Es Muy Caro El Kilovatio
Es Muy Caro El Kilovatio
Es Muy Caro El Kilovatio
Las centrales nucleares tienen la peculiaridad de que son muy competitivas por su
elevada fiabilidad, que les lleva a producir cantidades muy grande de electricidad
ya que casi el 90% de las horas del año están acopladas a la red eléctrica, y
porque el uranio, combustible que se utiliza en estas centrales, solo tiene un peso
de un 6% en el coste del kWh y se produce en países que son sociopolíticamente
estables. Por ello, aunque aumente mucho el precio del uranio, el coste del kWh
generado no queda muy afectado.
Por otro lado, el coste de la construcción de una central nuclear es muy alto (entre
4.000 y 5.000 millones de euros), por lo que es necesaria la amortización a largo
plazo (aproximadamente a 30 años).
https://elpais.com/ciencia/las-cientificas-responden/2022-05-05/que-son-los-
mini-reactores-nucleares.html
https://www.iaea.org/es/newscenter/news/que-son-los-reactores-modulares-
pequenos-smr
Todos los SMR que hay hasta el momento son prototipos en diferentes estados de
desarrollo, pero todavía no hay ninguno en uso. Los países que están
desarrollándolos son Estados Unidos, que está apostando muy fuerte por ellos,
China, Rusia, Canadá, Corea del Sur o el Reino Unido. Estos reactores nucleares
pequeños ya se han utilizado con anterioridad, aunque no como fuente de
electricidad. Por ejemplo, son los que se emplean en los submarinos nucleares.
Una central nuclear convencional como las que funcionan ahora requiere una
inversión económica enorme, según la Sociedad Nuclear Española, entre 4.000 y
5.000 millones de euros. Y además tienen otros problemas añadidos como son los
de la seguridad y los de la gestión de los residuos. Los SMR se plantean como
una alternativa más económica y más fácil de gestionar. Los diseños incluyen un
primer módulo con potencia menor de 300 MWe, a los que eventualmente se les
pueden añadir módulos adicionales de características similares.
Una de las primeras diferencias entre los SMR y las centrales nucleares actuales
tiene que ver con su construcción. No se puede construir una central nuclear en
cualquier sitio, pues requiere unas características geológicas adecuadas o, en
caso de las que usan agua como refrigerante (reactores de agua presurizada o en
ebullición), una fuente de agua cercana como un lago, un río o el mar, un SMR, al
ser más pequeño, no precisará de tanta agua refrigerante. Para su construcción es
necesario mover toda una industria hasta el lugar elegido para el emplazamiento,
con los elevados costes de producción que eso supone. Los reactores pequeños
podrán construirse en fábricas que podrán estar situadas en cualquier lugar. Una
vez construidos será posible trasladarlos hasta el lugar donde se situará la mini
central nuclear. Eso permitirá instalarlos, por ejemplo, en lugares aislados o
lejanos en los que no es rentable instalar una central nuclear convencional, o
donde sea complicado hacer llegar la red eléctrica general. También se plantea su
uso en desaladoras, sistemas de calefacción, o en aplicaciones industriales.
La principal diferencia entre los pequeños reactores y los reactores nucleares que
hay ahora en funcionamiento tiene que ver con su operación. Un reactor de 700 o
1000 MW es complicado de gestionar, tanto desde el punto de vista de la
seguridad como desde el punto de vista de los residuos radiactivos.
Desde el punto de vista medioambiental habrá que ver cómo responden los
prototipos, aunque se espera que sean más seguros por varias razones. La
primera es que su pequeño tamaño permite elegir mejor el lugar en el que se
instalen desde el punto de vista de la estabilidad geológica. También desde el
punto de vista de una seguridad más operativa, ya que para estos reactores más
pequeños pueden diseñarse sistemas de seguridad pasivos que no pueden
utilizarse en una central nuclear convencional. Dado que estos sistemas pasivos
dependen de fenómenos físicos, que no requieren la acción humana, será más
sencillo “apagar” el sistema ante una emergencia, mediante sistemas como la
circulación natural, la convección, la gravedad o la autopresurización. Además,
muchos diseños incluyen un contenedor de acero que recubrirá todo el reactor y
que se comportará como una barrera de ingeniería adicional.
Según informa 'The Guardian', el coste de los SMR supondrá unos 2.000 millones
de libras de media (unos 2.351 millones de euros), muy por debajo del precio por
MW que buscan los promotores de reactores nucleares a gran escala.
Los SMR, que pueden producir grandes cantidades de electricidad con bajas
emisiones de carbono, son:
Prototipos
Este SMR combina dos aspectos que van a definir la energía nuclear de las
próximas décadas: mayor seguridad y mayor aprovechamiento de residuos. Ruiz
explica que el proyecto incorpora sistemas de seguridad intrínseca, consistente
“en nuevos diseños de la física que impiden técnicamente que ocurran
accidentes”. Así, si se produce “una reacción en cadena no sostenible”, el reactor
deja de funcionar automáticamente y se para solo. Además, los nuevos SMR
aprovechan el combustible gastado en las centrales tradicionales. Este proyecto
cuenta con el apoyo de los Gobiernos de Canadá, Estados Unidos y Reino Unido.
Las cifras
6.000 millones de dólares es la inversión inicial que, por regla general, requiere la
construcción de una central grande. Los costes iniciales de los SMR, con un tercio
de tamaño, serían de 2.000 millones de dólares.
Todos los que hay actualmente son prototipos en diferentes estados de desarrollo,
pero todavía no hay ninguno en uso
China. El país que más unidades nucleares del mundo construye (Francia es el
que más potencia produce) también está desarrollando su propio SMR. En breve
estará operativo el diseño ACP-100, un reactor de agua para producir electricidad
y vapor industrial y para desalinizar agua de mar.
En comparación con los reactores existentes, los diseños de SMR propuestos son,
en general, más simples y el concepto de seguridad para esos reactores suele
basarse más en sistemas pasivos y características de seguridad inherente del
reactor, como una potencia y una presión de funcionamiento bajas. Esto significa
que en esos casos no es necesaria la intervención de un ser humano ni de una
potencia o fuerza externa para parar los sistemas, porque los sistemas pasivos
dependen de fenómenos físicos, como la circulación natural, la convección, la
gravedad y la autopresurización. Estos márgenes de seguridad reforzados, en
algunos casos, eliminan o disminuyen considerablemente las posibilidades de que
se produzcan emisiones peligrosas de radiactividad al medio ambiente y el público
en caso de accidente.
https://aris.iaea.org/Publications/SMR_Book_2020.pdf
Los SMR y las centrales nucleares ofrecen atributos únicos en lo que respecta a la
eficiencia, la economía y la flexibilidad. Mientras que los reactores nucleares
proporcionan fuentes de energía distribuibles —es decir, pueden ajustar la
producción en función de la demanda de electricidad—, algunas energías
renovables, como la eólica y la solar, son fuentes de energía variable y dependen
del clima y la hora del día. Los SMR podrían combinarse con energías renovables
e incrementar su eficiencia en un sistema energético híbrido. Estas características
ubican a los SMR en un lugar importante del proceso de transición a una energía
limpia y, al mismo tiempo, ayudan a los países a cumplir los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS).
