111 Otro Chile Es Posible
111 Otro Chile Es Posible
111 Otro Chile Es Posible
Una publicación de
LE
Editorial
MONDE
LE
OTRO CHILE
por Víctor Hugo de la Fuente
La democracia está más viva que nunca
por Giorgio Jackson
Tiempos de transformar y transformarnos
ES POSIBLE
por Cristian Cuevas
Hermanados en la lucha
por José Ancalao G.
El Allende que necesitamos
www.editorialauncreemos.cl
www.lemondediplomatique.cl
111
© 2011, Editorial Aún creemos en los sueños
Hermanados en la lucha
por José Ancalao G. 21
¡A ver, a ver…!
por Martín Pascual 31
Cuestionan el sistema
1 La mayor manifestación desde 1990 fue la del Primer Foro Social chileno en 2004, contra la visita de Georges
W. Bush, que reunió 70.000 personas.
2 El pueblo contra las dos derechas de Jorge Arrate, Sergio Aguiló y Pedro Felipe Ramírez, miembros del Movi-
miento Amplio de Izquierda (MAÍZ). Publicado en la edición chilena de Le Monde Diplomatique, agosto 2011 y
en www.movimientoampliodeizquierda.cl
3 Camila Vallejo www.camilapresidenta.blogspot.com
4 La empresa estatal CODELCO nunca fue privatizada, pero la dictadura abrió la nuevas concesiones mineras
a las empresas multinacionales y la Concertación siguió ese mismo camino. Hoy el 70% del cobre chileno es
explotado por empresas extranjeras. www.defensadelcobre.cl
5 Allende y la educación: http://www.lemondediplomatique.cl/Discurso-pronunciado-por-Salvador.html
Allende y la nacionalización del cobre:
http://www.lemondediplomatique.cl/Hace-40-anos-el-11-de-julio-de.html
6 En los barrios los vecinos juntaban ayuda para los liceos tomados. Según los sondeos, el apoyo ciudadano a
las movilizaciones estudiantiles se situó sobre el 80%. www.accionag.cl
7 Estudio sobre las causas de la deserción universitaria. Centro de Microdatos, Departamento de Economía,
Universidad de Chile. www.microdatos.cl
8 Mario Garcés Durán, director de la Organización No Gubernamental chilena ECO Educación y Comunicaciones,
en declaraciones a BBC Mundo.
9 PNUD: Informe Regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe, 2010.
hdr.undp.org/es/informes/regional/destacado/RHDR-2010-RBLAC.pdf
10 http://www.chilevision.cl/home/content/view/370956/81
11 www.cepchile.cl y www.cerc.cl
V.H.de la F.
10
El proceso del movimiento estudiantil y los cambios
Las culpas
Durante la Concertación era fácil que los gobernantes
y autoridades culparan al sistema político, a la obstruc-
ción opositora de derecha que no daba los votos para las
reformas y usaba ese argumento para descomprimir la
presión social, al tiempo que ocultaba su falta de convic-
ción y coraje para impulsar cambios fuera del marco de
“la política de los consensos”. Hoy, el gobierno no tiene
a quién culpar, porque además concentra todo el poder.
Eso permite que la presión social se concentre en un
mismo punto: en la desigualdad del sistema. Eso hace
que el movimiento sea más ambicioso, menos sectorial y
más político, desde el punto de vista de que las demandas
se hacen transversales.
Las reformas que levanta el movimiento estudiantil
12
suponen, necesariamente, más y mejor democracia. Ya
lo vimos el 4 de agosto pasado, cuando estábamos plan-
teando una reforma tributaria para obtener los recursos
que financien las demandas que postulamos o cuando,
entre otras cosas, explorábamos la idea de un plebiscito
para que participe la ciudadanía en las decisiones; la res-
puesta del gobierno fue la represión. Ese día llegamos a
la médula de la contradicción del sistema. Esto nos lleva
a hacernos cargo de las transformaciones más profundas
que necesita Chile. Los jóvenes tenemos que proyectar
este movimiento en el mediano y largo plazo y, por tanto,
hacernos partícipes de esta construcción de sociedad, lo
que nos llevará necesariamente a participar en los distin-
tos procesos políticos que se avecinan. Esto requiere más
democracia y participación.
