Como Escribir Una Novela
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05/08/2020
escribir
Toda novela tiene una estructura. Definir previamente la estructura que quieres para tu
novela te puede ayudar a organizar toda la información y a lograr contar la historia que
quieres.
Planificar una estructura te servirá para vigilar que no haya agujeros en la trama,
mantener siempre una sensación de progresión y a evitar escenas en las que «no pasa
nada». Si además tu novela se compone de varias tramas, la planificación de la
estructura se vuelve algo casi obligatorio para evitarnos demasiada reescritura en los
siguientes borradores de la novela.
Fácil, ¿verdad?
Y podríamos seguir así durante un buen rato, pero pillamos la idea, ¿no?
El caso es que, desde los tiempos de Aristóteles, parece que no hemos dado con
ninguna otra estructura original que nos resulte mejor. Esta estructura es la que
modernamente se ha ido desarrollando y perfeccionando, tanto en el mundo del cine
como en el literario, dando lugar a diversas estructuras narrativas como la del viaje del
héroe, de Joseph Campbell, que es otro de los formatos clásicos que se han aplicado en
el storytelling.
Lo primero que debes tener claro es que la estructura que elijas no debería sentirse
como un corsé tan apretado que estrangule los componentes de la trama y que impida
que fluyan de forma natural. La estructura no es una cárcel para la creatividad, sino
una herramienta para potenciarla. La estructura debería ser lo suficientemente flexible
para adaptarse a nuestra idea, pero también lo suficientemente firme para obligarnos a
reflexionar de forma activa sobre la composición de nuestra trama y ayudarnos a
encontrar soluciones a cada bloqueo que surja en nuestro proceso de escritura.
Tras este pequeño disclaimer, vamos a ver un poco más de cerca los puntos narrativos
que componen cada acto.
Hay una serie de puntos (plot points) o elementos de la trama que suelen ir ligados a
este primer acto y que vamos a ver a continuación.
El gancho
En esta primera parte haremos una serie de promesas al lector que nos aseguraremos
de cumplir al final si queremos que la lectura sea satisfactoria. Con frecuencia, esas
«promesas» se concentran ya en las primeras escenas de la novela, lo que constituye
«el gancho» de la novela.
La primera escena establece el tono, el estilo, la atmósfera y las expectativas que debe
tener el lector. Sirve para que el lector la clasifique en su biblioteca mental. ¿Es una
comedia? ¿Es un thriller? ¿Es ligera? ¿Profunda? ¿A qué otras novelas que he leído se
parece? ¿Me va a gustar?
El tema es algo que se establece también en las primeras páginas de la novela. Una
novela puede tener varios temas, más o menos ligados entre sí, pero suele haber un
tema central y transversal a todo el relato.
Una cosa es el tema y otra la peripecia a través de la cual mostramos el tema. El tema es
donde mejor se aprecia el mensaje que el autor ha querido transmitir o su visión del
mundo. Mientras que la peripecia siempre es algo concreto (a un personaje le suceden
cosas), el tema puede ser todo lo filosófico y profundo que se quiera.
Por ejemplo, un tema sería «la infidelidad» y una forma de concretarlo sería escribir una
novela sobre una mujer que descubre que su marido tiene una aventura con su jefa.
Cuanto más concreto sea el tema, más fácil será captar la atención del lector y hacerle
partícipe. Por ejemplo, una forma de acotar todavía más el tema en tu novela sería: ¿qué
es más importante, la fidelidad o seguir los dictados de tu corazón?
En este primer acto, el lector se zambulle en el universo cotidiano del héroe para
conocerle mejor. Tu protagonista es uno de los elementos nucleares de la novela, y yo
diría incluso que es el verdadero motor de la trama. Una mala historia con personajes
estupendos puede llegar a ser memorable, mientras que una buena trama con
personajes de cartón… no suele ser digna de recordar.
El héroe moderno se caracteriza por desear algo que no puede tener por algún motivo.
Además, el protagonista suele estar lleno de miedos, defectos, debilidades… que de una
forma u otra le apartan de su objetivo. Tu héroe ha de superar todas o gran parte de
estas flaquezas a lo largo de la novela, si quiere alcanzar sus deseos. De esa lucha
constante por lograr su meta y superar sus obstáculos nace la trama.
Es importante que veamos el mundo del que proviene el protagonista para que podamos
ver la evolución del personaje a lo largo de la historia. Digo evolución, pero debería
decir EVOLUCIÓN, así en mayúsculas, para que nos quede claro: es importante en la
narrativa actual que nuestro héroe sufra una transformación, producto de su peripecia,
al final de la novela.
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Sembrando la intriga
Cada vez es más indispensable que desde este primer acto comencemos a generar
cierto suspense sobre el devenir de nuestra trama. Una forma de atrapar al lector es
mediante la intriga, lanzando preguntas que susciten su curiosidad (¿qué pasará ahora?)
y prometiéndole que, si sigue leyendo, obtendrá la respuesta.
Suele haber una gran pregunta central que es como la columna vertebral de la novela, y
que se conoce como la gran pregunta dramática. Es aquella pregunta que se plantea al
inicio de la novela y que solo se podrá contestar al finalizarla. Por ejemplo: ¿Conseguirá
Frodo destruir el anillo en el monte del Destino y evitar la destrucción de la Tierra
Media?
