Isekai de Finde Caps2
Isekai de Finde Caps2
Isekai de Finde Caps2
Todo estaba muy oscuro, te costaba distinguir algo a tu alrededor, lo único que podías ver era
unas luces a lo lejos.
- Ir a la vida, hacia esas luces o morirse congelado.- Pensaste.- Como que no hay muchas
opciones.
Te levantaste del congelado suelo, buscaste un palo largo para poder usarlo como bastón guía.
Lo último que querías era caerte por alguna quebrada. No tuviste que buscar muy lejos, pues
junto a ti, había un palo. AL recogerlo, viste 2 libro de dibujo. El viejo y el que acaba as de
comprar. ¿Habrán viajado contigo?
El caminar se te estaba haciendo eterno, a cada rato tropezabas con alguna roca invisible o te
hundías en algún hoyo. Lo único que te daba fuerzas de seguir andando eran esas luces a la
distancia. Por cada paso que dabas, las luces se habían más grande, al parecer no estaban tan
lejos como parecían. Por el camino, tuviste mucho tiempo para pensar y formular teorías sobre
tu situación actual. De las cuales, la más convincente hasta ese momento era que habías
viajado a otro mundo, el cómo aún estaba en debate. Otra posible opción era la idea de haber
reencarnado en otro mundo. Lo único certero, era que ese no era tu mundo, sólo bastaba con
mirar al cielo, y darse cuenta de que había una luna de más en el cielo.
Después de muchas caídas y tropiezos, llegaste a lo que parecía la falda de la montaña. Las
luces se encontraban a unos cientos de metros de distancia. Definitivamente era un pueblo.
Aún con ese gran muro, se dejaba ver algunas casas enormes y uno que otro edificio… o eso
parecía en la oscuridad Eran unas estructuras con luces en lo que debían ser ventanas.
- Ahora es cuando me gustaría tener un mapa con radar de enemigos, como en los
videojuegos.
- Instalando mapa.- Dijo una voz en tu cabeza.- Instalando radar
Al apoyar las manos para levantarte, pudiste notar una brújula en la palma de tu mano
izquierda, de aspecto holográfico, en el cual, indicaban tres puntos rojos que venían del este, y
que estaban empezando a rodearte, poco a poco. De la otra palma, se mostraba una pantalla
con un mapa, podía agrandarse y achicarse del mismo modo que el “touch” del smartphone.
Si de verdad estabas en una especie de videojuego, deberías tener alguna especie de itembox,
pensaste, ahí deberías tener alguna clase de arma. Solo debías encontrar las palabras claves
para activarla.
Unas bestias aparecieron de entre los árboles, exactamente donde indicaba la dichosa brújula.
Tenían aspecto de lobos, con un pelaje marrón con algunos puntos amarillos, unos dientes que
se veían muy filosos y un par de ojos rojos que penetraban el alma.
Levantaste el debilucho palo que habías estado usando como guía. Era la única arma que
tenías a tu disposición para tu primera pelea en aquel nuevo mundo.
Una de las bestias de acercó a gran velocidad, dando un gran salto hacia ti. Lo esquivaste de
pura suerte. Le diste un gran palazo en el hocico de la bestia. El palo se rompió. Por alguna
razón tenías fe de que resistiría un poco más el maldito palo.
La bestia cayó y no se volvió a levantar. Rápidamente miraste la brújula, ahora sólo marcaba 2
puntos rojos. Las otras dos bestias retrocedieron, dieron la vuelta y se echaron al pollo.
Con mucho cuidado te acercaste a la bestia, no tenía sentido que muriese solo con un golpe de
aquel debilucho palo.
- ¿Qué es esto?
- ¿Una flecha? Eso quiere decir que… alguien está cerca…. Pero… ¿Serán amigos o
enemigos?
