Pasos de La Justicia de Dios

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Por otra parte, sobre la base de la obediencia perfecta de Cristo,

Dios no imputa el pecado, pero si imputa la justicia de su Hijo, a


los pecadores que creen en Él (4:2-8, 5:19).

Esta justicia imputada es totalmente aparte de las obras del


pecador. Dios proporciona su propia honradez perfecta a la
cuenta del creyente.

En tanto en el Antiguo y el Nuevo Testamento, la justificación


sólo se utiliza en una interpretación legal o forense. La
justificación no significa "ser justo u honrado", pero si "declarar
judicialmente que uno está en armonía con la ley." Una persona
justa es aquella que ha sido declarada por Dios para ser libre de
culpa.

Dios acredita la honradez sobre la base de una persona que


pone su fe en Jesucristo. Esta declaración es definitiva e
irrevocable en el momento que la persona es declarada justa
(3:28; 5:1; 8:1).

Nuestra necesidad de justificación sólo puede alcanzarse si la


justicia de Dios se atribuye a nosotros.

El cambio divino ocurrió cuando "el Hijo de Dios aunque


intachablemente puro tomara nuestros pecados y en la vuelta
nos viste con su pureza", señala John Calvin

La justicia es imputada por la unión vital del creyente con


Cristo. El creyente es "en Cristo" y no la justicia de Cristo es
imputada a él. El cristiano es por lo tanto legalmente declarado
sólo sobre la base del sacrificio expiatorio de Cristo en la cruz.
Legalmente ahora tenemos una  justicia perfecta  ante un santo
y justo Dios (2 Cor. 5:21).

El creyente es justo ante Dios por la sencilla razón de que


Cristo, la cabeza, era justo delante de Dios, y él es uno con Él y
comparten ese estado y la aceptación ante Dios. Dios declara al
pecador que cree, justo, porque reconoce que él es justo. Se
trata de un acto judicial o forense de Dios.
Dios declara al pecador, que cree, justo en Su presencia. El
pecador ya no es condenado, y ya no es castigado con la pena
de la ley. El pecador justificado, tiene ahora el derecho de todos
los privilegios a todos los que han mantenido perfectamente la
ley.

La justificación no significa hacer a una persona justa por la


renovación espiritual (Romanos 4:5-8).

5 mas al que no trabaja, pero cree en aquel que


justifica al impío, su fe se le cuenta por justicia . a

6 Como también David habla de la bendición que


viene sobre el hombre a quien Dios atribuye justicia
aparte de las obras:
 7  BIENAVENTURADOS AQUELLOS CUYAS
a

INIQUIDADES HAN SIDO PERDONADAS,


Y CUYOS PECADOS HAN SIDO CUBIERTOS.
 8 BIENAVENTURADO EL HOMBRE CUYO PECADO

EL SEÑOR NO TOMARÁ EN CUENTA . a

Dios confiere un estatus legal en el creyente cancelando toda


responsabilidad legal. Es importante declarar que la justificación
es una sentencia dictada en el hombre, no un trabajo forjado en
el hombre. El trabajo en un creyente es la santificación. La
justificación es un don de Dios de un estado y una relación a Él,
no un nuevo corazón. Un corazón nuevo es la regeneración.
Ciertamente, Dios regenera a quien Él justifica, pero las dos
cosas no son lo mismo y debemos dejar eso muy claro en
nuestras mentes.

Sobre la base de la justicia imputada de Jesucristo, Dios ahora


trata a cada creyente en Cristo, como si ellos son justos.
Puede el hombre justificarse a si mismo

¿Crees que puedes ser justificado en base a tus méritos o a tus


logros?

Mira lo que nos dice Isaías, un profeta que profetizó sobre el


Mesías unos 700 años antes de que Éste se encarnara, dijo lo
siguiente…

Isaías 64:6 RV60 «Si bien todos nosotros somos como suciedad,


y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos
todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron
como viento.»

El profeta Jeremías lo escribe de manera sublime.

Jeremías 2:22 RV60 «Aunque te laves con lejía, y amontones


jabón sobre ti, la mancha de tu pecado permanecerá aún delante
de mí, dijo Jehová el Señor.»

Miqueas 6:6-7 NVI«¿Cómo podré acercarme al SEÑOR y


postrarme ante el Dios Altísimo? ¿Podré presentarme con
holocaustos o con becerros de un año? ¿Se complacerá el
SEÑOR con miles de carneros, o con diez mil arroyos de aceite?
¿Ofreceré a mi primogénito por mi delito, al fruto de mis entrañas
por mi pecado?»

ES LA GRAN PREGUNTA DEL SER HUMANO…

 ¿Cómo podemos justificarnos delante de Dios?


