1 - Aristotle - S - Demonstrative - Logic - Corcoran Es

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 39

Suscríbete a DeepL Pro para poder traducir archivos de may

Más información disponible en www.DeepL.com/pro.

HISTORIA Y FILOSOFÍA DE LA LÓGICA, 30 (febrero 2009), 1-20

La lógica demostrativa de Aristóteles


JOHN CORCORAN
Departamento de Filosofía, Universidad de Buffalo, Buffalo, NY 14260-4150, EE.UU.

Recibido el 17 de diciembre de 2007 Revisado el 29 de abril de 2008


Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

La lógica demostrativa, el estudio de la demostración por oposición a la persuasión, es el tema de los


Analíticos de Aristóteles en dos volúmenes. Muchos ejemplos son geométricos. La demostración
produce conocimiento (de la verdad de las proposiciones). La persuasión sólo produce opinión.
Aristóteles presenta una concepción general de la demostración, basada en la verdad y la consecuencia,
que se aplica a todas las demostraciones. Según él, una demostración, que normalmente prueba una
conclusión no conocida previamente como verdadera, es una argumentación extendida que
comienza con premisas conocidas como verdades y que contiene una cadena de razonamientos que
muestran por pasos deductivamente evidentes que su conclusión es una consecuencia de sus
premisas. En particular, una demostración es una deducción cuyas premisas se sabe que son
verdaderas. La teoría general de la demostración de Aristóteles requería una teoría general previa de la
deducción presentada en los Analíticos Previos. Su concepción general de la deducción inmediata-
deducción-encadenamiento debía aplicarse a todas las deducciones. Según él, cualquier deducción
que no sea inmediatamente evidente es una argumentación extendida que implica un
encadenamiento de pasos intermedios inmediatamente evidentes que muestran que su conclusión
final se sigue lógicamente de sus premisas. Para ilustrar su teoría general de la deducción, presentó un
caso especial ingeniosamente sencillo y matemáticamente preciso, conocido tradicionalmente como
silogística categórica.

Introducción
Este documento expositivo sobre la lógica demostrativa de Aristóteles está
dirigido a un público amplio que incluye a no especialistas. La lógica
demostrativa es el estudio de la demostración por oposición a la persuasión.
Presupone la distinción socrática entre conocimiento y opinión, que separa el
conocimiento (creencias que se sabe que son verdaderas) de la opinión
(creencias que no se saben). La lógica demostrativa es el tema de los dos
volúmenes de los Analíticos de Aristóteles, como dice en su primera frase. Muchos
de sus ejemplos son geométricos. Toda demostración no repetitiva produce o
confirma el conocimiento de (la verdad de) su conclusión para toda persona que
comprenda la demostración. La persuasión sólo produce opinión. Aristóteles
presentó una concepción general de la demostración, basada en la verdad y la
consecuencia, destinada a aplicarse a todas las demostraciones. Según él, una
demostración es una argumentación extendida que comienza con premisas
conocidas como verdades e implica una cadena de razonamientos que muestran
por pasos deductivamente evidentes que su conclusión es una consecuencia de
sus premisas. En resumen, una demostración es una deducción cuyas premisas
se sabe que son verdaderas. Para Aristóteles, partiendo de premisas que se
sabe que son verdaderas y de una conclusión que no se sabe que es verdadera, el
conocedor demuestra la conclusión deduciéndola de las premisas, con lo que
adquiere el conocimiento de la conclusión.
A menudo ocurre que una persona "vuelve a demostrar" una proposición
después de haber
La nueva argumentación tiene una conclusión que ya se sabe que es verdadera,
por lo que no se produce el conocimiento de la verdad de la conclusión. La
nueva argumentación tiene una conclusión que ya se sabe que es verdadera,
por lo que no se produce el conocimiento de la verdad de la conclusión. En este
caso, la nueva argumentación sigue siendo una demostración. En un caso
degenerado aún más extremo de demostraciones repetitivas, la conclusión es en
realidad una de las premisas. Como ya se sabe que las premisas son verdaderas,
también lo es la conclusión. En este caso, la demostración

Historia y Filosofía de la Lógica ISSN 0144-5340 impreso/ISSN 1464-5149 en línea ª 2009 Taylor & Francis
http://www.informaworld.com DOI: 10.1080/01445340802228362
2 John Corcoran

ni produce ni reconfirma el conocimiento de la verdad de la conclusión. Por


supuesto, tales demostraciones degeneradas carecen de sentido. Aristóteles no
discute la fascinante cuestión que sacan a la luz estos fenómenos. En
consecuencia, este ensayo evita en general tales cuestiones. Sin embargo, debe
tenerse en cuenta que si no se sabe que la conclusión es verdadera, pero se da
entre las premisas, entonces no se sabe que todas las premisas sean
verdaderas, por lo que no hay demostración. En general, como han dicho otros, si
la conclusión está entre las premisas, o bien hay una demostración degenerada que
carece de sentido epistémico, o bien no hay demostración en absoluto -el caso más
flagrante de petitio principii o de planteamiento de la pregunta-.
Como subrayó Tarski, la prueba formal en el sentido moderno resulta del
refinamiento y la "formalización" de la demostración aristotélica tradicional (por
ejemplo, 1941/1946/1995, p. 120; 1969/1993, pp. 118-119). La teoría general de la
demostración de Aristóteles requería una teoría general previa de la deducción
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

presentada en los Analíticos Previos. Su concepción general de la deducción


inmediata-deducción-cadena debía aplicarse a todas las deducciones. Según él,
cualquier deducción que no sea inmediatamente evidente es una argumentación
extendida que implica un encadenamiento de pasos inmediatamente evidentes
que muestra que su conclusión final se sigue lógicamente de sus premisas. Para
ilustrar su teoría general de la deducción, presentó un caso especial
ingeniosamente sencillo y matemáticamente preciso conocido tradicionalmente
como silogística categórica. Elaboró minuciosamente cuáles son exactamente
esos pasos deductivos inmediatamente evidentes y cómo se encadenan -con
referencia únicamente a las proposiciones categóricas, las de las cuatro llamadas
formas categóricas (definidas más adelante)-. En su teoría especializada,
Aristóteles explicó cómo podemos deducir de un conjunto dado de premisas
categóricas, por grande que sea, cualquier conclusión categórica implicada por el
conjunto dado.1 No extendió este tratamiento a las deducciones no categóricas,
estableciendo así un programa para futuros lógicos.

El concepto de verdad y consecuencia de la demostración


La lógica demostrativa o apodíctica es el estudio de la demostración (prueba
concluyente o apodíctica) por oposición a la persuasión o incluso a la prueba
probable.2 La demostración produce conocimiento. La prueba probable produce
opinión fundada. La persuasión sólo produce opinión. La lógica demostrativa
presupone, pues, la distinción socrática entre conocimiento y creencia.3 Toda
proposición que sé [que es verdadera] la creo [que es verdadera], pero no a la
inversa. Sé que algunas de mis creencias, quizá la mayoría, no son
conocimiento.

1 Las personas deducen; las proposiciones implican. Un conjunto dado de proposiciones implica toda proposición
cuya información esté contenida en la del conjunto dado (Corcoran 1989, pp. 2-12). Deducir una conclusión dada a
partir de premisas dadas es ver que el conjunto de premisas implica esa conclusión. Todo conjunto de
proposiciones tiene implicaciones ocultas que no se han deducido y que quizá nunca se deduzcan. Tras años de
esfuerzo por parte de muchas personas, Andrew Wiles finalmente dedujo la proposición de Fermat a partir de un
conjunto de proposiciones que no se sabía que la implicaban. Queda por ver si la proposición de Goldbach está
implícita en las proposiciones conocidas de la aritmética.
2 Tal y como se utilizan aquí las palabras, la demostración y la persuasión son actividades fundamentalmente
diferentes. El objetivo de la demostración es producir conocimiento, lo que requiere que la conclusión sea cierta.
El objetivo de la persuasión es producir creencias, para lo cual la cuestión de la verdad es irrelevante. Por
supuesto, cuando demuestro, produzco creencias. Sin embargo, cuando he demostrado una proposición,
sería literalmente falso decir que me he persuadido de ella. Tales comentarios se hacen. Sin embargo, son
La lógica demostrativa de 3
falsedades o medias verdades engañosas
Aristótelesy confusas cuando se dicen sin ironía ni juego.
3 Existe una amplia y creciente bibliografía sobre el conocimiento y la creencia. Se pueden encontrar referencias
en mi entrada de la enciclopedia de 2007 "Conocimiento y creencia" (Corcoran 2007b) y en mi artículo de 2006b
"Un ensayo sobre el conocimiento y la creencia".
4 John Corcoran

Toda demostración produce el conocimiento de la verdad de su conclusión para


toda persona que la comprenda como demostración.4 Estrictamente hablando, no
hay forma de que yo demuestre una conclusión a o para otra persona. No hay
ningún acto que yo pueda realizar sobre otra persona que produzca el
conocimiento de ésta. Las personas que comparten mi conocimiento de las
premisas deben deducir la conclusión por sí mismas, aunque podrían hacerlo
siguiendo y reconfirmando de forma autónoma mi cadena de deducción.5
La demostración permite adquirir nuevos conocimientos utilizando los
adquiridos previamente. Una demostración reduce un problema por resolver a
problemas ya resueltos (Corcoran 1989, pp. 17-19).
La lógica demostrativa, que se ha dado en llamar la lógica de la verdad, no es
una teoría exhaustiva del conocimiento científico. Por una parte, la demostración
presupone el descubrimiento; antes de poder empezar a demostrar, debemos
tener una conclusión, una hipótesis que intentar demostrar. La apodíctica
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

presupone la heurística, lo que se ha dado en llamar la lógica del descubrimiento.


