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Características y funciones de las Células Inmunes

Asignatura: Inmunología.

Docente: Jorge Alberto Escamilla Juárez.

Integrantes del equipo:


•Guadalupe Basaura Alcantara.
•Koraima Lizbeth Chama.
•Valeria Figueroa López.

3er Semestre MV
Neutrófilos.
El leucocito sanguíneo más importante es el granulocito polimorfonuclear neutrófilo,
que en general recibe la denominación de neutrófilo.
Los neutrófilos se forman a partir de células madre en la médula ósea a un ritmo
cercano a 8 x 106 por minuto en los seres humanos, migran a la corriente sanguínea
y aproximadamente 12 horas después penetran en los tejidos. Mueren a los pocos
días y, por tanto, deben ser constantemente renovados. Los neutrófilos constituyen
entre el 60 y el 75% de los leucocitos en sangre en muchos carnívoros, pero
solamente el 50% en caballos y del 20 al 30% en bóvidos, cabras y roedores de
laboratorio.
Hay dos grupos de neutrófilos en sangre: un grupo circulante y otro grupo de células
secuestrado en los capilares. Durante las infecciones bacterianas el número de
neutrófilos circulantes puede incrementarse diez veces, ya que son liberados desde
la médula ósea y el conjunto de los secuestrados.
Los neutrófilos que se encuentran en suspensión en la sangre son células
redondeadas, de alrededor de 10 a 20 μm de diámetro. Tienen un citoplasma
finamente granular y en el centro del mismo, un núcleo segmentado irregularmente
o en forma de salchicha. Debido a que la cromatina del núcleo es compacta, los
neutrófilos no pueden dividirse. La microscopía electrónica muestra en su
citoplasma la presencia de muchos tipos diferentes de gránulos ricos en enzimas.
Los neutrófilos están usualmente confinados en el torrente sanguíneo donde
circulan con otras células, pero son atraídos hacia los tejidos como defensa frente
a una invasión microbiana, pudiendo abandonar la circulación sanguínea. En los
tejidos normales, los neutrófilos son vehiculados a lo largo del flujo, como otras
células sanguíneas.
La interacción con el patógeno puede ser directa, mediante el reconocimiento de
patrones moleculares asociados a patógenos (PAMPs, por sus siglas en inglés) por
receptores que reconocen patrones (RRP, por sus siglas en inglés) expresados en
los neutrófilos, o indirecta, a través del reconocimiento de microbios opsonizados
por receptores Fc o receptores de complemento. El fagosoma experimenta un
proceso de rápida maduración que implica la fusión con gránulos del neutrófilo, la
administración dirigida de moléculas antimicrobianas y la generación de especies
reactivas de oxígeno (ROS, por sus siglas en inglés).

La degranulación de gránulos específicos en la superficie del neutrófilo y la extrusión


de ácidos nucleicos para formar trampas extracelulares de neutrófilos (NETs, por
sus siglas en inglés) crean un medio antimicrobiano en el sitio de la inflamación que
contribuye a la muerte de los patógenos extracelulares.
Eosinófilos.
Los eosinófilos son células polimorfonucleares, ligeramente más grandes que los
neutrófilos, con gránulos citoplasmáticos que se tiñen intensamente con un
colorante rojo, la eosina. Se originan en la médula ósea y permanecen alrededor de
30 minutos circulando por el torrente sanguíneo antes de migrar a los tejidos, donde
tienen una vida media aproximada de 12 días. La proporción de eosinófilos entre
los leucocitos sanguíneos varía mucho, ya que está influida por la presencia de
parásitos. Los valores normales oscilan entre un 2% en los perros y alrededor del
10% en los bóvidos. Los eosinófilos contienen dos tipos de gránulos. Los gránulos
primarios pequeños contienen arilsulfatasa, peroxidasa, y fosfatasa ácida. Los
gránulos grandes cristaloides contienen en el centro la proteína básica principal
(MBP), rodeada por una matriz con la proteína catiónica eosinofílica, la peroxidasa
eosinofílica y la neurotoxina derivada de los eosinófilos.
Una característica de los tejidos que sufren reacciones de hipersensibilidad de tipo
I es la presencia de gran número de eosinófilos. Estas células son atraídas a los
sitios de desgranulación de los mastocitos, donde también se desgranulan y liberan
sus propias moléculas biológicamente activas. Se puede considerar a los eosinófilos
como las células efectoras últimas de la reacción alérgica.
Activación de los eosinófilos
En la movilización de los eosinófilos están implicados tres mecanismos.
Primero, tanto los linfocitos Th2 como los mastocitos producen IL-5 y quimioquinas,
conocidas como eotaxinas que estimulan la salida de eosinófilos desde la médula
ósea. De esta forma, los linfocitos Th2 movilizan a los eosinófilos a la vez que
estimulan las respuestas de IgE.
Segundo, los eosinófilos son atraídos a los sitios de desgranulación de los masto-
citos por moléculas como las eotaxinas, la histamina y su producto de degradación,
el ácido imidiazoleacético, el leucotrieno B4, la hidroxitriptamina (5-HT) y el factor
activador de plaquetas (PAF). Los eosinófilos activados son atraídos de forma
especial por CXCL8 (IL-8) unida en un complejo con la IgA.
Tercero, algunos alergenos comunes activan directamente a los eosinófilos,
estimulando su quimiotaxis y el incremento de la expresión de CR3. Una vez que
alcanzan el sitio de desgranulación de los mastocitos, los eosinófilos son activados
por estas mismas moléculas. La movilización y la activación de los eosinófilos
aumentan su capacidad de eliminar parásitos y apoya la teoría de que la función
principal de las respuestas mediadas por IgE es el control de los parásitos
helmintos. Los eosinófilos activados expresan moléculas de clase II del CMH y
pueden servir como células presentadoras de antígeno.
Desgranulación de eosinófilos.
Aunque los eosinófilos pueden fagocitar partículas pequeñas, son más apropiados
para la destrucción extracelular de parásitos grandes, ya que pueden liberar el
contenido de sus gránulos al fluido circundante. Los eosinófilos experimentan una
desgranulación en etapas. En este proceso se desprenden pequeñas vesículas
desde los gránulos secundarios, que se liberan en los tejidos. Esta desgranulación
sucede como respuesta a parásitos. También son capaces de activar a los linfocitos
T o inducir la producción de anticuerpos IgM en las células B, participando así en la
respuesta inmune adaptativa.
BASÓFILOS:

