52-0810A Yo Soy La Resurrección Y La Vida
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recogen la ofrenda. Y todo el dinero en nuestras campañas ha sido algo muy raro. Yo... Muy
contento de... que puedo decir esto aquí, pero el Evangelio de Jesucristo, no ha sido para mí una fuente
de ingresos. Si yo pensara de esa manera al respecto, y si esa fuera la única alternativa que tuviera, yo
me regresara a casa, regresara y me consiguiera un—recuperara mi trabajo como guardabosques del
Estado de Indiana, y me pusiera a trabajar.
Yo prediqué doce años allá en el Tabernáculo sin un centavo de salario, ofrendas ni nada. Trabajé, y
eso era todo. Ahora, si fuera en alguna parte donde yo pudiera conseguir... Ahora, esto parece muy
extraño, pero si yo supiera que estuviera en Chicago, si pudiera conseguir un empleo... Nadie me
emplearía a menos que quizás fuese por aquí con un pico y una pala en la calle. Yo haría lo que tuviera
que hacer para mantenerme. Ahora, no digo esto para ser humilde, sino lo digo de corazón. ¿Ven? Y yo
pudiera relajarme más. ¿Ven Uds.? Pero entonces en esta clase de reuniones uno no puede hacer eso,
uno tiene que permanecer constantemente con Dios, para saber exactamente lo que será en la próxima
reunión.
2 Porque recuerden... En los servicios más grandes, donde nos sentamos juntos, hay críticos y de
todo. Satanás está esperando que se dé un paso en falso y entonces...Todo lo que él pueda para
entonces aprovecharse de eso. ¿Ven Uds.? Así que eso... Yo debo tener mucho cuidado.
Sólo piensen, amigos, en estas reuniones que pasaron, ¿qué si eso no hubiera sido exactamente la
verdad? Fíjense en lo que hubiese ocurrido.
Muchos de Uds. han leído mi libro titulado “Un Hombre Enviado de Dios”. Uds. vieron los testimonios y
demás. ¿Qué hubiera
sucedido en algunos de esos lugares cerrados donde críticos, locos, y de todo corrieron
directamente hacia la plataforma y dijeron: “Te mataré ahora mismo. Agarraré y te trituraré todos los
huesos del cuerpo?”. Bien podrían hacerlo... Ministros se acobardaron y huyeron de él. Pararse allí y ver
al Dios Todopoderoso golpear sus vidas, y esa persona caer al suelo...
3 Pararse allí y verlos decir: “Eso es psicología; Ud. le está adivinando los pensamientos a la gente”.
Agentes de diferentes cosas,
predicadores correr a la plataforma y decir: “Bueno, eso es psicología. Ud. simplemente le está
adivinando los pensamientos a la gente”. Pero vemos el poder del Dios Todopoderoso descender y hacer
retroceder esa cosa (¿Ven?), donde eso...
En Suecia, Finlandia, África, dondequiera que uno va la oposición siempre está allí: satanás. Por eso
es que muchas personas... Uds. no saben cuánto quisiera yo ir a visitar a muchos de Uds. Yo quisiera
hacerlo, pero en este caso... Ahora, yo no puedo
comparar mi vida y decirles que vivan de la manera que yo lo hago. ¿Ven Uds.? Yo tengo que vivir de
la manera que Él quiere que lo haga.
4 Ahora, yo pudiera o ser el siervo del hombre o el siervo de Dios. Para ser el siervo de Dios, yo debo
abstenerme. No importa cuánto yo los ame a Uds., yo debo abstenerme de la gente. Yo no soy un
aislacionista. Uds. no conocen mi corazón, cuánto amo yo a la gente. Pero tengo que mantenerme
apartado de la gente para poder mantenerme con Dios. No importa quién sea la persona, aun mi propia
familia... Mi propio hermano condujo hasta acá el otro día, mi esposa se sentó con ellos. A propósito, mi
hermano... ¡Y era mi hermano en la carne! Dijo: “Tú tienes años que no vas a mi casa”. Mi mamá lloró y
dijo: “Billy, ¿porqué no los visitas?” Pero yo... Ésa es mi madre y yo la amo, pero la razón...
Hay una dama sentada en este...esta tarde, que es mi esposa. Yo le prometí a Dios y a ella que
todo mi amor afectuoso sería para ella, en ese aspecto como esposa. Yo prometí eso.
Ahora, si yo voy por la calle y viene una—una jovencita y me pregunta: “¿Es Ud. el Hermano
Branham?”.
“¡Pues, yo lo amo a Ud.!”.
“Sí, señor”.
amor por esa muchacha sería falso. Mi primer deber es el amor que yo le prometí a mi esposa. Yo
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debo pensar en eso primero. Eso es primero. Luego yo... No importa cuánto yo piense aquí, yo sé que no
puede ser correcto, porque esto tiene que estar bien primero. Si es contrario a eso, yo debo tomar esto
primero. Eso es lo que yo le prometí a Dios. Y así es con la verdad, con el Evangelio, con Cristo y con la
gente. Yo amo a la gente con todo mi corazón, pero mi primer amor es para con Cristo. Mi primer deber
es para con Él. Por lo tanto, yo debo servirle. Uds. entienden, ¿verdad?
5 Y esta ofrenda misionera, yo he procurado gastar el dinero... Nunca en mi vida recogí una ofrenda,
nunca lo hice.
Recuerdo que una vez (a veces cuento esto), mi esposa me reclama, así que más vale que se
prepare para reclamármelo otra vez hoy, porque se los contaré. Después de tener como dos años de
casados. Uds. saben, aquellos tiempos de la depresión económica fueron difíciles. Yo... Sencillamente no
llegábamos a final de mes. ¿Alguna vez se han encontrado Uds. en esa condición? A todos nosotros nos
ha pasado. Yo creo que a Uds. también. Y yo ganaba como, oh, como dieciséis, dieciocho dólares a la
semana, y con niños que mantener y todo eso, yo pensé: “Vaya, ¿qué haré?” Entonces le dije: “¿Sabes
qué? Esta noche voy a recoger una ofrenda”. Ella dijo: “Bueno, voy a ir a observarte hacer eso”. Yo
nunca había recogido una, pero ella dijo...
6 Cuando construimos la iglesita, justo en el año 1932, yo pedí prestado el dinero para construirla, y
nunca recogí ni una sola ofrenda. Había una cajita en la parte de atrás de la iglesia que decía: “Por
Cuanto Lo Hiciste A Uno De Mis Pequeñitos, A Mí Me Lo Hiciste”. Yo nunca le dije a la gente que eso
estaba allí, pero cuando llegaban mis pagos allí estaba. Ésa es la vida de fe. Uno onfía en Dios para eso.
Vean, eso fue lo que yo hice.
Y entonces, recuerdo que esa noche fui e iba recoger una ofrenda. Ahora, no era porque la gente
no me la daría. Ellos ciertamente morirían por mí, pero ellos... Si fuera necesario, ellos— ellos harían eso.
Pero yo no lo quería. Era joven y trabajaba, enía un empleo. Los demás trabajaban y ¿por qué no yo?
Eso no me estorbaba mucho en mi ministerio, así que yo seguí adelante.
16Pero recuerdo que esa noche me dije... “Bueno, amigos”, dije: “No me gusta decir esto, pero yo—
yo estoy en un aprieto Yo— yo—yo—yo... Recogeremos una ofrenda”. Yo dije: “Hermano Wisehart,
¿podría agarrar mi sombrero?”. Ellos no tenían platos de colecta. “¿Quisiera tomar mi sombrero?”.
17Él dijo: “Sí, señor, Billy”. Me miró un poco raro, y fue y agarró mi sombrero. Yo miré hacia abajo y
había una damita de apellido are sentada cerca... Una madre ancianita tenía...delantales a cuadritos, de
esos que tienen el bolsillo del lado adentro del delantal ¿Los conocen Uds.?), aquí de lado. Uds. saben de
lo que estoy hablando, algunas de Uds. que son madres. Así que yo la vi meter la mano y jalar hacia
atrás éste delantal y sacar unos de estos monederos pequeños que se abren con un broche en la parte
de arriba. ¿Los conocen? Ella abrió este pequeño monedero y empezó a sacar esos centavitos allí. ¡Oh,
yo no podía aceptar eso! Eso me hubiera atormentado el resto de mi vida, que yo tomé el dinero de esa
pobre mujer. La miré y se me hizo un nudo enorme en la garganta. Dije: “Bueno, amigos, yo simplemente
estaba probando la fe de Uds. Eso no era en serio”. Dije... Mi esposa que estaba sentada allí me estaba
observando para ver cómo me iba, Uds. saben.
7 Había un anciano. Generalmente él está en cada una de estas reuniones por aquí. No sé si él se
encuentra aquí o no. Su ombre es Juan Ryan. No el Juan Ryan que era ciego. Es otro Juan Ryan. Uds.
pensarían que él perteneciera a la Casa De David; él sa cabello largo y barba larga. Él estuvo en las
reuniones de Hammond y en las de Zion. Pudiera estar aquí en algún lado, que o sepa. Él vino a visitarme
y se vino en su bicicleta. Posiblemente esa bicicleta le costó tres dólares. Era una—era una genuina...
ds. saben. Y allí venía él con ese cabello largo moviéndosele, la barba de un lado, viniendo a visitarme.
Bueno, yo creo que se le averió mientras él estuvo allí.
Ahora, ésa es una palabra difícil para un bautista, ¿no es cierto? “Averiado”. Pero él... De todas
formas fue la bicicleta. Él se levantó y dijo: “Hermano Bill, puedes quedarte con esta cosa”. Y pidió un
aventón para regresar. Así me regaló la bicicleta.
Después que me fui a casa esa noche, mi esposa me dijo: “Yo pensaba que ibas a recoger esa
ofrenda”.
21Ahora, el lunes pensé: “¿Qué voy hacer ahora?”. Fui y me compré una lata de pintura por unos
quince centavos, arreglé la bicicleta, la pinté y la vendí por diez dólares. Después de todo, no tuve que
recoger—recoger la ofrenda. Así que... Ahora, eso...
Pero sentí que yo no podía aceptar... Yo sabía que esa pobre ancianita iba a depositar esos
centavos y demás, ella quizás había estado ahorrando eso para otra cosa. Yo era joven y ella tenía
sesenta y cinco años de edad, o algo así, yo no podía hacer eso.
Así que nosotros procuramos hacerlo de la misma manera. Nuestros servicios no son para pedirle
dinero a la gente. Si alguna vez yo llego a saber que uno de mis administradores está pidiendo dinero,
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ése es el fin de ése administrador. No tenemos más administradores así, porque cuando Dios no supla mis
necesidades aquí, es que Él quiere que me vaya a casa. Y entonces nosotros—y esperamos por otra
visión.
8 Así que yo soy—yo—yo no soy muy bueno es eso Hermano Boze, soy... Veo que estoy—
posiblemente estoy muy cerca de eso. Recuerdo la primera vez que intenté hablar a través de uno de
esos, yo estaba muerto del miedo. Nunca había visto algo omo eso. Estaba en una reunión pentecostal,
y me habían invitado a la plataforma. Yo no sabía qué tan cerca, y le tenía miedo a sa cosa. Yo lo
miraba y retrocedía, y—y era por aquí cerca de Mishawaka. [El Hermano Boze habla—Ed.] Sí. Muy bien.
Ahora, [El Hermano Branham habla con alguien—Ed.] Sí, señor. Es posible que sea, porque yo
ciertamente no conozco nada de esto. Estoy—estoy seguro de eso. Muy—muy bien.
Oiga, Ud. sabe, después de todo, el dinero juega un gran papel, ¿no es cierto, hermano? Yo
ciertamente lo iba hacer. ¡Qué
9 Ahora, en esta tarde mientras estamos—estamos aquí... El Hermano Baxter dijo: “Bueno ahora, el
Hermano Branham, para una misionera...”. Ahora, yo no podría... Yo podría... Si llegara el momento en
que yo tuviera que recoger una ofrenda para el Señor, yo podría hacerlo. Pero no podría hacerlo para mí
mismo. dinero.
Aquí no hace mucho, hubo una gran suma de dinero (Muchos de Uds. supieron de eso) que me fue
dado, y yo me negué a aceptarlo. Yo podía haberlos hechos a todo Uds. felices, sólo escoger así...
Ahora entre nosotros. Un millón quinientos mil dólares. ¿Ven Uds.? Yo incluso me negué a mirarlo.
¿Ven? Ellos publicaron un artículo sobre eso en el periódico. Pero yo—yo no lo quise. No se trata de Un
hombre que tenga la mente puesta en el dinero, la popularidad y cosas como esas, él seguramente está
del lado afuera.
