Probióticos en Síndrome de Intestino Irritable

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Acta Gastroenterológica Latinoamericana

ISSN: 0300-9033
ISSN: 2429-1119
[email protected]
Sociedad Argentina de Gastroenterología
Argentina

Probióticos en Síndrome de Intestino


Irritable: ¿Están listos para la práctica
clínica?
Valdovinos-Díaz, Miguel Ángel
Probióticos en Síndrome de Intestino Irritable: ¿Están listos para la práctica clínica?
Acta Gastroenterológica Latinoamericana, vol. 51, núm. 3, 2021
Sociedad Argentina de Gastroenterología, Argentina
Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=199368908008
DOI: https://doi.org/10.52787/mrrq4655
2021 Acta Gastroenterológica Latinoamericana. Este es un artículo de acceso abierto publicado bajo los términos
de la Licencia Creative Commons Attribution (CC BY-NC-SA 4.0), la cual permite el uso, la distribución y la
reproducción de forma no comercial, siempre que se cite al autor y la fuente original.
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de la Licencia Creative Commons Attribution (CC BY-NC-SA 4.0), la cual permite el uso, la distribución y la
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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Microbioma intestinal en gastroenterología. Revisión

Probióticos en Síndrome de Intestino


Irritable: ¿Están listos para la práctica
clínica?
Probiotics in Irritable Bowel Syndrome: Are ey Ready for
Clinical Practice?
Miguel Ángel Valdovinos-Díaz
[email protected]
Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán,
México
hps://orcid.org/0000-0001-6676-1433

Resumen: Los probióticos se usan como un tratamiento no farmacológico para el


Acta Gastroenterológica síndrome de intestino irritable. Los probióticos tienen mecanismos de acción que
Latinoamericana, vol. 51, núm. 3, 2021 pueden influir sobre la fisiopatología compleja de esta enfermedad. La evidencia de la
eficacia y seguridad de los probióticos, en el síndrome de intestino irritable, está basada
Sociedad Argentina de Gastroenterología,
Argentina en diversos meta-análisis que muestran que estos agentes tienen un efecto limitado, pero
superior al placebo, en el manejo de los síntomas de esta patología. Existen diferencias en
Recepción: 15 Julio 2021 las recomendaciones sobre el uso de probióticos en el síndrome de intestino irritable, en
Aprobación: 13 Septiembre 2021
Publicación: 27 Septiembre 2021 las guías de guías de práctica clínica publicadas a la fecha. Algunas recomiendan el uso de
probióticos para el alivio global de síntomas y del dolor abdominal, otras están en contra
DOI: https://doi.org/10.52787/ del uso de probióticos. En la vida real, los probióticos son prescritos frecuentemente por
mrrq4655
los médicos para el tratamiento de pacientes con el síndrome de intestino irritable. Se
Redalyc: https://www.redalyc.org/ requiere un mayor número de ensayos clínicos de alta calidad para definir cuáles cepas
articulo.oa?id=199368908008 probióticas son efectivas en los diferentes fenotipos de este trastorno.
Palabras clave: Probióticos, síndrome de intestino irritable, guías de práctica clínica.
Abstract: Probiotics are used as non-pharmacological therapy for irritable bowel
syndrome. Probiotics have mechanisms of action that can influence the complex
pathophysiology of this condition. Evidence of the efficacy and safety of probiotics,
in irritable bowel syndrome, is based on various meta-analysis that showed these
agents have a limited but superior effect on the management of this disease. e
recommendations on the use of probiotics in irritable bowel syndrome in the clinical
practice guidelines published to date remain controversial. Some recommend the use
of probiotics for global symptoms and abdominal pain, while others state that there
is low quality evidence for a recommendation. Currently, probiotics are frequently
prescribed by doctors for the treatment of patients with irritable bowel syndrome. A
greater number of high-quality clinical trials are needed to define which probiotic strains
are effective in the different phenotypes of this disorder.
Keywords: Probiotics, irritable bowel syndrome, clinical practice guidelines.

