Vigilia de Pentecostés 1
Vigilia de Pentecostés 1
Vigilia de Pentecostés 1
Procesión de Entrada: El Orden para la procesión es: Incienso y Naveta + Cruz + Ministros
+ Presidente.
RITOS INICIALES
Hermanos:
Para celebrar dignamente estos sagrados misterios,
reconozcamos nuestros pecados.
P. Tú que eres el sumo sacerdote de la nueva alianza:
Señor, ten piedad.
A. Señor, ten piedad.
P. Tú que nos edificas como piedras vivas en el templo santo de Dios:
Cristo, ten piedad.
A. Cristo, ten piedad.
P. Tú que has ascendido a la derecha del Padre para enviarnos el don del
Espíritu:
Señor, ten piedad.
A. Señor, ten piedad.
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
A. Amén.
Si en la Vigilia no hay bautizos, puede hacerse el rito de la bendición y aspersión del
agua bendita:
Hermanos:
Hemos empezado ya la Vigilia de Pentecostés, imitando a los apóstoles
que junto a María la madre de Jesús, se dedicaban a la oración y
esperaban el Espíritu prometido por el Señor.
Escuchemos ahora, con atención y reposadamente, la palabra de Dios
meditando en los prodigios que Dios realizó en favor de su pueblo y
pidamos que el Espíritu Santo, que el Padre envió como primicia para los
creyentes, lleve a plenitud su obra en el mundo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Primera Lectura
Monición
Lectura: Gen 11, 1-9
Canto: “Himno de la Ascensión”. O bien: Sal 32: Exultad justos en el Señor.
P. Oremos.
Dios todopoderoso, haz que tu Iglesia congregada
en la unión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo,
sea siempre una sola familia, que manifieste al mundo
el misterio de tu unidad y de tu santidad,
y pueda así la humanidad ser atraída
hacia la perfección de tu amor.
Por Jesucristo nuestro Señor.
A. Amén.
Segunda Lectura
Monición
Lectura: Ex. 19, 3-8.16-20
Canto: “Shemá Israel”. O bien: Sal 102: Bendice alma mía a Yahveh.
P. Oremos.
Oh Dios, que en el Monte Sinaí, en medio del resplandor del fuego,
diste a Moisés la ley antigua, y que en el día de hoy,
con el fuego del Espíritu Santo, manifestaste la nueva Alianza;
haz que nuestros corazones ardan en aquel Espíritu que infundiste
de modo admirable en los apóstoles,
y que el nuevo Israel, reunido de entre todos los pueblos,
reciba con alegría el mandamiento eterno de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
A. Amén.
Tercera Lectura
Monición
Lectura: Ez. 37, 1-14
Canto: “Resucitó”.
P. Oremos.
Oh Dios, que por tu palabra de vida
nos has engendrado para una vida nueva;
derrama sobre nosotros tu Espíritu Santo,
para que, viviendo unidos en una misma fe,
lleguemos, por la resurrección,
a la gloria de una vida incorruptible.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
A. Amén.
Cuarta Lectura
Monición
Lectura: Jl. 3,1-5
Canto: “Madre, madre ciudad de Dios”. O bien: “Bendice alma mía al Señor”
.O bien: “Bendeciré al Señor”
P. Oremos.
Escucha, Oh Dios, a tu Iglesia
unida en oración en esta santa vigilia,
en espera de la Pascua eterna;
envía sobre ella tu Espíritu,
para que ilumines la mente de los fieles,
y que todos los renacidos en el bautismo
seamos en el mundo testigos y profetas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
A. Amén.
En este momento, el presidente puede, si lo considera oportuno, invitar a la asamblea
a dar el eco de la Palabra y después hacer una breve homilía
Quinta Lectura
Monición
Lectura: Hch. 2,1-11
Canto: “Pentecostés: Si sientes un soplo del cielo”.
P. Oremos.
Oh Dios, que por obra del Espíritu Santo
revelas al hombre tu presencia y tu potencia;
haz que en el tiempo santo de la Iglesia,
nosotros te reconozcamos a ti como Padre
y te alabemos en nombre de todas tus criaturas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
A. Amén.
A continuación la asamblea entona el canto del GLORIA
Gloria
Concluido el canto del GLORIA, el presidente dice la Oración Colecta
Oración Colecta
P. Oremos:
Dios eterno y todopoderoso,
que quisiste consumar el misterio
de la muerte, resurrección y ascensión de tu Hijo,
con la venida del Espíritu Santo;
renueva el prodigio de Pentecostés
y haz que todos los pueblos de la tierra
superen con tu amor sus diferencias
y te reconozcan como Padre.