Esta demanda por más y mejor democracia ha ido cre-
ciendo y es compartida ampliamente, tanto en el movi-
miento estudiantil como en otros movimientos sociales y
la ciudadanía. El alto apoyo a las demandas y a la movili-
zación de los estudiantes por la educación pública inclu-
ye, muy probablemente, el reclamo por el cambio del sis-
tema electoral y el fin del binominalismo (1). Eso abre un
amplio espacio de convergencia democrática. Esta insti-
tucionalidad no da el ancho, es una camisa de fuerza, y
la ciudadanía cree que la clase política ya no responde a
los intereses de la gente, por eso nuestra demanda está
calzando con la ciudadanía y hace patente la necesidad
de quitarse dicha camisa.
Tenemos la voluntad política de allegar la fuerza necesa-
ria para estos cambios y para que este movimiento no pase
a la historia como uno más. Nuestro sentido estratégico ha
puesto en evidencia el desmoronamiento de las actuales
alianzas políticas, la del gobierno y la oposición política.
Eso abre el espacio para que entre nuestro proyecto, quizás
no para ocupar el mismo espacio, pero sí para reordenarlo.
G.J.
14
Movimiento social
Tiempos de transformar y
transformarnos
por Cristian Cuevas*
Déficit democrático
Podríamos afirmar, sin llamar a escándalo, que a algunas
de nuestras organizaciones y muchas veces a nuestros diri-
gentes se fueron adosando los mismos déficit que a nuestra
singular democracia: incapacidad o abdicación de hacerse
cargo de un proyecto político transformador, apatía, luchas
intestinas y auto reproducción del poder.
En lo que toca al movimiento sindical, resulta un des-
propósito el no hacernos cargo del hecho evidente de que
el mundo del trabajo ha cambiado. A la relación laboral
clásica (un trabajador-un empleador) se ha instalado una
organización mayoritariamente inspirada en la flexibili-
dad laboral y en la tercerización, entendidas estas últimas
16
únicamente como mecanismos de precarización de las
condiciones laborales.
Esta nueva realidad, que a estas alturas constituye la
regla, ha tenido como consecuencia directa el menosca-
bo de los derechos de los trabajadores, la atomización del
movimiento sindical, la pérdida de fuerza relativa de las
organizaciones sindicales, lo que junto a una normativa
laboral reaccionaria hace ineficaz el derecho a la libertad
sindical, la negociación colectiva y la huelga.
Frente a esta realidad, muchas organizaciones sindi-
cales siguen funcionando como si estas nuevas formas
de organización del trabajo fueran excepcionales y no la
regla general, manteniendo una estructura interna con-
cebida para una realidad laboral anterior a la dictadu-
ra, burocratizada, que no permite la participación real y
efectivamente democrática de los trabajadores. A ello se
agrega la carencia de una política clara que permita efec-
tivamente orientar el accionar práctico de la organización
a atacar no sólo los efectos negativos del sistema de terce-
rización intensivo, sino sus orígenes y obviamente el mo-
delo económico y político que les da sustento.
Esta distancia entre la realidad que viven los trabajado-
res y la que consideran como tal sus organizaciones, se re-
fleja en primer término en el hecho estadístico de la baja
sindicalización: 9.340 sindicatos que agrupan a 800.001
mil trabajadores, que representan el 13,9 % de un total de
5.782.781 con derecho a organizarse. Hay agregar a esto
que la Central Unitaria de Trabajadores tiene 447.971 afi-
lados lo que representa el 87,8 % de los trabajadores orga-
nizados, la UNETE tiene 41.113 afiliados que representa el
8,6 %, y la CAT tiene 20.877 afiliados que representa el 4,
14 % de los trabajadores de organizados (1).
La situación anterior, que no puede seguir siendo acha-
cada al majadero discurso de las limitaciones estableci-
das por el Código del Trabajo, el cual es un factor pero no
el único, viene siendo una constante en la última década
ya que en ésta la afiliación sindical se mantiene estable,
décimas más décimas menos, en torno al 13% del total de
la fuerza del trabajo.
