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SENTENCIA DE LA SALA CONSTITUCIONAL DEL T.S.J.

SOBRE LA SUSPENSIÓN DEL SERVICIO DE AGUA A


LOS PROPIETARIOS MOROSOS CON EL
CONDOMINIO

 
SALA CONSTITUCIONAL
MAGISTRADO PONENTE: Antonio J. García García
 

El 27 de febrero de 2003 los abogados José Araujo Parra y Carlos Chacín Giffuni,
inscritos en el Instituto de Previsión Social del Abogado bajo los números 7.802 y
74.568, respectivamente, actuando con el carácter de apoderados judiciales de la
ciudadana Fanny Lucena Olabarrieta, titular de la cédula de identidad No. 1.731.125
ocurrieron ante esta Sala Constitucional para solicitar, con fundamento en lo
dispuesto en el artículo 336 numeral 10 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, la revisión de la sentencia dictada por el Juzgado Superior Décimo en lo
Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, el 2 de diciembre de 2002.
En esa misma oportunidad se dio cuenta en Sala y, se designó ponente al Magistrado
Antonio J. García García, quien, con tal carácter suscribe el presente fallo.

El 12 de marzo de 2003, compareció ante la Secretaría de la Sala el abogado Rafael


Ángel Viso Ingenuo, inscrito en el Instituto de Previsión Social de Abogado bajo el No.
40.236, actuando como apoderado judicial de los miembros de la Junta de Condominio
Parque Residencial Las Islas y de su administrador, y consignó diligencia en la que se
adhirió a la solicitud de revisión e hizo algunos señalamientos.

Por diligencia de ese mismo día, los apoderados judiciales de la solicitante, requirieron
se procediese a admitir la causa.

Realizada la lectura individual del expediente, esta Sala procede a pronunciarse


respecto a la presente solicitud, previas las siguientes consideraciones:

I
De la Solicitud de Revisión
En el escrito contentivo de la solicitud de revisión, los apoderados judiciales de la
recurrente señalaron que la sentencia cuestionada declaró la inadmisibilidad de la
acción de amparo incoada, por considerar que se había demandado la
inconstitucionalidad del Reglamento de Condominio, siendo la vía ordinaria la única
posible para demandar su nulidad y no la acción de amparo constitucional. No
obstante, aseguraron que con la demanda interpuesta no se había demandado en
forma alguna la nulidad del Reglamento de Condominio, sino que lo pretendido fue lo
siguiente:

“Concatenadas ambas normas constitucionales, se puede colegir que la Junta de Condominio, al


suspender el servicio de agua, para el apartamento en el cual habita nuestra poderdante con su
núcleo familiar, está perturbando el uso, goce y disfrute de la propiedad de ésta, y así mismo le está
cercenando el derecho que tiene al servicio de agua, materia ésta, que es de competencia nacional y
que se materializa por el servicio que presta la Compañía Anónima Hidrológica de la Región
Capital (HIDROCAPITAL), quien es la única autorizada para suspender el servicio de agua, y que
no puede suspenderlo un particular arbitrariamente, ya que con su conducta lesiona las normas
constitucionales denunciadas.
1)      1)      El Artículo 83 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, establece lo
siguiente:
 … omissis…
De la referida norma constitucional se evidencia claramente, que ninguna persona puede
arbitrariamente, eliminar el suministro del agua, ya que dicho suministro tiene como fin el
bienestar, la salud y obtener medidas sanitarias adecuadas, y por tanto, cuando la Junta de
Condominio, arbitrariamente quitó el suministro de agua para el apartamento propiedad de nuestra
representada, violó el derecho constitucional de nuestra representada, para obtener un servicio
público de suministro de agua y así asegurar la salud de ella y de su núcleo familiar, y por ende, la
referida Junta se tomó atribuciones que no se correspondían, y con su proceder fáctico, infringió las
referidas normas constitucionales.
En consecuencia, cuando los miembros de la Junta de Condominio del mencionado Edificio,
conformada por los ciudadanos (…), actuando inconstitucionalmente y violando los derechos
constitucionales antes señalados, son los causantes por su conducta de hecho, de las violaciones
antes indicadas.
Por ello, los mencionados miembros de la Junta de Condominio antes indicada, son los autores de
la violación de los Derechos Constitucionales invocados en la presente demanda, porque su
conducta, al eliminar el suministro del agua, conllevó dichas violaciones.”
 
 
En este sentido, expusieron que de lo señalado se evidenciaba que la pretensión
deducida a través del amparo, se fundamentó en una situación de hecho concreta, ya
referida, y que, en ningún momento, se invocó la nulidad de cláusula alguna; por ello,
la sentencia cuya revisión se solicita, incurrió en una incongruencia, porque no decidió
de acuerdo a lo planteado en el proceso, ya que nunca se pretendió la declaratoria de
nulidad a la que se refirió el fallo.

