Sociedad y Derecho

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INTRODUCCION AL DERECHO

(Carlos Carrillo)

SOCIEDAD Y DERECHO

INTRODUCCIÓN

LA SOCIEDAD Y EL DERECHO

El hombre no es un todo cerrado, aislado en sí mismo, que pueda realizarse


en una existencia individual, sino que, por naturaleza, está inclinado  a  la 
vida  comunitaria,  a  causa  de las limitaciones  que le son inherentes y de
la  capacidad  de comunicación que posee  como persona,  en  virtud de las
cuales necesita  de los  demás para  el  logro  de su  integral  desarrollo 
espiritual,  intelectual  y  físico. NO es aislándose, sino asociándose
convenientemente con todos los demás hombres, como la persona puede
alcanzar su pleno desarrollo. La sociedad, por lo tanto, proporciona a las
personas las condiciones de existencia y desarrollo que necesitan para 
alcanzar  su  plenitud y en consecuencia, ella viene postulada  por  la
misma  naturaleza del  hombre y por  su dinamismo  ontológico básico. No
se trata solamente de satisfacer las necesidades materiales del hombre: 
alimento, vestido,  habitación,  etc.,  para  lo  cual  es  evidente la urgencia 
que tenemos  de  la  ayuda  de nuestros  semejantes,  sino, principalmente, 
de la  colaboración  que se requiere  para  el  desarrollo de  nuestra 
personalidad  espiritual.  En este orden de ideas hay que tomar  en  todo  su
rigor  el sentido de las  palabras  de Aristóteles  según las cuales "el 
hombre es por naturaleza un ser social y el que vive fuera de la  sociedad
por  naturaleza  y no por  efecto del azar es, ciertamente, o  un ser 
degradado, o  un  ser  superior  a  la  especie humana". Y luego agrega:  "el
que no puede vivir en  sociedad, O no  necesita  nada  por su propia 
suficiencia, no es  miembro  de la  ciudad, sino una  bestia  o un dios".  

El antecedente remoto  de la  sociedad  es  el  instinto  natural  que conduce


a  los  hombres, por exigencias  de su  esencia,  de su perfección y  de su
indigencia,  a  organizar asociaciones; y el antecedente próximo e 
inmediato  es  su personalidad independiente,  merced  a  la  cual puede
desarrollar  su  actividad  libremente,  para  procurarse  bienes 
convenientes  por  medios  legítimos.

EL SER HUMANO EN SOCIEDAD


EL INDIVIDUO EN SOCIEDAD

El hombre, desde que adquiere conciencia se encuentra formando parte  de


un  mecanismo  de relaciones  sociales,  al cual lo  conducen  todos  sus 
instintos,  tanto  los  egoístas como los  altruistas y sus  necesidades, tanto
las  biológicas  como  las  del espíritu.

La sociedad humana es posible de definir como una “agrupación


constituida sobre un territorio por individuos humanos que, participando de
una misma cultura y de unas mismas instituciones, interaccionan entre sí
para el desarrollo de sus intereses comunes y la consecución de sus fines”.
(Diccionario de Filosofía de Antoni Martínez Riu y Jordi Cortés Morato.)

La sociedad es un modo de ser de las personas que consiste en un cierto


ordenamiento de ellas, en  una relación  recíproca.

La sociedad no es un ser que puede tener subsistencia propia; para existir


necesita un sostén; y  este  sostén  está  constituido  por  los individuos 
asociados,  a  los  cuales  ella  no se suma ni como  antecedente ni  como 
consecuente  sino que se les sobrepone en cuanto se identifica con un cierto
modo de ser de ellos; modo que consiste en existir  todos  juntos 
ordenados, coordinados y subordinados. 

LA RELACIÓN ENTRE EL INDIVIDUO Y LA SOCIEDAD

La sustancia de  la  sociedad  está  en  los  individuos  que la  constituyen 
en cuanto  están unidos  en un  cierto  orden"

El hecho mismo de que la sociedad sea complemento indispensable al 


hombre para cumplir  su fin propio,  nos indica que, al asociarse, no pierde
éste su ser individual, sino que al ser y a la operación individuales se unen
el ser y las operaciones de la  multitud  congregada.