Hay tres cosas que he notado al leer la historia, que arruinan la vida de un ministro desde un
principio: una de ellas es el dinero, el amor a ello. La siguiente es la popularidad. Cuando él cree que es
algo y no es nada de todos modos. Y la otra es las mujeres. Correcto.
las tres cosas mayores con las cuales Dios ha tenido problemas con El hombre toma dinero, mujeres,
popularidad. Esas han sido Sus hijos. Muchas de las otras cosas que acompañan a eso también. Pero lo
principal es cuando Dios comienza a bendecir a un hermano y a darle algo un poquito más que—o alguna
otra cosa para ayudar a la gente, y entonces ese hombre empieza a pensar: “¿Ven quién soy?”. En ese
mismo instante él comienza a caer.
¿Uds. quieren que les diga cómo subir? Bajen. La manera de subir es bajando. El que se humilla, Dios
le ensalzará. ¿Es correcto
Starr, el Hermano Boze y éstos otros ministros que están aquí, los cuales son hombres que son
educados; déjenme decirles que mi
Yo dije: “Sí, señor, lo sé”. Dije: “Yo sólo tuve una educación de séptimo grado. Mi padre había
muerto y yo tuve que mantener a diez...”
“¡Oh, eso no es excusa!”. Él dijo: “¡Vaya!”, dijo: “¡Los errores que Ud. cometió esta noche!”. Dijo:
“Ud. debería—Ud. debería conocer una mejor gramática que ésa. La gente para la cual Ud. predica”, dijo:
“¡Pues, es una vergüenza!”.
Creo que él formaba parte del Sr. Webster, Uds. saben, así que le dije: “Bueno, señor”, dije: “Yo sé
que eso es cierto”. Dije: “Pero...”
Yo dije: “Sí, señor. Pero vea Ud., en aquellos tiempos”, dije: “Yo estaba... Yo tenía que mantener a
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 4
una familia grande y todo eso, y para llegar a final de mes”, y dije: “Y ahora”, dije: “la obra del Señor es
tanta—me mantiene tan ocupado”, dije: “que no tengo tiempo para—para hacerlo”.
Él dijo: “Oh, eso no es excusa”. Dijo: “Yo lo escuché a Ud. esta noche allí diciendo: 'Todos Uds. los
que pasen por este poulpito en esta noche, creyendo serán sanados'”.
Yo dije: “Sí, señor. ¿Qué hubo de malo en eso?”. Yo no sé cual es la diferencia.
Pero él me incomodó un poco, Uds. saben. Entonces yo le Y él dijo: “Pues, Ud. no debería decir
'poulpito'”; dijo: “Ud. debería decir: 'púlpito'”. Él dijo: “Esa gente lo apreciaría más a Ud. si Ud. dijera:
'púlpito'”. puse la mano en el hombro y le dije: “Hermano, no es mi intención herir sus sentimientos
(¿Ven?), pero a esa gente allí no les importa si yo digo: 'poulpito' o 'púlpito'. Ellos quieren que yo
predique el Evangelio y produzca aquello de lo cual estoy predicando. Ellos ven a Jesucristo y eso es
todo lo que a ellos le importa”. Correcto... Bueno entonces, yo... Es por esa razón que yo no digo que
soy un ministro o predicador.
11 Cuando yo era muchachito, mi padre era un—un jinete, y él solía asistir a los rodeos y demás, y
cabalgar con estilo. Él tenía buena
puntería con las pistolas, y yo solía verlo sacar una hilera de latas, tomar esas latitas pequeñitas,
así, colocarlas así, y tomar dos pistolas e ir rodando esas latas. Pues, yo no podía pegarle a una lata de
manteca de esa manera con un rifle, así que... Ver cuál era la diferencia. Y como jinete, pues, él podía...
Yo lo he visto cabalgar hasta que la sangre se le salía por la nariz y los oídos. Y yo pensaba: “Bueno,
vaya, eso es... Él...”
Cuando ya llegué a ser un muchacho de buen tamaño, dije: “Yo voy a ser como mi papá”. Así que,
nosotros teníamos allí a un viejo caballo de arar. Yo viví en Indiana la mayor parte de mi vida.
Teníamos allí a un viejo caballo de arar que tenía como unos catorce años de edad. Arábamos con él
todo el día y teníamos un abrevadero que había sido tallado de un—un tronco. ¿Alguna vez han visto
uno de esos, cuando uno corta un tronco viejo? Bueno, ¡miren a esos campesinos aquí!, ¿quieren?
¡Vaya!, qué bueno. Bien, ahora me quitaré el—el saco y la corbata.
12 Así que eso—nuestro viejo abrevadero, de esos donde se tiene que bombear el agua, Uds. saben.
Uno de los niños tenía que
ponerse a bombear por casi media hora antes de que saliera suficiente agua para abrevar al caballo.
Así que nos íbamos a la parte de atrás del establo para que papá no nos viera. Y yo entraba
sigilosamente y agarraba su silla de montar, Uds. saben, y se la colocaba al viejo caballo después que lo
habíamos abrevado, le quitaba la montura, la guarnición, y agarraba un puñado de cardos y se lo ponía
debajo de la silla, Uds. saben, y le sujetaba la cincha. Me subía en el centro de este pobre caballo de
arar con este sombrero de paja, Uds. saben. Y el pobre caballo era tan viejo y estaba tan tieso y
cansado que no podía levantar las patas del suelo. Él simplemente berreaba. Se quedaba parado allí y
berreaba. Yo agarraba el sombrero en mi mano, vociferaba y gritaba, y mis hermanos estaban todos
sentados ahí en los postes de la cerca, todos ellos sentados ahí. Yo sí que era un vaquero. ¡Vaya, yo
realmente sabía montar! Ese pobre caballo viejo, pues, él era como montar un caballito de balancín de
ésos de por aquí, no sería tan mal.
13 Entonces cuando ya tenía como dieciocho años, pensé: “Bueno, ya tengo suficiente edad. Me voy a
ir al oeste para ser un vaquero”. Posiblemente había visto demasiadas películas. Así que me fui al oeste.
Y llegué a Arizona exactamente en el tiempo de un rodeo. Bueno, fui allá; tenía un poco de dinero e iba
ir a comprarme un par de zamarros. Tenían que conseguirme un par muy bonito, Uds. saben. Me los puse
así. Al fin y al cabo, yo era apenas un muchacho, Uds. saben, y cuando me los probé, me quedaban
como dieciocho pulgadas de cuero arrastrando en el suelo. Me parecía a uno de estos pollitos enanos,
Uds. saben, con esas plumas colgándome detrás, así. Yo pensé: “Bueno, aquí en Arizona son demasiado
grandes para nosotros los Kentuckianos”.
Entonces me—me compré un par de pantalones Levis y me fui, me subí a la cerca del corral donde
estaban montando los caballos en el rodeo. Y los escuché decir: “Ahora el siguiente será El Salvaje De
Kansas. Él va ser montado por fulano de tal”. Y seguía diciendo de esa manera, el hombre que
anunciaba, mientras pasaba. Yo miré a todos esos vaqueros desfigurados (Uds. saben), que estaban allí
al lado de esa cerca, sentados allí, quemados por el sol, Uds. saben. Los miré a todos y pensé: “Allí es
donde yo debo estar, con esos tipos”. Así que me bajé y me subí allí y me senté sobre esa cerca de
corral, Uds. saben, con mis pantalones Levis, un sombrero y con ambas orejas colgando pues me
quedaba demasiado grande. Sólo costaba como un dólar noventa y cinco centavos, así que no era
mucho, Uds. saben.
Bueno, yo pensaba que era un genuino vaquero porque había montado aquel caballo de arar (Uds.
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saben), y pensé: “Yo ambién puedo hacer eso”. Pero yo nunca había visto montar a un verdadero
caballo salvaje, Uds. saben.
14 Así que al poco rato estaban metiendo a este caballo a la casilla, de esa manera, al corral de toros.
Y cuando salió, este hombre
estaba parado allí, y tenía que agarrarse como pudiera al caer ahí en la silla, una vez que se la
ciñeron. Cuando escuché a ese caballo gritando, berreando y resoplando, pensé: “Oh, oh. Ése no aquél
viejo caballo de arar que yo tenía en casa”.
Cuando salió de allí, éste hombre saltó directamente sobre la silla; dio como dos vueltas de lado, así
de rápido e hizo una
embestida; y la silla, el hombre, y todo se salieron. Cuando cayó al suelo, los jinetes agarraron al
caballo y la ambulancia se llevó al hombre. La sangre le salía por la nariz, los oídos y todo. El anunciante
pasó por allí diciendo: “Le daré cincuenta dólares a
Bueno, yo... Pasó cabalgando por allí y dijo: “Bien”. Todos esos vaqueros estaban sentados en la
cerca... Dijo: “Le daré cincuenta dólares a cualquiera que lo pueda montar por treinta segundos”. Hoy,
eso sería como ofrecer dos mil, casi. ¡Caramba!, esos cincuenta dólares sonaban muy bien. Él me miró y
me preguntó: “¿Eres jinete?”.
15 Es por esa razón que cuando yo hablo acerca de... Cuando estoy en casa cerca de la iglesia, me
preguntan: “¿Es Ud. predicador?”.
“Sí”.
Pero cuando me encuentro así entre éstos predicadores, y me preguntan: “¿Es Ud. predicador?”. en
cualquier lugar cuando tenemos compañerismo alrededor de la Palabra del Señor.
Ahora, unos cuantos textos que normalmente yo utilizo así de esta manera. Allá en mi iglesia yo me
profundizo en la Biblia, enseñando el Antiguo y el Nuevo Testamento, y así por el estilo, no en... Griego y
Hebreo, porque yo no lo conozco. Es implemente de la manera en que yo lo veo aquí, y de la manera en
que el Espíritu Santo me lo revela.
16 En esta tarde, si es la voluntad del Señor, quisiera tomar un pequeño texto aquí. Posiblemente yo—
algunos de Uds. aquí pudieran haberme escuchado predicar sobre ello. He predicado sobre cuatro o
cinco pequeños temas distintos a través del país, algo así como: “V enid Y V ed A Un Hombre”.
Normalmente yo utilizo eso en alguna ocasión. Eso es... “La Mujer Junto Al Pozo”, y generalmente trato
de abordarlo de una manera diferente, de modo que cada vez será distinto. Un pequeño texto como
ésos, debido a que no quiero irme demasiado lejos de ese lado, porque cuando vuelva esta noche a
tomar los servicios, es un unción diferente y a veces eso me perturba. ¿Ven Uds.? Así que, o “¿Crees
Esto?” o—o “Cuatro Maneras De Ver A Dios”, o “Entonces Él Lloró”, o cositas como ésas. Así que en esta
tarde deseo leer de San Juan el—el—del... “Mas Ahora Sé, Señor”.
17 Deseo leer de San Juan el capítulo 11. Y la lectura de la Palabra... Dios producirá los resultados por
la lectura de la Palabra. ¿No creen Uds. eso? He hablado antes sobre esto en alguna parte; tal vez en el
vecindario, por aquí en algún lado, o en algún sitio a través del país. Si es así, voy a tratar de abordarlo
de una manera diferente, por causa de aquellos...
ahora, el Hermano Baxter es el que predica. Yo simplemente vine. Esto me relaja un poco en esta
tarde y luego para esta noche.
18 El capítulo 11 de San Juan, y comencemos como en el 18 o 19—digamos que en el versículo 18, y
leamos sólo una pequeña porción allí de la Escritura.
Entonces Marta, cuando oyó que Jesús venía, salió a encontrarle; pero María se quedó en casa.
Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 6
Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.
Ahora, inclinemos nuestros rostros por un momento para hablar con el Autor de este Libro.
19 53
Señor Jesús, Maestro de Vida, Dador de toda buena dádiva, sabemos que somos salvos por Tu
gracia, no por causa de nuestros méritos, sino porque la gracia de Dios ha sido derramada en nuestros
corazones, por el Espíritu Santo. En un tiempo éramos extranjeros, separados de Dios, Gentiles,
adorando a ídolos mudos. Pero a su debido tiempo Cristo murió, el Inocente por los culpables,
llevándonos al Padre. Y ahora, somos hijos e hijas de Dios. Aún no se ha manifestado lo que hemos de
ser, pero sabemos que tendremos un cuerpo como el Suyo, pues le veremos como Él es. Señor, cómo
gemimos en estos cuerpos, para ser revestidos de inmortalidad, para ser revestidos de Su Espíritu, que
algún día...
