¿Qué Fue La Segunda Revolución Industrial?

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Segunda Revolución Industrial

¿Qué fue la Segunda Revolución Industrial?


La Segunda Revolución Industrial fue un periodo histórico
caracterizado por los grandes cambios socio-económicos acaecidos
entre 1850-1870 y 1914. Estas transformaciones estuvieron provocadas
por los progresos técnicos en la industria química, la petrolera, la
eléctrica y la metalúrgica, así como la aparición de inventos como el
teléfono o el telégrafo.

Al no existir ningún tipo de ruptura con la Primera Revolución Industrial,


se suele considerar esta segunda como una fase de la anterior. La
principal diferencia fue la velocidad de los cambios, que fortalecieron y
perfeccionaron lo ya creado en la Primera Revolución.

Telégrafo patentado por Samuel Morse. Fuente: Automatic Telegraph


Reciever bajo la licencia Creative Commons Atribución 2.0 Genérica
Además de lo relacionado con la industria y los avances tecnológicos, la
sociedad de la época también se transformó profundamente. Así,
aparecieron nuevos métodos de trabajo, creándose, por una parte, un
nuevo tipo de mercantilismo y un capitalismo monopolista y, por otra,
organizaciones obreras que intentaban mejorar las condiciones del
proletariado.

Otro aspecto novedoso fue la consolidación de nuevas potencias. La


Primera Revolución Industrial había afectado, principalmente, a Gran
Bretaña, pero la Segunda se expandió a otros países, como Alemania,
Japón o los Estados Unidos. Por esa razón, algunos expertos hablan de
una primera globalización.

Características de la Segunda Revolución Industrial


Los expertos datan el comienzo de la Segunda Revolución Industrial a
mediados del siglo XIX, entre 1850 y 1870, dependiendo de la fuente.
Entre sus características destaca el desarrollo acelerado de diversos
aspectos dentro de la industria química, eléctrica, de petróleo y de acero.

Además, se produjeron otros progresos muy importantes en el ámbito del


transporte y las comunicaciones. Todas esas transformaciones tuvieron
un reflejo en la sociedad, que cambió de manera significativa.

Sustitución del hierro por el acero

Al comienzo de la Segunda Revolución Industrial, el hierro continuaba


siendo el metal más utilizado. En 1878, se inventó un sistema para
explotar los yacimientos de hierro rico en fósforo, que hasta entonces
habían sido considerados muy complicados.

Este metal, que durante la Primera Revolución Industrial se utilizó casi en


exclusiva en el ferrocarril, encontró nuevas aplicaciones. Así, empezó a
usarse en la construcción (Torre Eiffel, estaciones de trenes, puentes…)
como en armamento.

Sin embargo, poco a poco, fue sustituido por el acero, una aleación del
propio hierro con una pequeña cantidad de carbono. Su precio había
limitado el uso hasta que, en 1856, la aparición del convertidor de
Bessemer abarató su producción.

Una de las industrias que sacó más provecho fue la armamentística y se


empezaron a construir acorazados o submarinos totalmente revestidos
de acero.

Revolución del transporte


El precio de los transportes experimentó un gran descenso en esta
época. Esto permitió que el comercio ampliara su campo de acción, al
conectar de manera más económica las distintas partes del planeta.
Igualmente, favoreció las migraciones generalizadas de población.

El medio de transporte más utilizado continuó siendo el ferrocarril, que,


además, tuvo una evolución espectacular. Como ejemplo, Europa pasó
de tener solo 4000 kilómetros de línea férrea en 1840 a los 100.000 km
en 1870.

Igualmente notable fue el desarrollo del transporte marítimo. Los antiguos


barcos de vela fueron dando paso a los de vapor, construidos con el
casco de hierro, primero, y de acero, después. La tripulación necesaria
disminuyó y el coste de cada viaje fue reduciéndose cada vez más.