El ser humano, al entrar en  sociedad,  desenvuelve su  personalidad, pero


no la cambia  ni la  pierde.

El individualismo anárquico niega  que el  hombre  pertenezca,  en virtud 


de ciertas  cosas  que hay  en él,  como  parte,  a  la  sociedad;  el
totalitarismo  sostiene  que el hombre es  (parte de  la  sociedad  política
todo entero y según todo lo que posee. El verdadero término medio es que
el hombre pertenece todo entero, como parte, a la sociedad, y está ordenado
al bien  de ésta, mas no según todo lo que es;  es decir, no en todos  los
modos  ni en todos  los  sentidos. El fin de la  sociedad  es  integrar,  de
manera  gradualmente  creciente,  a  las  personas  humanas  para 
predisponerlas  al lugar  de su fin trascendente,  que  se  encuentra  situado 
más  allá  del  fin  social.  Por ello la  sociedad  tiene,  en  último  término, 
un  valor  instrumental,  por- que  su  destino  es  servir  a  la  persona 
humana,  la  cual,  en  cambio, posee  valor  final y  no  está  destinada  a 
ninguna  sociedad  como  su fin último.

Toda limitación impuesta por la sociedad  a la  autonomía  del hombre,


para ser  legítima,  no  puede ejercerse  sino  respetando  la dignidad
humana.

El desarrollo integral de la  persona  humana  reclama  una  pluralidad de


comunidades,  con  sus  derechos,  libertades  y  autoridades  propios.  La
vida del hombre  está  determinada por  una  constante  ascensión  hacia 
sociedades  más  perfectas  en  el orden  temporal,  que  satisfagan sus 
necesidades  y  aspiraciones. El hombre se asocia  por  amor en el 
matrimonio,  fundando  la  familia,  que es  la  sociedad  básica  de la vida 
humana,  por  comunicación  de conocimientos  y saberes  en  escuelas  y 
universidades, (por participación  de bienes  en  el  trabajo,  comercio e
industrias; y  así,  de modo  variado  en  distintas  sociedades,  hasta la
sociedad  temporal  perfecta que es  el Estado.  La Iglesia es la forma
concreta asumida por la sociedad religiosa, que está fuera de la órbita de la
soberanía estatal. En el origen  de este  movimiento  de progresión  se
encuentran  las aspiraciones  naturales  de la  persona  humana  hacia  la 
superación  por el camino  de la  libertad.

EL FIN DE LA SOCIEDAD

EL BIEN COMÚN

El fin de  la  sociedad  es  el  bien  común,  el cual es  distinto  del bien 
individual  de cada  uno  de sus  componentes, o de la  simple reunión  de
los  bienes  individuales  de cada  una  de las personas  que la constituyen, 
o  del bien  de un  todo  con  vida  orgánica que tiene su razón  de ser en sí
mismo. El bien común es el conjunto de las condiciones espirituales, 
culturales y  materiales  necesarias  para  que la  sociedad pueda realizar  su
fin propio y establecer  un  orden  justo  que facilite  a  las  personas 
humanas  que integran la  sociedad  alcanzar  su  fin  trascendente.
El bien común se funda  en  obligaciones  de  justicia. La justicia determina
y especifica el bien común; y, por ello, el bien común constituye un orden
de justicia.

El bien común es el  bienestar  humano  de la  sociedad y  de cada una de


las personas que la  integran;  es  el bien  del todo y de las partes y es  de
orden  espiritual  y  material  al mismo  tiempo.  Implica la suficiencia
perfecta  de bienes,  es  decir, todos  los  recursos  necesarios para vivir 
una  vida  humana  completa; exige  el  reconocimiento  de los  derechos 
fundamentales  de la  persona  humana  y  procura  el  perfeccionamiento 
de la  vida  terrestre  de los  hombres. Luego, hay  dos  clases  de bien 
común:  el bien común  de las  personas que forman la  sociedad, en cuanto
son  miembros  de ésta;  y  el  bien  común  de  la  sociedad  en  sí misma, 
compuesto  por  los  bienes  que necesita  la  sociedad  para  cumplir  su
finalidad.

