Archivo para Tarea 8
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Caso ilustrativo
Jack, un hombre de 28 años, al principio buscó tratamiento para su depresión. Vivía solo y llevaba
una vida solitaria. Trabajaba, pero su tarea no le exigía interactuar con otros. Al margen del trabajo
no tenía vida social; dijo no tener amigos, pocas veces salía con mujeres, y se consideraba un
"solitario". Algunas mujeres se habían interesado en él, pero a él no le interesó continuar las
relaciones con ellas. En su decisión de no comprometerse con otros no parecía haber ningún
componente de ansiedad; simplemente no le atraía desarrollar esa parte de su vida. Para él las
personas eran "reemplazables", y en ellas no encontraba nada singular. De modo típico, a su juicio
las relaciones "creaban más problemas de lo que valían". Cuando no trabajaba, Jack permanecía en
Jack dijo que toda su vida había sido solitario. De niño disfrutaba leyendo y coleccionando sellos;
pocas veces jugaba con otros chicos. Reconoció por propia iniciativa que su amor a la soledad lo
hacía diferente de la mayoría de las personas. No recordaba ninguna experiencia de la niñez que
pudiera hacerle preferir de adulto un estilo de vida diferente. Sus padres lo habían apoyado. Jack
todavía los visitaba una vez al año; dijo que eran las únicas personas que eran para él algo especial.
El paciente había sido un buen estudiante; después de la escuela secundaria cursó biología en el
investigación médica. Había estado deprimido en los dos últimos meses. Sostenía que nada le
interesaba, ni podía imaginar nada satisfactorio para el futuro. Esos pensamientos podían parecer
típicos de todo paciente depresivo, pero Jack dijo que los había tenido incluso antes de su acceso
depresivo.
Cuando empezó la terapia, Jack experimentaba los siguientes síntomas: Afectivos: tristeza,
desvalimiento, sentimiento de "falta de vida en su interior".
Conductuales: abandono de actividades con las que antes disfrutaba; interacción social
extremadamente limitada.
El primer paso de la terapia consistió en presentarle a Jack el modelo cognitivo —esto es, el
concepto de que los pensamientos y las interpretaciones que damos a nuestras experiencias influyen
mucho en nuestros sentimientos acerca de ellas—. Después se le explicó lo que era un registro de
inicial de Jack en la terapia era eliminar la depresión. En el comienzo dijo que no deseaba tener
amigos ni relaciones sexuales. Estaba dispuesto a pensar en el desarrollo de algunos intereses, pero
siempre convencido de que no podría encontrar nada que pudiera disfrutar. Su desvalimiento
entorpecía su disposición a dar algunos pasos para alcanzar esas metas, de modo que fue abordado
como cuestión terapéutica central. Específicamente, en las sesiones se suscitaron todos los
pensamientos posibles sobre el desamparo. También se alentó a Jack a identificar los pensamientos
automáticos fuera de las sesiones, cuando se sintiera desvalido. Un tema de esos pensamientos era
la creencia de que ya había hecho en la vida todo lo que podía interesarle. El paciente lo puso a
prueba al prestarse a realizar algunas actividades de las que antes había disfrutado. Por ejemplo,
habló de una publicación de circulación privada sobre libros antiguos, y estuvo de acuerdo en
volver a suscribirse. Para su sorpresa, descubrió que eso le interesaba. Al mismo tiempo, trabajó por
que nada sería satisfactorio para él a largo plazo, aunque circunstancialmente lo pareciera. El
depresión era atípica, pues él no podía identificar pensamientos negativos sobre sí mismo. Incluso
aceptaba su soledad. Muy pocas veces pensaba que era tan distinto de los demás que nunca
"armonizaría" con ellos, pero entonces se respondía que no pretendía hacerlo. El deseo de
relacionarse es sin embargo muy común, y a otros pacientes con este diagnóstico puede resultarles
más difícil aceptar la idea de que los otros no valen la pena, y se consideran "raros" o "anormales".
