Cefalosporinas de Primera Generación

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

Cefalosporinas de primera generación

La cefazolina es relativamente bien tolerada después de la administración intramuscular o


intravenosa; se excreta por filtración glomerular y está 85% unida a proteínas plasmáticas. La
cefazolina es la única cefalosporina de primera generación parenteral comercializada en Estados
Unidos. La cefalexina tiene el mismo espectro antibacteriano que las otras cefalosporinas de
primera generación. Es algo menos activa contra los estafilococos productores de penicilinasa. La
terapia oral con cefalexina (generalmente 0.5 g de dos a cuatro veces al día) da como resultado
concentraciones máximas en plasma adecuadas para la inhibición de muchos patógenos
grampositivos y gramnegativos. El medicamento no se metaboliza y 70-100% se excreta en la
orina. La cefradina y el cefadroxilo son agentes orales de actividad y farmacocinética similares a la
cefalexina.

Cefalosporinas de segunda generación

La cefoxitina y el cefotetán son técnicamente cefamicinas y son resistentes a algunas lactamasas β


producidas por bacilos gramnegativos. Por lo general las cefalosporinas de segunda generación
tienen actividad gramnegativa más amplia, que incluye la mayoría de las cepas de Haemophilus
spp., Proteus spp. indol positivo y Klebsiella spp. Estos antibióticos son menos activos que las
cefalosporinas de primera generación contra las bacterias grampositivas, pero son más activos
contra los anaerobios, especialmente B. fragilis. El cefmetazole es un fármaco similar que sólo se
comercializa fuera de Estados Unidos. La cefuroxima tiene buena actividad contra H. influenzae
(incluidas las cepas resistentes a la ampicilina), N. meningitidis y S. pneumoniae. La actividad
contra E. coli y Klebsiella es moderada. La actividad antiestafilocócica es inferior a las
cefalosporinas de primera generación. A diferencia de la cefoxitina, el cefotetán y el cefmetazol, la
cefuroxima carece de actividad contra B. fragilis. El medicamento puede administrarse por vía oral,
intravenosa o intramuscular cada 8-12 h. Las concentraciones en CSF son aproximadamente de
10% de las del plasma; el fármaco es eficaz pero inferior a la ceftriaxona para el tratamiento de la
meningitis debido a microorganismos susceptibles. El cefuroxima acetilo es el 1-acetiloxietil éster
de cefuroxima. Entre 30 y 50% de una dosis oral se absorbe; luego el medicamento se hidroliza a
cefuroxima; las concentraciones resultantes en plasma son variables. El cefprozil, el cefaclor y el
loracarbef son medicamentos administrados por vía oral, por lo general similares al cefuroxima
acetilo.

Cefalosporinas de tercera generación

La cefotaxima es resistente a muchas lactamasas β de espectro estrecho y tiene buena actividad


contra la mayoría de las bacterias aerobias grampositivas y gramnegativas. Sin embargo, la
actividad contra B. fragilis es deficiente, y las ESBL y KPC confieren resistencia cada vez más
frecuente a la cefotaxima. La cefotaxima tiene una t1/2 en plasma de aproximadamente 1 h y
debe administrarse cada 4-8 h para infecciones graves. El fármaco se metaboliza in vivo a
desacetilcefotaxima, que es menos activa que el compuesto original. Las concentraciones
alcanzadas en el CSF son adecuadas para el tratamiento de la meningitis causada por H.
influenzae, S. pneumoniae sensible a la penicilina y N. meningitidis. La ceftriaxona tiene una
actividad muy similar a la de la cefotaxima, pero una t1/2 más larga (∼8 h), lo que permite una
dosificación de una vez al día para la mayoría de las indicaciones. La administración del
medicamento dos veces al día ha sido efectiva para pacientes con meningitis. Aproximadamente la
mitad del medicamento puede recuperarse en la orina; el resto se elimina por secreción biliar. Las
dosis únicas de ceftriaxona intramuscular se han usado durante mucho tiempo en el tratamiento
de la gonorrea uretral, cervical, rectal o faríngea; el aumento de la resistencia ha requerido el uso
de dosis más altas (250 en lugar de 125 mg) y la coadministración habitual de azitromicina
(Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, 2015). La ceftizoxima (no
comercializada en Estados Unidos) tiene un espectro de actividad in vitro similar al de la
cefotaxima, excepto que es menos activa contra S. pneumoniae y más activa contra B. fragilis. La
t1/2 es de 1.8 h

