Eras Geologicas
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UNIDADES GEOCRONOLOGICAS
Las unidades geocronológicas son divisiones de tiempo utilizadas en geología histórica para formar la escala
temporal geológica. Estas unidades tienen como unidad básica la edad y se agrupan, en orden creciente de
duración, en épocas, períodos, eras y eones.
1. PRINCIPIOS BÁSICOS
2. DIVISIONES
3. HISTORIA
4. CLASIFICACION
4.1. EON
4.2. ERA
4.3. PERIODO
4.4. EPOCA
4.5. EDAD
4.6. CRON
5. LINEA DE TIEMPO GEOLOGICA.
1. PRINCIPIOS BÁSICOS
Las unidades geocronológicas son unidades de un tiempo muy extenso, extenso hasta el punto de no haber
podido ser experimentado directamente no solo por ningún científico sino ni tan siquiera por ningún ser
humano. Al ser unidades de tiempo son intangibles, pero eso no impide que, por inferencia a partir de datos
tangibles, se pueda llegar no solo a la conclusión de su existencia sino también a la medición fiable del
tiempo que duraron. Los datos tangibles a partir de los cuales se infieren las unidades geocronológicas son,
esencialmente, los que se encuentran en las rocas sedimentarias de la corteza terrestre, acumuladas y
transformadas a lo largo del tiempo geológico. Las rocas, por una serie de principios y leyes, como por
ejemplo el principio de la superposición de estratos, han permitido a los geólogos el establecimiento de
las unidades cronoestratigráficas globales (pisos, series, sistemas, eratemas y eonotemas), y son la
justificación material (el registro geológico, tangible) del paso del tiempo, de los eventos paleobiológicos y
geológicos de la historia de la Tierra. Con estas unidades cronoestratigráficas, la geología divide la
totalidad de los cuerpos de roca de la Tierra, ordenados según su orden de formación, sin solapamientos ni
lagunas. Cada una de estas unidades cronoestratigráficas se corresponde una a una con las unidades
geocronológicas equivalentes, pues cada unidad geocronológica representa el tiempo en el que se formaron
las rocas pertenecientes a cada unidad cronoestratigráfica. Así, el tiempo de formación de un piso es una
edad, el de una serie es una época, el de un sistema es un período, el de un eratema es una era y el de un
eonotema es un eón.
Los límites de las unidades cronoestratigráficas (en los que se basan por convenio los de las unidades
geocronológicas) se establecen según características y eventos paleobiológicos y geológicos, como cambios
de los grupos de organismos predominantes, extinciones masivas, cambios climáticos y fases orogénicas,
entre otros. Pero conocer el orden de acumulación de los depósitos de las rocas, es decir los depósitos con
los que se nombran las unidades geocronológicas, no permite conocer ni la antigüedad de dichos depósitos
ni la antigüedad por tanto de las unidades geocronológicas establecidas. En la actualidad la geología
pretende datar, de manera fiable, la antigüedad y la duración de cada unidad, es decir, cuándo empieza,
cuándo termina, y qué duración y antigüedad tiene en el tiempo, todo ello expresado ya sea en miles, en
cientos de miles, en millones o incluso en miles de millones de años. Pero para ello fue necesario poner a
punto toda una serie de métodos de datación, implicando cada uno de ellos un mayor o menor grado de
complejidad. En la historia de las ciencias, los primeros métodos de datación en ser puestos a punto para
evaluar vastos períodos de tiempo geológico son hoy en día llamados «relativos» porque solo pueden
establecer relaciones de anterioridad o posterioridad de los sucesos o de las muestras analizados. Estas
relaciones de anterioridad o de posterioridad son llamadas, en latín, terminus ante quem y terminus post
quem.
