Introducciòn Carmen

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INTRODUCCIÒN DE LA RESOLUCIÒN N° 0405-2018/SCO-INDECOPI

A fin de analizar la resolución citada, es preciso inicialmente hacer una descripción de los
diversos principios y figuras que serán utilizadas en el presente caso, ello permitirá lograr una
compresión clara de cómo diversas figuras como la publicación o difusión, fuero de atracción,
créditos concursales, créditos postconcursales y exigibilidad de obligaciones, se conectan e
interactúan en un procedimiento concursal determinado, ya sea en la disolución y liquidación o
reestructuración de cualquier empresa concursada.

En ese orden, es preciso situar el contexto y objetivo del procedimiento concursal, para lo cual
recurriremos a la Ley General del Sistema Concursal (en adelante LGSC), que establece entre
otros lo siguiente1: “(…) El objetivo del proceso concursal busca la recuperación del crédito
mediante la regulación de procedimientos concursales que promuevan la asignación eficiente
de recursos a fin de conseguir el máximo valor posible del patrimonio del deudor. (…) que los
procedimientos concursales tienen por finalidad propiciar un ambiente idóneo de negociación
entre acreedores y deudores bajo reducidos costos de transacción; (…) frente a la existencia de
una situación de crisis patrimonial del deudor, la norma concursal busca fomentar respuestas
de carácter colectivo por parte de los acreedores, a efectos de que sean estos quienes, de
manera coordinada, arriben a acuerdos tendientes a la recuperación (…)

De la norma antes citada se advierte que el procedimiento concursal tiene un objetivo claro, que
es la recuperación de crédito del acreedor y la salida limpia del mercado del deudor, en el afán
de lograr dicho objetivo, muchas veces los propios acreedores generan decisiones (declarar la
disolución o reestructuración) que lejos de lograr su objetivo (pago de créditos), generan
dilataciones innecesarias para el proceso, muestra de ello se analizará en el presente caso.

Por otro lado, es preciso detallar las etapas del proceso concursal, que nos permitirá identificar
las incidencias que implica estar en una etapa determinada del proceso. Así entonces, el proceso
concursal inicia por invocación propia del deudor o acreedor, una vez admitida la solicitud del
proceso ordinario o preventivo, se pasa a la fase de difusión del proceso concursal, que permite
a los demás acreedores presentarse al mismo con el objetivo de que reconozcan sus créditos.
Finalizado el plazo para que los acreedores se presenten al proceso concursal, se inicia la fase de
conformación de la junta de acreedores, que se designará en proporcionalidad a la mayoría de
acciones crediticias o a quiénes ostenten la mayor deuda, asimismo se determinara la prelación
de pago de los créditos. Sucesivamente, la Junta de Acreedores (en adelante JA), tendrá el poder
de decidir el futuro del deudor (disolver y liquidar o reestructurar la empresa deudora), todas las
acciones que realiza la JA estará bajo vigilancia de algún miembro de la Comisión quien tendrá
un papel fiscalizador de la legalidad de los acuerdos adoptas en el seno de la JA.

Ahora bien, volviendo a lo señalado inicialmente toca desarrollar conceptualmente los las
figuras que se verán en el presente trabajo: Créditos concursales: Son aquellos créditos que se
generen hasta antes de la publicación o difusión del proceso concursal, la misma que suspende
la exigibilidad de todas las obligaciones que este tuviera pendiente de pago a dicha fecha.
Créditos Postconcursales: Son aquellos créditos generados después de la fecha de difusión o
publicación del proceso concursal. Fuero de atracción: Mediante esta figura se produce la
integración de la totalidad de las obligaciones que el deudor concursado mantiene frente a sus
acreedores, a efectos de que dichas obligaciones sean pagadas de manera ordenada bajo las
reglas del concurso, hasta donde alcance el patrimonio del deudor (se integra créditos
concursales y créditos postconcursales).

Así las cosas, el presente trabajo pretende analizar de forma metódica la resolución antes
señalada, con el objetivo de afianzar nuestros conocimientos de las diversas figuras que emana

1
Artículo I, II y V del título preliminar de la LGSC.
la Ley General de Sociedades, de esa forma comprender y reaccionar idóneamente ante
problemas similares.

CONCLUSIONES

La resolución analizada nos permite concluir lo siguiente:

1. Los procedimientos concursales, conforme lo estable LGSC otorga a los acreedores la


posibilidad de generar nuevos créditos para el deudor, siempre y cuando se decida por
la reestructuración de la empresa.

2. La LGSC otorga la suspensión de exigibilidad de deuda al deudor, siempre y cuando


este se someta al proceso concursal. Asimismo, dicha suspensión de exigibilidad se
mantiene hasta que la junta de acreedores decida la disolución y liquidación de la
empresa concursada, una vez tomada la decisión de disolver a la empresa concursada,
las empresas que tengan créditos postconcursales podrán ingresar a la masa de
acreedores a través del fuero de atracción y solicitar el reconocimiento de sus créditos,
los cuales serán pagados hasta donde alcance el patrimonio de la empresa concursada.

3. A modo de crítica, consideramos que el precedente vinculante afecta a los acreedores


postconcursales, específicamente a aquellos acreedores que generan un crédito después
de la publicación o difusión de un proceso concursal determinado, ya que si bien es
cierto esta medida tiene la finalidad (en caso se decida por la reestructuración) de
obtener recursos económicos para generar utilidad o funcionamiento de la empresa
concursada; sin embargo, no se advierte la situación de desventaja en que puede quedar
dicho acreedor (en caso se decida por disolución y liquidación), en ese sentido el fuero
de atracción que regula el reconocimiento de créditos de los acreedores concursales y
postconcursales no significa para el “acreedor nuevo” una verdadera protección legal.

4. Asimismo, el precedente vinculante omite hacer una diferenciación de aquellos


“créditos nuevos” y los créditos post concursales propiamente dichos, nuestra postura
radica en que los créditos postconcursales tienen una naturaleza diferente y que genera
efectos relevantes al momento de ingresar a la masa de acreedores. El primero se
genera cuando se busca reestructurar una empresa y se genera créditos,
mientras que la segunda sobreviene de un crédito anterior (ejemplo: multa); en
ese sentido para ambas situaciones el desenlace es el mismo, el
reconocimiento de créditos, pero en el ámbito económico el que se ve más
afectado es el “acreedor nuevo”, ya que sufrirá no solamente el incumplimiento
de pago (pese a que inicialmente podía exigir deuda, pero que luego de que la
junta de acreedores decida la disolución se pierde dicha virtud) estará a la
expectativa del orden de prelación. Diferente es la situación del acreedor post
concursal propiamente dicho, este si se beneficia ya que se le permite el
reconocimiento de su crédito, es decir se ampara su necesidad y no sufre
económicamente. Por lo cual debe existir la diferenciación en ese aspecto.

5. Finalmente el precedente vinculante analizado, de algún modo brinda la


estructura temporal para el reconocimiento de créditos y evita que se deniegue
créditos legítimos.

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