Por nuestro Señor Jesucristo.
A. Amén.
Sexta Lectura
Monición
Lectura: Rm. 8, 22-27
O,
Monición
Lectura: 1 Co 12, 3-7. 12-13
Canto: Secuencia de Pentecostés
Evangelio
Monición
La asamblea, puesta de pie, entona el canto del ALELUYA
Mientras, el diácono o el presbítero, lleva solemnemente el libro de los evangelios hasta el ambón.
Aclamación: Aleluya
Lectura:
Ciclo A: Jn 20, 19-23 - Ciclo B: Jn 15, 26-27; 16, 12-15 - Ciclo C: Jn 14, 15-16. 23b-26
El presidente invita a la asamblea al eco de la palabra.
Homilía
Rito de la Paz
LITURGIA EUCARÍSTICA
Oremos.
Que tu Espíritu santificador
descienda, Señor, sobre estos dones
e inunde de amor a tu Iglesia
para que ésta pueda ser, en medio del mundo,
tu signo y tu instrumento de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R. Amén.
Porque tú,
para llevar a su plenitud el misterio pascual,
has enviado hoy al Espíritu Santo
sobre aquellos a quienes adoptaste como hijos
al injertarlos en Cristo, tu Unigénito.
Este mismo Espíritu fue quien,
al nacer la Iglesia,
reveló a todos los pueblos
el misterio de Dios
y unió la diversidad de las lenguas
en la confesión de una misma fe.
Por eso,
Con esta efusión de gozo pascual
el mundo entero se desborda de alegría
y también los coros celestiales,
los ángeles y los arcángeles,
cantan sin cesar el himno de tu gloria.
C1 Acuérdate, Señor,
de tu Iglesia extendida por toda la tierra;
y reunida aquí en el día en que la efusión
de tu Espíritu ha hecho de ella
sacramento de unidad para todos los pueblos;
y con el Papa N.,
con nuestro Obispo N.
y todos los pastores que cuidan de tu pueblo,
llévala a su perfección por la caridad.
RITO DE LA COMUNION
Padre Nuestro
R. Amén.
Oración Conclusiva
Oremos.
Que el sacramento que hemos recibido,
nos comunique, Señor,
el fuego del Espíritu Santo
que infundiste a tus Apóstoles el día de Pentecostés.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R. Amén.
Nota: Antes de la Bendición Solemne, utilizar el rito para apagar el Cirio (Apéndice 2).
RITO DE CONCLUSION
Bendición Solemne.
C. Que Dios, Padre de las luces,
que en este día iluminó la mente de los discípulos con la luz del
Espíritu Santo,
los alegre con su bendición y los llene siempre con los dones de
su Espíritu.
R. Amén.
C. Que el mismo Espíritu que unió todas las lenguas en una sola
confesión de fe, les conceda perseverar en ella y llegar, así, a
ver plenamente lo que ahora esperáis.
R. Amén.
Pueden ir en paz.
Apéndice 1
RITO DE ACOGIDA
Padres: N.., N.
¿Qué piden a la Iglesia de Dios para N.?
Todos: El Bautismo.
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno., que has enviado tu Hijo al
mundo, para librarnos del dominio de Satanás, espíritu del
mal, y llevarnos así, arrancados de las tinieblas, al Reino de tu
luz admirable; te pedimos que este niño(a), lavado del
pecado original, sea templo tuyo, y que el Espíritu Santo
habite en él. Por Cristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
Para que el poder de Cristo Salvador lo(a) fortalezca, lo(a)
ungimos con éste óleo de salvación en el nombre del mismo
Jesucristo, Señor nuestro, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
Todos: Amén.
LETANIAS
Que tu eficacia,
Dios todopoderoso y eterno,
se manifieste en estos sacramentos,
obra de tu amor.
Que el espíritu de adopción
descienda sobre los nuevos hijos
que van a nacer de la fuente bautismal.
