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Clasificación de zonas en
atmósferas explosivas
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Índice
1. Introducción 11
1.1. Atmósferas explosivas en la industria 11
1.2. Marco reglamentario 14
1.2.1. Equipos para atmósferas explosivas: R.D. 400/1996 (Directiva 94/9/CE) 15
1.2.2. Instalaciones para atmósferas explosivas: R.D. 681/2003 (Directiva 1999/92/CE) 21
1.2.3. Locales con riesgo de explosión: R.D. 842/2002 22
1.2.4. Otras reglamentaciones 23
1.2.5. Normas aplicables 23
1.3. El documento de protección contra explosiones 26
Índice
Bibliografía 121
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Este documento ha sido elaborado por expertos en atmósferas explosivas con el objetivo
de servir de ayuda a los técnicos para la definición, clasificación y delimitación de los
emplazamientos industriales donde pueden aparecer atmósferas explosivas.
Para corregir futuras ediciones, se ruega notificar cualquier error observado a las siguien-
tes direcciones de correo electrónico: [email protected] y [email protected]
Diciembre, 2004
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Presentación
Contrariamente a lo que se suele pensar, las instalaciones o los procesos en los que exis-
ten riesgos derivados de atmósferas explosivas no son algo singular o circunscrito a plan-
tas industriales muy específicas y controladas, sino que se hallan muy próximos a la mayo-
ría de los ciudadanos y a su quehacer cotidiano. Un horno de pan, un taller de carpinte-
ría, una instalación de envasado de un producto cosmético, son lugares en los que existe
un cierto riesgo de atmósfera explosiva.
De una manera creciente las reglamentaciones y las normativas, tanto de seguridad indus-
trial como de seguridad laboral, nos obligan a considerar las situaciones, las instalaciones
y los productos con riesgo de atmósfera explosiva y a proponer soluciones para eliminar o
minimizar dicho riesgo. Y en este contexto, el primer paso para proyectar con seguridad
es la clasificación de zonas.
En este esfuerzo por una mayor seguridad que la sociedad nos exige, los peritos y los inge-
nieros técnicos industriales somos profesionales altamente comprometidos. Sensibles a
este compromiso, desde la Comisión de Medio Ambiente, Energía y Seguridad del Colegio
de Ingenieros Técnicos Industriales de Barcelona nos propusimos poner a disposición de
los colegiados un manual práctico para la clasificación de zonas en atmósferas explosivas,
manual que hoy presentamos.
Joan Ribó
Presidente de la Comisión de Medio Ambiente,
Energía y Seguridad del Colegio de Ingenieros
Técnicos Industriales de Barcelona
Febrero de 2005
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
I.Introducción
1.1. Atmósferas explosivas en la industria
Los riesgos de explosión pueden hacer su aparición en cualquier empresa en la que se manipulen substan-
cias inflamables. Entre éstas figuran numerosas materias primas, productos intermedios, productos acaba-
dos y materias residuales de los procesos de trabajo cotidianos.
El riesgo de formación de una atmósfera explosiva existe en los procesos y procedimientos de trabajo más
diversos, por lo que afecta a casi todos los ramos de actividad.
Una atmósfera explosiva es una mezcla con aire, en condiciones atmosféricas, de sustancias inflamables en
forma de gases, vapores, nieblas o polvos, en la que después de una ignición, la combustión se puede pro-
pagar hacia la mezcla no quemada.
El término no es aplicable cuando el riesgo de explosión proviene de sustancias inestables, como explosivos
y sustancias pirotécnicas, o cuando la mezcla explosiva está fuera de lo que se entiende como condiciones
atmosféricas normales, por lo que excluye a los procesos en condiciones hiperbáricas. Esto quiere decir que
para los procesos en condiciones que excedan las atmosféricas, el cumplimiento de los requisitos de las
directivas sobre atmósferas explosivas, más conocidas como ATEX no es garantía de encontrarse en condi-
ciones seguras.
Para que se produzca una explosión deben coincidir la atmósfera explosiva y un foco de ignición. Esto
requiere la existencia de una sustancia combustible (gas, vapor, niebla o polvo), y de un oxidante (aire) en
un intervalo de concentración determinado, y al mismo tiempo la presencia de una fuente energética capaz
de iniciar la reacción.
En un emplazamiento con una atmósfera explosiva hay que tener en cuenta dos aspectos distintos:
– Los equipos que van a ser instalados en dicha zona y que deben ser seguros y no susceptibles de iniciar
una explosión.
El amparo legal a estos planteamientos por el lado de la seguridad de los equipos y productos para uso en
atmósferas explosivas, lo tenemos en la Directiva 94/9/CE. Y por el lado de la seguridad laboral, disponemos
de la Directiva 1999/92/CE. El marco normativo específico para las zonas con riesgo de explosión se analiza
en el siguiente punto 1.2.
A continuación se enumeran algunos ejemplos de áreas con riesgos de explosión en diferentes ramas de
actividad, en las que se forman atmósferas potencialmente explosivas y que por exigencia legal habrá que
clasificar en zonas:
1 Debe hacerse notar que los productos eléctricos suelen diseñarse y ensayarse para su uso en un intervalo de temperaturas ambiente de –20 ° C a
40 ° C, de conformidad con la norma EN 50014. Los productos diseñados para su uso fuera de este intervalo necesitarán un marcado adicional y la
realización de ensayos complementarios, según convenga.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
a) Industria química
En la industria química se transforman y emplean gases, líquidos y sólidos inflamables en multitud de pro-
cesos. En estos procesos pueden formarse mezclas explosivas.
– Plantas de producción y manipulación de azufre.
– Zonas de trabajo, manipulación y almacenamiento.
– Lugares donde se trasvasen líquidos volátiles inflamables de un recipiente a otro.
– Locales con depósitos de líquidos inflamables abiertos o que se puedan abrir.
– Salas de bombas o compresores para gases o líquidos inflamables.
– Instalaciones donde se produzcan, manipulen, almacenen o consuman gases inflamables.
i) Instalaciones agropecuarias
En algunas explotaciones agrícolas se utilizan instalaciones de generación de biogás. En caso de fugas, pue-
den formarse mezclas explosivas biogás/aire. Las deshidratadoras de forraje, descascarilladoras de almen-
dra y otras instalaciones similares generan atmósferas explosivas.
– Almacenamiento y utilización de fertilizantes (Nitrato Amónico).
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en atmósferas explosivas
j) Reparación de vehículos
Normalmente las cantidades de productos inflamables son reducidas y el confinamiento y la ventilación
hacen innecesaria la clasificación (ver párrafo 4.4). No obstante, con carácter general, debe analizarse la
posibilidad de formación de atmósferas explosivas si existen cantidades importantes de materias inflamables.
– Garajes y talleres de reparación de vehículos, excepto privados.
k) Lavanderías y tintorerías
– Zonas de lavanderías y tintorerías con líquidos inflamables.
l) Industria alimentaría
El transporte y almacenamiento de harinas, granos y derivados pueden generar polvos explosivos. Si éstos
se aspiran y separan en filtros, puede aparecer una atmósfera explosiva en el filtro.
– Locales de extracción de grasas y aceites que utilicen disolventes inflamables.
– Secaderos de material con disolventes inflamables.
– Zonas de trabajo, manipulación y almacenamiento.
– Entre los polvos combustibles tenemos la harina y derivados, el almidón, el azúcar, el cacao, la leche y el
huevo en polvo, las especias, etc.
– Fábricas de harina panificable.
– Fabricación de pan y productos de panadería.
m) Industria farmacéutica
En la producción farmacéutica a menudo se emplean alcoholes como disolventes. También pueden utilizar-
se substancias sólidas activas y auxiliares explosivas, por ejemplo lactosa, vitaminas, paracetamol, etc.
– Zonas de trabajo, manipulación y almacenamiento.
n) Refinerías
Los hidrocarburos manejados en las refinerías son todos ellos inflamables y, según su punto de inflamación,
pueden provocar atmósferas explosivas incluso a temperatura ambiente. El entorno de los equipos de trans-
formación petrolífera casi siempre se considera zona con riesgo de explosión.
r) Industrias agrarias
– Fabricación de piensos compuestos.
– Elaboración de correctores vitamínico-minerales.
– Silos para almacenamiento de cereales. Entre los polvos combustibles tenemos los cereales, granos y
derivados, almidón, heno.
– Secadero de cereales y deshidratadoras de alfalfa.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Del artículo 100 del Tratado de la UE (actualmente renumerado como artículo 95), enfocado a la seguridad de
los equipos y productos, se derivan una serie de directivas, que han sido ya traspuestas a la legislación nacio-
nal. Las más destacables son:
– La Directiva Marco de Máquinas (89/392/CEE, que da lugar al Real Decreto 1435/1992, con una última
modificación en la directiva 94/103/CEE, que se refleja en el Real Decreto 56/1995).
– La Directiva ATmósferas EXplosivas (ATEX) relativa a legislaciones sobre sistemas de protección para uso
en atmósferas potencialmente explosivas 94/9/CE, que se transpone en el Real Decreto 400/1996.
La primera de estas directivas y su transposición (Real Decreto 1435/1992, sobre Máquinas) hace referen-
cia directa en su párrafo 1.5 a las medidas de seguridad que deben tomarse contra los riesgos de incendio,
explosión y emisiones de gases, polvo, etc.
Del actual artículo 137 del Tratado de la UE dirigido a lograr un ambiente de trabajo más seguro en la pre-
vención de riesgos a los que se pueden ver expuestos los operarios, se deriva:
La Directiva 1999/92/CE relativa a las disposiciones mínimas para la mejora de la protección de la salud y
seguridad de los trabajadores expuestos a los riesgos derivados de atmósferas explosivas, transpuesta al
ordenamiento jurídico español a través del Real Decreto 681/2003.
La figura 1.1 esquematiza el contenido de las directivas comunitarias específicas sobre atmósferas explosivas.
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Clasificación de zonas
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ATMÓSFERAS EXPLOSIVAS
EQUIPOS INSTALACIONES
Objetivo: proteger a personas expuestas Objetivo: elevar el nivel de protección del trabajador
Mediante el cumplimiento de REQUISITOS ESENCIALES Mediante el cumplimiento de DISPOSICIONES MÍNIMAS
Por el lado de la seguridad de los equipos y productos para uso en atmósferas explosivas, la Directiva
94/9/CE “Equipos y sistemas de protección previstos para su uso en atmósferas potencialmente explosivas”,
establece los Requisitos Esenciales de Seguridad que deben cumplir dichos productos, así como los proce-
dimientos para la acreditación de la conformidad, todo ello dentro de los criterios generales conocidos como
“del Nuevo Enfoque”. Por tanto, esta directiva, denominada ATEX 100, establece la responsabilidad de los
fabricantes de dichos equipos. Esta directiva está transpuesta mediante el R.D. 400/1996 [1].
Una de sus características es que hace un planteamiento global del riesgo considerando no sólo las fuentes
de ignición eléctricas, sino también las debidas a cualquier tipo de equipamiento mecánico 2.
Así pues, los equipos eléctricos y no eléctricos que se instalan en lugares donde se pueden formar atmósfe-
ras explosivas deben cumplir unos requisitos, obtener una certificación y ser marcados conforme a las dis-
posiciones dictadas por el Real Decreto 400/1996.
– aparatos definidos como máquinas, materiales, dispositivos fijos y móviles, los órganos de control y la instrumen-
tación, los sistemas de detección y prevención que, solos o combinados, se destinan a la producción, transporte,
almacenamiento, medición, regulación, conversión de energía y transformación de materiales y que, por las
fuentes de ignición que los caracterizan, pueden desencadenar una explosión.
– sistemas de protección definidos como dispositivos, distintos de los componentes definidos anteriormente, cuya
función es la de detener inmediatamente las explosiones incipientes y/o limitar la zona afectada por una explosión,
y que se comercializan por separado como sistemas con funciones autónomas.
2 Son fuentes potenciales de ignición las chispas, arcos y centelleos de origen eléctrico, las descargas electrostáticas, las ondas electromagnéticas,
la radiación ionizante, las superficies calientes, las llamas y gases calientes, las chispas de origen mecánico, la radiación óptica, las llamas de origen
químico y la compresión.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
– dispositivos de seguridad, control y regulación previstos para su uso fuera de una atmósfera potencialmente
explosiva pero requeridos para funcionamiento seguro de aparatos y sistemas de protección que están ubicados
en ambientes explosivos.
– componentes definidos como las piezas que son esenciales para el funcionamiento seguro de los aparatos
y sistemas de protección, pero que no tienen función autónoma.
Los equipos y sistemas de protección para atmósferas explosivas, se clasifican según diferentes criterios.
Estas clasificaciones, al ir marcadas sobre los materiales, permiten una indicación más clara al usuario para
su empleo seguro.
Clase I: La sustancia combustible se presenta en forma de gas, vapor o niebla. Se identifica mediante la letra G.
Clase II: La sustancia combustible se presenta en forma de polvo combustible. Se identifica mediante la letra D.
– Por el ambiente industrial en que está prevista su instalación, los aparatos se clasifican en Grupos:
Aparatos del Grupo I: corresponde a aparatos y sistemas de protección para minería subterránea o zonas
superficiales de las minas en las que se pueden presentar mezclas explosivas de gases y polvos.
Aparatos del Grupo II: equipos destinados al resto de instalaciones con presencia de atmósfera explosiva. Al
contrario que con anterioridad, ahora se establecen categorías de material en relación a las zonas de ubica-
ción de los aparatos y de los sistemas de protección o de su nivel de seguridad.
– Por la sensibilidad de la sustancia a la iniciación de la explosión por arco eléctrico o por llama, se clasifican
en Subgrupos. Esta subdivisión se aplica a los aparatos del Grupo II, destinados a ser utilizados en atmósferas
explosivas de gas o vapor.
En función del IEMS (Intersticio Experimental Máximo de Seguridad, en mm) como medida de la sensibili-
dad a la llama, y de la CMI (Corriente Mínima de Ignición relativa a la del metano) como una medida de la
sensibilidad al arco eléctrico, el Grupo II se subdivide en Subgrupos (se incluye la referencia a la Energía
Mínima de Inflamación, EMI, en µJ):
Subgrupo IIA 0,8 < CMI 0,9 < IEMS (ref. Metano, EMI = 250)
Subgrupo IIB 0,45 < CMI < 0,8 0,5 < IEMS < 0,9 (ref. Etileno, EMI = 96)
Subgrupo IIC CMI < 0,45 IEMS < 0,5 (ref. Hidrógeno, EMI = 20)
– Por la sensibilidad de la sustancia a la iniciación de la explosión por contacto con una superficie caliente,
los equipos se clasifican en Clases Térmicas.
En la tabla 1.1 se recoge la clasificación aplicable a la Clase I (gases y vapores) y aparatos del Grupo II, con-
siderándose una temperatura ambiente de 40 º C.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
– Por la probabilidad de que los equipos aporten una fuente de energía que desencadene la explosión, se
clasifican en Categorías.
En función del nivel de seguridad se establecen dos categorías para el Grupo I: M1 y M2 (Figura 1.2) y tres
categorías para el Grupo II: 1, 2 y 3 (Figura 1.3).
Categoría M1 y 1: comprende los aparatos diseñados y, si es necesario, equipados con medios de protec-
ción especiales, de manera que puedan funcionar dentro de los parámetros operativos especificados por el
fabricante y asegurar un nivel de protección muy alto. Los aparatos de esta categoría deben estar previstos
para utilizarse en ambientes en los que se produzcan de forma constante, duradera o frecuente mezclas
explosivas de gases, vapores, nieblas o polvos. Los aparatos de categoría M1 están normalmente destinados
a funcionar de forma continua aún con la presencia de atmósferas explosivas. Estos aparatos deben asegu-
rar el nivel de protección aún en el caso de avería infrecuente, de forma que:
– en caso de fallo de uno de los medios de protección, al menos un segundo medio independiente asegure
el nivel de protección requerido
– en caso de que se produzcan dos fallos independientes, esté asegurado el nivel de protección requerido
SÍ
Medidas de protección
¿Fuente de ignición en
operación normal?
NO
NO
SÍ
¿Equipo operando en presencia ¿Equipo seguro con dos fallos
de AT.EX.? o doble protección?
NO SÍ
Cat M2 Cat M1
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
SÍ
Medidas de protección
¿Fuente de ignición en
operación normal?
NO SÍ
¿Fuente de ignición en SÍ
situaciones de fallo?
NO ¿Fuente de ignición en
raras situaciones?
NO
Categoría M2 y 2: comprende los aparatos diseñados para poder funcionar en las condiciones prácticas fija-
das por el fabricante y basados en un alto nivel de protección. Los aparatos de esta categoría están desti-
nados a utilizarse en un ambiente en el que sea probable la presencia de una atmósfera explosiva y asegu-
rarán el nivel de protección requerido, aún en el caso de avería frecuente o de fallos de funcionamiento que
habitualmente se tienen en cuenta. Los aparatos de categoría M2 son normalmente aquellos que, en caso
de detección de una atmósfera explosiva (por encima del nivel de concentración fijado reglamentariamen-
te), deberá poder cortarse su alimentación energética.
Categoría 3: comprende los aparatos diseñados para poder funcionar en las condiciones prácticas fijadas por
el fabricante y asegurar un nivel de protección normal. Los aparatos de esta categoría están destinados a uti-
lizarse en un ambiente en el que sea poco probable e infrecuente la formación de mezclas explosivas, y
cuando ocurre su presencia es de corta duración.
En la Tabla 1.2 se resumen las características de los equipos del Grupo I y en la Tabla 1.3 las del Grupo II.
Para que un equipo o sistema pueda ser comercializado ya no basta con cumplir una lista de normas armo-
nizadas, sino que debe haber sido diseñado y construido de acuerdo con los requisitos esenciales de segu-
ridad y salud que aparecen en el Anexo II del Real Decreto 400/1996, y deberá estar provisto de una decla-
ración de conformidad.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
APARATOS GRUPO I
Categoría M1 Categoría M2
Equipos diseñados para asegurar Equipos diseñados para asegurar
un nivel de protección muy alto. un nivel de protección alto.
APARATOS GRUPO II
Categoría 1 Categoría 2 Categoría 3
Equipos diseñados para asegurar Equipos diseñados para asegurar Equipos diseñados para asegurar
un nivel de protección muy alto. un nivel alto de protección. un nivel normal de protección.
Los aparatos de esta categoría Los aparatos de esta categoría Los aparatos de esta categoría
están previstos para utilizarse están destinados a utilizarse están destinados a utilizarse en un
en un medio ambiente en el que en un ambiente en el que sea ambiente en el que sea poco
se produzcan de forma constante, probable la formación de probable la formación de
duradera o frecuente atmósferas atmósferas explosivas debidas a atmósferas explosivas debidas a
explosivas debidas a mezclas de gases, vapores, nieblas o polvo gases, vapores, nieblas o polvo en
aire con gases, vapores, nieblas o en suspensión. suspensión y en que, con arreglo a
mezclas polvo/aire. toda probabilidad, su formación sea
infrecuente y su presencia sea de
corta duración.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
En general se puede afirmar que la observación de los Requisitos Esenciales de Seguridad y Salud de la
Directiva 94/9/CE es condición necesaria para garantizar que los aparatos y sistemas de protección se han
construido a prueba de explosiones. Dichos requisitos se han concebido para tener en cuenta todos los peli-
gros existentes o potenciales que se derivan de las fases de diseño y fabricación. No obstante, según la filo-
sofía de la Directiva ATEX 94/9/CE, la noción de uso previsto también posee una importancia capital.
Asimismo, es fundamental que los fabricantes aporten toda la información de que dispongan.
Por consiguiente, para cumplir los requisitos de la Directiva 94/9/CE es absolutamente necesario realizar un
proceso de evaluación de riesgos. Según lo dispuesto en el apartado 1.0.1 del anexo II, los fabricantes están
obligados a diseñar los aparatos y sistemas de protección con miras a la integración de la seguridad frente
a las explosiones. Este principio se ha concebido con el propósito de evitar la formación de atmósferas explo-
sivas, suprimir las fuentes de ignición y, en caso de que, a pesar de todo, se produjese una explosión, dete-
nerla inmediatamente o limitar sus efectos. En este sentido, el fabricante adoptará las medidas oportunas en
relación con los riesgos de explosión. Asimismo, de conformidad con el apartado 1.0.2 del Anexo II de la
Directiva, los aparatos y sistemas de protección deberán diseñarse y fabricarse considerando posibles ano-
malías de funcionamiento para evitar al máximo situaciones peligrosas.
