Soltar

El Camino de la Liberación

Curso online
Lama Rinchen Gyaltsen
Transcripción del curso online “Soltar - El Camino de la Liberación” impartido por Lama
Rinchen Gyaltsen.
Versión 1.0 - Enero 2022

© Paramita Editorial (Fundación Sakya)

Pedreguer (Alicante, España)
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Este trabajo se proporciona bajo la protección de Creative Commons CC BY-NC-ND

(Reconocimiento - No comercial - Sin derivados) 3.0 copyright. Puede copiarse o imprimirse para
un uso justo, pero solo con una atribución completa, y no para una ventaja comercial o
compensación personal. Para más detalles, consulte la licencia Creative Commons.
Soltar - El Camino de la Liberación
Lección 1

Bienvenidos queridos amigos a otro ciclo, hoy iniciamos un curso que se llama Soltar: El
Camino de la Liberación.

Estoy muy contento de poder compartir estas enseñanzas contigo, vamos a empezar
introduciendo el tema, contextualizando las enseñanzas que vamos a estudiar,
reflexionar y practicar juntos estas próximas semanas.

En términos muy generales, todos los caminos espirituales se pueden resumir en dos
categorías. En el primer enfoque están las tradiciones o los caminos como un peregrinaje
hacia la divinidad, tanto teísta como tradiciones cristianas, musulmanas, hinduistas y
demás… y no teístas como el budismo. El budismo no es ni teísta ni ateo; para los
budistas el Buddha es el objetivo final, lograr acercarnos al punto de convertirnos en un
Buddha, en donde el Buddha externo, interno y absoluto se combinan en un estado
no-dual. Entonces esa es una gran categoría de tradiciones espirituales. Y otra categoría
de tradiciones podemos decir que son relacionadas al sendero; el sendero como un
proceso de acercamiento al estado de perfección -en este caso sería la budeidad en sí- el
estado de iluminación o la verdad en sí.

El Dharma en el budismo se presenta de estas dos maneras, para diferentes practicantes

con diferentes energías o temperamentos. Ahora, independiente al estilo, al enfoque de
ese camino espiritual, hay dos ingredientes que contienen todas las presentaciones: hay
el aspecto de abandonar todo lo que es nocivo, todo lo que obstruye, todo lo que causa
daño en nosotros, y a la vez, el aspecto que adopta, que cultiva, que desarrolla las
cualidades, que se pueden resumir en virtudes y sabiduría. Por lo tanto, independiente
de la tradición, del camino, siempre van a haber estos dos elementos principales: algo
que tenemos que abandonar y algo que tenemos que adoptar. O, de otra manera, algo
que tenemos que purificar y algo que tenemos que desarrollar. Lo que sí varía en cada
camino, en cada tradición, es el énfasis que le dan a cada uno de estos aspectos. Algunas
tradiciones resaltan el aspecto de acumular, de adoptar, de desarrollar virtudes,
cualidades, sabidurías, y otras enfatizan el aspecto de purificación, de eliminar todo lo
tóxico -por decirlo así-.

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En este curso vamos a enfatizar el aspecto de soltar, el aspecto de eliminar de nuestra
vida -tanto externa como internamente- todo lo que sea un obstáculo para nuestro
desarrollo en nuestra evolución espiritual. Y, he decidido presentar este curso con este
enfoque por dos razones principales: una es que nos ayuda a comprender que el camino
espiritual es más fácil, más accesible de lo que aparenta muchas veces; o sea, es algo que
ya está presente, solo tenemos que quitar del medio lo que estorba, y la segunda razón,
es para ayudar a muchos de mis amigos espirituales que tienen baja autoestima. Hoy en
día, en general, en el mundo hay una pobreza interna, una pobreza espiritual; entonces
muchos de mis amigos no creen, a corto plazo, que tienen la habilidad de implementar
las técnicas meditativas, hacer esos cambios en el día a día y, a largo plazo, tienen una
visión muy pesimista de lo que pueden lograr en esta vida; no creen en su potencial, no
creen en su capacidad innata. Y eso es una gran, gran desventaja, porque a plena vista
-desde una perspectiva objetiva- se ve que ese individuo tiene más recursos para
implementar hoy en día, para hacer cambios significantes en su desarrollo personal y
espiritual; y a largo plazo, el potencial es infinito, el futuro debería ser brillante, tan
brillante que necesitaríamos gafas de sol.

Por lo tanto, presentando el desarrollo espiritual como un proceso de soltar, estamos

indirectamente fomentando esa autoestima espiritual, en donde creemos en nuestro
potencial, creemos en nuestra capacidad. Ahora, esta presentación no es una
improvisación mía, estoy realmente resumiendo algunos puntos de enseñanzas claves de
la tradición budista, empezando con la fuente canónica. La primera enseñanza que dio el
Buddha se llamó Las cuatro nobles verdades. Y en esa primera presentación, en ese
primer mapa espiritual que compartió el Buddha, resaltó la importancia de eliminar, no
solo desarrollar las cualidades a través del camino óctuple: con una correcta visión,
correcto pensar, correcto hablar, correctas acciones, correcta forma de vida, correcto
esfuerzo, correcto entusiasmo, correcta atención o mindfulness y correcta concentración
o samadhi, sino también eliminar las causas de nuestro sufrimiento. Como sabéis, la
primera noble verdad nos ayuda a entender qué realmente está pasando; lo que muchas
veces identificamos como bienestar es en realidad malestar, nos conformamos con una
existencia muy pobre. Entonces, la causa o el origen de nuestro sufrimiento, sea físico,
sea interpersonal, sea psicológico, viene de los velos. Y en esta enseñanza el Buddha
resaltó las causas inmediatas de nuestro malestar, que es el karma o acciones dañinas,
que básicamente van en contra de la realidad, y los estados mentales dañinos que
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impulsan esas acciones, sean físicas, verbales o mentales. Por lo tanto, al eliminar la raíz,
la causa, el origen de esta contradicción, de este enfrentamiento con la realidad que
produce tanto malestar, tanto conflicto en el mundo, llegamos a la tercera noble verdad,
que es la cesación del sufrimiento, la cesación del malestar, la cesación de samsara, este
ciclo vicioso del ego que nos atrapa eternamente.

