Investigación Promebla Social

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UNIVERSIDAD CATOLICA SANTA MARÍA LA ANTIGUA

FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS RELIGIOSAS


ESCUELA DE FILOSOFIA, ÉTICA Y RELIGIÓN

I CUATRIMESTRE 2023

CURSO: DESARROLLO PERSONAL Y RELACIONES INTERPERSONALES


MÓDULO N° 1. MI CONTEXTO SOCIOCULTURAL
(¿De dónde vengo? Problemas Sociales de mi entorno)

INVESTIGACIÓN

PROFESORA:
IRENE SOLANILLA

POR: IVAN GARCÍA


CIP. 4-276-573

PANAMÁ, 30 DE MARZO 2023.


INTRODUCCIÓN

La COVID-19 es una enfermedad producida por el coronavirus SARS-Cov-2, el


contagio se da de persona a persona, ocasionando problemas respiratorios y
fiebre constante, lo que provoca neumonía y en el peor de los casos, la muerte.
Actualmente se mantiene un alto nivel de incertidumbre sobre su causa, aunque la
Organización Mundial de la Salud (OMS) aclara que se originó de forma natural,
hay otras declaraciones que argumentan la aparición de esta enfermedad a causa
de una guerra biológica entre países desarrollados.

Por consiguiente, en muchos países de América Latina como Brasil, Colombia y


Costa Rica, la proporción de personas menores de 60 años que han muerto por
causas relacionadas a la covid-19 supera el 20% del total de las defunciones,
hecho que cambia la imagen en cuanto al nivel de letalidad del virus en las
personas jóvenes y de la mediana edad.

Panamá no escapo a esta realidad que se transformó en una problemática de


salud mental presentadas en este último periodo de tiempo han estado vinculadas
en gran parte a la emergencia sanitaria por COVID-19 y su influencia a nivel
socioeconómico y sanitario. Esto ha traído como consecuencia un impacto
negativo en la salud mental de los panameños.
Pandemia de COVID-19
La COVID-19 es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha
descubierto más recientemente. Ambos eran desconocidos antes de que estallara
el brote en Wuhan (China) en diciembre de 2019.

El 31 de diciembre de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió


reportes de presencia de neumonía, de origen desconocido, en la ciudad de
Wuhan, en China. Rápidamente, a principios de enero, las autoridades de este
país identificaron la causa como una nueva cepa de coronavirus. La enfermedad
ha ido expandiéndose hacia otros continentes como Asia, Europa y América.

En cuanto a su comienzo, todavía no se ha confirmado el posible origen animal de


la COVID-19.

Múltiples factores de estrés ocasionando ansiedad y depresión factores que


llevaron a muchos panameños ser afectados por la pandemia con una
enfermedad de salud mental.

El Covid-19, este virus que recorre el mundo ha generado ya un desafortunado


impacto en la sociedad que trasciende fronteras, ideologías, orígenes e
identidades. Ha puesto a prueba todos los sistemas de salud, demostrando la
necesidad de mantener y defender la sanidad pública, requerimiento clave para la
atención de las grandes mayorías afectadas por esta pandemia y cualquiera otra
afección epidémica

La actual enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) ha representado muchos


retos para la salud pública, ante los que se enfrentan nuestras sociedades y los
cuales no tienen precedentes. Sin embargo, a medida que vamos analizando los
aspectos epidemiológicos de COVID-19, es crítico considerar el impacto que tiene
la pandemia sobre la salud mental de la población, tanto en el periodo durante
pandemia como posterior a esta. La salud mental debe ser ubicada como una
prioridad dentro de los planes de respuesta y recuperación ante la pandemia por la
COVID-19, de lo contrario las consecuencias serán incalculables.
Las medidas de distanciamiento que han sido adoptadas por muchos países, en
diferentes grados, para prevenir la expansión del brote son: la cuarentena y el
aislamiento. La cuarentena es la separación y restricción del movimiento de
personas que potencialmente han estado expuestas a una enfermedad contagiosa
para determinar si se sienten mal, lo que reduce el riesgo que infecten a otros.
Esta definición difiere del aislamiento, que es la separación de personas quienes
han sido diagnosticados con una enfermedad contagiosa de personas que no
están enfermas; sin embargo, ambos términos a menudo se usan indistintamente,
especialmente en la comunicación con el público.

La pandemia por COVID-19 ha provocado no solo daños en la salud de las


personas contagiadas y un elevado número de muertes en todo el mundo, sino
que ha tenido y está teniendo importantes consecuencias en los ámbitos social y
económico, tanto a nivel mundial como local.

Los problemas de salud mental suponen un desafío durante la pandemia, con un


claro aumento en los niveles de ansiedad y estrés. Donde situaciones como
problemas de salud física, el aislamiento, la falta de contacto social, la dificultad en
la conciliación con la vida personal, los cambios de hábitos, los problemas
laborales, etc. con el tiempo traen consecuencias negativas a la salud mental de la
población.

En este sentido, la OPS/OMS ha creado una serie de discusiones estratégicas de


alto nivel sobre cómo transformar el abordaje de las enfermedades no
transmisibles (ENT), sus factores de riesgo y la salud mental, a partir de la
pandemia, en términos de fortalecimiento de los sistemas y servicios de salud,
responder a las emergencias, invertir para transformar la agenda de las ENT, de
sus los factores de riesgo y de la salud mental, optimizando las alianzas, entre
otras, con un pensamiento enfocado en los grandes temas en la región durante la
pandemia, así como sus implicaciones para el futuro, y lograr una respuesta
multisectorial de salud mental a la COVID-19.