20 Sabemos esto, que en el Antiguo Testamento la sangre de toros y machos cabríos no podían quitar
el pecado. Sólo cubría el
pecado. Y los vivos sólo esperaban en—en el paraíso que llegara el día en que el pecado sería
quitado. Pero cuando vino Jesús, el Hijo de Dios, el Mesías, Él quitó el pecado. Él lo divorció, no lo cubrió
sino que lo quitó. Luego, ahora, desde entonces, si este tabernáculo terrestre se deshiciere tenemos
uno esperando en la gloria; nosotros vamos directo a la Presencia del Padre, para allí ser revestidos de
inmortalidad.
Oh, si este tabernáculo terrestre, si fuere quitado en esta tarde... Nacido en pecado, formado en
iniquidad, vinimos al mundo hablando mentiras, pecadores por naturaleza, luego Dios nos ha redimido y
redimió nuestra alma, y tenemos un cuerpo bendito esperándonos, que nunca estará enfermo, que
incluso estará por encima de la tentación, un cuerpo como Su propio cuerpo glorioso, entonces le
veremos como Él es.
21 Ahora, Padre, estamos abordando Tu Palabra. No hubo hombre alguno que fuese digno de abrir el
Libro, o de desatar sus Sellos. Mas el Cordero que fue inmolado desde la fundación del mundo, Él fue
digno. Y vino y tomó el Libro de la mano derecha de Él, y abrió el Libro y desató los Sellos.
Y ahora, que el Espíritu Santo venga y entre en éstas palabras que acabamos de leer. Y que Tú
puedas hablar hoy, y pasar sobre esta audiencia aquí, y que el Espíritu Santo le dé a la Iglesia aquello de
lo cual tenemos necesidad: ¡fe!
Señor, prepara el servicio de esta noche. Que esta noche sea el servicio más grandioso, no por
causa de nosotros aquí, ¡sino porque Tú está aquí! Que sea el servicio más grandioso que ésta Iglesia
De Filadelfia haya tenido desde que fue establecida.
59
Haz hoy lo mucho más abundantemente. Prepara los corazones ahora mismo. Ara el terreno, arranca
todos los abrojos verdes, los espinos, las zarzas, y raíces de amargura, y haz caer el Espíritu Santo de
tal manera en esta noche, que el Ángel de Dios pueda pasar por este edificio en una gran reunión,
porque lo pedimos en el Nombre de Jesús. Amén.
Gracias, Hermano.
22 Abordemos la Palabra ahora por unos momentos... Me quitaré mi reloj. No sé dónde está el reloj de
pared... Es un... Y trataré de ser lo más breve posible para que así Uds. tengan el tiempo suficiente para
prepararse.
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 7
Hace unos momentos, mi hijo me pidió que le anunciara a las personas que deseen tarjetas de
oración para esta noche, que estén aquí esta noche a las seis en punto, si es posible, para que reciban
las tarjetas de oración; aquellos que estén afligidos y necesitados, que estén aquí esta noche a las seis
en punto para recibir las tarjetas de oración.
63
Ahora, hoy nuestra Escritura se remonta a un poco antes del... O este tiempo era durante el
ministerio de nuestro Señor. Él acababa de hacerse muy famoso por causa de que Dios estaba con Él. Él
era un Hombre, no había hermosura en Él para que lo deseáramos. Él era—Él no aparentaba mucho,
probablemente era un Hombrecito de apariencia débil. Y la Biblia dice que Él no era hermoso, en el
sentido de ser como de seis pies o de siete pies de altura, así como Saúl. Pero Él era un Hombre
pequeño.
23 La Biblia dice que: “Como que escondimos de Él el rostro, y le tuvimos por azotado—azotado, por
herido de Dios y abatido”. Pero las obras que Dios estaba haciendo en Él eran tan sobresalientes, que la
gente sabía que Él venía de parte de Dios. Pues aun aquel gran maestro dijo, el que vino a Él de noche,
llamado Nicodemo. Él dijo: “Sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie pudiera hacer
estas cosas que Tú haces, si Dios no estuviere con él”. Ellos lo sabían sin lugar a dudas.
65Ahora, los ministros de aquellos días dijeron: “Bueno, Él es un psiquiatra. Él es un—Él es uno que
adivina los pensamientos. Así es como Él sabe qué está mal con esa gente; Él le adivina los
pensamientos a uno”. Él lo hizo. Jesús era uno que adivinaba los pensamientos. Eso los escandalizó a
Uds., ¿no es cierto? Pero Él lo era. Él percibía sus pensamientos. ¿Es correcto eso? Bueno, qué es
adivinar los pensamientos? ¿Ven? No uno de éstos que se sientan por allí, una de éstas mujeres que se
sientan por ahí en la esquina y le leen la mano; ése es el sustituto que tiene el diablo, algo para imitarlo.
Ése es el dólar falso del verdadero. ¿Ven Uds.?
24 Para todo lo que Dios ha hecho, el diablo ha fabricado un sustituto, hizo algo falso. ¿Ven? Y esa es
la razón de que en los últimos días los dos espíritus son tan parecidos, son tan formales y
fundamentalistas que fallan enteramente en ver el Espíritu (¿Ven Uds.?), de esa manera. Y algunos de
éstos del lado radical se desvían completamente en ismos con ello, pero la verdadera Iglesia de Dios
anda en el mero centro del camino, estando llena del poder de Dios. Allí es donde está.
Ahora, ciertamente, todo lo que Dios tiene, satanás tiene algo para falsificarlo. Vean, él hace algo
de eso. Y Jesús percibía sus pensamientos, y entonces los grandes ortodoxos de aquellos días dijeron:
“Ése Individuo es el mejor adivino que hay en el país. Él es belcebú, el príncipe de los demonios”. ¿Es
correcto eso? Ahora, eso es lo que dijeron los predicadores. Y los grandes maestros de la Biblia de aquél
día dijeron: “Él es belcebú”.
25 Ahora, veamos lo que decían los demonios. Los demonios dijeron: “Él es el Hijo de Dios. Nosotros
sabemos Quién Eres, el Santo de Dios”. ¿Es correcto eso? En ese caso los demonios tenían más
conocimiento de Dios que el ministerio. ¿Es correcto eso?
Cuando Pablo y Silas estuvieron allá y estaban haciendo unas obras tremendas para Dios, había un
pequeña adivina que salía
corriendo por la calle, todos los días, y daba voces detrás de Pablo diciendo: “ ¡Éstos hombres nos
anuncian el camino de la vida! ¡Ellos son hombres de Dios!”. Y por acá estaban los predicadores que
decían: “Ellos son impostores. Ellos trastornan el mundo. No sirven para nada”. Y el... Allí estaba el
ministerio diciendo: “Ellos son impostores”. Y el demonio diciendo: “Ellos son hombres de Dios” ¿Cuál
tenía la razón? Vean, el diablo tenía la razón. ¿Es correcto eso? Claro que sí. Así que vean Uds., aun esa
gente...
Ud. puede meterse tanto en la Palabra, Ud. piensa: “Oh, la Palabra, la Palabra”. Correcto. Pero el
Evangelio no sólo vino en Palabra, sino en poder y demostración del Espíritu Santo, hasta que la Palabra
es hecha Vida. ¿Ven?
71El trigo está bien estando en su mano, pero Ud. nunca obtendrá una cosecha de él. Ud. tiene que
enterrarlo y dejar que cobre nueva vida. ¿Es correcto eso?
26 Ahora, la Palabra está correcta; ésta es la manera de Dios, desde luego. Pero sólo la Palabra, “La
letra mata, mas el Espíritu da Vida”. ¿Ven lo que quiero decir?
Ahora, y por lo tanto, el enemigo tenía que testificar de Dios. En Su ministerio aquí Él salió, y cosas
comenzaron a suceder. Y entonces todas las iglesias le cerraron las puertas a Él y dijeron: “Ahora, si
alguno va allá a escucharle, le quitaremos su... Entregaremos sus papeles y Uds. tendrán que irse. Ya
Uds. no pertenecen aquí”.
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 8
Pero habían unas personas llamadas Marta, María y Lázaro, que eran hermanos. Y ellos escucharon a
Jesús, y habían visto Sus milagros, así que a ellos no les importaba si Él era—lo que dijeran los
ortodoxos, lo que dijera la iglesia o nada al respecto. Ellos le creían y andaba con Él. Y ellos le creían
porque sabían que Él era un Hombre de Dios. Así que Él fue a quedarse en su casa, en—en Betania.
27 Y ahora, mientras Él estaba viviendo allí con—con ellos, Su ministerio se hizo tan grande, que un día
Él tuvo que marcharse de la casa. Ellos se le amontonaban demasiado, había demasiada gente alrededor
de la casa. Y la gente venía a Él por miles, y Él se escurría de ellos, y se iba a otra parte (¿Ven?), para
estar a solas con el Padre, para orar.
Las ciudades lo mandaban a llamar, pero Él subía sólo a la montaña, para ver en qué dirección le
guiaba el Padre. Él vino para hacer la obra del Padre. En eso es que deberíamos ocuparnos hoy, en los
negocios de nuestro Padre (Eso es correcto), no tanto en los círculos sociales y—y demás cosas, sino
en los negocios del Padre.
28 77hora, tomemos a este Jesús tan maravilloso sólo por un momento, y observemos Su venida. Un
poco antes de Él venir, hubo un... Primero, antes de Su venida, hubo un anuncio. La iglesia estaba toda
descarriada y enredada, casi igual como lo está hoy. Unos tenían esto, los fariseos, saduceos,
publicanos, oh, había toda clase de ismos. Y así, incluso se levantó un hombre quien reclamaba ser un
grande, y llevó a centenares al desierto y perecieron. Uds. conocen la historia. ¡Y todo de esa manera!
78Pero finalmente llegó la hora para que Él apareciera, Él... El remanente le estaba esperando. Y
cierto día... Observemos. Veo a unanciano y a una mujer, que hacía mucho había pasado de la edad para
tener hijos, la mujer. Y ella dijo que habían orado durante todos esos años para que Dios le quitara su
afrenta, y que ella pudiera tener hijos, ya que era una honra para cualquier mujer hebrea tener un hijo.
29 Cómo han cambiado eso hoy. Es casi un—una—deshonra tener un hijo. Ahora, ¿no es cierto eso?
Uds. tal vez no digan amén, pero esa es la verdad. Una mujer prefiere pagar cien dólares por un perrito
nariz chata, y darle el amor de una madre, que tener un bebé. Ahora, Uds. saben que esa es la verdad.
Lo pasean por la calle con un suetercito puesto. Yo vi una de las clínicas más grandes que he visto,
casi, por aquí, y es una clínica para perros. Yo no entiendo eso. No lo puedo comprender. Muy bien. De
todos modos, eso es entre Ud. y Dios.
Ahora, fíjense. Entonces Zacarías era un varón justo, un sacerdote. Y él vino a la casa de Dios; su
oficio allí era de—de ofrecer incienso mientras que la gente estaba orando. Y entonces, cierto día
mientras ofrecía incienso, el tiempo de la promesa se estaba
acercando. Y Dios envío un Ángel al altar. ¿Creen Uds. en Ángeles? [La congregación dice: “Amén”.—
Ed.] ¡Sí, señor!
30 No hace mucho alguien dijo: “Hermano Branham, Ud. está equivocado con respecto a ese Hombre
que le habla a Ud.”. Dijo: “Ese fue el Señor”.
Yo dije: “Fue un Ángel”. Él dijo: “Yo soy enviado de la Presencia de Dios”. Él no era el Señor. Era un
Ángel.
“Oh”, dijo: “eso está bien errado”. Dijo: “Hermano Branham, Dios en tiempos antiguos, en la Biblia,
habló”, dijo: “allí estaba Daniel y todos ellos. Sí, ellos eran—tuvieron Ángeles y demás, de esa manera,
pero no es una doctrina del Nuevo Testamento”. Y esta persona era un hombre, dijo: “Nosotros
hablamos donde la Biblia habla y callamos donde la Biblia calla”.
Yo pensé: “Cuán callado estuvo Él acerca de muchas cosas de que habló la Biblia”. Yo dije: “¿Quiere
Ud. decirme que no cree eso, que los Ángeles de Dios...?
Yo dije: “Mire, quiero preguntarle algo”. Dije: “Fue el Ángel de Dios que se encontró con María”.
Él dijo: “Sí, pero eso fue antes de Pentecostés”, dijo él: de allí en adelante fue el Espíritu santo“.
31 Yo dije: “Verdaderamente el Espíritu Santo guía a la Iglesia; eso es verdad. Pero mire”, dije yo:
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 9
“¿Cree Ud. que Felipe tenía el bautismo del Espíritu Santo?” ¿Lo creen Uds., todo Uds.? ¡Claro que sí!
Bueno, cuando él estaba en Samaria llevando a cabo un avivamiento, ¿quién fue que le habló y le dijo:
“Ve allá al desierto de Gaza”? ¿Fue el Espíritu Santo? ¡No, señor! Un Ángel del Señor le habló. ¿Es
correcto eso? “Ve al desierto de Gaza, y habla”.
