios de nilóme-
tros se conservan en los templos de Filé, en Kom Ombo y Ele-
de beneficio hídrico, llevando el cultivo a los lími-
fantina, entre otros.
tes con el desierto;8 la vinculación tan estrecha de 10 Rex Keating, op. cit, p. 5.
11 Ibidem, pp. 110-111. Según datos de hallazgos del doctor Ver-
la vida del pueblo egipcio con el río quedó plasma-
coutter, es posible suponer la existencia de una cortina para em-
balse del río en ese estrecho natural del Nilo, aprovechando
8 Jocelyn Gohary, op. cit., p. 20. grupos de rocas sobresalientes del nivel del agua.

EL SALVAMENTO DE LOS MONUMENTOS DE NUBIA Y EL SURGIMIENTO DEL CONCEPTO DE PATRIMONIO MUNDIAL. UNA REVISIÓN A 60 AÑOS DE LA CAMPAÑA
lógico por las crecidas del río, patentes a lo largo
de toda su trayectoria, eran especialmente graves
en la zona de Nubia, debido a la cortina que conte-
nía el agua del Nilo en niveles superiores a los de
las épocas faraónicas, dejando a los monumentos
bajo las aguas gran parte del año y desplazando a
grupos de habitantes que abandonaron sus pueblos
de valor histórico, pues tales habían quedado com-
pletamente inundados. Esta situación se acrecenta-
ba más debido a la falta de conocimiento sobre las
Figura 3. Vista general de la isla de Filé parcialmente inundada, previo a la
construcción de la Gran Presa. Fotografía recuperada de: <https://www. características e importancia del patrimonio nubio,
vetogate.com/upload/photo/parags/87/9/266.jpg?q=0>.
que, por ciertos prejuicios, no era bien apreciado ni
Asuán, próxima a esta población, que en 189812 tenía difundido por muchos arqueólogos; en esa época,
los objetivos de reducir las inundaciones del Nilo y ad- llamados como los de Maspero y trabajos arqueoló-
ministrar más eficazmente el agua con fines producti- gicos como los de Weigall, Lyons, Emery, Mustafa
vos. Unos años después, en 1912, el gobierno egipcio Amer o Selim Hassan, serían las primeras voces de
requirió agrandar el volumen de agua del embalse y auxilio para este invaluable patrimonio.
por lo tanto se propuso aumentar la altura de la cor- Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Egipto
tina en 7 metros más (a 113 metros sobre el nivel del se encontraba en una situación compleja en térmi-
mar); de nueva cuenta, entre 1929 y 1934 la presa se nos sociales, de estabilidad política y de desarrollo,
elevó aún más, creciendo las áreas inundadas hasta que además se agravó por la transición derivada
160 |
los límites con el vecino Sudán, pero sin lograr cum- de la Revolución del 23 de julio de 1952. Con la na-
plir cabalmente los objetivos iniciales planteados; ciente República Árabe de Egipto, en 1954, un co-
esta situación trajo muchas afectaciones de tipo social mité de expertos concluyó que una solución para
y productivo a los habitantes nubios, así como cre- los problemas de pobreza y hambre en el país sería
cientes daños en los monumentos de la zona. la construcción de una nueva presa en el río Nilo:
Ya desde 1904, el célebre arqueólogo Gastón la llamada el-Saad el Ali (en árabe), la Gran Presa
Maspero, en ese entonces director del Servicio de de Asuán, de 3.6 kilómetros de largo, la cual contri-
Antigüedades Egipcias, señalaba que existían daños buiría, además de a mejorar la producción agríco-
severos en el estado de conservación de los monu- la, a proveer de un sistema de obtención de energía
mentos de la zona y que se requería tomar medidas eléctrica para la industria. La propuesta era prome-
urgentes.13 Las afectaciones al patrimonio arqueo- tedora, sin embargo, era claro que la construcción
del embalse implicaba la desaparición de los más
12 La Presa de Asuán fue construida entre 1898 y 1902 y era la importantes templos y vestigios arqueológicos de la
más grande del mundo hasta la construcción, precisamente, de zona, puesto que se aumentaría el nivel del agua
su sucesora, la Gran Presa de Asuán. Jocelyn Gohary, op. cit., en más de 60 metros, llegando a la cota de los 183
pp. 21-22.
13 Maspero ya preveía un destino oscuro para los monumentos, metros sobre el nivel del mar, inundando valles, po-
por ello, en su reporte de 1904, cuando se desempeñaba como
director del Servicio de Antigüedades, concluía: “Es tiempo de
hacer algo al respecto si queremos salvarlos”. Gastón Mastero, do de The Numibia Project: <http://numibia.net/nubia/salva-
apud James Mika, “The Nubian salvage campaigns”, recupera- ge.htm>, consultada en enero de 2020.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


blaciones y cualquier elemento natural y cultural
existente bajo esa altitud.
La etapa de los estudios de ingeniería previos a
la construcción de la presa conllevó una serie de
investigaciones de prospección arqueológica y la
conformación de un inventario de la región Nubia
egipcio-sudanesa, con la intención de abundar en
el conocimiento del patrimonio cercano a las zo-
nas inundables. Desde ese momento se ponía de
manifiesto que los monumentos del Sudán se en-
contraban en peor situación, pues se desconocían
Figura 4. Los templos de Abu Simbel en riesgo permanente. Fotografía
mayores datos sobre ellos. de la bitácora Ajdad Al Arab, recuperada de: <https://ajdadalarab.
files.wordpress.com/2013/04/d8a7d984d986d988d8a8d8a9-
A la par de la construcción de la gran presa, se d8a7d984d982d8afd98ad985d8a9-d982d8a8d984-d8a3d986-
buscaron soluciones para la conservación de los bie- d8aad8bad985d8b1d987d8a7-d985d98ad8a7d987-
d8a7d984d986d98a.jpg>.
nes culturales; en ese entonces se alzaron voces en
Europa para manifestar lo que podrían ser las prime- reserva de más de 162 km3 de agua y ha permitido
ras motivaciones comunes entre países para la futura irrigar, a través de la formación de múltiples ense-
formación de la Convención del Patrimonio Mundial, nadas, casi 8 000 km2 del territorio antes desértico;18
Cultural y Natural de 1972;14 en 1960, Vittorino Vero- su construcción contribuyó a suministrar agua po-
nese diría: “Esos monumentos, la pérdida de los cua- table al país para uso doméstico, industrial y agríco-
les se encuentra trágicamente cerca, no pertenecen la; hacer navegable el Nilo para embarcaciones de
| 161
únicamente a los países que los resguardan. El mun- mayor tamaño; producir más de 50 000 toneladas de
do entero tiene el derecho de verlos perdurar”.15 pesca anualmente y generar, mediante la planta hi-
Ése es el contexto en que fue planeada y construi- droeléctrica, 10 billones de kilowatts de electricidad
da la gran presa de Asuán entre 1960 a 1971; la obra al año. Evidentemente, el control sobre el agua, la
contó con el apoyo otorgado principalmente por la forma de distribuirla durante los periodos de estia-
Unión Soviética al gobierno egipcio;16 la nueva pre- je y el aseguramiento de un flujo continuo y pro-
sa propició la creación del llamado lago Nasser, que gramado, impulsaron positivamente la producción
con 5 000 km2 de extensión17 es el cuerpo de agua agrícola,19 aunque se generaron también afectacio-
artificial más grande del mundo, que constituye una nes a los ecosistemas a lo largo del Nilo.

14 La Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Las acciones de salvamento


Cultural y Natural, establecida en ese año por iniciativa de la
unesco, es un acuerdo entre países para la protección de los ele-
mentos culturales y naturales cuyas características los tornan El eterno dilema entre la conservación y el desarro-
dignos de ser considerados de valía universal. En dicha conven- llo se hizo evidente, y a un ritmo desenfrenado ini-
ción se establece la creación de una “Lista” de esos bienes y los
ció una carrera contra el tiempo: la lucha por salvar
criterios generales de participación entre naciones. Egipto se
unió al acuerdo en 1974, y México, en 1984.
15 Texto del “Llamado mundial” de Vittorino Veronese, director ge- 18Ibidem, p. 7.
neral de la unesco, 8 de marzo de 1960. Rex Keating, op. cit., pp. 8-10. 19Recuperado de: <http://www.kented.org.uk/ngfl/subjects/
16 Jocelyn Gohary, op. cit., p. 23 geography/rivers/River%20Articles/theaswanhighdam.htm>,
17 Keating, Rex, op. cit., p. 3 consultada en abril de 2009.

EL SALVAMENTO DE LOS MONUMENTOS DE NUBIA Y EL SURGIMIENTO DEL CONCEPTO DE PATRIMONIO MUNDIAL. UNA REVISIÓN A 60 AÑOS DE LA CAMPAÑA
162 |

Figura 5. Plano general de los monumentos rescatados con la Campaña de Nubia. El Correo de la unesco. Victoria en Nubia: 4.000 años de historia salvados de
las aguas, año XXXII, París, febrero-marzo de 1979, p. 14.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


la mayor cantidad de bienes patrimoniales confor- para literalmente izar y trasladar de una sola pie-
me avanzaban las obras del embalse y subía el nivel za un monumento; el templo del Imperio Nuevo
de las aguas. A partir de la solicitud de ayuda inter- en Amada (el templo nubio más antiguo) dedica-
nacional, emitida en 1959 por parte de los gobiernos do a Ra-Horajty, fue reubicado en el actual sitio
de Egipto y Sudán, como se mencionó, un equipo de de “Nuevo Amada”. Éste es un caso interesan-
expertos que desarrollaron propuestas y gestiones te, pues debido a ciertos problemas técnicos de-
para la salvaguarda del patrimonio edificado de Nu- rivados de las características físico-constructivas
bia se congregó. y de conservación del monumento arqueológico y
Los resultados20 de esa vigorosa —y sin prece- sus murales, no era posible seccionarlo y des-
dentes— campaña multinacional contribuyeron a montarlo sin afectar las pinturas murales; razón
la conformación de un inventario general de bienes por la cual fue trasladado de una sola pieza, utili-
culturales, practicar múltiples excavaciones arqueo- zando un sistema de elevación neumática y una
lógicas, rescatar miles de objetos de valor patrimo- plataforma sobre rieles, que avanzaba cuidadosa-
nial y el salvamento de seis grupos de monumentos mente a razón de 25 metros por jornada hasta su
(22 conjuntos arquitectónicos religiosos), los cuales nueva posición.22
fueron puestos a buen recaudo del inminente au- 2) Desmontaje y reubicación. En este esquema se de-
mento del nivel de agua del embalse producido por cidió, previo análisis y estudios precisos, cortar
la gran presa de Asuán. y desarmar los monumentos mediante procedi-
En esta operación contra el tiempo participaron mientos cuidadosos que facilitaran su traslado y
40 misiones técnicas de los cinco continentes21 y se vuelta a ensamblar en un emplazamiento exento
destinaron para tal empresa 80 millones de dólares, de las amenazas de inundaciones. De esta mane-
| 163
fruto de la contribución de 50 países. ra, los templos y el conjunto arqueológico persis-
Se desmontaron y reubicaron fuera del alcance tentemente venerado de la isla de Filé23, morada
de las aguas la mayoría de los templos en peligro; de Isis, fueron desmontados y vueltos a montar
de entre ellos destacan los dos templos excavados en en la isla de Agilkia entre 1974 y 1979, dentro del
Abu Simbel, edificados durante el periodo de Ram- lago Nasser y cerca de la cortina de la gran presa;
sés II, así como el conjunto del templo de la isla de esta acción, que se describe fácilmente, signifi-
Filé dedicado a la diosa Isis, cercano a la población có el traslado de una serie de edificios tales como
de Asuán, magníficas joyas de la arquitectura egipcia. los templos de la diosa, el de Horus, el de Arens-
Las misiones técnicas de expertos diseñaron diver- nufis (deidad de origen kushita), el de Hathor, la
sas estrategias definidas para los trabajos físicos de sal- capilla de Mandulis, la de Imhotep, el Mammi-
vamento; con el objeto de caracterizarlas y analizarlas, si, los dos kioscos de Trajano y el de Nectanebo
se presentan aquí agrupadas en tres grandes líneas: I, dos columnatas majestuosas, un nilómetro y

22
1) Traslado en monolítico. Este esquema de trabajo Alberto Siliotti, Abu Simbel et les Temples de la Nubie, ed. en
francés, El Cairo, auc Press (Egypt Pocket Guide), 2008, p. 36.
implicó el desarrollo de tecnologías particulares 23 La importancia de la isla como sede del culto a la diosa Isis
se registra desde el siglo vii a. C., manteniéndose hasta el perio-
20 unesco, op. cit. do cristiano, y es hasta el periodo de Justiniano que se abando-
21 unesco, “The Rescueof Nubian Monuments and Sites”, 2009, nó el templo, en el siglo VI d. C. Ian Shaw y Paul Nicholson, The
recuperado de: <http://whc.unesco.org/en/activities/173/>, British Museum Dictionary of Ancient Egypt, Londres, The British
consultada en marzo de 2009. Museum, 2002, pp. 222-224.

EL SALVAMENTO DE LOS MONUMENTOS DE NUBIA Y EL SURGIMIENTO DEL CONCEPTO DE PATRIMONIO MUNDIAL. UNA REVISIÓN A 60 AÑOS DE LA CAMPAÑA
te el reinado de Ramsés VI, en Aniba (la antigua
Miam), se trasladaron al actual sitio de Nuevo
Amada, donde se encuentra también el templo
de Amada mencionado en el inciso anterior.
Quizás el caso más emblemático de esta mo-
dalidad de rescate es la de los templos de Ramsés
II en Abu Simbel; por su relevancia, este tema se
abordará líneas más adelante.
3) Reubicación en espacios museográficos. Los bienes
mencionados a continuación fueron desmon-
tados con criterios similares a los señalados en
el inciso 2), pero se recolocaron en un espacio
Figura 6. El conjunto de templos de la isla de Filé Fotografía de Manuel confinado de exposición museográfica. Los tem-
Villarruel Vázquez.
plos de Ramsés II en Aksha; el de los dioses Isis
un muelle, entre otros muchos vestigios, desde y Min, construidos por el faraón Amenhotep II;
la cúspide de la isla original a otra de mayor alti- el de Horus, construido por la reina Hatshepsut
tud; y en todo ello se respetó minuciosamente el y su hijastro Tutmés III en Buhen, y los de Sem-
mismo patrón arquitectónico original. na Este (del Imperio Nuevo) y el de Semna Oes-
También fueron reubicados los templos de te (del Imperio Medio) fueron reubicados en el
Ramsés II de Beit el Wali; el ptolemaico templo jardín del museo de Jartum, capital de la Repú-
de Kalabsha, transportado en 13 000 bloques; el blica del Sudán.
164 |
kiosco romano de Kertassi, y del templo de Ram- Durante la campaña se hallaron y registraron
sés II en Gerf Hussein, dedicado a Ptah, Ptah-Ta- múltiples grupos de vestigios arqueológicos en la
tenen y Hathor, que contaba con pilono y patio zona de Debeira, denotando la gran cantidad de
con columnas en la parte externa y un santua- población que la habitaba;24 en dicha localidad
rio de 43 metros de profundidad excavado en la se estudió la capilla funeraria del príncipe nubio
montaña, fue tan sólo posible rescatar los ele- Dyehutyhotep,25 de la misma época de Hatshep-
mentos exentos; cabe mencionar que esas cons- sut, y de la cual se pudo extraer el sarcófago y las
trucciones, aunque fueron erigidas por separado, pinturas de la cámara funeraria, que fueron lle-
durante la campaña de salvamento se reubica- vadas también al museo de Jartum.26
ron juntos en el llamado “Nuevo Kalabsha”, un Se rescataron, aunque parcialmente, algunos
promontorio rocoso existente a un kilómetro de murales de la capilla de Amón, construida como
la cortina. speos por Horemheb en Abahuda (Abu Oda), los
Los templos de Toth en Dakka, el de Isis y Se- cuales fueron llevados al Museo de Nubia.
rapis en Maharraqa y el de Amón y Ra-Horajty
construido por Ramsés II en Uadi el-Sebua, se 24 Rex Keating, op. cit., pp. 152,154.
rearmaron en un nuevo emplazamiento en la 25 También conocido por su nombre nubio: Paitsy. Vid. David N.