Por lo general, se prevé que los SMR tengan una salida de energía eléctrica de
menos de 300 MW e (eléctricos) o menos de 1000 MW th (térmicos). Muchas
propuestas de SMR se basan en un modelo centrado en la fabricación, lo que
requiere muchas implementaciones para asegurar economías de producción de
unidades lo suficientemente grandes como para lograr la viabilidad económica.
Algunos diseños de SMR [ ¿cuáles? ] , típicamente aquellos que utilizan tecnologías de
Generación IV, tienen como objetivo asegurar una ventaja económica adicional a
través de mejoras en la eficiencia de generación eléctrica a partir de la generación
de vapor a temperaturas mucho más altas. Idealmente, los reactores modulares
reducirán la construcción en el sitio, aumentarán la eficiencia de la contención y se
afirma que mejoran la seguridad. La mayor seguridad debe venir a través del uso
de características de seguridad pasiva que operan sin intervención humana, un
concepto ya implementado en algunos tipos de reactores nucleares
convencionales. Los SMR también deberían reducir la dotación de personal en
comparación con los reactores nucleares convencionales, [2] [3] y se afirma que
tienen la capacidad de eludir las barreras financieras y de seguridad que inhiben la
construcción de reactores convencionales. [3] [4]
Antecedentes
Los factores económicos de escala hacen que los reactores nucleares tiendan a
ser grandes, hasta el punto de que el propio tamaño se convierte en un factor
limitante. El desastre de Chernobyl de 1986 y el desastre nuclear de Fukushima
de 2011 causaron un gran revés para la industria nuclear, con la suspensión
mundial del desarrollo, la reducción de la financiación y el cierre de plantas de
reactores.
Los defensores afirman que los SMR son menos costosos debido al uso de
módulos estandarizados que se pueden producir fuera del sitio. [11] Sin embargo,
los SMR también tienen algunas desventajas económicas. [12] Varios estudios
sugieren que los costos generales de los SMR son comparables con los de los
grandes reactores convencionales. Además, se ha publicado información
extremadamente limitada sobre el transporte de módulos SMR. [13] Los críticos
dicen que la construcción modular solo será rentable en grandes cantidades de los
mismos tipos, dados los altos costos restantes para cada SMR. Se necesita una
alta cuota de mercado para obtener suficientes pedidos.
Aspectos generales
Licencia
Escalabilidad
Una futura central eléctrica que use SMR puede comenzar con un solo módulo y
expandirse agregando módulos a medida que crece la demanda. Esto reduce los
costos iniciales asociados con los diseños convencionales. [18]
Emplazamiento/infraestructura
Los SMR requerirán mucho menos terreno, por ejemplo, el reactor SMR Rolls-
Royce de 3 bucles y 470 MWe ocupa 40 000 m 2 (430 000 pies cuadrados), el 10
% de lo que se necesita para una planta tradicional. [19] Esta unidad es demasiado
grande para cumplir con la definición de un reactor modular pequeño y requerirá
más construcción en el sitio, lo que pone en duda los supuestos beneficios de los
SMR. La empresa apunta a un tiempo de construcción de 500 días. [20]
Los SMR ofrecen ventajas significativas sobre los reactores nucleares de estilo
convencional debido a la flexibilidad de su diseño modular. La flexibilidad en las
capacidades de los SMR ofrece ventajas, capacidad de carga incremental,
capacidad de adaptación a los sitios de plantas de energía nuclear actuales,
utilización para aplicaciones industriales, tiempo de operación mejorado y la
capacidad de ser "independiente de la red". [22]
Seguridad
Proliferación
https://en-m-wikipedia-org.translate.goog/wiki/Nuclear_fission?
Los reactores convencionales suelen utilizar agua como refrigerante. [29] Los SMR
pueden usar agua, metal líquido , gas y sal fundida como refrigerantes. [30] [31]El tipo
de refrigerante se determina según el tipo de reactor, el diseño del reactor y la
aplicación elegida. Los reactores de gran capacidad utilizan principalmente agua
ligera como refrigerante, lo que permite que este método de enfriamiento se
aplique fácilmente a los SMR. El helio se elige a menudo como gas refrigerante
para SMR porque produce una alta eficiencia térmica de la planta y suministra una
cantidad suficiente de calor al reactor. El sodio, el plomo y el plomo-bismuto son
refrigerantes de metal líquido comunes de elección para los SMR. Hubo un gran
enfoque en el sodio durante el trabajo inicial en reactores de gran capacidad que
desde entonces se ha trasladado a los SMR para ser una opción destacada como
refrigerante de metal líquido. [32] Los SMR tienen menores requisitos de agua de
refrigeración, lo que amplía la cantidad de lugares en los que se podría construir
un SMR, incluidas áreas remotas que normalmente incorporan minería y
desalinización. [33]
Generación térmica/eléctrica
Algunos diseños de reactores refrigerados por gas podrían impulsar una turbina
alimentada por gas, en lugar de agua hirviendo, de modo que la energía térmica
se pueda utilizar directamente. El calor también podría usarse en la producción de
hidrógeno y otras operaciones comerciales, [30] como la desalinización y la
producción de productos derivados del petróleo (extracción de petróleo de arenas
bituminosas , creación de petróleo sintético a partir del carbón , etc.). [34]
Carga siguiente
En general, se espera que los diseños SMR proporcionen energía de carga base ;
algunos diseños propuestos pueden ajustar su producción según la demanda. [ cita
requerida ]
Otro enfoque, especialmente para los SMR que pueden proporcionar calor a alta
temperatura, es adoptar la cogeneración, manteniendo un rendimiento constante,
mientras se desvía el calor innecesario a un uso auxiliar. La calefacción urbana, la
desalinización y la producción de hidrógeno se han propuesto como opciones de
cogeneración. [35]
Desperdicio
Un estudio informó que algunos tipos de SMR podrían producir más desechos por
unidad de producción que los reactores convencionales, en algunos casos más de
5 veces el combustible gastado por kilovatio y hasta 35 veces otros productos de
desecho, como el acero activo. Se estimó que las tasas de fuga de neutrones eran
más altas para los SMR, porque en los núcleos de reactores más pequeños, los
neutrones emitidos tienen menos posibilidades de interactuar con el combustible.