Introducción

El Síndrome de Intestino Irritable (SII) es uno de los trastornos de la


interacción cerebro-intestino más frecuentes del tubo digestivo, ocurre en
el 10 al 15% de la población mundial. 1,2,3 Se caracteriza por la presencia
de dolor abdominal crónico o recidivante, acompañado de alteraciones

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de las evacuaciones, diarrea o estreñimiento. 4 La fisiopatología


del SII es compleja y se han identificado diversos mecanismos que
incluyen trastornos de la motilidad intestinal, hipersensibilidad visceral,
factores genéticos, inflamación de bajo grado, intolerancias alimentarias,
alteraciones del eje cerebro-intestino, trastornos en la absorción de sales
biliares, permeabilidad intestinal alterada y comorbilidad psicológica. 5,6,7
Recientemente, múltiples estudios han demostrado la importancia de la
microbiota intestinal en la fisiopatología del SII y han promovido el uso de
tratamientos como los prebióticos, probióticos, simbióticos, antibióticos
y el trasplante de microbiota fecal cuyo objetivo es impactar sobre la
composición y/o funciones de la microbiota intestinal. 8
Los probióticos son microorganismos vivos que, administrados en
cantidades adecuadas, confieren beneficios para la salud del huésped.
9
Actualmente, los probióticos están ampliamente disponibles, no
requieren prescripción médica y se han usado extensamente para aliviar
síntomas digestivos. Las bases científicas del uso de probióticos y la
evidencia de su eficacia en estudios clínicos en el SII ha sido revisada
recientemente y es motivo de este trabajo.

Mecanismos de acción de los probióticos en el SII

Los mecanismos por los cuales los probióticos pueden influir en la


fisiopatología del SII incluyen la regulación de la motilidad intestinal,
reducción de la hipersensibilidad visceral, disminución de la activación
inmune de la mucosa, mejoría de la permeabilidad intestinal e
incremento en la comunicación intestino-cerebro. 10 La mayoría de
estos efectos se han demostrado en estudios in vitro o en animales
de experimentación y son muy escasos los estudios mecanísticos de
probióticos en humanos. Se ha demostrado que Bifidobacterium lactis
DN-173 mejoró los síntomas el tránsito orocecal en pacientes con
SII con estreñimiento (SII-E). 11 Lactobacillus paracasei NCC2461,
Lactobacillus acidophilus NCFM, E. coli Nissle 1917, mejoraron el
dolor abdominal y redujeron la hipersensibilidad visceral en humanos
y en animales, modulando la expresión de neurotransmisores como
la sustancia P o de receptores implicados en la nocicepción como
el receptor opioide μ1 o el cannabionoide 2. 12,13,14 Bifidobacterium
infantis 35624 mejoró los síntomas de SII y aumentó la relación de
interleucina antiinflamatoria IL-10/proinflamatoria IL-12 en pacientes
con SII. 15-16 La combinación de probióticos VSL#3 redujo la
secreción de citocinas intestinalesy mejoró la función de barrera
intestinal en modelos animales de inflamación intestinal, 17 mientras
que E. coli Nissle 1917 restauró la permeabilidad intestinal in vitro
inducida por sobrenadantes fecales de pacientes con SII. 18 Un yogurt
con probióticos que contiene Bifidobacterium animalis subsp Lactis,
Streptococcus thermophiles, Lactobacillus bulgaricus, y Lactococcus lactis
subsp Lactis administrado por 4 semanas a mujeres sanas mejoró

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la actividad de regiones cerebrales que controlan el procesamiento


