Estudiar música tiene numerosos beneficios cognitivos, emocionales y de desarrollo personal. Mejora el rendimiento académico, la memoria, la concentración y la creatividad. También favorece el desarrollo de la inteligencia espacial, la coordinación, la autoestima y la empatía. Además, estudiar música protege contra enfermedades neurodegenerativas y mejora la salud cardiovascular.
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Estudiar música tiene numerosos beneficios cognitivos, emocionales y de desarrollo personal. Mejora el rendimiento académico, la memoria, la concentración y la creatividad. También favorece el desarrollo de la inteligencia espacial, la coordinación, la autoestima y la empatía. Además, estudiar música protege contra enfermedades neurodegenerativas y mejora la salud cardiovascular.
Estudiar música tiene numerosos beneficios cognitivos, emocionales y de desarrollo personal. Mejora el rendimiento académico, la memoria, la concentración y la creatividad. También favorece el desarrollo de la inteligencia espacial, la coordinación, la autoestima y la empatía. Además, estudiar música protege contra enfermedades neurodegenerativas y mejora la salud cardiovascular.
Estudiar música tiene numerosos beneficios cognitivos, emocionales y de desarrollo personal. Mejora el rendimiento académico, la memoria, la concentración y la creatividad. También favorece el desarrollo de la inteligencia espacial, la coordinación, la autoestima y la empatía. Además, estudiar música protege contra enfermedades neurodegenerativas y mejora la salud cardiovascular.
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Beneficios de estudiar música
1- Desarrollo de la psicomotricidad: Para tocar un instrumento lo primero es conseguir
que suene ya sea soplando, frotando un arco, pulsando una tecla o rasgando una cuerda. Una vez conseguido esto, el siguiente paso es dar “forma” al sonido y tocar notas concretas accionando los mecanismos necesarios. Todo ello mientras se lee la partitura. Un ejercicio de psicomotricidad de lo más completo. 2- Estudiar música desde edades tempranas permite que el cerebro se desarrolle mejor en ciertas áreas, favoreciendo el aprendizaje de las matemáticas, la lectura o la lengua, por lo que mejora el rendimiento académico en general. 3- Favorece el desarrollo de la inteligencia espacial, del sentido del ritmo y de la medida. 4- Mejora capacidades mentales como la comprensión, la memoria, el análisis o la síntesis. La música estimula su inteligencia y mejora su memoria. Al tener que memorizar letras, canciones y movimientos su memoria se incrementará notoriamente. Está comprobado que los niños que estudian música mejoran su memoria visual, la memoria muscular o gestual y la memoria auditiva, lo que les servirá también de adultos. También mejor la creatividad. 5- Favorece el desarrollo emocional al expresar sentimientos y emociones. Permite conocer mejor tanto las emociones propias como las ajenas y facilita la comunicación con los demás. Ayuda a exteriorizar los sentimientos y facilita la comunicación con los demás. La música nos ayuda a liberarnos de emociones guardadas y nos permite exteriorizar lo que sentimos. Estimula la inteligencia emocional en niños, promoviendo la reflexión interior y el autocontrol. 6- Aumenta la concentración y la capacidad de aprendizaje en todos los ámbitos. Muchos estudios han demostrado que las personas que han estudiado música tienen una gran capacidad de concentración y de percibir los detalles superiores a la media. La práctica de un instrumento musical proporciona un aumento considerable de la concentración, habilidad que mejorará el rendimiento de sus estudios. 7- Amplía la formación cultura y la mentalidad, también mejora la velocidad lectora, la asimilación y comprensión del estudio. La música es considerada como una forma de conectar las diferentes culturas, ideas y perspectivas. Incluso cuando no estás familiarizado con un lugar, siempre puedes utilizar tu capacidad de reproducir música para conocer a los que te rodean, y establecer conexiones que de otra forma no hubieran sido posibles. 