También durante este primer acto se debe presentar al lector el conflicto principal:
aquel que le quitará el sueño a tu protagonista y que debe estar relacionado con su
deseo principal. Es el problema que tiene que resolver el héroe, y no descansará hasta
solucionarlo. Podemos distinguir dos tipos de conflicto o niveles de conflicto en el
personaje: el conflicto externo y el conflicto interno. Aunque no vamos a explayarnos
aquí y ahora en sus diferencias, sí deberías saber que el primero tiene que ver con lo
que cree el personaje que necesita y el segundo con lo que verdaderamente necesita.
Es importante que no demores demasiado la aparición del conflicto y que, una vez lo
presentes, quede claro al lector. Una forma rápida de saber cuál es el conflicto de mi
personaje es hacernos las siguientes preguntas: ¿Qué es lo que cree mi personaje que le
hará feliz? ¿Qué le impide alcanzar aquello que necesita para su felicidad?
A veces las tramas secundarias no se plantean hasta el segundo acto, pero ya en este
primer acto podemos ver a otros personajes que intervendrán en la historia. Algunos de
ellos pueden ser:
La llamada a la aventura
Es el primer suceso importante, el primer giro argumental. Cuando por fin «pasa algo».
Frecuentemente lo encontramos en las primeras páginas de la novela, porque a menudo
funciona como gancho para atraer al lector.
Muchas veces este nudo de la trama suele aparecer como un mensaje que recibe el
protagonista de algo inesperado: el email de un exnovio, un despido, un nuevo caso…
Es el mensaje de Leia pidiendo auxilio
Es Katniss tomando el lugar de su hermana en los Juegos del Hambre
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El debate
Dentro del primer acto a menudo se incluye lo que Campbell llamaba el rechazo a la
llamada, y otros autores le dan nombres como el debate, dudas del héroe…
Puede ser también un momento donde las fuerzas antagonistas (ya sea un villano al uso,
o las debilidades y miedos del protagonista), es decir aquello que más adelante
complicará mucho más la vida del héroe, cobran protagonismo.
Es Luke abandonando Tatooine
Es Katniss abandonando el distrito 12 en el tren que les llevará a la Capital
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Normalmente, el segundo acto se divide en dos partes: una donde nuestro héroe se
muestra más reactivo y otra donde se vuelve proactivo. En el medio de estas dos partes
se encuentra uno de los elementos más importantes de esta estructura: el midpoint.
Además, durante este extenso acto se presentarán (si no lo han hecho ya en el primer
acto) y desarrollarán los personajes que acompañarán al protagonista en su peripecia
(mentor, aliados, antagonistas…).
La primera mitad del segundo acto tiene un carácter más de «entrenamiento» del
héroe. Nuestro protagonista está aún un poco desconcertado tras los eventos del
primer acto y el cruce a esta nueva situación. Pueden aparecer pruebas que debe
superar, guardianes del «nuevo mundo» al los que debe enfrentarse, pistas que debe
descubrir, aliados que reunir.
Si es una comedia esta es la parte donde se presentan los «juegos y risas», es decir, las
situaciones más cómicas y divertidas, o donde se producen los primeros encuentros y
citas si es una novela romántica.
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También conoceremos los planes del antagonista y el obstáculo que suponen para el
héroe, incluso puede que se produzca un primer enfrentamiento en esta parte.
Lo habitual es que en esta primera mitad del segundo acto el héroe tenga una actitud
pasiva, que no tenga muy claro el plan a seguir o que esté persiguiendo una meta
equivocada.
El midpoint
El midpoint o giro intermedio es uno de los giros más importantes de la trama porque
supone un cambio de dinámica y se considera un punto de «no retorno». Es decir, que
que obliga al héroe a cambiar su actitud o estrategia, sin posibilidad de volver sobre sus
pasos. Suele coincidir con la mitad del libro, donde nos encontramos una gran
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revelación, un acontecimiento inesperado, una batalla importante, un cambio de
escenario, un cambio en las metas o la motivación del héroe o una mezcla de todas las
anteriores.
Se suele decir que las reglas del juego que había hasta ahora cambian para el
protagonista y también lo hace su implicación en la historia: se vuelve más activa, más
personal, toma un decisión drástica, o se ve obligado a trazar un nuevo plan.
Cuando Katniss se alía con Rue para vencer los Juegos del Hambre
Hacia el final del segundo acto sucede un gran desastre, una derrota o un gran revés
para el protagonista. Básicamente consiste en que, lo peor que le podía pasar, ha
pasado. Es la gran crisis del protagonista: el héroe se encuentra solo, sin aliados,
consumido por la culpa, sus errores, su obsesión… parece claramente derrotado y que el
antagonista va a ganar la partida.
Cuando todo parecía perdido llega: la revelación. El clímax de este segundo acto
sucede cuando de pronto el héroe obtiene algo crucial para alcanzar su objetivo final:
una pista reveladora, la respuesta a una incógnita del primer acto.
Al llegar al final, el héroe puede haber ganado la batalla final contra el antagonista… o
no. Sea como sea, lo más importante en la resolución es el haber dado respuesta a las
preguntas que se plantearon al principio (¿Conseguirá Frodo destruir el anillo en el
monte del Destino y evitar la destrucción de la Tierra Media?).
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