En cambio, salen del núcleo, donde son absorbidos por el blindaje, volviéndolo
radiactivo. Los diseños de reactores que utilizan refrigerantes de metal líquido
también se vuelven radiactivos. Otro problema potencial es que se consume una
fracción más baja del combustible, lo que aumenta los volúmenes de desechos. La
diversidad potencialmente mayor de reactores puede requerir, en consecuencia,
diversos sistemas de gestión de desechos. [38] [39]
Muchos diseños de SMR son reactores rápidos que tienen un mayor consumo de
combustible, lo que reduce la cantidad de desechos. A una energía de neutrones
más alta , generalmente se pueden tolerar más productos de fisión . Los reactores
reproductores "queman"235 U , pero convertir materiales fértiles como238 U en
combustibles utilizables. [28]
Algunos diseños de reactores utilizan el ciclo de combustible del torio , que ofrece
una radiotoxicidad de los desechos a largo plazo significativamente menor en
comparación con el ciclo del uranio. [40]
Seguridad
Los SMR con refrigerantes de agua y sodio aumentan la seguridad del reactor a
través de su capacidad para retener subproductos del combustible fisionable
introducido en los refrigerantes durante un accidente grave. Esta característica de
un SMR permite la capacidad de un SMR para mitigar la liberación de material
fisible, contaminando el medio ambiente, en caso de que se produzca una falla en
el mantenimiento de la contención de material nuclear. [32]
Algunos diseños de SMR cuentan con un diseño integral en el que el núcleo del
reactor primario, el generador de vapor y el presurizador están integrados dentro
de la vasija del reactor sellada. Este diseño integrado permite la reducción de un
posible accidente ya que las fugas de radiación pueden contenerse fácilmente. En
comparación con los reactores más grandes que tienen numerosos componentes
fuera de la vasija del reactor, esta característica aumenta drásticamente la
seguridad al disminuir la posibilidad de un accidente no contenido. Además, esta
característica permite que muchos diseños de SMR entierren el reactor y las
piscinas de almacenamiento de combustible gastado bajo tierra al final de su vida
útil, lo que aumenta la seguridad de la eliminación de desechos. [22]
Flexibilidad de SMR
Ciencias económicas
Un factor clave de interés en los SMR son las supuestas economías de escala en
la producción, ya que (por definición) se pueden fabricar en una fábrica externa.
En cambio, algunos estudios encuentran que el costo de capital de los SMR es
equivalente al de reactores más grandes. [48] Se necesita un capital sustancial para
construir la fábrica; mejorar ese costo requiere un volumen significativo, estimado
entre 40 y 70 unidades. [49]
Sin embargo, al comparar los SMR con los reactores grandes, también se deben
considerar las características únicas de los SMR que deberían compensar la falta
de economía de escala, aunque ningún diseño de SMR las presenta todas. Dada
la menor capacidad, estas características aumentarán la demanda de obras para
obtener la misma potencia de un Gran Reactor, pero por sí mismas no
aumentarán la demanda de centrales nucleares. [14] Los problemas financieros y
económicos pueden obstaculizar la construcción de SMR. [50]
Se afirma que los costos de construcción por reactor SMR son menores que los de
una planta nuclear convencional, mientras que los costos de explotación pueden
ser más altos para los SMR debido a la economía de baja escala y al mayor
número de reactores. Los costos de personal por unidad de producción aumentan
a medida que disminuye el tamaño del reactor, debido a los costos fijos. Los
costos de personal de SMR por unidad de producción pueden ser hasta un 190%
más altos que el costo operativo fijo de los reactores grandes. [51] La construcción
modular es un proceso muy complejo y hay "información extremadamente limitada
sobre el transporte de módulos SMR", según un informe de 2019. [13]
Un cálculo del costo de producción realizado por la Oficina Federal Alemana para
la Seguridad de la Gestión de Residuos Nucleares (BASE), teniendo en cuenta las
economías de escala y los efectos de aprendizaje de la industria nuclear, sugiere
que se tendría que producir un promedio de 3000 SMR antes de la producción de
SMR. valdría la pena Esto se debe a que los costos de construcción de los SMR
son relativamente más altos que los de las grandes centrales nucleares debido a
la baja producción eléctrica. [52]
El fundador del Energy Impact Center , Bret Kugelmass, afirmó que miles de SMR
podrían construirse en paralelo, "reduciendo así los costos asociados con los
largos tiempos de préstamo para los cronogramas de construcción prolongados y
reduciendo las primas de riesgo actualmente vinculadas a grandes proyectos". [54]
El vicepresidente ejecutivo de GE Hitachi Nuclear Energy, Jon Ball, estuvo de
acuerdo y dijo que los elementos modulares de los SMR también ayudarían a
reducir los costos asociados con los tiempos de construcción prolongados. [54]
Licencia
Los SMR provocaron una reevaluación del proceso de concesión de licencias para
reactores nucleares. Un taller en octubre de 2009 y otro en junio de 2010
consideraron el tema, seguido de una audiencia en el Congreso en mayo de 2010.
Múltiples agencias estadounidenses están trabajando para definir la concesión de
licencias SMR. Sin embargo, algunos argumentan que debilitar las normas de
seguridad para impulsar el desarrollo de SMR puede contrarrestar sus
características de seguridad mejoradas. [58] [59]
Proliferación nuclear
Algunos diseños de SMR están diseñados para repostar una sola vez. Esto mejora
la resistencia a la proliferación al eliminar el manejo de combustible nuclear en el
sitio y significa que el combustible puede sellarse dentro del reactor. Sin embargo,
este diseño requiere grandes cantidades de combustible, lo que podría convertirlo
en un objetivo más atractivo. Un SMR de agua ligera de 200 MWe de 30 años de
vida útil central podría contener alrededor de 2,5 toneladas de plutonio al final de
su vida útil. [29]
Además, muchos SMR ofrecen la capacidad de pasar períodos de más de 10
años sin requerir ningún tipo de reabastecimiento de combustible, por lo tanto,
mejoran la resistencia a la proliferación en comparación con los grandes reactores
convencionales, que implican el reabastecimiento de combustible cada 18 a 24
meses [22].
Los reactores de agua ligera diseñados para funcionar con torio ofrecen una
mayor resistencia a la proliferación en comparación con el ciclo de uranio
convencional, aunque los reactores de sales fundidas tienen un riesgo sustancial.
[62] [63]
Los SMR se transportan desde las fábricas sin combustible, ya que se alimentan
en el sitio final, excepto algunos microrreactores. [64]
Sitios propuestos
Canadá
Porcelana
Polonia
Reino Unido
En 2016, se informó que el gobierno del Reino Unido estaba evaluando los sitios
de SMR de Gales , incluida la antigua central nuclear de Trawsfynydd , y en el sitio
de las antiguas centrales nucleares o de carbón en el norte de Inglaterra . Se
afirmó que los sitios nucleares existentes, incluidos Bradwell , Hartlepool ,
Heysham , Oldbury , Sizewell , Sellafield y Wylfa , eran posibilidades. [111] El coste
previsto para una unidad Rolls-Royce SMR de 470 MWe es de 1.800 millones de
libras esterlinas para la quinta unidad construida. [112] [113]En 2020, se informó que
Rolls-Royce tenía planes para construir hasta 16 SMR en el Reino Unido. En
2019, la empresa recibió £18 millones para comenzar a diseñar el sistema
modular. [114] El gobierno británico otorgó £ 210 millones adicionales a Rolls-Royce
en 2021, complementados con una contribución de £ 195 millones de empresas
privadas. [115] En noviembre de 2022, Rolls-Royce anunció que se priorizaría la
evaluación de los sitios en Trawsfynydd, Wylfa, Sellafield y Oldbury como
ubicaciones potenciales para múltiples SMR. [116]
Estados Unidos
Utah Associated Municipal Power Systems (UAMPS) anunció una asociación con
Energy Northwest para explorar la ubicación de un reactor NuScale Power en
Idaho , posiblemente en el Laboratorio Nacional de Idaho del Departamento de
Energía . [119]
La planta de energía nuclear de Galena en Galena, Alaska, fue una instalación de
microrreactor nuclear propuesta. Era un despliegue potencial para el reactor
Toshiba 4S .