central de las emociones y sensaciones. 19 Bifidobacterium longum
NCC3001 mejoró los puntajes de depresión, pero no de ansiedad, en
pacientes con SIID o mixto (SII-M). Estos cambios estuvieron asociados
significativamente con la reducción en la actividad de la amígdala cerebral
demostrada en estudios de neuroimagen. 20 Estos estudios apoyan los
efectos de los probióticos en la patogénesis compleja del SII y de la
interacción entre la microbiota, intestino y cerebro. 21
La restauración de la microbiota en pacientes con SII ha sido
otro posible mecanismo de acción de los probióticos en el SII. La
evidencia de que una microbiota alterada o disbiosis en el SII contribuye
a su fisiopatología proviene principalmente de los estudios que han
mostrado el sobrecrecimiento bacteriano, 22 el desarrollo de SII después
de una gastroenteritis infecciosa (SII-postinfeccioso), 23 la diferente
composición de la microbiota intestinal de los pacientes con SII en
contraste con la de los sujetos sanos 24 y la respuesta sintomática
a antibióticos no absorbibles como la rifaximina. 25 Los mecanismos
por los cuales los probióticos pueden regular o modular la microbiota
intestinal reside en su capacidad de inhibir, desplazar o interferir con
el proceso de adhesión de microorganismos patógenos. Varios estudios
han mostrado que cepas específicas de probióticos pueden desplazar e
inhibir competitivamente la adhesión de bacterias como Salmonella,
Clostridium difficile, Listeria monocytogenes, Escherichia coli, Bacteroides
vulgatus y Staphylococcus aureus. 26 La producción de sustancias como
bacteriocinas, ácidos grasos de cadena corta (AGCC) y de ácidos
biliares no conjugados por algunos probióticos como L. plantarum, L.
acidophilus, B. bifidum NCFB 1454, inhiben el crecimiento de bacterias
patógenas. 27 No obstante, una revisión sistemática de 7 estudios mostró
que los probióticos no modifican significativamente la composición de
la microbiota en sujetos sanos. 28 Por otro lado, el número de estudios
que han evaluado el papel de los probióticos en la restauración de la
disbiosis en el SII es muy limitado. Kajander y col. demostró que una
combinación de probióticos mejoró los síntomas de SII y este efecto
estuvo asociado con la estabilización en la composición de la microbiota. 29
En un ensayo clínico controlado (ECC) reciente, Lactobacillus paracasei
CNCM I-1572 produjo una reducción en el género Ruminococcus,
un aumento los AGCC acetato y butirato, y una reducción en la
interleucina-15 proinflamatoria, sugiriendo que este probiótico produce
una modulación en la función más que en la función de la microbiota y
reduce la activación inmune en el SII. 30 Estos hallazgos concuerdan con
el ECC de Hod y col. en el cual un probiótico con 11 cepas no produjo
cambios significativos en la microbiota intestinal en pacientes con SII-
D. 31 Por lo tanto, el posible mecanismo de acción de los probióticos
de modular la microbiota intestinal en pacientes con SII permanece aún
poco definido y requiere de mayor investigación. 32

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Eficacia de los probióticos en el SII

Varias revisiones sistemáticas y meta-análisis han mostrado que los


probióticos tienen un efecto limitado pero significativamente superior
al placebo en el manejo de los síntomas de SII. La revisión más y
reciente y detallada es la publicada por Ford y col. 33 En este meta-
análisis se evaluaron 53 ECC de probióticos en 5545 pacientes con
SII. Treinta y siete de estos ensayos fueron elegidos para el análisis (21
evaluaron la combinación de probióticos) en un total de 4403 pacientes,
con un rango de 16 a 391 sujetos por estudio. Las combinaciones de
probióticos tuvieron un efecto benéfico en la persistencia de síntomas,
estadísticamente superior al placebo (RR = 0,79; 95% CI 0,68-0,91), pero
con una heterogeneidad significativa (I2=72%) y un número necesario a
tratar (NNT) de 7. Las especies únicas de probióticos tuvieron un menor
impacto en el tratamiento del SII. Lactobacillus se usó en 8 estudios en
893 pacientes, sin observarse un efecto benéfico claro sobre el placebo
(RR = 0,82; 95% CI 0,63-1,06). Bifidobacterium se estudió en 3 ECC,
en 598 pacientes, que mostraron una tendencia benéfica sobre el placebo
(RR = 0,70; 95% CI 0,48,1,01, p = 0.06). Saccharomyces cerevisiae se
utilizó en 2 ECC, en 579 pacientes, pero no fue superior al placebo (RR
= 0,92; 95% CI 0,82-1,03). Escherichia se evalúo en 2 ensayos con 418
pacientes, mostrando un beneficio comparado con placebo (RR = 0,86;
95% CI 0,79-0,93) y significativo con la cepa Escherichia coli DSM17252.
Streptococcus faecium se usó en un solo estudio con 54 pacientes y con una
aparente superioridad al placebo (RR =0,72; 95% CI 0,53-0,99).
Este meta-análisis evaluó además el efecto de los probióticos en
los síntomas individuales de SII. En 33 ensayos se valoró el impacto
sobre el dolor abdominal. Un efecto modesto se observó con la
combinación de probióticos, y no hubo diferencias con el placebo en
los ensayos que usaron Lactobacillus o Bifidobacterium. Veinticuatro
estudios reportaron el efecto sobre la distensión abdominal. Hubo una
tendencia a la reducción del puntaje de distensión con la combinación de
probióticos, pero sin evidencia de algún efecto benéfico con Lactobacillus,
Bifidobacterium o Saccharomyces. En 11 ensayos se determinó el efecto
sobre el puntaje de flatulencia. La combinación de probióticos redujo
significativamente el puntaje de flatulencia, pero no con ninguno de los
otros probióticos estudiados. La urgencia fue evaluada en 8 ensayos y no
se observaron efectos benéficos aparentes con algún probiótico.
Los efectos adversos fueron reportados en 36 ECC. En general, 19,4%
de los pacientes que recibieron probióticos presentaron efectos adversos,
en contraste con 17% de los que recibieron placebo. El riesgo relativo
de presentar cualquier evento adverso con probióticos (1,09; 95% CI
0,91-1,29) no fue mayor que con placebo. En resumen, los resultados
de este meta-análisis evidenciaron que la combinación de probióticos
mejoran los síntomas globales y la flatulencia, y mostraron una tendencia
a mejorar los puntajes del dolor y la distensión abdominal en pacientes
con SII. Cepas específicas de probióticos como Lactobacillus plantarum
DSM 9843, E. coli DSM17252 y Streptococcus faecium también mejoraron