Indicaron que, la congruencia de la sentencia es una doble exigencia del derecho a la


tutela judicial efectiva, prevista en el artículo 26 de la Constitución y de la prohibición
de indefensión contemplada en los numerales 1 y 3 del artículo 49 eiusdem. En efecto,
explicaron:
“Del derecho a la tutela, porque la incongruencia omisiva equivale a no dar respuesta judicial, a la
cuestión planteada, en definitiva a una denegación técnica de justicia, y de la prohibición de la
indefensión, porque los supuestos mas normales de incongruencia ultra petita o extra petita, supone
que, en el exceso o en el defecto, no ha existido posibilidad de defensa para alguna de las partes.
Constituye requisito ineludible para la debida prestación de la tutela, la congruencia entre
pronunciamiento judicial y el objeto del proceso, de modo que aquel ha de sujetarse a los límites
con que éste ha sido configurado, pues en otro caso la actividad procesal podrá haberse desenvuelto
con arreglo a las normas jurídicas y constitucionales, pero su resultado constituirá una efectiva
denegación de la tutela en cuanto que lo resuelto lo será realmente el supuesto planteado (sic), sino
un hipotético supuesto distinto, y en la medida en que el objeto del proceso, por referencia a sus
elementos subjetivos, partes, u objetivos, causa de pedir o petitum, resulta alterado en el
pronunciamiento judicial, la actividad en que consiste la tutela, habrá sido indebidamente satisfecha
y no porque la decisión judicial no sea acorde a la pretensión de la parte, sino porque no es
congruente con ella.
Esta congruencia, que constitucionalmente debe exigirse a la sentencia, se mide por la relación
entre su parte dispositiva y los términos que las partes han formulado sus pretensiones y peticiones,
de manera que el fallo, no puede otorgar mas de lo que se hubiere pedido en la demanda, y menos
de lo que hubiere sido admitido por el demandado, ni otorgar otra cosa diferente que no hubiere
sido pretendida”.
 

Señalaron que, en el presente caso, la decisión cuestionada produjo una modificación


completa, sustancial y esencial del debate, porque declaró inadmisible el amparo
interpuesto, al señalar que se había solicitado la nulidad del Reglamento de
Condominio, cuando ello no era cierto; e, igualmente produjo indefensión a su
mandante “porque se produjo una variación sustancial del debate procesal, sin defensa posible
(…) y además conllevó que la sentencia que declaró inadmisible el recurso de amparo interpuesto,
adquirió el carácter de cosa juzgada, además esta incongruencia afectó directamente al petitorio
invocado en la demanda de amparo constitucional”.
Argumentaron que, en la audiencia constitucional se admitió como cierto que la Junta
de Condominio había realizado una actividad consistente en la suspensión del servicio
del agua de su representada; tal confesión de la parte demandada –sostuvieron- surte
plenos efectos de conformidad con el artículo 1.401 del Código Civil, lo que pese haber
sido invocado por su mandante en el escrito de informes presentados ante el juez de
alzada, no fue tomado en cuenta por la sentencia recurrida, “incurriendo así en una
inmotivación del fallo, que afecta directamente el derecho a la defensa” de su poderdante
e “implica una violación de los ordinales 1º y 3º (sic) del artículo 49 de la Constitución”.
Luego de explicar la necesidad de la motivación de la sentencia adujeron que en el
caso bajo análisis la decisión cuya revisión se solicita incurrió en una arbitrariedad, al
no tomar en consideración la confesión de la parte demandada, que conllevaba a que
el amparo constitucional interpuesto fuere declarado con lugar, ya que ésta reconoció
que efectivamente había suspendido el servicio de agua a su mandante “y que se había
tomado la justicia por si mismo”.
Por tanto, solicitaron se revisase el fallo del cual se recurre y se declarase su nulidad
por ser violatorio de los derechos constitucionales de su patrocinada.

II
De la sentencia cuya revisión se solicita 
La presente tiene por objeto la revisión y consecuente nulidad de la referida sentencia
del 2 de diciembre de 2002 dictada por el Juzgado Superior Décimo en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, que declaró sin lugar la demanda de amparo constitucional incoada contra la
Junta de Condominio del Edificio Saint Thomas del Conjunto Parque Residencial Las
Islas. Señaló dicha sentencia, lo siguiente:

“Para decidir, el Tribunal observa:


