Apellidos Vascos en Los Valles de Abancay y Pachachaca
Apellidos Vascos en Los Valles de Abancay y Pachachaca
Apellidos Vascos en Los Valles de Abancay y Pachachaca
¿Qué es la vascongada?
También conocida como País Vasco o Euskadi en euskera (la lengua vasca), es una
comunidad autónoma del norte de España que comprende las provincias de Álava, Guipúzcoa y
Vizcaya. Es una región con una cultura y lengua propia, y es conocida por su rica historia, su
gastronomía, sus paisajes y sus tradiciones culturales.
La Vascongada es también el hogar del pueblo vasco, un grupo étnico y lingüístico que
habita esa región desde tiempos prehistóricos. La lengua vasca es uno de los rasgos más
distintivos de su cultura y es considerada una de las lenguas más antiguas y misteriosas de
Europa.
La Vascongada ha tenido una larga y compleja historia, y ha sido escenario de conflictos
políticos y sociales. En la segunda mitad del siglo XX, el movimiento separatista vasco surgió
como una fuerza política importante en la región, luchando por la independencia de Euskadi del
resto de España. Aunque la situación política ha evolucionado y el conflicto ha disminuido en los
últimos años, sigue siendo un tema sensible y controversial. Puedes ver el resumen de su historia
en la siguiente dirección:
https://www.youtube.com/watch?v=uPomdKuZMjE&list=RDLVK9m79nGOoa4&index=2
Después de esta aclaración debo señalar que en su “Descripción de la tierra del
corregimiento de Abancay, de que es corregidor Niculoso de Fornee” de 1586, este funcionario
colonial daba cuenta que muchos años antes de esa fecha ya residían en los valles de Abancay y
Pachachaca varios españoles que junto a indígenas yanaconas cultivaron vides y cañaverales,
criando ganado vacuno y sembrando trigo, cebada y maíz. Probablemente estas mismas familias
españolas vivían en la Villa de los Reyes de Santiago de Abancay, fundada el 18 de enero de
1572 por el Licenciado en Derecho Nicolás Ruiz de Estrada, nacido en Lima y regidor vitalicio
de esa ciudad, nieto de Bartolomé Ruiz de Andrade, piloto experto de Cristóbal Colón y uno de
los trece de la Isla del Gallo.
Así como a la villa de Abancay, a pesar de las penurias y riesgos que significaba para
esos tiempos el viaje desde España al nuevo mundo, durante los siglos XVI, XVII y XVIII
llegaron a los cientos de hermosos y productivos valles interandinos apurimeños, como Cachora,
Curahuasi, Huanipaca, Huancarama, Chincheros, Paccaypata, etc., etc., miles de colonos
españoles venidos de los campos de la vascongada, Andalucía, Extremadura, Castilla, León,
Cataluña, Asturias, Galicia y otros, así como portugueses, genoveses, alemanes, griegos,
flamencos, judíos sefardís y otros tantos no declarados, trayendo consigo sus vacas, caballos,
burros, ovejas, cabras, chanchos, cepas de varias plantas (vides, higos, manzanos, peros, caña de
azúcar, etc.), semillas, abejas, herramientas, su lenguaje, su medicina, sus creencias, sus temores
y sus esperanzas. La mayor parte de estos recién llegados eran familiares de españoles ya
asentados en estas tierras y los demás vinieron animados por las buenas noticias que llevaron los
que regresaron a España.
La mayoría de estos españoles se asentaron en los pueblos fundados en tiempos de la
reducción de los indios ordenada en 1570 por el virrey Francisco de Toledo o, fundados bajo las
mismas ordenanzas por ellos mismos, y prosperaron gracias a contar con la mano de obra
gratuita de los indígenas sometidos a la evangelización, la doctrina, la encomienda y los
repartimientos y por haber hecho suyos los modos nativos de producción agraria y servirse del
trabajo comunal de reciprocidad familiar como el “ayni” y la “minka” que a lo largo de miles de
años habían conquistado para el hombre andino estos valles, punas y montañas, y gracias
también a tener siempre a su favor y para todos los fines el aparato de la administración colonial,
representada por el Corregidor de Indios que en buena cuenta era la autoridad municipal, judicial
y militar de esos pueblos.
