Los Terremotos

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Un terremoto es el movimiento brusco de la Tierra (con mayúsculas, ya que nos

referimos al planeta), causado por la brusca liberación de energía acumulada


durante un largo tiempo. La corteza de la Tierra está conformada por una docena
de placas de aproximadamente 70 km de grosor, cada una con diferentes
características físicas y químicas.
Estas placas ("tectónicas") se están acomodando en un proceso que lleva millones
de años y han ido dando la forma que hoy conocemos a la superficie de nuestro
planeta, originando los continentes y los relieves geográficos en un proceso que
está lejos de completarse. Habitualmente estos movimientos son lentos e
imperceptibles, pero en algunos casos estas placas chocan entre sí como
gigantescos témpanos de tierra sobre un océano de magma presente en las
profundidades de la Tierra, impidiendo su desplazamiento. Entonces una placa
comienza a desplazarse sobre o bajo la otra originando lentos cambios en la
topografía. Pero si el desplazamiento es dificultado comienza a acumularse una
energía de tensión que en algún momento se liberará y una de las placas se moverá
bruscamente contra la otra rompiéndola y liberándose entonces una cantidad
variable de energía que origina el Terremoto.

En general se asocia el término terremoto con los movimientos sísmicos de


dimensión considerable, aunque rigurosamente su etimología significa "movimiento
de la Tierra".

Es el punto en la profundidad de la Tierra desde donde se libera la energía en un


terremoto. Cuando ocurre en la corteza de ella (hasta 70 km de profundidad) se
denomina superficial. Si ocurre entre los 70 y los 300 km se denomina intermedio y
si es de mayor profundidad: profundo (recordemos que el centro de la Tierra se
ubica a unos 6.370 km de profundidad).

Es el punto de la superficie de la Tierra directamente sobre el hipocentro, desde


luego donde la intensidad del terremoto es mayor.
El primer terremoto del que se tenga referencia ocurrió en China en el año 1177 A
de C. Existe un Catálogo Chino de Terremotos que menciona unas docenas más
de tales fenómenos en los siglos siguientes.

En la Historia de Europa el primer terremoto aparece mencionado en el año 580 A


de C, pero el primero claramente descrita data de mediados del siglo XVI.

Los terremotos más antiguos conocidos en América ocurrieron en México, a fines


del siglo XIV y en Perú en 1741, aunque no se tiene una clara descripción de sus
efectos.

Desde el siglo XVII comienzan a aparecer numerosos relatos sobre terremotos, pero
parece ser que la mayoría fueron distorsionados o exagerados.

Se realiza a través de un instrumento llamado sismógrafo, el que registra en un


papel la vibración de la Tierra producida por el sismo (sismograma). Nos informa la
magnitud y la duración.

Este instrumento registra dos tipos de ondas: las superficiales, que viajan a través
de la superficie terrestre y que producen la mayor vibración de ésta ( y
probablemente el mayor daño) y las centrales o corporales, que viajan a través de
la Tierra desde su profundidad.

Uno de los mayores problemas para la medición de un terremoto es la dificultad


inicial para coordinar los registros obtenidos por sismógrafos ubicados en diferentes
puntos ("Red Sísmica"), de modo que no es inusual que las informaciones
preliminares sean discordantes ya que fueron basadas en informes que registraron
diferentes amplitudes de onda. Determinar el área total abarcada por el sismo puede
tardar varias horas o días de análisis del movimiento mayor y de sus réplicas. La
prontitud del diagnóstico es de importancia capital para echar a andar los
mecanismos de ayuda en tales emergencias.

A cada terremoto se le asigna un valor de magnitud único, pero la evaluación se


realiza, cuando no hay un número suficiente de estaciones, principalmente basada
en registros que no fueron realizados forzosamente en el epicentro sino en puntos
cercanos. De allí que se asigne distinto valor a cada localidad o ciudad e
interpolando las cifras se consigue ubicar el epicentro.

Una vez coordinados los datos de las distintas estaciones, lo habitual es que no
haya una diferencia asignada mayor a 0.2 grados para un mismo punto. Esto puede
ser más difícil de efectuar si ocurren varios terremotos cercanos en tiempo o área.

Aunque cada terremoto tiene una magnitud única, su efecto variará grandemente
según la distancia, la condición del terreno, los estándares de construcción y otros
factores.

Representa la energía sísmica liberada en cada terremoto y se basa en el registro


sismográfico. Es una escala que crece en forma potencial o semilogarítmica, de
manera que cada punto de aumento puede significar un aumento de energía diez o
más veces mayor. Una magnitud 4 no es el doble de 2, sino que 100 veces mayor.

Magnitud en escala Richter Efectos del terremoto


Menos de 3.5 Generalmente no se siente, pero es registrado

3.5 - 5.4 A menudo se siente, pero sólo causa daños menores.

5.5 - 6.0 Ocasiona daños ligeros a edificios.

6.1 - 6.9 Puede ocasionar daños severos en áreas muy pobladas.

7.0 - 7.9 Terremoto mayor. Causa graves daños.


8 o mayor Gran terremoto. Destrucción total a comunidades cercanas.

