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La raíz funcional
1 “Men and Ideas: Frazer and Malinowski” en Encounter. 1965, 24: 24-36.
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cho más digna de dedicación y estudio que cualquier otra ciencia tradicio-
nal, quedando desde aquel momento mi espíritu sometido a las sugerencias
antropológicas de Frazer (citado por Hays 1965: 348).
Así comienza su conversión a la antropología, que será gradual
bajo el influjo de sus distintos maestros en Leizig y Londres, lo que ex-
plica su propia evolución intelectual. En efecto, sigue sus estudios pos-
graduados en ciencias exactas en la universidad alemana de Leizig, don-
de también había estudiado su padre, pero pronto comienza a estudiar
historia económica con Bücher y, sobre todo, sicología social de Wundt.
Karl Bücher (1847-1930), era un historiador que analizo las fases del
desarrollo económico y la economía primitiva con un enfoque bastante
funcionalista. Por su parte, Wilhelm Wundt (1832-1920) era un sicólogo
de gran influjo, con quien estudiaron algún tiempo Boas y Durkheim,
que escribió Elementos de la sicología de los pueblos (1911). Según Wundt,
la sicología de los pueblos está formada por aquellos productos mentales
creados por una comunidad de vida humana y que son, por consiguiente,
inexplicables en términos de una conciencia individual, puesto que suponen
la acción reciproca de muchos, postura no lejana a la conciencia colectiva
de Durkheim, ni a la cultura de Boas; los componentes de tales productos
se influyen mutuamente, sobre todo en las primeras etapas, formando un
entramado con determinadas ideas, emociones y principios de acción, sobre
los que se agrupan los distintos fenómenos (Kuper 1972: 26).
Con su estudio sobre la familia australiana bastante avanzado,
Malinowski viaja en 1910 a Inglaterra e ingresa a la London School of
Economics, que es su alma mater antropológica y el centro de su vida
intelectual hasta su partida a Estados Unidos en 1942. En la London
School inicia estudios sistemáticos en antropología con Westermarck
y con Seligman. El finlandés Edward Westermarck (1862-1939) estaba
escribiendo una monumental History of Human Marriage (tres volú-
menes aparecidos entre 1891 y 1921), que resumió en su Breve historia
del matrimonio humano (1926), y hacia la crítica definitiva de Morgan
sobre «matrimonio de grupos» y «promiscuidad primitiva». Charles Se-
ligman (1873-1940) era un médico que hizo trabajo de campo en Nueva
Guinea, del que publico The Melanesians of British New Guinea (1910).
Pero Malinowski en ese tiempo estuvo también en contacto con dos an-
Historia de la antropología. Volumen III: Antropología social / 45
Race Relations in Africa (P. Kabeny, comp.); 1948 Magia, ciencia. religión
(Barcelona, 1974, Ariel); 1949 Estudios de sicología primitiva (Buenos
Aires, 1963, Paidos); 1967 Diario de campo en Melanesia (Madrid, 1989,
Júcar Universidad). En estas obras los aportes más significativos de Ma-
linowski al pensamiento antropológico juzgo que son los siguientes.
Día a día, sin excepción recogeré los acontecimientos de mi vida por or-
den cronológico. Cada día una relación del día anterior: un espejo de los
acontecimientos, una evaluación moral, una localización de los resortes
principales de mi vida, un plan para el día siguiente.
El plan general depende sobre todo de mi estado de salud. En la actualidad,
y siempre que me sienta lo bastante fuerte, deberé dedicarme por entero a
3. La antropología económica
Firth, en su artículo «E1 lugar de Malinowski en la historia de la
antropología económica», aparecido en la obra colectiva ya citada que
él edita, parte de que en la contribución de Malinotvski a la antropología
económica se da una paradoja. En efecto por una parte, suyo es el mérito
de haber abierto el camino para una estimación más justa del tema, y por
otra, su análisis económico a lo largo de toda su obra fue sencillo, nada
sofisticado. Sin embargo, Firth juzga que el aporte real de Malinowski en
este terreno se debe a tres cosas:
a la novedad de sus investigaciones directas sobre el terreno, hechas siempre
con la atención despierta a todas las implicaciones económicas; a la fuerza
y sinceridad de su exposición concreta, y a su clarividencia al interesarse
por las relaciones entre la economía y otros aspectos del sistema social tanto
al menos como por los fenómenos económicos en sí mismos. Esta preocu-
pación por el contenido social de los fenómenos económicos se debió proba-
blemente al hecho de que los conocimientos teóricos que tenía Malinowski
procedían más de… sociólogos que de los economistas propiamente dichos,
con los que nunca tuvo demasiados contactos (1974: 227).
