Art03 Dossier Pol. Criminal
Art03 Dossier Pol. Criminal
Art03 Dossier Pol. Criminal
Jurisprudencia citada
Luksic Craig y otros con Martorell Cammarella y otros (1993): Corte de Apelaciones
de Santiago, Rol Nº 983-93 (acción de protección), en Revista de Derecho y
Jurisprudencia, tomo XC, II sección V (1993), pp. 164-174.
Resumen: El artículo analiza el margen de apreciación del legislador y el control judicial del
error manifiesto como técnica que modula la intensidad del control de constitucionalidad de la ley. Se
considera el origen de la técnica y sus fundamentos constitucionales. Asimismo, se revisa su aplicación
en la jurisprudencia constitucional francesa y alemana.
Abstract: This article analyze the margin of appreciation of the legislature and judicial review
of self-evident wrong as a technique that modulates the intensity of the constitutionality control of the
law. Be considered the origin of the technique and its constitutional foundations. Also, review your
application in French and German constitutional jurisprudence.
Palabras clave: Margen de Apreciación, Control Judicial, Error Manifiesto.
Key words: Margin of Appreciation, Judicial Review, Self-evident Wrong.
*1La autora agradece a los profesores Rainer Arnold y Pierre Bon por su invaluable ayuda en la preparación
de este trabajo. Ambos colaboraron con valiosa información del sistema constitucional alemán y francés,
respectivamente. Este artículo es parte del proyecto FONDECYT Nº 1120634 cuyo investigador responsable
es don José Ignacio Martínez Estay. Agradece, asimismo, a él por invitarla a trabajar en esta investigación
como becaria doctoral y a FONDECYT, que hizo posible la venida de los profesores Arnold y Bon en el
marco del referido proyecto. Trabajo recibido el 12 de marzo y aprobado el 10 de julio de 2013.
**2Abogada; Licenciada en Ciencias Jurídicas y Sociales Universidad de Talca; Magíster en Derecho Público
mención Derecho Constitucional, Pontificia Universidad Católica de Chile. Alumna regular del programa
de Doctorado en Derecho de la Universidad de los Andes.
I. Introducción
El margen de apreciación del legislador dice relación con su función de creación
normativa y libre configuración conforme a la Constitución y al Derecho. Este
concepto tiene su origen en el derecho administrativo francés y alemán, y surge
a partir de la jurisprudencia y la doctrina. El margen y el control representan dos
caras de una misma moneda, que se concretan en dos sistemas constitucionales
de diferente manera: conforme a la proporcionalidad en el caso alemán, y como
una técnica que puede funcionar en conjunto al principio de proporcionalidad,
o autónomamente como manifestación de un control mínimo del poder, en el
caso francés. En ambos casos la consecuencia es la declaración de inconstitucio-
nalidad.
En este trabajo se pretende ilustrar sobre el efecto del margen de apreciación
del legislador en la intensidad del control de constitucionalidad de la ley, desde la
óptica de la jurisprudencia del Conseil Constitutionnel francés y el Tribunal Cons-
titucional Federal alemán. Por ende, no nos referiremos al margen de apreciación
en las Cortes Internacionales de Derechos Humanos en relación con el derecho
interno de los Estados y tampoco abordaremos la problemática del margen de
apreciación en el derecho constitucional chileno.1
Por lo tanto, desde la jurisdicción constitucional francesa y alemana, este
artículo revisará la relación existente entre el principio de proporcionalidad y el
principio de ponderación. Esta relación podría implicar una balanza que per-
mitiría anular un derecho por otro, siendo el juez constitucional quien decide,
abandonando la deferencia inicial que constituye un efecto propio del margen
de apreciación.