Las técnicas de datación relativas no pueden, por tanto, determinar una edad absoluta, sino solo la edad
relativa, por ejemplo, que los fósiles de faunas y floras encontrados en los estratos pérmicos son anteriores
a los fósiles de faunas y floras encontrados en los triásicos. El cálculo de la antigüedad real de estratos,
rocas y fósiles, aunque siempre con un cierto margen de error admitido, no pudo ser posible hasta la puesta
a punto, a finales del siglo XIX, de las técnicas de datación «absolutas». Se las llama así porque utilizan un
referente absoluto cuyo comportamiento es constante en el tiempo desde el momento mismo en que se
formó la muestra de roca analizada. En general, el referente absoluto utilizado para la medición del lapso de
tiempo transcurrido es la constante de desintegración en el tiempo de algún isótopo radiactivo, dependiendo
de la composición de la roca analizada. Aunque existen métodos de datación absoluta no necesariamente
basados en la desintegración de radioisótopos (como la datación por termoluminiscencia), la llegada en el
siglo XIX (y posterior perfeccionamiento desde el siglo XX) de estos métodos ha podido precisar los
límites temporales de unidades geocronológicas en valores absolutos, es decir, valores de tiempo concretos
expresados en lapsos de tiempo que van desde hace unas pocas decenas de años hasta millones o incluso
miles de millones de años. Una unidad geocronológica se corresponde entonces, también por convenio, con
una unidad geocronométrica. La disciplina que estudia las unidades geocronológicas es la geocronología.
2. DIVISIONES
En orden decreciente de jerarquía las unidades son las siguientes:
Eón Eonotema
Era Eratema
Período Sistema
Época Serie
Edad Piso
Cron Cronozona
3. HISTORIA
La diferenciación entre unidades basadas en cuerpos de roca (cronoestratigráficas) y las referidas al tiempo
en que se formaron (geocronológicas) procede de 1880, por decisión del II Congreso Geológico Mundial,
con el fin de unificar y aclarar la dispersión de los términos y conceptos relativos a sucesiones de estratos y
las relativas al tiempo cronológico usados en diferentes países o escuelas.
Desde 1974 el establecimiento de las unidades geocronológicas y cronoestratigráficas globales se realiza
por la Comisión Internacional de Estratigrafía de la Unión Internacional de Ciencias Geológicas y los
cambios, tras algunos años de estudios y deliberaciones por subcomisiones específicas, han de ser
ratificados en congresos mundiales.
4. CLASIFICACION
Según la Geología se clasifican las siguientes unidades:
4.1. EÓN
Escala
geológica en eones: Hádico en rojo, Arcaico en rosa, Proterozoico en amarillo y Fanerozoico en los tres colores
restantes, datados según la Comisión Internacional de Estratigrafía.
En geología, un eón (en griego eternidad) se refiere a cada una de las divisiones mayores de tiempo de
la historia de la Tierra usadas en la escala temporal geológica. Este tipo de divisiones son unidades
geocronológicas, de tiempo, y su equivalente cronoestratigráfico (rocas formadas en ese mismo tiempo)
se denomina eonotema. La categoría de rango superior es el supereón y el rango inmediatamente
inferior son las eras. El límite tras un eón y el sucesivo debe ser un cambio fundamental en la historia de
los organismos vivos. El término proviene del griego antiguo Aιων (Aión), significando una eternidad,
una cantidad indefinida de tiempo.
A pesar de la propuesta hecha en 1957 en definir un eón como una unidad de tiempo igual a mil
millones de años, la idea no fue aceptada como una unidad de medida en sí y es raramente usada para
especificar un periodo exacto de tiempo, sino que se usa como una cantidad grande pero arbitraria de
tiempo.
Convenciones actuales
Eón Fanerozoico, que representa el tiempo durante el cual vivieron la mayoría de organismos
macroscópicos, algas, hongos, plantas y animales. Se propuso el principio del Fanerozoico (hace
543 millones de años) como una división de tiempo geológico, ya que se pensaba que coincidía con
el inicio de la vida. En realidad, este eón coincide con la aparición de animales que formaron
exoesqueletos, como las conchas, y los que algo más tarde formaron endoesqueletos, como los
elementos óseos de vertebrados.