Miren, ¿cuántos creen que Pedro tenía el Espíritu Santo? Veamos. ¿Creen Uds. que él tenía el
bautismo del Espíritu Santo? Aquella noche cuando él estaba en la cárcel, y en la casa de Juan Marcos
estaban teniendo un servicio de oración por él, ¿quién fue que brilló como una luz en la ventana y le
abrió las puertas? ¿Fue el Espíritu Santo? ¡El Ángel del Señor!
32 ¿Cuántos creen que Pablo tenía el Espíritu Santo? Bueno, Cuando él estaba allá en el barco catorce
días y noches, no había luna, estrellas, y se habían perdido las esperanzas, él bajó a la galera para orar,
regresó y dijo: “ ¡Tened buen ánimo!, porque el Ángel de Dios, de quien yo soy siervo, estuvo conmigo
anoche y me dijo: 'Pablo, no temas'”. ¿Es correcto eso? El Ángel del Señor...
El Libro de Apocalipsis fue escrito por medio del testimonio de un Ángel. “Yo, Jesús, he enviado a Mi
Ángel para que testifique de estas cosas y las escriba a la Iglesia”. ¿Es correcto eso? Juan se postró
para adorar al Ángel. El Ángel le dijo: “No lo hagas”. Ahora, no es José Smith. Pero Él dijo... Un Ángel
verdadero no permite ser adorado. Uds. saben eso. No, señor. Él dijo: “¡Adora a Dios!”.
33 Dios todavía tiene Ángeles, y ellos visitan a la gente... No una adoración de Ángeles. Pero seres
Angelicales Quienes son atributos de Dios, enviados para ministrarle a la Iglesia, a través de la gente.
¡Oh, hermano! ¡Qué escasos estamos hoy de la bendición de la verdadera Iglesia apostólica!
Nosotros que reclamamos estar allí, que reclamamos haber besado el borde de la copa de las
bendiciones, ¡qué cortos nos hemos quedado! ¡Cómo jugamos con las burbujas en la superficie del agua
jabonosa, y no sabemos lo que es la profundidad! ¡Eso es cierto!
Ahora, amigos, cuando yo me paro aquí atrás, soy responsable, no para con la audiencia, sino para
con Dios. Correcto. Y mis palabras deben ser... Yo sé que tengo muchos millones de personas que
escuchan y vigilan cada palabra que uno dice, así que de todo corazón, yo debo ser lo más fiel a Dios
que pueda. Y hoy puedo decir que aún no hemos tocado la superficie. Eso es correcto. La Iglesia
debería profundizar. ¡Hermano! Estamos... Es lectura—Es como lectura, escritura y aritmética.
¡Noten! Ahora, este Ángel vino, Él era Gabriel. Ahora, Dios envía Ángeles menores (Correcto), tal vez
como el que viene aquí. Y algunas personas se envanecen con Ángeles y cosas, a quienes piensan ellos
que han visto, y cosas así. Eso es sólo lo falso.
34 Si alguien ha visto un Ángel, y se encontró con Dios quien le comisionó—ese Ángel le comisionó de
parte de Dios, y si Él fue enviado de parte de Dios, dará testimonio todo el tiempo, que es la verdad.
¿Creen Uds. eso? Pero si no lo hace, no es la verdad. Eso es algo en lo que Uds. pueden confiar: “Por
sus frutos los conoceréis”. ¡Cierto!
35 Ahora, fíjense en esto, que este Ángel era Gabriel. Ahora, estos Ángeles menores vienen; pero
cuando Uds. ven o escuchan de que Gabriel viene, prepárense porque algo mayor está a punto de
suceder. Gabriel fue el que anunció la primera venida de Jesucristo. ¿Es correcto eso? Y somos
enseñados en la Biblia que Gabriel anunciará la segunda venida. Él tocará la trompeta de Dios, (¿Es
correcto eso?), la venida del Señor, el Ángel de Dios, Gabriel, Quien está a la diestra de Dios.
Ahora, este gran Gabriel descendió y entró allí y el sacerdote estaba ofreciendo su incienso,
quemándolo, mientras que la gente estaban orando afuera. Él estaba parado frente al altar. Y miró hacia
al—el lado del altar, y allí estaba parado el gran Arcángel. Eso atemorizó al sacerdote. Y Él le contó todo
acerca de su vida, y cosas, y lo que Él iba hacer. Dijo: “Después de los días de tu ministerio aquí, ve a
casa, a Elisabeth tu mujer. Y ella dará a luz un hijo y le llamarás Juan”.
Pues, miren. Ese sacerdote dijo: “¿Cómo pueden ser estas cosas? Ella es vieja”. ¿Ven?
36 Hay gente justa que caminan en toda la Luz del Señor; ésa es la clase de hogar a la que Dios puede
entrar. Ahora, si lo que Ud. hace es servir todo tipo de—de fiestas, y cerveza, y de todo en su casa,
Dios nunca lo visitará a Ud. allí. Correcto. Pero si Ud. tiene un hogar que está limpio y viviendo para
Dios, con oración y la Biblia abierta, en la que haya algunas manchas de lágrimas, Dios puede visitarle.
Correcto. Porque Ud. ha abierto un canal al que Él puede venir. Y allí es donde estaba.
Ahora, Cuando Dios hubo respondido la oración de Zacarías y Elisabeth, por supuesto que eso casi lo
mató del susto. Él no creía que eso pudiera suceder. Pero Él dijo: “Yo soy Gabriel, que estoy delante de
Dios, y mis palabras se cumplirán a su tiempo”. Y luego él salió y la gente... Él quedó mudo e iba
permanecer así hasta que el niño naciera. Y luego que Zacarías salió, la gente... Él le hablaba a la gente
por señas. Ellos se dieron cuenta que él había visto una visión o algo. Así que él se fue a casa y
Elisabeth concibió y se recluyó en casa por seis meses. Ella iba ser madre.
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 10
37 Entonces vigilen, allí en Nazaret, la ciudad más vil del país, posiblemente peor que Chicago.
Entonces, casi de mala como Jeffersonville, de donde vengo. Luego, de repente, bueno, allí, cierto día
una virgencita, comprometida con un hombre como de cuarenta y cinco años de edad, viudo como con
cuatro hijos.
Pues, ella iba a casa, como era típico en el oriente. Posiblemente era un lunes y ella cargaba su
agua para lavar en la cabeza, quizás en una tinaja, como ellas lo hacen, caminando. Y de repente,
frente a ella brilló una gran Luz. Ella... Eso asustó a la virgencita. Ella miró y ahí estaba Gabriel parado a
su lado. Le dijo: “Salve María”, o “¡Detente!”. Dijo: “Bendita eres entre las mujeres”. Y le dijo, le contó
cómo es que su prima Elisabeth había concebido en su vejez, e iba a dar a luz un hijo. Y dijo que el—que
ella iba tener un Niño, sin haber conocido varón.
Ahora, mire la diferencia entre Zacarías, aquel ministro que había estudiado las Escrituras una y otra
vez, una y otra vez, una y otra vez, y tenía muchos ejemplos: Ahí estaba Sara, Ana, y así
sucesivamente, allá en el Antiguo Testamento, muchos ejemplos. Él—él dudó que así fuese. Pero ésta
muchachita no dudó. Ella dijo: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a Tu Palabra”.
¡Qué diferencia!
38 Ahora, a veces Ud. puede encallecerse. Leyendo la Biblia, y así como lee un periódico, y teniendo
casi la misma clase de fe que Ud. tendría, tiene en uno, entonces Ud. se encallece. Cuando Ud. lea la
Palabra de Dios, créala así como dice que está allí y tome a Dios en Su Palabra.
Ahora, tan pronto como ella leyó esto, o vio esto frente a ella, y el Ángel del Señor le dijo: “Tú vas
a tener un bebé”. Fíjense en lo que ella tenía que creer. Pues, ella tenía que creer algo que nunca antes
había ocurrido. Zacarías no tenía que... Eso había ocurrido muchas veces a través de las Escrituras. Él
tenía muchos ejemplos. Pero María tenía que creer algo que era completamente imposible, y que nunca
antes había ocurrido. Pero sin embargo, ella no dudó de aquello; ella simplemente dijo: He aquí la sierva
del Señor. Hágase conmigo“. ¡Ella tomó a Dios en Su Palabra!
Y hoy, aquí mismo en este momento, mientras centenares de personas alrededor del mundo han sido
sanadas en estas grandes campañas, en este último avivamiento que está barriendo el mundo. ¡Hoy
mismo, en este mismo instante, cantidades y un gran número de personas, en reuniones aquí en los
Estados Unidos, están siendo sanadas ahora mismo por el poder de Dios!; ejemplos de sobra, cada día,
cada noche, y sin embargo nos quedamos sentados y nos preguntamos: “Dios, ¿Por qué no haces esto”,
y “por qué no haces aquello?”. ¡Tomen a Dios en Su Palabra!
39 María dijo: “He aquí la sierva del Señor”. Ella comenzó a regocijarse. Ella estaba contenta. Dios lo
había prometido; ella sabía que iba tener al bebé. Yo creo que anoche hablé algo acerca de eso. Ella no
esperó hasta sentir vida. Ella no esperó hasta estar segura. Ella no esperó hasta que hubiera una señal
visible. ¡Ella simplemente creyó que lo que el Ángel le había dicho era la verdad! ¡Allí lo tienen!
cuestionamos a Dios, no podemos creerle. Fe es la sustancia de las ¡El problema es que nosotros
cuestionamos a Dios! Y si cosas que se esperan, la evidencia de las cosas que Ud. no ve, gusta, siente,
huele o escucha. ¡Amén!
Ya empiezo a sentirme un poquito religioso. Yo... Muy bien. ¡Oh, tomen a Dios en Su Palabra! Ella
empezó a regocijarse y
alabar a Dios, tan pronto escuchó. “La fe viene por el oír, y el oír, por la Palabra de Dios”. ¿Es
correcto eso? [La congregación dice:
mostrará la evidencia después que Ud. la haya aceptado. Pero primeramente acéptelo.
Él no puede hacer todas las cosas, Él no es Dios Todopoderoso. Ahí está. Muy bien.
¡Noten! ¿Qué clase de muchacho habría de ser éste? ¿Qué clase de persona? ¡Dios cumpliendo Su
Palabra, si Dios ha prometido hacer alguna cosa, Él lo hará!
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 11
Cuando los hijos de Israel fueron sacados de Egipto, Dios prometió cuidar de ellos mientras viajaban
a través del desierto. Dios dijo que cuidaría de ellos ¡y lo hizo!. No importaba adónde los conducía la
senda, todo enemigo que se interponía en la senda de Dios, cedía.
Puedo verlos llegar al Mar Rojo. Dios tenía trazado Su mapa, el camino por donde los iba a llevar.
Avanzaron hasta llegar al Mar Rojo y no había manera de cruzarlo en lo absoluto. Acá estaba el ejército
de Faraón, las montañas a un lado, el ejército de Faraón aquí, y el Mar Rojo frente a ellos. ¡Moisés alzó
sus manos! El Salmo 72 dice que Dios miró hacia abajo. Él miró esa senda que estaba a través del fondo
del mar. Ahí estaban Sus hijos justo allí, necesitando la promesa, tomando a Dios en Su Palabra.
41 Dios miró hacia abajo a través de la Columna de Fuego con ojos enojados. Y cuando lo hizo, el mar—
mar se asustó y retrocedió rápidamente, hizo una senda, e Israel pasó en tierra seca. ¡Tomen a Dios en
Su Palabra!
Cuando cruzaron el Mar Rojo, aquellos incircuncisos, aquella gente que fingía ser (como el
manufacturado hoy), tratando de hacerlo, ¡perecieron! Entonces vino una gran victoria cuando ellos
vieron al lado contrario perecer.
María entró en el Espíritu, agarró un pandero y se fue por la orilla, danzando. Es un poco
sorprendente, ¿no es cierto? Danzando y tocando un pandero. ¡Y las hijas de Israel la siguieron, tocando
panderos y danzando en el Espíritu! Si ése no es un avivamiento chapado a la antigua, yo no conozco
nada al respecto: ¡Victoria!
las cosas que los habían molestado...!
42 Cuando esa enfermedad que lo ha molestado a Ud., ese ¡Allá atrás quedaron los muertos, aquellos
que...! ¡Y todas problema estomacal. ¡Oh, hermano! Cuando esa pipa, ese pecado, esas cosas que le
han impedido y no le han dejado avanzar; cuando Ud. pasa más allá por medio de la Sangre de Jesús, y
Dios ha purificado su alma, habrá otra fiesta de danzas. Las campanas de gozo
43 Ahora, ellos se habían desprendido de todas sus cosechas. Se habían desprendido de todo lo que
tenían, la pequeña cesta de pan amasado que habían cargado sobre la cabeza se les había acabado, ya
no tenían pan ni nada qué comer. “¡Dios había prometido!”. Muy bien.
