Neuroeducación
Neuroeducación
Neuroeducación
Se analiza el desarrollo del cerebro humano y su reacción a los estímulos, que posteriormente se
transforman en conocimientos.
Desde el punto de vista educativo: conocer el desarrollo del cerebro durante la etapa educativa es clave
para saber cómo generar un aprendizaje profundo, eficiente y significativo.
En los años 60, el científico Paul MacLean propuso una clasificación denominada cerebro triuno que
ayuda a entender mejor cómo funcionan las diferentes partes del cerebro.
NEOCÓRTEX, es la parte del cerebro encargada de las funciones cognitivas superiores y que estas se van
desarrollando desde el nacimiento hasta los 20 años de edad aproximadamente.
LIMBIC BRAIN, es la parte del cerebro involucrada en nuestras respuestas conductuales y emocionales,
especialmente cuando se trata de comportamientos que necesitamos para sobrevivir: alimentación,
reproducción y cuidado de nuestras crías, y respuestas de lucha o huida.
REPTILIAN BRAIN, el más antiguo de los tres, controla las funciones vitales del cuerpo, como el ritmo
cardíaco, la respiración, la temperatura corporal y el equilibrio. Nuestro cerebro reptiliano incluye las
estructuras principales que se encuentran en el cerebro de un reptil: el tronco encefálico y el cerebelo.
El doctor en Medicina y Neurociencia Francisco Mora se ha convertido en uno de los divulgadores más
importantes sobre las relaciones que establece el cerebro durante el aprendizaje. Él mantiene que no se
puede aprender sin que el tema a tratar sea emocionante. Así, afirma que “un profesor excelente es
capaz de convertir cualquier concepto, incluso de apariencia ‘sosa’, en algo siempre interesante”, es
decir, algo que motive y que genere una reacción en sus estudiantes.
la motivación y la emoción que se genera durante el proceso de juego, empleando herramientas como
Kahoot!, son fundamentales para crear un aprendizaje significativo en el alumnado. Además, comenta
que fomentar el trabajo cooperativo en contraposición al individualista o al competitivo incide de
manera positiva en el rendimiento académico.
Se propone que desde la infancia se creen emociones positivas alrededor del proceso de aprendizaje y
de la escuela, gracias a ello sus neuronas crearán una asosiación entre la educación y el placer y de esta
manera promover un aprendizaje más significativo y duradero.
TAMBIÉN es fundamental cambiar la percepción del error como algo negativo y convertirlo en una
oportunidad de aprendizaje. Con esta premisa, se puede trabajar el desarrollo de los pensamientos
causal, consecuencial, alternativo, de perspectiva y medio-fin.