Teniendo en cuenta las obligaciones que se derivan de los requisitos descritos en la Directiva 94/9/CE, la
metodología sobre evaluación de riesgos no sólo debe considerar los aspectos relativos al diseño y a la cons-
trucción, sino que además debe proporcionar un formato o lenguaje común para diseñadores y usuarios.
Hay que indicar que, si un producto entra en el ámbito de aplicación de varias directivas al mismo tiempo,
todas ellas deben aplicarse paralelamente para cumplir los requisitos especiales que cada una establezca.
Veamos el caso de la relación entre la Directiva ATEX 94/9/CE y la Directiva de máquinas 98/37/CE. La
Directiva 94/9/CE, que es una Directiva específica a efectos del apartado 4 del artículo 1 de la Directiva de
máquinas, incluye una serie de requisitos muy específicos y pormenorizados con los que se pretende evitar
los peligros debidos a la presencia de atmósferas potencialmente explosivas, mientras que la Directiva de
máquinas contiene tan sólo algunos requisitos muy generales en relación con los riesgos de explosión (apar-
tado 1.5.7 del anexo I de la Directiva de máquinas). En lo concerniente a la protección frente a las explo-
siones en una atmósfera potencialmente explosiva, la Directiva 94/9/CE tiene preferencia y debe ser aplica-
da. En lo que respecta a otros riesgos pertinentes relacionados con las máquinas, también habrá que apli-
car los requisitos que establece la Directiva de máquinas.
Otro caso lo tenemos en que, para evitar un posible solapamiento con la Directiva 94/55/CE del Consejo rela-
tiva al transporte de mercancías peligrosas por carretera, la mayoría de medios de transporte están exclui-
dos del ámbito de aplicación de la Directiva 94/9/CE (apartado 4 del artículo 1). En general, los vehículos
que regula la Directiva 94/9/CE no abandonan las instalaciones del usuario. Sirvan de ejemplo las carretillas
elevadoras y otras máquinas móviles en las que el motor de combustión interna, los sistemas de freno y los
circuitos eléctricos pueden ser fuentes potenciales de ignición.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
La protección contra explosiones reviste una particular importancia para la seguridad, puesto que las explo-
siones amenazan las vidas y la salud de los trabajadores por los efectos incontrolados de las llamas y de las
presiones, la presencia de productos de reacción nocivos, así como el consumo del oxígeno ambiental res-
pirado por los trabajadores.
Por el lado de la seguridad laboral, la referencia fundamental ha de hacerse a la Directiva 1999/92/CE sobre
Disposiciones Mínimas de Seguridad para la mejora de la seguridad y salud de los trabajadores expuestos a
riesgos derivados de atmósferas explosivas, que desarrolla de forma específica para el riesgo de explosión lo
establecido en la Directiva 89/391/CEE relativa a la “aplicación de medidas para promover la mejora de la
seguridad y de la salud de los trabajadores en el trabajo” (Directiva MARCO). Establece el modo de opera-
ción dentro de la instalación, así como la adecuación de los equipos a las zonas de trabajo definidas bajo
esta directiva, afectando a la responsabilidad del empresario titular de la instalación. Esta directiva, denomi-
nada ATEX 137, excluye a las industrias extractivas, por tener su regulación especifica que incluye el riesgo
de explosión. Esta directiva está transpuesta mediante el R.D. 681/2003 [2].
Por consiguiente, el Real Decreto 681/2003 constituye la base legal para garantizar la protección de la segu-
ridad y salud de los trabajadores expuestos a atmósferas explosivas.
Su entrada en vigor a partir del 1 de Julio de 2003 para todas las instalaciones nuevas con atmósferas explo-
sivas (o antiguas que sufran modificaciones con posterioridad a la citada fecha) marca un hito en el con-
cepto de seguridad. En el citado R.D. 681/2003 se cita expresamente la necesidad de protección contra lla-
mas, presiones y productos de reacción nocivos, siendo imprescindible prever medidas adicionales cuando
se produzca la ignición. En línea con la Ley 31/1995 de Prevención de Riesgos Laborales [3], se especifica
que deben coordinarse los trabajadores de diferentes empresas en el mismo lugar de trabajo y que son obli-
gaciones del empresario impedir la formación de atmósferas explosivas, evitar la ignición de atmósferas
explosivas y atenuar los efectos perjudiciales de una explosión.
Como característica propia se incluye la obligatoriedad de establecer una clasificación en zonas de las áreas
en las que pueden formarse atmósferas explosivas y la necesidad de elaborar y mantener un documento de
protección contra explosiones.
En resumen, su objetivo es obligar al empresario a realizar las siguientes funciones de protección contra
explosiones:
– determinar los peligros y valorar los riesgos del área de trabajo;
– fijar medidas específicas para proteger la seguridad y salud de los trabajadores expuestos al riesgo de atmósferas
explosivas;
– garantizar un entorno de trabajo seguro y velar por una vigilancia apropiada durante la presencia de trabajadores
en proporción con la valoración de riesgos;
– determinar las necesarias medidas y modalidades de coordinación cuando trabajen varias empresas en un
mismo emplazamiento; y
– elaborar un documento de protección contra explosiones.
Como hemos indicado el riesgo de formación de una atmósfera explosiva existe en los procesos y procedi-
mientos de trabajo más diversos, por lo que afecta a casi todos los ramos de actividad.
Se consideran ATEX los emplazamientos con gases, vapores o nieblas en cantidad suficiente para producir
atmósferas explosivas o inflamables así como los emplazamientos con polvo o fibras combustibles. En el
apartado 1.1 hemos relacionado algunos ejemplos.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
La Instrucción Técnica Complementaria ITC-BT-029 aprobada con el Reglamento Electrotécnico para Baja
Tensión, a través del RD 842/2002 [4], tiene por objeto especificar las reglas esenciales para el diseño, ejecu-
ción, explotación, mantenimiento y reparación de las instalaciones eléctricas en emplazamientos en los que exis-
te riesgo de explosión o de incendio debido a la presencia de sustancias inflamables para que dichas instalacio-
nes y sus equipos no puedan ser, dentro de límites razonables, la causa de inflamación de dichas de sustancias.
Dentro del concepto de atmósferas potencialmente explosivas la Instrucción considera aquellos emplaza-
mientos en los que se fabriquen, procesen, manipulen, traten, utilicen o almacenen sustancias sólidas, líqui-
das o gaseosas, susceptibles de inflamarse o explosionar, siendo sostenida la reacción por el aporte de oxí-
geno procedente del aire ambiente en que se encuentran.
En esta Instrucción sólo se consideran los riesgos asociados a la coexistencia en el espacio y tiempo de equi-
pos e instalaciones eléctricas con atmósferas explosivas.
Para establecer los requisitos que han de satisfacer los distintos elementos constitutivos de la instalación eléc-
trica en emplazamientos con atmósferas potencialmente explosivas, estos emplazamientos se agrupan en dos
clases según la naturaleza de la sustancia inflamable, denominadas como Clase I si el riesgo es debido a
gases, vapores o nieblas y como Clase II si el riesgo es debido a polvo. En las anteriores clases se establece
una subdivisión en zonas según la probabilidad de presencia de la atmósfera potencialmente explosiva.
La Instrucción especifica que la clasificación de emplazamientos se llevará a cabo por un técnico compe-
tente que justificará los criterios y procedimientos aplicados.
En la Norma UNE-EN 60079-10 se recogen reglas precisas para establecer zonas en emplazamientos de
Clase I y en la Norma CEI 61241-3 se recogen reglas para establecer zonas en emplazamientos de Clase II.
Hay que indicar que la palabra “emplazamiento” utilizado en la ITC-BT-029, es equivalente a la palabra
“áreas 3” en las que pueden formarse atmósferas explosivas, utilizada en el RD 681/2003. El ingeniero que
proyecta la instalación eléctrica de una industria con riesgo de explosión, clasifica los emplazamientos en
zonas, acorde con el REBT y el técnico de seguridad que evalúa los riesgos de explosión, utiliza la termino-
logía de clasificación en zonas de las áreas en que pueden formarse atmósferas explosivas, acorde con el
RD 681/2003.
En resumen, en el REBT se emplazan equipos eléctricos en las distintas Zonas y en Seguridad laboral se
evalúan los puestos de trabajo situados en las Zonas previamente clasificadas. Ambas normativas son coin-
cidentes en la clasificación de Zonas.
3 El termino “emplazamiento” como acción y efecto de emplazar, es poner una cosa en un determinado lugar y la palabra “área” es un espacio en
que se produce un determinado fenómeno que se distingue por ciertas características definidas.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Equipos de Trabajo: Las Directivas Comunitarias vienen incorporándose en el orden jurídico español
mediante diversas reglamentaciones. Así, por ejemplo, la Directiva 89/655/CEE, modificada por la Directiva
95/63/CE, que establece las disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización de los equipos
de trabajo por los trabajadores se transpone al derecho español mediante el Real Decreto 1215/1997 de 18
de julio[5].
En otros casos, las directivas dan lugar a reglamentos completos. Algunos de éstos ya existían con anteriori-
dad y las nuevas directivas, así como las adaptaciones al progreso técnico, conducen a la actualización de
tales reglamentos.
Substancias Inflamables: Otro reglamento que hace referencia a sustancias inflamables es el Reglamento
sobre notificación de sustancias nuevas y clasificación, envasado y etiquetado de sustancias peligrosas,
publicado como R.D. 363/1995 (B.O.E. 5 de junio de 1995) [7], procedente de la Directiva 67/548/CEE,
actualizada por la 98/73/CE.
Instalaciones Petrolíferas: En el caso particular de las instalaciones petrolíferas, el R.D. 2085/1994, modifi-
cado por el R.D. 1523/1999 establece el Reglamento aplicable a los diferentes tipos de instalaciones petro-
líferas, desarrollado en sus Instrucciones Técnicas Complementarias [8].
Almacenamiento de Productos Químicos: También cabe citar el R. D. 379/2001, por el que se aprueba el
Reglamento de almacenamiento de productos químicos, así como sus Instrucciones Técnicas
Complementarias [9].
Instalaciones de gas: Las instalaciones de gas en locales destinados a usos domésticos, colectivos o comer-
ciales deben cumplir el Reglamento denominado RIGLO (R.D. 1853/1993) [10].
Instalaciones térmicas en edificios: deben cumplir el R.D. 1751/1998 (RITE) y sus Instrucciones Técnicas
Complementarias [11].
La Unión Europea utiliza como referencia las normas de CEN (Comité Europeo de Normalización) y de CENE-
LEC (Comité Europeo de Normalización Eléctrica). En ausencia de estas normas, es común la referencia a
las normas ISO (Organización Internacional para la Normalización) o IEC (Comisión Electrotécnica
Internacional), aunque dado el grado de acercamiento entre las instituciones de normalización europeas e
internacionales, está próxima la utilización de un solo campo normativo en lo referente a las atmósferas
explosivas (Figura 1.4).
Se pueden distinguir dos ramas en la generación de normativa europea: la de los equipos eléctricos y la de
los no eléctricos. El trabajo de normalización en el ámbito de los equipos eléctricos para ser utilizados en
atmósferas explosivas se inició hace 25 años con CENELEC. Desde entonces, se ha desarrollado un número
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
importante de normas en este campo. Con el paso del tiempo, este conjunto de normas se sometió a una revi-
sión con vistas al amplio alcance de la Directiva 94/9/CE (ATEX 100), mediante un mandato de la Comisión.
Equipos eléctricos: Las principales normas que se refieren a los aparatos eléctricos para atmósferas poten-
cialmente explosivas son:
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
El Comité Técnico de AENOR AEN/CTN 202 Instalaciones Eléctricas, cuya Secretaría desempeña la
Asociación de Fabricantes de Material Eléctrico, AFME, se ocupa de la redacción de los documentos nor-
mativos en España.
Aspectos no eléctricos: Por otra parte, CEN se ocupa de las actividades principales para la normalización de
aspectos no eléctricos. El trabajo se viene desarrollando en el Comité Técnico CEN TC 305: Atmósferas
Potencialmente Explosivas. Prevención y Protección de Explosiones, que está teniendo una intensísima acti-
vidad en la edición de normas europeas relacionadas con las atmósferas explosivas. En la siguiente lista se
relacionan los principales documentos normativos del CEN 305:
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
– prEN 14591-1. Explosion prevention and protection in underground mining - Protective systems -
Part 1: 2 bar explosion proof ventilation structure.
– prEN 14756. Determination of the limiting oxygen concentration (LOC) for gases and vapours.
– prEN 14797. Explosion venting devices.
Cabe destacar que en Octubre de 2000 se constituyó en España el Comité Técnico de Normalización AEN/CTN
163 “Atmósferas potencialmente explosivas. Prevención y protección contra las explosiones” como grupo espe-
jo del CEN/TC 305. La Secretaría de este grupo corresponde al Laboratorio Oficial J.M. Madariaga, LOM.
AENOR publica las diferentes normas que van saliendo desde los grupos de trabajo y periódicamente apa-
recen recopilaciones de las normas publicadas [12] [13].
Este documento se debe elaborar antes de que comience el trabajo y se revisará siempre que se efectúen
modificaciones, ampliaciones o transformaciones importantes en el lugar de trabajo, en los equipos o en la
organización del trabajo.
El documento de protección contra explosiones debe adaptarse a las condiciones operativas existentes en cada
caso. Debe estar estructurado lo mejor posible, resultar de fácil lectura y permitir una comprensión global. Por
esta razón, el volumen de la documentación no debe ser excesivo. Puede ser aconsejable configurarlo de mane-
ra flexible, por ejemplo en forma de fichas, para poder ampliarlo a medida que se modifiquen o incorporen nue-
vas unidades de proceso.
A continuación se ofrece un ejemplo de la estructura que podría adoptar el documento de protección con-
tra explosiones [14]. Esta estructura tipo contiene puntos que pueden resultar útiles para presentar los requi-
sitos antes enumerados. Sin embargo, no debe entenderse que todos estos puntos tienen que aparecer for-
zosamente en el documento de protección contra explosiones.
La descripción puede incluir, por ejemplo: nombre de la empresa, tipo de instalación, denominación del edi-
ficio o del local, responsables de la empresa y número de trabajadores.
Las particularidades constructivas y geográficas pueden documentarse visualmente, por ejemplo, mediante pla-
nos de situación y planos de instalaciones. Deben incluirse las salidas de emergencia y las vías de evacuación.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
grama del proceso. Esta descripción debe incluir todos los datos importantes para la protección contra explo-
siones: descripción de los pasos de trabajo, incluidos el arranque y la parada, resumen de los datos de dise-
ño y funcionamiento (por ejemplo temperatura, presión, volumen, rendimiento, frecuencia de giro, carburan-
te), en su caso, tipo y envergadura de los trabajos de limpieza y, si procede, datos sobre la ventilación del local.
Según detalla la norma UNE-EN 1127-1 [15] sobre conceptos básicos para atmósferas explosivas, “Es pre-
ciso tener en cuenta que dichos datos de seguridad no son constantes físicas, sino que dependen por ejem-
plo de las técnicas utilizadas para la medición. Así, para los polvos, las tablas de datos de seguridad sólo se
utilizan a título de orientación, porque los valores dependen de la repartición granulométrica y de la forma
de las partículas, del contenido de humedad y de la presencia de aditivos, incluso en pequeñas concentra-
ciones. Para una aplicación específica, se deberían ensayar muestras del polvo presente en el aparato, y uti-
lizar los datos obtenidos para la identificación del peligro”.
Puede seguirse la metodología descrita en la norma UNE-EN 1127-1 [15]. En las referencias [16] y [17] se
presentan diversos métodos de evaluación de riesgos. La tabla 1.4 presenta una forma de valorar el riesgo a
partir de la frecuencia de ocurrencia y la gravedad del daño.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Debe recordarse que la clasificación de zonas es un documento vivo, que puede cambiar en función de las
modificaciones producidas sobre las fuentes de escape, así como los cambios introducidos que distorsionen
el alcance esperable de las zonas.
Resulta útil presentar conjuntamente las zonas y los equipos incluidos en cada zona en forma de un cuadro
o tabla, como se indica en la tabla 1.5.
En la columna fuentes de escape se describirán todas ellas (interior de equipos, juntas, puertas de inspec-
ción, etc.) agrupadas según su grado. La extensión de la zona debe especificar la distancia en cualquier
dirección desde el punto en que se produce la fuente de escape hasta el lugar donde el peligro asociado a
tal zona se considere que no existe.
En la columna de equipos instalados se detallarán todos los equipos, mecánicos o eléctricos, que estén ins-
talados en la extensión de la zona, recordando siempre que el primer principio de seguridad en el diseño de
las instalaciones es que si no es absolutamente imprescindible, no se debe introducir ningún aparato en un
emplazamiento peligroso.
Por último, en la columna certificación se detallará el tipo de documento que avala la seguridad del equipo
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
instalado, conforme a lo establecido en el R.D. 400/1996 [1] sobre equipos instalados en atmósferas explo-
sivas: declaración de conformidad del fabricante, certificado CE de tipo, evaluación del riesgo de la máqui-
na (por ejemplo, según UNE-EN 13463 [18]), etc.
Medidas técnicas
Prevención. Dado que el enfoque de la protección de la instalación se basa, total o parcialmente, en medi-
das preventivas para evitar una atmósfera explosiva o la presencia de fuentes de ignición, es necesaria una
des-cripción detallada de la aplicación de estas medidas.
Construcción. Se incluirán en este apartado las medidas concebidas para limitar los efectos peligrosos de
explosiones originadas en el interior de las instalaciones, como es la construcción resistente a la explosión,
el venteo de la explosión, la supresión de la explosión o la prevención de la propagación de las llamas y de
la explosión. En la referencia [17] se detallan las soluciones técnicas proporcionadas por la industria.
Control de procesos. Si los sistemas de control de procesos forman parte del enfoque de protección con-
tra explosiones, debe describirse la naturaleza, el modo de funcionamiento y la ubicación de esta medida.
Por ejemplo, si se elimina la posibilidad de fuentes de ignición en el interior de los equipos porque no hay
elementos en movimiento ni fuentes de ignición propias (sólo se ha considerado la entrada de elementos
ajenos o la descarga electrostática), este aspecto debe consignarse pues se trata de un principio de segu-
ridad.
Medidas organizativas
Las medidas de protección organizativas también se describen en el documento de protección contra explo-
siones, ya que en la práctica, la seguridad del entorno de trabajo también puede alcanzarse mediante la
combinación de medidas técnicas y organizativas para la protección contra explosiones. El documento debe
reflejar las instrucciones, autorizaciones o restricciones relacionadas con la seguridad frente a las atmósfe-
ras explosivas:
Si existen formularios correspondientes a estos puntos, se pueden incluir como modelo en el docu-mento de
protección contra explosiones. También debe adjuntarse al documento una lista de los equi-pos de trabajo
móviles autorizados para funcionar en atmósferas explosivas. El nivel de detalle depen-derá del tipo y de la
envergadura de la operación, así como del grado de riesgo que ésta entraña.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
2. Fundamentos
de la clasificación de áreas
2.1. Objeto y justificación
El propósito de la clasificación en zonas de los distintos emplazamientos donde pueden aparecer atmósferas
explosivas es facilitar la correcta selección e instalación de aparatos eléctricos y no eléctricos que se utilizan
en dichas zonas con modos de protección adecuados, tomando en consideración las características parti-
culares de los productos gaseosos (grupos de gases, clases de temperatura) o pulverulentos (granulometría,
parámetros de explosividad). Un primer principio de seguridad en el diseño de instalaciones debe ser la no-
introducción de ningún aparato en un emplazamiento peligroso, si no es absolutamente imprescindible.