Panamá tuvo el honor de contar con la Dra. Juana Herrera, jefa nacional de la
sección de salud mental de la Dirección General de Salud del Ministerio de Salud
de Panamá (MINSA), que como doctora habló a sus colegas con su vasta
experiencia y las acciones a implementar para abordar las necesidades de salud
mental en tiempos de pandemia.

La Dra. Herrera señaló que en Panamá desde el inicio de la pandemia se


consideró la salud mental como uno de los pilares de la respuesta. Entre las
acciones priorizadas se promulgó la creación de la Red Intersectorial de Salud
Mental ante la COVID-19, como medio de coordinación interinstitucional, y con el
fin de optimizar recursos, establecer alianzas y un sistema de derivación y
referencia, así como, un análisis conjunto de necesidades, brechas y respuestas.

Las instituciones gubernamentales liderizadas por el Ministerio de Salud y dirigidas


por el presidente de la República, la OPS/OMS, las misiones diplomáticas, los
medios de comunicación, la sociedad civil, ONG’s, el Comité Ecuménico de
Panamá, los líderes religiosos y las universidades, han sido aliados estratégicos
para el desarrollo de las estrategias entorno a la salud mental.

La Dra. Herrera agregó que durante varios meses estuvo funcionando el


consultorio virtual de salud mental para la atención psicológica y apoyo
psicoemocional, siendo estas acciones de gran impacto en la salud de la
población durante toda la pandemia.

La respuesta en salud mental también ha sido fortalecida con el nombramiento de


profesionales de salud mental para ampliar la respuesta de atención a pacientes
COVID-19 positivos en hospitales y hoteles hospitales, pero también en los
servicios virtuales; que además se han visto apoyados por muchos voluntarios que
brindan sus capacidades y tiempo en la atención a las necesidades de la
población.

Reiteró que también se han establecido dos leyes importantes en el tema de salud
mental en el país: la ley que crea el Sistema Nacional de Emergencias 911, donde
se incluyen las crisis de salud mental y amenazas de suicidio para las atenciones
de emergencias prehospitalarias; y la ley que establece el marco jurídico del
abordaje integral de las conductas de riesgo suicida. Además indicó que con el
apoyo de la OPS, se realizó una capacitación basada en el Programa de acción
para superar las brechas en salud mental (mhGAP), en su versión humanitaria,
como mecanismos para fortalecer capacidades dirigidas a identificar estrategias
que contribuyan a disminuir la brecha en la atención de los trastornos de salud
mental, neurológicos o por uso de sustancias en situaciones de emergencia,
aumentando el acceso a intervenciones claves en afecciones prioritarias en
entornos con recursos limitados, así como otras actividades de refuerzo de
capacidades.

La Dra. Herrera indica que es primordial la sostenibilidad de las acciones de


prevención, promoción y atención de patologías en salud mental incluso después
de la pandemia, y que invertir en salud mental es invertir en el desarrollo del país.

Desde la OPS/OMS, se seguirá brindando orientación y asistencia a la Región de


las Américas durante la pandemia COVID-19, para ayudar a apoyar el bienestar
mental y general de todas las personas, especialmente de aquellas personas que
podrían necesitar apoyo adicional durante estos difíciles momentos.

En este contexto, es urgente el aumento de partidas presupuestarias en todos los


campos de la ciencia, la salud, el ambiente y la investigación en la educación
superior pública, primordiales en la generación de conocimientos para el buen vivir
que permita la construcción de una sociedad sana, equitativa y solidaria.

Es de vital necesidad e importancia la ejecución de acciones oportunas para mitigar el


potencial daño a la salud mental de la población mundial por la actual pandemia por
COVID-19.

La atención en salud mental es fundamental tanto para pacientes como para los
trabajadores de la salud; la atención es provista por equipos multidisciplinarios en
salud mental designados por las autoridades locales, así como la comunicación de
actualizaciones claras sobre el brote por parte de las autoridades, de manera que
se puedan abordar los sentimientos de miedo e incertidumbre en la población,
además de la evaluación clínica continua de signos y síntomas de depresión,
ansiedad e ideación suicida en los pacientes con COVID-19 y los casos
sospechosos.
Para evitar los efectos de la infección por el COVID-19 en la salud mental pueden
ser: procurar practicar estilos de vida saludable, evitar el consumo excesivo de
información y en caso de hacerlo emplear fuentes confiables, mantener
comunicación con seres queridos y apoyarse recíprocamente. En este sentido, es
importante mantener activa las redes sociales, ya que la dificultad en tenerlas
desactivadas se asocia con ansiedad a corto y largo plazo, en especial en los
jóvenes.

El equipo de atención en salud mental dirigido por la Dra. Herrera debe ser
multidisciplinario y estar conformado por personal de enfermería, psicología,
psiquiatría y trabajo social para brindar una atención integral a la ciudadanía en
general, personas infectadas y personal de salud afectado. Se recomienda brindar
información oportuna de forma clara al personal de salud sobre el manejo de la
pandemia, actualizaciones en los esquemas de tratamiento, criterios diagnósticos,
entre otros.
BIBLIOGRAFÍA

http://portal.amelica.org/ameli/journal/526/5262254006/html/

https://revistas.umecit.edu.pa/index.php/saluta/article/view/612/1424

https://www.panamadigital.gob.pa/Noticia/la-importancia-de-la-salud-mental-
durante-la-pandemia

https://www.paho.org/es/noticias/27-4-2021-ops-realizo-seminario-web-acerca-
salud-mental-pandemia-covid-19-cual-conto-con

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