Resumen Del Libro Hermenéutica M. S. Terry Introducción
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TERRY
Introducción
La Hermenéutica es la ciencia de la interpretación. Generalmente se aplica, a la explicación
de documentos escritos, particularmente puede definirse como la ciencia de interpretación
del lenguaje de los autores. Esta ciencia da por sentado el hecho de que existen diversas
modalidades de pensamiento, así como ambigüedades de expresión; y tiene por oficio hacer
desaparecer las probables diferencias que puedan existir entre un escritor y sus lectores, de
modo que éstos puedan comprender con exactitud a aquél.
La Hermenéutica tiende a establecer los principios, métodos y reglas que son necesarios
para revelar el sentido de lo que está escrito. Su objeto es aclarar todo lo que haya de
oscuro o mal definido, de manera que, mediante un proceso inteligente, todo lector pueda
darse cuenta de la idea exacta del autor.
El intérprete de las Escrituras debe poseer un, a mente sana y bien equilibrada, la dificultad
de comprensión, el raciocinio defectuoso y la extravagancia de la imaginación, son cosas
que pervierten el raciocinio y conducen a ideas vanas. También debe tener rapidez de
percepción. Debe gozar del poder de asir el pensamiento de su autor y notar, de una mirada,
toda su fuerza y significado. A esa rapidez de percepción debe ir unida una amplitud de
vistas y claridad de entendimiento prontos a coger no sólo el intento de las palabras y frases
sino también el designio del argumento.
El intérprete debe ser capaz de percibir rápidamente lo que un pasaje no enseña, así como
de abarcar su verdadera tendencia.
Un intelecto vigoroso no estará falto de poder imaginativo. Abundan hermosos pasajes en
las Escrituras que no pueden ser debidamente apreciados por personas carentes de poder
imaginativo. El intérprete fiel frecuentemente debe transportarse al pasado y pintar para su
propia alma las escenas de los tiempos antiguos. Debe poseer una intuición de la naturaleza
y de la vida humana que le permita clocarse en lugar de los escritores bíblicos y ver y sentir
como ellos. Pero, a veces, ha acontecido que los hombres dotados de mucha imaginación
han sido expositores poco seguros.
El intérprete necesita un criterio sano y sobrio. Su mente debe tener la competencia
necesaria para analizar, examinar y comparar. No debe dejarse influir por significados
ocultos, por procesos espiritualizantes.
Los frutos de semejante discernimiento serán la corrección y la delicadeza, son necesarias
para descubrir múltiples bellezas. La honestidad y la sencillez de la gente del mundo
antiguo, hieren muchos tontos refinamientos de la gente moderna.
La biblia viene a nosotros en la forma del lenguaje humano, apela a nuestra razón y juicio;
invita a la investigación y condena una incredulidad ciega. Aun en aquellos pasajes de los
que puede decirse que se hallan fuera de los límites a que alcanza la razón, en el reino de la
revelación sobrenatural, compete al criterio racional el decir si realmente la revelación de
que se trata es sobrenatural. De esta manera la razón misma puede ser eficaz para obustecer
la fe en lo invisible y eterno.
Pero es conveniente que el expositor de la Palabra de Dios cuide de que todos sus
principios y sus procedimientos de raciocinio sean sanos y tengan consistencia propia. No
debe jamás dar por sentado lo que sea de carácter dudoso o esté en tela de juicio.
El empleo correcto de la razón en la exposición bíblica se hace visible en el proceder
cauteloso, en los principios sólidos adoptados, en la argumentación firme y concluyente, en
la sobriedad del ingenio desplegado y en la integridad honesta y llena de consistencia
propia mantenida en todas partes. El intérprete debiera ser "apto para enseñar" (2 Tim. 2:
24). No sólo debe ser capaz de entender las Escrituras sino también de exponer a otros, en
forma vívida y clara, lo que él entiende, debe cultivar un estilo claro y sencillo,
esforzándose en el estudio necesario para extraer la verdad y la fuerza de los oráculos
inspirados de manera que los demás los entiendan fácilmente.