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los síntomas globales del SII. La combinación de probióticos o de cepas


específicas no mostraron beneficios en los otros síntomas individuales
como la urgencia. 32
El meta-ánálisis es una herramienta poderosa que combina ensayos
pequeños individuales para mejorar el poder para detectar la dirección,
el tamaño y la consistencia de un efecto, pero hace muy poco para
solventar el problema de los estudios individuales con un pobre diseño.
34
De hecho, existe un debate interesante acerca de si los diferentes
probióticos deberían ser agrupados dentro de un meta-análisis. Algunos
autores argumentan que las diversas especies y cepas de probióticos tienen
características microbiológicas diferentes que probablemente afectan su
eficacia clínica en el SII (sobrevida en el tubo digestivo, impacto en
la respuesta inmune, metabolitos bacterianos, etc). Por ello, sintetizar
los datos de los estudios de probióticos con criterios de inclusión
diversos, tamaños de muestra variables y limitados, en dosis y por
tiempos diferentes y con desenlaces variados es cuestionable y explica la
heterogeneidad observada en los metaanálisis de probióticos en SII. 35
Existen solo 2 estudios con una muestra grande de pacientes, con
desenlaces bien definidos, en los cuales se usaron cepas de probióticos
específicos. Whorwell y col. 16 evaluaron en un ECC, 3 dosis diferentes de
Bifidobacterium infantis 35624 versus placebo en 362 pacientes con SII en
atención primaria por 4 semanas. Los resultados mostraron una mejoría
global de los síntomas, del dolor y la distensión abdominal a la dosis de
1x10. ufc en comparación con el placebo, pero no se observó un beneficio
con las dosis de 1x106 y 1x1010 ufc. Spiller y col. 36 investigaron el efecto de
Saccharomyces cerevisiae I-3856 (1000 mg diarios) en 379 pacientes con
SII versus placebo, por 12 semanas. Los autores no mostraron un efecto
benéfico del probiótico contra el placebo en la población estudiada, sin
embargo, en el subanálisis de pacientes con SII-E, S. cerevisiae fue superior
al placebo en la mejoría del dolor y distensión abdominal.
Con estas evidencias resulta difícil establecer recomendaciones
puntuales para el uso de probióticos en el SII debido a la heterogeneidad
en los ensayos clínicos, las múltiples combinaciones y cepas utilizadas
y la inconsistencia en los beneficios de estos agentes en los síntomas
individuales y la falta de estudios con desenlaces rigurosos basados en
los criterios de Food and Drug Administration (FDA) o la European
Medicines Agency (EMA) para el SII. 37