Esa noche se acostaron. A la mañana siguiente se levantaron y la tierra estaba llena de maná: Dios
estaba supliéndoles todo lo que necesitaban. Había maná regado por toda la tierra. Ellos salieron a
recogerlo y cuando empezaron a comerlo, ¡sabía a miel! ¡Oh, hermano! ¿Alguna vez han comido Uds. un
poco de ello, del maná? ¡Qué tipo tan hermoso!
Ahora, Él dijo: “No recojan suficiente, hoy, el sábado. Solamente el sábado, para que les dure para el
día de reposo”. Él les dijo: “Recojan hoy lo suficiente para comer hoy, y mañana recojan nuevo”. El
problema con la gente hoy, es que están tratando de depender de la experiencia que tuvieron hace
como veinte años. ¿Saben Uds. lo que le pasaba a ese maná? Le caía gusanos, de un día para otro.
44 Y eso es lo que sucede con muchas de nuestras experiencias pentecostales, confiamos en algo que
sucedió allá en el pasado, y le cae gusanos, y se pone rancio. ¿Qué tal hoy? Este es el día. Hoy es el
tiempo. ¡Muy bien!
Ahora, yo me fijo en eso. Maravilloso... Dice que sabía a “miel en la peña”. David dice lo dulce que
era. Hay algo acerca de la miel que a Dios le gusta.
Noten, David siendo pastor, el pastor acostumbraba cargar— cargar una alforja a su lado. En esta
alforja ellos llevaban miel, y cuando una de sus ovejas enfermaba, ellos tomaban un poco de esa miel y
la frotaban sobre una roca. La oveja iba y empezaba a lamer sobre esa roca, y al lamer la miel, le
quitaba la piedra caliza a la roca ¡y la piedra caliza sanaba a la oveja enferma!
45 ¡Qué tipo tan hermoso de hoy! Escuchen amigos, yo tengo toda una alforja llena de miel aquí, y la
voy a vaciar sobre la Roca, Cristo Jesús, y Uds. ovejas que están enfermas comiencen a lamer ahora, y
de seguro se pondrán bien, tan cierto como cualquier cosa. ¡Laman del Calvario!, no de las manos de
algún hombre o de alguna superstición, ¡sino del Calvario!, no de la iglesia bautista, metodista,
presbiteriana o pentecostal; ¡sino del Calvario, de la Roca de los Siglos! Laman de eso. Y ellas se ponían
bien. Y si alguna vez ha habido un tiempo en que las ovejas enfermas debieran empezar a lamer, es hoy.
Noten, Dios dijo: “Ahora, quiero que hagan esto: Salgan y llenen unos gomeres grandes de eso, y
guárdenlo, métanlo al lugar santísimo, para que todas las generaciones que seguirán después, cuando
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 12
ellos entren...”. Cada hombre que entrara al sacerdocio, que fuere candidato para el sacerdocio, pudiera
entrar y obtener un bocado del maná original. Eso allí en el lugar santísimo no se corrompía. ¡Conservaba
todo su valor! Y todo sacerdote, después de ser ordenado, podía venir al velo, y entonces todos podían
comer un poco del maná original que cayó el primer día que cayó el maná. Por eso fue que Dios les dijo
que fueran a recoger unos gomeres del primero.
46 ¡Qué tipo tan hermoso del Espíritu Santo, en el día de Pentecostés! ¡Así como Dios guió a la Iglesia
natural a través del desierto, hoy Dios está guiando a Su Iglesia espiritual! Y nuestro maná, nuestro
recurso sustentador de vida, viene por medio del Espíritu Santo. Y tan pronto como los discípulos habían
cruzado todo el temor y dudas, y se reunieron en el aposento alto, Dios les dio el bautismo del Espíritu
Santo. Cuando Él cayó, ése era nuestro maná viniendo de Dios, del cielo, como un viento recio que
soplaba, y llenó toda la sala donde ellos estaban sentados. Lenguas repartidas como de fuego se
asentaron sobre ellos; salieron a las calles y empezaron a predicar y a testificar, Dios obrando milagros.
¿Es correcto eso? ¡Nuestro maná!
127Ahora, ¿guardó Dios un poco de eso? Pedro dijo en Hechos 2:30 y 38, dijo: “Arrepentíos y
bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo para remisión de sus pecados, pues Uds.
recibirán el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para los
que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llamare”.
47 mujer que viene a la fuente llena de Sangre, sacada de las venas de ¡Entonces si Dios aún está
llamando hoy, cada hombre o Emanuel, y llega a ser un sacerdote, o un hijo, un hijo nacido de Dios, en
el Reino de Dios, tiene derecho al bautismo original del Espíritu Santo, no sólo un bocado, sino toda un
alma llena del mismo poder que cayó en el día de Pentecostés!
No estoy alterado. Yo sé en donde estoy. Permítame decirle algo hermano. Lo que la iglesia necesita
hoy, no es un nuevo alcalde de la ciudad, o un nuevo partido Demócrata o Republicano. ¡Ella necesita un
avivamiento del Espíritu Santo chapado a la antigua, enviado por Dios, y al Espíritu Santo de la Biblia de
vuelta en la iglesia nuevamente! Eso es lo que Ella necesita. ¡Qué maravilloso! ¡Sí, señor!
Cuando ellos tuvieron sed, golpearon la peña. Ellos bebieron del desier—de la peña. Cuando
estuvieron necesitados, Dios les suplió sus necesidades. Cuando el Cristo estaba listo para venir a la
tierra, Dios hizo los preparativos.
48 Ahora, miren a la pequeña María. Ella se va allí al desierto, a las montañas para visitar a su prima
Elisabeth. Jesús y Juan eran medio—eran primo segundos. María y Elisabeth era prima hermanas. Y
fueron a las montañas, (ella), para disfrutar del compañerismo de su prima.
Eso es lo que necesitamos hacer hoy. Sólo... La cosa más muerta que hay en el mundo es el Mar
Muerto, el cual acepta todo y no da nada. Oh, si nosotros venimos a una reunión y Dios llena nuestras
almas de gloria, deberíamos hablarle a cincuenta personas al día, en todos lados, todos los días, hablarle
a otros cincuenta y a otros cincuenta. ¡Den! Eso hace que la cisterna se mantenga limpia. ¡Muy bien!
133
Noten. Ellos entonces se fueron a las montañas. Y puedo verla a medida que ella se acercaba. Veo
que aquella mujer salió corriendo. Ella estaba allí sentada. (Dramaticemos esto un poquito). Puedo verla
allí sentada, tejiendo, Uds. saben, o haciendo croché, o lo que hacían las mujeres en aquellos días.
Cuando ella vio que María venía, tiró al suelo su croché y su tejido. Se levantó rapidito y la agarró en los
brazos, la abrazó y la besó, y le dijo: “¡Oh, María, estoy tan contenta de verte!”. El amor del uno por el
otro, ya todo eso casi se ha acabado. Ahora, ¿no es cierto eso? ¡Se ha acabado!
49 Pues, hoy día, Ud. ni siquiera sabe que el vecino ha muerto hasta que lo lee en el periódico. ¿No es
correcto eso? Yo recuerdo cuando podíamos pedir dinero prestado y todo de la granja, del otro
agricultor. ¡Intente Ud. hacerlo hoy! Hay que tener alguna garantía. ¡Es una vergüenza!
¡Amor!, eso es por lo que el mundo está muriendo hoy: ¡amor! Ellos no necesitan ser tan ortodoxos
en su enseñanza. Alguna persona, quizás no hayamos dos de nosotros aquí que estemos de acuerdo
acerca de la misma cosa, pero sí podemos concordar en esto: En que el amor de Dios ha sido derramado
en nuestros corazones por el Espíritu Santo. Tengamos amor el uno por el otro. Jesús dijo: “En esto
conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.
50 Ahora, hace poco yo estaba en Florida. Quiero comentar esto. El Sr. Bosworth, muchos de Uds. lo
conocen, el anciano Papá Bosworth, F.F. Bosworth, él celebró grandes reuniones aquí hace años. Y
algunos de Uds. madres y padres ancianos se acuerdan de cuando él estuvo en Chicago. Y cuando
nosotros estuvimos allí, él simplemente... Cuando él llegó la primera vez a mi reunión, estábamos
teniendo... Yo fui allí con un muchachito que estaba teniendo una reunión. Ellos tenían... Él dijo que: “Él
estaba a punto de fracasar”. Así que fui y tuve un servicio, y esa noche vino una duquesa. Creo que así
las llaman, una de esas mujeres, Uds. saben, de la alta sociedad.
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 13
Y entonces el hermano Bosworth dijo: “Hermano Branham, esta duquesa que es dueña de esto, de
toda esta propiedad aquí, quiere verte”.
51 Así que esa noche cuando pasamos por la carpa, ella estaba parada allí atrás en un cuartito de
oración. Oh, hermano, semi-vestida y demasiado pintada, Uds. saben. Llevaba puestos dos aretes
enormes que parecían los estribos del diablo, Uds. saben, con la silla de montar colocada exactamente
entre el cuello, y cabalgando rumbo abajo. Ella estaba allí y tenía un par de anteojos que se había
quitado y los tenía en la mano. No me estoy burlando de esa mujer, pero es que no tenía puesta ropa
suficiente para rellenar el cañón de un fusil. Y allí estaba ella parada con estos anteojos sobre una vara,
así, Uds. saben, sosteniéndolo así de esa manera. Ella dijo: “¿Es Ud. el Dr. Branham?”.
Yo dije: “No, señora”. Ella dijo... Yo dije. “Yo soy el Hermano Branham”.
afuera. Correcto.
¡Oh, de esa manera es hoy! ¿Cómo se puede esperar algo más, cuando la gente sencillamente satura
sus almas de todo tipo de corrupción y cosas? “Aves de un mismo plumaje se juntan”. Y Uds. saben que
algunos de los pájaros más bonitos que hay en lo exterior, son carroñeros. Correcto. Bueno, si ellos no
se fijan en lo exterior, lo que cuenta es lo interior. Correcto. Muy bien.
María salió corriendo allí a recibir... María fue... Elisabeth, y la abrazó. Ella le dijo: “¡Oh, vaya!, me
alegra tanto saber que vas a tener al niño”.
Y dijo: “¿Sabes que el Señor se me apareció a mí también?” ¿Ven? Ella tenía una bendición que—que
explicar. Dijo: “El Señor se me apareció y me dijo que yo iba a tener un Bebé, sin conocer varón, y que
lo llamara Jesús”.
53 Y el pequeño Juan, hasta donde sabemos, no había recibido vida. Elisabeth dijo que estaba
asustada. Ya tenía seis meses de
embarazada, con el bebé, y no había vida. Eso es anormal, completamente anormal, como en dos o
tres meses. Y aquí ya eran
su madre. ¡Si la primera vez que el Nombre de Jesucristo fue pronunciado por labios mortales, trajo
vida a un bebé muerto, ¿Qué
debería hacerle a una Iglesia nacida de nuevo?! ¡Aleluya! ¿Qué debería hacerle a una persona
enferma? ¡Ese Nombre “Jesús” trajo a un bebé muerto a la vida!
54 Y dice la Biblia que Juan recibió el bautismo del Espíritu Santo, o recibió el Espíritu Santo en el
vientre de su madre, ¡y nació
lleno del Espíritu Santo! ¡Aleluya! Allí lo tienen. Recibió gozo y empezó a brincar y a saltar. Y el
Espíritu Santo vino sobre su madre ¡y ella profetizó! ¡Oh, qué cosa! ¿Hablando de estar cortos del Reino
de Dios? ¡Sí, señor!
muchos días.
Miren al pequeño Juan cuando nació. “¿Qué clase de niño Luego María se regresó después de
quedarse con ella habrá de ser éste?”. “Bueno, me supongo que tendremos que enviarlo al seminario”,
cementerio, como Uds. quieran llamarlo. Ambos son un lugar para muertos.
55 Un predicador de seminario me hace recordar a un pollo de incubadora. Un pollito de incubadora es
producido mecánicamente; el animalito simplemente pía y pía llamando a una mamá, pero no tiene una a
la cual acudir. Eso se parece mucho a un predicador de incubadora. Él tiene lectura, escritura y
aritmética, sabe cómo pararse correctamente e inclinar su cabeza y gritar “amén” como un becerro
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 14
moribundo. Pero no sabe más de Dios de lo que sabe un hotentote acerca de un caballero egipcio.
¡Correcto! Uds. saben que ésa es la verdad. Tal vez no le digan “amén” a eso, pero es la verdad.