Explosión
2.2. Definiciones
En la norma UNE-EN 13237 [19] puede encontrarse un compendio de términos y definiciones para equipos
y sistemas de protección destinados a usarse en atmósferas potencialmente explosivas. Para la clasificación
de zonas se utilizan las siguientes definiciones:
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Atmósfera de gas explosiva: mezcla de una sustancia inflamable en estado de gas o vapor con el aire, en
condiciones atmosféricas, en la que después de la ignición, la combustión se propaga a toda la mezcla no
consumida.
Atmósfera pulverulenta explosiva: es una mezcla con aire en condiciones atmosféricas de sustancias infla-
mables en forma de polvo o fibras en las cuales, tras una ignición, la combustión se expande hacia el exte-
rior utilizando la mezcla no consumida.
Concentración mínima explosiva (CME): límite inferior de las mezclas de polvo y aire, a partir de la cual es
posible la propagación de una llama y el desarrollo de una explosión.
Condiciones anormales: son disfunciones inesperadas en el proceso que ocurren de forma infrecuente (por
ejemplo: fallos en partes del propio aparato o conectadas a él, fallos en filtros de material, fallos en conexio-
nes flexibles, roturas en sacos de productos, escapes por sobrepresión, etc.)
Condiciones normales de explotación: es la utilización de las instalaciones de acuerdo con sus especifica-
ciones técnicas de funcionamiento.
Densidad relativa de un gas o vapor: es la relación entre la densidad de un gas o de un vapor y la densidad
del aire en las mismas condiciones de presión y temperatura (la del aire es 1,0).
Emplazamiento peligroso: es un espacio en el que una atmósfera explosiva está o puede estar presumible-
mente presente en una cuantía tal, como para requerir precauciones especiales en la construcción, instala-
ción y utilización de aparatos.
Emplazamientos de Clase I: lugares en los que hay o puede haber gases, vapores o nieblas en cantidad sufi-
ciente para producir atmósfera explosiva o inflamable. Son ejemplos las estaciones de servicio, las cabinas
de pintura, los emplazamientos con tanques o recipientes abiertos que contengan líquidos inflamables y, en
general, las instalaciones donde se produzcan, manipulen, almacenen o se consuman gases inflamables.
Emplazamientos de Clase II: aquellos en los que el riesgo se debe a la presencia de polvo combustible. Son
ejemplos las plantas de manipulación y almacenamiento de cereales, las salas que contienen equipos de
proceso (molinos, pulverizadores, mezcladoras, base y cúpula de elevadores, colectores, etc.), las plantas de
pulverización y utilización de carbón, los almacenes donde permanecen o se manipulan sacos o contene-
dores de materiales productores de polvo, etc.
Emplazamientos de Clase III: antigua denominación para aquellos lugares en los que el riesgo se debe a la
presencia de fibras o materiales volátiles fácilmente inflamables. Entre estos emplazamientos se encuentran
algunas zonas de las plantas textiles de rayón, algodón, etc., plantas desmotadoras de algodón, las plantas
de procesado de lino, los talleres de confección, las carpinterías y en general, los establecimientos e indus-
trias que presentan riesgos análogos. Actualmente se asimilan a emplazamientos de Clase II.
Energía Mínima de Inflamación (EMI): es la menor energía que, a partir de una descarga capacitiva, inicia
la explosión de una mezcla gaseosa o de polvo en el aire.
Envolvente (de un equipo o sistema de protección): todas las paredes incluyendo puertas, tapas, entrada de
cables, varillas, ejes y mangos, que contribuyen a la protección del equipo o al sistema de protección y/o sus
grados de protección (IP) de los aparatos eléctricos.
Explosión: es una reacción brusca de oxidación o de descomposición, que produce un incremento de tem-
peratura, de presión, o de los dos simultáneamente.
Extensión de la zona: distancia en cualquier dirección desde el punto en que se produce la fuente de esca-
32
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
pe hasta el lugar donde el peligro asociado a tal zona se considere que no existe.
Fuente de escape de gas: es un punto o lugar desde el cual se puede escapar a la atmósfera gas, vapor o
líquido inflamable de tal forma que se pueda generar una atmósfera de gas explosiva.
Fuente de escape de polvo: es un punto o localización por donde el polvo puede escapar y levantarse, por
lo que se puede formar una mezcla explosiva de polvo/aire. Dependiendo de las circunstancias, no toda
fuente de escape producirá necesariamente una mezcla explosiva polvo/aire. Pero tiene que tenerse en
cuenta, ya que una fuente difusa o pequeña con el tiempo es capaz de producir una capa de polvo poten-
cialmente peligrosa.
Funcionamiento normal: es la situación que se produce cuando el equipo de proceso opera dentro de los
parámetros de diseño.
Gas o vapor inflamables: es un gas o vapor que mezclado con el aire en ciertas proporciones, formará una
atmósfera de gas explosiva.
Grados de escape: las fuentes de escape pueden dar lugar a un grado de escape o a la combinación de varios
grados de escape. Se definen los grados de escape en función de la duración y frecuencia del escape.
Grado de escape continuo: escape que se produce de forma continua o presumiblemente durante largos
períodos o durante cortos períodos pero muy frecuentes.
Grado de escape primario: escape que se produce presumiblemente de forma periódica u ocasionalmente
durante el funcionamiento normal.
Grado de escape secundario: escape que no se prevé en funcionamiento normal y si se produce es proba-
ble que ocurra infrecuentemente y en periodos de corta duración.
Grado de protección de las envolventes (IP): clasificación numérica precedida por el símbolo “IP” aplicada
a las envolventes de los aparatos eléctricos y no eléctricos para mejorar la protección contra contactos con
partes móviles, entrada de cuerpos extraños y entrada perniciosa de agua o líquidos.
Intersticio Experimental Máximo de Seguridad (IEMS): intersticio máximo que es capaz de impedir toda
transmisión de la explosión, en un equipo de ensayo normalizado, que dispone de una junta de 25 mm de
longitud. Es por tanto, una medida de la sensibilidad a la inflamación por medio de gases calientes origina-
dos por la explosión de la misma mezcla en otra cámara.
K G : Constante característica del gas, producto de la velocidad máxima de aumento de presión y la raíz cúbi-
ca del volumen del recinto.
K St : constante característica de cada tipo de polvo combustible, producto de la velocidad máxima de aumen-
to de presión y la raíz cúbica del volumen del recinto, que se emplea para establecer una clasificación de la
explosividad del polvo en cuatro categorías o "clases de explosión" diferentes.
Límite Inferior de Explosividad (LIE): es el límite inferior del intervalo de concentraciones de la sustancia en
el aire, para el que la mezcla es explosiva.
Límite Superior de Explosividad (LSE): es el límite superior del intervalo de concentraciones de la sustan-
cias en el aire, para el que la mezcla es explosiva.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Líquido inflamable: es un líquido capaz de producir un vapor inflamable en todas las condiciones de ope-
ración previsibles.
Líquido sobrecalentado: líquido que se encuentra a presión en un recipiente a una temperatura bastante
superior a su temperatura normal de ebullición.
Modos de protección: serie de reglas constructivas de los materiales y equipos eléctricos o no eléctricos de
forma tal que puedan ser aptos para su empleo, con seguridad, en una atmósfera explosiva.
Niebla inflamable: son gotas pequeñas de líquido inflamable dispersas en el aire de forma que originen una
atmósfera explosiva.
Polvo: pequeñas partículas sólidas que en la atmósfera se depositan bajo su propio peso, pero que pueden
permanecer suspendidas en el aire durante algún tiempo.
Polvo combustible: es polvo que puede arder o deflagrar en el aire y formar mezclas explosivas con el aire
a presión atmosférica y temperatura normal.
Presión máxima de explosión ( Pmáx ): máxima sobrepresión obtenida es un recipiente cerrado durante la
explosión de una atmósfera explosiva en condiciones de ensayo determinadas.
Punto de inflamabilidad o de destello (PD): es la temperatura más baja del líquido a la que, bajo ciertas con-
diciones normalizadas, el líquido desprende vapores en cantidad tal que puede originar la formación de una
mezcla de vapor/aire inflamable. Es por tanto un parámetro sólo aplicable a sustancias combustibles que en
condiciones atmosféricas son líquidos.
Punto de ebullición: es la temperatura de un líquido hirviendo a una presión ambiente de 101,3 kPa (1013 mbar).
Sustancia inflamable: es una sustancia que es autoinflamable o es capaz de producir un gas, vapor, niebla
o polvo inflamable.
Tasa de escape: es la cantidad de sustancia inflamable que se emite por unidad de tiempo desde una fuen-
te de escape. Se aplica a gases y vapores.
Temperatura de ignición de una atmósfera de gas explosiva: es la temperatura más baja de una superficie
caliente a la cual, bajo condiciones de ensayo especificadas, se produce la ignición de una sustancia infla-
mable en forma de un gas o vapor mezclado con el aire.
Temperatura máxima de servicio: es la temperatura máxima alcanzada cuando un equipo o sistema de pro-
tección está funcionando en las condiciones de operación normal.
Temperatura máxima superficial: es la temperatura máxima alcanzada en servicio, bajo las condiciones más
adversas de operación (pero dentro de la tolerancia reconocida), por cualquier parte de la superficie del
equipo, sistemas de protección o componentes, que pueden producir la ignición de la atmósfera explosiva
circundante, o donde pueda formarse una capa de polvo, teniendo en cuenta su tamaño y posibilidad de
convertirse en fuente de ignición.
Temperatura mínima de ignición en capa (TMIc): es la menor temperatura a la que se inicia el proceso de
ignición de una muestra de polvo depositada sobre una superficie caliente. Se determina en un ensayo de
laboratorio normalizado en el que se comprueba si una fuente de calor presente es capaz o no de iniciar el
proceso.
34
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Temperatura mínima de inflamación en nube (TMIn) (Polvos): temperatura mínima a la que se produce la
inflamación de una nube de polvo dispersada bajo condiciones de ensayo.
Tensión de vapor: es la presión existente cuando un sólido o líquido está en equilibrio con su propio vapor.
Es función de la sustancia y de la temperatura.
Velocidad máxima de aumento de presión ((dP/dt) máx ): valor máximo del incremento de presión por unidad
de tiempo, obtenido en un recipiente cerrado durante las explosiones de todas las atmósferas explosivas en
el rango de explosividad de la sustancia combustible, en condiciones de ensayo determinadas.
Ventilación: es el movimiento del aire y su renovación por aire fresco originado por el viento, por el gradien-
te de temperatura o por medios artificiales (por ejemplo ventiladores o extractores).
Zona no clasificada: área en la cual el gas inflamable o el polvo combustible no debe estar presente en una
cantidad suficiente que permita la formación de mezclas explosivas significativas ni capas de polvo com-
bustibles.
Zona 0: es un emplazamiento en el que la atmósfera de gas explosiva está presente de modo permanente,
o por un espacio de tiempo prolongado, o frecuentemente.
Zona 1: emplazamiento en el que cabe contar, en condiciones normales de funcionamiento, con la forma-
ción ocasional de una atmósfera de gas explosiva.
Zona 2: emplazamiento en el que no cabe contar, en condiciones normales de funcionamiento, con la for-
mación de atmósfera explosiva de gas, o en el que en caso de formarse, dicha atmósfera sólo subsiste por
espacios de tiempo muy breves.
Zona 20: área de trabajo en la que una atmósfera explosiva en forma de nube de polvo combustible en aire
está presente de forma permanente, o por un período de tiempo prolongado, o con frecuencia.
Zona 21: área de trabajo en la que es probable la formación ocasional, en condiciones normales de funcio-
namiento, de una atmósfera explosiva en forma de nube de polvo combustible en aire.
Zona 22: área de trabajo en la que no es probable, en condiciones normales de funcionamiento, la forma-
ción de una atmósfera explosiva en forma de una nube de polvo combustible en el aire o en la que, en caso
de formarse, dicha atmósfera explosiva sólo permanece durante un breve período de tiempo.
35
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
3. Principios de la clasificación
de las áreas de riesgo en zonas
Se consideran áreas de riesgo aquéllas en las que pueden formarse atmósferas explosivas en cantidades
tales que resulte necesaria la adopción de precauciones especiales para proteger la seguridad de los traba-
jadores afectados. Todas las sustancias inflamables o combustibles se consideran capaces de formar atmós-
feras explosivas a no ser que el análisis de sus propiedades demuestre lo contrario.
Para realizar la clasificación de zonas de una planta es necesario realizar un estudio detallado que implica
el análisis de la posibilidad de aparición de atmósfera de gas explosiva de acuerdo a las definiciones de zona
0, zona 1 y zona 2, o de atmósfera explosiva de polvo, según las definiciones de zona 20, zona 21 y zona
22. Este planteamiento requiere por tanto, el examen detallado de cada equipo de proceso que contenga
sustancias inflamables, y que represente una fuente potencial de escape.
Los procesos industriales se deben diseñar para que los emplazamientos sean no peligrosos o, en última ins-
tancia, zona 2 o zona 22. Cuando sea inevitable un escape, se debe intentar acotarlo a grado secundario, y
si esto no es posible, la cuantía del escape debe ser mínima.
El primer paso al afrontar la clasificación zonal es conocer y analizar las características del material (para
gases: densidad, punto de destello, límites de explosividad; para polvos: tamaño de partícula, humedad del
polvo, temperatura mínima de ignición en nube y capa y su resistividad). La clasificación de zonas se basa
en determinar la presencia de fuentes de escape (y de acumulaciones de polvo, en su caso) y en la proba-
bilidad de que se puedan formar mezclas explosivas gas/aire o polvo/aire.
Sólo cuando se evalúe la probable frecuencia y duración del escape (grado de escape), la tasa de escape,
la concentración, la ventilación y otros factores que se detallan en los siguientes apartados, que afectan al
tipo y extensión de zona, se tiene una base apropiada para determinar la posible presencia de una atmósfe-
ra de gas o de polvo explosiva en las zonas circundantes.
Cualquier cambio en los equipos o en el proceso que son objeto de la clasificación de zonas implican una revi-
sión de la clasificación. Las operaciones de mantenimiento en equipos que afecten a la clasificación de zonas
deben asegurar la no modificación de las condiciones de seguridad del equipo antes de la puesta en servicio.
El criterio fundamental, si no se conoce un dato o valor específico, debe ser el de adoptar condiciones más
cautelares con el fin de obtener una mayor seguridad.
Si está constatado que el equipo puede liberar sustancia inflamable a la atmósfera, es necesario en primer
lugar determinar el grado de escape, de acuerdo con las definiciones dadas en 2.2, estableciendo la proba-
bilidad de frecuencia y duración del escape. Con este procedimiento cada escape será calificado como “con-
tinuo”, “primario” o “secundario”.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Los escapes de grado continuo y de primer grado son emisiones previstas durante el funcionamiento normal,
por tanto pueden ser generalmente definidas tanto por su duración como por su frecuencia de emisión.
Una emisión que se da aunque sea poco frecuentemente y durante breves periodos, pero durante el fun-
cionamiento normal no puede considerarse generalmente de segundo grado, sino que debe ser considera-
da, en general, de primer grado.
Los escapes de grado secundario no están previstos durante el funcionamiento normal, sino que son gene-
ralmente atribuibles a sucesos no deseados. Por tanto, para definir su duración y frecuencia, es necesario
hacer referencia al tipo o frecuencia de las revisiones y al mantenimiento de los sistemas de contención de
las sustancias inflamables.
Es conveniente resaltar que las partes de los sistemas cerrados de proceso que se abren (por ejemplo,
durante un cambio de filtros o una carga de producto) deben considerarse como fuentes de escape.
Si un equipo no contiene sustancias inflamables no origina a su alrededor zona alguna. Lo mismo se aplica
si en un recipiente la sustancia inflamable no se puede fugar a la atmósfera: la pared de un depósito no se
considera fuente de escape. Es decir, la clasificación de zonas no se realiza considerando situaciones “catas-
tróficas” como pueden ser la rotura de una tubería soldada o de un recipiente.
Los siguientes elementos no deben considerarse como fuentes de escape durante su funcionamiento normal:
a) Las tuberías soldadas y los contenedores soldados cuidadosamente.
b) Las tuberías, conductos y circuitos de conexión sin juntas.
c) En tanques a presión, la estructura principal del revestimiento, incluyendo las toberas de cierre y los registros
de inspección.
d) Las uniones de tuberías y contenedores mediante dispositivos de unión estancos (con emisiones irrelevantes
en las condiciones de funcionamiento incluso anormales de la instalación) construidos según normas específicas
y cualificadas, por ejemplo las normas EN, dimensionados e instalados teniendo en cuenta las condiciones
de funcionamiento anormal, además de utilizados y mantenidos de forma tal que asegure en el tiempo el
mantenimiento de los requisitos de seguridad.
Para comprobar la no emisión de tales uniones, éstos deben ser sometidos a pruebas en todas las condiciones
de utilización razonablemente previstas (tanto en funcionamiento normal, como en funcionamiento anormal).
Además, dependiendo de las influencias externas y de las condiciones de utilización, los componentes
fungibles deben ser sustituidos respetando las indicaciones del fabricante y en cualquier caso, con periodicidad
tal que asegure en el tiempo el mantenimiento de la estanquidad.
e) Contenedores de sustancias inflamables con tapaderas cerradas cuidadosamente o con emisiones irrelevantes,
cuando se cumplen todas las condiciones siguientes:
– son de material idóneo y construidos esmeradamente respetando las normas de construcción y prueba.
– son depositados y agitados de forma tal que se considera razonable no prever caídas que puedan provocar
la abertura de la tapa o el derrame significativo de la sustancia inflamable contenida.
– se actúa en todo lugar con precaución frente a la presencia de charcos y existe una presencia constante
de medios para su neutralización en tiempos rápidos.
f) Prensaestopas de válvulas y juntas embridadas, siempre que durante el diseño y la construcción se haya
dado una consideración adecuada a la prevención de escapes de polvo.
g) La doble estanqueidad aplicada sobre ejes rotatorios o translacionales, provista de dispositivos tales que
excluyan pérdidas significativas incluso en funcionamiento anormal.
Por el contrario, las aberturas que ponen en comunicación distintos emplazamientos deben considerarse
como fuentes de escape. El grado de escape dependerá de:
– el tipo de zona del emplazamiento adyacente
– la frecuencia y duración de los períodos que están abiertas
– la eficacia de los sellados y juntas
– la diferencia de presión entre los emplazamientos de ambos lados
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
NOTA: Para los grupos de escape indicados entre paréntesis debe tenerse en cuenta la frecuencia de funcionamiento de la abertura.
Se citan a continuación ejemplos de fuentes de escape, según UNE-EN 60079-10 [20], para gases y según
EN 50281-3 [21] para polvos. Deben entenderse como ejemplos y no deben aplicarse rígidamente, ya que
puede ser necesario variarlos en función de los equipos de proceso y situaciones particulares.
39
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
En el capítulo 2 pueden encontrarse las definiciones completas para los tres tipos de zonas que se estable-
cen. De forma resumida se esquematiza en la tabla 3.2 el concepto de probabilidad de formación y presen-
cia de atmósfera explosiva asociado a las definiciones.
El elemento básico para establecer los tipos de zonas peligrosas es la identificación de las fuentes de esca-
pe y la determinación de su grado. Después de esto, se debe determinar la cuantía del mismo y otros facto-
res importantes, como la ventilación, que puedan influir en el tipo y extensión de la zona.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Zona
Frecuencia y duración de la atmósfera explosiva GAS POLVO
Permanente o presente frecuentemente 0 20
Probable, de forma ocasional 1 21
Improbable y por poco tiempo 2 22
No cabe esperar su formación Zona sin riesgo Zona sin riesgo
Además de las zonas sin clasificar, que han de entenderse como áreas donde en condiciones de funciona-
miento normal no cabe esperar la presencia de atmósferas explosivas, se definen los tres tipos de zonas rela-
cionándolos directamente con el tipo de fuente de escape. En general, un escape de grado continuo origina
a su alrededor una zona 0 o zona 20, uno de grado primario origina una zona 1 o zona 21 y uno de grado
secundario una zona 2 o zona 22. (tabla 3.3). No obstante, como se verá más adelante, una ventilación efi-
caz puede rebajar el tipo de zona que origine un escape.
