Conflicto Entre Rusia y Ucrania

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CONFLICTO ENTRE RUSIA Y UCRANIA

La guerra ruso-ucraniana es un conflicto bélico entre la Federación de


Rusia y Ucrania, que se encuentra actualmente en curso y que se acrecentó tras
el tenso período de la crisis ruso-ucraniana de 2021-2022, conflicto que el 24 de
febrero de 2022 finalmente desembocó en la invasión rusa de Ucrania, si bien esta
confrontación se ha desarrollado desde 2014 y ha tenido varias etapas entre las
que se destacan la adhesión de Crimea a Rusia y la guerra del Dombás que
comenzó ese mismo año y aún sigue en progreso. Asimismo, las manifestaciones
de Euromaidán que marcan el inicio del conflicto ucraniano comenzaron en
noviembre de 2013 en Kiev, la capital ucraniana, debido a la suspensión de la
firma del Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la Unión Europea.

El 22 de febrero de 2014, tras varios meses de protestas y disturbios y tras el


llamado Jueves Negro (20 de febrero) en el que murieron más de 60
manifestantes,3 los opositores tomaron las riendas del país y ocuparon
irregularmente las principales instituciones con sede en Kiev. Seguidamente,
la Rada Suprema tomó el control del país en ausencia de buena parte de sus
miembros y Oleksandr Turchínov asumió la coordinación del Gobierno y la
presidencia del Parlamento, cayendo así el gobierno de Víktor Yanukóvich. La
Rada Suprema destituyó del cargo a Yanukóvich y tomó el control del país
votando la vuelta a la Constitución de 2004, acordada el día anterior. Rusia no
reconoció este gobierno como autoridad legítima de Ucrania y declaró que lo
ocurrido fue un «golpe de Estado».6 En consecuencia, el Congreso de diputados y
gobernadores regionales del Este y Sur de Ucrania hizo un llamamiento a la
resistencia y acusó a la oposición de incumplir el acuerdo de paz que había sido
firmado el 21 de febrero con el destituido presidente. A partir de entonces,
residentes de la mitad suroriental de Ucrania se manifestaron en contra del nuevo
gobierno de Kiev.

Por su parte, la crisis de Crimea de 2014 comenzó en febrero de ese año cuando


el gobierno regional realizó el referéndum sobre el estatus político de Crimea.
Entonces se produjo una intervención militar, donde las Fuerzas Armadas de
Rusia se desplegaron en la península de Crimea —incluyendo Sebastopol— con
el objetivo de garantizar la integridad de los ucranianos prorrusos habitantes de
Crimea y las bases rusas estacionadas allí, hasta que se normalizara la situación
socio-política; desoyendo las advertencias de no invadir lanzadas por Estados
Unidos y Kiev. Así, el 17 de mayo, fue proclamada la independencia de
la República de Crimea y al día siguiente fue aprobada la adhesión de Crimea a
Rusia. Esto fue rechazado por la Unión Europea, Estados Unidos y otros países,
mientras fue apoyado por Bielorrusia, Corea del
Norte, Siria, Nicaragua y Venezuela; la Asamblea General de las Naciones
Unidas, mediante su resolución 68/262, rechazó la incorporación de Crimea. En
los días posteriores, las tropas militares ucranianas se enfrentaron en contados
incidentes con el ejército ruso hasta finalmente replegarse y hacer abandono de la
península, aunque el gobierno de Kiev aún considera Crimea como parte de
los territorios temporalmente ocupados de Ucrania.

Entre tanto, la guerra del Dombás comenzó el 6 de abril de 2014. El gobierno


interino de Ucrania inició un operativo armado contra los grupos
separatistas rusófonos del este de Ucrania tras la anexión de Crimea. Las tropas
rusas invadieron el territorio del este de Ucrania y las tropas ucranianas lanzaron
una operación antiterrorista. En el mes siguiente fueron realizados
los referéndums sobre el estatus político de Donetsk y Lugansk por parte de los
separatistas regionales que formaron la confederación de Nueva Rusia, un
efímero Estado que sería disuelto en mayo de 2015.