y puede administrarse cada 8-12 h para infecciones graves. La ceftizoxima no se metaboliza; 90%
se recupera en la orina. La cefpodoxima proxetil y el cefditoren pivoxilo son profármacos
administrados por vía oral que se hidrolizan mediante esterasas durante la absorción a las formas
activas (cefpodoxima y cefditoren, respectivamente). Estos fármacos proporcionan una actividad
similar, pero menos potente, que la cefotaxima contra las cepas susceptibles a la meticilina de S.
aureus y las cepas susceptibles a la penicilina de S. pneumoniae, S. pyogenes, H. influenzae, H.
parainfluenzae y M. catarrhalis. Se eliminan sin cambios en la orina. La cefixima es eficaz por vía
oral contra las infecciones del tracto urinario causadas por E. coli y P. mirabilis; otitis media
causada por H. influenzae y S. pyogenes; faringitis por S. pyogenes; y gonorrea no complicada
(aunque se prefiere la ceftriaxona intramuscular para la gonorrea). Está disponible como
suspensión oral. La cefixima tiene una t1/2 plasmática de 3-4 h, se excreta en la orina y se elimina
en la bilis. La dosis estándar para adultos es de 400 mg/d durante 5-7 días y durante un intervalo
más prolongado en pacientes con S. pyogenes. Las dosis deben reducirse en pacientes con
insuficiencia renal. La dosificación pediátrica para niños de 6 meses en adelante y menores de 45
kg se basa en el peso (8 mg/kg/d). El ceftibuteno y el cefdinir son cefalosporinas administradas por
vía oral, similares en espectro y farmacocinéticas a la cefixima. Cefalosporinas antipseudomonas
La ceftazidima es un cuarto o la mitad de activa que la cefotaxima contra microorganismos
grampositivos; la actividad contra estafilococos es particularmente pobre. Su actividad contra las
Enterobacteriaceae es similar a la ceftriaxona, pero su principal característica distintiva es su
excelente actividad contra Pseudomonas. La ceftazidima tiene poca actividad contra B. fragilis.
Sólo alcanza niveles terapéuticos a través de la administración parenteral, con una t1/2 en plasma
de aproximadamente 1.5 h; el medicamento se elimina por vía renal y requiere un ajuste en la
disfunción renal. La actividad de ceftazidima frente a Enterobacteriaceae productoras de ESBL y
KPC y Pseudomonas que sobreexpresan lactamasa β con AmpC aumenta cuando se combina con
el avibactam inhibidor de lactamasa β en ceftazidima/avibactam. El ceftolozano es un análogo
estructural de la ceftazidima que tiene actividad potenciada contra Pseudomonas, incluida la
actividad contra cepas resistentes a la ceftazidima a través de la sobreexpresión de lactamasa β.
Tiene una actividad igual de débil que la ceftazidima frente a organismos grampositivos. Está
disponible comercialmente como la coformulación ceftolozano/tazobactam, que mejora su
actividad contra las Enterobacteriaceae productoras de ESBL. Su farmacocinética es similar a la
ceftazidima, con una vida media después de la administración intravenosa de aproximadamente
2.5 h y eliminación renal. Cefepima y cefpiroma (no disponible en Estados Unidos) son
cefalosporinas antipseudomonas parenterales a veces también clasificadas como agentes de
“cuarta generación”. Proporcionan una actividad excelente similar a la de la cefotaxima contra
Enterobacteriaceae y son relativamente resistentes a las AmpC lactamasas β codificadas
cromosómicamente. Por tanto, son activas contra muchos organismos tales como Enterobacter y
Pseudomonas que son resistentes a otras cefalosporinas a través de la sobreexpresión de AmpC
lactamasas β codificadas cromosómicamente. Sin embargo, otros mecanismos (como eflujo activo)
en Pseudomonas aún pueden conferir resistencia a la cefepima. Este fármaco es susceptible a
diversos grados de hidrólisis por ESBL y en gran medida a KPC. La cefepima tiene una actividad
mayor que la ceftazidima y una actividad comparable a la cefotaxima para los estreptococos y S.
aureus susceptibles a la meticilina. La cefepima se excreta por vía renal; las dosis deben ajustarse
en casos de insuficiencia renal. La t1/2 en suero es de 2 h. Tiene una excelente penetración en el
CSF en modelos animales de meningitis.