Rumania
https://www.bbc.com/mundo/noticias-60948209
Los precios del petróleo y el gas se han disparado en los últimos dos años, y con
ellos los costes de la producción eléctrica y la factura de la luz.
El calentamiento global avanza y los países parecen incapaces de cumplir con los
objetivos de emisiones.
Como Macron -que cinco años antes había prometido reducir en un tercio la
generación atómica en Francia- muchos han cambiado su postura sobre la
energía nuclear, denostada desde el accidente de Fukushima en 2011.
"Lamentablemente ha tenido que ser una guerra la que ponga en evidencia que no
podemos depender tanto de los combustibles fósiles", sentencia García.
Con el ritmo de producción actual se prevé que las emisiones aumenten un 14%
esta década, echando por tierra los objetivos del Acuerdo de París de 2015 de
reducir el aumento de temperatura global a 1,5 ºC para finales de siglo.
Greenpeace cree que es posible prescindir tanto de las energías fósiles como de
la atómica.
Sin embargo, los defensores de la energía nuclear ponen en duda que esto sea
factible: las renovables tienen una capacidad de generación limitada, requieren
grandes cantidades de espacio y materiales, y dependen de las condiciones
climatológicas para alimentar la red.
Por eso creen que lo más realista es aumentar tanto la producción atómica
como de renovables para acabar reduciendo a cero las de carbón, gas y
petróleo.
¿Y la fusión?
Pero recrearla con éxito en la Tierra requiere de una alta tecnología que aún está
en desarrollo.
Las centrales nucleares emiten un promedio de 28 toneladas de ese gas por cada
gigawatio hora que producen, muy por debajo de las 888 de las de carbón, las 735
de petróleo y las 500 de gas natural, según el informe técnico de la CE.
Según el mismo estudio, la energía nuclear también genera cantidades muy bajas
de dióxido de sulfuro y dióxido de nitrógeno -que pueden generar lluvia ácida-, así
como desechos químicos, y consume menos recursos minerales y fósiles en
comparación con otras fuentes.
La ONU, por su parte, advirtió en 2021 que los objetivos globales para frenar el
calentamiento global no podrán alcanzarse si se excluye a la energía atómica.
"La energía nuclear es tan verde y segura como las energías renovables. No es
una cuestión de opinión, sino de comparar múltiples estudios revisados por pares
que van en la misma dirección", asevera García.
Pero no todos están de acuerdo con que la energía nuclear sea limpia.
"Si bien la energía nuclear no emite gases de efecto invernadero al mismo nivel
que los combustibles fósiles, en realidad emite más CO₂ por kWh que cualquiera
de las renovables, ya que un reactor nuclear necesita un combustible para generar
electricidad y su obtención sí emite gases de efecto invernadero", asegura, por su
parte, la representante de Greenpeace.
Los detractores de la energía nuclear también alegan que extraer uranio produce
daños medioambientales, que decomisionar una planta es costoso y
contaminante, o que existe el riesgo de accidente o ataque militar a instalaciones
atómicas, muy bajo pero con consecuencias potencialmente desastrosas si
ocurre.
Los residuos, que en su mayoría provienen del combustible nuclear gastado en las
centrales, son materiales sólidos y líquidos que contienen isótopos radiactivos.
Pueden ser tóxicos desde décadas hasta miles de años y su tratamiento es muy
complejo. Por ejemplo, en el caso de residuos de alta actividad hay que
almacenarlos en tres etapas diferentes, la última de ellas bajo el suelo a entre
200 y 1.000 metros de profundidad.
Alfredo García, sin embargo, sostiene que la energía atómica "es la única que se
hace cargo integralmente del coste de la gestión de sus residuos, que se manejan
con los más altos estándares de seguridad, y para los que existen soluciones
tecnológicas científicamente consensuadas".
¿Es rentable?
Atucha III, que será la cuarta central nuclear de Argentina con 1.200 megawatios,
costará US$8.000 millones, según el acuerdo firmado en febrero entre este país y
China.
Mientras una planta atómica supera a menudo los US$6 millones por
megavatio de capacidad, en el caso de las centrales de gas de ciclo combinado
el coste ronda el medio millón.
Emmanuel Macron anunció un plan energético para los próximos años que incluye
seis nuevos reactores con un coste estimado de unos 50.000 millones de euros.
Mientras, Alemania tenía previsto cerrar este año sus tres últimas centrales
nucleares, pero la guerra en Ucrania ha puesto al país entre la espada y la
pared.
Europa está dividida sobre la energía atómica: los gobiernos de Alemania, Austria,
Dinamarca, España, Luxemburgo y Portugal rechazan promoverla, frente a la
autodenominada "alianza nuclear" de Bulgaria, Croacia, Finlandia, Francia,
Rumanía y Eslovenia, a la que se suman República Checa, Hungría, Polonia y
Eslovaquia.
Y quien más apuesta por el átomo está a miles de kilómetros de distancia: China
se postula como la próxima superpotencia mundial en energía nuclear.
Los físicos han buscado las maneras de recrear ese reacción durante décadas, lo
cual promete convertirse en una fuente de energía limpia casi ilimitada.
Este martes, los investigadores confirmaron que han superado una barrera
importante: producir más energía de la que se gastó en un experimento de
fusión.
Aunque satisfechos, los científicos dicen que todavía queda mucho camino por
recorrer antes de que la fusión alimente a los hogares con electricidad.
El problema es que hasta hace poco conseguirla parecía cosa de ciencia ficción.
Ya no es así. La perspectiva de la fusión nuclear como una fuente viable de
energía ha mejorado significativamente.
Tanto empresas privadas como gobiernos le han dicho a la BBC que pretenden
que los modelos de demostración funcionen en cinco años. Pero quedan grandes
obstáculos, dicen los críticos.
Dado que el costo de la energía eólica y solar continúa bajando, los especialistas
dicen que esas energías renovables que ya funcionan podrían ofrecer un método
más económico y oportuno para abordar el cambio climático y generar energía.
¿Qué es la fusión?
Esto los obliga a romper sus enlaces atómicos y fusionarse para formar el
elemento más pesado, el helio. La fusión solar natural genera enormes
cantidades de calor y luz.
Durante décadas, los investigadores han estado intentando replicar este proceso
en la Tierra, o "construir el Sol en una caja" como lo denominó un físico.
Para avanzar en el concepto de fusión, los países han enfocado sus esfuerzos en
una alianza internacional llamada Iter.