misma zona de el-Sebua. El speos de el-Derr, Edwards, The Nubian Past: An Archaeology of the Sudan, Nueva
York, Routledge, 2004, p. 108.
construido también por Ramsés II, y la tumba de 26 Richard Lobban, Jr., Historical Dictionary of Ancient and Medie-
Pennut, un antiguo gobernador de Nubia duran- val Nubia, Londres, Scarecrow Press, 2003, p. 130.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Como retribución por el apoyo recibido, el go-
bierno de Egipto otorgó facilidades y parte del
producto de las excavaciones a algunas misiones
extranjeras;27 además, se consideró oportuno do-
nar algunos templos a los países que ayudaron
significativamente en la campaña de salvamen-
to de los monumentos de Nubia. Cuatro templos
fueron entregados para el acervo de cuatro mu-
seos extranjeros: el templo ptolemaico28 de los
dioses Amón e Isis de Debod se otorgó a Espa-
ña, el cual se encontraba “casi siempre anegado
por las aguas de la vieja presa de Asuán”,29 y tuvo
como sede de su reconstrucción el antiguo solar Figura 7. Templo de Taffa trasladado al interior del Museo de Leiden, Holanda.
Fotografía de Manuel Villarruel Vázquez.
del “Cuartel de la Montaña”, en Madrid; se tra-
ta de un templo que contiene diferentes etapas Meridional; la capilla de Tutmés III de el-Lessi-
constructivas, en el que hasta el emperador ro- ya se envió al Museo Egipcio de Turín, en Italia;
mano Augusto mandó agregar relieves y ofrendas y el de Dendur, construido por el emperador Au-
y donde se hacen patentes cultos antiquísimos gusto, fue llevado en un viaje trasatlántico hasta
como el que dan fe los relieves del arquitecto de Estados Unidos de América y reconstruido en el
la Dinastía III, Imhotep, convertido en dios.30 El Museo Metropolitano de Artes en Nueva York.
templo del periodo romano de Taffa se otorgó a Aunque no menos importante, un objeto de di-
| 165
los Países Bajos, acogido en el Rijksmuseum van mensiones más pequeñas, la puerta de granito
Oudheden de la ciudad de Leiden, en Holanda encontrada durante los trabajos de desmantela-
miento del templo de Kalabsha, fue transporta-
27 Se les ofreció a los países participantes en el rescate has-
da a Alemania y se exhibe ahora en el Museo
ta 50 % de los hallazgos, además de los templos mencionados
como donación. Francisco J. Martín Valentín, “Documentación Egipcio de Berlín.
del templo de Debod: salida de Egipto y su traslado a España”,
Egiptología. Blog de Tendencias 21 sobre el Antiguo Egipto, 27
de julio de 2007, recuperado de: <http://www.tendencias21.
Es importante señalar el caso de los vestigios de
net/egipto/documentacion-del-templo-de-debod-salida-de-egipto-y- la fortaleza y templo de Qasr Ibrim, la antigua Pri-
su-traslado-a-espana_a21.html>, consultada en enero de 2020.
mis griega y la Prima romana, que estuvo en funcio-
28 Aunque el templo fue iniciado por Ptolomeo IV, el faraón me-
roítico Adikhalamani construyó el santuario y se le atribuye ge- nes desde el Imperio Nuevo egipcio y operó como
neralmente la obra. Vid. László Török, The Kingdom of Kush: sitio de control por casi tres mil años, incluso des-
Handbook of the Napatan-Meroitic civilization, Lieden  / Nueva
pués como sede de culto cristiano;31 por su función,
York, 1997, p. 429.
29 Martín Almagro Basch, “La participación de España en la cam- Qasr Ibrim se situó en lo alto de una colina, en la
paña de Nubia”, Alicante, Herederos de Martín Almagro Basch / ribera este del río, convirtiendo dicho promontorio
Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia
en una isla al aumentar y expandirse el nivel del
de España, 2009, p. 2 [publicado originalmente en: África, núm.
300, diciembre 1966, pp. 710-715], recuperado de: <http://www. agua; su disposición original la salvó del desastre
cervantesvirtual.com/research/la-participacin-de-espaa-en- e hizo innecesario la ejecución de un proyecto de
la-campaa-de-nubia-0/02418738-82b2-11df-acc7-002185ce6064.
pdf>, consultada en enero de 2020.
30 Jesús Trello, op. cit., p. 19. 31 Richard Wilkinson, op. cit., p. 223.

EL SALVAMENTO DE LOS MONUMENTOS DE NUBIA Y EL SURGIMIENTO DEL CONCEPTO DE PATRIMONIO MUNDIAL. UNA REVISIÓN A 60 AÑOS DE LA CAMPAÑA
do a la diosa Hathor y a Nefertari (la consorte real);
tallados en un acantilado y excavados en la mon-
taña, podemos considerarlos como hipogeos,35 es
decir, construcciones basadas en la sustracción de
material pétreo para conformar los espacios arqui-
tectónicos. Son distintivos de estos monumentos las
impresionantes fachadas labradas con decoración y
jeroglíficos, que alcanzan la altura de 30 metros y
Figura 8. Templo de Debod llevado desde Egipto a Madrid. Fotografía de exponen cuatro colosales estatuas sedentes del fa-
Jesús Trello, 2019.
raón que enmarcan la entrada del templo grande,
traslado, como en los casos antes descritos, y ade- y otras más, del mismo Ramsés y su esposa, flan-
más, posibilitó que se emprendieran varias etapas quean la puerta del templo pequeño; la distribución
de exploración incluso en años recientes. Por ello, del adoratorio principal se desarrolla a lo largo de
se considera que es el único sitio de Nubia que se un eje central en el que se ubican la fabulosa sala
encuentra en su emplazamiento original y fuera del hipóstila, con las columnas osiríacas, una segunda
nivel del agua.32 cámara hipóstila más pequeña y varias cámaras la-
terales, todas con bella decoración parietal, rema-
Rescatando la joya del faraón: Abu Simbel tando dicho eje en el templo.
Debido a que el emplazamiento original del con-
Era necesario dedicar unas líneas aparte para el junto se encontraba junto a la ribera del río, el ries-
emblemático caso de los templos de Ramsés II en go por el aumento del nivel del agua era inminente;
166 |
Abu Simbel, que como bien explica Christiane Des- el problema se hacía más complejo puesto que se
roches-Noblecourt, eran “la expresión material de trataba de un espacio arquitectónico poco conven-
la naturaleza divina de la pareja real que formaba cional que no fue construido bloque sobre bloque,
el soberano con Nefertari, su esposa predilecta”;33 sino excavado en el seno de la montaña. Para este
User Maat Ra-Ramsés II, el Grande, mandó cons- proyecto se generó una infinidad de propuestas,
truir dos templos excavados en la montaña que do- presupuestos y discusiones técnicas entre especia-
minaban de forma imponente la vista desde el río, listas, constructores e ingenieros que contribuye-
uno dedicado a Amón, Ra-Horajty, Ptah y el mismo ron, finalmente, al rescate. Para la ejecución del
Ramsés divinizado,34 y un pequeño templo dedica- salvamento de los templos de Abu Simbel, un comi-
té técnico coordinado por la unesco evaluó las pro-
32 Jocelyn Gohary, op. cit., p. 63. puestas que implicaban el traslado en monolítico de
33 Christiane Desroches-Noblecourt, “El mensaje mágico de Abú
dichos templos, la posibilidad de conservarlos en su
Simbel”, El Correo de la UNESCO. Victoria en Nubia: 4.000 años
de historia salvados de las aguas, año XXXII, París, febrero-mar- sitio, o bien, la manera de seccionarlos y reubicar-
zo de 1979, p. 55. los en un nuevo emplazamiento.36 En un camino
34 Martín Almagro Basch, “El salvamento de los templos de Abu
Simbel”, Alicante, Herederos de Martín Almagro Basch / Gabi-
nete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia de Es- 35 Capilla o edificio subterráneo. Real Academia Española, Dic-
paña, 2009, p. 2 [publicado originalmente en Atlántida, vol. V, cionario de la lengua española, Madrid, Espasa-Calpe, recuperado
núm. 27, mayo-junio de 1967, 280-287], recuperado de: <http:// de: <https://dle.rae.es/?id=KTTnWtU|KTUbv0q>, consultada
www.cervantesvirtual.com/obra/el-salvamento-de-los-templos- en enero de 2020.
de-abusimbel-1967-0/>, consultada en enero de 2020. 36 Martín Almagro Basch, op. cit., 2009 [1966], p. 3.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


lleno de vicisitudes económicas, políticas, sociales y
de orgullo nacional, entre otras, tal y como lo rela-
tara el connotado arqueólogo español Martín Alma-
gro en 1967, se analizaron al menos una decena de
proyectos37 que ponían de manifiesto la capacidad
técnica de los países participantes y la cantidad de
opciones que podía permitir la ingeniería moderna
al servicio de la conservación de monumentos.
Las iniciativas, incluso en el presente, las pode-
mos estimar como modernísimas y vanguardistas;
entre ellas estaban las que proponían conservar es-
tos monumentos en su sitio, mediante la construc-
ción de diques o cortinas cóncavas alrededor de los
dos templos (lo que implicaba dejar los templos se-
miocultos y desligados del contacto con el río) y las
que pretendían cubrirlos con una gran cúpula de
cristal (para visitarlas a través de un túnel) o inun-
darlas y hacerlas visitables a través de galerías suba-
cuáticas (con el equipo de buceo adecuado); estaban
también las que buscaban elevar las construcciones
mediante el uso de plataformas flotantes y bombas Figura 9. Construcción de bóveda hueca para alojar y reensamblar los templos
de Abu Simbel. Fotografía de la página Peignoirprod recuperada de: <http://
| 167
hidráulicas en una sola pieza.38 Y finalmente, las peignoirprod.com/Nouveausite2018/wp-content/uploads/2019/01/
Work_in_progress_of_the_re_-_erection_of_the_Great_Temple_on_its_new_
site-unesco-1966.jpg>.
37 Martín Almagro Basch (op. cit., 2009 [1967], pp. 3-7) describe
las características de generales de varios proyectos de despa-
que buscaban mover los templos, lo que significaba
chos importantes europeos: el de los francese franceses A. Coy-
ne y J. Bellier; el del italiano Piero Gazzola (participante en la seccionarlos de la montaña original para rearmar-
famosa Carta de Venecia); los de los polacos R. Certowitz, L. los, bloque por bloque, en su nuevo sitio.
Dabrowski y W. Poniz; el del inglés Mac Quitty; el del francés
A. Caquot, así como el de su compatriota P. Hermès, y el pro-
Aunque los preceptos de los arqueólogos insta-
yecto alemán de P. Voigt. ban por la conservación de los templos en su sitio,
38 Cabe señalar, que incluso en 1962, el gobierno Egipcio, en
estas iniciativas representaban también ciertas afec-
conjunto con los asesores de las misiones extranjeras, convo-
có a un concurso internacional para el rescate de los templos taciones estéticas y un alto costo. Por lo anterior, se
de Abu Simbel; como parte de los requisitos técnicos se precisó decidió llevar a cabo un proyecto más práctico y
el corte, separación y elevación de cada templo en un bloque
económico, propuesto en última instancia por los
de casi 450 000 toneladas: “El proyecto comprende la separa-
ción de la roca de dos grandes bloques de piedra arenosa, con- especialistas egipcios, que fue desarrollado a detalle
teniendo cada uno de ellos los templos aludidos, así como su por la empresa sueca Vattenbyggnadsbyrån (vbb),
subsiguiente elevación, por medio de ascensores o elevado-
que implicaba cortar mecánicamente los templos,
res hidráulicos, hasta un nivel superior al futuro nivel de agua
en el embalse”. Inserción en periódicos para presentación de su fachada labrada y la montaña que acogía al con-
ofertas, apud Salomé Zurinaga Fernández-Toribio, “Rescue Ar-
chaeology and Spanish Journalism: The Abu Simbel Opera-
tion”, AP. Online Journal in Public Archaeology, vol. 3, Madrid, es/index.php/APJournal/article/view/29/31>, consultada en
2013, p. 54, fig. 3, recuperado de: <http://revistas.jasarqueologia. enero de 2020.

EL SALVAMENTO DE LOS MONUMENTOS DE NUBIA Y EL SURGIMIENTO DEL CONCEPTO DE PATRIMONIO MUNDIAL. UNA REVISIÓN A 60 AÑOS DE LA CAMPAÑA
junto, clasificar las piezas, después desmontarlos y
reubicarlos en un punto más elevado de la misma
ladera rocosa original.
Los análisis de las propuestas, evidentemente, se
desarrollaron en diferentes fases previas de registro
y control exhaustivos:

Prior to the dismantling process of the relocation pro-


gramme, an exhaustive and controlled documenta-
tion and registration task with geological reports was
carried out (unesco, 1959), which encompassed con- Figura 10. La majestuosa fachada del Templo de Abu Simbel. Fotografía de
servation damage reports, architectural consequence Manuel Villarruel Vázquez.

reports, and many others. Numerous measurements, ma orientación geográfica original decidida por los
calculations, drawings and photographs were produ- arquitectos de Ramsés II. En el proceso de restitu-
ced, so that they could be consulted in case of any ción y armado de los bloques históricos se tomaron
problems arising during the re-erection.39 precauciones para no afectar la decoración, hacien-
do invisibles las líneas de corte y colocando rocas de
A partir de 1963 comenzaron los trabajos de tras- la montaña para crear un “marco” original alrededor
lado de los templos de Ramsés II, con el apremio in- de las fachadas de los templos.
ducido por el inexorable aumento de la altura del Es elogiable el hecho de que el efecto lumínico-
nivel de las aguas cercanas. Este trabajo implicó, en simbólico producido por los rayos solares del ama-
168 |
términos generales, la fase de corte de los paramen- necer en dos ocasiones anuales, se sigue apreciando
tos decorados de los templos y una sección de la roca para disfrute de visitantes expertos y neófitos: el 20
de la colina, la cual se hizo a través de la empresa ita- de octubre y el 20 de febrero, los rayos matutinos
liana Impirilo, que ejecutó precisos tajos mecánicos. del sol se filtran hacia el interior del templo excava-
Fue necesario cubrir la fachada de 23 metros de altu- do por su eje central, alcanzando el santuario donde
ra con arena para facilitar las labores, pero aun así se se ubican las estatuas sedentes de Rá-Horakté, Ram-
permitió el acceso de los turistas al templo median- sés II, Amón-Rá y Ptah; el sol se filtra hasta el fondo
te un ducto metálico, y al concluir, se trasladó por y los rayos empiezan por iluminar las figuras de las
los aires los gigantescos bloques con grúas metálicas. tres primeras estatuas, pero dejando siempre en la
Como medida preventiva, fue necesario cons- oscuridad, tal y como le es natural a su concepción
truir un dique que sirviera de protección provisio- religiosa, la imagen de Ptah, el Señor de la Oscuri-
nal mientras se llevaban a cabo los trabajos; a la vez, dad. Este efecto original se sigue presentando en el
el dique extendía el plazo para la obra de desman- templo gracias al preciso trabajo de reubicación y
telamiento; casi al unísono, se construyó, 60 m arri- orientación llevado a cabo.
ba, una colina artificial y hueca de concreto armado El proyecto de rescate significó una inversión
en la que se volvieron a armar los templos de más cercana a los 40 millones de dólares, y es un trabajo
de tres mil años de antigüedad, conservando la mis- que, puesto en perspectiva, quizás pudiera equipa-
rarse con las proezas de las propias obras de los re-
39 Ibidem, p. 53. yes egipcios.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Rescate y traslado de monumentos; del paisaje natural contemporáneo a la cultura fa-
algunas consideraciones sobre conservación raónica, con un esquema de control como las pre-
de valores y desarrollo sas41 que actualmente cuenta con detractores por
su alto impacto ambiental42 y que los consideran
A 60 años del evento, parece necesario dimensionar mecanismos hidráulicos quizás obsoletos a nues-
el costo-beneficio generado por la construcción de tros tiempos; por último —y como es lógico imagi-
la gran presa de Asuán; por cada enfoque que poda- nar—, los efectos se hicieron patentes en la pérdida
mos emprender y a pesar de los grandes beneficios de incontables monumentos, conjuntos arqueológi-
logrados, pareciera permanecer la eterna duda so- cos, pueblos, cementerios y sitios de valor histórico,
bre las repercusiones colaterales de las obras. a pesar de los grandes rescates de templos llevados a
Revisando los resultados de las acciones ejecu- cabo con éxito.
tadas, nos surgen de inmediato algunas preguntas: Sin embargo, este embalse artificial permitió, sin
¿existía alguna alternativa a la construcción de una lugar a dudas, impulsar el desarrollo del sur de Egip-
nueva presa en Asuán que implicó múltiples afec- to, y trajo importantes beneficios para la economía
taciones culturales y naturales?; ¿fue justificable la local del país, la industria, la agricultura y el turismo,
reubicación y traslado de los templos faraónicos en principalmente. Incluso, la represa construida sigue
términos de conservación de valores? Y por supuesto: siendo una fuente de desarrollo insustituible hoy en
¿cuáles eran las opciones que había en ese momento día para Egipto, pues casi tres décadas después de la
para resolver los problemas de inundaciones, de con-
servación del patrimonio y de desarrollo socioeconó- 41 Aunque merece un análisis más detallado, queremos men-
mico de manera equilibrada?, entre otras más. cionar, como ejemplo, la construcción y puesta en funciona-
miento, en 2009, de una nueva presa sobre el Nilo, la Presa de
| 169
La construcción de la gran presa de Asuán, si
Merowe, cerca de la cuarta catarata en Sudán, la cual se constru-
bien se propuso con un objetivo humanitario, asimis- yó también con el objetivo de incentivar el desarrollo del país,
mo hay que decir que produjo alteraciones y propi- pero que ha tenido grandes detractores por las problemáticas
que produce (“Merowe Dam, Sudan”, recuperado de: <https://
ció problemas derivados; éstas las podríamos reducir
ejatlas.org/conflict/merowe-dam-sudan>, consultada en enero
a tres grandes rubros: las relacionadas con el marco de 2020); en el presente sigue en marcha un proyecto de salva-
social, como la pérdida de sitios identitarios nubios, mento impulsado por el Museo Británico y la Sociedad de In-
vestigación Arqueológica del Sudán (recuperado de: <https://
la reubicación de grandes poblaciones, el desarraigo, la www.britishmuseum.org/research/research_projects/all_cu-
alteración del sistema productivo local, migraciones rrent_projects/merowe_dam_project.aspx>), además de equi-
internas, etc.; el siguiente afectó el marco natural, pos de Polonia, Francia, Alemania, Italia, Hungría y Estados
Unidos; con efectos colaterales como en el caso de Asuán, se
pues como mencionamos, este nuevo embalse mo- estima que hay “literalmente miles de nuevos sitios arqueológi-
dificó drásticamente los ecosistemas a lo largo de la cos que no han sido investigados y desafortunadamente la gran
mayoría de ellos quedarán sumergidos bajo el nuevo lago antes
ribera del río Nilo, y en particular en el delta fluvial,
de que hayan excavaciones o registro de objetos” (cfr. Manu Am-
generando erosión en la costa marítima, con reper- pin, The Vanishing Evidence of Classical African Civilizations: The
cusiones en la agricultura por la elevación del grado Case of the Merowe dam in Sudan, 2007, recuperado de: <http://
manuampim.com/Merowe_Dam_Files/merowe_dam.html>.
de salinidad del agua, el aumento de parásitos acuá-
Consultada en enero de 2020).
ticos, las alteraciones en la producción de sardinas 42 Según Marisa Andreo, el impacto ambiental es “el conjunto de

