Hora Santa
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HORA SANTA
Lector 1 (ISIS Y EDGAR).- Señor Jesús, venimos a buscarte, a conocerte un poco más.
Queremos descubrir tu voluntad sobre nuestra vida. Señor, necesitamos para esto el Don de
tu Espíritu, que es tu luz y es fortaleza.
El mundo que nos rodea nos deslumbra y no nos permite ver cuál es el verdadero camino
de nuestra realización personal. Nos propone una felicidad aparente y falsa.
Descúbrenos, Señor, el Misterio de Tu Amor, como la fuente de la verdadera felicidad.
Ayúdanos a descubrir tu Plan de amor para cada uno de nosotros. Líbranos de toda atadura,
de toda esclavitud que nos impida seguirlo.
Hay hilos muy delgados que nos atan y no nos dejan libres.
Señor, necesitamos ser totalmente libres para realizar una conversión madura. Queremos
hacer de nuestra vida algo grande, algo útil para nuestro mundo que nos hunde en tinieblas
y corrupción.
Queremos encontrarnos contigo, Jesús, conocerte mejor, conocerte para amarte, amarte
para seguirte y servirte por el resto de nuestra vida.
Tú, Jesús nos llamas para que nos acerquemos a Ti, para que vivamos arraigados en Ti, y
luego vivamos como has vivido Tú, pensemos como piensas Tú, caminemos por los
caminos que Tú recorres, miremos la realidad como Tú la miras, amemos a nuestro mundo
como Tú lo amas.
Madre nuestra María, Virgen del SÍ total y generoso, enséñanos a estar plenamente
disponibles al Plan de Dios sobre nosotros.
Amén.
CANTO: Tú Señor
Lector 2 (VANESA Y JESUS) . La invitación que Jesús lanza a toda persona es a seguirle.
Una y otra vez vemos esta invitación ofertada por Jesús, aceptada por unos y rechazada por
otros.
(De pie)
…Llamando a la gente a la vez que a sus discípulos, les dijo: «Si alguno quiere venir en pos
de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame.
Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero quien pierda su vida por mí y por el
Evangelio, la salvará.
Pues ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si arruina su vida?
Pues ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida?
Porque quien se avergüence de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y
pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su
Padre con los santos ángeles.»
REFLEXION
¿Qué quiere decir seguir a Jesús? Cuando alguien nos invita a seguirlo hay unas preguntas
que de forma natural vienen a nuestra mente. Seguirlo ¿A dónde? ¿Para hacer qué? ¿Con
qué propósito? No tiene demasiado sentido comenzar un peregrinaje sin saber a dónde
vamos y con qué propósito.
Jesús nos invita a seguirlo con un doble propósito: En primer lugar, el quiere restaurar en
nosotros las rupturas provocadas por el pecado.
Es un proceso dinámico, constante y diaria. Mientras le seguimos Él va trabajando en
nosotros. Este proceso durará toda nuestra vida, nunca se acaba. Del mismo modo que un
escultor va moldeando la estatua que tiene en mente y que saldrá del bloque de mármol y el
tallista pule el diamante, de ese modo Jesús va trabajando día a día en nosotros ese proceso
de restauración.
En ocasiones ese proceso será doloroso. En ocasiones, colaboraremos gustosos con Jesús y
su trabajo, en otras ofreceremos resistencia.
En segundo lugar, Jesús nos invita a seguirle y SERVIR con Él, Como lo es en nuestro
próximo kerigma que viviremos, Para ayudar para que el mundo sea lo que debió de ser y el
pecado impidió que fuera.
LECTOR 3 (IRVING Y GABY): Lectura del Evangelio de Juan (Jn. 1, 35-51) (De pie)
Al día siguiente, Juan el Bautista estaba cerca del río Jordán con dos de sus seguidores.
Cuando vio pasar a Jesús, Juan dijo: “¡miren, ese es el Cordero de Dios!”. Los dos
seguidores de Juan lo oyeron decir esto y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y al ver que lo
seguían, les preguntó: “¿Qué están buscando?”. Ellos dijeron: “Maestro, dónde vives?”.