Electricidad y petróleo

Otra de las características que marcaron este periodo fue la aparición de


dos importantes fuentes de energía: la electricidad y el petróleo. Los
cambios que supusieron afectaron a toda la sociedad, desde la industria
a los transportes.

Maquinaria automática

La introducción de nueva maquinaria provocó la aparición de nuevos


tipos de industria. Esas máquinas contribuyeron a automatizar la
producción, mejorando la productividad y reduciendo los costos. En
contrapartida, generaron un aumento del desempleo, ya que se
necesitaba menos mano de obra.

Taylorismo y Fordismo

El efecto de las máquinas no fue lo único que revolucionó a la industria.


Junto a la automatización, también aparecieron nuevos métodos de
trabajo, como el creado por Frederick Taylor. Este especializó la labor de
cada obrero dentro de la cadena de montaje, midiendo los tiempos
requeridos para cada tarea.

Ese sistema fue adaptado, y ampliado, por Henry Ford, dueño de la Ford
Motors Company. En sus fábricas se fabricaron los primeros Ford T.
usando una cadena de montaje. Una de las novedades fue la asunción
por parte del empresario de que los obreros debían tener un sueldo justo,
que les permitiera, al menos, poder adquirir uno de sus coches.

Según Ford, esos sueldos iban a permitir que aumentara en consumo y


que los trabajadores no se unieran a las organizaciones obreras
revolucionarias.

Avances en el campo científico

A diferencia de lo ocurrido en la Primera Revolución Industrial, que solo


se dio en Gran Bretaña, en la Segunda afectó a muchos más países.
Esto supuso la aparición de nuevas potencias, impulsadas por el
crecimiento de su industria. Entre ellas destacan Estados Unidos,
Alemania o Japón.

Causas
Los expertos apuntan que las causas de esta Segunda Revolución
fueron variadas. Las nuevas fuentes de energía, los avances en la
metalurgia y los beneficios obtenidos de las colonias fueron algunas de
las más importantes.

Aumento de la población

A partir del siglo XVIII se produjo un aumento considerable de la


población. El final de las epidemias de peste y el desarrollo de la
agricultura fueron factores que permitieron ese crecimiento demográfico.
A esto hay que unirle el descenso de la mortalidad causada por guerras o
el hambre.

Revolución agraria

Por una parte, la mejora de las técnicas agrícolas permitió un aumento


de la producción. Por otra, la demanda de trabajadores por parte de la
industria provocó un trasvase de población del campo a la ciudad.

Revolución burguesa

En algunos países se produjeron auténticas revoluciones protagonizadas


por la burguesía, mientras que en otro, esta clase social se benefició de
reformas políticas que les otorgaron algunos derechos antes limitados a
la nobleza.
Esta burguesía, muy relacionada con el comercio y la industria, llegó a
alcanzar el poder político de muchas naciones.

Consecuencias
La Segunda Revolución Industrial afectó a todos los aspectos sociales.
Sus consecuencias positivas fueron el incremento de la producción, sus
avances científicos o la mejora de los transportes. En lo negativo, se
puede apuntar la creación de una masa de trabajadores industriales que
vivían en condiciones infrahumanas.

Desplazamiento del hombre por la máquina

La Primera Revolución Industrial se había caracterizado por la necesidad


de aumentar la mano de obra. Sin embargo, en la Segunda el efecto fue
el contrario. La continua automatización de las tareas provocó un
importante aumento del desempleo y, por lo tanto, de la pobreza.

Transportes como motor de la revolución

El ferrocarril está considerado como el gran motor de la Revolución


Industrial. No solo su construcción proporcionó miles de puestos de
trabajo, sino que, además, llevó aparejado un aumento de la demanda de
los materiales necesarios, algo beneficioso para la industria.

Por otra parte, el barco con motor de caldera significó una transformación
en el comercio, permitiendo transportar bienes más rápidamente a
lugares remotos.