La lógica demostrativa explica cómo se demuestra una hipótesis; no explica
cómo se le ha ocurrido a alguien aceptar la hipótesis como algo que hay que
demostrar o refutar. Como es de esperar, Aristóteles hace muchos puntos
heurísticos en la Analítica Posterior, pero quizás sorprendentemente, también en
la Analítica Anterior (por ejemplo, A 26). Si aceptamos el punto de vista (Davenport
1952/1960, p. 9) de que el objeto de una ciencia es descubrir y establecer
proposiciones sobre su objeto, podemos decir que la ciencia implica heurística
(para descubrir) y apodíctica (para establecer). Además de la conclusión
desconocida, también necesitamos premisas conocidas: la lógica demostrativa no
explica cómo se sabe que las premisas son verdaderas. Así pues, la apodíctica
también presupone la episteme, que se tratará brevemente a continuación.
La lógica demostrativa es el tema de los Analíticos de Aristóteles en dos
volúmenes, como él dijo
en la primera frase del primer volumen, los Analíticos Previos (Gasser 1989, p. 1;
Smith 1989, p. xiii). Se refirió repetidamente a la geometría como ejemplo. Sin
embargo, poco después de haber anunciado la demostración como su tema,
Aristóteles se volvió hacia la deducción, el proceso de extraer información
contenida en premisas dadas -independientemente de si se sabe que esas
premisas son verdaderas o incluso si son verdaderas. Después de todo, incluso las
proposiciones falsas implican consecuencias lógicas (cf. A 18); podemos determinar
que una premisa es falsa deduciendo de ella una consecuencia que ya sabemos
que es falsa. Una deducción a partir de premisas desconocidas también produce
conocimiento -del hecho de que su conclusión se sigue lógicamente de (es una
consecuencia de) sus premisas-, no conocimiento de la verdad de su conclusión.6
Al comienzo del capítulo 4 del libro A de los Analíticos Previos, Aristóteles
escribió lo siguiente (traducción: Gasser 1991, 235s):

La deducción debe discutirse antes de la demostración. La deducción es más


general. Toda demostración es una deducción, pero no toda deducción es una
demostración.

4 Aristóteles parecía pensar que la demostración es universal en el sentido de que un discurso que produce
conocimiento demostrativo para una persona racional hace lo mismo para cualquier otra. Nunca se preguntó qué
capacidades y qué experiencias son necesarias para que una persona pueda comprender una determinada
demostración (Corcoran 1989, pp. 22-23).
5 Henri Poincare'(Newman 1956, p. 2043) dijo que recrea el razonamiento para sí mismo en el curso de seguir la
demostración de otra persona. Decía que a menudo tiene la sensación de que "podría haberlo inventado".
La lógica demostrativa de 5
6 En algunos casos es obvio que la Aristóteles
conclusión se sigue de las premisas, por ejemplo, si la conclusión es una de las
premisas. Sin embargo, en muchos casos una conclusión está temporalmente oculta, es decir, no puede verse
que se sigue sin un encadenamiento de dos o más pasos deductivos. Además, como ha enseñado e l trabajo d e
G o ¨
d e l
, en muchos casos una conclusión que se sigue de unas premisas dadas está permanentemente oculta:
no puede deducirse de esas premisas mediante una cadena de pasos deductivos por muchos pasos que se den.
6 John Corcoran

La lógica demostrativa es suplantada temporalmente por la lógica deductiva,


el estudio de la deducción en general. La lógica deductiva se ha denominado la
lógica de las consecuencias. Dado que la demostración es una de las muchas
actividades que utilizan la deducción, es razonable estudiar la deducción antes
que la demostración.
Aunque Aristóteles se refirió a las demostraciones7 varias veces en los
Analíticos Previos, no volvió a tratar la demostración per se hasta los Analíticos
Posteriores, el segundo volumen de los Analíticos. La lógica deductiva es el tema
del primer volumen.
Se ha dicho que uno de los mayores descubrimientos de Aristóteles fue que la
deducción es cognitivamente neutra: el mismo proceso de deducción utilizado para
extraer una conclusión a partir de premisas que se sabe que son verdaderas se
utiliza también para extraer conclusiones a partir de proposiciones cuya verdad o
falsedad se desconoce, o incluso a partir de premisas que se sabe que son
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

falsas.8 Tarski (1956/ 1983, p. 474) señala este punto en su famoso artículo sobre la
definición de consecuencias. El mismo proceso de deducción que se utiliza para
ampliar nuestro conocimiento se utiliza también para ampliar nuestra opinión.
Además, también se utiliza para determinar las consecuencias de proposiciones que
no se creen y que incluso podrían no creerse, o incluso saberse falsas. Por último,
aunque Aristóteles no lo diga explícitamente, la deducción se utiliza para mostrar
que algunas proposiciones conocidas como verdaderas implican otras conocidas
como verdaderas, revelando así que ciertas demostraciones tienen premisas
redundantes. No hay ninguna justificación para atribuir a Aristóteles, o a
cualquier otro lógico consumado, la absurda opinión de que ninguna
demostración tiene una premisa "redundante", es decir, una premisa que no es
necesaria para la deducción de la conclusión.9
Otro de sus descubrimientos importantes fue que la deducción es neutra en
cuanto al tema: la misma
El proceso de deducción utilizado para llegar a una conclusión a partir de
premisas geométricas también se utiliza para llegar a conclusiones a partir de
proposiciones sobre biología o cualquier otro tema. Utilizando la distinción
deducción/demostración, su argumento era que, por lo que respecta al proceso,
es decir, una vez expuestas las premisas, la demostración es un tipo de deducción:
demostrar es deducir a partir de premisas que se sabe que son verdaderas.
La deducción es independiente del contenido, en el sentido de que no es
necesario conocer la materia en sí. (cf. Tarski 1956/1983, pp. 414-415.) No es
necesario conocer los números ni ninguna otra cosa pertinente a la materia de la
aritmética para deducir "Ningún número cuadrado que sea perfecto es un
número par que sea primo" de "Ningún número primo es cuadrado". O, lo que es
más interesante, no es necesario conocer la materia para deducir "Todo número
distinto de cero es sucesor de un número" de "Todo número tiene todas las
propiedades del cero y del sucesor de todo número al que pertenece".

7 Como se verá más adelante, es significativo que todas las demostraciones específicas mencionadas en la
Analítica previa sean geométricas y que la mayoría de ellas impliquen razonamientos indirectos o reductio ad
absurdum. Por cierto, aunque en este trabajo parto de la base de que la Analítica anterior precede a la Analítica
posterior, mi interpretación básica es totalmente compatible con la perspicaz opinión de Solmsen de que la teoría
general de la demostración de Aristóteles fue elaborada en gran medida antes de que descubriera la clase de las
deducciones y se diera cuenta de que ésta incluye las demostraciones como una subclase (Ross 1949, pp. 6-12,
esp. 9).
8 Por supuesto, la demostración no es cognitivamente neutra. El objetivo de una demostración es producir el
conocimiento de su conclusión. Es importante distinguir los procesos de deducción y demostración de sus
respectivos productos, las deducciones y las demostraciones. Aunque el proceso de deducción es cognitivamente
La lógica demostrativa de 7
neutro, sería absurdo decir que Aristóteles
las deducciones individuales son cognitivamente neutras. ¿Cómo pueden ser
cognitivamente neutras las deducciones cuando las demostraciones no lo son? Al fin y al cabo, toda demostración
es una deducción. Véase la sección siguiente sobre la teoría general de la deducción de Aristóteles.
9 De lo contrario, no habríamos sabido que las argumentaciones de Euclides que utilizaban el postulado paralelo
eran demostraciones hasta 1868, cuando Beltrami demostró su independencia, estableciendo así la consistencia
de la geometría no euclidiana (Church 1956, p. 328). En general, para juzgar si una argumentación es una deducción
no es n e c e s a r i o demostrar la independencia de las premisas. Estoy en deuda con uno de los revisores por
alertarme de la necesidad de hacer explícito este punto.
8 John Corcoran

Además, también descubrió que la deducción no es empírica en el sentido de


que la experiencia externa es irrelevante para el proceso de deducir una
conclusión a partir de premisas. Diagramas, construcciones y otras ayudas para
imaginar o manipular la materia son obstáculos potenciales irrelevantes para la
deducción puramente lógica (Prior Analytics 49b33-50a4, Smith 1989, p. 173).10 De
hecho, en el curso de una deducción, cualquier desplazamiento de la atención de
las premisas dadas a su objeto corre el riesgo de caer en la falacia del
contrabando de premisas, en la que la información no contenida en las premisas
pero intuitivamente evidente a partir del objeto podría ser asumida tácitamente en
una conclusión intermedia. Se trataría de un non-sequitur, que viciaría la
coherencia lógica del razonamiento aunque no engendrara un error material.11
Aristóteles no menciona explícitamente la idea de que la deducción es un
procesamiento de información, pero su estilo lo sugiere claramente. De hecho, a
algunos les ha parecido que su estilo sugiere la opinión aún más abstracta de que
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

en la deducción sólo se atiende a la forma lógica del argumento, ignorando por


completo el contenido.12
Para Aristóteles, una demostración parte de premisas que se sabe que son
verdaderas y muestra mediante el encadenamiento de pasos evidentes que su
conclusión es una consecuencia lógica de sus premisas. Así pues, una demostración
es una deducción paso a paso cuyas premisas se sabe que son verdaderas. Para
él, uno de los principales problemas de la lógica (a diferencia, por ejemplo, de la
geometría) es describir detalladamente la naturaleza de las deducciones y la de
cada uno de los pasos deductivos, los eslabones de la cadena de razonamiento.
Otro problema es decir cómo se construyen las deducciones, o "cómo se
producen", para usar su locución. Curiosamente, Aristóteles parece haber
ignorado un problema que preocupó profundamente a los lógicos posteriores, a
saber, el problema de idear un criterio para reconocer las demostraciones
(Gasser 1989).
Así, en los inicios de la lógica encontramos lo que se ha dado en llamar la
concepción de la demostración como verdad y consecuencia: una demostración es un
discurso o argumentación extendida que comienza con premisas que se sabe
que son verdades y que implica una cadena de razonamientos que muestran por
pasos evidentes que su conclusión es una consecuencia de sus premisas. La
expresión adjetivada "verdad y consecuencia" es una elipsis de la expresión más
informativa "verdad establecida y consecuencia educada".