Cuando en un mismo emplazamiento se presenta una fuente de escape de grado primario y una fuente de
escape secundario, se entiende que existe una fuente de escape múltiple y se ha de proceder a la clasificación
del entorno como zona 1 (o zona 21), y como zona 2 (o zona 22), cada una de ellas con una extensión dife-
rente por ponerse en juego en cada caso cantidades de escape diferentes.
¿Cómo podemos entender en términos relativos la probabilidad o la duración de las atmósferas explosivas?
Por ejemplo, si consideramos un punto de toma de muestras para gases o una compuerta de inspección en
un equipo de proceso de sólido, en función de la frecuencia con que se abra, se generará más tiempo la
atmósfera explosiva; la fuente de escape se deberá considerar como primaria o secundaria según la fre-
cuencia de la operación. ¿Es posible cuantificar la duración o la proporción del tiempo de funcionamiento en
el que se está produciendo el escape?
Para establecer un criterio deben analizarse los escapes esperables en un tiempo relativamente largo, como
por ejemplo un año, y sumar las duraciones de los eventos individuales. Podemos entonces aplicar una regla
práctica, como la presentada en la tabla 3.3 [22].
* Cuando la duración de la atmósfera explosiva no llega a 0,1 h al año, el lugar no se considera generalmente peligroso, especialmente
si se debe a operaciones diferentes espaciadas. De todas formas, debe comprobarse que no presenta peligro de explosión mediante un
análisis de riesgo.
Tabla 3.3. Relación del grado de escape con la zona y la frecuencia de formación de la atmósfera explosiva
Finalmente, una vez establecida la clasificación de las áreas con riesgo en zonas, debe aplicarse la limita-
ción en los equipos eléctricos y no eléctricos que podrán instalarse en las diferentes zonas, siendo necesa-
rio en general, reducir la probabilidad de presencia o activación de fuentes de ignición, lo que se consigue
mediante la implantación de equipos dotados de modos de protección.
Así, mientras en áreas no clasificadas podrán emplearse equipos convencionales, cuando la probabilidad de
atmósfera explosiva sea alta, sólo podrán entrar equipos con muy baja probabilidad de fuente de ignición, según
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
se indica en la figura 3.1. El objetivo es conseguir que el producto de la probabilidad de formación de atmós-
fera explosiva por la probabilidad de activación de una fuente de ignición se mantenga por debajo de 10 -12.
La forma que tiene el instalador o proyectista de conseguir ese objetivo viene establecido por la definición de
las categorías de equipos que establece el R.D. 400/1996 y que permite “casar” los requisitos de los equi-
pos con la probabilidad de explosión establecida en la clasificación zonal, tal y como se indica en la tabla
3.4, que proporciona la forma inequívoca de establecer el nivel de exigencia aplicable a todos los equipos,
eléctricos y no eléctricos, que se instalen en zonas clasificadas.
ATEX 100 (Fabricante vende) R.D. 400/1996 ATEX 137 (Usuario define) R.D. 681/2003
Nivel de protección Categoría Existencia de atmósfera explosiva Zona
42
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
4. Procedimiento para
la clasificación de zonas
para gases y vapores
La norma de referencia para la clasificación de zonas es la UNE-EN 60079-10 [20]. El procedimiento
general consta de los siguientes pasos:
43
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
b) Velocidad de escape:
– baja
– alta
Los gases y vapores emitidos tienden a difundirse en el aire hasta ocupar todo el espacio disponible.
La emisión de gas o vapor a baja velocidad forma un penacho; las moléculas del gas o vapor tienen una baja
cantidad de movimiento, por lo que se alejan de la fuente de escape y se diluyen en el aire, bien por difu-
sión o bien por dilución turbulenta, según la velocidad relativa del aire en la zona del escape.
El penacho toma la dirección del viento, o en ausencia de viento, sube o baja según la densidad relativa con
respecto al aire de los gases o vapores.
La emisión de gas o vapor a alta velocidad forma un chorro que se acaba diluyendo en el aire únicamente
por transferencia de cantidad de movimiento (masa x velocidad); inicialmente el chorro es dominante res-
pecto a la influencia del aire y toma una forma cónica en la dirección de emisión, pero a medida que las
moléculas del gas o vapor se alejan de la fuente de escape pierden velocidad, se van diluyendo en el aire, y
la dirección del chorro sufre la influencia de la dirección del aire. La densidad relativa con respecto al aire
de los gases o vapores, cuando el chorro ha perdido velocidad, tiene poca influencia ya que se encuentran
mezclados en el aire con una baja concentración.
La dilución de los gases emitidos en forma de chorro depende de la velocidad de salida. Por ejemplo, a igual-
dad de caudales, los escapes a velocidades inferiores a la del sonido generalmente requieren un recorrido más
largo antes de que la concentración descienda por debajo del LIE, que los escapes con velocidades superiores
a la del sonido (1225 km/h = 340 m/s aproximadamente en el aire a 15 ºC y al nivel del mar).
La dilución de los gases emitidos en forma de chorro depende también de la forma del orificio de salida (orifi-
cio circular, orificio lineal, u orificio radial); a igualdad de caudales, los escapes por un orificio de forma plana
(fisura) generalmente requieren un recorrido más largo que los escapes por un orificio de forma circular antes
de que la concentración descienda por debajo del LIE.
Si el líquido sale a una temperatura inferior a la temperatura de ebullición correspondiente a la presión ordi-
naria del ambiente, el caudal de evaporación es pequeño; el líquido precipita formando un charco en el terre-
no desde donde continuará evaporándose.
Si la sustancia en el interior del sistema de contención está en estado líquido por la presión, o sale a una
temperatura superior a la de ebullición correspondiente a la presión ordinaria del ambiente, en el punto de
escape sufre en parte una nebulización y, principalmente, una vaporización repentina e instantánea.
La parte de líquido que no se evapora o nebuliza en la emisión, va a formar un charco desde el que se con-
tinuará evaporando.
Cuando la velocidad de salida del líquido desde su sistema de contención es pequeña o la fuente de esca-
pe es amplia, el charco se forma sobre el suelo debajo del punto de escape; cuando la velocidad de salida
es grande (presión interna elevada) y la fuente de escape no es muy amplia, el líquido sale rociado y puede
recorrer una cierta distancia antes de caer a tierra y formar un charco. En estos casos se precisa una espe-
cial atención para definir la extensión de la zona peligrosa en el entorno del charco.
Si el líquido sale a una temperatura superior a su temperatura de ignición, en contacto con la atmósfera se
44
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
autoinflama originando un peligro de incendio más que de explosión, generando lo que se denomina un
dardo de fuego cuando el líquido es emitido a alta velocidad.
Los gases que en el interior de su sistema de contención se encuentran en estado líquido por su baja tem-
peratura (gases refrigerados), cuando son emitidos, se evaporan absorbiendo calor del ambiente; la masa se
enfría y esto puede dar origen a nieblas y fenómenos muy complejos de cambio de estado, antes de la com-
pleta evaporación.
Modalidad de escape
Fluido emitido Velocidad de emisión y Modalidad de dispersión
cantidad de movimiento relativa
Gas o vapor Alta Chorro que se mezcla con el aire
Baja Neblina de gas o vapor
Líquido que Alta Chorro de líquido que es lanzado lejos y al caer
no se evapora forma un charco distante del punto de emisión,
en la emisión desde donde se produce una lenta evaporación
Baja Hilillo o gotas que caen al suelo y forman un
charco, desde el que se produce la evaporación
Líquido que Alta Chorro de vapor y niebla que se evapora
se evapora durante la caída al suelo
en la emisión Baja Rastro de líquido en evaporación durante
la caída y que forma un charco, desde el que se
produce una rápida evaporación
La estimación de las dimensiones de los orificios que se presentan en caso de fallo de componentes de la
instalación es de difícil valoración.
Las dimensiones mostradas a continuación son estimaciones [22], pero a pesar de ello son útiles para hacer
valoraciones de escapes. En algún caso se da una sola dimensión, en otros casos más de una.
Para las juntas de estanqueidad sobre los ejes, el área puede definirse tomando un orificio anular.
Generalmente este intersticio es considerado proporcional al cuadrado del diámetro.
a) Bridas
Para definir las dimensiones del orificio de emisión, se considera el desgaste de la junta. En la práctica indus-
trial, el orificio se define considerando las dimensiones de la arandela, el tipo y el espesor de la junta.
45
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
– junta de fibra comprimida: 2,5 mm 2 normalmente y hasta 1 mm de espesor multiplicado por la longitud a
lo largo de toda la sección de junta en un fallo grave.
– junta en espiral: 0,25 mm 2 normalmente y hasta 0,05 mm de espesor multiplicado por la longitud a lo largo
de toda la sección de la junta en un fallo grave.
– junta en anillo metal sobre metal: 0,1 mm 2 y hasta 0,5 mm 2 en un fallo grave.
b) Válvulas
Para definir las dimensiones de orificio de emisión, se considera la emisión por el vástago. En la práctica
industrial, el área del orificio de escape por el vástago, se puede considerar:
– 0,25 mm2 para válvulas de uso general sobre tuberías de diámetro igual o menor a 150 mm;
– 2,5 mm2 para válvulas de uso general sobre tuberías de diámetro mayor a 150 mm y para válvulas con servicio
peligroso sobre tuberías de cualquier diámetro.
Cuando se puedan excluir de forma razonada las anomalías de operación (errores de maniobra, aportes de calor)
la apertura de las válvulas de seguridad, la rotura de los discos de seguridad y la superación de la presión de las
juntas hidráulicas se pueden considerar irrelevantes a fines de la clasificación de los lugares en objeto.
Cuando no puedan ser excluidas tales anomalías, deben ser consideradas escapes de grado secundario, sólo
si la valoración de la probabilidad de presencia de atmósfera explosiva debida a su apertura es inferior a 10-5
en un año.
En ausencia de informaciones más precisas, los escapes posibles deben ser considerados generalmente de
grado primario y tomar un área del orificio de:
– para las válvulas de seguridad sin junta entre asiento y obturador, 1 mm 2 con presión del sistema de contención
muy baja, 0,25 mm 2 con presión del sistema de contención muy alta, variable entre 1 mm 2 y 0,25 mm 2
para presiones intermedias.
– para las válvulas de seguridad con junta entre asiento y obturador o cuando esté insertado sobre la tubería
de descarga de la válvula de seguridad un sistema de sifón con líquido que permita revelar eventuales
fugas, 0,25 mm 2.
– para las juntas hidráulicas el área del orificio debe valorarse caso por caso siendo los sistemas muy diferentes
entre ellos.
– instalación defectuosa
– rotura o agrietado (por ingreso de cuerpos extraños, vibraciones, etc.),
Por instalación defectuosa, el área del orificio de emisión está generalmente definida, con relación al diá-
metro del eje, como sigue:
46
Informe
donde:
A = área del orificio anular de emisión, en mm2;
l = altura del intersticio (espesor del orificio anular), en mm;
d = diámetro del árbol, en mm.
Cuando sobre la junta se instala una abrazadera para el control del flujo de salida, el área del orificio puede
reducirse en un factor variable entre 3 y 5.
Para una bomba, con eje de diámetro d= 25 mm, el área del orificio puede tomarse como:
– 25 mm2 con junta mecánica sin la abrazadera de control del flujo en salida.
– 5 mm2 con junta mecánica provista de abrazadera de control del flujo en salida.
Para bombas con eje de otras dimensiones, el área del orificio puede ser proporcional al diámetro.
e) Compresores alternativos
Para definir las dimensiones del orificio de emisión, se consideran tanto las emisiones por las juntas, como
las emisiones por otros puntos de las válvulas.
Para los diferentes puntos de posible emisión, el área del orificio tiende a estar en el intervalo entre 1 y 5 mm2,
por lo que generalmente se puede tomar el valor de 2,5 mm2.
f) Compresores centrífugos
Para definir las dimensiones del orificio de emisión, se considera la emisión por las juntas.
Para un compresor con eje de diámetro d=150 mm el área del orificio se puede tomar como se indica a con-
tinuación:
Para compresores con eje de otras dimensiones el área del orificio puede ser proporcional al diámetro.
Para compresores con eje de otras dimensiones el área del orificio puede ser proporcional al diámetro.
Normalmente el fallo empieza con un orificio pequeño y, sólo si no se interviene, alcanza las dimensiones de
la rotura completa del tubo. Por tanto, cuando la rotura completa se considera improbable porque está pre-
vista una intervención oportuna o por otros motivos válidos, pueden considerarse orificios más pequeños
entre 0,1 y 1 mm2 y tomando un valor medio de 0,25 mm2.
47
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Tanto para los puntos de drenaje, como para los puntos de toma de muestras se considera generalmente la
fuga de la válvula de interceptación. La fuga puede ser excluida cuando se prevea doble válvula de inter-
ceptación, una válvula más una junta ciega o un tapón, o para tomamuestras de dosis predeterminadas
cuando la cantidad sacada es de pocos cm3.
Para los puntos de toma de muestras en circuito cerrado, generalmente pueden no considerarse los esca-
pes durante la toma de muestras; para los puntos de toma de muestras en circuito abierto en cambio, dichos
escapes se deben considerar en general (escapes de grado primario).
En los casos en los que no pueda ser razonablemente excluida la posibilidad de que la válvula de drenaje o
de toma de muestras sea dejada o se quede abierta, para definir las dimensiones del orificio se considera la
válvula completamente abierta.
Nota: El diámetro típico de escape de los puntos de toma de muestras es 20 mm. El diámetro típico de los
puntos de drenaje varía generalmente entre 15, 25, 40 y 50 mm.
Para la fuga se pueden considerar orificios más pequeños; aproximadamente 1/10 del diámetro anterior-
mente indicado.
Como se ha citado ya, una vez evaluado el grado de escape, se debe determinar la cuantía del mismo, para
evaluar la extensión de la zona afectada. En cada caso se debe evaluar la tasa de escape.
Por ejemplo, en el caso de un producto contenido en el interior de un proceso, la tasa de escape depende-
rá de la presión y forma de la fuente de escape. Sin embargo, en el caso de la superficie de un líquido al
aire libre, la tasa de escape dependerá principalmente de la superficie y de la temperatura.
48
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Para el cálculo de las tasas de escape partiremos de la expresión general para determinar la masa que es
emitida a través de un orificio o tobera:
(4.1)
donde:
G = caudal másico de sustancia emitida por el escape (kg s -1)
Cd = Coeficiente de descarga (valor máximo 0,8)
a = área transversal (m 2)
P = presión aguas arriba (N m-2)
δ = relación entre los calores específicos cp /c V (1,4 para la mayoría de los gases)
M = masa molecular de la sustancia emitida (g mol -1)
R = constante de los gases (8314 J kmol -1 K -1)
T = temperatura absoluta (K)
A partir de esta expresión se obtienen fórmulas aplicables a los distintos casos. Consideraremos los tres tipos
de escapes característicos en función del estado de la sustancia inflamable: fugas de gas o vapor, fugas de
líquido a temperatura inferior a su punto de ebullición y fugas de líquido a temperatura superior a su punto
de ebullición [23]:
(4.2)
o mediante:
si P ≤ 2x105 N/m2
(4.3)
(4.4)
(4.5)
49
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
o mediante:
si P ≤ 2x10 5 N/m2
(4.6)
– Si el escape está a menos de 1,5 m del suelo, los valores calculados deben multiplicarse por 1,5
(4.7)
(4.8)
– Si el chorro de líquido sale formando un ángulo por encima de la horizontal, se calcula la distancia d, en
m, hasta donde llega el chorro del líquido mediante:
(4.9)
siendo v la velocidad de escape del líquido, en m/s, h la altura en m a la que se produce la fuga y g la ace-
leración de la gravedad, 9,81 m/s 2.
– Si el chorro sale por debajo de la horizontal formando con ella un ángulo ϕ, se calcula la distancia mediante:
(4.10)
– El caudal másico de vapor, G vap, en kg/s, producido por la evaporación del líquido del charco se calcula
mediante:
(4.11)
50
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
siendo A el área del charco, en m 2, y p v la presión de vapor del líquido, expresada como fracción de la pre-
sión atmosférica.
(4.12)
donde K g es el coeficiente de transferencia de masa. Este coeficiente está relacionado con el número de
Reynolds, R, mediante la expresión, válida para una velocidad del viento de 2 m/s y una viscosidad cine-
mática del aire de 1,5 x 10 -5 m 2 s -1:
(4.13)
(4.14)
51
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
siendo a el área del orificio de la fuga, en m 2, y R el número de Reynolds, que puede determinarse a partir
del tamaño del charco mediante la figura 4.1 [23].
0,2
Figura 4.1. Gráfica para determinar R
Normalmente se calcula el área para un valor medio de R0,2 de 16. Con el valor del área obtenido se deter-
mina R0,2 a partir de la figura 4.1 y el nuevo valor se utiliza para volver a calcular y ajustar el área.
(4.15)
52
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
El área peligrosa será la que va desde el punto donde se produce el escape hasta el centro del charco en
horizontal (d) más el radio del charco (r), más la extensión debida al propio charco (X) alrededor y por enci-
ma de éste, según se indica en la figura 4.2.
– Se calcula la fracción de la masa que sale por la fuga en forma de vapor, Mg mediante:
(4.16)
donde
Tl = Temperatura del líquido que escapa, en K
Tc = Temperatura que proporciona una presión Pc
Pc = 0,55 x presión de vapor, en kg m -2
Cl = Capacidad calorífica del líquido, en kJ kg -1 K-1
L = Calor latente de vaporización, en kJ kg-1
– Se calcula la fracción del líquido que se evapora en la mezcla saliente M vap mediante:
(4.17)
– La densidad de la mezcla gas/líquido σ m, en kg/m 3, puede obtenerse a partir de la densidad del vapor, σ v,
y la densidad del líquido, σ l, mediante:
(4.18)
53
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
– El caudal másico de mezcla que se emite por el escape G, en kg/s, se calcula aplicando:
(4.19)
– El caudal másico de vapor junto a la fuga a presión atmosférica, Gvap, se obtiene a partir de:
(4.20)
(4.21)
que se multiplica por 1,5 si el escape está a menos de 1,5 m del suelo.
– Para el líquido restante, se supone que se formará un charco a una distancia d, si el chorro de líquido sale
formando un ángulo por encima de la horizontal:
(4.22)
– Si el chorro sale por debajo de la horizontal formando con ella un ángulo ϕ, se calcula la distancia mediante:
(4.23)
La vaporización se producirá en cuanto se ponga en contacto con el suelo, calculándose la extensión mediante
(4.24)
que se multiplica por 1,5 si el escape está a menos de 1,5 m del suelo.
54
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Los caudales de escape que se indican en la tabla 4.3 están basados en datos estadísticos y pueden ser útiles
en la industria para hacer valoraciones de emisión. Cuando la instalación esté bien mantenida, o se utilicen
componentes con bajas pérdidas, los componentes fungibles sean sustituidos respetando las indicaciones del
fabricante y, en cualquier caso, con una periodicidad tal que asegure el mantenimiento en el tiempo de las con-
diciones previstas, es razonable considerar que las emisiones estructurales puedan ser incluso inferiores a
aquellas indicadas en la tabla 4.3.
La tabla 4.4 presenta las pérdidas máximas admisibles para las válvulas de seguridad en instalaciones relativas
al gas con junta de metal sobre metal, según norma API 527: 07-1991. Tales pérdidas pueden ser utilizadas
para definir las emisiones estructurales considerando que con el tiempo pueden aumentar dependiendo de la
influencia externa y de las condiciones de ejercicio.
55
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Para las válvulas de seguridad de instalaciones relativas al gas con junta blanda (por ejemplo de teflón), no
se admiten pérdidas en el asiento de la válvula.
Las tablas 4.5 y 4.6 presentan con carácter indicativo los caudales de pérdidas máximas iniciales en la jun-
ta externa de los diferentes componentes en lugares de instalación de aparatos alimentados por gas. Estas
pérdidas pueden ser utilizadas para definir los escapes estructurales teniendo en consideración que con el
tiempo pueden aumentar dependiendo de las influencias externas y de las condiciones de ejercicio.
