Haz de Tus Dones

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¡HAZ DE TUS DONES, UN DON PARA LOS DEMÁS!

OBJETIVO
Hacer ver a los jóvenes y adolescentes que como personas, poseen una riqueza de cualidades y dones
que pueden desarrollar a favor de sí mismos y de los demás, para lograr formar una comunidad dinámica en
la que todos participen de manera activa.

INTRODUCCIÓN

Cuando nos ponemos a explorar nuestra vida, los momentos alegres y tristes, nos damos cuenta de
que, desgraciadamente, son más los momentos tristes que los alegres. La realidad es que el mismo hombre
se ha desprestigiado a sí mismo con sus actitudes y su forma de actuar. Ahora somos partícipes de una
cultura manchada de desaliento, insatisfacción, desánimo y falta de confianza en uno mismo. El ambiente
social nos enmarca en dos puntos base: produces, sirves para algo; no produces, eres un inútil. Sin embargo
hay quienes no se dejan vencer ante estas estructuras de pensamiento, y deciden luchar por conquistar sus
ideales. Queremos que tú seas uno de ellos y que no te dejes vencer por nada. Que si tropiezas, confiar en
que te puedes levantar con la seguridad de que triunfarás. Que si alguien te desanima, puedas vencer sus
argumentos con tu ejemplo y actitud.

El siguiente tema está enmarcado en dos planos base para poder ser triunfadores en nuestra sociedad,
como personas maduras, dignas de aprecio y de confianza. Primeramente partimos del don de la existencia,
con el fin de reconocer que somos obra del amor de Dios. En el segundo plano haremos énfasis en la riqueza
inmensurable que poseemos como personas. El fin, es reconocernos como personas con dones y talentos,
para que poniéndolos al servicio de los demás, nos convirtamos en personas ejemplares dignas de
reconocimiento ante los ojos de Dios.

VER

A) Dinámica
Dinámica: Cualidades del vecino.
Formación. En círculo.
Desarrollo: el dirigente comienza el juego diciendo: “Mi vecino es…” (Aquí dice una cualidad). Todos los
jugadores deben decir cualidades que comiencen con la misma letra que comienza la palabra dicha por el
dirigente. Por ejemplo, si el dirigente dice “Mi vecino es valiente”, todos los demás jugadores dirán palabras
con la letra V, añadiéndolas a la frase “Mi vecino es…”. No se puede repetir palabras. Terminada la primera
ronda, el dirigente escoge otra letra, y así continúa el juego.

B) LA FÁBULA DE LAS CUALIDADES

Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los
hombres.
Cuando EL ABURRIMIENTO había bostezado por tercera vez, LA LOCURA, como siempre tan loca, les
propuso: “Vamos a jugar a las escondidas”. LA INTRIGA levantó la ceja intrigada y LA CURIOSIDAD, sin
poder contenerse, pregunto: “¿a las escondidas? ¿Y cómo es eso?”
“Es un juego”, explicó LA LOCURA, “en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un
millón mientras ustedes se esconden, y cuando yo haya terminado de contar, al primero de ustedes que
encuentre ocupará mi lugar para continuar el juego”.
EL ENTUSIASMO bailó secundado por LA EUFORIA. LA ALEGRÍA dio tantos saltos que terminó por
convencer a LA DUDA, e inclusive a LA APATÍA, a la que nunca le interesaba nada.
Pero no todos quisieron participar. LA VERDAD prefirió no esconderse. Para que, así al final siempre la
hallarán, y LA SOBERBIA opinó que era un juego muy tonto (en el fondo lo que le molestaba era que la
idea no hubiese sido de ella). LA COBARDÍA prefirió no arriesgarse…”1, 2, 3….” comenzó a contar LA
LOCURA.
La primera en esconderse fue LA PEREZA, que como siempre se dejó caer tras la primera piedra del
camino. LA FE subió al cielo y LA ENVIDIA se escondió tras la sombra del TRIUNFO, que con su propio
esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol más alto.

LA GENEROSIDAD casi no alcanzaba a esconderse. Cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para
alguno de sus amigos: que si un lago cristalino, ideal para LA BELLEZA, que si la hendija de un árbol,
perfecto para LA TIMIDEZ, que si el vuelo de la mariposa, lo mejor para LA VOLUPTUOSIDAD, que si
una ráfaga de viento, para LA LIBERTAD. Finalmente terminó por ocultarse en un rayito de sol. EL
EGOISMO, en cambio, encontró un sitio muy bueno desde el principio, ventilado, cómodo…pero sólo para
él.