Que tu poder dé eficacia
a la acción de tu ministro.
Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
El sacerdote, con los ministros, se dirige a la fuente bautismal.
¡Oh Dios!
que por medio de los signos sacramentales
tú obras con invisible potencia
las maravillas de la Salvación.
De muchos modos,
a través de los tiempos
has preparado el agua, tu criatura,
para que fuese signo del Bautismo.
Desde los orígenes tu Espíritu
aleteaba sobre las aguas,
para que contuviesen la fuerza de santificar.
Y también, en el diluvio
has prefigurado el Bautismo,
para que hoy como ayer
el agua señalase el fin del pecado
y el inicio de la Vida Nueva.
Tú has liberado de la esclavitud
a los hijos de Abraham,
haciéndoles pasar ilesos el Mar Rojo,
para que fuesen la imagen del futuro pueblo
de bautizados.
Por fin, en la plenitud de los tiempos,
tu Hijo, bautizado en el agua del Jordán,
fue consagrado por el Espíritu Santo.
Levantado en la Cruz
de su costado salió
sangre y agua. (Bis A)
Y después de su resurrección
ordenó a sus discípulos:
"Id y anunciad el Evangelio
a todos los pueblos,
bautizándolos en el nombre del Padre,
y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Bis A)
Ahora, ahora Padre,
mira con amor a tu Iglesia,
y haz brotar para ella
la fuente del Bautismo.
Infunde en este agua,
por obra del Espíritu Santo,
la Gracia de tu Único Hijo.
Para que por el Sacramento del Bautismo
el hombre hecho a tu imagen
sea lavado de todos sus pecados
y, del agua del Espíritu Santo,
renazca como nueva criatura.
Mete, si lo cree oportuno, el cirio pascual en el agua una o tres veces.
Descienda Padre,
en este agua, por obra de tu Hijo,
la potencia del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
BAUTISMOS
EFFETÁ
Tocando con el dedo pulgar los oídos y la boca de cada uno de los niños, dice:
El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los mudos,
te conceda, a su tiempo, escuchar su Palabra y proclamar la
fe, para alabanza y gloria de Dios Padre.
Todos: Amén.
ASPERSIÓN
El sacerdote asperja al pueblo con agua bendita, mientras todos cantan: ‘Estribillos
de la Bendición del Agua.
Apéndice 2
Después de la postcomunión
Hermanos y hermanas en la noche en la que dio vida e inicio el feliz tiempo Pascual,
hace ya cincuenta días, en el momento de encender este cirio pascual, nosotros
aclamamos a Cristo como nuestra luz. La luz del cirio pascual nos ha acompañado en
estos cincuenta días y ha servido para que recordáramos la gran realidad del misterio
Pascual.
Hoy, el día de Pentecostés, para cerrar el tiempo de Pascua, apagaremos el cirio. Ahora,
somos nosotros esta luz de Cristo, quienes, amaestrados por el Resucitado, nos hemos
llenado del fuego y de los dones del Espíritu Santo. Vivamos ahora de esta "Luz de
Cristo", y como testigos suyos, irradiemos esta luz entre los hermanos, para que
conducidos por el Espíritu, sigamos nuestro éxodo hacia el cielo, esa "tierra prometida"
y definitiva.
Ahora vamos a ver, en el curso del año litúrgico, brillar la luz del cirio pascual, sobre todo
en dos momentos importantes del camino de la Iglesia: En la primera Pascua que sus
hijos vivirán con la recepción del bautismo, y en la última Pascua, cuando, la muerte,
nos introducirá en la vida verdadera. Pidamos al Espíritu Santo que su luz ilumine a los
nuevos bautizados y que aquellos que pasaran a la patria del Padre puedan
experimenten la alegría de la comunión trinitaria.
Oración
Bendito seas Padre,
fuente y origen de toda luz.
Al contemplar las lumbreras del firmamento,
por medio de las cuales estableciste
la sucesión de las noches y los días,
te alabamos gozosos,
y recordamos tus prodigios en favor de tus elegidos.
Para liberar a tu pueblo de la esclavitud de Egipto,
lo guiaste a través del desierto
por medio de una columna de fuego y nube,
dándole luego posesión de la tierra prometida.
R. Amén.