en el mar Mediterráneo,40 y además, sustrajo parte cambios producidos por las obras humanas en el ambiente na-
tural, socio-económico, cultural y/o estético” (Breve Enciclopedia
del Ambiente, recuperado de: <https://www.mendoza.conicet.
40 Jocelyn Gohary, op. cit., p. 24. gov.ar/portal//enciclopedia/>, consultada en enero de 2020).

EL SALVAMENTO DE LOS MONUMENTOS DE NUBIA Y EL SURGIMIENTO DEL CONCEPTO DE PATRIMONIO MUNDIAL. UNA REVISIÓN A 60 AÑOS DE LA CAMPAÑA
En términos de la conservación del patrimonio
de la zona, también es necesario aclarar algunos
puntos. Ciertamente, a través de las operaciones de
salvamento no fue posible rescatar todos los monu-
mentos nubios, de los cuales existen grupos de bie-
nes que se registraron y perdieron en las aguas del
Nilo y otros más que, por estar fuera de catálogos o
inventarios, ni siquiera es posible enumerar. Entre
las pérdidas de monumentos relevantes registrados
destacan: el templo de Amenhotep III en el-Sebua;
como se mencionó en inciso 3) del listado presen-
Figura 11. Vista general de la isla de Filé. La naturaleza ha integrado el nuevo
emplazamiento al contexto. Fotografía de Egypt Tours Portal, recuperada de: tado en párrafos anteriores, debido a su estado de
<https://www.egypttoursportal.com/wp-content/uploads/2017/11/Aswan-
Nile-Rever-Egypt-Tours-Portal.jpg>.
conservación, la capilla de Amón, de Abahuda (Abu
Oda)43 quedó también sumergida debajo del lago,
construcción del nuevo embalse, en 1997, se amplió y sólo se logró rescatar algunos fragmentos de re-
el esquema hidráulico mediante el llamado Proyec- lieves; el yacimiento arqueológico de la fortaleza
to Toshka; este plan ha implicado el aprovechamien- de Mirgissa, la antigua Iken, que protegía la segunda
to de un volumen excedente de agua de la presa de catarata y donde además de restos de un templo de-
Asuán para ser desviado (reduciendo empujes a la dicado a Hathor, cementerios y viviendas, se encon-
cortina y pérdidas de líquido por desfogue) hacia una traron los sutiles vestigios milenarios de la rampa
depresión natural en el desierto mediante canales y de los botes en el suelo, que atestiguaban que los
170 |
bombeo; con la inundación de este valle han aumen- navegantes se apeaban en ese punto del Nilo, y tras-
tado la cantidad de zonas agrícolas y la producción ladaban la embarcación por tierra para salvar los rá-
pesquera, además de reducir la presión de la concen- pidos del río, frágiles elementos que yacen dentro
tración poblacional en las actuales riberas del sagra- de las aguas; el templo excavado de Ramsés II en
do río egipcio. Gerf Hussein (de planta similar al de Abu Simbel),
Considerar como negativa la decisión guber- del cual sólo se rescataron los elementos exentos,
namental de construir la gran presa de Asuán po- como ya se mencionó; los monumentos del área
dría ser un error en el que no podemos dejarnos histórica de Quban, cubiertos para siempre por el
arrastrar: ya existía una presa antigua que produ- lago Nasser;44 además de incontables emplaza-
cía inundaciones y no solventaba las necesidades mientos arqueológicos, necrópolis, pueblos y sitios
básicas alimentarias de la población en constante importantes de la cultura nubia.
crecimiento. La decisión de la construcción de la
segunda y más grande presa era la solución natu- 43 “Ce remarquable spéos de part ses qualités historiques et artisti-

ral y lógica en ese momento y contexto. De igual ques ne pu malheureusement être déplacé lors de la construction
manera, la campaña de salvamento de los monu- du barrage d’Assouan ; la pierre dans lequel il était taillé s’avérant
trop pulvérulente. Les reliefs les plus importants furent malgré
mentos de Nubia como respuesta mundial hacia el tout déposés et conservés pour figurer dans le musé de la Nubie”,
problema inmediato derivado de la obra hidráulica Jean-Luc, “Abou Oda, Le spéos d’Horemheb”, La Balance des 2 Te-
rres, 21 de agosto de 2002, recuperado de: <https://labalancedes-
no debe medirse con base en lo que se perdió, sino
2terres.info/spip.php?article302>, consultada en enero de 2020.
de lo que se ganó. 44 Richard Wilkinson, op. cit., pp 217-229.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Por la misma dinámica de la campaña de salva- so proyecto de reensamblaje del monumento lleva-
mento se reubicaron algunos monumentos en zo- do a cabo a inicios de la década de 1970, el clima de
nas de resguardo completamente fuera del contexto la capital española, con altas temperaturas en vera-
original y dentro de museos; como resultado, se no, con épocas de lluvias e incluso de nieve, además
crearon los museos de Jartum, en Sudán, y el fabu- de “la insuficiente consideración de su valor como
loso Museo Nubio de Asuán, joya de la arquitectura legado arqueológico”46 (evidente por los graffiti de-
moderna egipcia, que alberga y exhibe las mejores jados por personas sin conciencia sobre sus bloques
piezas del tesoro nubio del periodo faraónico. Se originales), han acentuado de forma alarmante los
supondría que, si bien la ubicación de los templos daños. Sería triste comprobar que un monumento
dentro del recinto protegido de un museo o espacio de mucha valía, que sobrevivió al viaje de tantos ki-
de exhibición presupone un mejor grado de conser- lómetros por el río y otros miles por el Mediterrá-
vación, esto también implica una ruptura forzada de neo, pueda tener mayor deterioro en los últimos
su entorno original, por un lado, y una desvincula- cincuenta años que lleva en Europa, que en los vein-
ción con el nuevo marco de referencia, por otro;45 tidós siglos pasados en la tierra sagrada donde nació.
por ejemplo, el templo de Taffa, ubicado en un re- En fechas recientes, Madrid sigue discutiendo
cinto techado en el Museo de Leiden, Holanda Me- la posibilidad de cubrir el templo de Debod,47 con
ridional, o el de Dendur, ahora ubicado en el Museo los diferentes análisis técnicos y financieros que
Metropolitano de Nueva York —que por cierto ha esto implica; pareciera que el traslado de los cua-
incursionado en el mundo de la farándula en varias tro templos nubios fuera de las fronteras de Egipto
películas como escenario dentro del mismo Mu- nos pusiera ante una encrucijada: cubrirlos signifi-
seo—, están protegidos por los efectos provocados ca conservarlos en buen estado, pero alterar su rela-
| 171
por el medio ambiente, aunque en un ámbito aje- ción espacial con el medio ambiente, la luz solar, el
no y fuera de escala, que olvida completamente su aire y el espacio, que aunque sea uno bien distinto
vínculo con el contexto árido de la cuenca del Nilo al de su zona de nacimiento, finalmente otorga di-
nubio, convirtiendo un espacio arquitectónico, todo mensión y escala al elemento arquitectónico; y por
un edificio, en un objeto de anaquel de exhibición. otro lado, como en el caso del templo madrileño,
Otro caso paradigmático es el templo de Debod, dejarlo al aire libre implica perderlo, grano a grano.
instalado en la capital española y adoptado con gran
cariño por su sociedad, como si se tratara de un bien 46 Jesús Trello, op. cit., p. 21.
47 Ello se ha discutido en varios periódicos: “Esto se llevaría a
patrimonial nacido en la península; ha sido objeto de
cabo con una estructura acristalada que permita el acceso al mo-
constante polémica debido a las afectaciones moder- numento así como a las zonas de los estanques, garantizando
nas que recibe por el medio ambiente de la ciudad y la libre circulación del público en el interior”. La cubierta tam-
bién debería permitir la correcta visibilidad del templo desde
el grado de conservación que presenta; Jesús Trello,
el exterior, de ahí que se hable de un elemento transparente”,
egiptólogo español, señala que a pesar del respetuo- Marta Palacio, “Una cubierta de diseño para el Templo de De-
bod”, La Razón, Madrid, 14 de diciembre de 2016, recuperado de:
45 Es siempre preferible conservar los monumentos en un lugar <https://www.larazon.es/local/madrid/una-cubierta-de-dise-
de emplazamiento cercano o similar, cuando en el original ya no no-para-el-templo-de-debod-FG14123600>, consultada en enero
sea posible su estancia; “It is teoretically wrong to remove entire de 2020; “El Templo egipcio de Debod abrió sus puertas”, Ma-
architectural units to museums for they lose their poetry and ar- dridiario, Madrid, 19 de julio de 2091, recuperado de: <https://
tistic value when taken away for their natural setting.” Bernard www.madridiario.es/noticia/470289/efemerides/el-templo-
Feilden, Conservation of Historic Buildings, 3a ed., Jordan Hill, Ta- egipcio-de-debod-abrio-sus-puertas.html>, consultada en ene-
ylor and Francis, 2007, p. 269. ro de 2020.

EL SALVAMENTO DE LOS MONUMENTOS DE NUBIA Y EL SURGIMIENTO DEL CONCEPTO DE PATRIMONIO MUNDIAL. UNA REVISIÓN A 60 AÑOS DE LA CAMPAÑA
En el presente, en términos de conservación del actual resulta injusto e inútil, pues durante la época
patrimonio cultural conocemos las recomendacio- de la ejecución de las obras, las condiciones socia-
nes y consensos internacionales sobre la importancia les y reglamentarias de ese país árabe eran distintas
de cuidar la estrecha —y a veces tan sutil— relación a las actuales y no se contaba con el marco de refe-
entre un monumento o conjunto de monumentos rencia filosófico y metodológico moderno emplea-
con el entorno en el cual fueron construidos; la con- do comúnmente en la conservación del patrimonio
servación del patrimonio implica la permanencia fí- cultural edificado en el mundo.
sica del bien histórico y sus valores tanto como la De hecho, la conceptualización teórica sobre pa-
del entorno natural y cultural para el cual fue di- trimonio de mediados del siglo xx recibió importan-
señado y utilizado: desde la Carta de Atenas (1931) se tes aportaciones gracias a eventos culturales como
mencionaba la importancia del entorno y se reco- la campaña de Nubia, pues se generaron discusio-
mendaba cuidar el ambiente y las “perspectivas nes, análisis, debates y consensos internacionales
especialmente pintorescas”;48 en documentos poste- sobre conservación; casi coetánea del rescate es la
riores, como las Normas de Quito (1974), la Carta de famosa y aún vigente Carta de Venecia, en la que
Burra (1981) y la Carta de Washington (1987), prin- se estipulaba la importancia de no separar el monu-
cipalmente, se harían señalamientos más precisos mento y el lugar o escenario en el cual se emplazó
sobre los elementos que forman parte del contexto originalmente; sin embargo, en el documento ya se
histórico de un bien o sitio y la relevancia de conser- vislumbraba la posibilidad —basada en causas muy
varlos de manera integral. Quizás basados en estas relevantes, “de importancia mundial”—, del trasla-
recomendaciones internacionales, algunos especia- do de un edificio a otro contexto;50 además, y quizás
listas podrían señalar objeciones al rescate y trasla- aprendiendo de las experiencias en tierras egipcias,
172 |
do de los monumentos faraónicos de Nubia, que sin en el artículo décimo de la misma carta se ponde-
embargo era la solución más viable ante la inunda- raba la posibilidad de utilizar técnicas modernas
ción que se aproximaba; como señala sir Bernard de restauración de eficiencia probada. Cabe seña-
Feilden refiriéndose al caso de Abu Simbel: “No obs- lar que para 1964, año en que se firmó esa carta, ya
tante que algo de su significado se ha perdido debi- habían sido removidos muchos de los monumentos
do a que están divorciados de su sitio original, era la arqueológicos señalados y se encontraba en proceso
única manera en que podían ser preservados”.49 Es el mítico rescate de Abu Simbel. Es cierto que esos
decir, considero que los procedimientos de traslado trabajos, las consultas internacionales, los cuestio-
y restauración llevados a cabo en el salvamento de namientos axiológicos y las dificultades técnicas y
los monumentos de Nubia representan la preserva- económicas presentadas contribuyeron a confor-
ción de importantes bienes que de otra manera no mar un marco teórico de referencia para el mundo
se habrían conservado. que fue evolucionando a raíz de Nubia.
También es cierto que intentar analizar la funda- Por lo anterior, es claro que las condiciones de
mentación teórica del salvamento de los monumen- trabajo y metodologías a las que se recurrió en ese
tos nubios a la luz de la conceptualización teórica tiempo y se aplicaron en bienes arqueológicos eran

