Francisco Luis Bernárdez - La Ciudad Sin Laura

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 5

Francisco Luis Bernárdez – La ciudad sin Laura (1937 – 1938)

Época de producción literaria: desde 1920 a fines de 1960

Cuando volvió de España, Francisco Luis Bernárdez se unió al grupo de Florida, también llamado grupo
Martín Fierro, agrupación informal de artistas de vanguardia que tuvo importancia en la renovación literaria y
estética argentina durante las décadas de 1920 y de 1930. Así, Bernárdez apoyó en este período el ultraísmo y,
en general, las corrientes europeas propias de esta época. En 1925, Bernárdez trabó amistad con Jorge Luis
Borges. Participó de la segunda época de la revista Proa, animada por un grupo literario integrado por Ricardo
Güiraldes, Alfredo Brandán Caraffa, Pablo Rojas Paz y el propio Borges.

La ciudad sin Laura es un poemario de 8 poesías dedicado a una muchacha cordobesa a quien no podía ver
cuando él vivía en Buenos Aires. Finalmente fue su esposa.

1) “En la ciudad callada y sola mi voz…”

El primer poema, sin título, está escrito en versos libres, 4 estrofas de 10 versos cada una. En la primera
estrofa habla, desde la soledad, de su voz enamorada, como una música que le trae el amor de Laura.

En la segunda estrofa, el nombre de Laura cobra importancia pues da vida a todas las cosas y detiene el
tiempo, porque el poeta está inmerso en el recuerdo nostálgico. El mero nombre de la esposa ya colma el alma
del poeta, así como ilumina las cosas y las arranca de las tinieblas.

La tercera estrofa es un contraste entre el amor y el silencio o la soledad en que estaba el yo lírico sin ese
amor, proyectado a las formas que lo rodean: la ciudad desierta o el cielo sin estrellas. También expresa la
pesadumbre de su corazón al estar solo.

La cuarta estrofa es una comparación del amor con elementos clásicos: el fuego, el manantial.

No puede evitar repeticiones: “En el sonido con que suena siento el sonido de una música lejana”, “la
llamarada que me quema”.

Alusiones a Dios: “música sin causa”, “hoguera que eterniza lo que abrasa” (fusión con la divinidad)

Paradojas barrocas: “hasta la muerte sin palabras tiene vida”

Juegos de palabras: “este nombre que recuerdo no me olvida”

Varios de sus versos son prosaicos y un poco flojos de tono y ritmo: “La tierra estaba más obscura porque
faltaban las estrellas en el cielo.”

2) Soneto del amor milagroso

Endecasílabos. Tema: el amor materializado en la poesía hace que el entendimiento se despierte del sueño
en que estaba y la voluntad sea movida por el deseo. Las dos primeras estrofas son pasivas y las dos últimas
activadas por el amor. Hay contrastes: entre el silencio y la muerte, por un lado, y el amor, por otro; también
frío y calor de la voluntad; ignorancia y ciencia.
3) La Noche

Poema extenso en versos libres, en forma de diálogo meditativo del poeta con la noche. Cada verso es
completo en sí mismo, sin encabalgamientos. La alusión a lugares precisos no es común en su poesía, pues
Bernárdez evita el color local e intenta una proyección universal. Menciona la Plaza de Retiro, donde jugaba
de chico; y La Calera, un sitio de Córdoba, donde se recuperó de una enfermedad grave y siente que el lugar le
devolvió la vida.

Tema: en diálogo íntimo con la noche, el poeta canta su soledad y asombro ante la inmensidad de los
astros, a los que compara con buques abandonados a la deriva. El poeta les atribuye felicidad por estar
lejanos. Esa soledad lo acompaña desde niño, como la noche: tristeza, llanto, herida, el paso del tiempo. Se
compara hiperbólicamente a las penas que a veces superan el número de estrellas. Inquiere a la noche el
secreto de la muerte y traslada a la noche su estado anímico: “cielo taciturno”. Su consuelo ante el dolor de
haber nacido y estar muriendo es el amor de Dios. Dios lo ha rescatado del olvido.

4) Soneto del amor Unitivo

Soneto en endecasílabos. Comparación de la unión del juego amoroso con dos jugadores de ajedrez en
donde ganan y pierden ambos. Sus argumentos y razones (las cabezas), alegrías y tristezas (los corazones)
están jugando al ajedrez.

5) Romance

12 Estrofas de 4 versos octosílabos, con rima asonante en 2do y 4to verso. A través de una enumeración
de voz, manos, frentes, ojos y formas de la naturaleza, se describe el cambio que provoca el amor, desde la
soledad y la tristeza a la plenitud de la poesía. La desolación de su pasado ha sido salvada por el amor. Hay en
el final paralelismos enfáticos.

Algunos versos son tautológicos o huecos: “Aquel tiempo de otro tiempo”, “Tiene lo que no tenía”.

6) Soneto del amor victorioso

El paso del tiempo y el espacio en su distancia son vencidos por la omnipotencia del Amor. La persona que
él ama se funde con su poesía. Hay un contraste barroco entre desventura y obscuridad, y la luz y la alegría. El
amor trasciende la muerte y se concreta en la poesía.

