Celula Unidad de La Vida
Celula Unidad de La Vida
Celula Unidad de La Vida
La teoría celular es una parte fundamental de la biología que explica la constitución de los seres
vivos sobre la base de células, el papel que estas tienen en la constitución de la vida y en la
descripción de las principales características de los seres vivos
Las primeras células deberán estar impulsadas de organismos sencillos capaces de una óptima
adaptación, es así como varios postulados se han basado en experimentos empíricos, donde se trata
de replicar condiciones primitivas, como bajo índice de oxígeno, excesiva cantidad de dióxido de
carbono, ambientes ácidos, entre otras, mediante los cuales se busca conocer la forma de
adaptación y proliferación de los organismos, con el fin de llegar a un antepasado común del cual se
desprenda toda la historia.
El concepto moderno de teoría celular se puede resumir en los siguientes principios:
1. Absolutamente todos los seres vivos están compuestos por células o por segregaciones de las
mismas. Los organismos pueden ser de una sola célula (unicelulares) o de varias (pluricelulares). La
célula es la unidad estructural de la materia viva y una célula puede ser suficiente para constituir un
organismo.
2. Todos los seres vivos se originan a través de las células. Las células no surgen de manera
espontánea, sino que proceden de otras anteriores.
3 Absolutamente todas las funciones vitales giran en torno a las células o su contacto inmediato. La
célula es la unidad fisiológica de la vida. Cada célula es un sistema abierto, que intercambia materia
y energía con su medio.
4 Las células contienen el material hereditario y también son una unidad genética. Esto permite la
transmisión hereditaria de generación a generación.
Niveles de organización
Partículas fundamentales: la componen los quarks y los leptones que son los constituyentes
fundamentales de la materia. Especies de leptones se unen para formar electrones y especies de
quarks se unen para formar neutrones y protones. La física es la ciencia que se encarga del estudio
de este ámbito junto con el nivel atómico y subatómico.
Subatómico: este nivel es el más simple de todo y está formado por electrones, protones y
neutrones, que son las distintas partículas que configuran el átomo.
Átomo: es el siguiente nivel de organización. A nivel biológico podemos llamar a los átomos como
bioelementos y clasificarlos según su función:
Si cumplen una función estructural son bioelementos primarios: son el carbono, el fósforo, nitrógeno,
hidrógeno, oxígeno y azufre que forman, por ejemplo, las membranas de las células, las proteínas,
los ácidos grasos, los lípidos.
Si cumplen una función estructural y catalítica son bioelementos secundarios: calcio, sodio, potasio,
magnesio, cloro, iodo… son fundamentales para el funcionamiento de la célula, pero no forman parte
estructural de las mismas.
Si cumplen sólo función catalítica son oligoelementos o elementos vestigiales porque sus cantidades
en el organismo son muy escasas como por ejemplo pueden ser el Cobalto, el Zinc, que intervienen
en el funcionamiento de ciertas enzimas.
Moléculas: las moléculas consisten en la unión de diversos átomos diferentes para formas, por
ejemplo, oxígeno en estado gaseoso (O2), dióxido de carbono, o simplemente carbohidratos,
proteínas, lípidos… Las moléculas pueden ser orgánicas (glucosa, lípidos, grasas) o inorgánicas
(agua, sales minerales, gases, óxidos…) La bioquímica se encarga del estudio de este nivel de
organización, siendo una de las disciplinas más punteras y que mayor recurso de investigación
obtiene en investigación. Dentro del nivel molecular se encuentran los virus ya que son complejos
moleculares que no tienen las mismas estructuras que los niveles superiores como son los
orgánulos.
Estructuras subcelulares u orgánulos: no es uno de los niveles de organización que
tradicionalmente se incluyen ya que está a medio a camino entre las moléculas y las células. Se
puede considerar como un paso más, ya que supone la unión de varias moléculas para formar
estructuras más grandes como los orgánulos de las células: membranas plasmáticas, aparato de
Golgi… La citología o biología celular se encarga del estudio de las células y los orgánulos que las
componen.
Celular: las moléculas se agrupan en unidades celulares con vida propia y capacidad de
autorreplicación. Las células pueden ser eucariotas o procariotas dependiendo de su estructura.
También pueden formar organismos de vida independiente como son los protozoos, las amebas y
las bacterias. La célula es la unidad básica para la vida, tal y como señala la teoría celular.
Tisular: las células se organizan en tejidos: epitelial, conectivo, nervioso, muscular… En plantas
hablaríamos del parénquima, por ejemplo. La histología es la ciencia que se encarga del estudio de
los tejidos.