LA MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arco iris),
y LA PASIÓN y EL DESEO en el centro de los volcanes. EL OLVIDO…se me olvidó dónde se escondió…
pero eso no es lo importante.
Cuando LA LOCURA contaba 999.999, EL AMOR aún no había encontrado sitio para esconderse, pues
todo se encontraba ocupado…hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.
“Un millón”, contó LA LOCURA y comenzó a buscar.
La primera en aparecer fue LA PEREZA sólo a tres pasos de una piedra. Después escuchó A LA FE
discutiendo con Dios en el cielo sobre Zoología, y a LA PASIÓN y EL DESEO los sintió en el vibrar de los
volcanes. En un descuido encontró a LA ENVIDIA y, claro, pudo deducir dónde estaba EL TRIUNFO. EL
EGOISMO no tuvo ni que buscarlo, él solito salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido
de avispas.
De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a LA BELLEZA, y con LA DUDA resultó más
fácil todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca sin decidir de qué lado esconderse. Así fue
encontrando a todos, EL TALENTO entre la hierba fresca, a LA ANGUSTIA en una oscura cueva, a LA
MENTIRA detrás del arco iris (mentira, sí ella estaba en el fondo del océano) y hasta EL OLVIDO…que ya
se le había olvidado que estaba jugando a las escondidas. Pero sólo EL AMOR no aparecía por ningún sitio.
LA LOCURA buscó detrás de cada árbol, bajo cada riachuelo del planeta, en la cima de las montañas, y
cuando estaba por darse por vencida divisó un rosal y las rosas…
Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto se escuchó un doloroso grito. Las
espinas habían herido en los ojos AL AMOR.
LA LOCURA no sabía qué hacer para disculparse, lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta prometió ser su
lazarillo. Desde entonces, desde que por primera vez se jugó a las escondidas en la tierra…EL AMOR ES
CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA.

C) Preguntas para reflexionar


 ¿Cuál es tu mejor cualidad?
 ¿Qué capacidad tienes para ponerla al servicio de los demás?
 ¿Eres capaz de descubrir ese héroe que llevas dentro?
 ¿Cuáles son los factores que te impulsan a descubrirte como persona rica en cualidades?
 ¿Qué es lo que te hace dejar rezagadas tantas cualidades que Dios te ha dado?
PENSAR

PARTE I
EL DON DE TU EXISTENCIA NO SE AGOTA EN TI MISMO, PORQUE SE ORDENA A LOS
DEMÁS

Hecho de vida

Cuando alguien se reconcentra en sí mismo se dice que está “ensimismado”. ¿Alguna vez te has
encontrado así? La situación contraria se da cuando te abres a los demás. Recuerda brevemente un momento
en el que te has concentrado demasiado en ti mismo y otro momento en el que te hayas abierto a los demás.
¿Cómo te sentiste en estas dos experiencias? ¿Cuáles fueron tus actitudes?

Análisis

El sentido de tu vida te pone en relación inmediata con los demás. No fuimos creados para el
aislamiento, sino para la comunicación. Es más fácil hallar el sentido de tu vida cuando captas las
necesidades de los demás y te dejas afectar por ellas. Experiencias como el amor, la escucha, el servicio, la
acogida, tienen siempre como término a los demás. Y es precisamente en esas experiencias donde te
experimentas más pleno, identificado contigo mismo. El paso del aislamiento a la relación es necesario en el
proceso de maduración de las personas.

El ejemplo de Cristo

Jesús interpretó su vida y su misión en relación con los demás. Comprendió un destino que leía como
designio del Padre, pero al mismo tiempo se hallaba disponible ante las necesidades de los demás porque
comprendía que para esto había sido enviado (Lc 4, 43). Siempre llama la atención la delicadeza de Jesús
para con las otras personas. Percibe sus necesidades, experimenta la compasión, abraza sus sentimientos,
comprende los motivos de sus búsquedas y hasta sus pecados. Vive continuamente abierto a los demás, hasta
el extremo que a veces lo agobian (Mc 6, 31). Cuando Pedro quiere resumir la vida de Jesús en pocas
palabras, dice: él pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal (Hech 10, 38). Una vida con
sentido porque se abre a los demás.

