Hanal Pixán
Hanal Pixán
Hanal Pixán
Hanal Pixán. El hanal pixán, o "comida de las ánimas", es una tradición del pueblo maya que se
lleva a cabo para recordar de una manera especial a los amigos y parientes que se adelantaron en
el viaje eterno.
El altar de muertos
El altar de muertos es un elemento fundamental en la celebración del Día de Muertos. Los deudos
tienen la creencia de que el espíritu de sus difuntos regresa del mundo de los muertos para
convivir con la familia ese día, y así consolarlos y confortarlos por la pérdida.
Se coloca en una habitación, sobre una mesa o repisa cuyos niveles representan los estratos de la
existencia.
Los más comunes son los altares de dos niveles, que representan el cielo y la tierra; en cambio,
los altares de tres niveles añaden a esta visión el concepto del purgatorio. A su vez, en un altar
de siete niveles se simbolizan los pasos necesarios para llegar al cielo y así poder descan- sar en
paz. Este es considerado como el altar tradicional por excelencia. En su elaboración se deben
considerar ciertos elementos básicos. Cada uno de los escalones se forra en tela negra y blanca y
tienen un significado distinto.
Las ofrendas deben contener una serie de elementos y símbolos que inviten al espíritu a viajar
desde el mundo de los muertos para que conviva ese día con sus deudos.
Entre los elementos más representativos del altar se hallan los siguientes:
Imagen del difunto. Dicha imagen honra la parte más alta del altar. Se coloca de espaldas, y
frente a ella se pone un espejo para que el difunto solo pueda ver el reflejo de sus deudos, y estos
vean a su vez únicamente el del difunto.
La cruz. Utilizada en todos los altares, es un símbolo introducido por los evangelizadores
españoles con el fin de incorporar el catecismo a una tradición tan arraigada entre los indígenas
como la veneración de los muertos. La cruz va en la parte superior del altar, a un lado de la
imagen del difunto, y puede ser de sal o de ceniza.
Imagen de las ánimas del purgatorio. Esta se coloca para que, en caso de que el espíritu del
muerto se encuentre en el purgatorio, se facilite su salida. Según la religión católica, los que
mueren habiendo cometido pecados veniales sin confesarse deben de expiar sus culpas en el
purgatorio.
Copal e incienso. El copal es un elemento prehispánico que limpia y purifica las energías de un
lugar y las de quien lo utiliza; el incienso santifica el ambiente.
Arco. El arco se coloca en la cúspide del altar y simboliza la entrada al mundo de los muertos. Se
le adorna con limonarias y flor de cempasúchil.
Papel picado. Es considerado como una representación de la alegría festiva del Día de Muertos y
del viento.
Velas, veladoras y cirios. Todos estos elementos se consideran como una luz que guía en este
mundo. Son, por tradición, de color morado y blanco, ya que significan duelo y pureza,
respectivamente. Los cirios pueden ser colocados según los puntos cardinales, y las veladoras se
extienden a modo de sendero para llegar al altar.
Agua. El agua tiene gran importancia ya que, entre otros significados, refleja la pureza del alma, el
cielo continuo de la regeneración de la vida y de las siembras; además, un vaso de agua sirve
para que el espíritu mitigue su sed después del viaje desde el mundo de los muertos. También se
puede colocar junto a ella un jabón, una toalla y un espejo para el aseo de los muertos
Flores. Son el ornato usual en los altares y en el sepulcro. La flor de cempasúchil es la flor que,
por su aroma, sirve de guía a los espíritus en este mundo.
Calaveras. Las calaveras son distribuidas en todo el altar y pueden ser de azúcar, barro o yeso,
con adornos de colores; se les considera una alusión a la muerte y recuerdan que esta siempre se
encuentra presente.
Comida. El alimento tradicional o el que era del agrado de los fallecidos se pone para que el alma
visitada lo disfrute.
Pan. El pan es una representación de la eucaristía, y fue agregado por los evangelizadores
españoles. Puede ser en forma de muertito d e Pátzcuaro o de domo redondo, adornado con
formas de huesos en alusión a la cruz, espolvoreado con azúcar y hecho con anís.
Bebidas alcohólicas. Son bebidas del gusto del difunto denominados “trago” Generalmente son
“caballitos” de tequila, pulque o mezcal.
Objetos personales. Se colocan igualmente artículos pertenecientes en vida a los difuntos, con la
finalidad de que el espíritu pueda recordar los momentos de su vida. En caso de los niños, se
emplean sus juguetes preferidos.
Contexto:
La muerte, en este sentido, no se enuncia como una ausencia ni como una falta; por el contrario,
es concebida como una nueva etapa: el muerto viene, camina y observa el altar, percibe, huele,
prueba, escucha.
No es un ser ajeno, sino una presencia viva. La metáfora de la vida misma se cuenta en un altar, y
se entiende a la muerte como un renacer constante, como un proceso infinito que nos hace
comprender que los que hoy estamos ofreciendo seremos mañana invitados a la fiesta.