El plan es contar con el primer plasma generado en 2025. Sin embargo, pasar de
este paso a producir energía es extremadamente difícil.
Iter también se ha visto afectado por largas demoras y un gasto excesivo, lo que
significa que es poco probable que tenga una planta de fusión de prueba
funcionando incluso para 2050.
"Una de las razones por las que Iter está retrasado es porque es muy, muy difícil",
dijo el profesor Ian Chapman, director ejecutivo de la Autoridad de Energía
Atómica de Reino Unido.
Hasta que Iter esté funcionando en 2025, el reactor Joint European Torus (Jet)
de Reino Unido sigue siendo el experimento de fusión más grande del mundo.
Para conseguir la fusión nuclear, uno de los desafíos es que mantener los
elementos juntos requiere grandes cantidades de temperatura y presión.
Hasta ahora, ningún experimento ha conseguido producir más energía que la que
se invierte para que funcione.
En el experimento del LLNL, los científicos pusieron una pequeña cantidad de
hidrógeno en una cápsula del tamaño de un grano de pimienta.
El láser es tan fuerte que puede calentar la cápsula a 100 millones de grados
Celsius, más caliente que el centro del Sol, y comprimirla a más de 100.000
millones de veces la atmósfera de la Tierra.
En el camino correcto
"La fusión ha entusiasmado a los científicos desde que descubrieron por primera
vez qué estaba causando que el Sol brillara. Estos resultados hoy realmente nos
ponen en el camino hacia la comercialización de la tecnología".
Este ha sido el sentimiento del que se han hecho eco los físicos de todo el mundo,
que elogiaron el trabajo de la comunidad científica internacional.
"El éxito de hoy se basa en el trabajo realizado por muchos científicos en EE.UU.,
Reino Unido y en todo el mundo. Con la ignición ahora lograda, no solo se
desbloquea la energía de fusión, sino que también se abre una puerta a la nueva
ciencia", dijo Gianluca Gregori, profesor de física en la Universidad de Oxford.
Sobre la pregunta de cuánto tiempo pasará antes de que podamos ver el uso de la
fusión en las centrales eléctricas, el director del LLNL, Kim Budil, dijo que todavía
hay obstáculos importantes.
"Con esfuerzos e inversiones concertados, unas pocas décadas de investigación
sobre las tecnologías subyacentes podrían poner en condiciones de construir una
central eléctrica", precisó.
Y aunque el experimento obtuvo más energía que la que puso el láser, esto no
incluyó la energía necesaria para que los láseres funcionaran, que era mucho
mayor que la cantidad de energía que producía el hidrógeno.
Pero lo que representa es enorme para los científicos que han pasado tanto
tiempo trabajando en esta tecnología. Y lo es para todo el mundo.
La promesa de un futuro alimentado por fusión está un paso más cerca. Pero, y
siempre hay un pero con estos avances, todavía queda un largo camino por
recorrer antes de que esto se convierta en una realidad.
Este experimento demuestra que la ciencia funciona. Ahora necesita ser repetido,
perfeccionado, y la cantidad de energía que genera tendrá que ser aumentada
significativamente.
Esto es antes de que los científicos puedan siquiera pensar en ampliar el proceso.
Pero la promesa de una fuente de energía limpia será sin duda un gran incentivo
para superar estos desafíos.
** Este costo es variable, dependiendo del tipo instalado (5, 10, 50 y 100 MW).
Los costos económicos solamente representan una parte del panorama para
analizar este tipo de proyectos, pero en este caso ayudarán a comprender los
riesgos en diversos sentidos: económicos, sociales y ambientales de las centrales
nucleoeléctricas. De acuerdo con Framatome -uno de los actores internacionales
más importantes en la producción de reactores nucleares- el costo total de las
centrales nucleoeléctricas se determina principalmente por los costos fijos de
construcción: intereses del crédito y amortización del capital, así como el
desmantelamiento de la planta (proceso que puede durar poco más de 65 años);
dichos costos comprenden 70% del valor total de la inversión aproximadamente, y
el restante se divide entre costos fijos y costos variables operativos ( Thomas, 2010).
Uno de los argumentos más comunes que se utiliza a favor de la energía nuclear
se refiere a que el tiempo de vida de los reactores es muy largo (en este caso el
estimado es de 60 años, aunque el promedio para los que se emplean en la CNLV
es de 30 a 40 años), proveyendo energía de forma constante (a diferencia de otras
opciones como la solar y eólica, que tienen variaciones), por lo que podrían
abaratar sus costos fijos en el largo plazo. El problema de este razonamiento es la
valoración financiera en un entorno altamente competitivo de un bien como lo es la
energía eléctrica, el cual además se encuentra afectado por las reglas operativas
del mercado mexicano y controlado por tarifas con subsidios que distorsionan los
precios de mercado. De manera que los costos del dinero para la inversión en este
tipo de proyectos serán muy altos, pues existen pocas garantías de que no
solamente debe ser rentable durante toda su operación, sino también para los
fondos del desmantelamiento, lo que es un proceso de tan largo tiempo que tiene
pocas opciones para financiarse de forma adecuada.
Ahora bien, México ha planteado desde 2019 incrementar la capacidad nuclear del
país instalando cuatro nuevos reactores, dos en la ya existente planta de Laguna
Verde y dos más en la costa del Pacífico, según declaró ese año Héctor López
Villareal, coordinador de Generación Termoeléctrica de CFE ( Solís, 2019), mismos que
no solamente son más eficientes que los que se disponen en la actualidad, sino
también más seguros. La cuestión es que los reactores nucleares de nueva
generación son extremadamente costosos, pues estimaciones independientes
consideran plausible que este proyecto puede alcanzar los 10 mil millones de
dólares (mmd), además la reconfiguración de los reactores viejos que pretendan
superar su tiempo de vida normal7 pueden generar costos desde 3.5 hasta 6 mmd,
de acuerdo con las estimaciones de World Nuclear Association (2019). Adicionalmente, el
tiempo necesario para construcción e instalación es de 10 años aproximadamente.
En contraste, una planta solar o un parque eólico con un potencial parecido no
solamente cuesta menos de una cuarta parte de esto, también es más barato en
producción al comparar el costo nivelado (precio estándar de la electricidad) entre
estas dos tecnologías, en la que el megawatt/ hora de la CNLV cuesta casi 100
dólares, mientras que el de la opción solar es de 22 dólares ( PMCE, 2019). De igual
forma, en este costo no se están considerando los gastos de almacenamiento del
combustible nuclear ya gastado, mismo que debe quedar bajo resguardo durante
décadas en áreas especiales.
Los datos que se han mencionado hasta ahora, así como algunos otros no
abordados por cuestión de espacio,8 demuestran que la energía nuclear
actualmente presenta aspectos controversiales en términos económicos o de
seguridad pública debido a sus posibles efectos en el ambiente y en la salud
humana, pero para tener un panorama más completo de la situación se deben de
considerar los aspectos sociales y ambientales, ya que de ellos depende la vida
humana y la naturaleza. Por ello se revisan y analizan las protestas de la
sociedad, especialmente las del grupo Madres Veracruzanas, por ser las que
radican en ese estado.