48 Artículo 7 de la Carta de Atenas, adoptada en el Primer Con- 50 Artículo 7 de la Carta Internacional para la Conservación y
greso de Arquitectos y Técnicos de Monumentos Históricos, Ate- Restauración de Monumentos y Sitios (Carta de Venecia), adop-
nas, 1931. tada en el II Congreso de Arquitectos y Técnicos de Monumen-
49 Bernard Feilden, op. cit., p. 269 tos Históricos, Venecia, 1964.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


distintas; como mencionamos, para aquel entonces aprobación de la inscripción de estos bienes patri-
nuestro marco teórico actual estaba en proceso de moniales egipcios en la prestigiosa Lista de Patrimo-
construcción y la disyuntiva sobre las opciones para nio Mundial de los “Monumentos Nubios desde Abu
evitar la destrucción de los templos cercanos al Nilo Simbel hasta Filé”, en 1979.53
era apremiante. Inclusive, el traslado de bienes cul- La importancia de la participación multidisci-
turales tenía un matiz diferente, pues, por ejemplo, plinaria en conservación del patrimonio en un es-
era aceptado entregar parte de los hallazgos al equi- quema de cooperación internacional —que, según
po participante51 con el fin de exponerlo en centros la propia unesco, pocas veces se ha visto— basó su
culturales. Por esa razón es difícil juzgar las accio- concepción en que el patrimonio universal, el patri-
nes llevadas a cabo desde el punto de vista moder- monio de todas las naciones, también es responsa-
no, pues aunque podríamos encontrar soluciones al bilidad de todos.
problema planteado aquí, aun hoy sigue siendo un En la campaña de salvamento de los monumen-
dilema importante la búsqueda de esquemas que tos de Nubia se desarrollaron avances tecnológicos
fomenten el equilibrio en el desarrollo socioeconó- en materia de conservación, hermanándose las dis-
mico y urbano de las naciones y la conservación del ciplinas de la ingeniería, la arquitectura, la construc-
patrimonio cultural edificado. ción, la arqueología y la restauración, con esquemas
Podemos obtener, a raíz de los hechos, algunas de gestión y participación financiera para encontrar
enseñanzas que considero valiosas en términos de soluciones sustentables. Aunque se aplicaron los
conservación de monumentos históricos y arqueo- métodos más modernos de la época para la ejecu-
lógicos. En primer lugar, podemos afirmar que se ción de las obras, cada tarea emprendida muestra
generó un reconocimiento unánime, por primera una especial inclinación por la utilización de solu-
| 173
vez, hacia un bien cultural como herencia para toda ciones prácticas y realistas dentro del marco social
la humanidad; el rescate ejecutado sirvió también en el que se desarrollaron los trabajos; Torgny Save-
para dar visibilidad a los valores de los monumen- Soderbergh, experto sueco participante en el comi-
tos nubios;52 se logró desarrollar por primera vez en té de evaluación de la unesco, recordaba en 1987 que
la historia de la humanidad, un mecanismo de coo- los resultados obtenidos se basaron en propuestas
peración internacional con un mismo objetivo; las lógicas, simples y apoyadas en las experiencias lo-
acciones ejecutadas sirvieron de preámbulo a la for- cales, reconociendo el valor de los análisis y la toma
malización de la Convención  sobre la Protección de decisiones de la propia comunidad que posee el
del  Patrimonio  Mundial, Cultural y Natural, apro- bien cultural.
bada en 1972 por la unesco, así como a la posterior Basados en los exámenes técnicos y teóricos y
en la perspectiva que se ha alcanzado tras el paso de
51
estos 60 años, queda patente la necesidad de reeva-
Vid. el artículo 23 de la Recomendación que Define los Prin-
cipios Internacionales que Deberán Aplicarse a las Excavacio- luar los casos y volver a aprender de ellos. A raíz de
nes Arqueológicas, aprobada por la Conferencia General de la trabajos similares de rescate de monumentos en los
unesco en su novena reunión, Nueva Delhi, 5 de diciembre de
últimos lustros y tomando en cuenta los daños que
1956.
52 Hay algunos autores que incluso consideran que el rescate
de los templos de Abu Simbel le otorgó gran notoriedad a Ram-
sés II, igualando sus niveles mediáticos con el descubrimiento 53 Dossier de inscripción de Los Monumentos Nubios, de Abu
del áureo tesoro de la tumba de Tutankamón. Jocelyn Gohary, Simbel a Filé, icomos-Comité del Patrimonio Mundial, unesco, Pa-
op. cit., p. 12. rís, 9 de marzo de 1979.

EL SALVAMENTO DE LOS MONUMENTOS DE NUBIA Y EL SURGIMIENTO DEL CONCEPTO DE PATRIMONIO MUNDIAL. UNA REVISIÓN A 60 AÑOS DE LA CAMPAÑA
que también una amenaza creciente para el caso de
las poblaciones nubias, fue el acercamiento masivo
del turista hacia las zonas arqueológicas, buscando
conocer los monumentos egipcios que renacieron
desde las aguas; además, los trabajos pusieron de
manifiesto que la conservación del patrimonio tam-
bién es una estrategia redituable en términos de
turismo y desarrollo local, pues incentivaron la eco-
nomía en un país árabe que no puede depender en
mayor medida de los recursos petroleros. Es indu-
dable que el turista habría llegado a Nubia de forma
masiva tarde o temprano, y junto con ellos, las re-
percusiones del descontrol de esta actividad, como
sucede en otras latitudes, como en la isla de Vene-
cia, en la Muralla China o en Teotihuacán; aceptan-
do las repercusiones turísticas y aprendiendo de
casos tan distintivos, los gobiernos de Egipto y Su-
dán deben vigilar y normar para Nubia el acerca-
Figura 12. La cabeza de Ramsés II, a punto de reensamblarse en Abu Simbel.
miento y visita a los monumentos faraónicos que en
Fotografía de la página Peignoirprod recuperada de: <http://peignoirprod. pocas décadas pueden verse en riesgo.55
com/Nouveausite2018/wp-content/uploads/2019/01/Abusimbel.jpg>.
En el presente, con el Nilo en paz, pareciera que
174 |
han supuesto las alteraciones al medio por el cam- el paisaje nubio se ha apropiado de nueva cuen-
bio climático,54 que están afectando a las poblacio- ta de los templos salvados, envueltos en una páti-
nes originarias y al patrimonio cultural, es crucial na mística que únicamente puede otorgar los rayos
mantener un permanente proceso de revisión y es- del sol, muchas veces reflejados por la superficie del
tudio de los fundamentos de la teoría de conserva- agua; de la misma manera, los templos traslada-
ción y la incentivación de las labores de prospección dos a ultramar han recibido su acta de nacimien-
y registro arqueológico y arquitectónico que sienten to en su nuevo país de residencia, constituyéndose
las bases para marcos normativos y de gestión loca- no sólo en piezas de colección de un museo, sino
les, adaptadas a las condiciones naturales y socioe- también, como en el caso del “madrileño” Debod,
conómicas del lugar. en bienes emblemáticos apropiados por los habitan-
Como parte de esas reflexiones, se debe recono- tes de la ciudad y que fomentan una nueva concien-
cer que un beneficio resultante de la campaña, aun- cia de identidad. Esta última situación que nos hace
dudar si los monumentos reubicados perdieron al-
54 Al momento de escribir estas líneas nos llegan imágenes dra-
máticas de la inundación de los sitios arqueológicos de Hampi y 55 De hecho, en la actualidad en Egipto existen restricciones
Pattadakal en la India, ambos inscritos en la Lista de Patrimonio muy importantes para acceder a algunos sitios de los monu-
Mundial de la unesco. Vid. “Karnataka: Flooding Hits World Heritage mentos relevantes, como las cámaras de la Pirámide Keops, en
Site Hampi; Purandara Mantapa And Chola Mantapa Submerged”, Giza, o las tumbas de Tutankamón o Nefertari, en Luxor, por
recuperado de: <https://swarajyamag.com/insta/karnataka-floo- mencionar algunos, que el Supremo Consejo de Antigüedades
ding-hits-world-heritage-site-hampi-purandara-mantapa-and-chola- controla, procurando reducir alteraciones a dichos monumen-
mantapa-submerged>, consultada en enero de 2020. tos. Nota del autor.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


gún valor debido a su traslado o si incluso dicha ac- preservación, puesta en valor y rescate del patrimo-
ción pudo otorgarles valores adicionales de alguna nio cultural del mundo.
manera. Quizás la unesco, al momento de otorgar la Las tareas cardinales efectuadas en territorio fa-
distinción como Patrimonio Mundial en 1979, reco- raónico, en nuestra Nubia, nos apremian aún más a
noció también el mérito a la labor del hombre del buscar modelos de actuación que abonen a la con-
siglo xx que realizó una verdadera proeza de talla servación del patrimonio cultural integrado a esque-
“faraónica”. mas de desarrollo regional sustentable, traspasando
La campaña de Nubia no fue sólo una lucha con- los límites nacionales o continentales y las circuns-
tra el hambre, sino también una verdadera cruzada tanciales barreras ideológicas; a 60 años de la gran
por la conservación de la memoria ancestral de la campaña, nos compete ahora procurar la preserva-
humanidad. Dimensionar estas dos circunstancias ción de estos monumentos fantásticos, o como los
es una tarea que debemos emprender los conserva- describiera Moiret —un cronista de la expedición
dores del patrimonio cultural del siglo xxi, sumados napoleónica—:
a las visiones de los expertos en materia de preser-
vación natural, desarrollo económico, ingeniería, Esos monumentos indestructibles, obras del poder de
planeación urbana, turismo y antropología, entre los faraones, esas pirámides y obeliscos, esos restos
otras, para generar marcos teóricos de referencia y de templos antiguos, esas ciudades, esos países ilus-
también proyectos que integren las visiones y crite- tres por las hazañas de los macedonios, los romanos,
rios de las diversas ramas científicas para la futura los musulmanes y el más santo de nuestros reyes!56

| 175

56 Capitán Joseph-Maire Moiret, apud Àlex Claramunt Soto, “Na-


poleón y las pirámides de Egipto”, La Razón, Madrid, 20 de julio
de 2019, recuperado de: <https://www.larazon.es/amp/cultu-
ra/napoleon-y-las-piramides-de-egipto-MN24292259?__twitter_
impression=true>, consultada en enero de 2020.

EL SALVAMENTO DE LOS MONUMENTOS DE NUBIA Y EL SURGIMIENTO DEL CONCEPTO DE PATRIMONIO MUNDIAL. UNA REVISIÓN A 60 AÑOS DE LA CAMPAÑA
ALEJANDRA CORTÉS GUZMÁN*

La práctica interdisciplinaria
a partir de la intervención
del camarín de la Virgen de Loreto
en Tepotzotlán
Fecha de recepción: 29 de enero de 2019.
Fecha de aceptación: 26 febrero de 2019.

El proyecto de restauración del camarín de la Virgen de Loreto, emprendido en 2016 por el equipo del Museo Nacional
del Virreinato, fue un trabajo interdisciplinario cuyo eje rector estribó en la discusión sobre las condiciones originales del
espacio y su integración dentro del recorrido y la experiencia del visitante. La rehabilitación buscó subsanar los deterio-
ros causados por la humedad ocasionada por las modificaciones realizadas al edificio; además, se intentó dotar al cama-
rín de rasgos similares a los que probablemente tuvo en el siglo xviii y rescatar su policromía exterior. Aquí se exponen los
criterios museológicos y de conservación seguidos por el equipo para llegar al resultado actual.
Palabras clave: interdisciplina, museología, reintegración cromática, conservación.

The restoration project of the chapel of the Virgin of Loreto in Tepotzotlán, undertaken by the team of the National Mu-
seum of the Viceroyalty in 2016, was an interdisciplinary plan aimed at focusing the debate on the original conditions
of space and its integration within the public’s visit and experience. The rehabilitation project sought to repair damage
176 | caused by humidity generated by later modifications of the building, and to try to give the chapel features similar to those
that it probably had in the eighteenth century and to salvage its exterior polychromy. This article outlines the museolog-
ical and conservation criteria followed by the interdisciplinary team to reach the final result seen today.
Keywords: interdisciplinary, museology, chromatic reintegration, conservation.

T
oda intervención en un inmueble histórico, que a su vez es un museo,
requiere la toma de decisiones basadas en enfoques multidisciplinarios. Ade-
más de la conservación, hay que tomar en cuenta factores museológicos, ya
que en estos espacios encontramos público, por lo que la función comunica-
tiva, la comodidad y la accesibilidad son esenciales. Bajo esta perspectiva, el
enfoque de un proyecto de restauración requiere la visión conjunta de varios especialistas. En
palabras de Francisca Hernández, “vivir el espacio de una catedral o de un museo implica
adentrarse en el tiempo cultural que hizo posible su creación y tener en cuenta las diversas im-
plicaciones históricas, artísticas y sociales que intervinieron en su origen”.1
La restauración del camarín de la Virgen del Colegio de Tepotzotlán ha sido uno de
los proyectos más complejos que se han practicado en las áreas de visita pública del in-
mueble desde su apertura como museo en 1964. Este artículo tiene por objetivo hacer ex-

* Profesora-investigadora de la Dirección del Museo Nacional del Virreinato, inah.


1 Francisca Hernández, El museo como espacio de comunicación, Gijón, Trea, 2003, p. 34.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


plícitos los criterios considerados por el equipo del cer de tal manera las exigencias del mismo que no
Museo Nacional del Virreinato, integrado por res- haya motivo para otro cambio”. En palabras de Ca-
tauradores, historiadores, arqueólogos, museógrafos pitel: “En mantener con vida los edificios históricos
y comunicadores. está el simultáneo origen tanto de la idea de restau-
ración como de las contradicciones”.4
El reto de un museo en un inmueble histórico Las disyuntivas surgen desde el momento en
que existen distintas etapas constructivas en el in-
El Museo Nacional del Virreinato abrió sus puertas mueble que levantó la Compañía de Jesús a lo largo
en 1964 en el antiguo Colegio y Casa de Probación de tres siglos (1580-1767), así como las adaptaciones
de la Compañía de Jesús en Tepotzotlán, Estado de posteriores con los distintos cambios de propietario
México. La insólita eclosión museística que se dio y funciones de los espacios.5 Además, es necesario
en el periodo del presidente Adolfo López Mateos considerar que el conjunto está levantado sobre ves-
llevó a consolidar museos nacionales como una tigios prehispánicos, que son huellas fundamenta-
política para clasificar las colecciones en función les para trazar la línea cronológica completa de la
de los periodos de la historia oficial, y a destinar localidad. Por lo tanto, debemos pensar el inmueble
parte sustantiva del acervo virreinal en custodia no sólo como un conjunto de materiales arquitec-
del inah a Tepotzotlán.2 Desde entonces, el museo tónicos a la vista, sino como un espacio representa-
ofrece al público un doble recorrido: por un lado, el tivo de un largo periodo de asentamiento humano
de los espacios de uno de los colegios más activos de que no arranca en 1580, con la llegada de los jesui-
los jesuitas; y por otro, el de las salas de historia tas, ni tampoco termina en 1767, con su expulsión,
que exhiben objetos de la colección en un recorri- sino que se prolonga en ambas direcciones.
| 177
do museográfico.3 Parte de esa cronología extendida implica la
Como museo alojado en un inmueble histórico, comprensión de las adaptaciones que se hicieron al
el recinto enfrenta las problemáticas propias de la edificio al convertirlo en museo entre 1958 y 1964,
adaptación de un monumento a nuevas funciones cuando se llevaron a cabo varios procesos de restau-
enteramente desvinculadas de su concepción origi- ración y remodelación a cargo de los arquitectos Car-
nal. Antón Capitel, en Metamorfosis de monumentos los Flores Marini y Mario Elizondo, quienes además
y teorías de la restauración, expone la problemática al contaron con la asesoría de reconocidos especialis-
analizar los pensamientos de Eugène Viollet-le-Duc, tas.6 En algunos casos, modificaron sustancialmen-
quien consideraba que “el mejor modo de conser- te las condiciones que desde siglos atrás operaban
var un edificio es encontrarle un destino, y satisfa- en el edificio, especialmente el sistema hidráulico

2 En su mayor parte, dicho acervo se encontraba en el Museo 4 Eugène Viollet-le-Duc, Dictionnaire raisonné de l’architecture
Nacional de Historia, fundado desde 1940 en el Castillo de Cha- française du xie au xvie siècle, s. v., “Restauration”, apud Antón
pultepec. También se incorporaron objetos virreinales que se Capitel, Metamorfosis de monumentos y teorías de la restauración,
encontraban en el Museo de Teotihuacán, así como parte de Madrid, Alianza, 1988, p. 49.
los fondos artísticos de la Catedral Metropolitana, que hasta en- 5 Mónica Martí Cotarelo, “Los avatares del Colegio de Tepot-
tonces había custodiado el Museo de Arte Religioso, además de zotlán”, en Tepotzotlán ayer y hoy. 30 aniversario del Museo Na-
otros acervos. cional del Virreinato, México, Museo Nacional del Virreinato,
3 Colegios de Tepotzotlán: restauraciones y museología, México, 1996, pp. 25-30.
inah, 1964; María del Consuelo Maquívar et al., Museo Nacional 6 Carlos Flores Marini, “Tepotzotlán su restauración y adapta-
del Virreinato y Excolegio de Tepotzotlán, México, Conaculta-inah / ción para museo”, Artes de México, núms. 62-63, año XII, Méxi-
JGH Editores / CVS Publicaciones, 1996. co, 1965, pp. 21-26.

