Proyecto Evangelismo

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Visión Que cada miembro se convierta en un entrenador para ganar almas, no solamente en

un ganador. Misión: Ofrecer adiestramiento para el laico, a fin de que haga el evangelismo
efectivo. Propósito: Enseñarle al mismo laico la manera de adiestrar a otros laicos, a fin de que
pueda multiplicar sus labores. Sólo multiplicando evangelizadores podemos esperar que se
multipliquen las almas en las iglesias. Estrategia: Los laicos. Reconocemos que los laicos
constituyen la clave estratégica, y casi no empleada, de la evangelización del mundo. Por
tanto, hemos preparado este proyecto para que los motive, reclute y entrene para dicha obra;
¡y que luego los mantenga en esa labor! A. Método 1. Cada cristiano un testigo. La primera
instrucción que Cristo les dio a sus seguidores, la cual encontramos en el primer capítulo de
Marcos, fue la siguiente: "Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres", Las
últimas instrucciones que les dio a sus discípulos en este planeta fueron éstas: "Pero recibiréis
poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén,
en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra". Así que Cristo empezó y terminó su
ministerio con el mandato de que seamos testigos de Él, pescadores de hombres. Este hincapié
se ve en la Gran Comisión, en la cual Jesús les manda a sus seguidores que vayan a todas
partes del mundo con el mensaje del Evangelio para toda criatura. 2. Los laicos deben
prepararse para el evangelismo. Por tanto, el segundo principio importante es que los laicos
deben prepararse también para el evangelismo, así como los pastores. Más del 99 por ciento
de los 2 miembros de la iglesia son laicos. Si ellos no están activos en esta guerra espiritual, se
perderá la batalla. 3. El pastor es un entrenador. El tercer principio es que necesitamos
comprender, como ministros de Cristo que no somos los principales ejecutantes o astros
famosos, sino los entrenadores de un equipo que tiene que estar bien adiestrado y
coordinado. 4. Es mejor enseñar a evangelizar con hechos y no con palabras. Así como un
piloto no puede aprender a pilotar el avión con sólo recibir clases teóricas en la sala de su casa,
así el cristiano común y corriente tampoco puede aprender a evangelizar con sólo recibir clases
en el aula. Lo que le hace falta a nuestro programa de evangelización es lo que Cristo les
proveyó a sus discípulos: entrenamiento práctico. Es necesario adiestrar al soldado en el
mismo campo de batalla. 5. Es más importante entrenar a un ganador de almas que ganar un
alma. La multiplicación espiritual no se cumplirá a menos que los convertidos se vuelvan
evangelizadores. Los discípulos tienen que hacer discípulos. Puesto que el 95 por ciento de los
cristianos evangélicos no ganan almas por cuanto no están equipados para ello, es obvio que si
se prepara a la persona para que pueda evangelizar en forma efectiva, ese entrenamiento
resultará más fructífero que el de sólo ganar un alma para Cristo. El Señor Jesús no nos envió a
hacer convertidos, sino a hacer "discípulos". B. Método de reclutar y motivar a los laicos
Invitación individual. Cuando el Señor llamó a sus discípulos, primeramente "pasó la noche
orando". Luego los llamó individualmente, específicamente por nombre. El reclutamiento de
nuevos hermanos para el Evangelismo Explosivo consiste en visitar personalmente a las
personas que se seleccionan. Esta tarea la cumplen las mismas personas que ya se han
entrenado. En esta visita les explican bien el programa y los invitan a una reunión en la cual se
les dan detalles sobre los principios y procedimientos del programa. En dicha reunión se da
una explicación general del programa, se oyen los testimonios de varias personas que hayan
trabajado en el programa y se les presenta un desafío a los invitados. Es entonces cuando se
les solicita que hagan la promesa formal de entrar en el programa de evangelización durante
tres meses. Debe indicárseles que es preferible que no comiencen si creen que no han de ser
fieles a su promesa. Pablo dijo: "Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con
vosotros". 3 C. Entrenamiento de los evangelizadores El programa del Evangelismo Explosivo
consiste en tres clases de entrenamiento. 1. Instrucción por medio de clases. Estas clases
pueden ser de media hora aproximadamente, y deben realizarse el mismo día en que se sale a
la evangelización. En la clase se da una enseñanza sobre el tema correspondiente a la semana
y se asignan trabajos que los alumnos deben cumplir para la clase siguiente. Luego se divide la
clase en grupos de dos personas, para ensayar lo que aprendieron durante la semana anterior.
2. Instrucción por medio del estudio personal. Cada persona que se adiestra tiene que recibir
un ejemplar del manual, y estudiarlo. En éste se hallan las instrucciones para presentar bien el
mensaje del Evangelio. El que se está entrenando como evangelizador debe aprender de
memoria el bosquejo básico de la lección correspondiente a cada semana, más los versículos
bíblicos que se le asignen. Estos versículos se recitan en la siguiente clase. No se debe olvidar
que este es un período de aprendizaje. 3. Instrucción por medio de entrenamiento práctico
Esta instrucción es la más importante. El aprendiz sale con el que ya está adiestrado, y escucha
y observa mientras éste procura ganar un alma para Cristo. Este es el elemento vital y casi
indispensable. D. Presentación del evangelio Nuestro enfoque es una declaración sencilla y
positiva de las Buenas Nuevas de salvación. La mayoría de los evangélicos no saben hacer una
presentación del Evangelio que sea interesante e inteligible, es decir, que se pueda entender.
Básicamente, eso es lo que deseamos enseñarles. E. Conservación de los resultados de la
evangelización Un programa de evangelización de esta naturaleza hace surgir una gran
necesidad de que se cumpla un trabajo de conservación de los resultados. 1. Estudio bíblico en
grupos. Esencialmente, el procedimiento para la conservación de los resultados implica la
realización de varias visitas más al hogar del nuevo creyente en Cristo. El propósito que se
tiene en estas visitas es el de establecerlo firmemente en las Escrituras y garantizarle la
seguridad de su salvación. 4 2. Incubadora espiritual (nietos espirituales). Los procedimientos
de la conservación de los resultados de la evangelización no se consideran terminados hasta
que se le haya enseñado al nuevo convertido a estudiar la Palabra de Dios, a orar y a vivir la
vida cristiana, es decir, a andar con Cristo. Lo último que debe hacerse es invitarlo para que
entre en este programa de evangelización. Pero esto último no es exacto, pues la conservación
de los resultados no se ha completado hasta cuando se le enseñe al nuevo convertido la
manera de reproducirse y a hacer de las almas que gane para Cristo verdaderos discípulos de
Él, que sean capaces de ganar a otros.

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