Dias Multa

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SECCION IV

PENA DE MULTA

     Concepto

     Artículo 41.- La pena de multa obliga al condenado a pagar al Estado una suma de dinero
fijada en días-multa.

     El importe del día-multa es equivalente al ingreso promedio diario del condenado y se determina
atendiendo a su patrimonio, rentas, remuneraciones, nivel de gasto y demás signos exteriores de
riqueza.

     JURISPRUDENCIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

     Extensión de la pena de multa

     Artículo 42.- La pena de multa se extenderá de un mínimo de diez días-multa a un máximo de


trescientos sesenticinco días-multa, salvo disposición distinta de la ley.

     Importe del día-multa

     Artículo 43.- El importe del día-multa no podrá ser menor del veinticinco por ciento ni mayor del
cincuenta por ciento del ingreso diario del condenado cuando viva exclusivamente de su trabajo.

     Plazo del pago de multa

     Artículo 44.- La multa deberá ser pagada dentro de los diez días de pronunciada la sentencia.
A pedido del condenado y de acuerdo a las circunstancias, el Juez podrá permitir que el pago se
efectúe en cuotas mensuales.

     El cobro de la multa se podrá efectuar mediante el descuento de la remuneración del


condenado cuando se aplica aisladamente o cuando se aplica acumulativamente con pena
limitativa de derechos o fuere concedida la suspensión condicional de la pena, conforme a los
límites previstos en el artículo 42.

     El descuento no debe incidir sobre los recursos indispensables para el sustento del condenado
y su familia.

El Código Procesal Penal de 2004 establece que el ejercicio de la acción civil derivada del
hecho punible corresponde al Ministerio Público y, especialmente, al perjudicado por el
delito; además, estipula que si éste último se constituye en actor civil, cesa la legitimación del
Ministerio Público para intervenir en el objeto civil del proceso: artículo 11º, apartado 1), del
citado Código adjetivo. En tal virtud, la participación del Ministerio Público será por
sustitución, esto es, representa un interés privado. Por ello, su intervención cesa
definitivamente cuando el actor civil se apersona al proceso.

1. Sobre el particular, este Colegiado ha sostenido que “[E] l principio indubio pro reo no
es un derecho subjetivo, sino un principio de jerarquía constitucional cuyo fin es
garantizar el cabal respeto del derecho fundamental a la libertad individual, bien para
resguardar su plena vigencia, bien para restringirlo de la forma menos gravosa posible,
en el correcto entendido de que tal restricción es siempre la excepción y nunca la regla”
(STC. N.° 1994-2002-HC/TC).

En consecuencia, dicho principio es aplicable al emitir pronunciamiento de fondo


terminal, sobre la responsabilidad o irresponsabilidad penal del procesado, que incidirá
inevitablemente en su libertad individual, dado que en etapas anteriores a la sentencia se
encuentra vigente la presunción de inocencia, que es garantía del debido proceso
reconocido por la Norma Suprema.

2. Consecuentemente, encontrándose en trámite el proceso penal seguido al recurrente, es


en su desarrollo en el que éste debe desvirtuar las imputaciones hechas en su contra,
siendo por tanto prematuro –dado que la etapa de instrucción no ha culminado– y ajeno
a las facultades del Tribunal Constitucional, pretender la aplicación del principio in
dubio pro reo ante la modificación de una medida cautelar. Por lo tanto, su aplicación
queda librada a la culminación del proceso penal correspondiente.

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