Guías de práctica clínica sobre el uso de probióticos en SII

Según el Instituto de Medicina, la guía de práctica clínica (GPC) es


un conjunto de recomendaciones desarrolladas de manera sistemática,
para ayudar a los clínicos y los pacientes en el proceso de la toma de
decisiones, sobre cuáles son las intervenciones más adecuadas para resolver
un problema clínico en unas circunstancias sanitarias específicas. 38 En
las GPC basadas en evidencias científicas, la metodología empleada en
su elaboración, tanto en la búsqueda de la literatura científica como en

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la síntesis de la evidencia para construir las recomendaciones finales,


se realiza de forma sistemática, explícita y reproducible, siguiendo unos
lineamientos específicos, por ejemplo el enfoque GRADE (Grading of
Recommendations Assessment, Development and Evaluation). 39 Por
ello, la respuesta a la pregunta de si los probióticos están listos para la
práctica clínica en el manejo del SII podría encontrarse en las diferentes
GPC basadas en evidencias publicadas a la fecha. En la tabla 1 se enlistan
las GPC de las principales asociaciones de gastroenterología sobre el uso
de probióticos en SII publicadas en los últimos 5 años en el mundo
occidental.
Tabla 1
Guías de práctica clínica sobre el uso de probióticos en SII publicadas en los últimos 5 años

WGO: Organización Mundial de Gastroenterología; CAG: Asociación Canadiense de Gastroenterología; AGA: Asociación
Americana de Gastroenterología; BSG: Sociedad Británica de Gastroenterología; ACG: Colegio Americano de Gastroenterología.

Las guías globales de la WGO (Organización Mundial de


Gastroenterología, por sus siglas en inglés) sobre probióticos y prebióticos
publicadas en 2017, evaluaron la evidencia científica con base en los
5 niveles del Centro Oxford para Medicina Basada en la Evidencia,
siendo el nivel 1 el de mayor grado. 40 Estas guías establecieron que los
probióticos como grupo, reducen el dolor abdominal y la flatulencia,
y que algunas cepas probióticas pueden aliviar el dolor y dar un alivio
general. No se mencionas cepas específicas con nivel 1 de evidencia.
Con nivel 2 se encuentran las siguientes cepas probióticas: Lactobacillus
plantarum 299v (DSM 9843), Escherichia coli DSM17252, Bacillus
coagulans y ucto-oligosacáridos, Saccharomyces boulardii CNCM I-745,
Bifidobacterium infantis 35624, Bifidobacterium animalis DN-173 010
en leche fermentada, (con Streptococcus thermophilus y Lactobacillus
bulgaricus) y la combinación Lactobacillus rhamnosus GG, L. rhamnosus
LC705, Propionibacterium eudenreichii subsp. shermanii JS DSM7067,
Bifidobacterium animalis subsp. lactis Bb12 DSM15954.
La GPC de la Asociación Canadiense de Gastroenterología para el
manejo del SII publicada en 2019, usó el enfoque GRADE de clasificación
de la evidencia y la fuerza de recomendación. 41 Esta guía establece el
siguiente enunciado "Sugerimos ofrecer probióticos a los pacientes con

