6 Errores Que Destruyen Las Relaciones Familiares

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6 errores que destruyen las relaciones familiares

No podemos olvidar que nuestros padres y hermanos son los únicos que van a estar
ahí siempre, pase lo que pase. Por ello resulta tan importante fortalecer las relaciones
familiares.
Una de las cosas más importantes en la vida del ser humano es la de cuidar de las
relaciones familiares, ya que el núcleo familiar suele ser la primera fuente de amor,
comprensión, aceptación y apoyo.
Por desgracia, existen muchas familias cuya relación falla de manera desastrosa. Esto
puede hacer que la unión familiar se disipe y que nadie se sienta cómodo.  Para saber
cuál es el motivo, lo primero que te recomendamos es tratar de comprender la raíz
del problema. Después podrás buscar las soluciones posibles.
A continuación encontraras 6 cosas que pueden destruir las relaciones familiares  sin
que te des cuenta.

Los insultos y las críticas en las relaciones familiares


Las palabras tienen peso y, aunque parezca que no, pueden hacer mucho daño y
marcar a las personas de por vida. Se trata de que tu familia sea tu fuente de aliento y
apoyo, pero las palabras negativas dañan el núcleo de las relaciones familiares.
Existen ocasiones en las que, por una discusión acalorada, dices cosas de manera
casual, que los demás pueden pasar por alto, dado que se trata de algo
momentáneo. El problema es que esto puede ocasionar que se abran brechas en las
relaciones familiares.
Es importante evitar estas situaciones porque necesitan de mucho tiempo para
repararse. Es mejor que te apegues el dicho: “si no tienes nada bueno que decir, no
digas nada”.
Si existe algo que tengas que decir, es mejor que lo  hables de manera serena y con el
fin de ser constructivo y no agrediendo a los demás.

El chisme
En cualquier caso, el chisme puede ser muy perjudicial. Generalmente, los chismes se
dan cuando estás molesto por algo que tiene que ver con la persona acerca de la que
se está hablando. Esto puede hacer que te sientas mejor temporalmente, pero no
resuelve el problema. Por el contrario, hace que la persona sobre la que inventas
cosas comience a desconfiar de ti.
Puede que, al darse chismes, los demás miembros de la familia tomen partido del
problema y escojan un lado al cual apoyar. Esto solo genera más división en las
relaciones familiares. Lo más recomendable es que hables en privado con quien
tengas alguna diferencia de pareceres.
La falta de inclusión
La inclusión de los miembros es esencial para la unidad familiar en sí.  E s importante
que incluyas a cada familiar en las decisiones, aún sabiendo que podrían negarse,
puesto que de esta forma haces que se sientan parte importante de la misma.
Cuando aíslas a un miembro de la familia, este puede comenzar
a albergar sentimientos de inferioridad y resentimiento en su corazón.  Por ejemplo,
si organizas un viaje, salida o actividad, fuera la que fuera, e invitas a todos los
miembros de tu familia, ya es decisión de ellos participar o no.
Lo importante en las relaciones familiares es ayudar a que todos se sientan
importantes. Después de todo, una familia sin sus miembros no es una familia.

El engaño y las mentiras destruyen las relaciones familiares


El engaño en cualquier relación es destructivo. A veces pueden pasar años, e incluso
generaciones, para que una mentira se termine desvelando. Ten presente que la
verdad siempre prevalece y sale a la luz.
Si no puedes ser honesto con tu familia, ¿entonces con quién? Mentir a la familia o
incluso esconder cosas pequeñas puede llevar a la ruptura de las relaciones
familiares. Esto se debe a que se traiciona la confianza.
Mientras más grande sea la mentira, mayor puede ser el daño. Recuerda que tus
acciones tienen consecuencias, tanto para ti como para los que te rodean. 
Por eso, es mejor que reconozcas tus errores y trabajes en conjunto con tu familia
para repararlos. Ser honesto con tu familia demuestra que sientes respeto hacia ellos.

