Nicolás Copérnico
Nicolás Copérnico
Nicolás Copérnico
NICOLAS COPÉRNICO
Fue el astrónomo que estudió la primera teoría heliocéntrica del Sistema Solar. Su
libro, "De revolutionibus orbium coelestium" (de las revoluciones de las esferas celestes),
es usualmente concebido como el punto inicial o fundador de la astronomía moderna,
además de ser una pieza clave en lo que se llamó la Revolución Científica en la época
del Renacimiento.
En 1500 fue a París, donde tomó un curso de ciencias y astronomía, y en 1501 volvió a su
patria y fue nombrado canónigo en la Catedral de Frauenburg, cargo obtenido merced a la
ayuda de su tío Lucas Watzenrode.
Pese a su cargo, volvió a Italia, esta vez a Padua (1501-06), para estudiar Derecho y
Medicina, haciendo una breve estancia en Ferrara (1503), donde obtuvo el grado de Doctor
en Derecho Canónico.
Reinstalado definitivamente en su país (1523), se dedicó a la administración de la diócesis
de Warmia, ejerció la Medicina, ocupó ciertos cargos administrativos y llevó a cabo su
inmenso y primordial trabajo en el campo delaAstronomía.
La teoría de Copérnico fue oída con gran interés por el papa Clemente VII y varios
cardenales católicos.
Para 1536 el trabajo de Copérnico estaba cercano a su forma definitiva, y rumores acerca de
su teoría habían llegado a oídos de toda Europa.
Copérnico fue urgido a publicar desde diferentes partes del continente.
A pesar de la presión ejercida por parte de diversos grupos, Copérnico retrasó la
publicación de su libro, tal vez por miedo al criticismo. El modelo heliocéntrico de
Copérnico es considerado como una de las teorías más importantes en la historia de la
ciencia occidental
"Los astrónomos, al determinar los movimientos de los dos astros (el sol y la luna), así
como el de los otros cinco planetas, ellos no utilizan los mismos principios, no parten de
los mismos supuestos ni emplean las mismas demostraciones de las revoluciones y
movimientos aparentes. En efecto, unos se sirven tan sólo de esferas concéntricas, otros
de excéntricas y de epiciclos, con lo cual no consiguen del todo lo que se proponen. Pues
aquellos que creen en los círculos concéntricos, aunque hayan demostrado ser capaces
de componer con ellos ciertos movimientos diversos, no han podido establecer nada de
cierto que correspondiera efectivamente a los fenómenos. Ahora bien, quienes
imaginaron las excéntricas, aunque pareciera que, en gran parte, han podido deducir los
movimientos aparentes con cálculos exactos mediante ellas, han admitido al mismo
tiempo muchas cosas que, al parecer, contradicen los primeros principios de la
uniformidad del movimiento. Sin embargo, no han podido descubrir ni deducir sobre la
base de ellas el punto fundamental, esto es, la forma del mundo...