Te estabas acercando un poco más a la bestia, cuando otra flecha apareció, rozando tu rostro,
Al mismo tiempo que la flecha rozó tu cara, la otra, incrustada en el ojo de la bestia,
explosionó. La onda expansiva te arrojó al suelo, de espalda, mientras el calor de ésta derritió
toda la nieve que llevabas encima. De mismo modo, unos segundos después, la flecha que te
había rozado el rostro terminó con otra explosión, mandándote a volar hacia delante.
No pasó mucho tiempo hasta que apareciera el autor de los disparos. Un tipo con un arco
verde, con otra flecha ya lista para lanzarla hacia ti. Podías distinguir, entre la oscuridad, que
era una persona delgada, posiblemente un poco más grande que tú, cabello largo y, lo más
distintivo, unas orejas largas y puntiagudas. Lo primero que se te había venido a la mente era
que se trataba de un elfo.
Lo único que entendiste de eso es que se trataba de una mujer… o un tipo con una voz muy
aguda.
Un pequeño dolor de cabeza indicaba que habías adquirido una nueva habilidad.
No te habías dado cuenta antes, pero esa chica no era la única en el lugar. Recibiste un
golpe en la cabeza y caíste inconsciente al frío suelo.
Una vez que tus ojos se acostumbraron a la oscuridad, te apoyaste en una pared. Se te había
espantado el sueño, así que aprovechaste de estudiar la situación y aquel mapa que habías
invocado. Según el mapa, estabas en una ciudad llamada Hellan. No era como creíste que sería
una cuidad típica élfica, pues aquí había casas, edificios, calles y plazas. ¿Dónde estaban las
casas en grandes árboles llenos de puentes de madera? La cuidad no se veía (en el mapa) tan
diferente como una ciudad cualquiera de tu mundo.
- Me siento estafado.
Al ver el mapa más detenidamente, notaste que había un botón al lado izquierdo, fuera del
borde del mapa. Al presionarlo, se abrió una pantalla más grande, en donde mostraba una
especie de menú principal. Además del mapa, habían otros botones, de las que te llamó la
atención de inmediato fue la de perfil. Al presionarlo, apareció toda tu información, estatura,
peso, HP, MP, entre otros datos. No les prestaste atención, pues te quedaste pegado en la
sección de habilidades.
Habilidades:
Tus ojos se estaban acostumbrando a la oscuridad, cuando de pronto, se encienden las luces.
Temporalmente ciego, escuchaste que alguien entraba.
Una fuerza misteriosa te arrastró hacia delante, pegándote a las rejas, frente a la
interrogadora. Ella te tomó del cuello de la camisa con fuerza. La voz era la misma de quien te
lanzó la flecha hace un rato.
Te lanzó bien lejos había atrás, casi te golpeas te con la pared. Sentiste que una habilidad se
activó, pero en ese momento estabas más preocupado con la tipa esa.
La tipa se quedó un rato, pareciera que estaba pensando en lo que dijiste. Tuviste tiempo de
observar a tu captora. Era una elfo, delgada, de cabellos castaños, igual que sus ojos. Tenia una
pequeña cicatriz cerca de su ojo derecho.
La mujer se alejó unos pasos, luego se volteó, con una mirada muy, pero muy seria.
- Aly.
- Ok… Te llamaré Alice.
- Haz lo que quieras.- Por unos segundos te pareció ver un pequeño rubor
Apenas se fue, la luz se apagó, las tinieblas volvieron. Sentiste algo en tu mano derecha. Tenía
forma de llave, tenía forma de llave, apareció una pequeña ventana de información del objeto,
era una llave. La llave sirvió para los grilletes y el candado de la celda.
Al acostumbrarse tus ojos a la. Oscuridad, de nuevo, identificaste un bolso. A abrirla, viste
como se desplegaba una ventana, “mochila”, en donde se detallaba lo que tenía al interior.
Mientras que al interior de la mochila se veía todo negro, como si hubiese la nada misma.