Demostrativos e intuitivos
Siguiendo la terminología de Charles Sanders Peirce (1839-1914), una creencia
que se sabe verdadera puede denominarse cognición. Las cogniciones de una
persona obtenidas por demostración se denominan demostrativas o apodícticas.
Las cogniciones de una persona que no se han obtenido mediante demostración
se denominan intuitivas. En ambos casos, es conveniente abreviar la
combinación adjetivo/sustantivo en un sustantivo. Así, diremos
10 Se ha interpretado que otros autores, en particular Kant y Peirce, sostienen la opinión casi diametralmente
opuesta de que toda demostración matemática requiere un diagrama.
11 Por supuesto, esto no excluye en absoluto los usos heurísticos de los diagramas. Por ejemplo, un diagrama,
tabla, gráfico o dispositivo mecánico podría ser heurísticamente útil para determinar qué proposiciones es
prometedor intentar deducir a partir de unas premisas dadas o qué vías de deducción es prometedor seguir. Sin
embargo, según este punto de vista, las ayudas heurísticas no pueden sustituir a la deducción apodíctica. Este
punto de vista antidiagrama de la deducción domina la lógica moderna dominante. En el folclore matemático
moderno, se ilustra con los muchos y frecuentes chistes sobre profesores de matemáticas que esconden o
La lógica demostrativa de 9
borran las ilustraciones de la pizarra que utilizan como ayudas heurísticas o mnemotécnicas.
Aristóteles
12 No puedo suscribir este punto de vista formalista de la deducción, ni tampoco Aristóteles. Véase Corcoran 1989.
Las visiones materialista y formalista de la deducción son falacias opuestas. Ilustran lo que Frango Nabrasa
(comunicación personal) llamó "la ley de Newton de las falacias": para cada falacia hay una falacia igual y opuesta,
y los intentos demasiado entusiastas de evitar una llevan a los estudiantes incautos a la otra.
10 John Corcoran

hablar de demostrativos en lugar de cogniciones demostrativas y de intuitivos (o


intuiciones) en lugar de cogniciones intuitivas. En su artículo de 1868 sobre las
facultades cognitivas, Peirce incluye una larga nota a pie de página sobre la
historia de las palabras "intuición" e "intuitivo". Poco después de introducir el
sustantivo, escribió (1992, pp. 11-12), "Intuición aquí será casi lo mismo que
''premisa que no es en sí misma una conclusión''.
Aunque no hay dos personas que tengan la misma creencia, la gente suele
creer la misma proposición. Así, la distinción entre mi creencia de que dos es
primo y su contenido proposicional -el mismo que el contenido proposicional de
tu creencia de que dos es primo- se aplica a las cogniciones.
Al igual que las deducciones individuales se distinguen del proceso general de
deducción a través del cual se obtienen, las intuiciones individuales se distinguen
del proceso general de intuición a través del cual se obtienen. Además, al igual
que los intentos individuales de aplicar la deducción suelen ser arduos y a
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

menudo erróneos, los intentos individuales de aplicar la intuición suelen ser arduos
y a menudo erróneos. No todas las intuiciones son "intuitivamente obvias" y no
todas las creencias que se consideran intuiciones lo son realmente (Tarski
1969/1993, p. 110, p. 117). Se puede decir que las intuiciones son evidentes por
sí mismas o inmediatas en varios sentidos, pero normalmente no en el sentido de
'trivial', 'obvio', 'fácil' o 'instantáneo'. Los procesos de deducción e intuición son
igualmente falibles en el sentido de que no hay garantía de que los intentos de
aplicarlos tengan siempre éxito.
Algunos autores subdividen las intuiciones en las que implican esencialmente
la percepción de los sentidos y las que se conocen de forma puramente
intelectual. El antiguo médico Galeno (129- 216 EC), escribió lo siguiente
(Institutio Logica I.1, Kieffer 1964, p. 31; traducción de James Hankinson,
comunicación personal).

De las cosas evidentes, todo el mundo conoce algunas a través de la


percepción sensorial y otras a través de la intelección. Éstas se conocen sin
demostración. Pero las cosas que no se conocen ni por percepción ni por
intuición, las conocemos por demostración.

Como han señalado los filósofos, a menudo a las personas les resulta difícil
determinar con certeza cuáles de sus intuiciones son perceptivas y cuáles
intelectivas o, en términos equivalentes a los de Galeno, cuáles de sus
intuiciones son perceptivas y cuáles intelectivas. Para mayor claridad, cabe
señalar que otros autores utilizan una terminología diferente para las dos
subclases. Llaman "inducciones" a las intuiciones conocidas perceptivamente y
restringen el término "intuición" a las intuiciones conocidas intelectualmente.
Es imposible tener conocimiento demostrativo informativo sin conocimiento
intuitivo.13 Así lo afirmaron Platón, Aristóteles, Galeno, Leibniz, Pascal y muchos
otros, incluido Tarski (1969/1993, p. 117). Sin embargo, también es difícil para las
personas determinar con certeza exactamente cuáles de sus cogniciones son
intuitivas y cuáles son demostrativas. Peirce dijo en el artículo de 1868 que no hay
pruebas de que tengamos la capacidad de determinar, dada una cognición
arbitraria, si es intuitiva o demostrativa (1992, p. 12). En otros tiempos se
sostenía que los axiomas y postulados debían ser todos intuitivos, pero ahora
está claro que esta restricción es impracticable.

13 Este pasaje se refiere al conocimiento informativo. No debe considerarse que excluye la posibilidad de un
La lógica demostrativa de 11
conocimiento demostrativo no informativo
Aristóteles que no se base en premisas intuitivas. Por ejemplo, tenemos
conocimiento demostrativo no informativo de muchas tautologías, como que todo número par que es primo es un
número primo que es par. La silogística de Aristóteles no reconocía las tautologías y, por tanto, no reconocía el
papel de las tautologías en la deducción, que fue uno de los descubrimientos revolucionarios de Boole.
12 John Corcoran

Para el punto de vista de Aristóteles sobre cómo se logran las cogniciones


intuitivas, es difficult mejorar el excelente relato de Hintikka en su artículo de
1980 'Aristotelian Induction' (Corcoran 1982). El punto de vista de Hintikka coincide
sustancialmente con el de Beth (1959, p. 34).14 Está ampliamente acordado, al
menos verbalmente, que los demostrativos son preferibles a los intuitivos en el
sentido de que si es posible demostrar una proposición conocida intuitivamente,
entonces es mejor hacerlo. Si el intento de demostrar una intuitiva tiene éxito,
entonces -según esta terminología- la cognición que había sido una intuitiva no
se convierte en demostrativa para ese conocedor, aunque todas las premisas
utilizadas en la demostración fueran intuitivas. Que una determinada cognición
sea intuitiva o demostrativa depende de cómo se haya obtenido.
Presumiblemente, en tales casos sería preferible tomar como premisas sólo otros
intuitivos. De cualquier modo, es raro que estas supuestas preferencias se ejerzan y
aún más raro que un supuesto ejercicio de las mismas
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

apoyarse en la argumentación.

La teoría general de la deducción de Aristóteles


La teoría general de la deducción de Aristóteles debe distinguirse del silogismo
categórico, el sistema restringido que creó para ilustrarla. Este último se esbozará en la
siguiente sección "Teoría de las deducciones categóricas de Aristóteles". La expresión
"deducción-cadena inmediata" puede utilizarse como adjetivo para describir su teoría
general, que se basa en dos ideas. La primera es que, en ciertos casos, se puede ver
que una conclusión se sigue lógicamente de unas premisas dadas sin recurrir a
ninguna otra proposición; éstas pueden llamarse deducciones inmediatas15 en el
sentido de que ninguna proposición media entre las premisas y la conclusión en el
proceso. La segunda idea es que las deducciones que implican mediación son
encadenamientos de deducciones inmediatas.
Más allá de las premisas y la conclusión, toda deducción y, por tanto, toda
demostración tiene una cadena de razonamientos que muestra o pone de
manifiesto que el (final)

14 Es importante comprender cómo debe utilizarse esta terminología. A efectos de discusión, asumamos por el
momento que una vez que una persona tiene una cognición, nunca la pierde, olvida o renuncia a ella. Supongamos
además que las personas comienzan sin cogniciones. A medida que se consigue cada cognición, se establece
como intuitiva o como demostrativa. Para una persona determinada, ninguna cognición es ambas cosas. Sin
embargo, no conozco ninguna razón para no pensar que quizá algunas de las cogniciones intuitivas de una persona
se encuentren entre las demostrativas de otra. Se puede esperar que un investigador experimentado tenga un número
mucho mayor de cogniciones intuitivas que un neófito.
Para entender la concepción de verdad y consecuencia de la demostración, es útil ver cómo falla una
demostración "aparente". Cualquier argumentación no repetitiva que no tenga el potencial de convertirse en una
demostración para mí en mi estado actual de conocimiento o bien tiene una premisa que no sé si es cierta o bien
tiene una cadena de deducción que no puedo seguir, que no me muestra que la conclusión se sigue de sus
premisas. El problema está en el conjunto de premisas o en la cadena de deducción, en los datos o en el
proceso.
Ahora bien, si tengo una demostración no repetitiva que deseo compartir con otra persona que no conoce la
conclusión, la situación es similar. Todas las premisas deben ser (contenidos de) las cogniciones de la otra persona.
Y la otra persona debe ser capaz de seguir la cadena de deducción hasta su conclusión y, a través de ella, llegar
a saber que la conclusión es una consecuencia lógica de las premisas.
Nada de lo anterior debe interpretarse como negación de los hechos notables de la empatía deductiva, sin la
cual la enseñanza de la lógica sería imposible, y de la empatía demostrativa, sin la cual la enseñanza de las
matemáticas sería imposible. Bajo empatía demostrativa incluyo la capacidad de seguir una argumentación
cuyas premisas y conclusión me consta que son verdaderas y concluir que habría demostrado la conclusión si no la
hubiera conocido ya. E n l a práctica, debo tener empatía demostrativa para poder enseñar a otros las
matemáticas que conozco. Bajo empatía deductiva, incluyo la capacidad de seguir una argumentación cuyas
La lógica demostrativa de 13
premisas son conocidas por mí para implicar su conclusión y juzgar que habría demostrado que la conclusión se
Aristóteles
sigue si yo no la hubiera conocido ya. Profundizar en este importante tema nos alejaría de la tarea inmediata.
15 Aristóteles llamaba a una deducción inmediata un teleios syllogismos o un silogismo completo, donde por completo
quería decir que no se requiere nada más para ver que la conclusión se sigue (Aristóteles, 24b22, Boger 2004, p. 188,
Smith 1989, p. 110, p. 115).
14 John Corcoran