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4. La antropología de la religión
Como en los demás campos de la cultura, el postulado funcio-
nalista sobre la religión es que ésta, cualquiera que sea la sociedad en la
que se desarrolle, tiene sentido. Nadel en «Malinowski, sobre la magia y
la religión», ensayo publicado en Firth (1957), escribe:
No parece haber mejor modo de resumir la contribución de Malinowski
al estudio de las creencias religiosas que diciendo que él fue el primero que
encontró un nuevo modo de contemplar esos fenómenos y una nueva lógica
en ellos, y que sus sucesores heredaron, desarrollaron y sin duda también
corrigieron esas ideas suyas. La «lógica» para Malinowski era la lógica de la
racionalidad. La magia, la religión, la mitología tenían que tener sentido.
Aunque ese sentido resultara muchas veces demasiado simplificado y se
pareciera demasiado al sentido común, su búsqueda constante constituyó
para nosotros, sucesores suyos, una guía sin la que probablemente no hu-
biéramos sido capaces de encontrar nuestro camino (1974: 224).
Tras esta visión de conjunto, paso a presentar, en primer lugar, su
enfoque sobre el mito en el ensayo «E1 mito en la sicología primitiva»
(1927), y en segundo lugar, su enfoque sobre la magia y la religión en su
Historia de la antropología. Volumen III: Antropología social / 65
obra Magia, ciencia, religión (1948). En cuanto al mito, frente a las es-
cuelas históricas y evolucionistas de Frazer con el mito del sacerdote-rey
en La rama dorada y de Rivers, para quien el mito es una reposición ve-
rídica del pasado, Malinowski analiza que función cumple el mito hoy y
concluye que justifica los puntos fundamentales de la cultura del grupo:
El mito tal como se da en las comunidades salvajes, es decir en su forma de
vida original, no es meramente un relato, sino una realidad viviente; no es
una ficción, como la novela que hoy leemos, sino algo que se cree sucedido
en los tiempos primigenios y que a partir de entonces influye sobre el mun-
do y los destinos humanos. El mito resulta así para el salvaje lo que para el
cristiano piadoso la historia bíblica… El mito cumple en la cultura primi-
tiva una función indispensable: expresa, exalta y codifica las creencias; cus-
todia y legitima la moralidad; garantiza la eficiencia del ritual y contiene
reglas prácticas para aleccionar al hombre. Resulta así un ingrediente vital
de la civilización humana (1963: 32-33).
En cuanto al segundo tema, debe notarse que Malinowski pone
las tres palabras del título de su obra en distinto orden al de la secuencia
de Frazer de magia, religión y ciencia, y comienza afirmando que dichos
términos no son etapas de un desarrollo, sino sistemas simbólicos que
existen en todas las sociedades, aunque no tengan en estas la misma
importancia:
No existen pueblos, por primitivos que sean, que carezcan de religión o
magia. Tampoco existe, ha de añadirse de inmediato, ninguna raza de sal-
vajes que desconozca, ya la actitud científica, ya la ciencia, a pesar de que
tal falta les ha sido atribuida. En toda comunidad primitiva, estudiada
por observadores competentes y dignos de confianza, han sido encontrados
dos campos claramente distinguibles, el Sagrado y el Profano; dicho de otro
modo, el dominio de la Magia y de la Religión, y el dominio de la Ciencia
(1974: 13).