(NOTA: Esta escala es "abierta", de modo que no hay un límite máximo teórico)

El gran mérito del Dr. Charles F. Richter (del California Institute for Technology,
1935) consiste en asociar la magnitud del Terremoto con la "amplitud" de la onda
sísmica, lo que redunda en propagación del movimiento en un área determinada. El
análisis de esta onda (llamada "S") en un tiempo de 20 segundos en un registro
sismográfico, sirvió como referencia de "calibración" de la escala. Teóricamente en
esta escala pueden darse sismos de intensidad negativa, lo que corresponderá a
leves movimientos de baja liberación de energía.

Se expresa en números romanos. Esta escala es proporcional, de modo que una


Intensidad IV es el doble de II, por ejemplo. Es una escala subjetiva, para cuya
medición se recurre a encuestas, referencias periodísticas, etc. Permite el estudio
de los terremotos históricos, así como los daños de los mismos. Cada localización
tendrá una Intensidad distinta para un determinado terremoto, mientras que la
Magnitud era única para dicho sismo.

I. Sacudida sentida por muy pocas personas en condiciones especialmente


favorables.

II. Sacudida sentida sólo por pocas personas en reposo, especialmente en los pisos
altos de los edificios. Los objetos suspendidos pueden oscilar.

III. Sacudida sentida claramente en los interiores, especialmente en los pisos altos
de los edificios, muchas personas no lo asocian con un temblor. Los vehículos de
motor estacionados pueden moverse ligeramente. Vibración como la originada por
el paso de un vehículo pesado. Duración estimable.
IV. Sacudida sentida durante el día por muchas personas en los interiores,
por pocas en el exterior. Por la noche algunas despiertan. Vibración de
vajillas, vidrios de ventanas y puertas; los muros crujen. Sensación como de un
vehíuclo pesado chocando contra un edificio, los vehículos de motor estacionados
se balancean claramente.

V. Sacudida sentida casi por todo el mundo; muchos despiertan. Algunas piezas de
vajilla, vidrios de ventanas, etcétera, se rompen; pocos casos de agrietamiento de
aplanados; caen objetos inestables . Se observan perturbaciones en los árboles,
postes y otros objetos altos. Se detienen de relojes de péndulo.

VI. Sacudida sentida por todo mundo; muchas personas atemorizadas huyen hacia
afuera. Algunos muebles pesados cambian de sitio; pocos ejemplos de caída de
aplacados o daño en chimeneas. Daños ligeros.

VII. Advertido por todos. La gente huye al exterior. Daños sin importancia en
edificios de buen diseño y construcción. Daños ligeros en estructuras ordinarias bien
construidas; daños considerables en las débiles o mal proyectadas; rotura de
algunas chimeneas. Estimado por las personas conduciendo vehículos en
movimiento.

VIII. Daños ligeros en estructuras de diseño especialmente bueno; considerable en


edificios ordinarios con derrumbe parcial; grande en estructuras débilmente
construidas. Los muros salen de sus armaduras. Caída de chimeneas, pilas de
productos en los almacenes de las fábricas, columnas, monumentos y muros. Los
muebles pesados se vuelcan. Arena y lodo proyectados en pequeñas cantidades.
Cambio en el nivel del aguade los pozos. Pérdida de control en las personas que
guían vehículos motorizados.

IX . Daño considerable en las estructuras de diseño bueno; las armaduras de las


estructuras bien planeadas se desploman; grandes daños en los edificios sólidos,
con derrumbe parcial. Los edificios salen de sus cimientos. El terreno se agrieta
notablemente. Las tuberías subterráneas se rompen.

X. Destrucción de algunas estructuras de madera bien construidas; la mayor parte


de las estructuras de mampostería y armaduras se destruyen con todo y cimientos;
agrietamiento considerable del terreno. Las vías del ferrocarril se tuercen.
Considerables deslizamientos en las márgenes de los ríos y pendientes fuertes.
Invasión del agua de los ríos sobre sus márgenes.

XI Casi ninguna estructura de mampostería queda en pie. Puentes destruidos.


Anchas grietas en el terreno. Las tuberías subterráneas quedan fuera de servicio.
Hundimientos y derrumbes en terreno suave. Gran torsión de vías férreas.

XII Destrucción total. Ondas visibles sobre el terreno. Perturbaciones de las cotas
de nivel (ríos, lagos y mares). Objetos lanzados en el aire hacia arriba.
Los terremotos son fenómenos naturales que se producen por la acumulación de
fuerzas en zonas frágiles de la corteza terrestre, denominadas fallas geológicas,
que tienden a romperse cuando se supera su límite de resistencia. En la ruptura
se genera una energía que se propaga en forma de ondas elásticas y cuando
éstas alcanzan la superficie terrestre producen el terremoto o sacudida sísmica.
Los terremotos no se pueden evitar ni predecir a corto plazo, pero sí se pueden
estimar los movimientos esperados en una cierta zona a largo plazo, lo que se
conoce como peligrosidad sísmica. Esto permite el diseño sismorresistente de las
edificaciones y estructuras expuestas, de modo que puedan resistir esos
movimientos, lo que supone reducir su vulnerabilidad. De esta forma el riesgo
sísmico, concebido como el producto de la peligrosidad por la vulnerabilidad y
exposición, puede ser reducido o mitigado. En esto se basa la línea de prevención
de daños a la que actualmente se dedican los mayores esfuerzos para evitar que
terremotos futuros sean catastróficos.

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