Reacciones adversas Las reacciones de hipersensibilidad a las cefalosporinas son los efectos
secundarios más comunes, similares a los causados por las penicilinas. Se observan reacciones
inmediatas como anafilaxis, broncoespasmo y urticaria. Con mayor frecuencia, se desarrolla
erupción maculopapular, generalmente después de varios días de terapia; esto puede o no estar
acompañado de fiebre y eosinofilia. Debido a la estructura del anillo de lactama β común, existe la
posibilidad de que los pacientes alérgicos a una clase de antibióticos lactámicos β manifiesten
reactividad cruzada con un miembro de la otra clase. Algunas reacciones alérgicas pueden estar
dirigidas a las cadenas laterales de lactama β, que pueden ser similares entre agentes en
diferentes clases. Así, estimar la probabilidad de reactividad cruzada entre una penicilina y una
cefalosporina depende de los agentes involucrados; el riesgo parece ser mayor con las
cefalosporinas de primera generación en comparación con las generaciones posteriores. Los
pacientes con antecedentes de reacción leve o temporalmente distante a la penicilina parecen
tener un bajo riesgo de reacción alérgica después de la administración de una cefalosporina. Sin
embargo, los pacientes que tienen antecedentes de una reacción grave e inmediata a la penicilina
deben someterse a pruebas cutáneas para confirmar la alergia a la penicilina antes de la
administración de cefalosporina, si es factible. Si la prueba cutánea no es factible, se debe evitar la
administración de una cefalosporina si es posible. Una reacción positiva de Coombs aparece a
menudo en pacientes que reciben grandes dosis de cefalosporina, pero la hemólisis es rara. Las
cefalosporinas han producido casos raros de depresión de la médula ósea, caracterizada por
granulocitopenia. Algunas cefalosporinas son potencialmente nefrotóxicas. La necrosis tubular
renal siguió a la administración de cefaloridina en dosis superiores a 4 g/d; este agente no tiene
licencia para su uso en Estados Unidos. Otras cefalosporinas, cuando se usan por sí mismas en las
dosis recomendadas, raramente producen toxicidad renal significativa. La diarrea puede ser el
resultado de la administración de cefalosporinas y ser más frecuente con cefoperazona, tal vez
debido a su mayor excreción biliar. La alta afinidad de unión de la ceftriaxona por la albúmina
sérica puede desplazar a la bilirrubina, lo que llega a causar ictericia en recién nacidos; por esta
razón, la cefotaxima es el agente preferido en esta población de pacientes. Las altas
concentraciones biliares de ceftriaxona combinadas con su afinidad por el calcio pueden conducir
a una pseudolitiasis biliar. Las cefalosporinas que contienen un grupo metiltiotetrazol (cefamandol
[no disponible en Estados Unidos], cefotetán y cefoperazona) suele prolongar el tiempo de
protrombina, un efecto que suele estar asociado con hemorragias clínicamente significativas en
pacientes que reciben anticoagulación o con deficiencia de vitamina K. Se ha informado sobre
encefalopatía y estado epiléptico no convulsivo con cefepima, especialmente cuando se
administra en dosis altas o entre pacientes con disfunción renal.

Usos terapéuticos Las cefalosporinas de primera generación son excelentes agentes para las
infecciones de la piel y los tejidos blandos debido a su actividad contra S. pyogenes y S. aureus
susceptibles a la meticilina (Stevens et al., 2014). Una dosis única de cefazolina justo antes de la
cirugía es la profilaxis preferida para los procedimientos en los que los posibles patógenos están
en la flora de la piel (Bratzler et al., 2013). Las cefalosporinas de segunda generación en general
han sido desplazadas por los agentes de tercera generación. Las cefalosporinas orales de segunda
generación pueden usarse para tratar infecciones del tracto respiratorio, aunque no son óptimas
(en comparación con la amoxicilina oral) para el tratamiento de la neumonía y otitis media de S.
pneumoniae no susceptibles a la penicilina. La cefoxitina y el cefotetán juegan un papel útil en la
profilaxis perioperatoria en pacientes sometidos a procedimientos quirúrgicos ginecológicos e
intraabdominales. También se pueden usar para el tratamiento de ciertas infecciones anaeróbicas
y anaeróbicas y aeróbicas mixtas, como la peritonitis y la enfermedad inflamatoria pélvica, aunque
debido a la resistencia creciente entre B. fragilis, estos agentes se usan mejor para las infecciones
leves a moderadas.

Las cefalosporinas de tercera generación son los fármacos preferidos para infecciones graves
causadas por E. coli, Klebsiella, Proteus, Providencia, Serratia y Haemophilus spp. La ceftriaxona es
la terapia de elección para todas las formas de gonorrea y para formas graves de la enfermedad de
Lyme. La cefotaxima o la ceftriaxona se utiliza para el tratamiento empírico de la meningitis en
adultos y niños no inmunodeprimidos (en combinación con vancomicina y ampicilina a la espera
de la identificación del agente causante), debido a su excelente actividad contra H. influenzae, S.
pneumoniae sensible, N. meningitidis y bacterias entéricas gramnegativas (Tunkel et al., 2004). Las
cefalosporinas de tercera generación carecen de actividad contra L. monocytogenes y neumococos
resistentes a la penicilina, que pueden causar meningitis. Los espectros antimicrobianos de la
cefotaxima y la ceftriaxona son excelentes para el tratamiento de la neumonía adquirida en la
comunidad. Las cefalosporinas antipseudomonas están indicadas para el tratamiento empírico de
infecciones nosocomiales donde los patógenos son Pseudomonas y otros bacilos gramnegativos
resistentes. El ceftolozano/ tazobactam puede tener una actividad superior contra algunas
Pseudomonas resistentes a ceftazidima, mientras que la cefepima tiene una actividad superior
contra los isolatos nosocomiales de Enterobacter, Citrobacter y Serratia spp. La actividad de la
ceftazidima, el ceftolozano/tazobactam, la cefepima es variable contra aislados productores de
ESBL y ausente frente a cepas que expresan KPC; la ceftazidima/avibactam es más probable que
sea activa contra estos organismos altamente resistentes.

También podría gustarte