I. En la propia acta del 08 de octubre de 2002, se dejó constancia de que los señores (…)
comparecieron en su carácter de Presidente y Vicepresidente de la Junta de Condominio del
Edificio Residencias Saint Thomas, lo que demuestra palmariamente  que estos admitieron
expresamente el carácter que se les imputó en la demanda de amparo. De otra parte, ha sido la
Junta de Condominio que ellos representan, la señalada como agraviante, independientemente de
que ese señalamiento sea cierto, de todo lo cual se deduce lo incongruente e infundado del alegato
de que la referida Junta de Condominio no existe ni de hecho ni de derecho, circunstancia que a su
vez hecha por tierra (sic) la excepción de falta de cualidad pasiva, pues se ratifica, ha sido la
mencionada Junta, a través de sus personeros naturales, la denunciada como agraviante. Así se
decide.-
II. En cuanto a que existen otros medios de protección judicial para decidir, se observa:
La institución del amparo, se ha dicho repetidamente, tanto doctrinaria como jurisprudencialmente,
no es sustitutiva de la legislación ni de las vías ordinarias de derecho, sino una especie de adición a
las mismas en aquellos casos en que la acción ordinaria no resulta idónea para reparar con la
prontitud requerida la situación jurídica infringida o amenazada de lesión, siempre que se trate de
una violación directa de la Constitución.
En el caso de autos, y a juzgar por el propio contenido de la demanda, la diferencia entre las partes
surgió a raíz de que la Junta de Condominio exigió a la quejosa una cuota extra de condominio de
Bs. 17.106,43, registrada en el rubro “no comunes” del recibo correspondiente al mes de enero de
2002.
Sobre el particular narra la quejosa que el 31 de enero de este año el señor José Ángel Martínez,
por instrucciones de dicha Junta le comunicó (…), ‘que se estaba formando un fondo especial para
mejoras del edificio todo esto con la finalidad de evitar cuotas especiales. En segundo lugar, la
suma de Bs. 314.400, corresponde a la compra de Arbolito, luces, matas, adornos, bombillos y
cerraduras. Por el tamaño del recibo de condominio y por no haber una cuenta maestra en el
sistema para cada tipo de gastos como éste, se nos hizo imposible presentarlo en forma detallada,
por lo que se utilizó la partida de Gastos Varios. Esperamos haber dejado claro su inquietud con las
dos partidas del recibo de condominio’; respondiendo su comunicación del 22 de enero del mismo
año (según recaudo acompañado), el cual reza lo siguiente:
 
‘Mucho sabría agradecerle me aclararan a qué concepto corresponde la cuota por la cantidad de
Bs. 17.106,43 que aparece registrada en el rubro “no comunes” del recibo de condominio
correspondiente al mes de enero del presente año…Asimismo solicito se me aclare en forma
detallada a qué gastos varios corresponde la cantidad de Bs.. 314.400,oo …’
 