Entonces, desde el comienzo, desde su primer ciclo de enseñanzas, el Buddha resaltó la

importancia de soltar las causas y condiciones que crean conflicto y malestar en nuestra
vida. Y luego, para desarrollar este curso, también me apoyo en las enseñanzas de
Shantideva, en la obra más famosa dentro del majayana, El Bodhisattvacharyavatara, la
guía para la vida de un bodhisattva. Y allí, el texto a lo mejor más citado en las
tradiciones majayana y en todas las escuelas tibetanas, se resume el camino espiritual
como un proceso de perfeccionar seis cualidades: las seis paramitas. Y a la vez, indica
que purifican, que eliminan, que estas cualidades, estas paramitas nos ayudan a soltar,
por ejemplo la generosidad nos ayuda a superar y liberarnos de la tacañería, el
aferramiento a las posesiones; la conducta nos ayuda a superar todos los hábitos y
patrones conductuales dañinos; la paciencia nos ayuda a purificar nuestro orgullo y
nuestra ira; el entusiasmo nos ayuda a purificar nuestra pereza y apatía; lo que
llamamos la paramita del samadhi nos ayuda a corregir el aferramiento, la adicción y a la
vez nuestra mente distraída; y la última, la paramita de la sabiduría, naturalmente nos
ayuda a eliminar la ignorancia, nuestra comprensión errónea de quienes somos y el
mundo que nos rodea.

Y por último, en este curso me enfoco en el manual más importante dentro de la escuela
Sakya a la que yo pertenezco, que se llama Separarse de los cuatro apegos, en donde
Manjushri describe el desarrollo espiritual como un proceso de alejarnos, separarnos,
eliminar, soltar cuatro dependencias. Dependencia a métodos de compensación que
emplea el egocentrismo, los ocho dharmas mundanos; dependencia en la esperanza y el
miedo; dependencia en el egocentrismo; y dependencia en una noción conceptual de la
verdad.

Entonces, basándome en estas tres fuentes tradicionales, vamos a explorar juntos siete
puntos vitales del desarrollo espiritual en las próximas lecciones. Siete ámbitos de
nuestra vida espiritual que tenemos que purificar, eliminando lo tóxico, lo que crea
límites y obstáculos en nuestra práctica.

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Este curso está diseñado, o sea me gustaría que sea accesible a todas las personas, que
alguien sin una lectura, estudio previo, pueda tener acceso a estas poderosas
enseñanzas. Y a la vez, llegar en cada lección a profundizar en el elemento más sutil de
estas prácticas y filosofías, para también practicantes experimentados que están varios
años en el Dharma. Espero que este curso pueda servir a esos dos tipos de personas;
personas que se están iniciando en el camino y personas que ya están avanzadas, por lo
menos a nivel de conocimiento en el camino.

Es muy importante la premisa, o sea la filosofía que tenemos que considerar para que el
camino del soltar sea provechoso, realmente sea un proceso de liberación. En este caso
la premisa en la que se apoya esta enseñanza se llama tathagatagarbha, que quiere decir
que todos los seres están dotados de una mente pristina. Todos los seres, tú y yo,
tenemos debajo de los velos conceptuales y emocionales una mente primaria que es
inmaculada, pura, que no se ve contaminada por todas las condiciones adventicias que
transcurren por nuestra mente y por nuestro ser. Este adjetivo “adventicia” es curioso,
tiene dos connotaciones: la primera es que es algo que surge al azar, accidentalmente…
y no queremos apoyarnos en esa interpretación, porque como budistas creemos en el
karma, todo tiene una causa y una condición; nos estamos refiriendo a su segundo
sentido, adventicio, condiciones adventicias, en el sentido de que no son inherentes a la
mente, no pertenecen a la mente, es algo externo que está creando distorsión,
contaminación, está obstruyendo la mente; pero no es natural o inherente de la mente,
es algo que está contaminando -por decirlo así- el sistema natural de nuestro continuo
mental, la mente prístina.

En el tercer ciclo evolutivo que impartió el Buddha, el tercer giro del Dharma, el Buddha
presentó esta mente primaria, natural, prístina, como naturaleza búdica, como
tathagatagarbha, como el potencial que tenemos todos los seres de lograr la iluminación.
Y hoy en día esa naturaleza búdica, esa mente prístina se encuentra semibloqueada,
obstruida por todo tipo de velos. Y aquí he resumido cinco de ellos, que nos pueden
orientar, para tener en mente en dónde tenemos que trabajar, en cuál de los velos
tenemos que investigar para purificar.

En resumen, hoy en día la plenitud de quienes somos, el buddha de quienes somos está
bloqueado por un entorno tóxico, está bloqueado, interrumpido, obstruido por patrones
conductuales que están automatizados con todo tipo de condicionamiento; está

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obstruido, bloqueado por estados mentales o emociones aflictivas que no permiten ver o
sentir con claridad. O sea tenemos energía, influencia, movimientos internos
involuntarios que cambian nuestras prioridades y nuestro parecer, inspiran todo tipo de
acciones dañinas. Entonces tres: un entorno que puede ser tóxico; acciones físicas
verbales y mentales que pueden ser dañinas, que pueden ir en contra de la realidad
-dañinas no en el sentido de no ser compatibles con una moral religiosa, sino que no son
compatibles con la realidad, van en contra de la naturaleza y por lo tanto crea
dificultades, crea conflicto en el mundo, con la naturaleza, con el medio ambiente, con
otras personas y con nuestra salud; y luego internamente, todo tipo de estados mentales
que incluye emociones tóxicas como ira, adicción, orgullo, envidia y demás. Luego
tenemos un velo que muchas veces no detectamos, que es el egocentrismo, es el
nerviosismo, la reactividad del ego que nos hace reaccionar de una manera predecible y
muy exagerada ante todo lo que transcurre en nuestra vida. Y luego tenemos el quinto
velo que es el falso yo. De la misma manera que cosificamos a personas, de la misma
manera que creamos conceptos o abstracciones de fenómenos naturales, también
creamos un concepto, una idea, una abstracción del aspecto más sutil del sujeto. La
subjetividad se cosifica en un yo abstracto, a eso en el budismo le llamamos ego, y eso
bloquea el reconocimiento de quiénes somos, poder reconocer esa mente primaria. Para
explicarlo de una manera un poco más práctica, si cosificamos este yo abstracto como el
que percibe, el que está detrás de los ojos, el que consume la realidad, entonces
identificarnos con ese yo, cristalizarlo de esa manera nos lleva a desarrollar un
mecanismo de protección, un egocentrismo que ansía sensaciones placenteras. Y
después ese egocentrismo que reacciona de una manera tan exagerada a sensaciones
placenteras, nos lleva a desarrollar un estado de apego, un estado de dependencia, un
estado de adicción, y ese estado nos lleva a actuar de una manera consumista,
comprando más de lo que debemos o comiendo más de lo que debemos, y eso nos lleva a
desarrollar un entorno en donde nos relacionamos con personas consumistas o
materialistas.