Uno de los factores que condiciona el riesgo de atmósfera explosiva es la cantidad de sustancia que puede
dispersarse. Cuanto mayor sea dicha cantidad, tanto mayor será la zona sometida al riesgo de atmósfera ex-
plosiva. Por el contrario, cuando la cantidad de sustancia inflamable es muy reducida, cabe esperar que el
riesgo disminuya o incluso desaparezca. Existen unas cantidades mínimas de almacenamiento y de proce-
so, por debajo de las cuales no deberá ser necesaria la clasificación de zonas.
Es habitual encontrar en textos sobre clasificación de zonas [24] [25] referencias a dichas cantidades o vo-
lúmenes mínimos. A modo de ejemplo, la recomendación CEI 79 - 10 (hoy en día anulada), establece una
clasificación de los fluidos combustibles por su "punto de destello", a efectos de determinar volúmenes mí-
nimos por debajo de los cuales la presencia de fluidos combustibles no da lugar a una clasificación en áre-
as de riesgo. En la tabla 4.7 se muestra esta clasificación.
57
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Se podría interpretar por tanto, que una caldera que queme gasóleo (Punto de destello mayor de 65oC), con
4 m 3 en el depósito de almacenamiento y tan sólo unos litros implicados en el proceso (quemadores, tubos
de acceso y precalentador) no da lugar a una clasificación de zonas por no superarse los volúmenes míni-
mos para las sustancias Grupo E.
De la propia definición de punto de destello, se desprende que si se puede asegurar que la temperatura ambiente
va a ser siempre inferior a la de destello de la sustancia inflamable manipulada, no existirá atmósfera explosiva.
Debe quedar claro que la tabla 4.7 se da a modo de ejemplo, y que en este epígrafe no se pretende esta-
blecer unos valores exactos de las cantidades mínimas que implican una clasificación de zonas, sino trans-
mitir la idea de que pequeños volúmenes de sustancias inflamables pueden ser aceptables. Las cuantías ad-
misibles deben ser analizadas en cada caso concreto. A este respecto es importante indicar que la UNE-EN
60079-10 no incluye ninguna indicación sobre cantidades mínimas.
Para una determinada tasa de escape, cuanto menor sea el LIE de una sustancia mayor será la extensión de
la zona.
Para las mezclas, incluidas aquellas que contienen inertes (por ejemplo dióxido de carbono o nitrógeno), la
comprobación de la inflamabilidad puede efectuarse por medio de la ley de Le Chatelier:
(4.25)
donde:
58
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
La mezcla resulta inflamable incluso teniendo cada uno de los componentes una concentración más baja
que el respectivo LIE, de hecho:
Cuando la fuente de escape está situada fuera del emplazamiento o en una región contigua, se puede evi-
tar la penetración de una cantidad significativa de gas o vapor al interior del emplazamiento con las si-
guientes medidas:
a) Barreras físicas.
b) Manteniendo una sobrepresión estática en las zonas adyacentes a las regiones peligrosas que impida el
paso de la atmósfera peligrosa.
c) Purgando el emplazamiento con una cantidad de aire suficiente para garantizar que el aire escape por todas
las aberturas por las que la atmósfera explosiva podría entrar.
La densidad relativa del gas afecta a la extensión de la zona, dado que si el gas es más ligero que el aire
tiende a elevarse, y si es más pesado tenderá a acumularse en el suelo.
Por tanto la extensión de la zona a nivel de suelo aumenta a medida que aumenta la densidad relativa, apar-
te de afectar a emplazamientos por debajo del nivel del suelo como pozos, arquetas, etc. Por el contrario, a
medida que disminuye la densidad relativa aumenta la extensión en sentido vertical ascendente de la zona
a partir de la fuente de escape.
A estos efectos, se consideran gases más pesados que el aire aquellos con densidades relativas superiores
a 1,2, y más ligeros que el aire los que tengan densidades relativas inferiores a 0,8. Entre ambos valores, en
lo relativo a la extensión de la zona, se deben considerar ambas posibilidades.
La geometría del emplazamiento condiciona la forma y extensión de las zonas alrededor de las fuentes de
escape.
La existencia de muros y cerramientos puede imponer límites físicos al paso de la atmósfera explosiva, deli-
mitando la extensión de la zona.
En un proceso con gases más densos que el aire, el alcance de las zonas se hace extensivo a los pozos, zan-
jas y depresiones por debajo del nivel del suelo que existan cerca de la fuente de escape.
También la existencia de barreras, y la geometría de los recintos y aperturas, pueden influir de manera decisiva
en la eficacia de la ventilación, y por tanto en la dilución del gas o vapor en el aire, lo que finalmente determina
el tipo y extensión de la zona.
59
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
A continuación se muestran unos ejemplos de cómo puede afectar la proximidad de un muro a la clasifica-
ción de zonas.
En el primer caso el muro tiene una altura inferior a la altura afectada por el escape, generando una clasifi-
cación de zona como la que se indica en la figura 4.3.
En la figura 4.4 se puede observar como el muro tiene una altura superior a la altura afectada por el esca-
pe, siendo la proyección de la zona clasificada una circunferencia cortada.
60
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
4.2. Ventilación
El gas o vapor que se ha escapado a la atmósfera se puede diluir o dispersar en el aire hasta que su con-
centración sea más baja que el límite inferior de explosión. La ventilación, es decir, el movimiento de aire pa-
ra reemplazar la atmósfera en un volumen (hipotético) alrededor de la fuente de escape por aire fresco, fa-
vorece la dispersión. Caudales apropiados de ventilación pueden también impedir la persistencia de una at-
mósfera de gas explosiva y por tanto influir en el tipo de zona.
Se pueden distinguir dos tipos principales de ventilación: ventilación natural y ventilación artificial, que a su
vez se divide en general o local.
a) Ventilación natural
Se trata de un tipo de ventilación que es realizada por el movimiento del aire causado por el viento o los gra-
dientes de temperatura. Al aire libre, la ventilación natural será a menudo suficiente para asegurar la disper-
sión de la atmósfera explosiva que aparezca en el emplazamiento. La ventilación natural puede ser también
eficaz en ciertos interiores (por ejemplo donde el edificio tiene aberturas en las paredes o en el tejado).
Ejemplos [20]:
– Instalaciones al aire libre típicas de las industrias química y del petróleo, por ejemplo estructuras abiertas,
haces de tuberías, zonas de bombas y similares.
– Un edificio abierto en el que, considerando la densidad relativa de los gases o vapores involucrados o de ambos,
tiene aberturas en las paredes o en la cubierta dimensionada y situada de tal manera que la ventilación en
el interior del edificio a efectos de la clasificación de emplazamientos, puede considerarse como equivalente
al aire libre.
– Un edificio que, sin ser abierto, tenga ventilación natural (generalmente algo menor que la del edificio abierto)
asegurada por medio de aberturas permanentes previstas a efectos de ventilación.
b) Ventilación artificial
El movimiento del aire requerido para la ventilación está proporcionado por medios artificiales, por ejemplo
ventiladores y extractores. Aunque la ventilación artificial se aplica principalmente a interiores o espacios ce-
rrados, también puede utilizarse en instalaciones al aire libre para compensar las restricciones o impedi-
mentos en la ventilación natural debidos a obstáculos.
La ventilación artificial de un emplazamiento puede ser general o local y para ambas, pueden ser apropiados
diferentes grados de movimiento y reemplazamiento del aire.
Un sistema de ventilación artificial diseñado para prevenir explosiones debe satisfacer los siguientes requisi-
tos [20]:
– Debe controlarse y vigilarse su funcionamiento.
– En sistemas de extracción al exterior debe considerarse la clasificación de los alrededores del punto de descarga.
– En la ventilación de emplazamientos peligrosos, el aire debe tomarse de una zona no peligrosa.
– Se debe definir la localización, el grado de escape y su cuantía, antes de determinar el tamaño y diseño del
sistema de ventilación.
61
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Se citan a continuación, según UNE-EN 60079-10, ejemplos de ventilación general y local respectivamente.
VA: Ventilación intensa o alta: Es capaz de reducir de forma prácticamente instantánea la concentración en
la fuente de escape obteniéndose una concentración menor que el límite inferior de explosión. Resulta así
una zona de pequeña extensión (con un efecto casi despreciable).
VM: Ventilación media: Es capaz de controlar la dispersión, manteniendo una situación estable, con una con-
centración inferior al LIE más allá de la zona confinada, mientras el escape se está produciendo. Cuando el
escape cesa, la atmósfera explosiva no persiste durante mucho tiempo. Esta ventilación puede reducir el ta-
maño de la zona.
VB: Ventilación baja: Es la que no puede controlar la concentración durante el escape, o cuando éste ha ce-
sado es incapaz de evitar la permanencia de la atmósfera explosiva durante bastante tiempo. Esta ventila-
ción, por lo tanto, no tiene incidencia sobre la concentración del gas.
La estimación del grado de ventilación, basándose en cálculos, se describirá en los apartados 4.3.4 y 4.4.
La existencia de barreras u obstáculos en la circulación del aire de ventilación hace que el número efectivo
de renovaciones de aire por unidad de tiempo de un determinado emplazamiento se vea disminuido.
Este hecho se puede expresar por un factor fv que expresa la ineficacia de la ventilación, y que va desde 1
62
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
en la situación ideal de ventilación, hasta 5 en una situación con dificultades en la ventilación (entrada de
aire por una rendija y salida por una simple abertura). En el apartado 4.3.1. se presentan tablas describien-
do los valores de este factor.
La disponibilidad de la ventilación tiene influencia sobre el tipo de zona que se vaya a considerar, pudiendo
establecerse los niveles:
Normal: La ventilación se mantiene en operación normal, pudiendo presentarse cortes en la misma poco fre-
cuentes y de corta duración.
Ventilación natural
En emplazamientos en el exterior la evaluación de la ventilación se realiza asumiendo una velocidad del vien-
to de 0,5 m/s, el cual se espera de forma permanente. En este caso la disponibilidad de la ventilación pue-
de considerarse como “normal”.
Ventilación artificial
Al valorar la disponibilidad de la ventilación artificial debe considerarse la fiabilidad del equipo y la disponi-
bilidad de, por ejemplo, soplantes de reserva o redundantes. No obstante, si cuando la ventilación ha falla-
do se adoptan medidas para evitar el escape de sustancias inflamables (por ejemplo, por parada automáti-
ca del proceso), entonces la clasificación determinada con la ventilación en servicio no necesita ser modifi-
cada, es decir, se supone que la disponibilidad es alta.
En la tabla 4.8. se presenta y resume un método práctico para clasificar las zonas en función del tipo de es-
cape y del grado y disponibilidad de la ventilación.
VENTILACIÓN GRADO VA VM VB
DISPONIBILIDAD Alta Normal Pobre Alta Normal Pobre
GRADO CONTINUO (Zona 0 ED) (Zona 0 ED) (Zona 0 ED)
DE ESCAPE Zona 0 Zona 0
+ +
Sin riesgo Zona 2 Zona 1 Zona 0 Zona 2 Zona 1 Zona 0
PRIMARIO ((Zona 1 ED) (Zona 1 ED) (Zona 1 ED)
Zona 1 Zona 1
+ + Zona 1
Sin riesgo Zona 2 Zona 2 Zona 1 Zona 2 Zona 2 *o Zona 0
SECUNDARIO (Zona 2 ED) (Zona 2 ED) Zona 1
63
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Los métodos desarrollados a continuación permiten la determinación del tipo de zona por:
– La evaluación de la tasa mínima de ventilación requerida para impedir una acumulación significativa de una
atmósfera explosiva y la utilización de ésta para calcular un volumen teórico VZ, el cual, con un tiempo estimado
de permanencia, tp, permita la determinación del grado de ventilación.
– La determinación del tipo de zona a partir del grado y la disponibilidad de la ventilación y del grado del escape.
Aunque elementalmente el uso directo es para emplazamientos del interior, los conceptos explicados pue-
den ser útiles en locales exteriores. A continuación se exponen los métodos de cálculo para ventilación en el
interior de edificios, y para ventilación natural.
El caudal mínimo teórico Qvmin de ventilación necesario para diluir un escape dado de una sustancia infla-
mable hasta una concentración por debajo del límite inferior de explosión se puede calcular por la fórmula:
(4.26)
Donde:
64
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
fT es un factor de corrección que tienen en cuenta el efecto de la temperatura ambiente sobre el volumen
de la mezcla de atmósfera explosiva.
Su expresión es:
(4.27)
(4.28)
Es importante considerar la influencia que tienen temperaturas diferentes a la temperatura normal en el LIE
expresado en (kg/m3). (Se tomará en todos los casos como temperatura normal 20 ºC).
(4.29)
En condiciones normales, un mol ocupa 22,4 l, pero, según la relación anterior, a una temperatura T, ese
mismo mol ocupa 22,4 l x T/293
(4.30)
o lo que es lo mismo:
(4.31)
65
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Además el LIE en (%) mantiene una relación aproximadamente lineal decreciente con la temperatura, de
manera que un aumento de temperatura supone una ligera disminución del LIE, como se puede apreciar en
la figura 4.5 [17]. No se tendrá en cuenta esta ligera variación en los cálculos.
La fórmula para calcular el caudal mínimo teórico se podría entender de acuerdo a la figura 4.6.
Se pretende calcular el caudal volumétrico mínimo necesario Qvmin que se debe aportar, para que al mez-
clarse con el gas o vapor procedente del escape, dado por el caudal másico GEmax, la concentración de la
mezcla C esté 1/k veces por debajo del LIE. Como en la fórmula el LIE se debe introducir en kg/m3, se debe
tener en cuenta que al aumentar la temperatura el LIE disminuye, razón por la que al LIE se le divide por fT.
En realidad la fórmula es una aproximación de cara a la seguridad, ya que considera que la concentración
de salida C es de sustancia explosiva respecto a aire puro, cuando sin embargo el LIE se encuentra en la li-
teratura como concentración de sustancia explosiva respecto a la mezcla sustancia explosiva + aire. Por
ejemplo un LIE del 4% indica que de cada 100 partes en volumen de mezcla, 4 son de sustancia explosiva
y 96 de aire. Sin embargo, en las fórmulas cuando se utiliza un LIE del 4% se obliga a que por cada 4 par-
tes de sustancia explosiva haya 100 de aire puro aportado por la ventilación; la introducción de esta aproxi-
mación simplifica el proceso de cálculo y además va en el sentido de la seguridad.
66
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Para un volumen total ventilado Vo (m3), función de las dimensiones del emplazamiento, y para un determi-
nado caudal de ventilación real de la instalación Q vo (m3/s), se podría calcular el volumen teórico VZ (m3) de
atmósfera potencialmente explosiva alrededor de la fuente de escape usando la siguiente fórmula
(4.32)
Cuando haya fuentes de escape múltiples debe determinarse el valor de Qv min para cada fuente de escape
y grado de escape. La tasa de caudal así determinada deberá sumarse de acuerdo con la tabla 4.9, donde
el número de fuentes de escape primarias que se debe utilizar se obtiene aplicando la tabla 4.10.
67
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
(4.33)
(4.34)
y expresa el número dado de cambios de aire por unidad de tiempo C, función de la ventilación general del
emplazamiento.
La fórmula anterior sirve para el caso donde hay una mezcla instantánea y homogénea debido a unas con-
diciones ideales de movimiento de aire fresco. En la práctica no se dan las citadas condiciones ideales; por
ejemplo, ciertas partes del emplazamiento pueden estar mal ventiladas por interposición de obstáculos en la
circulación del aire. En consecuencia, la renovación efectiva del aire en el entorno del escape será menor
que C, lo que originará un aumento de volumen VZ. Introduciendo el factor fv, factor que tiene en cuenta es-
ta ineficacia de la ventilación, las fórmulas anteriores quedarían:
(4.35)
(4.36)
donde fv expresa la ineficacia de la ventilación en la dilución de la atmósfera explosiva con un valor que va
de fv =1 (situación ideal de ventilación) a fv = 5 (circulación de aire con dificultades debido a los obstáculos).
Las tablas 4.11 y 4.12 describen criterios para valorar fv para ambientes abiertos con ventilación natural y
para ambientes cerrados con ventilación natural o con ventilación artificial general.
68
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Factor f v Descripción
1 Ambiente abierto con libre circulación del aire y práctica ausencia de impedimentos que
puedan reducir la eficacia de mezcla de sustancias inflamables en el volumen afectado por
el escape (ej. ambiente con respiraderos a la atmósfera de cisternas de almacenaje,
con respiraderos acanalados a lo alto de los edificios o estructuras colindantes)
2 Ambiente abierto con presencia de algún impedimento a la libre circulación del aire que
puede reducir de modo poco significativo su capacidad efectiva de dilución de la atmósfera
explosiva (ej. ambiente con diferentes estructuras abiertas o parcialmente cerradas,
ambientes con depresión poco profunda del terreno)
3 Ambiente abierto con presencia de un número medio de impedimentos a la libre circulación del
aire que pueden reducir de modo significativo su capacidad efectiva de dilución de la atmósfera
explosiva (ej. ambiente con bastantes estructuras abiertas o parcialmente cerradas, interior de
presas de contención de tanques de almacenamiento con dique o terraplén no alto en relación a
la distancia del tanque, depresiones de media profundidad en el terreno)
4 Ambiente abierto con presencia de un gran número de impedimentos a la libre circulación del
aire que pueden reducir mucho su capacidad efectiva de dilución de la atmósfera explosiva
(ej. interior de presas de contención de tanques de almacenamiento con dique o terraplén
medianamente alto en relación a la distancia del tanque, depresiones profundas en el terreno que,
sin embargo, no pueden ser consideradas fosos)
Factor f v Descripción
1 Ambiente cerrado con libre circulación del aire y práctica ausencia de impedimentos que puedan
reducir la capacidad efectiva de dilución de la atmósfera explosiva en el volumen afectado por el
escape (ej. local con aberturas de ingreso y salida del aire bien distribuidas que permiten una
renovación correcta del aire en todas las partes del local o, cuando se trata de ventilación artificial local)
2 Ambiente cerrado con presencia de algún impedimento a la libre circulación del aire que puede
reducir de modo poco significativo su capacidad efectiva de dilución de la atmósfera explosiva (ej.
local con diferentes estructuras abiertas o parcialmente cerradas)
3 Ambiente cerrado con presencia de un número medio de impedimentos a la libre circulación del
aire que pueden reducir de modo significativo su capacidad efectiva de dilución de la atmósfera
explosiva (ej. local con bastantes estructuras abiertas o parcialmente cerradas, o local con
ventilación no muy correcta)
4 Ambiente cerrado con presencia de un gran número de impedimentos a la libre circulación del
aire que pueden reducir mucho su capacidad efectiva de dilución de la atmósfera explosiva (ej.
local con un gran número de estructuras abiertas o parcialmente cerradas o local con fuentes de
escape con una reducida cantidad de renovaciones de aire, como pueden ser los emplazamientos
no muy elevados con gases ligeros o los fosos poco profundos con gases pesados o local con
ventilación incorrecta)
Tabla 4.12. Factor fv para ambientes cerrados con ventilación natural o con ventilación artificial general
69
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
El volumen VZ representa el límite para el que la concentración de gas o vapor inflamable será 0,25 ó 0,5 ve-
ces el LIE, dependiendo del coeficiente de seguridad, k. Esto significa que en los límites del volumen teóri-
co calculado, la concentración de gas o vapor será significativamente inferior al LIE, es decir, habrá un vo-
lumen hipotético menor que VZ donde la concentración es mayor que el LIE.
En el caso de recintos al aire libre, incluso vientos de baja velocidad originan un número alto de renovacio-
nes de aire por hora. En la bibliografía se considera como admisible un valor mínimo de velocidad del vien-
to de 0,5 m/s, lo que origina un número de renovaciones C = 100 h-1 = 0,03 s-1. Para calcular el número de
renovaciones a partir de una velocidad de viento se considera un hipotético cubo alrededor de la fuente (de
más de 15 metros de lado).
Se puede calcular el volumen teórico de atmósfera explosiva alrededor de la fuente a partir de:
(4.37)
Donde:
Sin embargo, a causa de los diferentes mecanismos de dispersión, este método dará generalmente un volu-
men sobredimensionado. La dispersión al aire libre es normalmente más rápida.
Para una velocidad del viento v superior al valor admitido de 0,5 m/s, el número de renovaciones será 0,03
s-1 multiplicado por la relación (v/0,5).