La conclusión se sigue lógicamente de las premisas y, por tanto, esa afirmación


de las premisas es también una afirmación virtual de la conclusión.16 Una
deducción directa aristotélica basada en tres premisas p1, p2 y p3, con la conclusión
fc y una cadena de razonamientos con tres conclusiones intermedias ic1, ic2 e ic3,
puede representarse como sigue. El signo de interrogación que precede a la
conclusión sólo indica la conclusión que debe deducirse. Puede leerse
"¿Podemos deducir?" o "Deducir". Aquí QED simplemente marca el final de una
deducción de la misma manera que un punto marca el final de una frase.17

Esquema de deducción
directa p1
p2
p3
?fc
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

ic1
ic2
ic3
fc
QED

Nótese que en una deducción aristotélica de este tipo la conclusión final fc


aparece dos veces: una con un signo de interrogación como objetivo a alcanzar
y otra seguida de QED como conclusión que se ha deducido, siguiendo así el
formato habitual en las demostraciones matemáticas griegas (Smith 1989, p. 173).
Tener un objetivo plenamente expresado al principio es una de las diferencias
importantes entre una deducción y un cálculo. Aristóteles nos ofrece un "sistema
formal", pero no un cálculo. La conclusión no se encuentra aplicando reglas a las
premisas. Obsérvese también que las conclusiones intermedias se utilizan
también como premisas intermedias. Esta imagen sólo representa una deducción
directa; a continuación se ofrece una imagen para la deducción indirecta, después
de considerar un ejemplo concreto de deducción directa.

Deducción directa 1
1. Todo cuadrángulo es un polígono.
2. Todo rectángulo es un cuadrángulo.
3. Cada cuadrado es un rectángulo.
? Un cuadrado es un polígono.
4. Cada cuadrado es un cuadrilátero. 3, 2
5. Cada cuadrado es un polígono. 4, 1
6. Algún polígono es un cuadrado. 5
7. Un cuadrado es un
polígono. 6 QED

16 En el caso de las deducciones inmediatas, debo considerar un único eslabón como una cadena de razonamiento
"degenerada". El acto de deducir la conclusión de las premisas es algo más que la conclusión y las premisas. La
conclusión se sigue sin ningún acto, pero para mí deducirla, ver que se sigue, requiere un acto.
17 En una demostración, sería apropiado tomar la QED que marca el final de una deducción como una abreviatura

del latín tradicional quod erat demonstrandum (lo que había que demostrar, o más propiamente, lo que había que
demostrar), refiriéndose a la última conclusión intermedia. Sin embargo, eso sería inadecuado con las deducciones,
ya que una deducción no es necesariamente una demostración. Afortunadamente, quienes prefieran tomarlo
como una abreviatura del latín son libres de utilizar quod erat deducendum (lo que debía deducirse, o más
propiamente, lo que debía deducirse).
La lógica demostrativa de 15
Aristóteles
El ejemplo procede del silogismo categórico de Aristóteles, que se limita a las
proposiciones de las cuatro formas categóricas sujeto-cópula-predicado. En los
siguientes ejemplos de proposiciones categóricas, el sujeto es 'cuadrado', el
predicado 'polígono' y la cópula el resto.18 Tomar el sujeto como 'cada cuadrado', el
predicado como 'un polígono' o 'es un polígono', o la cópula como 'es' o 'es un'
es una falacia de segmentación común.19 Hoy diríamos que la cópula es una
constante lógica o formal y que el sujeto y el predicado son constantes no
lógicas o de contenido.

Todo cuadrado es un
polígono. Ningún cuadrado
es un polígono.
Algún cuadrado es un polígono.
Algún cuadrado no es un
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

polígono

Puesto que no hay "constantes funcionales de verdad", no hay manera de


formar negaciones, dobles negaciones, conjunciones o cualquier otra
"combinación funcional de verdad" de proposiciones categóricas.20 Aristóteles
tomó el opuesto contradictorio de una proposición para servir a algunos de los
propósitos que estamos acostumbrados a asignar a la negación. Usando 'CO' para
abreviar 'opuesto contradictorio', tenemos las siguientes combinaciones.

Algún cuadrado no es un polígono' es el CO de 'Todo cuadrado es un polígono',


y viceversa.

Algún cuadrado es un polígono" es el CO de "Ningún cuadrado es un polígono",


y viceversa.

En todos los casos, el opuesto contradictorio de una proposición categórica


es lógicamente equivalente a su negación; pero la negación no es una proposición
categórica. Por ejemplo, "Algún cuadrado no es un polígono" es lógicamente
equivalente a "No todo cuadrado es un polígono". La negación de una proposición
dada contiene toda la proposición dada como parte propia. Así, la doble negación
de una proposición contiene su negación como parte propia. Hoy tenemos una ley
de la doble negación, según la cual la negación de la negación de una
proposición es distinta de la proposición, pero lógicamente equivalente a ella.
Para Aristóteles, sin embargo, toda proposición categórica es el opuesto
contradictorio de su propio opuesto contradictorio. En su silogística categórica no
existe la doble negación. Su concepto de oposición contradictoria es totalmente
sintáctico o estructural.
El cuadro de una deducción indirecta, o reductio-ad-impossibile, se parece pero
es significativamente distinto del de una deducción directa. Las demostraciones
indirectas se denominan pruebas por contradicción. En una deducción de este tipo,
una vez asumidas las premisas y fijada como meta la conclusión, el opuesto
contradictorio de la

18 Tanto en griego como en español, en una oración categórica como 'Todo cuadrado es un rectángulo', el sujeto
'cuadrado' divide a la cópula 'Todo . . . es un'. Aristóteles reformuló su griego de forma artificial para que la cópula
se situara enteramente entre el sujeto y el predicado, a los que llamó 'términos' (utilizando la palabra griega para
terminal, punto final y final). También desplazó el predicado a la parte delantera. Por ejemplo, "Todo cuadrado es
16 John Corcoran
un rectángulo" sería "El rectángulo pertenece a todo cuadrado". Véase la sección "Lenguajes coloquiales y
formalizados" en Corcoran 2003.
19 Romper una frase de un modo que no corresponde a los constituyentes de la proposición que expresa, por
ejemplo, considerar que "ningún número es cuadrado si es primo" es una frase categórica con "el número es
cuadrado si" como sujeto.
20 Una proposición que es una combinación verdadero-funcional de un conjunto de proposiciones se compone de
las del conjunto de tal manera que su valor de verdad viene determinado por los de las proposiciones del conjunto.
Por ejemplo, "cero es par si uno es impar" es una combinación verdadero-funcional de las dos proposiciones "cero
es par" y "uno es impar", pero "cero es par porque uno es impar" es una combinación no verdadero-funcional.
Aristóteles no hizo esta distinción.
La lógica demostrativa de 17
Aristóteles
conclusión se asume como premisa auxiliar. A continuación, se deducen una
serie de conclusiones intermedias hasta llegar a una que contradice
contradictoriamente una proposición anterior. Para representar una demostración
indirecta simple, se añade *fc (el opuesto contradictorio de la conclusión final)
como una nueva suposición,21 la @ indica suposición auxiliar, y la X indica que la
última conclusión intermedia ic3 contradice opuestamente una de las
conclusiones intermedias anteriores o una de las premisas o incluso, en casos
extremadamente raros, la suposición auxiliar (Corcoran 1988). @ puede leerse
'Asumir como supuesto auxiliar' o 'Asumir a efectos de razonamiento'. X puede
leerse 'Una contradicción', o más literalmente 'Que contradice una proposición
anterior', donde el pronombre relativo se refiere a la última conclusión
intermedia.22

Esquema de deducción
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

indirecta p1
p2
p3
?fc
@*fc
ic1
ic2
ic3
X
QED

Deducción indirecta 1
1. Todo cuadrángulo es un polígono.
2. Todo rectángulo es un cuadrángulo.
3. Cada cuadrado es un rectángulo.
? Algún polígono es un cuadrado.
4. Supongamos: Ningún polígono es un cuadrado.
5. Ningún cuadrilátero es un cuadrado. 1, 4
6. Ningún rectángulo es un cuadrado. 2, 5
7. Algún rectángulo es un cuadrado. 3
8. Contradicción. 7,
6 QED

21 Para algunos sería engañoso y confuso utilizar *p para la oposición contradictoria de p, ya que la misma notación
se utiliza ampliamente para la negación de p. Además, la tilde * es normalmente un símbolo del lenguaje
objeto. Pero incluso en las formalizaciones de la silogística categórica, el signo para la oposición contradictoria
es metalingüístico: **p es exactamente p.
22 En una deducción indirecta, sería inapropiado tomar el QED que marca el final de una deducción como una
abreviatura del latín tradicional quod erat deducendum (lo que se iba a deducir) refiriéndose a la última conclusión
intermedia porque la última conclusión intermedia no suele ser la conclusión que se va a deducir. Para una discusión de
los casos inusuales en los que sí lo es, véase Corcoran 1988. Euclides evitó esta torpeza repitiendo la conclusión
final justo después de llegar a su contradicción, de modo que, efectivamente, la QED podría tomarse siempre
como referida a la última conclusión intermedia. Sin embargo, sería menos artificial abandonar la idea de
referirse a la última conclusión intermedia considerando la QED como mera puntuación que marca el final de una
deducción.
En el ejemplo de la deducción indirecta, la conclusión que se deduce aparece una sola vez, precedida por el signo de
interrogación; no aparece como conclusión intermedia. Sin embargo, la prueba de Aristóteles de que toda conclusión
deducible directamente de premisas dadas puede deducirse también indirectamente depende probablemente de la
posibilidad de que la conclusión enunciada aparezca dos veces, la segunda como conclusión intermedia. Véase el
18 John Corcoran
diagrama de la página 115 de Corcoran 1974a.
La lógica demostrativa de 19
Aristóteles
Al igual que la demostración, la deducción también permite adquirir nuevos
conocimientos a partir de los adquiridos previamente. Sin embargo, con la
deducción se hace referencia al conocimiento de que una conclusión se sigue de
unas premisas y no al conocimiento de la verdad de su conclusión. Al igual que la
demostración, la deducción reduce un problema a resolver a problemas ya
resueltos. Sin embargo, aquí el problema a resolver es "ver" que la conclusión se
sigue de las premisas. Los problemas ya resueltos son ver que las conclusiones
de las reglas de deducción se siguen de sus respectivas premisas. Según
Aristóteles, una conclusión "oculta" se ve que se sigue mediante el
encadenamiento de argumentos evidentemente válidos que conectan esa
conclusión con las premisas.