Entonces hay una relación causal entre estos cinco velos, todo parte de la ignorancia
fundamental de no saber quiénes somos. Creamos en ese vacío un suplente que es el
falso yo, lo que podemos denominar ego -aunque no encaja perfectamente el término
con la filosofía budista, pero vamos a usar la palabra ego- y ese egocentrismo
automáticamente crea egocentrismo, o sea, una vez que postulamos, que reificamos, que
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cristalizamos el ego, hay la noción de ser el eje del universo -o egocentrismo- entonces
todo lo que transcurre tiene que ver contigo, está relacionado contigo, el ego es el
referente principal. Por lo tanto, valoramos a un nivel impulsivo todo lo que
experimentamos, dependiendo si coincide o no coincide con la supervivencia de este ego
-entraremos en más detalle en el futuro si estáis interesados-. Entonces estamos
obstruidos tanto por estados internos como por acciones, como las consecuencias de
esas acciones en nuestra vida, y a la vez, este nerviosismo, este egocentrismo que
impulsa el ego al no saber quiénes somos.

Entonces, naturalmente, el camino hacia la liberación es un proceso de soltar elementos

en estas cinco -por decirlo así- dimensiones de nuestro ser, cinco esferas, cinco velos.
Aquí lo he dividido en siete pasos, dándole más atención a la mente, al velo de los
estados mentales.

Vamos a empezar la próxima lección con el mandala; “mandala” queriendo decir nuestro
entorno. “Sal de tu entorno caótico con la simpleza”, es el lema que podemos emplear la
próxima semana, pero mejor sería: “suelta un elemento tóxico en tu entorno”. Hoy en día,
muchas personas, muchos de mis amigos creen que el camino espiritual es simplemente
un proceso de adquirir conocimiento. Y otros amigos creen que simplemente es algo que
se desarrolla en la meditación, y los dos están diciendo que es algo mental, algo que
trabajo dentro de mí, independiente de mi situación externa o de cómo yo me
desenvuelvo en el mundo -y no es así-. Hoy en día somos muy vulnerables, lo que pasa
alrededor nuestro nos afecta, tiene un impacto enorme, desde lo que comemos hasta lo
que vemos o las personas con las que nos relacionamos, incluso si nuestra habitación
está ordenada, limpia, prolija, si tenemos suficiente sol y ejercicio o hábitos; todo eso es
muy importante hoy en día en determinar cómo nos sentimos, nuestro estado interno y
cuánto acceso tenemos a la realidad.

En el segundo paso vamos a enfocarnos a nivel conductual, y el lema para la segunda

lección es: “desenredate de los patrones dañinos con hábitos positivos”. Vamos a
identificar aquellos hábitos o costumbres que están causando más caos, más distorsión
en nuestra vida y corregirlos introduciendo un hábito sano. Entonces con estos siete
pasos no vamos a lograr la iluminación en ocho semanas, pero sí vamos a mejorar en
cada uno de estos ámbitos, en cada una de estas dimensiones, y eso va a crear un cambio
notable en tu vida y en tu práctica espiritual.

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El tercer paso es: paz, donde neutralizamos la ira con paciencia. Vamos a aprender a ser
más resilientes, más tolerantes y poder estar más en control de nuestras emociones.

En el cuarto paso, trabajaremos la felicidad y el lema allí es: “desligate de los métodos de
compensación con la satisfacción”; eso es muy importante. Vamos a analizar qué es la
genuina felicidad, qué es lo que realmente nos pueda satisfacer profundamente y cuáles
son los típicos engaños que emplea el egocentrismo; cuáles son los métodos de
compensación que empleamos rutinariamente para compensar por el aburrimiento y la
soledad, el agobio y todos los síntomas que produce el vacío existencial. Es muy
importante conocer el espectro de métodos de compensación, hacia dónde recurrimos
para mitigar el vacío existencial, el malestar, el sufrimiento y, particularmente en nuestro
caso, cuáles son los métodos recurrentes, o sea, cuál es esa muleta en donde
dependemos, que nos da esa falsa sensación de felicidad.

Luego, en el quinto paso, vamos a desarrollar ecuanimidad, vamos a soltar, dejar la

obsesión del egocentrismo, con amor y compasión. Es muy importante ir a la raíz del
problema. Hay que hacer cambios en nuestra vida, hay que hacer cambios en nuestro
comportamiento, hay que hacer cambios en nuestra actitud y los estados que
adoptamos; pero aún más importante, es cambiar el foco, cambiar la energía, cambiar el
referente; porque eso marca, eso define cómo valoramos, cómo nos relacionamos con
todo lo que sucede en nuestra vida. Entonces, si esa energía es miedo, si esa energía es
egoísmo, por muy inteligente que seas, por muy buenas intenciones que tengas, por muy
buen comportamiento que tengas, por muy sana que sea tu vida, vas a crear toxicidad,
vas a impulsar estados muy negativos, como envidia, como celos, como ansiedad, como
depresión, como aferramiento, rencor y demás. Es muy importante con toda la gama del
altruismo, particularmente con la compasión, reducir esa reactividad, lograr un estado
que se aproxime a la ecuanimidad, donde valoramos a todos por igual.

En la sexta lección vamos a trabajar con la mente. Vamos a enfocarnos en soltar la mente
discursiva, entrenándola con la meditación. A lo mejor, a corto plazo, lo que más vamos a
detectar como mejora va a ser el adueñarnos del presente. Si logramos desarrollar
presencia con mindfulness, con recolección, con introspección, vamos a cortar la mente
discursiva, vamos a eliminar “el oxígeno de las llamas de la ira”. ¿Puede ser?, ¿puede ser
así?… lo que alimenta todas las paranoias, todos los problemas que atravesamos. Esto es
muy importante.

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Finalmente, en la séptima lección, el séptimo paso -en realidad es la octava lección-
trabajaremos con la verdad; y allí el lema es: “libérate de tu dogma personal con
sabiduría”. El último reto, el último obstáculo es superar nuestra propia versión de la
verdad para poder experimentarla, para tener un encuentro íntimo, directo, intuitivo de
la verdad. Es todo un proceso, en donde vamos eliminando ideas más arraigadas que
algunas veces hemos adoptado de una manera inconsciente, las hemos heredado de
antepasados o de la sociedad, y algunas a través de la lectura.

