Aventuras en La Antartida

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Aventuras en

la antartida
(Obtuvo Mención Honrosa en el I Concurso Iberoamericano de Dramaturgia
Infantil, del Centro de Documentación de Títeres de Bilbao, en 1991)

(OBRITA DE TEATRO PUBLICADA EN OBRAS GALARDONADAS, Badajoz,


España, en 1992; PUBLICADA POR EL MINISTERIO DE EDUCACION EN
TEATRO DIDÁCTICO, Editorial Bruño, Lima, 1996; PUBLICADA EN LA
ANTOLOGIA DE TEATRO POR HARCOURT BRACE & Co., USA, 1997, ARRIBA
EL TELÓN, ACTO FINAL.

Obra Didáctica
en dos actos y 15 escenas

por Adriana Alarco de Zadra

Estas aventuras tratan sobre el viaje de cuatro pingüinos que salen de las costas del
Perú y llegan al Polo Sur. En la costa sur del Perú, a causa de la corriente fría, llamada de
Humboldt por su descubridor, habitan aves y mamíferos de aguas frías como son los
pingüinos y los lobos marinos.

El escenario en esta obrita de teatro es muy sencillo, aunque va cambiando según


lo que van visitando nuestros amigos en su viaje.

En el fondal se pueden proyectar fotografías de la ruta que siguen, de los puertos


adonde llegan, del mar, de los animales con que se encuentran, de las tempestades que
cruzan, de los témpanos gigantes, de la Antártida.

En la parte anterior del escenario se ve, a veces, una playa donde caminan, luego
las olas del mar de cartón pintado, colocadas en tiras largas, unas detrás de otras, y un
barril donde viajan los personajes que se mece como una cuna a causa de dos maderos
curvos, colocados debajo como mecedoras, en medio de las olas de cartón.
El barco fantasma, el barco encallado y la ballena pueden estar pintados en
cartones grandes y jalados con una cuerda, de un lado a otro del escenario, como si los que
se movieran no fueran ellos sino el tonel con los personajes adentro.

Los personajes son, casi todos, pingüinos o pájaros bobos, como se les llama
comúnmente en el Perú. Se encuentran, junto con focas, lobos marinos, gaviotas y
pelícanos, en las Islas Ballestas, al frente de la costa al sur de la ciudad de Lima.

Los cuatro personajes principales, Jumbol, Gozno, Comelón y Piripina visten


mallas blancas, zapatillas de gimnasia blancas, amarillas o anaranjadas, chaqueta de frac
negro y gorro de piel negro. Pueden tener en el gorro un pico curvo anaranjado como
tienen los pingüinos o pueden tener pañuelos anaranjados amarrados en la cabeza a la
moda de los piratas. Caminan en forma graciosa moviendo todo el cuerpo de un lado al
otro. Cuando nadan lo hacen sobre banquillos colocados detrás de las olas de cartón, que
se van jalando desde afuera del escenario.

Los pingüinos que nuestros viajeros encuentran en la Antártida, que pueden ser de
cuatro a ocho, visten igualmente mallas blancas, llevan zapatillas anaranjadas, chaqueta de
frac y también viseras blancas en la cara, o gigantescos anteojos de sol. Pueden llevar
gorros negros con picos de pingüino, anaranjados, o simplemente gorros negros de piel.

Como los cuatro personajes principales viajan mucho dentro del tonel deben agitar
los brazos, saltar sobre el borde del barril y echarse al mar de cartón, de rato en rato,
haciendo como si estuvieran nadando.

Los otros personajes son: el fantasma Ceferino, el pingüino Bandido y el científico


Logos.

PERSONAJES:

JUMBOL: Pingüino muy serio que habla en forma erudita de maestro de escuela.
GOZNO: Pingüino muy anciano, tiene miedo a las tormentas.
COMELON: Pingüino muy indolente, no quiere quedarse sin comer.
PIRIPINA: Pingüina muy ágil, optimista y observadora.
CEFERINO: Marinero español que habita un barco fantasma y anda un poco mareado.
Viste ropas raídas.
BANDIDO: Pingüino de la Antártida, muy alto, amigo de los viajeros.
LOGOS: Científico, bastante estudioso y un poco loco que le gusta ser específico y
didáctico. Vive en la Antártida y viste muy abrigado.

MUSICA: Se escucha música de Wagner de fondo: Obertura del Holandés Volante,


Obertura de Tannhäuser, Obertura de Lohengrin, Obertura de Die Meistersinger von
Nürnberg, Preludio de Tristan und Isolde.
También hay que escuchar, a ratos, el ruido del mar, las olas que golpean contra las rocas,
las tempestades, las lluvias y los truenos, los gritos de la ballena orca, en fin, todo según lo
que esté sucediendo en ese momento en el escenario.

[BIBLIOGRAFIA:
C.de F. Héctor Soldi Soldi Marina de Guerra del Perú: "El Perú en la Antártida"
Ed.Maggio e Hijo, Lima 1991.
José Antonio del Busto Duthurburu, "Los Peruanos en la Antártida", Lima,Perù 1989,
Inst.Est.Histórico-Marítimos.
Mario Fantin, "Il Settimo Continente", Florencia, Italia, 1969, Ist.Geografico Militar:
Rev.L'Universo.]

acto primero

ESCENA 1

Se ve una playa con rocas por algunos lados donde están paseando varios
pingüinos. A un costado, algunas olas pintadas en tiras de cartón se encuentran paradas, y
entre ellas se divisa al fondo un barril que está varado entre el mar y la playa.

Nuestros cuatro amigos: Jumbol, Gozno, Piripina y Comelón juegan, se recuestan


en la arena, nadan en el mar de cartón (echados de barriga en banquillos escondidos detrás
de las olas) y conversan animadamente.

JUMBOL: (al público) Me llamo Jumbol y nací en una de las pequeñas islas que se
encuentran en la Bahía de Pisco, llamadas Ballestas. Tengo muchos amigos, otros
pingüinos como yo: Comelón, Piripina y Gozno. (Los señala con la mano) Ellos tres son
mis mejores amigos.

GOZNO: (bramando) ¡Si pudiera ir al Polo Sur a ver a mis parientes!

COMELON: (gritando)¡Quisiera viajar a la Tierra Austral a comer krill!