LA PRÁCTICA INTERDISCIPLINARIA A PARTIR DE LA INTERVENCIÓN DEL CAMARÍN DE LA VIRGEN DE LORETO EN TEPOTZOTLÁN


que aprovechaba los desniveles del terreno para la te del recorrido que los asistentes pueden hacer por
canalización del agua. Por ejemplo, la colocación de el inmueble; sin embargo, en 2014 se cerró al públi-
planchas de cemento para nivelación debajo del ca- co debido a que las problemáticas de humedad de-
marín y de las áreas aledañas, problemática que ori- tectadas —desprendimiento de esmalte en el piso
ginó gran parte de los deterioros que fueron motivo de azulejos, alteración cromática en estucos policro-
del proyecto de restauración en 2016.7 mados, filtraciones por la cúpula y la linternilla—
ponían en riesgo a los visitantes, quienes a su vez
Proyecto de intervención del camarín de la Virgen contribuía a aumentar el deterioro.
El área de Conservación del museo, a cargo de
El camarín de la Virgen es uno de los tres espacios Xochipilli Rossell, se dio a la tarea de registrar con
que conforman las capillas adosadas al templo de minuciosidad los daños en el piso y guardapolvo
San Francisco Javier. Las otras dos son la Casa de para determinar las causas. La extraordinaria visi-
Loreto y el relicario de San José. Para la primera mi- bilidad que proporcionó el georradar de las capas
tad del siglo xviii, la Compañía de Jesús empezó a subyacentes y las superficies arquitectónicas, así
modificar diferentes espacios del Colegio de Tepot- como el análisis riguroso de la información arrojada
zotlán, por ejemplo, levantó el camarín de la Virgen por el equipo del doctor José Ortega, del Laborato-
—diminutivo de cámara— por detrás del retablo de rio de Geofísica del inah, y el escaneo 3D por parte
la Casa de Loreto. El espacio tenía un carácter ín- del equipo técnico de la Coordinación Nacional de
timo, ya que servía para cambiar los ropajes y las Monumentos del inah, ayudaron a ubicar el proble-
alhajas de la escultura, la cual se colocaba en el fa- ma en el paso constante de humedad del subsuelo
nal con vista hacia ambos lados. Hacia la década de hacia la superficie, en gran parte ocasionado por la
178 |
1750 se emprendieron otras remodelaciones para incompatibilidad de materiales utilizados entre los
construir la hospedería y renovar el camarín con re- años sesenta y setenta —esencialmente, el relleno
tablos y pinturas de Miguel Cabrera. Para ese mo- artificial y la capa de cemento en la plaza exterior
mento, la Casa de Loreto de Tepotzotlán ya era un contigua al conjunto de capillas de la Casa de Lore-
importante santuario mariano. Los peregrinos po- to—. Tal situación, aunada a la poca ventilación pro-
dían acceder a la Casa, pero no al camarín, pues era vocada por la cancelación de una de las ventanas y
la habitación privada de la Virgen. el cambio de materiales originales, impedía la salida
Se trata de uno de los pocos espacios de ese tipo del agua de acuerdo al sistema hidráulico original.9
que todavía se conservan en México con el mismo La restauración que se llevó a cabo de agosto a di-
aspecto que se le dio en el siglo xviii.8 A partir de la ciembre de 2016, bajo la dirección de Sara Gabriela
inauguración del museo, su visita ha formado par- Baz Sánchez, es un ejemplo de las estrategias de ges-
tión enfocadas en la solución de problemáticas que
7 Vid. la memoria de la restauración e inauguración en Colegios
de Tepotzotlán, op. cit., pp. 37-43; Jorge Gurría Lacroix (ed.), Mu- 9 Ricardo Peza, Informe de trabajo del proyecto: Restauración del
seo Nacional del Virreinato. Guía oficial, México, sep-inah, 1967. camarín de la Virgen, disar-Museo Nacional del Virreinato, Mé-
8 Otros ejemplos se encuentran en el oratorio de San Felipe xico, 2017; Xochipilli Rossell y Ricardo Peza, “Detalle, armonía y
Neri, en San Miguel de Allende, Guanajuato, y el del santuario descubrimiento: el ornamento como discurso arquitectónico en el
de Ocotlán, en Tlaxcala; ambos conservan el esplendor del siglo camarín de la Virgen”, en María del Consuelo Maquívar et al., Mu-
xviii. También existe el del santuario de Los Remedios en Nau- seo Nacional del Virreinato. Esplendor de Tepotzotlán: el camarín de la
calpan, Estado de México, el cual ha perdido, lamentablemente, Virgen de Loreto, México, Secretaría de Cultura-inah / Secretaría de
gran parte de su decoración, salvo en la cúpula. Educación del Gobierno del Estado de México, 2018, pp. 151-207.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Figura 1. Gráfico de las personas que participaron en el proyecto de manera interdisciplinar según su especialidad. Elaboración de Alejandra Cortés Guzmán.

atañen a ambas caras de la misión del recinto. El de- to, el proyecto reunió a restauradores, arquitectos,
sarrollo del proyecto no sólo resultó en la reapertura científicos, arqueólogos, museógrafos, albañiles y
del camarín, sino que también brindó la oportuni- administradores, que trabajaron de manera conjunta
dad de plantear cuestiones de carácter museológico, para lograr la ejecución de un proyecto en los térmi-
relativas a los criterios de recuperación histórica del nos que demanda la interdisciplina: más que como
inmueble en términos de comunicación y experien- simple comunicación, como un diálogo para com-
cia del visitante durante su recorrido. Al ser un pro- prender qué es lo que está pasando (figura 1).11
yecto que tendría un impacto directo en el público, Resultó especialmente enriquecedor el diálogo
se consiguió el apoyo del Gobierno del Estado de Mé- entablado entre el área de conservación, la empresa
| 179
xico, a través de la Secretaría de Turismo, encabeza- responsable de la ejecución del proyecto, disar. Ar-
da por la maestra Rosalinda Benítez González, para quitectura y Diseño y Servicios Generales, y el área
reabrir este destino cultural y turístico, uno de los de Investigación del museo. Los representantes de
más visitados del estado. cada una fueron: Xochipilli Rossell, restauradora;
Ricardo Peza, arquitecto; y Verónica Zaragoza, histo-
El trabajo interdisciplinario riadora del arte, respectivamente. La interacción ge-
nerada reveló aspectos fundamentales mediante los
Las acciones emprendidas en el proceso de inter- cuales fue posible definir las acciones a seguir con
vención del camarín de la Virgen estuvieron sus- una justificación histórica pertinente.
tentadas en un enfoque interdisciplinario que buscó La restauradora Xochipilli Rossell, con más de una
compaginar diversas áreas de especialidad, con el década laborando en el recinto, aportó el conocimien-
fin de aproximarse al contexto de manera amplia, to del inmueble desde una perspectiva integral, ade-
para evitar relativismos en la interpretación, y sobre más de que estuvo a cargo del monitoreo practicado
todo, aportar de manera significativa al conocimien- in situ, desde que se empezó a detectar la problemá-
to que actualmente se tiene del inmueble.10 Por tan- tica, y el contacto directo con el espacio de manera
cotidiana, lo que brindó un panorama certero de los

10 Vid. Rocío Rosales Ortega, Servando Gutiérrez Ramírez y José


L. Torres Franco (coords.), La interdisciplina en las ciencias socia- 11Joe Moran, Interdisciplinarity, Nueva York, Routledge  (The
les, Barcelona / México, Anthropos / uam-Iztapalapa, 2006. New Critical Idiom), 2010, p. 16.

LA PRÁCTICA INTERDISCIPLINARIA A PARTIR DE LA INTERVENCIÓN DEL CAMARÍN DE LA VIRGEN DE LORETO EN TEPOTZOTLÁN


fenómenos involucrados. El arquitecto Ricardo Peza, de una escultura, una ventana con la vidriera origi-
originario de Tepotzotlán y heredero de una tradición nal o los restos de pintura en los muros al exterior, lo
familiar que se ha preocupado desde hace varias ge- que condujo a buscar información documental sobre
neraciones por el patrimonio de la localidad, se ha cada tema en particular.
enfocado al inmueble desde la perspectiva de la res- Al concluir la restauración del interior y el exte-
tauración histórica. Continuamente acude a fuentes rior del camarín, fue patente que los hallazgos regis-
primarias para entender la problemática, al tiempo trados durante la intervención modificaban algunas
de documentar con investigación profunda las deci- de las hipótesis planteadas al principio; ello permi-
siones que competen a su profesión. tió hacer una nueva lectura que condujo a replan-
La investigadora Verónica Zaragoza, además de tear las etapas y los procesos constructivos, tanto
ser una de las decanas del museo, se ha especiali- del camarín como de la Casa de Loreto.
zado desde hace más de veinte años en la historia La conjunción de especialidades se vio enri-
del colegio y en el estudio de las fuentes documen- quecida con la participación de la Coordinación
tales para comprender la labor de la Compañía de Nacional de Museos y Exposiciones (cnme), particu-
Jesús en el inmueble y sus funciones. La revisión larmente gracias al conocimiento del inmueble que
historiográfica llevada a cabo por Zaragoza sobre tiene Mónica Martí, quien fuera investigadora del
la Casa de Loreto y el camarín de la Virgen ofre- museo durante 17 años. Su participación contribu-
ció un contexto histórico general de estas capillas. yó no sólo a un mejor entendimiento del edificio
Se dio a la tarea de buscar datos precisos sobre las como un todo, sino que a su vez aportó lineamien-
etapas constructivas, el programa iconográfico y el tos institucionales a propósito de cómo gestionar las
uso que tuvieron originalmente. Al compartir la re- visitas al espacio según las políticas del inah para
180 |
visión historiográfica con los coordinadores del pro- una adecuada atención al público. De igual manera,
yecto, la restauradora Rossell y el arquitecto Peza, fue trascendental la colaboración cercana que brin-
surgieron las primeras hipótesis de trabajo que, des- dó la Coordinación Nacional de Monumentos His-
pués de la intervención, serían confirmadas, modi- tóricos (cnmh), encabezada por Arturo Balandrano
ficadas o rechazadas. Campos, a través de Antonio Mondragón Lugo, Ale-
Antes de iniciar los trabajos de restauración se jandro Machuca Martínez y Guillermo Fuentes Mal-
dio una plática a todos los profesionales que inter- donado, quienes supervisaron y aportaron criterios
vendrían el camarín, con el fin de que conocieran relativos a los aspectos técnicos de la reintegración
los antecedentes históricos del espacio a interve- cromática que se practicó en el exterior del cama-
nir. Esta visión histórica, artística e iconográfica del rín. El proyecto contó también con la supervisión
espacio, contribuyó a que los restauradores identi- y el asesoramiento de la Coordinación Nacional de
ficaran los elementos que confirmarían o no las hi- Conservación del Patrimonio Cultural (cncpc), en-
pótesis planteadas. cabezada por Liliana Giorguli Chávez, y en parti-
La investigación la continuó Verónica Zaragoza, cular las visitas consuetudinarias de Dora Méndez
y además se consultaron fuentes primarias, como Sánchez, subdirectora de Conservación en Talleres
las Cartas Annuas y los catálogos de la Compañía de e Investigación de Bienes Culturales.
Jesús. Además, se visitó continuamente el camarín Por lo tanto, el trabajo interdisciplinar no sólo
para conocer los trabajos que se llevaban a cabo y los tuvo lugar entre el equipo del museo, sino que abar-
hallazgos encontrados, como la firma en el interior có las áreas normativas del inah a través de las coor-

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


dinaciones nacionales competentes. Se recurrió a mía. Su artículo resulta de gran valor porque toca
una metodología para abordar la investigación his- una temática del inmueble que no ha sido estudia-
tórica, la elección de fuentes, el análisis de material da, es decir, la pintura mural que se encuentra en
gráfico y planimétrico para definir el camino propi- los distintos espacios del edificio, exteriores e inte-
cio para abordar las interrogantes precisas relativas riores. Además, plantea interrogantes sobre el sim-
a la comprensión del fenómeno arquitectónico in- bolismo del color en la concepción iconográfica de
terior, así como aquéllas relacionadas con el entor- la Compañía de Jesús y su relación con el uso de los
no urbano inmediato y su inserción en el paisaje. espacios. En términos de la interdisciplina, resulta
Gracias a este enfoque se logró una perspectiva más fundamental el análisis de la pintura mural por par-
completa para encontrar soluciones interdisciplina- te del conservador, ya que generalmente se encuen-
rias a los aspectos que se mencionan a continuación. tra cubierta o presenta algún grado de desgaste que
hace difícil su estudio por parte del historiador del
Policromía del exterior del camarín de la Virgen arte, sin la previa labor de rescate del restaurador.
Los procedimientos para revelar los vestigios de
Una de las recuperaciones históricas más trascen- la policromía se llevaron a cabo meticulosamen-
dentes que derivó de la intervención y que no te, apegándose en todo momento al discernimien-
estaba contemplada en el proyecto inicial, fue la re- to objetivo, de modo que los trazos, motivos, tonos
integración de la policromía en los muros exteriores y materiales que se pueden apreciar como resul-
del camarín de la Virgen. Los trabajos de impermea- tado de la reintegración cromática corresponden a
bilización que se llevaron a cabo para contrarres- vestigios históricamente coherentes. En los casos
tar las filtraciones de humedad abrieron la valiosa en los que no existía información suficiente, no se
| 181
oportunidad de descubrir rastros de pintura mural procedió a reintegrar o a completar de forma subje-
que develaron los esgrafiados, los diseños y la gama tiva o interpretativa. Por esta razón, como reporta
cromática con la que estuvo pintada la cúpula y la Rossell, el esquema ornamental se restituyó en un
linternilla en el siglo xviii. La decisión de devolver 40 %. En palabras de Antón Capitel, la cuestión dia-
esta apariencia al edificio fue tomada de forma co- léctica más importante de la idea de restauración
legiada entre la cncpc y el área de Conservación del es “la necesidad del rescate de un edificio del pasa-
museo. Los criterios se basaron en aspectos de con- do, parcialmente perdido o lacerado, enfrentada a
servación, pero también de índole histórica, pues se la imposibilidad global de recobrarlo realmente”.12
buscó responder al cuestionamiento de las implica- En el ámbito histórico, la reintegración cromá-
ciones que tiene la reintegración cromática en una tica de pintura mural en los exteriores de edificios
sección del inmueble que ha tenido apariencia de virreinales ha sido particularmente estudiada por
“piedra desnuda” para muchas generaciones vivas Juan Benito Artigas13 y defendida de forma per-
que han convivido con él por años y es parte de su
12
imaginario cultural. Antón Capitel, op. cit., p. 17.
13 Juan Benito Artigas, La piel de la arquitectura. Murales de Santa
Xochipilli Rossell documenta, en el artículo “Pos-
María Xoxoteco, México, unam, 1979; Juan Benito Artigas, “Prólo-
ta de color y tiempo. La recuperación de la pintu- go. Introducción a la arquitectura del siglo xvi”, en Agustín Piña
ra mural en el exterior del camarín de la Virgen de Dreinhofer, Arquitectura del siglo xvi, México, unam (Material de
Lectura 3, serie Las Artes en México), 2013, pp. 3-7, recuperado
Loreto”, publicado en el número 43 de este boletín, de: <http://www.materialdelectura.unam.mx/images/stories/
el proceso de hallazgo y reintegración de la policro- pdf5/arquitectura-del-siglo-xvi.pdf>.