7) Estar enamorado

4 estrofas de 10 versos libres cada una. Estilo conversacional marcado por el vocativo repetido: “ Es
encontrar, amigos, el nombre justo de la vida.” Descripción de los cambios causados por el amor y el estado de
felicidad en las formas de la naturaleza. Enamorarse vence a la muerte, libera el alma y permite entender el
dolor. Menciona la mirada, la boca, las manos de la amada y el descubrimiento de la unión del cuerpo con el
alma. Se menciona a Garcilaso en comparación con la “música de una herrería”.

Incurre en algunas redundancias: “Es respirar el ancho viento que por encima de la carne se respira”, “una
pequeña lucecita “. Hay paradojas: “padecer espacio y tiempo con dulzura”

8) Soneto Lejano

Soneto amoroso, en versos endecasílabos, que utiliza símbolos como la poesía, el río, el árbol y el viento
para proyectar el amor del poeta. Compara su cantar poético con un río que disemina su música. Todos esos
elementos hacen bella su poesía.

Antonio Machado (de Alcándara, 1935. Fuente: Biblioteca Cervantes virtual)

En el camino de la eternidad
el ataúd de pino de tu verso.

Y en la caja de pino tu palabra,


ya categorizada en esqueleto.

Delante, todo el viento de Castilla.  5


Tú detrás, en silencio,
crucificas las manos en la espalda
para ocultar una actitud de rezo.

Dos dísticos y una cuarteta, en endecasílabos a excepción del sexto verso, heptasílabo. Rima asonante
en los versos pares. El poeta imagina una actitud del alma de Antonio Machado, ya fallecido. También es un
recuerdo de dos aspectos de este poeta: su obra y su silencio. Se guarda para el último verso el desenlace que
alude a la fe de Machado.

Del libro Cielo de Tierra (1937)

Si para recobrar lo recobrado


debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,
 
si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.
 
Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.
 
Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.

Soneto en endecasílabos. Toda su estructura es paralelística. En las dos primeras cuartetas se plantea
una actitud de fortaleza, esfuerzo o tolerancia ante el dolor o el sufrimiento como condición para alcanzar un
bien, como el amor. En los dos tercetos el poeta declara que vale la pena ese esfuerzo ya que le da más valor a
lo ganado. En los dos últimos versos aparece una imagen de ascensión y plenitud vital, “lo que el árbol tiene de
florido”, en contraposición con “lo que tiene sepultado” de sentido bisémico, en alusión a la fortaleza de las
raíces y, al mismo tiempo, a la idea de que se alcanza la plenitud del alma con la muerte.

Silencio
No digas nada, no preguntes nada.
Cuando quieras hablar, quédate mudo:
que un silencio sin fin sea tu escudo
y al mismo tiempo tu perfecta espada.

No llames si la puerta está cerrada,


no llores si el dolor es más agudo,
no cantes si el camino es menos rudo,
no interrogues sino con la mirada.

Y en la calma profunda y transparente


que poco a poco y silenciosamente
inundará tu pecho de este modo,

sentirás el latido enamorado


con que tu corazón recuperado
te irá diciendo todo, todo, todo.

El poeta dialoga con sus lectores y recomienda callar estoicamente para alcanzar la paz que permita
escuchar una voz interior: la convicción de poseer una plenitud. Las formas de futuro, inundará, sentirás, irá,
indican la certeza del camino correcto.

El buque (1935)

Obra en liras, de 475 versos, es un tejido de símbolos (música, luz, agua, estrellas) donde se anuncia la
llegada de una nave que desciende y representa la Iglesia, que llega para descansar en un jardín, el plano
material, y salvar su alma que estaba en la oscuridad, las sombras, la falta de entendimiento.
Dice en este poema: “cuando yo me liberte / de mi propio albedrío.”

Florilegio del Cancionero Vaticano

Traducciones de canciones galaico-portuguesas medievales.

El Espinillo (del libro Poemas de Carne y Hueso)

Considera al árbol como un amigo que a lo largo del año lo acompaña y él desea perpetuarlo. Lo describe en
todas las estaciones. Especie de símbolo de la resistencia del hombre ante las adversidades y la soledad, así
como el árbol resiste la intemperie.

La Patria (de Poemas Elementales)

Explica que Dios fundó la Patria para amparar al hombre, como un árbol a los pájaros, que hunde sus
raíces en el dolor para dar sombra y flores en su copa. En diversos elementos actuales vive el sacrificio de
quienes dieron su vida por la patria. Utiliza un numeroso vocabulario religioso.

    ALCÁNDARA

Después de haber volado tanto


vuelve a su alcándara el halcón. alcándara: percha donde posan las aves de cetrería
El halcón es mi corazón
y la alcándara es este canto.

Mi vuelo es lento porque aguanto


con garra ardida a la emoción; ardida: valiente, intrépida, denodada
Fénix virtual cuyo plumón
en mi ardimiento es como amianto.

A mi vuelo, breve guarida


destinando van, una a una,
las alcándaras de la vida. momentos de reposo, descanso, sosiego, quietud

Y, en realidad, esta inquietud


va de una alcándara, la cuna,
a otra alcándara, el ataúd. Los reposos del alma son antes del nacimiento y luego de la muerte

También podría gustarte