17
No obstante y felizmente, en el último quinquenio sur-
gieron distintas expresiones de movilización social que
han cuestionado el modelo capitalista en su fase neoli-
beral, como fueron las de los trabajadores forestales, sal-
moneros, temporeros, contratistas del cobre, AgroSuper, y
otras, que develaron la realidad de miles de trabajadores,
sus condiciones de precariedad en el ámbito del trabajo y
la falta real de negociación colectiva, dejando en eviden-
cia el déficit en materias de libertad sindical y el incum-
plimiento por parte del Estado de Chile de los Convenios
87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo.
Movilizaciones que surgen a pesar del discurso legalista
de las autoridades, con negociaciones colectivas sin su-
jeción al Código del Trabajo y a la legalidad vigente, po-
niendo por delante la necesidad de confrontarse de una
manera decidida a los efectos de la implementación de las
políticas de flexibilidad laboral y tercerización, y lo hicie-
ron por cierto sin contar con un respaldo decisivo de la
estructura sindical tradicional, que no lograba y no logra
aún dar con la urgencia que exige la magnitud y poder
ofensivo del adversario.
Las lecciones
Resultan evidentes las lecciones que debemos sacar de los
actuales movimientos sociales y ciudadanos. Es indudable
que hoy las personas no quieren sentirse representadas
sino participantes de los procesos que les atañen y que lo
nuevo está precisamente en el surgimiento de este impara-
ble afán de protagonizar su historia sin mediadores.
Indispensable es tener conciencia de que no toda trans-
formación implica destrucción total de lo que existe, sino
un proceso de continuidad y cambio que signifique po-
tenciar lo mejor de nuestra historia, desde Luis Emilio
Recabarren a Gladys Marín, desde la Asamblea de la Civi-
lidad a las combativas organizaciones de derechos huma-
nos, desde la Coordinadora de Pobladores al primer paro
nacional en dictadura.
Un poco de eso hay en nuestros jóvenes que desempol-
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varon las ollas y las mezclaron con el Thriller o la Besatón,
para mostrarnos cómo es posible sin traumas ni nostal-
gias dejar atrás lo que ya no nos sirve aunque sea querido,
y abrazar lo nuevo y efectivo.
También poner sobre la individualidad lo colectivo. En-
tendiendo éste último como el debate abierto de las ideas
y propuestas, la participación en los ámbitos de ejercicio
de poder y decisión, la pluralidad y tolerancia en que la
diferencia es valedera y respetable, la construcción de
una orgánica que de espacio y contenga todo lo anterior y
a la vez se declara en continua transformación en función
del interés de la lucha por el interés común.
Por otra parte, es evidente que la situación actual es tam-
bién reflejo de la consistente perdida de legitimación del
bloque concertacionista, verdadero dique de contención
del movimiento social durante las últimas dos décadas, y
que girando a cuenta de las luchas por recuperación de la
democracia fue hábil en desmontar intentos anteriores de
instalar críticas al sistema neoliberal.
Consecuente con lo anterior, y es otro gran logro del actual
movimiento, el hacer evidente la deslegitimación de nues-
tro sistema constitucional y político, también pactado por el
duopolio Derecha-Concertación, destinado a asegurar este
sistema de explotación leonino y asegurar la representación
política únicamente de estos bloques, excluyendo a todo
sector más o menos organizado que piense distinto.
A esta institucionalidad no sólo se le reclama su vicio de
origen sino la profundización antidemocrática de las últi-
mas dos décadas. Frente a ello se ve cada vez con mayor
claridad la necesidad de impulsar una nueva carta consti-
tucional, en la que el lucro y el ánimo de ganancia no sea
el bien protegido, sino las personas y sus derechos más
básicos. En que los representantes de la ciudadanía sean
electos en forma efectivamente democrática y se termine
con la reproducción de la elite política. En que el Estado
tenga un rol efectivo y relevante en el aseguramiento de
estos derechos sociales y la prestación de los servicios que
derivan de ellos. En que se termine con el robo de nues-
tros recursos naturales.