Cualidades espirituales
El intérprete necesita disposición para buscar y conocer la verdad, debe tener un deseo
sincero de alcanzar el conocimiento de la verdad y aceptarla, (Prov.1:7).
Finalmente, el expositor de la Biblia necesita gozar de una comunión viva con el Espíritu
Santo y nunca debe dejar de orar (Efes. 1: 17-18
Capitulo II “MÉTODOS DE INTERPRETACIÓN”
A través de los siglos, el sentido común de los lectores ha aceptado el significado obvio de
las principales partes de la Biblia. como lo hace notar Stuart: "Desde el primer instante en
que un ser humano se dirigió a otro, mediante el uso del lenguaje, hasta la hora actual, las
leyes esenciales de la interpretación fueron, y han continuado siéndolo, un asunto práctico,
toda la raza humana es, y siempre ha sida, intérprete.
Los prejuicios y suposiciones hostiles a las Escrituras han engendrado métodos de
interpretación que pervierten, y a menudo contradicen-, las declaraciones más claras de las
Escrituras. Es fácil ver que métodos tan caprichosos necesariamente tenían que envolver la
exposición de las Escrituras en la mayor confusión.
El método alegórico de interpretación obtuvo prominencia, desde temprano, entre los
judíos de Alejandría. Generalmente se atribuye su origen a la mezcla de la filosofía griega
con las concepciones bíblicas acerca de Dios. El representante más distinguido de la
interpretación alegórica judía, fue Filón.
El método alegórico de interpretación se basa en una profunda reverencia por las Escrituras
y un deseo de exhibir sus múltiples profundidades de sabiduría. Pero se notará
inmediatamente que su costumbre es desatender el significado común de las palabras y dar
alas a toda clase de ideas fantásticas. Clemente de Alejandría sostenía que las leyes de
Moisés contienen un cuádruplo significado, el natural, el místico, el moral y el profético.
Orígenes sostenía que como la naturaleza humana consiste en cuerpo, alma y espíritu, así
también las Escrituras tienen un correspondiente triple sentido: el corporal o literal, el
psíquico o moral y el espíritu, al que él, más tarde distingue como alegórico, tropológico y
anagógico.
Método de exposición que debe su origen al famoso J. S. Semler, conocido también con el
nombre de Teoría del Acomodamiento.
Según ella, las enseñanzas bíblicas acerca de los milagros, el sacrificio vicario y expiatorio,
la resurrección, el juicio eterno y la existencia de ángeles y demonios, deben considerarse
como acomodamientos a las ideas supersticiosas, las preocupaciones y la ignorancia de la
época. De esta manera se hacía a un lado todo lo sobrenatural.
Por consiguiente, los diferentes libros que componen las Escrituras habían tenido por
objeto, únicamente, servir a una necesidad del momento y muchas de sus declaraciones
pueden, sin mayores trámites, hacerse a un lado como falsas.
La objeción fatal para este método de interpretación es que, necesariamente, impugnan la
veracidad y el honor de los escritores sagrados y aun el del mismo Hijo de Dios, pues los
representa a todos en connivencia para disimular tos errores y la ignorancia del pueblo y
para confirmarles a ellos y a todos los lectores de la Biblia en tales ignorancias y error.
Interpretación Moral, y que debe su origen al célebre filósofo Kant. La prominencia que da
a la razón pura y al idealismo mantenido en su sistema metafísico, conducen, naturalmente,
a la práctica de hacer inclinar las Escrituras a las exigencias preconcebidas de la razón
porque aunque toda la Escritura sea dada por inspiración de Dios, tiene por su valor y
propósito prácticos la mejora moral del hombre. Desconoce el sentido gramatical e
histórico de la Biblia.