8- Refuerza la autoestima y la confianza en uno mismo. Ser capaz de tocar un instrumento y recibir aplausos de otras personas favorece la opinión personal. Para niños que son algo tímidos la música y practicar un instrumento musical es una herramienta muy útil. Gracias a la música se sentirá mejor consigo mismo, podrá expresarse con más facilidad, le ayudará a formar su carácter, ganará en seguridad y confianza y mejorará su habilidad para socializarse. 9- Disminuye el estrés e incrementa la felicidad. La música libera endorfinas, es decir, hormonas de la felicidad, por lo que es un magnífico remedio contra el estrés y la ansiedad. 10- Aumenta la generosidad y la empatía hacia los demás. Además de escucharse a sí mismo, para poder tocar en grupo es imprescindible escuchar a los demás, por lo que se desarrolla la empatía. Si el grupo es grande, como una banda o una orquesta, también se desarrollan las habilidades sociales necesarias para relacionarse con los demás miembros. 11- Favorece el orden y la organización. 12- Aumenta la responsabilidad y la libertad de elección, mejorando también la asertividad de la persona. Si algo se aprende cuando se toca un instrumento es la constancia y la responsabilidad. No es fácil dominar ningún instrumento, por lo que se requiere de muchas horas de práctica. Esto les proporciona un sentido de la constancia, superación personal, del aprendizaje y de la responsabilidad. Les enseña a no rendirse y a esforzarse por conseguir sus objetivos. 13- Protege contra enfermedades neurodegenerativas. Recientes investigaciones afirman que estudiar música al menos 10 años protege contra este tipo de enfermedades (como la enfermedad de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer o la enfermedad de Huntington). Y es que el estudio de esta materia aumenta el volumen y el grosor de la materia gris y la materia blanca del cerebro, lo que protege frente a la neurodegeneración celular cerebral, haciendo que se vuelva más lenta al envejecer. 14- La música ofrece muchos efectos fisiológicos a las personas: mejora la circulación sanguínea, la tasa cardíaca y la frecuencia respiratoria, por lo que protege frente al desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Además, nos ayuda a relajarnos y alivia determinados dolores. De hecho, la música se emplea como terapia en muchos hospitales para tratar a enfermos crónicos. 15- Desarrolla la coordinación: La práctica de la música aumenta la capacidad atención, la aptitud musical y la coordinación motriz. Para tocar un instrumento necesitamos coordinar a la vez varias partes de nuestro cuerpo. Hace que su cerebro despierte y sus neuronas se pongan a trabajar. También mejora el control rítmico del cuerpo al bailar, lo que mejora su coordinación. 16- Desarrollo de habilidades motoras y rítmicas. La audición musical guiada estimula el desarrollo de un conjunto de capacidades motoras en los más pequeños, que se ven incrementadas una vez el niño comienza a tocar un instrumento. La particularidad del estudio de un instrumento, con sus rutinas y ejercicios, ayuda a interiorizar y desarrollar una capacidad de coordinación que difícilmente se puede desarrollar de otra manera. 17- Desarrolla habilidades de auto escucha y reflexión Es evidente que para dominar un instrumento hay que escuchar lo que se está tocando, analizarlo y corregir lo que sea necesario. Con el tiempo, el hábito de escucharse a uno mismo va más allá del instrumento y con ello el análisis y la reflexión de lo que nos decimos a nosotros mismos. 18- Crea una sensibilidad artística: Por encima de cualquier requerimiento técnico la música es un arte. Siendo así, tocar un instrumento desarrolla la creatividad a través de la experimentación, canaliza la exteriorización de los sentimientos y fomenta el desarrollo del criterio artístico. 19- Impulsa a la creatividad: La música inspira el pensamiento creativo y estimula a las personas a explorar su imaginación. 20- Desarrolla la disciplina: A través de las lecciones semanales, la práctica y el rendimiento, los estudiantes adquieren mayores niveles de auto-disciplina y dedicación ya que tocar con solvencia un instrumento no es tan sencillo ni tan rápido, requiere trabajo constante, esfuerzo y perseverancia; valores que la inmediatez de nuestro acelerado mundo parecen haber olvidado.