LA ESCRITURA (Parte 1)
LA ESCRITURA (Parte 1)
LA ESCRITURA (Parte 1)
“LA ESCRITURA”
Parte 1
El estudio de la revelación especial nos conduce a considerar la Escritura. Esta transición es natural y
lógica dado que la Escritura es el libro de la revelación especial de Dios. Debemos considerar tres cosas, a saber,
la relación entre la revelación especial y la Escritura, la inspiración de la Escritura y las perfecciones de la Escritura.
- La revelación especial de Dios alcanzó su forma permanente en la Escritura, y en esta forma ha sido preservada
para la posteridad.
- Dios quiso que su revelación fuese su palabra perenne para todas las generaciones futuras y, por lo tanto, tuvo
que guardarla contra pérdidas, corrupciones y falsificaciones. Esto lo hizo al proveer un registro infalible de ella,
vigilando todo el proceso con su cuidado providencial.
- El término «revelación especial» no siempre se usa en el mismo sentido. Puede significar una serie de
comunicaciones que Dios hace de sí mismo, y también puede servir para designar la Escritura.
- Los términos «Palabra de Dios» y «revelación especial» significan también lo mismo que «la Escritura».
- El término «revelación especial» puede aplicarse a todo el conjunto de verdades y hechos de la redención,
incluyendo su trasfondo histórico adecuado, que se halla en la Escritura y que tiene la garantía de ser revelación
divina por el hecho de que toda la Biblia ha sido infaliblemente inspirada por el Espíritu Santo.
- Toda la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis y estrictamente así, es para nosotros la revelación especial de
Dios. La Biblia no sólo contiene, sino que es la Palabra de Dios.
- La importancia de la Escritura radica precisamente en el hecho que es el libro de la revelación divina. - No es
simplemente una narración de lo que aconteció hace años, sino la palabra perenne de Dios al ser humano.
- La revelación continúa viva en la Escritura e incluso ahora, tal como cuando fue dada, trae luz, vida y santidad.
2. LA INSPIRACIÓN DE LA ESCRITURA
- La Biblia es la Palabra de Dios y continuará siéndola para todas las futuras generaciones sólo en virtud de su
inspiración divina.
- Toda la Escritura es inspirada por Dios. Esto la hace ser la regla infalible de fe y conducta para la humanidad.
- Así como las demás doctrinas, la doctrina de la inspiración se deriva de la Escritura. La Biblia misma testifica
abundantemente de su inspiración y sostiene el punto de vista más estricto con respecto a la inspiración.
- A los escritores del Antiguo Testamento se les ordenó repetidamente que escribieran lo que el Señor les
mandaba (Éx. 17:14; 34:27; Nm. 33:2; Is. 8:1; 30:8; Jer. 25:13; 30:2; Ez. 24:ls.; Dn. 12:4; Heb. 2:2).
- Los profetas tenían conciencia de ser portadores de un mensaje divino, y por lo tanto lo presentaban usando
fórmulas como: «Así dice el SEÑOR», «La palabra del SEÑOR vino a mí», «El SEÑOR omnipotente me mostró»,
etc.
- Estas fórmulas se refieren muchas veces a la palabra hablada, pero se emplean también en relación a la palabra
escrita (Jer. 36:27, 32; Ez. 26,27, 31, 32, 39).
- Los escritores del Nuevo Testamento citan muchas veces pasajes del Antiguo Testamento como palabras de
Dios o del Espíritu Santo (Mt. 15:4, Heb. 1:5ss.; 3:7; 4:3; 5:6; 7:21, etc.).
- Pablo habla de sus propias palabras como palabras que el Espíritu le había enseñado (1 Co. 2:13), y afirma que
es Cristo quien habla por medio de él (2 Co. 13:3).
- En el pasaje clásico acerca de la inspiración: «Toda la Escritura...» (refiriéndose a los escritos sagrados del
Antiguo Testamento, que mencionó en versículos anteriores) «...es inspirada por Dios y útil para enseñar, para
reprender, para corregir y para instruir en la justicia» (2 Ti. 3:16).
b) La naturaleza de la inspiración
• La inspiración mecánica
- El proceso de la inspiración ha sido concebido muchas veces como algo bastante mecánico o automático.
- Según este concepto, Dios sencillamente dictaba lo que los autores humanos de los libros de la Biblia debían
escribir. Estas personas eran simples secretarios del Espíritu Santo, que registraban los pensamientos de éste
usando las palabras que él escogía.
- La actividad mental de estas personas se encontraba en estado de reposo y no contribuía en forma alguna al
contenido o forma de sus escritos.
- La propia Escritura demuestra que los escritores no eran simples instrumentos pasivos cuando producían sus
libros, sino que eran autores verdaderos.
- En algunos casos, ellos mismos ofrecieron los frutos de sus investigaciones históricas, pues se refieren a éstas
(Lucas. 1:1-4), e incluso a veces mencionan sus fuentes de información, como en los libros de Samuel, Reyes y
Crónicas.
- En otros casos, registraban sus propias experiencias personales, como en los Salmos, en los libros proféticos,
en Hechos y en las epístolas.
- Además, cada uno escribía en su propio estilo literario.
• La inspiración dinámica
- Esta teoría niega que haya habido cualquier operación directa del Espíritu Santo en la producción de los libros
de la Biblia, es decir, una operación que tenía como propósito específico la producción de dichos libros.
- Esta inspiración penetra en todas las partes de la Escritura, aunque no con el mismo grado en todas.
- Los libros históricos de la Biblia no comparten el mismo grado de inspiración que los libros doctrinales. - Y
aunque en líneas generales produce escritos bíblicos dignos de credibilidad, sin embargo, permite la posibilidad
de errores, sobre todo en los libros históricos.