El Método Naturalista de interpretación fue seguido por el Mítico. Su más distinguido
representante fue David Federico Strauss, cuya "Vida de Jesús", publicada primeramente en
1835, creó profunda sensación en el mundo cristiana. Era una aplicación lógica y
consistente que se hacía a la exposición bíblica dé la doctrina de Hegel (panteísta) de que la
idea de Dios y del absoluto no brota milagrosamente ni se revela en el individuo, sino que
se desarrolla en la conciencia de la humanidad. Según Strauss, la idea mesiánica se
desarrolló gradualmente en las expectativas y anhelos de la Nación Judía y en la época en
que Jesús apareció ella estaba alcanzando su completa madurez. El argumento de ellos era:
"Tales y tales cosas deben haber pertenecido a Cristo: Jesús era el Cristo; por consiguiente,
tales y tales cosas le acontecieron".
En fin, Cristo no instituyó la Iglesia Cristiana ni envió su Evangelio a los pueblos según lo
relata el N. Testamento; antes bien, el Cristo de los evangelios fue la creación mítica de la
Iglesia primitiva. Pero el análisis crítico debe determinar lo que es hecho y lo que es
ficción. A veces puede ser imposible trazar la línea divisoria. La interpretación mítica no ha
tenido aceptación entre los estudiantes cristianos y tiene muy pocos adeptos en la época
actual.
Los cuatro métodos de interpretación últimamente mencionados pueden, a una, ser
designados como racionalistas; pero bajo este nombre caben también otros que armonizan
con la teoría naturalista, la mítica, la moral y la acomodativa, en cuanto a negar el elemento
sobre natural de la Biblia..
El resultado lógico está mucho más allá de su exégesis, en las cuestiones fundamentales de
un Dios personal y de' una providencia predominante.
Una teoría crítica ha dado lugar a otra como en los ataques a la credulidad de los
evangelios; y los métodos empleados son especialmente de la naturaleza de un alegato
especial para mantener una teoría preconcebida.
Los ataques escépticos y los racionalistas contra las Escrituras han hecho surgir un método
de interpretación que podemos llamar apologético. Se propone defender, a toda costa, la
autenticidad, genuinidad y credibilidad del sagrado canon, y sus puntos de vista y métodos
son tan semejantes al de la Exposición Dogmática de la Biblia, que presentamos los dos
juntos. La fase más criticable de restos métodos es que ellos, de hecho, parten con el objeto
ostensible de sostener una hipótesis preconcebida. La hipótesis puede ser correcta, pero ese
procedimiento siempre está expuesto a conducirnos al error. constantemente de descubrir
deseados significados en las palabras y de desconocer el objeto y propósito general del
escritor En la exposición de la Biblia, la apología y el dogma tienen su puesto legítimo. La
correcta apología defiende los libros sagrados contra la crítica. El apologista correcto no
tratará de justificar las crueldades de las antiguas guerras ni sostendrá que Israel tenía
derechos legales sobre Canaán, ni juzgará necesario defender la práctica de la poligamia o
de la esclavitud por hombres eminentes del A. Testamento.
Es menester recordar que ninguna apología es sana ni ninguna doctrina segura, si descansan
sobre métodos faltos de crítica o si proceden de suposiciones dogmáticas.
Hengstenberg y Ewald representaron dos extremos opuestos de opinión: pero el
dogmatismo imperioso y ofensivo de sus escritos ha restado mucho al influjo de sus
contribuciones a la literatura bíblica, contribuciones de grandísimo valor, a no haber sido
por ese defecto.
El método Histórico-Gramático como el método que más se recomienda al criterio y a la
conciencia de los estudiantes cristianos. Su principio fundamental consiste en conseguir de
las Escrituras mismas el significado preciso que los escritores quisieron dar.
El exegeta histórico-gramático dotado de convenientes cualidades intelectuales,
educacionales y morales, aceptará las demandas de la Biblia sin prejuicios o prevenciones;
y sin ambición alguna de demostrarlas como verdaderas o falsas investigará el lenguaje y
tendencias de cada libro con toda independencia y sin temor de ninguna clase; se
posesionará del idioma del escritor, del dialecto especial que hablaba, así como de su estilo
y manera peculiar de expresión; averiguará las circunstancias en que escribió, las maneras y
costumbres de su época y el motivo u objeto que tuvo en vista al escribir.
Capitulo III “LA HERMENÉUTICA EN GENERAL”
Tarea
Resumen de la primera parte del Libro La Hermenéutica M. S, Terry