Hay “la ignorancia natural” en el budismo -que se dice- y “la ignorancia educada”,
queriendo decir que hay todo tipo de ideas erróneas de quiénes somos y cómo funciona
el universo y, después, hay ideas que hemos adquirido a través del estudio y demás. Ese
es un paso, pero el segundo aspecto, que es el más delicado, que es el que resalta el
manual de meditación Separarse de los cuatro apegos, es: una vez que tienes claro lo que
es la realidad, igual tienes que superar la noción de idea; queriendo decir que una cosa
es el concepto de una filosofía, de un estado espiritual o de nuestra mente prístina, y otra
cosa es habitar ese estado de una manera directa, sin filtros conceptuales, sin ideación.
Esto es un reto incluso para los grandes eruditos, para los maestros avanzados.

Entonces, a través de estos siete pasos -las próximas siete lecciones- vamos a poder
hacer un cambio, vamos a empezar a crear cambio en nuestra vida en cada uno de estos
ámbitos: el externo, el interno, el conductual, el emocional, el afectivo, atencional,
cognitivo y demás.

En cada una de estas lecciones vamos a dar una idea muy accesible de cómo crear un
cambio en tu vida y, después, vamos a explicar el cambio más profundo que tenemos que
hacer a largo plazo. En conclusión, el camino hacia la liberación consiste en soltar todo lo
que está reteniendo tu potencial. Es el camino del cambio, el camino de los audaces, de
los valientes, de los intrépidos. Muchas veces nos aferramos por costumbre, por miedo,
de algo que ya no sirve, que sabemos -con toda certeza- que ya no aporta valor, incluso
vemos con claridad que está causando daño en nuestra vida, pero por costumbre y por
miedo a lo desconocido, a explorar nuevo terreno, -algunas veces- nos conformamos con
mediocridad, nos conformamos con subsistir, cuando nuestro potencial es realmente
infinito.

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El proceso de soltar es gradual, empezando por lo más burdo y concluyendo con lo más
sutil. En este curso vamos a dar estos siete pasos, y luego cada uno de nosotros tiene
como misión en su vida profundizar en cada uno de estos siete ámbitos para
perfeccionar, purificar cada uno de ellos. Es casi como la escala musical, tenemos que
pasar por los siete pasos, avanzar un poquito en cada uno y, después, regresar al primero
con otra mano de pintura y avanzar aún más. Pero el orden debe ser de lo burdo, que en
este caso es nuestro entorno, todo lo que nos rodea, que incluye el ambiente, las
personas, nuestra alimentación y demás; a lo conductual, los patrones de conducta, los
hábitos, las costumbres que tenemos, nuestra forma de comunicarnos; a los estados
mentales que incluye orgullo, que incluye envidia y deseo; a el egocentrismo que es el
origen de todo conflicto, de toda reactividad; y finalmente a la idea de quiénes somos, a
la idea de la realidad que habitamos y la relación entre el sujeto y el objeto.

Por lo tanto, nuestra maduración avanza con más fuerza, rapidez y estabilidad si
complementamos el soltar los velos con la adopción de cualidades virtuosas. En cada
una de estas lecciones no solo vamos a identificar lo que es dañino, lo que es tóxico, lo
que es limitante en nuestro ser, en nuestra vida, sino también qué aspecto positivo
tenemos que incluir: nuestro entorno, nuestra conducta, nuestra forma de hablar,
nuestra forma de pensar, nuestra forma de sentir, nuestra forma de relacionarnos con los
demás, nuestra forma de percibir y nuestra forma de comprender, de cognizar.

Entonces, ahora comparto tu plan de trabajo para esta lección. Recomiendo a todos que
estéis participando en este curso hacer una meditación diaria. Muchos de vosotros ya
estáis practicando todos los días, mínimamente una hora; algunos tenéis media hora de
práctica; algunos hacéis una por la mañana y una por la tarde; pero si estás comenzando
con nosotros y no tienes una práctica meditativa, es muy importante desarrollarla por
los próximos dos meses. Te puedes unir a las prácticas, a las meditaciones guiadas que
damos todos los días, de lunes a viernes a las 19:30, hora europea. O si no, puedes
desarrollar tu propia meditación, mínimamente media hora, y si quieres iniciarte
siguiendo una meditación guiada, puedes inscribirte en el curso paralelo.

Este curso lo estoy dando aquí en YouTube, pero -simultáneamente- si quieres tener
acceso a más recursos, como el guión del curso, la transcripción, reflexiones y una
meditación guiada, te puedes inscribir al curso en: Paramita.org. Por favor no lo hagas
ahora, porque nuestra página no puede tolerar muchas visitas, se satura y se cae. Hazlo

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en quince o veinte minutos -después de acabar el video- y si no tienes acceso, ten
paciencia y regresa unos minutos más tarde.

Para esta primera lección tenemos una tarea de descubrimiento, tenemos primero que
identificar qué tenemos bloquéandonos, qué tenemos que soltar o purificar. Tenemos
siete lecciones, pero hoy, en esta primera, vamos a enfocarnos en nuestra autoestima, en
reconocer nuestro potencial. Entonces, identifica, empieza identificando el velo que más
te limita de los cinco que he mencionado: nuestra vida externa, nuestro entorno, las
personas que nos rodean, etc., principalmente nuestras acciones físicas, verbales
-también la mente- y luego nuestros estados mentales, nuestras actitudes, nuestras
emociones. No incluyas en esto el egocentrismo y el ego, es un poco sutil para este
primer análisis. Enfócate en estos primeros tres velos y trata de determinar cuál de ellos
es -hoy en día- el obstáculo principal que te está limitando. Y luego investiga la relación
entre este velo y otro velo, particularmente un paso interior, queriendo decir, por
ejemplo, de qué manera -si tu problema principal lo identificas como una amistad
negativa que te está llevando por mal camino; una especie de consumo que te está
causando dependencia y adicción; un lugar de trabajo tóxico y demás; una relación
tóxica; un ambiente tóxico; entonces identifica qué de tu parte- qué acción estás
haciendo tú para atraer esa situación, para atraer esa persona en tu vida. Y si tú crees
que el problema o bloqueo principal es una conducta, un mal hábito que tú tienes, o a lo
mejor que hablas muy duro, o hablas demasiado, o hablas de los demás, o mientes
demasiado, exageras demasiado, entonces identifica qué estado mental, qué emoción
está provocando esa comunicación tóxica, esa comunicación dañina o esa conducta, esas
acciones físicas dañinas.