Aparecen las grandes empresas

A diferencia de lo que había ocurrido hasta entonces, las nuevas técnicas


industriales promovidas durante esta Segunda Revolución hicieron
necesaria la creación de empresas mayores. Esto también conllevó que
la población se concentrara en las ciudades, ya que allí era donde se
encontraba la industria.

Crecimiento demográfico y grandes migraciones

El crecimiento demográfico entre los siglos XVIII y XIX fue espectacular:


la población paso de 208 millones a 403 millones.
Este gran cambio demográfico, unido a la urbanización dela población y
al aumento del desempleo provocado por la automatización y las nuevas
técnicas agrícolas, provocó una migración masiva hacia países en
proceso de industrialización.

A lo anterior hay que unirle la mejora de los transportes, tanto terrestres


como marítimos. El costo de cada viaje se redujo, algo que permitió a
muchos emigrar a otras zonas del planeta. Se calcula que, entre 1850 y
1940, se desplazaron unos 55 millones de europeos. Su destino principal
fueron los Estados Unidos.

Capitalismo monopolista

La segunda mitad del siglo XVIII vio la aparición de un nuevo tipo de


capitalismo, denominado monopolista. Este se desarrolló en un contexto
de crecimiento de las fuerzas productivas.

El capital tendió a centralizarse y la producción se concentró al formarse


monopolios creados por los acuerdos entre los empresarios. Estos
monopolios adquirieron una gran fortaleza, siendo capaces de determinar
las condiciones de ventas de sus productos, finando sus precios.

A pesar de esto, la competencia no desapareció completamente, ya que


esas empresas monopolistas competían duramente entre ellas.

Neomercantilismo

La Segunda Revolución Industrial también transformó la actividad


comercial, dando lugar a lo que se ha conocido como neomercantilismo.
Este comenzó en Alemania y Francia, extendiéndose rápidamente a
Rusia, los Estados Unidos e Inglaterra.

En esa etapa industrial, ningún país era totalmente autosuficiente,


especialmente por la necesidad de materias primas. Por esa causa,
todos intentaron crear su propio imperio colonial, que les proveyera de
esos materiales y, a la vez, fueran mercados para los productos
manufacturados.

Este neomercantilismo, por lo tanto, desembocó en un nuevo


colonialismo basado en el capitalismo. Su principal característica fue la
participación de grandes empresas transnacionales en las colonias,
donde mantenían enclaves de donde extraer las materias primas.
Nacimiento del proletariado industrial

Como se ha señalado anteriormente, durante este periodo las ciudades


aumentaron significativamente su población. Los nuevos habitantes,
atraídos por el trabajo industrial, tuvieron que vivir en condiciones muy
pobres, así como con una falta casi total de derechos laborales.

La explotación generalizada terminó provocando que los obreros se


organizaran, formando sindicatos socialistas o anarquistas. Las huelgas y
las manifestaciones fueron las armas principales para tratar de mejorar
sus condiciones laborales.

Fuentes de energía
Uno de los factores que más contribuyeron a transformar la sociedad fue
el descubrimiento de nuevas fuentes de energía: la electricidad y el
petróleo. Estas ofrecían resultados mucho mejores que las usadas hasta
ese momento y fueron fundamentales para la aparición de tecnologías
más modernas.

Electricidad

Aunque varios investigadores ya habían comenzado a investigar sobre el


tema, fue Thomas Alva Edison el que popularizó su uso y, sobre todo,
aportó al mundo un invento revolucionario: la bombilla. Este simple
producto, presentado en 1879, sirvió para alumbrar las calles, mejorando
la calidad de vida en todo el planeta.

Aparte de la bombilla, el desarrollo de la electricidad fue decisivo para


otros muchos inventos. Su uso se aplicó a numerosos ámbitos, desde la
maquinaria a las comunicaciones. Igualmente, se utilizó como fuente de
energía de medios de transportes como el tranvía o el metro.

Petróleo

El uso más común del petróleo hasta ese momento era la iluminación,
pero la auténtica revolución llegó con el invento del motor de combustión
interna, que usaba ese producto como fuente de energía.