PIRIPINA: (lamentándose) ¡Es tan, pero tan lejos, en medio de hielos, témpanos,
soledades y neblinas!

JUMBOL: (al público) Yo soy el intelectual del grupo y hablo aunque no me


entiendan:
(dirigiéndose a sus amigos y exclamando emocionado) ¡Yo sí llegaré a la
Tierra Incógnita! ¡y atravesaré el Estrecho de Magallanes que une los dos grandes
océanos, como lo hicieron los grandes navegantes como Sarmiento de Gamboa y
Magallanes!

GOZNO: (chillando)¡Cállate, Jumbol, y no comiences con tus clases de historia! Lo


que realmente necesitamos es una embarcación para dejar estas crestas blancas de guano
de nuestras islas y navegar hacia la Antártida.

PIRIPINA: (insinuante) Yo puedo nadar.

COMELON: (comenta, mientras engulle peces, a más no poder) Yo también. (Los peces,
de cartón, los saca de un balde y los vuelve a meter en el balde con disimulo.)
JUMBOL: Bien, podemos dejar el sol maravilloso de este lugar llamado
Pisco, al sur del Perú; podemos alejarnos de estas aguas verdes con sus flores de espuma,
podemos viajar en cualquier embarcación flotante, pero si estamos decididos, ¡de todas
maneras , conoceremos el continente de nuestros antepasados!

GOZNO: (rugiendo)¡Así se habla!.

PIRIPINA Y COMELON: (aplaudiendo con las colas del frac)


¡Bien, bien!.

JUMBOL: ¡Y yo sé cuál puede ser nuestro barco!

GOZNO: ¿Cuál barco?

COMELON Y PIRIPINA: (a la vez) ¿Qué embarcación?

JUMBOL: ¿No se han fijado en el barril que naufragó en la orilla de la isla hace un
tiempo?

GOZNO: ¡Esta lleno de guano, Jumbol!

JUMBOL: Podemos limpiarlo, Gozno, y luego embarcarnos en él. Podemos, quizás,


ponerle también una vela para navegar y un mástil.

GOZNO: ¡Manos a la obra, entonces, muchachos!

COMELON Y PIRIPINA: (repiten juntos) ¡Manos a la obra! ¡Manos a la obra!

ESCENA 2

Después de trabajar dentro y fuera del barril, nuestros cuatro amigos se meten
adentro con grandes gritos de júbilo y colocando un palo de escoba con una especie de
vela, se van meciendo entre las olas mientras en el escenario las olas van tapando la playa
que se veía antes y se va llenando todo el escenario de olas de cartón.

Piripina y Comelón, saltan entre las olas y, con una cuerda, jalan el barril hasta el
centro del escenario.

JUMBOL: (Al público) Navegando en medio del Océano Pacífico, adentro de un


barril, con mástil y vela, nos encontramos Gozno y yo, embarcados en tan increíble
aventura, mientras Piripina y Comelón nadan alrededor y nos dirigen hacia el sur.

GOZNO: ¡Viajamos bajo el sol, cantando contentos! ¡Dormiré en la noche al fondo


del barril, mientras los demás hacen la guardia por turnos sobre la nave!

PIRIPINA: Gozno, eres lo más ocioso que he conocido en mi vida. ¡Sólo piensas en
dormir y en dormir!
GOZNO: También pienso en otras cosas. ¿Tú crees que nos boten del Continente
Antártico cuando lleguemos, Jumbol?

JUMBOL: ¡No seas torpe, Gozno! Nosotros tenemos todo el derecho de ir a la


Antártida. En primer lugar, los antepasados tuyos y míos provienen de esa zona y luego,
hemos nacido en el Perú, que forma parte del Tratado Antártico que defiende su
naturaleza. ¡O sea que podemos ir tranquilamente y sin problemas!

PIRIPINA: (interviniendo) He oído decir que en el Polo Sur, adonde vamos, reina la
paz y nadie puede hacernos daño porque está prohibido pelearse.

COMELON: (interrumpiendo) Ya lo sabes, Gozno, nada de pelearte con Jumbol porque


entonces sí que te botan de allí.

GOZNO: ¡No me pelearé, juro que no me pelearé!

ESCENA 3

Se oscurece el escenario y los pingüinos están muy ocupados pescando con las
manos, peces y mariscos (de cartón) que sacan de entre las olas del mar. En el fondal se
divisan las luces del puerto de Valparaíso.

JUMBOL: (al público) Pasan los días y comemos peces y mariscos que pescamos en
cantidad. El primer centro poblado que divisamos en la costa, se llama Valparaíso, en
Chile. De lejos nos parece un bosque de luces que baja por la colina, entre calles
empinadas y retorcidas.

COMELON: (comiendo y gruñendo de satisfacción) ¡Esto está muy, pero muy rico!

JUMBOL: ¿Tú sabes, Gozno, por qué el Polo Sur se llama Antártico?

GOZNO: No lo sé. (Responde sinceramente y, en realidad, nunca sabe nada)

JUMBOL: Pues, porque es el anti-ártico, o lo contrario del Artico que es el Polo


Norte.

GOZNO: ¿Y por qué no vamos al Polo Norte, mejor? - (pregunta, un poco mareado
de tanto navegar).

JUMBOL: Porque, además de que está mucho más lejos, en el Polo Norte no vamos a
encontrar a nuestros parientes. Y, por si no lo sabes, allí no hay nada más que un gran
Océano Glacial rodeado de tres continentes: Asia, Europa y Norte América. En cambio en
el Polo Sur..

PIRIPINA: (interrumpiendo, porque está siempre muy atenta a todas las explicaciones
de Jumbol) El anti-ártico!

JUMBOL : Así es, la Antártida, que es el Continente Antártico, está rodeado por tres
océanos: Pacífico, Atlántico e Indico.
ESCENA 4

Así discurren en sus conversaciones en medio del mar. Divisan luego en la costa
chilena, el HUASCAR, heroico acorazado peruano, que fue vencido por la Armada
Chilena, en desigual batalla, durante la Guerra del Pacífico, en 1879, después de feroz
resistencia, al mando del héroe peruano, Almirante Miguel Grau.

Se puede ver una fotografía del Huascar proyectada en el fondal.

PIRIPINA: ¡Miren, una antigua nave!

JUMBOL: Esta es la costa chilena, y aquella nave es el Huascar, heroico acorazado


peruano, anclado en el Puerto de Talcahuano, para regocijo de turistas.