A esta comunicación respondió la Junta el 31 de enero de 2002 mediante comunicación…
La demandante produjo asimismo correspondencia (…) remitida por el señor JOSE ANGEL
MARTINEZ, en su carácter de Administrador informándole a la señora FANNY LUCENA
OLAVARRIETA, entre otras cosas que: ‘las acciones que la Junta de Condominio o el
administrador tomen para reunir el dinero necesario para crear los fondos que se requieran para
ejecutar aquellos trabajos o mejoras en las cosas comunes en nada contradicen lo contemplado en
el artículo por usted señalado’, extendiéndose en otras consideraciones para justificar la
procedibilidad del cobro extraordinario, todo lo cual fue rebatido por la quejosa mediante
comunicación del 08 de abril de 2002 dirigida a los señores administrador y miembros de la Junta
de Condominio.
Desde otra perspectiva en la demanda de amparo se alega que ni el administrador ni la Junta de
Condominio tienen permitido la formación de fondos especiales para mejoras, sin la previa
aprobación de los copropietarios mediante asamblea o carta-consulta, todo conforme a lo pautado
en el Documento de Condominio del Parque Residencial Las Islas y en los artículos 8 y 9 de la Ley
de Propiedad Horizontal cuyo tenor transcriben. Asimismo, se narra en la solicitud de amparo que
la Junta de Condominio procedió a quitar la tubería de conexión del agua que surte el apartamento
D-5 propiedad de la quejosa, de manera arbitraria, según se evidenciaba de la inspección judicial
(…), pretendiendo justificar su conducta invocando lo dispuesto en el artículo 18 del Documento de
Condominio del Parque Residencial Las Islas… (en cuyo contenido se establece la obligación
de pago).
III.- Lo referido hasta ahora pone en evidencia que las partes se encuentran enfrentadas en razón
del cobro de determinados montos y conceptos causados en virtud del condominio, cuya
improcedencia resalta y opone  la quejosa, lo que ha llevado a esta última a abstenerse de pagar
con la puntualidad debida los gastos comunes liquidados por el administrador JOSE ANGEL
MARTINEZ siguiendo las instrucciones de la Junta de Condominio.
La accionante afirma que se le ha cortado el suministro de agua potable mediante el
desmantelamiento de la tubería que conduce el líquido hasta el apartamento, calificando de
arbitrario el corte, manifestando la misma que su contraparte justifica esa conducta basándose en
una disposición del Documento de Condominio.
De los particulares que anteceden se puede apreciar, y en efecto así lo determina este Tribunal ad
quem, que no habría una violación directa de los preceptos constitucionales denunciados como
infringidos, sino en todo caso para el supuesto de que la actora tuviera razón, del Documento de
Condominio.
IV.- Ahora bien, en relación con el Documento de Condominio y las acciones que en él se
contemplan para el copropietario moroso, el Juzgado a quo dijo lo siguiente: ‘Si bien es cierto que
el artículo 18 del Documento de Condominio del Conjunto Parque Residencial Las Islas que el no
cumplimiento del pago de las cargas comunes acarrea la suspensión de los servicios comunes al
copropietario moroso, sin perjuicio de las acciones judiciales que correspondan, tal suspensión de
las cosas comunes es inconstitucional, por limitar el derecho de propiedad, ya que las cosas
comunes son inherentes a la propiedad del respectivo apartamento tal como establece el artículo 7
de la Ley de Propiedad Horizontal, el cual establece: (…). Si las cosas comunes son inherentes e
inseparables a la propiedad de cada apartamento según lo establecido en la anterior citada norma
legal, la restricción de las cosas comunes por insolvencia del copropietario de un apartamento por
ser insolvente en el pago establecido en el Documento de Condominio del Conjunto Parque
Residencial Las Islas, es contraria a lo establecido en el artículo 115 de la Constitución que
establece (…). La restricción de las cosas comunes tal como lo establece el artículo 18 del
Documento de Condominio del Conjunto Parque Residencial Las Islas, limita el uso, goce y disfrute
del derecho de propiedad, derecho consagrado en la Constitución Nacional, siendo entonces, que
tal suspensión del servicio de agua, es inconstitucional…
Con fundamento en tales consideraciones, declaró con lugar la acción de amparo constitucional
intentada por la ciudadana FANNY LUCENA OLAVARRIETA contra la Junta de Condominio del
Conjunto Parque Residencial Las Islas, ordenando a dicha Junta restituir el servicio de agua al
identificado apartamento.
Esta manera de razonar no lo comparte en lo absoluto esta alzada, pues, el Documento de
Condominio establece prima facie, el régimen jurídico conforme al cual se establece y desarrolla la
convivencia de los condóminos del edificio, y a él quedan sometidos quienes adquieran derechos de
propiedad sobre las unidades habitacionales que los conforman.
Obsérvese igualmente que el artículo 115 constitucional también contempla:’ la propiedad estará
sometida a las contribuciones, restricciones y obligaciones que establezca la ley con fines de
utilidad pública o de interés social’.
En la situación planteada, es innegable que el mantenimiento de las cosas comunes y la
disponibilidad de los servicios básicos como luz eléctrica, agua potable, etc., tienen un costo que
debe ser distribuido entre los copropietarios en proporción con la respectiva cuota condominial,
poniéndose de relieve que el interés general de la comunidad de copropietarios debe estar por
encima del interés individual de cada condómino.
Por lo demás, la ley de la materia regula el régimen de la propiedad horizontal de manera
supletoria, al reconocerle supremacía al Reglamento de Condominio, dejándose a salvo desde luego
el orden público y las buenas costumbres.
A juicio de quien decide carece de todo sentido y lógica declarar la inconstitucionalidad de alguna
de las normas del reglamento de condominio, cuando ello no ha sido demandado por la vía
ordinaria, única eventualidad conforme a la cual la contraparte tendría oportunidad de probar y
alegar cuanto estime conducente.
 