Jesús les contestó: “Vengan y vean”. Fueron, pues, y vieron dónde vivía, y pasaron con él
el resto del día. Eran como las cuatro de la tarde. Uno de los dos que oyeron a Juan y
siguieron a Jesús era Andrés, hermano de Simón Pedro. Al primero que Andrés se encontró
fue a su hermano Simón y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías”. Luego Andrés llevó a
Simón donde estaba Jesús. Cuando Jesús lo vio, le dijo: “Tú eres Simón, hijo de Juan, pero
de ahora en adelante te llamarás Pedro, que significa Piedra”. Al día siguiente, Jesús
decidió ir a la región de Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: “Sígueme”. Este Felipe era del
pueblo de Betsaida, de donde eran también Pedro y Andrés. Felipe fue a buscar a Natanael
y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en el libro de la Ley, y de
quien escribieron también los profetas. Es Jesús, hijo de José, de Nazareth”. Le dijo
Natanael: “¿acaso de Nazareth puede salir algo bueno?”. Felipe le contestó: “Ven y tú
mismo lo verás”.
Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo: “Aquí viene un verdadero Israelita en quien no
hay engaño”. Natanael le preguntó: “¿Cómo es que me conoces?”. Y Jesús le respondió:
“Te vi antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera”. Natanael dijo:
“Maestro, ¡Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el rey de Israel!” Jesús le contestó: “Sólo
porque te he dicho que te vi debajo de la higuera, crees en mí? Pues, has de ver cosas
mucho mayores que estas.”
Palabra de Señor. Todos: Gloria a Ti, Señor Jesús.
REFLEXION
EL pasaje del evangelio se toma del capítulo primero de Juan y recoge "el llamamiento", la
vocación de los primeros discípulos de Jesús.
El camino hacia la fe en Jesús sería aún largo. Vendría después el llamamiento a la orilla
del lago, el comienzo de la fe en Caná de Galilea, la amistad profunda, la crisis de la cruz,
la fe definitiva en el resucitado. Pero éste fue el principio: aquí "se encontraron con Jesús".
Hoy se nos presenta Una bella reflexión sobre nuestro propio encuentro con Dios y sobre
nuestra vocación. Se plantean dos líneas profundas: un llamamiento y un encuentro
personal como lo es nuestro kerigma.
Este llamamiento consiste en que hemos conocido a Jesús y esto nos llama a SERVIR en lo
de Jesús, en el Reino. Es absolutamente incomprensible separar el conocimiento de Jesús
con la invitación a trabajar en el Reino.
Esto puede entenderse como un privilegio. No lo es; es más bien un compromiso. Como
lo dice nuestro lema del MFC “Servir no es una obligación, sino un privilegio”
Puedo decir que me siento muy honrado, me siento feliz de que Dios cuente conmigo. Pero
sé que si Dios cuenta conmigo asumo una gran responsabilidad y cambio mi vida, me
dedico a cosas que serán posiblemente duras y menos agradables.
Cambio el modo de ver la vida: no estoy aquí para disfrutar sino para trabajar: no estoy
aquí ni siquiera para "salvarme", sino para "salvar".
Este es el contenido, explícito y claro del llamamiento fracasado del joven rico: no entró en
el Reino, fue invitado y declinó la invitación.
Ningún modo de vida es tan satisfactorio ni tan válido como aceptar la llamada, entregar la
vida a la construcción del Reino.
Sobre esta vocación básica de todo cristiano, cada cristiano tiene su propio modo de
realizarlo. Cada "vocación" particular no es más que el modo de llevar a cabo esa vocación
fundamental de dedicarse al reino.
El Reino es el fin, el modo de vida, el sentido de la vida. Luego vendrá el tipo de vida, el
género de trabajo, la profesión, el estado civil, la posición social... Son maneras de trabajar
por el Reino. Y en ellas hay que contar con las aptitudes personales, las circunstancias, las
necesidades...