El tiempo requerido para que la concentración media descienda desde un valor inicial X 0 hasta el LIE divi-
dido entre k, después de que el escape ha terminado puede calcularse por:
(4.38)
70
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
(4.39)
donde:
X0 es la concentración inicial de sustancia inflamable expresada en las mismas unidades que el LIE, es
decir en % volumen o en kg/m3. En alguna parte de la atmósfera explosiva la concentración de sustancia
inflamable puede ser del 100% en volumen (en general solamente muy cerca de la fuente de escape).
Sin embargo cuando se calcula tp los valores apropiados para X0 se deben tomar según el caso particular,
considerando entre otros el volumen afectado, la frecuencia y la dirección del escape. En la práctica,
parece razonable tomar para Xo valores mayores que el LIE
tp se expresa en la misma unidad que se haya tomado para C, por ejemplo, si C es el número de cambios
por segundo, el valor de tp será en segundos
fv es el factor que representa la ineficacia de la ventilación (fv = 5, ventilación con entrada de aire a través
de una rendija y una simple abertura de descarga; fv = 1, ventilaciones con entrada de aire a través de
un techo perforado y con múltiples escapes)
Se observa que la concentración inicial Xo tardará menos tiempo en alcanzar el LIE x k, cuanto mayor sea el
número de renovaciones del emplazamiento (C) y cuantos menos obstáculos existan en la ventilación de la
zona (fv).
El valor numérico obtenido en la fórmula para tp no constituye por sí mismo un medio cuantitativo para la de-
terminación del tipo de zona. Proporciona una información adicional que es necesario comparar con la es-
cala de tiempo del proceso y la instalación.
Un grado de escape continuo origina normalmente una Zona 0, uno de grado primario una Zona 1 y uno de
grado secundario una Zona 2. Esto no siempre es exacto porque depende de la eficacia de la ventilación.
En algunos casos el grado y nivel de disponibilidad de la ventilación pueden ser tan altos que en la práctica
no hay emplazamiento peligroso. De otro modo, el grado de ventilación puede ser bajo y entonces la zona
resultante es de mayor grado que el escape (por ejemplo, una Zona 1 originada por un escape de grado se-
cundario). Esto ocurre cuando el nivel de ventilación es tan bajo que la atmósfera explosiva persiste más
tiempo que el que se espera para el grado del escape.
El volumen Vz puede usarse para determinar si el grado de la ventilación se considera alto, medio o bajo.
El tiempo de permanencia tp, puede utilizarse para decidir qué grado de ventilación se requiere para satisfacer
las definiciones de Zona 0, 1 ó 2, y es un parámetro que se debe considerar fundamentalmente si el grado de
la ventilación se ha valorado como medio o bajo, ya que da estimación de lo que puede durar una atmósfera ex-
plosiva después de haber cesado el escape. Este parámetro no tiene sentido para escapes de grado continuo.
71
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
La ventilación puede considerase alta cuando el volumen VZ es muy pequeño o despreciable. Con la venti-
lación en servicio puede considerarse que la fuente de escape no produce una atmósfera explosiva, es de-
cir, que el emplazamiento no es peligroso. Sin embargo habrá una atmósfera explosiva, aunque de una ex-
tensión despreciable, cerca de la fuente de escape.
En la práctica la ventilación alta sólo se puede realizar generalmente con sistemas de ventilación artificial lo-
cal alrededor de la fuga.
El volumen Vz no facilita ninguna indicación del tiempo de duración de la atmósfera explosiva después de
que el escape haya cesado. Esto no tiene importancia en el caso de ventilación alta pero es un factor que se
debe evaluar si la ventilación es media o baja.
La ventilación considerada como media debería controlar la dispersión del escape de gas o vapor inflama-
ble. Es conveniente que el tiempo que se necesite para dispersar una atmósfera tras cesar el escape sea tal
que se cumpla la condición de Zona 1 ó 2 dependiendo de que el grado de escape sea primario o secun-
dario. El tiempo de dispersión aceptable depende de la frecuencia de escape esperada y de la duración de
cada uno. El volumen VZ será a menudo menor que el volumen del emplazamiento cerrado. En este caso,
puede ser aceptable clasificar como peligrosa sólo una parte del recinto cerrado. En algunos casos el volu-
men VZ puede ser similar al del local cerrado, dependiendo de sus dimensiones. En este caso, conviene cla-
sificar como emplazamiento peligroso todo el recinto cerrado.
Si no se cumplen los conceptos anteriores conviene considerar la ventilación como baja. Con baja ventila-
ción el volumen VZ será a menudo similar o mayor que el volumen de cualquier local cerrado. Al aire libre
generalmente no debe haber ventilación baja, excepto cuando haya obstáculos a la circulación del aire, por
ejemplo en fosos.
Ya se han detallado, a lo largo del capítulo, los parámetros que influyen en la extensión de la zona.
El parámetro calculado Vz, puede dar un orden de magnitud del volumen de la zona clasificada, pero la UNE-
EN 60079-10 aconseja que no se utilice exactamente cómo volumen de la zona.
La forma depende de la geometría de los equipos e instalaciones, de las barreras, de la densidad, existen-
cia de sumideros, etc.
A continuación se presentan valores de extensión típica de zona producida por un escape de gas o vapor en
una unión de tuberías. Los valores presentados en la tabla 4.13 [23] corresponden a datos que se han ve-
nido utilizando en la práctica como situaciones más desfavorables esperables. Se trata básicamente de dis-
tancias radiales contadas a partir de la parte externa de la tubería (ver figura 4.7) y sólo son aplicables a ga-
ses o vapores con densidad similar a la del aire (0,8 a 1,2 veces la densidad del aire). Cuando la densidad
relativa del gas o vapor está fuera de estos límites hay un efecto gravitatorio, lo que modificará la geometría
de la zona, como se muestra en las figuras 4.8 y 4.9.
Se consideran 4 tipos de bridas, según que incorporen junta de fibra comprimida (tipo 1), junta espiral (ti-
po 2), junta tórica o junta de compresión metal con metal (tipo 3) o junta atornillada (tipo 4). Se acepta que
las uniones soldadas no dan lugar a fugas.
72
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Figura 4.8. Extensión típica de zona 2 para un gas más denso que el aire (densidad relativa > 1,2)
73
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Figura 4.9. Extensión típica de zona 2 para un gas menos denso que el aire (densidad relativa < 0,8)
Si se trata de fugas de líquidos, estos formarán un charco que puede crecer o evaporarse en función de la
tasa de escape, de la temperatura ambiente y de la capacidad de evaporación del líquido. Las tablas 4.14,
4.15, 4.16 y 4.17 describen el tamaño del charco generado por una fuga en cada uno de los cuatro tipos de
juntas consideradas, en función de las presiones en la tubería [23].
El charco crece simétricamente alrededor de la junta sobre una superficie plana y genera una zona peligro-
sa a su alrededor. La presencia de elementos de contención o pendientes diferentes de la horizontal modifi-
carán la geometría del charco y de su zona peligrosa. La tabla 4.18 presenta a título indicativo la extensión
de la zona, suponiendo una velocidad del aire de 2m/s [23].
Presión de escape Área del charco, en m2, cuando la presión de vapor del líquido es el siguiente
del líquido porcentaje de la presión atmosférica
N/m 2 < 10 % 25 % 50 % 75 % > 90 %
1 x 10 4 207 83 42 28 23
3 x 10 4 399 160 80 53 44
1 x 10 5 765 306 173 102 85
3 x 10 5 1515 606 303 202 168
1 x 10 6 2767 1107 553 369 307
3 x 10 6 5192 2077 1040 692 577
1 x 10 7 9702 3881 1920 1293 1078
Tabla 4.14. Áreas de charcos producidos por fugas de líquidos en uniones con juntas de fibra prensada
Presión de escape Área del charco, en m2, cuando la presión de vapor del líquido es el siguiente
del líquido porcentaje de la presión atmosférica
N/m 2 < 10 % 25 % 50 % 75 % > 90 %
1 x 10 4 12,0 4,0 2,0 1,5 1,0
3 x 10 4 21,0 8,0 3,5 2,5 2,0
1 x 10 5 41,0 16,5 7,5 5,0 3,5
3 x 10 5 70,0 28,0 13,0 9,0 6,5
1 x 10 6 144,0 62,0 29,0 19,0 15,0
6
3 x 10 249,0 113,0 53,0 33,0 28,0
1 x 10 7 506,0 243,0 115,0 72,0 60,0
Tabla 4.15. Áreas de charcos producidos por fugas de líquidos en uniones con juntas espirales
74
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Presión de escape Área del charco, en m2, cuando la presión de vapor del líquido es el siguiente
del líquido porcentaje de la presión atmosférica
N/m 2 < 10 % 25 % 50 % 75 % > 90 %
1 x 10 4 4,5 1,5 0,5 0,5 0,3
3 x 10 4 16,0 5,5 2,5 1,5 1,5
1 x 10 5 20,0 7,0 3,5 2,0 2,0
3 x 10 5 40,0 15,0 7,0 4,5 4,0
1 x 10 6 74,0 30,0 14,0 9,0 7,0
3 x 10 6 147,0 63,0 30,0 20,0 16,0
1 x 10 7 307,0 139,0 65,0 44,0 34,0
Tabla 4.16. Áreas de charcos producidos por fugas de líquidos en uniones con juntas tóricas o juntas de compresión
Presión de escape Área del charco, en m2, cuando la presión de vapor del líquido es el siguiente
del líquido porcentaje de la presión atmosférica
N/m 2 < 10 % 25 % 50 % 75 % > 90 %
1 x 10 4 2,0 0,6 0,3 0,2 0,2
3 x 10 4 4,5 1,5 1,0 0,5 0,5
1 x 10 5 9,0 3,0 1,5 1,0 0,5
3 x 10 5 19,0 7,0 3,5 2,0 1,0
1 x 10 6 35,0 14,0 6,0 4,0 3,0
3 x 10 6 70,0 28,0 13,0 8,0 6,5
1 x 10 7 137,0 55,0 23,0 15,0 12,0
Tabla 4.17. Áreas de charcos producidos por fugas de líquidos en uniones con juntas atornilladas
Área del Extensión del área, en m, por encima y alrededor del charco cuando la presión de vapor del líquido es el
charco siguiente porcentaje de la presión atmosférica
m2 < 10 % 25 % 50 % 75 % > 90 %
0,1 0,04 0,1 0,2 0,3 0,4
0,3 0,07 0,2 0,4 0,5 0,7
1,0 0,1 0,3 0,6 1,0 1,0
3,0 0,2 0,5 1,0 1,5 2,0
10,0 0,4 0,8 2,0 2,5 3,0
30,0 0,6 1,5 3,0 4,5 5,5
100,0 1,0 2,5 5,0 7,5 9,0
300,0 2,0 5,0 10,0 15,0 18,0
1000,0 3,0 7,5 15,0 23,0 27,0
3000,0 4,5 12,0 23,0 34,0 41,0
10000,0 7,5 19,0 38,0 56,0 68,0
Tabla 4.18. Extensión del área peligrosa por encima y alrededor de los límites del charco
75
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Cuando el líquido puede formar nieblas al escapar, la extensión de las áreas puede obtenerse a partir de los
datos de la tabla 4.19, de nuevo en función del tipo de junta y para una velocidad del viento de 2 m/s [23].
En esta sección se muestran varios ejemplos con indicaciones de dimensiones y geometrías de zonas clasi-
ficadas en procesos industriales. Dichos ejemplos no pretenden dar unos valores o reglas para la clasifica-
ción y extensión de zonas, sino ilustrar como se realizaría una clasificación.
En cada caso concreto, se deben analizar la situación y los parámetros propios del escape, ventilación y em-
plazamiento y se recomienda acudir a expertos.
Como ejemplos de aplicación del procedimiento de clasificación de zonas se han seleccionado cinco casos
de instalaciones características, que se analizan a continuación.
En principio, cualquier instalación en la que existan sustancias inflamables debe analizarse para determinar
si existe la posibilidad de atmósfera explosiva. En algunos casos, dicha posibilidad es obvia debida a la ma-
nipulación, procesado o trasvase de grandes cantidades de sustancias inflamables, pero en otros casos de-
be comenzarse analizando la probabilidad real. Por ejemplo, en el caso de un garaje o aparcamiento de ve-
hículos con motor de gasolina o gasóleo, la experiencia demuestra que en condiciones de funcionamiento
normal no se forman atmósferas explosivas; en efecto, bajo tales condiciones no se producen explosiones en
los aparcamientos aunque existen fuentes potenciales de ignición (la bateria del automóvil y sus contactos,
los circuitos eléctricos, las superficies calientes en frenos y escapes, etc.) e incluso está permitido fumar,
pues se considera despreciable la probabilidad de que se forme una atmósfera explosiva alrededor del auto-
móvil. Si aplicamos la tabla 4.7 a un automóvil que puede llegar a contener unos 50 litros de gasolina (pun-
to de inflamación < 0ºC), vemos que no se precisaría clasificación de las áreas de riesgo. De forma más de-
tallada, un reciente estudio [26] demuestra que la ventilación requerida (norma UNE 100.166:1992 sobre
ventilación de aparcamientos) para la dilución del CO a niveles aceptables para la salud de las personas es
más que suficiente para impedir la generación de atmósfera explosiva por el propio CO o por la evaporación
de la gasolina en los vehículos.
76
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Se analiza, en primer lugar, una estación de carga de camiones cisterna para el llenado de productos petro-
líferos inflamables, típicamente gasolinas, situada en el exterior. Posteriormente se detalla el proceso de des-
carga de la cisterna a un depósito subterráneo.
En la modalidad de carga inferior, las bocas de carga coinciden con las de descarga y suelen ir en un late-
ral de la cisterna, a un nivel inferior.
Las bocas de hombre son aberturas circulares de 400 mm a 600 mm de diámetro, cuya tapa de cierre ac-
túa como válvula de emergencia para sobrepresiones en el interior. El cierre es hermético y lleva un meca-
nismo de cierre y apertura rápidos.
Las bocas de descarga están provistas de válvulas de vaciado y tapas roscadas. Las válvulas, junto con las
tapas, impiden la salida de producto existente en la tubería de salida, a partir de las válvulas de fondo de la
cisterna. Éstas evitan que pueda salir el contenido de la cisterna en caso de fallo o rotura de las válvulas de
descarga.
d) Grado de escape
Grado continuo:
– La superficie del líquido en el interior de la cisterna.
Grado primario:
– Bocas de carga en la parte superior de la cisterna.
– Bocas de descarga en la parte inferior de la cisterna.
77
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Grado secundario:
– Dispositivos de sobrepresión o sobrellenado.
– Derrames en el suelo.
Grado secundario:
– Dispositivos sobrepresión: Tabla 4.3, válvulas de seguridad para productos petrolíferos ligeros: 5,2. 10-7 kg/s
– Derrames: se estima que sólo se producirá algún pequeño derrame, con las conexiones sin presión, en la
zona de la cisterna y con un diámetro máximo de 1 m (A = 0,8 m2, R0,2 = 11). Aplicando la expresión (4.11)
se obtiene 8,7. 10-3 kg/s
Si se pudiera producir fuga con los brazos de carga en presión, siendo 7 bar la presión máxima, al aplicar
la expresión (4.9) para una altura del escape de 3 m se obtendría una distancia de hasta 5,5 metros. Por
ello debe existir un procedimiento que impida conectar el brazo de carga en presión.
Como se trata de vapores más densos que el aire, a partir de la fuente de escape se bajará hasta el nivel del
suelo. Para el posible derrame, se aplica la distancia calculada alrededor y por encima del posible charco,
así como del canal de drenaje existente.
Escape Tasa Grado Coef. LIE LIE Temp. Factor Caudal Volumen Radio
escape escape seguridad temp. ventilación ATEX esfera
GE max k % vol kg/m3 kelvin ft Qv min Vz m
(kg/s) (m3/s)
Boca llenado 5,00E-03 primario 0,25 1,3 0,05 293 1 0,4008 13,36 1,472
Valvula seguridad 5,20E-07 secundario 0,5 1,3 0,05 293 1 0 0 0
Derrame 8,70E-03 secundario 0,5 1,3 0,05 293 1 0,3487 11,623 1,405
78
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
NOTA 1: Cuando se utilizan sistemas de recuperación de vapores, las extensiones de las zonas pueden reducirse.
NOTA 2: El reglamento para transporte por carretera ADR 2003 considera en operaciones de carga y descarga
como zona 1 todas las partes externas de la cisterna, sin precisar distancias, y zona 2 el interior de
la cabina. El interior de la cisterna será siempre zona 0.
NOTA 3: El interior de los depósitos se considera zona 0 por la interfase líquido-aire. En caso de existir un proce-
dimiento, enclavamiento o sistema de control que garantice un nivel mínimo de líquido, por debajo
de ese nivel se puede considerar zona no clasificada, ya que siempre habrá sólo líquido, nunca aire, y
en consecuencia no se puede formar la atmósfera explosiva.
d) Grado de escape
Grado continuo:
– La superficie del líquido en el interior de la cisterna.
– La superficie del líquido en el interior del depósito subterráneo.
Grado primario:
– Bocas de carga en la parte superior de la cisterna.
– Bocas de descarga en la parte inferior de la cisterna.
Grado secundario:
– Dispositivos de sobrepresión o sobrellenado.
– Derrames en el suelo.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
NOTA 1: Cuando se utilizan sistemas de recuperación de vapores, las extensiones de las zonas pueden reducirse.
NOTA 2: El reglamento para transporte por carretera ADR 2003 considera en operaciones de carga y descarga
como zona 1 todas las partes externas de la cisterna, sin precisar distancias, y zona 2 el interior de
la cabina. El interior de la cisterna será siempre zona 0.
NOTA 3: El interior de los depósitos se considera zona 0 por la interfase líquido-aire. En caso de existir un proce-
dimiento, enclavamiento o sistema de control que garantice un nivel mínimo de líquido, por debajo
de ese nivel se puede considerar zona no clasificada, ya que siempre habrá sólo líquido, nunca aire,
y en consecuencia no se puede formar la atmósfera explosiva.
80
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
81
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Se trata de una cabina de pintura cerrada para pintado de automóviles en un taller de chapa y pintura, con
ventilación forzada de flujo vertical, es decir, cuya corriente de aire baja desde el techo filtrante hacia el sue-
lo en sentido vertical, arrastrando los restos de la pulverización de pinturas.
La cabina tiene dos fases de trabajo diferenciadas: fase de pintado y fase de secado. En la fase de pintado
el aire puede ser atemperado a 20 ºC mediante el calentador situado antes del filtro. El proceso de pintado
con pistola se desarrolla de manera discontinua con proyección intermitente de pintura, con una duración
máxima de 45 minutos por automóvil. En la fase de secado se reduce el caudal de aire hasta un 25 % y se
eleva la temperatura hasta un máximo de 80 ºC.
d) Grado de escape
Grado continuo:
– No hay.
Grado primario:
– Boca de la pistola de pulverización.
Grado secundario:
– Derrame del depósito de pintura de la pistola.
82
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Grado secundario:
Derrames: al poderse desplazar el operario por toda la cabina, el derrame puede aparecer en cualquier pun-
to del suelo; la superficie máxima será la de la cabina, 26,4 m2. A este valor le corresponde, aplicando la fi-
gura 4.1, un R0,2 de 15. La presión de vapor correspondiente a la temperatura máxima de 20 ºC (se admite
que al comenzar la fase de secado a 80 ºC no hay ningún derrame) no es conocida, pero se dispone del da-
to aportado por la tabla 4.2 correspondiente a 32 ºC y una temperatura de ebullición de 110 ºC, que es
0,062. Para este valor, la tasa de escape sería 0,02 kg/s.
Como se trata de vapores más densos que el aire, a partir de la fuente de escape se bajará hasta el nivel del
suelo y por debajo de la rejilla en el interior de la cabina. También se incluirá la conducción de la corriente
de ventilación al exterior y alrededor de la boca de salida del aire, también hasta el suelo y teniendo en cuen-
ta la densidad del vapor. Además, las puertas de la cabina se pueden asimilar a aberturas de tipo B y, apli-
cando la tabla 3.1, darán lugar en el exterior a un escape de grado secundario (se elige secundario en vez
de primario porque siempre que hay emisión en el interior permanecen cerradas).