COMELON: ¡Hay que recoger mariscos de diferentes tipos y moluscos que abundan por
aquí!

PIRIPINA: ¡Y, por supuesto, Comelón es el que más come.

JUMBOL: (al público) Panza arriba en nuestro aventurero barril, pasamos navegando
frente al ventoso Puerto de Ancud y a la pintoresca Isla de Chiloé.

Se proyecta en el fondal una fotografía del sur de Chile.

Este es un lugar ventoso y barrido por vientos y temporales. se escucha rugir el


viento y casi hace volcar la embarcación, pero gracias a las dotes de gran navegante de
Jumbol, agarrando la vela con pico y patas, puede lograr que se enderece el tonel y siguen
la marcha.

El pequeño temporal que amenaza el viaje, va disminuyendo, mientras Comelón y


Piripina saltan adentro y afuera del tonel y Gozno se esconde al fondo, temblando de
miedo.

JUMBOL: ¡Ya ha bajado el temporal! ¡Esa noche entraremos en los canales que
dividen en trozos el sur del continente!

En el fondal se refleja la fotografía de los canales, y luego, como si fuera cerca de


ellos, pasa, navegando lentamente, una goleta fantasma (de cartón) cargada de velas,
tocando música a todo dar, con los faros encendidos y bandera pirata con calavera y dos
huesos cruzados como en los cuentos. Su nombre está escrito en un costado con pintura
brillante y se lee KALACHE.

GOZNO: ¡Tremendo susto! ¡Está navegando cerca de nuestra embarcación barrilesca


una goleta fantasma!

PIRIPINA: ¡Navega junto a nosotros con mucho ruido y muchas risas!


Sin embargo, tanto Piripina como Comelón que escudriñan todo el barco fantasma,
no pueden ver a nadie en su interior.

JUMBOL: ¡Gozno, uno a cada lado del barril, debemos remar como podemos, con
patas y todo! ¡Tenemos que alejarnos lo más pronto posible de tan extraño barco fantasma!

ESCENA 5

Cambia el fondal y se ve proyectado el Estrecho de Magallanes, y un barco


encallado y rodeado de gaviotas blanquinegras.

PIRIPINA: ¡Miren cuántos pájaros! ¡Veo un barco encallado con la chimenea


derribada!

JUMBOL: ¡Estamos llegando al Estrecho de Magallanes!

Piripina saluda con chillidos a las gaviotas, y, nadando se acerca al barco y lo visita
por dentro. Por un momento se esconde de la vista del público y luego sale con las manos
llenas de moluscos y frutos de mar que va desprendiendo de las paredes de la nave.

Come con avidez y luego lleva algunos para sus compañeros, que la esperan en el
barril. Comelón la asalta, al llegar nadando entre las olas de cartón, y le quita la mayor
parte de los mariscos.

PIRIPINA: (excitada, subiendo al tonel) ¡Es un barco griego que ha encallado, quién
sabe cuándo, lleno de deliciosos moluscos!

GOZNO: ¡Parecer ser que has ido de visita donde tus parientes, a tomar té con
pasteles en un yate de lujo!

Todos prueban con delicia los moluscos, y al fondo, va desapareciendo el barco


encallado que sale por el otro lado del escenario de donde entró, como si fuera el barril que
siguiera su viaje, y no la nave que se moviera.

JUMBOL: ¡Pueden ver que mientras proseguimos viaje, la vegetación decrece, los
manantiales se congelan!

El barril se llena de agua por lo movido del mar. Se mece como una cuna, en medio
de las olas, y es trabajo de Comelón sacar el agua (imaginaria) con una lata, del fondo de la
embarcación.

GOZNO: ¡Dale, Comelón, trabaja! ¡Que así no nos hundimos!

Siguen proyectándose en el fondal, fotografías de barcos encallados y a medio


naufragar, como un húmedo cementerio de veleros, desviados por las corrientes y volcados
por los vendavales.

COMELON: ¿Cómo es que todos los barcos que encontramos, o son fantasmas o han
naufragado?
GOZNO: ¡Cállate, ave de mal agüero! (grita y hace callar a Comelón con su voz
oxidada de viejo pingüino. Casualmente, lo llaman así porque chirría como un gozne
oxidado cada vez que habla.)

PIRIPINA: (quien es la más ágil y aventurera del grupo, regresa, después de haberse
alejado nadando a la búsqueda de parientes en los barcos encallados) ¡En uno de ellos he
visto un lobo de mar!

ESCENA 6

Gozno y Jumbol deciden acercarse y conocer a este nuevo personaje. Se acercan


nadando al barco encallado y cuál no sería su asombro al darse cuenta de que en realidad,
lo que ocupa el barco es un marinero y no un lobo de mar de verdad. Parece mareado y
canta a gritos con acento español:

MARINERO: "Llegaron los sarracenos


y nos molieron a palos:
que Dios protege a los malos
cuando son más que los buenos.."

JUMBOL: (a Gozno, mientras están de pié en las arenas de una playa donde está
encallado el barco)
¡Es el fantasma de un marinero que habita un velero español, hundido a
medias en las rocas, como ves, entre el Golfo de Penas y la Bahía Desolación! (Señala con
el brazo uno y otro de los lados del escenario, mientras explica).

GOZNO: ¡A pesar de tener una pata de palo y de ser transparente como cualquier
fantasma, no me asusta! ¡Comelón, Piripina, vengan! ¡No hace daño!

Piripina y Comelón salen del barril y nadan hasta el barco encallado. Los cuatro se
sientan en el suelo, y el marinero fantasma, de pié mientras se balancea como se estuviera
aún en el barco, con gestos y palabras entrecortadas, les relata sus aventuras en la España
de otras épocas.

MARINERO: Los cristianos inventaron esta canción después que recibimos tundas de los
moros sarracenos. (Explica a Piripina) Realicé muchos viajes al Nuevo Mundo desde la
Península Ibérica, después de pelearme con los moros. Navegué a través del Estrecho de
Magallanes en un ir y venir entre el Viejo y el Nuevo Mundo, hasta que quedé encallado
en los Canales.

El marinero prosigue su historia, en medio de exclamaciones de asombro y


curiosidad de los cuatro amigos.

MARINERO: No vayan a cruzar el Estrecho hasta el Océano Atlántico, (les recomienda).