Rusos en Ucrania

Estos párrafos son un extracto de Rusificación de Ucrania.

La rusificación de Ucrania fue un cuerpo de leyes, decretos y otras acciones


llevadas a cabo, primero por las autoridades imperiales rusas y después por
las soviéticas, para fortalecer la posición rusa en los ámbitos nacional, político y
lingüístico en Ucrania. La rusificación se ha visto como parte de una política
de genocidio relacionada con la hambruna holodomor por Raphael Lemkin y otras
fuentes.

La política de rusificación fue más intensa en Ucrania que en otras partes de la


Unión Soviética, por lo que este país contiene ahora el grupo más grande de
rusófonos que no son rusos étnicos: en 2009 había en torno a 5,5 millones de
ucranianos cuya lengua materna era el ruso. Los hablantes de ruso son más
numerosos en la mitad sudoriental del país, mientras que tanto el ruso como el
ucraniano son usados por igual en el centro, y el ucraniano es la lengua dominante
en el oeste.21 Algunos de estos "ucranianos rusificados" hablan ruso, mientras
que otros hablan una mezcla de ucraniano y ruso conocida como "súrzhyk";
muchos de ellos también tienen cierto dominio del idioma ucraniano. Las
estimaciones de su prevalencia en el país varían, pero según distintos estudios,
los "ucranianos rusificados" constituyen entre un tercio y la mitad de la población
total de Ucrania.

En la Ucrania postsoviética, el ucraniano sigue siendo el único idioma oficial en el


país; sin embargo, en 2012, el presidente Víktor Yanukóvich introdujo un proyecto
de ley reconociendo "lenguas regionales", en virtud del cual el idioma ruso en
particular podría ser usado oficialmente en las zonas predominantemente
rusófonas de Ucrania, en escuelas, tribunales e instituciones gubernamentales.
Mientras que el proyecto de ley fue apoyado por los ucranianos en las regiones del
este y el sur del país, esta legislación generó protestas en Kiev, donde los
representantes de los partidos de la oposición argumentaron que esta ley dividiría
aún más al país entre sus partes ucranianoparlantes y rusoparlantes, y haría del
ruso un idioma oficial de facto allí.

Presencia de tropas rusas

Se atribuye la creación de la Flota del Mar Negro a Grigori Potiomkin el 13 de


mayo de 1783, tras la anexión de Crimea bajo el reinado de Catalina la Grande y
la creación de una importante base militar, ubicada en la ciudad
de Sebastopol (recientemente anexionada a la Federación de Rusia desde marzo
de 2014). La expansión hacia el sur del Imperio ruso a finales del siglo XVIII les
llevó a enfrentarse con su mayor rival en la región del Mar Negro, el Imperio
otomano. La Flota del Mar Negro venció a los turcos en 1790, combatió contra los
otomanos durante la Primera Guerra Mundial, contra la flota rumana durante
la Segunda Guerra Mundial y mantuvo breves combates contra la Armada de
Georgia en el transcurso de la Guerra de Osetia del Sur de 2008.24

La disolución de la Unión Soviética y la independencia de Ucrania en 1991 llevó a


la firma de varios acuerdos para permitir la continuidad de la presencia de fuerzas
de la Federación Rusa en Crimea y el mantenimiento de las bases de la Flota del
Mar Negro.

La división norte-oeste vs. sur-este se manifiesta en el medioambiente;25 la zona


en azul presenta un bioma de bosque caducifolio, mientras que en la zona en
amarillo el paisaje es de estepas.