Continúa la sentencia citando doctrina de la Sala Constitucional, contenida en


sentencia del 10 de octubre de 2001, (caso: Centro Comercial Plaza Las Américas) con
base en la cual sostiene que, en virtud de lo expuesto, estimaba ese sentenciador que
la acción de amparo no era el medio procesal para dirimir la controversia suscitada
entre las partes, “puesto que lo contrario sería colocar al juez constitucional en intérprete del
Documento de Condominio con la finalidad de precisar si el cobro de la referida cuota
extraordinaria o de otros conceptos de similar naturaleza es procedente o improcedente, lo que
obviamente no es de su incumbencia, al advertirse claramente que el conflicto intersubjetivo surgido
entre las partes no tiene relevancia constitucional, aparte de que hacer tal precisión requeriría de la
incoación de la acción respectiva, y la concesión de los plazos respectivos para alegar y probar, lo
que es  impropio del procedimiento célere que caracteriza el juicio de amparo”.
Asimismo, la Alzada consideró oportuno transcribir fragmentos de la sentencia No.
2.198, del 9 de noviembre de 2001, dictada igualmente por la Sala Constitucional en el
caso: Oly Henríquez de Pimentel, para finalmente concluir que, con base en lo expuesto,
la demanda de amparo debía ser declarada inadmisible, de conformidad con lo
previsto en el numeral 5 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales. Por tanto, declaró con lugar la apelación ejercida,
revocando la sentencia del a quo que había declarado con lugar el amparo y, en su
lugar, desestimó la pretensión de tutela constitucional, declarándola inadmisible, con
fundamento en lo expuesto.
III
De la Adhesión a la Revisión
Expuso el apoderado judicial de los miembros de la Junta de Condominio Parque
Residencial Las Islas y de su administrador, lo siguiente: que teniendo su representada
un interés directo en el proceso de revisión de la sentencia dictada por el Juzgado
Superior Décimo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del
Área Metropolitana de Caracas, el 2 de diciembre de 2002, mediante la cual revocó de
forma absoluta la sentencia dictada en sede de amparo constitucional por el juzgado
de la primera instancia, declarando además, inadmisible la acción de amparo
constitucional intentada por la demandante, “me adhiero a la revisión planteada para
solicitar que en la decisión definitiva de la revisión solicitada se ratifique en todas y cada una de sus
partes los argumentos de inadmisibilidad de la acción de amparo propuesta por la parte actora y
señalados en la sentencia del juez superior, por estar plenamente ajustada a derecho y considere
también, la falta de cualidad pasiva de [sus] representados”.
Por otra parte, rechazó los argumentos jurídicos de la parte actora en que fundamentó
su solicitud de revisión. En tal sentido, afirmó que el Juez Superior nunca consideró
que se había demandado la inconstitucionalidad del Reglamento de Condominio del
complejo habitacional; que la parte actora trata de plantear el asunto en esos
términos “y sobre ello” había que considerar varios aspectos: En primer término, “el
juez superior hace énfasis en el valor que tiene el documento de Condominio y su Reglamento como
ordenadores de la vida comunitaria, siendo en consecuencia, el régimen jurídico sobre el cual se
desarrolla la vida de todos los copropietarios de un conjunto residencial sometido al ámbito de
aplicación de la Ley de Propiedad Horizontal y además, estas normas constituyen el ordenamiento
jurídico que con toda la primacía del caso, debe considerarse para la sana y pacífica convivencia
de cualquier propietario”. En segundo lugar, refiere que con lo expuesto quiere significar
que “debe interpretarse lo sentenciado por el Juzgado Superior dentro de todo un contexto en que
se ha presentado el problema y no en una cita particular del texto de la sentencia que se revisa”.
Añadió además que, de haber sido declarada con lugar la acción de amparo, la
consecuencia directa hubiere sido dejar sin efecto las normas que obligan a todo
propietario contenidas en el documento de condominio y su reglamento. Que, de allí
era de donde partía el juez para señalar en una parte de su razonamiento lógico que la
pretensión de la parte actora nunca debió realizarse por esta vía de amparo
constitucional sino por otra. Y que, la reflexión realizada por el juez superior la hacía
precisamente para rechazar la argumentación jurídica que fue hecha por la juez de
Primera Instancia, quien se extralimita al señalar la inconstitucionalidad de una norma
del documento de condominio, lo que no era el motivo fundamental del juicio.