Considerando una central nuclear de agua a presión (PWR) tipo de 1.000 MWe de
potencia instalada, su producción anual media es de unos 8.500 GWh, o lo que es
lo mismo, 8.500.000.000 kWh.
Considerando una central nuclear de agua a presión (PWR) tipo de 1.000 MWe de
potencia instalada, su producción anual media es de unos 8.500 GWh, o lo que es
lo mismo, 8.500.000.000 kWh.
El gran debate sobre si la energía nuclear cada vez es más cara de producir:
dos expertos con miradas diferentes nos lo explican
https://www.xataka.com/energia/gran-debate-energia-nuclear-cada-vez-cara-
producir-dos-expertos-miradas-diferentes-nos-explican
Los expertos a los que hemos consultado lo tienen claro: actualmente la energía
nuclear realiza una contribución imprescindible al mix energético español. Si
queremos minimizar la emisión de gases de efecto invernadero en el camino hacia
un modelo energético sostenible y respetuoso con el medio ambiente tenemos que
contar con ella. Sin embargo, en lo que no están de acuerdo es en su coste y en el
impacto que tiene en el precio de la electricidad.
Para arrojar luz sobre este tema tan apasionante, y tan importante para todos,
hemos consultado a dos expertos que conocen muy bien el sistema energético
español en general, y las peculiaridades de la energía nuclear en particular. Uno
de ellos es Alfredo García, mucho más conocido en Twitter por su alter ego
@OperadorNuclear. Durante los últimos diez años ha utilizado esta red social para
divulgar y explicar el rol que tiene la energía nuclear, unos conocimientos
garantizados por su responsabilidad como supervisor de operación en la central
nuclear de Ascó, en Tarragona.
Los libros que estos dos expertos han publicado no dejan lugar a dudas acerca de
su capacidad de divulgación y su firme intención de participar en la construcción
de un futuro energético alentador. Pedro es el autor de 'El nuevo orden verde' y
'El futuro de la energía en 100 preguntas', y Alfredo ha publicado 'La energía
nuclear salvará el mundo'. Las tres son unas lecturas muy recomendables para
cualquier persona interesada en el sector energético.
Como estáis a punto de descubrir, Alfredo y Pedro tienen una mirada diferente
acerca de la energía nuclear y del papel que tendrá en el futuro en el mix
energético español. No obstante, esto no les impide coincidir en algunos puntos,
como el rol esencial que tiene actualmente esta forma de energía en la
reducción de la emisión de gases de efecto invernadero. En cualquier caso,
ambos tienen muchas cosas interesantes que contarnos fruto de un análisis que,
pese a su diferente perspectiva, es muy enriquecedor y puede ayudarnos a
conocer mejor el futuro energético hacia el que todos nos dirigimos.
Para ir metiéndonos en harina nada mejor que conocer qué opinan los dos
expertos con los que hemos hablado acerca de la contribución que realiza
actualmente la energía nuclear al mix energético español. Alfredo defiende lo
siguiente:
«Creo firmemente, y lo creo porque hay múltiples datos que lo avalan, que
necesitamos la energía nuclear para hacer una transición hacia las energías
bajas en gases de efecto invernadero. Cada país tiene su propia idiosincrasia.
España tiene un gran potencial eólico y solar. Lo sabe todo el mundo, pero a
menudo la gente olvida que no siempre tenemos sol, y no siempre tenemos
viento».
«Las centrales nucleares acabarán cerrando, pero tienen que cerrar poco a poco.
La razón por la que se ha hecho un calendario de cierre, además de por motivos
técnicos y logísticos, es no afectar a las emisiones del sistema eléctrico de una
forma importante. En 2021 no es viable cerrarlas todas, pero sí es viable hacerlo
poco a poco».
Los factores que nos permiten identificar si es caro o barato producir electricidad
utilizando energía nuclear son numerosos. Y complejos. Pero nuestros dos
expertos nos ayudan a interpretarlos. Esto es lo que nos explica Pedro:
«Esto es lo que sucede con las centrales nucleares que llevan décadas operando,
pero si queremos construir una central nuclear nueva viendo toda la experiencia
que han tenido nuestros vecinos, como Francia, Reino Unido o Finlandia, o
Estados Unidos, que son los países con los que nos podemos comparar, el coste
de la nueva energía nuclear se va más allá de 100 euros/megavatio hora. Esto
está fuera del coste de cualquier tipo de energía. No nos podemos comparar con
China, que tiene un sistema económico distinto, o con Rusia, que tiene una
empresa que es propiedad pública y que probablemente tiene alguna subvención
encubierta», asegura Pedro.
«En 2020, que como todos sabemos ha sido un año muy especial, la electricidad
ha costado 34 euros/megavatio hora, pero si vemos los precios futuros del
mercado eléctrico a partir de 2026 tendremos precios inferiores a los 40
euros/megavatio hora. Esto son objetivamente pérdidas para las centrales
nucleares. En definitiva, la energía que procede de las centrales nucleares que ya
están amortizadas no es muy cara, pero si el precio del mercado se deprime a
causa de las renovables, que son mucho más baratas en cualquiera de los
casos, y eso les lleva a perder la rentabilidad, es normal que las empresas
propietarias quieran cerrarlas. Al fin y al cabo es un negocio», sentencia Pedro con
convencimiento.
«A esto habría que añadir los impuestos, que en España suman una cantidad
equivalente al coste de producción. En Cataluña en particular los impuestos
suman 6 euros adicionales porque hay un impuesto de la comunidad autónoma
que graba la gestión de los residuos, cuando en realidad la administración de los
residuos la hacen las propias centrales y la pagan aparte. Es un impuesto
duplicado que está recurrido, pero por el momento las centrales nucleares lo están
pagando».
«Si las centrales nucleares tuviesen una fiscalidad justa, pagasen los impuestos
que les corresponde y no tuviesen que hacer frente a impuestos duplicados, el
precio de la electricidad que generan estaría en la órbita de los 40 euros por
megavatio hora. Y no cabe duda de que es un precio muy competitivo».
«Cuando una central nuclear no es rentable, cierra. Esto fue lo que sucedió con
Zorita, que cerró porque era una central pequeña y resultaba poco rentable
mantenerla. Las centrales nucleares pertenecen a empresas cuyo objetivo es
ganar dinero, y cuando no son rentables, cierran», asegura Alfredo defendiendo
con convicción la competitividad de la energía generada por las centrales
nucleares que mantienen su actividad.
«Todas las centrales nucleares españolas, al igual que las europeas, hicieron
inversiones después de Fukushima para implementar una seguridad adicional. Y
esto también ha provocado que la nueva energía nuclear se produzca con unos
estándares mucho más seguros. Como es lógico son mucho más seguras las
centrales nucleares que se construyen hoy que las que se hacían no ya antes de
Fukushima, sino antes de Chernóbil».