En esta parte no debemos olvidar que a solo 60 años de la conquista española había
desaparecido el 80% de la población autóctona, principalmente por causa de las enfermedades
llegadas del viejo mundo.
A la usanza europea en cada pueblo no faltó el panadero, el herrero, el molinero, el
carpintero, el albañil, el arriero que también se encargaba del servicio postal, el sastre y las
costureras, el tendero, el preceptor, la iglesia y el cura; más tarde se sumaron las chicheras y en
los pueblos más importantes se construyeron el ayuntamiento, el mercado de abastos y las
posadas. Tampoco faltaron los médicos, las parteras y los curanderos que sumaron a su arte los
conocimientos de ambas culturas.
Con el correr de los años y a través de varias generaciones estos cristianos venidos de
España, con o sin matrimonio, se fueron más o menos mezclando con la población aborigen
hasta hacerse mestizos o como ahora decimos, cholos. Y así tuvieron que modificar su
alimentación con base en las carnes, tubérculos, granos, vegetales y frutas nativas y después sus
propias costumbres en función de los inmemoriales modos de explotación que exigían estas
tierras y del cuidado de sus crianzas sobre nuevas praderas. Más tarde acabaron asimilando el
quechua como idioma materno, la medicina tradicional andina, y no pocas veces el modo de
vestir de los naturales y hasta sus creencias en las deidades que representan la “Pachamama” los
“Apus” y los “Huamanis” y las otras fuerzas telúricas, sin dejar de ser bautizados y desposados
por la iglesia cristiana.
Y por eso el educador, crítico literario, novelista, líder político, parlamentario y periodista
Luis Alberto Sánchez, en su libro “Perú retrato de un país adolescente” (1957) afirmó: “[…] “yo
no creo que haya en el Perú posibilidad de indigenismo ni españolismo, sino que somos
mestizos”. Llenando un cuestionario en 1931, ante la pregunta por su raza, Sánchez consignó la
palabra "mestizo" y así lo rememora en la revista Caretas del 21 de agosto de 1989: "Creíamos
entonces. muchos de la nueva generación que el mestizaje, el cholismo, es la verdadera
definición del Perú. Por eso clamábamos por ser cholos, dejando atrás la nomenclatura de
blancos e indios, y de costeños y serranos". Y termina su artículo diciendo: "Me siento cholo
como en 1928, es decir, mestizo, única forma de ser un peruano de veras. De ahí mi oposición al
falso indigenismo y al retrógrado blanquismo. Debemos dejar el maniqueísmo social y político
que sólo conduce a la separación y a menudo a la violencia".
Y así, poco a poco estas familias fueron amoldando la rusticidad que trajeron de Europa a
las nuevas exigencias de estas altas montañas y valles profundos, y aunque no se haya alterado
en demasía el color de su piel y su fisonomía, por eso mismo, desde entonces y hasta ahora, no
falta ni faltará en Abancay y Apurímac quiénes reclamarán para sí su heredad española, que para
el tema que nos ocupa, aun cuando muchos lo ignoren, tienen impresas sus raíces vascas en sus
propios apellidos paternos o maternos, tales como: Arana, Arteaga, Ascue, Azcurra, Bedia,
Bedoya, Beingolea, Bermejo, Bernaola, Berrío, Berrios, Avalos, Avellaneda, Avendaño, Ayala,
Aybar, Ayerbe, Bárraga, Bolívar, Boluarte, Borda, Bueno, Bustinza, Carranza, Carrera, Carrión,
Castañeda, Chocano, Córdoba, Crespo, Dávalos, Daza, Dorregaray, Echegaray, Eguzquiza,
Enríquez, Erazo, Escudero, Estrada, Fano, Galindo, Gamarra, Gamboa, Garay, Garro, Gavancho,
Goicochea, Ibáñez, Iparraguirre, Jaúregui, Ladrón de Guevara, Laiseca, Leguía, Letona,
Lizarazo, Llosa, Loayza, Loyola, Mariaca, Mariscal, Marquina, Marroquín, Maruri, Mendívil,
Mendoza, Monzón, Mujica, Murillo, Nalvarte, Narváez, Navarro, Necochea, Nolasco, Ochoa,
Oliveros, Ormachea, Orozco, Oyanguren, Oyola, Palacio, Peña, Pinedo, Pregúntegui, Quintana,
Recharte, Reynaga, Salazar, Salcedo, Saldívar, Salinas, Ugarte, Urdanegui, Ureta, Uribe,
Urteaga, Urtecho, Velarde, Velasco, Vergara, Villanueva, Villar, Virto, Vivanco, Vizcarra, Yábar,
Zabala, Zabaleta, Zaballa, Zamalloa, Zambrano, Zamora, Zamudio, Zaravia, Zavala, Zegarra,
Zuluaga, Zúñiga, Zuzunaga, entre otros muchos que no recuerdo o nunca llegué a conocer. Pero
eso sí, todos lo dicen fuerte y claro, pues con ellos se identifican solemnemente, puesto que el
apellido es una de las señas de identidad más grande que tenemos los seres humanos.