Organular: los tejidos están estructurados en órganos: corazón, bazo, pulmones, cerebro, riñones…
En las plantas, podemos hablar de hojas, tallo, raíz,…
Sistémico o de aparatos: los órganos se estructuran en aparatos o sistemas más complejos que
llevan a cabo funciones más amplias. Tenemos el ejemplo de los sistemas digestivos, respiratorios,
circulatorios, nerviosos…
Organismo: nivel de organización superior en el cual las células, tejidos, órganos y aparatos de
funcionamiento forman una organización superior como seres vivos: animales, plantas, insectos.
Población: los organismos de la misma especie se agrupan en determinado número para formar un
núcleo poblacional: una manada de leones, o lobos, un bosque de arces, pinos… coinciden, además,
en el tiempo y el espacio.
Comunidad: es el conjunto de seres vivos de un lugar, por ejemplo, un conjunto de poblaciones de
seres vivos diferentes. Está formada por distintas especies.
Ecosistema: es la interacción de la comunidad biológica con el medio físico, con una distribución
espacial amplia. Las poblaciones, comunidades y ecosistemas son estudiados por la ecología.
Paisaje: es un nivel de organización superior que comprende varios ecosistemas diferentes dentro
de una determinada unidad de superficie. Por ejemplo, el conjunto de vid, olivar y almendros
característicos de las provincias del sureste español llamado agrosistemas.
Región: es un nivel de organización superior al de paisaje y supone una superficie geográfica que
agrupa varios paisajes.
Bioma: Son ecosistemas de gran tamaño asociados a unas determinadas características
ambientales: macroclimáticas como la humedad, temperatura, radiación y se basan en la dominancia
de una especie, aunque no son homogéneos. Un ejemplo es la taiga que se define por las coníferas
que es un elemento identificador muy claro, pero no homogéneo, también se define por la latitud y la
temperatura.
Biosfera: es todo el conjunto de seres vivos y componentes inertes que comprenden el planeta
tierra, o de igual modo es la capa de la atmósfera en la que existe vida y que se sustenta sobre la
litosfera.
Lípidos: Los lípidos son un conjunto de moléculas orgánicas (la mayoría biomoléculas), que están
constituidas principalmente por carbono e hidrógeno y en menor medida por oxígeno que integran
cadenas hidrocarbonadas alifáticas o aromáticas, aunque, también pueden contener fósforo, azufre y
nitrógeno. Debido a su estructura, son moléculas hidrófobas (insolubles en agua), pero son solubles
en disolventes orgánicos no polares como la bencina, el benceno y el cloroformo lo que permite su
extracción mediante este tipo de disolventes. A los lípidos se les llama incorrectamente grasas, ya
que las grasas son solo un tipo de lípidos procedentes de animales y son los más ampliamente
distribuidos en los organismos vivos.
Los lípidos cumplen funciones diversas en los organismos vivientes, entre ellas la de reserva
energética (como los triglicéridos), estructural (como los fosfolípidos de las bicapas) y reguladora
(como las hormonas esteroides). Además, se les atribuye la capacidad de ser aislantes naturales, ya
que son malos conductores del calor.
Proteínas: Las proteínas son macromoléculas formadas por cadenas lineales de aminoácidos. Estas
se ensamblan de diversas formas lo que les permite participar como los principales componentes
estructurales de las células y los tejidos. Por este motivo el crecimiento, la reparación y el
mantenimiento del organismo dependen de ellas.
Por sus propiedades fisicoquímicas, las proteínas se pueden clasificar en proteínas simples
(holoproteidos), formadas solo por aminoácidos o sus derivados; proteínas conjugadas
(heteroproteidos), formadas por aminoácidos acompañados de sustancias diversas, y proteínas
derivadas, sustancias formadas por desnaturalización y desdoblamiento de las anteriores. Están
constituidas por unidades estructurales llamados polímeros.
Las proteínas son necesarias para la vida, sobre todo por su función plástica (constituyen el 80 % del
protoplasma deshidratado de toda célula), pero también por sus funciones biorreguladoras (forman
parte de las enzimas) y de defensa (los anticuerpos son proteínas).
