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Definición
Los marcadores discursivos no forman una clase sintáctica de palabras,
en el sentido en que lo son las clases verbo, conjunción o adverbio, ya
que constituyen un grupo establecido con criterios textuales. La mayor
parte de los conectores discursivos son adverbios (encima, además),
pero algunos son conjunciones coordinantes o subordinantes,
preposiciones, como sobre en El arbitrio de mendigar nuevos recu sos,
sobre ser indecoroso, será ineficaz (Olmedo, Epistolario), interjecciones
como claro, bueno, por fin, o bien locuciones formadas con todas estas
clases de palabras (sin embargo, por si fuera poco). Muchos
marcadores discursivos eran analizados como conjunciones en la
tradición gramatical. Se mezclaban o se confundían de esta forma los
elementos de un paradigma sintáctico (conjunción, adverbio, etc.) con
unidades establecidas a partir de criterios discursivos o textuales.
En efecto, las conjunciones no aparecen en posición final de oración o
de período, ni suelen ir seguidas de pausa en posición preoracional, a
diferencia de lo que resulta normal con muchos conectores discursivos
adverbiales. Se obtienen de esta manera contrastes como el que se da
entre Así pues, la reacción resultó totalmente inesperada (con conector
discursivo adverbial) y *Puesto que, la reacción resultó inesperada (con
conjunción subordinante).
Tampoco se combinan entre sí las conjunciones coordinantes en un
mismo segmento sintáctico. Si no obstante fuera conjunción, resultarían
anómalas secuencias como pero, no obstante, a diferencia de lo que
sucede. Por otra parte, mientras que las conjunciones pueden
determinar las propiedades formales de las oraciones que introducen,
como el modo o el tiempo verbal, los conectores discursivos no suelen
poseer esa capacidad. Desde el punto de vista formal, los conectores
se caracterizan por su relativa independencia fónica y sintáctica
respecto de la oración.
Suelen formar grupo entonativo propio, precedidos o seguidos de
pausa. Cuando se usan como incisos o como expresiones parentéticas,
pueden separar el sujeto del predicado (La exp riencia del viaje, con
todo, resultó muy positiva) o los componentes del grupo verbal (La
experiencia del viaje resultó, con todo, muy positiva), pero no suelen
separar los componentes de un grupo nominal (*La experiencia, con
todo, del viaje resultó muy positiva). Por otra parte, algunos de los
conectores, como a saber, a propósito, así las cosas, es decir, es más,
esto es o pues bien, no aparecen en posición final de oración, a
diferencia de otros, como desde luego, dicho sea de paso, más bien o
por cierto. La mayor parte de los adverbios y locuciones adverbiales
que se usan como conectores discursivos orientan la manera en que la
e
r
oración o el fragmento oracional sobre el que inciden han de ser
interpretados en relación con el contexto precedente o con las
inferencias que de él se obtienen. Así, consiguientemente presenta la
información que introduce como consecuencia de la que aporta el
segmento que lo precede: El tiro era, así, más corto, el blanco más
reposado y, consiguientemente, la pieza resultaba más segura (Delibes,
Camino), pero sus propiedades sintácticas son las de un adverbio, no
las de una conjunción. La independencia entonativa y la relativa libertad
posicional acercan los adverbios conectores a los adverbios
oracionales, como sinceramente: Sinceramente, eso no me gusta; Eso,
sinceramente, no me gusta o Eso no me gusta, sinceramente.
Ni unos ni otros son focos de la negación o de otros operadores. Sin
embargo, mientras que los adverbios oracionales informan sobre
aspectos relativos a la oración misma, o a la actitud del hablante en
relación con ella, los conectores discursivos adverbiales la relacionan
con el discurso en el que está inserta atendiendo especialmente a la
línea argumentativa que el hablante desea seguir.
Los marcadores discursivos constituyen un conjunto heterogéneo
integrado por unidades que en la sintaxis oracional funcionan como
conjunciones (y, pero, pues...), adverbios (encima, entonces...),
interjecciones (ah, eh, caramba...), formas apelativas de base nominal
(hombre/mujer) o verbal (mira, oye, vale), etc.
La enseñanza-aprendizaje de los marcadores discursivos plantea
muchos problemas entre los que destacamos los dos siguientes:
1. Su polifuncionalidad. Como ha sido repetidamente señalado, el
contenido "instruccional" de los elementos de que nos ocupamos,
aunque creemos que remite a un significado fundamental, "se ve
matizado frecuentemente según diversos factores que operan en el
contexto, lo que se refleja, a menudo, por medio de los rasgos
suprasegmentales (la entonación de las partículas discursivas); así, por
ejemplo, podemos decir un bueno de aceptación entusiasta (A: ¿Vienes
a merendar? / B: ¡Bueno! ¡Encantada! o un bueno de condescendencia
resignada (A: ¿Vienes a merendar? / B: Bueenoo... (Martín Zorraquino,
2005: 54).