La persona  persigue  su  propio  bien  individual;  las  asociaciones


intermedias,  su singular bien  común; y  el Estado  el bien  común  general;
sin que exista  contradicción ni  antagonismo esencial entre ninguna de las 
personas,  ni  entre las  asociaciones  entre  sí,  ni  con  aquéllas,  ni con  el
Estado.

El bien común,  como  concepto  analógico,  es  comunicable  y


especificable. Se comunica el bien común a cada  sociedad y a las 
personas  singulares y  desde éstas a  las  sociedades intermedias  y  al 
Estado,  de tal suerte que,  en  esa dinámica, se distribuye. El bien común
se especifica toda vez que cada ser y cada sociedad realiza, concreta y
distribuye  bienes  de diversa  índole,  conforme a  su naturaleza.

LA SUBSIDIARIEDAD

El otro principio rector del bien común es  la subsidiariedad,  según el cual 
cada  persona y sociedad  tiene  una  esfera específica de obrar que la  es 
connatural y que debe  cumplir  ella  misma  según  su  jerarquía, de tal
suerte que las sociedades intermedias y el Estado no deben absorber  tareas 
que incumben,  por  naturaleza,  a  otras  sociedades  o  a las  personas; 
pero sí deben las  sociedades  y  el Estado  ejercer  el  derecho  y  asumir 
la  obligación  de  actuar e intervenir,  en caso  de insuficiencia  de
aquéllas.

Todos los hombres y todas las  entidades  intermedias  tienen  la


obligación  de aportar su contribución  específica a  la consecución del
bien  común. 

Esto implica el que persigan  sus  propios  intereses en armonía  con  las 
exigencias  de  aquél y contribuyan  al  mismo  objetivo  con  las 
prestaciones  en  bienes  y  servicios que  las  legítimas  autoridades 
establezcan, según  criterios  de  justicia,  en  la debida forma y en el
ámbito de la  propia  competencia,  es  decir,  con  actos  formalmente 
perfectos  y  cuyo  contenido  sea  moralmente bueno  o,  al menos,
ordenable al bien.

PREGUNTA DE SELECCIÓN MÚLTIPLE

Es un principio según el cual  cada  persona y sociedad  tiene  una  esfera


específica de obrar que la  es  connatural y que debe  cumplir  ella  misma 
según  su  jerarquía, de tal suerte que las sociedades intermedias y el Estado
no deben absorber  tareas  que incumben,  por  naturaleza,  a  otras 
sociedades  o a las  personas. La siguiente definición corresponde a: 

Bien común

Servicialidad del Estado 

Justicia social 

Subsidiaredad

Solidaridad 

LA SOCIEDAD Y EL DERECHO

EL DERECHO ES UN FENÓMENO SOCIAL

Tradicionalmente la doctrina indica que para que haya Derecho, tiene que
haber sociedad. La fórmula de esta doctrina se resume en un en un
aforismo latino: Ubi ius, ibi societas; donde hay Derecho, hay sociedad.
Esto entendido como el ambiente elemental de desarrollo del derecho a
partir de las interacciones humanas y la necesidad de resolver los conflictos
que naturalmente se producen entre las personas, no concibiendo la
existencia de normas y principio fuera de un cuerpo social.

Existe también otra tesis, expresada en otro aforismo latino, que sostiene:
Ubi societas, ibi ius; es decir, donde hay sociedad, hay Derecho.

Esto significa que donde haya sociedad, necesariamente habrá Derecho, ya


que la sociedad o puede desarrollarse sin un marco básico de convivencia.

Christian Thomasius, se hace cargo de ambos conceptos y sostiene que


“Extra societatem non est ius, in omni societate ius est”; que literalmente
significa: fuera de la sociedad no hay Derecho y en toda sociedad hay
Derecho, lo que en el fondo significa que que Derecho y sociedad se exigen
mutua y necesariamente, de tal modo que no puede haber Derecho sin
sociedad, ni puede haber sociedad sin Derecho.

Así de relacionados están ambos conceptos y así debemos entenderlos.