Las proteínas desempeñan un papel fundamental para la vida. Representan alrededor del 50 % del
peso seco de los tejidos. Son las biomoléculas más versátiles y diversas. Son imprescindibles para el
crecimiento del organismo y realizan una enorme cantidad de funciones diferentes, entre las que
destacan:
Por otro lado, los ácidos nucleicos también participan de la replicación celular, o sea, de la
generación de nuevas células en el cuerpo, y en la reproducción del individuo completo, ya que las
células sexuales poseen la mitad del genoma (ADN) completo de cada progenitor. El ADN codifica la
totalidad de la información genética del organismo a través de su secuencia de nucleótidos. En ese
sentido, podemos decir que el ADN opera como un molde de nucleótidos
En cambio, el ARN sirve como operador a partir de dicho código, copiándolo y llevándolo a los
ribosomas celulares, donde se procederá al ensamblaje de las proteínas. Como se verá, es un
proceso complejo que no podría darse sin estos compuestos fundamentales para la vida.
Los organismos procariotas son evolutivamente anteriores a los eucariotas, es decir, los provistos de
núcleo. Las formas de vida más simple eran y son todavía procariotas, como las bacterias y las
arqueas.
Así, las células procariotas pueden ser autótrofas (elaboran su propio alimento) o heterótrofas (se
alimentan de materia orgánica ajena), tanto aerobias (requieren de oxígeno) como anaerobias (no
requieren de oxígeno), lo cual se traduce en varios mecanismos de nutrición:
Fotosíntesis. Tal y como las plantas, algunos procariontes pueden sintetizar energía química a partir
de la luz solar, tanto en presencia como en ausencia de oxígeno.
Quimiosíntesis. Semejante a la fotosíntesis, las células emprenden la oxidación de materia
inorgánica como mecanismo para obtener su energía y obtener su propia materia orgánica para
crecer.
Nutrición saprófita. Basada en la descomposición de la materia orgánica dejada por otros seres
vivos, ya sea al morir o como restos de su propia alimentación.
Nutrición simbiótica. Algunos procariontes obtienen su materia orgánica para existir a partir de
otros seres vivos, generándoles un beneficio y por ende colaborando para existir.
Nutrición parásita. La contraria a la simbiótica: el organismo se nutre a partir de la materia orgánica
de otro mayor, al que perjudica en el proceso, aunque no llegue a matarlo directamente.
Por último, la reproducción de las células procariotas también suele ser muy variada, tanto de índole
asexual (mitosis) como parasexual (conjugación, transducción y transformación del ADN con fines
adaptativos).
Tipos de célula procariota
Las células procariotas pueden ser de cuatro tipos, de acuerdo a su morfología:
Coco. Un tipo morfológico típico de las bacterias, presentan forma más o menos esférica y uniforme.
Bacilo. Con forma de bastón, incluyen una vasta gama de bacterias y otros organismos saprófitos de
vida libre.
Vibrio. Un género de proteobacterias responsables de la mayoría de las enfermedades infecciosas
en el hombre y los animales superiores, sobre todo aquellas típicas del tracto digestivo, como el
cólera.
Espirilos. Poseen forma helicoidal o de espiral, suelen ser muy pequeñas y abarcan desde bacterias
patógenas hasta autótrofas.
Pleomórficas. Es decir, de forma cambiante, principalmente referido a las arqueas.
Rectangulares. También típica forma de las arqueas como la Haloquadratum.
La aparición de las células eucariotas constituyó un paso importante en la evolución de la vida, pues
sentó las bases para una diversidad biológica mucho mayor, incluida la posibilidad de células
especificadas dentro de organizaciones pluricelulares, dando origen a los reinos superiores:
animales, plantas, hongos y protistas. Los seres vivos formados por células eucariotas se denominan
eucariontes.
Células vegetales. Con una pared celular de celulosa y proteínas que recubre su membrana y las
hace rígidas, resistentes, tienen cloroplastos portadores de la clorofila necesaria para hacer
fotosíntesis.
Células animales. Sin plastos ni paredes celulares, tienen centriolos y vacuolas de menor tamaño,
aunque más abundantes.
Células de los hongos. Aunque presentan pared celular semejante a la vegetal, ésta está hecha de
quitina, y por ende tienen una menor definición celular. Se pueden considerar un paso intermedio
entre animal y vegetal, pues no hacen fotosíntesis.
Respiración aeróbica: los seres vivos atraen energía de moléculas orgánicas como la glucosa por
un complejo en el que el carbono es oxido y en el que el oxigeno procedente del aire es oxidante
empleado.
Respiración anaeróbica: es la que no interviene el oxígeno, sino que emplea otros compuestos, la
respiración anaeróbica está presente en algunos organismos procariontes.