Sigan hacia el sur por el Canal del Beagle.

JUMBOL: ¡Vamos a trazar un mapa!


MARINERO: Yo les puedo regalar mi mapa que ya no usaré más, (les hace ver un
antiguo mapa en pergamino) y les indico, como pueden ver aquí en el mapa, la ruta que
deben seguir: salgan por el Cabo de Hornos hacia el mar, pasando por la Tierra del Fuego.

PIRIPINA: (quien está siempre muy atenta a todo, pregunta con curiosidad) ¿Por la
Tierra del Fuego, capitán?

MARINERO: (a Piripina) Así es. Y me llamo Ceferino. Capitán Ceferino. (A todos) Si


siguen mis instrucciones, allí estarán más cerca de la Antártida. Es un lugar ventoso y diría
que hace un frío de los diablos, si supieran los diablos lo que es el frío. Pero cortan camino
como pueden observar en el mapa.

Todos estudian con curiosidad el antiguo pergamino desenrollado por el marinero,


y deciden seguir el consejo de Ceferino. Mientras tanto, Piripina que es siempre la más
curiosa del grupo no deja de hacerle preguntas.

PIRIPINA: ¿Por qué se llama Tierra del Fuego si hace tanto frío?

MARINERO: Pues, les contaré que cuando pasé por estos lugares, hace muchísimos
años, en todas partes se divisaban hogueras prendidas. Nunca apagaban el fuego porque la
gente se moría de frío sin sus hogueras. Yo pienso que es por esta razón que a ese lugar se
le conoce como Tierra del Fuego.

GOZNO: Bueno, ya que sabe todo, díganos ¿cuál es el frío más frío que puede haber
en el Polo Sur?

MARINERO: Ha llegado a menos 88 grados. Dicen que ese es el frío más intenso que se
ha sentido en toda la tierra. Aún mayor que en el Artico.

COMELON: (chillando desconsolado y jugando con las colas del frac) ¡Me voy a
congelar las alas, y lo que es peor, el pico también! ¡No podré comer nunca más!

Ya están acostumbrados a las lamentaciones de Comelón y nadie le hace caso.


Ceferino les cuenta luego sobre los pobladores de esas tierras.

MARINERO: Esos indios tienen nombres tan extraños como alkalufes, yaghanes, onas y
tehuelches.

JUMBOL: Nunca los hemos visto aunque nosotros hemos pasado muchas aventuras
desde las costas de Pisco en el Perú.

MARINERO: Ustedes, ¿son reptiles o pájaros bobos?

JUMBOL: (explicando muy seriamente) Somos aves palmípedas muy respetables...

Sin embargo, Ceferino no escucha la respuesta y se aleja de los amigos, como


disolviéndose en el aire y cantando la bochornosa canción de aquella época de su pelea con
los moros.

MARINERO: "Llegaron los sarracenos


y nos molieron a palos:
que Dios protege a los malos
cuando son más que los buenos."

ESCENA 7

Los cuatro pingüinos nadan hasta su barril, alejándose de la nave y deciden seguir
las indicaciones de Ceferino.

GOZNO: ¡Habrá que seguir su consejo, ya que un marinero con tantos años viviendo
sobre el mar aunque sea como fantasma, es, seguramente, más lobo de mar que los mismos
lobos de mar.

COMELON: ¿Debemos seguir viaje por estos páramos desolados?

PIRIPINA: ¡Así es, Comelón, y no te quejes! Si queremos llegar, algún día, debemos
continuar a lo largo de esta costa fría, de rocas y piedras moradas.

JUMBOL: ¡Observen: sobre un peñón se alza la Cruz de los Mares que domina "desde
un mar a otro mar", como dice la inscripción, "hasta los últimos confines de la tierra"!

En el fondal se refleja la Cruz de los Mares, colocada allí antiguamente por los
españoles, con su inscripción.

GOZNO: ¡Navegaremos entre ínsulas y penínsulas, ante ensenadas y bahías,


esperando ver a los antiguos pobladores de esos lugares tal como los ha descrito el
fantasma, nuestro amigo!

PIRIPINA: ¡Dijo que eran comerciantes de pieles de guanaco, que viajaban en


piraguas, que cazaban con arpones y buceaban desnudos o se vestían con plumas de
ñandú!

COMELON: ¡Qué gente más extraña!

En el fondal se proyecta la fotografía de la ciudad de Punta Arenas.

JUMBOL: ¡Divisamos Punta Arenas, la ciudad más al sur y la más ventosa de Chile!

PIRIPINA: (con una magnífica memoria) Nos contó Ceferino que queda en
la Península de Brunswick en medio del Estrecho de Magallanes, en la falda de una colina.

JUMBOL: Como ven, sus edificios son bajos para que no se los lleve el viento. En su
plaza mayor se levanta un monumento a Magallanes.

GOZNO: ¡Debemos seguir viaje, peleando con el temporal, en guerra contra el


viento que quiere hacernos naufragar!

El tonel se mece de un lado a otro, mientras a lo lejos se oye el rumor de la


tempestad.
COMELON: (quejándose) ¡Extraño el sol de Pisco, porque aquí no calienta y es como si
fuera un plato de cobre colgando del cielo!

PIRIPINA: ¡Déjate ya de lamentaciones!

JUMBOL: Comelón, tu traje de pingüino está raído y lleno de agujeros. Felizmente yo


me visto como todo un caballero, y voy abrigado con elegante traje negro de pechera
blanca, y no siento el viento. Gozno, de tan gordo que es, no sufre el frío. Piripina sigue
feliz, columpiándose en el borde del barril. Comelón, a ti te veo un poco cabizbajo.
(Aparte, a Gozno) No sé si resistirá la frigidez que cada día es mayor.

ESCENA 8

PIRIPINA: Sigamos nuestra travesía, el viento se ha calmado y veo nubes de gaviotas


negras entre la bruma que vuelan hacia el sur. Seguramente encontraremos nuestros
parientes del Sur si seguimos ese camino.

JUMBOL: Así es, no vamos a cruzar de lado a lado el Estrecho de Magallanes.


Iremos por el Canal de Beagle hacia el sur como nos indicó Ceferino, nuestro lobo de mar
fantasmal.