Correcto.
Oh, a mí no me importa si mi hijo ni siquiera se sabe el abecedario, ¡yo quiero que él conozca a
Cristo en el completo perdón de sus pecados y que reciba el bautismo del Espíritu Santo! ¡Aleluya!
Aunque no sepa diferenciar los garbanzos partidos del café, eso no me importa nada, ¡con tal de que
conozca a Cristo y el perdón de pecado!
56 Fíjense en este hombrecito a los nueve años de edad, se fue al desierto, no a algún seminario para
que le inyectaran algún líquido para embalsamar. ¡No, señor! ¡Él se fue al desierto! y vivió allí con Dios
hasta que tuvo treinta años. Uds. conocen el nacimiento de Jesús. Se nos acaba el tiempo, así que no
tomaré tiempo para repasarlo. Ya Uds. saben eso.
Pero a los treinta años: “¿Qué clase de predicador habría de ser éste?”. Aquí sale él del desierto, no
con el cuello volteado al revés, y luciendo un—un esmoquin, comiendo pollo frito con bizcochos todos los
días en la cena. ¡No, señor! ¡Aleluya! Él salió del desierto con unos pantalones viejos y peludos, y con un
cinturón de piel de oveja ceñido de esa manera. ¡Pero él predicó arrepentimiento!
57 Puedo verlo. Herodes se presentó, Uds. saben, estaba viviendo con la esposa de su hermano Felipe.
Puedo oír algunos de los ancianos salir y decirle: “Mira, no prediques hoy sobre casamiento y divorcio
porque ahí está Herodes”. Y Juan, lleno del Espíritu Santo, (¿podrían Uds. imaginarse detenerlo?), él se le
acercó a la cara y le dijo: “¡No te es lícito tenerla!”. ¡Correcto! ¡Dios, danos unos Juanes!
Pues, yo digo que lo que necesitan los bautistas hoy, son unos Juanes más ¡como Juan el Bautista,
quienes no se comprometerán, sino predicarán las riquezas—las riquezas inescrutables de Cristo!
Hermano, él no tenía ninguna educación, no se sabe que él haya tenido un día de instrucción. Él
nunca tuvo un título de ningún tipo, no era licenciado o tenía una licenciatura, o como sea que Uds.
quieran llamarlo. D.D, D.D., o como sea que quieran llamarlo.
¿Saben Uds. qué significa D.D.? Perro muerto. [Dead Dog, en inglés—Traductor] Muy bien. ¡Él no
tenía nada de eso, pero les dijo en dónde vivían y qué hacer! ¡Dios, danos unos Bautistas más como
ésos! Esa es la pura verdad. Se paró allí y dijo: “¡No te es lícito tenerla!”. Cierto.
58 El otro día un individuo... Yo estaba hablando acerca de cierta dama; estaba citando una historia de
cierta dama que estaba arriba tocando el piano. Y Uds. pueden... Ahora, esto es asunto suyo. Depende
de Uds. ¿Ven? Pero la dama tenía tanto maquillaje, esa mujer tenía tanta pintura casi lo suficiente como
para pintar un establo. Y este hombre que estaba ahí dijo: “Hermano Branham, ésta es mi esposa”. Dijo:
“Ella es una santa”.
Yo le dije: “Hermano, no quiero herirle sus sentimientos pero ella parece un 'espanto'. En mi opinión,
ella no parece ninguna santa”. Eso es lo que...
¿Saben Uds. lo que es un 'espanto'? Allá en el sur, eso es un fantasma. Muy bien. Permítanme
decirles. Escuchen. La única mujer en la Biblia que se pintaba la cara para encontrarse con un hombre
era Jezabel, y Dios la dio de comer a los perros. Así que si Ud. ve a cualquiera de estas personas que se
supone que son tan buenas, y que tienen el Espíritu Santo, Ud. le puede decir: “ ¿Cómo está Ud.,
señorita Carne para Perros?”. Así es como Dios la llama, para Él es carne para perros. ¿Lo ven? Muy bien.
59 Permítanme decirles que lo que necesitamos hoy son predicadores que se quiten los guantes y se
paren en el púlpito, y declaren el Evangelio de Jesucristo con el poder y la demostración del Espíritu
Santo. Que hagan que la gente... Uno tiene que sacudirlos un poquito de esta manera, y se
comprometen un poquito de aquella manera. Eso es precisamente lo que han hecho los luteranos. Eso es
lo que han hecho los metodistas, lo que han hecho los bautistas, y es lo que están haciendo los
pentecostales. ¡Fuiu! Uds. no me van a querer después de esto. Pero yo no...
Permítanme decirles algo. Es lo principal, por lo que yo soy responsable delante de Dios ahora.
Correcto. Yo pudiera... Yo creo que esa es la verdad solemne de Dios. Sí, señor. Lo único que uno tiene
que hacer es enmendar ese corazón.
60 Ahora, todos nosotros vivimos aquí en éstos medio este— estados del medio este. Aquí tenemos el
roble. Cada año, durante todo el invierno, el roble mantiene sus hojas igualitas. En la época de la
primavera, ahí está esa hoja en el árbol. Uno no tiene que ir a quitárselas. Sólo dejen que brote la nueva
vida y las hojas viejas se caerán.
Cuando un hombre realmente ha nacido de nuevo, y un... su corazón, sea hombre o mujer, la vieja
vida se va y la nueva viene a ocupar su lugar. Sólo—sólo dejen que se enmienden con Dios y entonces
Uds. lo podrán notar. Por sus frutos los conoceréis.
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 15
Y permítame decirle, amigo mío. Será mejor que me calle con esto. Correcto. Yo recuerdo en la
historia de mi vida, la primera vez que probé salir. Yo tenía una amiguita, y pensaba... Uds. saben cómo
es cuando uno tiene su primera novia. Oh, ella tenía ojos como de paloma, un cuello como de cisne y
dientes como de perla. Yo pensaba que ella era la cosa más linda que jamás había visto.
Y salimos, nosotros... un amigo y yo; compramos unas coca-colas y unos emparedados. Yo salí para
darle un emparedado a mi amiguita. Ella se lo comió y nos bebimos las coca-colas. Fui a devolver las
botellas y cuando regresé... Ésos eran los días cuando ya las mujeres habían empezado a perder la
gracia, Uds. saben. Y así que, ella—ella estaba ahí fumándose un cigarrillo. Yo la miré. Siempre tuve mi
opinión acerca de una mujer que fumara un cigarrillo, y todavía la tengo hoy. Es la cosa más baja que
ella haya hecho. No permitan que se les sonroje el rostro. ¿Ven? No se levanten y se vayan, aunque
sean culpables. Bien.
Pero permítanme decirles algo. Si Dios piensa... Si Él piensa acerca de eso así como el Ángel de Dios
me da testimonio aquí, en esta misma tarde sobre esta plataforma, les digo que a Uds. se les hará difícil
entrar por aquellas puertas cuando lleguen delante de Él. Primero: ¡Abandonen! ¡Dejen! ¡Pongan aun lado
éstas... La hora del juicio está a la mano! Y si la virgen María tuvo que ir al aposento alto allá, y esperar
hasta recibir el bautismo del Espíritu Santo, y salió tambaleándose como una mujer ebria, Uds. nunca se
irán al cielo con algo menos que eso. ¡Correcto! verdad. Tengan a Dios aquí adentro, y Él se encargará
de lo demás.
Ahora, entonces sólo miren alrededor. Uds. no tienen que Mujeres y hombres, escúchenme. Les
estoy diciendo la decir...“Bueno, lo tengo”. Los frutos muestran que no. Pero eso... No digan nada.
Simplemente sigan adelante; Uds. saben en dónde están. Muy bien.
61 A h o r a m i r e n . L u e g o v e o a J u a n , c u a n d o é l s a l i ó a l l í y e m p e z ó a p r e d i c a r , o h , s ó l o c o n
arrepentimiento, tan duro como podía
predicar. Colocando el hacha a la raíz del árbol, y que todo árbol que no diera buen fruto sería
cortado y echado al mar. Y entonces noten, o al fuego, mejor dicho.
Luego vino Jesús. Cuando Él fue bautizado, salió luego del agua, y la Voz de Dios habló y dijo: “Este
es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. Y se fue al desierto para ser tentado por el diablo.
Todo hombre o mujer, tan pronto como Ud. es bautizado con el Espíritu Santo, inmediatamente el diablo
lo ataca por todos lados. Si no fue así, entonces será mejor que regrese.
62 Entonces cada vez que Ud. es sanado, ahí vienen los síntomas a rodearlo a Ud. nuevamente. Si no
fue así, tenga cuidado. ¿Ven? Satanás siempre estará allí para detectar lo que Dios ha hecho.
Entonces Su ministerio se hizo grande y Él se marchó. Se fue al... Luego llegamos a nuestro texto.
Rápidamente ahora. Luego vemos que Lázaro... Él se fue del hogar. Y tan pronto Jesús se fue del hogar,
entró la enfermedad, entró el pesar. Y escuchen, cristianos, cuando Jesús se va de su hogar, la
enfermedad y los problemas entrarán rápidamente. Cuando Él se va de su hogar, prepárese porque los
problemas ya vienen en camino. Denle la bienvenida a Él en su hogar. Dejen que Él sea el huésped
Invisible. Siéntense a la mesa y nunca coman sin darle gracias a Él por eso.
Yo veo a mucha gente que se llama cristiana, y nunca dan gracias, son tan analfabetas como un
cerdo debajo de un manzano. Un cerdo puede estar debajo de un manzano, y las manzanas lo golpean
en la cabeza todo el día y él comerá hasta que ya casi no pueda gruñir; pero él nunca mirará hacia
arriba para ver de dónde vienen ellas.
Correcto. Esa es la pura verdad. La gente es tan “ingrata, impía, sin afecto natural, implacables,
calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos, infatuados,
amadores de los deleites más que de Dios, teniendo apariencia de piedad, pero negando la eficacia de
ella; a éstos evita”. Eso es lo que dijo el Espíritu en Timoteo. ¿Correcto?
63 Aquí están ellos viviendo en eso hoy día, y los pentecostales están entrando directamente en eso.
Uds. la gente de la santidad están entrando en eso, de cabeza.
Eso es cierto. ¡Oh, qué cosa! ¡Qué cuadro más triste! ¡Hermano, lo que necesitamos hoy es un
avivamiento, un despertamiento, un quebrantamiento, hacer pedazos, ir nuevamente a la casa del
alfarero!
Observen. Veo que ya Jesús se fue de la casa y Lázaro enfermó. Ahora, esto es historia; se nos dice
que él tenía hemorragia en los pulmones. Yo no sé. Eso no lo dice la Biblia; eso es sólo el escrito de un
historiador, de que él tenía hemorragias. Cuando Jesús se fue del hogar, entonces Marta, María y todos
ellos, habían dejado la sinagoga y estaban siguiendo a Jesús. Mandaron a buscar a Jesús para que
viniera a orar por Lázaro. ¿Creen Uds. que Él lo hizo? Él siguió su camino y se fue.
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 16
64 pastor y él no viniera, Ud. diría: “Pues, ése hipócrita. Nunca más Ahora, si hubiera sido Ud., já, si Ud.
mandara buscar a su volveré a la iglesia Filadelfia. Más nunca regresaré porque Él no vino”.
Pero si María y Marta hubieran pensado eso, qué día hubiera sido. Ahora, él no me pidió que dijera
eso, yo simplemente dije eso. Eso es con cualquier iglesia. Uds. tienen que tener fe en su pastor como
un hombre de Dios. Si él no es—no lo es, entonces sáquenlo y pongan a alguien allí que lo sea. Correcto.
No detengan a la iglesia. Eso es correcto, sigan adelante. Si él no es un hombre de Dios, si él no vive,
hace, actúa y predica lo que debería, sáquenlo y pongan a alguien que sí lo haga.
65 Ahora bien, entonces Uds. tienen que tener confianza. Esta es la casa de juicio, la casa de Dios,
donde Dios desciende y pronuncia Su juicio. Su pastor está llamado a ser un hombre justo. La
congregación debe estar con él, cien por ciento. Uds. deben estar cien por ciento unidos. Y en eso, si
no es así, entonces satanás tiene una vía por donde entrar. Uds. tienen una abertura en alguna parte,
así que arreglen todo.
Entonces ellos—ellos volvieron a mandar a buscar a Jesús, y en vez de hacer eso, él simplemente
siguió su camino; no fue ni dijo nada al respecto. Él tuvo una visión de parte del Padre. Si puedo,
hablaré de eso esta noche. Él había tenido una visión de parte del Padre, de que Lázaro iba morir y Él
tenía que seguir Su visión. Por supuesto que Él lo hizo. Él siguió Su camino.
