Viviendosin Intercesor
Viviendosin Intercesor
Viviendosin Intercesor
1
Contexto del capítulo 59 de Isaías
Las profecías del libro de Isaías son parte de la categoría que se conocen como
profecías clásicas, en donde las profecías se dan primeramente en un contexto
literal y local, y su cumplimento en condicional, pero que a su vez tienen una
doble aplicación espiritual y global escatológica.
Este pueblo tiene una tarea específica, y es reparar la brecha que el hombre de
pecado hizo a la ley de Dios (v. 12). No cabe duda que escatológicamente se
refiere a los adventistas del séptimo día, como literalmente a Israel.
2
“No hay quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en
vanidad, y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz iniquidad… No
conocieron camino de paz, ni hay justicia en sus caminos; sus veredas son
torcidas; cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz. Por esto se alejó de
nosotros la justicia, y no nos alcanzó la rectitud; esperamos luz, y he aquí
tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad… Y el derecho se retiró, y la
justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo
venir. Y la verdad fue detenida, y el que se apartó del mal fue puesto en prisión; y
lo vio Jehová, y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho” (Isa. 59:4, 8, 14-
15).
“El capítulo 61 de Isaías testifica que Cristo había de hacer la misma obra que
hacía. El capítulo 53 presenta su rechazamiento y sus sufrimientos en el mundo, y
el capítulo 59 describe el carácter de los sacerdotes y rabinos” (DTG 422.2).
3
“interpusiese”: Heb. paga’, hacer intercesión. Ver Gen. 23:8; Isa. 53:6, 12; (el
v. 6 se traduce como ‘cargó’, lo cual arroja luz en cuanto a la clase de
intercesión); Jer. 7:16; 27:18; 36:25.
Los sacerdotes del pueblo eran tan corruptos, que había fallado en interceder
por el pueblo como Aaron y Finees (Num. 16:48). Pero escatológicamente, el
mediador entre Dios y el hombre es Jesucristo:
“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo
hombre” (1 Tim. 2:5).
Isaías 59:16 apunta al tiempo cuando Jesús salga del santuario celestial y deje
de interceder por los pecados.
“Todos los casos habían sido fallados para vida o para muerte. Mientras Jesús
oficiaba en el santuario, había proseguido el juicio de los justos muertos y luego
el de los justos vivientes. Cristo, habiendo hecho expiación por su pueblo y
habiendo borrado sus pecados, había recibido su reino. Estaba completo el
número de los súbditos del reino, y consumado el matrimonio del Cordero. El reino
y el poderío fueron dados a Jesús y a los herederos de la salvación, y Jesús iba a
reinar como Rey de reyes y Señor de señores.
4
“Al salir Jesús del lugar santísimo, oí el tintineo de las campanillas de su túnica.
Una tenebrosa nube cubrió entonces a los habitantes de la tierra. Ya no había
mediador entre el hombre culpable y un Dios ofendido. Mientras Jesús estuvo
interpuesto entre Dios y el pecador, tuvo la gente un freno; pero cuando dejó de
estar entre el hombre y el Padre, desapareció el freno [se sueltan los vientos]
y Satanás tuvo completo dominio sobre los finalmente impenitentes. Era
imposible que fuesen derramadas las plagas mientras Jesús oficiase en el
santuario; pero al terminar su obra allí y cesar su intercesión, nada detiene ya la
ira de Dios que cae furiosamente sobre la desamparada cabeza del culpable
pecador que descuidó la salvación y aborreció las reprensiones. En aquel terrible
momento, después de cesar la mediación de Jesús, a los santos les toca vivir
sin intercesor en presencia del Dios santo. Había sido decidido todo caso y
numerada cada joya. Detúvose un momento Jesús en el departamento exterior
[el lugar santo] del santuario celestial, y los pecados confesados mientras él
estuvo en el lugar santísimo fueron asignados a Satanás, originador del pecado,
quien debía sufrir su castigo.
“Entonces vi que Jesús no saldría del lugar santísimo hasta que todo caso fuera
decidido para salvación o destrucción, y que la ira de Dios no vendría hasta que
Jesús haya terminado su obra en el lugar santísimo, despojado de su vestimenta
sacerdotal, y se vestido con ropas de venganza” (Ellen G. White, Christian
Experience and Teaching, p. 100).
5
El versículo 19 hace alusión a la liberación del pueblo de Dios bajo la sexta
plaga, el 20 a la segunda venida. La referencia a los que “se vuelven de la
iniquidad de Jacob” es una alusión a los 144.000, quienes pasarán por el tiempo
de angustia de Jacob.
La obra de intercesión
6
Viviendo sin intercesor
Vimos que, durante este tiempo, Dios no escuchará más las oraciones, ni
intercederá por el pecador. ¿Qué en cuanto a los justos?
Algunos piensan que los justos tendrán que vérselas por su cuenta durante el
tiempo de angustia. Como vimos, la intercesión ya habrá cesado en el santuario,
y Jesús habrá salido de allí. Los justos habrán sido salvados perpetuamente por
la intercesión de Jesús previo al tiempo de la gracia (Heb. 7:25). En este
sentido, ellos ya no necesitan un mediador por el pecado. Esto no significa que
durante este tiempo los justos vivirán sin la ayuda de Dios, y depender de su
propia fuerza y obras (Jn. 10:27, 28; 15:5).
Jacob no fue dejado solo cuando paso por su “tiempo de angustia” (Gen. 32:24-
30), así tampoco el pueblo de Dios será dejado solo. Miguel estará de parte de
Su pueblo (Dan. 12:1). Jesús cumplirá su promesa de estar con su pueblo hasta
el fin del mundo (Mat. 28:20). El Salmo 91 claramente muestra que durante el
tiempo de angustia, los santos tendrán la ayuda de los ángeles cuando las plagas
estén cayendo.
7
• Nota: Habrá dos lugares de escondite en el día de la ira de Jehová:
escondidos en Jehová o escondidos debajo de las rocas y las peñas (Apo.
6:16, 17). ¿Dónde estarás tú?
10. ¿Cuándo hay que buscar justicia y mansedumbre? Sof. 2:1, 2; Isa.55:6, 7
11. Contextualmente, ¿a quienes reunirá Jehová bajo Su protección en el día
de Su ira? Sof. 2:1 cf. 3:18, 20
8
rechazado su misericordia, despreciado su amor y pisoteado su ley; Los impíos
han dejado concluir su tiempo de gracia; el Espíritu de Dios, al que se opusieran
obstinadamente, acabó por apartarse de ellos. Desamparados ya de la gracia
divina, están a merced de Satanás, el cual sumirá entonces a los habitantes de la
tierra en una gran tribulación final. Como los ángeles de Dios dejen ya de contener
los vientos violentos de las pasiones humanas, todos los elementos de contención
se desencadenarán. El mundo entero será envuelto en una ruina más espantosa
que la que cayó antiguamente sobre Jerusalén. CS 600.1