LA ENERGiA FEMENINA DE LA DIOSA

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LA ENERGÍA FEMENINA DE LA

DIOSA
 

LAS DISTINTAS MANERAS DE NEGAR...

LA ENERGÍA FEMENINA DE LA DIOSA

Amadas hermanas en la Diosa: La Diosa nos pregunta ¿qué sucede hijas


mías con vuestro poder femenino?

¿Por qué, nunca, más que ahora, las mujeres manifiestan tantas enfermedades
en sus mamas?

¿Por qué salen tantos artículos y noticias sobre las nuevas formas de
manifestación de nódulos malignos en las mamas?

¿Por qué hermanas mías, se buscan respuestas de toda índole a estas


dolencias?
Que las hormonas, que lo hereditario, que lo antinatural de usar  corpiños, etc
etc.

¿No será tal vez que, hay un llamado al despertar en nuestra conciencia, que
nos dice a veces sutilmente, y a veces con la terrible fuerza movilizadora de
una enfermedad, que ya es “hora de despertar”?

¿Por qué no preguntarnos “amorosamente”? ¿“qué sucede con nuestra


fuerza femenina” ?

Esa que hemos relegado durante milenios, ”permitiendo” que nos despojaran
de ella?

“La Diosa es sanadora de cuerpos y de Almas”.

¿Qué nos está mostrando todo esto hermanas queridas?  ¿qué nos quieren
mostrar las circunstancias de tales enfermedades?

¿Y si revisamos “amorosamente” un poquito? ya que de eso se trata, y


tratamos de ver ¿qué se oculta detrás de esto?

¿Qué es lo más notorio en el cuerpo femenino? ¿qué es lo que se asoma por


una puerta antes que nuestra propia cara? sí hermanas, nuestros pechos,
nuestros senos, la expresión de nuestra femineidad, de nuestra nutrición, de
nuestro “ser mujer” en este cuerpo.

Llevamos milenios, negando nuestro poder, porque es tan fuerte y se mueve


tanto detrás de esta expresión de la femineidad, que, está mal visto que “se
note demasiado” ya que  la herencia de la cultura patriarcal nos ha dejado a
algunas, violadas, no sólo nuestros cuerpos, sino, y, lo más importante de esto,
en nuestras almas, y nos hemos quedado pegadas a ese mal recuerdo, se ha
quedado prendido a todos nuestros cuerpos, reviviendo una y otra vez, de
distintas formas, las agresiones recibidas, por los pseudo-patriarcas, quizás en
un intento de no querer olvidarnos y, quizás alguna vez, poder resarcirnos de
ello de alguna manera.

Esto es un llamado a “despertar nuestro poder”.

Es un llamado al despertar de la energía femenina de Dios Diosa, que cada


una llevamos dentro.

Se trata de hacernos cargo de esa fuerza y ese poder unificado, no dividido


por los distintos arquetipos femeninos, en los que, han pretendido dividirnos
hace  tanto tiempo. para que al dividirse pierda fuerza, esa fuerza que muchos
hombres y mujeres temen, y que, por favor,  “no se notara”, que, “no les
quitara a los pseudo-patriarcas el poder”, no se trata de competencia hermanas
mías, eso de la competencia, es para los que no comprenden que tenemos la
unidad dentro nuestro. Y, al no sentirla, creen que carecen de ella, y deben
competir para obtenerla. Y “creer”, que con ello relegan o quitan  legitimidad,
a algo que “no puede delegitimizarse”, bajo ningún aspecto.

Y esa fuerza sale ahora disfrazada bajo la forma por ejemplo, de: “la mujer
ahora trabaja igual que el hombre”.

Sabemos que es necesario el salir a trabajar , sí lo sabemos, pero hemos de


encontrar la forma, nuestra forma hermanas, aquella forma de expresión, que
sea “nuestra propia forma” , sin disfraces de ningún tipo, esas formas, esos
son velos, que aún nos dicen que, todavía tenemos temor de mostrar la
energía de la diosa en movimiento... los velos, son tantos hermanas... tantos....
nuestros cortes de pelo,  nuestra gordura con la cual parece, que al echarnos
kilos encima, se nota un poco menos, esa energía que emanamos, y que, en
realidad,  no viene del cuerpo... y que... tampoco... los kilos atenúan.

Volvamos a danzar hermanas, volvamos a sentir!!!

Y, aunque al principio, en ese danzar, y ese sentir surja alguna emoción no tan
bella, no tan hermosa como quisiéramos, permitámosle salir, y hagamos
primero, nuestro duelo, para que luego de ese duelo, desde allí mismo, donde
se encuentran todas las emociones, unidas como en un parentesco entrelazado
de buenos y malos sentimientos, se desprenda el aroma de la diosa, ese aroma
de jazmines, que nos recuerda el dulzor del alma, que nos dice que la era de
Kali Yuga se ha acabado, y renazca nuestra diosa, con la sabiduría, con el
amor, con la danza, con la nutrición interna, con la emoción femenina, que
tanto le hace falta a nuestra Gaia, y... para aquellas de nosotras... hermanas...
que, pareciera que... con una falta de un pecho, se nos ha quitado algo...

Sepamos hermanas que, siempre llevamos, quién más quién menos, algunas
cicatrices en el cuerpo, de esta u otras vidas, pero no es eso lo que realmente
ahora está en juego, son las cicatrices del alma las que ahora la diosa, viene a
sanarnos.

Y, cuando ella se presenta, hermanas, tengan la plena seguridad que por tener
hoy, un pecho  de  menos,  o una violación de nuestras hijas, no nos han
quitado ¡¡¡¡“nada”!!!!!  “tal es hermanas, la sacralidad del alma”.

Así se siente hermanas mías, así se siente la fuerza de la diosa, cuando luego
de una violación al cuerpo de una de nuestras hijas, la diosa habla por
intermedio de nuestras cuerdas vocales sin titubear siquiera un instante y
dice...
“Hija mía llevamos en el cuerpo cicatrices” pero el alma, hija mía, “esa sí
que sigue intacta” “nada la ha tocado hija querida”, y en ese decir que la
Diosa manifiesta a través de estos labios que tenemos, no les quepa duda
alguna hermanas mías, que es “la sanación” “de la diosa” la que se ha
manifestado en tales palabras.

Esa energía sanadora que, aunque en un primer momento, esa mente


confundida de nuestra hijas,  por el dolor, no entienda, luego se hace presente
con el transcurrir del tiempo, y demuestra en lo vivir de lo cotidiano, por la
sanación que ha realizado, que sí, que.... “la diosa ha hablado"

No es el cuerpo el que ahora está despertando, hermanas mías, sino la “fuerte,


femenina, nutritiva, compasiva, generosa, bella y amorosa energía de la
diosa”.

Démosle la bienvenida a esta energía unificada, y unificadora de las almas.

Amén hermanas, amén y que así sea por eones.

En la luz, y la danza de la vida, la Diosa, que todas somos, y que, a través de


estas reflexiones ha hablado para ustedes, se despide...

Warmy Kanay Paqarín

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