Ingenieria Ambiental
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5 deforestación
En el listado de la velocidad o ritmo en la deforestación a nivel
mundial, México ocupa la quinta posición, perdiendo unas
500.000 hectáreas de selvas y bosques cada año a consecuencia
de la construcción de viviendas, núcleos urbanos, fábricas e
industrias o zonas de cultivo.
La deforestación, a su vez, acarrea otros problemas ambientales
como es la erosión del suelo o la pérdida del ecosistema en su
totalidad, dado que la eliminación de las especies vegetales
características de los bosques tropicales supone la pérdida y
modificación del hábitat de otras muchas especies animales
6. MANERAS DE DETENER LA DEFORESTACIÓN
Eliminar subsidios a formas de agricultura que dañan los
bosques
Gobiernos alrededor del mundo coinciden en la urgencia de
frenar la deforestación pero, a la par, incentivan su
rentabilidad. Lo anterior mediante subsidios y otros apoyos
a actividades agrícolas que implicarán la tala de áreas
boscosas.
Hablar sobre las causas de la deforestación
Poner en la mesa de discusión las causas, y posibles
soluciones, ante la deforestación, tanto a nivel global como
según las particularidades de cada región es
Demostrar que la conservación de los bosques y el
desarrollo económico no son excluyentes
Presionar a las grandes compañías para adoptar cadenas
sustentables de suministro
La presión de los consumidores, junto con la elaboración de
políticas públicas, podría ayudar a que las grandes
empresas y productores monitoreen de cerca su proceso de
suministro y garanticen la sustentabilidad en la extracción
de cada insumo o recurso que provenga de los bosques.
Ofrecer incentivos (y vigilar su aplicación)
Otorgar estímulos financieros a ciudades para aplicarlos en
programas de protección y reforestación, es una medida
que Per Pharo considera apropiada. Sin embargo, enfatiza
en la necesidad de monitorear el ejercicio de estos recursos
para garantizar que este modelo arroje mejores resultados
9. Pérdida de biodiversidad
Este problema ambiental es una consecuencia de los anteriores,
la contaminación del aire, del agua y la deforestación han dado
lugar a la pérdida o modificación del hábitat de muchas especies,
algunas de las cuales consiguen adaptarse, mientras que otras
apenas son capaces de sobrevivir encontrándose a día de hoy en
peligro de extinción. Algunos ejemplos son:
El Jaguar: es un animal característico de los bosques
tropicales de México, siendo un símbolo importante en la
cultura mexicana. No obstante, a pesar de su
consideración y admiración, únicamente se conservan unos
4.000 ejemplares en el país.
Teporingo: es un conejo de pequeño tamaño, localizándose
en zonas altas donde abundan los bosques. Sin embargo,
debido a la deforestación su especie ha menguado de
forma considerable en los últimos años.
Vaquita marina: es el cetáceo más pequeño del mundo y no
solo se encuentra en peligro de extinción en el país de
México, sino que, también lo es a nivel mundial, existiendo
apenas unos 50 ejemplares.
Ajolote: es un anfibio endémico del complejo lacustre del
valle de México siendo muy influyente en la cultura
mexicana. Es un animal muy peculiar debido a que
conserva rasgos juveniles en su etapa adulta a causa de
un ritmo de desarrollo muy lento. Se encuentra en un
estado crítico en su conservación debido a la
contaminación de las aguas.
Armadillo de cola desnuda: únicamente se encuentra en los
bosques del este de Chiapas y se corre riesgo de
extinguirse, por la deforestación y por el absurdo hecho de
que los habitantes de la zona le consideran un animal
dañino o perjudicial por lo que, cuando se topan con él,
simplemente lo matan.
Tapir: es un mamífero similar a un jabalí, que se encuentra
en peligro de extinción debido, principalmente a la
deforestación de su hábitat, siendo incapaz de desplazarse
debido a sus características anatómicas en cuanto a
agilidad y peso, extiendo en la actualidad unos 1500
ejemplares.
Algunas otras especies que se encuentran en peligro de extinción
a causa de los problemas ambientales en México son el ocelote,
el trigrillo, el perrito de la pradera, el colibrí croqueta de Guerrero,
la tamandúa mexicana, el manatí de las Antillas, el mono araña,
el guacamayo rojo, el águila real, la tortuga caguama y el lobo
gris mexicano
El primer paso para cuidar la biodiversidad, al igual que con todo,
es conocerla. No es algo ajeno o lejano a nosotros, sino todo lo
contrario: es esencial para que haya vida en el planeta. Con la
pérdida de biodiversidad, perdemos en nuestra vida diaria:
perdemos alimentos y agua de calidad, todo tipo de productos
provenientes de la naturaleza, medicinas, la capacidad de reducir
la contaminación. Al perder biodiversidad nuestra economía y
nuestra salud pierden también.
La biodiversidad tiene varios enemigos; uno de ellos es el
contrabando de especies exóticas, un negocio ilegal que no ha
parado de crecer en los últimos años. El crimen organizado para
perpetrar delitos contra el medio ambiente es el cuarto negocio
ilegal más lucrativo, tras el tráfico de drogas, la falsificación de
productos y el tráfico de personas, según Naciones Unidas e
Interpol. Sus ganancias se estiman entre 91.000 y 258.000
millones de dólares anuales, a un ritmo de crecimiento del 5% al
7%, también anual. El primer paso para hacerle frente es no
adquirir especies exóticas o llevárselas de sus lugares de origen.
No son mascotas, ni souvenirs, ni juguetes. Y mucho menos
abandonarlas, porque con ello también se contribuye a aumentar
otro de los grandes enemigos de la biodiversidad: las especies
invasoras.