La nueva vida

El modo de vida de los creyentes viene marcado por la sensibilidad comunitaria. Ya son personas que,
como Cristo, han dejado de dar la máxima importancia a la propia realización y han puesto en el centro de
sus intereses el bien común. San Pablo manifiesta el deseo de que entre los cristianos el amor crezca más y
más en sensibilidad para todo (Flp 1, 9); nos pide que hagamos del amor la norma de nuestra vida, a
imitación de Cristo, que nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros (Ef 5, 2). El sentido de tu vida es más
real, más auténtico, más eficaz cuando está relacionado con el todos los demás.

¿Qué tenemos que hacer?

Para crecer en la dimensión comunitaria entran en juego tres factores. Primeramente considerar el
modelo de personas que realmente se han entregado al servicio de los demás, y conocerlo en la práctica. Por
sucesivas aproximaciones, aprender a servir a los demás a través de pequeños compromisos. Por último,
considerar seriamente la posibilidad de entregar la vida para siempre en un camino de servicio comunitario.
PARTE 2

DESARROLLAR ESE DON ES TU TAREA

Hecho de vida

Los niños pequeños experimentan una alegría grande cuando perciben su propio crecimiento. Les gusta
comprobar que crecen en estatura y sobre todo que van desarrollando sus habilidades. Intenta recordar algún
momento de tu niñez en el cual experimentaste este gozo de crecer o de aprender o de desarrollar
habilidades. ¿Cómo te sentías? ¿Por qué era importante para ti?

Análisis

Si el propio crecimiento fue una fuente de gozo en el pasado, también lo puede ser en el presente.
Cuando ya eres más grande los retos de crecimiento dejan de situarse al nivel del yo físico para dar el primer
lugar la parte afectiva y racional de la personalidad. Seguramente que has experimentado el gozo de crecer
en tus convicciones, de conocer y expresar tus sentimientos, de llegar a ser más tú mismo porque tienes un
conjunto de valores en torno a los cuales vas mostrando cada vez una mayor solidez. Cuando los demás te
ven seguro con lo que ya vas consiguiendo, se alegran contigo, porque valoran tu desarrollo.

Sin embargo resulta por demás asombroso la plena conciencia que tenemos del valor de las cosas de un
auto, de una casa, de un abrigo, etcétera, pero resulta que no sabemos el valor del bien máximo, que es el
valor de uno mismo.

Desafortunadamente, siempre nos estamos recriminando nuestros defectos y deficiencias, y anhelamos


todas aquellas cualidades que no poseemos, lo cual se refleja en todos los campos de nuestra vida. Deseamos
la casa que no tenemos, el coche que no poseemos, el dinero que no tenemos, la mujer, el hijo, la familia,
etcétera, y debemos aprender a amar lo que poseemos.

Un hombre sin defectos sería un ángel y sin cualidades sería un monstruo; todos los seres humanos
somos una amalgama de fuerzas y debilidades, y normalmente toda potencialidad conlleva en sí misma una
debilidad: por ejemplo, la persona muy sensible tiene la potencialidad de percibir todo su entorno con mayor
facilidad que los demás, pero su intensa vivencia le puede hacer sufrir más intensamente.

El artista que disfruta llevando al lienzo lo que percibe en forma magistral, posiblemente su anhelo de
lograr la perfección o su máxima expresión artística lo encamina a una búsqueda permanente y sin tregua
toda una vida, desgastándola prematuramente; así pues, no se puede dividir al ser humano en un sistema tan
simplista de cualidades y defectos; debemos tener conciencia de las cualidades que poseemos. En la medida
en que estemos más conscientes de nuestro valor, iremos cobrando mayor auto-respeto para nosotros
mismos, y esto, en lugar de envanecernos, debe responsabilizamos para auto-exigirnos más.

Alguien escribió que para "poder amar a otros es necesario amarse a sí mismo, pues sólo se puede dar a
los demás lo que uno mismo tiene". El amarse a sí mismo no implica una realidad egocéntrica. Es un
genuino interés, calidez y respeto por uno mismo; es luchar por redescubrir y mantener la propia
singularidad; descubrir la verdadera maravilla de ti mismo, no únicamente del tú actual, sino de las muchas
posibilidades que posees.