Señaló igualmente que, la situación de hecho alegada por la actora ni siquiera fue
demostrada ante el juez de primera instancia. Al respecto, alegó que, a pesar de que
éste “favoreció a la parte actora, uno de los cuestionamientos elementales que se le hicieron
oportunamente, fue precisamente que la supuesta lesión de los derechos constitucionales esgrimidos
como violados no se comprobó nunca”. En este aspecto, se remitió a los argumentos
expuestos en el escrito de ampliación a la apelación presentados al juez de segunda
instancia, y afirmó que “nunca se demostró en el expediente la relación de causalidad entre los
hechos denunciados como violatorios de derechos constitucionales de la parte actora por parte de
los miembros de la Junta de Condominio PARQUE RESIDENCIAL LAS ISLAS o de su
administrador por lo que mal [podía] existir una confesión de parte de ellos sobre la acción
material que se les imputó, cuando siempre alegaron su falta de cualidad pasiva en este proceso” y
que, aun cuando el juez superior estableció esta cualidad –lo que cuestiona en este
proceso de revisión- ello no pone en evidencia la relación de causalidad entre
personas y hechos que pretende la parte actora.
Acerca de la alegada denegación técnica de justicia, adujo que no era lógico que, por el
hecho de que un juez decidiera de determinada manera se considerase que está
negando la justicia, “ante la posibilidad (negada por supuesto en este caso)” de que la
sentencia adolezca de un vicio. Aseguró que el juez había dado oportuna respuesta al
conflicto habido entre las partes; hizo su razonamiento lógico y con base en la
Constitución y en la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales emitió su pronunciamiento. Por tanto –consideró-, que era falso que
por tal motivo la actora se hubiese encontrado en un estado de indefensión, por el
contrario ha procurado a través de varias formas legales ejercitar su derecho y
exponer sus argumentos ante los tribunales.
En cuanto al vicio de incongruencia alegado, aseguró que no había tal vicio; que el juez
superior revocó una sentencia y declaró la inadmisibilidad de la acción. Seguidamente,
señaló que el objeto del proceso era demostrar que se estaban vulnerando los
derechos constitucionales por situaciones de hecho que nunca ocurrieron; que el juez
superior sencillamente señaló que existían causas legales que hacían inadmisible esta
acción y que las mismas no fueron observadas por la parte actora “y en consecuencia, él
como conocedor del derecho que es, está en la obligación de aplicarlo estrictamente y así lo hizo
expresando su argumentación” que esa representación considera ajustada a derecho.
Tampoco hubo variación del debate procesal –argumentó el mencionado apoderado-;
ello hubiese ocurrido si la sentencia hubiese sido ratificada, “ya que se hubiera dejado sin
efecto una norma de rigor y de interés general para toda una comunidad”; asimismo, señaló que
en el acta de la audiencia no hay una confesión en el sentido que sus representados
fueron quienes suspendieron el servicio de agua, no siendo aplicable lo dispuesto en
el artículo 1.401 del Código Civil.
Reiteró entonces que de la revisión que se efectúe debe quedar establecida la falta de
cualidad pasiva de sus representados para estar en juicio. En este sentido, adujo que
el juez superior nunca pudo tomar en cuenta una confesión de esta naturaleza, pues
no se hizo; todo lo contrario, se hizo una somera referencia a conductas observadas
por la parte actora sobre su consentimiento en la suspensión del servicio de agua
cuando “perteneció por intermedio de su apoderada (sic) a la Junta de Condominio PARQUE
RESIDENCIAL LAS ISLAS”.
Finalmente, invocó el interés general de la comunidad de propietarios del conjunto
residencial, que debía ser protegido en el presente caso. Así, indicó que los recursos
procesales no existen para cohonestar conductas de los ciudadanos que ponen en
riesgos derechos de otros, es decir, que la actora “al decidir no pagar sus cuotas
mensuales de condominio vulnera los principios legales establecidos en la vigente Ley
de Propiedad Horizontal y pone en riesgo la sana administración del inmueble porque
no existen entonces, recursos suficientes para cubrir los gastos comunes del complejo
residencial.
En virtud de los argumentos expuestos, solicitó se revise el fallo del cual se recurre y
que con motivo de ese proceso de análisis, ratifique la inadmisibilidad de la acción de
amparo constitucional declarada por el antes identificado Juzgado Superior “y se
pronuncie sobre la falta de cualidad pasiva de [sus] representados de forma expresa”.
IV
Análisis de la Situación
Con carácter previo, debe esta Sala pronunciarse acerca de su competencia para
conocer y decidir el presente asunto, razón por la cual, observa: que en anteriores
fallos se ha pronunciado sobre su ámbito de competencia que, en ausencia de un
texto normativo de rango legal que desarrolle los preceptos constitucionales
relacionados con el Tribunal Supremo, ha venido delimitando, valiéndose a tales
efectos, de la aplicación directa del Texto Constitucional, en desarrollo del principio
constitucional contemporáneamente aceptado, según el cual, las normas
constitucionales son plenamente eficaces por sí mismas y de inmediata aplicación, sin
que sea necesario textos legales que las desarrollen (vid. sentencia No. 01 de la Sala,
del 20 de enero de 2000, caso: Emery Mata Millán).
De forma específica, se ha pronunciado igualmente esta Sala, acerca de la facultad que
la misma detenta, como máximo órgano jurisdiccional custodio de la
constitucionalidad de los actos del Poder Público, para revisar las actuaciones de las
demás Salas de este Supremo Tribunal que contraríen las normas y principios
contenidos en la Constitución, así como aquellas que se opongan a las
interpretaciones que sobre tales haya realizado esta Sala Constitucional, en ejercicio
de las atribuciones conferidas de forma directa por el Texto Constitucional, según se
desprende del dispositivo contenido en el numeral 10 del artículo 336 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, no obstante la ausencia de
desarrollo legislativo al respecto (vid. decisiones de esta Sala números: 1312 de 2000;
33 y 192 de 2001).

            Esa facultad de revisión realizada persigue garantizar el cumplimiento, vigencia


y respeto de los postulados constitucionales, y garantizar la integridad de la
interpretación, en tanto se trata de una Sala con facultades expresas para tal función,
concebida como un órgano especializado para ello. Sin embargo, aún cuando la Sala
posee los más amplios poderes de revisión sobre aquellas decisiones en las que el
ordenamiento constitucional permite su intervención, no se trata de una potestad
genérica e irrestricta en el sentido de que pueda revisar cualquier decisión, antes bien,
debe tratarse de específicas decisiones que, en todo caso, serán precisadas en la
legislación que se dicte.