Si descubres -esto es un paso un poco exigente- pero si descubres un estado interno, un

estado mental, un estado emocional que realmente es lo que te está bloqueando,
principalmente, entonces trata de analizar cuál es el origen de esa emoción. Hay varios
niveles de origen, el más cercano le llamamos el referente, o sea la memoria, la palabra,
el evento que dio origen a esa reacción emocional y lo mantiene activo, es el combustible
de esa emoción. Identifica cuál es el referente habitual que alimenta, que nutre ese
estado aflictivo, esa emoción tóxica. Luego, como en este primer paso de descubrimiento,
desarrolla una pregunta clara y concreta. Al comienzo de cada lección voy a responder a
las preguntas de la lección anterior. Vamos a invertir por lo menos media hora en

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responder a todas las preguntas que pueda. Normalmente entro en bastante detalle y me
da para tres o cuatro preguntas. Entonces, si a través de tu investigación, si llegas a una
contradicción, a un punto que no puedes definir con claridad, por favor trata de reducirlo
a su esencia. Trata de reducir esa pregunta a una oración que sea muy concreta, muy
específica, y después lo puedes poner en el comentario de este video. Aquí, el equipo de
Paramita va a elegir las mejores preguntas para la próxima semana.

Todas las preguntas son muy buenas y, si me conocéis, sabéis que a mí me encanta
responder las preguntas… En el futuro haremos sesiones solo de preguntas y
respuestas. Las preguntas son de lo más importante porque nos animan a indagar, a
escudriñar, a investigar. Tenemos que ser personas curiosas si queremos avanzar en el
camino espiritual. Aquí, “buena pregunta” quiere decir dos cosas: primero, que está
relacionada con esa lección y la segunda, que sea de beneficio amplio. Entonces el equipo
va a identificar las preguntas que ellos creen que pueden ser de más utilidad para los
demás.

Luego, pasamos a soltar las etiquetas, las valorizaciones impuestas desde fuera. En esta
parte de la tarea, de los deberes de esta semana, toma un tiempo para investigar las
identidades que has adoptado, que fueron impuestas desde fuera, por la sociedad, por
familia, por amigos, por condicionamiento, por películas o medios que consumes, y las
etiquetas asociadas con esa identidad -o sea cómo te encasillan- y el valor asociado a esa
etiqueta o categorización. Y después, suelta; suelta esas valorizaciones impuestas por la
sociedad. No es tan importante soltar la etiqueta, sino la valorización, el juicio, el valor
agregado que nosotros adoptamos sin darnos cuenta, por la imagen de nuestro cuerpo,
por el tipo de trabajo que desarrollamos, por la parte del país, por tu edad, por el corte
de tu pelo, por el color de tu pelo, por la cantidad de tu pelo, lo que sea que -de alguna
manera- te encasilla y has adoptado un valor agregado; reconoce que estás encasillado y
reconoce ese valor agregado que has voluntariamente adoptado, y libérate, suéltalo, es
algo meramente contextual, no es algo que debe tener un juicio que nos valora -mejor o
peor que otros-. Y luego también suelta las valorizaciones impuestas por personas
concretas en tu vida, esto afecta a muchas personas en su desarrollo, en su niñez, en su
adolescencia y también en su entorno; el grupo de semejantes tiene mucho poder en
impactar nuestra percepción de nosotros mismos. Antiguas generaciones extraían su
valor dependiendo de las clasificaciones culturales de sus antepasados, de sus familias,

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de sus superiores, pero hoy en día, el círculo de amistades que nos rodea es el que tiene
más peso en definir cómo nosotros nos definimos, nos identificamos, nos valoramos.

Y ahora, la tarea, el cuarto paso de esta tarea es desarrollar una autoestima sana. Y
empieza valorando tus cualidades internas, enfócate en lo positivo. Puedes, por
supuesto, desarrollar gratitud por todo lo que han contribuido tantas personas en tu
vida, desde padres, maestros han aportado tanto valor positivo. En este ejercicio es muy
importante que reconozcas tus cualidades; cada uno de nosotros tiene sus dones
internos, no me refiero a capacidades externas -lo bien que cantas, lo bien que bailas, lo
rápido que corres, lo bien que cocinas- sino cualidades internas, o hasta valorar las
cualidades de tu carácter, si tú eres una persona que cumple su palabra, valora eso; si tú
eres una persona fiel, valora eso; si tú eres una persona solidaria que está dispuesta a
ayudar, a ser un buen amigo, valora eso; si tú eres una persona que está genuinamente
en búsqueda del desarrollo espiritual, por muy torpe que seas, si estás genuinamente
abierto a la búsqueda, a descubrir, valora esa apertura de consciencia. Destaca en ti todas
esas cualidades internas y las cualidades de tu carácter, y luego, si puedes, da un paso
más: valora el potencial de la mente básica. Si logramos identificarnos con esa mente
básica o la habilidad de cambiar, la habilidad que tenemos todos de eliminar aspectos
dañinos, tóxicos de nuestro sistema, eliminar conductas dañinas, eliminar emociones,
eliminar ideas negativas; cada uno de nosotros tiene ese potencial, tiene esa capacidad
básica, es muy importante reconocerla y valorarla. Y luego, valora tu capacidad de
aprender, de adquirir nuevo conocimiento, adquirir nuevos hábitos, de poder crear
cambio en ti -si lo has aprovechado o no es otra cosa, si está optimizado o no es otra
cosa-, pero todos nosotros tenemos esa capacidad innata de crear cambio en nosotros.

El tercer punto: reconoce tu capacidad de contribuir a los demás. En gran o menor

medida podemos mejorar el mundo, aunque sea ayudando a un gatito que está enfermo,
acompañando a una persona que se encuentra sola, alegrando a un amigo que está triste,
escuchando a una persona que está pasando por un duelo; todos nosotros tenemos la
habilidad de contribuir, de mejorar el mundo. Y si logramos tocar esas cualidades básicas
e identificarnos con ellas, surge un valor muy poderoso, un valor que no se ve
amenazado por los altibajos de la vida, un valor que desarrolla -como dicen los maestros
tibetanos- estabilidad en ti. Y de todas las cosas, todas las condiciones, todos los
elementos en juego, el más importante, el que tiene más poder en determinar nuestro