Así, el artículo se dividirá en cuatro apartados. Uno general sobre Constitución
y margen de apreciación de los poderes públicos. El segundo, sobre el origen del
principio en el derecho administrativo francés y la teoría del margen de apre-
1 Por todos García (2010), passim. y Cancado (2006), passim. han tratado expresamente el problema del
margen de apreciación en las Cortes Internacionales de Derechos Humanos. En Chile, el problema del
margen de apreciación se ha tratado en perspectiva a la relación entre las Cortes Internacionales de Derechos
Humanos y el derecho interno. Por todos, véase Núñez (2012), passim., Fuentes (2002), pp. 241 y ss. Desde
la perspectiva de la interpretación constitucional y deferencia razonada en el derecho interno ha sido tratado
por Nogueira (2006), pp. 437 y ss., Peña (2006), passim. Zapata (2008), pp. 225 y ss., Zúñiga (2007),
p. 357, entre otros. Asimismo, en materia de principio de proporcionalidad en Chile existen valiosos trabajos
de Galdámez (2012), pp. 209 y ss. Covarrubias (2012), passim., Zúñiga (2010), passim, entre otros. Sin
embargo, este trabajo aborda la intensidad del control de constitucionalidad en la jurisprudencia del Conseil
Constitutionnel francés y el Tribunal Constitucional Federal alemán. En consecuencia, la regla general será
tratar los tópicos de esta materia esencialmente en razón al derecho comparado de estos países.
Las potestades discrecionales son aquellas que permiten al órgano público dis-
cernir entre distintas posibilidades y cualquiera de ellas no es contraria a derecho
porque la regla establecida en la ley o en la Constitución otorga esta facultad.4
El origen del margen de apreciación se vincula al derecho administrativo
francés y su traspaso (pouvoir d’aprécciation y control del perjuicio manifiesto),
al derecho constitucional se puede entender con Merkl “[E]l derecho adminis-
trativo no se distingue de los demás campos jurídicos por la mayor amplitud del
arbitrio. El concedido por el derecho constitucional al legislador es, por término
medio más amplio, porque este derecho se reduce a determinar la competencia
y el procedimiento para la legislación, mientras que el legislador determina, con
libertad creadora, el contenido de la ley. Pero también el derecho judicial presenta
posibilidades de arbitrio para el juez (…)”.5
Así, el derecho administrativo a partir del principio de legalidad de la Adminis-
tración y los conceptos de potestad reglada y discrecional se convirtió en el espacio
natural para el origen del “poder de apreciación” y la legalidad en el fundamento
de su control por error manifiesto como se verá a continuación.
una potestad aplicable al mismo también definida en todas sus consecuencias…”. Véase García; Fernández
(1993), p. 440.
4 Sobre el concepto de discrecionalidad véase Soto (2010), p. 378.
5 Merkl (2004), p. 185.
6 Morand-Deviller (2010), p. 307.
creado. Las condiciones en las que se ejerce, escapan en principio al control del
juez, salvo que constituyan desviación de poder”.10
El poder de apreciación se constituye en sus inicios como el ejercicio de una
potestad administrativa11 en el sentido que el argumento utilizado por el Consejo
de Estado para rechazar la pretensión jurídica del Abate se basó en “la exigencia
de que toda potestad haya de ser necesariamente utilizada cuando se dan las cir-
cunstancias previstas en la norma (…) o posición jurídica activa mixta de poder
y deber gráficamente expresada en la idea de ‘mando’…”.12
La anterior idea se completa y matiza entendiendo que “es propio de toda
potestad una cierta iniciativa en cuanto al momento y oportunidad de su ejerci-
cio, es decir, es el titular de la potestad quien determina –en principio– si se dan
o no las circunstancias que hacen jurídicamente procedentes el uso de ésta; esta
iniciativa alcanza también a la decisión de no utilizar el poder conferido…”.13
En este mismo sentido, el fundamento del poder discrecional o margen de
apreciación –en la doctrina francesa– es la necesidad de una cierta libertad para
la Administración, la cual se configura a través de dos ideas.14 En primer lugar,
el poder discrecional de la Administración es una libertad de acción. En segundo
lugar, esta libertad es necesaria. El primer elemento –siguiendo a Fortsakis– es
que la noción del poder discrecional como sinónimo de acción libre, la cual no
concierne únicamente a la Administración, porque esta libertad se funda en el
concepto de soberanía, que conduce a la admisión de un poder discrecional en
todas las funciones del Estado, administrativas, jurisdiccionales o parlamentarias.15
El segundo elemento (necesidad de esta libertad) se funde en la definición de
Bonnard sobre el poder discrecional cuando afirma que “[E]l poder discrecional
es un poder de libre apreciación que la ley otorga al agente administrativo”.16
La concepción de un margen de apreciación implica entender que si tenemos
una potestad discrecional y otra reglada, existe entre ellos una especie de línea que
implica que existirán intensidades distintas en el control del ejercicio de éstas.