El Euromaidán (en ucraniano, Євромайда́н, Yevromaidán; «Europlaza») es el
nombre dado a una serie de manifestaciones y disturbios heterogéneos de
índole europeísta y nacionalista de Ucrania que en su punto álgido derrocaron al
presidente Víktor Yanukóvich, líder de la formación política prorrusa Partido de las
Regiones. Los sucesos se desencadenaron en Kiev la noche del 21 de noviembre
de 2013, un día después de que el Gobierno de Ucrania hubiera suspendido in
extremis la firma del Acuerdo de Asociación y el Acuerdo de Libre Comercio con
la Unión Europea (UE).

Aunque el 30 de marzo de 2012, Yanukóvich y los líderes de la UE habían


acordado un estatuto de asociación de Ucrania con la UE, la entrada en vigor se
fue aplazando y las negociaciones quedaron estancadas durante un año, entre
otras razones porque una de las exigencias europeas era la liberación de Yulia
Timoshenko y Yuri Lutsenko, opositores al Gobierno. Ello no impidió que durante
los meses previos al inicio de las protestas, Yanukóvich prometiera realizar las
reformas necesarias para seguir adelante con la negociaciones.

Sin embargo, sorpresivamente, el 21 de noviembre de 2013, el Gobierno


ucraniano, encabezado por Mikola Azárov, publicó una nota oficial en la que
informaba que el proceso de preparación de la firma del acuerdo quedaba
«suspendido». Las razones esgrimidas fueron la caída en la producción industrial
y el mantenimiento de relaciones con los países de la Comunidad de Estados
Independientes. Yanukóvich asistió a la cumbre de la UE los días 28 y 29, tal
como estaba previsto antes de la suspensión unilateral, pero solo para declinar la
última oferta europea, de 600 millones de euros, por considerarla «humillante».
Por su parte, Azárov reprochó a la UE y al Fondo Monetario Internacional la falta
del apoyo económico que hubiera compensado el «divorcio comercial» con Rusia,
a la vez que admitía que había sido Moscú quien había conminado a Kiev a no
sellar el pacto.

Desde el 21 de noviembre, se producen en Kiev varias concentraciones en


la plaza de la Independencia exigiendo al gobierno retomar el diálogo con la UE.
La concentración aglomeró a cientos de miles de personas en todas las
inmediaciones de la plaza, con discursos diarios de líderes políticos opositores así
como íconos culturales ucranianos y extranjeros que venían en señal de
motivación y apoyo. Entre los principales gestores se encontraban: organizaciones
sociales, la oposición política —incluido el grupo ultra-nacionalista y de extrema
derecha Sector Derecho, uno de los principales organizadores del movimiento en
Kiev e instigador de los disturbios, y el partido parlamentario de extrema
derecha Svoboda— y las Iglesias ucranianas —como la Iglesia ortodoxa ucraniana
del Patriarcado de Kiev—, con excepción de la Iglesia ortodoxa
ucraniana del Patriarcado de Moscú. En las manifestaciones también participaron
representantes de minorías étnicas (rusos, tártaros de Crimea, judíos, georgianos,
armenios y otros) y ciudadanos de otros países (de Polonia, Bielorrusia, Georgia,
Rusia y otros).

Las protestas desembocaron en disturbios, que fueron creciendo en intensidad, al


punto de que hubo días en que muchos manifestantes continuaban sus protestas
toda la noche, lo que hacía imposible su desalojo del lugar por parte de las
autoridades. El 16 de enero, la Rada ordenó penas contra los manifestantes, el
bloqueo de edificios administrativos y la instalación de tiendas de campaña. Esto
fue tomado por los manifestantes como un veto a su derecho de manifestarse y
protestar.