Los granulocitos menos numerosos, los basófilos, se denominan así porque sus
gránulos citoplasmáticos se tiñen intensamente con colorantes básicos, como la
hematoxilina. Los basófilos constituyen alrededor del 0,5% de los leucocitos
sanguíneos. Normalmente no se encuentran fuera de la circulación sanguínea, pero
pueden entrar en los tejidos bajo la influencia de ciertas quimioquinas producidas
por los linfocitos T. Los gránulos de los basófilos contienen una mezcla compleja de
moléculas vasoactivas similares a las presentes en los mastocitos.

Los basófilos se encuentran en la sangre y solo en ciertas ocasiones, como en caso de


infecciones parasitarias, se acumulan en los tejidos (principalmente mucosa pulmonar,
nasal y piel). Una vez ahí, liberan el contenido de sus gránulos, pequeños compartimentos
que contienen sustancias que facilitan la puesta en marcha del proceso inflamatorio (por
ejemplo la histamina) y la eliminación del patógeno.

La relación exacta entre basófilos y mastocitos ha sido tema de controversia durante


mucho tiempo. Así, aunque las funciones de ambos tipos de células son
evidentemente similares, sus características morfológicas y su distribución en los
tejidos son muy diferentes. En el ratón, los basófilos y los mastocitos comparten una
célula madre común, que es precursora de los mastocitos tanto del tejido conjuntivo
como de las mucosas.
MASTOCITOS:

Los mastocitos son células grandes y redondeadas (de 15 a 20 μm de diámetro)


dispersas por el organismo en el tejido conjuntivo, bajo la superficie de las mucosas,
en la piel y alrededor de los nervios. Se encuentran en grandes proporciones en los
lugares del organismo más expuestos a los invasores potenciales, como bajo la piel
o en el intestino y las vías respiratorias. En estas localizacio- nes están situados en
el interior de los vasos sanguíneos, donde pueden regular el flujo sanguíneo y la
migración celular.

Son fácilmente reconocibles ya que su citoplasma está repleto de un gran número


de gránulos (lisosomas secretores), que se tiñen fuertemente con colorantes como
el azul de toluidina. Estos gránulos suelen enmascarar al núcleo, grande y
arriñonado. Los mastocitos son denominados así, porque al estar llenos de
gránulos, se consideraron como células cebadas.

Los mastocitos del tejido conjuntivo y la piel, y de las paredes intestinales difieren
en su estructura y composición química.

Los mastocitos se originan a partir de las células madre en la médula ósea. Las
células precursoras de los mastocitos migran a los tejidos, donde maduran y
sobreviven durante varias semanas o meses. Mientras que en el tejido conjuntivo
los mastocitos se mantienen en niveles relativamente constantes, en la mucosa
intestinal pueden proliferar. Se ha sugerido que los mastocitos de esta mucosa
responden específicamente a la invasión por helmintos parásitos.