La falta de aceptación de diferencias


Mientras creces, es común que vivas bajo las normas de tus padres. Tanto tus
hermanos como tú recibís la misma disciplina y orientación. Esto no significa que seáis
copias exactas unos de los otros.

El hecho de vivir bajo el mismo techo no significa que tengáis que compartir los
mismos puntos de vista. Como los aspectos políticos o incluso religiosos, por ejemplo.
Es importante tener la capacidad de aceptar las opiniones, gustos y preferencias de
los demás miembros de la familia.
Si decides constantemente tener confrontaciones o conflictos porque existen
diferencias, entonces puedes dañar tus relaciones familiares. Aceptar a las personas
tal y como son es una de las muchas formas de amor que existen.

No perdonar o pedir perdón


Las disculpas sinceras son el pegamento más fuerte de las relaciones familiares.
Nadie es perfecto y es normal que hasta en las mejores familias hayan discusiones.
Palabras tan sencilla como “lo siento mucho por…” pueden crear vínculos familiares
fuertes.
El mensaje que envías cuando te disculpas es que esta persona te importa y que no
deseas que existan malos sentimientos entre los dos.
Es importante que recuerdes que en la familia os necesitáis unos a otros.  Además,
guardar rencor no hace más que daño. Por esto es importante aprender a perdonar y
pedir perdón para fortalecer las relaciones familiares.

La palabra de Dios te muestra muchas actitudes como el perdón, la comprensión, el


amor y el sacrificio, que se pueden aplicar a la vida familiar.  Lee los siguientes textos e
identifica cuáles de estas actitudes están presentes en cada uno.  Luego, reflexiona
sobre las actitudes que debes asumir para mejorar la vida en familia.  Para ello, elabora
un cuadro como el siguiente:

Mt. 7, 1-6: No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. 2 porque tal como
juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes.  3
¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la
viga que está en el tuyo? 4 ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la
astilla del ojo”, cuando ahí tienes una viga en el tuyo? 5 ¡Hipócrita!, saca primero la viga
de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu
hermano.  6 No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los
despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.
Mt 18, 15-22 15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y
él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.  16 Mas si no te oyere, toma aún contigo
a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.  17 Si no los
oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.   18
De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que
desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.  19 Otra vez os digo, que si dos de
vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les
será hecho por mi Padre que está en los cielos.  20 Porque donde están dos o tres
congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.  21 Entonces se le acercó
Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí?
¿Hasta siete?  22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces
siete.
Lc 13, 22-30Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos mientras se dirigía a
Jerusalén.  Alguien le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvarán?"
Jesús respondió: "Esfuércense por entrar por la puerta angosta, porque yo les digo que
muchos tratarán de entrar y no lo lograrán. Si a ustedes les ha tocado estar fuera
cuando el dueño de casa se levante y cierre la puerta, entonces se pondrán a golpearla
y a gritar: ¡Señor, ábrenos! Pero les contestará: "No sé de dónde son ustedes." Entonces
comenzarán a decir: "Nosotros hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en
nuestras plazas." Pero él les dirá de nuevo: "No sé de dónde son ustedes. ¡Aléjense de
mí todos los malhechores! Habrá llanto y rechinar de dientes cuando vean a Abraham, a
Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes, en cambio, sean
echados fuera. Gente del oriente y del poniente, del norte y del sur, vendrán a sentarse
a la mesa en el Reino de Dios. ¡Qué sorpresa! Unos que estaban entre los últimos son
ahora primeros, mientras que los primeros han pasado a ser últimos".
Rom 8, 12-15 12 Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es la de vivir
conforme a la naturaleza pecaminosa. 13 porque, si ustedes viven conforme a ella,
morirán; pero, si por medio del Espíritu dan muerte a los malos hábitos del cuerpo,
vivirán. 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.
15 Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el
Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!»

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