17 Bon (2012), p. 4, inédito, Conferencia “Deferencia y margen de apreciación en el control judicial en
Francia” en el Seminario “Margen de apreciación de los poderes públicos y control de constitucionalidad”, en
Santiago de Chile. Universidad de los Andes. El 29 de noviembre de 2012.
18 Véase Long et al. (2001), pp. 172 y ss. Se trata de un caso sobre la construcción de una “perspectiva mo-
numentale”, un monumento que podría afectar las normas de construcción en cuanto podría entorpecer la
vista de otros edificios aledaños. El problema de la calificación jurídica de los hechos se plantea al controlar
por el juez administrativo por primera vez si la administración hizo una calificación jurídica correcta de la
norma sobre construcción y la construcción del edificio en sí misma. Se dice por el Consejo de Estado que
se trata de una cuestión de derecho que el juez puede controlar (la traducción es mía).
en el caso Camino,19 en 1916. Más tarde, a partir de los años 50, en Denizet, el
control del error manifiesto de apreciación y a continuación la técnica del balance
costes-beneficios del arrêt Ville Nouvelle Lille-Est de 1971.20 Todas estas técnicas
de control se han ejercido para limitar la discrecionalidad administrativa.
Entonces, surge un período de vacilación sobre cómo debe el juez controlar
a la Administración. Henry destaca que “la noción de error manifiesto es creada
y empleada en el marco del control de la calificación de los motivos o razones de
una decisión. Sin embargo, se produce una extensión de la utilización del error
manifiesto al control de la apreciación determinante en la elección de la decisión.
La distinción de estas dos etapas en la evolución del empleo de la noción técnica
de error manifiesto conduce al corazón mismo de la problemática que engendra
esta noción: ¿Se trata de un concepto susceptible de integrarse en el ejercicio
de la función del juez o de una nueva concepción que el propio juez tiene de la
función que ejerce?”.21 Esto porque a partir del concepto de error manifiesto, el
juez somete a su control la decisión administrativa en su globalidad.
Un caso emblemático que puede orientarnos sobre la idea del error manifiesto
en el derecho administrativo es Librarie Maspero. Se trata de un caso en que el
Ministro del Interior prohíbe la venta y distribución de la edición francesa de una
revista extranjera, originaria de Cuba. La sociedad Librarie Maspero difunde en
Francia las ediciones francesa y española de la revista Tricontinental. Esto provoca
19 Véase Long et al. (2001), pp. 181 y ss. Se trata de un caso que genera un nuevo avance en el control del
exceso de poder en materia administrativa. El caso se llama Camino porque se trata del apellido del doctor
y alcalde de Hendaya que fue detenido por la prefectura por considerar como faltas disciplinarias algunas
actitudes del alcalde en un funeral. La situación es que se anula esa decisión por falta de exactitud material
de los hechos. El Consejo de Estado que puede verificar la materialidad de los hechos que son deferidos a
su control y extiende el objeto de control a partir de esta nueva técnica que se usa bastante en materia de
control de faltas disciplinarias para saber si los hechos considerados por la administración son materialmente
exactos y acordes a la medida adoptada, cuestión que determina el juez administrativo.