La teoría de las deducciones categóricas de Aristóteles


Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

Como caso especial ilustrativo de su teoría general de la deducción, la teoría de


las deducciones categóricas de Aristóteles también tenía dos tipos de deducción,
directa e indirecta. Sin embargo, las deducciones categóricas utilizaban sólo
proposiciones categóricas y se construían utilizando exactamente ocho "reglas
de deducción" específicas. De las ocho, siete son formales en el sentido especial
de que cada dos "aplicaciones" de la misma regla tienen la misma forma lógica
(Corcoran 1974a, p. 102, 1999, pp. 511-512). La regla restante equivale a la regla
de repetición para proposiciones categóricas. Las ocho son formales en el
sentido de que todo argumento que tenga la misma forma que una "aplicación"
de una regla dada es una "aplicación" de la misma regla. De las siete, tres
implican sólo una premisa; cuatro implican dos premisas. Los que implican sólo
una premisa pueden llamarse conversiones, porque los términos de la premisa
aparecen en orden inverso en la conclusión.23 Siguiendo el uso de Boole, las que
implican sólo dos premisas pueden llamarse eliminaciones, ya que uno de los
términos de las premisas se "elimina", es decir, no aparece en la conclusión.

Tres conversiones
Todo cuadrado es un rectángulo. Ningún círculo es un
rectángulo. Algún cuadrado es un rectángulo. Algún rectángulo es
un cuadrado. Ningún rectángulo es un círculo. Algún rectángulo
es un cuadrado.

Dos eliminaciones universales


Todo rectángulo es un polígono. Ningún rectángulo
es un círculo. Todo cuadrado es un rectángulo.
Todo cuadrado es un
rectángulo. . Ningún cuadrado es un
círculo.

Dos eliminaciones existenciales


rectángulo es un polígono. Ningún rectángulo es un
círculo.cuadrado es un rectángulo. Algún polígono es
un rectángulo. Algún cuadrado es un
polígono.Algún polígono no es un círculo.

23 Desde el punto de vista de Aristóteles (Corcoran 2006a), las conclusiones de las dos últimas son conversas
[externas] de sus respectivas premisas en un sentido moderno de 'conversa' (Corcoran 1999, p. 189). Además, las
20 John Corcoran
conclusiones son equivalentes lógicos de las premisas. Sin embargo, en el primer caso, la conclusión no es ni una
conversa ni un equivalente de la premisa. Además, la primera regla es bastante artificial. Desde el punto de vista
de Aristóteles, no es inmediatamente evidente que "Algún cuadrado es un rectángulo" se siga de "Todo
cuadrado es un rectángulo": la inversión de los términos es necesaria. De todos modos, la deducción de
Aristóteles de una conclusión existencial a partir de una premisa universal ha sido criticada sin sentido e
injustamente (Corcoran 1974a, p. 104, p. 126; Smith 1989, pp. xxv-xxvi). Implica lo que se ha denominado
importación existencial (Corcoran 2007a).
La lógica demostrativa de 21
Aristóteles
Aristóteles reunió lo que consideraba argumentos categóricos evidentemente
válidos bajo las ocho reglas, aunque no se refirió a ellas como reglas de
deducción. Aristóteles parecía pensar que la conclusión de cualquier otro
argumento categórico válido estaba "oculta" en el sentido de que no podía verse
que se seguía sin encadenar dos o más de los argumentos evidentemente
válidos. Además, creía que cualquier conclusión categórica que se siguiera
lógicamente de un conjunto dado de premisas categóricas, sin importar cuántas
fueran, era deducible de ellas por medio de una deducción construida utilizando
sólo sus ocho reglas. En otras palabras, creía que toda conclusión categórica
oculta en premisas categóricas podía "extraerse" aplicando sus ocho reglas en
una deducción directa o indirecta. Tenía buenas razones para su creencia y, por
lo que yo sé, podría haber creído que tenía un conocimiento demostrativo de
ello, como se argumenta contundentemente en el artículo de Smiley de 1994. La
creencia de Aristóteles se ha establecido desde entonces utilizando métodos
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

desarrollados por los lógicos matemáticos modernos (Corcoran 1972).


Algunas características de las reglas de Aristóteles merecen especial atención.
Cada una de
de las cuatro formas de proposición categórica está ejemplificada por una
conclusión de una de las cuatro reglas de las dos premisas, lo que les confiere
una especie de simetría. Además, en las siete reglas que acabamos de
esquematizar, las proposiciones negativas existenciales como "Algún polígono
no es un círculo" se tratan de un modo muy especial. En la esquematización
anterior, sólo hay una ocurrencia de una negativa existencial, aunque hay tres
ocurrencias del affirmativo existencial. Además, aunque hay conversiones para
los otros tres, no hay conversión para el negativo existencial. Lo más
sorprendente es que el negativo existencial no aparece como premisa. Esto
significa que ningún negativo existencial puede utilizarse como premisa en una
deducción directa.

Deducciones directas frente a indirectas


En la teoría general de la deducción de Aristóteles, las deducciones directas
e indirectas son igualmente importantes. Como veremos más adelante, ambas
aparecen en el discurso científico y filosófico que Aristóteles tomó como datos.
Así, cualquier teoría del razonamiento demostrativo que omitiera una u otra sería
reconocida por su pretendido público griego como inadecuada, si no artificial.
Sin embargo, es natural -especialmente para un lógico- plantearse la
cuestión puramente teórica de si es necesario tener tanto deducciones directas
como indirectas en la teoría especial de Aristóteles, su silogística categórica.
Esta pregunta se divide en dos. En primer lugar, ¿es toda conclusión deducible
directamente de premisas dadas también deducible indirectamente de las
mismas premisas? Si es así, las deducciones directas no son necesarias. En
segundo lugar, ¿toda conclusión deducible indirectamente de premisas dadas es
también deducible directamente de las mismas premisas? Si es así, las
deducciones indirectas no son necesarias. Si se examinan detenidamente los
detalles, es fácil responder afirmativamente a la primera pregunta y
negativamente a la segunda: sí, toda conclusión deducible directamente de
premisas dadas es también deducible indirectamente de las mismas premisas;
no, no toda conclusión deducible indirectamente de premisas dadas es también
deducible directamente de las mismas premisas.
Para ver que toda deducción directa es sustituible por una deducción indirecta
22 John Corcoran
teniendo las mismas premisas y conclusión, compare las dos deducciones fáciles
siguientes.
La lógica demostrativa de 23
Aristóteles
1. Ningún círculo es un rectángulo. 1. Ningún círculo es un rectángulo.
2. Todo cuadrado es un rectángulo. 2. Todo cuadrado es un rectángulo.
? ¿Ningún cuadrado es un círculo ? Ningún cuadrado es un círculo.
3. Ningún rectángulo es un círculo. 1 3. Supongamos: Algún cuadrado es
un círculo.
4. 2 3. Todo cuadrado es un rectángulo. 2 4. Ningún rectángulo es un
círculo. 1
5. Ningún cuadrado es un círculo. 3, 4 5. Ningún cuadrado es un
rectángulo. 2
QED6 . Ningún cuadrado es un círculo. 4, 5
7. Contradicción. 6, 3
QED

La deducción directa de la izquierda se transformó en la deducción indirecta


Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

de la derecha añadiendo dos líneas. Entre la presentación del objetivo de la


conclusión y la primera conclusión intermedia, inserté la suposición del opuesto
contradictorio de la conclusión. Entre la conclusión final y QED, inserté
"Contradicción". Así, a partir de una deducción directa construí una deducción
indirecta con la misma conclusión y las mismas premisas. Es evidente que esto se
puede hacer en todos los casos, como señaló el propio Aristóteles (Analítica previa
45a22-45b5; Corcoran 1974b, p. 115; Smith 1989, p. 154).
Pasemos ahora a la segunda cuestión: ¿toda conclusión deducible
indirectamente es también deducible directamente, de modo que las
deducciones indirectas no son necesarias? Consideremos la siguiente deducción
indirecta.

1. Cada cuadrado es un rectángulo.


2. Algún polígono no es un rectángulo.
? Algún polígono no es un cuadrado.
3. Supongamos: Todo polígono es un cuadrado.
4. Todo polígono es un rectángulo. 3, 1
5. Contradicción. 4,
2 QED

Es obvio que ninguna de las premisas es redundante; cada una es esencial con
respecto a la otra para la conclusión: la conclusión no se sigue de ninguna de las
dos por sí sola. Por tanto, cualquier deducción de la conclusión a partir de ellas debe
utilizar ambas. Obsérvese que una de las premisas es una negativa existencial. En
este caso, la conclusión intermedia contradice a la negativa existencial. En una
deducción directa, una de las siete reglas esquematizadas tendría que aplicarse a la
negativa existencial por sí misma o en combinación con la otra premisa o con una
conclusión intermedia. Sin embargo, como señalamos anteriormente, ninguna de esas
reglas se aplica a una premisa negativa existencial. Por lo tanto, no es posible la
deducción directa de esta conclusión a partir de estas premisas.
El razonamiento que acabamos de utilizar para demostrar que esta conclusión no
puede deducirse de estas premisas mediante una deducción directa puede aplicarse en
general para demostrar que ninguna conclusión puede deducirse directamente de un
conjunto de premisas que contengan una negativa existencial, a menos, claro está,
que la negativa existencial sea redundante o que la conclusión sea una de las
premisas.
Así, en el silogismo categórico de Aristóteles, las deducciones directas son
en cierto sentido superfluas, mientras que las indirectas son indispensables.24
24 John Corcoran
Para más detalles, véase Corcoran y Scanlan 1982.