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éxito en cualquier ámbito, -aquí nos enfocamos desarrollo personal y espiritual- es la
estabilidad, que quiere decir continuidad, que quiere decir autoestima; nuestra
autovalorización, una valoración favorable e independiente de lo que hagan los demás, lo
que digan los demás, de los altibajos de la vida, es la garantía de que vamos a progresar,
de que vamos a superar los retos, de que vamos a trascender los obstáculos. Es tan
importante purificar conscientemente la fuente pobre de nuestra autoestima y
conectarnos con una fuente de alimento que sea sana y profunda. Empezamos aquí,
porque esto es lo que tú necesitas. Si no tenemos este punto claro nada más va a servir,
podemos usar palabras muy sofisticadas, podemos hablar en tibetano, podemos hablar
en sánscrito, podemos hacer todo tipo de prácticas exóticas con energías, con mantras,
pero no vamos a salir adelante; lo único que vamos a producir es experiencias
alucinantes que nos dejan estancados, nos dejan con muchas anécdotas para compartir
con amigos en reuniones mientras estamos tomando vino y queso, pero nada que
realmente nos mueva verticalmente, nada que nos empodere a dar un salto evolutivo. Es
sumamente importante que estos próximos días enfrentes esta realidad, te mires al
espejo, seas completamente transparente contigo mismo y reconozcas quién eres, qué
vales, cuánto importas. Es muy importante. Si no te autovaloras, no reconoces la fuente
que te da da valor, que te da poder, vamos a estar a la merced del acontecer, vamos a ser
víctimas de las circunstancias, nuestro desarrollo y éxito dependerán de los caprichos de
los demás, y esa no es una fórmula para el éxito.

Cuando hablo con mis amigos espirituales les digo: aparte de todas las cualidades como
ser humilde, ser solidario, ser inteligente, hacer el esfuerzo y poner empeño, entusiasmo
y demás, dos cualidades que se destacan en las personas que dan un salto evolutivo, que
en una vida radicalmente transforman quiénes son para mejor, son como el
denominador de estos grandes practicantes: una es la habilidad de ser completamente
transparente consigo mismos y no creer sus propias mentiras -eso lo veremos en el
futuro si estáis interesados- y la segunda es la que acabo de mencionar: una autoestima
sana que está, por supuesto, relacionada con ser honesto, está relacionada con ser
humilde. Y aquí lo estamos atendiendo de una manera muy específica, el valor viene de
las capacidades que tú identificas y si esas capacidades son superficiales tu valorización
va a ser superficial e inestable; si esas capacidades son fundamentales y no tienen que
ver con lo que se desarrolla y elabora fuera, sino con el funcionamiento básico de quién
tú eres, ese valor va ser poder, va ser lo que realmente te empodera a investigar, a
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eliminar lo que no funciona, lo que te está limitando a introducir en tu vida todos los
aspectos favorables, hacer cambios positivos en tu entorno, en tu conducta, en tu forma
de expresarte, en tu actitud, en la forma de pensar, en la forma de atender, la forma de
empatizar, en la forma de cognizar; todo parte de esta autoestima.

Es muy importante que empecemos aquí, por supuesto que cuanto más sepas de lo que
es un ser a nivel metafísico, a nivel de la psicología budista, qué es esta mente primaria,
mejor; cuanto más experiencia meditativa tengas de tocar fondo y tener acceso a esa
mente primaria, mejor, pero con lo que ya tenemos -con nuestro nivel de conocimiento,
nuestro nivel de experiencia en el mundo- ya tenemos mucho con que trabajar estos
próximos días. Simplemente no le hemos dado la importancia que merece, es algo que
ocurre de forma independiente, no es algo consciente, ahora deberíamos, a propósito,
conscientemente, interesarnos en cómo nos valoramos y qué capacidades está
produciendo ese valor; eliminar todo lo que sea superfluo, todo lo que sea contextual e ir
a la profundidad de nuestro ser, identificarnos con habilidades básicas, sanas, genuinas,
constantes. De ahí surge un valor que nadie lo para, de ahí surge una un valor que nos
sostiene en el tiempo, nos sostiene cuando todo se derrumba, cuando todos van en
contra de nosotros; nos sostiene ante la incertidumbre, nos sostiene ante el miedo, nos
ayuda a penetrar la realidad, arriesgarnos a ir a donde antes no queríamos ni oler, es tan
importante. Si hacemos un estudio científico y tomamos por día a cien personas al azar o
mil personas o diez mil personas al azar y rellenamos uno de esos cuestionarios
extensivos que valoran la autoestima de cada participante, vamos a descubrir que de
todas los variables en juego, a largo plazo la qué más va a tener peso en determinar el
éxito del desarrollo espiritual de esos individuos va a ser la autoestima sana; si podemos
definir con claridad ese factor: la honestidad, el desprendimiento, la empatía, van a ser
los principales.

Estas próximas semanas vamos a caminar juntos mano a mano, lado a lado, dando estos
siete pasos importantes para descubrir en cada uno de estos ámbitos, qué nos está
estorbando, qué nos está bloqueando, incluso, algunas veces causando daño
activamente, y luego iniciar un proceso en el que, conscientemente, soltamos esa
relación tóxica, soltamos esa conducta dañina, soltamos esa emoción tóxica, soltamos el
miedo del egocentrismo, soltamos las identificaciones erróneas y, en su lugar,
implantamos virtud, implantamos mérito, implantamos sabiduría. Es un proceso muy

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poderoso que va directamente al grano, trabajando con la esencia de quiénes somos, el
único requisito para todo esto es la fortaleza que nos da la autoestima y en su mejor
versión se manifiesta como una especie de atrevimiento -estábamos hablando hoy al
mediodía con los amigos aquí en el centro-, de cara fuera, desde la perspectiva de otra
persona se manifiesta como una especie de atrevimiento, de indagar en algo que antes
ocultábamos, de abrirnos a memorias, experiencias y patrones de nosotros que antes
estábamos activamente enmascarando o justificando, y nos desarrolla una ambición
sana en la que no somos autocomplacientes, aceptando nuestros errores y exigirnos dar
un paso más, caminar hacia la iluminación. La pregunta que nos deberíamos hacer es:
¿cuando escuchamos la palabra iluminación, qué es lo primero que pasa por la mente?
Parece algo tan grandioso que es hasta un insulto asociarse con la iluminación. “¿Yo
desgraciado, pobre, yo pensar, considerar la iluminación como algo realista, como algo
posible?”… nos causa casi la sensación de ridículo, vemos como ridículo hasta
considerar que uno se pueda presentar como un candidato a buddha. Imagínate que hay
un puesto de trabajo, están pidiendo las condiciones y una de ellas es salvar a todos los
seres de todos los reinos, de todos los universos, de todos los tiempos. ¿Tú te presentas a
ese trabajo? ¿Crees que eres un candidato, que eres elegible, que es posible desarrollar
esa función, ese papel? ¿Iluminado yo, que algunas veces me despierto y me pongo dos
calcetines diferentes? ¿Yo, que me pongo trabas a mí mismo? ¿Yo, que estoy
continuamente engañándome?