20 Véase Long et al. (2001), pp. 623 y ss. Se trata de un caso de expropiación y análisis de la noción de
necesidad pública, es muy importante para el traspaso de la técnica de control al derecho constitucional
pues se consideró para el control de error manifiesto en 1982 en el Conseil aplicándolo a un problema muy
similar de restricción al derecho de propiedad constitucionalmente garantizada. Acá se trata del control de
un decreto de la administración sobre el procedimiento relativo a la declaración de utilidad pública de un
bien. Se aplica la técnica de balance o costes y beneficios que es similar a la ponderación en el sentido de
proporcionalidad estricta del “peso”. Así el Consejo de Estado señala: “Considerando que la operación no
puede ser declarada de utilidad pública si atenta a la propiedad privada, el costo financiero y eventualmente
los inconvenientes de orden social que ella comporta no son excesivos en miras al interés que ello presenta”
(la traducción es mía). Esto es la idea del óptimo de Pareto de Alexy aplicado jurisprudencialmente con
anterioridad a la teoría de los derechos fundamentales de este destacado autor.
21 Fortsakis (1987), p. 475 (la traducción es mía).
Así, daremos por terminado este acápite sobre el origen, doctrina y jurispru-
dencia del margen en sus comienzos como potestad administrativa para abordar los
fundamentos constitucionales de la libertad del legislador y el control judicial.
32 Artículo 61: “Las leyes orgánicas, antes de su promulgación, las proposiciones de ley mencionadas en el
artículo 11 antes de que sean sometidas a referéndum, y los reglamentos de las Cámaras parlamentarias,
antes de su aplicación, deberán ser sometidos al Consejo Constitucional, el cual se pronunciará sobre su
conformidad con la Constitución. Con el mismo fin, podrán presentarse las leyes al Consejo Constitucional
antes de su promulgación por el Presidente de la República, el Primer Ministro, el Presidente de la Asamblea
Nacional, el Presidente del Senado o sesenta diputados o sesenta senadores. En los casos previstos en los dos
apartados anteriores, el Consejo Constitucional se pronunciará en el plazo de un mes. No obstante, a petición
del Gobierno, y si existe urgencia, este plazo podrá reducirse a ocho días. En estos mismos casos, la remisión
al Consejo Constitucional suspenderá el plazo de la promulgación”. Los proyectos de ley que se someten
a control del Consejo en virtud del artículo 11 se refieren a la organización de los poderes públicos, sobre
reformas relativas a la política económica, social y medioambiental de la Nación y a los servicios públicos
que concurren en ella, o que proponga la ratificación de un tratado que, sin ser contrario a la Constitución,
pudiera tener incidencias en el funcionamiento de las instituciones. Para un análisis de las competencias del
Conseil, tanto de control normativo como otras se sugiere revisar el texto de Favoreu (1994), pp. 102 y ss.
Y la Ley Nº 724-2008 de 23 de julio de 2008 que establece el control represivo o directamente el artículo
61-1 de la Constitución como se verá más adelante al momento de citar jurisprudencia sobre la denominada
cuestión prioritaria de constitucionalidad.
33 El Consejo plantea que tanto los diputados autores del primer requerimiento, como los senadores del
segundo requerimiento, declaran en su argumentación que la delimitación de las circunscripciones estable-
cidas por la ley es arbitraria. La arbitrariedad reside en la heterogeneidad de los criterios de delimitación
seleccionados, desde el punto de vista de la demografía, geografía e historia económico y social. Esto afectaría
varios artículos de la Constitución francesa, el artículo 2 sobre igualdad ante la ley de todas las personas
sin distinción de origen, raza o religión. El artículo 3 sobre el ejercicio de la soberanía por el pueblo y la
igualdad en el sufragio. El artículo 24 establece que los diputados y la Asamblea General son elegidos por
sufragio directo y, por último, el artículo sexto de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano
de 1789 (la traducción es mía).