Observa el mapa de pergamino que le obsequió el marinero y explica a sus


compañeros:

JUMBOL: Saldremos de los Canales Magallánicos surcando islotes. Dejando atrás el


Continente Sudamericano, llegaremos, yendo hacia el sur, al Continente Antártico.

PIRIPINA: (emocionada) ¡Seguiremos viaje bajo cumbres plateadas, aguas


entumecidas de frío, niebla blanquizca y hielos flotantes!

GOZNO: (a Piripina) ¡Las gaviotas, tus amigas nos guían hacia el sur, hacia la Tierra
del Fuego!

En el fondal se proyecta una fotografía de la Tierra del Fuego y de hielos gigantes.

JUMBOL: Desembocaremos luego por el Cabo de Hornos al Estrecho Drake que


divide Sudamérica de Antártida.

COMELON: ¡Deja ese mapa, Jumbol, y contempla con nosotros, este hermoso
panorama!

JUMBOL: ¿Han visto, muchachos, que estos hielos que flotan como islas son de agua
dulce?

GOZNO: Veo, veo, Jumbol. Son también de muchos colores, azules, amarillos y
rosados.
JUMBOL: Si se derritieran todos los hielos del continente antártico que son el 90% del
agua que existe en el mundo, el mar subiría de nivel unos 70 metros en todas partes.

PIRIPINA: ¡Pues si así fuera, nos quedaríamos sin nuestra Isla de Pisco, Jumbol!

COMELON: ¡Esperemos que no se derritan los hielos, entonces!

GOZNO: ¡De una cresta de nieve sale una catarata que lava el cerro de roca negra y
cae al mar!

PIRIPINA: ¡El cielo es gris, la soledad es inmensa! ¡A lo lejos, hay un pueblito en la


falda de un nevado, enclavado en una pequeña bahía!

JUMBOL: (consultando el mapa de pergamino) ¡Es Ushuaia, la ciudad más austral del
planeta!

PIRIPINA: ¡Como dijo Ceferino! ¡Es capital de la Tierra del Fuego, en zona
argentina!

JUMBOL: ¡Queda en medio del Canal del Beagle!

COMELON: (regocijado) ¡Aquí encontraremos centollas, calamares, mariscos y toda


clase de pescados! ¡Nos daremos un gran banquete!

PIRIPINA: ¡Los petreles y las golondrinas de mar siguen señalándonos el camino


hacia el sur! (chilla Piripina, desde su punto de observación en el borde del tonel,
mientras agita las manos en señal de saludo cuando se cruzan con otras aves.

ESCENA 9

JUMBOL: ¡Salimos finalmente del Canal del Beagle al océano! Y, como nos avisó
Ceferino, nos damos cara a cara con tres islas deshabitadas pero con árboles, llamadas
Picton, Lennox y Navarino.

GOZNO: (consultando el mapa) ¡Estamos entrando en una encrucijada de vientos y


corrientes con que se conoce al Cabo de Hornos, entre el Océano Atlántico y el Pacífico!

COMELON: ¡Hombre al agua! (grita, al ver caer a Jumbol, improvisamente, al agua al


voltearse el barril con el vendaval.

PIRIPINA: ¡Pingüino al agua! (chilla, porque le gusta ser precisa y meticulosa).

Mientras el tonel se balancea mucho, Jumbol, detrás de las olas de cartón, trata de
alcanzar el borde para treparse nuevamente a la embarcación.

COMELON: ¡Yo te sacaré, Jumbol! ¡Aguanta amigo! (grita mientras jala de piernas y
brazos al pingüino y lo deposita nuevamente, con ayuda de Gozno, dentro del barril)
JUMBOL: ¡Déjenme, muchachos! Yo también soy oriundo del Continente helado y
no me voy a congelar. Tengo resistencia, sé nadar y bucear.

COMELON: Ya lo sabemos, pero no queremos que te pase nada. Eres nuestro jefe,
amigo y el Capitán del barril, Jumbol.

Entre todos voltean nuevamente el mástil hacia arriba, manteniendo el barril


aventurero a flote, sacando el agua que entra con las olas cuando se sumerge. Todos
trabajan juntos, sin cansarse y salen ilesos de la peripecia.

PIRIPINA: (siempre observando el cielo y el horizonte) ¡Otro peligro nos acecha!


¡Una Escuadrilla de Skùas como aviones a chorro baja en picada hacia nosotros!

GOZNO: ¡Son las águilas de la Antártida que comen pingüinos! (Se esconde en el
fondo del barril)

Comelón, trepado sobre el tonel, mueve los brazos desesperado para alejarlos.
Piripina chilla angustiada y Gozno ruge rabioso.

Las aves no se ven, pero se oye el rumor de las alas que golpean el mástil del
barril, y los gritos de los tripulantes. Se supone que, finalmente, al ver que no pueden
acercarse, las aves de rapiña se alejan a buscar alimento en otra parte.

JUMBOL: ¡Allá está el Continente Sudamericano que se va quedando atrás con sus
islas, sus montañas, su mar agitado! ¡y ahora llega el silencio!

Gozno está mareado y descansa. Piripina brinca adentro y afuera del barril y
Comelón sigue comiendo pescados y mariscos.

COMELON: (a Piripina, quien le anuncia, con gestos, que va a engordar mucho) ¡Debo
fortalecerme después de tan tremenda aventura contra los aviones a chorro, como llamo a
los skùas!

JUMBOL: (observando el horizonte) ¡Según las indicaciones del fantasma, pronto se


debe divisar los primeros hielos del Continente Antártico!

acto segundo
ESCENA 10

En el fondal se proyecta una fotografía del Continente Antártico, con sus


gigantescos hielos flotantes, sus animales, su cielo azul. También se proyecta, luego, un
gigantesco mapa de la ruta que han seguido nuestros amigos.

La música de fondo del segundo acto debería ser solemne (Tannhäuser).


PIRIPINA: ¡Tierra, tierra! Perdón, me equivoqué. ¡Hielo, hielo! (grita desde su puesto
de observación).

GOZNO Y COMELON: (chillando) ¡Viva, viva!

PIRIPINA: ¡Así es! ¡Témpanos blancos y hielos azules flotan a nuestro alrededor
como islas blancas de agua dulce! ¡Algunas más grandes que una Plaza de Armas y más
altas que una Catedral!