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SII para mejorar los síntomas de SII", con una recomendación condicional
de un bajo nivel de evidencia. Señalan que la combinación de probióticos
ofrece beneficios, pero no existe suficiente evidencia para recomendar
especies en particular. Estos deben usarse por un tiempo limitado (p. ej un
mes) y se debe tomar en cuenta su costo elevado. Las guías de la Asociación
Americana de Gastroenterología (AGA) sobre el uso de probióticos en
trastornos gastrointestinales, fueron publicadas en 2020 y utilizaron el
enfoque GRADE para la clasificación de la evidencia y graduación de
la fuerza de recomendación. 42 En estas guías se emitió el siguiente
enunciado "En niños y adultos sintomáticos con SII, recomendamos el
uso de probióticos solamente en el contexto de un ensayo clínico. No se
hace ninguna graduación de la fuerza de recomendación debido a una
brecha en el conocimiento.
La guía de la Sociedad Británica de Gastroenterología sobre el
manejo del SII publicada en 2021, usando el enfoque GRADE de
clasificación de la evidencia y la fuerza de recomendación, establece que
los probióticos, como grupo, pueden ser efectivos en el tratamiento de los
síntomas globales y del dolor abdominal en el SII, pero no es posible la
recomendación de cepas específicas. 43 Se aconseja a los pacientes tomar
probióticos hasta por 12 semanas y suspenderlos si no existe mejoría de
los síntomas (recomendación débil, calidad de evidencia muy baja).
La guía del Colegio Americano de Gastroenterología (ACG) sobre el
manejo del SII publicada en 2021, utilizó también el enfoque GRADE
y establecen una "Sugerencia en contra del uso de probióticos para el
tratamiento de los síntomas de SII" (recomendación condicional, nivel
muy bajo de evidencia). 45
Existen dos consensos mexicanos publicados en 2016, que, aunque
no son GPC, utilizaron también el enfoque GRADE para evaluar la
evidencia y graduar la fuerza de recomendación. El consenso mexicano
sobre uso de probióticos en gastroenterología recomienda el uso de
probióticos específicos en el manejo del dolor abdominal, la distensión
y la flatulencia en pacientes con SII (nivel bajo de evidencia). 45 El
consenso mexicano sobre SII estableció el siguiente enunciado "Algunos
probióticos o sus combinaciones han mostrado eficacia en el tratamiento
del SII, tanto en la mejoría de los síntomas globales como en el alivio del
dolor abdominal y la distensión. Sin embargo, se desconoce cuáles especies
o cepas son las efectivas" (nivel bajo de evidencia). 46
En resumen, las GPC americanas del ACG y la AGA no recomiendan
el uso de probióticos en SII, mientras que la GPC británica, canadiense
y los consensos mexicanos recomiendan su uso para el manejo de
síntomas globales y el dolor abdominal por un tiempo limitado a 4
o 12 semanas. Estas diferencias en las recomendaciones en las GPC
podrían explicarse por: 1) la fecha de elaboración de la GPC. Debido a
que el número de ECC publicados aumenta conforme pasa el tiempo,
las GPC más recientes incluyen un mayor número de ensayos, lo cual
puede modificar los niveles de evidencia y grados de recomendación; 2)
la metodología de evaluación del nivel de evidencia y graduación de la

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fuerza de recomendación son diferentes. La GPC de la WGO utilizó el


sistema del Centro Oxford para Medicina Basada en la Evidencia para
clasificar la evidencia y el resto de las GPC utilizaron el sistema GRADE.
Sería importante conocer cuál de las GPC mencionadas tiene la mayor
calidad metodológica. Para ello sería necesario evaluar cada guía con el
instrumento AGREE II (e Appraisal of Guidelines for REsearch &
Evaluation II), 47 condición que está fuera del objetivo de este artículo,
peroeste ejercicio podría detectar deficiencias en la elaboración de las
guías como la no inclusión de valores y preferencias de los pacientes,
tratamiento no sistemático de la evidencia, falta de rigurosidad en la
construcción de las recomendaciones. 3) Las recomendaciones de una
GPC responden a las necesidades o desafíos propios de cada comunidad,
país o región del mundo. No es posible aplicar una GPC de un país
desarrollado, en un país de bajo y mediano ingreso. Las necesidades
y preferencias de los pacientes, la disponibilidad de tratamientos y los
sistemas de salud son diferentes.