«El calendario del apagón nuclear no solo es realista, sino que el propio gobierno
español ha conseguido que muchas de las empresas propietarias, que querían
cerrar a los cuarenta años las centrales nucleares porque no eran rentables,
hayan aceptado extender la operación hasta los cuarenta y cinco y los cuarenta
y seis años. De hecho, puede llegar a pasar que alguien quiera revisar la fecha del
cierre nuclear con el propósito de adelantarla».
«Si la electricidad en el futuro tiene el precio que parece que va a tener, las
centrales nucleares españolas no darán beneficios. Darán pérdidas. Con
frecuencia esta estrategia se plantea desde el sector pronuclear como si el pacto
consistiese en crear un cierre, cuando en realidad lo que está haciendo este
acuerdo es retrasar un cierre que muchas empresas eléctricas hubiesen
ejecutado a los cuarenta años», asegura Pedro.
«Realmente esos cuarenta años definen un periodo mínimo en el que tienes que
garantizar que la central funciona correctamente y con seguridad para asegurar la
inversión que se ha realizado. No es una fecha de caducidad. Una central no
puede durar treinta años porque entonces no se amortizaría completamente, pero
una vez que ha llegado a los cuarenta años y se ha mantenido con seguridad, y
siempre que el organismo regulador garantice que funciona de forma segura y es
rentable, esa central puede seguir funcionando muchos más años», concluye
Alfredo sin vacilar.
La inversión inicial que es necesario hacer para construir una central nuclear es
muy alta, y por esta razón las instalaciones de tercera generación deben tener un
ciclo de operación de al menos sesenta años. Se amortizan con más lentitud que
las centrales de segunda generación. Alfredo nos explica qué estrategias pueden
permitir reducir los costes de construcción de nuevas centrales nucleares:
«La Agencia para la Energía Nuclear propone cómo se pueden reducir los costes
de construcción de nuevas centrales nucleares»
«Es la primera vez que se construyen los reactores de tercera generación que se
están poniendo en marcha actualmente, a los que nosotros llamamos reactores
FOAK (First Of A Kind) debido a que son los primeros de su tipo, y al ser
nuevos no sabemos con qué problemas podemos encontrarnos durante su
construcción. Y cuando se producen estos problemas pueden encarecer y retrasar
este proceso», aduce Alfredo.
«La solución es, sencillamente, construir más. Es lo que está haciendo China.
Sus primeros reactores también eran más caros, y, sin embargo, ahora están
construyendo en plazo y ajustándose al presupuesto previsto inicialmente. Rusia
está haciendo lo mismo. Y Corea del Sur, que está construyendo en Emiratos
Árabes, también. Las centrales de tercera generación se diseñan para tener un
ciclo de operación mínimo de sesenta años, y no de cuarenta años, como las de
segunda generación, por lo que su amortización también es más lenta».
«Realmente esos cuarenta años definen un periodo mínimo en el que tienes que
garantizar que la central funciona correctamente y con seguridad para asegurar la
inversión que se ha realizado. No es una fecha de caducidad. Una central no
puede durar treinta años porque entonces no se amortizaría completamente, pero
una vez que ha llegado a los cuarenta años y se ha mantenido con seguridad, y
siempre que el organismo regulador garantice que funciona de forma segura y es
rentable, esa central puede seguir funcionando muchos más años», concluye
Alfredo sin vacilar.
La inversión inicial que es necesario hacer para construir una central nuclear es
muy alta, y por esta razón las instalaciones de tercera generación deben tener un
ciclo de operación de al menos sesenta años. Se amortizan con más lentitud que
las centrales de segunda generación. Alfredo nos explica qué estrategias pueden
permitir reducir los costes de construcción de nuevas centrales nucleares:
«Es la primera vez que se construyen los reactores de tercera generación que se
están poniendo en marcha actualmente, a los que nosotros llamamos reactores
FOAK (First Of A Kind) debido a que son los primeros de su tipo, y al ser
nuevos no sabemos con qué problemas podemos encontrarnos durante su
construcción. Y cuando se producen estos problemas pueden encarecer y retrasar
este proceso», aduce Alfredo.
«La solución es, sencillamente, construir más. Es lo que está haciendo China.
Sus primeros reactores también eran más caros, y, sin embargo, ahora están
construyendo en plazo y ajustándose al presupuesto previsto inicialmente. Rusia
está haciendo lo mismo. Y Corea del Sur, que está construyendo en Emiratos
Árabes, también. Las centrales de tercera generación se diseñan para tener un
ciclo de operación mínimo de sesenta años, y no de cuarenta años, como las de
segunda generación, por lo que su amortización también es más lenta».
«Realmente esos cuarenta años definen un periodo mínimo en el que tienes que
garantizar que la central funciona correctamente y con seguridad para asegurar la
inversión que se ha realizado. No es una fecha de caducidad. Una central no
puede durar treinta años porque entonces no se amortizaría completamente, pero
una vez que ha llegado a los cuarenta años y se ha mantenido con seguridad, y
siempre que el organismo regulador garantice que funciona de forma segura y es
rentable, esa central puede seguir funcionando muchos más años», concluye
Alfredo sin vacilar.
La inversión inicial que es necesario hacer para construir una central nuclear es
muy alta, y por esta razón las instalaciones de tercera generación deben tener un
ciclo de operación de al menos sesenta años. Se amortizan con más lentitud que
las centrales de segunda generación. Alfredo nos explica qué estrategias pueden
permitir reducir los costes de construcción de nuevas centrales nucleares:
«La Agencia para la Energía Nuclear propone cómo se pueden reducir los costes
de construcción de nuevas centrales nucleares»
«Es la primera vez que se construyen los reactores de tercera generación que se
están poniendo en marcha actualmente, a los que nosotros llamamos reactores
FOAK (First Of A Kind) debido a que son los primeros de su tipo, y al ser
nuevos no sabemos con qué problemas podemos encontrarnos durante su
construcción. Y cuando se producen estos problemas pueden encarecer y retrasar
este proceso», aduce Alfredo.
«La solución es, sencillamente, construir más. Es lo que está haciendo China.
Sus primeros reactores también eran más caros, y, sin embargo, ahora están
construyendo en plazo y ajustándose al presupuesto previsto inicialmente. Rusia
está haciendo lo mismo. Y Corea del Sur, que está construyendo en Emiratos
Árabes, también. Las centrales de tercera generación se diseñan para tener un
ciclo de operación mínimo de sesenta años, y no de cuarenta años, como las de
segunda generación, por lo que su amortización también es más lenta».
«Pero, y este es uno de los mayores impedimentos, al requerir una gran inversión
inicial necesitan tener una gran estabilidad jurídica y legislativa que les permita
funcionar durante todo ese tiempo siempre y cuando se mantenga la seguridad. La
seguridad siempre es lo primero porque si no la tienes te cierran la central.
Fukushima está cerrada porque no ha sido lo suficientemente segura», sentencia
Alfredo.