Eón Proterozoico, que comprende desde hace 2500 hasta hace 543 millones de años.
Eón Arcaico, que comprende desde hace 3500 hasta hace 2500 millones de años.
Otras entidades reconocen un eón previo al arcaico, aunque no se tienen pruebas geológicas suficientes:
Eón Hadeico o Hádico que comprende desde la formación de la tierra hace 4570 millones de años
hasta hace 3800 millones de años.
Los eones Proterozoico, Arcaico y Hadeico están a su vez agrupados en un supereón
denominado Precámbrico.
Habría que diferenciar entre los términos eón (que se trata de una unidad geocronológica -mide
únicamente tiempo-) y eonotema (que es una unidad cronoestratigráfica -incluye unidades
estratigráficas, es decir, rocas-).
Se han establecido diez eras geológicas, agrupadas en tres eones y divididas en veintidós periodos (el eón
Hádico no está dividido en eras y las eras del eón Arcaico no están divididas en periodos):
de años
Cuaternario 2,588
Paleógeno 66,0
Cretácico ~145,0±0,8
Triásico 252,2±0,5
Fanerozoico
Pérmico 298,9±0,2
Carbonífero 358,9±0,4
Devónico 419,2±3,2
Paleozoico
Silúrico 443,4±1,5
Ordovícico 485,4±1,9
Cámbrico 538,8±0,2
Tónico 1000
Ectásico 1400
Calímico 1600
Estatérico 1800
Orosírico 2050
Paleoproterozoico
Riácico 2300
Sidérico 2500
Neoarcaico 2800
Mesoarcaico 3200
Arcaico
Paleoarcaico 3600
Eoarcaico 4000
Hádico ~4600
Historia
Las tres eras del Fanerozoico son las primeras grandes divisiones temporales de la historia de la
Tierra que los pioneros de la geología y la paleontología usaron para agrupar los diferentes «terrenos» o
«sistemas» que, basados en los registros fósil y estratigráfico, empezaban a identificar y correlacionar
entre regiones distantes. En su tratado Elementos de geología de 1833, Lyell ya divide los dieciocho
conjuntos de «estratos fosilíferos» que reconoce en tres secciones, a las que denomina grupos primario,
secundario y terciario.4 Pocos años después se propusieron los términos Paleozoico (Sedgwick,
1838), Mesozoico y Cenozoico (Phillips, 1841) nombres aún vigentes, y que se entendían como etapas
sucesivas reales de la historia de la vida («fauna antigua» o «Era de los invertebrados y peces», «fauna
intermedia» o «Era de los reptiles» y «fauna reciente» o «Era de los mamíferos» respectivamente).
En los inicios de la geología histórica, se usaron estos nombres (y los de sus subdivisiones), para
identificar tanto a los cuerpos de roca formados durante un tiempo determinado, y que eran reconocidos
por su contenido fósil y su posición estratigráfica (hoy se definen como unidades cronoestratigráficas),
como para identificar los propios intervalos de tiempo en que estas rocas se formaron (hoy unidades
geocronológicas), conceptos que variaban según diferentes escuelas y países. Con este estado de
confusión, en 1880 durante el II Congreso Geológico Mundial, se tomó la decisión de distinguir entre
ambos sistemas de referencia (rocas y tiempo), momento del que procede la diferenciación entre pisos y
edades, sistemas y períodos, eratemas y eras, etc.
cambios significativos en las biotas de cada periodo. Hay 38 épocas definidas para el eón
Fanerozoico que se dividen en 98 edades. La duración estimada de cada una de las diferentes épocas va
desde los 13 a los 35 millones de años.1 Para el Precámbrico no se han podido establecer divisiones en
épocas debido a lo escaso de su registro fósil.
Algunas épocas tienen un nombre derivado de una localidad o área
(como Lopingiense o Guadalupiense), otras de las características generales de la fauna que habitó
durante ese tiempo (como Paleoceno o Eoceno), sin embargo la mayoría de los nombres responde
simplemente a la posición relativa dentro de su periodo (como Jurásico temprano o Devónico medio).