Items:
- 1 pan
- 2 botellas con agua
- 2 cuadernos. (1 viejo)
- 1 Lima eléctrica [2 usos].
- ¿Lima eléctrica? Espera, estos son mis cuadernos de dibujos. Los muy bastardos me los
estaban robando.
Lo primero que ocupaste de aquella mochila fue la lima eléctrica. Al seleccionarla del menú, se.
Materializó en tu mano. Era como una lima de uña, con un pequeño motor. Te recordó a esas
típicas limas que usaban los prisioneros para escaparse, en las series animadas. Había una
única ventana en el cuarto-prisión, con la que cortaste los fierros de la ventana. La Lima se
rompió en mil pedazos al cortar el segundo y último fierro. Recién ahí entendiste esos “2 usos”
que decía la descripción del ítem.
- Ehhh si caigo bien debería sobrevivir sin nada roto. La nieve de abajo debería
amortiguar un poco el daño.
En aquella habitación había varias celdas, con varios personajes ahí encerrados. Te habían
dejado a ti en la celda más pequeña. Pensante que escapar sólo podría ser un problema, sobre
todo si no conocías el terreno ni hacia dónde estaba el siguiente pueblo, tu mapa podría
ayudarte, como también no y perderte.
Tenías dos opciones, ir solo, sigilosamente como ninja y rezar porque nadie te encuentre. La
segunda opción era liberar a todos y provocar caos y confusión, para así escapar en el proceso.
Ambas tenían sus ventajas y desventajas.
Al final, decidiste correr el riesgo y liberar a todos los prisioneros. Si provocaban el caos, las
posibilidades de escape podrían aumentar.
Los liberados se miraron unos a los otros. En silencio, luego rieron, bien en silencio.
- Supongamos que todo resulta bien. ¿Hacia dónde tendría que huir?
- Si sigues hacia el sur, deberías salir del dominio elfo y encontrar un pueblo libre a 2
días de aquí.
Uno de los liberados se quedó al lado de la puerta a vigilar, mientras los demás se reunieron
para planear el ataque (y tu huida).
Tomaste uno de los cuadernos y les dibujaste un detallado mapa de la ciudad, gracias a tu
mapa, que sólo tu podías ver.
La idea era que tu te quedaras ahí, se suponía que iba a ser el lugar más seguro, hasta que
escucharas múltiples explosiones, junto una Luz amarilla. Si tenían éxito, los liberados
estallarían el “Banco de reservas de maná”. Ni puta idea lo que era una reserva de mana, pero
te imaginabas que era como una bomba de bencina.
- Entiendo el plan.- Dijiste.- Pero hay algo que me preocupa. ¿Cómo entrarán en ese
banco de mana sin alertar a los guardias?
Hubo un minuto de silencio. Era evidente que nadie había pensado eso antes.
Luego de tu pregunta, se generó una pequeña disputa. Unos querían ver otro plan, mientras
que la otra parte insistía que uno de ellos iba a ser capaz de meterse sin ser visto.
En eso, un guardia entró sin previo aviso, el tipo se quedó mirándolos y ustedes a él por unos
segundos, que parecieron eternos. Hasta que el vigilante le acertó un poderoso golpe en la
cabeza con un fierro.
Activaste la habilidad y le robaste todas las pertenencias del ítem box del guardia moribundo.
Tenía una barra de pan, un yoyo, una libreta, las llaves de su casa y una bolsa de monedas.
Nada de llaves del banco ese.
- No siempre se puede tener lo que uno quiere.- Dijiste.- Al menos tenemos un poco de
comida.
Entre los liberados había uno que era idéntico al guardia que había entrado. Se incluyó al tipo
en el plan, se iba a disfrazar del guardia para infiltrarse dentro y abrir la puerta a los demás.
- Como dijimos antes, los recipientes de maná liberan un fuego y humo amarillento. Esa
será tu señal. Esperas unos 5 o 6 minutos y comienzas tu escape.
- Entendido.