Bloque 2
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Bloque 2
Los visigodos, aliados de los romanos, expulsan a los alanos y vándalos de la Bética.
El rey gobernaba con la ayuda del Officium Palatinum en el que intervenían: el Aula
Regia (formada por altos funcionarios, aristócratas y clérigos que asesoraban al rey en
asuntos administrativos, militares y judiciales) y los Concilios de Toledo, que eran
asambleas formadas por obispos, rey y nobles, que se encargaban de tareas
legislativas y asuntos de gobierno.
El rey Recesvinto promovió una única ley para ambos pueblos: el Fuero Juzgo,
que supuso la unificación jurídico-administrativa.
Muerto el rey Witiza sus apoyos quisieron transmitir la corona a su hijo; pero la facción
rival se impuso y colocó a Don Rodrigo. Los witizanos llamaron en su ayuda a los
musulmanes quienes en el año 711 derrotaron a las tropas de Don Rodrigo iniciándose
la invasión musulmana de la península.
En Hispania la situación del Estado visigodo era decadente: crisis política y debilidad
de la monarquía, corrupción de la aristocracia, luchas por el trono, malestar social,
regresión económica, disensiones entre el catolicismo y el arrianismo...
Esta situación fue aprovechada por el Estado islámico, que se hallaba en plena fase
de expansión territorial y al que se acababa de incorporar la población norteafricana.
Tras unas expediciones de tanteo entre el 709-710, el año 711 el ejército bereber
musulmán cruzó el estrecho de Gibraltar y se apoderó de Algeciras. Tras vencer al rey
Rodrigo, el lugarteniente de Musa, Tariq siguió avanzando en la conquista y Toledo
(capital visigoda) se entregó.
El año 712 Musa llegó a la Península con un ejército que abrió otro frente de conquista
y desde Toledo ambos ejércitos se dirigieron al valle del Ebro. Zaragoza cayó en 714 y
la expansión continuó hacia el norte.
La conquista y organización de la nueva provincia se completó con el hijo de Musa,
nombrado gobernador de Al-Andalus.
En cinco años los musulmanes conquistaron casi toda la Península Ibérica. Fue una
ocupación rápida y fácil, sin apenas resistencia porque los musulmanes respetaron la
preeminencia social de los visigodos y les dejaron mantener su religión y sus bienes, a
cambio de tributos y de someterse a su autoridad. También por la sencillez y
funcionalidad de la religión musulmana y su parecido con la versión arriana del
cristianismo; y las ventajas de pertenecer a un sistema de desarrollo y fortaleza en los
aspectos (económico, político, cultural...) como era el islam.
La sociedad andalusí fue urbana; los musulmanes fundaron ciudades como Madrid y
Guadalajara. Estas se organizaban alrededor de la medina y en ella se ubicaban la
mezquita, la alcazaba (recinto fortificado) y el zoco (mercado).
Nuestro léxico conserva muchas palabras de origen árabe. El arte fue una
mezcla del islámico, romano y visigodo: Mezquita (Córdoba), Alhambra (Granada) y
Aljafería de Zaragoza.
Se ocupó en el S. IX el valle del Duero y se trasladó la capital a León (S. X), pasando
a denominarse reino de León.
El condado de Castilla, adquirió autonomía y se independizó con Fernán González.
Carlomagno estableció en los Pirineos la Marca Hispánica, una franja fortificada para
protegerse de los musulmanes. A partir del siglo IX, los territorios al sur de los Pirineos
fueron adquiriendo más autonomía: Aragón, Sobrarbe, Barcelona…
El reino de Aragón se gestó tras la muerte de Sancho III de Navarra cuando su hijo
Ramiro hereda el condado de Aragón y lo amplia con Sobrarbe y Ribagorza.