Como ejemplo: la Era Cenozoica se divide en tres períodos: Paleógeno, Neógeno y Cuaternario. El
periodo Paleógeno se divide en tres épocas: Paleoceno, Eoceno y Oligoceno. La época Paleoceno se
divide en tres edades: Daniense, Selandiense y Thanetiense.
Definición y estandarización
Las edades se establecen automáticamente al definir formalmente los pisos a los que son equivalentes,
los cuales se definen principalmente por criterios bioestratigráficos. Para los pisos se fijan estratotipos
de límite inferior, que son secciones estratigráficas concretas que sirven de referencia para todo el
planeta. Se definen así únicamente los límites inferiores de cada piso y edad, pues la definición basada
en estratotipos completos para cada uno llevaba a solapamientos o hiatos con el piso y edad anterior o
posterior, habitualmente definido en otra sección alejada de la primera. Se eligen secciones de rocas
sedimentarias de origen marino, pues los fósiles de organismos marinos (por ejemplo foraminíferos o
ammonites) suelen tener una mayor dispersión geográfica y resolución bioestratigráfica que los
terrestres. La datación absoluta de este límite, cuando es posible, permite establecer el inicio de la edad
en millones de años.
Normalmete el criterio para ubicar el clavo dorado (término informal que señala el punto exacto del
límite inferior de un piso en una sección de referencia) suele ser la primera aparición de fósiles de
determinado taxón o conjunto de taxones o un cambio de polaridad magnética en el registro
paleomagnético de la sucesión estratigráfica, que asegura una simultaneidad global del límite así
definido.
Los límites y los nombres de pisos y edades se establecen desde 1974 por la Comisión Internacional de
Estratigrafía, estando ya todo el Fanerozoico dividido en edades, aunque algunos, en 2012, están aún
pendientes de nombrar y establecer los estratotipos de límite inferior definitivos.
Historia
Antes del establecimiento de las edades como divisiones temporales de la historia de la Tierra ya se
habían reconocido las tres divisiones principales del Fanerozoico, basadas en los registros fósil y
estratigráfico, para las que se propusieron los términos Paleozoico (Sedgwick,
1838), Mesozoico y Cenozoico (Phillips, 1841) aún vigentes, y que se entendían como etapas sucesivas
reales de la historia de la vida («fauna antigua» o «Era de los invertebrados y peces», «fauna
intermedia» o «Era de los reptiles» y «fauna reciente» o «Era de los mamíferos» respectivamente).
Los primeros pisos fueron establecidos por Alcide d'Orbigny entre 1849 y 1852, pero en su uso no
estaba claro, entre los científicos de la época, si se referían a los cuerpos estratificados de roca o al
tiempo en que éstas se formaron, conceptos que variaban según diferentes escuelas y países. Con este
estado de confusión, en 1880 durante el II Congreso Geológico Mundial, se tomó la decisión de
distinguir entre ambos sistemas de referencia (rocas y tiempo), momento del que procede la
diferenciación entre pisos y edades (unidades cronoestratigráficas y geocronológicas respectivamente).
Las siguientes líneas de tiempo muestran la escala del tiempo geológico: la 1.ª muestra el tiempo
completo desde la formación de la Tierra hasta el presente; la 2.ª muestra una vista ampliada del eón
más reciente; la 3.ª la era más reciente; la 4.ª el período más reciente; y la 5.ª la época más reciente.
Los colores son los estándares para representar las rocas según su edad de formación en los mapas
geológicos internacionales.
Como ejemplo: el eón Fanerozoico se divide en tres eras: Paleozoico, Mesozoico y Cenozoico. La era Cenozoica se divide en tres periodos: Paleógeno,
Neógeno y Cuaternario. El periodo Paleógeno se divide en tres épocas: Paleoceno, Eoceno y Oligoceno. La época Paleoceno se divide en tres edades:
Daniense, Selandiense y Thanetiense.