Una señal de que estamos desarrollando una autovaloración sana y genuina que está
alimentada por las cualidades inherentes de la mente prístina, la habilidad de cambio, es
que crees que todo lo que hace otra persona lo puedes hacer tú. “Si Siddharta, el príncipe
Siddharta logró iluminarse, yo también soy humano, yo también ¡me apunto!, yo soy un
candidato para este puesto”. Pero vamos a notar que muchas veces nosotros mismos nos
excluimos: “yo no puedo, no sirvo, no soy capaz”.

Una manera de pensar en ello surge en el majayana con la idea del gotra. Gotra es una
palabra sánscrita y no tenemos una traducción óptima en castellano o inglés, como
karma. ¿Cómo traduces karma? Es algo que tiene tantas implicaciones. Gotra algunas
veces se traduce como “familia”, otras veces se traduce como “raza”, otras veces se
traduce como “gen espiritual”; uno de mis maestros, Khenpo Jorden, alguna vez la
traduce como “el ADN espiritual”.

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En las enseñanzas del majayana se habla del gotra majayana, quiere decir “la familia
majayana, el gen majayana”, y quiere decir: “quién tiene el gen para pertenecer a la
familia del Buddha, para crecer dentro de la familia del Buddha y llegar a madurar como
un Buddha”. Y, curiosamente, todos están habilitados, esa es la premisa de esta
enseñanza -como dije-, pero ese gen espiritual tiene dos estados: uno latente y otro
activo, pues en la mayoría de las personas ese gen está adormecido, está latente, no está
operativo, no ha despertado y en algunas personas el gen se activa, se despierta el ADN
espiritual. Esto es muy curioso, no pensaba hablar de esto pero como tengo unos
minutos -desarrollé los otros puntos tan rápido- invertiré unos minutos -si os parece- es
muy importante y creo que los va ayudar a desarrollar una autoestima espiritual de una
forma muy natural, por lo menos para mí ha sido de gran ayuda,

Estamos hablando en términos simples de lo que hoy en día se conoce como el despertar
de la conciencia -estoy diciendo lo mismo con palabras un poco más exóticas y usando
gotra, sánscrito- estamos hablando que hay un estado mental primario -en castellano
usamos consciencia para todo- que de repente despierta y tiene acceso a un desarrollo
que antes era inaccesible, hay una evolución que es, -por decirlo así- ambiental, y
después hay una etapa, un punto en donde el crecimiento, el desarrollo y la evolución
necesariamente tiene que ser consciente y voluntario. Entonces está evolución
ambiental llega a un punto de maduración en la que esa consciencia se expande, se
despierta, se torna fértil, ese ser ahora es un candidato para introducirse en la etapa de
desarrollo consciente, voluntariamente introducirse, activar este gen espiritual para
lograr perfeccionarlo, para lograr el estado de iluminación, de budeidad.

Hay cuatro señales que este gen ha despertado o que está en el proceso de despertar:
una inclinación natural hacia la virtud, una inclinación natural hacia la paciencia, una
inclinación natural hacia la compasión, una inclinación natural hacia la fe. Queriendo
decir que a través de cuatro avenidas un individuo puede activar su gen espiritual:
despertar consciencia, lo puede hacer a través de conocimiento, al punto que desarrolla
confianza en las leyes espirituales como la del karma, cuando hay una confianza natural,
no condicionada por la cultura y demás, sino que naturalmente se tiene confianza en el
karma, en que todas las acciones tienen repercusiones, esa es una señal; una señal y
curiosamente también es una causa del despertar. Otra señal es toda la gama del
altruismo, empezando con la empatía y con el amor, pero particularmente con la

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compasión. Cuando un individuo demuestra compasión, que es el interés en aliviar el
sufrimiento de otro de una forma espontánea e intuitiva, esa es una señal de que su gotra
está despertando, de que puede ser un candidato para iniciar el camino consciente. Otra
señal es cuando una persona aumenta su nivel de resiliencia, o sea que a través de su
madurez de espíritu, a través de una mayor comprensión, cada vez tolera más las
ineptitudes, las travesuras de los demás. Antes las veía como un ataque personal y se
sentía amenazada, produciéndole ira, ahora simplemente se da cuenta de que está
rodeada de inmaduros… ¿Es bueno decir inmaduros? ¿Es políticamente correcto?
¡Cavernícolas, no lo es! ¿verdad?

La cuarta señal es cuando un individuo tiene una tendencia natural hacia la virtud, lo que
equivale a decir que hablamos de una persona que es naturalmente ética, que carece de
la presión social por quedar mal o por pasar vergüenza, una persona que naturalmente
quiere ser sana y buena. Una persona servicial que quiere ayudar y colaborar con los
demás, una persona que es trabajadora. Eso es una señal del despertar de la consciencia.

Estos cuatro aspectos suelen surgir conjuntamente, pero en la mayoría de las personas
hay uno que se destaca, hay uno que se convierte en el catalizador. Es el que activa o
despierta la consciencia, activa el gotra. Por tanto, de esas personas con amplitud de
miras que han experimentado el despertar de la consciencia, individuos con el gotra
activado que son terreno fértil, que son candidatos a la Iluminación –y por candidatos
queremos decir que estas personas están aptas para transitar el sendero hacia la
Iluminación–, de todas esas personas que están aptas, que son terreno fértil, la gran
mayoría no dan el paso voluntario, consciente, para introducirse voluntariamente en un
proceso de transformación que permita eliminar y soltar lo que obstruye y adoptar las
cualidades necesarias. Y eso es lo que realmente duele… si le preguntas a un maestro
qué es lo que más duele. Por supuesto hay tanta injusticia innecesaria en el mundo que
se puede corregir, tanta escasez por egoísmo y tacañería, tanta violencia innecesaria,
tanto sufrimiento innecesario en el mundo que causa mucho dolor, mucho sufrimiento,
lo que a la vez es el producto natural de karma negativo, de acciones dañinas inspiradas
por aflicciones… de manera que, aunque se trate de sufrimiento genuino que debemos
trabajar para ayudar a reducir, tiene una explicación lógica, es producido por karma.