47 Véase Medina (1990), p. 25. “[L]a primera dificultad que se enfrenta al intentar establecer un catálogo
es la decisión de qué derechos se incluirán en él”… Validando la distinción entre el catálogo de derechos
y los derechos contenidos en él. Ocurre lo mismo en el derecho interno. En este sentido, es aplicable el
aforismo “donde existe la misma razón existe la misma disposición”. Los derechos se plasman en normas,
pero la norma no es sinónimo del derecho o de su contenido.
48 Alexy (2008), p. 526. La cita textual es así: “[Ú]nicamente se afirma que si el legislador quiere perseguir
su fin, sólo puede adoptar el medio más benigno, o un medio igualmente benigno o un medio un poco
más benigno. No se trata de una optimización hacia un determinado punto máximo, sino simplemente de la
prohibición de sacrificios innecesarios para los derechos fundamentales” (cursivas añadidas).
derechos deben partir por delimitarlos, vale decir, determinar sus contenidos y
sus límites o fronteras, como asimismo resolver en los casos concretos cuál es ese
contenido y límite”.49
La proporcionalidad es una medida de prohibición de exceso. Por esto, puede
enmarcarse en la necesidad que todos los órganos del Estado están llamados a
la protección de los derechos fundamentales. La obligación es específica, de lo
contrario existe exceso de poder. Además, supone que los derechos colisionan. A
mi juicio, los derechos no colisionan, su ejercicio está sometido al debido proce-
so para hacer valer pretensiones jurídicas. Las pretensiones jurídicas colisionan
como expresión del principio procesal de la bilateralidad de la audiencia. Como
señala Haberle , los derechos se limitan en sí mismos, pues “todos los límites a los
derechos fundamentales son inmanentes a ellos y están encerrados en el propio
contenido esencial”.50
De este modo, compartimos la posición de Arnold,51 la proporcionalidad
no es un test en sentido aritmético sino más bien es una forma de ejercer una
atribución constitucional, que implica un límite a medidas arbitrarias y en tal
sentido es aplicable a todos los órganos del Estado.
Por ello, no se trata de entender el margen de apreciación del legislador como
una forma de pesar el derecho a no cometer por éste el vicio de error manifiesto.
Más bien, se trata de limitar arbitrariedades que el derecho proscribe, de modo de
otorgar al juez un criterio para que razonadamente elabore un juicio de derecho
que se expresará en la sentencia. Pero el vicio de error manifiesto no constituye
una ponderación del error, porque, a mi juicio, los derechos no son ponderables ni
pesables y el control de sus límites tampoco. Y en el ejercicio del primer paso de la
proporcionalidad la primera pregunta es descartar la prohibición de exceso a partir
del control mínimo por error manifiesto de apreciación del legislador. De modo
que el juez podrá realizar un escrutinio estricto o suave pero no desde la teoría
de la ponderación o margen para la ponderación, sino desde la idea de proscribir
excesos de poder que no requieren el sacrificio de un derecho por otro.
En este sentido, compartimos la opinión de Prieto Sanchís que indica que
“[E]sta proporcionalidad en sentido estricto puede suscitar dos problemas. El
Este sentido de límite al poder es el que también inspira la idea de error mani-
fiesto de apreciación del legislador. El control por error manifiesto será un control
de exceso de poder que no requiere “pesar”, sino que es evidente y claro en cuanto
a la formulación de la densidad normativa que la Constitución estableció para el
ejercicio de una potestad constitucional y al núcleo esencial de cada derecho. En-
tonces, se refiere a la determinación del grado de discrecionalidad disponible para
el caso concreto, conforme a la función del poder atribuido y la norma establecida
en contrapunto con la Constitución. Si el error no es manifiesto o irrazonable,
la ley será declarada constitucional, ejerciendo un control mínimo de estándar o
escrutinio suave. Si con este mismo estándar o escrutinio suave se considera que
el error es manifiesto y grosero, la norma será declarada inconstitucional.