JUMBOL: ¡Un mar cuajado de hielos nos acompaña hacia el Estrecho de Bransfield
entre la Península Antártica y las Islas Shetland!
¡Pronto llegaremos a la Bahía Almirantazgo y divisaremos la Isla del Rey
Jorge!

PIRIPINA: Según lo que yo sé, allí debe estar la Base Peruana de la Antártida.

COMELON: ¡La nieve se ve dorada bajo el sol!

GOZNO: ¡Los hielos pasan a nuestro lado, flotantes, repletos de focas negras, que se
mueven en forma torpe y braman y rugen cuando nos ven pasar! Otras nos miran quietas e
indiferentes. ¡No nos acercaremos porque bien sé que cuando tienen hambre, ellas
también se comen a los pingüinos!

Piripina, observando que vuelan algunas palomas curiosas y aleteantes alrededor


del barril, trata de hacer amistad pero se alejan con desconfianza cuando ven a Gozno.

Al divisar finalmente la Base Peruana, Jumbol se tira al agua y bucea hasta la costa.

COMELON: (orgulloso de su amigo) ¡Nada 50 km. por hora y gana a cualquiera!

Los otros compañeros, un poco acongojados, porque no lo divisan desde la


embarcación, se tiran al agua y siguen su rumbo, hasta que llegan a la playa de hielo.
Gozno acerca el barril a la playa, y luego va a tomar posesión de la bandera conocida.

Muy emocionados, se abrazan los cuatro amigos, al ver que finalmente han llegado
a su destino a conocer a sus antepasados, quienes habían salido de aquel lugar, muchos
siglos atrás, y habían llegado a las costas peruanas, seguramente flotando en algún
gigantesco hielo que se derritió bajo el sol.

PIRIPINA: (señalando el suelo que pisa por primera vez) No vemos flores ni frutas
sino una isla color azul pizarra. En el suelo, musgo, algas y líquenes son toda la flora que
se encuentra.

COMELON: (indicando la bandera roja, blanca y roja) El pabellón peruano se alza junto
a una colina nevada bajo un picacho negro, rocoso y volcánico.

GOZNO: (observando un gigantesco témpano de hielo que se proyecta en el fondal)


Al frente, en el mar, una enorme barrera de hielo cubre el horizonte.
JUMBOL: (emocionado, habla como si estuviera dando un discurso a una multitud)
¡Estamos tan emocionados de haber desembarcado que no podemos ni hablar! ¡No
encontramos a nadie en la Base Peruana! ¡Seguramente el barco Humboldt que debe venir,
aún no ha llegado! ¡Es nuestra esperanza para regresar a la patria!

JUMBOL: ¡No nos falta comida!

COMELON: (Hace como si estuviera recogiendo animalitos en el agua, que se mete a la


boca) ¡Encontramos delicioso el famoso krill! ¡Son como pequeños camaroncitos rosados,
amargos de yodo pero muy sabrosos!

GOZNO: ¡Ahora que estás con la barriga llena y el corazón contento, puedes dormir
en hielo, porque no podemos decir en tierra!

PIRIPINA: (señalando el fondal que sigue cambiando de fotografías) ¡Admiren a lo


lejos el cielo morado de sol!

JUMBOL: (bostezando) Debemos descansar de tantas aventuras, en este silencio,


soledad y frío del Continente de la Paz y la Amistad.

GOZNO: ¡Sí, que mañana es otro día!

JUMBOL: ¡Mañana recorreremos el Estrecho de Bransfield y conoceremos las otras


Islas Shetland! ¡Llegaremos a la Isla Decepción, sin muchos problemas, navegando entre
gigantescos témpanos de hielo!

Se abrazan nuevamente y deciden descansar antes de aventurarse a explorar los


alrededores y todo lo que puedan descubrir en este continente de hielo.

ESCENA 10

Se bajan las luces, y al encenderse nuevamente, se ve en el fondal la fotografía de


la Isla Decepción.

JUMBOL: ¡Estamos en la Isla Decepción, formada por el cráter de un volcán apagado!


¡En el ingreso de su bahía hay dos peñones negros llamados Cuernos del Diablo!

PIRIPINA: ¡No debe de estar el diablo porque siento frío en este lugar! ¡El paisaje es
solitario, las aguas dormidas, las arenas negras y las nieves cubiertas de ceniza volcánica!
¡Debería llamarse Isla Desolación!

JUMBOL: Aunque al principio parece un paisaje tenebroso y hostil, vean, sin


embargo, la cantidad de animales que pasean por esta isla en forma de herradura.

COMELON: ¡Estoy feliz! ¡El agua es tibia y parece termal con vapores sulfurosos! ¡Me
ha pasado el frío y ya no me congelaré. (Chapotea en el agua y come krill.)

Todos juegan en las orillas, bañándose y zambulléndose entre las olas de cartón.
Salen en escena otros pingüinos de patas anaranjadas. Los invitan, con gestos, a visitar su
colonia. Algunas pingüinas están empollando sus huevos. Todos tienen viseras blancas en
los ojos como si tuvieran máscaras de carnaval, sobre la cabeza negra. Parecen los
bandidos del continente helado.

Señalan a otros animales que viven por allí, en témpanos flotantes, y que salen
proyectados en el fondal.

BANDIDO: (como le pusieron de nombre al Pingüino de Visera que fue el primero que
se les acercó, les explica las diferencias entre las focas del lugar) Las focas tienen
diferentes nombres. Hay la de Weddel y la de Ross, la foca cangrejera, el leopardo
de mar, el elefante marino que es enorme y el oso marino.

Los amigos escuchan asombrados, mientras el nuevo amigo les sirve de cicerone.

BANDIDO: Las focas son animales anfibios, que si tienen hambre nos tragan hasta a
nosotros los pingüinos, así es que ni nos acercamos. Su pelaje es brillante y tupido y, si no
los molestamos, nos miran indiferentes, lanzando mugidos de cansancio.

COMELON: ¿De qué se alimentan, cuando no comen pingüinos?

BANDIDO: Aquí se alimentan de peces, moluscos, crustáceos y, además, ¿sabían


ustedes que se sienten atraídos por la música?

PIRIPINA: ¿Por la música? ¿Se escucha música en esta región?

BANDIDO: Así es, al fondo de esta bahía vive un científico que escucha música por
radio. Ya oirás si te quedas un tiempo con nosotros.