Pero, además, el Señor viene, busca, llama. Nuestra vida religiosa se entiende por tanto
como "escuchar al que me llama y seguirle".
“Familias iluminadas por el Espíritu Santo: testimonio de fe, esperanza y misericordia”
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MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO CATÓLICO
HORA SANTA
Canto:
El primero: "¿qué buscáis?", porque la vida del ser humano es inquietud, búsqueda de
sentido, necesidad de jerarquizar valores. Es el primer llamamiento, sembrado en
nuestra propia condición humana: necesidad de buscar. En su más íntima esencia, el
ser humano es el animal insatisfecho, que se hace preguntas sobre sí mismo, sobre su
naturaleza y destino, sobre el bien y el mal. Así fue creado, como necesidad de Dios, y
Dios se presenta como respuesta a esa necesidad.
El tercero: llamamiento como misión. Nos van a encargar algo, es decir, el contacto
con Jesús va a suponer que descubramos el valor de nuestra vida, el sentido de nuestra
vida como misión encargada por Él. Y será esta una dimensión que hará cambiar todos
nuestros parámetros morales, todo el sentido del bien y del mal. La misión, manera de
comprenderme, de relacionarme con Dios, de plantear mi relación con los demás. Es el
cambio total de mis planteamientos de vida.
San Ignacio lo decía con la frase: "En todo amar y servir". Este era su "Principio y
Fundamento", que expresa nuestra disposición a aceptar el llamamiento. Una llamada a
comprometer la vida... que es lo que "salvará nuestra vida".
Canto:
Jesús! Tengo muchas ganas de vivir, de vivir a mi manera. Tengo la oportunidad de hacer
de mi vida lo que quiero: tengo el tiempo, mis cualidades. Tengo ganas de divertirme, de
hacer nuevas experiencias, de probar todo, de hacer todo… Pero tengo miedo de Ti! Tengo
miedo de vivir como Tú quieres, tengo miedo de aventurarme contigo, tengo miedo de
decirte que Sí, porque sé que eso es para siempre, porque sé que contigo ya no me
perteneceré a mí mismo… Huyo de ti porque tengo temor de encontrarte, me envuelvo en
ruidos porque temo escucharte. Es más fácil evadirse, refugiarse en ilusiones… Es difícil
ser cristiano, es difícil vivir cerca de Ti, me falta la valentía, a veces me avergüenzo del
Evangelio, me avergüenzo de Ti, me avergüenzo de mí mismo.
Heme aquí, Señor, en oración delante de Ti. Dame fuerza y sabiduría, para encontrar la
Verdad de mí mismo, de mi vida, para encontrarte a Ti y no soltarte nunca más.
“Yo soy el camino la verdad y la vida. Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en
plenitud”
Jesús, llénanos de tu verdad y de tu vida. Creemos que Tú eres la respuesta a nuestras
inquietudes de encontrar la verdad de nosotros mismos: Creemos que solo en ti hay vida
digna de vivirse; creemos que sólo Tú sabes cuál es el camino que nos puede llevar a la
felicidad.
“Yo soy la vid, y Ustedes las ramas; quién permanece en mí dará mucho fruto”.
La rama no puede producir fruto por sí misma; Si permanecemos en Ti, Tus obras serán las
nuestras.
“Yo soy el buen pastor. Yo conozco a mis ovejas y ellas me siguen”.
Jesús, frente a tantos falsos “pastores” que quieren guiar nuestra vida, como la moda, el qué
dirán, el dinero, el prestigio humano, el placer, las diversiones, el consumismo… Te
escogemos a Ti como nuestro único y verdadero pastor que guía nuestra vida a la verdadera
realización.
“Yo soy la luz del mundo. La luz brilla en las tinieblas… pero los hombres prefirieron las
tinieblas.”
Tú eres nuestra luz. Sin ti no podemos caminar, sin Ti no sabemos dónde vamos, somos
ciegos que guían a otros ciegos. Si tú nos iluminas, podremos caminar y harás de nosotros
luz para los demás.