Escape Tasa Grado Coef. LIE LIE Temp. Factor Caudal Renova- Volumen Radio
escape escape seguridad temp. ventilación ciones ATEX esfera
GE max k % vol kg/m3 kelvin ft Qv min Vz m
(kg/s) (m3/s)
Pistola 3,00E-03 primario 0,25 1,2 0,049 293 1 0,2434 0,075 3,239 0,918
Derrame 2,00E-02 secundario 0,5 1,2 0,049 293 1 0,8114 0,075 10,796 1,371
83
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Diversas sustancias químicas se almacenan en un área cerrada, dejando en el exterior botellas de gases.
Como materias inflamables características se consideran el acetileno como gas más peligroso entre los al-
macenados y el etanol como líquido inflamable en el interior del almacén.
Los líquidos se mantienen en recipientes metálicos y de plástico, que se almacenan en estanterías, así como
en bidones de chapa de acero, según requisitos del Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos.
El almacén tiene ventilación natural, con aberturas en las partes bajas y altas de la sala con objeto de favo-
recer la circulación del aire. En el exterior la ventilación es al aire, levemente dificultada por la propia pared
del almacén cerrado.
84
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
– Localización: interior.
– Temperatura de operación máxima: 50 ºC.
d) Grado de escape
Grado continuo:
– No hay.
Grado primario:
– No hay.
Grado secundario:
– Fugas por los cierres de los recipientes.
85
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
tor de ventilación 5 (para ventilación natural el factor 1 corresponde a una instalación al aire libre), se cal-
cula el volumen de atmósfera explosiva, que correspondería a una esfera, cuyo radio se calcula fácilmente
(ver tabla 4.22). Los valores se redondean a 1,2 m.
Escape Tasa Grado Coef. LIE LIE Temp. Factor Caudal Volumen Radio
escape escape seguridad temp. ventilación ATEX esfera
GE max k % vol kg/m3 kelvin ft Qv min Vz m
(kg/s) (m3/s)
Recipientes 1,18E-03 secundario 0,5 3,1 0,0637 323 1,102 0,04084 6,807 1,176
Como se trata de vapores más densos que el aire, a partir de la fuente de escape se bajará hasta el nivel del
suelo y a través de las rejillas de ventilación (aberturas de tipo A) se extenderá la zona también en el exte-
rior alrededor de las rejillas de ventilación del nivel inferior. También se clasificará alrededor de la puerta de
acceso al almacén (abertura tipo B).
d) Grado de escape
Grado continuo:
– No hay.
Grado primario:
– No hay.
Grado secundario:
– Fugas por la válvula de cierre de las botellas.
86
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Escape Tasa Grado Coef LIE LIE Temp. Factor Caudal Volumen Radio
escape escape seguridad temp. ventilación ATEX esfera
GE max k % vol kg/m3 kelvin ft Qv min Vz m
(kg/s) (m3/s)
Válvula 8,50E-03 secundario 0,5 2,3 0,0267 323 1,102 0,7019 46,793 2,235
Como se trata de un gas con densidad similar a la del aire, se tomará esa distancia en todas las direcciones,
abarcando toda la línea de botellas.
87
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
La línea del quemador está compuesta por los siguientes elementos, con DN 25 mm: válvula manual de cor-
te, regulador de presión de gas, dispositivo automático de control de presión de gas, válvula automática de
corte y filtro. Los escapes en los componentes se consideran posibles de forma periódica u ocasional durante
el funcionamiento normal.
88
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
d) Grado de escape
Grado continuo:
– No hay.
Grado primario:
– Válvula manual de corte.
– Regulador de presión de gas.
– Dispositivo automático de control de presión de gas.
– Válvula automática de corte.
– Filtro.
Grado secundario:
– No hay.
Otra alternativa será considerar el valor global que da la misma tabla 4.6 para el conjunto de la línea del que-
mador de gas:
– Quemador: 2,43.10 -8 kg/s
89
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Escape Tasa Grado Coef. LIE LIE Temp. Factor Caudal Renova- Volumen Radio
escape escape seguridad temp. ventilación ciones ATEX esfera
GE max k % vol kg/m3 kelvin ft Qv min Vz m
(kg/s) (m3/s)
Válvula manual 2,08E-08 primario 0,25 4,4 0,0314 293 1 3E-06 0,00022 0,068 0,253
Regulador 5,20E-09 primario 0,25 4,4 0,0314 293 1 1E-06 0,00022 0,018 0,163
Dispositivo 2,08E-08 primario 0,25 4,4 0,0314 293 1 3E-06 0,00022 0,055 0,236
control presión
Válvula automática 1,04E-08 primario 0,25 4,4 0,0314 293 1 1E-06 0,00022 0,018 0,163
Filtro 2,08E-08 primario 0,25 4,4 0,0314 293 1 3E-06 0,00022 0,055 0,236
SUMA (3) primario 0,25 9E-06 0,00022 0,164 0,34
Como alternativa, en lugar de los cinco elementos independientes de la línea del quemador, se podría cal-
cular el escape para toda la línea según el dato antes citado de la tabla 4.6. En este caso los cálculos serí-
an los indicados en la tabla 4.25.
Escape Tasa Grado Coef LIE LIE Temp. Factor Caudal Renova- Volumen Radio
escape escape seguridad temp. ventilación ciones ATEX esfera
GE max k % vol kg/m3 kelvin ft Qv min Vz m
(kg/s) (m3/s)
Quemador 2,43E-08 primario 0,25 4,4 0,0314 293 1 0,3E-06 0,00022 0,055 0,236
Tabla 4.25. Cálculos para la clasificación de zonas (basados en la línea del quemador)
Como puede verse, el valor así obtenido, 0,236 se redondearía a 0,3 m, valor ligeramente menor que en el
caso anterior. De forma conservadora, sería preferible el valor de 0,4 m.
Como se trata de un gas más ligero que el aire, las distancias en vertical se tomarán con valor doble que en
el resto de las direcciones.
90
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
En una sala de proceso de 70 m3 hay un tanque reactor usado para mezclar sustancias líquidas inflamables,
con base de acetona. El tanque tiene 3 m de altura y 2 m de diámetro y los líquidos, procedentes de bido-
nes, se añaden por la parte superior del tanque.
La temperatura máxima de trabajo es 20 ºC. En el caso 1, la ventilación es natural directa a través de aber-
turas en las paredes y techo instaladas en lugares adecuados y se mantienen limpias, de manera que no
puedan ser obstruidas (se valora el factor de eficacia de la ventilación como fv = 4).
En los casos 2 y 3 el caudal de ventilación general de la sala es de 3000 m3/h, es decir, 0,83 m3/s. En el ca-
so 2 existe además una aspiración localizada con un caudal de 1,4 m3/s.
91
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
d) Grado de escape
Grado continuo:
– La superficie del líquido en el tanque.
Grado primario:
– Válvula de descarga del tanque (casos 1 y 2).
Grado secundario:
– Derrames y fugas del líquido contenido en el tanque (casos 1 y 2).
– Válvulas en las tuberías de entrada y salida de líquido (caso 3).
Grado primario:
Al emplear la válvula inferior del tanque para la descarga y llenado de otros recipientes, la tasa de escape se
puede calcular a partir de la evaporación sobre la superficie del recipiente de llenado. Si se considera un bi-
dón de 600 mm de diámetro (A = 0,283 m2) al aplicar la figura 4.1 se obtiene un valor de R0,2 = 9,5. Mediante
(4.11) se obtiene G vap = 8,3.10-4 kg/s
Grado secundario:
Para los derrames y fugas se estima que como máximo se producirán escapes similares al escape primario
debido a la válvula: 8,3.10 -4 kg/s. Para las válvulas automáticas del caso 3, la tabla 4.3 proporciona un valor
de escape de 1,0.10 -7 kg/s.
92
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
CASO 2:
– Tipo de ventilación: artificial local junto al tanque y artificial general en sala
– Grado: medio
– Disponibilidad: alta
– Ineficacia de la ventilación fv: 1 (tabla 4.12)
CASO 3:
– Tipo de ventilación: artificial general en sala
– Grado: medio
– Disponibilidad: alta
– Ineficacia de la ventilación fv: 1 (tabla 4.12)
CASO 1:
Mediante la expresión (4.26) se calculan los caudales de aire fresco, Q v min. y mediante (4.37), con un fac-
tor de ventilación 4, se calcula el volumen de atmósfera explosiva para cada una de las fuentes de escape,
obteniendo los valores de la tabla 4.26.
Escape Tasa Grado Coef. LIE LIE Temp. Factor Caudal Volumen Radio
escape escape seguridad temp. ventilación ATEX esfera
GE max k % vol kg/m3 kelvin ft Qv min Vz m
(kg/s) (m3/s)
Superficie 7,17E-03 continuo 0,25 2,5 0,0647 293 1 0,443277 59,104 2,416
Válvula descarga 8,30E-04 primario 0,25 2,5 0,0647 293 1 0,051314 6,84183 1,178
Derrames y fugas 8,30E-04 secundario 0,5 2,5 0,0647 293 1 0,025657 3,42092 0,935
Tabla 4.26. Cálculos para la clasificación de zonas (tanque con ventilación natural)
CASO 2:
Mediante la expresión (4.26) se calculan los caudales de aire fresco, Q v min. Para la superficie del líquido, el
caudal de ventilación local es de 1,4 m3/s proporcionados por el extractor localizado sobre el tanque, que
afecta a un volumen aproximado de 6 m3 (alrededor de hasta 2 m por encima de la superficie del líquido,
que tiene un área de 3,14 m2). Mediante (4.35) se calcula el volumen Vz, que corresponde a un radio de
0,768 m, redondeado a 0,8 m.
Para los otros escapes, se emplea el volumen total de la sala y el caudal de ventilación general, obteniendo
los valores de la tabla 4.27.
Escape Tasa Grado Coef. LIE LIE Temp. Factor Caudal Renova- Volumen Radio
escape escape seguridad temp. ventilación ciones ATEX esfera
GE max k % vol kg/m3 kelvin ft Qv min Vz m
(kg/s) (m3/s)
Superficie 7,17E-03 continuo 0,25 2,5 0,0647 293 1 0,4433 0,233 1,9 0,768
Válvula descarga 5,20E-07 primario 0,25 2,5 0,0647 293 1 3,2E-05 0,012 0,002701 0,086
Derrames y fugas 5,20E-07 secundario 0,5 2,5 0,0647 293 1 1,6E-05 0,012 0,00135 0,069
CASO 3:
Ahora la atmósfera explosiva está confinada en el interior del tanque cerrado y sólo hay un escape secun-
dario en las válvulas, proporcionando un volumen despreciable. No obstante, como precaución, se clasifica
toda la sala como zona 2 y se deja una zona separada físicamente mediante tabiques para poder instalar la
instrumentación de control en una zona no clasificada. Si esta zona tiene aberturas de comunicación con la
sala de operación, deberá garantizarse que la atmósfera de la sala no puede entrar a la zona de instrumen-
tación, lo que puede lograrse, por ejemplo, mediante ventilación adecuada.
NOTA: el interior del recipiente puede ser incluso zona no clasificada si no hay aire o no hay oxígeno sufi-
ciente para formar atmósfera explosiva.
NOTA: Esta situación no se debe aceptar en una buena práctica industrial, debido a la extensión de la zona
0 por fuera del tanque, en lugares donde puede haber equipos de potencia y tránsito de personal.
CASO 2
ZONA 0: 0,8 m alrededor de la superficie del líquido en el tanque.
ZONA 1: 0,8 m alrededor de la zona 0.
ZONA 2: El resto de la sala.
CASO 3
ZONA 0: El interior del tanque.
ZONA 1: No hay
ZONA 2: El resto de la sala hasta los tabiques.
94
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
95
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
5. Procedimiento para la
clasificación de zonas para polvos
La norma de referencia para la clasificación de zonas en emplazamientos donde el polvo combustible está o
puede estar presente es la prEN 50281-3 [21]. El procedimiento general consta de los siguientes pasos:
d) Grado de escape
Para cada fuente de escape se establece la frecuencia y duración (grado de escape) de emisión de sustan-
cias pulverulentas y se comprueba la posibilidad de eliminar o limitar lo más posible los escapes de grado
continuo y de grado primario, o al menos se comprueba si se pueden reducir los caudales.
97
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Esa clasificación también aparecía en normas antiguas internacionales, como la CEI 1241-3. Por su parte,
las normas norteamericanas National Electrical Code (NEC) también basaban la clasificación en un esque-
ma de dos niveles de probabilidad de formación de atmósfera explosiva, que denominaban División 1 (sus-
tancia presente en condiciones normales) y División 2 (sólo bajo condición de fallo o avería).
Igualmente, las normas alemanas contemplaban dos tipos de zonas para instalaciones con polvos combus-
tibles: zona 10 y zona 11
Todas estas clasificaciones se considerarán incorrectas y se citan aquí pues aún pueden encontrarse en la
bibliografía y en algunas instalaciones ya clasificadas.
La clasificación para zonas por polvos según el enfoque de las nuevas directivas sobre atmósferas explosivas
se basa en TRES TIPOS DE ZONAS, zona 20, zona 21 y zona 22, cuyas definiciones pueden encontrarse en el
capítulo 2 de este manual.
Área de trabajo en la que una atmósfera explosiva en forma de nube de polvo combustible en el aire está
presente de forma permanente, o por un período de tiempo prolongado o con frecuencia.
y compararla con la que aparece en el documento prenormativo PNE 202004-3 [27], equivalente a la norma
IEC 61241-3 [28]:
Área en la que el polvo combustible está presente de forma continua o frecuentemente, durante el fun-
cionamiento normal, en cantidad suficiente como para formar una concentración explosiva con el aire,
y/o en la que pueden formarse capas de espesor excesivo e incontrolable.
Según esta última, las capas de espesor excesivo e incontrolable constituyen por sí solas zona 20, mientras
que la definición previa, propuesta en esta guía, así como en la directiva ATEX de instalaciones [2], en el
Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión [9] y en las normas de origen CEN [15], [19], [21] no se inclu-
ye esa referencia a las capas de polvo.
¿Existe una contradicción en estas definiciones? Debe tenerse en cuenta que esta última definición es la que, en
principio, está previsto convertir en norma UNE, lo que podría contradecir todo el trabajo normativo de CEN y, por
supuesto, el concepto de lo que debe considerarse como zona 20. Conviene, por tanto, analizarlo detenidamente.
El documento PNE 202004-3 establece que “las capas de polvo de espesor no controlable sólo se encuen-
tran en el interior de los equipos, siempre que se hayan tomado medidas adecuadas para evitar su acumu-
lación en el exterior”. Y afirma, al referirse a las instalaciones que “las capas de polvo en el exterior de los
equipos son, en principio de espesor controlable”.
Con estas afirmaciones las dos definiciones convergen, al haber acuerdo en que sólo los interiores de los
equipos deben clasificarse como zona 20, pues fuera de ellos no habrá cantidad de producto suficiente
como para formar atmósfera explosiva continuamente, o por largos períodos o frecuentemente.
Esto debería ser así pero, desgraciadamente, sigue sin ser cierto en numerosas instalaciones de procesamien-
to de polvos combustibles, en las que aún pueden observarse fuera de los equipos enormes cantidades de
polvo. Y la futura norma termina reconociéndolo, al admitir que “si se forman capas de espesor no controlable
(por mal mantenimiento), lo que es inaceptable, darán lugar siempre a zona 20.
Esta posibilidad no está directamente contemplada en las normas CEN, que de forma general consideran
sólo zona 20 el interior de los equipos, por lo que no es admisible considerar capas de polvo incontroladas
fuera de los equipos. Toda una declaración de lo que no es aceptable por inseguro.
98
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
La regla general será, por consiguiente, considerar las capas de polvo como fuentes de escape. Y si existie-
ran cantidades de polvo permanentemente en cantidad suficiente para generar atmósfera explosiva, podrí-
an llegar a considerarse como fuentes de escape de grado continuo. En el apartado 5.3 se analiza la influen-
cia de las capas de polvo.
Debe tenerse presente que, normalmente, la capa de polvo contiene suficiente cantidad para formar atmós-
fera explosiva.
Para tener una aproximación del espesor de polvo necesario para que se pueda formar una atmósfera explo-
siva de una cierta concentración C de polvo en suspensión, se pueden emplear las expresiones de la figura
5.1, que permiten calcular la concentración que alcanzaría el polvo de densidad ρ al resultar dispersado
homogéneamente en el recinto que lo contiene, como puede ser una gran sala o zona de trabajo de forma
cúbica, o un conducto de forma cilíndrica [29].
Para un producto pulverulento o granulado con una densidad en masa típica ρ = 500 kg/m3, una capa de
sólo 1 mm de espesor daría lugar a una concentración de 100 g/m3 al dispersarse homogéneamente en un
recinto (zona de producción, sala de trabajo, etc.) de altura 5 m. Si en lugar de dispersarse en todo el recin-
to sólo lo hiciera hasta una altura de 1 m sobre el suelo, entonces la concentración sería de 500 g/m3.
Si se trata de un conducto de diámetro 0,25 m, una capa de sólo 0,1 mm proporcionaría una concentración
superior a 1000 g/m3 en su interior. La ventaja de que el polvo esté depositado en el interior de un conduc-
to es que la atmósfera explosiva se crea sólo dentro del conducto, con lo que se tiene controlada la zona peli-
grosa. Por el contrario, cuando el polvo sale fuera del conducto o de cualquier equipo y se deposita en el
exterior, la atmósfera explosiva se extiende hacia zonas que teóricamente deberían ser seguras.
C = ρ (h/H) C = ρ (4 h)/D
Finamente, debe tenerse presente que pueden formarse capas peligrosas a partir de nubes de polvo muy
diluidas, ya que, si no se controla, el proceso de sedimentación del polvo puede prolongarse largos períodos,
resultando en una cantidad no despreciable de producto.
99
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Las instalaciones en las que se maneja, produce o almacena polvo combustible se deben diseñar y mante-
ner de tal manera que no se produzcan escapes de polvo combustible y, consecuentemente, la extensión de
las zonas clasificadas sea mínima.
Los polvos combustibles normalmente forman atmósferas explosivas entre ciertas concentraciones. Por lo
tanto, una alta concentración de una mezcla polvo/aire que puede estar por encima de la concentración
máxima explosiva y por tanto no ser una atmósfera de polvo explosiva, puede llegar a serlo si se diluye, o si
se forman turbulencias y acumulaciones locales.
En una situación donde las mezclas polvo/aire son posibles se deberían seguir los siguientes pasos:
1. Eliminar la posibilidad de una mezcla explosiva de polvo/aire y capas de polvo combustible
2. Eliminar la posibilidad de cualquier fuente de ignición.
Si esto no se puede realizar, deben tomarse medidas para reducir la probabilidad de que ocurra alguna de las
dos (mezcla explosiva y fuente de ignición), de forma que la probabilidad de que coincidan sea suficiente-
mente pequeña como para ser aceptable. En algunos casos, cuando la prevención no puede garantizar un
nivel de seguridad aceptable, puede ser necesario emplear algún método de protección contra explosiones.
En la mayoría de las situaciones prácticas donde los polvos combustibles están presentes, es difícil asegu-
rar que nunca aparezca una mezcla explosiva de polvo/aire o una capa de polvo combustible. Es también
difícil asegurar que los equipos, máquinas o aparatos nunca se van a convertir en una fuente de ignición.
Por tanto, en situaciones donde una mezcla explosiva de polvo/aire o una capa de polvo tienen alta proba-
bilidad de coexistir, se utilizarán aparatos diseñados para tener una probabilidad extremadamente baja de
originar una fuente de ignición.
Se consideran áreas de riesgo aquéllas en las que pueden formarse atmósferas explosivas en cantidades
tales que resulte necesaria la adopción de precauciones especiales para proteger la seguridad de los traba-
jadores afectados. Todas las sustancias inflamables o combustibles se consideran capaces de formar atmós-
feras explosivas a no ser que el análisis de sus propiedades demuestre lo contrario.
