Introduccion Freud
Introduccion Freud
Introduccion Freud
1 Freud, Sigmund 1916 1917. 20va. Conferencia. La vida sexual de los seres humanos. En Obras Completas
(XV). Argentina. Amorrortu editores.
a la necesidad de buscar otra etiología, otras causas que expliquen las
“desviaciones” sexuales vinculadas con el desarrollo general de la sexualidad.
2 Freud, Sigmund. 1905. Tres ensayos de teoría sexual. En Obras Completas (VII, 153) Argentina. Amorrortu
Editores.
3 Freud, Sigmund. 1905. Tres ensayos de teoría sexual. En Obras Completas (VII, 134) Argentina. Amorrortu
Editores.
Después de recorrer las diferentes desviaciones que implican, en las
perversiones, cambios de meta o de objeto (fijaciones a metas provisionales, como
el sadismo y el masoquismo, el tocar y el mirar, la sobrestimación del objeto sexual,
el uso de la mucosa bucal o anal, el fetichismo, la pedofilia, la zoofilia y las
inversiones entre otras) su conclusión más fuerte e importante resulta que todas
estas conductas pueden estar presentes, como rasgos, en la sexualidad llamada
normal.
4 Freud, Sigmund. 1905. Tres Ensayos de teoría sexual. En Obras Completas. (VII, 146). Argentina. Amorrortu
Editores.
Más allá de que en este texto Freud aún no ha conceptualizado la etapa
fálica, que luego tendrá un lugar fundamental en los desarrollos del Complejo de
Edipo, ya nos adelanta que la sexualidad se desarrolla en dos tiempos, el infantil y
el de la pubertad, separados por la latencia como articulador del sepultamiento del
complejo y de la constitución de la amnesia y el Superyó.
En este texto Freud desarrolla las zonas erógenas oral y anal, luego agregara
la fálica, aclarando que todo el cuerpo tiene la capacidad de erogeneizarse. El
recorrido de la pulsión, erogeneizando determinadas zonas del cuerpo, es lo que
determina la disposición universal de la sexualidad del niño como polimorfa (la
satisfacción tomara las distintas formas que las distintas zonas erógenas
apuntaladas le permitan) y perversa (dado que no es posible en el tiempo de la
infancia arribar a lo que Freud denominara “placer final”, que solo llegara luego del
pasaje por la pubertad y la reorganización genital.