“Si conocieras el don de Dios, me pedirías agua viva; el que bebe del agua que yo le doy
no volverá a tener sed; el agua que Yo les doy se hará en el manantial y brotará hasta la
vida eterna”.
Deseamos, Señor, esta agua viva; para nuestra sed de amor, para nuestra sed de felicidad,
para nuestra sed de paz, para nuestra sed de verdad… sólo Tú eres manantial que nos
satisface.
“Yo soy el pan de vida. El que come de este pan, vivirá para siempre”.
Tu eres, Señor nuestro alimento, sin ti no podemos tener fuerza ni vida; eres la fuerza por la
que me darás la gracias de poder repartir este alimento de tu presencia a los demás, a todos
aquellos que me lo piden. Seremos alimento para esta nuestra Iglesia, seremos pan
distribuido, ofrecido, hecho pedazos para que todos sean saciados.
“Yo soy la resurrección y la vida. Quién cree en mí, aunque muera, vivirá. ¿Crees tú esto?.
Sí, Señor, nosotros creemos que Tú eres el Hijo de Dios vivo, el Cristo. Creemos que
contigo ninguna muerte puede quitarnos la vida verdadera.
Todos respondamos: qué detalle señor has tenido conmigo – cuando me llamaste, cuando
me elegiste – cuando me dijiste que tu eras mi amigo. ¡que detalle señor has tenido
conmigo!
“Nosotros sabemos que Dios dispone las cosas para el bien de los que lo aman, a quiénes Él
ha llamado según sus designios. A estos los ha destinado a ser como su Hijo y semejantes
a Él… a los que eligió de antemano, los llama, y los hace justos y los glorifica. (Rom. 8,
29)
Todos: “que detalle…”
“Agarrados a Cristo, piedra viva, rechazada por los hombres, pero elegida y preciosa
delante de Dios. Ustedes también son piedras vivas para construir un templo espiritual:
Ustedes son una comunidad de sacerdotes que, por Cristo Jesús, ofrecen sacrificios
espirituales y agradables a Dios” (1Pe.2, 4-5).
Todos: “que detalle…”
Los invito yo, el preso de Cristo, a vivir de acuerdo a la vocación que han recibido…
llegando a ser el hombre perfecto, con esa madurez que hará de nosotros la plenitud de
Cristo”. (Ef.4, 13)
Todos.- “que detalle…”
“Ustedes son la casa cuyas bases son los apóstoles y cuya piedra angulas es Cristo… En él
Ustedes también están incorporados al edificio que es Cristo Jesús…” (Ef. 2, 20-22)
Todos.- “que detalle…”
“Yo soy la vid y Ustedes los racimos. Quién permanece en mí y Yo en él, produce mucho
fruto, porque sin mí Ustedes no pueden hacer nada…” (Jn. 15, 5)
Todos.- “que detalle…”
Señor, quiero servirte, quiero donar mi propia vida. ¿De qué sirve la vida, si no es para
donarla? Señor, Tú que naciste entre las incomodidades y pobrezas, Tú que moriste
desnudo como un malhechor, líbrame de mi egoísmo y de mi vida cómoda y tranquila, para
que, marcado con la señal de la cruz, no le tenga miedo al sacrificio. Hazme disponible a tu
llamado, tengo que comprometer mi vida, creyendo en tu palabra y en tu amor, siguiendo
las huellas de tus pasos. Los demás pueden ser prudentes, a mí me pides ser atrevido.
Los demás crecen con las leyes, a mí me mandas crecer en el amor. Los demás planifican
su vida, a mí me pides entregarme sin reserva. Me pides disponibilidad total, al gozo y al
sufrimiento, al éxito y al fracaso. Me pides arriesgar mi vida, sin preocuparme de nada,
contando sólo con tu amor. Señor, Tú me conoces. Aquí estoy Señor. Envíame.
Canto de salida.