            En el caso de autos, se observa que la sentencia cuya revisión se pretende ha


sido dictada en la segunda instancia de un proceso de amparo, que ha quedado
definitivamente firme, y como de acuerdo con lo dispuesto en el mencionado artículo
336.10 de la Constitución una de las atribuciones de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia es “Revisar las sentencias de amparo constitucional y de control de
constitucionalidad de leyes o normas jurídicas dictadas por los Tribunales de la República, la
misma es competente para conocer del presente caso y así se decide.- 
Establecido lo anterior la Sala procede a decidir el fondo del asunto, para lo cual
observa:

Según lo dispuesto en el artículo 2 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y


Garantías Constitucionales la acción de amparo procede contra cualquier hecho, acto
u omisión proveniente de los órganos del Poder Público y “contra el hecho, acto u omisión
originados por ciudadanos, personas jurídicas, grupos u organizaciones privadas que hayan
violado, violen o amenacen violar cualquiera de las garantías o derechos amparados por esta Ley”.
En el presente caso, se observa que la actuación presuntamente lesiva procede de
una “Junta de Condominio”, ente subsumible en el supuesto previsto en la referida
norma, representado por los miembros de la Junta de Condominio del Conjunto
Residencial Las Islas, a quienes se les imputó una conducta antijurídica, consistente en
la suspensión del servicio de agua a uno de los apartamentos que conforman el
referido condominio, propiedad de la agraviada, acción que tiene su fundamento en el
incumplimiento de la obligación de pago de una cuota de gastos del condominio por
parte de la presunta agraviada.
Observa la Sala que, tramitada la acción por el juez de la causa, la misma fue declarada
con lugar, con fundamento en la infracción del derecho de propiedad de la agraviada,
no obstante que el documento de condominio contenía una norma que habilitaba a la
Junta de Condominio para su proceder. Por otra parte, se advierte que el juez de
alzada revocó la decisión y declaró sin lugar el amparo, según se dejó establecido
precedentemente, decisión ésta que constituye el objeto de la presente revisión.

Ahora bien, aprecia esta Sala que los argumentos explanados por la parte actora para
fundamentar su acción de amparo constitucional, según se evidencia del libelo de
demanda consignado a los autos, fueron los siguientes:

Que en su condición de propietaria de un inmueble, que forma parte de un conjunto


residencial, se había negado a realizar el pago de dos (2) cuotas extraordinarias de
condominio, correspondientes a un fondo especial para mejoras del edificio en el que
se encuentra el inmueble.

Que previamente había establecido comunicación con la Junta de Condominio, para


solicitar información acerca de dicho cobro, la que una vez otorgada no le satisfizo, por
lo que finalmente manifestó su desacuerdo por la forma “arbitraria” como se había
erigido dicho pago, que calificó de ilegal.

Que en virtud de lo expuesto la Administración de la Junta de Condominio procedió a


colocar un cepo en la tubería de agua de su apartamento y en el de otro, cuya
propietaria había adoptado la misma posición.

Que la Junta pretendía justificar su conducta en la sanción establecida en el


Documento de Condominio para el incumplimiento de la obligación de pago.

Que la Ley de Propiedad Horizontal establece un mecanismo legal para el cobro de las
cuotas de condominio atrasadas; que el proceder de la Junta implica tomarse la
justicia por sus propias manos y conlleva a la violación de la garantía contemplada en
el artículo 253 de la Constitución, que establece el monopolio exclusivo que tiene el
Estado a través de los órganos que integran el Poder Judicial, para conocer de los
asuntos que determinen las leyes; que referido al caso sub examen, se encontraba
determinado por lo dispuesto en los artículos 14 y 15 de la Ley de Propiedad
Horizontal y 630 del Código de Procedimiento Civil; que además viola el derecho de
propiedad contemplado en el artículo 115 de la Constitución, así como el artículo
117 eiusdem que establece el derecho de todas las personas de disponer de bienes y
servicios de calidad y el artículo 83 que contiene el derecho a la salud.
Examinados tales argumentos y leído como fue el contenido íntegro de la sentencia
dictada por el Juzgado Superior Décimo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, el 2 de diciembre de 2002,
considera esta Sala que procede su revisión por las razones que a continuación esta
Sala explica:

La función jurisdiccional cumple dentro de las sociedades civilizadas un mecanismo de


resolución de conflictos entre los particulares. Su principal finalidad es que exista un
órgano imparcial y especializado dispuesto a arbitrar con autoridad un conflicto
intersubjetivo de intereses, esto es, que ejerza aquella función y reconozca un derecho
a favor de una las partes encontradas, luego de un proceso donde ambas han
participado. Tal mecanismo tiene orígenes muy antiguos; el Estado ha asumido desde
tiempos remotos (inicialmente lo hizo el Monarca) la resolución de este tipo de
conflictos, y sus decisiones han tenido que ser acatadas por aquellos a quienes les son
adversas por el poder de imperium del que se encuentran dotadas.
En tal sentido, actualmente se concibe a la jurisdicción como la facultad de administrar
justicia, se trata de una función pública encomendada a un órgano del Estado y que
tiene por fin la actuación de la ley a casos concretos (DEVIS ECHANDÍA, Hernando,
Derecho Procesal Civil General, Pág. 87) El sistema no está concebido para que los
particulares se sustituyan en esta función y de manera anárquica y arbitraria persigan
dirimir sus conflictos. Esto es una función del Poder Público, que a través de los
órganos respectivos, previstos en la Carta Fundamental, les corresponde impartir
justicia (órganos del Poder Judicial).