ESCENA 11

Siguen dando vueltas con el nuevo amigo, visitando la región, y ven otros
animales, como cormoranes, golondrinas, insectos, arañas, crustáceos, y otros lobos de
mar, proyectados en el fondal. Gozno se está divirtiendo haciendo como si estuviera
tirando agua tibia a los otros pingüinos en la orilla, y es polvo de purpurina.

Sin embargo, Jumbol desea conocer muchas cosas, como el nombre de algunos
animales, y, aunque le pregunta con gestos, Bandido no sabe responder a sus preguntas.

BANDIDO: Si deseas saber algo más, anda a preguntarle al hombre que vive al fondo
de la bahía. Creo que está loco pero sabe muchas cosas.

Como la bahía de la Isla Decepción es muy grande, se dirige en el barril aventurero


a encontrar al nuevo personaje que espera aclare sus dudas. Piripina lo acompaña, y
Comelón, junto a Gozno, se queda comiendo, a un lado del escenario, mientras navegan
los otros dos amigos, en el barril, hasta el otro lado del escenario, jalándolo con una
cuerda. Mientras tanto, conversan.

PIRIPINA: Si vive todo el año en este lugar, debe saber muchas cosas, y debemos ir a
buscarlo aunque sea un científico loco.
JUMBOL: ¡Desde que salimos de nuestra isla en la costa peruana, hemos atravesado
canales, estrechos, golfos, y avistado ínsulas, penínsulas, bahías y ensenadas!

PIRIPINA: ¡Ahora nos encontramos aquí, en medio del cráter de un volcán!

JUMBOL: ¡Entre nieve perpetua en un territorio sin mayor vida vegetal y rodeados de
témpanos helados!

PIRIPINA: ¿Habrá sido verde algún día?

JUMBOL: ¡Esa es la pregunta que debo hacerle al habitante de la Isla Decepción!

ESCENA 12

Mientras Jumbol, junto con Piripina que le ha acompañado, se encuentran con el


científico indicado por el pingüino Bandido, quien entra en escena, ensimismado en la
lectura de unos papeles; Gozno se ha quedado bañándose panza arriba, (sobre un
banquillo escondido detrás de las olas de cartón), y Comelón sigue comiendo krill aunque
ahora parece tener una barriga más grande.

LOGOS: (El nuevo personaje está vestido con abrigo y seis bufandas. Tiene hielo en
los bigotes y en las cejas y su mirada es un poco vaga e insegura. Murmura y habla
consigo mismo mientras camina en círculos abrazándose a sí mismo para evitar el
congelamiento, y leyendo a ratos sus papeles. Al ver a Jumbol y Piripina que se acercan,
les habla, enfadado.) Soy Logos, y, como científico, alargo el tiempo, lo ahorro, lo
organizo. No me hagan perderlo.

PIRIPINA: ¡Doctor Logos, deseamos sólo que aclare nuestras dudas!

JUMBOL: (suplicando) Señor, no le haremos perder su tiempo. No queremos


aburrirlo, sólo queremos alguna información.

LOGOS: No me canso ni me aburro. Aborrezco la frivolidad, la mentira, la


inexactitud.

JUMBOL: (Sin interrumpir su eterno girar en círculos porque se da cuenta que no es


tan loco como parece) Estoy de acuerdo con usted, en casi todo aunque no en todo porque
si me canso, sobretodo después de un viaje tan largo, no doy vueltas como un reguilete.

LOGOS: (deteniéndose por un momento) ¿Quieres saber algo? ¡Este Continente se


ha hundido 1000 metros por el peso de los hielos!

PIRIPINA: ¡Increíble!

LOGOS: (sigue sus explicaciones, impertérrito) Su altura media es de más de 3,000


mt. y el hielo mide 3,000 mt. de alto.

JUMBOL: (asombrado) ¡Quién lo hubiera dicho!


LOGOS: (feliz de tener público) Es más grande que Europa y un poco más chico
que Sudamérica. 2 veces Australia y 44 veces Italia. Tiene 13.177.000 km. 2. Su
temperatura media es siempre bajo cero.

PIRIPINA: (temblando) ¡Qué frío! ¡Qué frío!

LOGOS: En estas orillas el peso de una nave aumenta 4% respecto al Ecuador a


causa de la limitada fuerza centrífuga terrestre.

JUMBOL: (cogiendo a Piripina por el brazo y tratando de irse) ¡Gracias por su


información, doctor Logos! ¡Ha sido usted muy amable!

LOGOS: (impertérrito) ¡Un momento! No saben aún que el Polo Sur se encuentra
en medio de un continente a 3000 mt. de altura, y el Polo Norte en medio del Mar Artico a
3000 mt. de profundidad.

JUMBOL: (humildemente) Disculpe, habla usted tan de prisa que no entiendo mucho.

PIRIPINA: (mareada por tanta información) ¡Muchos números, mi querido doctor


Logos! ¡Absolutamente demasiados números!

ESCENA 13

Al ver que calla finalmente y que sigue dando vueltas en círculos para calentarse,
Jumbol se atreve a preguntarle tímidamente lo que le ronda por la cabeza hace rato.

JUMBOL: Dígame, señor Logos, ¿alguna vez ha habido más vida en este continente?

LOGOS: Un día tuvo más vida: he encontrado fósiles de árboles. Muchos animales y
vegetales existían que ya no se encuentran, cuando la Antártida formaba parte de Australia.

JUMBOL: Sé que hay un acuerdo para cuidar la vida animal y vegetal, que se llama el
Tratado Antártico.

LOGOS: (emocionado, y con las lágrimas en los ojos) Mi querido amigo, se trata de
cuidar la flora y la fauna, pero nadie ha pensado en las pobres ballenas que no están
incluidas en el Tratado, a las cuales cazan sin discriminación, 10,000 cazadores todo el
tiempo. ¡Hay que defenderlas! ¡Hay que cuidarlas también a ellas!

JUMBOL: (humildemente) ¡Veré lo que puedo hacer!

Entonces, Logos se detiene de su eterno girar en círculos y alzando un dedo hacia


arriba pregunta, poniendo su cara muy cerca de la de Jumbol.

LOGOS: ¿Has visto alguna vez un barco que parece cercano y en cambio está muy,
pero muy lejano?
(pausa) ¿Has visto alguna vez un barco que en vez de navegar en forma
horizontal lo hace en forma vertical, como si quisiera entrar al mar que lo devora?
PIRIPINA: (a Jumbol, en el oído) Me parece que realmente Logos debe de estar loco.
Nunca he escuchado algo así.