La noche del 19 y 20 de febrero, Yanukóvich y los principales líderes de la


oposición (Vitali Klichkó, Arseni Yatseniuk y Oleh Tiagnibok) acordaron una tregua,
y el desarme de las barricadas colocadas en la plaza de capital anteriormente
como medida de contención a las fuerzas policiales. El 21 de febrero —tras el
llamado “Jueves Negro” (20 de febrero) en el que murieron más de 60
manifestantes—, se aprobó un acuerdo entre ambas partes para adelantar las
elecciones, formar un gobierno de transición, volver a la Constitución de
Ucrania de 2004 y frenar la violencia. En la madrugada del 21 al 22 de febrero
Yanukóvich, sin informar al parlamento, abandonó la capital y desapareció en
dirección desconocida. El 22 de febrero, por la mañana, la Rada Suprema lo
destituyó de su cargo por "abandono de sus funciones constitucionales" y tomó el
control del país votando, por mayoría constitucional, la vuelta a la Constitución de
2004, acordada el día anterior. Sólo después de dicha vuelta al sistema político
parlamentario, en lugar del presidencial, Oleksandr Turchínov asumió la
presidencia del parlamento, previa renuncia por escrito del presidente anterior. Al
día siguiente, Turchínov fue nombrado primer ministro en funciones con el fin de
realizar la coordinación de tareas de gobierno. El 28 de febrero, Yanukóvich
reapareció en Rostov del Don (Rusia), donde denunció un presunto golpe de
Estado.

Opiniones de analistas y políticos de terceros países

En 2009, el analista rumano Iulian Chifu y sus coautores opinaron que, con
respecto a Ucrania, Rusia ha buscado una versión actualizada de la Doctrina
Brézhnev, una política de Guerra Fría de intervención soviética en los países de
la esfera de influencia soviética hacia fines de la década de 1980 y principios de
los años 90.

Tras la adhesión de Crimea a Rusia en 2014, no han sido pocas las opiniones que
predecían un conflicto a gran escala entre ambos países. Muchos académicos y
expertos, especialmente entre los de enfoque realista, como John Mearsheimer,
empezaron a anticipar que el desequilibrio estratégico y la imposibilidad de aplicar
los acuerdos de Minsk degenerarían en guerra por la dificultad de encontrar una
salida diplomática a la situación. Por otro lado, desde sectores contrarios
a Occidente, se esperaba que el futuro conflicto tendría origen en provocaciones y
expansionismo atlantista que forzarían la respuesta de Rusia.

No obstante, en 2021 y principios de 2022, las imágenes por satélite de la


progresiva acumulación de tropas y equipos rusos cerca de la frontera con Ucrania
y especialmente los posteriores informes de inteligencia estadounidenses
prediciendo la invasión generaron un creciente debate entre los analistas y
expertos acerca de las posiblidades de que Rusia estuviera preparándose para
una agresión preventiva a Ucrania.

Mientras que una pequeña parte del sector realista calificó la invasión inminente
como una posibilidad muy real, la mayoría de los académicos, aunque sí
esperaban un conflicto entre los países en algún momento del futuro, no creían
que los movimientos de tropas de Rusia fueran más que un instrumento de
presión, pues una invasión sería un acto irracional que no encajaría con las teorías
académicas de las relaciones de poder. Tampoco desde las posturas más
favorables a Rusia se creía posible una acción militar semejante sin una agresión
previa, considerando las advertencias sobre una posible invasión como alarmismo.

Entre tanto, varias personalidades políticas que anteriormente se habían mostrado


afines a Vladímir Putin intentaron distanciarse de este como resultado de la crisis.
En la Unión Europea, Marine Le Pen, dirigente de la Agrupación Nacional quien
recibió financiación de bancos rusos en su campaña para las  buscó distanciarse
de Putin de cara a las elecciones de 2022; y en Italia, Matteo Salvini, cuyo
partido Liga Norte firmó acuerdos de cooperación con el partido Rusia Unida de
Putin, condenó la agresión. Por otro lado, Alexander Gauland, de Alternativa para
Alemania partido que ha mostrado cercanía con Rusia, especialmente en la
antigua Alemania Oriental, donde es popular culpó a la OTAN por la guerra.

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