- Despoja a la Biblia de su carácter sobrenatural y la reduce al nivel de la revelación general, destruyendo su
infalibilidad.
• La inspiración orgánica
- El término «orgánica» sirve para acentuar el hecho de que Dios no empleó a los escritores en un sentido
mecánico, sino que actuó sobre ellos en forma orgánica, es decir, en armonía y consonancia con las leyes que
rigen el ser interior de los escritores.
- Dios los usó tal como eran, con sus personalidades y temperamentos, sus dones y talentos, su educación y
cultura, su vocabulario, dicción y estilo; iluminó sus mentes, los impulsó a escribir, contuvo la influencia del
pecado en su actividad literaria y los ayudó a escoger las palabras y la expresión de sus pensamientos.
- Esta perspectiva representa a los escritores de la Biblia no como simples secretarios, sino como verdaderos
autores de ella. Éstos a veces registraban comunicaciones directas de Dios, aunque en otras ocasiones
escribieron los resultados de sus propias investigaciones históricas o registraron sus experiencias con el pecado
y el perdón, con el gozo y la tristeza, con los peligros inminentes y los rescates misericordiosos.
- Esta perspectiva explica también la razón de la particularidad de los libros de la Biblia, puesto que cada escritor
poseía un estilo propio y dejaba en su producción literaria su propia huella y la marca de la época en que vivió.
d) La extensión de la inspiración
- Algunos afirman que la inspiración alcanza los pensamientos, pero no las palabras.
- Afirman que los pensamientos fueron inspirados divinamente, pero que las palabras dependen sencillamente
de la preferencia de los autores humanos.
- Otros afirman que la inspiración alcanza solamente algunas partes de la Escritura.
- Llegó a ser muy común negar la inspiración de los libros históricos de la Biblia y limitarla a los escritos
doctrinales.
- En esta perspectiva no existe unanimidad con respecto a la extensión exacta de la inspiración. Algunos la limitan
a los asuntos doctrinales, otros al Nuevo Testamento, a las palabras de Jesús e incluso solamente al Sermón del
Monte.
- En fin, cada persona decide por sí misma cuáles partes de la Escritura son inspiradas y cuáles no. En el instante
en que uno acepta este punto de vista, prácticamente se queda sin Biblia.
- Según la Escritura, la inspiración se extiende a cada parte de la Biblia.
- Jesús y los apóstoles se refieren a los libros del Antiguo Testamento como «la Escritura» o «las Escrituras» y
como tales recurren muchas veces a ellos para confirmar o fundamentar sus enseñanzas. Para ellos recurrir a «la
Escritura» era lo mismo que recurrir a Dios y con esto daban solución a toda controversia.
- El Nuevo Testamento contiene citas de veinticinco libros del Antiguo Testamento considerados como
«Escritura».
- La inspiración se extiende a las palabras mismas de la Escritura. La Biblia es verbalmente inspirada. Pero no
debemos confundir esto con la inspiración mecánica.
- La doctrina de la inspiración verbal no cree que Dios dictó las palabras de la Biblia, más bien, afirma que Dios
guió a los escritores de los libros de la Biblia para que seleccionaran las palabras y expresiones que usarían y de
esta forma evitar que cometieran errores.
3. EL CARÁCTER EXCELSO DE LA ESCRITURA
a) Su autoridad divina
- La jerarquía romana insistía en que la Biblia no tiene autoridad propia, sino que debía su existencia y también
su autoridad a la iglesia.
- Los reformadores acentuaban el hecho de que la Escritura tiene autoridad inherente en virtud de su inspiración
por el Espíritu Santo.
- Se debe creer en la Biblia por causa de su propio testimonio; ella es la Palabra de Dios inspirada y por tanto se
dirige al ser humano con autoridad.
- Hoy muchos colocan actualmente a la Biblia al nivel de otros libros, negando su autoridad divina.
- En primer lugar, la Escritura tienen autoridad histórica, es decir, ella es un registro verdadero y absolutamente
fidedigno, y como tal, posee el derecho a que se crea y se confíe en todo su contenido. - Pero, además de esto,
tiene también autoridad normativa como regla de fe y conducta, y como tal, demanda del ser humano su
absoluta sujeción.
b) Su necesidad
c) Su claridad o simplicidad
- No negamos que en la Biblia haya misterios demasiado profundos para el entendimiento humano, pero el
conocimiento necesario para la salvación, aunque no esté igualmente claro en cada página de la Escritura, es
comunicado al ser humano a través de la Biblia en forma tan sencilla y completa que una persona que
sinceramente esté buscando la salvación, pueda fácilmente obtener por sí misma este conocimiento, sin
depender para ello de la iglesia o del sacerdocio (como lo plantea la iglesia católica).
- La claridad de la Escritura se deduce de pasajes tales como Salmo 19:7, 8; 119:105, 130; y se dice que la persona
espiritual puede discernir y entender la Escritura (1 Co. 2:15; 10:15; 1 Jn. 2:20).
d) Su suficiencia
- Muchos no consideran la Biblia como una revelación suficiente de Dios. Poseen un bajo concepto de la Escritura
y afirman la absoluta necesidad de la luz interior y de toda clase de revelaciones especiales, en tanto que la Iglesia
de Roma considera necesaria la tradición oral como complemento de la Palabra escrita.
- Nosotros afirmamos la perfección o suficiencia de la Escritura. Esto no quiere decir que todo lo hablado o escrito
por los profetas, por Cristo y por los apóstoles esté incorporado en la Escritura, sino sencillamente que la Palabra
escrita es suficiente para las necesidades morales y espirituales de las personas y de la iglesia.
- Con esto se niega que exista a la par de la Escritura otra Palabra de Dios que no ha sido escrita y que posee una
autoridad igual o superior a aquélla.