Después de negar con la cabeza, Jumbol, exasperado, decide alejarse, mientras


Piripina le sigue, brincando, disimulando su confusión.

Se despide en forma correcta y educada, y el científico Logos, antes de que se


aleje, le grita a todo pulmón.

LOGOS: ¡Cuídate de los vientos! ¡Son malos! ¡Corren a más de 330 km. por hora y
congelan hombres y animales!

JUMBOL: (al público) ¡Demasiados números, mi querido señor! ¡Absolutamente


demasiada matemática para mi pobre cabeza congelada!

ESCENA 14

Con las ideas que les dan vueltas, aplastados por tanta información numérica,
regresan al otro lado del escenario, donde sus amigos. Con un poco de dificultad, y
gesticulando dramáticamente, Jumbol convence a Gozno a subir nuevamente al barril, y
Comelón y Piripina toman sus puestos sobre el borde de la embarcación fiel y aventurera.

JUMBOL: ¡He decidido dejar la Isla Decepción y regresar a la Isla del Rey Jorge
donde no hay nadie todavía, y menos científicos locos como Logos.

GOZNO: (amedrentado) ¡Volvemos a navegar entre los peñones negros o Cuernos


del Diablo!

JUMBOL: ¡Salimos al Estrecho de Bransfield, esquivando témpanos enormes como


lunas llenas, cercos de hielos filudos y maravillosas y gigantescas islas de cristal!

COMELON: ¡Vamos, Gozno! ¡Debemos ver la situación con un poco de optimismo! ¡En
tanto, hemos comido como nunca!

GOZNO: (gruñendo, no muy convencido)¡Mmmm! ¡Siempre pensando en comida!

Bajo un cielo límpido y un mar azul, a la vista de la Isla del Rey Jorge, tienen la
mala suerte de toparse con una gigantesca ballena orca.

La ballena, pintada en un enorme cartón, pasa detrás del barril, jalada por una
cuerda, mientras la embarcación se menea hasta que se da vueltas, y con gran estrépito,
sale por el otro lado del escenario.

En el fondal, se divisa la Isla del Rey Jorge.

JUMBOL: (observando por primera vez la ballena que comienza a entrar en el


escenario) ¡Compañeros!
¡Una ballena de casi 10 metros de largo!
COMELON: (con la voz que le tiembla) ¡Negra por arriba y blanca por abajo!

PIRIPINA: (aterrada)¡Con 22 dientes filudos! ¡De mirada feroz y voraz!

GOZNO: (temblando de miedo) ¡Que nos persigue para comernos!

COMELON: ¡Socorro!

JUMBOL: ¡Auxilio!

PIRIPINA: ¡Nos traga el cetáceo, la orca o ballena!

GOZNO: ¡Nos come, devora y engulle!

Comelón le arroja trozos de hielo puntiagudos en los ojos para que no Los vea,
Piripina chilla consternada, y Gozno y Jumbol reman frenéticamente.

Sin embargo, se supone que de un coletazo, la orca deshace el barril. Mientras


desaparecen, la ballena por un lado y el barril por el otro lado del escenario, salen nadando
todos, a toda carrera, hasta la orilla de la isla, cerca de la Base Peruana. Llegan
cansadísimos y fatigadísimos.

ESCENA 15

COMELON: (asustado)¡Me he congelado en parte! Tengo hielo hasta en el sombrero!

PIRIPINA: (quien llega a la playa de la isla, arrastrando la vela de la embarcación, con


la que trata de cubrirse del frío, luego, al ver a Comelón que tiembla, lo envuelve) ¡Debes
recuperar un poco el calor que se te ha escapado del cuerpo!

GOZNO: ¡Nunca he pasado por un peligro igual!

JUMBOL: ¡Después de tan atroz aventura, no sé si seguir las instrucciones de Logos!

PIRIPINA: ¿Cuáles?

JUMBOL: ¡Pelear para defender el derecho de vivir de las ballenas! ¡Todavía lo estoy
pensando!

GOZNO: Debemos seguir aquí en la Isla, y reunir poco a poco los trozos de
embarcación barrilesca!

PIRIPINA: ¡Durante el día que dura 20 horas en verano!

JUMBOL: ¡Trataremos de viajar antes de que llegue el invierno, cuando dura 20 horas
la noche y hace mucho, pero mucho frío!

COMELON: ¿Aún más frío?


JUMBOL: ¡Paciencia y rabo tieso, como dicen en el Perú!

PIRIPINA: ¡Quizás podamos regresar en el barco peruano cuando llegue a la Base!


¡Antes de que comience el invierno!

GOZNO: Si no, nos queda la esperanza de volver a armar nuestro barril. Quizás
podamos quedarnos en este continente con nuestros parientes, sin congelarnos.

COMELON: Sin embargo tengo la pequeña sospecha de que siempre extrañaremos un


poco nuestro sol calientito de Ica.

PIRIPINA: (siempre optimista) ¡Muchachos, las cosas no están tan mal!


¡ Nos hemos enterado que en la Antártida no existen ni los microbios porque se mueren de
frío!

JUMBOL: ¡Por eso, felizmente, no nos ha dado gripe! ¡Y, Comelón, después de su
casi congelamiento, se siente bien y muy contento!

COMELON: (quitándose la vela que lo cubre, y brincando, un poco más alegre)


¡Nuestros amigos de la Isla Decepción, nos han contado muchas cosas! ¡Dicen que existen
valles secos donde no hay hielo, cerca de aquí!

GOZNO: (entusiasmado) ¡También lagos que no se congelan a pesar del frío!

COMELON: (asombrando a sus compañeros) ¡Y la barrera de hielo más grande de la


tierra! ¡De 800 km. de largo! ¡llamada Ross!

JUMBOL: ¡Y, seguramente, mil y una maravillas más!

TODOS: ¡Viva, Viva!

JUMBOL: (al público) Tanto Gozno, como Piripina y Comelón están tan felices
como yo de haber conocido el continente helado de nuestros antepasados, rincón del globo,
primitivo e intacto, que nos ofrece su experiencia y su enseñanza. Tenemos todavía
mucho que aprender. Sólo esperamos que el hombre no lo destruya.

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