Por otra parte, hay un grupo de personas que están en esta fase del despertar de
consciencia, que son terreno fértil, lo que yo llamo “la primavera del ser”. Y no es una

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primavera eterna; de la misma manera que la consciencia se abre, también se cierra. La
primavera es un tiempo, una época, un ciclo de ese individuo en el cual una semilla
espiritual puede engendrar, puede germinar. En otros casos no, en otros casos el
individuo está en otro ciclo, en otra etapa evolutiva. Entonces la primavera del ser es un
momento precioso que muchas veces ha tomado milenios, vidas y vidas y vidas,
encarnaciones, y encarnaciones de lágrimas, sudor y sangre para llegar a una situación
donde todo se presta, en la que todas las condiciones, externas e internas, están reunidas
para crear este momento de fertilidad, de acceso al camino trascendental, al camino
no-dual, al camino de la Iluminación. Y lo doloroso es ver ese momento desperdiciado,
ver que muchos de esos terrenos fértiles, esas personas maravillosas están activamente
destruyendo su oportunidad, y otras pasivamente ignorando su oportunidad. Por tanto,
de los aptos, de los candidatos posibles, de las personas que pueden, hay pocos que
eligen, que aprovechan esa oportunidad de desarrollo espiritual en el Dharma, el camino
trascendental hacia la Iluminación.

¡Algunas veces es un pequeño detalle que arruina todo! Es decir, la persona tuvo un
primer encuentro con el Dharma en donde algo le cayó mal: o las jerarquías le cayeron
mal o la vestimenta o algún ritual no le cayó bien o fueron a un centro y una persona no
le trató bien o algo simplemente chocó, algo de su pasado se combinó con algo de su
presente y se creó una idea errónea. Por un detalle algunas veces la fiesta se acaba, y eso
crea mucho, mucho dolor, porque esa persona, en ese momento evolutivo, en poco
tiempo puede hacer el trabajo correspondiente a vidas y vidas y vidas y vidas, evitando
mucho dolor, mucha enfermedad, mucha guerra, mucho sufrimiento y avanzar de una
manera muy fácil, voluntariamente avanzar de una manera consciente, casi gratis,
adquiriendo cualidades gratuitamente, sin necesidad de golpes ni torturas, y adquirir
cualidades gratuitamente. Por ello es que duele ver esas oportunidades ser ignoradas,
descartadas, no utilizadas.

Cuando uno investiga y se pregunta por qué este terreno es tan lindo, tan preparado, tan
fértil, ¡aquí puede crecer un jardín bellísimo!, por qué es una jungla, por qué está lleno de
piedras, por qué es tan tóxico. Muchas veces -como les decía anteriormente- el factor que
lo explica es la baja autoestima. Porque la baja autoestima no solamente te inhabilita,
cuando tú te dices: “yo no puedo”, “yo no sirvo”, “no vale la pena ni intentarlo”, esos
comentarios limitantes y autodestructivos, sino que la baja autoestima también produce

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la búsqueda de valorización externa. Como tú no te valoras a ti mismo, buscas a alguien o
algo que te dé ese valor desde afuera, y entonces tratas de llamar la atención, tratas de
tener títulos -hay muchos de mis amigos espirituales buscando títulos, reconocimiento,
admiración-, algo muy dañino, de manera que se desarrolla orgullo y mucha ambición
material y eso es un imán para la aparición de obstáculos. Si quieres crearte
complicaciones en el camino espiritual, la mejor manera es el orgullo, la ambición es lo
que más aleja el resultado, el beneficio, el progreso en el camino espiritual. Entonces ese
autodesprecio desarrolla una incomodidad que las personas compensan desarrollando
orgullo y todo tipo de estrategias para conquistar valor a través de conquistar peldaños,
conquistar personas, conquistar admiración, reconocimiento y demás, eso crea tanto
conflicto personal, y también dentro de las sanghas, dentro de las comunidades
espirituales se desarrollan muchos proyectos huecos, personas que se anticipan y
quieren enseñar antes de tiempo, quieren hacer retiros antes de tiempo, quieren tener
logros antes de tiempo, hay una presión para ver resultados tangibles, para sentirse
valorado.

Entonces, es tan importante esa autoestima, no solo para darnos la fortaleza para
emprender el camino, sino también para prevenir todos los conflictos de la ambición,
del orgullo que surgen como métodos de compensación para llenar ese vacío interno. Es
muy importante tener una autoestima sana que se base en cualidades profundas, innatas
y no en superficiales. Por favor estos próximos días reflexiona sobre ello, trata
honestamente de hacerte las preguntas: ¿cómo te quieres?, ¿cómo te valoras? Ignora las
primeras tres respuestas, indaga más, trata de seguir más adentro y ver realmente a
nivel operativo -no conceptual, no ideal-, realmente, ¿cómo me quiero?, ¿cómo me
valoro? Y después trata de identificar cuáles son las fuentes que alimentan esa
valorización. ¿En qué se apoya?, ¿por qué crees lo que crees? y desmantela, destruye ese
castillo de arena y desarrolla un reconocimiento de tu potencial innato. A plena vista va a
ser menos palpable de lo que acostumbramos porque el ego quiere algo que morder,
quiere algo con textura, no le gusta el puré, le gusta algo que sea sólido para degustar,
algo tangible, y esto es sutil. Identificarse con el cambio es delicado y sutil, es algo que no
lo puedes concretar, no es un número, no lo puedes cuantificar, es algo empírico.
Entonces trata de desarrollar un aprecio más delicado, más útil a esta cualidad básica de
tu ser: yo soy humano y tengo estas características buenas, tengo estas cualidades
internas y de carácter positivas. Y, a un nivel más profundo, en esencia las cualidades
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básicas de mi mente no son diferentes de las de un bodhisattva, a las de un gran yogui,
incluso del Buddha. Tengo mente, tengo la habilidad de cambiar, de pensar, de soltar lo
negativo, adquirir lo positivo.

Entonces, cuando tú te identificas en ese nivel primario con esa energía, con esa
habilidad de cambio, ya nada te asusta y todo es posible, lo único que falta son
condiciones, muchas condiciones, el gobierno, leyes, tiempo, lluvia, muchas cosas que
arreglar, pero es un problema logístico. Tú ya no eres el problema, el problema tiene que
ver con metas, planes, implementación, y eso se puede lograr.

Muy bien, entonces con esto cerramos este primer encuentro, espero que no haya sido
muy pesado. No pensaba enfocarme en este tema pero es curioso, vi la necesidad in situ.
Ahora tenéis el plan de trabajo para las próximas semanas donde nos vamos a enfocar en
siete aspectos muy importantes del desarrollo personal, del desarrollo espiritual.

Bienvenidos a caminar juntos.

Ahora le pido al venerable Gyaltsen que nos ayude a despedirnos con una dedicación de
méritos.

ORACIÓN DE DEDICATORIA DE MÉRITOS

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