19
Frente a estos objetivos, que no necesariamente serán
de consecución inmediata, resulta claro que este movi-
miento social se ha venido construyendo y sorprendiendo
de su propio poder y capacidad de poner en jaque rea-
lidades que se mostraban como inmutables. Se declara
confiado en sí mismo y no dispuesto a delegar otra vez su
fuerza en quienes han demostrado no representarlos, en
la que el majadero discurso de la elite ha dejado de tener
sentido y donde surge con fuerza la interrogante de por
qué los pueblos originarios, los estudiantes, los trabajado-
res debemos delegar en otros el poder que nos correspon-
de como sujetos políticos. u
C.C.
20
Estudiantes mapuche:
hermanados en la lucha
por José Ancalao G.*
22
El Allende que necesitamos
por Francisco Figueroa Cerda*
F.F.C.
25
La dictadura del mercado y
la revolución democrática
antineoliberal
por Libio Pérez*
1 Ver “Chile: Crisis del modelo educacional cambió las prioridades. ¿Impactará en el mercado?”, Consultora
Larraín Vial, 15 de julio de 2011.
2 Ver Manifiesto de Historiadores, agosto de 2011 en:
http://www.lemondediplomatique.cl/Manifiesto-de-Historiadores.html
3 Actas de la Confech de julio y agosto consultadas por Le Monde Diplomatique.
L.P.
29
Movimientos sociales remecen la agenda política
¡A ver, a ver…!
por Martín Pascual*
M.P.
35
Asamblea Constituyente y nueva Constitución para
una Segunda República de Chile
Triste constatación
J.M.
40
Las luchas estudiantiles en defensa de la
educación pública
La reforma universitaria
A.R.
45
Los cambios en la educación chilena que anunció
la dupla Piñera-Lavín
C.V.
51
Anexo
Manifiesto de Historiadores
Revolución anti-neoliberal
social/estudiantil en Chile
Las calles, plazas y puentes de todas las ciudades a lo largo
de Chile se han transformado en las arterias donde fluyen
y circulan miles de estudiantes y ciudadanos, entonando
y gritando las demandas por cambios estructurales en la
educación los que, a su vez, exigen cambios sustanciales
en el paradigma económico, en el carácter y rol del Esta-
do y en su conjunto, en el pacto social constitucional del
país. Desde hace meses las movilizaciones no han cesado,
recuperándose y adaptándose algunas consignas de anta-
ño, cantándose nuevas que apuntan críticamente al cora-
zón del modelo social y económico financiero neoliberal
actual: el mercado, el crédito, el endeudamiento, el lucro,
la inequidad social y educativa.
Y si bien inicialmente parecía que se hubieran abierto, al
fin, las Alamedas, marcando la llegada de la hora histórica
anunciada por el discurso final de Allende, el desarrollo de
los acontecimientos con el recrudecimiento de la repre-
sión policial, las amenazas y amedrentamiento a los/as
dirigentes estudiantiles por parte de adherentes oficialistas
y la actuación provocativa de policías encapuchados infil-
trados de civil, nos recuerdan que estamos en un régimen
político dirigido por la derecha chilena, heredera de las
prácticas de la dictadura militar y verdadera fundadora del
régimen neo-liberal que busca resguardar. Y mientras los
jóvenes copan el cuerpo de Chile y la represión enfurece,
suenan los cacerolazos del apoyo ciudadano, recordando
el tiempo de las protestas.
Si no ha llegado aún el tiempo de las alamedas, ha brota-
do con fuerza la voluntad de poder de la nueva generación
para presionar sobre ellas hasta lograr su verdadera Aper-
tura histórica.