Para probar esta tesis, Malinowski analiza y critica cuatro teorías
en boga sobre la religión primitiva: el animismo de Tylor, el magismo de
Frazer, el sociologismo de Durkheim y la mentalidad primitiva de Lévy-
Bruhl. Recojo dicha crítica:
a. Tras resumir el animismo de La cultura primitiva (1871) de
Tylor, según el cual las creencias de la humanidad han evolucionado
desde la creencia en las ánimas hasta el monoteísmo cristiano, Mali-
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el dios del clan… no puede ser otra cosa sino el clan mismo y porque de una
manera general… una sociedad posee todo lo que se precisa para hacer nacer
la sensación de lo divino en las mentes de los hombres tan solo mediante el
poder que sobre ellas detenta: pues para sus miembros es lo que Dios para sus
adoradores (1968). Malinowski resume su crítica en estas palabras:
Para resumir, diremos que los enfoques de Durkheim y de su escuela son
inaceptables. Primero, porque en las sociedades primitivas la religión tam-
bién tiene, en gran parte, sus fuentes en el ámbito puramente individual.
En segundo lugar, porque la sociedad, en cuanto multitud, no se abando-
na siempre, en absoluto, a la producción de creencias o incluso de estados
mentales religiosos, mientras que, por el contrario, la efervescencia colecti-
va es a menudo de naturaleza enteramente secular. En tercer lugar, porque
la tradición, la suma total de ciertas reglas y logros culturales, engloba, y
en las sociedades primitivas mantiene fuertemente unidos, el campo de lo
sagrado y lo profano. Y, por fin, porque la personificación de la sociedad,
el concepto de una «alma colectiva» carece de fundamentación fáctica y es
contrario a los métodos de la ciencia social (1974: 68-69).
d. En cuanto a Lévy-Bruhl, Malinowski reconoce que el problema
del conocimiento primitivo se ha visto singularmente descuidado por la
antropología, que se ha limitado exclusivamente a la religión primitiva,
mitología y magia. Una excepción es Lucien Lévy-Bruhl, que, según la
síntesis que hace Malinowski, piensa que el salvaje carece en absoluto de
tal sobriedad mental y esta, sin remisión y de un modo completo, inmerso
en un marco espiritual de carácter místico, y que no tiene ninguna idea
clara de sustancia y atributo, de causa y efecto, de identidad y contradic-
ción. Su mentalidad es la de una confusa superstición, «prelógica», hecha
a base de «participaciones místicas» (1974: 23-24). Malinowski responde
a Lévy-Bruhl con pruebas empíricas de su largo trabajo de campo entre
las tribus melanesias, que se refieren a la agricultura, la construcción de
canoas, la pesca, la guerra, la salud y la muerte, y concluye así:
De suerte que en su relación con la naturaleza y el destino, ya sea que se
trate de explotar a la primera o de burlar al segundo, el hombre primitivo
reconoce las fuerzas naturales y sobre-naturales, y trata de usar de ambas
para su beneficio. En las ocasiones en que la experiencia le ha ensenado que
el esfuerzo que guía el conocimiento es de alguna eficacia, no escatimará el
uno ni echará al otro en olvido. Sabe que una planta no crecerá por influjo
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mágico tan sólo, o que una piragua no podrá flotar o navegar sin haber sido
adecuadamente construida o preparada… El nativo nunca fía en su magia
solamente… Pero recurrirá a ella siempre que se vea compelido a reconocer
la impotencia de su conocimiento y de sus técnicas racionales (1974: 33).
Pasando ya al tema de diferenciar la magia de la religión, Mali-
nowski dice que la primera es utilitaria y un medio para lograr algo,
mientras que la segunda es celebratoria y un fin en sí misma. Para ello
compara un rito para evitar la muerte en el parto y un rito para celebrar
un nacimiento:
El primer rito se lleva a efecto como un medio para un fin. Tiene un sentido
práctico bien definido, el cual resulta conocido para todos los que son parti-
cipes en él y que, además, puede ser comunicado por cualquier informador
nativo. La ceremonia postnatal, verbigracia una presentación del recién
nacido o una fiesta de júbilo por tal suceso, carece de propósito: no es un
medio para un fin, sino un fin en sí misma. La tal expresa los sentimientos
de la madre, el padre, los parientes… Esta diferencia va a servirnos como
una distinción prima facie entre religión y magia. Mientras que en el acto
mágico la idea y el fin subyacentes son siempre claros, directos y definidos,
en la ceremonia religiosa no hay finalidad que vaya dirigida a suceso algu-
no subsecuente. Tan sólo al sociólogo le será posible establecer la función,
esto es, la raison d’être sociológica de tal acto. Al nativo siempre le será
posible constatar el fin de un rito mágico, pero de una ceremonia religiosa
no dirá sino que se lleva a efecto porque tal es el uso, o porque ha sido orde-
nado, o quizás narrará un acto explicativo (1974: 40).