El funcionamiento se revisará a continuación en el apartado siguiente, sobre
control judicial.
del control es definida por el grado de adecuación que se exige a la norma inferior
para con la superior, esta adecuación definirá el tipo de control ejercido por el
Consejo Constitucional que puede variar desde la estricta conformidad hasta la
mera compatibilidad entre la primera y la segunda.
Por lo tanto, el Consejo Constitucional no ejerce el control de constituciona-
lidad de la misma manera en todos los casos. El análisis de este control permite
afirmar la existencia del rapport de constitutionnalité a partir de la actuación del
juez constitucional y, en particular, del análisis de la manera concreta en la que
el Consejo Constitucional ejercita, cuando es requerido para ello, su función de
control de constitucionalidad de los actos jurídicos fundamentales.
Así, en materia de control de constitucionalidad represivo de la ley sobre
libertad de iniciativa económica ha dicho: “[E]l Consejo estima que las reservas
hechas por la ley, están encaminadas a que las personas que ejercen determinadas
tareas lo ejerzan bajo la obtención de un título profesional y que esto no constituye
una violación al derecho al empleo. Considera además, que algunas actividades
podrían resultar riesgosas y las reservas hechas por el legislador son adecuadas en
este sentido”.58
En consecuencia, el control de constitucionalidad de la ley de iniciativa
económica permite que el legislador distinga dentro de su esfera de libertad
de configuración los requisitos para ejercer un cargo determinado sin que esto
constituya un perjuicio a la libertad de trabajo. El Conseil Constitutionnel ejerce
un control mínimo en este caso.
Asimismo, el Conseil Constitutionnel en el ejercicio del rapport de constitution-
nalité distingue entre rapport de conformité y rapport de compatibilité.
Así, el rapport de conformité es un escrutinio más exigente en el control de
constitucionalidad de la ley. La exigencia se traduce en la estricta conformidad
de la ley. El rapport de compatibilité, por su parte, se refiere a materias en que no
existe un tratamiento tan pormenorizado en el texto constitucional. “[E]l control
por el Consejo Constitucional es mucho menos intenso, pues, en este caso, el
58 Conseil Constitutionnel, Nº 2011-139 QPC, 24 de junio de 2011. Requerimiento de QPC o cuestión
prioritaria de constitucionalidad sobre la ley de libre iniciativa económica. Se trata del ejercicio de la atribu-
ción del control represivo de constitucionalidad estipulado en el artículo 61-1 de la Constitución francesa:
“Artículo 61-1. Cuando, con motivo de una instancia pendiente ante una jurisdicción, se alegue que una
disposición legislativa perjudica a los derechos y las libertades que garantiza la Constitución, se podrá so-
meter el asunto, tras su remisión por parte del Consejo de Estado o del Tribunal de Casación, al Consejo
Constitucional que se pronunciará en un plazo determinado. Una ley orgánica determinará las condiciones
de aplicación del presente artículo”.
63 Tablas analíticas Conseil Constitutionnel (2012), p. 2336 (la traducción es mía).
64 Ibídem.
65 Conseil Constitutionnel, Nº 88-244 DC, 20 de julio 1988 (la traducción es mía).
66 Conseil Constitutionnel Nº 20110-2 QPC, 11 junio 2010 (la traducción es mía).
67 Conseil Constitutionnel Nº 2007-559 DC, 6 diciembre 2007, 8 diciembre 2007. En el caso hubo dos
requerimientos acumulados bajo el mismo número de causa, por esta razón se exponen las dos fechas.
68 Inspirado evidentemente por el control ejercido por el Consejo de Estado como se señaló al comienzo
de este trabajo.
69 Pardo (1990), p. 198.
70 Favoreu; Philip (1991), p. 487 (la traducción es mía).
71 Conseil Constitutionnel, Nº 87-237 DC, 30 diciembre 1987 (la traducción es mía).
72 Ibídem.
73 Que aun cuando no existe en el derecho constitucional francés un principio general de proporcionalidad,
la doctrina ha entendido ciertas manifestaciones en los artículos 8, 9, 17 de la Declaración de Derechos del
Hombre y del Ciudadano.