Después de cierto tiempo, ellos dijeron... Él dijo: “Nuestro amigo Lázaro duerme”. Bueno, los
discípulos, ellos dijeron: “Bueno, si él duerme, entonces está bien; se está recuperando. Se está
poniendo mejor”.
Entonces Él les hizo saber en su propio lenguaje. Él dijo: “Él está muerto. Y me alegro por vosotros
de no haber estado allí; mas voy a despertarlo”. Él sabía adónde iba... Ya Dios se lo había dicho. Él
obedeció lo que el Padre le dijo que hiciera, no lo que el hombre le dijo, sino lo que Dios le dijo. Él sabía
exactamente qué hacer.
66 Puedo oír algunos de ellos decir: “Oigan, ése aleluya estuvo por aquí predicando sanidad Divina, y
oh, Él dijo que él se había enfermado de esas hemorragias, eso fue demasiado trabajo para Él. ¿Ven
cómo se escabulló? Ahora, nos encargaremos de eso”. Muy bien.
Entonces Él dijo: “Voy a despertarlo”. Ahora, pasó el primer día... Las cosas habían empeorado y
Lázaro murió. Lo tomaron, embalsamaron su cuerpo, se lo llevaron y lo enterraron en la sepultura. Se
habían perdido todas las esperanzas. Pasó el segundo día y aún estaba oscuro. Pasó el tercer día y la
corrupción comenzó en su cuerpo. Al cuarto día ya él estaba podrido.
67 Entonces de repente, Uds. saben, alguien llegó y María y Marta estaban sentadas allí en la casa,
llorando. El que ganaba el pan se había ido, todos se habían ido. Miren lo que había sucedido. Ellas
habían dejado su iglesia y ahora el hombre en el que habían depositado su confianza, aparentemente las
había traicionado. Se habían perdido todas las esperanzas. Su hermano estaba muerto. Ellas fueron
echadas de su iglesia. Este Hombre estaba predicando sanidad Divina, y su—su pastor, como que se
había ido. Todas las esperanzas, todo se había perdido.
Y casi en ese momento Jesús apareció. Es allí cuando Él usualmente aparece: ¡justo en la hora más
oscura! Era la hora más
Fue E. Howard Cadle, aquí en Indianápolis, tirado allí en la calle, ¡borracho y con las moscas
revoloteándole en la boca! Él entró tambaleando a la iglesia, donde se había descarriado. Y los
demócratas la habían convertido en un gran salón de reunión, ¡así que él bajó al sótano, borracho,
tropezó con la pila de carbón, y allí estaba la fotografía de su madre! Allí oró. Era la hora más oscura que
él había vivido; tenía frío, ¡estaba borracho y desmayado! Entonces llegó Jesús. Sí.
68 Allá, cuando los hermanos Mayo me dijeron que me quedaba un tiempo corto de vida, Jesús se hizo
presente. Es siempre en la hora más oscura cuando Él llega. Él siempre lo hace, justo a tiempo, en el
tiempo correcto, Jesús apareció.
Ahora, Marta, ella había sido dilatoria en cuando a las cosas, pero yo—en cuanto al Reino de Dios, y
demás. Pero yo admiro su
valor. Tan pronto ella escuchó que Jesús llegó, salió tan rápido como pudo. Puedo oírlos decir:
“Ahora mírenla a ella, ahí va; dicen que ése aleluya está regresando”. Ella no le hizo caso. ¡Ella quería
llegar a Jesús!
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 17
Marta había estado leyendo allí en alguna parte de la Biblia donde una vez había una mujer Sunamita
que le hizo un gran favor a un profeta. Ella sabía que él era profeta y su nombre era Elías. Y Elías la
bendijo y le dijo que iba tener un niño en cierto día, y en cierto tiempo. Y ese niño nació cuando ella ya
había pasado de la edad para concebir. Pero tuvo al bebé. Y al niñito debió haberle dado una insolación o
algo. Él dijo: “Mi cabeza, mi cabeza”. Él había estado afuera en el campo con su padre, como a las once
del día. Él mandó a un siervo a que pusiera al niño en el regazo de la madre, y el niño permaneció ahí
hasta el medio día y murió. Fíjense en esa mujer Sunamita, ¡qué fiel!
69 Ella llevó al niño hasta la pequeña recámara donde Elías había estado durmiendo. Ella le había hecho
un lugar ahí, donde él pudiera dormir cuando pasara por allí. ¡Qué lugar tan bueno donde llevarlo, a la
cama del profeta, donde el profeta dormía! Ella lo acostó en el—en la cama. Luego fue donde el siervo y
le dijo: “Enalbárdame una asna, anda y ¡no te detengas!”, ¡oh, hermano!, “sino cuando yo te lo dijere”.
Dijo: “Vayamos al monte Carmelo donde está el profeta”. Y su esposo le dijo: “No es nueva luna, ni día
de reposo. Él no estará allí”.
Ella dijo: “Todo está bien. Déjame ir”. Me gusta esa determinación. ¡Me gusta eso! ¡Aleluya!
164
Así que ahí estaba el profeta. Dios no siempre les dice a sus profetas todo lo que sucede. Así que
Elías salió a la puerta y Giezi estaba con él. Y él dijo: “Ahí viene la Sunamita”. Dijo: “Ella se ve
preocupada. Algo anda mal”. Él dijo: “Dios me ha encubierto el motivo. No sé qué es lo que pasa”. Así
que él dijo, cuando la vio venir, ella se acercó y él le preguntó: “¿Te va bien a ti? ¿Le va bien a tu
marido, y a tu hijo?”. Escuchen esto.
“Todo está bien”. ¡Gloria! Saben, Uds. casi no tienen espacio suficiente aquí arriba para predicar
ahora mismo.
Permítanme decirles algo. “Todo está bien”. ¿Por qué? El niño era un cadáver, ¡su esposo
estrujándose las manos y caminando de acá para allá, y el corazón de ella destrozado! “Todo está bien”.
Um
71 Su fe era, que si ella pudiera llegar al profeta. Eso era todo lo que ella necesitaba hacer. “Te
encontré Elías, tú eres el representante de Dios. Dios está en Su profeta y yo he venido hasta aquí.
Estoy convencida que Dios lo revelará. Todo está bien”. Ella corrió y cayó a sus pies. Giezi pensó: “Mire”.
Él debía mantener a la gente alejada de su amo, así que la levantó bruscamente. Él le dijo: “Déjala
tranquila”. Dijo: “Su corazón está afligido. Y yo no sé de qué se trata”.
Entonces ella empezó a manifestarle lo que había ocurrido. ¡Ahora observen! Él dijo: “Giezi, toma mi
báculo y anda, ve donde
está el niño. Si alguien te habla, no le contestes. Si alguien te saluda; no los saludes tú a ellos. Si
alguien te dice: 'Hola', no les digas nada. Sigue derecho“.
72 Ése es el problema hoy. Cuando tenemos un Mensaje, nos detenemos para ocuparnos de un evento
social, nos detenemos para participar de cenas, fiestas y cosas así, y para reuniones de costura y
puntada, y para hablar de la señorita fulana de tal. ¡Con razón no podemos llegar a ninguna parte! Un
hombre que tiene el mensaje de Dios: “¡Vayamos hacia delante!”. Muy bien. “Pero toma mi báculo”. Elías
tocó ese báculo. Él sabía que todo lo que él tocaba era bendecido. ¿Por qué es que nosotros ponemos
las manos sobre los enfermos? ¿Por qué ordenamos a los ancianos imponiéndoles las manos? ¡Elías sabía
que lo que él tocaba era bendecido! Yo pienso que de allí fue que Pablo sacó lo de tomar pañuelos de su
cuerpo. ¿Ven Uds.?
Pablo sabía que cualquier cosa que él tocara era bendecida. Si la gente quiere creerlo, dicen que
obtienen la misma bendición, igual que cuando se ora por ellos y se les impone las manos, sea lo que
fuere.
73 Y Elías sabía que ese báculo sería bendecido. Él dijo: “Giezi, toma mi báculo en tu mano, sostenlo
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 18
delante de ti y anda. Y no te detengas por nada. Si alguien te habla, no le hables. Ahora tú tienes una
comisión. Ve y lleva este báculo”.
Eso estaba bien. El pañuelo estaba bien. Pero esa mujer Sunamita, ella no sabía si Dios estaba en el
báculo o no, pero ella sabía que Dios estaba en el profeta. Ella dijo: “Vive...” Él dijo: “Anda con ella
ahora”.
74 Ella dijo: “Vive Jehová, y vive tu alma que no te dejaré”. Oh, allí lo tienen. “Yo voy a quedarme aquí
mismo, a tu lado, me tienes en tus manos ahora, hasta que sepamos respecto a esto”. Él dijo: “Ve
con...”
“No”.
Y Giezi fue, se ciñó sus lomos y salió con ella. Ahí van. La mujer con el profeta, el deseo de su
corazón, yendo allá. Elías dijo:
“Yo no sé. Él no me ha dicho nada al respecto. No puedo decirte. Iré allá pues.
176
75 ido“. ¿Ven? La fe de la mujer no estaba en eso. Estaba en el profeta. Ella sabía que... Bueno, si ella
hubiese creído que Dios estaba con ese báculo, la misma cosa habría sucedido. Pero ella sabía que Dios
estaba en Su profeta.
Así que allí—Elías fue allí. Todos los vecinos se habían reunido en la puerta, y estaban llorando y
gritando, y gimiendo, y comportándose de esa manera. El anciano Elías pasó entre una multitud como
esa. Entró y haló la puerta, la cerró. Ahí estaba el cuerpecito, había estado muerto por muchas, muchas
horas, posiblemente ya era bien tarde de la noche. Elías caminó de un lado a otro en la habitación. ¡Oh,
qué cosa! ¡Aleluya! Caminaba de un lado a otro en la habitación, se acercó... Él sabía que Dios estaba
con él. Puso su cuerpo sobre el niño, sus labios sobre sus labios, su nariz sobre su nariz y su frente
sobre su frente. Mantuvo su cuerpo allí, sin orar; sólo puso su cuerpo y se mantuvo allí.
76 Al poco rato sintió que su carne se estaba calentando. Se levantó y volvió a caminar. ¡Oh, hermano!
Caminaba de un lado al
otro, de acá para allá, afuera estaban llorando, gritando y comportándose así, Elías caminaba...
Volvió a poner su cuerpo encima del niño, y el pequeño estornudó siete veces. Lo levantó y dijo: “¡Ahora
llamen a la Sunamita!”. ¡Allí lo tienen!
Y sin duda que Marta había estado leyendo eso. Ella sabía que si Dios estaba en Su profeta,
seguramente Él estaba en Su Hijo. ¡Aleluya! “! Mi hermano está muerto, pero déjenme llegar hasta el Hijo
de Dios! Tendré consuelo cuando llegue allí”.
Ella corre hasta allá. Ahora, fíjense. Parecía como que ella pudiera haberle reprochado. Parecía como
que ella pudiera haberle despreciado diciéndole: “¿Por qué no viniste a mi hermano? ¿Por qué no viniste
cuando te llamamos? Nosotros lo hemos dejado todo por seguirte. Hemos abandonado la iglesia. Hemos
perdido todo nuestro prestigio en la ciudad. Hemos hecho todo. Y cuando mandamos a buscarte para
que vinieras a orar por tu propio amigo del alma, Tú rehusaste hacerlo”. Parecía como que ella tenía
derechos de hacerlo, pero si ella hubiese hecho eso, esta historia jamás se hubiese escrito.
77 Es su actitud hacia ello. Su actitud hacia el don Divino de Dios, obtendrá lo que Ud. pida. ¿Entienden
Uds.? Oh, cómo me
gustaría detenerme aquí mismo, Hermano Boze, y martillar eso como por media hora, pero no puedo
hacerlo. ¡Su actitud! Dios puede enviar un don, y no importa lo que Ud... Depende de qué actitud tome
Ud. hacia ello.
Fíjense en aquellos que lo golpearon en la cabeza y le escupieron, y de todo, no hubo virtud en eso.
Pero una mujer que
creía que si tocaba el borde de Su vestidura sería sanada. ¿Es correcto eso? Muy bien. Depende de
lo que Ud. piense al respecto. Dios lo envía. Es la actitud suya hacia cualquier don Divino, que determina
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 19
Ahora, si Ud. puede llegar a Él en esta tarde y sentir que Él lo bendiga, oh, oh, ¡algo va suceder! Allí
lo tienen. Tan pronto Ud. lo sienta a Él—sienta que Él lo toque una vez en su cuerpo, y si la fe lo
confirma allí: “Sí, yo lo creo”. Algo va acontecer.