2. La no existencia de equivalentes perfectos entre los marcad res de
las distintas lenguas. Por ejemplo, el pues español puede equ valer en
francés a car (pues, conjunción causal -Reza, pues solo Dios puede
perdonarte-) , a done (pues, adverbio conjuntivo de consecuencia
-Quédate, pues, con él-), a eh bien, eh ben, ben (pues remático o
introductor de información nueva -A: ¿Quién? / B: Pues él... él-) , a heu /
euh (pues remático vacilante -Pues..., no sé-) o a ningún signo (vid.
Martín Zorraquino, 2005: 58).
i
o
e
e
3. Las conjunciones como marcadores
del discurso
• Y
El valor general de y es marcar la continuidad de la enunciación. Es el
valor que aparece claramente en el ejemplo siguiente:
Nos fuimos a merendar, y luego al cine, y había mucha gente, y todos
querían entrar, y yo, como soy pequeño, no veía nada, y creía que me
iban a aplastar, y, entonces, mí papá me cogió en brazos, y así pude
entrar al cine, y ver la película.
Y enlaza elementos de cuya unión surgen matices adversativos,
causales, consecutivos, temporales, etc.:
Trabajamos de noche, y no tuvimos sueño. (Trabajamos de noche, pero
no tuvimos sueño)
He vivido muchos años, y sé más que tú. (He vivido muchos años, por
lo tanto, sé más que tú)
Se saludaron, y se dieron la mano. (Cuando se saludaron, se dieron la
mano)
Y encabeza una expresión de modo que, aparentemente, no enlaza
esta con nada, por lo que se puede suponer que el enlace se realiza
mentalmente con algo pensado o dicho antes, bien sea
por el propio locutor o por otra persona:
Y ¿qué desea usted?
Y ¿qué ha sido de María?
• Pues
Al igual que y, pues, en su uso como elemento de cohesión, tiene un
valor continuativo.
En cuanto a la estructura informativa, y marca simplemente la con-
tinuación de la enunciación, sin destacar ninguna de las partes que une.
En cambio, pues es utilizado por el emisor para continuar el discurso
ll mando la atención sobre lo remático del mismo, la información nueva,
de modo que, mediante pues, el hablante indica lo que desea decir res-
pecto del elemento o elementos que preceden a pues y que aparecen
como tema ( ya conocido):
L1 -¿Por qué dices castellano y no español? ¿O lo has dicho sin
pensar?
L2 -No, porque castellano, pues viene de la lengua que se hablaba en
Castilla.
L1 -En Pedrola, pues era la gente... pues más agradable.
L2 -Pero en la práctica, pues no ocurre así.
Este valor de pues explica que, frecuentemente, forme parte de la
respuesta a una pregunta:
a
• Sí
Predomina un sentido de réplica:
L1 -¿Cuándo te vas?
L2 - Pero si no me voy.
L1 - Ponte aquí, que estarás más cómoda.
L2 - Si nos vamos enseguida.
L1 -He quedado con María para ir esta tarde al cine.
L2 -Pero si decías que íbamos a ir al cine nosotros solos.
• Ni
Equivale a y no:
Equivale a ni siquiera:
• Conque
Desarrolla inferencias de los enunciados o situaciones anteriores:
L1 -Tengo sueño
L2 -Naturalmente, esta noche solo has dormido cuatro horas.
L1 -¿Quieres té o café?
L2 -Por supuesto, té. Ya sabes que el café no me gusta.
L1 -¿Vas a ir a la romería con el frío que hace?
L2 -Por supuesto que sÍ. No he dejado de ir en veinte años.
Por supuesto que lo tengo que terminar hoy. El jefe me ha dicho que si
no lo tengo preparado me despide.
L1 -Baja la basura.
L2 -Bueno.
Lo mismo sucede con bien, que se usa con frecuencia para marcar el
inicio o la conclusión de un diálogo:
L1 -¿Vamos al cine?
L2 -Bien, bien, muy bien.
L1 -¿Vamos al cine?
L2 -Vale.
2. LA EXPRESIÓN DE LA RELACIÓN
CON EL INTERLOCUTOR
• Vamos: solicita la ratificación del interlocutor.
Este coche es muy caro, vamos, que no lo podemos comprar.
Refuerza y focaliza el argumento expresado:
Estoy harto, vamos que no aguanto más.
(Expresa protesta)
¿Cómo va a ganar eso? Vamos, anda.
(Indica falta de acuerdo)
• Venga
Funciona como interjección y como marcador discursivo, incitando a
hacer algo:
• Oye, oiga
O un deseo:
A ver si quedamos para el miércoles.
A ver si voy al gimnasio el año que viene.
Tiene también valor final:
Díselo, a ver si se desengaña. (Díselo para que se desengañe)
Le he hecho al profesor cinco trabajos. A ver si así me aprueba. (Le he
hecho al profesor cinco trabjios para que me apruebe)
A ver indica actitud de espera en lo que respecta al resultado o al
desarrollo de algo:
L1 -Entonces ya está todo resuelto.
L2 -A ver...
L1 -Me he comprado un vestido.
L2 -A ver. / A ver el vestido. / A ver qué bonito es.
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