Robinson Crusoe no tenía Derecho, solía decirse, ya que era un habitante
solitario en una isla desierta en la obra de ficción de Julio Verne inspirada
en los eventos del navegante holandés Alejandro Selkirk en nuestro
archipièlago de Juan Fernández.

Puede revisar esta materia en el siguiente link


dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/142175.pdf
EL CONCEPTO DE DERECHO

ETIMOLOGÍA DEL TÉRMINO

La palabra “derecho” no tiene vinculación etimológica con su equivalente


latina. En efecto, en latín la palabra derecho se decía ius. En leguas
romances se produjo la sustitución del término ius por derecho. En latín
vulgar, en cambio, en vez de ius decían directum, palabra que proviene del
verbo latino dirigere, que significa gobernar.

Sostienen algunos que la influencia cristiana, que consideraba la ley como


el camino recto, explica esta transformación en el idioma. Pero se
conservaron en castellano algunas palabras íntimamente ligadas
a ius: iusticia:
(justicia); iudex (juez); iudicium (juicio); iucare (jurar); iurisprudentia (juri
sprudencia), etc.

Por otra parte, hay quienes sostienen que ius proviene de ioues, que querría
decir “quoud iobe iubet” (lo dispuesto o decidido por el dios Júpiter, que
en latín arcaico se decía iobe). Tal vez por dicción ioubes terminó
pronunciándose ious y finalmente ius, término que aparece en la
denominada Ley de las doce Tablas (Siglo V a. de C.) significado de lo
justo.

La palabra ius, sin perder su significado, se comenzó a utilizar


simultáneamente en  sentido de norma, facultad, y de ciencia.

En Roma, en la época imperial, el derecho es considerado principalmente


como un conjunto de reglas o normas.

DISTINTAS ACEPCIONES DE LA PALABRA DERECHO.

La palabra derecho es un término que tiene distintos sentidos entre los que
destacan:

-Derecho como ciencia o conocimiento. Por ejemplo: “el derecho es una


de las disciplinas más antiguas “, o bien “el derecho es una ciencia social”.

-Derecho como ordenamiento o sistema normativo. Por ejemplo: “El


derecho chileno contempla fuertes sanciones para el femicidio”, o bien “el
derecho civil se inspira en el principio de la autonomía de la voluntad”. En
esta acepción se denomina al derecho como derecho objetivo.
-Derecho como facultad o poder. Por ejemplo “Tengo derecho a entrar y
salir del territorio nacional cada vez que quiera” o “el arrendador tiene
derecho a cobrar la renta al arrendatario en los periodos pactados” o “el
hijo tiene derecho a alimentos respecto del padre”. En esta acepción se
denomina al derecho como derecho subjetivo.

-Derecho-como expresión de lo justo; Por ejemplo: “no hay derecho a que


una persona sea tratada indignamente”

-Derecho como sinónimo de deber jurídico. Por ejemplo; “Cumple el


derecho y paga tus deudas”

Definiciones de derecho

Más allá del contexto en que se utilice el término en doctrina se afirma que
la analogía propia del derecho es la analogía de atribución. Sin embargo, tal
como señala Jaime Williams Benavente en su obra Lecciones de
Introducción al derecho, ello supone resolver un problema fundamental, a
saber: ¿Cuál de las distintas acepciones del término ius es el analogado
principal?

Esta interrogante ha provocado innumerables respuestas que podrían


sintetizarse en base a grandes modelos de pensamiento de la siguiente
manera:

Modelo Normativo u Ordenancista:

El derecho en sentido propio es la norma jurídica o el sistema de normas


denominado “ordenamiento jurídico”.

Dado que además de las jurídicas, hay otros tipos de normas, se dice que lo
que le daría el carácter de jurídico a la norma es su origen:

Este origen estaría en el Estado para Hans Kelsen (1881 –1973) quien


define el derecho como un sistema de normas que regulan el
comportamiento bajo amenaza de sanción coactiva.

