Gonzalez y Reveron Auditoria Forense
Gonzalez y Reveron Auditoria Forense
Gonzalez y Reveron Auditoria Forense
AUDITORIA FORENSE
Resumen
El término forense, proviene del término latino forensis, que significa público. Lo
forense, por lo tanto, está estrechamente vinculado a la administración de justicia en el
sentido de aportar pruebas de carácter público, que pueden ser discutidas y analizadas
a la luz de todo el mundo (el foro).
En la actividad empresarial, la auditoría forense surge con los intentos por detectar
y corregir el fraude en los estados financieros. Posteriormente ha ido ampliando su
campo de acción en la medida que ha desarrollado técnicas específicas para combatir
el crimen y trabaja estrechamente en la aplicación de la justicia. La auditoría forense,
parte del supuesto de que no hay empresa que no pueda estar expuesta al fraude, por lo
tanto, se requiere aplicar un conjunto completamente nuevo de técnicas para la
detección y análisis de la corrupción.
Tipos de fraude
Malversación de activos
La corrupción
Es una alternativa para combatir la corrupción, porque permite que un experto emita
ante los jueces conceptos y opiniones de valor técnico, que le permiten a la justicia
actuar con mayor certeza, especialmente en lo relativo a la vigilancia de la gestión
fiscal.
Sin embargo, la auditoría forense no solo está limitada a los hechos de corrupción
administrativa, también el profesional forense es llamado a participar en actividades
relacionadas con investigaciones sobre:
Crímenes fiscales
Crimen corporativo y fraude.
Lavado de dinero y terrorismo
Discrepancias entre socios o accionistas.
Siniestros asegurados.
Disputas conyugales, divorcios y
Pérdidas económicas en los negocios, entre otros
Sobre este tema, la actitud de los contadores y auditores ha generado un gran giro,
especialmente al comprender cómo su labor facilita el apoyo a las investigaciones
judiciales que mediante evidencias contables aclaran diferentes disputas legales.
La teoría del Triángulo del Fraude destaca la importancia de tres factores que
determinan el comportamiento de los defraudadores: la oportunidad, la presión o
incentivo y la racionalización del acto. El riesgo de que ocurran actividades
fraudulentas en las compañías incrementa cuando estos tres elementos se dan de
manera simultánea. En la siguiente figura se muestra el Triángulo del Fraude y los tres
componentes que lo forman.
Desde esta perspectiva, al individuo se le presenta la oportunidad de defraudar y, el
incentivo o la necesidad percibida lo motiva, junto con la capacidad de racionalizar o
justificar el acto. A continuación, se analiza el alcance y la repercusión de cada factor.
Oportunidad
Presión o incentivo
La presión engloba la necesidad percibida o las razones que tienen las personas
para cometer un delito, es decir, los estímulo o incentivos que motivan a los individuos
a llevar a cabo prácticas irregulares en las organizaciones. En la mayoría de los casos,
el afán de lucro y las razones económicas suelen ser los motivos más relevantes a la
hora de cometer un delito. Sin embargo, es igualmente necesario tener presentes las
circunstancias o las necesidades básicas como causas que propician el fraude, aunque
éstas sean menos habituales.
Racionalización
Indicios de fraude
El peritaje contable
Indagación.
Observación.
Inspección.
Confirmación.
Análisis y recalculo.
Todas las técnicas de auditoría, son aplicables al peritaje contable.
Responsabilidad Civil.
Responsabilidad penal.
Art. 464 del Código Penal: El que, con artificios o medios capaces de engañar o
sorprender la buena fe de otro, induciéndole en error, procure para sí o para otro un
provecho injusto con perjuicio ajeno, será penado con prisión de uno a cinco años.
La pena será de dos a seis años si el delito se ha cometido: 1.- En detrimento de
una administración pública, de una entidad autónoma en que tenga interés el Estado o
de un instituto de asistencia social. 2.- Infundiendo en la persona ofendida el temor de
un peligro imaginario o el erróneo convencimiento de que debe ejecutar una orden de
la autoridad.
La NIA 240, responsabilidad del auditor de considerar el fraude y el error
establece normas y proporciona lineamientos sobre la responsabilidad del contador
público como (de aquí en adelante, el auditor) auditor de considerar el fraude y error
en una auditoria de estados financieros. Si bien esta NIA se centra en las
responsabilidades del auditor con respecto al fraude y al error, la responsabilidad
primordial para la prevención y detección de fraude y error compete tanto a los
encargados del mando como a la administración de una entidad. Al planear y llevar a
cabo procedimientos de auditoria y al evaluar e informar los resultados
correspondientes, el auditor deberá considerar el riesgo de representaciones erróneas
de importancia relativa en los estados resultados financieros de fraude o error.
Una equivocación al reunir o procesar datos con los cuales se preparan los estados
financieros
Una estimación contable incorrecta que se originó por descubrimiento o mala
interpretación de los hechos
Una equivocación en los principios de contabilidad relativos a valoración,
reconocimiento, clasificación, presentación o revelación.
Otras pruebas:
Comunicación