74 Incluso en el control a posteriori producto de la ley constitucional Nº 724-2008 de 23 de julio de 2008.
Pues el juez constitucional francés, en principio, no se enfrenta a los hechos del caso concreto.
es decir que sólo se ejerzan uno o dos. Pero, en todo caso, el control del error
manifiesto se puede ejercer con cada uno de los tres niveles”.75
Por ende, el control por error manifiesto es el control mínimo ejercido por
el Consejo Constitucional, mediante el cual el juez verificará que dentro del
margen de apreciación del legislador, la opción adoptada por éste no sea irrazo-
nable o manifiestamente desproporcionada y que permite en cada subtest de la
proporcionalidad revisar la constitucionalidad sobre errores groseros o graves que
produzcan perjuicio.
En consecuencia, en el caso de la necesidad de la medida, se evaluará que no
exista una medida excesiva en razón al fin perseguido. Y en el caso del control
de proporcionalidad stricto sensu, el control del error manifiesto se configura por
la constatación de la intensidad de la medida que se controla, sólo en cuanto
ésta sea desproporcionada para los efectos del interés público perseguido. La in-
constitucionalidad de la norma será declarada por error manifiesto y no por test
de proporcionalidad, pues la concepción francesa entiende al primero como un
control mínimo y el segundo como un control normal o pleno.
Sin embargo, tanto el control por error manifiesto como el control de pro-
porcionalidad tienen en común la idea de intensidad del control constitucional.
Puesto que en algunos casos el control será mínimo y en otros un control de
proporcionalidad pleno. Además, pueden ejercerse en distintos niveles, como
mecanismos de control de exceso de poder. Pero no son sinónimos, porque el
control de proporcionalidad con o sin los tres pasos es un control de intensidad
mayor que no opera por la sola presencia o ausencia de perjuicio manifiesto,
aunque puedan utilizarse indistintamente.
Esto significa entender, tal como lo afirma Gosel Le-Bihan que: “[C]ontra-
riamente a una opinión profesada, el control de proporcionalidad ejercido por el
Consejo no es hoy un control restringido, en el sentido de un control reducido a
la sanción sólo de errores manifiestos: incluso si el campo del control restringido
es amplio es fácilmente identificable –el control es explícitamente reducido a solas
desproporciones manifiestas– está situado frente a otro campo o tal reducción
no existe –en la proporcionalidad–. El control ejercido puede ser considerado
como pleno”.76
Conforme a lo anterior, la distinción entre proporcionalidad como control
pleno y error manifiesto como control mínimo, se presentó en un caso de con-
para alcanzar los objetivos deseados, así como para llevar a cabo en este contexto
la evaluación y pronóstico de los peligros que amenazan a los individuos o al
interés general, se le ha atribuido al legislador un espacio de decisión, el cual sólo
puede ser examinado por el Tribunal Constitucional Federal en forma limitada,
dependiendo de la clase de asunto que esté en discusión y del bien jurídico que
esté en juego, de modo que el Tribunal pueda dictar una sentencia suficientemente
segura (cf. BVerfGE 77, 170 [215]; 88, 203 [262])”.97
En conformidad con lo anterior, el TCF ha establecido en materia de penaliza-
ción de conductas que “corresponde al legislador determinar en forma vinculante
el ámbito de las actividades susceptibles de ser penalizadas, teniendo en cuenta las
respectivas circunstancias de los individuos. El Tribunal Constitucional Federal
no puede examinar si la decisión del legislador constituye la solución más idónea
para alcanzar los fines que se persiguen, o si aquélla es la más justa o razonable;
tiene que limitarse simplemente a vigilar que las normas penales se encuentren
materialmente en consonancia con las disposiciones de la Constitución y que
cumplan con los principios constitucionales no escritos, así como con las deci-
siones fundamentales en las que se basa la Constitución (cf. BVerfGE 80, 244
[255] con más referencias)”.98
Esta sentencia explica el sentido del margen de apreciación en la proporcio-
nalidad, a partir de la prerrogativa de legislador para establecer la idoneidad y
necesidad de una medida determinada. La medida cuenta con un límite para el
legislador como para los jueces constitucionales. Ambos se encuentran vinculados
al Derecho por una prohibición de exceso de poder y de seguridad jurídica como
fundamento de este tipo de autorrestricción.