Por su parte C.F.  Von Savigny (1779 -1861), uno de los principales


exponentes de la teoría historicista del derecho, señala que el origen del
derecho se encontraría en el espíritu común del pueblo o sea en la voluntad
común que por ello lo es de cada individuo. Plantea que esta voluntad
común no tiene un sustento racional como la voluntad contractualita, sino
que es esencialmente irracional en tanto su expresión son fuerzas invisibles
como la costumbre, que, si bien el individuo no puede controlar, sí puede
percibir su influencia sobre sí mismo. Así entonces Savigny entiende el
derecho como producto cultural del espíritu del pueblo, como el lenguaje o
como el arte.

 En esta misma línea R.V. Ihering (1818-1892) que sin embargo se aparta


de su predecesor de la escuela historicista del derecho en cuanto plantea
que el derecho no nace espontáneamente del espíritu popular si no que es
producto de una actividad intencionada y deliberada de la sociedad la cual
se da su propio derecho. Para Ihering el derecho es la lucha, es poder y
fuerza el derecho es normatividad coactiva tendiente a fines históricamente
condicionados”

Modelo Judicialista:

El derecho, stricto sensu, es lo aprueba o serpia aprobable por los jueces:

Un ejemplo de concepto de derecho dentro de este modelo es el que


da Oliver Wendell Holmes quien lo define como “las profecías acerca de
lo que harán los tribunales”

Modelo Subjetivista:

Lo típico del derecho residiría en la facultad o potestad de actuar o en el


deber hacia otro (Guillermo de Ockham)

Modelo Realista

El derecho, para esta tesis, no sería ni la norma, ni lo aprobado por el juez,


ni la facultad subjetiva de cada cual ejercitable frente a los demás, sino la
cosa misma debida a otro. No es del deber sino la cosa objeto del deber
frente a un otro. Esta tesis ha recibido el nombre de realista porque radica
el derecho en la res(cosa)

Aristóteles (Estagira, 384 a. C.-Calcis, 322 a. C).: El derecho es la cosa


debida a alguien en virtud de un título, es aquella cosa que en virtud de un
título le ha sido atribuida a una persona determinada.

Santo Tomás de Aquino (Italia, 1226/1274): El derecho es La cosa justa.

Santo Tomás diferenciaba el derecho (la cosa misma debida) de la Ley, que
vendría a ser el título de la cual emana el derecho. El derecho objetivo
requiere título. La ley natural es el título natural por antonomasia que
constituye lo suyo de cada cual. Los derechos naturales, son los bienes
atribuidos por título natural. No se trata sólo de bienes que la persona posee
en acto, sino que también de todos aquellos bienes a los cuales se haya
naturalmente ordenada para alcanzar su perfección propia.       

Según el esquema realista, la norma, cualquiera sea su origen (estatal,


consuetudinario, contractual, natural), es jurídica si crea, modifica,
transfiere, transmite o extingue un derecho, o sea, una cosa como “suya de
alguien”.

Esta concepción no rechaza ni excluye las otras acepciones o dimensiones


del derecho. En efecto la misma cosa debida necesita un origen, esto es, un
título o fuente: he ahí la llamada norma jurídica (las denominadas fuentes
formales del derecho). Por su parte la facultad no es sino la potestad que la
norma jurídica otorga a reconoce a un sujeto para exigir su derecho. La
figura del juez, está también vinculada con el derecho entendido como la
cosa debida a otro: en caso de discusión o controversia, es el quien
autoritariamente determina y declara en concreto que es lo debido, a quien
se le debe; a que título se le debe, etc.

El aspecto más característico del derecho es precisamente el normativo. Es


decir, como aparece principalmente como un conjunto de normas de
conducta que tiene ciertos rasgos distintivos.

Con fines prácticos puede sostenerse que el derecho es un fenómeno que


ocurre en la vida de relación de los hombres. Sin embargo, como veremos a
lo largo del curso, en ella las cosas no son nada de simples porque también
se dan fenómenos religiosos, estéticos, culturales, políticos, morales al
margen de otros de índole física, biológica, etc.

Anticipando las características distintivas de las normas de derecho


diremos que son de carácter imperativo, son exteriores, bilaterales y ante
todo coactivas lo que implica que a diferencia de cualquier otra norma de
conducta la posibilidad de que su cumplimiento de obtenga por medio de la
fuerza.

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