 ¿Cómo es posible que pecadores como nosotros
encuentren el favor de Dios?
 ¿Cómo podemos ser salvos de la condena de un Dios Justo,
de Su Juicio?
 ¿Qué esperanza hay para nosotros si nos hallamos frente a
un Dios Justo y Santo, quién debe juzgar, condenar,
aplastar y condenar al pecador?
TEORÍA DE LA JUSTIFICACIÓN

 Los judíos

Los judíos supusieron que la justificación era por obras. La búsqueda,


de métodos y vías para obtener la justificación es una constante en el mundo
judío. En los tiempos del AT se pensaba alcanzar la justificación mediante una
perfecta observancia de la ley (la Torá).

Era, entonces, una justificación buscada por el esfuerzo humano ("Porque de


la justicia que es por la ley Moisés escribe así: El hombre que haga
estas cosas, vivirá por ellas" [Ro. 10:5]). Pero la experiencia humana fue
que por medio de las obras de la ley nunca podría lograr su justificación, pues
encontraba que siempre faltaba en algo ("… sabiendo que el hombre no es
justificado por las obras de la ley…" [Gá. 2:16]).[4]

La justificación ha sido definida como "El acto de Dios por el cual declara
justo a aquel que cree en Cristo." Observe que no es que el pecador sea
justo, sino que es declarado justo basándose en su fe en el sacrificio del
Señor Jesucristo.

"Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia" (Rom. 4:3). "No
tiene que ver con la condición nuestra, sino con la de Dios. Se compone de
tres partes: perdón, restauración, adopción. La obra redentora de Cristo
provee la base justa para la justificación de Dios a los creyentes para que
reciban remisión de pecados y una posición correcta delante de Él (Hch
13:38-39; Ro 3:21-26; 4:5-8; 8:1, 33-34; Col 2:13).[16]

NECESIDAD DE LA JUSTIFICACIÓN
Aunque es una doctrina frecuentemente mencionada en las escrituras, es sin
embargo, una de las más desentendidas dentro de la teología evangélica. Es
una doctrina de alcance tan extensivo y sorprendente, que muchos parecen
temer enseñarla o aún creer en la verdad bíblica. No obstante, debemos
conocerla si es que vamos a creer y entender completamente la "salvación
tan grande" (Heb. 2:3) que Dios nos ha provisto tan noble y libremente.

La humanidad pecadora, que rompe la ley, necesita un medio de justificación


por su fracaso en guardar la ley de Dios y vivir de acuerdo a los
requerimientos de Dios.[18]

La Biblia dice tajantemente que ningún hombre es completa y absolutamente


justo ("Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y no
peque" [Ec. 7:20], "No hay justo, ni aun uno" [Ro. 3:10]). De ahí la inquietante
pregunta que hacía Job: "¿Y cómo se justificará el hombre con Dios?" (Job
9:2).

FUNDAMENTO DE LA JUSTIFICACIÓN
 A. Cinco pasos en el proceso de la justificación

De acuerdo con el connotado teólogo, el doctor Charles Ryrie, hay cinco pasos en el
proceso, como se detalla en el pasaje central tocante a la justificación en Romanos 3:21-26:

1. El plan (Romanos 3:21). El plan de Dios para proveer la justicia necesaria se centró en


Jesucristo. Fue aparte de la ley. La construcción no lleva el artículo, lo que indica que era
aparte no sólo de la ley mosaica, la cual no podía proveer la justicia (Hechos 13:39), sino
también de toda complicación legal. Fue manifestada (una forma perfecta pasiva) en la
encarnación de Cristo, y los efectos de esa gran intervención en la historia continúan. Es
constantemente atestiguado por la Ley y los Profetas, que dieron testimonio del Mesías
venidero (1 Pedro 1:11). Así que, el plan se centra en una persona.

2. El requisito previo (Romanos 3:22). La justicia llega por la fe en el ahora revelado


Jesucristo. El Nuevo Testamento nunca dice que somos salvos a causa de la fe (esto
requeriría dia con el acusativo). Siempre hace de la fe el canal por el cual recibimos la
salvación (dia con el genitivo). Pero, por supuesto, la fe necesita tener el objeto correcto
para que sea efectiva, y el objeto de la fe salvífica es Jesucristo.
3. El precio (Romanos 3:24-25). Muy claramente, el
precio pagado fue la sangre de Cristo. El costo para Él fue lo máximo.
A nosotros el beneficio nos llega gratuitamente (la misma palabra se traduce
"sin causa" en Juan 15:25), es decir, sin alguna causa en nosotros,
y por lo tanto por Su gracia.

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