Historia 1
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Independencia Dominicana
Fundacion de la Trinitaria
Juan Pablo Duarte había nacido el 26 de enero de 1813 en medio de las penurias que
vivió el país durante los años de la España Boba. Era hijo de un comerciante catalán
llamado Juan José Duarte y la seibana Manuela Díez Jiménez. Sus primeros cono
cimientos vinieron de profesores particulares y cuan do era muy joven leía filosofia,
derecho romano y trabajaba en el negocio de su padre, donde adquirió también
conocimientos de contabilidad.
Siendo un adolescente, fue enviado por sus padres al extranjero y regresó al país en
1832, después de una larga estadía en Barcelona, España, donde entró en contacto
con el pensamiento político y filosófico más avanzado de la época, el liberalismo y el
romanticismo, corrientes que influyeron mucho en su futura carrera política.
Tan pronto Duarte regresó al país, se asoció con el joven periodista José María Serra,
quien había iniciado la propaganda contra el gobierno haitia no en diciembre de 1834.
Dijo el mismo Serra que durante aquellos días "me los pasé escribiendo con letras
disfrazadas contra el gobierno, sin concretar caso alguno, pero concitando a la
revolución. Por la noche regué por la ciudad furtivamente mis autógra fos, que a la
mañana produjeron un efecto alarmante, y mucho contentamiento de mi parte. La
firma que llevaban era: El Dominicano Español.
Continuación:
Cada trinitario tenía su seudónimo y se les prohibía "asistir a juntas, que son siempre impru
dentes" en un contexto de intolerancia y represión política. Por eso, las actividades de los
trinitarios se hacían en la clandestinidad, a través de redes de tres integrantes, para evitar
la delación y la persecución de los "calieses" haitianos.
Infome de Lectura #8
Hacia la Guerra de la Reconquista
Durante un siglo y medio (1656-1804) la isla de Santo Domingo estuvo dividida en dos
colonias, una española y otra francesa, ambas bastante diferentes.
A medida que avanzó el siglo XVIII, Saint-Domingue y Santo Domingo acentuaron sus
diferencias económicas y demográficas. En sus territorios los franceses desarrollaron una
economía de plantaciones sustentada en la importación masiva de esclavos africanos. En la
parte española, en cambio, la economía continuó dependiendo de la crianza de ganado que
se exportaba en grandes cantidades a la parte francesa, siempre muy necesitada de
proteínas para alimentar sus masas trabajadoras.
Esa guerra quedó incrustada también en las guerras dinásticas desatadas por la Revolución
Francesa, así como en las llamadas guerras napoleónicas, en Europa. Durante casi veinte
años (1791-1809) Saint-Domingue y Santo Domingo conocieron violentas rebeliones
antiesclavistas, invasiones de ejércitos extranjeros, bloqueos navales, epidemias de malaria
y fiebre amarilla, y cambiaron de mando metropolitano varias veces.
Después de trece años de luchas sangrientas que redujeron la población de origen africano
en más de cien mil personas y produjeron la muerte de más de cincuenta mil soldados
franceses y varios miles de militares británicos, Saint-Domingue quedó bajo el dominio de
los jefes rebelados y fue transformado en el Estado independiente de Haití el 1 de enero de
1804.
Santo Domingo, en cambio, pasó por otras vicisitudes que marcaron una gran diferencia en
la historia posterior, social y política, de ambas partes de la isla. Por ejemplo, en medio de las
guerras revolucionarias en Europa, y mientras los franceses pugnaban por controlar la
rebelión de los esclavos, Santo Domingo fue cedido a Francia el 22 de junio de 1795
mediante el Tratado de Basilea que, entre otras cosas intentaba sellar la paz entre España y
Francia. Los detalles de este tratado y las motivaciones de la cesión han sido ampliamente
estudiadas y son bien conocidos.
Una condición de la cesión que Francia exigió de España fue que no entregara la colonia de
Santo Domingo a los jefes revolucionarios negros, comandados por Toussaint Louverture,
quien gobernaba de hecho la colonia de Saint-Domingue en nombre de Francia. El gobierno
de París quería que la colonia española fuese controlada por tropas compuestas por
soldados blancos que eventualmente serían enviados desde Francia.
Continuación:
Este propósito no pudo ser cumplido pues Francia no tenía esas tropas disponibles para
ocuparse de esa misión y por ello Santo Domingo, aunque nominalmente francés,
continuó siendo gobernado por militares y burócratas españolas hasta que Toussaint
Louverture invadió el territorio dominicano en enero de 1801, unificando la isla bajo un solo
gobierno y convirtiéndola en una sola colonia francesa.
El gobierno de Tousaint Louverture tuvo corta vida pues al año siguiente Napoleón
Bonaparte envió contra Toussaint una gran expedición compuesta por 58,000 soplados y
marineros al mando de su cuñado el general Charles Victor Enmanuel Leclerc. Durante
diecinueve meses los rebeldes negros y mulatos lucharon contra las tropas francesas.
Leclerc murió en el empeño, Toussaint fue hecho prisionero y enviado a Francia, donde
murió, más de cien mil hombres y mujeres de origen africano perdieron la vida, así como
más de 52,000 soldados franceses.
