Vigilia Pascual
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LECTURAS DE HOY
Y dijo Dios: "Que exista una bóveda entre las aguas, que separe
aguas de aguas." E hizo Dios una bóveda y separó las aguas de debajo
de la bóveda de las aguas de encima de la bóveda. Y así fue. Y llamó
Dios a la bóveda "Cielo". Pasó una tarde, pasó una mañana: el día
segundo.
Y dijo Dios: "Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo
sitio, y que aparezcan los continentes." Y así fue. Y llamó Dios a los
continentes "Tierra", y a la masa de las aguas la llamó "Mar". Y vio
Dios que era bueno. Y dijo Dios: "Verdee la tierra hierba verde que
engendre semilla, y árboles frutales que den fruto según su especie y
que lleven semilla sobre la tierra." Y así fue. La tierra brotó hierba
verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban
fruto y llevaban semilla según su especie. Y vio Dios que era bueno.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero.
Se puso en marcha el ángel del Señor, que iba al frente del ejército
de Israel, y pasó a retaguardia. También la columna de nube de
delante se desplazó de allí y se colocó detrás, poniéndose entre el
campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. La nube
era tenebrosa, y transcurrió toda la noche sin que los ejércitos
pudieran trabar contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar, y el
Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del este, que
secó el mar, y se dividieron las aguas. Los israelitas entraron en
medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla
a derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución,
entrando tras ellos, en medio del mar, todos los caballos del Faraón y
los carros con sus guerreros.
Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a
los egipcios muertos, en la orilla del mar. Israel vio la mano grande
del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al Señor, y
creyó en el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los
israelitas entonaron este canto en honor del Señor:
Así dice el Señor: "Oíd, sedientos todos, acudid por agua, también los
que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y
leche de balde. ¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta, y el
salario en lo que no da hartura? Escuchadme atentos, y comeréis bien,
saborearéis platos sustanciosos. Inclinad el oído, venid a mí:
escuchadme, y viviréis. Sellaré con vosotros alianza perpetua, la
promesa que aseguré a David: a él lo hice mi testigo para los pueblos,
caudillo y soberano de naciones; Tú llamarás a un pueblo desconocido,
un pueblo que no te conocía correrá hacia ti; por el Señor, tu Dios,
por el Santo de Israel, que te honra.
Los esparcí entre las naciones, anduvieron dispersos por los países;
según su proceder, según sus acciones los sentencié. Cuando llegaron a
las naciones donde se fueron, profanaron mi santo nombre; decían de
ellos: "Éstos son el pueblo del Señor, de su tierra han salido." Sentí
lástima de mi santo nombre, profanado por la casa de Israel en las
naciones a las que se fue. Por eso, di a la casa de Israel: Esto dice el
Señor: "No lo hago por vosotros, casa de Israel, sino por mi santo
nombre, profanado por vosotros, en las naciones a las que habéis ido.
Mostraré la santidad de mi nombre grande, profanado entre los
gentiles, que vosotros habéis profanado en medio de ellos; y conocerán
los gentiles que yo soy el Señor -oráculo del Señor-, cuando les haga
ver mi santidad al castigaros. Os recogeré de entre las naciones, os
reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra tierra.