Los mastocitos tienen un papel muy importante en la inmunidad innata, ya que


cuando ellos encuentran microorganismos invasores liberan moléculas que produ-
cen los cambios en el flujo sanguíneo que se aprecian en la inflamación aguda.
MACRÓFAGOS

CARACTERÍSTICAS

• Actúan como células centinela detectando microorganismos invasores, también


pueden destruirlos y juegan un papel esencial en la activación de la inmunidad
adquirida.
• Tienen un retículo endoplásmico rugoso desarrollado y su aparato de Golgi es
grande. Poseen, microtúbulos, filamentos intermedios y microfilamentos de actina.
• Cuando son estimulados, secretan citoquinas que promueven las respuestas innata
y adquirida; controlan la inflamación y contribuyen directamente a la reparación de
tejidos dañados mediante la eliminación de las células dañadas, rotas o muertas y
colaboran en el proceso de curación.

Los macrófagos maduros que se encuentran en:

• Tejido conjuntivo se denominan histiocitos.


• En el revestimiento de los sinusoides hepáticos se denominan células de Kupffer.
• En cerebro se llaman microglía
• Alveolos pulmonares se denominan macrófagos alveolares
• Capilares de los pulmones se llaman macrófagos pulmonares intravasculares.

FUNCIONES
▪ Su alta capacidad fagocítica les permite tener un rol importante en la eliminación de
los microorganismos, tejidos dañados y contaminantes particulados.
▪ Regulación de la coagulación y fibrinolisis.
▪ Regulación de la cascada del complemento.
▪ Procesa y presenta a Linfocitos Th.
ESTRUCTURA
Los macrófagos presentan diversas formas como respuesta al ambiente donde se
encuentran. En suspensión, sin embargo, presentan una morfología redondeada con un
diámetro aproximado de 15 µm. Poseen un citoplasma abundante, en cuyo centro se
encuentra un núcleo simple (único) que puede ser redondo, arriñonado o irregular.
El citoplasma que rodea al núcleo contiene mitocondrias, un gran número de lisosomas,
una pequeña proporción de retículo endoplásmico rugoso y un aparato de Golgi, lo que
indica que es capaz de sintetizar y secretar proteínas.
LINFOCITOS NATURAL KILLER
CARACTERÍSTICAS
▪ Pertenecen al sistema inmune innato y forman parte de la primera línea de
defensa frente a un amplio rango de patógenos.
▪ Proveen protección frente a infecciones virales y bacterianas y ayudan a detectar y
limitar el desarrollo de cánceres.
▪ Estas células provienen de la médula ósea y se encuentran en la sangre y tejidos
linfáticos, especialmente el bazo.
▪ Se caracterizan morfológicamente por ser mayoritariamente linfocitos grandes con
gránulos citoplasmáticos.
FUNCIONES

• La identificación y destrucción de células anormales (función citotóxica)


Se definen principalmente por su capacidad de destruir una variedad de células
anormales. Por ejemplo; células transformadas por virus o tumorales. Esta propiedad se
conoce como citotoxicidad celular.
Son capaces de reconocer y matar células cubiertas por anticuerpos, o mejor dicho
células que han sido marcadas como dañinas, con el fin de atacarlas. Cuando las células
NK se activan, liberan sustancias que se encuentran en el interior de sus gránulos como
perforinas.

• Producción de citoquinas (función secretora)


Las células NK al activarse tienen la capacidad de secretar diversos tipos de citoquinas
como por ejemplo el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), interferón gamma (IFN-γ) o el
factor estimulante de colonias de granulocitos y monocitos (GM-CSF) que son de gran
importancia en la proliferación, diferenciación y activación de otras células y la regulación
de la respuesta inmunitaria.

• Capacidades funcionales.
Las células NK desarrollan la capacidad de matar células diana de forma natural y
dependiente de anticuerpo. Además, secretan factores solubles que regulan las funciones
de otras células del sistema inmune. Por tanto, son células efectoras de la inmunidad
natural y adquirida. La capacidad funcional característica de estas células es la
eliminación de células tumorales y de células infectadas por virus.
Para diferenciar las células sanas de aquellas que tienen que eliminar, las células NK
tienen un sistema de reconocimiento a través de sus receptores de activación e inhibición
(KIR):
✓ Célula sana
El receptor KIR se une a una molécula de clase I del complejo principal de
histocompatibilidad (MHC-I) que está presente en todas las células sanas del cuerpo. De
esta manera, las células NK las reconocen y no las atacan.
✓ Célula infectada
El receptor KIR no se une al MHC-I y, por tanto, agreden a estas células para destruirlas.

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