El primero que presentó un motor de ese tipo fue Nikolaus Otto, en 1876,
inaugurando la era motorizada. Un año más tarde, la gasolina sustituyó al
gas natural como combustible de ese motor gracias a las investigaciones
de Karl Benz. Poco después, Rudolf Diesel creó un motor a petróleo para
las locomotoras y el transporte marítimo.

Estos inventos se aplicaron pronto a la industria, impulsando la


expansión de las máquinas automáticas.

Avances tecnológicos
El número de inventos durante esta época fue enorme. Entre los más
importantes se pueden mencionar a la máquina de vapor, el avión, el
teléfono o la bombilla.

Motor de explosión

Como se ha señalado anteriormente, el motor de explosión, o de


combustión interna supuso grandes cambios en todos los ámbitos, desde
el industrial al de los transportes. Sustituyó al de vapor, utilizando el
petróleo.

Bombilla

Se calcula que Edison realizó más de 3000 intentos antes de fabricar la


primera bombilla incandescente realmente funcional. Fue el 27 enero de
1879, cuando, por fin, tuvo éxito en la creación de un filamento de alta
resistencia, con el platino, pero sólo se duró unas pocas horas.

El automóvil

No se conoce a ciencia cierta quién inventó el automóvil, aunque se sabe


que Daimler y Benz idearon coches de gasolina alrededor de 1880. Más
tarde, Levassor aplicó el principio de combustión interna a un coche.

Esos primeros modelos eran, obviamente, muy rudimentarios, y tuvieron


que pasar varios años antes de que fueran viables como medio de
transporte regular.

Otra figura relacionada con el automóvil fue Henry Ford, un empresario


que introdujo la fabricación en cadena de este producto, además de
abaratarlo para que estuviera a disposición de cualquier trabajador.

Avión
Aunque el ser humano llevaba fantaseando con la idea de poder volar
desde hacía siglos, no fue hasta la Segunda Revolución Industrial
cuando el sueño empezó a hacerse realidad.

A finales del siglo XIX, algunos pioneros comenzaron a probar sus


inventos, aunque fueron los hermanos Wright los que, en 1903, se
llevaron el mérito de realizar el primer vuelo en un avión a motor.

Años después, en 1910, Bleriot cruzó el Canal de la Mancha en un


monoplano y, solo un año después, Prier voló entre París y Londres sin
escalas. En pocos años, este medio se consolidó como uno de los
transportes más importantes.

La radio

Uno de los inventos que alcanzó una mayor repercusión fue la radio. Su
autoría provocó una auténtica guerra de patentes entre Nikola Tesla y
Guglielmo Marconi, ya que ambos presentaron sus aparatos con apenas
meses de diferencia. Fue el último el que consiguió hacerse con la
patente.

El teléfono

Algo similar ocurrió con el invento del teléfono. Graham Bell ha sido
considerado su inventor durante muchos años, pero, en 2002, el
Congreso de Estados Unidos reconoció que su auténtico creador había
sido Antonio Meucci.

Cine

Si hubo un invento que revolucionó el mundo de la cultura y el


entretenimiento ese fue el cinematógrafo.

Sus comienzos se datan en 1895, cuando los hermanos Lumiere


realizaron la primera demostración pública de su aparato.

Avances en el campo científico

Aparte de los inventos tecnológicos, la ciencia también vivió una época


de esplendor. Darwin, por ejemplo, publicó su teoría de la evolución de
las especies, que suponía una gran salto científico en el conocimiento
sobre el ser humano.
Por otra parte, Louis Pasteur creó un proceso para conservar los
alimentos que ayudó a que la población no sufriera intoxicaciones por
culpa del mal mantenimiento de la comida.

En el campo de la medicina, Robert Cosme descubrió la bacteria


causante de la tuberculosis y Bayer, en 1897, inventó la aspirina. Muchas
enfermedades pudieron ser controladas o reducidas, aumentando el
promedio de vida y reduciendo la mortalidad.

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