24 Irónicamente quizás, hay textos modernos de lógica simbólica cuyas deducciones son exclusivamente indirectas
(Jeffrey 1967/ 1991).
La lógica demostrativa de 25
Aristóteles
Fondo geométrico
Resulta difficultoso comprender el significado de la lógica de Aristóteles sin ser
consciente de su contexto histórico. Aristóteles tuvo una formación rigurosa y un
profundo interés por la geometría, tema que está repleto de demostraciones
directas e indirectas y que se menciona repetidamente en los Analíticos. Pasó
veinte años en la Academia de Platón, cuya entrada se dice que llevaba el lema:
Que no entre aquí nadie que no sepa geometría. El hecho de que la Academia
dispusiera de presentaciones axiomáticas de la geometría dos generaciones
antes que las de Euclides se ha señalado a menudo. David Ross (1923/1959, p.
47) señaló que "ya existían en tiempos de Aristóteles los Elementos de Geometría".
Según Thomas Heath (1908/1925/1956, Vol. 1, pp. 116-117), 'El libro de texto de
geometría de la Academia fue escrito por Teudio de Magnesia. . . El libro de
texto de geometría de la Academia fue escrito por Theudius de Magnesia,
[quien] debe considerarse el precursor inmediato de Euclides, y sin duda Euclides
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

hizo pleno uso de Theudius... y de otros materiales disponibles". La importancia


central de las matemáticas en el pensamiento de Aristóteles y, en particular, en
su teoría de la demostración ha sido ampliamente aceptada (Beth 1959, pp. 31-
38).

Paradigmas aristotélicos
En la página 24 de su influyente obra maestra de 1962 La estructura de las
revoluciones científicas, Thomas Kuhn decía que la ciencia normal "parece un intento
de forzar a la naturaleza a entrar en la caja preformada y relativamente inflexible
que proporciona el paradigma". Continuando en la misma página, añadió dos de
las frases más reveladoras del libro.

El objetivo de la ciencia normal no es invocar nuevos tipos de fenómenos; de


hecho, los que no encajan en la caja a menudo ni siquiera se observan. Los
científicos tampoco pretenden inventar nuevas teorías, y a menudo son
intolerantes con las inventadas por otros.

El hecho de que utilizara palabras con connotaciones peyorativas no ha


pasado desapercibido para algunos científicos, que consideran el libro de Kuhn
injustamente despectivo y ofensivo. Habló de las revoluciones científicas como
"cambios de paradigma", lo que sugiere una comparación poco halagüeña con
los cambios figura-fondo en psicología cognitiva, los cambios estructura-
ambigüedad en lingüística y los cambios gestalt en psicología de la Gestalt. En
algunos casos, como la Revolución Copernicana, que es el tema del anterior
libro de Kuhn de 1957, la comparación podría parecer algo justificada.
Si sustituimos las palabras de Kuhn "ciencia", "naturaleza" y "científico" por
"teoría lógica", "práctica demostrativa" y "lógico", no estaríamos muy lejos. La
historia de la lógica hasta nuestros días está repleta de intentos
vergonzosamente desesperados de forzar la experiencia lógica en paradigmas
inflexibles. Muchos de estos intentos se basaban en una comprensión parcial o
errónea del paradigma relevante.25 Sin embargo, muchos se basaban en una
sólida erudición y perspicacia. Muchos vieron auténticas insuficiencias en el
paradigma relevante, pero no las abordaron. Sin embargo, muchos cuestionaron

25 Una de las más ridículas fue insistir en que un singular como "Sócrates es griego" era una elipsis para un
26 John Corcoran
universal "Todo Sócrates es griego". Este absurdo se diseñó para perpetuar la ilusión de que el paradigma de
Aristóteles exigía que toda proposición fuera categórica. La ilusión se basaba en confundir la ilustración particular
de Aristóteles de su teoría general de la deducción con esa teoría general.
La lógica demostrativa de 27
Aristóteles
aspectos bien fundados. Algunos fueron ciertamente patéticos en la sabiduría
retrospectiva.26 En cambio, unos pocos fueron ingeniosos y serán recordados
como sólidas contribuciones a la sabiduría lógica, si no a la lógica dominante. En
esta última categoría incluyo el brillante intento de Guillermo de Ockham de dar
cuenta de los términos vacíos en el marco de la lógica categorial de Aristóteles
(Corcoran 1981).
Sería un grave error pensar que por "paradigmas inflexibles" sólo entiendo
los que se remontan a la antigüedad, aunque en este ensayo sólo son relevantes
los paradigmas antiguos. Durante dos milenios, la lógica estuvo dominada por al
menos tres paradigmas que aparentemente llevaban el imprimátur de Aristóteles.
Dos de ellos se tratan en este ensayo: la teoría de las deducciones categóricas y
la teoría de la demostración de verdad y consecuencia. Un tercer paradigma
importante, la metodología lógica de Aristóteles, incluido su método para
establecer la independencia, queda fuera del alcance de este ensayo. Se ha
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

tratado en otros lugares (Corcoran 1974a, 1992, 1994b). Por lo tanto, no se ha dicho
nada en este ensayo sobre una de las contribuciones más duraderas de Aristóteles:
su método de contraargumentos para establecer la independencia, es decir, para
producir el conocimiento de que una conclusión no se sigue de premisas dadas.
La lógica deductiva ha realizado progresos inconmensurables desde la teoría
de las deducciones categóricas de Aristóteles. Cada vez más argumentos han
sido sometidos al mismo tipo de tratamiento que Aristóteles dio a los argumentos
categóricos. En retrospectiva, el explosivo aumento en el campo del que se
informa en la obra maestra de 1854 de George Boole (1815-1864) sirvió
simplemente para encender una reacción en cadena de nuevos avances que
continúa incluso hoy en día (Corcoran 2006a). El sistema de Aristóteles no
reconocía términos compuestos (como "triángulo o cuadrado") ni ecuaciones
(como "1 + 2 = 3"). El sistema de Boole reconoce ambos. A diferencia de otros
innovadores lógicos revolucionarios, la grandeza de Boole como lógico fue
reconocida casi de inmediato. En 1865, apenas una década después de sus Leyes
del Pensamiento de 1854 y ni siquiera un año después de su trágica muerte, la
lógica de Boole fue objeto de una conferencia en la Universidad de Harvard
titulada "Boole's Calculus of Logic" ("El cálculo lógico de Boole") impartida por
C. S. Peirce. Peirce abrió su conferencia con las siguientes palabras proféticas
(Peirce 1865/1982, pp. 223-224).

Quizás la visión más extraordinaria de la lógica que se ha desarrollado con éxito


es la del difunto profesor Boole. Su libro Las Leyes del Pensamiento... está
destinado a marcar una gran época en la lógica, ya que contiene una
concepción que, en términos de fecundidad, rivalizará con la del Organon de
Aristóteles.

La teoría especial de las deducciones categóricas de Aristóteles sólo


reconocía cuatro formas lógicas de proposiciones. Sólo reconocía las
proposiciones diádicas que implicaban exactamente dos términos [no lógicos].
Hoy en día, se aceptan infinitas formas, sin límite en el número de términos que
aparecen en una misma proposición. De hecho, ya en su famoso artículo de
1885 "On the Algebra of Logic: A Contribution to the Philosophy of

26 El intento de Boole de forzar el silogismo de Aristóteles en el molde de la lógica ecuacional podría considerarse
patético una vez que se ve que condujo a Boole a su "falacia de las soluciones" y le cegó ante las deducciones
indirectas de Aristóteles. Boole nunca intentó siquiera encajar las deducciones indirectas en su molde. Frege
tiene una enmarañada explicación de que las deducciones indirectas son deducciones directas disfrazadas. Varias
28 John Corcoran
décadas más tarde, Tarski (1941, pp. 157-159) todavía decía a sus lectores que las expresiones 'prueba indirecta' y
'prueba por reductio ad absurdum' indican pruebas directas que utilizan cierta ley lógica que él llama 'la llamada
LEY DE REDUCTIO AD ABSURDUM'. En la misma página, afirmaba que "las pruebas de este tipo pueden
caracterizarse generalmente de la siguiente manera: suponemos que el teorema es falso, y derivamos de ello ciertas
consecuencias que nos obligan a rechazar la suposición original", lo que no es una mala descripción de una
deducción indirecta genuina, pero nada que ver con la deducción directa que había puesto como ejemplo.
La lógica demostrativa de 29
Aristóteles
Notation', Peirce reconocía en letra de imprenta proposiciones simples que
tenían más de dos términos (1992, pp. 225-226). Algunos ejemplos son la
proposición triádica de que el signo "7" denota el número siete para la persona
Charles y la proposición tetrádica de que uno es a dos lo que tres es a seis. Peirce
retomó el tema en su manuscrito de 1907 'Pragmatism' (1998, pp. 407-408),
donde presentó su ahora conocido análisis triádico de proposiciones sobre dar
como 'La persona Abe da el perro Rex a la persona Ben'.
Dado el interés de Aristóteles por la geometría y sus observaciones
históricamente importantes sobre el desarrollo de la teoría de la proporción
(analogía), es notable que en el Organon no encontremos ninguna discusión
sobre proposiciones tetrádicas o argumentos de proporcionalidad como el
siguiente.