La clasificación zonal se basa en las características del material (tamaño de partícula, humedad del polvo,
parámetros de explosividad), en la presencia de acumulaciones de polvo o fuentes de escape y en la pro-
babilidad de que se puedan formar mezclas explosivas polvo/aire.
Para determinar las posibilidades de escape en los lugares por donde el polvo sale despedido, es liberado o
puesto en suspensión, deben tenerse en cuenta parámetros del proceso, tales como:
– Presiones superiores a la atmosférica
– Velocidad de transporte
100
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Las nubes y capas de polvo se consideran de forma separada, ya que una nube de polvo es una atmósfera
potencialmente explosiva en sí misma, mientras que una capa de polvo representa un riesgo latente. Por eso
se considera que una capa de polvo actúa como una fuente de escape y, en consecuencia, se trata como tal
a la hora de establecer la clasificación de zonas.
En el interior de los equipos donde se almacenan, manipulan o procesan productos pulverulentos, a menu-
do no pueden evitarse las capas de polvo de espesor incontrolado, ya que forman parte del propio proceso.
Por el contrario, las capas de polvo que se forman en el exterior de los equipos deben ser controladas (por
ejemplo, mediante una limpieza diaria) hasta alcanzar un nivel aceptable. Conseguir el nivel adecuado puede
tener consecuencias en la selección de los equipos eléctricos o no eléctricos. La idoneidad del mencionado
nivel depende entre otros factores, de las características del polvo y de la temperatura superficial del equi-
po o maquinaria.
En la mayoría de los casos, una capa de polvo de tan solo 1 mm de espesor contiene suficiente cantidad de
éste para crear una mezcla polvo/aire explosiva. En este caso, el área deberá ser clasificada.
Debe recordarse que, con el tiempo, es posible la formación de capas de polvo peligrosas a partir de una
nube de polvo cuya concentración esté muy por debajo de la concentración mínima explosiva.
La dispersión será poco probable en zonas alejadas del paso del personal, en zonas libres de corrientes y
alejadas de máquinas con movimiento o vibración.
Grado de escape Dispersión probable en funcionamiento normal Dispersión improbable en funcionamiento normal
Primario 21 22
Secundario 22 No se clasifica
101
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Grado de escape Dispersión probable en funcionamiento normal Dispersión improbable en funcionamiento normal
Primario o secundario 21 22
Según se ha indicado, cuanto mayor es la probabilidad de que se forme o esté presente una atmósfera
potencialmente explosiva, mayores deben ser las exigencias de los equipos que se van a instalar.
Es importante señalar que dentro de un mismo emplazamiento pueden coexistir diferentes tipos de zonas,
cada una con sus correspondientes exigencias. A veces es posible desplazar un equipo eléctrico (por ejem-
plo, luminarias, timbres, altavoces) una distancia corta, pero suficiente para que el equipo quede instalado
en una zona de menor grado de exigencia.
Es difícil definir un criterio único y, por desgracia, no se conocen fórmulas o expresiones experimentales que
permitan definir la extensión de las zonas debidas a polvo con la precisión existente para las zonas de gases.
En general, se tomará normalmente una distancia de 1 m alrededor de la fuente de escape y hasta el suelo
o superficie sólida.
Como el polvo se deposita y forma capas, a veces a distancias considerables, también de forma general se
debe definir la extensión de la zona clasificada hasta los límites que se extienda la capa de polvo.
Un emplazamiento clasificado como zona 20 se debe considerar que es inaceptable como zona de trabajo,
es decir, nunca deberían entrar personas en zonas clasificadas como zona 20.
Si hay una fuente de escape de grado secundario en el exterior de un equipo o local, se definirá una zona
22 en el exterior, normalmente 1 m alrededor escape.
Zona 20
La extensión de la zona 20 será:
– el interior de los conductos y equipos que producen y manipulan polvo, en los que están presentes de forma
continua o frecuente mezclas polvo/aire explosivas
– el interior de equipos que contienen polvo donde pueden formarse capas de polvo de espesor excesivo e
incontrolable
102
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Si en el exterior del equipo que contiene polvo hay continuamente presente una mezcla polvo/aire explosiva,
se requiere una clasificación de zona 20. Sin embargo, esta situación es inaceptable en áreas de trabajo.
Zona 21
En la mayoría de las circunstancias, la extensión de la zona 21 puede definirse por evaluación de las fuen-
tes de escape que causan mezclas polvo/aire explosivas o capas de polvo peligrosas o ambas a la vez, en
relación con el ambiente.
Si se acumulan capas de polvo en el exterior de una Zona 21, puede requerirse una posterior clasifica-
ción para tener en cuenta la extensión de la capa así como las posibles dispersiones de la capa que pue-
den producir una nube.
Zona 22
En la mayoría de las circunstancias, la extensión de la zona 22 puede definirse por evaluación de las fuen-
tes que causan mezclas polvo/aire explosivas, en relación con el ambiente.
La extensión de un área formada por una fuente de escape también depende de diversos parámetros del polvo
como cantidad de polvo, velocidad de transporte, tamaño de partícula y contenido de humedad en el producto:
– normalmente la zona será de una anchura horizontal de 1 m alrededor de la fuente de escape y se extenderá
verticalmente hacia abajo hasta alcanzar el suelo o el nivel del piso inferior.
– cuando la extensión del polvo esté limitada por estructuras mecánicas (paredes, etc.) pueden tomarse como
límites de la zona las superficies de éstas
– consideraciones prácticas pueden hacer deseable clasificar toda el área en estudio como zona 22
En el caso de áreas exteriores a los edificios (al aire libre), los límites de la zona 22 pueden verse reduci-
dos como consecuencia de las condiciones climáticas como viento, lluvia, etc. Normalmente será sufi-
ciente un área de 1 m de anchura alrededor de la fuente de escape.
Una zona 21 no confinada (no limitada por estructuras mecánicas, como un reactor con un tragante abier-
to) situada en su interior, estará siempre rodeada por una zona 22. Esto es consecuencia de la formación
de capas de polvo.
Si se acumulan capas de polvo en el exterior de una Zona 22, puede requerir una posterior clasificación para tener
en cuenta la extensión de la capa, así como las posibles dispersiones de la capa que puedan producir una nube.
Es importante tener esto presente, especialmente si se establece la clasificación de zonas sobre planos o
en la fase de proyecto, ya que la experiencia indica que, con el tiempo, la extensión de las zonas puede
ser superior a la prevista inicialmente como consecuencia de la capacidad del polvo de llegar hasta dis-
tancias mayores y formar allí capas de polvo. En estos casos, debe revisarse la clasificación de zonas
cuando se realice la puesta en marcha de la instalación o, mejor aún, un cierto tiempo después.
103
Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Las capas, acumulaciones y montones de polvo se deben considerar como cualquier otra fuente de escape
que puede formar una atmósfera explosiva.
Zona 20
Ejemplos de emplazamientos que pueden dar lugar a zona 20 dentro de almacenamientos de polvo:
– tolvas, silos, etc.;
– ciclones y filtros;
– sistemas de transporte de polvo, excepto algunas partes de transportadores de bandas y de cadenas, etc.;
– mezcladores, molinos, secadores, equipos de ensacado, etc.;
Zona 21
Ejemplos de emplazamientos que pueden dar lugar a zona 21:
– áreas exteriores a contenedores de polvo y en las proximidades a puertas de acceso sometidas a aperturas
frecuentes o retiradas por motivos operativos, cuando en el interior hay presentes mezclas polvo/aire explosivas;
– áreas en el exterior de equipos que contienen polvo y en las proximidades de puntos de carga y descarga,
alimentadores de cinta, puntos de muestreo, estaciones de descarga de camiones, puntos de transferencia
de cintas, etc., donde no se hayan adoptado medidas para evitar la formación de mezclas polvo/aire explosivas;
– áreas exteriores a los equipos que contienen polvo, donde se acumula el polvo y en las cuales, debido a las
operaciones de proceso, la capa de polvo tiene probabilidad de verse perturbada y originar mezclas polvo/
aire explosivas;
– áreas alrededor de las salidas de ciclones y filtros de mangas (el área de salida de estos equipos siempre
contiene pequeñas cantidades de polvo extremadamente fino, actuando como una fuente continua con baja
concentración), cuando el polvo llega a acumularse cerca de las salidas debido a largos períodos de tiempo,
de forma que puede dar lugar a mezclas polvo/aire explosivas si las capas de polvo se ven perturbadas.
Zona 22
Ejemplos de emplazamientos que pueden dar lugar a zona 22:
– salidas de los respiraderos de filtros de mangas, ya que en caso de un mal funcionamiento pueden emitir
mezclas polvo/aire explosivas.
– emplazamientos próximos a equipos que han de abrirse con poca frecuencia, o equipos que por experiencia
se sabe que pueden dar lugar a pérdidas y que a consecuencia de una presión superior a la atmosférica
el polvo saldrá despedido; equipos neumáticos (presión positiva), conexiones flexibles que pueden resultar
dañadas, etc.;
– equipos de seguridad asociados con el venteo de explosiones como discos de ruptura o puertas antiexplosión
que pueden dar lugar a una liberación de polvo cuando se abren;
– almacenamientos de sacos que contienen productos pulverulentos. Durante la manipulación de los sacos
puede producirse la rotura de estos, dando lugar a escapes de polvo;
– áreas normalmente clasificadas como zona 21 podrían llegar a clasificarse como zona 22 cuando se empleen
medidas para prevenir la formación de mezclas polvo/aire explosivas. Estas medidas incluyen la captación
de polvo en los escapes. Dichas medidas deberán emplearse en las proximidades de los puntos de llenado y
vaciado de sacos, alimentadores de bandas, puntos de muestreo, estaciones de descarga de camiones, puntos
de transferencia de cintas, etc.;
– áreas donde se han formado capas de polvo controladas siendo improbable que lleguen a originar mezclas polvo/
aire explosivas. En la mayoría de los casos una capa de polvo contiene suficiente cantidad de éste para originar
una mezcla polvo/aire explosiva. El área sólo podrá ser clasificada como segura si las capas de polvo son
retiradas mediante limpieza antes de que se puedan formar mezclas polvo/aire peligrosas.
Si las capas de polvo de espesor incontrolado se encuentran únicamente en el interior de los contenedores
de polvo, es señal de que se han tomado las medidas adecuadas contra las acumulaciones de polvo en el
exterior de los equipos.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Sin embargo, en el exterior de los sistemas de confinamiento de polvo, todos los tipos de escapes que origi-
nen una capa de polvo incontrolada (inadecuado mantenimiento de la limpieza) que resulte inaceptable,
darán lugar a una zona 20.
Deberán determinarse los parámetros de explosividad que no sean conocidos para la granulometría y hume-
dad del producto procesado.
d) Grado de escape
Grado continuo:
– El interior de las tuberías de transporte (no producen fuentes de escapes exteriores por ir soldadas y embridadas
mediante tornillos en sus emboquilladuras).
– El interior de los silos.
– El interior de las mangas de despresurización
Grado primario:
– A través de las mangas de despresurización salen de vez en cuando muy pequeñas cantidades de polvo.
Grado secundario:
– Los registros de inspección laterales de los silos, que se abren muy infrecuentemente.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
– El interior de los conductos de venteo (los conductos están atornillados a los marcos de los venteos, impidiendo
en ese punto fugas, por lo que la fuente de escape se traslada por el interior de los conductos hasta la boca
exterior de los mismos).
d) Grado de escape
Grado continuo:
– El interior de las tuberías de transporte (no producen fuentes de escapes exteriores por ir soldadas y embridadas
mediante tornillos en sus emboquilladuras).
– El interior de las cubas dosificadoras de amasado.
– El interior de las máquinas de conformado (sistema de trabajo basado en dejar caer harina sobre los trozos
precortados, para su cocción ).
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
Grado primario:
– En la descarga de la harina sobre las dosificadoras (abiertas)
– Las máquinas de conformado dejan salir polvo hacia el exterior
– La manipulación de aditivos y los pequeños amasados a mano suponen escapes de grado primario.
Grado secundario:
– Los ingredientes minoritarios y aditivos se guardan en sacos, que pueden originar pequeñas fugas poco frecuentes.
– La puerta de comunicación con la zona de silos aporta pequeñas y ocasionales cantidades de polvo.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
En el taller se instalan diversas máquinas: sierras de cinta, sierras circulares, tronzadora, cepilladora, ingle-
tadora, etc. Todas las máquinas que arrancan viruta o producen polvo están dotadas de bocas de aspiración
locales. Hay también aspiración en un banco de trabajo para máquinas portátiles. Los conductos de aspira-
ción van a una conducción general que lleva hasta un ciclón situado en el exterior, con salida del aire hacia
el exterior. El ventilador centrífugo del sistema de aspiración está instalado en una pequeña dependencia en
el exterior. El ciclón está dotado de paneles de venteo en su frontal. La descarga del ciclón se realiza sobre
sacos. Los sacos ya llenos, se cierran y se dejan hasta su salida en un rincón del taller.
En el taller hay también una zona de trabajo para diversas operaciones (montajes, encolado) con muy escasa
producción de polvo, por lo que no tiene aspiración.
d) Grado de escape
Grado continuo:
– El interior del ciclón.
Grado primario:
– Todas las máquinas con importante arranque de serrín (sierra circular, cepillos, lijadoras)
– El interior de las tuberías de aspiración.
Grado secundario:
– El resto de las máquinas fijas.
– Los trabajos realizados en el banco con herramientas móviles o portátiles.
– La conducción de salida desde el ciclón.
– Los venteos del ciclón.
– La unión del saco de serrín a la descarga del ciclón.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
NOTA 1: Se supone una buena eficacia de la extracción y una buena limpieza (varias veces por turno de trabajo),
lo que evita la presencia de capas de polvo, incluso en las máquinas de importante arranque de serrín.
Si no fuera así, las zonas 22 alrededor de las máquinas pasarían a zona 21 y la zona 22 se extendería
por todo el taller.
NOTA 2: Se admite que el conducto de salida del ciclón no origina escapes en la caseta del ventilador y ésta
se limpia con cierta frecuencia, por lo que no existe polvo. Si no fuera así, se clasificaría como zona
22 (escape secundario).
NOTA 3: En el almacén y en la zona donde se dejan las maderas ya troceadas o trabajadas se considera que
la limpieza evita la acumulación de capas de polvo.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
La tolva dosificadora, a través de una válvula rotativa, alimenta un molino de martillos para la trituración del
carbón, donde se reduce su tamaño hasta obtener un 90% menor de 0,8 mm. La salida del molino descar-
ga a una tolva de forma continua y a través de una válvula rotativa y una unión flexible, sobre un recipiente
de descarga que puede desplazarse.
La tolva de descarga del molino está dotada de un filtro de mangas para recolectar los finos. El filtro incor-
pora paneles de venteo de explosión.
d) Grado de escape
Grado continuo:
– El interior del molino.
– El interior (lado sucio) del filtro de mangas.
– El interior del recipiente de descarga del molino.
Grado primario:
– La descarga de la cinta transportadora.
– El interior de la tolva de dosificación.
Grado secundario:
– La compuerta de inspección del molino, que se abre poco frecuentemente para inspección y sustitución de
martillos.
– Las aberturas de la parte superior del filtro de mangas, empleadas para sustitución de las mangas.
– El acoplamiento flexible entre la válvula rotativa de la tolva de descarga y el recipiente, que deja escapar polvo
– Los venteos del filtro.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
jo de 1 mm. Por el contrario, a la salida del molino, el polvo es mucho más fino y el escape en la descarga
sobre el recipiente, impulsada por la válvula rotativa puede suponerse con un alcance mayor, por lo que se
toma una distancia de 2 m.
La presencia de polvo depositado en forma de capas lleva a definir la extensión de la zona clasificada hasta
los límites que se extienda la capa de polvo.
NOTA 1: Se supone una limpieza suficiente (una vez por turno de trabajo), de forma que no se producen grandes
acumulaciones de polvo. Si la limpieza no fuera suficientemente buena en su planificación o en su
ejecución, es decir, si se observa polvo depositado (se marcan las huellas al caminar) entonces se
clasificará todo el emplazamiento como zona 22.
NOTA 2: Si se garantiza la hermeticidad de las mangas en el filtro y se asegura mediante procedimiento operativo
la parada inmediata en caso de rotura o fisura en una manga, la zona limpia del filtro podrá considerarse
libre de polvo y, por tanto, no clasificada.
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Clasificación de zonas
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El transportador de cadenas genera menos polvo que el elevador de cangilones y está cerrado, con registros
en sus extremos. La cinta transportadora de descarga al silo está abierta, generando polvo en suspensión en
sus puntos de carga y descarga.
El grano genera polvo durante su procesado y en la instalación no hay aspiración, por lo que se observan
capas de polvo en distintos emplazamientos. Los equipos (transportador, elevador, silo, molino) tienen com-
puertas de inspección, venteos y bocas de hombre que se abren sólo en rara ocasión y durante períodos de
corta duración, a excepción del pié del elevador, que se abre ocasionalmente durante el funcionamiento nor-
mal debido a atascos de material.
d) Grado de escape
Grado continuo:
– El interior de la tolva de descarga de camiones.
– El interior del elevador de cangilones.
– El interior del silo.
– El interior del molino.
Grado primario:
– La descarga de camiones.
– El transporte del grano en el transportador de cadenas.
– La compuerta de inspección del pié del elevador.
– La descarga del elevador sobre la cinta.
– La descarga de la cinta transportadora al silo.
– La descarga del molino a la ensacadora y el punto de ensacado.
Grado secundario:
– La descarga de la tolva al transportador de cadenas.
– Los registros en los extremos del transportador.
– Los registros del elevador de cangilones.
– Las bocas de hombre y venteos del silo.
– La compuerta de inspección del molino.
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Clasificación de zonas
en atmósferas explosivas
NOTA 1: En caso de existir captación de polvo por aspiración, la extensión de las zonas será menor.
NOTA 2: Se supone una limpieza suficiente (una vez al día), de forma que se producen acumulaciones de
polvo controladas. Si la limpieza no fuera suficiente, la extensión de las zonas sería mayor y en la
zona de ensacado podría llegar a ser zona 21 prácticamente todo el emplazamiento.
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La instalación está realizada en varios pisos sobre una estructura metálica, sin paredes laterales, a excep-
ción de la zona de envasado en la planta inferior. El piso entre plantas es continuo, por lo que las zonas se
extenderán en vertical hacia abajo hasta encontrar el suelo de la planta correspondiente.
Los equipos de proceso tienen registros que se abren infrecuentemente y en períodos de corta duración
(para inspección, sustitución de elementos, etc.).
d) Grado de escape
Grado continuo:
– El interior del secador.
– El interior de las tuberías de transporte.
– El interior del ciclón.
– El interior del filtro.
– El interior de la tamizadora.
Grado primario:
– La descarga de la tamizadora al envasado en bidones.
Grado secundario:
– Los registros en el secador.
– Las bocas de hombre del ciclón.
– Las puertas de acceso a as mangas y los venteos del silo.
– Las compuertas de inspección de la tamizadora.
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Clasificación de zonas
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pe y hasta el suelo o superficie sólida. La presencia de polvo depositado en forma de capas lleva a definir la
extensión de la zona clasificada hasta los límites que se extienda la capa de polvo.
NOTA 1: Si se puede asegurar que el ciclón sólo deja pasar pequeñas cantidades de polvo hacia el filtro, se
podrá considerar como zona 21 la parte sucia del filtro.
NOTA 2: El transporte neumático de alta densidad puede garantizar concentraciones de polvo muy elevadas,
por encima de la posible concentración máxima explosiva en régimen continuo, pasando sólo por
concentraciones explosivas durante las operaciones de arranque y parada. En tal caso se podría con-
siderar zona 21.
NOTA 3: Las aperturas del secador y del ciclón son muy infrecuentes, apenas se produce polvo (la instalación
siempre está parada, según procedimiento operativo) y se limpia inmediatamente, por lo que podría
ser innecesario clasificar sus alrededores. Sin embargo y por precaución debido a la inflamabilidad
del producto, es recomendable clasificar la zona como 22 para asegurar la ausencia de fuentes de
ignición.
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en atmósferas explosivas
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en atmósferas explosivas
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122
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