Malinowski da más ejemplos sobre los ritos mágicos y religiosos.
Entre los primeros están los ritos que se hacen con ocasión de la pesca
en alta mar, para conjurar los peligros, mientras que se juzgan inne-
cesarios para pescar en una laguna. Entre los segundos, está el rito de
iniciación, que es religioso porque muestra claramente cómo la ceremo-
nia y su finalidad son una misma cosa, esto es, como el fin se realiza en la
misma consumación del acto (1974: 43). Tales ritos, aunque sean un fin
en sí mismos, cumplen una función social, pues son un medio, en modo
extremo eficiente, de transmitir el poder tribal, de asegurar la continuidad
en la tradición y de mantener la cohesión de la tribu (1974: 43).
Historia de la antropología. Volumen III: Antropología social / 69
5. Antropología sicológica
Malinowski desarrolla ciertos temas que en su tiempo abordaba
en Estados Unidos la escuela de cultura y personalidad. Así, frente al
integracionismo de Ruth Benedict, que trata de explicar cómo se rela-
cionan las partes de una cultura, Malinowski responde con el funciona-
lismo, que se basaba en último término en la teoría de las necesidades.
Frente al relativismo cultural de Margaret Mead, Malinowski construye
un cuadro de necesidades básicas, derivadas e integrativas. Y frente a
Freud y a su teoría del sicoanálisis basada en el complejo de Edipo, Mali-
nowski escribe el ensayo «La familia matriarcal y el complejo de Edipo»,
usando el término matriarcal en el sentido que la antropología posterior
llama matrilineal, y se hace una triple pregunta. En primer lugar, ¿existe
también dicho complejo en las sociedades matrilineales?:
Nuestro análisis establece que las teorías de Freud no sólo corresponden a la
sicología humana en sus rasgos generales, sino que se adaptan estrechamen-
te a las transformaciones que las diferentes formas sociales producen en la
naturaleza humana… Y si bien encontramos una notable confirmación del
contenido principal de la sicología freudiana, tal vez nos veremos obligados a
modificarlo en ciertos detalles… y renunciando a una validez universal del
complejo de Edipo, estudiar por separado cada tipo de cultura con objeto de
establecer su particular complejo correspondiente (1963: 267).
En segundo lugar, ¿qué forma toma el complejo de Edipo entre
los isleños de Trobriand frente al del mundo occidental?. Aunque Ma-
linowski juzga diferir el tratamiento de este tema para un libro posterior,
responde que calificando a ambas estructuras de un modo breve, aunque
algo rudo, si en occidente dicho complejo reside en el deseo reprimido de
matar al padre y de casarse con la madre, entre los isleños de Trobriand,
cuya estructura social es matrilineal, lo caracteriza la aspiración de casarse
con la hermana y matar al hermano de la madre (1963: 266). Y en tercer
lugar, ¿por qué el complejo de Edipo toma esa forma en las sociedades
matrilineales?. Malinowski afirma:
Las fuerzas represoras y conformadoras obran en Melanesia de dos ma-
neras: por sujeción a la ley matriarcal de la tribu y por las prohibiciones
que se derivan de la exogamia. Aquélla se realiza merced al influjo de la
hermana de la madre, que apelando al honor, el orgullo y la ambición del
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3 Esta cita, que refleja una idea, central de la teoría funcionalista, está tomada del ya
citado artículo de Leach en Encounter (1965).
Historia de la antropología. Volumen III: Antropología social / 75