Conflicto Entre Rusia y Ucrania
Conflicto Entre Rusia y Ucrania
Conflicto Entre Rusia y Ucrania
Rusos en Ucrania
El Euromaidán (en ucraniano, Євромайда́н, Yevromaidán; «Europlaza») es el
nombre dado a una serie de manifestaciones y disturbios heterogéneos de
índole europeísta y nacionalista de Ucrania que en su punto álgido derrocaron al
presidente Víktor Yanukóvich, líder de la formación política prorrusa Partido de las
Regiones. Los sucesos se desencadenaron en Kiev la noche del 21 de noviembre
de 2013, un día después de que el Gobierno de Ucrania hubiera suspendido in
extremis la firma del Acuerdo de Asociación y el Acuerdo de Libre Comercio con
la Unión Europea (UE).
En 2009, el analista rumano Iulian Chifu y sus coautores opinaron que, con
respecto a Ucrania, Rusia ha buscado una versión actualizada de la Doctrina
Brézhnev, una política de Guerra Fría de intervención soviética en los países de
la esfera de influencia soviética hacia fines de la década de 1980 y principios de
los años 90.
Tras la adhesión de Crimea a Rusia en 2014, no han sido pocas las opiniones que
predecían un conflicto a gran escala entre ambos países. Muchos académicos y
expertos, especialmente entre los de enfoque realista, como John Mearsheimer,
empezaron a anticipar que el desequilibrio estratégico y la imposibilidad de aplicar
los acuerdos de Minsk degenerarían en guerra por la dificultad de encontrar una
salida diplomática a la situación. Por otro lado, desde sectores contrarios
a Occidente, se esperaba que el futuro conflicto tendría origen en provocaciones y
expansionismo atlantista que forzarían la respuesta de Rusia.
Mientras que una pequeña parte del sector realista calificó la invasión inminente
como una posibilidad muy real, la mayoría de los académicos, aunque sí
esperaban un conflicto entre los países en algún momento del futuro, no creían
que los movimientos de tropas de Rusia fueran más que un instrumento de
presión, pues una invasión sería un acto irracional que no encajaría con las teorías
académicas de las relaciones de poder. Tampoco desde las posturas más
favorables a Rusia se creía posible una acción militar semejante sin una agresión
previa, considerando las advertencias sobre una posible invasión como alarmismo.