Como Escuchar Una Predicacion

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Cómo escuchar una predicación

En ocasiones podemos salir del servicio de adoración sintiéndonos poco


edificados, pero el problema nunca está en la Palabra. Necesitamos ser
mejores oyentes.

2 Timoteo 3:16-17 Traducción en lenguaje actual (TLA)


16 
Todo lo que está escrito en la Biblia es el mensaje de Dios, y es útil para
enseñar a la gente, para ayudarla y corregirla, y para mostrarle cómo debe
vivir. 17 De ese modo, los servidores de Dios estarán completamente
entrenados y preparados para hacer el bien.

Si la Biblia es la Palabra de Dios, entonces nuestra actitud al escuchar un


mensaje es muy importante si queremos conocerle más y vivir para su gloria.
Debemos considerar con seriedad cómo escuchamos a Dios al leer y usar la
Biblia

2 Timoteo 2:15 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


15 
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no
tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

Necesitamos ser mejores oyentes

En ocasiones podemos salir del servicio de adoración sintiéndonos poco


edificados, pero el problema nunca está en la Palabra.  Y aunque los sermones
no bíblicos y los malos expositores son un problema real, lo cual no sucede en
nuestra congregación, y esto es por la gracia y el gran amor de Dios con su
iglesia.

Muchas veces el problema no está en el predicador. Si somos honestos,


cuando no somos edificados luego de ser expuestos a la Palabra, el problema
está en nosotros.

Cuanto más pienso en eso, y en las veces en que he fallado al cuidar cómo
escucho la Palabra, más entiendo que en muchas iglesias no solo necesitamos
mejores predicadores, sino que principalmente necesitamos ser mejores
oyentes.
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Por esto quiero compartir brevemente algunas exhortaciones bíblicas sobre


cómo escuchar una predicación.

Antes del mensaje:

1. Obedecer en humildad lo que has aprendido hasta ahora.

El autor de Hebreos explica que sus oyentes originales ya debían ser maestros
de la Palabra, pero al momento no podían recibir enseñanza sólida aunque la
escucharan, porque ellos hasta ese momento no habían puesto en práctica lo
que habían escuchado y aprendido.

Hebreos 5:14 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


14 
pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los
que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y
del mal.
Hebreos 5:14 Traducción en lenguaje actual (TLA)
14 
En cambio, los que sí saben distinguir entre lo bueno y lo malo, y están
acostumbrados a hacerlo, son como la gente adulta, que ya puede comer
alimentos sólidos.

Esa es la realidad de muchos de nosotros. Esto explica en muchos casos por


qué personas que se congregan para escuchar la Palabra durante años no
conocen tanto la Palabra como deberían hacerlo.

Además, en Santiago 1:21 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


21 
Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid
con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras
almas.

Somos llamados a escuchar la Palabra siguiendo la santidad y obedeciendo a


Dios, recibiéndola en humildad.

Si de lunes a sábado tenés tu mente enfocada en las cosas de este mundo en


vez de tener tu mirada puesta en Cristo en agradecimiento por el evangelio, y
desobedecés de manera consciente la Palabra (ya sea murmurando,
quejándote, despreciando la oración, mintiendo, y un largo etcétera), eso
contribuye a que el domingo la semilla de la Palabra no encuentre una tierra
en tu corazón dispuesta realmente a recibirla.
3

Si en verdad buscamos recibir palabra de Dios, debemos acercarnos al Señor


en arrepentimiento y fe, buscando obedecerle con fidelidad y la esperanza es
que las misericordias de Dios son nuevas cada mañana.

2. Orar a Dios por todo el servicio de adoración.

Muchas veces la razón por la que no escuchamos la voz de Dios a través de la


Palabra predicada es porque simplemente no le hemos pedido a Dios que obre
eso.

Al Señor le ha placido no darnos algunas cosas al menos que las pidamos a Él


en humildad. Nuestros corazones pecadores se inclinan a creer que las cosas
buenas que obtenemos se deben a nuestros esfuerzos o la bondad en
nosotros, cuando en realidad todo lo bueno que recibimos (incluyendo el amor
por la Palabra de Dios y la comprensión de ella) viene a nosotros totalmente
por gracia. ¡No minimices la oración!