El amarse a sí mismo implica apreciar el propio valor por encima de todas las cosas. El amarte a ti
mismo también implica el conocimiento de que sólo tú puedes ser tú. Si tratas de ser como alguien más
quizá te aproximes mucho, pero siempre serás una imitación sin mayor valor; ser uno mismo es lo más
sencillo, lo más práctico, lo más satisfactorio, así que tiene mucho sentido el hecho de que únicamente
puedas ser para otros lo que eres para ti mismo.

Si te conoces, acéptate y apréciate a ti mismo, así como tu singularidad; esto hará que otros también lo
hagan. Si valoras y aprecias el descubrimiento de ti mismo, alentarás a otros a que emprendan esta
importante búsqueda. Si reconoces tu necesidad de ser libre para saber quién eres, permitirás que otros
también tengan la libertad para hacerlo. Cuando te des cuenta que tú eres lo mejor de ti mismo, aceptarás el
hecho de que otros son lo mejor de ellos mismos, aún cuando se entiende que todo empieza contigo.

En la medida en que te conozcas a ti mismo (y todos somos más similares que diferentes), podrás
conocer a otros; cuando te ames a ti mismo, amarás a otros, y en la profundidad y medida en que puedas
amarte a ti mismo, precisamente en esa profundidad y medida podrás amar a otros. Todos debemos entender
que lo más importante es percibir nuestras propias potencialidades y destacarlas y no tratar de ser alguien
diferente; es considerable la inmensa cantidad de libros, seminarios, cursos sobre personas que han tenido
éxito, que por años han hablado sobre lo que tenemos que hacer para ser triunfadores. Sin embargo, casi
nadie se ha dedicado a inculcar que en el yo de cada quien está la potencialidad para lograr alcanzar
cualquier meta que nos propongamos; el sistema educativo tradicional se ha dedicado a vendernos virtudes
de otros, pero ha descuidado la riqueza que cada uno posee y que es necesario identificar y proyectar
potencializando sus cualidades.

Una adecuada evaluación no debe confundirse con una concepción de soberbia y superioridad de
nosotros mismos, sino todo lo contrario, nos debe dar mayor humildad y responsabilidad el obtener de cada
una de nuestras potencialidades una auto-expectativa tal que nos exija, todos los días actuar de acuerdo al
proyecto de Dios.

El ejemplo de Cristo

Jesús vivió lleno del Espíritu Santo; el amor del Padre era una experiencia extraordinaria en Él, al grado
de llamarle el Hijo predilecto (Mt 3, 17; 17, 5). Sin embargo hizo un verdadero y trabajoso camino, tal como
lo hacemos nosotros, para llegar a comprender su misión y realizarla. Esto supuso oración personal, una
actitud crítica consigo mismo, esfuerzo, la aceptación de una serie de modelos, acompañamiento… todo un
proceso educativo por parte de Dios. Su vocación se fue realizando conscientemente. Para ello tuvo que
poner en juego su libertad y su capacidad de decisión. Este juego de libertad y determinación lo vivió hasta
los últimos momentos. Es el modelo perfecto de responsabilidad en torno al don recibido.

La nueva vida

La vida de la fe supone un itinerario de crecimiento continuo. Ya no te propones sólo realizar tus


capacidades, sino reproducir el modelo de Cristo y ser como el Padre celestial, que hace salir el sol sobre
justos e injustos. Este anhelo de crecimiento es expresado por san Pablo elocuentemente: Capacita a los
creyentes para la tarea del ministerio y para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que lleguemos todos
a la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, hasta que logremos ser hombres perfectos,
hasta que consigamos la madurez conforme a la plenitud de Cristo (Ef 4, 12-13). Y en otro texto: hasta que
Cristo llegue a tomar forma definitiva en ustedes (Gal 4, 19). El desarrollo de tu vocación es la tarea más
apasionante que tienes entre manos.
Parte III
DEBEMOS CONVENCERNOS DE QUE SOMOS DONES QUE HAN DE ENTREGARSE, Y QUE LOS
DEMÁS TAMBIÉN LO SON

A veces no lo percibimos, pero todos somos un misterio único. La combinación de cualidades y


dones que cada uno es, constituye un conjunto que nunca antes se había reunido; es tan única como nuestras
huellas dactilares. Y sólo cada cual puede decidir compartir su misterio y su don con otro. El tesoro de
nuestra unicidad nos pertenece, y podemos decidir revelarlo u ocultarlo.