Hay que señalar que en la depresión de Jack no había ninguna preocupación por lo que los demás
pensaran de él. No pensaba en cómo relacionarse, y por lo general sólo prestaba atención a las
relaciones cuando alguien se entrometía en su vida de algún modo. A Jack le preocupaba más su
percepción creciente de la vida como algo que no valía la pena. Contribuía a ello el hecho de que
reconociera algunas sutilezas del refuerzo, y también que no siempre pudiera predecir con precisión
Sorprendentemente, en este punto Jack pensó que quizá le gustaría tener una relación con una
mujer. Aunque estuvo de acuerdo en trabajar con esa meta, experimentaba una considerable
ambivalencia en cuanto a iniciar realmente una relación. Por un lado pensaba que sería una
situación deseable, pero por la otra que el esfuerzo no valía la pena. Como resultado de esa
ambivalencia, no cumplió con las tareas encaminadas a conocer a una mujer. Había aceptado
asociarse a un club para hacerlo. A diferencia de los pacientes con fobia social, a Jack no le
preocupaba lo que las mujeres pensaran de él, pero sí temía llegar a aburrirse y a perder interés por
ellas. Tampoco creía que una relación prolongada fuera compatible con su estilo de vida. Jack y su
terapeuta se pusieron de acuerdo en considerar que la conversación social inicial sería un "mal
El fragmento siguiente de una sesión de terapia ilustra lo difícil que le resultaba a Jack
involucrarse en una relación. No parecía tener ningún real deseo de hacerlo, pero también pensaba
Terapeuta: La semana pasada dijo que pensaría en la posibilidad de relacionarse con alguna mujer
Jack: Hay una mujer que demostró interés, pero no consigo motivarme para seguir adelante.
Jack: Bueno, la verdad es que no encuentro nada interesante o especial en una relación.
Terapeuta: ¿Qué cree que los otros valoran en las relaciones?
Jack: No tengo la menor idea... No, en realidad valoran el compañerismo, pero yo no. A veces
Terapeuta: Usted había aceptado el encargo de hablar con personas, pero parece que no cumplió.
Jack: Pienso que no vale la pena. Puede ser feo, todo un lío. De hecho, todas mis relaciones son
un lío. Las mujeres quieren hacerse amigas, pero yo no consigo mantener mi interés.
Terapeuta: ¿Qué sucede cuando usted prevé ese curso para la relación?
Jack: Sí; la meta parece razonable, pero cuando pienso en seguir adelante y tener una verdadera
Terapeuta: Quizá sería útil tomar una decisión preliminar en un sentido u otro: intentar la
relación, cuestionando los pensamientos que se oponen, o no relacionarse por ahora, suprimiendo
Jack: Supongo que hay que tomar la decisión. Voy a intentarlo de nuevo.
Terapeuta: Muy bien, pero la experiencia nos dice que interferírán ciertas cogniciones y le
causarán problemas, ¿no es así? Jack: Así es. Terapeuta: Veamos cómo podremos enfrentarnos a
ellos. ¿Qué
es lo primero que le pasa por la cabeza cuando piensa en invitar a alguien a salir?
Jack dijo cuáles eran los pensamientos automáticos que había que afrontar. De la interacción
surgió con claridad la dificultad que tenía para interesarse por una relación.
El paciente salió con algunas mujeres que no suscitaron su interés, hasta encontrar una que hasta
cierto punto le atrajo. No obstante, ella se quejaba de que Jack fuera mezquino en su participación.
Jack y el terapeuta hablaron sobre la empatía y su valor para relacionarse. Jack dijo que la
experiencia le confirmaba su opinión de que las relaciones son un lío desagradable. No obtenía
En ese punto, Jack decidió dar por terminado el tratamiento. Como se había eliminado su
depresión, y a veces habló espontáneamente de cosas que le satisfacían, había alcanzado su meta
primaria. Además habían mejorado de modo espectacular sus habilidades sociales (aunque todavía
solía ser torpe), y les reconocía un cierto valor a las relaciones. Este caso constituye una buena
ilustración de la diferencia entre la idea del refuerzo que tiene el cliente y la que tienen el terapeuta
o la sociedad. Una vez determinado que la evitación de las relaciones no resulta del miedo, es
importante ayudar al esquizoide a estructurar su vida del modo más gratificante para él, teniendo en
Prevención de la recaída
sesiones de refuerzo después de que haya concluido el tratamiento formal. Esas sesiones pueden ser
más frecuentes que lo habitual con los esquizoides, porque es más probable que esos pacientes
recaigan en su estilo de vida aislado. En este período tiene importancia evaluar si existe alguna
una vida de reclusión, y hacerlo no forma parte de su sistema de creencias, el terapeuta puede apelar
Creencia/s central/es
Estrategia/s compensatoria/s