Quiero aclarar que estos apellidos no solo están en Abancay, sino en todas partes del
territorio apurimeño, pues conozco muchos de estos pueblos olvidados desde los tiempos de la
colonia, donde la gente todavía es blanca, fornida, de buena estatura, de pelo claro y ojos azules,
verdes y grises. Formidables quechua hablantes, pero sin dejar de hablar el castellano que fue el
idioma en que los alfabetizaron. Fieles creyentes del Dios Uno y Trino. Como buenos cholos
muy amantes de los huaynos que expresan toda su alegría y sus tristezas, sin por supuesto faltar
las corridas de toros, las peleas de gallos y sus carnavales. Conozco sus bellas mujeres y sus
hermosos vástagos.
Juan Sebastián Elcano (Guetaria, 14861- Océano Pacífico, 4 de agosto de 1526) fue un marino
español de origen vasco que completó la primera circunnavegación ininterrumpida del mundo, la
expedición de Magallanes-Elcano, al quedar al frente de la expedición tras la muerte de
Fernando de Magallanes.
Miguel de Unamuno y Jugo (Bilbao, 29 de septiembre de 1864-Salamanca, 31 de diciembre de
1936) fue un escritor y filósofo español perteneciente a la generación del 98. En su obra cultivó
gran variedad de géneros literarios como novela, ensayo, teatro y poesía. Rector de la
Universidad de Salamanca a lo largo de tres periodos, también fue diputado de las Cortes
constituyentes de la Segunda República.
Pío Baroja y Nessi (San Sebastián, 28 de diciembre de 1872–Madrid, 30 de octubre de 1956)
fue un escritor español de la generación del 98. Baroja, que se doctoró en medicina, terminó
abandonando dicha profesión en favor de la literatura, actividad en la que cultivó la novela y, en
mucha menor medida, el teatro.
Ignacio de Loyola (Loyola, c. 23 de octubre de 1491-Roma, 31 de julio de 1556) fue un militar
y religioso español, surgido como líder religioso durante la Contrarreforma. Su devoción a la
Iglesia católica se caracterizó por la obediencia absoluta al papa. Fundador de la Compañía de
Jesús, de la que fue el primer general, la misma prosperó al punto que contaba con más de mil
miembros en más de cien casas -en su mayoría colegios y casas de formación- repartidas en doce
provincias al momento de su muerte.
Fernando Fernández-Savater Martín (San Sebastián, 21 de junio de 1947) es un filósofo,
profesor de Filosofía y escritor español. Destaca en el campo del ensayo y el artículo
periodístico, y ha cultivado también la novela y el género dramático.
Karlos Arguiñano Urkiola (Beasáin, 6 de septiembre de 1948) es un cocinero, presentador de
televisión, escritor, empresario y actor ocasional.
Luis Alberto Félix Sánchez Sánchez (Lima, 12 de octubre de 1900-Ib., 6 de febrero de 1994).