1 : 2 :: 3 : 6. 1 : 2 :: 3 : 6. 1 : 2 :: 3 : 6.
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

? 3 : 6 :: 1 : 2. ?1 : 3 :: 2: 6. ? 2 : 1 :: 6 : 3.

Se necesitó una cantidad significativa de investigación lógica para ampliar el


silogismo e incluir la capacidad de tratar argumentos premisa-conclusión
compuestos por condicionales cuyos antecedentes y consecuentes son
proposiciones categóricas. El siguiente es un ejemplo fácil.

Deducción directa 2
1. Si todo rectángulo es un cuadrilátero, todo cuadrilátero es un polígono.
2. Si todo cuadrado es un rectángulo, todo rectángulo es un cuadrilátero.
3. Cada cuadrado es un rectángulo.
? Un cuadrado es un polígono.
4. Todo rectángulo es un cuadrilátero. 2, 3
5. Todo cuadrilátero es un polígono. 1, 4
6. Cada cuadrado es un cuadrilátero. 3, 4
7. Cada cuadrado es un polígono. 6, 5
8. Algún polígono es un cuadrado. 7
9. Un cuadrado es un
polígono. 8 QED

La teoría de Aristóteles reconocía sólo tres modelos de deducciones


inmediatas no repetitivas de una premisa y sólo cuatro modelos de deducciones
inmediatas de dos premisas; hoy se aceptan muchos más. En particular,
Aristóteles nunca discernió el hecho señalado por Peirce de que a toda
deducción corresponde una proposición que él llamó principio director (1992, p.
201) en el sentido de que su conclusión se sigue de sus premisas. A Aristóteles
nunca se le ocurrió incluir en su sistema proposiciones tales como, por ejemplo,
que dados dos términos cualesquiera, si uno pertenece a todo el otro, entonces
algo del último pertenece a algo del primero.
Las estructuras de cadena lineal simple de las deducciones de Aristóteles se han
ampliado con estructuras no lineales complejas, como árboles de ramificaciones y
cadenas lineales anidadas27 .
27 Una anidación nunca considerada por Aristóteles pero familiar en la lógica moderna es la subdeducción. En el
curso de una deducción, se establece una subconclusión auxiliar como submeta a alcanzar en el camino hacia la
consecución de la conclusión inicialmente elegida. Quizá el ejemplo más sencillo sea el caso en que la conclusión
inicial es una conjunción P&Q y los dos subobjetivos son los dos conjuntos P y Q. La silogística no tiene conjunciones y,
por tanto, no tiene necesidad de tales estrategias. Sin embargo, es una especie de milagro que las deducciones
categóricas de Aristóteles no necesiten subdeducciones indirectas, que son indispensables en los sistemas
30 John Corcoran
modernos. En el curso de una deducción indirecta, se le podría ocurrir a
La lógica demostrativa de 31
Aristóteles
Además, su silogística categórica ha sido objeto de severas críticas. No
obstante, la idea básica de su lógica demostrativa, la teoría de la verdad y la
consecuencia de la demostración, fue plenamente aceptada por Boole (Corcoran
2006a). En sus más de dos mil años de historia apenas ha encontrado oposición
manifiesta. Sigue gozando de amplia aceptación en la comunidad lógica
contemporánea (Tarski 1969/1993). Quizás irónicamente, Peirce nunca expresó su
plena aceptación y, al menos en un lugar, parece decir, contrariamente a Tarski y
a la mayoría de los lógicos modernos, que los diagramas son esenciales no sólo
en las demostraciones geométricas (Peirce 1998, p. 303) sino en toda
demostración (1998, p. 502).

Conclusión
La Analítica de Aristóteles contiene una teoría general de la demostración, una
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

teoría general de la deducción y una teoría especial de la deducción. Las dos


primeras, descritas por Aristóteles en términos generales en la Analítica anterior
y aplicadas en la Analítica posterior, han ejercido una influencia constante, casi
indiscutible, en el desarrollo de las ciencias deductivas y en la teorización sobre las
ciencias deductivas. La tradición llegó a considerar la de Aristóteles como "la
noción de demostración". Como da a entender Tarski (1969/1993, pp. 118-120),
la prueba formal en el sentido moderno es el resultado de un refinamiento y una
"formalización" de la demostración aristotélica tradicional. La tercera, la teoría
especial descrita por Aristóteles con minucioso detalle, ha sido objeto de intensas
y a menudo equivocadas censuras y, en cierto sentido, de igualmente intensas y
equivocadas alabanzas. Con toda razón, ha quedado casi totalmente eclipsada
por la lógica moderna.
Como indica el título, me he centrado en la teoría de la demostración de
Aristóteles. El lector tiene que enfrentarse a dos cuestiones principales, una
exegética y hermenéutica, y la otra fáctica. La primera es si Aristóteles ha sido
justamente representado aquí. A este respecto es importante señalar que no he
dicho que mi versión de la teoría de Aristóteles sea la única razonablemente
atribuible a él. La cuestión de hecho es si la teoría atribuida a Aristóteles es
verdadera: ¿es la demostración tal como se ha descrito aquí? ¿He descrito lo
que hacen las personas al demostrarse a sí mismas las proposiciones?
Los principales comentaristas e historiadores de la lógica no han advertido
que en los Analíticos se encuentra una teoría general de la demostración.
Łukasiewicz (1951/1957) afirmó que los Analíticos no revelaban su propósito.
Evidentemente, se saltó la primera frase, tal vez en su prisa por llegar a los
detalles "técnicos".
Del mismo modo, los principales comentaristas e historiadores de la lógica no
han advertido que en los Analíticos Previos se encuentre una teoría general de la
deducción. Sin una pizca de evidencia, Łukasiewicz (1951/1957, p. 44) dijo que
Aristóteles creía que "el silogismo categórico es el único instrumento de
prueba".28 Se ha observado ampliamente que la definición de Aristóteles de la
deducción es mucho más general que la requerida para el silogismo categórico,
pero rara vez encontramos a Aristóteles acreditado con una teoría general de la
deducción. Por ejemplo, escribiendo en la Enciclopedia Británica, Lejewski (1980,

que el razonador establezca un subobjetivo y vea que la mejor manera de alcanzar el subobjetivo es el razonamiento
indirecto y así comenzar una subdeducción indirecta dentro de la deducción indirecta inicial (Corcoran 1974a, pp.
32 John Corcoran
116-117).
28 Esto es especialmente irónico porque en otra parte del mismo libro Łukasiewicz dijo que la Analítica Prior no
contiene ningún instrumento de prueba en absoluto. Su opinión es que la Analítica previa presenta una teoría
axiomática cuya lógica subyacente se presupone pero no se presenta.
La lógica demostrativa de 33
Aristóteles
p. 58) se fijó en la definición más amplia. En lugar de tomarla como una pista para
una teoría más amplia, criticó la definición de Aristóteles por ser "demasiado
general".
Por último, los principales comentaristas e historiadores de la lógica ni
siquiera se han percatado de que en los Analíticos anteriores se encuentre una
teoría especial de la deducción. De hecho, a pesar de la observación anterior,
Łukasiewicz ni siquiera se dio cuenta de que hay alguna teoría de la deducción
que se encuentra en cualquier parte de la Analítica. Sabía que toda ciencia
axiomática o deductiva presupone una lógica subyacente que especifica cómo
debe llevarse a cabo la deducción a partir de sus premisas básicas. En lugar de
reconocer que la identificación de la naturaleza de las lógicas subyacentes era el
objetivo de Aristóteles en la Analítica previa, consideró que Aristóteles estaba
presentando una ciencia axiomática cuya lógica subyacente presupuesta no se
encontraba en ninguna parte de la Analítica. Más recientemente, Lejewski
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

cometió el mismo error cuando escribió (1980, p. 59): "Aristóteles no era


consciente de que su silogística presupone una teoría lógica más general, a
saber, la lógica de las proposiciones". Según el punto de vista presentado aquí,
el silogismo categórico de Aristóteles incluye un sistema de reglas de deducción
totalmente autónomo y sin lagunas: no presupone ninguna otra lógica para su
coherencia. En varios artículos anteriores enumerados en las Referencias,
expongo mi base textual, análisis, interpretación y argumentación en apoyo de las
afirmaciones anteriores. Mi interpretación de la teoría general de la demostración
de Aristóteles coincide sustancialmente con las de otros estudiosos de la lógica,
como Evert Beth (1959, pp. 31-51). Además, hay excelentes artículos de John
Austin, George Boger, Michael Scanlan, Timothy Smiley, Robin Smith y otros
que critican a los oponentes de mi enfoque de la teoría especial de la deducción
categórica de Aristóteles y tratan puntos que he omitido.29 Este artículo no
pretendía contribuir al argumento combinado, que, aunque no es perfecto, me
sigue pareciendo concluyente. Más bien, mi objetivo era ofrecer una visión
general desde el punto de vista de la demostración.30 Esta perspectiva limitada
pone de manifiesto el genio y la importancia duradera de la teoría de Aristóteles.
obra maestra de forma que pueda instruir a los nuevos estudiosos de este campo y
otros afines.

Agradecimientos
Dedico este artículo a mi amigo y colega el profesor Robin Smith con motivo
del vigésimo aniversario de su traducción definitiva con comentarios de los
Analíticos previos de Aristóteles.
Este ensayo se basa en mi conferencia en el Coloquio Internacional de Historia
de la Lo'gica dedicado a la Lo'gica de Aristo'teles celebrado en noviembre de 2007 en
Santiago de Chile en la PUC de Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile.
El primer ponente fue el venerado Prof. Roberto Torretti, reconocido decano de
los filósofos chilenos.