Uso de probióticos en SII en la vida real

A pesar de la existencia de GPC o consensos para ayudar a los médicos


a resolver problemas clínicos, sabemos que las recomendaciones de estas
guías frecuentemente no se aplican en la práctica diaria por diversos
motivos que incluyen: desconocimiento de su existencia, limitaciones
para su acceso, sobrecarga asistencial, ausencia de confianza en los
miembros colaboradores, ausencia de formatos manejables en la consulta
diaria o bien que la GPC no da la respuesta al problema clínico o no puede
adaptarse a las preferencias del paciente. No existe un estudio que haya
evaluado cual es la tasa de seguimiento o aplicación de las GPC publicadas
sobre probióticos en el SII por la comunidad médica.
Algunas encuestas han investigado la prescripción de probióticos en
el manejo del SII. Recientemente, Rangan y col. encuestaron a 302
médicos americanos, gastroenterólogos y médicos generales que atienden
pacientes con SII y a 3254 sujetos con criterios de Roma III para
SII. Los resultados mostraron que 77% de los pacientes con SII usan
tratamientos sin prescripción médica (over the counter) y solamente 15%
están "muy satisfechos" con el tratamiento. Interesantemente, 70% de
los médicos encuestados recomiendan probióticos para el manejo del
SII probablemente por su bajo costo, buen perfil de seguridad y eficacia
percibida, a pesar de que la evidencia es de baja calidad. Valdovinos y
col. encuestaron a 997 gastroenterólogos y nutricionistas mexicanos sobre
el uso de probióticos en la práctica clínica. El 64,9% de los encuestados
usa frecuentemente los probióticos, 31,7% rara vez los utiliza y solo 3,6%
nunca los recomienda. El 81,2% de los gastroenterólogos y nutricionistas
consideran que los probióticos son eficaces en el manejo del SII. El 7%
reportaron desconocer la evidencia científica sobre la utilidad de los
probióticos en trastornos gastrointestinales.

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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto 278
Miguel Ángel Valdovinos-Díaz. Probióticos en Síndrome de Intestino Irritable: ¿Están listos para la práctica clínica?

Estos dos estudios sugieren que en la práctica clínica del mundo real,
los médicos recomiendan los probióticos para el tratamiento del SII, sin
considerar los niveles bajos de evidencia para su uso.

Conclusiones

Los probióticos tienen múltiples mecanismos de acción que pueden


influir sobre la motilidad, sensibilidad, permeabilidad, activación inmune,
microbiota y comunicación intestino-cerebro alteradas en el SII. Sin
embargo, la eficacia de los probióticos en el manejo del SII aún no se
conoce con certeza dada la dificultad que existe para interpretar los
ECC pequeños, con múltiples combinaciones y cepas de probióticos,
con beneficios inconsistentes y la ausencia de ensayos con criterios de
inclusión y desenlaces estrictamente definidos. No obstante, en la vida
real, los nutricionistas, médicos generales y gastroenterólogos prescriben
frecuentemente probióticos para el tratamiento del SII. Por ahora, las
GPC publicadas recomiendan el uso de los probióticos en el SII para
mejorar lo síntomas globales y el dolor abdominal. Deben usarse por un
tiempo de 4 a 12 semanas y suspenderse en caso de falta de respuesta
clínica. Se requiere de un mayor número de ensayos clínicos controlados
de alta calidad que permitan definir cuáles cepas probióticas son los más
eficaces para los diferentes fenotipos del SII.

Referencias

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Abbreviations

SII: Síndrome de intestino irritable.


IBS: Irritable bowel syndrome.
SII-E: Síndrome de intestino irritable con estreñimiento.
SII-D: Síndrome de intestino irritable con diarrea.
SII-M: Síndrome de intestino irritable mixto.
SII-postinfeccioso: Síndrome de intestino irritable postinfeccioso.
AGCC: ácidos grasos de cadena corta.
ECC: ensayo clínico controlado.
RR: riesgo relativo.

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Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto 282
Miguel Ángel Valdovinos-Díaz. Probióticos en Síndrome de Intestino Irritable: ¿Están listos para la práctica clínica?

NNT: número necesario a tratar.


FDA: Food and Drug Administration.
EMA: European Medicines Agency.
GPC: guía de práctica clínica.
GRADE: Grading of Recommendations Assessment, Development and
Evaluation.
WGO: Organización Mundial de Gastroenterología.
AGA: Asociación Americana de Gastroenterología.
ACG: Colegio Americano de Gastroenterología.
AGREE II: e Appraisal of Guidelines for Research & Evaluation II.

Notas

Propiedad intelectual. Los autores declaran que los datos y tablas que figuran en el
manuscrito son originales y fueron realizados en sus instituciones pertenecientes.

Cite este artículo como: Valdovinos-Díaz MA. Probióticos en Síndrome de Intestino


Irritable: ¿Están listos para la práctica clínica?. Acta Gastroenterol Latinoam. 2021;
51(3):271-8. https://doi.org/10.52787/mrrq4655

Notas de autor

Correspondencia: Miguel Ángel Valdovinos-Díaz. Vasco de


Quiroga 15, Sección XVI, Tlalpan 14000, México DF. Tel.:
55733418. Correo electrónico: [email protected]

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