La fundamentación acorde al sentido del margen de apreciación o más bien
prerrogativa en el caso alemán, se encuentra en la idea constitucional que subyace
en Alemania. Así, “[l]a Corte Constitucional Federal no interviene en el margen
de apreciación del legislador. Ella se presenta como guardián del marco constitu-
cional en el que se realiza la función creadora del legislador. Pero esto no excluye
que la Corte haga indicaciones sobre la manera de modelar una ley para evitar
una nueva inconstitucionalidad”.99
Considero que el núcleo del margen de apreciación del legislador se encuentra
en la deferencia del Tribunal Federal de declarar una interpretación conforme a la
103 En todos los casos lógicamente se puede aplicar a otras jurisdicciones constitucionales.
104 Haas (2010), p. 374.
105 Schwabe (2009), p. 60.
Conclusiones
La constitucionalidad en el margen de apreciación del legislador se entiende
porque la Constitución es un límite al poder. La separación de poderes constituye
un principio que concreta esta filosofía. En virtud de ello, los órganos del Estado
gozan de cierta libertad de configuración en el ejercicio de sus funciones, pero
se encuentran subordinados al derecho. El margen de apreciación del legislador
se manifiesta en esta lógica de creación normativa que encuentra como límite
el control del exceso de poder mediante el perjuicio o error manifiesto en los
Tribunales Constitucionales.
El origen de este principio y su control se remontan a la creación jurisprudencial
del Consejo de Estado francés y la construcción teórica del Derecho administra-
tivo alemán a través de sus diferentes aportaciones dogmáticas como la teoría de
la función de la administración, los tipos de decisiones o la habilitación de la ley
para el margen en el derecho administrativo. Sin perjuicio, que algunos autores,
como se indicó, entienden que el origen del margen de apreciación del legislador
es diferente al de la Administración por la naturaleza política del primero que no
exime del control mínimo ya tantas veces indicado.
La aplicación de estos conceptos al derecho constitucional francés y alemán
permite demostrar la existencia de una nueva técnica, que otorga seguridad jurídica
en el ejercicio del control de proporcionalidad como límite al poder.
Bibliografía citada
Aláez Corral, Benito y Álvarez Álvarez, Leonardo (2008): Las decisiones básicas
del Tribunal Constitucional Federal alemán en las encrucijadas del cambio de
milenio (Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales).
Alexy, Robert (2008): Teoría de los Derechos Fundamentales (Traducc. Carlos Bernal
Pulido, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales).
Arnold, Rainer (2011): “Allemagne”, en Annuaire international de justice constitu-
tionnelle: Juges constitutionnels et parlements, les effets des décisions des juridictions
constitutionnelles (Vol. XXVII), pp. 107-122.
Arnold, Rainer (2012): inédito. Conferencia “Deferencia y margen de apreciación
en el control judicial en Alemania”, en el Seminario “Margen de apreciación
de los poderes públicos y control de constitucionalidad”, en Santiago de Chile.
Universidad de los Andes. El 29 de noviembre de 2012.
Arnold, Rainer, Martínez Estay, José Ignacio y Zúñiga Urbina, Francisco
(2012): “El principio de proporcionalidad en la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional”, en Estudios Constitucionales (Año 10, Nº 1), pp. 65-116.
Jurisprudencia citada