LA PRÁCTICA INTERDISCIPLINARIA A PARTIR DE LA INTERVENCIÓN DEL CAMARÍN DE LA VIRGEN DE LORETO EN TEPOTZOTLÁN


manente por David Wright Carr, a partir de casos su vocabulario particular en el contexto del periodo
en los que considera que “el tratamiento de las su- en cuestión.16
perficies arquitectónicas [...] siguen siendo violadas Como han planteado Artigas y Wright Carr, la po-
como práctica cotidiana en las restauraciones”.14 Es- licromía fue una de las características fundamentales
tos autores se han preocupado por enfatizar la ne- de la arquitectura novohispana. Esta expresión artís-
cesidad de “defender la piel de la arquitectura” en tica encontró antecedentes, en la tradición prehis-
contra del “raspado” de superficies en boga en la dé- pánica, en la preparación de aplanados y enlucidos
cada de los ochenta, con la consecuente demolición pintados en el acabado de edificios: “y este gusto y
de los terminados, a favor de la visibilidad de los sis- costumbre por el color perdura, con la pintura direc-
temas constructivos. ta, y con el empleo de yeserías y estucados, azulejos
La relevancia de recuperar la valiosa información y ajaracas, en las diversas épocas de su desarrollo”.17
que proporcionan los aplanados, los enlucidos y sus Desde el primer siglo de evangelización en Nue-
capas pictóricas, no sólo proporciona elementos para va España, y con base en los conceptos de urbaniza-
ampliar el conocimiento de las técnicas constructi- ción prehispánica, las poblaciones fueron concebidas
vas, sino que reintegra la apariencia de los monumen- a partir de la plaza rodeada por la iglesia o el edificio
tos respecto a su composición visual y da a conocer conventual formando un núcleo que, con frecuencia,
zonas o composiciones arquitectónicas definidas me- representaba el centro de una extensa región geográ-
diante el color o los contornos; enfatiza y jerarquiza fica.18 Como puntos de referencia, estos monumen-
elementos (sillares fingidos, figuras geométricas, ce- tos debían ser lo suficientemente visibles para las
nefas, frisos grutescos, fajas fitomorfas y elementos propias urbes, así como para los “pueblos de visita”,
figurativos); articula superficies y resalta planos y vo- caminos y localidades cercanas, por lo que el uso de
182 |
lúmenes para crear contrastes cromáticos como guía color en los muros pudo haber contribuido a llamar
de la mirada, al tiempo que refuerza el efecto emoti- la atención sobre su posición en el entorno.
vo y teatral de las composiciones.15 En el caso del Colegio y Casa de Probación de Te-
Lo anterior es un indicador claro de que la lectu- potzotlán, la policromía exterior del edificio resulta
ra visual del edificio depende, de manera conside- aún más significativa por tratarse de un enclave al
rable, de los recubrimientos pictóricos que pudiera norte de la ciudad, en una zona a la que la arqueólo-
tener. Por lo tanto, no es gratuita la información que ga Josefina Gasca atribuye filiación otomí y nahua.19
proporcionan, ya que la percepción del paisaje ur- Los pueblos de esta región, dedicados principalmen-
bano está vinculada con la forma en la que la poli-
cromía hace vibrar a los volúmenes arquitectónicos, 16 Vid. John Gage, Colour and Culture. Practice and Meaning from
además de la carga simbólica que implica el color y Antiquity to Abstraction, Londres, Thames & Hudson, 1993.
17 Juan Benito Artigas, op. cit., 2013, p. 5.
18 Juan Benito Artigas (ed.), op. cit. 1995; George Kubler, Arqui-
14 David Charles Wright Carr, “Los acabados de los monumentos tectura mexicana del siglo xvi, México, fce, 1983.
novohispanos y la petrofília al final del siglo XX”, en La abolición 19 El estudio de Tepotzotlán, como parte del Camino Real de Tie-
del arte. XXI Coloquio Internacional de Historia del Arte, México, rra Adentro, ha estado a cargo de la arqueóloga Josefina Gasca Borja
Instituto de Investigaciones Estéticas-unam, 1998, p. 143; y del desde 2009, a quien agradezco sus comunicaciones orales al respec-
mismo Wright Carr, “La restauración del templo de Santa Rosa to y los dos artículos inéditos que me facilitó con generosidad: “Re-
de Viterbo en Querétaro”, Cuadernos de Arquitectura Virreinal, construyendo las huellas de un viejo camino: El Camino Real de
núm. 16, México, 1995, p. 64. Agradezco a Ricardo Peza sus apor- Tierra Adentro a su paso en el hoy Estado de México y suroeste del
taciones al respecto del tema y las referencias bibliográficas. Estado de Hidalgo”, en coautoría con Ricardo Peza, 2013; y “El Cami-
15 David Charles Wright Carr, op. cit., 1998, pp. 150-151. no Real de Tierra Adentro. Tramo: Estado de México”, 2011.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


te a actividades agrícolas, transportaban sus mercan-
cías por medio de arrieros en la época virreinal. De
esta manera, Tepotzotlán se convirtió en parada del
camino entre México y Querétaro, junto con otros
poblados que venían desde Santiago de Tlatelolco,
Tlalnepantla, Naucalpan, Tultitlán, Villa de Guadalu-
pe, San Cristóbal Ecatepec, Cuautitlán, Huehuetoca,
y seguían hacia Coyotepec, Tepeji del Río, Santiago
Tlautla, Tula, Jilotepec, Arroyo Zarco y Aculco.20
Este Camino Real —así llamado porque condu-
cía a los reales de minas novohispanos de los que se
extraía el mineral argentífero propiedad de la Coro-
na—, fue la ruta principal entre los siglos xvi y xix,
de la Ciudad de México hasta la villa de Santa Fe
en Nuevo México.21 Llegaba a las inmediaciones de
Tepotzotlán a través de la ruta a Puente Grande, la
cual se dividía más adelante, en Las Ánimas, y se
tornaba en un camino de recuas y de carretas, según
las investigaciones de la arqueóloga Josefina Gasca.
Desde aquellos caminos, al igual que sucede en la
actualidad desde la autopista México-Querétaro, que Figura 2. Vista del Museo Nacional del Virreinato desde la Autopista México-
Querétaro. Fotografía de Alejandra Cortés Guzmán.
| 183
pasa aproximadamente a un kilómetro de la loma
que funciona como punto estratégico sobre el que La presencia de pintura mural en exteriores debió
se levanta el inmueble del colegio jesuita, se alcan- haber sido generalizada en el inmueble. Estos descu-
za a ver su estructura de piedra a la distancia. Los brimientos resultan fundamentales como punto de
muros policromados del edificio en tonos naranjas, partida para las investigaciones que tendrán que irse
amarillos, blancos, así como los contornos negros, completando con el tiempo. En este sentido, las in-
posiblemente contribuían a divisar el asentamiento tervenciones paulatinas del inmueble, fundamenta-
que además sirvió para el abastecimiento de las mi- les como parte de la conservación del monumento,
siones y colegios jesuitas norteños (figura 2). seguirán brindando oportunidad para analizar la per-
Así, es factible pensar que el resto del conjunto tinencia de su restitución. Tal fue el caso de la recu-
también estaba policromado; tanto el arquitecto Peza peración de la superficie pictórica de las fachadas en
como la restauradora Rossell han encontrado vesti- el patio de la hospedería, que se logró a partir de los
gios en la fachada del templo de San Francisco Javier. trabajos de restitución de aplanados que practicó
la Coordinación Nacional de Obras y Proyectos en
20 Miguel Vallebueno, “Aproximación histórica del Camino Real
2016. La pintura mural descubierta reveló el uso de
de Tierra Adentro”, en El Camino Real de Tierra Adentro. Travesía
histórica y cultural al septentrión novohispano, Durango, Gobierno un delineado negro para representar sillares simula-
del Estado de Durango, 2011, p. 48. dos sobre la piedra, que quedaron expuestos y ahora
21 Vid. Cinco siglos de identidad cultural viva. Camino Real de Tie-
rra Adentro. Patrimonio de la Humanidad, México, Secretaría de ofrecen una lectura distinta de ese patio destinado a
Cultura-inah / Gobierno del Estado de México, 2016. recibir a los peregrinos (figura 3).

LA PRÁCTICA INTERDISCIPLINARIA A PARTIR DE LA INTERVENCIÓN DEL CAMARÍN DE LA VIRGEN DE LORETO EN TEPOTZOTLÁN


de Nazaret (la Casa de Loreto), lugar de la Encarna-
ción de Jesús.
Verónica Zaragoza halló y estudió un documento
inédito localizado en el Archivo Histórico de la Pro-
vincia Mexicana de la Compañía de Jesús, el cual
permite abundar en el conocimiento sobre Pedro Me-
dina Picazo y su familia, benefactores que costearon
la construcción del templo.23 Zaragoza analizó ade-
más la vinculación con la edificación de la Casa de
Figura 3. Patio de la Hospedería con la pintura mural de los sillares. Fotografía Loreto en 1679-1680, cuyas medidas habían sido traí-
de Alejandra Cortés Guzmán.
das por el padre Zappa desde Italia para ser levanta-
Pasarela para recorrido por las tres capillas da de manera paralela a la iglesia. La equiparación
de la Casa de Loreto del “traslado” de las medidas con el propio milagro de
“traslación” de los ángeles que había salvado la casa
Otro de los aspectos en los que el proyecto de inter- de profanación en 1291 le confería el carácter de re-
vención del camarín de la Virgen impactó de mane- liquia, pues representaba poder estar en uno de los
ra directa al público fue la posibilidad de un nuevo sitios de Tierra Santa. En el relicario era posible cons-
recorrido que expusiera las tres capillas que inte- tatar la presencia de un fragmento de la túnica de san
gran el conjunto de la Casa de Loreto, con las condi- José llegada a Nueva España en 1578.24
ciones de conservación necesarias para el espacio y Con la intención de ofrecer al público la posibili-
las obras que lo integran. Para lograrlo fue primor- dad de seguir el recorrido original de un peregrino
184 |
dial la renovación de la pasarela que se había colo- en el siglo xviii, se abrió el paso a la Casa de Loreto
cado en la década de los noventa, y que únicamente para dar continuidad a la estructura de la pasarela y
cubría la longitud de los corredores. comunicar las dos puertas que flanquean su nave.
En este sentido, resultaron oportunas las revisio- Aunque no se tiene certeza de cómo debió haber
nes historiográficas que llevó a cabo Verónica Zara- sido cuando los peregrinos acudían a Tepotzotlán, la
goza respecto del significado de este espacio y su presencia de las dos puertas al final de cada uno de
relación con los propósitos de la Compañía de Je- los corredores laterales que dan acceso al camarín,
sús. Recordemos que, para esta Orden, tanto la Casa y que ahora permanecen abiertas, llevó al equipo a
de Loreto como el relicario de San José tenían el ca- reflexionar sobre su función en el siglo xviii. El pro-
rácter de “lugares de reliquias”.22 En ambos, los pe- ceso de restauración comprobó la hipótesis de que
regrinos que llegaban a Tepotzotlán podían tener la estaban pensadas para permanecer cerradas, obser-
experiencia de la “composición viendo el lugar” que vación a la que se llegó tras reintegrar la decoración
constituía el sentido ignaciano de la vida espiritual,
mediante la visualización de la réplica de la Casa 23 Verónica Zaragoza, “Pedro de Medina Picazo S.J., insigne be-
nefactor”, Boletín de Monumentos Históricos, 3a época, núm. 43,
mayo-agosto 2018, pp. 137-153.
22 Vid. Clara Bargellini, “Lugares de reliquias: la Capilla de Lore- 24 Vid. Mónica Martí Cotarelo, “El relicario de San José”, en Te-
to y el Relicario de San José”, en Alma Montero Alarcón, Jesuitas. potzotlán: la vida y la obra en la Nueva España, 2a ed., Méxi-
Su expresión mística y profana en la Nueva España, Toluca, Méxi- co, Conaculta / Museo Nacional del Virreinato / Asociación de
co, inah / Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal- Amigos del Museo Nacional del Virreinato / Fundación Banco-
Gobierno del Estado de México, 2011, pp. 199-212. mer, 2003, pp. 155-156.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


la misión de difusión del patrimonio que tiene el inah,
y así garantizar el acceso a sitios privilegiados para po-
der disfrutar de un recinto museístico que por misión
institucional es de carácter público.
El nuevo diseño de la pasarela que se colocó
cumple así con el objetivo de dar acceso a uno de
los pocos camarines novohispanos que se conser-
van en la actualidad, al tiempo de lograr los obje-
tivos de conservación que garantizan la visita al
espacio a largo plazo. La solución aplicada facilita
la evaporación de humedad procedente del subsue-
lo y detiene la formación de cristales de sales en
la cerámica del piso, que es un valioso ejemplo del
trabajo de azulejo en el siglo xviii. La estructura dise-
ñada por el arquitecto Mondragón, en conjunto con
el museógrafo del museo, Diego Gaytán Mertens, y
la asesoría de Rossell y Peza, se planeó para que tu-
viera tanto una ligereza necesaria que no sobrecar-
gara el piso e impediera contacto con la superficie
mediante protecciones de neopreno en los sopor-
tes, como la visibilidad indispensable para apre-
| 185
ciar su belleza. Se buscaron materiales, colores y
texturas que compitieran lo menos posible con el
Figura 4. Puertas del camarín cerradas desde los pasillos laterales de la Casa inmueble, al tiempo de impedir el contacto de la es-
de Loreto. Fotografía de Alejandra Cortés Guzmán.
tructura con los muros (figuras 5, 6 y 7).
de la cara que da hacia el pasillo y que es lo que ve- La solución propuesta permite al visitante cami-
rían los peregrinos. Esta conclusión no resultaba sor- nar por los pasillos y admirar de cerca la sencillez
prendente debido a que mantenía coherencia con la de la casa, lo cual se ve reforzado por lo estrecho del
función de un camarín como “recámara” de la ima- espacio. Tal circunstancia, que podría percibirse de
gen que se veneraba en el fanal y que, por lo tanto, manera adversa para la comodidad del público, con-
el acceso a ella estaba restringido sólo a los religiosos tribuye a que se perciba la experiencia que tenían
para realizar los cambios de vestimenta y accesorios los devotos de la pobreza de la Casa de Nazaret, aso-
cuando salía en procesión (figura 4). ciada al carácter simbólico que buscaba transmitir
Dentro del debate interdisciplinario que caracteri- la Compañía de Jesús respecto “a las virtudes de la
zó el proyecto, una de las discusiones que tuvo lugar humildad y de la obediencia, esenciales en la his-
fue la posibilidad de mantener las puertas cerradas toria de la Encarnación, desde la humildad de Dios
para que el visitante comprendiera la función del es- que se hizo hombre hasta la obediencia de María
pacio y compartiera las sensaciones de los peregrinos que aceptó ser su madre”.25
en aquella época; sin embargo, la orientación de la
cnme llevó a descartar esta opción y a dar prioridad a 25 Clara Bargellini, op. cit., p. 205.

LA PRÁCTICA INTERDISCIPLINARIA A PARTIR DE LA INTERVENCIÓN DEL CAMARÍN DE LA VIRGEN DE LORETO EN TEPOTZOTLÁN


Figuras 5, 6 y 7. Pasarela colocada en pasillos laterales e interior de la Casa de Loreto. Fotografías de Alejandra Cortés Guzmán.

Como se mencionó desde el inicio, el cambio agregado posiblemente a finales del siglo xix o prin-
de uso de un monumento conlleva el riesgo de que cipios del xx. Este hallazgo permitió también recrear
surjan contradicciones en cuanto a su adaptación al en las ventanas el emplomado original.
momento de concretar su conservación. Por ejem- Los trabajos también confirmaron que eran
plo, en este caso, se suscitó la imposibilidad de tocar ocho las ventanas, en correspondencia lógica con
los muros con la estructura incorporada, ello por el la planta octagonal, en lugar de las siete que has-
lineamiento dictado por la cnmh, y además, la es- ta el momento eran visibles. A partir de la sustitu-
trechez del espacio imposibilitó la colocación de un ción de materiales, la luz cambió notablemente y,
186 |
barandal anclado a los muros. Esto es parte de las por lo tanto, resaltó el brillo y los colores de los reta-
limitaciones que imponen los monumentos histó- blos, esculturas, estucos y pinturas del interior, con
ricos frente a las necesidades de accesibilidad. Por lo que se incrementó de manera significativa la sen-
tanto, en el futuro es necesario seguir analizando la sación de calma y la exaltación emotiva que gene-
adaptación de esta estructura para dar mayor sen- ra este espacio dedicado a la glorificación de María:
sación de seguridad al paso, sin afectar las condicio-
nes de conservación requeridas. Todo dirige la atención hacia la cúpula en la cual está
representada de nuevo la glorificación de María, aquí
Iluminación natural en el interior del camarín en su asunción al cielo entre ángeles, en presencia de
los apóstoles y cuatro santos jesuitas, acompañados
Otra recuperación histórica del inmueble que se lo- por representantes de los pueblos del mundo.26
gró gracias al trabajo interdisciplinario, fue resulta-
do de la restitución de la iluminación original del Por lo anterior, se decidió eliminar las fuentes de
camarín por medio de la sustitución del alabastro iluminación artificial para dar paso a la percepción
que se había colocado en las ventanas en la déca- estética de la luz natural y su significado simbólico
da de 1960; ese elemento se reemplazó por un vi- dentro del espacio (figura 8).
drio translúcido similar al que tuvo en el siglo xviii,
el que se descubrió en la ventana del muro nor-
poniente, la cual estaba cubierta por un elemento 26 Ibidem, p. 212.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


motivo de la restauración de 2016, la cual es una
valiosa memoria del proyecto.28

Conclusiones

El proyecto del camarín de la Virgen, en 2016, las obras


del patio de la hospedería y las excavaciones arqueoló-
gicas que se practicaron en las áreas aledañas ese mis-
mo año fueron una respuesta a necesidades específicas
de conservación del inmueble; sin embargo, en todo
momento se ponderó el impacto directo con el público,
al ser un espacio de visita cultural y turística nacional
Figura 8. Luz en el interior del camarín. Fotografía de Alejandra Cortés Guzmán.
e internacional. Este reto significó insertar el proyecto
Nuevos datos para la cronología del Colegio de restauración dentro de un engranaje museológico
de Tepotzotlán más amplio, lo cual conjugó el análisis técnico, científi-
co y académico que aportan disciplinas como la restau-
Los hallazgos descritos derivaron en la necesidad ración, la arquitectura, la historia y la arqueología, con
de repensar la cronología del inmueble y empren- los requerimientos museográficos del recinto como es-
der una investigación profunda de fuentes, tarea pacio de vivencia y comunicación.
que estuvo a cargo del arquitecto Peza, quien com- Los trabajos arrojaron un cúmulo de datos valio-
paró la información preexistente con los nuevos sos para la documentación e interpretación que no
| 187
datos que pudo deducir durante la intervención.27 sólo rebasaron los confines de los espacios interve-
El resultado es una cronología que sirve de pun- nidos, sino los límites cronológicos de los periodos
to de partida para abrir nuevas líneas de investiga- acotados. Entre ellos fue muy valioso profundizar
ción, ya que los datos que aporta no sólo se limitan en el conocimiento sobre el sistema hidráulico ori-
al camarín de la Virgen, sino que abarcan otros es- ginal para revertir las adecuaciones que lo modifica-
pacios del colegio, principalmente el templo de ron durante su adaptación como museo, con lo que
San Francisco Javier. En este sentido, es valiosa pudo detenerse el deterioro. El conjunto construido
la relación entre ambos, al confirmar la autoría de por los jesuitas se basaba en las pendientes natura-
Miguel Cabrera de los ocho retablos que actual- les en la topografía del terreno para aprovechar ca-
mente se aprecian en el camarín, al igual que los nales subterráneos y aguas rodadas que irrigaran las
10 que se habían colocado en la nave de la igle- distintas áreas según las necesidades.
sia entre 1750 y 1758. La hipótesis ya había sido Por lo tanto, en cualquier intervención de este in-
mencionada por la doctora Consuelo Maquívar y mueble es fundamental entender que dicho sistema es
es oportunamente comentada en el texto de su au- parte integral del conjunto arquitectónico y, por lo tan-
toría incluido en la publicación que se editó con to, está estrechamente ligado a su adecuada conserva-

27 Ricardo Peza, “Etapas constructivas del templo de San Fran- 28 María del Consuelo Maquívar, “Una alhaja transportada
cisco Javier de Tepotzotlán (1670-1764)”, Boletín de Monu- por los ángeles: la Casa de Loreto y su camarín en Tepotzot-
mentos Históricos, 3a época, núm. 43, mayo-agosto 2018, pp. lán”, en María del Consuelo Maquívar et al., op. cit., 2018,
154-175. pp. 25-58.