De manera que, cuando un particular ante un conflicto de intereses, resuelve actuar


limitando los derechos o libertades e impone su criterio, adoptando una determinada
posición limitativa de los derechos de otros, constituye una sustracción de las
funciones estatales, que pretende sustituirse en el Estado para obtener el
reconocimiento de su derecho sin que medie el procedimiento correspondiente,
actuación ilegítima y  antijurídica que debe considerarse inexistente, a tenor de lo
previsto en el artículo 138 de la Constitución, en cuyo contenido se dispone: ”Toda
autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos”.
Por otra parte, tal actuación proveniente de la identificada Junta de Condominio, viola
sin duda la prohibición de hacerse justicia por si mismo, situación que esta Sala
considera ilegítima. Siendo inconveniente entonces para una eficiente administración
de justicia que los mismos órganos encargados de impartirla, convengan en la
posibilidad de que los ciudadanos usurpando a la autoridad procuren por sus propios
medios coaccionar a los demás y aplicar sanciones, como sucedió en el caso de autos.

Pero, además, ese proceder de la Junta atenta contra un elemento fundamental para
el ser humano, para la vida, pues el agua constituye un líquido vital y fundamental
para la propia calidad de vida del ciudadano, cuya utilidad el Estado debe tutelar, a
tenor de lo previsto en el artículo 55 de la Constitución, en cuyo contenido se
dispone “Toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos
de seguridad ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que constituyan amenaza,
vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades, el disfrute de sus
derechos y el cumplimiento de sus deberes”.
Resulta innecesario que la Sala explique, por ser conocido y de experiencia común, lo
imprescindible que resulta para la agraviada el servicio de agua en el inmueble del que
es propietaria, que según se evidencia de autos constituye el hogar de ella y su núcleo
familiar y el agravio que le causa su suspensión por una persona desprovista de
cualquier autoridad, y sin que haya mediado un proceso debido, a través del cual la
agraviada demostrara lo legítimo o no de la falta de cumplimiento de pago de la cuota
de condominio que se le exigía, para que se le aplicara una penalidad, además tan
severa, como es la suspensión del suministro de agua.

La actuación lesiva que se objeta, no sólo es censurable porque se arroga de manera


arbitraria y reprochable un derecho del que carece sino que fundamentalmente atenta
contra los derechos y garantías previstos en la Constitución. En efecto, infringe el
derecho de todo ciudadano a la vida (artículo 43); a la integridad física, psíquica y
moral (artículo 46), a la salud (artículo 83) a una vivienda adecuada, segura, cómoda,
higiénicas, con servicios básicos esenciales que incluyan un hábitat que humanice las
relaciones familiares, vecinales y comunitarias, cuya satisfacción progresiva es
obligación compartida entre los ciudadanos y el Estado en todos sus ámbitos (artículo
82), quien además debe garantizar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso
a los servicios a un ambiente libre de contaminación, en donde el aire, el agua, los
suelos, las costas, el clima, la capa de ozono, las especies vivas, sean especialmente
protegidos (artículo 127). (véase además Exposición de Motivos del Texto
Constitucional).

Asimismo, ciertamente, como lo expresó el Juzgado que conoció en primera instancia,


la actuación lesiva limita y restringe los atributos del derecho de propiedad (también
contemplado en la Constitución, en su artículo 115) que ostenta la agraviada sobre el
inmueble al que le fue suspendido el servicio de agua por la Administración de la Junta
de Condominio del Edificio Saint Thomas que forma parte del Conjunto Residencial Las
Islas, al haber limitado su capacidad de uso y disfrute.

Observa la Sala entonces que, el examen efectuado por el Juzgado Superior Décimo en
lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, el 2 de diciembre de 2002, para decidir el asunto que se sometió a su
conocimiento en segunda instancia, fue escaso dada la entidad de las violaciones
planteadas. Además, evidencia una absoluta inmotivación e incongruencia –como lo
alegara la solicitante de la presente revisión-, toda vez que debió limitar su análisis a
los hechos realmente planteados en la demanda, en la que en modo alguno se
planteaba la nulidad, si bien se cuestionaba, de la normativa contenida en el
Documento de Condominio que regula al referido Edificio, así como también resulta
obvia la prescindencia de una adecuada argumentación orientada a la determinación
de la infracción o no de principios constitucionales, que hiciera procedente la acción.
Por tanto, debió entonces el referido Juzgado Superior confirmar la decisión del a
quo, quien si apreció aunque muy reducida la violación constitucional alegada, y no
como debió proceder como lo hizo, al revocar aquella causando un perjuicio al
justiciable y evadiendo el deber que tenía como juez constitucional de ampararlo en el
goce y disfrute de sus derechos y garantías constitucionales.
 

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