53
***
Los que realizamos el oficio de historiar nos preguntamos
acerca del carácter de este movimiento y del significado de su
irrupción histórica. ¿Se trata de una fase más del movimiento
estudiantil post-dictadura? ¿Corresponden sus demandas a
reivindicaciones básicamente sectoriales? ¿Cuál es la forma
de hacer política de este movimiento? ¿Qué relación tiene
este movimiento con la historia de Chile y su fractura pro-
vocada por el golpe armado de 1973? ¿Cómo se articula este
movimiento con el camino y orientación de la historicidad
secular de Chile? ¿Qué memoria social y política ciudadana
ha activado la irrupción callejera y discursiva estudiantil?
Si bien es arriesgado responder a estas preguntas cuan-
do se trata de un movimiento en marcha, los que aquí fir-
mamos lo hacemos como una necesidad de aportar desde
la trinchera de nuestro oficio, con la plena convicción de
que estamos ante un acontecimiento nacional que exige
nuestro pronunciamiento, sumándonos a tantos otros que
se han realizado y se realizan cotidianamente desde distin-
tos frentes institucionales, gremiales y civiles.
***
A través de estas breves reflexiones este grupo de historia-
dores/as chilenas, con el apoyo de mucho/as, saludamos
al movimiento estudiantil y adherimos a las reivindicacio-
nes estructurales que ellos han instalado sobre la política
chilena. Saludamos y nos sumamos a las demandas de
Asamblea Constituyente.
Al mismo tiempo, invitamos a no ver a este movimien-
to actuando en la sola coyuntura de este gobierno de dere-
cha, sino a tomar conciencia de que este es un momento de
un proceso histórico ya en marcha, cuyo principal fruto sin
duda será dejar instalada definitivamente la demanda de las
reformas estructurales al neoliberalismo, como irrenuncia-
ble voluntad de poder de la ciudadanía y como agenda indis-
pensable de los proyectos políticos inmediatos y porvenir.
Comité Iniciativa:
Karen Alfaro Monsalve
Fabián Almonacid Zapata
Pablo Artaza Barrios
Mario Garcés Durán
Sergio Grez Toso
M. Angélica Illanes Oliva
Alexis Meza Sánchez
Ricardo Molina Verdejo
Julio Pinto Vallejos
Gabriel Salazar Vergara
Verónica Valdivia Ortiz de Zárate
58
Libros publicados por la Editorial
Aún Creemos en los Sueños
Cárceles
¿Un planeta sobrepoblado?
Psiquiatría. ¿Cuidar o reprimir?
Crónicas de Luis Sepúlveda
Trabajo decente vs trabajo precario
La rebelión árabe
Agrobiodiversidad
Ecuador. La revolución ciudadana
UTOPÍAS. Antiguos y nuevos sueños
CUBA. ¿Hacia dónde va la transición?
Le Monde Diplomatique. Más que un periódico
Política y dinero. En Chile y el mundo
¿Qué Bicentenario?
Piñera. Ciudadanía versus gerentes
Democracia electrónica. ¿Qué desafíos para A. Latina?
Ciudades. Urbanismo y desastre en Chile
África, el continente olvidado
Los desafíos de Obama
Luis Sepúlveda. Asalto a mano santa
Epidemias y Pandemias
Extraterrestres
El Decrecimiento
Narcotráfico
El aborto
Genética ADN
Anarquismo
Las nuevas potencias
Palestina-Israel
La Crisis del Siglo por Ignacio Ramonet
Discursos de Salvador Allende
Alimentos y comida chatarra
Pensamiento crítico latinoamericano - Cuadernos CLACSO
El Blog de Luis Sepúlveda
Medicamentos: ¿Derecho o mercancía?
Los calzoncillos de Carolina Huechuraba por Luis Sepúlveda
La condición animal
¿Un mundo sin petróleo?
El Vaticano
El poder de los sueños por Luis Sepúlveda
Foros Sociales altermundialistas
EL mundo en la Nueva era imperial por Ignacio Ramonet
Los dueños del mundo
A treinta años... Aún Creemos en los Sueños
Salvar el Planeta
ATTAC: el Movimiento de la Esperanza.
Porto Alegre: la ciudadanía en marcha
La Locura de Pinochet por Luis Sepúlveda
Este libro se terminó de imprimir en el mes de octubre de 2011
en LOM Ediciones
Concha y Toro 23 - Santiago centro - Chile