LA PRÁCTICA INTERDISCIPLINARIA A PARTIR DE LA INTERVENCIÓN DEL CAMARÍN DE LA VIRGEN DE LORETO EN TEPOTZOTLÁN


ción. Se trata de un “edificio inteligente”, como lo ha la información actual, ayudará a seguir develando
llamado Mónica Martí, al estudiar los espacios concebi- la complejidad de este inmueble jesuita, y contri-
dos por la Compañía de Jesús en Tepotzotlán.29 buirá a su preservación a largo plazo.
Los trabajos de mantenimiento y restauración, Como resultado de este proyecto se estableció
así como los rescates y salvamentos arqueológicos un Seminario de Investigación Interdisciplinar so-
emprendidos en el inmueble en décadas anteriores bre el Colegio de Tepotzotlán, el cual dio inicio a
ya se habían enfocado a la relevancia del sistema hi- partir de enero de 2017, con carácter permanente, y
dráulico.30 Tal es el caso de la intervención practi- con el fin de documentar y dar seguimiento al avan-
cada en el atrio de los Olivos con el fin de crear un ce en el conocimiento del inmueble.
espacio adecuado para la recepción de los visitantes La complejidad del conjunto arquitectónico del
del museo, además de mejorar el ingreso de los fe- Colegio de Tepotzotlán y sus condiciones actua-
ligreses a la iglesia de San Pedro que se encuentra les como monumento-museo seguirán brindando
a un costado.31 Además de lograr la adaptación fun- oportunidades para continuar labores de conserva-
cional a las necesidades de uso actual, se procuró la ción, restauración y adaptación museográfica, en
rehabilitación del sistema de aguas rodadas.32 El co- los que la práctica de la interdisciplina tendrá mu-
nocimiento obtenido en aquel momento, aunado a cho que decir.

188 |
29 Mónica Martí Cotarelo, “Arquitectura jesuita para la formación:
noviciado y juniorado en el Colegio de Tepotzotlán”, Dimensión
Antropológica, año 17, vol. 49, México, mayo-agosto de 2010.
30 Las principales intervenciones se concretaron entre 1986 y 2002,
y contaron con la participación de la arqueóloga Reyna Cedillo,
quien practicó excavaciones en diversas áreas, con las cuales obtu-
vo hallazgos que arrojaron información sobre los vestigios prehispá-
nicos, además de datos relativos a las primeras etapas constructivas
franciscanas. Vid. Reina Cedillo Vargas, “Exploraciones arqueológi-
cas en el Museo Nacional del Virreinato”, tesis de licenciatura, enah-
inah, Ciudad de México, 2016. Las exploraciones se llevaron a cabo
en cuatro etapas en espacios como la llamada “bodega de perros”,
el patio de las bodegas, el claustro de naranjos, el patio de la enfer-
mería, el patio de los aljibes y el atrio de san Pedro o de los Olivos.
31 Mónica Martí Cotarelo, “Procesos de restauración del edificio
que alberga al Museo Nacional del Virreinato”, Boletín del Museo
Nacional del Virreinato, nueva época, núm. 15, Tepotzotlán, no-
viembre-diciembre de 1994, p. 14.
32 Las aguas rodadas se refieren al sistema de riego que data de
la época prehispánica, el cual, en tiempos de seca, abastece a la
región con el agua proveniente de presas y ríos cercanos que
corren por acequias. Vid. Ivonne Arámbula, “Rehabilitación del
atrio de San Pedro, hoy Atrio de los Olivos”, Boletín del Museo Na-
cional del Virreinato, nueva época, núm. 13, Tepotzotlán, julio-
agosto de 1994, pp. 8-13.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS RESEÑAS RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS

Mónica Silva Contreras,


Concreto armado, modernidad y
arquitectura en México. El sistema
Hennebique 1901-1914, México,
Universidad Iberoamericana, 2016

María de Lourdes Díaz Hernández*

I
nteresarse en los procesos tima como las condiciones de conllevó al rescate de planos, li-
constructivos de la arqui- comodidad, funcionamiento y bros, documentos, periódicos y
| 189
tectura y sus materiales de bienestar para los usuarios— hi- revistas de época, básicos para
construcción era, hace más de cieron que los aspectos técnicos las revisiones del siglo xix. Po-
diez años, asunto de especia- parecieran secundarios para co- cas incursiones a la técnica
listas en tecnología, cálculo de nocer la historia, evolución o el constructiva se habían empren-
estructuras y resistencia de ma- progreso de la arquitectura. dido entonces. Por ejemplo, se
teriales. Aspectos de la arqui- La década de 1990 fue pun- pueden mencionar los capítu-
tectura, sí, pero poco atrayentes tual para la reinterpretación los de los libros: “La construc-
para quienes se dedicaban a ex- histórica de la arquitectura en ción”, en Arquitectura del siglo
plicar su diseño y la organiza- México en muchos sentidos, xix, de Israel Katzman (Méxi-

ción de los espacios habitables, pues a partir de entonces y en co, unam, 1973); “El concreto ar-
considerados entonces elemen- las siguientes décadas hubo una mado”, en La arquitectura de la
tos relevantes para su aprecia- especial mirada a etapas, mo- Revolución Mexicana, de Enri-
ción. La tendencia dominante a mentos, corrientes, persona- que de Anda Alanís (México,
reconocer los estilos artísticos y jes, regiones y temas del pasado unam, 1990), o “Las nuevas tec-

la habitabilidad de los espacios poco considerados dentro de las nologías”, capítulo coordina-
interiores —entendida esta úl- genealogías históricas dominan- do por Carlos González Pozo,
tes. Las revisiones también se en La arquitectura mexicana del
* Centro de Investigaciones
en Arquitectura, Urbanismo y Paisaje,
extendieron a los discursos, tex- siglo xx (Fernando González
Facultad de Arquitectura, unam. tos y fuentes históricas, lo que Gortázar, coord. gral., México,

RESEÑAS
RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS RESEÑAS RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS

Conaculta, 1994), por citar algu- arquitectónica como una rama cias al interés del medio aca-
nos. Esos textos mostraban ya del conocimiento y se recono- démico por la modernidad de
cuán determinantes son los as- ce también a los investigado- aquel siglo, fue adentrándo-
pectos constructivos en la histo- res especializados en el tema se a las fuentes históricas dis-
ria para entender las prácticas cuyas carreras se han ido forja- ponibles: a los documentos de
y las formas de la arquitectu- do a la par que la construcción los archivos de las escuelas de
ra. Es en este contexto que ini- se ha adentrado en la historia ingeniería y arquitectura de la
cia la carrera de Mónica Silva, de la arquitectura. Mejor dicho, Ciudad de México, a las revis-
quien es egresada de la Uni- carreras como la de la docto- tas como El Arte y la Ciencia, y
versidad José María Vargas de ra Silva Contreras han posicio- a los periódicos de la época, en
Caracas, Venezuela, y cuya for- nado a la construcción en un los que se difundieron las pro-
mación complementa como nicho especializado del conoci- piedades del concreto armado;
maestra en historia de la arqui- miento, de tal forma que, para principalmente acudió a los ar-
tectura y doctora en arquitec- comprender y hablar de arqui- chivos de la Casa Hennebique,
tura por la Universidad Central tectura, de sus espacios habi- ubicada en París, donde pudo
de Venezuela. Su tesis de doc- tables y de su habitabilidad, es obtener gran parte de la infor-
190 |
torado “Estructuras metálicas preciso tener en consideración mación que nutre los capítulos
en la arquitectura venezolana los materiales, los sistemas y del libro. Así, la investigado-
1874-1935, el carácter de la téc- los procesos constructivos que ra descubre el mundo de rela-
nica”, publicada en el 2009 por los hacen posibles. No se pue- ciones empresariales, negocios,
Ediciones fau, pudiera conside- de explicar aquéllos sin incluir avances científicos y la ideolo-
rarse su despunte como inves- a estos últimos. gía moderna, que hizo posible
tigadora especializada, ya que Hace 10 años, sin embar- el concreto armado y su aplica-
después, una vez instalada en go, el aparato crítico y la meto- ción a las edificaciones de Méxi-
México, presenta el proyecto dología para tratar el tema eran co en los últimos años del siglo
“Los sistemas constructivos de escasos, como hemos anota- xix y los primeros del xx, antes,

la arquitectura mexicana de ini- do. El punto de partida de Mó- mucho antes de las primeras
cios del siglo xx”, para desarro- nica Silva fue la convicción de manifestaciones funcionalistas
llarlo en su estancia sabática en que el desenvolvimiento de la del Movimiento Moderno de la
el Instituto de Investigaciones técnica constructiva hizo posi- arquitectura en Latinoamérica.
Estéticas de la unam en el 2010; ble la expresión de la arquitec- El resultado de todo ello es una
investigación que deriva en el tura moderna del siglo xx. Este significativa investigación reco-
libro que aquí se reseña. hilo conductor la remontó a los pilada en cinco capítulos, una
Ahora se puede reconocer orígenes del concreto armado, introducción, dos anexos y la bi-
a la historia de la construcción a mediados del siglo xix, y gra- bliografía consultada.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS RESEÑAS RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS

La mirada transversal a los Hennebique, como solíamos nuestras historias de la arqui-


acervos, documentos, periódi- pensar, sino de varios que com- tectura, pero importantes hoy
cos y revistas definieron los te- petían entre sí para garantizar en día para entender la com-
mas de los capítulos, pues más la mayor resistencia del sistema plejidad de introducir nuevos
que una organización cronoló- y la más rápida forma de apli- materiales y sistemas construc-
gica prevalece la identificación carlo en las obras, pues de ello tivos al mercado.
de las situaciones de los perso- dependía su comercialización. El sistema que revoluciona-
najes que inventaron el siste- Estos constructores pioneros ría la arquitectura y la construc-
ma, su introducción al mercado en el uso del sistema tejieron ción del siglo xx, así como sus
y las maneras como fue em- una red internacional de pro- fundamentos, no hubiera sido
pleado en las primeras edifi- fesionistas que a través de con- posible si no se hubiera ensaya-
caciones de México, Europa, gresos, conferencias y artículos do en países como el nuestro,
Estados Unidos y Latinoamé- en revistas especializadas di- donde el reto era, y sigue sien-
rica. A través de una narrati- fundieron sus experiencias, al- do, proporcionar más resisten-
va fundamentada, nos muestra gunos entablaron debates y cia al suelo fangoso de la capital
en los capítulos “II. La llega- escribieron artículos en contra y a las estructuras de los edifi-
| 191
da del Betón Armé a México” del nuevo material, ya que tam- cios para soportar los efectos de
y “ III. El escenario para el uso bién se habló de sus desven- los sismos. Los arquitectos e in-
del Système Hennebique breve- tajas en muchos sentidos. De genieros mexicanos tienen un
té”, cómo el concreto armado se ahí que los mexicanos conocie- papel protagónico en esta histo-
hallaba en franca experimen- ran las opiniones y experien- ria compartida, porque proba-
tación y los arquitectos e inge- cias de sus colegas en Madrid, ron las propiedades del nuevo
nieros mexicanos, al igual que Francia, Uruguay y Argentina, sistema en las cimentaciones,
sus colegas en el extranjero, lo por citar algunos países, retroa- plataformas y pilotes, combi-
ensayaban en sus edificacio- limentando así el conocimiento nándolo con columnas y entre-
nes, reportando a la casa ma- del sistema constructivo y pro- pisos de hierro. “Desde abajo
triz Hennebique, entre otras, piciando su perfeccionamiento. hacia arriba, cómo se construye
sus hallazgos y limitaciones. La atención a las asociaciones un edificio”, nombre del capítu-
De igual forma nos hace ver de profesionistas que emplea- lo III, es una reconstrucción do-
que el éxito del sistema se de- ban en exclusiva las patentes, cumentada del uso del concreto
bió a las estrategias empresa- las agencias comerciales y los armado en todos los elementos
riales de quienes lo patentaron, concesionarios que difundie- de una edificación, desde los es-
pues la combinación del con- ron las propiedades del concre- tructurales hasta los decorati-
creto con el acero no fue pro- to en varios países son aspectos vos, desde los colados en sitio a
ducto de un inventor, François empresariales poco tratados en los prefabricados importados de

RESEÑAS
RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS RESEÑAS RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS

Europa, del que se aplicó a una rimentación del sistema cons- La recapitulación e inter-
vivienda al que se empleó en tructivo que se estudia en este pretación de los hechos no sólo
las obras del drenaje de la capi- libro, y aún perviven. Detrás dan cuerpo a los capítulos prin-
tal de México en 1910. de sus ropajes neocoloniales, cipales del libro; una investiga-
En esta historia del concreto neogóticos, neobarrocos, ecléc- ción como la que se tiene en
armado, Miguel Rebolledo, Án- ticos, se ocultan delgados mu- manos no inicia sin cuestio-
gel Ortiz Monasterio, Nicolás ros, esbeltas columnas, losas, nar aquello que se ha dicho del
Mariscal, Miguel Ángel de Que- bóvedas y pórticos rígidos de tema y por qué, de ahí la afor-
vedo, Genaro Alcorta, Samuel concreto armado que dejarían tunada decisión de incorporar
Chávez, Manuel Torres Tori- boquiabierto a cualquier cons- los anexos 1 y 2: “Un análisis de
ja, entre otros, son los actores tructor de hoy en día. Estas y la historiografía sobre el concre-
principales; ellos representan otras obras pocas veces han to armado en la primera déca-
la vanguardia arquitectónica en mostrado sus estructuras y, por da del siglo xx” y “Proyectos del
el país, porque desde 1901 con- tanto, es difícil advertir el uso sistema Hennebique en México
sideraron en sus obras y pro- del entonces nuevo material, 1900-1910”, este último consis-
yectos el nuevo sistema, dando situación expuesta en “La ex- tente en una tabla que contie-
192 |
vida a una serie de edificacio- presión del sistema estructural ne la clasificación de las obras
nes que desafortunadamen- y el carácter de la arquitectu- proyectadas y ejecutadas con
te han pasado casi inadvertidas ra”, capítulo IV; pero gracias el registro del año, nombre de
en las historias de la arqui- al material iconográfico del li- la obra, propietario y fuente
tectura, por lo general aten- bro podemos observarlas por de la información. Ambos ane-
tas más a los estilos artísticos a primera vez. Fotografías, pla- xos son valiosos materiales para
sus tendencias de diseño. ¿Qué nos, esquemas, dibujos y repro- quienes quieran continuar los
une al Palacio de Hierro (re- ducciones de anuncios revelan estudios sobre la historia de la
modelación 1908), con el edifi- al lector los avances técnicos construcción arquitectónica.
cio Escandón (1908), la iglesia que había entonces e hicieron “Las posibilidades de investiga-
de la Sagrada Familia (1902), la posible el levantamiento de ción en este terreno no se ago-
Escuela Nacional Preparatoria obras simbólicas de la moder- tan con el presente trabajo que
(1912, hoy museo de San Idel- nidad arquitectónica. Gracias ha permitido, apenas, definir
fonso), la ferretería El Canda- a este material además en- con claridad una línea de inves-
do (1906) en Mérida, Yucatán, tendemos la relevancia cultu- tigación en la arquitectura del
o algunas casas de la alcaldía ral del concreto armado en su siglo xx en México”, nos señala
Azcapotzalco, de las colonias momento y ahora para la his- la “Introducción” del libro, a lo
Juárez y Santa María la Ribera? toria de la arquitectura y de la que agregaríamos que el cami-
Que fueron el campo de expe- construcción. no ya está trazado.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS RESEÑAS RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS

Al finalizar la lectura se si bien se trata de un sistema en el imaginario colectivo del


queda uno con la satisfacción constructivo cuyas propieda- siglo xx.
de conocer de otra manera este des de resistencia a la tensión Con este libro, Mónica Silva
material frío, gris, duro, com- y compresión se fueron perfec- Contreras consolida a la historia
puesto de arena, grava, ce- cionando en pruebas de labo- de la construcción arquitectó-
mento y acero, así como las ratorio controladas, y mediante nica como una línea de inves-
edificaciones donde se ha apli- ensayo y error en las obras — tigación, y a ella como una de
cado; entender de manera hu- así lo anota la autora—, lo cier- sus puntales; de igual manera,
mana este material tan común to es que su buena fortuna se a la Universidad Iberoamerica-
hoy en día (casi con seguri- debió también a la difusión, na como institución académica
dad nuestras casas están edifi- propaganda y publicidad en re- comprometida con la divulga-
cadas con concreto armado) y vistas especializadas y periódi- ción del conocimiento de la
visualizar facetas de su inven- cos dirigidos a consumidores historia y, por supuesto, de la
ción jamás imaginadas. Porque más amplios, adentrándose así cultura general.

| 193

RESEÑAS
RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS RESEÑAS RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS

Alicia Leonor Cordero Herrera,


Felipe Cleere, oficial real, intendente
y arquitecto entre la Ilustración y
el despotismo, México, Secretaría
de Cultura-inah, 2017

Jaime Cuadriello*

L
a autora de Felipe Clee- que estaba desdibujado reconstruye la trayectoria de
re, oficial real, intendente —incluso como intendente—, este personaje, de familia irlan-
194 |
y arquitecto entre la Ilus- no digamos como creador y tra- desa y nacido en Madrid, y que
tración y el despotismo, ha he- cista, también denostado por la pudo embarcarse en el cortejo
cho una contribución original, historiografía del arte: un sim- del virrey marqués de las Ama-
exhaustiva y sustantiva, por ple aficionado a la construcción rillas rumbo a la Nueva España.
partida triple: el análisis regio- carente de herramientas técni- Dudo que otro arquitecto no-
nal y social en dos centros mi- cas y teóricas. Este libro, por el vohispano haya sido estudiado
neros claves en la producción contrario, nos revela el múltiple con esta visión integral y tota-
de la Nueva España; el análi- perfil de un artista-funcionario lizadora de su quehacer políti-
sis arquitectónico y de su len- adelantado a su tiempo, mucho co y artístico, que goce de una
guaje simbólico en la segunda más inquieto y complejo de lo monografía que permita apre-
mitad del siglo xviii, y el estudio que hubiéramos imaginado; no ciar su impresionante obra pú-
de un funcionario-arquitecto si- el segundón cortesano que des- blica en la ciudad de San Luis
tuado en la coyuntura de las cribía Francisco de la Maza en Potosí, donde ejecuta, por pri-
trasformaciones económicas y su libro sobre el arte colonial en mera vez, una política de re-
sociales que propiciaron las re- San Luis Potosí. forma urbana que será más
formas borbónicas. Hasta aho- Esta publicación es fruto de visible a partir de la década de
ra, Cleere había sido un sujeto una ingente búsqueda en ar- 1770 en el resto del virreina-
* Instituto de Investigaciones Estéticas,
chivos de México, San Luis Po- to. El esfuerzo documental que
unam. tosí, Zacatecas y España, que ha hecho Alicia Cordero no es

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS RESEÑAS RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS

meramente informativo y des- de la época”. En sus páginas se y confinamiento; regeneración


criptivo; su trabajo honra con discuten autoría, formación, e higienismo; y, no hay que ol-
creces un compromiso disci- condiciones urbanas, intencio- vidar el orgullo criollo por su
plinar con la historia social del nalidad, tecnología, tipología, acendrada devoción guadalupa-
arte y demuestra la posibilidad función, el lenguaje ornamen- na, que cristalizó en un edificio
de escribir un relato de la arqui- tal, los significados figurativos magnífico y vistoso, peculiar
tectura de manera integral –en y también aventura, en lo po- del derroche minero y su iden-
clave política, cultural y simbó- sible, la recepción de los es- tidad político-religiosa. Más allá
lica– y más allá de los esque- pacios de cada edificio. Nos de que Cleere fuera el brazo po-
mas formalistas o calificativos expone así un relato de dimen- lítico y ejecutor del férreo mi-
con que ocurren, a menudo, sión amplia, explorando, como nistro José de Gálvez, sin duda
las publicaciones en este cam- buena historiadora del arte, la este personaje se supo compe-
po. No se desentiende de carac- relación dialéctica entre docu- netrar con las bases y los intere-
terizar las complejas formas de mento y monumento o vice- ses locales para dar expresión
un lenguaje ecléctico y a la vez versa: un edificio puede ser en cultural a una nueva civitas, ilus-
fuertemente arraigado al entor- sí mismo una fuente de infor- trada desde el ayuntamiento y
| 195
no regional: sus cuatro grandes mación y a la vez un lugar de la su política edilicia —una de las
edificios potosinos son un calei- memoria. El libro logra deter- más consolidadas—, resurgida
doscopio espacial y funcional minar los alcances de un len- en el norte de la Nueva Espa-
que representan sendas tipolo- guaje estilístico local, en medio ña. En verdad no hay otra ciu-
gías arquitectónicas plenamen- de una ciudad de San Luis Po- dad que entre 1765 y 1780 haya
te modernas y confluentes de tosí escindida y lastimada (por transformado y reconfigurado
distintas necesidades y géneros. la represión política luego de la así su perfil urbano y social.
Por su capacidad de descrip- expulsión de la Compañía de Esta relación entre docu-
ción e interpretación de las for- Jesús y la naturaleza adversa mento y monumento permite
mas tectónicas y el rescate del propia de su entorno árido y ca- a la autora tratar problemáti-
significado de los contenidos, luroso). La urbs potosina se mo- cas más complejas del entrama-
este libro rebasa la expectati- dernizó gracias a la visión del do social y político de aquella
va de una monografía conven- arquitecto, luego de la subleva- época y entender la yuxtapo-
cional, circunscrita al personaje ción popular, dotando al espa- sición de las propuestas estéti-
y su catálogo de creaciones; en cio público de un lenguaje que cas que convergían en cada tipo
cambio, a partir de cada monu- trasmite, a cabalidad, la idea de de edificio. Por ejemplo, la Real
mento, la autora traza un vívi- la administración borbónica y Caja no sólo debía ser un ám-
do cuadro de la historia social su Estado benefactor, pero con- bito palaciego sino también un
y regional empleando “el ojo trolador: orden y policía; abasto baluarte y un espacio fabril; la

RESEÑAS
RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS RESEÑAS RESEÑASRESEÑASRESEÑASRESEÑAS

alhóndiga, por su parte, era un protectorado jurado a la Virgen guaje desde su propio contex-
programa que debía cumplir, Morena, en 1746. La enjundia to y la necesaria recepción de
por medio de sus bóvedas, el al- y la escala monumental de este la obra entre los habitantes de
macenamiento salubre y ven- edificio, los secretos simbólicos una ciudad señalada por la vio-
tilado de los granos, al tiempo que encierra su portada-reta- lencia y la pacificación, la re-
que asegurara la estabilidad so- blo y su emplazamiento como generación urbana y la nueva
cial de la ciudad. punto focal de una calzada pro- política de exacción colonial;
Ya verá el lector cómo Clee- cesional, dejan ver que el cabil- el solo título de este libro ya es
re es un creador racional y vi- do de la ciudad quería mostrar una metáfora, muy completa,
sionario que anticipa y perfila su pertenencia patriótica y os- del gran relato regional y cul-
los tiempos por venir, un ad- tentar, a manera de un exvo- tural que evoca. Felipe Cleere,
ministrador y constructor que to, que la Virgen de Guadalupe oficial real, intendente y arquitec-
configura “el rostro urbano, era el más seguro baluarte con- to entre la Ilustración y el despo-
como dijimos, del Estado bor- tra todo desastre natural, social tismo. Puede decirse que este
bónico”, pero que también sa- y de salud. El lector hallará, en contundente y polifacético li-
tisface las expectativas del suma, una propuesta renovado- bro es un gran teatro en el que
196 |
gusto local y sus demandas de ra para estudiar los usos de las se suceden los acontecimientos
identidad criolla: el santuario tipologías arquitectónicas en (históricos) y desfilan los mo-
guadalupano, extramuros de el crepúsculo del antiguo régi- numentos (artísticos), y en el
San Luis Potosí, no tuvo com- men y en la alborada de la mo- que puede mirarse a los acto-
petidor posible, luego de que dernidad, una tesis que explica res sociales representando un
tantas otras ciudades erigie- uno de los problemas más difí- libreto tan pautado por la ocu-
ron sus correspondientes lu- ciles para responder en el tra- rrencia del tiempo como sor-
gares de peregrinación para bajo de todo historiador del prendente en la configuración
hacer patente el patronato y el arte: la expresión de un len- del espacio.

BOLETÍN DE MONUMENTOS HISTÓRICOS | TERCERA ÉPOCA, NÚM. 46, MAYO-AGOSTO DE 2019


Boletín de Monumentos Históricos, tercera época
Normas para la entrega de originales

1. La Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del inah, 9. En el caso de artículos publicados en libros, deberán citarse
a través de la Subdirección de Investigación, invita a todos los de la siguiente manera:
investigadores en antropología, historia, arquitectura y ciencias
afines a colaborar en el Boletín de Monumentos Históricos, ter- a) nombre y apellidos del autor; b) título del artículo entre-
cera época, con el resultado de investigaciones recientes que comillado; c) título del libro en letras cursivas, anteponiendo
contribuyan al conocimiento, preservación, conservación, res- la preposición “en”; d) tomo y volumen; e) lugar de edición;
tauración y difusión de los monumentos históricos, muebles e f) editorial; g) año de la edición; h) página(s) citada(s).
inmuebles de interés para el país, así como con noticias, reseñas
bibliográficas, documentos inéditos, avances de proyectos, de- 10. En el caso de archivos, deberán citarse de la siguiente manera:
cretos, y declaratorias de zonas y monumentos históricos.
a) nombre completo del archivo y, entre paréntesis, las siglas
2. El autor deberá entregar su colaboración en original impreso, que se utilizarán en adelante; b) ramo, nombre del notario
con su respectivo respaldo en disco compacto (cd), usb o vía u otro que indique la clasificación del documento; c) legajo,
correo electrónico con su nombre, título de la colaboración y caja o volumen; d) expediente; e) fojas.
programa de captura utilizado. Deberá incluir un resumen no
mayor de 10 renglones, un abstract, así como cinco palabras cla- 11. Las locuciones latinas se usarán en cursivas, del siguiente modo:
ve y keywords, que no sean más de tres de las que contiene el
título del artículo. op. cit. = obra citada; ibidem = misma obra, diferente pági-
na; idem = misma obra, misma página; cfr. = compárese;
3. El paquete de entrega deberá incluir una hoja en la que se et al. = y otros.
indiquen: nombre del autor, dirección, número telefónico,
celular y correo electrónico, institución en la que labora, ho- Las abreviaturas se utilizarán de la siguiente manera: p. o
rarios en los que se le pueda localizar e información adicional pp. = página o páginas; t. o tt. = tomo o tomos; vol. o vols. =
que considere pertinente. volumen o volúmenes; trad. = traductor; f. o fs. = foja o fo-
jas; núm. = número.
4. Las colaboraciones no deberán exceder de 40 cuartillas, incluyendo
ilustraciones, fotos, figuras, cuadros, notas y anexos (1 cuartilla = 12. Los cuadros, tablas, gráficos e ilustraciones deberán ir per-
1 800 caracteres; 40 cuartillas = 72 000 caracteres). El texto debe- fectamente ubicados en el corpus del trabajo, con los textos
rá presentarse en forma pulcra, en hojas bond carta y en archivo precisos en los encabezados o pies, con la palabra “figura” y
Word (plataforma pc o Macintosh), a 12 puntos y a 10 las citas, en su número, y se incluirán en el cd o en el envío por correo
altas y bajas (mayúsculas y minúsculas), a espacio y medio. Las ci- electrónico, en archivo aparte. El texto no deberá presentar
tas que rebasen las cinco líneas de texto, irán a bando (sangradas) diseño editorial.
y en tipo menor, sin comillas iniciales ni terminales.
13. Las colaboraciones serán sometidas a un dictaminador espe-
5. Los documentos presentados como apéndice deberán ser cialista en la materia.
inéditos, y queda a criterio del autor modernizar la ortografía
de los mismos, lo que deberá aclarar con nota al pie. 14. Las sugerencias hechas por el dictaminador o por el correc-
tor de estilo serán sometidas a la consideración y aprobación
6. Las ilustraciones digitalizadas deberán entregarse a un tamaño del autor.
de 30 cm de ancho, en formato jpg o tiff con una resolución de
300 dpi (pixeles por pulgada cuadrada) y deberán incluir pie 15. Sobre las colaboraciones aceptadas para su publicación, la
de foto con autor o fuente. Coordinación Editorial conservará los originales; en caso con-
trario, de ser negativo el dictamen, el autor podrá apelar y soli-
7. La bibliografía deberá incluirse como notas a pie de página; la citar un segundo dictamen, cuyo resultado será inapelable. En
primera vez que se cite la fuente consultada se incluirá la refe- estos casos, el texto será devuelto al autor.
rencia completa. Los datos a consignar deberán ir separados
por comas: 16. Cada autor recibirá cinco ejemplares del número del Bole-
tín de Monumentos Históricos en el que haya aparecido su
a) nombre y apellidos del autor; b) título de la obra en letras colaboración.
cursivas; c) tomo y volumen; d) lugar de edición; e) nombre
* * *
de la editorial; f) año de la edición; g) página(s) citada(s).
Las colaboraciones deberán enviarse o entregarse en la Subdi-
8. Las citas de artículos de publicaciones periódicas deberán rección de Investigación de la Coordinación Nacional de Monu-
contener: mentos Históricos del inah, en la calle de Correo Mayor núm. 11,
Centro Histórico, México, D.F., C.P. 06060, tel. 4166 07 80 al 84,
a) nombre y apellidos del autor; b) título del artículo entrecomi- ext. 413016.
llado; c) nombre de la publicación en letras cursivas; d) número
y volumen; e) lugar de edición; f) fecha y página(s) citada(s). Correo electrónico: [email protected]
Índice
Ø Esplendor en la capilla de los terciarios Ø El antiguo almacén de El Puerto
franciscanos de Puebla | jesús joel de Liverpool: un ejemplo de
peña espinosa historia de la construcción, 1904-1905
| marcela saldaña solís
Ø Origen y evolución de los pasadizos
cubiertos. Casos en España, México Ø Una vivienda plurifamiliar del siglo xix:
y Guatemala | enrique tovar esquivel / República de Cuba núm. 32, Ciudad de
esther guadalupe domínguez fernández México | patricia viridiana sánchez ramírez

Ø Entre San Miguel de Allende y Dolores Ø El salvamento de los monumentos


Hidalgo (Guanajuato). La actividad de Nubia y el surgimiento del concepto de
constructiva del alarife Zeferino Gutiérrez patrimonio mundial. Una revisión
Muñoz (1840-1916) | martín m. checa-artasu a 60 años de la campaña | manuel
villarruel vázquez
Ø Esplendor deteriorado. Descripción
y estado de conservación de la estructura Ø La práctica interdisciplinaria a partir
de la mesa de sacristía dieciochesca del de la intervención del camarín de la
templo agustino de Salamanca, Guanajuato Virgen de Loreto en Tepotzotlán
| marte gonzález ramírez | alejandra cortés guzmán

Ø El Zócalo de la Ciudad de México. Historia


y evidencias arqueológicas | alejandro
meraz moreno / gonzalo emilio díaz
pérez / rubén arroyo ángeles / ricardo
castellanos dounce

C o o r d i n aC i ó n n aC i o n a l de M o n u M e n to s H i s t ó r i C o s

También podría gustarte