Por eso, orá por tu pastor, por cada predicador y mensaje que traen a la
congregación, por la iglesia, y por tu corazón. Y no solo por lo que pasará
durante la predicación, sino también en el resto del servicio mientras Dios obra
en su pueblo congregado para adorarle y escuchar.

3. Preparar tu cuerpo físicamente.

Hablando con muchos hermanos, me he dado cuenta que a veces la razón


sencilla por la cual una predicación resulta aburrida o poco edificante, es
porque pretendemos escucharlo sin haber dormido bien o comimos
demasiado.

Confieso que esto también lo sé por experiencia. Es importante prepararnos


bien para escuchar la Palabra. De otro modo, ¡puede que nos suceda como a
Eutico! (Hch. 20:9)1.

Si buscamos estar físicamente preparados para eventos importantes, como un


examen en la universidad o una reunión familiar especial, ¿por qué no buscarlo
también para escuchar la Palabra de Dios?
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Durante el mensaje:

1. Esfuérzate por eliminar las distracciones.

Parece que para muchos esto no es obvio, y por eso tenemos a gente que
asiste a sus congregaciones y de alguna manera esperan ser transformados por
la Palabra, mientras mantienen sus ojos en sus teléfonos y están atentos a las
notificaciones que reciben. Es trágico tener ante nosotros la Palabra de Dios
siendo expuesta mientras estamos distraídos con otras cosas.

Es verdad que algunas distracciones son inevitables los chicos dando vueltas,
jugando, como también si hay problemas de sonido o dificultades de calor o
frío). Pero si queremos ser edificados, debemos esforzarnos por eliminarlas.

2. Enfócate en las implicaciones del mensaje para tu vida.

A veces, al oír una predicación, pensamos cosas como: “esto es algo que
fulanita debería escuchar”, o “menos mal que fulanito está escuchando este
mensaje, porque necesita ser muy confrontado en lo que el predicador está
hablando”.
Esa actitud nos distrae de lo que el mensaje nos dice a nosotros.

3. Examinar todo lo que escuches.

Vivimos en una época en la que muchas iglesias han olvidado la importancia de


tener discernimiento y examinar todo lo que escucha a la luz de la Palabra de
Dios. Necesitamos ser como los bereanos.

Hechos 17:10-11 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


Pablo y Silas en Berea
10 
Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta
Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos.
11 
Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron
la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si
estas cosas eran así.

Debemos cuidarnos de las falsas enseñanzas, incluso aunque sean predicadas


con honestidad.
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Después del mensaje:

1. Ora.
¿Recuerdan lo que dije antes acerca de que Dios muchas veces no nos da cosas
a menos que la pidamos a Él? Lo mismo aplica luego de escuchar una
predicación.

Agradecé a Dios por su Palabra, adórale por su grandeza, y clamá porque te


conceda vivir conforme a lo que acabas de escuchar. Sin la oración no
recibiremos el gozo que nos brinda Cristo y que nos transforma.

Juan 16:24 Reina-Valera 1960 (RVR1960)


24 
Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, y recibiréis, para que
vuestro gozo sea cumplido.

2. Obedecer
Ahora que terminaste de escuchar un mensaje, sabes un poco más de la
Palabra de Dios que antes, y por tanto eres más responsable de obedecer a ella
en agradecimiento a Dios por el glorioso evangelio de Cristo.

Nada puede endurecer más nuestros corazones que salir de la predicación de


la Palabra y no estar dispuestos seriamente a vivir conforme a lo que
escuchamos. Por eso dice en Santiago 1:22 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
22 
Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos.

3. Mostrar gracia hacia el predicador.


Si sos escuchar a buenos predicadores en Internet o estás formándote como
predicador, es posible que te veas tentado a ser hipercrítico con el predicador
durante y luego del mensaje, y pienses cosas como “esa ilustración no fue tan
buena”, “la predicación estuvo mal organizada”, etc.
Eso incluso puede llenarte de frustración luego de la predicación y desviar tu
atención de lo que Dios habló a su iglesia a través de su Palabra.

Es mi oración que el Señor nos conceda siempre escuchar su Palabra con la


actitud correcta. Y si hemos fallado en hacer eso, reconozcamos nuestra falta y
acudamos a Cristo: En Él hay más gracia que pecado en nosotros.

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