79 Ella cayó a los pies de Jesús y dijo: “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto”.
Ahora, así como fue la Sunamita para el profeta, también fue María para el Hijo de Dios. Ella
reconoció que Él era el Hijo de Dios. Eso es lo que Él era. Ella lo reconoció a Él como el Señor. Eso es lo
que Él era. No importaba lo que fuesen las otras cosas, Él era el Hijo de Dios. Ella dijo: “Si hubieses
estado aquí...” Si ella tan sólo podía hallar gracia delante de Él ahora, ella recibiría lo que pidiera.
Por esa razón la mujer Sunamita quería hallar gracia delante de Elías. ¿Ven? Ella sabía que ése que
estaba allí era el representante de Dios, y que si ella podía hallar gracia con él, es por eso—por eso es
que ése caso allí tenía que ser resuelto. “Ahora, si tan sólo yo puedo hallar gracia delante de Jesús, eso
resolvería el caso”.
80 Ahora, si tan sólo podemos hallar gracia con el Espíritu Santo en esta tarde, eso resolvería el caso.
Eso lo concluiría ahí mismo: Él es el Representante de Dios. “Todavía un poquito y el mundo no me verá
más; pero vosotros me veréis. Porque estaré con vosotros, y en vosotros”.
¡Halle favor con Él, y observe cómo Él lo llamará a Ud. a través de la audiencia en esta noche, con
su enfermedad o lo que sea! ¡Halle favor con Él y observe las cosas suceder esta noche en la iglesia o
incluso no esta noche sino ahora mismo: ahora mismo!
81 Oh, ella llegó ante Él y dijo: “Si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Pero miren:
“Señor, mi hermano está muerto aquí. Ha estado muerto por cuatro días. Los gusanos de la piel entran y
salen de su cuerpo. La corrupción, ha comenzado una hediondez terrible. Él está muerto. Él hiede allá en
el sepulcro. Si Tú hubieses estado aquí, él no habría muerto. Mas ahora sé Señor, que todo lo que le
pidas a Dios, Dios lo hará”.
Ella tenía un sentir aquí adentro de que algo iba suceder. ¿No creen Uds. eso? “Mas ahora, Señor,
todo lo que le pidas a Dios,
Dios lo hará“.
82 ¡Oh, cómo quisiera yo que toda persona enferma de cáncer aquí, todos los que tengan problemas
con el corazón, todos los que tengan cualquier clase de enfermedad...! Ud. quizás haya buscado
solución en casi todos los consultorios que hay en Chicago. Quizás Ud. ha ido a todas las clínicas, ha ido
a todas partes, o lo que fuere;
“Mas ahora sé, Señor, que todo lo le pidas a Dios, Dios lo hará”.
“Mas ahora sé...”
Ud. dirá: “Hermano, Branham, el doctor dijo que yo no viviría sino sólo un poco de tiempo”. Mas
ahora sé, Señor, que todo lo
que le pidas a Dios, Dios lo hará“. La oración cambia las cosas. ¿Es correcto eso?
Ud. dirá: “Hermano branham, yo no puedo caminar; me dijeron que nunca más caminaría. Mas ahora
sé, Señor, que todo lo
que le pidas a Dios, Dios lo hará“. Allí lo tienen. Miren, ¡entonces algo tiene que suceder!
83 hermano! Vean, miro a Jesús. Él dijo: “Tu hermano resucitará”. ¡Oh,
Ella le dijo: “Sí, Señor, él era un buen muchacho, un judío excelente. Él era un buen hombre. Él
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 20
nunca hizo lo malo. Él ha hecho de todo; él te creía a Ti, y demás, yo sé que él resucitará en la
resurrección general”.
¡Mírenlo! La Biblia dice que no había hermosura en Él para que lo deseáramos; un Hombrecito de
apariencia débil y encorvado. Pero Él enderezó Su Cuerpecito y dijo: “Yo soy la Resurrección y la Vida”.
¡Aleluya! ¡Él es ahora! ¡Oh! “Yo soy la Resurrección y la Vida. ¡El que en Mí cree, aunque esté muerto
vivirá. Y todo aquel que vive y cree en Mí, no verá muerte! ¿Crees esto?”.
Ella respondió: “Sí, Señor, yo creo que Tú eres el Hijo de Dios que había de venir al mundo”. Algo
tenía que suceder.
84 Tengan a Dios en su mente ahora. Tranquilícense. Aquí lo tienen. Ella estaba junto al Profeta de
todos los profetas. Si la mujer Sunamita se paró al lado de un profeta que nació aquí en carne mortal y
demás, ese profeta Elías, y sabía por medio de sus señales y maravillas y predicciones que él era un
profeta; y la mujer Sunamita obtuvo lo que pidió, igual podía María. Ella vino a Él y lo llamó “Señor”. Ella
sabía quién era Él. Ella dije: “Yo creo que Tu eres el Hijo de Dios que había de venir al mundo”.
Hay un confesor; hay una creyente con una imposibilidad en su corazón para que Él hiciera, pero ella
está reconociendo el don de Dios. Ella está reconociendo al Hombre de Dios, Su Hijo; ella está en el
lugar preciso. Cada uno de esos engranajes se estaba moviendo perfectamente, de esa manera, al lugar
exacto. Algo tenía que acontecer.
85 “Yo creo que aunque él esté muerto, y se esté pudriendo allá en el sepulcro; él ha estado muerto
por cuatro días. Yo no tengo nada en contra de nada. Ya ni siquiera pienso en eso. Tú eres el Hijo de
Dios que había de venir al mundo, y yo creo que todo lo que le pidas a Dios, Dios lo hará”. ¡Oh, hermano!
Él dijo: “Yo soy la Resurrección y la Vida. El que en Mí cree, auque esté muerto, vivirá. Y todo aquel
que vive y cree en Mí no morirá eternamente. ¿Crees esto?”
“¿Dónde le habéis sepultado?”. Ahí va Él. Oh. Cuatro días antes de eso, esa procesión
Ella respondió: “¡Sí, Señor!”. fúnebre, unos pocos judíos con el corazón destrozado, lloraban, y Jesús
lloró mientras iba al sepulcro. ¿Es correcto eso?
86 Aquí no hace mucho, vino a mí una profesora muy fina de cierta iglesia y me dijo: “Hermano
Branham, Ud. alardea demasiado de Jesús”.
Yo le dije: “¿Que alardeo demasiado de Él? ¡Yo no puedo hablar lo suficiente de É!”.
Ella dijo: “Oh, no. Él no era Divino, Hermano Branham”. Dijo: “Él no era Divino”.
Yo dije: “Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al mundo”.
Ella dijo. “Oh, en el sentido de Su amor y así por el estilo, Él era Dios”.
Ella dijo: “Cuando Él fue allá a la resurrección de Lázaro...” dijo: “En Su camino hacia allá, Él lloró
con las demás personas. La Biblia dice que: 'Jesús lloró'. Y eso probó que Él era un mortal”.
Sí, dije yo: “Él pudo haber llorado. Eso es cierto. De camino a ver a Lázaro, Él era humano en lo que
a humano se refiere. En Su carne Él era humano, pero en Su Espíritu Él era Dios”. Yo dije: “Él lloró. Eso
era un Hombre llorando. Él era Hombre cuando estaba llorando, yendo al sepulcro de Lázaro, pero cuando
Él se paró allí y enderezó ese Cuerpecito y dijo: '¡Lázaro, ven fuera!'. Y un hombre que había estado
muerto por cuatro días ¡volvió a la vida, eso era más que un hombre! Eso era Dios hablando a través de
Yo Soy La Resurreccion Y La Vida 21
allí”. ¡Aleluya! ¡Dios estaba en Su Hijo! ¡Eso era Dios hablando a través de carne humana! ¡La corrupción
reconoció a Su Maestro! ¿Crees esto?
88 ¡Él era Hombre cuando estuvo allá en esa montaña aquella noche, bajó y buscó en todos lados en
esa higuera allí y no había nada de comer!
Él tuvo hambre. ¡Él era un hombre cuando tuvo hambre! Pero cuando tomó cinco panecillos y dos
peces y alimentó a cinco mil personas, ¡eso era más un hombre; eso era Dios en el Hombre!“. ¡Aleluya!
Él era un hombre cuando estaba acostado en la parte de atrás de la pequeña barca esa noche,
cuando diez mil demonios del mar juraron que lo iban ahogar. Surgió una tormenta, y la barquita se mecía
como un tapón de botella allí en el lago, de esa manera. El diablo dijo: “¡Esta noche lo vamos ahogar!”.
Él estaba tan cansado; virtud había salido de Él todo el día debido a la predicación y a las
sanidades, al punto que estaba tan cansado que la tormenta no lo despertó. Pero cuando los discípulos
lo despertaron, Él era un hombre acostado allí durmiendo. Pero cuando puso Su pie sobre la orilla de la
barca y dijo: “Paz, calma”, ¡allí eso fue más que un hombre! ¡Eso era Dios hablando a través de Su Hijo!
¡Aleluya! Sí, así era. ¿Crees esto?
89 Él era un hombre cuando clamó allá en el Calvario: “Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”. Él
murió como hombre; ¡pero
La Biblia dice que Jesucristo es el mismo de ayer, de hoy, y por los siglos. ¿Crees esto? Una mujer
con un achaque en la carne, con un flujo de sangre por muchos años, tocó el borde de Su vestidura, y
su flujo de sangre se estancó, se detuvo inmediatamente. ¿Crees esto?
90 La hija de Jairo estaba muerta. Y puedo verlo a Él cruzando el río para ir hacia allá; Él dijo: “Iré a
orar por ella”. Y llegó ahí un mensajero que dijo: “Tu hija ya está muerta; no molestes al maestro”. El
corazón de Jairo empezó a desfallecer. Y esos ojos oscuros de Jesús miraron alrededor y le dijo: “¿No te
dije que no temieras y verás la gloria de Dios?”.
personas allí, y dijo: “Ella no está muerta, sino que duerme”. Él entró a esa recámara de muerte
donde estaban esas Oh, ellos dijeron: “Ése fanático de por aquí...”
Él dijo: “¡Sáquenlos para afuera!”. Cuando los hubo sacado a todos del cuarto, se acercó, y estaba
tan poseído del poder del Espíritu Santo que podía hablar en otra lengua. Y todas estas cosas terrenales
le fallarían, y entonces Él habló en otra lengua allí y dijo: “Tabita”, que era: “Hija, levántate”. Y de la
región de los espíritus, donde una muchacha había estado muerta e ida, acostada en un sofá, ¡Él dirigió
una palabra hacia la región de los espíritus, y esa muchacha que había estado muerta, se puso de pie y
volvió a la vida! ¡Aleluya! ¡Aleluya!
¿Crees esto? Él está aquí hoy. ¿Crees esto?
91 Hace como siete años, mientras estaba allá en Green ́ s Mill, Indiana, yo estaba allí angustiado y
perturbado por causa de visiones y cosas, que un poder sobrenatural me hablaba desde arbustos, y
ministros me decían que eso era el diablo, y que no tuviera nada que ver con eso.
Estando allí una noche, una Luz alumbró en el suelo, y un Hombre vino caminando hacia mí con los
brazos cruzados, dijo: “Yo soy enviado de la Presencia del Dios Todopoderoso para decirte que tú habrás
de orar por los enfermos. Todas estas cosas sucederán: tú conocerás los secretos de los corazones, y
así por el estilo. Y si logras que la gente te crea y eres sincero cuando ores, nada le hará frente a tu
oración”. ¿Crees esto?
92 Yo creo que Él está aquí ahora mismo. Creo que éste sentir que se está moviendo en la iglesia ahora
mismo como una vía Láctea viniendo sobre el edificio, yo creo que ése es el mismo Espíritu Santo que
cayó en el día de Pentecostés. ¿Crees esto?
Yo creo que ahí en su corazón se está moviendo y está a punto de hacerle explotar allí mismo. Yo
creo que ése es el Espíritu Santo tratando de entrar en esta tarde. ¿Crees esto? Yo creo que Él sanará
a cada persona enferma aquí ahora mismo. ¿Crees esto? ¡Levantemos nuestras manos y alabémosle!
¡Aleluya!, ¡aleluya!
Señor Jesús, estamos... Te damos gracias por Tu bondad. ¡Oh Dios, creemos que Tú estás aquí!
¡Creemos que estás aparejando a un pueblo! ¡Oh, ven, Señor Jesús, y sana a este grupo de personas!
Envía al Espíritu Santo por aquí. ¡Oh Dios, fluye como un viento recio de arriba abajo por éstos pasillos!
Toca a cada corazón, ¡siento la fe! ¡En el Nombre de Jesucristo! ¡Aleluya! ¡Aleluya!...
Sermones Por el
Rev. W.M. Branham
“...en los días de la voz...” Apoc.10:7
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