Así vemos que, en 1804, donde antes hubo una colonia francesa ahora había un Estado
independiente, y donde hubo una colonia española ahora había una posesión francesa
gobernando una población española que si bien había apoyado a los franceses contra los
esclavos rebeldes, lo había hecho porque preferían ser gobernados por europeos antes
que por africanos, no porque fueran amantes de los franceses ya que si algo había
definido la cultura política dominico-española en Santo Domingo, esto había sido la lucha
contra la penetración francesa en las tierras occidentales de la isla durante todo el siglo
XVIII.
Para los habitantes de la parte oriental de la isla de Santo Domingo, ser dominicano en el
siglo XVIII equivalía a ser anti-francés. Francia y sus colonos eran entonces la principal
amenaza que confrontaban los habitantes de la parte española de la isla de Santo
Domingo. Si de algo están colmados los archivos coloniales de aquel periodo es de miles de
expedientes y documentos que dan cuenta continua de las luchas, batallas, escaramuzas y
negociaciones entre franceses y españoles por la apropiación de las tierras fronterizas.
Esas diferencias fueron finalmente zanjadas mediante un Tratado firmado en la ciudad
española de Aranjuez en 1777, pero el sentimiento anti-francés de la población dominico-
española siguió perviviendo durante muchos años.
Infome de Lectura #9
Crisis del Sector Azucarero
El sector azucarero colonial entró en crisis a partir de 1580, cuando empezaron a disminuir
las exportaciones al puerto de Sevilla. Varias causas explican esa decadencia. En primer
lugar, por la reducción considerable de la frecuencia de los viajes en barcos que partían
desde Sevilla hacia América y viceversa. En la segunda mitad del siglo dieciséis el fenómeno
de la piratería se había intensificado en los mares que rodean la isla, mientras la monarquía
redujo el envío de barcos de carga, por temor a ser pillados por piratas y corsarios que
también interrumpian la comunicación entre España y sus colonias americanas.
En segundo lugar, por el monopolio que ejer cía la Casa de Contratación. Los reyes de
España la habían creado en 1503 y desde entonces fue el único centro donde se recibían los
embarques proceden tes de los territorios americanos. Ninguna colonia española en
América podía comercializar con otros países europeos. Ese monopolio comercial afectó
mucho la producción azucarera insular porque redu jo su mercado exterior.
En tercer lugar, por la reducción de la mano obra esclava. En la década de 1580, el tráfico
negre ro se había paralizado, circunstancia que elevaba su precio y los costos de producción
del edulcorante. Además, otra epidemia de viruela en aquellos años causó la muerte a miles
de esclavos. También sus constantes fugas y rebeliones que causaban una baja en la
producción del dulce.
En cuarto lugar, por la competencia que le hacía la producción del jengibre al azúcar. Debido
a que el jengibre se vendía a mejores precios en el mercado español de la época, los colonos
isleños empezaron a sacar los esclavos de los ingenios para impulsar el cultivo del jengibre
en las estancias.
Al igual que las estancias, los primeros hatos se fundaron en torno a los ingenios azucareros.
Los hatos eran fincas destinadas a la crianza de ganado. Las autoridades españolas
demandaban que la funda ción de un ingenio fuera acompañado de una fortín para la
defensa, de una estancia para el cultivo de los alimentos, de centros artesanales para la
confección del azúcar, carretas, ladrillos, pailas y otros utensilios sin los cuales no
funcionaba la industria azucarera.
También era muy necesario un hato ganadero porque abastecia la demanda de animales
que movian las carretas y trapiches y porque satisfacía la deman da de carne para alimentar
a la población. En torno a los ingenios se establecieron pues pequeñas comu nidades
llamadas villas. Con el correr de los años, los hatos ganaderos adquirieron una gran
importan cia económica debido a la demanda de pieles en los mercados europeos.
Infome de Lectura #10
Esos primeros negros traídos a la isla fueron llamados ladinos, porque eran negros
españolizados, quienes habían vivido algún tiempo en España, o porque nacieron "en
poder de cristianos". Para 1512 existía en la isla más de 200 ladinos trabajando en el
servicio doméstico, en las minas y en las construc ciones de obras.
Sin embargo, seria a partir de 1518 cuando empezó la entrada masiva de negros, traídos
directa mente de distintas zonas y tribus ubicadas a lo largo de la costa occidental
africana, y que fueron denomi nados bozales, porque sus captores les colocaban un bozal
en la boca durante la larga travesia.
Los datos sobre la introducción de los negros bozales a la isla son muy contradictorios en
las fuen tes escritas y documentales. Esas contradicciones se deben a que el tráfico
negrero se realizaba de dos maneras, una por la vía legal y la otra por la vía del
contrabando.
Pero muy pronto surgió el tráfico ilegal de negros, iniciado por tratantes portugueses que
ya tenían una fuerte presencia en Santo Domingo. Con el tráfico ilegal, los portugueses
evadian el pago de elevados impuestos. Entraban más negros por la via del contrabando
que por la vía legal. Esa circunstan cia dificultaba llevar un registro fiable sobre la canti
dad de negros arribados a la isla.