Si decidimos no revelar nuestro don, impediremos que los demás compartan el misterio y la
experiencia de únicos que somos. Pero si lo hacemos, podemos hacer realidad el enriquecernos para siempre
al abrirnos y compartir mutuamente nuestros pensamientos y sentimientos, porque la participación indirecta
en la existencia única de otra persona es siempre enriquecedora.

Sin embargo la mayoría de las personas, no coinciden con esta opinión. Unas se deslindan afirmando
lo siguiente. “Si me abro por completo a ti, tendré que cargar contigo”. Otros dicen: “La gente no quiere
saber nada acerca de mí. Bastante tienen con sus propios problemas”.

La autorrevelación en sí misma nunca es una carga. Es importante que nos demos cuenta de que en
nuestro interior hay un don y de que nosotros mismos somos dones. Si ofrecemos ese don como un acto de
amor a través de nuestra autorrevelación sincera, no constituirá un lastre, sino que será el don incondicional
de la comunicación. Al entregar nuestros dones, estamos verdaderamente entregándonos a nosotros mismos.

Es necesario por tanto, reconocer en cada persona, los dones que Dios ha querido darle. A
continuación se presenta un escrito titulado: “Las personas son dones”, que muestra una realidad en la que
estamos inmersos, sin darnos cuenta.

“Las personas son los dones que Dios me ofrece. Algunos vienen muy bien envueltos, otros de forma
menos atractiva; algunos han sido maltratados en el correo, otros llegan con sello de urgencia; el envoltorio
de algunos se ha deteriorado mucho, otros vienen cerrados a cal y canto… Pero es de suma importancia que
comprendamos que el envoltorio no es el regalo, porque es muy fácil equivocarse a este respecto y juzgar el
contenido sólo por lo exterior sin descubrir el contenido real.

A veces el regalo se desempaqueta con mucha facilidad; pero en ocasiones necesitamos ayuda para
abrirlo. Quizá sea porque tiene miedo, tal vez le hayan hecho daño y no quiera ser herido de nuevo; puede
que alguna vez se abriera y lo rechazaran y es posible que ahora se sienta más objeto que ser humano.

Nosotros somos personas y, como los demás seres humanos, también somos dones. Dios nos llenó de
una bondad que es sólo nuestra. Y, sin embargo, a veces nos da miedo mirar dentro de nuestra envoltura. Tal
vez temamos decepcionarnos, o puede que no confiemos en nuestro propio contenido, o es posible que
nunca hayamos aceptado realmente el don que somos…

En cada encuentro y cada vez que nos comunicamos con otras personas, hay un intercambio de
dones. Mi don soy yo; tu don eres tú. Todos somos regalos los unos para los otros”.

Sin duda todos podemos ser un puente para los demás. Las cualidades propias constituyen uno a uno,
los cimientos que pueden ayudar a la construcción de un camino por donde los demás pueden pasar y hacer
su propio destino. Por tanto es necesario reconocer la riqueza de los demás, ver que la persona por el solo
hecho de ser, ya posee dones. El verdadero valor de las personas se resume en su “Ser de persona”, el cual
debe darse a los demás para enriquecerse así mismo. Las personas son verdaderos dones, aprovechémoslos y
dejémonos aprovechar.
ACTUAR

A) ACTIVIDAD 1

¿Qué tenemos que hacer?

La propuesta concreta tiene dos partes. Primeramente, contemplar a Jesús en sus actitudes vocacionales,
él es modelo de responsabilidad en el desarrollo del don recibido de Dios. Por otro lado, comenzar a elaborar
el proyecto personal, a través del cual puedes ir determinando la persona que quieres llegar a ser. Se
proponen estos medios en las páginas 49-51.

B) ACTIVIDAD 2
Motivar a que los alumnos realicen un listado de todas sus cualidades que tienes, así como sus
aspiraciones al futuro. Posteriormente, que las comparta con un compañero.

C) ACTIVIDAD 3
Completar la tabla que a continuación aparece:

CUALIDAD MEDIOS PLAZO

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