29 El trabajo de 1973 de Timothy Smiley sobre el silogismo categórico coincide en todo con el mío. Él descubrió
independientemente sus puntos principales más o menos al mismo tiempo que yo descubrí los míos. Es un
accidente insignificante que mi primera publicación sobre este tema sea anterior a la suya.
30 En este artículo presenté lo que considero la más básica y simple de las teorías de la demostración atribuibles
responsablemente a Aristóteles. Hay varios pasajes, por lo general discutidos y oscuros, en los que Aristóteles
parece elaborar más sus puntos de vista sobre la naturaleza de las premisas últimas de una demostración,
nuestro conocimiento de ellas y lo que muestra una deducción de una consecuencia a partir de ellas. He aquí algunos
ejemplos representativos. Dice que las premisas últimas deben ser "necesarias" y conocidas como tales, que es imposible
34 John Corcoran
demostrar cualquiera de ellas utilizando otras como premisas, y que las deducciones deben mostrar que los hechos
referidos en las respectivas premisas son las "causas" de los referidos en las respectivas conclusiones. Estos pasajes
tienden a desviar la atención de los aspectos profundos, claros, útiles y bellos de la Analítica. Ninguna de estas ideas ha
desempeñado hasta ahora papel alguno en la comprensión moderna de la demostración. Haber planteado
cuestiones tan turbias y polémicas habría hecho difficultoso, si no imposible, dejar al lector con una apreciación de la clara y
duradera contribución que Aristóteles hizo a nuestra comprensión de la demostración.
La lógica demostrativa de 35
Aristóteles
La PUC/CL tiene una rica tradición de excelencia en lógica, tanto en
matemáticas como en filosofía. Su distinguida facultad de lógica acoge
anualmente la conferencia internacional de lógica que lleva el nombre de
Rolando Chuaqui (1935-1994), el gran lógico chileno. Bajo la dirección de
Chuaqui, la PUC se ganó la distinción de ser la primera universidad en conceder
el doctorado honoris causa a Alfred Tarski (Feferman y Feferman 2004, 353).
Agradezco al profesor Manuel Correia la organización del coloquio y su atenta y
cálida hospitalidad. También estoy agradecido a otros profesores santiaguinos,
especialmente al matemático Renato Lewin. Siempre estaré agradecido a
Roberto Torretti por su cálida y generosa introducción y por su amable
hospitalidad. Este ensayo debe mucho a las informativas discusiones con Pierre
Adler, George Boger, Elizabeth Compton, Manuel Correia, Newton da Costa,
John Foran, Gabriela Fulugonio, James Gasser, Josiah Gould, Steven Halady,
James Hankinson, David Hitchcock, Forest Hansen, Amanda Hicks, John
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

Kearns, Daniel Merrill, Joaquin Miller, Mary Mulhern, Frango Nabrasa, Carlo
Penco, Saci Perereˆ , Walther Prager, Anthony Preus, Jose'Miguel Sagu¨illo,
Michael Scanlan, Robin Smith, Thomas Sullivan, Roberto Torretti, Kevin Tracy,
Jiyuan Yu, y otros. El editor de la HPL, John Dawson, y sus dos árbitros
anónimos hicieron muchas sugerencias útiles. El artículo toma prestado de mis
entradas de enciclopedia citadas en las referencias, especialmente de 'Lógica
demostrativa', 'Conocimiento y creencia' y 'Revoluciones científicas'. Partes de
este artículo se presentaron en el Seminario Aristóteles de la Universidad de
Búfalo del profesor Jiyuan Yu, en el Coloquio de Lógica de Búfalo, en el
Coloquio de Filosofía de la Universidad de Búfalo, en el Evergreen State College
y en el Canisius College.

Referencias
Aristóteles. Analítica previa. R. Smith, trad. 1989. Aristotle's Prior Analytics, Indianápolis:
Hackett. Beth, E. 1959. Foundations of Mathematics, Amsterdam: North-Holland.
Boger, G. 2004. 'Aristotle's underlying logic', en D. Gabbay y J. Woods, eds, Handbook of the History of
Logic, Amsterdam: Elsevier.
Boole, G. 1854/2003. Laws of Thought, Cambridge: Macmillan. Reimpreso con introducción de
J. Corcoran, Buffalo: Prometheus Books.
Corcoran, J. 1972. Completeness of an ancient logic'. Journal of Symbolic Logic, 37, 696-702. Corcoran,
J. 1974a. 'Aristotle's natural deduction system', en J. Corcoran ed., Ancient Logic and its Modern
Interpretations, Dordrecht: Kluwer. pp. 85-131.
Corcoran, J., ed. 1974b. Ancient Logic and its Modern Interpretations, Dordrecht: Kluwer.
Corcoran, J. 1981. Ockham'syllogistic semantics'. Journal of Symbolic Logic, 57, 197-198.
Corcoran, J. 1982. Review of ''Aristotelian Induction'', Hintikka 1980', Mathematical Reviews, 82m,
00016.
Corcoran, J. 1988. Review of G. Saccheri, Euclides Vindicatus (1733), edited and translated by G.B.
Halsted, 2nd ed. (1986)', Mathematical Reviews, 88j, 01013.
Corcoran, J. 1989. Argumentations and logic'. Argumentation, 3, 17-43. Traducción al español de R.
Ferna'
n d e z y J.M. Sagu¨illo: véase Corcoran 1994a.
Corcoran, J. 1992. Metodología lógica: Aristotle and Tarski'. Journal of Symbolic Logic, 57, 374.
Corcoran, J. 1994a. Argumentaciones y log'ica'. A'gora, 13, 27-55. Traduccio'n al espan~ol por R. Ferna'n dez y
J.M. S a g u ¨ i l l o de una versio'n revisada y ampliada.
Corcoran, J. 1994b. La fundación de la lógica'. Ancient Philosophy, 14, 9-24.
Corcoran, J. 1999. Logical form', en R. Audi ed., Cambridge Dictionary of Philosophy, 2nd ed., Cambridge:
R. Audi. Cambridge: Cambridge University Press.
Corcoran, J. 2003. Introducción. George Boole's Laws of Thought', Buffalo: Prometheus Books.
Reimpresión. Corcoran, J. 2006a. Aristotle's Prior Analytics and Boole's Laws of Thought'. History and
Philosophy of
Lógica, 24, 261-288.
Corcoran, J. 2006b. An essay on knowledge and belief'. International Journal of Decision Ethics, 2(2), 125-
144.
Corcoran, J. 2007a. 'Existential import'. Boletín de Lógica Simbólica, 13, 143-144.
Corcoran, J. 2007b. Knowledge and belief', en J. Lachs y R. Talisse, eds, Encyclopedia of American
36 John Corcoran
Philosophy, Nueva York: Routledge.
La lógica demostrativa de 37
Aristóteles
Corcoran, J. y Scanlan, M. 1982. Critical notice: Contemporary relevance of ancient logical theory'.
Philosophical Quarterly, 32, 76-86.
Davenport, H. 1952/1960. Higher Arithmetic, Harper: Nueva York.
Euclides, c. 300/1908/1925/1956. Elementos, 3 volúmenes. T. Heath, trad., Nueva York: Dover.
Feferman, A. y Feferman, S. 2004. Alfred Tarski: Life and Logic, Cambridge: Cambridge University Press.
¿Galen 200? /1964. Institutio Logica. J. Kieffer ed. y trans., Baltimore: Johns Hopkins University Press.
Gasser, J. 1989. Essai sur la nature et les crite`res de la preuve, Cousset, Suiza: Editions DelVal.
Gasser, J. 1991. La lógica de Aristóteles para el lector moderno'. Historia y filosofía de la lógica, 12, 235-
240. Heath, T. trans. 1908/1925/1956. Euclid's Elements, 3 Volumes, Nueva York: Dover.
Hintikka, J. 1980. La inducción aristotélica'. Revue Internationale de philosophie, 32, 422-439.
Jeffrey, R. 1967/1991. Formal Logic, Nueva York: McGraw-Hill.
Kieffer, J. trans. 1964. Galen's Institutio Logica, Baltimore: Johns Hopkins University Press.
Kuhn, T. 1957. The Copernican Revolution, Cambridge, MA: Harvard University Press.
Kuhn, T. 1962. La estructura de las revoluciones científicas, Chicago: University of Chicago Press.
Lejewski, C. 1980. Historia de la lógica', en Encyclopedia Britannica, Volumen 11, Chicago, Londres,
Toronto: Encyclopedia Britannica.
Łukasiewicz, J. 1951/1957. Aristotle's Syllogistic, Oxford: Oxford University Press.
Newman, J., ed. 1956. The World of Mathematics, 4 volúmenes, Nueva York: Simon and
Schuster. Peirce, C.S. 1865/1982. Boole's Calculus of Logic, en Peirce 1982. pp. 223-239.
Descargado por: [State University of New York] En: 23:25 27 enero 2009

Peirce, C.S. 1982. Escritos de Charles S. Peirce: A Chronological Edition, Volume 1, Bloomington: Indiana
University Press.
Peirce, C.S. 1992. en N. Houser y C. Kloesel, eds, The Essential Peirce: Selected Philosophical Writings
(1867-1893), Volume 1, Bloomington: Indiana University Press.
Peirce, C.S. 1998. en N. Houser, J.R. Eller, A.C. Lewis, A. De Tienne, C.C. Clark y D.B. Davis, eds, The
Essential Peirce: Selected Philosophical Writings (1893-1913), Volume 2, Bloomington: Indiana
University Press.
Ross, W.D. 1923/1959. Aristotle, NY: Meridian Books.
Ross, W.D. 1949. Aristotle's Prior and Posterior Analytics, Oxford: Oxford University Press.
Smiley, T. 1973. ¿Qué es un silogismo? Journal of Philosophical Logic, 2, 136-154.
Smiley, T. 1994. La prueba de completitud de Aristóteles'. Ancient Philosophy, 14,
24-38. Smith, R. 1989. Introduction'. Aristotle's Prior Analytics, Indianapolis: Hackett.
Tarski, A. 1941/1946/1995. Introducción a la Lógica y a la Metodología de las Ciencias Deductivas, O.
Helmer, trad., Nueva York: Dover.
Tarski, A. 1956/1983. Logic, Semantics, Metamathematics, J. H. Woodger, trad., Indianapolis: Hackett.
Tarski, A. 1969/1993. Truth and proof', en Scientific American, junio de 1969. Reimpreso en Philosophical
Companion to First-Order Logic, R. Hughes, 1993, Indianápolis: Hackett.

También podría gustarte