«Esto quiere decir que cuando tienen que convivir con unas energías que son
eminentemente intermitentes lo que necesitas al otro lado es una energía que te
complemente. Una energía que te permita subir y bajar rápidamente la potencia
de la misma forma en que lo hacen las energías renovables. Las centrales
nucleares no están preparadas para hacerlo. Ahora no suele haber muchos
problemas porque el sistema obliga a las nucleares a bajar la potencia tres o
cuatro veces al año en los momentos en los que hay mucha aportación eólica,
solar, y a veces también hidráulica. Pero a medida que vayamos teniendo más
energía solar y eólica el sistema energético se saturará con más frecuencia»,
vaticina Pedro.
«Esto provocará que haya que parar las nucleares, pero no va a tener sentido
hacerlo porque no es viable pararlas y tener que esperar un montón de horas
hasta que vuelvan a entregar la potencia necesaria. Además, si las haces bajar
continuamente estás provocando que una instalación que es carísima y que tiene
unos costes fijos altísimos no pueda generar los ingresos que necesita para cubrir
los costes fijos. Las centrales nucleares no están tecnológicamente adaptadas al
mundo que viene».
«Más del 80% de las emisiones de dióxido de carbono no proceden del sistema
eléctrico; están en el transporte, la industria…»
«Además, para amortizar una central nuclear de nueva generación la voy a tener
que mantener sesenta años trabajando para poder amortizar los enormes costes
fijos. Y no podemos olvidar que estamos en una emergencia climática, y esto
quiere decir que tenemos que descarbonizar con rapidez. Los parques eólicos y
las plantas fotovoltaicas se construyen en muy poco tiempo. Si se agiliza la
construcción en dos o tres años podemos tenerlos en funcionamiento, pero
construir una central nuclear es un proceso muy lento», concluye Pedro.
«Las baterías que nos permiten resolver este reto aún son caras, pero su coste
está descendiendo año tras año en parte debido a la tracción tecnológica que está
ocasionando el desarrollo de los vehículos eléctricos. Y también tenemos los
bombeos hidroeléctricos. Un megavatio de bombeo hidroeléctrico es mucho más
barato que un megavatio producido por una central nuclear. Y también hay otras
maneras de almacenar energía».
«Es verdad que las renovables necesitan un complemento, pero resulta que tengo
uno que ya es rentable y otro que baja de coste cada año. Y, además, tenemos el
hidrógeno. Creo firmemente que tenemos que apostar por las energías renovables
más el almacenamiento, o más otras energías que en su momento puedan actuar
como un complemento, como la hidroeléctrica de embalse, la energía geotérmica
o la biomasa. Creo que la opción renovables más almacenamiento es mucho
más razonable que la opción nucleares más renovables, que son los dos modelos
que estamos contemplando», concluye Pedro.
Alfredo, sin embargo, defiende que la ausencia de una iniciativa firme que
proponga una solución tangible al desafío que representa el almacenamiento del
excedente energético puede acabar provocando que el apagón nuclear planificado
por el Gobierno finalmente no pueda ejecutarse en las fechas previstas:
«Me da la sensación de que este acuerdo, que está promovido por el Gobierno y
está firmado y aceptado por las eléctricas, no es más que un brindis al sol. Creo
que piensan ‘vamos a decir que vamos a cerrar, pero cuando llegue el momento
sabemos que no va a ser posible cerrar las centrales nucleares’».
Además, Alfredo no pasa por alto que el excedente energético de las centrales
nucleares puede utilizarse para generar hidrógeno, una opción que se podría
implantar en las instalaciones españolas y que reforzaría su aportación al sistema
energético:
«Una opción que me gusta especialmente, y que también se está estudiando para
las centrales españolas, es la cogeneración de hidrógeno. Al igual que el
excedente de las renovables se puede utilizar para producir hidrógeno, cada
central nuclear podría tener una fábrica de hidrógeno asociada situada a cierta
distancia, y una línea en exclusiva conectada directamente a la central nuclear. En
el momento que a la central se le pide que baje, por ejemplo, un 10% de potencia
en dos minutos, no pasa nada. El reactor va a seguir funcionando al 100% de
potencia, pero solo derivará a la red el 90%».
La fusión nuclear requiere resolver muchos retos, pero es una opción ilusionante
«Creo que hay que tener la mente abierta. Y que, por supuesto, todas las
opciones tienen que ser investigadas. La fusión nuclear aún está en un estado de
desarrollo muy preliminar, pero esto no significa que el desarrollo científico y
técnico no vaya a hacerla posible. El problema es que la más optimista de
nuestras previsiones nos coloca en la década de los 60 o los 70, y es un horizonte
posterior a la crisis climática a la que ya nos estamos enfrentando, y también a
la transición energética en la que ya estamos trabajando».
«Debido a cómo funciona una central nuclear las eficiencias de transformación del
calor que generamos a electricidad son ligeramente superiores al 30%, por lo que
tendríamos que generar al menos tres o cuatro veces más energía de la que
consume el reactor para que salgan las cuentas. El objetivo de ITER es generar
diez veces más. Pero una vez que estemos ahí tenemos otro problema con los
reactivos. Necesitamos tritio», nos explica Pedro.
«La fusión nuclear es muy prometedora, pero no podemos confiar en ella para
ningún tipo de previsión energética que hagamos hoy en día»
«La idea es que se regenere constantemente dentro del propio reactor, pero se
tiene que regenerar todo. No podemos permitirnos que no se regenere ni una
mínima parte porque el coste del tritio es absolutamente prohibitivo. Actualmente
lo estamos sacando de reactores nucleares de fisión de tipo CANDU, que son los
que usan los canadienses, y si hacemos un cálculo aproximado todo el tritio que
se genera en el mundo hoy en día no bastaría para alimentar un solo reactor de
fusión».
«Y, además de todo esto, necesitamos que la tecnología sea barata porque,
aunque generemos diez veces más energía y consigamos regenerar todo el tritio,
el coste de la estructura tiene que ser competitivo al compararlo con las otras
energías que existan en ese momento. Creo que merece la pena investigar todo
esto, por supuesto, porque es algo muy prometedor, pero no podemos confiar en
la fusión nuclear para ningún tipo de previsión energética que hagamos hoy en
día», expone Pedro.
«Creo que ninguna de las personas que trabajan en ella pone en duda que va a
funcionar. El problema es que no sabemos cuándo. Hay previsiones que apuntan
hacia los años 50 o 60. Y si no es en ese momento será en los 70 o los 80, pero
yo creo que sí lo conseguiremos. Y también creo firmemente que cuando
tengamos la fusión nuclear no necesitaremos ni la fisión ni la mayor parte de las
renovables porque tendremos centrales que se alimentarán con hidrógeno, que
procede del agua del mar, y que generarán unas cantidades enormes de energía».
«Además, los residuos radiactivos derivados de los materiales del propio reactor
son de media actividad. Y no hay peligro de que se produzca un accidente porque
el reactor de fusión nuclear cuando tiene un problema deja de recibir electricidad y
se para. No se dan ni el calor residual ni los residuos que producimos en los
reactores de fisión. Cuando tengamos fusión creo que podremos prescindir de
todo lo demás, pero mientras tanto seguimos teniendo un calentamiento global y
tenemos que reducir las emisiones», sostiene Alfredo con convicción.